Vivre et gérer l'espace urbain au troisième millénaire Lecce, 2001 Inmigración y ciudad Barcelona, 1939-2004 Meritxell Benedí Altés Laia Herrera Pujol Marc Lecha Adan (Universitat de Barcelona) La ciudad sólo puede reconocerse culturalmente como el fruto de herencias, tránsitos y presencias sucesivas, que la han ido configurando a lo largo de los lustros. (Delgado, 1999) 1. Introducción "Inmigración y ciudad. Barcelona, 1939-2004", pretende ser una síntesis de las interacciones entre inmigración, espacio urbano y políticas locales desde el fin de la Guerra Civil hasta la organización del Fòrum Universal de les Cultures, previsto para el año 2004. La elección de dicha ciudad viene determinada, principalmente, por el hecho de ser nuestro espacio cotidiano, además de ofrecer un ejemplo paradigmático del nuevo modelo de ciudad europea fruto del aumento del flujo migratorio. Centrarnos en esta periodización, sin analizar el crucial siglo XIX y los primeros años del XX es consecuencia, en primer lugar, de la necesidad de no extender excesivamente este trabajo. En segundo lugar, resulta un elemento fundamental la política del régimen surgido con la sublevación de 1936 en la configuración física de la ciudad. No poner punto y final en el año 2001, extendiendo este análisis hasta inmigracionYCiudad 2 Vivre et gérer l'espace urbain au troisième millénaire Lecce, 2001 Meritxell Benedí Altés, Laia Herrera Pujol, Marc Lecha Adan (Universitat de Barcelona): “Inmigración y ciudad. Barcelona, 1939-2004” el futuro 2004, es consecuencia del papel que otorgan las instituciones al acontecimiento previsto para ese año: un forum de debate entre las culturas, de ámbito general, tomado como excusa para continuar reorganizando el marco urbano de la ciudad. Así, en este artículo, el inmigrante se convierte en el protagonista que aterriza en un espacio físico, la ciudad, que se va transformando con su llegada. El inmigrante ve como la política (el poder) determina su rol y ubicación física en el espacio urbano: a su vez, la ciudad le transforma. Pretendemos hacer visibles cuáles han sido las relaciones entre crecimiento, organización urbana, migraciones y políticas sociales que se han desarrollado en Barcelona en dicho periodo. Desde finales del s. XIX y durante la industrialización, se produce el éxodo campo-ciudad, aumentando el número de habitantes de Barcelona y proporcionando contingentes de mano de obra a las industrias textiles instaladas en zonas de la periferia como Poblenou o Poble Sec. Ya a principios del s. XX (1910-1920), cuando Catalunya consolidó su desarrollo económico en el marco de la Segunda Revolución Industrial (convirtiéndose en el puntal económico e industrial del país), el contingente de mano de obra que llegó a la ciudad fue fruto de las migraciones procedentes de Aragón, Murcia y el País Valencià. Esta población se instala en las 3 Vivre et gérer l'espace urbain au troisième millénaire Lecce, 2001 Meritxell Benedí Altés, Laia Herrera Pujol, Marc Lecha Adan (Universitat de Barcelona): “Inmigración y ciudad. Barcelona, 1939-2004” poblaciones agregadas al núcleo urbano — donde se hallan las grandes industrias como Sant Martí, Sant Andreu, Bon Pastor... — ocupando un mercado laboral centrado en las grandes infraestructuras del periodo, como son la construcción de la red de transporte metropolitano (metro). El acontecimiento que supuso la Exposición Universal de 1929 coincide con el máximo crecimiento (en un 41%, de la población de Barcelona) al llegar al millón de habitantes en 1930. 2. Franquismo (1939-1975) Después de la Guerra Civil española (1936-1939), surge un nuevo modelo de Estado autoritario, de carácter fascista y represor, que supone el fin de cualquier proyecto democrático. Durante los primeros años del régimen franquista, marcados por la autarquía económica y el aislamiento internacional, se produjo una atomización de la organización política del Estado, hecho que conllevó su centralización, a la vez que se eliminaba la administración autonómica local. Respecto a la inmigración, en la década de los cuarenta se produjo una cierta recesión de los flujos hacia la ciudad, dado que el intento de reconstrucción después de la guerra, la carencia económica, la dureza de la represión en esos años y la falta de infraestructuras, llevaron la población a replegarse en actividades de subsistencia. 4 Vivre et gérer l'espace urbain au troisième millénaire Lecce, 2001 Meritxell Benedí Altés, Laia Herrera Pujol, Marc Lecha Adan (Universitat de Barcelona): “Inmigración y ciudad. Barcelona, 1939-2004” España goza en la actualidad de un Estado Social que empezó a construirse a partir de las últimas décadas del franquismo, acunado por el Estado autoritario fascista, entremezclándose el principio de subsidiariedad de la doctrina social de la Iglesia Católica y el principio igualitarista del populismo conservador, de clara tendencia asistencial. Mientras la influencia del primero frenó la universalización de la protección social, el segundo favoreció, si bien de forma subordinadamente despótica a los intereses dominantes, la estigmatización de las personas con más necesidades. El resultado fue un complejo sistema de instituciones sociales descoordinadas, fragmentadas y poco eficaces que en buena medida se han perpetuado hasta hoy. Es por ello que las condiciones infrahumanas en las que se hallaba sumida parte de la población que acudía a los centros de desarrollo económico, no se vio paliada por ningún tipo de política asistencial, puesto que los equipamientos colectivos y las infraestructuras no estaban presentes en los planes oficiales del régimen. En el periodo 1950/60, se consolidó un modelo autosuficiente que supuso la expansión industrial y el inicio de la recuperación económica. Estos años estuvieron marcados por los trenes que llegaban a las estaciones ferroviarias de Sants y Francia, con población procedente de Andalucía, Extremadura y Castilla, que se instala en una ciudad sin planificación, que no dispone de infraestructuras 5 Vivre et gérer l'espace urbain au troisième millénaire Lecce, 2001 Meritxell Benedí Altés, Laia Herrera Pujol, Marc Lecha Adan (Universitat de Barcelona): “Inmigración y ciudad. Barcelona, 1939-2004” ni viviendas para acoger la enorme cantidad de población que acudió a Barcelona. Este flujo migratorio fue el punto de inflexión que transformó la estructura demográfica (y la económica, social, cultural, política, urbana...) no sólo de Barcelona, sino también de Catalunya. Si bien el Ayuntamiento no entraba en las casas, tampoco actuaba en los barrios, y en muchos casos fue la propia población, autoorganizada en su espacio cotidiano, quien construyó infraestructuras necesarias como el alcantarillado o la red eléctrica. Así, no sólo se concentró y ghettizó la inmigración en las zonas que no estaban construidas dentro del perímetro de la ciudad, con el fenómeno del barraquismo (chabolismo) o la autoconstrucción (las famosas coreas), sino que también se produjo el crecimiento descontrolado de la misma. La reducción del gasto público, la racionalización de los controles gubernamentales, el equilibrio en la balanza de pagos, la liberalización de los mercados y la inversión extranjera, prepararon el milagro económico de los años 60, que en Barcelona dio lugar al fenómeno conocido como Desarrollismo1. La inmigración masiva, que planteó graves problemas de vivienda, urbanismo y servicios, llevó al Estado 1. Se conoce como desarrollismo la transformación especulativa que sufrió Barcelona coincidiendo con el mandato del alcalde franquista Porcioles (1957-1973). Se caracterizó por la construcción masiva de viviendas con participación de capital privado y la aplicación de un modelo urbanístico nuevo y característico de la época como es el polígono. 6 Vivre et gérer l'espace urbain au troisième millénaire Lecce, 2001 Meritxell Benedí Altés, Laia Herrera Pujol, Marc Lecha Adan (Universitat de Barcelona): “Inmigración y ciudad. Barcelona, 1939-2004” a desarrollar el marco jurídico que permitía la especulación del suelo, dando lugar al nacimiento, en la conurbación de Barcelona, de los polígonos periféricos. A raíz de la explosión económica, acuden grandes flujos migratorios atraídos por el aumento de la oferta laboral, que fueron instalados por los entes dependientes del Estado en las zonas periféricas de la ciudad, dando lugar a la construcción descoordinada de una serie de polígonos, amparados en la construcción rápida, extensiva y de escasos recursos, generando grandes acumulaciones de población, rodeados de un espacio vacío y sin las infraestructuras más básicas. Los polígonos tenían como objetivo solventar los problemas de vivienda que generaban y a la vez se desprendían de las barracas y la autoconstrucción, aunque en poco tiempo se revelaron como auténticas barracas verticales amparadas en la legalidad. En definitiva, el nacimiento y proliferación de barrios aislados fue el resultado de un desfase absoluto entre el crecimiento demográfico urbano y la capacidad de absorción y desarrollo de la trama urbana. En el contexto de crisis del modelo capitalista que se produjo en 1973-74, Barcelona sufrió un cambio en su modelo demográfico ya que, por primera vez desde la década de los treinta, la ciudad perdió población hasta llegar a un crecimiento negativo. Este hecho se produjo como consecuencia del desplazamiento de gran parte de la industria 7 Vivre et gérer l'espace urbain au troisième millénaire Lecce, 2001 Meritxell Benedí Altés, Laia Herrera Pujol, Marc Lecha Adan (Universitat de Barcelona): “Inmigración y ciudad. Barcelona, 1939-2004” al ámbito metropolitano. Este vacío se fue llenando, ya en los años ochenta, con la progresiva terciarización de la ciudad. A partir de este momento2 se inician los flujos migratorios extraestatales, provenientes de Guinea Ecuatorial, el Magreb y el Cono Sur, los cuales no eran visibles ni contabilizables, al no requerir de ningún tipo de permiso de trabajo ni residencia. 3. Transición (1975-1985) Después de la caída del régimen fascista y en el periodo conocido como la Transición española hacia la democracia, la organización del Estado se basó en un claro reglamentarismo o hipertrofia normativa, en la concentración de recursos económicos en las arcas estatales, en la proliferación de entes u organismos autónomos de carácter sectorial y en la tendencia a una gestión institucional a través de órganos periféricos3 concentrados y no mediante la transferencia a los entes locales4. De este modo, y tras la celebración de elecciones municipales libres en 1979, se constituyeron los primeros Ayuntamientos democráticos que, en el caso que nos ocupa de Barcelona, dieron al victoria al Partit Socialista de Catalunya 2. Aunque se conoce la presencia de lo que hoy denominamos inmigración desde finales de los años sesenta. 3. De carácter autonómico y no local-municipal. 4. Diferenciamos en este punto el ente local (Ayuntamiento de Barcelona) de administración local (que comprende, en su acepción más restringida, Barcelona y sus 26 municipios circundantes: Área Metropolitana de Barcelona) 8 Vivre et gérer l'espace urbain au troisième millénaire Lecce, 2001 Meritxell Benedí Altés, Laia Herrera Pujol, Marc Lecha Adan (Universitat de Barcelona): “Inmigración y ciudad. Barcelona, 1939-2004” (PSC), que aún hoy se mantiene en el poder. En este proceso jugaron un papel indispensable los movimientos sociales urbanos (aunque la política del mismo Ayuntamiento llegó a absorber su capacidad movilizadora y reivindicativa hasta absorberlos en la práctica), papel generado por la defensa de las condiciones de vida, así como por la aspiración de tejer redes colectivas participantes en y la de sentirse comunidad ciudadanos donde se activos vive5. y Las necesidades urbanas, los desequilibrios territoriales (centroperiferia) y las exigencias de democratización política, se integraron en un conjunto de demandas que planteaban una crisis abierta del sistema municipal autoritario y centralista derivado del impuesto por el régimen dictatorial, volviendo a una lectura solidaria de la ciudad, generadora de bienestar para todos sus habitantes. Barcelona optó por la promoción económica, la proyección internacional de la ciudad6, el bienestar social, la integración de los nuevos habitantes y el reequilibrio de toda la trama urbana. Esta estrategia únicamente puede entenderse a partir del reconocimiento de los actores políticos que, desde sus 5. Pasadas las elecciones, la federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB) elabora y presenta públicamente un memorándummanifiesto en el que se realiza un inventario exhaustivo de los problemas de la ciudad. Este manifiesto será recogido y hecho suyo por la primera administración del Ayuntamiento en un principio abiertamente voluntarioso de establecer puentes de diálogo con los habitantes de la ciudad para resolver los problemas de la misma. (El vol de la fletxa) 6. La organización de un gran evento de escala internacional como los Juegos Olímpicos, definidos en este momento, se convirtió en un objetivo primordial de la nueva administración como plataforma para la recuperación de la ciudad. 9 Vivre et gérer l'espace urbain au troisième millénaire Lecce, 2001 Meritxell Benedí Altés, Laia Herrera Pujol, Marc Lecha Adan (Universitat de Barcelona): “Inmigración y ciudad. Barcelona, 1939-2004” inicios, los llevaron a cabo. Por una parte, un fuerte movimiento social urbano, con las primeras asociaciones de vecinos surgidas en los sesenta y muy reivindicativas en los setenta, también los partidos democráticos, salidos de la oposición clandestina o la misma intelectualidad, dotaron de un cuerpo ideológico y político, de alternativas y de personas a la gestión del ente local, definiéndose los servicios y prestaciones comunitarias, la descentralización y territorialización como líneas de gestión, y la integración social (se ampliaron el campo de derechos y libertades con la progresiva incorporación de los sectores excluidos y marginados de la sociedad) como línea política básica. La nueva etapa se iniciaba con una explosión de las demandas sociales que, en el caso de los sistemas de protección social, trajeron consigo la universalización del Estado del Bienestar (que, paralelamente, iniciaba su crisis en el marco de la Europa occidental). La contradicción fundamental recayó en el hecho que era el Estado el que decidía las competencias respecto al gasto social (y no el ente local), centrado en ítems como sistema educativo, de pensiones o paro, y no en las necesidades primordiales de los habitantes, como la vivienda, asistencia sanitaria y de servicios sociales. El Ayuntamiento de Barcelona pretendía tener una autonomía local efectiva; por esta razón necesitaba la atribución por ley de la potestad para conseguir formas de organización y de gestión específicas y para asumir 10 Vivre et gérer l'espace urbain au troisième millénaire Lecce, 2001 Meritxell Benedí Altés, Laia Herrera Pujol, Marc Lecha Adan (Universitat de Barcelona): “Inmigración y ciudad. Barcelona, 1939-2004” competencias que correspondían a las necesidades propias de una gran ciudad. En el nuevo Estado español presuntamente democrático y en la Catalunya autónoma, era una paradoja que Barcelona no pudiera lograr un régimen especial para su articulación efectiva, rechazando cualquier uniformismo, ya que la Constitución, el Estatuto de Autonomía y la Ley de Bases del Régimen Local, permitían desarrollar fórmulas de organización política y administrativa, de distribución de competencias y gestión de los servicios. Fue en 1985 cuando se inició una fuerte reforma administrativa local, que tuvo como mayor exponente la división municipal en distritos, lo que permitió la descentralización de todas las actividades municipales. Así, la acción de gobierno tomaba sentido dentro del marco natural en el que se configuraban las relaciones humanas (el barrio y el distrito) haciendo realidad la máxima de atención al ciudadano. En el desarrollo de políticas sociales de los 80 en adelante, las inversiones a todos los niveles, y concretamente, en urbanismo tuvieron un importante papel en la creación de un espacio público, condición previa para garantizar la cohesión social y configurar una realidad urbana en la que la res publica tomara importancia. Entre los proyectos más significativos llevados a cabo, se incluyen la creación de 11 Vivre et gérer l'espace urbain au troisième millénaire Lecce, 2001 Meritxell Benedí Altés, Laia Herrera Pujol, Marc Lecha Adan (Universitat de Barcelona): “Inmigración y ciudad. Barcelona, 1939-2004” infraestructuras y equipamientos públicos7. El objetivo era la modificación del uso del suelo y de la trama heredada, en una clara apuesta para atenuar las desigualdades en el uso del espacio y de los recursos. Para ello Barcelona contó con el contexto jurídico del Plan General Metropolitano (PGM) de 1976, redactado en un momento de fuertes presiones políticas, especulativas y de los movimientos vecinales, pero que a la larga se ha convertido en marco referencial eficaz (válido todavía en la actualidad) y con gran capacidad de actuación, que permitirá la recuperación y reorganización urbanística de la ciudad. Según las estadísticas oficiales, el número de barracas pasó de 1.102 a ninguna en el año 1990, dato cuestionable, puesto que el horizonte de los Juegos Olímpicos, convocados para 1992, marcaron una política de limpieza de fachada, tal vez apresurada, de los espacios marginales de la ciudad. A pesar de ello, continuaban existiendo zonas extremadamente degradadas (en especial el centro histórico) donde empezaban a concentrarse las nuevas olas migratorias en las que eran impensables coordenadas de integración social y saneamiento 7. 32 centros de servicios sociales, 144 instalaciones deportivas, 21 museos, 31 bibliotecas, 6 hospitales, 82 centros de enseñanza. Además de la creación de infraestructuras que ofrecían espacios, recursos y posibilidades para la relación en grupo, para el desarrollo personal y la auto- organización de los propios usuarios y de los vecinos. Se trataba de una red de 86 centros cívicos y casals para sectores de población (personas mayores, jóvenes e infancia). El crecimiento de esta red de equipamientos e infraestructuras se realizó de manera acelerada, y a veces descompensada por querer paliar desde el ente municipal las deficiencias históricas en una clara acción hacia la corrección y el reequilibrio territorial, donde los barrios más bien dotados son Ciutat Vella, SantsMontjuïc, Horta- Guinardó y Nou Barris. 12 Vivre et gérer l'espace urbain au troisième millénaire Lecce, 2001 Meritxell Benedí Altés, Laia Herrera Pujol, Marc Lecha Adan (Universitat de Barcelona): “Inmigración y ciudad. Barcelona, 1939-2004” urbano. De este modo, el consistorio practicó una política urbanística agresiva de construcción de edificios públicos y emblemáticos, que rehabilitó ciertas zonas de la ciudad sin prever el realojo ni la mejora de las condiciones de vida de sus habitantes. Aunque, a pesar de todo, es necesario tener en cuenta que las competencias en cuanto a la vivienda de promoción pública recaen en manos de la administración autonómica y no del Ayuntamiento.8 4. Democracia (de 1985 hasta la actualidad) Entre 1985 y 1993 se produjo un aumento importante de los flujos de población inmigrada a causa de la demanda de mano de obra barata, poco cualificada y precaria que exigía una economía en expansión como era la española y, especificamente la catalana, con Barcelona y su área como centro motor. El gobierno socialista (PSOE) elegido en las elecciones generales de 1982 preparó el camino de entrada del país en instituciones internacionales como la OTAN y la CEE como únicas vías para la proyección internacional de España así como la consolidación definitiva de su democracia. Marcado por el contexto de entrada en la Comunidad Europea, en 1985 se aprueba la primera Ley de Extranjería del Estado español, 8. Como consecuencia de la especulación urbanística de los años 60, más de 6.000 viviendas sufren, en la década de los 90, los efectos del deterioro de los materiales de construcción defectuosos, factor que obligó a la Generalitat, con el apoyo del Ayuntamiento, a plantearse la rehabilitación de la periferia de Barcelona. 13 Vivre et gérer l'espace urbain au troisième millénaire Lecce, 2001 Meritxell Benedí Altés, Laia Herrera Pujol, Marc Lecha Adan (Universitat de Barcelona): “Inmigración y ciudad. Barcelona, 1939-2004” que pone de manifiesto la presencia de comunidades “extranjeras” en España; comunidades que llevaban, algunas, más de 15 años en el territorio español. Los derechos de ciudadanía que implican la constitución de un Estado de derecho basado en la democracia liberal parlamentaria, llevaron a la instauración de derechos para los ciudadanos del Estado en contraposición a los no ciudadanos (quienes desde ese momento serán reconocidos como personas jurídicas, aunque sin gozar de los derechos de ciudadanía9). Tanto la ley de 1985 como sus sucesivas reformas de los años 2000 (Ley 4/2000) y 2001 (Ley 8/2000), compartieron un elemento fundamental: la restricción de las vías de entrada regular, factor que condicionó la situación de la población inmigrada, manteniéndola en la marginalidad y dificultando su regularización. Así, con la ley de 1985 se restringió la entrada de determinada población no comunitaria, condicionándola a la obtención de un visado de entrada que sólo era concedido en el caso de conseguir un trabajo (o precontrato laboral) en un sector de la economía española que no tuviera un elevado índice de desocupación de población estatal; visado concedido excepcionalmente y tras muchas vicisitudes. Esta situación se ha ido contradiciendo consustancialmente con una gran ciudad de economía en progresiva terciarización (se avanza 9. Sólo de los mínimos: educación obligatoria hasta los 16 años y asistencia sanitaria en caso de urgencia. 14 Vivre et gérer l'espace urbain au troisième millénaire Lecce, 2001 Meritxell Benedí Altés, Laia Herrera Pujol, Marc Lecha Adan (Universitat de Barcelona): “Inmigración y ciudad. Barcelona, 1939-2004” actualmente tras el objetivo de un 80-90% de sector terciario) que precisa mano de obra barata para su funcionamiento. Y es que, tal y como afirma M. Delgado: Lo que llamamos inmigrante es, por tanto, una figura efímera, destinada a ser digerida por un orden urbano que la necesita como alimento fundamental y como garantía de renovación y continuidad10. A la vez, y dado que su status jurídico condiciona su situación social, la ciudad no tiene competencias para acoger a la población. Las diferentes vías de entrada al país receptor conducirán al inmigrante a un bucle de irregularidad con pocas posiblidades para establecerse en la legalidad; es decir, forzosamente tendrá que pasar por un periodo de subcontratación y explotación laboral que implicará la marginalización social, la extensión de redes de solidaridad y la residencia en infraviviendas, perpetuando la situación de pauperización en algunos barrios e la ciudad. Este hecho se agudiza a finales de los ’90 con el aumento del flujo migratorio africano (Magrib y Sahel), latinoamericano y asiático, que se sitúa en el casco antiguo de Barcelona, encuentra todavía más dificultades que la inmigración española, ya que dicho status jurídico les conlleva a estar en condición irregular, dificultando su acceso a una vivienda digna, prestaciones sociales e interrelación con la sociedad de acogida. 10. Delgado, M. Dinámicas identitarias y espacios públicos, 1999. 15 Vivre et gérer l'espace urbain au troisième millénaire Lecce, 2001 Meritxell Benedí Altés, Laia Herrera Pujol, Marc Lecha Adan (Universitat de Barcelona): “Inmigración y ciudad. Barcelona, 1939-2004” De este modo, nos hallaríamos ante bolsas marginales que se desplazan por la trama urbana, sin resolver sus necesidades, ya que la política del Ayuntamiento y la inversión privada que éste promueve, se dedicarán a recalificar zonas en las que el precio del suelo es muy bajo para transformarlas en zonas de ocio o de alto standing, como sucede en los años previos y con el pretexto de los Juegos Olímpicos de 1992 y con el futuro Fòrum de les Cultures 2004; sin resolver realmente los problemas de la población que vivía en ese área, y que, además, se ve desplazada físicamente. Esta política de dotar de elementos de centralidad a zonas periféricas mediante la intervención de capital privado e inversión pública (cooperación entre Ayuntamiento y entidades privadas para sacar beneficio económico, unas y seguir manteniendo su nivel de competitividad tras los Juegos Olímpicos, el otro) proviene de la definición de las Áreas de Nueva Centralidad (ANC) como un sistema de potenciación de zonas degradadas mediante la inyección económica visualizada en la recuperación urbanística. Significa la centralización de la periferia, aunque sin regenerarla realmente, sino solamente desplazando aquellos elementos conflictivos. Las administraciones locales deberían tener competencias en materias tan importantes como los servicios sociales, la promoción de la iniciativa social, los mecanismos necesarios 16 Vivre et gérer l'espace urbain au troisième millénaire Lecce, 2001 Meritxell Benedí Altés, Laia Herrera Pujol, Marc Lecha Adan (Universitat de Barcelona): “Inmigración y ciudad. Barcelona, 1939-2004” para evitar la exclusión social y la experimentación y creación de nuevos modelos de producción de bienestar. Porque a pesar de haber establecido estrategias para la integración de la población inmigrante, aun en clave de interculturalidad (es decir, de integración y diversidad) con la instauración de un Comisariado para los Derechos Civiles y una Regidoría específica de Derechos Civiles (como entidades de asesoramiento e información para extranjeros y refugiados), sus acciones quedan amputadas a una esfera puramente formal y poco efectiva. Romper la tendencia a la concentración masiva de personas inmigradas en barrios deteriorados parecería ser la solución a la ghettización de este sector de la población. El problema reside en la imposibilidad de la entidad política más cercana a las personas — el Ayuntamiento —, para resolver dicha tendencia a causa de la estructura administrativa estatal, de la legislación vigente y de la imposibilidad de establecer un diálogo entre sectores de inversión privada y sector público. El capital privado invierte según criterios, no de productividad, sino de rentabilidad buscando un beneficio comercial, hecho que es incompatible con el carácter de servicios que le da el ente local. Barcelona, para resolver sus déficits de infraestructuras y equipamientos, ha necesitado de una estrecha colaboración con la iniciativa privada mediante la organización de grandes eventos que, si bien ha aportado 17 Vivre et gérer l'espace urbain au troisième millénaire Lecce, 2001 Meritxell Benedí Altés, Laia Herrera Pujol, Marc Lecha Adan (Universitat de Barcelona): “Inmigración y ciudad. Barcelona, 1939-2004” mejoras para el conjunto de los habitantes, no ha resuelto las problemáticas específicas de determinados colectivos11. Cierto es que en los últimos quince años la evolución de las infraestructuras de la ciudad han mejorado notablemente y se han potenciado las áreas más deprimidas de la ciudad, como son sobretodo los barrios del levante (Sant Martí, Nou Barris, Sant Andreu), pero no podemos olvidar que los problemas concretos de los habitantes (la mala calidad de la vivienda, la escasez crónica de equipamientos...) siguen siendo, en muchas de estas áreas y cada vez más en Ciutat Vella, iguales a los de hace veinte años. La transformación que supusieron los Juegos Olímpicos en algunos de estos barrios y la actual remodelación en vistas al Fòrum de les Cultures 2004 no han conseguido equilibrar la balanza entre lo que se ve y lo que realmente hay detrás. 5. Conclusión En casi dos décadas de democracia local, se ha producido un aumento exponencial de las demandas sociales que se explican por dos razones; por una parte, causado por el déficit de servicios y equipamientos sociales heredado de las décadas anteriores, localizadas principalmente en zonas periféricas o de más reciente desarrollo urbanístico durante los sesenta. Y 11. Existen aún hoy barrios de Barcelona con un déficit de transporte público que los conecte con el centro de la ciudad como Canyelles o la Zona Franca, manteniéndose la dicotomía Centro-Periferia, impidiendo el reequilibrio territorial. 18 Vivre et gérer l'espace urbain au troisième millénaire Lecce, 2001 Meritxell Benedí Altés, Laia Herrera Pujol, Marc Lecha Adan (Universitat de Barcelona): “Inmigración y ciudad. Barcelona, 1939-2004” por otra parte, la incidencia de la crisis económica de finales de los setenta y principios de los ochenta, que tuvo unos efectos sociales importantes, con altos índices de paro, que rompen el principal elemento de inserción que es el trabajo. A este panorama, cabe entender Barcelona como una gran ciudad que padece importantes aglomeraciones urbanas. El cambio de las estructuras familiares y el progresivo envejecimiento de la población están en sus principales tendencias sociodemográficas, donde el fenómeno inmigratorio es su gran baza. El problema reside en el hecho de la recepción de nueva población, junto a los problemas sociales ya existentes y la propia capacidad de acción, en el marco del Estado español dificultan la actuación local, y permiten la generación de situaciones de riesgo y exclusión local. De esta manera cabe defender no sólo una democratización del nivel competencial, sino también la distribución equitativa de los recursos. El Fòrum de les Cultures 2004 no hace sino reflejar en otro nivel este tipo de contradicciones. Barcelona vuelve a centrar sus objetivos en un gran evento internacional. Mientras que en 1992 se utilizó la excusa de la organización de un evento deportivo para reorganizar una ciudad desestructurada interiormente y dotarla de una planificación urbanística compacta que llega a su fin en la actualidad, el Fòrum es la última expresión de expansión urbana de la ciudad como es también la apuesta municipal para satisfacer 19 Vivre et gérer l'espace urbain au troisième millénaire Lecce, 2001 Meritxell Benedí Altés, Laia Herrera Pujol, Marc Lecha Adan (Universitat de Barcelona): “Inmigración y ciudad. Barcelona, 1939-2004” las demandas económicas del mercado, a la par que proyectar internacionalmente la Ciudad, con el pretexto de un mutuo reconocimiento entre culturas y una apuesta por la tolerancia y la convivencia en una Europa que cierra fronteras y estigmatiza al otro –el extranjero. Pero en la ciudad, ¿quién puede ser calificado de “inmigrante”? ¿Y por cuánto tiempo? (Delgado, 1999). 6. Bibliografía: AAVV. Bienestar social en las grandes ciudades. FEMP i Ajuntament de Barcelona, 1991, Madrid. AAVV. Jornades sobre polítiques d’immigració i polítiques d’integració. Ed. Fundació Càritas Girona, 1997, Girona. Albet, Abel. "Ciutat global, ciutat dual". Revista Transversal de Cultura Contemporània, nº 13, 2000, Lleida. Bohigas, Oriol. Reconstrucción de Barcelona. Ed. DGAE, 1986, Madrid. Borja, Jordi. Por unos municipios democráticos. Instituto de Estudios de la Administración Local, 1986, Madrid. Borja, Jordi. Estado y ciudad. Promociones y publicaciones universitarias, 1988, Barcelona. Busquets, Joan. "Les diferents escales de la Projectació urbanística", a Urbanisme a Barcelona, plans cap el 1992. Ajuntament de Barcelona, 1987, Barcelona. Busquets, Joan. Evolución urbanística de una capital compacta. Ed. Mapfre, 1992, Madrid. Delgado, Manuel. Diversitat i integració. 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