Declaratoria de los jóvenes de Coahuila frente al cambio climático

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Declaratoria
de los
jóvenes de Coahuila
frente al
cambio climático
Declaratoria de los jóvenes de Coahuila
Incluso si tratáramos de “congelar” las emisiones actuales de carbono firmamos nuestra
sentencia al contribuir al cambio climático y porque muchos de sus impactos son
irreversibles.
Para nosotros lo más importante es la visión de una conciencia planetaria y local de los
desastres y las soluciones justas y equitativas a ellos; no es cuestión de economía únicamente
o de expiar culpas dando dinero a los más vulnerables y afectados para compensar daños
que pueden ser irreversibles y pudieron evitarse. Es un cambio de valores y formas de vida
y de visiones y prácticas en la economía, el consumo y la distribución de la riqueza.
La situación actual requiere la construcción de
una nueva cultura, de un cambio de actitudes, de
una nueva forma de relaciones humanas basada
en valores, de la creación de una ética ambiental
acorde con el resto de la biosfera y, sobre todo,
de un compromiso con el futuro.
Las y los jóvenes de Coahuila (UAdeC,
UAAAN, ITS, Profauna) después de analizar la
problemática del cambio climático y sus desafíos,
deseando contribuir a través de la visión de
la juventud de la región noreste de México a
la Declaratoria Nacional de las y los Jóvenes
Frente al Cambio Climático, en el marco de la
Cumbre Mundial de Juventud 2010 y la COP16,
presentamos la siguiente:
* Por respeto a la elaboración colectiva de esta declaratoria,
se reproduce textualmente.
frente al cambio climático*
El Ártico se está derritiendo, los niveles del mar se están elevando, la fuerza de las
tormentas está aumentando y las sequías y las inundaciones se están intensificando.
Las zonas costeras están en riesgo, la infraestructura de las ciudades es cada vez más
vulnerable, se amenazan los abastecimientos de alimento y de agua y la salud humana
es desafiada por una extensión de parásitos, virus, epidemias y enfermedades, algunas de
ellas consideradas ya erradicadas.
Declaratoria
Reconocemos que:
Si bien existen causas (externas e internas) naturales que ocasionan modificaciones al clima, también es
cierto que el ser humano contribuye de manera sustancial al uso excesivo de los recursos naturales, la
pérdida de biodiversidad y al uso excesivo de energía; privilegia el crecimiento, el consumo y el dispendio
por encima del desarrollo, la convivencia armónica con sus congéneres y con la naturaleza y la satisfacción
de sus necesidades básicas promoviendo la calidad de vida de las comunidades en general.
Existen causas y consecuencias locales y globales del cambio climático, de igual manera existe la posibilidad
de acciones de adaptación y mitigación al cambio climático en el ámbito personal, local y global, con serias
limitaciones en todas ellas.
El cambio climático es un problema global que requiere soluciones globales actuando ahora, a corto plazo,
y con soluciones a largo plazo.
En la actualidad los ecosistemas mundiales en lugar de aumentar o mantener la capacidad de la naturaleza
para almacenar carbono se están agotando a un ritmo alarmante.
El sector industrial realiza los procesos antropogénicos
de transformación de los recursos naturales necesarios
para obtener productos en beneficio del ser humano,
existiendo un área de oportunidad y de mejora.
La estrategia de los bonos de carbono no ha sido
suficiente ni efectiva para prevenir la deforestación
y contaminación local y global que contribuyen a la
generación de gases de efecto invernadero (GEI).
La agricultura es indispensable para cubrir nuestras
necesidades alimenticias, sin embargo es necesario
utilizar prácticas y tecnologías sustentables, ya que
se usa una cantidad extraordinaria de energía para
producir alimentos.
La salud ambiental es un campo emergente en el área
de la salud pública, que se refiere tanto al ser humano
como a los ecosistemas y a todos los seres vivos del
planeta.
Existe la necesidad de generar acciones para la mitigación
y adaptación global al cambio climático, pero también
es necesario reconocer que existen poblaciones con
mayor vulnerabilidad y riesgo que otras en condiciones
de cambio climático, como las mujeres, los ancianos, los
que menos tienen y la biodiversidad.
El modelo de crecimiento económico de las sociedades actuales no toma en cuenta el hecho de que
el planeta funciona como una cadena de eventos
interrelacionados que se van autorregulando y que el
planeta posee recursos finitos. La aplicación de este
modelo económico ha generado enormes problemas
ambientales, económicos y sociales.
La crisis económica reciente demostró que el sistema no
da para más y que medidas extremas deben tomarse; no
sirve una “medicina para curar catarro, se necesita una
cirugía mayor”, ¿será acaso un cambio de paradigma?
Las causas del cambio climático asociadas con el modelo de desarrollo actual son: la forma irracional de
explotación de los recursos naturales, su consumo
excesivo y su usufructo y reparto indiscriminado e
inequitativo.
El agua, el suelo y los bosques son recursos estratégicos que el cambio climático
está afectando fuertemente. Los árboles absorben bióxido de carbono de la
atmósfera y son resumideros vitales. Una hectárea de bosque puede absorber
entre cuatro y 37 toneladas de bióxido de carbono al año.
Evitar la deforestación trae grandes beneficios, como la mitigación del cambio
climático, la calidad de vida local, la preservación de la biodiversidad, la conservación de los ecosistemas y la prevención de la desertificación.
El sistema económico actual se fundamenta en la apropiación y explotación del
capital natural, por lo que éste se convierte en el factor limitante del modelo
de desarrollo vigente.
La crisis alimentaria exacerbada por el modelo económico actual y el cambio
climático sigue siendo un fantasma a estallar en cualquier momento.
El sistema de comercio y la agricultura actual privilegian a las grandes transnacionales; el problema no es la tecnología, sino su uso excesivo y mala
utilización.
No se han solucionado la crisis alimentaria, los problemas de salud ambiental
y otros, como la obesidad y la diabetes. El acabar con especies endémicas está
provocando el calentamiento global y la pérdida de posibilidades de encontrar
curas naturales a enfermedades cada vez más agresivas.
Las ciudades como se han establecido hasta ahora constituyen uno de los
mayores focos de insustentabilidad del planeta, por el uso cada vez mayor
de asfalto y de medios de transporte que utilizan combustibles fósiles. La
actuación en y sobre ellas es un tema prioritario, siendo las autoridades locales
y los ciudadanos los actores pertinentes. Gobernanza ambiental.
El aumento de la concentración de la población
en centros urbanos demanda gran cantidad de
servicios, alimentación, vivienda, empleo, comodidades, sin que los gobernantes (servidores
públicos) cubran de manera eficiente las demandas
de una población creciente. Esto contribuye al
cambio climático, ya que ocasiona la afectación e
inclusive modificación radical de los ecosistemas.
La falta de educación ambiental e información y
la ausencia de principios y valores en la sociedad
ocasionan el uso irracional de los recursos naturales,
habiendo poca sensibilidad y conocimiento sobre
lo que se puede hacer para disminuir el impacto
que las acciones humanas tienen sobre el cambio
climático.
Manifestamos que:
En cuanto al posicionamiento de los jóvenes de
Coahuila la problemática del cambio climático es
un asunto complejo, por lo cual no puede ni debe
tener soluciones simples, ni unilaterales, deben estar involucrados todos los sectores y miembros de
la sociedad, tomando en cuenta su responsabilidad
común pero diferenciada.
Nos adherimos al posicionamiento de las organizaciones de la sociedad civil mexicana presentes
en la COP15 y al posicionamiento de la juventud
latinoamericana en dicha conferencia, celebrada en
Copenhague el 16 de diciembre de 2009. Ambos
siguen vigentes.
Los jóvenes son el presente, no el futuro de la sociedad y se debe promover la creación de espacios
de acción en todos los ámbitos: políticos, laborales,
culturales, sociales, económicos, ambientales y de
toma de decisiones.
Somos un país con problemas de inseguridad, narcotráfico, pobreza, mala alimentación, falta de
empleo, lo que provoca estrés, obesidad, diabetes.
¿Cómo podrá la población mejorar su calidad de
vida si por estas causas se vuelve cada vez más
vulnerable?
Coahuila, por ser estado fronterizo, tiene una
influencia exagerada del estilo de vida de Estados
Unidos, que privilegia el consumismo, el desperdicio,
el uso excesivo de energía y el consumo excesivo
de artículos no indispensables; con una cultura del
desecho, que genera gran cantidad de desperdicios
en relación con el tamaño de su población; con
pérdida de valores, privilegiando el nivel sobre la
calidad de vida y provocando la pérdida de identidad nacional.
Existe preferencia en general por productos extranjeros debido a su mayor disponibilidad; esto
contribuye a la pérdida de empleos, identidad y al
uso excesivo de energía e insustentabilidad.
La agricultura (actividad importante en Coahuila
debido a su mal manejo, a prácticas obsoletas en
muchos casos, extensiva y por el cambio de uso
de suelo) ocasiona pérdida de diversidad, deforestación, desertificación, contribuyendo al cambio
climático.
des cantidades de metano por el estiércol de los
animales, que expuesto a cielo abierto produce
malos olores y enfermedades; consume grandes
cantidades de agua y sobreexplota los mantos
acuíferos subterráneos, principal fuente de
abastecimiento, promoviendo además para su
alimentación, la siembra de alfalfa que requiere
grandes cantidades de agua para su producción.
La ganadería en nuestro estado ocupa grandes
extensiones de hectáreas, donde se liberan gran-
La minería en Coahuila provoca la pérdida de
cubierta vegetal por explotación de minas a cielo abierto, además de contaminación de agua, suelo
y aire en los procesos de operación, deteriorando
los ecosistemas. Minerales como el del carbón
producen grandes emisiones de CO2 y otros GEI.
Un problema en el estado de Coahuila son los
asentamientos humanos, pues se concentra la mayor
mancha urbana en Saltillo, Torreón y Monclava,
con un crecimiento no planeado, habiendo un
desequilibrio en el nivel y calidad de vida entre
la población urbana de estas ciudades y la de las
pequeñas comunidades rurales, asentadas en zonas
marginadas con escasa infraestructura sanitaria y
comodidades en general.
Existe en Coahuila extrema pobreza en algunos
municipios y consideramos que no existe un proyecto de desarrollo regional.
manera inconsciente, irracional y desproporcionada,
no sólo para satisfacer necesidades primarias, sino
para mantener un mundo de consumo, desperdicio
y enriquecimiento de unos pocos a costa de
muchos, destruyendo los ecosistemas y acabando
con recursos naturales renovables y no renovables.
En Coahuila existe una disposición inadecuada de
residuos y falta una cultura de minimización de generación de los mismos, así como una política de
reciclaje y reutilización.
Existe en el mundo una gran cantidad de áreas
boscosas deforestadas, las cuales de destinan a actividades agrícolas, siendo el problema que se está
sembrando soya, maíz, caña de azúcar para alimentar
animales o para producir etanol o biocombustibles.
Esto ocasiona otros problemas, ya que al privilegiar
grandes extensiones de monocultivos se pierden
bosques y biodiversidad y se contribuye al cambio
climático.
México necesita un modelo y políticas energéticas
distintas a las actuales, basadas en el uso de combustibles fósiles.
En Hispanoamérica, con dichas prácticas, se está
provocando pérdida de hábitos y cultura alimenticia, pues siendo el maíz la principal fuente de
alimento, es elemento fundamental en su sentido
de la vida, avasallando así la cosmogonía de los
pueblos originarios ocasionando por tanto que se
creen otro tipo de problemas y tensiones.
La extracción de petróleo es un tema que debe
discutirse a profundidad, ya que provoca afectación
a los ecosistemas marinos y pérdida de diversidad
de especies, entre ellas el plancton, especie viviente
que sirven de alimento, y las algas marinas que
intervienen en la captación de grandes cantidades
de CO2. Afectan tanto económicamente como a la
calidad de vida de las poblaciones cercanas debido
a la contaminación.
Respecto a la sustentabilidad ambiental en tanto
que dependemos de las funciones de nuestro
entorno, que provee de recursos, asimila residuos
y desechos y proporciona servicios ambientales
(agua, clima, aire depurado, alimentos, fijación
de CO2, esparcimiento), necesitamos que estas
funciones continúen y continúen bien.
La extracción de petróleo se ha convertido en un
asunto de seguridad nacional, como es el caso de
la extracción en aguas profundas en el Golfo de
México. A pesar de los miles de millones de dólares
involucrados, es imposible asegurar que no existirán
daños irreversibles en el mediano y corto plazos.
Toda actividad humana utiliza energía y consume
recursos naturales, siendo el problema que se hace de
La sustentabilidad económica debe promover un
desarrollo económico sustentable, es decir, un desarrollo basado en el conocimiento y respeto de la
capacidad de carga del entorno para no superarla y
permitir la recuperación y regeneración del sistema
natural ante las presiones externas.
la comunicación ambiental en todos los niveles
educativos y en todos los sectores sociales.
Las guerras de cualquier tipo y en cualquier circunstancia contribuyen al cambio climático y, más aún,
comprometen la viabilidad de la humanidad. El uso
excesivo de armas, transportes e implementos de
guerra impactan al ambiente y la sociedad, en su
sentido más amplio, acabando con su bienestar.
Siendo un principio fundamental del desarrollo
sustentable la existencia mundial de una cultura
de paz.
Un problema básico en el sector industrial es que
se necesitan grandes cantidades de energía en
la producción de bienes, generando calor, gases,
residuos; en suma, un uso indiscriminado de recursos que contribuyen al cambio climático.
Las industrias deben optimizar el uso de los recursos
de manera que se permita el desarrollo económico
y se obtenga el mismo o incluso un mayor
beneficio con menor consumo de recursos. De
esta manera, se internalizan los costes ambientales
en las economías municipales beneficiándose la
ciudadanía en general.
Exigimos que:
Se establezcan no sólo estrategias o buenos propósitos en documentos, o se realicen acciones
puntuales por unos cuantos. Es necesario repensar
nuestro estilo de vida, incluido el sistema social,
económico, cultural y de relación con la naturaleza,
así como los paradigmas y el modelo civilizatorio
actual que no dan más.
La sustentabilidad social persigue la satisfacción
plena de las necesidades de la generación presente
garantizando que las generaciones futuras puedan
satisfacer las suyas.
Se establezca un acuerdo vinculante en materia de
cambio climático, estimulando
Para conseguir la sustentabilidad social, la formación e información de todos los ciudadanos es
imprescindible, para que todos participemos, de
manera más o menos proactiva, basados en la
gobernanza ambiental y la democracia. Con una
participación bien fundamentada, apoyada en el
conocimiento y concienciación de la ciudadanía.
La adaptación al cambio climático es una prioridad
para los países menos desarrollados y más vulnerables y las comunidades en situaciones de
riesgo, como es el caso de la región carbonífera y
norte de Coahuila.
La mitigación del cambio climático (reducción
de emisiones de GEI) debe ser un imperativo
para los países que más GEI emiten y en
general para los desarrollados.
Es necesario progresar en la cultura de la
sustentabilidad mediante la educación y
la transición hacia una economía verde, con bajos niveles de emisiones de
carbono, que pueda enfrentar desafíos diversos, desde crisis alimentarias,
de combustibles y climáticas hasta la iniciada escasez de recursos naturales.
Los tomadores de decisiones entiendan y actúen con una visión global que
permita la comprensión de la gravedad de los procesos actuales de deterioro
ambiental estrechamente relacionados, de contaminación y degradación de
los ecosistemas, de acelerado cambio climático, de agotamiento de recursos,
de desequilibrios insostenibles y conflictos destructivos, y de pérdida de diversidad biológica y cultural que amenaza muy seriamente la continuidad
de nuestra especie.
Se reconozca de aquí en adelante la existencia de los “refugiados ambientales”, debido a catástrofes ambientales a nivel mundial, proviniendo la
mayoría de ellos de países y comunidades de alta vulnerabilidad y riesgo por
las consecuencias del cambio climático.
Se reconozca a los jóvenes y las mujeres en todo su potencial como grupos
principales, por su capacidad de contribuir al bienestar de la comunidad, al
uso racional de los recursos naturales y a la práctica y promoción de una
cultura de sustentabidad, favoreciendo la adaptación al cambio climático.
Se reglamente un uso y gestión sustentable de ecosistemas que son defensas
naturales en contra del calentamiento global, tales como humedales, manglares y arrecifes coralinos.
Se privilegie la cultura de la prevención en lugar de la remediación en el uso
de los recursos naturales, la energía, la producción de residuos y en general
en todas las actividades humanas.
Los servidores públicos y tomadores de decisiones promuevan la cohesión
social, fortaleciendo los mecanismos de equidad y participación; que consideren a la sociedad civil y ambos dejemos de actuar con base en intereses
particulares de corto plazo y entendamos que hoy por hoy esto constituye
un comportamiento suicida.
Los gobiernos reconozcan las capacidades y la sabiduría de la población,
implementando una real gobernanza ambiental, con el fin de mejorar
la calidad de vida de la población, además de definir un destino común,
proyecto de país, valores, sentido de comunidad, etcétera.
Se reconozca el derecho de los pueblos a decidir el uso de sus recursos
naturales, promoviendo y respetando el conocimiento local, comercio justo
y prácticas sustentables de producción y consumo.
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Se aplique en la toma de decisiones de los servidores
públicos el principio de la sustentabilidad local,
que promueve integrar una justicia social, una
economía sustentable y un entorno y capital natural
duradero para lograr un equilibrio sustentable que
se traduzca en una mejora de la calidad de vida de
las comunidades locales.
Las industrias se comprometan a la adquisición
de una cultura de responsabilidad social, al uso de
tecnologías amigables con el ambiente y al flujo
de procesos cíclicos o metabólicos, no lineales,
utilizando los subproductos para evitar que se
vuelvan contaminantes y desperdicios.
Nuestro país cambie el modelo energético actual
basado en el uso de combustibles fósiles para la
generación y uso de energía, por uno basado en energías alternativas, en la utilización de fuentes limpias
y fuentes renovables, así como en la utilización de
tecnologías más limpias y de mayor eficiencia energética, contribuyendo así a la mitigación de GEI
mediante el ahorro de energía.
La creación de un fondo para la prevención y la
rehabilitación de los ecosistemas dañados y que
los países con mayor cantidad de industrias y tecnologías aporten recursos para contrarrestar el
cambio climático.
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La creación de normas para que de acuerdo con la
extensión territorial de cada país se cumpla con un
porcentaje de cobertura vegetal.
La existencia de mayor transparencia en la rendición
de cuentas gubernamentales, donde se señale en
el presupuesto el monto destinado a combatir la
contaminación y el cambio climático y a promover
la investigación y la educación ambiental.
Los gobiernos establezcan la educación ambiental
como política de Estado, inviertan un porcentaje del
PIB para promover la investigación de frontera en
sustentabilidad y temas relacionados con el cambio
climático, en el desarrollo e innovación tecnológica,
en la elaboración de patentes y en el desarrollo
de capacidades de la población para adaptarse al
cambio climático y afrontar situaciones de riesgo.
Los gobiernos y entidades internacionales tomen
decisiones de gobernanza internacional en beneficio de las poblaciones del mundo, en especial
de los países menos desarrollados y, por tanto,
más vulnerables al cambio climático, y se aplique
el principio precautorio en cualquier controversia
ambiental, de sustentabilidad y relacionada con el
cambio climático.
Participantes
Silvia Paola López Ruvalcaba, Sandra Lorena Palacio Molina, Dafne
Hebe Ramírez Lozano, Claudia Marisol Castro Guerrero, Karen
Lizeth Hernández Carrillo, Yajaira Deyanira Hernández Salas, Paola
Isabel López Martínez de Escobar, Alma Nuria López López, Nanci
Concepción Amarilla Monges, Araceli Altunar Hernández, Rogelio
Vázquez Ruiz, Elmer Ventura Espinoza, Yonatan de Jesús Martínez
Ramos, Víctor Hernández Díaz, María Guadalupe González Hernández,
Gilberto Ayala Bastidas, Daniel Coronado Zúñiga, Melisa del Rosario
Carreón Treviño, María Dolores Betancourt Gaspar, Yuliana Lizeth
Gallegos Fabela, Mayte Irasema González Torres, Gabriel Aarón
Dávila Carrizales, Roberto Arturo Reyna Ortiz, Juan Pablo Sandoval
Hernández, Andrés Arturo Rodríguez Tostado, Jesús Rolando Delgado Montoya, Ed Isaías García Juárez, Daniel González Orozco,
Gabriel Villarreal González, José Alejandro Sánchez Banda, Helena
Abigail Median González, Dariela Izamary Gaytán González, Daniel
Alejandro Esparza Vela, Lucero de Lourdes Espindola de la Vega, Zaira
Araceli Gómez Villalobos, Marco Carrasco A., Juan Jesús Seca Luna,
Ana María Cárdenas Espinoza, Manuel Antonio Villarreal Medina,
Leonardo Tovar Piña, Noe Martín Hernández Rivera, Ricardo Sánchez,
Jaime Sánchez Sifuentes, Cristina Esmeralda García Guillermo, Brenda
E. Rodríguez Ovalle, Aiko Berenice Mora García, Raúl Ayala Moreno,
Maureen Otañez Carrasco, Pamela Nohemí Muñiz Garza, Seyla Sarai
Chávez Lira, Cecilia Virginia Ramírez López, Jacob Briones Castañeda,
Erick Martín Cervantes Garza, Jesús Armando Rocamontes Guardiola,
Carlos Morales Montano, Aaron Asdrúbal Moya Flores, Néstor
Eduardo Ramos González, Rosa Alicia Castillo Niño, Benito Raúl Hinojosa Ríos, Eliud Salas Arizpe, Ana Areli Ledezma Rodríguez, Cindy
Nayeli Martínez Rodríguez, Neisi Peña Flores, Horacio Sánchez
Álvarez, Wendy Paola González López, Lizbeth Reyes Robledo, David
Adinoham Fuentes Pérez, Karina Elizabeth Nájera Lugo, Débora Abigail
Rodríguez Fernández, Héctor Hugo Escobar Saucedo, Francisco Javier
López Estrella, Martha Elena Sosa Bocardo, Margarita García, Juana
María Carreón, Graciela Hernández Gómez, Rosa Elvira Valdez Ramos,
Genoveva Vázquez, Norma Yolanda Mota.
Representantes de las mesas de trabajo: Marayenari Morales
Castillo, José Israel López Martínez, Jesús Acosta Gutiérrez, Ivonn
Vanesa Cárdenas de León, Sandra Vanessa Bucio Sánchez, Marina
Muñoz Bañuelos, Irvingh Carlos Alexis Delgado García, José Arturo
Romero Santana.
Saltillo, Coahuila, 19 de mayo de 2010.
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