Número de registro: 20068 Novena Época Instancia: Tribunales

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AMPARO DIRECTO 498/2006.
Número de registro: 20068
Novena Época
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: Tomo XXV, Abril de 2007
Página: 1429
AMPARO DIRECTO 498/2006. DLG INDUSTRIAS, S.A. DE C.V.
CONSIDERANDO:
SEXTO. En cambio, es esencialmente fundado el quinto concepto de violación en la parte en
que la quejosa se duele de que el tiempo extra reclamado por el tercero perjudicado es
inverosímil.
Así se considera, ya que deviene ilegal la condena impuesta por la responsable en torno al
tiempo extra reclamado por el actor laboral, pues este Tribunal Colegiado de Circuito estima
que la reclamación de horas extras es inverosímil, toda vez que en atención a la cantidad de
horas que se reclamaron (cuatro diarias) y el horario de éstas (de las dieciséis a las veinte
horas de lunes a sábado, y de las ocho a las veinte horas los domingos), laboradas
inmediatamente después de su jornada ordinaria, es decir, sin ningún día de descanso, revela
que el trabajador no tuvo el tiempo suficiente para descansar y alimentarse, en consideración
a que la actividad que manifestó de gerente de personal, aun cuando por lo regular es de
carácter intelectual, requiere de determinada actividad física, lo que en función al número de
doce horas laboradas diariamente de lunes a domingo, no es creíble que permita la extensión
del horario de trabajo en esa proporción.
Así, es indudable que la jornada aducida por el trabajador no permitía que de las veinte horas
en que concluía las labores, a las ocho de la mañana del día siguiente, en que la iniciaba de
nueva cuenta, sin algún día de descanso, tuviera tiempo suficiente para descansar y recuperar
energías; lo que hace patente que la acción de pago de horas extras no se funda en
circunstancias acordes con la naturaleza humana, pues dado el número de horas trabajadas al
día (doce horas), la naturaleza del trabajo desempeñado por espacio superior a un año, origina
un esfuerzo intelectual y físico considerable y prolongado que impide creer que el común de
las personas pueda desempeñarlo.
Ahora, en cuanto a la inverosimilitud del reclamo de horas extras, la otrora Cuarta Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación sustentó la jurisprudencia 4a./J. 20/93, en la que
estableció:
"HORAS EXTRAS. RECLAMACIONES INVEROSÍMILES. De acuerdo con el artículo
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784, fracción VIII, de la Ley Federal del Trabajo y la jurisprudencia de esta Sala, la carga de
la prueba del tiempo efectivamente laborado cuando exista controversia sobre el particular,
siempre corresponde al patrón, por ser quien dispone de los medios necesarios para ello, de
manera que si no demuestra que sólo se trabajó la jornada legal, deberá cubrir el tiempo
extraordinario que se le reclame, pero cuando la aplicación de esta regla conduce a resultados
absurdos o inverosímiles, las Juntas deben, en la etapa de la valoración de las pruebas y con
fundamento en el artículo 841 del mismo ordenamiento, apartarse del resultado formalista y
fallar con apego a la verdad material deducida de la razón. Por tanto, si la acción de pago de
horas extras se funda en circunstancias acordes con la naturaleza humana, como cuando su
número y el periodo en que se prolongó permiten estimar que el común de los hombres
pueden laborar en esas condiciones, por contar con tiempo suficiente para reposar, comer y
reponer sus energías, no habrá discrepancia entre el resultado formal y la razón humana, pero
cuando la reclamación respectiva se funda en circunstancias inverosímiles, porque se señale
una jornada excesiva que comprenda muchas horas extras diarias durante un lapso
considerable, las Juntas pueden válidamente apartarse del resultado formal y resolver con
base en la apreciación en conciencia de esos hechos, inclusive absolviendo de la reclamación
formulada, si estiman que racionalmente no es creíble que una persona labore en esas
condiciones sin disfrutar del tiempo suficiente para reposar, comer y reponer energías, pero
en todo caso, deberán fundar y motivar tales consideraciones." (Apéndice al Semanario
Judicial de la Federación 1917-2000, Tomo V, Materia del Trabajo, jurisprudencia, Volumen
1, tesis 251, página 201 y siguiente).
Conforme al criterio transcrito, cuando la acción de pago de horas extras se funda en
circunstancias inverosímiles, porque se señale una jornada excesiva que comprenda muchas
horas extras diarias durante un lapso considerable, las Juntas pueden válidamente apartarse
del resultado formal y resolver con base en la apreciación en conciencia de esos hechos,
inclusive, absolviendo de la reclamación formulada si estiman que racionalmente no es
creíble que una persona labore en esas condiciones sin disfrutar del tiempo suficiente para
reposar, comer y reponer energías, pero en todo caso deberán fundar y motivar tales
consideraciones.
Ahora, si bien en la contradicción de tesis número 35/92, de la cual emergiera el criterio
jurisprudencial antes transcrito, se advierte que al resolverla se tuvo presente, entre otros, el
diverso criterio jurisprudencial de la voz: "HORAS EXTRAORDINARIAS, CARGA DE LA
PRUEBA DE LAS.", de la entonces Cuarta Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, en cuyo precedente, relativo al amparo directo 5231/84, promovido por Rosendo
Nieto Ornelas, se reclamó el pago de cuatro horas extras diarias, número que se consideró
creíble para exigir tal reclamo; al efecto, conviene reproducir, en la parte conducente, la
ejecutoria referida a fin de sustentar lo establecido:
"... Así las cosas, es oportuno señalar, a manera de antecedente, los criterios fundamentales
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que sobre la carga de la prueba del tiempo extraordinario ha sostenido esta Sala. Al respecto,
es de advertir que antes de las reformas que en el año de mil novecientos ochenta se hicieron
a la Ley Federal del Trabajo, esta Sala consideró que dicha carga procesal correspondía al
reclamante, según puede verse de la tesis jurisprudencial publicada con el número 116 en la
página 121, Quinta Parte del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917 a 1975,
que dice:
"‘HORAS EXTRAORDINARIAS. Cuando se reclama el pago de horas extraordinarias
trabajadas, es el reclamante el que está obligado a probar que las trabajó, precisando el
número diario de ellas, pues no basta demostrar en forma vaga y general que se realizó
trabajo fuera de la labor ordinaria, sino que deben probarse de momento a momento, esto es,
a qué hora comenzaba la labor extraordinaria y cuándo concluía, a fin de que se pueda
computar su monto, pues como ha de pagarse por horas y a salario doble, es necesario que el
juzgador precise esto en forma que no lesione intereses, y cuando ello no ocurre, ha de
absolverse por falta de base para precisarlas.’
"Dicho criterio se cambió con motivo de las reformas que se hicieron a la Ley Federal del
Trabajo en el año de mil novecientos ochenta, pues se estimó que corresponde al patrón la
carga de la prueba del tiempo extraordinario, según puede verse de la tesis de jurisprudencia
publicada con el número 126 en la página 111, Quinta Parte del Apéndice al Semanario
Judicial de la Federación 1917 a 1985, reiterada con el número 925 en la compilación de
1988, Segunda Parte:
"‘HORAS EXTRAORDINARIAS, CARGA DE LA PRUEBA DE LAS. La tesis
jurisprudencial número 116, publicada en la página 121 del Apéndice de jurisprudencia de
1917 a 1975, que, en esencia, sostiene que corresponde al trabajador acreditar de momento a
momento el haber laborado las horas extraordinarias, seguirá teniendo aplicación para los
juicios que se hayan iniciado bajo el régimen de la Ley Federal del Trabajo de 1970, antes de
las reformas procesales de 1980, pues dicha jurisprudencia se formó precisamente para
interpretarla en lo referente a la jornada extraordinaria; pero no surte efecto alguno tratándose
de juicios ventilados a la luz de dichas reformas procesales, cuya vigencia data del 1o. de
mayo del citado año, pues su artículo 784, establece que «La Junta eximirá de la carga de la
prueba al trabajador, cuando por otros medios esté en posibilidad de llegar al conocimiento
de los hechos, y para tal efecto requerirá al patrón para que exhiba los documentos que, de
acuerdo con las leyes, tiene la obligación legal de conservar en la empresa, bajo el
apercibimiento de que de no presentarlos, se presumirán ciertos los hechos alegados por el
trabajador, y que en todo caso corresponderá al patrón probar su dicho cuando exista
controversia sobre ... fracción VIII. La duración de la jornada de trabajo», y por ende, si el
patrón no demuestra que sólo se trabajó la jornada legal, deberá cubrir el tiempo
extraordinario que se le reclame.’
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"También es conveniente señalar que el criterio de esta última jurisprudencia se integró con
ejecutorias que decidieron asuntos en los que las reclamaciones de tiempo extraordinario se
fundaron en circunstancias verosímiles, puesto que, en lo que se refiere el amparo directo
número 7463/82, promovido por María de Lourdes Lorenzo Rodríguez, se reclamó una hora
y media extra diaria; en el relativo al amparo directo número 6524/81, promovido por
Cortinas y Puertas Electromecánicas, Sociedad Anónima, el trabajador reclamó el pago de
tres horas extras diarias; en lo que corresponde al amparo directo número 9020/83,
promovido por Esther Digna Pérez de Bolaños, se reclamó el pago de una hora extra diaria; y
en lo que se refiere al amparo directo número 5231/84, promovido por Rosendo Nieto
Ornelas, se reclamó el pago de cuatro horas extras diarias. En el amparo directo número
6425/82, promovido por Ferrocarriles Nacionales de México, no se precisó el tiempo
extraordinario que se reclamaba.
"Como puede verificarse de la relación acabada de efectuar, la tesis jurisprudencial de mérito
se estableció con motivo de reclamaciones laborales en que los trabajadores demandaban el
pago de horas extras por un tiempo creíble conforme a la razón y a la experiencia; por ello
fue que en la parte final esta Cuarta Sala sostuvo que ‘... si el patrón no demuestra que sólo se
trabajó la jornada legal, deberá cubrir el tiempo extraordinario que se le reclame’,
determinación que en concordancia con los planteamientos litigiosos resueltos es correcta y
se reitera dentro de las mismas condiciones.
"Sin embargo, a la luz de nuevos planteamientos, como los considerados en las sentencias
contradictorias que son objeto de este examen, en uno de los cuales el actor llega a demandar
el pago de dieciséis horas extras diarias durante muchos días, lo cual ante la falta probatoria
de la demandada llevaría a conclusiones irracionales o absurdas por opuestas a la naturaleza
humana, se impone matizar la tesis jurisprudencial mencionada para evitar abusos o
extralimitaciones. ..." (El subrayado es de este Tribunal Colegiado).
Lo cierto es que, en el caso, lo que hace inverosímil el tiempo extra reclamado es el hecho de
que el trabajador lo reclama también respecto del día domingo, y en esa hipótesis habría de
considerar que el tiempo extra se incrementa con la totalidad de las doce horas que aduce el
quejoso laboraba los domingos. Luego, si nuestro Máximo Tribunal consideró que cuatro
horas extras diarias era un número creíble para exigir tal reclamo, ello debe entenderse a
partir de una jornada de ocho horas diarias que no exceda del máximo legal de cuarenta y
ocho horas a la semana, de donde se sigue que si bien con base en dicho criterio
jurisprudencial sería creíble que el aquí tercero perjudicado hubiese laborado hasta
veinticuatro horas extras semanales, lo cierto es que, en el caso, la jornada semanal en que
dice se desempeñó comprende de las ocho a las veinte horas de lunes a domingo, por lo que
habría de establecer que laboró treinta y seis horas extras a la semana y sin descansar ningún
día, lo cual es lo que en este caso hace inverosímil el reclamo de tiempo extra, pues es ilógico
que alguien labore todos los días de la semana durante muchos días doce horas diarias, ya que
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toda persona tiene necesidad de descansar un día a la semana, precisamente para reponer
energías y convivir con la familia, que fue lo que tomó en cuenta el legislador para establecer
en el artículo 69 de la Ley Federal del Trabajo, que por cada seis días de trabajo debía
descansarse por lo menos uno.
Cabe establecer que la otrora Cuarta Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al
resolver la contradicción de tesis 13/92, abordó el tema relativo al día de descanso o séptimo
día y consideró, esencialmente, lo siguiente:
"... Inicialmente el artículo 69 establece el descanso semanal como consecuencia de haber
laborado seis días, consistente, por lo menos, en un día de reposo con goce de salario íntegro,
imperativo que se complementa con los siguientes artículos, o sea, 70 y 71, de acuerdo con
los cuales no hay obligación de que tal descanso sea precisamente en domingo, aunque debe
procurarse que lo sea en tal día, dada la antiquísima y arraigada práctica, incluso
internacional, que al efecto existe por diversas y numerosas razones. Naturalmente no es
posible impedir que cierta clase de trabajos y, desde luego, los de tipo continuo deban
realizarse en domingo, debiéndose a ello que el legislador haya dispuesto que en tales casos
se descanse un día de la semana diverso al domingo y, además, perciba el trabajador una
prima de un veinticinco por ciento, por lo menos, sobre el salario que corresponda.
"En el artículo 73 se establece expresamente que los trabajadores no están obligados a prestar
servicios en sus días de descanso; cuando lo hagan en forma voluntaria tendrán que percibir
un salario triple, independientemente de que en la fracción I del artículo 994 de la ley laboral
se impone al patrón una multa por violar la disposición contenida en el citado artículo 69. Tal
rigor pretende, lógicamente, evitar prácticas viciosas que afecten el bienestar del trabajador
en su integridad física, aunque éste tenga opción a una remuneración extra, dado que el
descanso semanal no persigue objetivos de lucro, que prostituirían las razones biológicas y
sociales de las cuales deriva. Tal objetivo tiene su correlación con el disfrute de vacaciones,
que es un periodo anual más prolongado de descanso, al no bastar el semanal, periodo para el
cual la legislación laboral es igualmente enérgica al no permitir que se compense el no
disfrutarlo a cambio de una remuneración, sancionando también al patrón que no cumpla con
lo señalado.
"Lo anterior lleva al convencimiento incuestionable de que el descanso semanal del séptimo
día tiene como finalidad preservar la salud física y mental del trabajador y, por lo mismo, éste
no está obligado a prestar servicios en esos días, como se dijo.
"Pero además del descanso semanal o séptimo día, la ley contempla los días que denomina de
descanso obligatorio, referidos a festividades cívicas, tradicionales y religiosas. Obvio resulta
que estos descansos no están inspirados en el deseo de proporcionar al trabajador un
desahogo de la fatiga producida por el desempeño de sus labores durante seis días, como es el
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caso del descanso semanal, sino que tienen como finalidad que los trabajadores puedan tener
tiempo disponible para conmemorar o tomar parte en determinados acontecimientos que el
legislador ha declarado de asueto nacional. Así, los artículos 74 y 75 de la Ley Federal del
Trabajo, establecen:
"‘Artículo 74. Son días de descanso obligatorio:
"‘I. El 1o. de enero;
"‘II. El 5 de febrero;
"‘III. El 21 de marzo;
"‘IV. El 1o. de mayo;
"‘V. El 16 de septiembre;
"‘VI. El 20 de noviembre;
"‘VII. El 1o. de diciembre de cada seis años, cuando corresponda a la transmisión del Poder
Ejecutivo Federal; y
"‘VIII. El 25 de diciembre.
"‘IX. El que determinen las leyes federales y locales electorales, en el caso de elecciones
ordinarias, para efectuar la jornada electoral.’
"‘Artículo 75. En los casos del artículo anterior los trabajadores y los patrones determinarán
el número de trabajadores que deban prestar sus servicios. Si no se llega a un convenio,
resolverá la Junta de Conciliación Permanente o en su defecto la de Conciliación y Arbitraje.
"‘Los trabajadores quedarán obligados a prestar los servicios y tendrán derecho a que se les
pague, independientemente del salario que les corresponda por el descanso obligatorio, un
salario doble por el servicio prestado.’
"A través de estos dispositivos legales también se trata de conciliar el derecho del trabajador
a participar en aquellos acontecimientos con las necesidades del trabajo, para que en los días
festivos no se paralicen las actividades. En efecto, tratándose de los días de descanso
obligatorio o días festivos, la ley expresamente permite que los trabajadores queden
obligados a laborar.
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"Esto tiene su razón de ser en la diferencia de objetivos que se pretenden. En efecto, en el
caso del séptimo día, como ya se dijo, existen razones de tipo humanitario y fisiológico en el
sentido de que el trabajador requiere del descanso efectivo de ese día para reparar el desgaste
de las energías que ha sufrido después de seis días de trabajo, lo que no ocurre con el
descanso de los festivos, a través del cual sólo se persigue facilitar la conmemoración o
participación en acontecimientos nacionales o festividades de índole social y religioso. Es por
ello que el descanso semanal no admite transacción o renuncia por parte del trabajador, ya
que siempre debe disfrutarlo, pues está de por medio su salud e integridad física; mientras
que tratándose de los días festivos, por disposición legal el trabajador puede quedar
válidamente obligado a laborarlos, cuando así lo haya convenido con el patrón o en defecto
de lo anterior, cuando así lo haya resuelto la Junta correspondiente, en cuyo caso el obrero
recibirá salario doble por el servicio prestado, más el que le corresponda por el día de
descanso obligatorio.
"Cabe agregar que así como la ley impone una multa al patrón que viole el derecho del
trabajador a disfrutar del descanso semanal o séptimo día, ya que éste no es negociable, en
cambio, no existe sanción legal alguna por laborarse en los días de descanso obligatorio. Esto
también es independiente de la protección que para los menores de 16 años se establece en el
artículo 178 de la Ley Federal del Trabajo, el que expresamente prohíbe la utilización del
trabajo de aquéllos en días domingo y de descanso obligatorio. ..."
De dicha contradicción de tesis emergió la jurisprudencia 4a./J. 45/93, consultable en la
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Número 72, diciembre de 1993, página 53,
Octava Época, con número de registro IUS 207738, que dice:
"DESCANSO SEMANAL Y DESCANSO OBLIGATORIO. Los artículos 69 a 73 de la Ley
Federal del Trabajo establecen el descanso semanal, que consiste en un día de reposo, con
goce de sueldo, por cada seis días de labores, cuyo objeto es el de preservar la salud física y
mental de los trabajadores, por lo que éstos no están obligados a prestar sus servicios en sus
días de descanso, y cuando lo hagan en forma voluntaria, tendrán derecho a percibir un
salario triple, independientemente de la sanción a que se hará acreedor el patrón en los
términos del artículo 994, fracción I, por no cumplir la disposición contenida en el artículo
69. Tal rigor pretende evitar prácticas viciosas que afecten la integridad física del trabajador,
aunque éste reciba una remuneración extra, toda vez que existen razones de tipo humanitario
y fisiológico en el sentido de que el trabajador requiere del descanso de ese día para reparar el
desgaste de las energías que ha sufrido después de seis días de servicios prestados. Por otra
parte, además del descanso semanal o séptimo día, la ley señala los días que denomina de
descanso obligatorio, cuyo establecimiento no está inspirado en el deseo de proporcionar al
trabajador un desahogo de la fatiga producida por el desempeño de sus labores, sino en
permitirle contar con tiempo disponible para conmemorar o tomar parte en determinados
acontecimientos referidos a festividades cívicas, tradicionales o religiosas. Así, los artículos
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74 y 75 de la ley laboral establecen cuáles son los días de descanso obligatorio y permiten
que los trabajadores queden obligados a laborar en esos días, con derecho a percibir un
salario doble por el servicio prestado, independientemente del salario que les corresponda por
el descanso obligatorio."
Como se aprecia, el Máximo Tribunal del país ha considerado que el día de descanso o
séptimo día tiene como finalidad preservar la salud física y mental del trabajador, el cual está
inspirado en el deseo de proporcionarle un desahogo de la fatiga producida por el desempeño
de sus labores durante seis días, es decir, existen razones de tipo humanitario y fisiológico en
el sentido de que el mismo requiere del descanso efectivo de ese día para reparar el desgaste
de las energías que ha sufrido después de seis días de labores, por lo que no admite
transacción o renuncia por parte del trabajador, ya que siempre debe disfrutarlo, pues están de
por medio su salud e integridad física.
Por ende, conforme a los lineamientos reproducidos, habrá de estimarse que tanto por el
tiempo como por la naturaleza de las actividades del aquí tercero perjudicado, el tiempo extra
que reclamó resulta inverosímil, pues si bien por el puesto que desempeñó pudiera
considerarse que su actividad era en su mayoría de naturaleza intelectual, ello es insuficiente
para establecer que en el caso no aplica el criterio sostenido en torno al número de horas
extras que pueden ser creíbles para que proceda su reclamo en tratándose de trabajo material,
pues en ambos casos existe un desgaste físico y mental del trabajador; máxime que una
relación de trabajo no puede particularizarse en atención a la naturaleza de los servicios que
se prestan, y por ello es que el trabajo intelectual no puede quedar excluido de los
lineamientos establecidos en el artículo 123 constitucional y en sus leyes reglamentarias,
menos aún de la interpretación jurisprudencial que de dichas disposiciones legales haga
nuestro Tribunal Superior, y en esa tesitura es que, se reitera, el reclamo del pago del tiempo
extra por jornada adicional que reclamó el tercero perjudicado devenía inverosímil, contra lo
considerado por la Junta responsable; de ahí que aunque la quejosa no haya justificado la
jornada de trabajo, fue incorrecto que la Junta condenara al pago de esa prestación en los
términos reclamados por el trabajador; ello sin perjuicio de lo resuelto por este Tribunal
Colegiado en el amparo directo 497/2006, que se encuentra relacionado con éste, en torno al
pago de la media hora para descansar e ingerir alimentos.
En las relatadas condiciones, se concluye que el laudo reclamado infringe la garantía
individual de legalidad contenida en el artículo 14 constitucional en perjuicio de la empresa
quejosa, lo que obliga a conceder el amparo para los siguientes efectos:
1. Deje insubsistente el laudo reclamado;
2. Reitere las consideraciones que no fueron motivo de la concesión del amparo, pero
tomando en consideración lo resuelto por este Tribunal Colegiado en el amparo directo
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497/2006, que se encuentra relacionado con éste; y
3. Con apego a los lineamientos expresados en esta ejecutoria, se pronuncie de nueva cuenta
sobre el tiempo extra reclamado por el tercero perjudicado (diverso a la media hora para
descansar e ingerir alimentos) y determine que el mismo resultó inverosímil en los términos
en que se reclamó.
Dado el sentido de la presente resolución es innecesario el estudio del resto de los conceptos
de violación hechos valer, por los que la quejosa pretende evidenciar que improcede la
condena del tiempo extra reclamado por el tercero perjudicado.
Tiene aplicación la jurisprudencia número 107, emitida por la anterior Tercera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en el Apéndice al Semanario Judicial de la
Federación 1917-2000, Tomo VI, Materia Común, página 85, con el rubro y texto siguientes:
"CONCEPTOS DE VIOLACIÓN, ESTUDIO INNECESARIO DE LOS.-Si al examinar los
conceptos de violación invocados en la demanda de amparo resulta fundado uno de éstos y el
mismo es suficiente para otorgar al peticionario de garantías la protección y el amparo de la
Justicia Federal, resulta innecesario el estudio de los demás motivos de queja."
Se comparte también la tesis (con número de registro 224,419) del Segundo Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito, consultable en el Semanario Judicial de la
Federación, Tomo VI, Segunda Parte-1, julio a diciembre de 1990, página 107,
correspondiente a la Octava Época.
"CONCEPTOS DE VIOLACIÓN, CUANDO SU ESTUDIO ES INNECESARIO.-Si algunos
conceptos de violación son sustancialmente fundados, preponderantes y suficientes para
conceder la protección federal, a fin de que la responsable deje sin efecto la sentencia
reclamada y dicte otra con plenitud de jurisdicción, y ello trae como consecuencia que
también quede insubsistente la materia relativa a los demás capítulos de queja, se hace inútil
decidir sobre éstos."
Y si bien en el sexto concepto de violación la quejosa se duele del salario considerado por la
Junta responsable para el cálculo del pago de tiempo extra, que en el caso únicamente
corresponderá a la media hora para descansar e ingerir alimentos, ese aspecto -relativo al
salario- fue dilucidado en el amparo directo 497/2006, que se encuentra relacionado con éste,
por cuyo motivo la Junta habrá de pronunciarse de nueva cuenta sobre el tema con vista a lo
considerado en aquella ejecutoria de amparo y ello hace que tal motivo de disenso resulte
inatendible en esta resolución de amparo.
Por lo expuesto y fundado, y con apoyo además en los artículos 158 y 190 de la Ley de
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Amparo, se resuelve:
ÚNICO.-La Justicia de la Unión ampara y protege a DLG Industrias, Sociedad Anónima de
Capital Variable, contra el acto y la autoridad que se puntualizan en el resultando primero de
esta ejecutoria, para los efectos que se indican en la parte final del considerando que
antecede.
Notifíquese.
Así, por unanimidad de votos, lo resolvió el Segundo Tribunal Colegiado en Materia de
Trabajo del Cuarto Circuito, integrado por los Magistrados: presidente Abraham Calderón
Díaz, ponente Alfredo Gómez Molina y Guillermo Vázquez Martínez.
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