Órgano oficial de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica. SEPAR. Volumen 19, Número 5, Septiembre-Octubre 1983 sumario Valor de la ecocardiograña de contraste en el diagnóstico de las fístulas arteriovenosas pulmonares congénitas. P. Cabrera Navarro, A. Bethencourt González, A. Medina Fernández-Aceituno, C. Macaya Miguel, J. Elola Somoza y J. Ramos Sarazo. A través del estudio de cinco pacientes portadores de fístulas arteriovenosas pulmonares, los autores apoyan la ecocardiografía de contraste como método diagnóstico fiable. 185 Afectación pulmonar en la linfadenopatia angioinmunoblástica. J. López-Aldeguer, J. Maldonado, J. Redón, M. Perpiñá, J. Lacruz, M. Caballero y V. Marco. En la linfadenopatia angioinmunoblástica, la afectación pulmonar es relativamente frecuente. Se describen en este trabajo las manifestaciones clínicas, radiológicas y anatomopatológicas. 192 La utilidad del aspirado transtraqueal en el estudio de las neumonías de adquisión extrahospitalaria. J.L. Llórente Fernández, A. Capelastegui Saiz, J.M. Antoñana Larrieta, J.A. Crespo Notario, C. Cid de Rivera y V. Sobradillo Peña. Los autores comprueban la utilidad del empleo rutinario del aspirado transtraqueal en el diagnóstico de la neumonia extrahospitalaria, por su sencillez y buena tolerancia. 197 Alteraciones gasométricas durante la laparoscopia. F. Gómez Gómez, M. Rodríguez Rincón, J.M. García Santalla, M.J. Pérez Tabernero, M.J. Otero López, M. Barrueco Perrero y J. de Portugal Alvarez. Se analiza la repercusión de la laparoscopia en los gases arteriales y equilibrio acidobase. Gran parte de los efectos son atribuibles a la insuflación abdominal y a la anestesia local. 201 Órgano oficial de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica. SEPAR. Volumen 19, Número 5, Septiembre-Octubre 1983 revisión de conjunto Reflujo gastroesofágico y patología broncopulmonar. J.M. Fernández Sánchez-Alarcos y A. López Encuentra. Se intenta aclarar el grado de importancia causal que el reflujo gastroesofágico pueda tener en ciertas patologías pulmonares, tales como el asma bronquial o fibrosis pulmonar. 206 notas clínicas Granulomatosis broncocéntrica. J. Roig Cutillas, J. Bernadó Turmo, J. Morera Prat, C. Sanjuás Benito, R. Vidal Pía y J. Ruiz Manzano. Se describe un caso peculiar de granulomatosis broncocéntrica, detallándose las características clinicas y anatomopatológicas diferenciales de esta afección. 214 Lipoma bronquial. C. León, G. Estrada, S. Alvarez, C. Puzo, R. Bordes y R. Cornudella. Los autores añaden este caso de tumor endobronquial a los existentes en la literatura. 217 Probable neumonía invasiva por aspergillus. M. Montejo, J. Merino, A. Fernández, J. Barrón y C. Aguirre. En este trabajo se presenta la observación clínica de un paciente con diabetes mellitus y púrpura trombocitopénica, que presentó una neumonia fulminante por aspergillus 220 Silicosis con afectación pleural y síndrome de CRST. M.L. Martínez Martínez, J. Roig Cotillas, R. Vidal Pía, J. Morera Prat y L. Bernardo. Se presenta un caso de esta rara asociación. La confirmación etiológica del derrame se logró por biopsia pleural. 222 ORIGINALES VALOR DE LA ECOCARDIOGRAFIA DE CONTRASTE EN EL DIAGNOSTICO DE LAS FÍSTULAS ARTERIOVENOSAS PULMONARES CONGENITAS P. CABRERA NAVARRO, A. BETHENCOURT GONZÁLEZ, A. MEDINA FERNANDEZ-ACEITUNO, C. MACAYA MIGUEL, J. ELOLA SOMOZA y J. RAMOS SARASA Secciones de Neumologia y Cardiologia-Hemodinámica. Departamento de Medicina Interna. Residencia Sanitaria «Ntra. Sra. del Pino». Las Palmas de Gran Canaria. Introducción Las fístulas arteriovenosas pulmonares congénitas (FAVPC) son enfermedades poco frecuentes. La Clínica Mayo recoge tan sólo 63 casos consecutivos en 20 años'. Alrededor del 50 "7o de los casos de FAVPC se describen en el contexto de la enfermedad telangiectásica hemorrágica hereditaria (enfermedad de Rendu-Osler-Weber) 2 , aunque sólo el 15 Vo de éstos presentan FAVPC concomitantes3. Ante la sospecha clínica y radiológica de FAVPC, el diagnóstico de certeza se establece por la angiograña pulmonar. Existen referencias en la literatura de casos aislados de FAVPC detectadas con ecocardiografia de contraste45. Se presentan cinco casos de FAVPC estudiados con ecocardiograña de contraste en vena periférica y angiografia pulmonar. Material y métodos Pacientes: De febrero de 1977 a mayo de 1980 se diagnosticaron cinco casos de FAVPC en nuestro hospital (ver tabla 1). Tres varones y dos hembras con edades comprendidas entre 10 y 50 años. Los casos 1, 2 y 3 padecen una enfermedad de RenduRecibido el día 14 de mayo de 1982. 17 Osler familiar y su sintomatologia se relaciona directamente con la afectación vascular a diferentes niveles. El síntoma común fue la presencia de epistaxis recidivantes. El caso 2 referia además dolor selectivo occipital, lugar donde existia una lesión ósea radiológica tipo laguna vascular. El caso 3 tenia ocasionalmente dolor torácico sobre la zona donde se localizaba la fístula, asi como una epilepsia de larga evolución. Los pacientes 4 y 5 presentaban sintomatologia secundaria a hipoxemia mantenida con disnea de esfuerzo, cianosis, acropaquias y policitemia. Ninguno de los pacientes presentaba soplos a la auscultación pulmonar ni cardiaca. TABLA I Semiología clínica y analítica CASO EDAD 1 2 23 49 varón hembra 3 50 varón 4 48 varón 5 10 hembra SEXO SÍNTOMAS SIGNOS ANALÍTICA epistaxis epistaxis cefaleas dolor torácico epilepsia epistaxis disnea de esfuerzo cianosis acropaquias policitemia disnea de esfuerzo . cianosis policitemia 185 ARCHIVOS DE BRONCONEUMOLOG1A. VOL. 19. NUM. 5. 1983 Estudio funcional respiratorio: A todos los pacientes se les practicó una exploración funcional respiratoria. El estudio de ventilación se hizo con espirometría simple (espirómetro Jaeger de circuito abierto). La determinación de capacidad funcional residual se hizo por el método de dilución de helio con circuito cerrado (espirómetro y analizador Mijnhardt). El test de difusión alveolo-capilar con monóxido de carbono (DLCO) se practicó en todos los casos con el método de «single breath» con el equipo alveo-diffusionstest de Jaeger. A todos los pacientes se les hizo gasometría arterial respirando aire ambiente y después de respirar oxigeno al 100 % durante 30 minutos a través de una válvula de flujo unidireccional. Cateterismo cardíaco y angiografía: En todos los casos se practicó cateterismo cardiaco derecho y en tres cateterismo izquierdo retrógrado (casos 3, 4 y 5). Para el registro de presiones se utilizaron manómetros hidrostáticos Statham P23dB, en un polígrafo Electronics for Medicine VR12. El cálculo de saturaciones se realizó mediante toma de muestras a diferentes niveles analizadas en microoximetro American Optical. El gasto cardiaco se obtuvo por termodilución. En todos los pacientes se hicieron inyecciones en el tronco de la arteria pulmonar, arteria pulmonar derecha y arteria pulmonar izquierda visualizándose todo el territorio vascular pulmonar. Como material de contraste se utilizó Pielograf. Las imágenes se obtuvieron por filmación a 50 cuadros/segundo con un arco articulado en zeta Philips Polydiagnost C y generador Optimus 200. Ecocardiografía: El examen ecocardiográfico se realizó con un transductor 2,25 MHz no enfocado y ecocardiógrafo Echo IV-Electronic for Medicine. Se examinaron las cámaras cardiacas en la forma habitual descrita por Feigenbaum6. Para la obtención de los ecocardiogramas de contraste se inyectaron de 2 a 5 ce de suero glueosado al 5 % en vena periférica (vena antecubital derecha). El registro eeocardiográfico se hizo en papel termosensible, manteniéndose a velocidad de 25 mm/seg durante el tiempo que el contraste era visible. En todos los casos se practicaron un minimo de dos inyecciones de contraste con el transduetor en posición de registro de ventrículo derecho y ventrículo izquierdo a nivel de la válvula mitral. Resultados Estudio funcional respiratorio: Todos los pacientes (ver tabla II) tenían dentro de la normalidad los siguientes parámetros de ventilación (V): capacidad vital, volumen espiratorio máximo por segundo e índice de Tiffeneau, según los valores de Kory et al7, así como la capacidad pulmonar total, volumen residual y la relación entre ambos según los valores normales descritos por Cotes8. La difusión alveolo-capilar para monóxido de carbono (DLCO) fue normal en los casos 1, 2 y 3, mientras que los casos 4 y 5 presentaban respectivamente un 66 y 75 % de su valor teórico. La gasometría arterial mostraba en los pacientes 1, 2 y 3 una presión parcial de oxígeno normal respirando aire ambiente y tras la prueba de oxigenación al 100 %. Mientras que los pacientes 4 y 5 tenían una hipoxemia basal de 50 y 64 mmHg respectivamente, y tras la prueba de hiperoxia el paciente número 4 incrementó su presión parcial de oxígeno en tan sólo 4 mmHg y el número 5 en 13 mmHg. Cateterismo cardíaco y angiografía: Ninguno de los pacientes tenía hipertensión arterial pulmonar. El cálculo del cortocircuito derecha izquierda (véase la tabla II) se puede considerar dentro de lími186 P. CABRERA NAVARRO ET AL.-VALOR DE LA ECOCARD10GRAF1A DE CONTRASTE EN EL DIAGNOSTICO DE LAS FÍSTULAS ARTER10VENOSAS PULMONARES CONGENITAS tes normales en los tres primeros pacientes, estando francamente alterado en los casos 4 y 5 que tenian un cortocircuito de 47,7 y 26,6 %, respectivamente. En los tres primeros pacientes, afectos de enfermedad de Rendu-Osler (figuras 1, 2 y 3) la malformación vascular era redondeada y bien delimitada, observándose con nitidez el vaso aferente y el eferente en los casos 1 y 3. Mientras que en los casos 4 y 5 la malformación vascular era abigarrada y difusa (figuras 4 y 5). En los cinco pacientes las le- Fig. 2. Caso 2. A) Radiografía posteroanterior de tórax, lesión nodular única (cabeza de flecha) en campo medio derecho. B) Angiografia pulmonar, fase arterial, se evidencia relleno de la lesión por el contraste sin que se pueda localizar exactamente su vaso aferente. TABLA II Radiología y pruebas funcionales respiratorias Imagen radiológica Caso Nodular 1 2 3 4 5 LII LSD LSD Pa0¡ Difusa V DLCO Fi02 0,21 LID LSI N N N N N 92 Vo 84 % 88 % 66 % 75 Vo 88 81 81 50 64 Fi02 1 Shunt 487 9,5 % 474 7,9 % 349 11 % 54 47,7 % 95 26,6 Vo V = Pruebas de ventilación enumeradas en el texto. N = Normal; DLCO = difusión alveolo-capilar para monóxido de carbono; Pa0¡ = Presión parcial de oxigeno; FÍO; = Fracción inspiratoria de oxigeno; Shunt = Cortocircuito arteriovenoso pulmonar; LII = Lóbulo inferior izquierdo; LSD = Lóbulo superior derecho; LID = Lóbulo inferior derecho; LSI = Lóbulo superior izquierdo. 19 Fig. 3. Caso 3. A) Radiografía posteroanlerior de tórax, lesión nodular única en lóbulo superior derecho (cabeza de flecha) que se ve conectada con dos imágenes lineales que se siguen en su totalidad hacia el hilio derecho, compatible con vasos pulmonares. B) Arteriografia pulmonar en la que se distingue con claridad la arteria aferente (a) y la vena eferente (v) de la lesión vascular. 187 ARCHIVOS DE BRONCONEUMOLOGIA. VOL. 19. NUM. 5. 1983 Fig. 4. Caso 4. A) Radiografia posteroanlerior de tórax, en el lóbulo inferior derecho se aprecia una imagen abigarrada y difusa que muestra en su interior múltiples lesiones nodulares, asi como un incremento del calibre de la arteria lobar inferior derecha. B) Angiografia pulmonar, fase arterial, en la que se observan múltiples lesiones en forma de racimo de las arlenas del lóbulo inferior. C) Fase venosa de la angiografia en la que llama la atención el gran calibre de los colectores venosos de esa región, 188 Fig. 5. Caso 5. A) Radiografía posleroanlerior de tórax con imagen abigarrada y difusa que ocupa campo medio de hemitórax izquierdo, visualizandose en su interior pequeñas imágenes nodulares. B) Angiografía pulmonar. fase arterial precoz, mostrando relleno preferente en el área de la malformación vascular. C) Fase posterior donde se aprecian contrastadas imágenes nodulares en lóbulo superior y relleno de pequeñas arterias en la zona patológica cuando aun no han terminado de rellenarse las arterias del lóbulo inferior. La patología vascular estaba circunscrita al lóbulo superior izquierdo. 20 P. CABRERA NAVARRO ET AL.—VALOR DE LA ECOCARD10GRAF1A DE CONTRASTE EN EL DIAGNOSTICO DE LAS FÍSTULAS ARTERIOVENOSAS PULMONARES CONGENITAS siones eran unilaterales y afectaban a un solo lóbulo pulmonar. Se descartaron comunicaciones intracardiacas por oximetria y angiografia. De los tres casos en que se hizo cateterismo izquierdo, dos de ellos (casos 3 y 5) mostraron prolapso valvular mitral afectando al faldón posteromedial de la valva posterior. Ecocardiografía: El registro ecocardiográfico convencional mostró ventrículo derecho, ventrículo izquierdo y aurícula izquierda de tamaño normal en todos los pacientes. En dos casos se detectó prolapso mitral holosistólico (casos 3 y 5). El ecocardiograma de contraste en vena periférica (figuras 6 y 7) mostró en todos los pacientes una nube de ecos que aparecían primero en ventrículo derecho y tardíamente (después de 2,3 ± 0,2 seg) en ventrículo izquierdo, entrando a través de la válvula mitral. En el caso numero 5, tras la inyección de contraste en vena periférica (figura 7) la nube de ecos apareció en ventrículo izquierdo, entrando a través de la válvula mitral, cuatro ciclos cardíacos (2,1 seg) después de aparecer en ventrículo derecho. En este caso (figura 5) que tenia FAVPC múltiples aunque localizadas todas ellas en el lóbulo superior izquierdo, durante el estudio angiográfico se le realizó ecocardiografía de contraste inyectando a través de un catéter no enclavado, en arteria pulmonar derecha e izquierda individualizadamente (figura 8). Solamente tras la inyección en arteria pulmonar izquierda (API) se visualizó paso de contraste a ventrículo izquierdo a través de la válvula mitral, mientras que este fenómeno no se registraba cuando se inyectaba directamente en arteria pulmonar derecha (APD), de la que dependía una vascularización pulmonar normal. Discusión Fig. 6. A) Ecocardiografía de contraste del paciente número 3 en vena periférica, obsérvese el relleno inicial del ventrículo derecho (VI)» y el paso tardío del contraste (2 segundos después) hacia ventrículo izquierdo (VI) a través de la válvula mitral (VM). B) Ecocardiografía de contraste en vena periférica en un caso de comunicación interauricular, obsérvese el paso de contraste a VI rápido (1 ciclo cardiaco después de su aparición en VD) a través de la válvula milral y compárese con A. Las estrellas señalan un prolapso valvular mitral. La ecocardiografía de contraste es un método ampliamente experimentado en cardiología para el diagnóstico de los cortocircuitos intracardíacos9'10. En el presente estudio analizamos la utilidad de la ecocardiografía de contraste en el diagnóstico de las FAVPC, presentando la mayor casuística, conocida por nosotros, que se haya publicado al respecto. Al inyectar en el territorio venoso periférico cualquier líquido, de forma brusca y a gran presión, se produce un fenómeno de microcavitación del mismo (microburbujas) capaz de reflejar ultrasonidos (ecos) al crear una interfase con la sangre que le rodea. Estos ecos, siempre son detectados a su paso por el corazón derecho. Las microburbujas al llegar al lecho capilar pulmonar son homogeneizadas con la sangre y desaparecen, de forma que en sujetos normales no se detectan en cavidades izquierdas. Recientemente ha sido descrito por Reale et al", una técnica para transmitir ecos al lado izquierdo del corazón, a través del lecho vascular pulmonar normal, mediante la inyección de un bolo de contraste (suero salino, glucosado o CÜ2) a través de un catéter con balón enclavado en una rama de la arteria pulmonar derecha o izquierda, que es desinflado rápidamente tras la inyección, consiguiendo con ello el paso de ecos a cavidades izquierdas. En cualquier caso, el catéter utilizado en la paciente número 5 de esta serie durante la angiografia pulmonar, para hacer eco de contraste inyectando en arteria pulmonar derecha e izquierda individualizadamente, fue un catéter sin balón y no enclavado, con agujeros distales para angiografia. La aparición de ecos en cavidades izquierdas tras la inyección de contraste en vena periférica, supone la existencia de un cortocircuito derecha- 21 189 P. CABRERA NAVARRO ET AL.—VALOR DE LA ECOCARD10GRAF1A DE CONTRASTE EN EL DIAGNOSTICO DE LAS FÍSTULAS ARTERIOVENOSAS PULMONARES CONGENITAS Summary THE VALUÉ OF CONTRAST ECHOGRAPHY 1N THE DIAGNOSIS OF CONGEN1TAL PULMONARY ARTERIOVENOUS FISTULAE. Five patients with pulmonary arteriovenous fistulae, diagnosed by pulmonary angiography, underwent contrast enhanced echography. All patients had late appearing images of left cavities two or more seconds after peripheral vein injection of 5 per cent glycolysed serum. Two of the patients underwent lobectomy and had a normal echocardiographic pattern after surgery. The authors conclude that contrast enhanced echocardiography is a reliable method for the diagnosis of pulmonary arteriovenous fistulae. BIBLIOGRAFÍA 1. Diñes DE, Arms RA, Bernatz PE, Jones MR: Pulmonary arteriovenous fístulas. Mayo Clin Proc 1974; 49: 460-465. 2. Rossman MD: Pulmonary arteriovenous fístulas. En Fishman AP ed.: Pulmonary diseases and disorders. Pennsylvania, Mcgraw-Hill Book Co, 1980; 883-886. 25 3. Sluiter-Eringa H, Orie NGM, Sluiter HJ: Pulmonary arteriovenous fístulas, diagnosis and prognosis in noncomplainant patients. Am Rev Respir Dis 1969; 100: 177-188. 4. Shub C, Tajik AJ, Seward JB, Diñes DE: Detecting intrapulmonary right-to-left shunt with contrast echocardiography. Observation in a patient with diffuse pulmonary arteriovenous fístulas. Mayo Clin Proc 1976; 51: 81-84. 5. Lewis AB, Gates GF, Stanley P: Echocardiography and perfusión scintigraphy in the diagnosis of pulmonary arteriovenous fístula. Chest 1978; 73: 675-677. 6. Feigenbaum H: Clinical applications of echocardiography. Prog Cardiovasc Dis 1972; 14: 531-537. 7. Kory RC, Callaban R, Boren HG, Syner JC: The Veterans Administration Army Cooperative study of pulmonary function, 1. Clinical spirometry in normal men. Am J Med 1961;30:243-258. 8. Cotes JE: Lung function. BlackweII Scientific Publications, Third Ed, London 1975; 382-388. 9. Seward JB, Tajik AJ, Spangler JG, Ritter DG: Echocardiographic contrast studies: Initial experience. Mayo Clin Proc 1975;50:163-192. 10. Valdes-Cruz LN, Pieroni DR, Roland JA, Vargiiese PJ: Echocardiographic detection of intracardiac right to left shunts following peripheral vein injections. Circulation 1976; 54: 558562. 11. Reale A, Pizzuto F, Gioffré PA, Nigri A, Romeo F, Martuscelli E, Mangieri E, Scibilia G: Contras! echocardiography: transmission of echoes to the left heart across the pulmonary vascular bed. Eu Heart J 1980; 1: 101-106. 191 ORIGINALES AFECTACIÓN PULMONAR EN LA LINFADENOPATIA ANGIOINMUNOBLASTICA J. LOPEZ-ALDEGUER, J. MALDONADO, J. REDON, M. PERPIÑA, J. LACRUZ, M. CABALLERO y V. MARCO Servicios de Medicina Interna y Neumologia del Departamento de Medicina Interna.* C.S. «La Fe». Valencia. Introducción Material y método La linfadenopatia angioinmunoblástica (LAI) es una entidad clínico-patológica descrita en años recientes '• 2 que se caracteriza por fiebre, artralgias, erupción cutánea, hepatoesplenomegalia, poliadenopatías, anemia hemolítica y disproteinemia. En el estudio histológico del ganglio se observa desestructuración del mismo por infiltrados difusos o segmentarios de inmunoblastos, linfocitos y células plasmáticas, proliferación vascular y depósitos de sustancia PAS-positiva2. Hasta un tercio de los casos están desencadenados por un estímulo antigénico, en especial fármaco3, y aunque su etiología y patogenia no es del todo conocida, se considera como un estado hiperinmune con proliferación anómala de linfocitos B a consecuencia de un trastorno o déficit de la función supresora de los linfocitos T 2 ' 4 . La participación pulmonar en la LAI se señaló de forma ocasional en las primeras series, comunicándose posteriormente hasta en un tercio de los casos. En el presente artículo se aportan dos nuevos casos de LAI con afectación pulmonar en algún momento de su evolución y se revisa la literatura respecto a este problema. Se revisan las historias clínicas de cuatro pacientes diagnosticados de LAI en la Ciudad Sanitaria La Fe. De ellos, dos presentaban afectación pulmonar y corresponden a los casos que posteriormente se describen. La revisión bibliográfica se realizó consultando los casos clínicos y revisiones de la entidad publicados en lengua inglesa, francesa o española hasta 1980, referidos en los repertorios de publicaciones médicas (índex Medicus, Current Contents e índice Médico Español) y que estaban a nuestro alcance. Se consideró afectación pulmonar y/o pleural cuando el autor describía dicha afectación o bien existían datos patológicos concluyentes. No se consideró afectación cuando radiológicamente era sugestivo pero el autor consideraba la afectación secundaria a una infección pulmonar concurrente. De igual modo, para evitar duplicidad de casos, no se contaron aquellos desctritos por el mismo autor con ocasión de una revisión y como descripción de algún rasgo concreto de la entidad. Recibido el día 4 de marzo de 1982. • Prof. J. Báguena. 192 Casos clínicos: Paciente núm. 1: Varón de 56 años, con antecedentes de hipertensión arterial y gota por lo que recibía tratamiento con metildopa, fenilbutazona y alopurinol y que tres meses antes de su ingreso presenta cuadro de inicio insidioso con fiebre, erupción cutánea y poliadenopatias, acompañándose en los últimos dias de tos sin espectoración, dolor torácico y disnea. A su ingreso el paciente estaba cianótico con exantema cutáneo máculopapuloso de predominio en extremidades y adenopatias laterocervicales, supraclaviculares, axilares e inguinales. No hepatoesplenomegalia. A la auscultación pulmonar presentaba disminución del murmullo vesicular en ambos campos pulmonares y crepitantes en ambas bases. Datos de laboratorio: Leucocitos 18.200/mm3, con intensa desviación a la izquierda con aparición en sangre periférica de mielocitos, metamielocitos y promielocitos. Hemoglobina 10 26 J. LOPEZ-ALDEGUER ET AL.—AFECTACIÓN PULMONAR EN LA L1NFADENOPAT1A ANG101NMUNOBLAST1CA g/dl. Reticulocitos 12,3 %; eritroblastos 2 %. VSG 75 mm a la 1.a hora. Sideremia 193 ^g/dl. Bioquímica sérica con el autoanalizador SMAC en la que destacaba: bilurrubina total 1,4 mg/dl, ácido úrico 6,8 mg/dl, BUN 25 mg/dl y LDH 1.500 U/l. Punción de médula ósea compatible con anemia hemolitica. Factor reumatoideo (látex), fenómeno LE, reacción de Coombs, escrutinio de anticuerpos irregulares, autoanticuerpos (ANN, AAML, AAM), HBsAg y anti-HBs fueron negativos. Crioglobulinas + (no cuantificadas). C3 156 mg/dl, C4 18 mg/dl. Inmunoelectroforesis: gammapatia policlonal IgA e IgM (IgA 780 mg/dl, IgM 1.100 mg/dl). La gasometría arterial respirando aire ambiente mostraba; Pa02 45 torr, PaC02 25 torr, pH 7,32 y con Ventimask al 40 %, Pa02 55 torr, PaC02 30 torr y pH 7,35. En la radiografía de tórax (fig. 1) existia un infiltrado mixto alveolo-intersticial en ambos campos pulmonares, predominando en pulmón izquierdo. El estudio tomográfico de mediastino y el esofagograma no demostró la existencia de adenopatias hiliomediastínicas. La fibrobroncoscopia fue normal. Se realizaron cultivos de sangre, esputo, aspirado bronquial y material de biopsia transbronquial tanto en medios ordinarios como de Lowenstein y para hongos y virus que fueron negativos. Una biopsia ganglionar supraclavicular demostró los datos diagnósticos de LAI enunciados previamente. Se inició tratamiento con prednisona a dosis de 2 mg/kg/d sin mejoría clínica ni gasométrica y evidenciándose un aumento de las lesiones radiológicas. Realizada nueva fibrobroncoscopia fue de nuevo normal. La biopsia transbronquial demostró la existencia de neumocitos descamados en las luces alveolares, aumento de grosor de los septos e infiltración formada por linfocitos, células plasmáticas e inmunoblastos junto a proliferación de fibras colágenas. Se inició quimioterapia según esquema CAOP (ciclofosfamida, adriamicina, vincristina y prednisona) presentando tras la primera tanda una clara mejoría clínica con resolución completa de las imágenes pulmonares y normalización de los valores gasométricos en sangre. A pesar de la quimioterapia el paciente persistió con fiebre y anemia hemolitica que cedió tras la supresión del allopurinol. En ningún momento llegó a presentar de nuevo lesiones pulmonares. Una vez controlado el proceso se volvió a administrar el allopurinol reproduciéndose toda la sintomatología presente al inicio del cuadro clinico, excepto las lesiones pulmonares. Una vez retirada la droga supuestamente causante se mantuvo al paciente con dosis bajas de corticoides durante un año. Actualmente se encuentra desde hace 14 meses libre de enfermedad y sin medicación. Paciente núm. 2: Varón de 57 años con antecedentes de diabetes mellitus en tratamiento insulinico desde hacia 16 años. Presentó una lumbalgia un año antes de su ingreso y se le administraron antiinflamatorios no esteroideos y relajantes musculares apareciendo pocos dias después un exantema máculopapuloso generalizado con prurito, edema facial y de extremidades, obstrucción nasal, tos seca y poliadenomegalias. El cuadro no cedió a pesar de retirar la medicación y administrar tratamiento sintomático por lo que ingresó en nuestro servicio en noviembre de 1978. A la exploración presentaba edema cutáneo en miembros y erupción tipo morbiliforme generalizada. Se palpaban adenomegalias duras en todos los territorios linfoides accesibles. Existia un borde hepático y esplénico 4 y 3 em respectivamente por debajo de la arcada costal. Datos de laboratorio. Leucocitos 12.000/mm3 con eosinofilia (15 %). Serie roja normal. VSG 34 mm a la 1.a hora. Bioquímica sérica determinada con el autoanalizador SMAC dentro de los valores normales, salvo glucemia de 142 mg/dl. Estudio de médula ósea normal. Proteínas totales 7,1 g/dl (albúmina 2,9 g/dl, globulinas 4,2 g/dl); proteinograma con hipergammaglobulinemia (35,2 Vo) e inmunoelectroforesis con gammapatia policlonal IgG, IgA e IgM (IgG 2.200 mg/dl, IgA 450 mg/dl, IgM 560 mg/dl). Serie de autoanticuerpos (AAN^ AAM y AAML), factor reumatoideo (látex), Crioglobulinas, HBsAg y anti-HBs negativos. C3 70 mg/dl, C4 14 mg/dl. No hubo evidencia serológiea de infección viral (rubéola) ni por Toxoplasma. El sedimento urinario, recuento de Addis y aclaramiento de creatinina eran normales. La radiografía de tórax no evidenciaba ningún hallazgo patológico. 27 Se realizó biopsia ganglionar y cutánea mostrando datos compatibles con LAI. Tras el diagnóstico se mantuvo actitud expectante durante un año y no mejorando la sintomatologia en septiembre de 1979 se inició quimioterapia según esquema COP (ciclofosfamida, vincristina, prednisona) en ciclos de tres semanas con lo que mejoró la situación clínica subjectiva y regresaron las adenopatias pero persistieron las alteraciones biológicas. En septiembre de 1980, ingresó por cuadro de insuficiencia respiratoria aguda. La gasometría respirando aire ambiente mostraba una Pa02 47 torr, PaC02 32 torr y pH 7,43. En la radiografía de tórax (fig. 2) se evidenció un infiltrado alveolo intersticial difuso, más acusado en ambas bases. Estudios bacteriológicos y nueva serologia de virus no evidenció agente infeccioso por lo que dicho infiltrado se atribuyó a la LAI. Se aumentó la prednisona a 75 mg/d estabilizándose el cuadro con remisión clínica, biológica y radiológica completa del mismo a los 2 meses. Desde abril de 1981 se encuentra sin medicación alguna salvo la de su diabetes estando asintomático clínica y biológicamente por lo que se considera en remisión completa. Comentarios La afectación pulmonar en la LAI se ha visto que es más habitual de lo que hacían suponer las primeras descripciones. En la literatura su frecuencia es variable según que el estudio sea realizado por clínicos, radiólogos o patólogos. En la revisión realizada por nosotros de 154 casos de LAI de la literatura (tabla I), existía afectación pulmonar en 46 pacientes (29,9 %); de ellos 23 (50 %) presentaban lesiones exclusivamente parenquimatosas, siete pacientes (15,2 Vo) afectación exclusivamente pleural y 16 (34,8 %) lesión en ambas estructuras. Sólo en 16 pacientes (34,7 %) existe comprobación histológica. La afectación pulmonar puede ser la primera manifestación de la enfermedad 5 ' 6 . Su evolución puede ser a brotes7 y es independiente del resto de las manifestaciones como se aprecia en nuestro caso primero en que persistió la fiebre, linfadenopatías y anemia hemolitica pese a la resolución Fig. 1. Radiografía de tórax en decúbito del caso n." I, en la que se aprecia un patrón mixto inlersticioalveolar difuso y bilateral más evidente en hemilórax izquierdo. 193 ARCHIVOS DE BRONCONEUMOLOGIA. VOL. 19. NUM. 5. 1983 TABLA I Afectación de las estructuras torácicas no linfoides en la l.AI AUTOR Frizzera 2 Lukesi Zylak 7 Libshitz' 5 Spector 18 Weisenburger 9 Cullen 12 Neiman 13 Bruneton M Reyes-Santos 19 Lacruz21' Otros 2 '- 46 TOTAL N." DE PACIENTES 24 32 2 9 2 4 10 6 20 4 3 38 154 AFECTAC ON RADIÓLO)GICA PLEURAL PULMONAR AMBAS 1 1 1 4 1 — — 1 6 1 2 5 23 3 — — — — — — — 2 — — 2 7 completa de las imágenes pulmonares. Clínicamente la mayoría de los pacientes refieren síntomas inespecificos como tos, dolor torácico y disnea de grado variable llegando en algunos casos a cuadros de insuficiencia respiratoria grave5. El estudio histológico del parénquima pulmonar permite diferenciar las lesiones correspondientes a la LAI de aquellas otras concurrentes, si bien carecen de especificidad diagnóstica de la entidad, ya que ésta debe hacerse por el estudio de una adenopatía 2 . El parénquima pulmonar muestra un in- Fig. 2. Radiografía posteroanterior de tórax del caso n.Q 2, en la que se aprecian infiltrados alveolo-intersticiales básales fundamentalmente en hemitórax derecho. Existen lesiones residuales calcificadas en vértice derecho. 194 BIOPSIA POSITIVA PULMONAR PLEURAL 1NMUNOBLAST. 10. Pl F.URAI. i — 1 1 — 2 — ^ 2 — 1 — — — 5 14 — — — 1 ] — — — — — — 2 — 2 2 4 1 — 3 — — 7 16 filtrado difuso del intersticio, septos alveolares y ocasionalmente bronquiolos 5 ' 8 constituido por inmunoblastos, células plasmáticas y linfocitos con pocos histiocitos y casi ausencia de eosinófilos y neutrófilos. Los alveolos tienen paredes finas y están formados por un epitelio hiperplásico con hipertrofia de neumocitos tipo II, estando muchos de aquéllos parcial o totalmente llenos de inmunoblastos y macrófagos2'5- '• 9 . El endotelio vascular se encuentra también hiperplasiado a veces con signos precoces de endarteritis y con infiltración típica a su alrededor7. Se ha comunicado la presencia de sustancia eosinófila PAS-positiva y proliferación vascular aunque aquí es menos evidente que en las estructuras ganglionares5. Las áreas no afectadas del pulmón presentan zonas de fibrosis y moderado enfisema10. Tan sólo se ha comunicado un caso con estudio de inmunofluorescencia, observando en las paredes alveolares depósito de IgG e IgM y en menor cantidad de IgA con ausencia de IgE, albúmina y Q8. La afectación pleural, muy poco estudiada histológicamente, demostró en el caso de Myers" un infiltrado de iguales características al descrito, corroborándose la proliferación de pequeños vasos en estudio de microscopio electrónico. El líquido pleural corresponde en la mayoría de los casos a un exudado en el que se han encontrado inmunoblastos12' ' 3 . La manifestación radiológicamente más frecuente es la presencia de adenopatias mediastínicas habitualmente bilaterales y que respetan el mediastino anterior. Le sigue en frecuencia la infiltración parenquimatosa, a menudo bilateral y de predominio en bases, y que se manifiesta como un patrón intersticial retículo-micronodular sobre el que en ocasiones se superponen imágenes de infiltrado alveolar propias de la entidad o bien correspondientes a una sobreinfección. Por último, puede existir derrame pleural, preferentemente bilateral, casi siempre asociado a lesiones parenquimatosas14. 28 J. LOPEZ-ALDEGUER ET AL.—AFECTACIÓN PULMONAR EN LA L1NFADENOPAT1A ANG101NMUNOBLAST1CA Los estudios de la función pulmonar son escasos en las publicaciones revisadas y demuestran una disminución de los flujos espiratorios con signos de atrapamiento e hiperinsuflación como resultado del aumento del volumen de cierre. La hipoxemia que está presente en muchos casos se puede atribuir a trastornos de ventilación-perfusión como demuestra la elevación en estos pacientes del espacio muerto fisiológico (Vo/Vr) no habiendo evidencia de cortocircuito intrapulmonar. Mecánicamente existe una compliance estática normal que puede llegar a disminuir en un 50 % al aumentar la frecuencia respiratoria (compliance frecuenciadependiente), lo que sugiere una afectación de vías aéreas pequeñas corroborada por la existencia de infiltración intra y peribronquiolar, con la subsiguiente desigualdad en la distribución de resistencias y constantes de tiempo en las unidades del pulmón 7 . Cuando la primera manifestaión es la pulmonar, existan o no adenopatías, el diagnóstico diferencial se debe realizar con otros síndromes linfoproliferativos como linfomas y neumonía intersticial linfoide. Se ha sugerido que la presencia de infiltrados pulmonares bilaterales con adenopatías hiliomediastínicas que respetan el mediastino anterior sería sugestivo de LAI 14 ' 15 . Es importante diferenciar la infiltración especifica de la LAI de la causada por procesos infecciosos oportunistas (bacterias, hongos, virus y protozoos), lo que está favorecido en estos pacientes por una inmunidad deprimida por las terapéuticas aplicadas asi como de las neumonitis inducidas por fármacos16'17. Otros diagnósticos con los que hay que diferenciarla son la insuficiencia ventricular izquierda, neumonitis alérgica15, neoplasias como el carcinoma bronquioloalveolar y enfermedades de etiología desconocida como la sarcoidosis y el lupus eritematoso sistémico. Sólo el estudio histológico permite la diferenciación clara de estos procesos. El tratamiento debe ser el de la enfermedad de base junto al sintomático de las manifestaciones respiratorias. Para ello es necesaria la supresión del agente desencadenante frecuentemente farmacológico, si se conoce, y la administración de corticoides solos o asociados a drogas citotóxicas. Dada la variable evolución de la LAI es difícil precisar cuál es el régimen más adecuado, pese a la sugerencia de Newcom'7 de la buena respuesta a tratamiento prolongado con dosis bajas de corticoides en los pacientes con un factor desencadenante conocido. En el primero de nuestros pacientes fue preciso utilizar pautas de CAOP para controlar la severa insuficiencia respiratoria producida por los infiltrados pulmonares que no respondieron a dosis altas de prednisona, mientras que en el segundo paciente creemos que fue la adición de prednisona en dosis altas la que inició la mejoría tanto pulmonar como del resto de manifestaciones. Lo más prudente es el reservar las drogas citotóxicas para aquellos casos 31 en que los corticoides se muestren insuficientes con el fin de no agravar la ya comprometida inmunidad de estos pacientes. Resumen La afectación pulmonar en la LAI es bastante frecuente, llegando a afectar al 30 % de los 154 casos revisados por nosotros. Las manifestaciones clínicas son inespecíficas, aunque pueden llegar a presentar insuficiencia respiratoria grave. Radiológicamente presentan adenopatías hiliomediastinicas que dejan libre mediastino anterior, afectación de ambas bases pulmonares por un patrón intersticial y ocasionalmente alveolar y pequeño derrame pleural uni o bilateral. Anatomopatológicamente existe un infiltrado pulmonar difuso formado por inmunoblastos, células plasmáticas y linfocitos así como proliferación vascular. Presentamos dos pacientes afectos de LAI que presentaron afectación pulmonar por dicha patología. Summary PULMONARY INVOLVEMENT 1N ANGIOIMMUNOBLASTIC LYMPHADENOPATHY. Pulmonary involvement in angioimmunoblastic lymphadenopathy is frequent; 30 per cent of the 154 cases reviewed by the authors presented involvement. The clinical features are non-specific but may on occasion include severe respiratory insufficency. The radiologic findings may include hilar mediastinal adenopathies sparing the mediastinum, intestinal or alveolar affectation of both lung bases and small, uni-or-bilateral pleural effusions. The anatomopathologic findings will show diffuse pulmonary infiltration by immunoblasts, plasma cells and lymphocytes and vascular proliferation. Below, the authors describe two patients with the disorder. BIBLIOGRAFÍA 1. Frizzera G, Moran EM, Rapport H: Angioinmmunoblastic lymphadenopathy with dysproteinemia. Lancet 1974; 1: 1070-1073. 2. Lukes RJ, Tindie BH: Angioimmunoblastic lymphadenopathy: a hyperimmune syndrome resembling Hodgkin's disease. N Engí J Med 1975; 292: 1-12. 3.Deeg HJ, Singer JV, Huang JW: Angioimmunoblastic lymphadenopathy with retinitis and drug related exacerbations. Cáncer 1979;44:1745-1750. 4. Blumming AZ, Cohén GH, Saxon A: Angioimmunoblastic lymphadenopathy with dysproteinemia. Am J Med 1979;67: 421-428. 5. 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Ciudad Sanitaria de la S. S. Bilbao. Introducción El diagnóstico etiológico es de suma importancia en pacientes afectos de neumonía, por derivarse del mismo el tratamiento especifico y la evolución de la enfermedad. Los cultivos de esputo, sangre y liquido pleural, aunque útiles, son en ocasiones inadecuados o muestran una baja rentabilidad' ". Por otro lado, la recogida de muestras de buena calidad" y/o de forma sistematizada, no es posible en la práctica diaria, por no tener personal adecuado o disponible para estos menesteres. Dado que el aspirado transtraqueal (ATT), es un procedimiento fiable para determinar el agente causal de las infecciones bacterianas del parénquima pulmonar 4 - 6 , es sencillo de realizar y de morbilidad y mortalidad escasa'2'14, hemos querido comprobar la utilidad de su empleo rutinario en el diagnóstico de las neumonías de adquisición extrahospitalaria. Material y métodos En el periodo comprendido entre enero de 1980 y enero de 1981, se han realizado 107 ATT en 107 pacientes consecutivos, no seleccionados, ingresados con el diagnóstico de neumonía Recibido el dia 5 de julio de 1982. 33 (proceso febril con infiltrado pulmonar en la radiografía de tórax), de un total de 290 hospitalizados por tal motivo, en el mismo periodo de tiempo. No se realizó la técnica en el resto de los enfermos por existir circunstancias que la contraindicaban' 2 . 14- i 5 , haber ingresado directamente en la Unidad de Cuidados Intensivos (UC1), o bien por haber sido hospitalizados en dias no laborables. Previamente al procedimiento, fue realizado un electrocardiograma (ECO), una gasometría arterial, y un estudio de coagulación (plaquetas, Índice de protombina y fibrinógeno). Los pacientes hicieron gargarismos con 5 ce de solución acuosa de azul de metileno al 5 %, con la finalidad de excluir la contaminación orofaringea que pueda acontecer durante el procedimiento. El ATT se practicó dentro de las primeras 12 horas del ingreso por tres médicos con experiencia en el procedimiento, administrándose oxigeno (02) por cánula nasal a 3 litros por minuto. Se hizo la técnica conforme se ha descrito en la literaturatura 12 . Un ATT fue interpretado como diagnóstico cuando creció un germen en cultivo puro o en franco predominio y considerado como patógeno potencial, a excepción de los gérmenes anaerobios en6 16 los que el crecimiento mixto no invalida el diagnóstico ' ' i 7 . Se consideraron contraindicaciones para realizar el ATT'2. i 4 , i6: — Falta de cooperación del paciente. — Tos severa y persistente. — Trastornos de la coagulación. — Presión arterial de anhídrido carbónico (Pa C0¡) > 45 mmHg o presión arterial de oxigeno (Pa 02) < 70 mmHg con 0¡ suplementario. — Imposibilidad de identificar adecuadamente la membrana cricotiroidea. — Infarto de miocardio reciente o angor inestable. — Asma bronquial con síntomas y/o signos de obstrucción bronquial previamente a la realización del ATT. 197 ARCHIVOS DE BRONCONEUMOLOGIA. VOL. 19. NUM. 5. 1983 TABLA I Complicaciones del ATT NUMERO MORTALIDAD HEMORRAGIA INFECCIÓN PARATRAOUEAL ENFISEMA SUBCUTÁNEO EXPECTORACIÓN HEMOPTOICA 107 1210* 3895** 0(0%) 0(0%) 10(0,26%) 1(0,9%) 2(0,2%) 30(0,77%) 0(0 %) 2(0,2%) 9(0,22%) 10(9%) 6(0,5%) 30(0,77%) 85(79%) — — Recopiladas por R.A. MalthayyE.D.Moritz 1 3 . Recopiladas por S.J. Jay y R.B. Stonehill 12 . El material obtenido se transportó en medio anaerobio, en los 5 a 10 minutos siguientes, al laboratorio de bacteriología donde se realizó tinción Zielh-Neelsen y cultivo aerobio, anaerobio, medio para hongos y Lowenstein. Antes de realizar el ATT, se habia conseguido una muestra de esputo en 65 pacientes (se realizó la tinción Zielh-Neelsen), de ellas 33 fueron de calidad adecuada"-1 8 para cultivo. Asimismo se habia obtenido hemocultivo en 45 pacientes. Estadísticamente se empleó el test de Pearson. Se ha considerado significativo P < 0,05. Resultados De los 107 pacientes, 88 (82 %) eran varones y 19 (18 %) hembras, con una edad media de 52 años (limites: 18-80 años). La mortalidad debida al procedimiento fue nula (O %) y la morbilidad quedó reducida a enfisema subcutáneo en 10 (9 %) ocasiones, y hemoptisis franca de 50 a 100 ce autolimitada en 1 (0,9 •7o) paciente, siendo común la expectoración hemoptoica tras el ATT, hecho que aconteció en 85 (79 %) de los enfermos (tabla I). Se cultivó algún germen en 44 (41,2 °7o) muestras de los 107 ATT, siendo negativas las restantes 63. Dentro del primer grupo habían recibido tratamiento previo con antibióticos 13 (29,5 %) frente a 38 (60 %) del segundo, siendo la diferencia significativa (P < 0,001) (tabla II). Referían historia de bronquitis crónica 43 (40 %) pacientes, observándose en los mismos un porcentaje de positividades en el ATT (56 %), superior al encontrado en el grupo sin bronquitis crónica (31 %) (P < 0,02). El porcentaje de pacientes tratados previamente al procedimiento fue similar en ambos grupos (49 °7o y 47 % respectivamente) (tabla III). Los gérmenes aislados se recogen en la tabla IV, donde el neumococo fue el más frecuente (34 ocasiones). Se cultivó más de un germen en siete muestras (en tres fueron el neumococo y haemophilus influenzae; en dos haemophilus influenzae y neiseria sp., y en otras dos el haemophilus influenzae y estreptococo viridans). Resultaron positivos 4 (8,8 %) hemocultivos, aislándose en todos ellos el neumococo, correlacionándose los mismos con el ATT. De las treinta y tres muestras de esputo aptas para cultivo, éste fue positivo en 7 (21 %), en cinco de los cuales se culti198 vó el neumococo al igual que en el ATT de los mismos pacientes (tabla IV). La tinción Zielh-Neelsen de todas las muestras de esputo, así como del ATT fue negativa. Discusión El ATT es un procedimiento diagnóstico sencillo con escasa morbilidad y mortalidad' 2 ' 1? , en especial si se realiza correctamente14 19, resultando fiable para determinar el agente causal de las infecciones bacterianas del parénquima pulmonar 4 - 6 . La morbilidad y ausencia de mortalidad en nuestro estudio, es similar al de otras series publicadas12' 15, como puede apreciarse en la tabla I. Esta circunstancia permite que, este procedimiento diagnóstico, sea utilizado con seguridad por el neumólogo en la práctica diaria, siempre14que no existan contraindicaciones para la misma , haya correcta indicación12'16 y sea realizada por personal experto en la técnica o bajo su supervisión14. El neumococo ha sido el germen cultivado con mayor frecuencia en las muestras obtenidas mediante el ATT. Este hallazgo concuerda con los resultados obtenidos por otros autores en estudios TABLA II Resultados obtenidos con 107 ATT CULTIVOS Positivos Negativos Signif. estad. N.° TTO. PREVIO 44 (41 %) 63 (59 %) 29,5 % 60 % P < 0,001 TABLA III ' Influencia de la bronquitis crónica en los resultados obtenidos en 107 ATT PACIENTES Bronquíticos crónicos N.° bronquíticos crónicos Total NUMERO 43 (40 %) 64(60%) 107 (100 %) % TRATADOS ATT POSITIVO 49 24 (56 %) 47 47,6 20(31%) 44 (41 %) 34 J. L. LLÓRENTE FERNANDEZ ET AL.—LA UTILIDAD DEL ASPIRADO TRANSTRAQUEAL EN EL ESTUDIO DE LAS NEUMONÍAS DE ADQUISICIÓN EXTRAHOSPITALAR1A TABLA IV Gérmenes aislados MÉTODO A.T.T. Esputo Sangre N.° MUESTRAS POSITIVOS NEUMOCOCO H. INFLUENZAE E. COL! 107 33 45 44 7 4 34 5 4 9 2 1 N E I S E R I A SP. • ESTREPT. V I R I O . * 2 2 Se cultivaron en asociación con H. influenzae (ver resultados). sobre neumonías adquiridas en la comunidad, en los que el neumococo fue también, el agente causal más común 4 ( '• 2 ( ) • 2 1 . La Habilidad diagnóstica del ATT ha sido comprobada con varios estudios, en los que se ha comparado el resultado del cultivo del ATT con el hemocultivo 6 , el cultivo de aspirado pulmonar 4 y el material obtenido de la autopsia en pacientes que murieron dentro de las 24 horas de realizado el procedimiento 22 . En nuestro estudio, han sido pocos los casos en que hemos podido comparar los resultados obtenidos mediante esta técnica diagnóstica y el hemocultivo (4 casos), no obstante, se ha encontrado correlación en los mismos lo que apoya su utilidad diagnóstica. La utilidad del ATT en pacientes con bronquitis crónica afectos de neumonía, está en discusión, dada la dificultad teórica de separar los microorganismos patógenos verdaderos de la microflora traqueobronquial. Se ha demostrado en varias publicaciones23'25, que la gran mayoría de estos pacientes tienen en sus aspirados traqueales H. influenzae o S. pneumoniae o ambos. No obstante, en un trabajo más reciente21 no se ha encontrado este predominio. En nuestro trabajo, referían historia de bronquitis crónica un 40 % de los pacientes, observándose un porcentaje de positividades en el ATT superior en este grupo (56 °7o) en relación con el no bronquítico crónico (31 %), apreciándose significación estadística (P < 0,02). En ambos grupos el porcentaje de pacientes tratados previamente al ATT con antibióticos fue similar (tabla III). Estos resultados apoyan la opinión de que la bronquitis crónica puede ser causa de resultados falsos positivos en el ATT. Según se ha publicado 6 ' 26 , el tratamiento previo con antibióticos puede influir negativamente en los resultados del cultivo de las muestras obtenidas. En nuestro estudio, el porcentaje de pacientes tratados en el grupo con ATT positivo fue del 29,5 % frente a un 60 % con ATT negativo (P < 0,001), lo cual apoya la suposición de no aconsejar este procedimiento diagnóstico, en todos aquellos pacientes tratatados que ingresan en un centro hospitalario con el diagnóstico de neumonía, siempre y cuando no concurran otros factores que lo justifiquen tales como inmunosupresión, diabetes mellitus, etc. 35 Como puede desprenderse de nuestra serie y la de otros autores" 27, la rentabilidad del hemocultivo y cultivo de esputo es escasa, además de la imposibilidad en ocasiones de obtener una muestra de esputo que sea de calidad adecuada. Todo ello hacen del ATT un método diagnóstico más útil. Resumen El neumococo sigue siendo el germen aislado con mayor frecuencia en los casos de neumonía bacteriana de adquisión extrahospitalaria, por lo cual creemos que el ATT no está indicado en pacientes previamente sanos con historia típica de neumonía adquirida en la comunidad, asi como en aquellos, en los que no existiendo factores de riesgo, hayan sido tratados previamente con antibióticos. El ATT es un procedimiento diagnóstico sencillo y prácticamente inocuo si se realiza correctamente y se utilizan unos criterios de selección como los señalados. El ATT es de mayor rentabilidad que el cultivo de esputo y sangre como método diagnóstico en las neumonías. Summary DIAGNOST1C VALUÉ TRANSTRACHEAL ASPIRATES 1N PNEUMONÍA. Because the most commonly isolated organism in bacerial pneumonia acquired outside the hospital is pneumococcus, the authors postúlate that transtracheal aspiration shouid not be performed in previously healthy patients with pneumonía acquired outside the hospital or those previously treated with antibiotic therapy. Transtracheal aspiration is an inocuous and simple diagnostic procedure when used correctly and according to the criteria described below. Transtracheal aspiration is a more reliable diagnostic method than are sputum and blood cultures. 199 ARCHIVOS DE BRONCONEUMOLOG1A. VOL. 19. NUM. 5. 1983 BIBLIOGRAFÍA 1 . Bartiett JG, Finegoíd SM: Bacteriology of expectorated sputum with quantitative culture and wash technique compared to transtracheal aspirates. Am Rev Respir Dis 1978; 1 1 7 : 10191127. 2. Guckian JC, Chistensen WD: Quantitative culture and Gram stain of sputum in pneumonia. Am Rev Respir Dis 1978; 118:997-1005. 3. 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Hospital Clinico Universitario. Salamanca. Introducción En el momento actual, la laparoscopia constituye una exploración fundamental en patología digestiva y obstétrico-ginecológica, por lo cual el número de las mismas que se practica es muy numeroso y casi una exploración de rutina, dada la rentabilidad diagnóstica que aporta y el escaso numero de complicaciones. Parece evidente que considerando la importancia del sinergismo tórax-abdomen en la normal mecánica ventilatoria, la laparoscopia podría alterarlo, constituyendo fuente de complicaciones funcionales respiratorias que conllevarían una perturbación de los intercambios gaseosos a nivel pulmonar. Detectarlos y cuantificarlos ha sido el objetivo del presente estudio y, de este modo, valorar el riesgo respiratorio de este tipo de exploración endoscópica. Material y métodos Nuestro estudio se ha realizado en 26 pacientes sometidos a exploración laparoscópica por diversas afecciones hepáticas. Los 26 pacientes estaban constituidos por 17 hombres y 9 mujeres, con edades comprendidas entre 22 y 77 años, siendo el promedio de 53,5 años. Recibido el dia 14 de diciembre de 1982. 41 La laparoscopia se realizó en todos los casos de modo idéntico, sin ningún tipo de premedicación. Previa anestesia local, se procedió a la introducción de la aguja de neumoperitoneo en el punto de Monroe. Para la laparoscopia se empleó un laparoscopio OIympus, introduciéndolo, previa anestesia local, en zona paraumbilical izquierda. Para el neumoperitoneo se empleó aire como material de insuflación, variando la cantidad insuflada, de unos casos a otros, según las necesidades de la exploración. Para el estudio de los gases de la sangre arterial se procedió a la punción de la arteria humeral a nivel de la flexura del codo. La primera muestra se obtuvo inmediatamente antes del comienzo de la exploración y la segunda durante el acto exploratorio, en el momento de la máxima insuflación abdominal y, en ambos casos, en la misma posición de decúbito supino. La sangre arterial se obtuvo en condiciones anaeróbicas, realizándose inmediatamente la determinación de la presión parcial arterial de oxigeno (PaOz mmHg), presión parcial arterial de anhídrido carbónico (PaCC>2 mmHg), pH y bicarbonato real (mEq/1) en un analizador de gases y equilibrio ácido-base Corning 165. La conducta del estudio se realizó analizando los resultados de los parámetros gasométricos obtenidos, distribuyendo los 26 pacientes en una serie de grupos: Grupo I: Estudio conjunto de los 26 pacientes. Grupo 11: Estudio por separado según el sexo (17 hombres y 9 mujeres). Grupo III: Estudio por separado según la edad (16 casos mayores de 49 años y 10 casos menores de 50 años). Grupo IV: Estudio de la influencia del tabaco (14 pacientes fumadores y 12 no fumadores). Resultados El comportamiento de los cuatro parámetros estudiados demuestra que sólo la Pa0¡ se ve influenciada significativamente por la laparoscopia, con indiferencia del grupo analizado. 201 ARCHIVOS DE BRONCONEUMOLOGIA. VOL. 19. NUM. 5. 1983 PaO; mmHg PaO; mmHg 90-i X±Dg 90-i SO- PO- 60« 50. antes antes X= 70,32 D-7,91 durante durante X = 63,34 D-8,02 h¡n. 1. Comporlamiento de la Pa0¡ en cada caso, antes y durante I laparoscopia. Fig. 2. Significativo descenso de la Pa0¡ (P < 0.001) en el conjiinlo de los pacientes, durante la laparoscopia. El comportamiento de la PaC>2 en cada uno de los 26 pacientes estudiados se muestra en la figura 1, donde se advierte que este parámetro descendió.en todos los casos, salvo en dos en que experimentó un ascenso. El promedio de descenso entre los dos tiempos exploratorios (antes y durante la laparoscopia) fue de 7 mmHg, con un descenso máximo de 27 mmHg y un mínimo de 1 mmHg. En los dos casos en que ascendió, la elevación fue de 4,5 mmHg en un caso y de 3 mmHg en el otro. En la figura 2 se muestra el perfil evolutivo de la PaC>2, donde se aprecia un significativo descenso de la misma (P < 0,001) entre los valores obtenidos antes y durante la laparoscopia. Los demás parámetros estudiados en el conjunto de todos los pacientes, no experimentaron variaciones significativas (P no significativa), ni siquiera la PaC02 (fig. 3). El estudio de la posible influencia del sexo, edad y hábito de fumar en el comportamiento de la Pa02 pone de manifiesto que estos factores no indujeron variaciones significativas (figs. 4, 5 y 6). Efectivamente, las diferencias de PaOz entre cada subgrupo (hombres y mujeres, menores y mayores de 50 años, fumadores y no fumadores), observadas antes de la laparoscopia, se mantienen durante la misma, comportándose de modo similar al experimentado en el conjunto de todos los pacientes. 202 Discusión La normal mecánica ventilatoria exige el equilibrio tórax-abdomen, que puede ser interferido en el curso de una serie de circunstancias, como cuando se incrementa la presión intra-abdominal (PÍA) o en otras cuyo mecanismo fundamental es diferente al de ésta, pero que en cierto grado también participa, como es el caso de la cirugía abdominal' Las situaciones que determinan un aumento de la PÍA constituyen un problema clínico muy frecuente, al que a menudo no se le concede la debida atención. Tales son, por ejemplo, la reparación de hernias con introducción en la cavidad abdominal de contenido intestinal que «ha perdido el derecho a domicilio» en la misma, después de mucho tiempo fuera de ella; en la ascitis; en la diálisis peritoneal; en el embarazo, etc., y durante la laparoscopia, en la que para la exploración directa de los órganos abdominales (ginecología, hígado) se introduce cierta cantidad de gas (COi, N0i, aire) en la cavidad peritoneal. De este modo, se produce un 42 F. GÓMEZ GÓMEZ ET AL.—ALTERACIONES GASOMETR1CAS DURANTE LA LAPAROSCOPIA Pa0¡ mmHg X±Dg 60-< SO- SO- antes X = 34,82 D:,=4,03 Fig. 3. copia. durante X= 35,42 D-4,05 La PaCO; prácticamente no se modifica durante la laparos- PO^ mmHg X±D; 90T antes 70.1 ±8.1 70.7±7.8 Fig. 4. 43 durante 63.7±6.5 62.4±10.6 9 o- La Pa0¡ no experimenta diferencias significativas según el sexo. aumento de la PÍA, fuente de diversas alteraciones fisiológicas, fundamentalmente hemodinámicas y respiratorias, que pueden originar severas complicaciones, dependiendo de los incrementos de PÍA alcanzados. Los cambios ventilatorios originados durante la laparoscopia por el aumento de la presión intraabdominal vienen traducidos por la elevación del diafragma y por la aparición de un patrón ventilatorio anormal de tipo restrictivo, con pequeños volúmenes corrientes, reducción de la capacidad pulmonar total y de la capacidad residual funcional 2 , alteraciones que también ocurren en circunstancias parecidas, como el embarazo 3 , la ascitis" y la diálisis peritoneal 5 . De tales alteraciones ventilatorias pueden derivarse trastornos de los intercambios gaseosos a nivel pulmonar, con las modificaciones gasométricas correspondientes. Además, el tipo de gas empleado para la creación del neumoperitoneo podría originar trastornos adicionales, como sucede cuando se emplea el COi, al ser éste un gas bastante difusible y ser absorbido por el peritoneo. Estudios llevados a cabo por Kelman et al6, durante la laparoscopia, en pacientes bajo anestesia general con ventilación artificial a volumen corriente fijo y constante durante toda la exploración, empleando mezclas de gas ricas en Oí., ponen de manifiesto que a medida que aumenta la PÍA se producen incrementos de la presión intratorácica y de la presión máxima de las vías aéreas, asi como aumentos del gasto cardíaco y elevación de la Pa02, sobre todo a partir de presiones de 25 cm HzO, y que sólo por encima de presiones abdominales de 40 cm tízO, en algunos pacientes se aprecian descensos del gasto cardiaco, a causa de la disminución del retorno venoso por obstrucción de la vena cava inferior. Considerando las alteraciones de la mecánica ventilatoria determinadas por este proceder exploratorio, la evolución de la PaC>2 no fue la esperada, pues experimentó ligeros ascensos con los incrementos de la PÍA, y a cuyo hecho no encuentran fácil explicación, aunque aducen que podría influir la elevación del gasto cardíaco con descenso de la diferencia (A-a) POi, cuando se mantiene constante el porcentaje de admisión venosa pulmonar, y por el hecho de que los pacientes fueron ventilados artificialmente con mezclas ricas en O;, añadiendo que algunos pacientes podrían presentar hipoxemia al respirar aire espontáneamente, tras la laparoscopia. Esta suposición es corroborada por Kustner et al 7 , quienes hallan descensos de la Pa02, a veces muy considerables, en la fase de despertar de la anestesia general que sigue a la laparoscopia, al respirar los pacientes espontáneamente aire en condiciones atmosféricas. Los resultados aportados por otros autores 8 " en trabajos efectuados en condiciones similares (anestesia general y ventilación artificial con mezclas ricas en O; a volumen corriente fijo y constante) son 203 ARCHIVOS DE BRONCONEUMOLOG1A. VOL. 19. NUM. 5. 1983 PO^ mmHg X±Ds PC>2 mmHg >49 años <50 años X±Ds 90-i No Fumad. Fumadores 50- J; antes 74.9±6.8 67.4±7.3 durante 66.1±8.4 61.5±7.4 <50años >49años antes 71.1±8.4 69.4±7.4 durante 673.9±7 62.5±9.3 No Fumad. Fumadores Fig. 5. Ambos grupos de edad mantienen las mismas diferencias de Pa0¡. entre antes y durante la laparoscopia. Fig. 6. Se mantienen las diferencias iniciales de Pa02 entre fumadores y no fumadores, durante la laparoscopia. semejantes, es decir, que con los progresivos incrementos de PÍA se objetivan aumentos de la presión intratorácica, de la presión de las vías aéreas y del gasto cardíaco, pero con una diferencia sustancial, que es la no modificación de la Pa02 a todo lo largo de la exploración, salvo cuando se alcanzan elevadas presiones de PÍA en que se ponen de manifiesto descensos significativos de dicho parámetro gasométrico. Experiencias en perros efectuadas por Richardson y Trinkie' 2 en condiciones similares a las referidas en personas, pero empleando aire para la ventilación artificial, aportan resultados que no concuerdan en algunos aspectos con los obtenidos en éstas, pues los aumentos de la presión intratorácica y de la presión inspiratoria son proporcionalmente mayores y aparecen antes que en las personas; además, el gasto cardiaco experimenta descensos a medida que aumenta la PÍA, llegando a ser importantes con las altas presiones de la misma. Por otra parte, la Pa02 disminuye progresivamente a medida que aumenta la presión abdominal, aunque el descenso sólo llega a hacerse significativo cuando se alcanzan presiones superiores a 25 mmHg. Las diferencias con los resultados hallados en personas, los explican por el hecho de las diferencias anatómicas y por el mantenimiento en el perro de altas presiones intraabdominales constantemente durante considerables períodos de tiempo (30 minutos), lo que no sucede en el hombre, donde la PÍA puede variar durante la exploración laparoscópica. Ahora bien, cuando la laparoscopia se realiza sin ventilación artificial con 02 sino con anestesia local y respirando los pacientes el aire ambiente (proceder habitual, actualmente, en la laparoscopia para exploración hepática), las diferencias son notables, como se pone de manifiesto en el trabajo de Lode et al' 3 y en el nuestro. Lode et al hallan, durante la laparoscopia, un componente ventilatorio restrictivo y significativos descensos de la Pa02, con un considerable aumento de la admisión venosa pulmonar. La frecuencia y la importancia de los descensos de la Pa02 radican, probablemente, en el no empleo de ventilación artificial con mezclas ricas en 02 y, quizás, aunque en menor grado, en los posibles descensos del gasto cardíaco que podrían producirse a presiones intraabdominales no tan elevadas, lo que no sucede cuando se emplea la ventilación artificial. Parece, por tanto, que la ventilación artificial con mezclas de gas ricas en 02 previene en gran manera la aparición de trastornos hemodinámicos y respiratorios, pues estos parámetros incluso mejoran, y que solamente cuando la PÍA alcanza valores muy elevados es cuando aparecen alteraciones significativas, traducidas por descensos del gasto cardíaco y de la Pa02, aunque a lo largo de toda la exploración, y paralelamente al aumento de la presión abdominal, se aprecian significativos aumentos de las presiones intratorácica y de las vías aéreas. Los citados trastornos inducidos por la laparoscopia parecen ocurrir con indiferencia del tipo de gas empleado para la creación del neumoperitoneo. Sin embargo, pueden aparecer alteraciones adicionales cuando 6se8 emplea el C02, pues la mayoría de los autores ' "• 1 4 constatan elevaciones de 204 44 F. GÓMEZ GÓMEZ ET AL.—ALTERACIONES GASOMETRICAS DURANTE LA LAPAROSCOPIA la PaCC>2, debido a la absorción de este gas por el peritoneo, llegando en algunas series, como la de Berenyi et al 15 , a alcanzar elevaciones de consideración (9,28 mmHg de promedio). El empleo de aire para la insuflación abdominal no plantea este tipo de problemas, como se pone de manifiesto en el trabajo de Kustner et al7 y en el nuestro. El mecanismo fisiopatológico implicado en las alteraciones respiratorias durante la laparoscopia lo constituye el aumento de la PÍA, la cual induce una serie de trastornos de la mecánica ventilatoria, traducidos por un componente ventilatorio restrictivo con descenso de la capacidad residual funcional, reducción de la compliance torácica y pulmonar y descensos de la Pa0¡, consecuencia estos últimos, fundamentalmente, de la existencia de microatelectasias en las zonas básales de los pulmones y de alteraciones de la relación ventilación/ perfusión. Otro factor que quizá puede contribuir también a la hipoxemia lo constituye los descensos del gasto cardíaco, que pueden dar lugar a descensos de la PaO2 cuando la admisión venosa pulmonar y el consumo de oxígeno se mantienen constantes16' 17. La frecuencia y, en algunos casos, la cuantía del descenso de la Pa02, durante la exploración laparoscópica, respirando los pacientes aire espontáneamente, debería hacer considerar, en ciertos pacientes con enfermedades respiratorias y cardíacas, la conveniencia de practicar estudio funcional respiratorio, con determinación de gases en sangre arterial, antes de la laparoscopia, para evaluar el riesgo de este tipo de exploración, permitiendo, de este modo, el tratamiento previo si fuera necesario, o aplicando oxigenoterapia durante la misma, que evitarían los peligrosos descensos de la PaC>2 y, por tanto, las graves consecuencias de la hipoxemia severa. Resumen Se estudian en 26 pacientes los efectos de la laparoscopia sobre los gases y equilibrio ácido-base de la sangre arterial, empleando anestesia local y utilizando aire para la insuflación abdominal. Los autores objetivan un significativo descenso de la Pa02, sin alteraciones de los demás parámetros estudiados. Se discute el mecanismo de este trastorno, fundamentalmente por la existencia de alteraciones de la relación ventilación/perfusión y microatelectasias en las bases de los pulmones, a causa del aumento de la presión intraabdominal por el neumoperitoneo. Se indica la conveniencia de practicar estudio funcional respiratorio y gases en sangre arterial en los pacientes con enfermedades respiratorias que vayan a ser sometidos a laparoscopia, para evaluar el riesgo de la misma. 47 Summary GASOMETR1C ALTERAT10NS DUR1NG LAPAROSCOPY. The effects of laparoscopy on arterial gases and acid-base equilibrium were determined in a group of 26 patients, using local anesthesia and insuffiating the stomach with air. There was a significant decrease in Pa02 but no alterations in the remaining parameters. The mechanism of this disturbance, chiefly attributable to the alteration in ventilation/perfusion ratio and micro-atelectasis at the base of the lungs produced by increased abdominal preassure on the pneumoperitoneum, is discussed. Functional respiratory and arterial blood gas studies are recommended for patients with respiratory diseases to evalúate the risks of laparoscopy. BIBLIOGRAFÍA 1. Gómez Gómez F: Contribución al estudio de los intercambios gaseosos a nivel pulmonar y del equilibrio áeido-base en el postoperatorio abdominal. Tesis Doctoral, Universidad de Salamanca, 1976. 2. Alexander GD, Noe FE, Brown EM: Anesthesia for pelvic laparoscopy. Anaesth Analg Curr Res 1969; 48: 14-20. 3. Baldwin GR, Moorthi DS, Whelton JA: New lung functions and pregnancy. Amer J Obstet Gynec 1977; 127: 235-239. 4. Bates DV, Mackiem PT, Christie RV: Respiratory function in disease. Seconded, Philadelphia: WBSaunders, 1971. 5. 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Probablemente, la existencia de reflujo no patológico, quede demostrada al evidenciarlo en pacientes cuyo pH intraesofágico se monitoriza durante horas. Por tanto, como actualmente resulta imposible predecir qué cantidad, calidad y durante cuánto tiempo es necesaria la permanencia de la sustancia refluida para causar daño, la barrera entre reflujo fisiológico y patológico está en la sintomatología que origina o en sus complicaciones. Es decir, el RGE debe considerarse patológico cuando: a) presenta sintomatología de pirosis o dolor importantes; b) en presencia de esofagitis endoscópica o histológica; c) en presencia de hemorragia y estenosis; d) en presencia de patología pulmonar, potencialmente achacable al RGE. Recibido el día 16 de abril de 1982. 206 Otro concepto importante es el de la hernia hiatal (HH). Con el término HH, se designa el paso permanente o intermitente de una porción de estómago a través del orificio esofágico del diafragma. La HH suele ser usada incorrectamente como sinónimo de RGE. Actualmente se sabe, que aunque ambas entidades frecuentemente coexisten, puede haber RGE sin herniación demostrable y grandes hernias en las que no exista reflujo. A nivel práctico, un 50 *7o de las hernias está libre de cualquier tipo de síntoma o complicación. Fisiopatologia El mecanismo por el que se evita normalmente el reflujo gastroesofágico ha sido objeto de muchas controversias. Se han señalado diversas estructuras para explicar por qué conserva el estómago su contenido. Actualmente, sin embargo, la barrera principal para el reflujo se atribuye al esfínter inferior del esófago'. Se trata de una entidad fisiológica, sin clara representación anatómica, individualizada gracias a los registros manométricos. En condiciones básales este esfínter mantiene una zona de alta presión, extendida entre 4 y 5 cm, entre el cuerpo del esófago y el estómago, que sólo desaparece en el momento de la deglución. El citado esfínter, es sensible a numerosos factores físicos (el aumento de presión abdominal produce una inmediata elevación del tono esfinteriano), farmacológicos y hormonales (tabla I). Aunque los estudios manométricos entre grupos de población de normales y con reflujo no han sido concluyentes de 48 M. FERNANDEZ SANCHEZ-ALARCOS ET AL.—REFLUJO GASTROESOFAG1CO Y PATOLOGÍA BRONCOPULMONAR manera absoluta, el mal funcionamiento del esfínter esofágico inferior parece ser el principal elemento en la patogenia del RGE. Es importante señalar, que en el RGE la presencia del contenido gástrico irritante en el esófago puede dar lugar a alteraciones de la motilidad esofágica. La importancia principal de estas alteraciones estriba en la interrupción de la peristalsis con retraso consiguiente del vaciamiento esofágico y disminución del aclaramiento de jugo gástrico. La persistencia del mismo agrava la esofagitis con lo que se produce un círculo vicioso. Cuadro clínico La manifestación clínica más común es la pirosis. Es una sensación subjetiva de quemazón localizable vagamente por detrás del esternón, que suele subir al cuello, aunque puede tener otras irradiaciones y que en los pacientes con RGE suele tener ciertas características: es facilitada por posturas, suele mejorar o desaparecer tras la ingesta de antiácidos, puede acompañarse de dolor torácico, disfagia y odinofagia. Entre los pacientes con pirosis puede demostrarse RGE entre un 70-90 % dependiendo de la técnica utilizada. Por tanto, es importante señalar que este síntoma no significa necesariamente la existencia de reflujo. Un síntoma menos frecuente es la regurgitación de líquido a la boca que significa que el reflujo, no sólo ha pasado el esfínter esofágico bajo sino también el esfínter esofágico alto y es, por tanto, síntoma inequívoco de reflujo intenso. Cuando se produce esofagitis por RGE, los síntomas dependientes de la misma son principalmente la hemorragia y la formación de estenosis. El grado de esofagitis no está en relación directa con la intensidad de la pirosis. Por último, el RGE produce en ocasiones una sintomatología atípica, que incluye aquellos dolores que simulan afección de otros órganos. Sería también el apartado de las manifestaciones pulmonares, objeto de nuestro trabajo. Diagnóstico Se dispone de varias pruebas para resolver el diagnóstico del RGE. Las más utilizadas son: Estudio con bario: Para la estimación de la anatomía esofagogástrica y sus variaciones patológicas (obstrucción, distorsión, herniación) es ciertamente la técnica más satisfactoria. Sin embargo, es inadecuada para el estudio de la función esofágica. Así, con respecto al RGE, el reflujo de bario sólo se observa en una pequeña proporción, 1520 Vo para Pope2, y nunca en más de un 50 % para otros autores. Por otra parte, el hecho de que el RGE no esté en relación con una hernia hiatal y 49 TABLA 1 Principales agentes con acción sobre la presión del esfínter esofágico inferior D I S M I N U C I Ó N DE I.A PRESIÓN A U M E N T O DE I.A PRESIÓN Beta agonistas Anticolinérgicos (atropina) Prostaglandinas E l , E2. A2 Teofilina Cafeína Hormonas: glucagón, secretina, colecistoquinina, progeslerona Acidificación gástrica Comidas grasas Alcohol Tabaco Chocolate Agentes altaadrenérgicos Colinérgicos Proslaglandina F2 Metoclopramida Agentes amicolincsterasa Gastrina, pentagastrina Comidas ricas en proteínas Alcalini/.ación gástrica con su tamaño, hace que la demostración con estudio baritado de ésta no sea suficiente y el reflujo se deba confirmar con el resto de los tests. Según Pope2, cuando se evidencia un reflujo espontáneo de bario, el paciente suele aquejar síntomas muy notables y el reflujo es siempre fácilmente demostrable por otras técnicas. Endoscopio: Nos da principalmente información de la luz y del estado de la mucosa esofágica, pero al igual que la prueba anterior es de una utilidad limitada en el diagnóstico del RGE, ya que la esofagitis puede ser mínima y su valor principal radica precisamente en el diagnóstico y valoración de la misma (hiperemia, ulceraciones, hemorragias y estenosis). Se puede considerar una prueba de moderada sensibilidad, es diagnóstica en un 60 % de los pacientes con síntomas crónicos de reflujo y de alta especificidad; O % de falsos positivos 3 . Biopsia: Seguramente el medio más sensible de evaluar el estado de la mucosa. Los cambios histológicos que sufre ésta en un paciente con reflujo crónico son: infiltración de polimorfonucleares en la lámina propia, capa basal engrosada, prolongaciones dérmicas aumentadas. Estas alteraciones no son uniformes, sino que se distribuyen al azar. Para alcanzar una buena rentabilidad, es preciso hacer varias tomas biópsicas a distintos niveles del esófago. Con cinco tomas se alcanza una sensibilidad muy alta, de un 90 % 3 . Con menos tomas biópsicas baja mucho la rentabilidad de la prueba. Estudio de pH esofágico: Para la mayoría de autores es el test de diagnóstico más exacto del RGE. Se realiza colocando un electrodo medidor de pH unos cm por arriba del esfínter esofágico inferior. Si con la maniobra de Valsalva, elevación de piernas, etc., no se comprueba reflujo, se introduce por la sonda 300 mi de CLH 0,1N en el estómago y se lleva a cabo un nuevo periodo de observación seguido de maniobras. Se comprueba que hay reflujo cuando el pH disminuye por debajo de 4. De manera basal hay una sensibilidad del 40207 ARCHIVOS DE BRONCONEUMOLOG1A. VOL. 19. NUM. 5. 1983 50 % con O % de falsos positivos. Con instilación de CLH la sensibilidad es de más del 90 •7o con un 10 •7o de falsos positivos3. Manometría: La medición de la presión del esfínter esofágico inferior no es una prueba adecuada del diagnóstico del RGE. La mayoría de los autores encuentra superposición entre los datos obtenidos de normales y del casi 30 % de pacientes con reflujo. Test de perfusión acida de Bernstein: Mediante una sonda colocada con su orificio a 30 cm de los dientes se infunde mediante goteo, suero salino y CLH alternativamente. El test es considerado positivo cuando los síntomas del paciente son reproducidos durante el goteo de C1H y aliviados por la solución salina. Prueba a veces de difícil interpretación, tiene su principal utilidad en la comprobación del origen esofágico de las molestias del paciente. Pero no es un buen test para el RGE. Una prueba de Bernstein puede ser negativa en una esofagitis severa pero que curse sin síntomas de reflujo. Presenta además un elevado número de falsos positivos. Gammagrafía: El diagnóstico de RGE mediante estudio gammagráfico tras depositar en el estómago Te", es una técnica aún joven que precisa de más experiencia. Fisher, encontró de gran utilidad la prueba con un 90 % de sensibilidad y un 10 % de falsos positivos4. También Rudd y Christie5, obtuvieron buenos resultados en niños, 80 °?o. Otros, han obtenido peores resultados como Hoffman 6 que obtuvo datos gammagráficos positivos en sólo cuatro de 29 pacientes con RGE probado. Combinación de varios tests: Con la combinación de estos tests esofágicos se gana en especificidad sin perder en sensibilidad proporcionando un más exacto método de diagnóstico del RGE7. Secuencia propuesta de diagnóstico: Siguiendo con la idea del apartado anterior, nosotros proponemos para el diagnóstico del RGE la siguiente pauta de actuación: 1) RADIOLOGÍA. Sólo valorable si el reflujo de bario es espontáneo y persistente; 2) ENDOSCOPIA Y BIOPS1A; 3) TEST O MONITORIZACION DE PH. Con esta secuencia de pruebas diagnósticos tendremos una serie de posibilidades: si las tres son positivas, diagnóstico de seguridad; si la 2.a y 3.a son positivas, igualmente diagnóstico de seguridad; si únicamente la 2. a es positiva, seguridad si no hay otras causas de esofagitis; si únicamente es positiva la 3. a , diagnóstico de existencia de RGE, no de capacidad lesional; si únicamente es positiva la 1. a , probablemente tendremos un falso positivo. Enfermedad broncopulmonar y RGE Diversas publicaciones en los últimos años han llamado la atención sobre la alta frecuencia de la asociación entre procesos broncopulmonares y 208 reflujo gastroesofágico, sugiriendo la atractiva hipótesis del probable papel etiológico del RGE en el desencadenamiento y/o empeoramiento de los distintos cuadros respiratorios. Tal hipótesis se explicaría por sucesivas microaspiraciones pulmonares de material gástrico que sin ocasionar el dramático cuadro de una aspiración masiva (síndrome de Mendelson), produciría numerosas manifestaciones respiratorias (asma, fibrosis, neumonías, hemoptisis, etc.). Según la mayoría de las opiniones, las aspiraciones se producirían durante la noche con el paciente en decúbito, favorecidas por la depresión de los reflejos laríngeos y de la tos que se produce durante el sueño. Este mecanismo, ya apuntado hace años por autores como Belsey8 y Overholt9, ha sido apoyado recientemente al demostrarse mediante estudio isotópico que un 45 % de los sujetos normales aspiran material faríngeo durante el sueño profundo 10 y por un estudio sobre perros en donde se comprueba depresión de los reflejos de vías altas y laringe en la fase REM del sueño" y sería la causa de la frecuente sintomatología nocturna que sufren estos enfermos. Vamos a enfocar, primero, el tema de una forma general, revisando la frecuencia y tipos de las diversas manifestaciones pulmonares encontradas en los enfermos con reflujo. Posteriormente, en sucesivos apartados, analizaremos las más importantes o las que sobre la literatura ha hecho más énfasis, que son el asma y la fibrosis pulmonar. Con respecto a la primera intención expuesta, tenemos tres series muy numerosas: 7." Urschel y Paulson12, sobre 636 pacientes diagnosticados de reflujo por cinerradiología encontraron patología respiratoria en el 61 %; de ellos únicamente exhibían patología respiratoria el 16 % y únicamente sintomatología digestiva en el 39 %. 2 . " Iverson, May y Samson13 de 372 pacientes con hernia del hiato, de los cuales 209 tenían RGE diagnosticado con radiología de bario y esofagoscopia con o sin biopsia, encuentran patología respiratoria en el 40 %. 3. " Lomasney14 sobre 129 pacientes en los que reparó quirúrgicamente un RGE diagnosticado con radiología de bario y esofagoscopía observó patología respiratoria en el 43 %; de ellos únicamente mostraban sintomatologia respiratoria el 37 %. El tipo de manifestaciones broncopulmonares de estos enfermos se aprecia en la tabla II. Estos trabajos destacan la presencia significativa en estos pacientes (como ya señalamos anteriormente) de sintomatología indicativa de aspiración nocturna como accesos de tos nocturnos con o sin broncoespasmo acompañante y ronquera y enrojecimiento faríngeo matutino que normalmente va cediendo conforme el día avanza. Tras la reparación quirúrgica del RGE, estos autores obtienen muy buenos resultados. Asi, Urs50 M. FERNANDEZ SANCHEZ-ALARCOS ET AL.—REFLUJO GASTROESOFAG1CO Y PATOLOGÍA BRONCOPULMONAR TABLA 11 Manifestaciones respiratorias asociadas al RGE MANIFESTACIÓN RESPIRATORIA I . " SERIE 636 P. 2. a SERIE .172 P.* 3.' SERIE 129 P. 16% 35 % 16 "7o — 13 % 11 "''o 7 % 1,3 % 2,2 % — — 59 % 12,4 % 18,6 "''o 3,9 "'o 3% 12 % 61 % — — 40 % 16,2 % 26,4 "''o 43 % Neumonía recurrente Bronquitis Asma Bronquiectasias Hemoptisis Enrojecimiento garganta Ronquera TOTAL Los 372 pacientes de la segunda serie tienen hernia del hiato. De ellos, sólo 209 presentaron ROE. TABLA III Resultados de la reparación quirúrgica de RGE en 129 pacientes SÍNTOMA Asma Bronquitis Bronquiectasias Hemoptisis Laringitis TOTAL N.° PACIENTES BIEN SIN MEJORAN CAMBIO 16 76 24 5 7 129 13 59 12 4 7 96 (74 %) 3 3 17 — 10 2 — 1 — — 30 (23 %) 3 (3 %) Adaptado de LomasneyT.L. 14 chel y Paulson 12 indican una curación o marcada mejoría en 24 de 27 pacientes asmáticos. Los resultados de Lomasney' 4 quedan recogidos en la tabla III. En el campo estrictamente pediátrico también se ha mostrado mucho interés sobre el papel del reflujo en la enfermedad respiratoria crónica o recurrente. Friedland et al' 5 , describieron 17 muchachos y niños con hernia del hiato, ocho de los cuales tenían severas enfermedades respiratorias, incluyendo un abceso pulmonar. Casi todos curaron con tratamiento médico quirúrgico. Danus et al16, encontraron que 26 de 43 niños (59 °7») con «bronquitis obstructiva recurrente» (episodios de disnea, fiebre, roncus y sibilancias y estertores básales) tenían RGE demostrable con radiología de bario y todos tenían anormalmente baja la presión del esfínter esofágico inferior en comparación a un grupo control. Simples medidas médicas antirreflujo mejoraron un significante número de pacientes. Christie et al17, encuentran reflujo en 15 niños y jóvenes con enfermedad pulmonar recurrente. Las características clínicas más comunes fueron la no relación estacional de los síntomas, tos en episodios agudos recurrentes, sibilancias y comienzo antes del año de edad. Todos los pacientes tenían anormalidades en la radiografía de tórax, 53 incluyendo siete con infiltrados intersticiales, cinco con consolidación y dos con colapso. Estos autores no encontraron especificidad en la medida de la presión del esfínter esofágico inferior en comparación a un grupo control con reflujo pero sin síntomas respiratorios y obtuvieron un buen resultado con tratamiento médico antirreflujo (sólo cinco de sus enfermos requirieron cirugía). Euler et al 18 , examinaron 30 niños con episodios de neumonía comprobados radiológicamente con una incidencia de dos o más episodios al año y asma crónico asociado a una o más de las siguientes circunstancias: respiración sibilante recidivante durante la noche, crisis de asma asociadas a atelectasias y/o neumonía, vómitos en la infancia. De los 30 niños, 19 (63 %) mostraban RGE diagnosticado por combinación de varias técnicas. Dieciocho de los diecinueve pacientes con reflujo presentaban una historia de neumonías de repetición. Estas se caracterizaban por la lentitud de su resolución, pero la localización pulmonar no fue de ayuda para diferenciar este tipo de enfermos. La tos nocturna fue el síntoma más útil, ya que se detectó en el 89 % de los pacientes. En todos estos trabajos falta unificación de criterios clínicos, diagnósticos y de recogida de datos, de ahí probablemente la evidente dispersión de resultados. Sin embargo, se pueden sacar las siguientes consideraciones: a) Existe una alta frecuencia de asociación de patología broncopulmonar en pacientes con reflujo gastroesofágico. b) El tratamiento médico o quirúrgico del reflujo se sigue, aparentemente en un número de casos, de alivio o curación de la sintomatologia respiratoria. c) Es licito, por tanto, pensar en el RGE como un factor importante, causante de patología broncopulmonar cuando las dos condiciones coexisten, en ausencia de otra causa demostrable de los síntomas pulmonares. Asma y RGE Es el cuadro respiratorio que más se ha relacionado en la literatura con el reflujo gastroesofágico. Aparte de los trabajos ya reseñados, son muchos los autores que destacan la alta incidencia de RGE en pacientes con asma. Asi, Overholt 9 encuentra hernia hiatal con RGE en 30 % con asma severo. Mays 19 demuestra una alta prevalencia de hernia hiatal (64 %) y RGE (50 %) en un grupo de 32 pacientes con asma grave contra un 19 % de hernia hiatal y 5 % de RGE en un grupo control. Shapiro y Christie 20 , observan que un 47 % de una serie de niños y adolescentes con asma dependiente de esferoides tienen reflujo diagnosticado por diversos tests. Los datos aportados por estos autores señalan que (dejando aparte los datos pediátricos) esta aso209 ARCHIVOS DE BRONCONEUMOLOGIA. VOL. 19. NUM. 5. 1983 TABLA IV Incidencia de hernia hiatal y RGE en pacientes con fibrosis pulmonar en relación a un grupo control GRUPOS CONTROL: Subgrupos fibrosis: Idiopática Inmunidad alterada Etiología conocida EDAD MEDIA PACIEN TES HERNIA HIATAL RGE 50 270 76 (28 "7o) 23 (8,5 fu) 58 48 41 (85 %) 26 (54 %) 61 15 5 (33 %) 4 (27 %) 56 23 11 (48 %} 5 (22 %) Adaptado de Mays E.F., Dubois J.J., Hamilton G.B. 30 bo, en 20 pacientes asmáticos diagnosticados mediante diversos tests de RGE, encuentran que la cimetidina mejora de manera significativa los síntomas derivados del reflujo y del asma en la mayoría del grupo de pacientes estudiados. El alivio de los síntomas asmáticos ocurría particularmente de noche, característica esperada si el reflujo nocturno favorecido por el decúbito precipita o agrava los síntomas respiratorios. En el intento de mostrar una mejoría objetiva mediante el análisis de diversos tests de función pulmonar, únicamente encuentran resultados significativos en la medida del «peak expiratory flow rate», en su última lectura diaria. Los autores de este trabajo basan estos resultados en el hecho de que la cimetidina, potente inhibidor de la secreción acida gástrica, no parece tener, según diversas experiencias, ningún importante efecto broncodilatador. ciación ocurre más frecuentemente en pacientes no alérgicos y de elevada edad que padecen frecuentes episodios nocturnos de broncoespasmo. Por lo tanto, un brusco comienzo de un «asma» en una Fibrosis pulmonar y RGE persona adulta, sin otra evidente causa que un Un gran número de pacientes con fibrosis pulRGE, nos dará la pista de este posible factor monar difusa permanecen con una etiología oscuetiológico. Patogénicamente, todos estos trabajos implican ra. Un daño parenquimatoso continuado y difuso a la aspiración traqueobronquial de líquido gástri- se considera generalmente el mecanismo de la enco como uno de los múltiples factores desencade- fermedad. Las repetidas microaspiraciones de material nantes del asma. Sin embargo, un reciente estudio sienta las bases para otro probable mecanismo. gástrico actuando de manera insidiosa y crónica Mansfield y Stein21, sobre 15 pacientes asmáticos sobre alveolos y bronquiolos podrían constituir con RGE encuentran cambios en la función pul- dicho daño. Sin que existan estudios que demonar reveladores de obstrucción de la vía aérea, muestren con absoluta certeza esta teoría, tenemos ligeros pero estadísticamente significativos, al ins- suficientes referencias como para considerar la tilar mediante sonda nasogástrica CLH 0,1N en el etiopatogenia del reflujo, especialmente en pacienesófago. Los resultados de este estudio sugieren tes afectos de fibrosis pulmonar idiopática. Por que un mecanismo reflejo desencadenado en los re- ejemplo Moran 25 , ha demostrado en conejos que la ceptores esofágicos a través del vago por la estimu- exposición masiva del árbol bronquial a jugo lación acida pudiera ser responsable y/o coadyu- gástrico puede dar lugar a lesiones pulmonares similares a las de la fibrosis intersticial difusa. gante del broncoespasmo. En cuanto al tratamiento, ya apuntábamos ante- Sladen26, ha publicado un caso de una mujer de 28 riormente como Urschel y Paulson reportaban que años que aspiró contenido gástrico durante un acto 24 de 27 de sus pacientes con asma grave curaban o anestésico. Revisada durante los siguientes 163 mejoraban de su sintomatología con la reparación días se demostraron, por estudios fisiológicos y raquirúrgica de su RGE 12 . Davis, Overholt y Kiotz diológicos, alteraciones similares a las encontradas señalan también que una alta proporción de cura- en las fibrosis pulmonares. Por otra parte, se ha comprobado que la aspiraciones con la restauración quirúrgica de la función del esfínter esofágico inferior 9 - 22 ' 23 . Los resultados ción de jugo gástrico ácido produce edema pulmode Lomasney parecen también concluyentes (ver nar, hemorragia y al microscopio electrónico degetabla III). Mays afirma obtener buenos resultados neración de las células alveolares tipo II, necrosis con intenso tratamiento médico antirreflujo y celular tipo I y rotura de la membrana basal que aconseja esforzarse en el mismo antes de una con- conduciría a ulterior fibrosis27'29. sideración quirúrgica 19 . Shapiro y Christie, sin emDe gran interés es el trabajo de Mays30. En él se bargo, no encuentran mejoría alguna con trata- demuestra por cinerradiografía una significativa miento médico en su serie de niños asmáticos con mayor frecuencia de hernia hiatal y RGE en los pareflujo20. En la linea de ofrecer una alternativa mé- cientes con fibrosis pulmonar idiopática que en los dica a la cirugía antirreflujo en este tipo de enfer- del grupo control (tabla IV). Pero además mos se encuentra un trabajo muy reciente de Goo- muestra, y ahí radica el interés mayor del trabajo, dall et al24. Estos autores tras estudiar los efectos .que entre los pacientes con enfermedad pulmonar de un tratamiento de 6 semanas con cimetidina, en idiopática, los que tienen alguna evidencia de inrelación a otro de igual periodo de tiempo de place- munidad alterada mediante cuantificación de in210 54 J. M. FERNANDEZ SANCHEZ-ALARCOS ET AL.—REFLUJO GASTROESOFAG1CO Y PATOLOGÍA BRONCOPULMONAR munoglobulinas, complemento, factor reumatoide y anticuerpos antinucleares, sufren mucha menor incidencia de patología de la unión gastroesofágica. Incidencia que es muy similar, además, a pacientes de fibrosis pulmonar de etiología conocida. De aquí se deduce que en pacientes con enfermedad intersticial difusa de etiología desconocida y sin datos serológicos de inmunidad alterada, la presencia de RGE debería ser buscada, máxime si hay la esperanza de que el diagnóstico y tratamiento precoz pudieran frenar la evolución de la enfermedad, como ocurre en un caso presentado por Sauret y Casan 31 . Procedimientos diagnósticos para reconocer al RGE como etiología del proceso respiratorio En todo lo visto hasta ahora, lamentablemente, el papel etiológico del RGE en la patología pulmonar no ha podido ser demostrado. Para intentar acercarse a este problema sería necesario32: a) comprobar la presencia de contenido gástrico en el pulmón de estos pacientes; b) demostrar asociación entre el RGE y el desencadenamiento o mantenimiento de los síntomas respiratorios. Con respecto al primer punto parece ser que en un futuro cercano va a ser la gammagrafía gastropulmonar la técnica más útil. Depositando tecnecio 99 como isótopo en el estómago y monitorizando posteriormente las imágenes captadas por centelleo se puede no sólo hacer el diagnóstico de una manera bastante precisa de la existencia de un RGE, sino también demostrar aspiración pulmonar de material gástrico al encontrar radioactividad residual en los pulmones. Con esta técnica son ya dos las comunicaciones positivas. Reich et al33, encontraron en dos de siete pacientes con enfermedad pulmonar (BOC avanzado) y RGE, captación pulmonar del isótopo depositado previamente en estómago. Heyman et al34, en un estudio con 39 niños observaron dos casos con evidencia de aspiración. Otros investigadores, sin embargo, han señalado resultados negativos35, observando que son muchas las interrogaciones que aún encierra la técnica, como cuál es el tiempo de aclaramiento del isótopo en los pulmones y en el estómago o si éste se ha de administrar con sonda nasogástrica o simplemente bebido, ya que en este último caso partículas retenidas en nasofaringe podrían ser posteriormente aspiradas a vías aéreas, lo que en vista de ciertos trabajos 10 , parece razonable y quita bastante validez a los casos de aspiración antes reseñados (en ambos trabajos la bebida fue el método de administración). En el campo pediátrico, el estudio de los macrófagos cargados de lípidos obtenidos de los aspirados de la tráquea puede ser también de utilidad para identificar una aspiración de leche en los lactantes. El demostrar la presencia de este tipo de macrófagos en el parénquima pul55 monar en un porcentaje importante de lactantes afectos de RGE en comparación con una población control, confirmaría la existencia de aspiración32. Con respecto al segundo punto (demostrar asociación entre el RGE y el desencadenamiento o mantenimiento de los síntomas respiratorios), recientes publicaciones 36 - 37 comunican la existencia de una evidente relación entre el reflujo de ácido desde el estómago hacia el interior del esófago y el comienzo de sintomatología respiratoria. Estas experiencias se realizaron mediante la colocación en el interior del esófago de los pacientes de un electrodo de pH durante un prolongado período de tiempo (18-24 horas) que permitió registrar la relación entre la caída de pH esofágico y el desencadenamiento de los síntomas pulmonares. Con este método Pellegrini et al36, realizaron un trabajo muy interesante: de 48 pacientes con RGE e historia clínica muy sugestiva de patología pulmonar por aspiración encontraron un grupo de ocho pacientes que se catalogó de aspiradores al presentar sabor ácido en garganta o boca seguido por tos y/o sibilancias durante o inmediatamente después de un episodio de reflujo. Pero también observaron un grupo de cinco pacientes cuyos síntomas pulmonares precedían al episodio de reflujo (cuatro con episodios de tos y una crisis asmática). O sea, que en estos casos la patología respiratoria era causa y no efecto. Por último, un grupo de nueve pacientes a los que llaman potencialmente aspiradores notaban sabor ácido en garganta y boca durante la caída del pH, pero sin desarrollar síntomas pulmonares. Los estudios manométricos revelaron en el grupo de aspiradores una alta incidencia (75 %) de anormalidades motoras con contracciones no peristálticas que interferían con el aclaramiento del ácido, favoreciendo asi su paso hacia faringe. De estos trabajos se deduce la gran utilidad de la monitorización continua de pH esofágico. Esta técnica, no sólo es la más segura cara al diagnóstico del RGE, sino también muy necesaria cara a la selección de pacientes para tratamiento quirúrgico. En este trabajo de Pellegrini sólo ocho de 48 pacientes (17 %) con sospecha clínica, se demostró un papel desencadenante del reflujo en la sintomatología respiratoria. De éstos, se operó a cinco con curación completa en todos ellos. Consideraciones acerca de la asociación RGE-enfermedad respiratoria 7. Se ha demostrado que diversos agentes farmacológicos utilizados corrientemente en el tratamiento de los enfermos respiratorios, influyen en el tono del esfínter esofágico inferior. Así, Goyal et al, han demostrado que tanto la teofilina como los beta agonistas producen una disminución en la presión del mencionado esfínter 38 . Esto posterior211 ARCHIVOS DE BRONCONEUMOLOG1A. VOL. 19. NUM. 5. 1983 mente ha sido confirmado en humanos por Stein et al39 con dosis terapéuticas de teofilina por vía intravenosa en enfermos asmáticos y normales. Parece ser que estas drogas actúan induciendo una potenciación del AMP cíclico que tiene un poder relajante de la musculatura lisa. No obstante, Shapiro et al40 no comprueban ningún efecto en la presión del esfínter esofágico inferior al retirar la teofilina y los beta-2 en 21 niños asmáticos corticodependientes. Ahora bien, la administración de corticoides puede haber prevenido la presencia de cambios más contrastados en los estudios manométricos, pues se ha demostrado que los esferoides estimulan también la adenil ciclasa y facilitan la elevación del AMP cíclico41. Teniendo en cuenta estos datos es aconsejable pensar en el papel de estas drogas como probable factor patogénico de la alta incidencia de RGE en los enfermos respiratorios y suspender todos los preparados a base de las mismas antes de las pruebas de funcionalismo esofágico al objeto de evitar falsos positivos. 2. Experimentos realizados en animales, también por Goyal y Rottan42 parecen demostrar que la nicotina produce una disminución en la presión del esfínter esofágico inferior. Es de interés que este efecto fue logrado mediante bajas dosis de nicotina parecidas a las producidas por un fumador tras un cigarrillo. 3. Variaciones en la presión intraabdominal producidas por el fenómeno de la tos y/o descenso de los diafragmas como ocurre en el asma y en la broncopatia crónica, podrían influir en el desarrollo de hernia hiatal y RGE. Pellegrini et al 3 6 , como comentábamos anteriormente, muestran que un ataque asmático o una crisis de tos pueden preceder a un episodio de RGE. Sin embargo, sobre la influencia de este factor en la aparición de RGE caben muchas dudas, pues está confirmado que el aumento de la presión abdominal producida en la maniobra de Valsalva origina a través de un reflejo vagal un aumento compensador en la presión del esfínter esofágico inferior. 4. Ya que en muchos trabajos de los revisados sobre este tema, el método diagnóstico de las anomalías de la unión gastroesofágica ha sido únicamente el estudio radiográfico con bario, destacar el hecho de la gran inexactitud de la técnica, que presenta grandes variaciones en función de la mayor o menor agresividad y diferentes interpretación de cada radiólogo. 5. Por último hacer observar, que existen referencias en contra de la hipótesis del RGE como factor etiológico de patología broncopulmonar. Entre éstas destaca el trabajo de Vraney y Pokorny 43 . Estos autores no encontraron ningún grado de disfunción pulmonar en los pacientes con reflujo al comparar mediante las pruebas estándar de función pulmonar a 100 pacientes con reflujo con 100 pacientes control, teniendo en cuenta edad, sexo y hábito de fumar. 212 Conclusiones 1. No es posible concluir que el RGE sea una etiología significativa, epidemiológicamente hablando, en patología broncopulmonar pero tampoco se está en la actualidad en situación de descartarlo. 2. Para salir de esta incertidumbre es necesario efectuar una pauta de estudio en grupos seleccionados de población con patología broncopulmonar de etiología desconocida: asma, fibrosis, neumonía crónica, bronquiectasias, BOC en mujeres, etc., seleccionando la población control, considerando las variables en estudio, los métodos de valoración del RGE y los procedimientos diagnósticos de aspiración gastropulmonar. Resumen Las patologías de dos órganos intratorácicos (esófago y pulmón) pueden estar relacionadas. Concretamente el reflujo gastroesofágico (RGE) ha sido involucrado como una causa capaz de producir asma bronquial o fibrosis pulmonar. A la complejidad en la valoración de los métodos del diagnóstico del reflujo gastroesofágico (monitorización de pH esofágico, manometria, exploraciones isotópicas, etc.) se unen las dificultades para poder afirmar, para el paciente individualmente considerado, si el RGE puede ser involucrado como causa o no de una enfermedad broncopulmonar probada. En la literatura se concede una alta frecuencia de asociación entre las dos patologías, analizándose más detalladamente la relación con asma o con fibrosis pulmonar, destacando ciertas posibilidades de tratamiento médico (cimetidina) con posible eficacia a nivel broncopulmonar, y el estudio epidemiológico de diferentes poblaciones en riesgo, reafirmándose en última instancia el carácter conflictivo de esta asociación. Tras el análisis de la experiencia existente en este campo efectuada en esta revisión, una mejor estandarización de los tests diagnósticos de RGE, estudios epidemiológicos de población con conocimiento de las tasas de prevalencia de cada enfermedad antes y tras tratamiento médico del RGE pueden, en el futuro, dilucidar el grado de importancia causal que el RGE pueda tener para ciertas patologías broncopulmonares. Summary GASTROESOPHAGAL REFLUX AND BRONCHOPULMONARY D1SEASE. The pathology of the thoracic organs (esophagus and lung), may be realted. Thus, esophagal reflux has been implicated in both bronchial asthma and pulmonary fibrosis. 56 M. F E R N A N D E Z S A N C H E Z - A L A R C O S ET A L . — R E F L U J O GASTROESOFAGICO Y PATOLOGÍA BRONCOPULMONAR This adds the problem of evaluating whether esophagal reflux may be the cause for bronchopulmonary disease to the already complex diagnostic methods for reflux, including monitoring of the esophagal pH, manometry and contrast studies. A review of the literature shows a high incidence of the association with emphasis on bronchial asthma and pulmonary fibrosis and medical treatment (cimetidine) for effective management. Epidemiologic studies of the different risk groups confirm the problems inherent in the diagnosis. Future studies shouid be aimed at improved standardization of tests for esophagal reflux, epidemiologic studies to establish the incidence before and after treatment and the importance of esophagal reflux as the causal agent for certain bronchopulmonary processes. BIBLIOGRAFÍA Strobel CT, Siegel, SC, Kat/. 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Dos años después el mismo autor la separó de este grupo de angeítis, tras constatar el carácter broncocéntrico de las lesiones histológicas y la coexistencia de esta entidad con asma bronquial y presencia de hifas compatibles con aspergillus 2 . Nosotros hemos tenido ocasión de observar un caso de GBC, en el que se evidenciaron hifas de aspergillus en ausencia de antecedentes de asma bronquial, forma de presentación que hasta donde nosotros conocemos no ha sido comunicada en la literatura. fueron normales. El estudio de la función respiratoria evidenció un moderado trastorno ventilatorio obstructivo que no se modificó con el test broncodilatador. La broncofibroscopia fue normal y tanto los estudios citológicos como bacteriológicos fueron negativos en las muestras de esputo y broncoaspirado. Se decidió toracotomia por la ausencia de modificaciones en la radiografía, practicándose lobectomia superior derecha. El examen microscópico demostró la presencia de un infiltrado de tipo granulomatoso que afectaba a los bronquiolos, constituido por linfocitos, células plasmáticas, histiocitos y algunos eosinófilos. En algunas áreas se evidenciaban restos del epitelio Caso clínico Paciente varón de 56 años de edad, fumador de 20 cigarrillos diarios y de profesión barnizador, en contacto con disolventes orgánicos. Sin antecedentes de atopia, presentaba tos y expectoración matutina. Una radiografía de tórax practicada un año antes pudimos comprobar que era normal. Ingresó por hemoptisis de consideración. El examen físico fue anodino. La radiografía de tórax reveló una consolidación homogénea en lóbulo superior derecho (fig. 1). Los estudios de laboratorio Recibido el día 27 de agosto de 1982. * Servicio de Anatomía Patológica. 214 Fig. 1 . Radiografía posteroanterior de tórax: imagen de condensación alveolar derecha. 62 J. ROIG CUTILLAS ET AL.—GRANULOMATOSIS BRONCOCENTR1CA bronquiolar parcialmente destruido. Las arterias de tipo muscular adyacentes a los bronquiolos presentaban un edema mural e infiltrado de la pared por células redondas (fig. 2). No se evidenció en ningún campo necrosis fibrinoide de la pared vascular. En el interior de una cavidad pulmonar parcialmente tapizada por epitelio escamoso, existia un acumulo de material mucoide y fibrinoleucocitario en el seno del cual se identificaron restos de hifas mediante tinción de metenamina plata de Gomori (fig. 3). El parénquima pulmonar presentaba un moderado infiltrado de los septos interalveolares por células redondas y abundantes macrófagos con citoplasma vacuolado en la luz de los alveolos. El dictamen anatomopatológico fue de granulomatosis broncocéntrica con presencia de restos de hifas de aspergillus. Ulteriormente se practicaron tests cutáneos y determinación de precipitinas a aspergillus, siendo ambas pruebas negativas. Discusión La GBC se caracteriza histológicamente por una extensa reacción granulomatosa necrotizante centrada a nivel de los bronquiolos, a partir de los cuales se extiende al parénquima pulmonar vecino produciendo una afectación vascular secundaria. Los bronquios principales suelen mostrar fenómenos de impactación mucoide2 *'. Inicialmente fue clasificada como una variante histológica de GW si bien el mismo grupo, sólo Fig. 2. Restos de epitelio respiratorio bronquiolar en el seno de infiltrado granulomaloso. Marcado edema mural e infiltrado celular de la pared de arterias pulmonares peribronquiolares (H-E x 100). dos años más tarde 2 , desvelaba en la mitad de los casos una relación con el asma bronquial y presencia de hifas de aspergillus. Para estos autores 2 existirían superposiciones entre la GBC, la aspergilosis broncopulmonar (ABPA), neumonía eosinófila crónica (NEC) e impactación mucoide (IM). El mismo grupo de autores no duda 7 en considerar las lesiones como secundarias a una reacción de hipersensibilidad. No obstante, la cuestión sobre la etiología de la GBC no puede considerarse zanjada totalmente, por cuanto entre las dos terceras partes y la mitad de los casos inicialmente descritos2 no presentan ninguna relación con asma bronquial y/o aspergillus, habiéndose asociado con artritis reumatoide 2 - 4 y con profesiones expuestas a inhalación de polvos inorgánicos y disolventes orgánicos 2 . Parece que su incidencia se produce en sujetos de edad media superior a los casos relacionados con asma bronquial e histológicamente, además de la ausencia de hifas, cursan sin i n f i l t r a d o eosinofílico y sin cristales de Charcot-Leyden, siendo la impactación mucosa menos relevante 2 ' 7 . La clínica es inespecifica (tos, dolor torácico) y cualquier patrón radiológico es posible siendo el más frecuente la condensación, atelectásica o no, de aspecto pseudotumoral, unilateral y en un lóbulo superior 8 . Se han descrito casos de mejoría con corticosteroides4, si bien también se ha visto aparición de patología contralateral tiempo después de una resección quirúrgica 2 . En nuestro paciente lo más relevante es el hallazgo de restos de hifas en ausencia de historia previa de asma bronquial, aspecto que creemos no ha sido reseñado aún en la literatura. Para ello caben diversas explicaciones: a) que el paciente presente hiperreactividad bronquial que no se haya detectado; b) que sea una forma de presentación análoga a los casos raros de ABPA que cursan sin asma bronquial 9 , y c) que los hongos no sean necesariamente aspergillus, tal como se ha observado en casos de enfermedades análogas al ABPA producidas por otros hongos 10 -", o de que las formas clínicas y patológicas producidas por los aspergillus no se limiten a las que se han esquematizado Fig. 3. A: Cavidad residual pulmonar parcialmente lapizada, en cuyo interior existe un acumulo de material mucoide y fibrinoleucocitario ((H-E x 25). B: Restos de hifas parcialmente destruidas en el interior de dicha cavidad (plata metenamina de Gomorí x 400). 63 215 ARCHIVOS DE BRONCONEUMOLOG1A. VOL. 19. N U M , 5. 1983 progresivamente en diversos trabajos 1 -' 1? sino otras formas intermedias o combinadas, como recogen algunas publicaciones 9 "'''' de las cuales podría ser un ejemplo nuestro caso. Otros dos aspectos que nos interesa destacar del presente caso es la seguridad de que la radiografía de tórax era normal un año antes, por lo que las lesiones se habrían producido en un periodo no superior a doce meses, y el contacto con disolventes orgánicos. El diagnóstico diferencial histológico —que es análogo al clínico— debe practicarse con algunas infecciones como tuberculosis, blastomicosis 7 - 2 ", artritis reumatoide 7 , GW, NEC, ABPA, granulomatosis alérgica e I M 2 7 - ' - ' . Resumen Se describe un caso de granulomatosis broncocéntrica, entidad infrecuente inicialmente encuadrada dentro de las vasculitis pulmonares y posteriormente desligada de las mismas. Se detallan las características clínicas y anatomopatológicas teóricas basadas en las peculiaridades de nuestra observación. Summary BRONCHOCENTRIC GRANULOMATOSIS. The authors describe a case of bronchocentric granulomatosis. The entity is a rare finding and was originally classified among the pulmonary vasculitis group, but later classified as a sepárate entity. The clinical features and anatomopathologic differential aspects are discussed together with observations based on the findings in the described case. BIBLIOGRAFÍA 1. Liebow AA: The J Burns Amberson Lecture. Pulmonary angiitis and granulomatosis. Am Rev Respir Dis 1973; 108: 1-18. 216 2. Katzenstein AL, Liebow AA, Friedman PJ: Bronchocentric granulomatosis, mucoid impaclion, and hipersensitivily reactions lo fungi. Am Rev Respir Dis 1975; 1 1 1 : 497-537. 3. üoodman D, Sacca J: Pulmonary cavitalion, allergic aspergillosis and bronchoceniric granulomatosis. Chest 1977; 72: 368-373. 4. 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De la rareza de su presentación da idea el que en la literatura inglesa haya descritos sólo unos 50 casos y en la francesa siete. Por ello nos parece adecuado añadir un nuevo caso de este raro tumor a la literatura existente. Caso clínico Estudio anatomopatológico de la pieza resecada Macroscópico: Se recibe pieza de lobectomia inferior derecha. Mide 11 x 12 x 3,5 cm en sus máximas dimensiones. Externamente la pleura es lisa y transparente y deja entrever una coloración sonrosada-rojiza, a excepción de un área en la porción externa e inferior de 5 cm de diámetro que es de coloración rosado-blanquecina. Abiertos los bronquios se observa que conservan su diámetro hacia la porción pleural y están ocupados por material mucopurulento. A nivel del nacimiento de los bronquios 8 y 9 se observa una masa de 1,7 x 1,2 cm en sus máximas dimensiones de coloración amarillenta, que al corte muestra el mismo aspecto. Dicha tumoración presenta una porción endobronquial y otra extrabronquial, ambas de similar tamaño (figs. 3 y 4). Microscópico: Tumoración bronquial submucosa constituida por tejido adiposo maduro. Parénquima pulmonar con engrosamiento de las paredes bronquiolares y alveolares con zonas de infiltración inflamatoria crónica. Dilataciones bronquiales con ulceración del epitelio e inflamación aguda de la pared. Paciente de 49 aflos de edad, hembra, que once meses antes de acudir a este hospital presentó cuadro febril con tos y expectoración blanco rosada, remitiendo y reapareciendo dicho cuadro espontáneamente en varias ocasiones durante este periodo de tiempo. En la radiografía de tórax se observó un patrón destructivo con múltiples imágenes quisticas y zonas de condensación en la base derecha; el hilio derecho mostró imagen de densidad tumoral o adenopatia a nivel interbronquial y que parecía comprometer la luz del bronquio basal (figs. 1 y 2). Las dos broncoscopias que se realizaron mostraron que el tronco basal aparecía casi obstruido por una masa de superficie lisa, rosada, uniforme, bien separada de la pared y móvil. Las biopsias y citologías demostraron sólo inflamación crónica inespecifiea. Con el diagnóstico de tumoración endobronquial se procedió a toracotomia derecha practicándose lobectomia inferior derecha el mes de septiembre de 1979. Recibido el dia 13 de noviembre de 1982. • Unidad de Cirugía Torácica. ** Servicio de Neumologia. *** . Servicio de Anatomía Patológica. 67 217 ARCHIVOS DE BRONCONEUMOLOG1A. VOL. 19. NUM. 5. 1983 Diagnóstico anátomo macro y microscópico Pieza de lobectomia inferior derecha: — Lipoma submueoso bronquial en botón de camisa. — Bronquiectasias. — Atelectasia focal. El curso postoperatorio de la paciente fue satisfactorio y los controles tardios muestran una recuperación completa sin haber repetido sus procesos febriles (último control: julio 1982). 218 Discusión Los lipomas endobronquiales son tumores muy raros. El primer caso fue descrito por Rokintanski en 1854 y la primera publicación de lipoma extirpado por broncoscopia fue la de Kernan en 1927; Watts, Claggett y McDonaId fueron los primeros en extirparlo por toracotomía en 1946, según señalan Jensen y Petersen'. Este tumor es más frecuente en varones y suele aparecer entre la quinta y sexta década de la vida, alojados principalmente en bronquios principales y más en el lado izquierdo2. El caso presentado por nosotros se trata de una mujer, en su cuarta década de vida y la localización del tumor es periférica y del lado derecho. La mayoría de estos lipomas se originan en la submucosa bronquial; sólo han sido descritos cuatro en «iceberg» con importante extensión intercondral y peribronquial3 5, como en el caso que presentamos. La histogénesis de los lipomas endobronquiales no es del todo conocida. Se supone que algunos son debidos a un defecto de desarrollo6 y así han sido descritos, al mismo tiempo, lipomas endobronquiales e intrapulmonares con otras anomalías del desarrollo en el pulmón6. De 47 lipomas descritos en la literatura, con adecuado detalle histológico, revisados por Mac Arthur et al6, sólo 20 fueron lipomas puros. En 13 además había tejido fibrinoso, en 10 tejido glandular, áreas óseas en tres y áreas de cartílago en cuatro. Podrían clasificarse a estos lipomas mixtos junto a los hemartomas por sus similitudes histológicas pero el predominio del tejido adiposo hace que se mantenga la denominación de lipomas6'7. También pueden aparecer lipomas como verdaderos tumores a partir del tejido adiposo que existe normalmente en la submucosa bronquial o a partir de las células mesenquimales primitivas de la misma localización. La mayoría de autores se inclinan 68 C. LEÓN ET AL.—LIPOMA BRONQUIAL TABLA 1 Métodos de tratamiento en 50 casos de lipoma endobronquial TRATAMIENTO Resección o coagulación endoscópica. Resección por t o r a c o t o m i a . . . . . . . . . . Broneotomia.................... Lobectomia..................... Neumonectomia . . . . . . . . . . . . . . . . . TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . N." DE CASOS 18 32 50 hacia esta teoría patogénica' 8 . Cockcroft et al8 piensan que el hábito de fumar puede jugar un papel importante en la aparición de estos tumores; en nuestro caso la paciente no presentaba este hábito. Las manifestaciones clínicas del lipoma endobronquial están asociadas al lento y progresivo crecimiento de éste y la consiguiente obstrucción bronquial, como es el caso de la paciente presentada en este trabajo. La duración de los síntomas antes del diagnóstico es considerable, variando de algunos meses a 20 años, siendo el promedio de cuatro años6. Es importante el diagnóstico diferencial de estos tumores con los carcinomas broncogénicos puesto que los síntomas, el sexo y la edad son muy similares en unos y otros 6 - 8 . El síntoma más frecuente es la tos, que usualmente es productiva; la fiebre y las infecciones respiratorias repetidas siguen a la tos en frecuencia, otros síntomas como la hemoptisis suelen presentarse más tardíamente y se cree debido más al daño pulmonar distal que al propio tumor. Pérdida de peso y disnea ocurren en alguna ocasión'"9. También está descrita como secuela tardía del lipoma bronquial la ausencia de perfusión pulmonar10. El método diagnóstico de elección es la broncoscopia. El tumor es usualmente rosado o grisáceo y macroscópicamente puede semejar un adenoma6- ". Una adecuada biopsia, sin embargo, suele ofrecer dificultad a causa de su movilidad, posible pedunculación y a su cápsula fibrosa. Esta situación fue la que se dio en el caso que aqui presentamos. En cuanto a la forma de tratamiento, en los trabajos publicados se han observado principalmente dos tendencias: la resección endoscópica y la resección por toracotomia. Revisando 49 casos de la literatura y añadiendo nuestro caso, los tratamientos utilizados pueden verse en la tabla I. Llama la atención que en la mayoría (64 %) han sido resecados por toracotomia y que 28 casos del total de 32 han precisado resecciones parenquimatosas debido a las lesiones que la estenosis bronquial ha producido en el territorio pulmonar distal. Creemos que el tratamiento ideal sería la resección por broncotomia dada la benignidad de la lesión pero ello sólo sería factible si se obtiene un diagnóstico pre69 coz, antes de que el parénquima pulmonar dependiente del bronquio afecto haya sufrido las consecuencias de la estenosis bronquial. Resumen El lipoma bronquial es un raro tumor benigno de grandes bronquios que debe tenerse en cuenta en el diagnóstico diferencial de los tumores endobronquiales. Puede sospecharse, incluso diagnosticarse, broncoscópicamente. Su clínica depende de su situación endobronquial y de las lesiones parenquimatosas distales. El tratamiento adecuado es la resección más económica posible. Summary BRONCH1AL LIPOMA. Bronchial lipoma is an infrequent, benign tumor of the large bronchios which must be kept in mind when establishing a differential diagnosis for endobronchial tumors. Bronchoscopy will suggest, or even diagnose, its presence. The clinical features depend on location and distal parenchymal lesions. Conservative resection is the treatment of choice for the entity. BIBLIOGRAFÍA 1. Jensen MS, Petersen AU: Bronehial lipoma. Three cases and review of the literature. Scand J Thorac Cardiovasc Surg 1970,4: 131-134. 2. Spencer H: Pathology of the lung. 3. Oxford, Pergamon Press, 1977. 3. Touroff ASW, Seley GP: Lipoma of the bronchus and the lung; report oftwo unusual cases. Ann Surg 1951; 134: 244250. 4. Carlisle JC, Leary WV, McDonaId JR: Endobronchial lipoma. Report of a case. Mayo Clinie Proc 1951;26: 103-106. 5. Crutcher RR, Waltuch TL, Glosh AK: Bronchial lipoma. Report of a case and literature review. J Thorac Cardiovasc Surg 1968; 55: 422-425. 6. Mac Arthur CGC, Cheung DLC, Spiro SG: Endobronchial lipoma. A review with four cases. Br J Dis Chest 1977;71: 93-100. 7. Bellin HJ, Libshitz HI, Patchefsky AS: Bronchial lipoma. Report of two cases showing chondroitic metaplasia. Arch Path 1971; 92: 20-23. 8. 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Introducción Es bien conocida la asociación de aspergilosis con diversas entidades clínicas, principalmente neoplasias hemotológicas, enfermedad granulomatosa crónica, tumores sólidos, transplantados de corazón y riñon, colagenosis y pacientes en tratamiento inmunosupresor'' 2 . Recientemente hemos observado un enfermo con diabetes mellitus y púrpura trobocitopénica idiopática (PTI), en tratamiento esteroideo, que presentó una probable neumonía invasiva fatal por Aspergillus fumigatus que recogemos en este trabajo. Caso clínico Enfermo de 59 años de edad diagnosticado hacia 30 años de PTI y en tratamiento de forma irregular con esteroides, diabetes mellitus insulino-dependiente e isquemia crónica de extremidades inferiores por la que se le habia realizado amputación de miembro inferior izquierdo. El paciente ingresó por presentar melenas. La exploración física mostraba un paciente en mal estado general, con una TA de 120/80, palidez de piel y mucosas y petequias y hematomas generalizados; en el estudio de fondo de ojo se observaron hemorragias retinianas peripapilares; la exploración cardiopulmonar era normal; en el abdomen se palpaba hepatoesplenomegalia a 2 cm bajo reborde costal; prácticamente en todas las arterias periféricas se auscultaban soplos; el tacto rectal demostró melenas. En la analítica destacaban los siguientes parámetros: 6.600 leucocitos/mm3 (S/64, L/31, M/2, E/3). Hemoglobina 6,7 g/100 mi, hematocrito 21,8 Vo, índice de protrombina 89 Vo TRP 1,45", CK 30", fibrinógeno 210 mg/10 mi, plaquetas Recibido el día 10 de noviembre de 1982. 220 20.000/mm3, VSG40mmenla 1.a hora. PPD 5 U: 4 mm de induración. Anticuerpos antinucleares negativo. El resto de la analítica de sangre y orina como el ECG y la radiografía de tórax eran normales. Practicada esofagogastroscopia se observó gastritis hemorrágica. Una punción medular mostró hallazgos compatibles con el diagnóstico de PTI. Con tratamiento conservador cedió la hemorragia digestiva, siendo normal una posterior esofagogastroscopia de control. Iniciado tratamiento con esteroides en dosis de 60 mg/dia y antiácidos, a los 20 dias el enfermo comenzó con fiebre y tos con expectoración amarillenta, mostrando la radiografía de tórax un infiltrado en el lóbulo inferior izquierdo. El gram de esputo fue negativo y tras tomar tres hemocultivos se inició tratamiento con cefotaxima, carbenieilina y tobramicina con buena respuesta y resolución de la condensación siete dias después; los hemocultivos y cultivo de esputo fueron negativos. Un mes después de su ingreso el paciente sufrió un empeoramiento, presentando disnea, fiebre y tos seca, la exploración pulmonar indicaba signos de consolidación pulmonar bilateral y la radiografía de tórax mostraba un infiltrado alveolar bilateral extenso preferentemente en pulmón derecho. En la analítica destacaba: leucocitos 322.000/mm3 con desviación izquierda y 30.000 plaquetas/mm . La Pa0¡ respirando aire ambiental era de 65 mm/Hg. Iniciado tratamiento con antibióticos de amplio espectro el enfermo fallecía 48 horas después. No se realizó necropsia. Practicada punción pulmonar transparietal se visualizaron en el gram del aspirado microorganismos micelares sugestivos de aspergillus. Veinticuatro horas más tarde se observó crecimiento de Aspergillus fumigatus (cultivo puro) en medio de Sabouraud. Comentario Los enfermos inmunodeprimidos, con una frecuencia no escasa, sufren neumonía aguda y a menudo fatal por aspergillus, preferentemente de la especie fumigatus 1 ' 2 . En la mayoría de los casos se trata de sujetos neutropénicos y rara vez tienen una cifra de leucocitos normal o elevada, salvo si están 70 M. MONTEJO ET AL.—PROBABLE NEUMONÍA INVASIVA POR ASPERG1LLUS El tratamiento más eficaz consiste en la administración de anfotericina B intravenosa 3 ' 5 ' 8 . En nuestro caso el paciente tenía factores predisponentes importantes como son el tratamiento con antibióticos de amplio espectro y esferoides, debido al pésimo estado en que se encontraba no se realizaron técnicas diagnósticas más agresivas y aunque pensamos que padeció muy probablemente una neumonía invasiva por Aspergillus fumigatus, si bien al no tener confirmación histológica, no se puede establecer el diagnóstico con certeza. recibiendo esteroides, que van a alterar la migración de los neutrófilos; el factor predisponente sería una alteración de la función de los linfocitos T y fagocitos mononucleares3. Clínicamente se caracteriza por la presencia de fiebre, en ocasiones tras haber recibido tratamiento antibiótico de amplio espectro por una infección bacteriana, disnea y tos que puede ser seca o productiva y más rara vez hemoptisis'' 2 ' 4 . La analítica es inespecífica y la radiología, aunque en un comienzo puede ser normal, posteriormente aparecen áreas de consolidación únicas o múltiples; menos común es la presencia de un patrón intersticial o imágenes de cavitación'' 5 ' 6 . La muerte generalmente ocurre entre la primera y tercera semana. El diagnóstico firme se basa en la demostración del aspergillus por cultivo y examen microscópico del tejido'; los estudios microbiológicos del esputo pueden arrojar falsos positivos y falsos negativos, de hecho solamente el 33 % de los enfermos con neumonía invasiva por aspergillus se diagnostican por el esputo, y de ellos la mayoría por cultivo7. El aislamiento del germen en orina, heces, córnea o heridas por sí sólo no tiene significación diagnóstica, asimismo la presencia de hifas en una tinción o material de biopsia puede ser sugestivo de aspergilosis, pero por sí sólo tampoco es diagnóstico8. Los cultivos de sangre, médula ósea y LCR de los pacientes con aspergilosis rara vez son positivos2'8. El examen con hidróxido de potasio puede ser eficaz cuando el estudio del gram es negativo3'4. En los últimos años se están utilizando diversas pruebas serológicas encaminadas a detectar una respuesta de anticuerpos o tets para antígenos circulantes que han mostrado un grado variable de eficacia3' 9 ''°. El pronóstico de los enfermos con neumonía invasiva por aspergillus depende de un diagnóstico y tratamiento rápidos. Por lo general, en los pacientes en los que se presenta tras trasplante cardiaco o renal, la mortalidad es baja", en oposición a los enfermos con neoplasias hematológicas que alcanza el 70 %'' 2 . 73 Resumen Presentamos un paciente con diabetes mellitus y púrpura trombocitopénica idiopática, tratado con corticoides y antibióticos de amplio espectro que presentó una neumonía de evolución fatal probablemente por Aspergillus fumigatus, comentando brevemente los aspectos clínicos más interesantes y resaltando la importancia del rápido diagnóstico y tratamiento de esta infección. Summary The authors describe a patient with diabetes mellitus and idiopathic thrombocytopenia purpurae, who after corticoid and wide spectrum antibiotic treatment presented with pneumonía, with Aspergillus fumigatus as the suspected causal agent, causing the death of the patient. The more noteworthy clinical features of the infection are discussed with emphasis on the importance of a prompt diagnosis and treatment. BIBLIOGRAFÍA 1. Young RC, Bennett JE, Vogel CL, Carbone PP, De Vita: Aspergillosis: the spectrum ofthe disease in 98 patients. Medicine 1970; 49: 147-173. 2. Meyer RD, Young LS, Armstrong DYB: Aspergillosis complicating neoplasic disease. Am J Med 1973; 54: 6-15. 3. Armstrong D: Fungal infections in the compromised host. En Rubin HR y Younf LS. Clinical approach to infection in the compromised host. Plenun Medical Book Company, New York y Londres, 1981; 213-215. 4. Mark H, Borkin FP, Arena AE, Brown E, Armstrong D: Invasive aspergillosis with massive fatal hemoptysis in patients with neoplasic disease. Chest 1980; 78: 835-839. 5. Herbert PA, Bayer AS: Fungel pneumonia (part 4). Invasive pulmonary aspergillosis. Chest 1981; 80: 220-225. 6. Klein DL, Gamsu G: Thoracic manifestations of aspergillosis. AJR1980;134:543-552. 7. 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Departamento de Medicina Interna. Ciudad Sanitaria Valle de Hebrón. Barcelona. Introducción La mayoría de las silicosis afectan de forma exclusiva al pulmón y ganglios biliares y mediastinicos; sin embargo, se han descrito casos aislados que presentaban afectación de otros órganos'. En los pacientes con silicosis complicada, con masas conglomeradas, suele haber engrosamientos pleurales, sobre todo en lóbulos superiores 2 . También en las asociaciones de neumoconiosis con tuberculosis3 o con artritis reumatoide4 pueden aparecer derrames pleurales secundarios a estas enfermedades sobreañadidas. Sin embargo, no sabemos que haya sido descrita la presencia de sílice en pleura como causa de derrame pleural. Por otra parte, conocemos la mayor frecuencia de la esclerodermia, o su variante el síndrome de CRST, en pacientes con exposición prolongada a la sílice. Esto ya se mencionó por primera vez en 1914 en los picapedreros de Escocia5 y más tarde por Erasmus en los trabajadores de las minas de oro de África del Sur6. Posteriormente se han descrito otros casos de diversos países. También conocemos la mayor asociación de silicosis con artritis reumatoide4 o con serología reumática positiva. Recibido el 13 de enero de 1983. * Departamento de Anatomia Patológica. 222 Presentamos un caso de silicosis asociada a un síndrome de CRST, que presentó un derrame pleural con cifras de glucosa muy bajas, incluso después de la sobrecarga, sin clínica, ni serologia de artritis reumatoide, y en el que se demostró por biopsia la presencia de sílice en la pleura parietal. Observación clínica Paciente varón de 61 años de edad con antecedentes de tabaquismo importante y de haber trabajado en minas de plomo durante 30 años, hasta 15 años antes en que fue dado de baja laboral por silicosis. Tenia historia de bronquitis crónica y disnea de grandes esfuerzos. Desde hacía dos años presentaba artralgias de las pequeñas articulaciones de las manos, inicialmente con signos flogóticos y posteriormente con dolor y dificultad para realizar movimientos con las manos. En los últimos meses referia manifestaciones compatibles con fenómeno de Raynaud. No presentaba disfagia. Se le practicó una radiografía de tórax en la que se observó un derrame pleural derecho e ingresó para estudio. La exploración física destacaba telangiectasias en cara y pared anterior torácica; observándose en las manos una esclerodactilia, con una piel fina y retaída, sin pliegues sobre dedos, manos, ni muñecas, con retracción y pérdida de la movilidad de las articulaciones de las manos y deformidad de las articulaciones interfalángicas. Se constató semiología de derrame pleural derecho. En la radiografía de tórax (fig. 1) se observaba un patrón intersticial bilateral reticulonodulillar con distribución similar por todos los campos, adenopatias biliares y paratraqueales bilaterales con calcificaciones en «cascara de huevo», y derrame pleural derecho. El esofagograma fue normal. La radiología ósea mostraba deformidad de algunas articulaciones interfalángicas distales, pérdida de sustancia de alguna falange distal e 74 M." L. MARTÍNEZ MARTÍNEZ ET AL.—SILICOSIS CON AFECTACIÓN PLEURAL Y SÍNDROME DE C.R.S.T. Comentario imágenes compatibles con calcinosis en partes blandas de antebrazo izquierdo. El ECG presentaba un bloqueo incompleto de rama derecha. Entre los datos analíticos destacan: una VSG de 77 mm a la 1." hora, 14.800 leucocitos con 0/C, 80/S, 6/Eo, 18/L; el resto del hemograma era normal. Gasometría arterial: pH 7,49, PC02 32,7, P02 56 y saturación de 02 del 92 Vo. Función renal y hepática normales. Glucemia basal 79 mg/dl, LDH 237 lU/dl. Proteínas totales 7,5 g/dl, con albúmina de 2,7 y gammaglobulinas del 40,6 Vo heterogéneas (30 g/1). La dosificación de inmunoglobulinas mostró unos valores elevados: IgG 3.030 mg/dl, IgA 520 mg/dl, IgM 182 mg/dl e IgE 500 mg/dl. Los anticuerpos antinucleares fueron positivos 1/1.200 con patrón homogéneo y moteado y los antiDNA de 26 U/ml (límite alto de la normalidad). Factor reumatoide negativo. PPD con 5 U: 20 mm. La toraeoeentesis derecha dio salida a un liquido serofibrinoso, con aspecto de exudado. La bioquímica del liquido pleural mostró unas proteínas de 6,2, LDH 2.200, pH 6,80 y glucosa de 5 mg/dl, con glucemia en ese momento de 90 mg/dl. Se administró una sobrecarga con 50 g de glucosa ev y se practicó una segunda toraeoeentesis persistiendo la glucosa del liquido pleural muy baja 3 mg/dl, con glucemia de 175 mg/dl. Las citologías del liquido pleural, en repetidas ocasiones, mostraron celularidad constituida por escasos polinucleares y linfocitos. Diversos cultivos y baciloscopias de liquido pleural y de esputo fueron negativos y baciloscopias de liquido pleural y de esputo fueron negativos, asi como posteriormente los cultivos en medio de Lowenstein. Se practicó una biopsia de pleura parietal mostrando el examen histopatológico que el material remitido correspondía a pleura con marcada fibrosis colágena, en cuyo seno existían abundantes macrófagos con pigmento férrico en su citoplasma. El examen con luz polarizada demostró la presencia de algunas partículas birrefringentes. Las pruebas de función respiratoria mostraron un importante trastorno ventilatorio de tipo restrictivo. Durante su ingreso el paciente estuvo febricular los primeros días y posteriormente apirético. Siguió tratamiento con amoxicilina y la evolución fue hacia la mejoría clínica y lenta disminución del derrame pleural. En controles radiológicos a las dos semanas y seis meses había desaparecido totalmente el derrame pleural. 75 En la silicosis, sobre todo si la enfermedad está avanzada, puede existir fibrosis pleural bilateral y puede ser extensa y parcialmente calcificada. La pleura visceral engrosada, debido a la fibrosis está a menudo adherida a la pleura parietal especialmente en los lóbulos superiores y en la vecindad de masas conglomeradas subyacentes 2 . En los casos de fibrosis masiva progresiva con abundantes engrosamientos y adherencias pleurales no es raro el neumotorax, que a veces es una complicación preterminal 7 . Esto es cuanto se cita habitualmente referente a la patología pleural de los pacientes con silicosis. Pero no se comenta ni se describe el aspecto anatomopatológico de estas lesiones pleurales, ni la posible presencia de sílice en las mismas. En nuestro paciente silicótico se pudo evidenciar una fibrosis pleural con depósitos silicoantracóticos por biopsia de pleura parietal, practicada en el curso del estudio del derrame pleural que presentaba. En diversas ocasiones ya se ha hecho referencia al hallazgo de partículas de silice en tejidos y órganos distintos del pulmón'. Las partículas de sílice inhaladas pasarían por vía linfática a los ganglios biliares y algunas irían a los ganglios de la mamaria interna y de ahí a ganglios extratorácicos, sobre todo grupos supraclaviculares, cervicales y a los de la aorta abdominal. Algunas partículas pueden lograr entrar en la corriente sanguínea y así dar lugar a nodulos aislados en bazo e hígado. Se puede postular que por los mismos mecanismos las partículas de sílice podrían llegar también a la pleura parietal o a otros órganos. Por otro lado, respecto al derrame pleural que presentaba este paciente, hay que comentar que tenía un comportamiento bioquímico como los derrames pleurales que acompañan a la artritis reumatoide, sin embargo, el paciente no presentaba ningún otro dato clínico ni inmunológico de esta enfermedad. La esclerodermia es una entidad que en la población general afecta con mayor frecuencia al sexo femenino, pero en varones expuestos a la sílice la prevalencia de esta entidad es aún mayor que en mujeres, siendo de 17 casos por 100.000 entre mineros la región de los Apalaches, respecto seis por 100.000 varones no expuestos y nueve por 100.000 mujeres8. Entre mineros asturianos la prevalencia era de 29,3 por 100.000 en un estudio en el que hallan nueve mineros afectos de esclerodermia, todos ellos portadores de silicosis y con mayor frecuencia de neumoconiosis complicada9. La clínica, severidad y evolución de la esclerodermia en los pacientes con silicosis es similar a los demás; suele acompañarse de VSG elevada, hipergarnmaglobulinemia y en ocasiones de anticuerpos antinucleares y factor reumatoide 8 ' 9 . Radiológicamente el grado de neumoconiosis es variable según las series. En la 223 ARCHIVOS DE BRONCONEUMOLOG1A. VOL. 19. NUM. 5. 1983 mayoría parece ser que se trata de neumoconiosis moderadas, aunque en la serie asturiana tenían una mayor frecuencia de neumoconiosis complicada. Habitualmente la silicosis precede a la esclerodermia9. Sin embargo, hay que mencionar que en una de las series más representativas, la de Rodnan 8 de 60 varones con esclerodermia, 26 de ellos tenían una historia laboral de exposición prolongada a la sílice, pero de éstos sólo ocho tenían signos radiológicos de silicosis. Según esto parece que el factor predisponente para el desarrollo de la esclerodermia, no seria la silicosis en sí, sino la exposición prolongada a la sílice. Estos pacientes presentan mayor afectación respiratoria, pues en el pulmón coexisten las lesiones anatomopatológicas, pues en el pulmón coexisten las lesiones anatomopatológicas de ambas entidades (fibrosis intersticial difusa y nodulos silicóticos)8. Radiológicamente la aparición de la esclerodermia puede añadir opacidades reticulonodulillares de predominio en bases a las lesiones silicóticas. En cuanto a la patogenia de la asociación de estas dos entidades, silicosis y esclerodermia, se han postulado diversas hipótesis y se quiere relacionar con el desarrollo de fenómenos inmunes secundarios a la neumoconiosis2' 8. Existen numerosos datos que apuntan hacia una acción de la sílice como desencadenante de reacciones inmunológicas. El factor reumatoide se detecta aproximadamente en un tercio de los pacientes silicóticos, en algunos casos con títulos muy elevados (síndrome de Caplan y fibrosis masiva progresiva)4. También en los silicóticos existe una mayor prevalencia de autoanticuerpos e hipergammaglobulinemia. La asociación de silicosis a la artritis reumatoide con mayor frecuencia que en la población normal 4 (en especial el síndrome de Caplan) y en menor proporción a otras colagenosis, sobre todo la esclerodermia8, son ejemplos de enfermedades inmunológicas relacionadas con esta neumoconiosis. Interpretamos a nuestro paciente como un enfermo con silicosis asociada a un síndrome de CRST, que presentó un derrame pleural debido, quizá, a una pleuritis infecciosa aguda o a irritación secundaria a la afectación silicótica de la pleura. La presencia del derrame permitió practicar una biopsia pleural, que demostró la presencia de depósitos silicóticos pleurales. Parece razonable pensar que la afectación silicótica pleural no sea tan infrecuente, pero, tal vez por no practicar biopsias pleurales con mayor asiduidad, ésta no ha sido descrita. Resumen Se presenta el caso de un paciente con silicosis, que se diagnosticó de silicosis pleural por biopsia de pleura parietal. Esta biopsia se practicó en el curso del estudio de un derrame pleural derecho 224 que presentó y en el que destacaba que se comportaba bioquímicamente como los derrames pleurales que acompañan a la artritis reumatoide, sin clínica ni serologia de esta enfermedad. En este caso además la silicosis se asociaba a un síndrome de CRST. Se comenta la afectación pleural silicótica, el hallazgo bioquímico del liquido y la asociación de la silicosis y la esclerodermia, entidad ésta que se da con más frecuencia en pacientes con exposición prolongada a la sílice. Summary SILICOSIS WITH PLEURAL 1NVOLVEMENT AND CRST SYNDROME. The authors describe a patient with silicosis, diagnosed by parietal pleural biopsy as pleural silicosis. The biopsy was practiced when the patient presented right pleural effusion which appeared as a pleural effusion seen in rheumatoid arthritis but without either the clinical or serologic features of the disease. Besides the silicosis, the patient had a CRST syndrome. Silicotic pleural disease, the laboratory findings for the pleural fluid and the association of silicosis and scleroderma are discussed. BIBLIOGRAFÍA 1. Ambrosi L: Rapportitra alterazioni istologiche polmonan ed extrapolmonari nella malaltia silicótica. Med Lavoro 1966; 57: 249-253. 2. Parkes WR: Occupational lung disorders. Second ed, Butterworthrs, London 1981. 3. Snider DE: The relationship between tuberculosis and silicosis. Am Rev Respir Dis 1978; 118: 455-460. 4. Benedek TG: Rheumatoid pneumoconiosis. Documentation of onset and pathogenic considerations. Am J Med 1973; 55:515-527. 5. 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