- summa - Universidad Pontificia de Salamanca

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UNIVERSIDAD PONTIFICIA DE SALAMANCA
FACULTAD CIENCIAS DE LA SALUD
VALORACIÓN Y CUIDADOS DE ENFERMERÍA
EN PACIENTES CON PARÁLISIS CEREBRAL
Trabajo Fin de Grado de Enfermería
Autor: Amanda Morante Sancho
Director: D. Manuel Iglesias Santos
2016
Universidad Pontificia de Salamanca
Universidad Pontificia de Salamanca
VALORACIÓN Y CUIDADOS DE ENFERMERÍA
EN PACIENTES CON PARÁLISIS CEREBRAL
´´Estos niños no pueden ser curados, pero pueden ser ayudados
estableciendo objetivos terapéuticos realistas y específicos. Esta ayuda sería
más efectiva cuando todos los que proporcionan cuidado y tratamiento
tengan el interés y el potencial de cada niño en sus corazones y en sus
mentes´´.
Dr. Niels Low.
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D. Manuel Iglesias Santos, profesor de Alteraciones de la Salud I, de la
Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Pontificia de Salamanca.
HAGO CONSTAR:
Que el estudio realizado como Trabajo Fin de Grado titulado:
VALORACIÓN Y CUIDADOS DE ENFERMERÍA EN PACIENTES CON PARÁLISIS CEREBRAL
Ha sido realizado bajo mi dirección, por la estudiante de enfermería Amanda Morante
Sancho. En la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Pontificia de
Salamanca.
Que a mi juicio, el mencionado trabajo reúne los requisitos necesarios para que su
autora pueda presentar y defender; habiendo elegido la modalidad escrita para la
defensa del mismo, y así optar al Título de Graduado por la Universidad Pontificia de
Salamanca.
Y para que así conste, firmo la presente constancia en Salamanca a 16 de Mayo de
2016
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AGRADECIMIENTOS
No ha sido fácil llegar hasta este momento de mi vida, diría que hasta ahora el más
bonito y complicado. Una nunca ve el final de una etapa hasta que se acerca al tramo
final, y ahí, en ese tramo me encuentro yo ahora.
Estos cinco años de estudio universitario, en los cuales me he formado para conseguir
llegar a ser una profesional el día de mañana, no hubiesen sido posibles sin mis padres,
ellos son los que me dieron el empujón para emprender este camino, un camino lleno
de dificultades y obstáculos que juntos hemos podido superar. Tengo la gran suerte de
tenerles cerca pase lo que pase, son los mejores y se merecen lo mejor del mundo.
También quiero nombrar en estos agradecimientos a mis segundos padres, mis tíos.
Han sido un pilar muy importante en estos años animándome y apoyándome en todo.
Sin ellos esto no hubiese sido posible.
Mis amigas, ellas son como mis hermanas, apoyos incondicionales en estos años de
carrera, siempre con un ``tu puedes`` y una sonrisa que verdaderamente ayudan
cuando el camino se hace cuesta arriba. Siempre confiando y apostando por mí.
Teresa, Alicia y Saray, gracias por los ratos dedicados para mi superación día a día.
Gracias a mi tutor de trabajo, Manuel Iglesias, por haber aceptado dirigir este trabajo y
por su constancia y dedicación en estos meses.
Me gustaría mencionar también a mis compañeros, en especial a Antonio Blanco por la
paciencia y la ayuda que me ha brindado desde que nos conocemos.
Este trabajo va por vosotros. A todos ellos, GRACIAS.
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GLOSARIO DE ABREVIATURAS
PC: parálisis cerebral
RM: Resonancia magnética
EHI: Encefalopatía hipóxica isquémica
SN: Sonda nasogástrica
PEG: Gastrostomía endoscópica percutánea
NE: Nutrición enteral
ADA: La American Dietetic Association
TDAH: Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad
CEADAC: Centro de Referencia Estatal de Atención Al Daño Cerebral
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INDICE
Contenido
1.
INTRODUCCIÓN ..................................................................................................................... 1
2.
OBJETIVOS ............................................................................................................................. 3
3.
METODOLOGÍA...................................................................................................................... 5
4.
CAPÍTULO I: PARÁLISIS CEREBRAL ......................................................................................... 7
4.1 ¿Qué es la parálisis cerebral? .............................................................................................. 8
4.2 Causas de la parálisis cerebral........................................................................................... 11
4.3 Tipos de parálisis cerebral ................................................................................................. 12
4.4 Efectos de la parálisis cerebral .......................................................................................... 14
5.
CAPITULO II – LA FAMILIA ANTE A PARALISIS CEREBRAL .................................................... 16
5.1 Repercusiones en el entorno familiar ............................................................................... 17
5.1.1
Los primeros momentos ........................................................................... 17
5.1.2 El Consentimiento Informado. El peligro que corren el padre y la madre de
convertirse en terapeutas ....................................................................................... 19
5.1.3 El papel de los hermanos ............................................................................... 20
6.
CAPITULO III- FACTORES DE RIESGO ................................................................................... 21
6.1 Factores antenatales de riesgo ......................................................................................... 22
6.2 Factores de riesgo antes del embarazo............................................................................. 22
6.3 Factores de riesgo durante el embarazo........................................................................... 24
7.
CAPITULO IV - TRATAMIENTO DE LA PARALISIS CEREBRAL ................................................ 26
7.1 Deficits cognitivos en pc .................................................................................................... 27
7.2 Diagnóstico de pc y pronóstico ......................................................................................... 32
7.2.1 Diagnóstico ..................................................................................................... 32
7.2.2 Pronóstico en la pc ......................................................................................... 34
7.3 Tratamiento....................................................................................................................... 35
8.
CAPITULO V – CUIDADOS DE ENFERMERIA EN PACINTES CON PARALISIS CEREBRAL ........ 39
8.1 Alimentacion ..................................................................................................................... 40
8.2 Disfagia .............................................................................................................................. 40
8.3 Personas con discapacidad motora................................................................................... 50
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9.
CAPITULO VI. CODIGO DE DISCAPACIDAD .......................................................................... 52
9.1 Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad ............................ 54
Convención. ................................................................................................................................. 55
9.2 Sistema de prestaciones sociales y económicas ............................................................... 56
10.
CONCLUSIONES ............................................................................................................... 58
11.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ....................................................................................... 61
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1. INTRODUCCIÓN
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La elección del tema de este Trabajo Fin de Grado no ha sido algo casual. Desde
2011 participo como Monitora Voluntaria de Tiempo Libre en el Programa de Colonias
que ASPACE Bizkaia organiza con personas afectadas de Parálisis Cerebral.
Hasta esa fecha, yo también formaba parte de la población que ignoraba
realmente de qué se trataba la parálisis cerebral y compartía esas percepciones
erróneas acerca de esta realidad.
Antes de tener mi primer contacto con la asociación, yo pensaba que todos los
usuarios tendrían la inteligencia afectada, que no podrían comunicarse, que no serían
independientes, que no podrían aprender, que no caminarían o que sus posibilidades
recreativas serían escasas. Pero todos estos prejuicios que me había formado por
desconocimiento, fueron desapareciendo cuando comencé a observar y a comprender
lo diversa que es esta afección.
Mi primera experiencia con los usuarios de ASPACE fueron unas colonias de
quince días en Jaca (Huesca) en julio de 2011. A partir de ahí he procurado no
perderme ninguna de las colonias que llevan a cabo en Navidad, Semana Santa y
Verano, así como algún viaje de fin de curso de los centros educativos o algún fin de
semana de respiro familiar.
Durante todo este tiempo, he ido adquiriendo conocimientos y cogiendo experiencia
con este colectivo y lo que ahora me planteo es qué puedo aportar yo en este campo
como futura enfermera.
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2. OBJETIVOS
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Por todo esto, los objetivos que persigo con este trabajo son por un lado, profundizar
en las características de la parálisis cerebral y en la realidad de las familias de personas
con parálisis cerebral y por otro lado, analizar el papel de la enfermera como apoyo a
estas familias a lo largo de su ciclo vital.
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3. METODOLOGÍA
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Para desarrollar este trabajo de fin de grado, poder cumplir con los objetivos fijados y
finalizar con unas conclusiones que sean relevantes, hemos realizado una revisión
bibliográfica, de diversas fuentes de información en un procedimiento estructurado
cuyo objetivo es la localización y recuperación de información relevante, y actualizada.
Para recuperar la información, debemos de usar fuentes de información fiables siendo
las bases de datos de CUIDATGE, CUIDEN, ENFISPO, MIDLINE, PUBMED, SCIELO las
consultadas y debemos realizarlo en varias etapas:

En la primera etapa tratamos de localizar documentos primarios sobre el tema.

En la segunda etapa he consultado bases de datos bibliográficas y de
enfermería para el cribado de información.

En la tercera etapa he consultado bases de datos del ámbito de la biomedicina,
para comprobar si en este campo se ha trabajado algún aspecto relacionado
con la información que buscaba.

En la cuarta etapa se trata de buscar información en bases de datos de otros
países para ver la información que se ha tratado.
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4. CAPÍTULO I:
PARÁLISIS CEREBRAL
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4.1 ¿Qué es la parálisis cerebral?
La Parálisis Cerebral (PC) o encelopatía estática son una serie de trastornos del
control motor que producen anormalidades de la postura, tono muscular y
coordinación motora, debido a una lesión congénita que afecta al cerebro inmaduro y
de naturaleza no progresiva, persistente, estática, con tendencia, en los casos leves y
transitorios, a mejorar, o permanecer toda la vida. Desde 1960 al 2007 se han
propuesto hasta 15 definiciones por diferentes autores y todavía no está clara ni
unánimemente aceptada.
La definición actual es: trastorno del desarrollo del tono postural y del
movimiento de carácter persistente, que condiciona una limitación en la actividad,
secundario a una agresión no progresiva, a un cerebro inmaduro. En esta definición, se
incluye el concepto, fundamental de que: en la Parálisis Cerebral el trastorno motor
estará acompañado frecuentemente de otros trastornos (sensitivos, cognitivos,
lenguaje, perceptivos, conducta, epilepsia, musculo esquelético) cuya existencia o no,
condicionará de manera importante el pronóstico individual de estos niños. (1)
La Parálisis Cerebral era conocida en el antiguo Egipto, pero el año 1861 marca
el inicio de la historia de este grupo de trastornos en los tiempos modernos, a partir de
la comunicación que realiza a la Sociedad Obstétrica de Londres el cirujano ortopédico
británico William Little, quien describió 47 niños con rigidez espástica en los que
alguna circunstancia anormal había estado presente en el acto del parto. Little propuso
que existía alguna relación entre parto anormal, dificultad en el trabajo del parto,
nacimiento prematuro, asfixia neonatal y deformidades físicas, y denominó a este
trastorno cerebral `paresis`. (2)
Por otra parte, a Burgess se le adjudicaba haber sido el primero en emplear el
término PC en 1888, aunque algunos afirmen que fue sir William Osler, quien lo
introdujo en 1889, utilizado luego por Phelps para agrupar diferentes cuadros clínicos
caracterizados por la presencia de trastornos motores de origen central tributarios de
terapia rehabilitadora. En 1893, Freud, famoso psicoanalista, quien por entonces se
dedicaba al estudio de la neurología sugirió que el trastorno debía originarse en etapas
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más tempranas del embarazo, debido a efectos más profundos que influían en el
desarrollo del feto. De esta forma, cuestionó más tarde la secuencia de Little, y
argumentó que los niños con PC podían haber tenido dificultades en el parto debido a
que ellos estaban dañados ya en ese momento, en lugar de la relación inversa. Freud
definía la PC infantil como un concepto general que agrupaba a todas las
enfermedades cerebrales de la infancia causadas por un efecto directo de etiología
accidental, ocurrido, bien en el período fetal o después del nacimiento, y que había
afectado a uno o más sistemas de neuronas.
Keith y Gage revisaron los estudios de PC realizados entre 1930 y 1960, y
concluyeron que ni la asfixia, ni el trabajo de parto prolongado ni la respiración
demorada al nacer causaban anormalidad neurológica en los niños que lograban
sobrevivir los primeros meses de vida.
Por esta época, en 1953, Minear encuestó a los miembros de la Academia
Americana de Parálisis Cerebral y encontró diferentes definiciones de PC, enunciando
luego su propia definición en 1956.
En 1959, llega publicada basándose en la formación de Little la definición por
Mac Keith, Mackenzie y Polani, que se aceptó en toda Europa durante años y sirvió de
base a otras definiciones. En ella se plantea que: `la parálisis cerebral es un trastorno
persistente, pero no invariable, del movimiento y la postura, que aparece en los
primeros años de vida debido a un trastorno no progresivo del cerebro como resultado
de interferencia durante su desarrollo`.
Hay que prestar interés especial a los trabajos de Guy Tardieu, considerado el
padre de la PC en Europa, quien acuñó, bajo el término infirmité motrice cérébrale
(IMC), un grupo de trastornos con predominio motor no evolutivos debidos a una
lesión pre, peri o posnatal precoz, que podían acompañarse de afecciones sensoriales
y de las funciones superiores en forma parcial, con excepción de una deficiencia
intelectual.
En España, la Asociación de Neuropsiquiatría Infantil aprobó una definición
presentada en mayo de 1964 por Ponces, Barraquer, Corominas y Torras en la reunión
anual de dicha asociación, que cito a continuación: `La Parálisis Cerebral Infantil es la
secuela de una agresión encefálica que se caracteriza primordialmente por un
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trastorno persistente, pero no invariable, del tono, la postura y el movimiento, que
aparece en la primera infancia y que no solo es directamente secundaria esta lesión no
evolutiva del encéfalo, sino debida también a la influencia que dicha lesión ejerce en la
maduración neurológica`. (2)
Dentro de las definiciones de PC más conocidas se encuentran la de Bax en
1964: `trastorno del movimiento y la postura debido a un defecto o lesión del cerebro
inmaduro`, la de Nelson y Ellemberg en 1978: `discapacidad crónica caracterizada por
un control aberrante del movimiento y la postura que aparece tempranamente en la
vida y que no es el resultado de enfermedad progresiva reconocida`. Y la de Mutch et
al en 1992: `un término que a manera de paraguas cubre a un grupo de síndromes de
daño motor no progresivos, pero a menudo cambiantes, secundarios a lesiones o
anomalías en el cerebro que se producen en estadios tempranos de su desarrollo`.
Otras definiciones realizadas fueron la de Balf e Ingram, Kurland, Denhoff y Robinault,
Christensen y Melchior, Crothers y Paine, Romeau-Rouquette et al y la de Encuesta de
Parálisis Cerebral en Europarealizada con fines epidemiológicos, que más que una
definición constituye un conjunto de elementos reunidos como criterios de inclusión
de pacientes en este estudio, los cuales menciono a continuación:
-
Término `paraguas`
-
Permanente, pero no cambiante
-
Trastorno de movimiento y/o postura y función motora
-
Debido a interferencia/lesion/anormalidad no progresiva
-
Debido a interferencia/lesion/anormalidad del cerebro en desarrollo/inmaduro
Enriqueciendo la definición de PC, tenemos que continuar resaltando que las
manifestaciones clínicas de esta pueden no estar presentes después de la lesión inicial,
el diagnóstico de PC se realiza más allá del período neonatal, aunque
aproximadamente en una cuarta parte de los casos, el daño neurológico se manifiesta
ya en este período con la presencia de una agrupación de signos neurológicos conocida
como encelopatía neonatal, o incluso con signos aislados, como pueden ser trastornos
de succión-deglución o trastornos en la alimentación. En general, aunque el daño de la
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función motora se manifieste en los primeros 18 meses de edad posnatal, muchos
autores plantean que déficit motor debe estar presente a los 2 o 3 años de edad para
que se considere PC, aunque para otros el límite inferior de edad lo constituyen los 5
años, momento en el cual el cerebro debe haber completado el 95% de su crecimiento.
Sin embargo, hay autores que han propuesto los 10 e incluso los 18 años de edad,
similar al límite superior de edad del retraso mental. Lo importante es que se logre
identificar precozmente a los pacientes con PC para su orientación terapéutica (2).
4.2 Causas de la parálisis cerebral
Los daños en el encéfalo que provocan la parálisis cerebral ocurren durante el
embarazo, el parto o los tres primeros años de vida del niño. Hoy por hoy, es el
periodo del embarazo el más problemático, descendiendo las causas sobrevenidas en
torno al parto. Dichas causas pueden ser:
Prenatales: enfermedades infecciosas de la madre, infecciones intrauterinas,
anoxias (trastornos de la oxigenación fetal), enfermedades metabólicas congénitas,
intoxicaciones, exposiciones a radiaciones, etc.
Perinatales: anoxias o asfixia por obstrucción del cordón umbilical o por una
cantidad excesiva de anestesia, prematuridad o hipermadured, traumatismos
mecánicos del parto a veces por utilización de forceps o el desprendimiento
placentario prematuro, por ejemplo.
Postnatales: incompatibilidad sanguínea, infecciones como encefalitis o
meningitis, problemas metabólicos, trastornos vasculares, deshidrataciones, lesiones
traumáticas o la ingestión de sustancias tóxicas mientras el sistema nervioso de los
niños está todavía en desarrollo. (3)
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4.3 Tipos de parálisis cerebral
1. PC tipo Hemiplejia Espástica Congénita: afectación motora unilateral,
habitualmente de tipo espástico. Congénita si ocurre antes del final del período
neonatal y adquirida si ocurre después. Habitualmente asintomática en el período
neonatal con intervalo silente en un 90% hasta los seis meses. Se observa debilidad
unilateral de predominio distal y espasticidad. Más frecuente en varones y en el lado
derecho. El primer signo suele ser el uso preferencial de una mano para agarrar los
objetos en niños menores de un año. El brazo patético presenta el codo en flexión y
pronación con la mano empuñada. La afectación del miembro inferior se hace evidente
de forma más tardía cuando el niño inicia el gateo y la marcha. (1)
2. PC tipo Displejia Espástica Congénita: afectación motora bilateral, con
miembros inferiores más afectados que los superiores. Es la forma más común de PC
(40% del total). Hay dos formas: displejia espástica y atáxica. En cuanto a la primera, el
signo más sobresaliente es el aumento del tono muscular en las extremidades
inferiores. Tras una fase silente de seis a doce semanas, aparece una hipotonía inicial
seguida de un aumento del tono muscular. Con el niño en posición supina, al tratar de
traccionarlo por ambos brazos para sentarlo se aprecia la sensación de rigidez y
espasticidad en los miembros inferiores. Más tardíamente, con el niño en posición
vertical, las piernas se mantienen en extensión y aducción (posición en `tijeras`). Hay
hiperreflexia generalizada, con signos piramidales y se desarrollan con frecuencia
contracturas articulares.
En la displejia atáxica, se asocia un componente atóxico, temblor e inestabilidad
del tronco, que impide en la mayoría de los casos la bipedestación y la marcha. (1)
3. PC tipo Cuadriplejia Espástica Congénita: Es la forma más grave. Se
caracteriza por espasticidad bilateral que predomina en miembros superiores y
afectación de la musculatura bulbar. Ausencia de habla y disartria importante y
alteraciones perceptivo-sensoriales. Los problemas con la alimentación y las
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aspiraciones pulmonares son muy frecuentes. Es un problema médico y social
importante, ya que los pacientes son totalmente dependientes y padecen importantes
deformidades. Las formas clínicas son: tetraplejia, displejia, triplejia, hemiplejia,
monoplejía. (1)
4. PC tipo Disquinética o Atetosis Congénita: a los cinco o diez meses suelen
aparecer los primeros síntomas (excesiva apertura bucal, hipotonía general con
hiperreflexia) seguida de movimientos involuntarios de miembros. El cuadro clínico
puede no completarse hasta los dos años de edad. El control del tono axial esta
alterado interfiriendo la sedestación y bipedestación estable. Existe trastorno de la
musculatura buco-faringeo-laríngea. Hay babeo importante y el paciente presenta
movimientos involuntarios (atetosis, distonía, corea). La principal discapacidad es la
imposibilidad de organizar y ejecutar adecuadamente movimientos propositivos,
coordinar movimientos automáticos y mantener la postura. Hay tres formas clínicas:
coreoatetósica, distónica y mixta.
5. PC tipo Atáxica Congénita: signos y síntomas cerebelosos presentes. Se
llama también ataxia cerebelosa no progresiva. Puede no empezar hasta después del
primer o segundo año de edad, aunque la mayoría suelen presentar hipotonía en la
época de lactante y retraso madurativo motor. Los primeros síntomas suelen ser
oscilación del tronco para intentar mantener la sedestación. Posteriormente se aprecia
un aclara ataxia y temblor intencional. En la exploración existe una evidente hipotonía
muscular.
Hay tres formas clínicas: displejia atáxica, ataxia simple y síndrome de
desequilibrio. (1)
6. PC tipo Hipotonía Congénita: es poco frecuente y los lactantes presentan
hipotonicidad y debilidad de las piernas. A menudo se asocia un retraso en los logros
del desarrollo y en la existencia de reflejos tendinosos profundos, normales e
hiperactivos.
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Cuando estos niños se sujetan por debajo de los brazos estos flexionan ambas
piernas por las caderas.
7. PC Mixtas: presentan signos y síntomas espásticos y extrapiramidales. Los
patrones de afectación motora son consecuencia del compromiso de amplias zonas
encefálicas, con secuelas de deterioro de ganglios basales, corteza y región subcortical
(1).
4.4 Efectos de la parálisis cerebral
No hay dos personas con parálisis cerebral iguales, pues las manifestaciones e
intensidad de esta discapacidad puede variar mucho de unos individuos a otros. De
esta forma, algunas personas tendrán afectado todo su cuerpo, mientras que otras
sólo presentarán alguna dificultad en el habla, para caminar o para usar las manos. Es
decir, que algunas personas vivirán sin prácticamente ninguna manifestación de su
discapacidad, mientras que otras requerirán del apoyo de terceras personas para la
mayoría de sus tareas diarias.
Para quien tiene esta discapacidad, el inicio de un movimiento a menudo desemboca
en otro involuntario, por lo que es habitual desarrollar patrones de movimiento
diferentes a los que pueden producir otras alteraciones.
Una persona con parálisis cerebral puede tener, en mayor o menor intensidad, alguno
o varios de los siguientes síntomas:

Discapacidad intelectual: Tiene una incidencia del 50% de los casos.
Generalmente asociado a discordancia verbo-espacial.

Crisis epilépticas: Se da en un 25-30% de los casos, asociado sobre todo a
Hemiplejías o Tetraplejias severas, produciéndose crisis generalizadas o
parciales, imposibles de predecir, y con diferentes intensidades. Pueden
comenzar a aparecer tanto en la infancia como en la vida adulta, pero en
cualquier caso se pueden controlar con medicación.

Afecciones de la vista: De todas las afecciones oculares, la más común en
personas con parálisis cerebral es el estrabismo (50% de los casos), que puede
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ser corregido con gafas o mediante operación. Los problemas de ojos más
serios no abundan: déficit visual por atrofia óptica, ceguera de origen central,
hemianopsia homónima (ceguera en la mitad del campo de visión), pérdida de
visión binocular, estrabismo, defectos de refracción o nistagmus (movimiento
involuntario de los ojos). (3)

Trastornos de la audición: Se dan en un 10-15% de las personas con parálisis
cerebral, aunque el porcentaje está bajando ostensiblemente gracias a la
prevención de la incompatibilidad feto-materna. (3)
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5.
CAPITULO II –
LA FAMILIA ANTE LA PARALISIS CEREBRAL
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5.1 REPERCUSIONES EN EL ENTORNO FAMILIAR
La presencia de un niño/a con PC altera, en mayor o menor medida, la vida
familiar dependiendo del grado de dependencia. Cuando éste es elevado, requieren
grandes cuidados y ayuda para llevar a cabo las actividades de la vida diaria, cuidados
que recaen en la familia, la mayoría de las veces, en la madre. Pero, además, la
presencia de un hijo/a con discapacidad, como ocurre con estos niños, supone una
quiebra en el proyecto vital compartido por la familia, no sólo por el desgaste físico
originado por su cuidado, sino también por las repercusiones psicológicas y sociales
que implica enfrentarse a una realidad que desmiente las expectativas iniciales. (4)
5.1.1 Los primeros momentos
La madre y/o el padre suelen ser los primeros en detectar que hay una anomalía en el
curso del desarrollo de su hijo/a, lo que les lleva a consultar al pediatra del niño/a.
Se puede decir casi con seguridad que el momento más difícil para la familia
abarca desde que surge la sospecha de que algo va mal hasta la comunicación del
diagnóstico; nadie está preparado para tener un hijo/a con PC por lo que se sentirán
desbordados por la información recibida y los sentimientos que ésta suscita. Es muy
posible que el momento en que se informa del diagnóstico sea la culminación de un
proceso percibido como interminable en el que el niño/a ha pasado por distintos
especialistas sin que ninguno de ellos haya dado una respuesta satisfactoria a los
interrogantes planteados por la familia. Tal peregrinación crea sentimientos ambiguos
(confusión, temor, negación...) y conflictos que anticipan el proceso de duelo, cuyo
inicio viene a coincidir con el momento en que se tiene la certeza de la PC.
El futuro del niño/a depende en gran medida de la forma en que la familia más
cercana percibe y afronta la discapacidad. Los primeros momentos, tras la
confirmación del diagnóstico, se viven con gran confusión de sentimientos, a veces
contradictorios, que oscilan entre la esperanza de que haya un error hasta la
desesperación. Los padres señalan que la comunicación del diagnóstico supone un
golpe de gran envergadura que trastoca sus vidas; experimentan una verdadera
pérdida, la del hijo/a que esperaban, que estaba revestido en su imaginación de un
completo paquete de características físicas y psicológicas, y con un futuro esbozado, a
menudo, con muchos detalles: escuela, universidad, trabajo, juegos, deporte... La
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familia debe movilizar sus recursos psicológicos para renunciar a este hijo/a
(sentimientos de pérdida) y acoger al nuevo que trae unas demandas específicas
(asimilación y aceptación), es decir, debe elaborar el duelo. La forma en que los
profesionales la comunican tiene una influencia importante en las impresiones y
reacciones iniciales. Hay padres que expresan quejas por la falta de sensibilidad, la
insuficiencia de información o los diagnósticos contradictorios, circunstancias que
aumentan los sentimientos de confusión, temor e incertidumbre.
La negación de la realidad puede llevar a los padres a consultar a otros médicos
y especialistas que les den otro diagnóstico distinto. La búsqueda de una solución
mágica puede conducir a la familia a otro peregrinaje por distintos profesionales que
desmienta el diagnóstico o proporcionen la cura. Este recorrido les puede llevar,
incluso, a probar terapias alternativas y caer en manos de incautos que prometen el
desenlace deseado sin ninguna garantía científica.
Una vez asumida la PC, la familia entra en un proceso de normalización que
varía de unos casos a otros. Tal proceso puede desembocar en la aceptación de la
discapacidad, la resignación o el rechazo. La respuesta de los distintos miembros de la
familia dependerá de múltiples factores, como los rasgos de la personalidad y el
estado de ánimo de cada uno de sus miembros o la gravedad del diagnóstico y
pronóstico. En cuanto a las relaciones entre el padre y la madre, éstas atraviesan por
altibajos y diversos ajustes hasta que se adaptan a la nueva situación. Cada uno
resuelve su duelo de una manera distinta y las discrepancias en la manera de
afrontarlo generan sentimientos contradictorios y pueden ser fuente de conflictos en
la pareja. Cuando esto sucede, se producen e menudo discusiones ocasionadas por
afrontar de forma diferente la discapacidad del hijo/a; sentimientos de frustración
cuando la madre no puede disfrutar de los momentos de intimidad por sobrecarga de
trabajo o celos del padre porque aquella dedique más tiempo al cuidado del hijo/a
enfermo que a disfrutar de momentos en común. Otras veces se manifiestan actitudes
escapistas en uno de los progenitores, el deseo de huir de la situación ante el rechazo
suscitado por la discapacidad. Si se logran superar conflictos, las relaciones entre el
padre y a madre saldrán beneficiadas. En cualquier caso, la PC actúa de catalizador en
las relaciones entre los padres. Sólo si se parte de un conflicto inicial puede
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desembocar en ruptura. Si por el contrario mantienen una relación satisfactoria, la
pareja saldrá reforzada. (4)
5.1.2 El Consentimiento Informado. El peligro que corren el padre y la madre de
convertirse en terapeutas
La vida de un niño/a con PC, especialmente durante los primeros años, está
marcada por la asistencia a distintos tratamientos (médicos, de atención temprana,
etc.) en los que interviene un amplio número de profesionales. La falta de
coordinación entre ellos impide que haya unas directrices comunes; cada experto
ofrece su opinión, dan su particular consejo u ofrecen su parecer sobre la forma de
actuar. Entre los padres surge la confusión, que aumenta cuando los tratamientos
propuestos por los especialistas interfieren entre sí.
Hay que insistir en el derecho al consentimiento informado que asiste a toda persona y
que, cuando estamos ante niños/as, se presta a través de su madre o su padre.
Es el derecho a recibir una información completa y veraz sobre las
intervenciones, en un lenguaje accesible que haga posible la decisión sobre recibir o no
el tratamiento propuesto.
Una de las primeras consecuencias sobre la vida familiar, cuando el niño acude
a diversos tratamientos, es convertir el hogar con un hospital. La prioridad de los
padres en estos momentos, es lograr que camine lo antes posible.
Ante esta meta, es más que probable que se dejen en un segundo plano otros
aspectos propios de las primeras etapas del desarrollo infantil, como la adquisición de
habilidades sociales o de las destrezas escolares, como la lectoescritura.
Se confunden las tareas que pueda recomendar el fisioterapeuta con la
transformación del ámbito familiar en una sala de tratamiento y el padre, la madre o
ambos se convierten en terapeutas. Ésta es una de las situaciones en las que deben
reaprender a ser padres, a disfrutar de su hijo/a al margen de las intervenciones
terapéuticas. Es necesario reducir la ansiedad y frustración que les produce no ver
resultados inmediatos y fomentar en ellos el cultivo de actividades y aficiones
placenteras que impida la creación de un ambiente familiar marcado por las pautas
médicas. El bienestar de los padres y la realización de actividades ajenas a los
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tratamientos serán también beneficioso para el niño/a con PC y sus hermanos/as, pues
contribuye a crear un ambiente de naturalidad y calidez en toda la familia. (4)
5.1.3 El papel de los hermanos
Los hermanos/as, cuando son pequeños, no comprenden por qué sus padres no
les dedica más tiempo y presta buena parte de su atención a un hermano/a que, en
muchos casos, es mayor que ellos/as. Hay que explicarles en un lenguaje
comprensible, de acuerdo con sus edades, el significado de la parálisis cerebral y
responder a todas las preguntas que vayan surgiendo, para, así, evitar que se sientan
abandonados o crean que les relegan a un segundo plano por haber hecho algo malo.
No es bueno ocultarles lo que ocurre a su alrededor con la intención de protegerlos,
sobre todo si ven que su padre y su madre están preocupados.
Es preciso estar atentos para detectar los cambios de comportamiento y en el
estado de ánimo y, así, eliminar conductas inapropiadas (hiperactividad, agresividad,
disminución del rendimiento escolar, etc.) o estados de ánimo negativos. Las
relaciones entre los hermanos mejoran cuando comparten juegos, por lo que es
beneficioso animarles a ello, aunque sin forzarles a llevar a cabo actividades que les
produzcan angustia. Si desde el principio perciben un ambiente acogedor, será más
fácil que acepten a su hermano, perciban el desarrollo de sus vidas con normalidad y
se prevengan sentimientos de angustia y depresión.
En ocasiones, ante el afán de favorecer la participación de todos, existe el
peligro de abrumar a los hermanos con tareas y responsabilidades por encima de las
capacidades de sus edades, implicándoles en el cuidado del hermano/a con
discapacidad.
Cuando el nivel de dependencia es elevado, entre los padres son frecuentes la
ansiedad y depresión ante la incertidumbre que surge por no saber quién se va a
ocupar del hijo con PC cuando ellos falten. Existe el riesgo de transmitir a los otros
hijos/as el desasosiego que les suscita el futuro, haciéndoles responsables del mismo y
que sientan que su porvenir está hipotecado. Por ello, es de vital importancia saber
deslindar hasta dónde es bueno que ayuden en casa y cuándo una demanda excesiva
les impide desarrollar su propio proyecto vital (4).
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6. CAPITULO IIIFACTORES DE RIESGO
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6.1 Factores antenatales de riesgo
Se ha considerado que las causas antenatales constituyen la gran mayoría de las
causas de parálisis cerebral (PC) en países industrializados. En la etiología de la PC se
debe partir de la diferenciación entre factores de riesgo causales e indicadores
tempranos de enfermedad. A su vez, existen causas conocidas, factores de riesgo y
patrones causales de PC, estos últimos no bien conocidos aún. Dentro de las causas
antenatales de PC se encuentran las infecciones, malformaciones, accidentes
cerebrovasculares isquémicos, enfermedades genéticas y trastornos metabólicos.
Muchos patrones causales de PC tienen un origen prenatal, sin embargo, no se
debe sobrevalorar el papel de las causas antenatales, puesto que análisis actuales a
partir de estudios de imagen neurológicaX tac resonancia??
y epidemiológicos
muestran que el momento causal antenatal está presente solo en aproximadamente
un tercio de los casos con PC congénita. La determinación de factores de riesgo de PC
constituye únicamente un acercamiento inicial en la creación y/o confirmación de
hipótesis causales, y su utilidad es limitada cuando lo que se persigue es la prevención
a nivel poblacional. Si bien han sido determinados múltiples factores de riesgo causales
de PC, todavía queda un gran camino por recorrer en el estudio de su etiopatogenia.
(5)
6.2 Factores de riesgo antes del embarazo
El desarrollo socioeconómico ha sido un factor sociodemográfico estudiado
como factor de riesgo de PC. Se ha planteado que la prevalencia de PC en los países
subdesarrollados es más alta debido a una mayor incidencia de asfixia perinatal.
La primera parte de esta afirmación ha sido negada por Clark y Hankins al
encontrar que la prevalencia de PC en algunos países subdesarrollados es similar o algo
inferior en algunos casos a la reportada en países desarrollados, lo que ha servido de
apoyo a la hipótesis de que la PC es un evento del desarrollo y que no está influenciada
significativamente por los cuidados perinatales.
Pero tal análisis debe apoyarse no solo en el comportamiento estadístico de los
indicadores de frecuencia de PC, sino también en el análisis cualitativo y cuantitativo
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de las causas probables en uno y otro medio, ya que existen causas que han sido
controladas en países desarrollados a través de medidas de salud pública y que, sin
embargo, continúan estando presentes en países del tercer mundo. Así mismo, otros
factores de riesgo relacionados con el desarrollo tecnológico constituyen un problema
como causa de PC en países desarrollados pero no en los subdesarrollados. Por otra
parte, las tasas de incidencia y supervivencia en niños pretérminos son diferentes en
los países desarrollados con respecto a los subdesarrollados, son mayores las tasas de
mortalidad perinatal, neonatal y durante el primer año de vida en estos últimos, lo cual
influye en la prevalencia de PC.
El bajo nivel socioeconómico de la familia es otro factor que ha sido
mencionado como de riesgo de PC, pero esta relación no ha podido ser demostrada
consistentemente; es más evidente, aunque en forma no muy significativa, en los
recién nacidos pretérminos.
Dentro de los factores maternos de riesgo antes del embarazo se citan el
retardo en el comienzo de la menstruación, las irregularidades menstruales y los
intervalos intermenstruales prolongados, así como los períodos intergenésicos cortos o
prolongados y la paridad de tres o más, en el caso de los niños pretérminos. El
antecedente de muertes fetales antes del embarazo de un niño con PC también ha
sido un factor de riesgo, al igual que la presencia de determinadas condiciones
maternas como las discapacidades cognitivas, convulsiones y enfermedades del
tiroides.
Aunque se ha sugerido que las causas genéticas constituyen aproximadamente
entre el 1 y 2 % de los casos con PC y que la genética de la PC puede estar relacionada
en parte con la genética de la coagulación o de los componentes de la respuesta
inflamatoria, se ha reportado la presencia de múltiples casos en una misma familia y
una mayor incidencia de PC en los descendientes de matrimonios consanguíneos.
La edad paterna elevada ha sido considerada un factor de riesgo en PC,
mientras que la edad materna avanzada (mayor de 35 años) se ha visto asociada a un
riesgo incrementado de PC, particularmente en recién nacidos a término.
En los niños nacidos a término o casi al término, la raza negra se ha asociado a
un riesgo incrementado de PC, mientras en la asiática el riesgo ha sido menor, al
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comparar ambas con la raza blanca, pero en uno y otro caso la significación estadística
ha sido limitada.
Algunos
polimorfismos
genéticos
que
intervienen
en
accidentes
cerebrovasculares y en la respuesta inflamatoria y de coagulación se han relacionado
con la presencia de PC en niños pretérminos, se han encontrado diferencias entre los
sujetos blancos estudiados según su origen hispánico o no, en cuanto a asociaciones
entre algunos polimorfismos genéticos y PC. (5)
6.3 Factores de riesgo durante el embarazo
Se ha estimado que aproximadamente la mitad de las PC en niños con peso
normal al nacer se relacionan con factores prenatales tales como malformaciones,
accidentes cerebrovasculares prenatales e infecciones congénitas por TORCH, aunque
en los niños pretérminos con PC estos factores son menos frecuentes.
Las malformaciones cerebrales incluyen la holoprosencefalia, la agenesia o
hipoplasia del cuerpo calloso, las malformaciones de la fosa posterior y diversos tipos
de displasias corticales, dentro de las que se destacan la lisencefalia y la paquigiria.
Las displasias corticales cada vez son diagnosticadas con mayor frecuencia, con
el desarrollo de las modernas técnicas de neuroimaginología. Hoy se sabe que en su
génesis intervienen factores genéticos y ambientales. Dentro de los factores genéticos
se encuentran las mutaciones LIS1 y la doblecortina, asociadas a la lisencefalia; y
dentro de los ambientales, las infecciones por citomegalovirus, las cuales se han
asociado a diversas malformaciones cerebrales.
El hallazgo de asociación entre infección prenatal y desórdenes de la migración
neuronal ilustra el hecho de que aún en los casos con malformaciones cerebrales
puede haber otras causas subyacentes, lo que apoya el principio de multicausalidad.
Estas malformaciones cerebrales se asocian a complicaciones intraparto, por lo que
con frecuencia se han interpretado como asfixia al nacer.
Estudios recientes han demostrado que los trastornos de la migración neuronal
no ocurren exclusivamente durante la primera mitad del embarazo, pudiendo no ser
específicos del período prenatal.
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La presencia de anomalías congénitas de cualquier tipo se asocia a un riesgo 5
veces mayor de PC entre niños de cualquier grupo de peso nacidos por parto simple, el
riesgo es aún mayor entre aquellos con anomalías estructurales del Sistema Nervioso
Central (SNC). Sin embargo, los resultados de estudios sobre la asociación entre
malformaciones fuera del SNC y PC son controvertidos.
Las malformaciones del SNC, como causa de PC, se presentan en el 10-14 % de
los casos con PC, según los resultados de estudios basados en los hallazgos de
neuroimagen, hecho que pone en duda las especulaciones de que los eventos del
período antenatal puedan estar presentes como causa de la PC en una proporción tan
alta como la del 80 % de los casos (5).
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7. CAPITULO IV –
TRATAMIENTO DE LA PARALISIS CEREBRAL
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7.1 Deficits cognitivos en pc
Los accidentes cerebrovasculares isquémicos fetales y neonatales son causa de
convulsiones neonatales y PC del tipo de la hemiparesia espástica, aunque también
pueden ocasionar una cuadriparesia espástica. En su génesis se han implicado factores
maternos, placentarios, hematológicos, metabólicos, infecciosos, cardiopatías
congénitas y traumatismos; pero en los últimos años ha cobrado interés el estudio de
los trastornos de la coagulación, tanto congénito como adquirido.
Dentro de los primeros se encuentran la mutación del factor V de Leiden, la
mutación G202 10A del gen del factor de coagulación II o protrombina y deficiencias
de la proteína S, la proteína C y el factor VIII de la coagulación; mientras que dentro de
los segundos se encuentran los debidos a la presencia de anticuerpos antifosfolípidos
(anticardiolipina, anticoagulante de lupus, etc.) en la sangre materna o del niño, los
cuales pueden ser indicadores de enfermedades autoinmunes o de exposición a
drogas.
La infección y/o inflamación intrauterina, de las membranas fetales y del propio
feto han estado asociadas con la ocurrencia de PC en niños nacidos a término y
pretérmino, lo que ha sido ampliamente estudiado en estos últimos. Las infecciones
intrauterinas pueden afectar al feto por dos mecanismos principales que son:
1) Infección materna que invade por vía placentaria, vaginal o sanguínea al feto.
2) Infección materna que afecta al feto de manera indirecta. (5)
En el primer caso, la lesión depende del momento de la gestación en que
ocurre la infección. Las infecciones por TORCH son el ejemplo más característico. La
mayoría causa malformaciones mayores cuando la infección ocurre durante el primer
trimestre del embarazo, sin embargo cuando la infección se produce al final del
embarazo puede ocurrir una infección del SNC dejando daño secuelar como una PC.
Determinados virus neurotrópicos se han asociado con la PC y el nacimiento
pretérmino, lo cual se ha determinado a través de la presencia de sus ácidos nucleicos
en la sangre de recién nacidos.
Las infecciones sin invasión fetal pueden causar daño al cerebro a través de la
respuesta inflamatoria que generan, cuyo estudio se ha centrado en las infecciones
intrauterinas. La infección intrauterina es causa de nacimiento pretérmino, a menudo
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es crónica y usualmente es asintomática hasta el momento en que comienza el trabajo
de parto pretérmino u ocurre la ruptura de membranas.
Las infecciones intrauterinas pueden originar una corioamnionitis, una funisitis
o una vasculitis fetal. La corioamnionitis, a su vez, puede ser clínica o histológica.
Hoy en día no se considera que las bacterias tengan necesariamente que llegar
hasta el cerebro fetal para producir daño a la sustancia blanca, prevaleciendo el
concepto de infección remota en la etiología de la PC y el daño a la sustancia blanca.
La corioamnionitis ha sido aceptada como factor de riesgo de daño a la
sustancia blanca y discapacidad neurológica, sin embargo, los estudios que evalúan la
contribución de la corioamnionitis en la evolución neurológica difieren ampliamente,
debido a que unos evalúan la corioamnionitis clínica mientras otros, la corioamnionitis
histológica. Wu y Cols, demostraron que la corioamnionitis clínica se asocia
significativamente a PC y leucomalacia quística periventricular en pretérminos,
mientras que la corioamnionitis histológica se asocia con leucomalacia quística
periventricular pero no significativamente con la ocurrencia de PC. En la
corioamnionitis histológica el elemento discriminante más importante no parece ser la
inflamación de las membranas, sino la inflamación del cordón y su origen en la placa
coriónica. (5)
Se ha visto que la corioamnionitis con funisitis se asocia a mayor riesgo de daño
a la sustancia blanca en recién nacidos de muy bajo peso, mientras que la
corioamnionitis sin funisitis no aparece.
La asociación entre vasculitis fetal y daño a la sustancia blanca o PC es más
fuerte que la asociación entre corioamnionitis y daño a la sustancia blanca o PC.
Indicadores de la respuesta inflamatoria fetal se asocian con un incremento de
3-6 veces en el riesgo de daño neurológico y más 10 veces en el daño focal a la
sustancia blanca en el subgrupo de niños pretérminos con corioamnionitis histológica y
tiempo de ruptura de membranas menor de una hora, en los que se supone que la
respuesta inflamatoria sistémica fetal no haya sido por infección ascendente a través
de las membranas rotas, sino secundaria a la propia corioamnionitis, lo que ha llevado
a postular que la exposición prolongada a la respuesta inflamatoria fetal sea
particularmente peligrosa.
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La preeclampsia ha sido otro factor asociado a PC, fundamentalmente en los
niños a término.
Para la explicación de este fenómeno existen varios modelos. Uno de ellos es el
isquémico, en el que se asume que la disminución de la perfusión útero-placentaria es
el eslabón primario y el lugar de convergencia de diversos procesos patogénicos
involucrados en la génesis de la preeclampsia. (5)
La hipótesis inflamatoria se basa en el hecho de que la preeclampsia en sí es un
evento inflamatorio, durante el cual se encuentran aumentadas las respuestas
inflamatorias del feto y de la madre. Sin embargo, paradójicamente la preeclampsia
parece disminuir el riesgo de PC en recién nacidos pretérminos. En la explicación de
este fenómeno se ha implicado el uso de sulfato de magnesio, el cual no ha sido una
causa suficiente. La explicación más plausible ha sido la de Greenwood y otros, quienes
llegan a la conclusión de que el aparente riesgo reducido de PC asociado con la
preeclampsia en niños muy pretérminos se debe a las características del grupo control
pareado según edad gestacional. Los controles pretérminos seleccionados son por sí
mismos un grupo de la población general de neonatos que presentan un riesgo
incrementado de PC, debido a que los efectos adversos antenatales y perinatales son
más comunes entre estos que entre los controles a términos, por lo que no cumplen su
papel de controles en este tipo de estudio, pudiendo dar la apariencia de que la
preeclampsia es un factor protector de PC en este grupo de edad gestacional.
La restricción en el crecimiento fetal es una complicación del embarazo que a
menudo resulta en un neonato pequeño o bajo peso para la edad gestacional. El bajo
peso para la edad gestacional se asocia a un riesgo incrementado de PC en niños
nacidos a término, pero en los pretérminos moderados o de muy bajo peso esta
asociación no ha podido constatarse de igual manera.
Dentro de las hipótesis planteadas para explicar la asociación entre restricción
del crecimiento intrauterino y PC se encuentra aquella que plantea que la restricción
del crecimiento intrauterino hace más vulnerable al feto al estrés hipóxico-isquémico
intraparto y la que plantea la relación inversa, es decir, que la restricción en el
crecimiento intrauterino pudiera ser el resultado fundamentalmente de una hipoxia
crónica. Wu y otros han comprobado que la restricción en el crecimiento intrauterino,
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especialmente cuando es severa se asocia de forma significativa con PC en niños a
término y casi al término. (5)
El embarazo múltiple es otro factor de riesgo de PC. La prevalencia de PC se
incrementa con la pluralidad. El riesgo incrementado de PC entre embarazos múltiples
se explica por varios factores. El primero es su asociación con nacimiento muy
prematuro y la ocurrencia de daño cerebral por hemorragia periintraventricular o
leucomalacia. Pero aún al realizar ajustes para las variables prematuridad y restricción
en el crecimiento intrauterino, el riesgo de PC continúa siendo mayor en los niños
nacidos por partos múltiples. La placentación monocoriónica comporta un riesgo
incrementado de PC en el gemelo sobreviviente después de la muerte fetal de su
cogemelo, lo que ha sido explicado por varias teorías, dentro de las cuales la más
aceptada en la actualidad es la que plantea que, debido a la presencia de anastomosis
vasculares placentarias en estos embarazos, al producirse la muerte de un feto ocurre
un desequilibrio hemodinámico debido al paso de sangre desde el feto vivo al feto
moribundo, en cuyo circuito circulatorio hay en esos momentos menor resistencia
vascular, ocasionando hipotensión arterial y daño cerebral en el feto sobreviviente. El
mayor riesgo de PC se mantiene en el gemelo sobreviviente incluso en la etapa infantil,
luego de la muerte de su cogemelo.
En las últimas décadas se ha visto un aumento en la frecuencia de embarazos
múltiples, lo que ha sido atribuido fundamentalmente a los tratamientos por
infertilidad, como el tratamiento con inductores de la ovulación y las tecnologías de
reproducción asistida. La asociación de la fertilización in vitro con PC, ha sido estudiada
en años recientes. Mientras algunos autores han encontrado mayor riesgo de PC en
niños nacidos con esta tecnología, al parecer, debido a que ella aumenta el riesgo de
nacimiento pretérmino, otros no han encontrado que la misma se asocie a mayor
riesgo de PC.
Existen causas poco frecuentes de PC como la ingestión de toxinas por la
madre, algunos desórdenes metabólicos y una extensa lista de síndromes genéticos
raros. Estas dos últimas causas han sido revisadas en detalle en otros lugares.
El hipertiroidismo materno antes del embarazo y el tratamiento con hormonas
tiroideas durante el mismo se han asociado a PC en niños de muy bajo peso. La asfixia
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anteparto ha sido expuesta como una causa importante de PC, aunque resulta difícil
de demostrar debido a la ausencia de métodos no invasivos en la práctica clínica para
su confirmación bioquímica, la cual requiere de la valoración del estado ácido-base con
evidencia de hipoxemia y acidosis. La cordocentesis ha confirmado la ocurrencia de la
misma en poblaciones específicas como la de fetos con restricción del crecimiento
intrauterino y la de fetos inmaduros (5).
Durante varias décadas la afectación cognitiva en niños y adultos con PC se ha
situado en un segundo plano. La mayoría de estudios se han centrado en investigar las
alteraciones físicas, dejando a un lado los aspectos cognitivos que determinan, de igual
manera, la calidad de vida de estos pacientes (Pirila et al., 2004). Es en los últimos años
cuando han aparecido estudios que sostienen que un tercio de los niños con PC
espástica presentan déficits cognitivos, siendo esta proporción de dos tercios en niños
con PC de tipo hemipléjica (Rai et al., 2013). Los niños con PC son especialmente
vulnerables a alteraciones en el aprendizaje y disfunción ejecutiva (Bottcher, 2010).
Los déficits observados se localizan en las escalas manipulativas penalizadas por los
déficits motores y visuales de esta población, por lo que obtienen puntuaciones
mejores en escalas verbales incluso con los déficits de comunicación que algunos
poseen (Pirila et al., 2004).
Existen déficits del funcionamiento ejecutivo y de la memoria de trabajo en
comparación con niños sanos (Baron, Kerns, Müller, Ahronovich y Litman, 2012).
Algunos estudios han encontrado diferencias en las medidas de inhibición de respuesta
(Lemay, Lê y Lamarre, 2012) además de riesgo de déficits en procesos como el
lenguaje, percepción visual y memoria (Si gurdardottir et al., 2008). Así mismo estos
niños presentan un 2.65% más de riesgo de desarrollar TDAH durante la edad escolar
(Bhutta, Cleves, Casey, Cradock y Anand, 2002) (6).
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7.2 Diagnóstico de pc y pronóstico
7.2.1 Diagnóstico
El diagnostico de PC es esencialmente clínico, basado en el conocimiento del
desarrollo normal y de los signos de alarma de las diferentes formas:
1) alarma en tiempo: retraso de adquisiciones, persistencia de patrones motores
arcaicos;
2) alarma en calidad: patrón motor estereotipado que interfiere con la función
(asimetría mantenida, hipotonía o hipertonía, movimientos involuntarios, etc.)
Es fundamental reconocer la existencia de intervalos silentes; por lo que, en las
formas menos graves, se requiere un seguimiento no inferior a un año para su
despistaje.
Es preciso recordar que el diagnóstico completo, que abarca todos los factores
implicados: etiología, tipo de trastorno motor, grado de afectación y trastornos
asociados, es un proceso en el tiempo y requiere de pruebas específicas para su
despistaje.
Por último, es fundamental plantearse un diagnóstico diferencial (véase
Algoritmo diagnóstico).
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Los signos típicos de PC, como: hipotonía, espasticidad y distonía, pueden estar
presentes en otras condiciones, que incluyen: errores congénitos del metabolismo,
enfermedades degenerativas, trastornos neuro-musculares y neoplasias.
El diagnóstico diferencial se basa sobre todo en asegurar que se cumplen los
tres requisitos fundamentales de la definición de PC (trastorno permanente, de origen
cerebral y no progresivo) y se plantea fundamentalmente con: (7)
-
Trastorno transitorio del tono.
-
Trastorno del tono de origen no cerebral.
-
Enfermedades degenerativas.
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Trastorno transitorio del tono
Algunos niños con antecedentes de riesgo presentan en algunas exploraciones
en la época del lactante, signos de trastorno motor comparable a los niños con PC,
pero la evolución muestra la “resolución” del trastorno motor entre los 9 y 18 meses.
La diferencia fundamental con la PC es la variación en exploraciones sucesivas y
que el trastorno motor no interfiere con la función distonia de extremidades
superiores, que desaparece al inicio de la manipulación, o hipertonía de extremidades
inferiores que, desaparece cuando se inicia el desplazamiento.
Debe realizarse un seguimiento de los niños que han presentado un trastorno
transitorio del tono; porque, aunque muchos niños se normalizan o persisten sólo
signos blandos de torpeza motora, entre un tercio y dos tercios de estos niños
evolucionan a trastornos de la esfera cognitiva (déficit cognitivo, TDAH, trastornos
específicos de aprendizaje, etc.). (7)
Trastorno del tono de origen no cerebral
Algunos casos de hipotonía congénita de origen periférico, asociados a déficit
cognitivo, pueden plantear problemas de diagnóstico diferencial en las primeras
etapas y es importante plantearse un diagnóstico diferencial amplio en los casos de
hipotonía congénita, aunque parezca que ha existido una pérdida de bienestar fetal,
porque ésta puede ser secundaria. (7)
Enfermedades degenerativas
Algunas enfermedades degenerativas de inicio precoz y curso evolutivo lento
pueden ser clínicamente indistinguibles de algunas formas de PC durante meses, por lo
tanto, es obligado descartarlas en caso de:
“evolución atípica, signos de regresión, familiares con un cuadro similar, ausencia de
antecedentes, signos asociados de afectación del SN periférico, normalidad o lesión
atípica en neuroimagen”, dadas las evidentes implicaciones no sólo pronósticas, sino
de consejo genético.
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Además, algunas enfermedades metabólicas tienen un tratamiento específico
que puede modificar el curso de la enfermedad, como es el caso del déficit de
biotinidasa o síndromes por déficit de creatinina cerebral, e incluso puede curarse
totalmente el cuadro clínico como es el caso de las formas de distonía dopa sensible).
(7)
7.2.2 Pronóstico en la pc
El pronóstico global en un niño con PC dependerá de muchos factores: la
etiología, la edad a la que se produjo el insulto, la extensión de la lesión en
neuroimagen, de la existencia o no de determinados trastornos asociados y también
de la edad a la que se inicie la atención terapéutica.
Con respecto a los hallazgos de neuroimagen, aunque no exista una correlación
inequívoca, cada vez disponemos de más factores pronósticos.
Ejemplos:
1. Las RM con técnica de difusión y espectroscopia realizadas tras 24 horas y
antes de 5-7 días tras el insulto han aumentado la sensibilidad diagnóstica en los niños
a término con pérdida de bienestar fetal y encefalopatía hipóxica isquémica (EHI).
2.
Se han publicado recientemente criterios radiológicos (RM) simplificados
para intentar predecir el pronóstico en niños con EHI:
- Grado I: no lesiones centrales: ganglios basales, tálamo, brazo post cápsula interna
(BPCI), y pérdida de diferenciación periférica entre sustancia blanca y gris < 10%.
- Grado 2: lesiones centrales (ganglios basales, tálamo) inferiores al 30% de superficie.
No afectación de BPCI, y afectación periférica también inferior al 30% de extensión.
- Grado 3: alteración BPCI y > 30% cambios en ganglios basales o tálamo, o > 30%
afectación córtico-subcortical.
3.
La leucomalacia periventricular a término en los niños prematuros es un
factor de riesgo de PC pero existen bastantes falsos positivos y negativos.
Actualmente, se sabe que la zona “clave” es la corona radiata por encima del
brazo posterior de la cápsula interna. Acorde a un trabajo reciente las lesiones a este
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nivel, valoradas en T1 en cortes coronales, predicen PC con una sensibilidad del 100% y
una especificidad del 97%.
En cuanto al pronóstico de deambulación, que es una de las legítimas
demandas de los padres, podemos basarnos también en varios aspectos clínicos: el
tipo y extensión del trastorno motor y, sobre todo, la valoración funcional motora a los
dos años. (7)
7.3 Tratamiento
Dado que la PC es un trastorno del desarrollo, la atención terapéutica debe
tener en cuenta la importancia de la afectación motora en la globalidad del desarrollo
infantil y adaptarse a las necesidades variables de los patrones cambiantes que
ocurren a lo largo del desarrollo.
Importancia de los trastornos motores en la infancia
1. En el desarrollo normal del niño en los primeros años de vida, la conducta está
basada principalmente en el movimiento, p. ej.: el niño con un tono normal se
adapta a los brazos de la madre, patalea si está contento, echa los brazos para
que lo cojan.
Un buen control cefálico le permitirá pronto ampliar la visión del entorno. La
manipulación le permitirá inicialmente explorar su cuerpo (mira sus manos,
toca sus piernas) y, más adelante, explorar manualmente la textura y forma de
los objetos. Con sus desplazamientos, iniciará la exploración del espacio, etc.
Todas estas actividades estarán limitadas en los niños con trastorno motor; de
manera que, el trastorno motor puede afectar (si no se hace algo para evitarlo)
a todas sus experiencias de relación con el medio: afectivas sensoriales, de
percepción, etc. Así pues, el niño con trastorno motor importante es, además,
un niño “deprivado”.
2. El trastorno motor afecta directamente a dos de las características más propias de
la infancia: el juego y el movimiento. En la escala de valores infantil, la capacidad
motriz es importante: “el que más corre”; “el que mejor juega al fútbol”, etc.; con lo
que, el niño con trastorno motor tendrá dificultades para integrarse en las
motivaciones principales de su grupo de edad. (7)
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Atención terapéutica
Partiendo de la base de que la PC es un trastorno motor permanente y que
afecta además habitualmente a otras funciones, el objetivo de la terapia no es la
curación, sino conseguir el mejor desarrollo funcional en todos los ámbitos. La
atención terapéutica del niño con PC tendrá tres líneas.
I.
Tratamiento del trastorno motor
Objetivos: cada vez se hace más hincapié en el concepto de que el tratamiento
del trastorno motor en la PC no puede ser genérico, sino que deben plantearse
objetivos concretos que puedan ser evaluados. Estos objetivos tenderán a mejorar
una función concreta, a prevenir y tratar las retracciones o deformaciones secundarias
o a paliar el dolor en los casos más graves. Para las familias, el acudir a los diferentes
tratamientos representa un desgaste de tiempo y económico que debe estar
justificado.
Metodología:

Técnicas de terapia funcional (fisioterapia y terapia ocupacional): existen
técnicas variadas sin que exista evidencia en la actualidad de la supremacía de
alguna técnica en particular. El método de terapia del neurodesarrollo (Bobath)
es una de las más utilizadas en nuestro medio. Recientemente, se está
incidiendo más en técnicas cuyo objetivo es mantener la fuerza y longitud
muscular priorizando la repetición de la actividad motora auto generada con
aparente buen resultado. Ej.: en niños con hemiparesia, técnicas de
“aprendizaje motor” basadas en limitar la función con las extremidades sanas
mediante inmovilización, forzando de esa manera el aprendizaje del
movimiento con las extremidades afectas.

Técnicas ortopédicas (ortesis, cirugía): fundamentales en el tratamiento de
estos niños (no incidiré en este tema que debe ser desarrollado por un
especialista).

Tratamiento farmacológico: el tratamiento farmacológico de la espasticidad se
puede plantear a dos niveles:
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o Nivel general: tienen su indicación en la espasticidad generalizada, pero no
son en general bien aceptados por la ocurrencia de efectos adversos. Los
más utilizados son: benzodiacepinas orales (poco recomendable por sus
posibles efectos cognitivos), baclofeno o tizanidina orales, que son, en
general, poco eficaces a las dosis bien toleradas.
En los casos muy graves, tiene su indicación la implantación de una bomba
intratecal debaclofeno.
o Local: toxina botulínica. Existe en la actualidad una gran cantidad de
experiencia documentada de que el tratamiento con toxina botulínica,
aunque no es una panacea, es una intervención muy útil y bien tolerada que
debe plantearse precozmente para evitar o reducir en lo posible las graves
consecuencias de la espasticidad en los músculos afectos (disminución
crecimiento, contractura, disminución progresiva de la movilidad). (7)
Es fundamental, no obstante, plantearlo en un contexto multidisciplinar, pues
carece de sentido inyectar toxina sin ofrecer en paralelo una terapia funcional
aprovechando la relajación muscular).
La dosificación (botox) es variable, de 1a 6 U/kg en un músculo (generalmente
2-3 U/kg) en función de su tamaño y del número de músculos a inyectar, sin superar
las 400 unidades de dosis total.
II. Prevenir o paliar las repercusiones que el trastorno motor condiciona en su
desarrollo global
El segundo objetivo fundamental en la atención terapéutica del niño con PC es
la prevención secundaria de la deprivación ocasionada por su trastorno mediante
adaptaciones.

Material de juego.

Material de desplazamientos (incluyendo silla de ruedas precoz para facilitar la
autonomía).

Material escolar.
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
Medios aumentativos o alternativos de comunicación (fundamental conseguir
que el niño se exprese por sí mismo y no sea tratado eternamente como un
bebé), etc.
El desarrollo de las técnicas de informática y robótica ha representado un avance
en la atención de estos niños, pero se utiliza mucho menos de lo que se debería, por lo
menos en nuestro medio.
III. Despistaje y tratamiento de los trastornos asociados

Sensoriales (hipoacusia, déficit del campo visual, etc.).

Cognitivos (retraso mental, trastornos visoperceptivos, déficit de atención,
etc.).

Epilepsia.

Trastornos del sueño.

Salud general: hipocrecimiento, estreñimiento, reflujo esófago-gástrico, etc.
Por último, es fundamental el apoyo a la familia, proporcionándole en todo
momento una atención e información comprensivas, respetando sus puntos de vista,
haciéndoles copartícipes de todas las decisiones que afectan a su hijo y facilitando al
máximo la información sobre posibles ayudas (7).
pág. 38
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8. CAPITULO V –
CUIDADOS DE ENFERMERIA EN PACIENTES
CON PARALISIS CEREBRAL
pág. 39
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8.1 Alimentación
Los niños con parálisis cerebral tienen un alto riesgo de presentar problemas
nutricionales, la lesión neurológica puede alterar en mayor o menor grado la función
neuromuscular
lo
cual
ocasiona
incoordinación en los procesos de succión,
masticación, deglución y digestión, y a su vez lleva a una ingesta insuficiente y
malnutrición en un porcentaje variable de estos individuos , lo que puede llevar a un
deterioro significativo en la capacidad de alimentación y con el tiempo, a la
desnutrición.
Además de lo anterior se pueden generar problemas de aspiración de
alimentos en los pulmones que ponen en riesgo la vida del niño, lo exponen a
hospitalizaciones frecuentes y generan un aumento considerable del tiempo de
alimentación, esto hace del momento de alimentación una experiencia angustiante
tanto para el niño como para el cuidador. Las dificultades para tener una ingesta
nutricional suficiente para sostener una tasa normal de crecimiento se deben a
problemas en la comunicación que impiden o distorsionan la solicitud de alimento,
dificultad para expresar hambre o preferencias de alimentos, incapacidad para
buscarlo, falta de habilidades de autoalimentación y grados severos de disfunción
oromotora. Las complicaciones adicionales incluyen aspiración de alimento,
disfagia y reflujo gastroesofágico, el cual afecta a más del 75% de estos niños. (8)
8.2 Disfagia
La disfagia es un problema presente en 60% de los niños, además se asocia
con desnutrición hasta en 90% de los casos; de lo anterior se deduce que mientras
una madre o cuidador emplea en promedio 0,8 horas/día en la alimentación de los
niños pequeños y sanos, para los niños con PC se deben invertir hasta ocho horas al
día, sin garantizar con ello la ingestión suficientes de alimentos para prevenir la
malnutrición en el niño. Diferentes trabajos concluyen que las dificultades para la
alimentación representan un predictor importante del inadecuado estado de salud y
nutrición y una mala calidad de vida, estos aspectos generan preocupación y angustia a
los encargados de brindar los cuidados y atenciones requeridas a estos niños , de los
cuales sólo la mitad experimenta una calidad de vida similar a la de niños con
desarrollo normal. Por lo anterior, los niños con PC requieren de monitoreo de su
pág. 40
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crecimiento y desarrollo que permita a los cuidadores, familiares y personal de salud
identificar sus limitaciones y riesgos de acuerdo al tipo de PC con el fin de favorecer
el diseño e implementación de intervenciones contextualizadas y ajustadas a las
necesidades individuales de estos pacientes. (8)
Recomendaciones en el manejo alimentario y nutricional
La American Dietetic Association (ADA) establece que todas las personas
con discapacidad deberían beneficiarse de una atención nutricional como parte de
su cuidado y su cuidador debe ser el protagonista de los procesos educativos en
alimentación y nutrición para este grupo. Antes de cualquier prescripción dietética es
necesario identificar el tipo de parálisis del individuo, grado de afectación de las
habilidades relacionadas con la alimentación y cuáles son las estrategias cotidianas
implementadas por el cuidador para alimentar al niño con PC.
La anamnesis alimentaria debe permitir la identificación de la ingesta de macro
y micronutrientes, el número de comidas/día, el tiempo requerido para la
alimentación, la calidad y variedad de la dieta y, en especial, las estrategias cotidianas
generadas por el cuidador ante las dificultades en el momento de alimentación ,
algunas de ellas generadas por la incapacidad del niño para comunicarse y los
problemas espástico, que producen altos niveles de estrés tanto en el niño como en
el cuidador.
Los objetivos de la alimentación de estos pacientes se deben centrar en
satisfacer los requerimientos de kilocalorías y nutrientes, disminuir los riesgos
asociados a la alimentación como la broncoaspiración y utilizar la vía más fisiológica.
Siempre que sea posible la vía oral será la principal elección, en caso de no cubrir los
requerimientos con las comidas principales, se deben utilizar alimentos de alta
densidad calórica como helados, dulces, aceites, margarinas. La selección de
alimentos debe hacerse de acuerdo con las condiciones económicas y los alimentos
disponibles en el hogar. Ante las dificultades para alcanzar las metas nutricionales
los complementos alimentarios pueden ser una opción.
pág. 41
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Ante los problemas de masticación y deglución las modificaciones en la
consistencia desempeñan un papel importante; preferir alimentos semisólidos,
antes de los líquidos para disminuir riesgos de broncoaspiración y mantener la
función masticatoria, acorde con el desarrollo motor del niño. En caso de
trastornos graves de deglución, debe ofrecerse alimentación espesa, modificada en
viscosidad y reducida en el volumen del bolo. Medidas posturales como la
inclinación hacia atrás del plano de la silla y la flexión ventral de la cabeza pueden
disminuir la posibilidad de broncoaspiración. (9)
Los nutricionistas dietistas y los cuidadores deben tener en cuenta la terapia
deglutoria que comprende modificaciones dietéticas tanto en consistencia como en
volumen de la alimentación; maniobras facilitadoras como deglutir con fuerza para
contraer la musculatura faríngea y cervical, detener la respiración antes y durante la
deglución para provocar el cierre glótico y toser seguidamente para limpiar la faringe,
entre otras. En las maniobras posturales, se recomienda mantener el mentón hacia
abajo para conducir la base de la lengua y posteriormente la epiglotis, la cabeza hacia
atrás para ayudar por gravedad a mantener limpia la cavidad oral y técnicas
facilitadoras que comprenden estimulación térmica/táctil como estímulo frío o táctil
de los pilares anteriores de la faringe y estimulación gustativa, donde el bolo agrio
facilita la respuesta deglutoria.
De acuerdo con la terapia deglutoria las modificaciones dietéticas son sólo
una parte de ésta, por lo tanto se requiere de atención interdisciplinaria en la
cual los profesionales de fonoaudiología y/o fisioterapia asesoren al cuidador en
técnicas para que el paciente conserve unas mínimas funciones cognitivas y motoras.
Además de lo anterior, el nutricionista dietista debe valorar con el equipo
interdisciplinario el compromiso físico y motor del niño con PC, antes de definir los
objetivos y metas desde lo alimentario y nutricional y desarrollar propuestas ajustadas
a las necesidades de cada niño y contextualizadas a las posibilidades de las familias y
cuidadores. Algunas de las estrategias más utilizadas son aquellas que no precisan
colaboración por parte del paciente, como cambios en las características de la dieta y
el manejo adecuado de las maniobras posturales, porque en la práctica un gran
pág. 42
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porcentaje de las personas con PC no preservan una función cognitiva que favorezca la
comprensión de las maniobras facilitadoras. Se debe tener en cuenta que algunos
pacientes no avanzan más allá del consumo de alimentos triturados. (9)
Cuando no es posible la alimentación por vía oral, como parte de la atención
integral brindada por un equipo interdisciplinario (médico pediatra, nutricionista
dietista, médico especialista en medicina física y rehabilitación, neurólogo,
fonoaudiólogo, fisioterapeuta, entre otros), se debe acudir a la alimentación por
sonda o por gastrostomía, con indicaciones claras a los cuidadores, sobre el tipo de
infusión y la forma de administración por bolos o continua.
Es importante considerar otros aspectos para mejorar el momento de la
alimentación del niño como un ambiente agradable, la adecuada temperatura de
los alimentos, la compañía de los familiares o cuidadores, la variedad en la
alimentación y, de manera especial, la acomodación del individuo para consumir los
alimentos, lo cual requiere de adaptaciones tanto para sentarlo, como en los
utensilios con que se brinda la alimentación, dichas adaptaciones
pueden
ser
asesoradas por un profesional en terapia ocupacional.
Alcanzar las metas de alimentación y nutrición de los niños con PC requiere por
parte del nutricionista dietista y la familia y/o cuidador, el diseño de estrategias a
corto, mediano y largo plazo, las cuales deben ser monitoreadas y adaptadas de
manera permanente de acuerdo con el contexto alimentario y nutricional y con el
desarrollo, estado de salud y nutrición del paciente (9).
La disfagia es la alteración o dificultad en el proceso de la deglución. Es
un síntoma que aparece con frecuencia en personas que han sufrido Daño Cerebral.
Las personas que padecen disfagia, pueden tener alterada la eficacia de la
deglución, y por lo tanto, la capacidad para alimentarse e hidratarse de manera
óptima, pudiendo aparecer cuadros de desnutrición y deshidratación. En ocasiones
pueden existir alteraciones en la seguridad de la deglución, con peligro de que se
produzcan complicaciones respiratorias graves.
pág. 43
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El abordaje de este síntoma requiere actuaciones que abarcan un
correcto
diagnóstico
e
intervención terapéutica, incluyendo recomendaciones
nutricionales y tratamiento o reeducación de la deglución.
Actualmente en el CEADAC podemos abordar ambos aspectos, y tras la
valoración y estudio del paciente, indicar a los afectados y sus cuidadores pautas de
actuación. Con el apoyo de una Nutricionista, elaboramos el catálogo de dietas del
CEADAC, que incluye dos tipos de dietas adaptadas a pacientes con disfagia.
Atendiendo a la demanda directa de los familiares, tanto de información
sobre el síntoma, como sobre aspectos prácticos acerca de la alimentación, hemos
elaborado esta
Guía de Nutrición para Personas con Disfagia.
En esta guía se reúnen conceptos clínicos sencillos sobre este síntoma y aspectos
nutricionales básicos para estructurar una dieta, incluyendo recomendaciones
prácticas sobre consistencias y texturas, pautas durante la alimentación, alimentos
recomendados y a evitar, ajuste de calorías y nutrientes y variedad en la alimentación
para que sea aceptada por el paciente.
En definitiva intentamos dar a conocer algunas pautas de actuación, que deberán
ser adaptadas de manera individual y especifica por el equipo de Rehabilitación; y
aportar información práctica para elaborar una dieta ajustada en nutrientes, variada,
apetecible, asequible, con productos de mercado, y en aquellos casos más graves, el
uso correcto de alimentación adaptada con productos farmacéuticos. (9)
Aspectos básicos sobre disfagia en daño cerebral.
La deglución es el proceso de transporte por el que los alimentos y los líquidos
pasan desde la boca hasta el estómago. Es un proceso fundamental, que requiere la
integridad física y funcional de las estructuras anatómicas implicadas. A la vez es un
acto complejo, porque supone la realización de una serie de secuencias motoras tanto
voluntarias como involuntarias, que en última instancia están bajo el control del
sistema nervioso central.
pág. 44
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Comúnmente podemos decir que disfagia es la “dificultad para tragar”. Es un
término que describe un síntoma, que puede estar ocasionado por alteraciones
estructurales que dificultan el transporte del bolo, o bien por alteraciones funcionales
que pueden afectar a la formación y manejo del bolo en la boca, a la secuencia del
reflejo deglutorio y apertura del esfínter esofágico superior. (9)
TIPOS DE DISFAGIA. ETIOLOGIA
En sí misma la disfagia no es una enfermedad, sino un síntoma ocasionado
por otras enfermedades.
La disfagia orofaríngea aparece cuando las dificultades se originan entre la
boca
y
el
esfínter
esofágico superior. Puede ser valorada y susceptible de
tratamiento por el equipo de rehabilitación.
Centrándonos en la disfagia orofaríngea, consideramos dos grandes grupos de
causas:
Aquellas enfermedades que ocasionan alteraciones en la anatomía de
los órganos o disfagia estructural, y las que producen déficits neurológicos y/o
neuromusculares, siendo este grupo el más numeroso (80%), y refiriéndonos a este
tipo como disfagia neurógena.
Es importante aclarar el origen para establecer el pronóstico y el plan de
tratamiento. En el CEADAC tratamos sólo las alteraciones producidas por daño
cerebral adquirido. Por tanto, el objeto de esta guía es proporcionar información sobre
las alteraciones de la deglución originadas por una causa neurológica en adultos, de
instauración brusca y curso no progresivo. l conocimiento del mecanismo normal de
la deglución es básico para interpretar los signos y hallazgos clínicos, valorar la
realización y los resultados de la exploración física y pruebas complementarias, y
definir las dificultades de cada paciente. Asimismo permite establecer los objetivos e
intervenciones terapéuticas más útiles.
pág. 45
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La deglución normal consta de tres fases consecutivas y precisa integridad de
las vías sensitivas, motoras, del córtex cerebral y del cerebelo. (9)
FISIOLOGIA Y FASES DE LA DEGLUCION
Fase oral: Se realiza bajo control voluntario. Consta a su vez de:
a) Fase oral preparatoria
-
Cierre labial; masticación y preparación del bolo.
-
Se mezcla con la saliva y es empujado hacia atrás.
-
La base de la lengua contacta con el paladar blando y evita el paso prematuro
del bolo.
-
Se puede respirar por la nariz.
b) Fase oral de transporte
-
El bolo alcanza la parte más posterior de la cavidad oral
-
La lengua y el velo del paladar se separan y permiten el paso del bolo a la
faringe.
-
Elementos implicados: Labios; glándulas salivares; receptores sensitivos
mucosa oral musculatura orofacial y masticatoria; lengua; musculatura del
paladar blando (músculos palatogloso y palatofaríngeo).
c) Fase faríngea: Se produce el disparo del reflejo deglutorio y el transporte del
bolo hacia el esfínter esofágico superior. Esta fase es involuntaria. Los
acontecimientos se suceden rápidamente y la secuencia ocurre en menos de
un segundo
-
Asciende el paladar blando y se cierra el paso de aire desde la nariz. Se produce
una apnea.
-
Apertura sello palatogloso; ascenso laríngeo; descenso de la epiglotis;
aproximación cuerdas vocales y cierre glótico.
-
El esfínter esofágico se mantiene abierto
Elementos implicados:
pág. 46
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Músculos del suelo de la boca; hueso hioides; cartílagos y músculos laríngeos,
receptores sensitivos mucosa; constrictores faríngeos, músculo cricofaríngeo.
COMPLICACIONES DE LA DISFAGIA OROFARINGEA
La disfagia es un síntoma de alta prevalencia entre los pacientes con daño
cerebral adquirido. En ocasiones puede pasar desapercibida o se minimiza su alcance
debido a la magnitud
complicaciones
de
secundarias
otros
déficits.
empeora
Sin
el
embargo,
pronóstico
la
aparición
de
aumentando
la
morbimortalidad; interfiere en la recuperación funcional y supone un impacto
negativo sobre la calidad de vida de estas personas.
La detección del problema es el primer paso para un diagnóstico correcto. La
instauración de medidas terapéuticas con carácter precoz, puede evitar la aparición de
estas complicaciones. (9)
SIGNOS Y SINTOMAS DE SOSPECHA
La disfagia es un síntoma de alta prevalencia entre los pacientes con daño cerebral
adquirido. En ocasiones puede pasar desapercibida o se minimiza su alcance debido a
la magnitud de otros déficits. Sin embargo, la aparición de complicaciones
secundarias empeora el pronóstico aumentando la morbimortalidad; interfiere en
la recuperación funcional y supone un impacto negativo sobre la calidad de vida de
estas personas.
La detección del problema es el primer paso para un diagnóstico correcto. La
instauración de medidas terapéuticas con carácter precoz, puede evitar la aparición de
estas complicaciones.
•Tos o atragantamiento al comer, o inmediatamente después, con todas o con alguna
consistencia (líquidos).
• Cambios en la voz (voz húmeda o mojada). Disfonía.
• Babeo, dificultad para el control de la saliva.
• Dificultad para la formación del bolo y el manejo de la comida en la boca.
pág. 47
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• Deglución fraccionada.
Tragar la comida en pequeñas cantidades, poco a poco.
• Residuos en la boca post deglución.
• Sensación de retención de alimento en la faringe y necesidad de hacer varias
degluciones.
• Carraspeo.
• Emplear excesivo tiempo para comer.
• Pérdida de peso progresiva.
Signos de desnutrición y deshidratación.
• Picos febriles de etiología no filiada.
• Infecciones respiratorias de repetición. a detección precoz de los síntomas, la
valoración individual de los pacientes, la realización de pruebas complementarias, el
planteamiento de las intervenciones terapéuticas (incluyendo la instauración de
medios alternativos a la deglución por vía oral) y la monitorización de resultados
requieren la colaboración de varios profesionales.
La implicación del paciente, y de sus cuidadores, es básica para obtener resultados
satisfactorios.
El abordaje multidisciplinar permite optimizar los recursos y conocimientos de los
diferentes profesionales y trabajar de manera continua en la consecución de los
objetivos del programa de rehabilitación, que en última instancia, son alcanzar un
adecuado estado de nutrición e hidratación y evitar las complicaciones respiratorias.
2. Métodos diagnósticos y valoración.
El objetivo de la valoración diagnóstica de la disfagia orofaríngea es evaluar las dos
características que definen la deglución:
a) La evaluación de la EFICACIA de la deglución: capacidad del paciente para ingerir los
alimentos y el agua que necesita para estar bien nutrido e hidratado.
pág. 48
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b) La evaluación de la SEGURIDAD de la deglución: capacidad del paciente para ingerir
el agua y los alimentos sin que se produzcan complicaciones respiratorias.
Aproximación a la disfagia
Para evaluar estas dos características de la deglución, los profesionales disponemos
de:
a) Los métodos CLÍNICOS, la historia clínica específica y la exploración física de las
estructuras y función de órganos implicados en la deglución y mediante el
método volumen-viscosidad, que le realizará su médico rehabilitador en el
TDAH.
b) La exploración de la deglución mediante pruebas complementarias
específicas,
como
la VIDEOFLUOROSCOPIA,
la fibrolaringoscopia y la
manometría faringoesofágica. (9)
Actualmente son realizables sólo en algunos de los hospitales de referencia.
1. Otras vías de alimentación.
La nutrición enteral (NE) se emplea en aquellos casos en los que, siendo el
aparato digestivo funcionarte, la vía oral de alimentación no es posible o no
proporciona un aporte nutricional adecuado. Consiste en el aporte de agua o
nutrientes (utilizando preparados comerciales con una formula definida) por vía
digestiva (directamente al estómago o intestino delgado). Se puede realizar a través de
diferentes sistemas, ya sean sondas nasales o nasoentéricas (SNG, SNE) u ostomías
(gastrostomía endoscópica percutánea o PEG).
En el caso de la sonda nasogástrica (SNG) se coloca accediendo por fosa nasal
quedando situado el extremo distal en estómago (en la SNE el extremo distal se
localiza en intestino delgado). La gastrostomía (PEG) se implanta mediante radioscopia
o cirugía.
La SNG debe emplearse en pacientes con alteración en la deglución en la fase aguda de
recuperación y que no puedan alcanzar sus necesidades nutricionales por vía oral (50%
del total de nutrientes al día). Su uso se recomienda cuando se prevé que la necesidad
pág. 49
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de aporte por esta vía no va a tener más de 4 a 6 semanas de duración y no hay reflujo
gastroesofágico.
La gastrostomía (PEG) se implanta cuando existe la necesidad de nutrición enteral
prolongada (más allá de 4-6 semanas) y no hay contraindicaciones tales como
patologías primarias gástricas, alteraciones del vaciamiento gastroduodenal, reflujo
gastroesofágico importante, carcinoma gástrico, coagulopatías y ausencia de reflejo
nauseoso entre otras.
Métodos de administración
La nutrición enteral (NE) se puede administrar de forma continua o mediante bolos.
Es más fisiológico administrarla de forma intermitente pero dependerá en cualquier
caso de que el vaciado gástrico y la función digestiva sean adecuadas (9).
8.3 Personas con discapacidad motora
Las personas con discapacidad motora, presentan una alteración en la marcha y
suelen requerir ayudas para su desplazamiento. En ocasiones, pueden presentar
asociadas necesidades que afectan a su capacidad manipulativa, a circunstancias
propias de su autocuidado o a su competencia comunicativa. A la hora de establecer
una relación con personas con esta discapacidad en cualquier entorno, tenemos que
considerar los siguientes aspectos:

Al dirigirnos hacia ella, hacerlo siempre por delante, cara a cara.

Poner las cosas a su alcance y adecuar la altura de textos o mensajes escritos.

Ante una explicación o cuando hay que observar algo, es conveniente que
se coloquen en primera fila para que el resto de personas no les dificulten la
percepción visual o auditiva.

A la hora de colaborar en sus desplazamientos con silla de ruedas, esperar a su
petición de ayuda. Nuestra ayuda será oportuna sólo si la requiere. Si nos
paramos en algún lugar, comprobaremos que la silla esté bien colocada.

En espacios estrechos, debemos prestar atención a que las manos y pies no
choquen contra puertas, paredes...
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
Si nos encontramos con un escalón:
Para subirlo, pondremos la silla de frente al escalón de manera que primero
subirán las ruedas delanteras y luego las traseras. Nos colocaremos detrás por
seguridad.
Para bajarlo, colocaremos la silla de espaldas al escalón de manera que bajan
primero las traseras. Aquí también nos colocaremos detrás por precaución.

Si nos encontramos con una rampa:
Para subir, la silla estará de frente a la rampa. Una vez subida, nos
cercioraremos de que la silla ha superado por completo la pendiente.
Para bajarla, la silla irá de espaldas a la rampa de manera que se irá hacia atrás.
Una vez abajo, comprobaremos que está bien colocada.

En el caso de otras necesidades asociadas a la discapacidad motora, conviene
tener en cuenta lo siguiente: Dependiendo de la lesión, algunas personas
con discapacidad motora pueden encontrar dificultades en la manipulación
de determinados objetos o prendas. En las situaciones en las que esté llevando
a cabo un manejo manipulativo, respetaremos su iniciativa y el ritmo con el
que ejecuta la acción, sin interferir en la misma.

Algunas personas tienen alterada su capacidad verbal, por lo que les resulta
más difícil hacerse entender. Debemos escucharles sin prisas, hasta el final,
aunque intuyamos lo que quiere decir.

Evitaremos completar sus frases o terminar nosotros su mensaje. Si no lo
hemos entendido, hacérselo saber y escuchar nuevamente con calma y
atención sin caer en interpretaciones.

Respecto a los baños adaptados, tendremos perfectamente localizada la
ubicación de los mismos para poder orientar a quien pueda preguntarnos por
ellos. Si la pregunta se produce, describiremos claramente el itinerario a seguir
para llegar hasta el que se encuentre más cercano (10).
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9. CAPITULO VICODIGO DE DISCAPACIDAD
pág. 52
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Este código está diseñado por los integrantes del Foro de Justicia y Discapacidad. Está
formado por 142 normas de las cuales 17 se recogen a texto completo y 125 de forma
fraccionada. Se intenta que sea un instrumento eficaz para divulgar la normativa
referente a la discapacidad.
Se ha recopilado la normativa estatal para ordenar, sistematizar una pluralidad de
normas, que aunque sean diversas responden a unos mismos principios, reconocibles
en su literalidad y finalidad. Pero la sistematización no es un objetivo en sí mismo sino
que tiene un carácter teleológico, una finalidad, que en este caso es plural. La
concentración de una pluralidad de normas jurídicas, nacionales e internacionales, en
una obra, facilitará la búsqueda a aquellas personas que, con alguna discapacidad o sin
ella, quieran hacer una primera aproximación a una cuestión que les preocupe o en la
que estén interesados. Esta búsqueda no siempre es sencilla ni siquiera para el jurista
es ardua para el lego en Derecho, y por ello se hace mediante un texto fácilmente
accesible, gratuito y en permanente actualización. Estas ventajas solo eran posibles
de la mano del Boletín Oficial del Estado. Se desea que la obra satisfaga también las
necesidades e inquietudes de los diversos operadores
jurídicos
que,
ya
sea
ocasional o habitualmente, trabajan en el ámbito de la discapacidad, poniendo a
su disposición una herramienta útil, rigurosa y fiable.
Al promover su plena integración social, su autonomía personal, la eliminación de las
barreras, no sólo las físicas, no estamos limitándonos a cumplir un inexcusable deber
ético y jurídico, sino que estamos decidiendo qué tipo de sociedad queremos ser. (11)
pág. 53
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9.1 Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad
Este acuerdo sobre los derechos de las personas con discapacidad tiene por base el
reconocimiento de la dignidad y el valor de los derechos iguales de todos los miembros
de la familia humana. Recuerda la necesidad de garantizar que las personas con
discapacidad ejerzan plenamente y sin discriminación ninguna.
La discapacidad es un concepto que evoluciona y que resulta de la interacción entre
las personas con deficiencias y las barreras debidas a la actitud y al entorno que
evitan su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de
condiciones con las demás y por ello en esta convención se quiere plasmar la igualdad
de Oportunidades para las Personas con Discapacidad como factor en la promoción, la
formulación y la evaluación de normas, planes, programas y medidas a nivel nacional,
regional e internacional.
La discriminación contra cualquier persona por razón de su discapacidad constituye
una vulneración de la dignidad y el valor inherentes del ser humano. Las personas con
discapacidad siguen encontrando barreras para participar en igualdad de condiciones
con las demás en la vida social y se siguen vulnerando sus derechos humanos en
todas las partes del mundo, por eso es importante la cooperación internacional para
mejorar las condiciones de vida de las personas con discapacidad en todos los países,
en particular en los países en desarrollo.
El valor de las contribuciones que realizan y pueden realizar las personas con
discapacidad al bienestar general y a la diversidad de sus comunidades, y que la
promoción del pleno goce de los derechos humanos y las libertades fundamentales por
las personas con discapacidad y de su plena participación tendrán como resultado un
mayor sentido de pertenencia de estas personas y avances significativos en el
desarrollo económico, social y humano de la sociedad y en la erradicación de la
pobreza.
Se recuerda también que, las
personas
con
discapacidad
deben
tener
la
oportunidad de participar activamente en los procesos de adopción de decisiones
sobre políticas y programas, la importancia de la accesibilidad al entorno físico, social,
económico y cultural, a la salud y la educación y a la información y las comunicaciones,
pág. 54
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para que puedan gozar plenamente de todos los derechos humanos y libertades
fundamentales.
Por último, estas personas tienen derecho a recibir protección de sus familias y del
Estado, y sus familiares deben recibir la protección y la asistencia necesarias para que
las personas con discapacidad gocen de sus derechos plenamente y en igualdad de
condiciones.
A continuación cito algunas de las características de los artículos de este código: (11)
-
Igualdad y no discriminación.
-
Mujeres con discapacidad.
Convención.
-
Niños y niñas con discapacidad: asegurar que todos los niños y las niñas con
discapacidad gocen plenamente de todos los derechos humanos y libertades
fundamentales en igualdad de condiciones con los demás niños y niñas.
-
Toma de conciencia.
-
Accesibilidad: que las personas con discapacidad puedan vivir en forma
independiente y participar plenamente en todos los aspectos de la vida.
-
Situaciones de riesgo y emergencias humanitarias: medidas necesarias para
garantizar la seguridad y la protección de las personas con discapacidad en
situaciones de riesgo,
incluidas
situaciones
de
conflicto
armado,
emergencias humanitarias y desastres naturales.
-
Libertad y seguridad de la persona.
-
Protección contra la explotación, la violencia y el abuso.
-
Protección de la integridad personal.
-
Derecho a vivir de forma independiente y a ser incluido en la comunidad.
-
Movilidad personal.
-
Libertad de expresión y de opinión y acceso a la información.
-
Respeto de la privacidad.
-
Respeto del hogar y de la familia.
pág. 55
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-
Salud: las personas con discapacidad tienen derecho a gozar del más alto
nivel posible de salud sin discriminación por motivos de discapacidad.
-
Habilitación y rehabilitación: que las personas con discapacidad puedan lograr y
mantener la máxima independencia, capacidad física, mental, social y
vocacional, y la inclusión y participación plena en todos los aspectos de la vida.
-
Nivel de vida adecuado y protección social.
-
Participación en la vida cultural, las actividades recreativas, el esparcimiento y
el deporte.
9.2 Sistema de prestaciones sociales y económicas
Sistema especial de prestaciones sociales y económicas para las personas con
discapacidad.
1. La acción protectora del sistema especial de prestaciones sociales y económicas
para las personas con discapacidad que por no desarrollar una actividad laboral,
no están incluidos en el campo de aplicación del Sistema de la Seguridad Social,
comprenderá:
a) Asistencia sanitaria y prestación farmacéutica.
b) Subsidio de movilidad y compensación por gastos de transporte.
c) Recuperación profesional.
d) Rehabilitación y habilitación profesionales.
2. La asistencia sanitaria y la prestación farmacéutica tendrán la extensión, duración y
condiciones que se prevean reglamentariamente.
3. Las personas beneficiarias de los subsidios de garantía de ingresos mínimos y por
ayuda de tercera persona, continuarán con el derecho a la percepción de los mismos
de acuerdo con lo establecido en la disposición transitoria única.
Los artículos referentes a este apartado mencionan:
pág. 56
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-
Prestación farmacéutica del sistema especial de prestaciones sociales y
económicas para las personas con discapacidad.
-
Atención integral: los procesos o cualquier otra medida de intervención
dirigidos a que las personas con discapacidad adquieran su máximo nivel de
desarrollo y autonomía personal, y a lograr y mantener su máxima
independencia, capacidad física, mental y social, y su inclusión y participación
plena en todos los aspectos de la vida, así como la obtención de un empleo
adecuado.
-
Habilitación o rehabilitación médico-funcional.
-
Atención, tratamiento y orientación psicológica.
-
Prestación de servicios: los poderes públicos garantizarán la prevención, los
cuidados médicos y psicológicos, los apoyos adecuados, la educación, la
orientación, la inclusión social y laboral, el acceso a la cultura y al ocio, la
garantía de unos derechos económicos, sociales y de protección jurídica
mínimos y la Seguridad Social.
-
Financiación: la financiación
de
las distintas prestaciones, subsidios,
atenciones y servicios contenidos en esta ley se efectuará con cargo a los
Presupuestos Generales del Estado, y a los de las comunidades autónomas y
entidades locales, de acuerdo con las competencias que les correspondan
respectivamente.
En
dichos
presupuestos
deberán
consignarse
las
dotaciones correspondientes conforme a la legislación vigente.
-
Toma de conciencia social: los poderes públicos desarrollarán y promoverán
actividades
de
información, campañas de toma de conciencia, acciones
formativas y cuantas otras sean necesarias para la promoción de la igualdad de
oportunidades y la no discriminación, en colaboración con las organizaciones
representativas de las personas con discapacidad y sus familias. (11)
pág. 57
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10. CONCLUSIONES
pág. 58
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Tras este recorrido por la parálisis cerebral, los efectos y variables emocionales que las
familias experimentan y el papel que debe desempeñar la enfermera en la
intervención con estas personas, me gustaría recalcar las principales ideas que he
querido transmitir con el presente trabajo.
Hoy en día, la parálisis cerebral sigue siendo una gran desconocida a pesar de ser la
causa más frecuente de discapacidad física en niños en los países desarrollados.
Gran parte de la población posee percepciones erróneas acerca de este trastorno, al
igual que las familias que se enfrentan por primera vez con ella.
Son muchas y muy diversas las problemáticas que sobrevienen a estas familias y está
muy vivo el componente emocional en esta nueva situación que se va a extender a lo
largo de su ciclo vital.
Estas emociones tan intensas pueden dificultar la atención a las necesidades de las
personas con parálisis cerebral. Por tanto, la labor de los profesionales de enfermería
ha de ser la de dar respuesta en la mayor medida de lo posible a esos problemas,
necesidades y carencias que genera la llegada al mundo de un nuevo hijo con parálisis
cerebral y proporcionar la educación sanitaria necesaria para sus cuidados adecuados.
Su intervención será global y continuada en el tiempo y sus principales labores se
centrarán en informar, orientar y formar a las familias en la atención, cuidado y
desarrollo de la persona con parálisis cerebral, ofrecerles apoyo emocional y contribuir
al establecimiento de redes de apoyo tanto para las personas afectadas como para sus
familias.
Por todo ello, el profesional de enfermería ha de ser un profesional formado en
cuidados de pacientes dependientes, habilidades de comunicación tales como la
empatía o la escucha activa, que le permitirán ir creando un clima de confianza con las
familias en el que estas se sientan seguras, escuchadas y comprendidas desde los
primeros momentos
Trabajará con ellas desde una perspectiva de atención positiva incondicional para
motivarlas e intentar promover su participación e implicación en todo el proceso de
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intervención y será capaz de trabajar en grupo y coordinarse con otros profesionales
para ofrecer a las familias una intervención lo más completa posible.
Para finalizar, me gustaría concluir este trabajo dejando constancia de las limitaciones
a las que me he visto sometida en muchas ocasiones a lo largo de su elaboración
debido a la escasa documentación publicada sobre este tema, en especial, desde el
punto de vista de la enfermería.
Por tanto, quisiera resaltar lo importante que sería continuar con la investigación
acerca de la parálisis cerebral y sobre la intervención que se hace desde la enfermería
con estas familias, ya que es bastante escasa la información que se puede encontrar
escrita, tanto en bibliotecas como en la web.
Desde mi punto de vista, sería muy interesante continuar en esta línea haciendo
accesible esa información a toda la población que, como yo, sienta curiosidad y quiera
saber más acerca de esta gran desconocida.
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11. REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
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