I). DATOS DE LA OBRA: 1.1. TITULO DE LA OBRA LITERARIA. - El Paiche 1.2. AUTOR: - César Calvo de Araujo y Sotomayor 1.3. ESCUELA O CORRIENTE LITERARIA A LA QUE PERTENECE EL AUTOR. - La generación del 50" de la amazonía peruana. 1.4. GÉNERO LITERARIO. - El género literario del Paiche es "narrativo". 1.5. ESPECIE LITERARIA. - Novela 1.6. AÑO DE PUBLICACIÓN. - 1963. 1.7. TIEMPO CRONOLÓGICO. - 1942. 1.8. LENGUAJE DE LA OBRA. - Dialecto regional (charapismo). 1.9. IDIOMA ESCRITO. - Castellano. 1.10. TEMA SECUNDARIO. - Los chismes de doña Antuca. - La venganza de los patrones. 1.11. ESCENARIO O AMBIENTE. - La ciudad de Iquitos. - La granja Paiche. 1.12. NARRADOR PROTAGONISTA. - Sojo Arimuya. 1.13. ESTILO DEL AUTOR. - Festivo. 1.14. TÉCNICA NARRATIVA. - El recuerdo. - El diálogo. TEMA CENTRAL: - El trabajo cooperativo de los selvícolas. PERSONAJE PRINCIPAL: Sojo Arimuya. PERSONAJES SECUNDARIOS: Roca Tulumba. Shapiama. Panduro. Pajuelo. Pitu Taricuarima. Juan Tananta. Shuyana. Adán Sinarahua. Cipriano. Don Chumbe. Chumbe hijo. Vicente Insanillo. Shupingahua. Fraile. Teniente gobernador. Funcionarios. Selvícolas. Añaro. Claudio Pérez. Pastor. Kita Patahua. Carmencita. Rosa. Ruperta. Julio. Rosalía Chumbe. Señor Álvarez. Pedro Muller. La Matrona. El brujo Piña. Antuca. Hijo de mañuco. Los policías. El comisario. Los pescadores. Figuras literarias a) El Símil: es aquella que establece semejanzas o comparaciones entre dos seres. Negra la calle como la misma noche. Pasos lentos como de cholo triste. Todos dormían como los caimanes. b) La Metáfora: es la comparación implícita a la que se ha eliminado el nexo "como". Todo ese laberinto de ramas. La casa se había muerto. La tristeza de la noche. c) El Asíndeton: El contrario del Polisíndeton. Ejemplo: Alto, rubio, de ojos azules. d) El Hipérbaton: Es la transtocación o alteración del orden lógico de las palabras. Ejemplo: El río estaba levemente frió. Mañuco esta llorando en el campo. e) El Epíteto: Adjetivo que señala una calidad propia del sustantivo. Ejemplo: - Una gigantesca Catahua. Blancos hongos. f) La Onomatopeya: Imitación de sonido que produce la naturaleza. Ejemplo: - Gruñían los puercos. - Los Sapos croaban. g) La Anáfora: Ejemplo: - Muy buenos días, amigo. h) Personificación: Ejemplo: - El río se puso coquetón. - La lancha roncaba. i) Sinestesia: Ejemplo: - La verde nube. - Brumoso río. Argumento Sojo Arimuya, era un campesino de buenos pensamientos que convence a don Roca, Juan Tananta, Taricuarima, para que buscasen un lugar aún más grande donde pudieran hacer una industria y es por ello que parten al río con otros pobladores. Llegaron al lugar, armaron tambos y con esfuerzo de todos comenzaron a sembrar plátano, yuca, fréjol, caña, maíz; luego hicieron cochas para que críen peces de distintas variedades como: paiche, sábalo e inclusive para la crianza de charapas. Cuanto más gente venía a la granja paiche, mayor era la siembra y la cosecha y se incrementaba más la ganancia que era repartida equitativamente para todos. A raíz de esto los trabajadores de los hacendados se querían pasar a la granja paiche y estos hacendados astutos inventaron una mentira, diciéndoles que les quitarían sus tierras a esos indios, provocando que los indios se acerquen a la granja y comiencen a matar personas, no obstante, don Chumbe, aseguro que lo que decían los hacendados era una gran mentira. Dicha granja llego a tener tres dirigentes, Sojo, Juan y Taricuarima. Luego los policías pusieron un puesto de guardia civil. Además de trabajo, también se enseñaba a leer y a escribir a los niños y adultos. Cierto día, llegó un hacendado reclamando la propiedad de la granja, recibiendo la respuesta de los selvícolas, que la tierra era de ellos, pero las casuchas, sembríos y todo lo demás lo quemarían y envenenarían la tierra, así fue como fueron desalojados, despojados, sin derecho a nada, los pobres selvícolas. Apreciación personal En la novela se ve claramente las costumbres del pueblo amazónico en la que cada personaje indica algo. La novela tiene el don de mantenernos inmersos en ella, ya que esta tejida o hilada perfectamente como la tela de araña. Es otra muestra de cómo las personas que tienen mayor posibilidad económica pisotean a los campesinos hasta su máxima expresión y esto es realmente un hecho de nunca acabar, tal y como se aprecia en estos tiempos actuales de los conflictos del gobierno peruano con los hermanos indígenas. Mensaje de la obra El mensaje esta claro: que haciendo el trabajo de hormiga se pueden lograr los objetivos o metas trazadas, tal es el caso, de Sojo Arimuya que convenció a los demás para construir la granja y que todos poniendo un granito de arena se pudo llegar a ese ideal, casi imposible, esto se puede resumir en "Todos para uno y uno para todos. La poesía de Calvo sólo quería oírse. No estaba escrita (o dicha, o garabateada, o despilfarrada en una tertulia) para los críticos sino para la Música. Hay poemas de Calvo que parecen sinfónicos y otros que son como piezas de viola de gamba de Bach: sus referentes son la propia sonoridad, el vasallaje puro de la palabra que no le debe nada a nadie sino a la furia y al ensamble arbitrario. Era poesía galopando en endecasílabos, poesía en combate de armonías y, como toda verdadera poesía, no abría ninguna puerta ni disimulaba ningún concepto: iba resueltamente a la nada y al viento, que todo se lo lleva menos el recuerdo de lo que nos emociona. Contra el hábito de la poesía mensajera, contra los traductores inconfesos de Pound, contra el prestigio de las telarañas, Calvo era ibérico sin complejos y sonoro (y hasta vacío) como una múcura. En Calvo había un sonero de alto vuelo y un mujeriego insomne que podía volar a ras del suelo. Y en su poesía había sexo y toallas, sombras de cacerías y postdatas salobres dichas sin disfuerzo pero con grandeza. Ésta le era natural y por eso no ofendía. Calvo era una fuerza que sólo el Perú pudo, al fin, prematuramente, derrotar. ¿Vivió en el exceso? Bendito sea. Pero vivió a más no poder. En un país de estatuas y pusilánimes de todas las pieles, el charapa Calvo zurcía sus estrofas sin tener miedo de llamarlas estrofas y buscaba a la mujer en las mujeres con el mismo sentimiento de fracaso con que, al final de sus días, llamó a algunos de sus amigos. La vida no tiene sentido y eso Calvo lo sabía con la certeza de los iluminados. Y como no tenía sentido había que embriagarse en su misterio, y, en su caso, embriagarse de verdad, sin misterio y con resaca. Calvo esperaba cada mañana como si fuera la última. Y era la última. Y escribía porque le salía de los cojones, no de la astucia ni de las ganas de posteridad. Escribía no para salvarse sino para consolarse con esa Música con la que siempre se iba a otra parte. Y tuvo la ironía estentórea de morir de septicemia en el Perú de Fujimori. Y morirse sordo en un país donde ya nadie parecía hablar. Calvo no escuchó, entonces, los gruñidos de la década pasada: suerte olímpica de Baco sanmarquino. Dicen que, enfermo terminal de los oídos, sólo escuchaba sus propios borborigmos y goteos, el atoro de sus fluidos y la marcha lenta de su máquina anegada. A él, prisionero de las Músicas, le fue dado oír sólo el idioma visceral de su decadencia. Hasta en eso fue único VENID A VER EL CUARTO DEL POETA Venid a ver el cuarto del poeta. Desde la calle hasta mi corazón hay cincuenta peldaños de pobreza. Subidlos. A la izquierda. Si encontráis a mi madre en el camino, cosiendo su ternura a mi tristeza, preguntadle por el amado cuarto del poeta. Si encontráis a Evelina contemplando morir la primavera, preguntadle por mi alma y también por el cuarto del poeta. Y si encontráis llorando a la alegría océanos y océanos de arena, preguntadle por todos y llegaréis al cuarto del poeta: una silla, una lámpara, un tintero de sangre, otro de ausencia, las arañas tejiendo sordos ruidos empolvados de lágrimas ajenas, y un papel donde el tiempo reclina tenazmente la cabeza. Venid a ver el cuarto del poeta. Salid a ver el cuarto del poeta. Desde mi corazón hasta los otros hay cincuenta peldaños de paciencia. ¡Voladlos, compañeros! (si no me halláis entonces preguntadme dónde estoy encendiendo las hogueras) Aquel bello pariente de los pájaros Aquel bello pariente de los pájaros que escondía su sombra de la lluvia mientras tú dirigías sobre ardientes cuadernos el vuelo de su mano. El niño que subía por el estambre rojo del verano para contarte ríos de perfume, cabellos rubios y país de nardos. Tu niño preferido -¡si lo vieras!es el alma de un ciego que pena entre los cactus. Es hoy el otro, el sin reír, el pálido, rabioso jardinero de otoños enterrados. ¿Y sabiendo esto lo quisiste tanto? ¿Lo acostumbraste al mar, al sol, al viento, para que hoy ande respirando asfixias en un pozo de náufragos? ¿Para esta pobre condición de niebla defendiste su luz de enamorado? Poesía, no quiero este camino que me lleva a pisar sangre en el prado cuando la luna dice que es rocío y cuando mi alma jura que es espanto. Poesía, no quiero este destino. Llévate tus sandalias. ¡Devuélveme mis manos! El final de la historia lo dirán las estrellas y las hojas que cubren mi sueño sepultado. (de Poemas bajo tierra) Nocturno de Vermont Me han contado que también allá las noches tienen ojos azules y lavan sus cabellos en ginebra. ¿Es cierto que allá en Vermont, cuando sueñas, el silencio es un viento de jazz sobre la hierba? ¿Es cierto que allá en Vermont los geranios inclinan al crepúsculo, y en tu voz, a la hora de mi nombre, en tu voz, las tristezas? O tal vez, desde Vermont enjoyado de otoño, besada tarde a tarde por un idioma pálido sumerges en olvido la cabeza. Porque en barcos de nieve, diariamente, tus cartas no me llegan. Y como el prisionero que sostiene con su frente lejana las estrellas: chamuscadas las manos, diariamente te busco entre la niebla. Ni el galope del mar: atrás quedaron inmóviles sus cascos de diamante en la arena. Pero un viento más bello amanece en mi cuarto, un viento más cargado de naufragios que el mar. (Qué luna inalcanzable desmadejan tus manos en tanto el tiempo temporal golpeando como una puerta de silencio suena). Desde el viento te escribo. Y es cual si navegaran mis palabras en los frascos de nácar que los sobrevivientes encargan al vaivén de las sirenas. A lo lejos escucho el estrujado celofán del río bajar por la ladera (un silencio de jazz sobre la hierba). Y pregunto y pregunto: ¿Es cierto q ue allá en Vermont las noches tienen ojos azules y lavan sus cabellos en ginebra? ¿Es cierto que allá en Vermont los geranios otoñan las tristezas? ¿Es cierto que allá en Vermont es agosto y en este mar, ausencia…? (de Ausencias y retardos) El retorno Todos los rostros se desprenden De nuestros ojos caen como cáscaras los años Sin embargo debemos sonreír como ese espejo Donde un soplo borró la imagen más amada Y desteñidos paisajes se aniegan en lo oscuro Hasta que sentimos sobre nuestros ojos Las primeras paladas de tierra La última caricia inacabable Y nos reconciliamos con nuestra procedencia Así ha ocurrido siempre y así tendrá que ser Y luego de la helada corriente y luego De enterrada la luna entre sus aguas En el siguiente día El mismo solo muere por una sola vez Caerá como un río sobre campos sin memoria (de El último poema de Volcek Kalsaretz) Edipo ciego Con ella se ha acostado en aquel cuerpo donde un padre retorna, sin saberlo ha mordido su cálida cintura, la vieja cera de un amor sin nombre gotea entre sus piernas abrasadas. Con inútiles paños ha cubierto aquel espejo donde envejece de pronto, poseída por la capa del Rey. Tiniebla es el recuerdo y los cuerpos jadean sin memoria pero luego conversan en el muro sus sombras, viejas cosas, y se sientan, velan la breve muerte de los hijos saciados. Fábula El Rey escucha sólo los pasos que se alejan, los disuelve en su sueño, ignora que es un sueño inacabable. Soñando despertarse, un río de oro cruza, corona roja, sobre el mundo. Se despierta entonces y su muerte desencadena el alba, la matanza. Los utensilios propicios Un árbol inocente, alguna cuerda. El sabio Permaneció en la ventana durante largos, largos años, viendo caer las hojas, la nieve, viendo caer las hojas y la nieve. Cuando se acordó de sus hermanos éstos ya eran un pedazo de hierba. Él durmió feliz: aquella noche descubrió que los árboles pierden sus hojas, que la nieve es blanca. Homenaje a Freud Tú dirás que en el vientre de mi esposa aguardé nueve meses para nacer, y es cierto que he nacido, pero luego como que nos dejaste confundidos hablándonos del mar desde tu tina de porcelana rosa, Segismundo, mi viejo. (de Pedestal para nadie) Nocturno de Vermont Ausencias y retardos (1963) Me han contado, también que allá las noches tienen ojos azules y lavan sus cabellos en ginebra. ¿Es cierto que allá en Vermont, cuando sueñas, el silencio es un viento de jazz sobre la hierba? ¿Y es cierto que allá en Vermont los geranios inclinan al crepúsculo, y en tu voz, a la hora de mi nombre, en tu voz, las tristezas? O tal vez, desde Vermont enjoyado de otoño, besada tarde a tarde por un idioma pálido sumerges en olvido la cabeza. Porque en barcos de nieve, diariamente, tus cartas no me llegan. Y como el prisionero que sostiene con su frente lejana las estrellas: chamuscadas las manos, diariamente lo busco entre la niebla. Ni el galope del mar: atrás quedaron inmóviles sus cascos de diamante en la arena. Pero un viento más bello amanece en mi cuarto un viento más cargado de naufragios que el mar. (Qué luna inalcanzable desmadejan tus manos en tanto el tiempo temporal golpeando como una puerta de silencio suena). Desde el viento te escribo. Y es cual si navegaran mis palabras en los frascos de nácar que los sobrevivientes encargan al vaivén de las sirenas. A lo lejos escucho el estrujado celofán del río bajar por la ladera (un silencio de jazz sobre la hierba). Y pregunto y pregunto: ¿Es cierto que allá en Vermont las noches tienen ojos azules y lavan sus cabellos en ginebra? ¿Es cierto que allá en Vermont los geranios otoñan las tristezas? ¿Es cierto que allá en Vermont es agosto y en este mar, ausencia...? HOY HEMOS ALMORZADO DE MEMORIA Hoy hemos almorzado de memoria. De nuevo de memoria. Contando alguna tarde de provincia, mi madre se ha quedado dormida en una alondra. En una alondra antigua y silenciosa. ¿Quién va a venir ahora, con la voz de esa alondra, a hablarnos de la dicha y de las rosas? Con la luz de esa sombra ¿quién va a venir mañana a hablarnos del perfume radiante de la dicha, dichoso de las rosas? Ya nadie vendrá ahora. Nos hemos devorado la voz de las alondras. Ya nadie vendrá nunca. Contando alguna tarde de provincia, hoy nos hemos comido para siempre las rosas. Poemas bajo tierra, Lima 1960. DAN LAS CAMPANAS TU RECUERDO EN PUNTO Dan las campanas tu recuerdo en punto. Afuera se pasean las dos de la mañana. Nada pudo diciembre contra el semestre tuyo. Nada el sol silencioso contra tu sombra hablada. Desde el fondo de todo lo que tengo, me faltas. Dan tu recuerdo en punto las campanas. Y afuera se pasean, de una en una, las dos de la mañana. Despues de realizar este trabajo de investigacion he llegado a la conclusion de que Cesar calvo mas que una simple persona de carne y hueso es un poeta lleno de sus ganas de vivir, pero por sobre todo, por su amor intenso e incondicional al arte del verso En sus poemas el refleja el amor por lo suyo http://www.scoop.it/t/peru-arte-arquitectura-urbanismo-cineliteratura/p/2057764856/documental-sobre-cesar-calvo-nora-de-izcue-dirigeresponso-para-un-abrazo http://carla-vanessa.blogspot.com/2005/08/la-poesa-de-la-vida-csar-calvo.html http://www.google.com.pe/imgres?q=cesar+calvo&um=1&hl=es&biw=1366&bih=677 &tbm=isch&tbnid=amVpnjm4s3BjM:&imgrefurl=http://www.spanishinperu.com/peru/culture/literature/writer.asp %3FCodWriter%3D17&docid=QpcStlZw4dnmiM&imgurl=http://www.spanishinperu.co m/peru/culture/literature/images/Cesar_Calvo.jpg&w=150&h=195&ei=Gm0YUJLmKIj2 0gHv8ICICw&zoom=1&iact=hc&vpx=329&vpy=209&dur=1367&hovh=156&hovw=120 &tx=87&ty=73&sig=111485715539189276509&page=1&tbnh=144&tbnw=107&start= 0&ndsp=25&ved=1t:429,r:1,s:0,i:96 http://brissa.blogia.com/2006/031704-cesar-calvo-soriano-.php