publicación medica uriach tercera época

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PUBLICACIÓN MEDICA URIACH
TERCERA ÉPOCA
Micetal
I
II
I Flutrimazol
crema dérmica
La innovación
del tratamiento antimicótico
^
Flutrimazol (DCI): nueva molécula original
del Centro de Investigación del
^ ^ ^ ^
Grupo Farmacéutico Uriach ^ ^ ^ ^
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Descripción: Micetal (flutrimazol) es un nuevo antifúngico tópico del tipo ¡midazólico. Al igual que otros derivados imidazólicos, flutnmazol ¡níerfiere la síntesis de ergosierol
mediante la inhibición de la actividad del enzima lanosterol-14n-demetilasa, lo que origina cambios en la membrana celular del hongo. Composición: Micetal crema dérmica:
Flutrimazol {DCI), 10 mg porg de crema. Excipientes (alcohol bencílico, cetomacrogo 1000. alcohol cetoestearilico. monoestearalo de gliceriio 40-50%. adipato de isopropila.
fosfato disódlco anhidro, fosfato monosódico ditildrato. macrogol 400 y agua purificada es Indicaciones terapéuticas: Tratamiento tópico de las micosis superficiales de la
piel, tales como la liña en sus variedades de. tinea pedís (pie iv atleta), tinea cruns, tmea corporis. tinea taciei et barbas y tinea mguinahs, causadas por Trichophyton, Microsporum y por el Epiaermophyton lloccosum. En el tratamiento de la candidiasis eulánea producida principalmente por levaduras del género Candida. También eslá indicado en
el tratamiento de la pitiríasis versicolor. Posología y forma de administración: Micetal Crema dérmica debe aplicarse una vez al día tanto en adultos como en niños mayores
de 10 años. La crema debe ser aplicada en cantidad suficiente para cubrir la extensión de la lesión y zonas adyacentes, favoreciendo su penetración a través de un ligero masaje En lesiones de localización intertrigmosa se aplicará una pequeña cantidad de la crema para evitar la maceración de la piel La duración del tratamiento depende del tipo
de lesión o microorganismo infectante y de su localización. No obstante, ya en los primeros días de tratamiento con Micetal se evidencia un alivio de las sírtlomas dérmicos. El
período de tratamiento aconsejable a efectos de disminuir la posibiilidad de recidivas es: linea pedís (pie de atleta) y micosis nterdigitales. 4 semanas; fines corpotts. 2 a 3 semanas: pitiriasis versicolor. 1 a 2 semanas: y en candidiasis cutáneas superficiales, 2 a 4 semanas. Si la mejoría cíiníca no es evidente después de 4 semanas de tratamiento,
el diagnóstico debe ser reconsiderado. Se recomendará a los pacientes las habituales medidas higiénicas para evitar fuentes de infección o reinfección Contraindicaciones:
Sujetos que presenten antecedentes de hipersensiailidad a otros antífúngicos imidazólicos. o a cualquiera de los componentes de la forma farmacéutica empleada Advertencias: Sólo para uso externo Micetal Crema dérmica no debe utilizarse por vía oftálmica ni aplicarse en áreas mucosas. Si una reacción dérmica sugiere sensibilización o irritación química por empleo de Micetal, el tratamiento debe ser discontinuado y se instauraran las medidas terapéuticas apropiadas. Es necesaria la confirmación diagnósfica
por examen directo ÍKOH) y/o cultivo para el correcto tratamiento de la dermatomicosis No existen ensayos clínicos realizados con niños menores de 10 años. Interacciones:
No se han descrito. Embarazo y lactancia: Los estudios en animales han mostrado que no existe evidencia de etectos mutagénicos o teraiogénicos ainbuJbles a flulrimazo!.
No existe experiencia clínica con Micetal en estudios controlados con mujeres embarazadas. Micetal Crema dérmica puede ser utilizado en el primer Irimeslre del embarazo
sólo cuando el tratamiento sea considerado esencial para el bienestar de la paciente. Se desconoce si Micetal es excretado por la leche materna, par lo que debe utilizarse con
precaución durante el período de lactancia. Reacciones adversas: Durante los ensayos clínicos las reacciones adversas descnias más frecuentemente fueron ligera quemazón, irritación, picor y eritema en la zona de aplicación So&rerjosilicación: Dada la baja concentración de principio activo y su administración por vía tópica, es poco probable la posibilidad de una sobredosificación o intoxicación, por lo que no es previsible que se produzcan situaciones de nesgo vital en el paciente No obstante, en caso de ingestión accidental de una cantidad apreciabie. se msiaurará el tratamiento sintomático apropiado. Incompatibilidades: No se han descrito, Presentación y PVP: Micelal
Crema dérmica al 1%; PVP IVA4 1,499.- Ptas Condiciones de prescripción y dispensación: Con receta médica. Financiable por la Seguridad Social.
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n.° 59 - 1995 (Tercera época)
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REVISTA DE ESTUDIOS
HISTÓRICOS DE LAS
CIENCIAS MEDICAS
Centro de Documentación de
Historia de la Medicina de
J. URIACH & Cía., S.A.
Degá Bahí, 59-67
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08026 Barcelona
Director:
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Dr. Juan Uriach Maisal
Secretario de Redacción:
Dr. José Danón BretOS
Soporte Válido con la
Ref. SVR n.° 479
Dep. legal: B.27.541 - 1963
ISSN" 0300-8169
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los 93 años ha fallecido
^ ^ A en Barcelona el Prof.
^ ^ ^ ^ Diego Ferrer y Fernández
de la Riva. historiador médico
singular, cuya densa actividad
científica y universitaria -como
discípulo de Ferrer y Cagigal y
como catedrático de Histología,
Embriología y Anatomía
Patológica en Cádiz- rebasa la
misión de su homenaje a su labor
historiográfica, que no se puede
olvidar como trasfondo de su
rectitud científica.
Tras los inicios de su dedicación
histológica, desde su tesis doctoral
hasta las numerosas publicaciones
que mantuvo incluso jubilado, ya
A su Historia del Real Colegio
de Cirugía de Cádiz (1961),
siguió dos años después la
biografía de Pedro Virgili en
cuya introducción se excusaba de
haber actuado como un hombre
de laboratorio. A ella le siguió
otra sobre los discípulos de aquél
(Cirujanos del «Camp» en el
siglo XVW) para incidir,
retomando su misión de
histólogo, en la monografía
Cajul y Barcelona, publicada por
la Fundación Uriach.
Tras una colaboración frecuente
en las páginas de «Medicina e
Historia» el 12 de noviembre
último tomó parte activa-por
1930 se había asomado de
forma esporádica al tema
historicomédico, con un «Esbozo
histórico de la Histología».
última vez- en un acto
organizado con motivo del XXV
aniversario de la institución de
los Premios Uriach de Historia
de la Medicina, en cuyos jurados
participó durante muchos años,
en
S
u llegada a Cádiz fue el
fulminante que le despertó
esa segunda vocación que.
progresivamente, se fue
transformando en su principal
actividad. Las indudables
relaciones entre los Reales
Colegios de Cádiz y Barcelona a
través de su fundador Virgili, le
movió a publicar una Historia
abreviada del Real Colegio de
Cirugía de la Armada de Cádiz
en 1960, y a partir de aquí una
serie de estudios sobre aquel
Real Colegio y sus discípulos,
que hoy constituyen fuente
obligada de consulta.
Mis relaciones con don Diego
fueron, en aquel entonces, las
discipulares de sus asignaturas
aunque poco a poco > pese a que
en 1967 se trasladó a la
Universidad de Navarra, luimos
coincidiendo
los sucesivos
Congresos
Medicina. de en
Historia
de la
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^ ^ ^ on Diego Ferrer fue un
^W investigador infatigable
W^r que atraído por L-1
recuerdo histórico de los Reales
Colegios, realizó una labor
singular de historiador porque,
sin querer ser o parecer
historiador profesional, actuó
con la pulcritud metodológica de
un experimentador.
Antonio Orozco
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n.D 59 - 1995 (Tercera época)
REVISTA DE ESTUDIOS
HISTÓRICOS DE LAS
CIENCIAS MEDICAS
Centro de Documentación de
Historia de la Medicina de
J. URIACH &Cía.. S.A.
Dega Bahí. 59-67
08026 Barcelona
Director:
Dr. Juan Uriach Marsal
Secretario de Redacción:
Dr. José Danón Bretos
Soporte Válido con la
Ref. SVR n.°479
Dep. legal: B.27.541 - 1963
ISSN: 0300-8169
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Juan José Barcia Goyanes
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Universidad de Valenciü
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Al iniciar mis estudios de
Anatomía Humana, allá por el ya
lejanísimo año de 1918, el
mismo de la grave epidemia de
gripe que asoló a toda Europa y
que obligó al aplazamiento del
curso académico hasta después
de la festividad de los Reyes
Magos del siguiente año, tuve mi
primera noticia de la existencia
de Andrés Vesalio. sin sospechar
que pasadas varias décadas
habría de constituir para mí un
objeto de estudio al que dedicar
bastantes de mis energías cuando
éstas se hallarían bastante
menguadas. Naturalmente, en
aquellos primeros contactos con
el Bruselense me apareció éste
nimbado de un halo de gloria,
como no podía ser menos dada la
estima que por su nombre, ya
que no por su obra que apenas
conocían de oídas, tenían tanto
mis compañeros ya iniciados en
la ciencia anatómica, como los
profesores de las diferentes
asignaturas en que
incidentalmente aparecía aquél.
Más tarde, y con ocasión de
cursar las disciplinas que
formaban el curriculum del
doctorado en medicina, en el
cual era obligada la de Historia
de la Medicina, se confirmó mi
respeto por el autor de la
Fabrica, leyendo el libro de
texto que no era otro que la
Introducción a la Historia de la
Medicina de Fielding H.
Garrison. traducido al castellano
de la segunda edición inglesa por
D. Eduardo García del Real,
Catedrático de la asignatura a la
sazón.
Se mostraba allí Garrison un
ferviente admirador de Vesalio
del que decía entre otras cosas:
«El Fausto que estaba destinado
a libertar este asunto (el de la
enseñanza de la anatomía) de las
I!
a otra
cara
de Vesalio
tramas que le sujetaban y a
sostener la doctrina del visum el
repertum ha sido Andrés Vesalio
(15 14-64), la figura más
eminente de la medicina europea
después de Galeno y antes de
Harvey. Han existido disectores
y disecciones antes de Vesalio:
pero él sólo ha sido el que ha
convertido la Anatomía en lo que
es todavía: en una ciencia viva y
activa»1,
Sigue una larga perorata
ditirámbica, que se prolonga a lo
largo de tres páginas, pero para
muestra basta lo dicho, que es un
paradigma de lo que podríamos
encontrar en cualquiera de las
historias de la medicina u partir
del siglo XVIII y hasta nuestros
días. Y para presentar otro
ejemplo, más reciente, he aquí
las palabras del gran historiador
E. Ackerknecht, fallecido poco
ha: «Solamente Andrés Vesalio
se separó conscientemente de la
tradición galénica y la sustituyó
por el estudio directo en la mesa
de disección. Así se constituyó
en el fundador de la moderna
Anatomía»-.
Durante el largo tiempo en que
me dediqué a la docencia de la
Anatomía Humana {1923-1972) y
aunque mi afición por la historia
me llevó con frecuencia a la
lectura de temas relacionados
con la de mi disciplina, no tuve
ocasión de cambiar mi idea sobre
Vesalio y aún recuerdo el
entusiasmo con que acogí el
facsímil de la primera edición de
la Fabrica que publicó en 1964
la editorial Culture el
Civilisation. cuyo ejemplar n°
1217 ocupa desde entonces un
lugar destacado en mi biblioteca.
Es verdad que alguna vez, al
señalar los epónimos que. aun
utilizando en mi enseñanza las
Nominae de Jena y París.
sucesivamente, era inevitable
mencionar, he pensado la poca
suerte que había cabido a quien
era para mi, en comunión
entonces con todos los
historiadores de la Anatomía,
una figura fundamental de la
misma, ya que, mientras
anatómicos como Silvio. Falopio,
Eustaquio y tantos otros habían
dejado sus nombres ligados i\
varios accidentes anatómicos,
algunos tan destacados como las
trompas auditiva y uterina, al
fundador de la anatomía
moderna, según lo calificó
Ackerknecht, apenas le había
cabido la gloria de unir su
nombre a un diminuto agujero
vascular en el ala mayor del
esfenoides.
Así las cosas, al llegarme la
fecha de mi jubilación, que,
como a tantos otros venía
portadora de cantidades
considerables de tiempo,
comencé un estudio que
imaginaba habría de ser una
sinfonía inacabada pero que, por
generosidad de la Providencia,
pude ver terminado. Me refiero a
la historia del lenguaje
anatómico que la Secretaría de
Publicaciones de la Universidad
de Valencia ha ido publicando
desde 1978 a 1993, bajo el
nombre de Onomatologfa
Anatómica Nova, hasta completar
los 10 tomos de que consta.
Ese trabajo me obligó, con gran
placer por otra parle, a releer o
saludar por ve/ primera
numerosos textos anatómicos,
entre los cuales, las obras de
Galeno y la propia Fabrica de
Vesalio ocuparon muchas horas,
Y poco a poco se fue forjando
primero, y cobrando forma
después, la idea de que el papel
que a Vesalio habían atribuido
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En FARINGITIS-AMIGDALITIS
Eupeclanic 875/125 mg |^Q]^5^^3
Amoxicilina + Acido Clavulánico
Composición: EUPECLANIC375I125 mg sobres: Amonidlina (tfihidraiol, 875 mq; Ac. Clavulinico (sal potásica]. 125 mg¡ eiciflientes :.s.(sacarosa: 2,5 g por sobrfi), EUPECLANIC
500/125 mg sobras: AmoKicilina {trihidralol, KXJmff; Ac. Clavulánico ¡sal potásica), 125 mg; encientes es. Isacarosa: Jg por sobre), EUPECLANIC 500/125 flig compriínido5: Amonidina ( f i hidrato), 500 mg; Ac. Cla^lánico (sal polásica). 125 mg; excipientes es. EU PECLANIC 250/62,50 fng sobres: Amoxicilina (trihidrato). 250 mg; Ac. Clavulánico (sal potásica},
6£,50flng; flücipierles es. {sacarosa; 3,3 g pof sobre). EUPECLANIC 125j'31,25 mg sobres Amoíicdina [tnhidralo], 125 mg; Ac. C i a r á n ico (íal potiSLca}, 31,Kmg; excipientes es. (sacarosa: 3,7 g por sobre]. EUPECLANIC 1-3CM2.5 mg Gotas pediátricas: cada -ni contians Amonicüina (trihidrato) 100 mg; Ac. Clavulánico (sal potásica! !2,& mg; excipiente es. (aspartamo: f,5 mg). Propiedades, EUPECLANIC as \jn a nti bacteria no de ampüü espectro con&í Luiao por amoi¡ciliria (tririidralo] yacido cs\ Jáni;o (sal potaas^ca]. La arrcjiicili-a es una
cen i; il na seíTiisinténca de amplio espectro, de acciún bactericida frente a rnicTOoro.an:smos gram-positivos y grarn-^iegatJVO&. El ácido clavulánico es una mD'écu.a betalactármica que
de por si tiene un bajo grado de actividad anfbacfóriana, radicando su actividad en la propiedad de inhibir una gran variedad úe tietalactamasas, bloqueándolas i tranjtorrnandü en
sensiblesa laamoiicilifia los gérmenes productores de ellas, indicaciones: Tratamiento po- vía oral de los pmefesos infecciosos producidos por gérmenes sensiblesa laamojiciluiB,
tales como: infecciones d&í aparato respiratorio, otitis media, infecciones ^enilourirarias. ¡nfecciones de la piel, tejidos blandos y óseos, infecciones intra-abíominaies. Contrandicaconas: Pacientes con hipersensióilidad a las penicilinas o alectes úi mononudeosis ini^cciosa. Precauciones: Administrar cc-n precsDCiún en pacientes hipersensibles a célalosser n&s o cc-n antecedentes aiéigicos medicamentosos. No se ha^stabiecido su inocuidad durante el embarazo Advertencias: Los sobres eta Eupeclanic contienen sacarosa hecho
qje deberá* ser ¡ando en cuenta por los pacientas diabéticos Las goles pediátricas condenen aspartamo. Las personas a*e:ta? de feni celon^r a tendrán en cuenta que cada mi cc-nllene 1,4 mg da feniialanina Interacciones: Debe í«rt3'se la administración: simultaneada a^tib-cljcos bacteri-astáticos por la. posibilidad de que se fy os uzea antagonismo debiao a s u
tti-ere-1 te mecanismo de acción. El a'oc-unnot incrementa la posibilidad de apañe en de reacciones cutáneas. Electos secundarios: Se ha descrito laa aparición da náuseas, vómitos.
molestias gástricas v diarreas. En el caso de aparecer trastornos gastrointestinales se recornianda administrar Eupeclanic coincidiendo con as comidas. La incidencia, de eruociones
urticanales o erupciones erternatasas es escasa, Las erupciones entematosas suelen asociarse con una mona núcleo sis mlecciosa simultánea E¡ ÍÍ atamiento debe suspanderse ante
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la aparición de cualquier tipo 6e erupción, Intoxicación y su tratamiento: Con las dosis recomendadas no se han descrito síntomas de ¡ntc-ncado* Si se produjese una reacción de h¡f
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persensibi|idadlseSvi$i>eí der3 suadnin sí'acdn aplicándose el trs:anu9nio especificD ad&c ^aco a la natura^aei "leudad de ñrmrTiaiartihisla-TinccívCC'rticostÉroídsiaírSíií/^^5^tfS^^\
lira, &lc) Posologia: A criterio ; a; ullali^o Como pau\a arieotativa: Adultos: &7&n?5 mg cada 6-12 horas, 500/125 mg, cada 8 feras. Niños: La dosificación SÉ establecía de acuerdo
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con ekoríenidofleamciíicilina. siendo ladosis recc-m^ndatia de-20 mg/fcg/día repartidos en tres tomas En procesos ae^eres la dosis dehe ser de iOmg'kgj'rJía. Como pauta orientativa
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se señala la siguiente: De 7 a 14 años (hasta JO kg]: 250/63.5 mg cada 8 h [1 sobra}, De 2 a 7 años: 125/31,25 mg cada 8 h [1 sobre]. Lacrantes y n nos hasta? años: 2-3 gc-taslkg d? peas ca\ %25r
da8 horas Dosificación en pac^entescon insuficienc-a renal Reajustar a dosis total diaria y ei rumo de administración de Eupeclenic de acuerdo con el siguiente esauema de rJosif >s^^^\^/
wci&n: Insjliciencia renal moderada (aciaramienta decreatimna ent'e 10-30 mi/mín). 1 ó 2 dosis 500/125 mg tada 12 horas. Insuficiencia renal gra^e [adararrihertf: de creatinina inferior
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a10ml/min.:1/E-1 dosis 500/125 mg cada 12 horas, A pacientes qje están sometidos a ddlis : $ se administrará adicionalmente una dosis 500/125 mg durante la diálisis. Presentación y
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PVP (IVA): Eupeclanic 875/1 ?5mg, anvasede 12sobres 1.597 pías Eupeclamc 500/12S ng. envase cíe 1E sobres 1.230 ptas y entesefle13 comprimidos. 1.176 ptas. Eupeclanic 250162.5
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mg anease de 12 sobres, 635 ptas. y 24 sobres. 1.264 utas, Eupeclan:c 135/3\25 mg, envase de 12 sobres, 346 ptas. y 24 sotres. 677 pías. Eupeclanic 100/12,5 mg, gotas pedtfrkK. ennase
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ton 7Ü mi, 504 ptas. Envases clínicos de 500 comprimios 5ÚQfl Í5 mg; de 500 sobras de 500/125 mg j de 500sobras de2K|fi2,S mg. Condiciones de prescripción y dispensación: Con re08026 B a r c e l O na
ceta médica, Reembolsadle por la Seguridad Social.
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DESCmOO^CñmfíETK es imconibmm de winrnb^oe la erania de oo
ponentes son aditivas y se marttieflen si menos 24 toas. COMPOSICIÓN; Cada comprimido contar»: Malesfo de Enaapril 20 mg. HrátoJorortaacia 12,5 mg Emprente y Lacrosa c s.p, r comprimido. INWGíCfOrYRL- f f r
erantes hipertensos e n t e ojue e/ frafamienfo comOmsdo sea adecúa*. DOSIFICACIÓN: Hipertensión: Lí otas /abifua' es un comprimió, administrado una m al (Ja Si es necesario, pueote aumentarse « Asís i das compnmidoE administradas una VBÍ ai día Puede aparecer hipotensión smtomálratesJa administración de ¿a (tos in/oa,' * CBÍNOflEIlC, s/'e/Wo ésto mis posible en pacientes con deplecaón nidrosaArw. P ira/amiento diurético
debe suspenderse 2-3 das antes de/ comenzó otí « a r o m o con CHIN0RF7JC. Ooaffcacran en frrsi/frcwne» ffenaf: En paciente con aclaramiento de osarTO entre 30 y SO ml/miri, CflíNOftETJC deberá uíifaar» sato
tras la (ftuÍBCio/i de csda uno de sus componentes. La dosis ¡acial recomendada de maléate de ena/apni, cuando se utiliza so/o, para insuflc/encis renaí leve es de 5-)0 mg CONTJWIMBICACIQMF&- Anurá, pac/enles /upersenJiote s cuafqiréra ofe sus componentes f en paoeníes con /listona te edema angioneurtccc- nsladoraífo con el íraíam/ento preño con Zn/vbiooíBs ds (a fCfl. HipeísensiWioad a oíros fómacos derivados * la su/tonamuJa.
PRECAUCIONES: Hipotenmin y dtMquibno Hi*w<»eW»lB>r En aJgunos pacientes puede íparecef npotens/ón síntomafca. Se detwa wgíar a /os pacientes en cuarto a ia apancon de signos cínicos * dssepuViivio
Wroeletalto, o l * c p o l a s e m 8 O ^ p i i t ó p í e s e n l a w a u f » t e C T ^
Tras tiater nssíaurado ti rotimen y prssion
sanguínea adecuados, puede continuarse el tratamiento 9 dosis menores, o bien uífear so*) uno de te componentes. Insuficiencia Banal; CRWÚRETC no deoe ser aoVnnstnKi a paoertes con nsuAognoa « a f
radaram^oaeawfjnirBirifewj»rril/™;^
swi y snenJemiecWn^rjreMa aparante, IwcíEsertactopeo^eñaseie
deoe suspanoerse esa corntonabn. Puna) ser p o s í * la contmaoón dei traamiento » doss «teneres, o oien puede utilizarse uno sok) de ios componentes En aljunos paoarrfes con estenosrs bi&teral * las arfonas rena/es o estenosis detaanínj * un riñon soto», se han observado maemertíos en te nwtes * urea y crsafims ssnea, nonnafronte rsvírsote con la a^pension o * traamíenfo, ai arimirastraf fiifiíiilores«la K A
Biranmcljd HepátkK Las ¡azrdaj dsoen uitearse con pracauctdn en pacientes con a/teracon de ü funaon íepética o en%merfid progmsíva, pues pequeñas alíeraocoes hiotoe/eclru/íncas pueden precipitar un coma
tepáfoj. Ciruga/Aaiíesía; £n pacientes que wn a sufrir cirugía mayor o anestesia con fármacos hiporensores, ena/apní Woguea ¡aformacióndi angrotensina II secundaria a ia (Aeración compensadora os reniña, S
apareciese hipotensión y se considerase sea/nijana a esle mecanismo podrá ser corog/da por expansión de volumen. Las todas pueden aumento la naspuftsla a Is luiwoJfanna, Eíectos MetaMfcoj y Endoenm»; £1
í/síarroento con todas pueífe sfferar Ja tcJerancia a h glucosa. Puede requerirse un ajustetfala dosis de los (arnacos anfflabólicos, incluida ti msuííra Las tandas pueden dism'nurr la aicnjcJon de calcio unrw», caustndo
elevaciones mtsmiíertes del catoo sériCQ, S tralamienlo con teaias íamoén puede asociarse con incrementos de /os rweies séricos de cotetarof y (rígfterídos. Las todas puedan precrpttar ruperurícsms y/o gota en
ciertos parantes, ¿ r embargo, enatynl puede aumentar el acido unco en orina y por larXo, ííenusr e/ efecto hperuncenveo de ,'a inoncio/cnaziaS. Edén» Aiguneurotao/MpefMrrsJoSdMt £n pacientas tratadas con
mhibftinís de tí KA, .nduyerído maleaío de oa^pnl, lian apareado en raras ocasiones edema angjoneuratico de la cara, extremidades, parpados, fengus. gíolts y/o Jannge. £n ules cmjnstancijs, al (ntamranís deoe
suspenderse imeotaamenle y e/ paciente dabe permanecer en observación hasta que rjésaparerca i tumefácció/i Cuando eiiste obstrucción de l í na aeres, debe adnvnstrarse adnenaüna en soLncV) 1:7000 (1,3-0,5 mi)
por vis subcutánea e nsteurar otras mertdas terapeuteas que se cons(derm ap*pp«c& £n pacientes b ^ Mamiento c m
/M «trornaab cuacartar^ o a c t i v a d A lupus entematc^ c w
(abarrsrapiícer)ünayspaiecenen(asar^daícon*numrj(*cai. Pof tarto, se i ^
to se atenta p y Is/ecfw materna; sin encargo, las llandas no aparecen en Ja tehe/^
segundad y eíocia en niños, por iartfo, no se mxxmnda su uliiracion. Uso en Geriatr»; En (os esMos clmicos realizados, ¡a eícscía y tolerancia de ma/eafo de ena/ap/ií e nidrac/orotoda admimsírados concom/lB/ilemenle tam similares. Iartfo entospaoenr.es íiiperíensos de eoad avanada. como en los más jóvenes. ADVERTENCIA Esla especiafdad Círtwie ísetosa. írVCOMBínBILID/lOES: No se rían íesento. (WEHACCrONES;
Otros tratamientos Antitnpvtmtm:
Pueden aparecer electos aditivos cuando se utitoa el maléalo de enaapríl fjr;fo con otros (ralamente andri/perfensivos Patas» Sérico: S efecto * pérdida de potas» causado pcv
fas dóreteos tiazidrcos se atenúa normarmenje con e) erecto conservador de potasio de enéaprl. B potasio sérico habríiafrnente permanece dentro de ios /mies normales Uta: Generalmente tíhtnno debe admnstarsí
CM*mticoi&ta'ec4JCweíacÉ¡rarrMtorena/oeí^
ríes fueroi mareos y f a t ^ c ^ c^neraimer* otesapar»^
sion oriosiaoca, cetea. (os e impotencia. Erectos aún menos (recuentes fueron los siguientes. Cardovasculares: sincope, (upofertscn m ortoestatca, cdpriacibngs, tagucarda, dolor íofáoco; GaAnntaatnata' dama,
vámrtos, dispepsia, dolor abdominal, (Istuienda, esírerimento; Sotarrn NerviosVRsiííistncos: nsomn», somnolencia, paresfesa. vértigo, nervnsismo; Respratonos; dsrw; Odos. *sminucnn de a ando, msti. sequedad
de boca, gota, da/oras, P«Wo. **Sga, tmtus; ftpanarwMoM/EdMia *i>on»urttico: Se han ccminjaxic, raras veces, la aparición de edema anojoneuróto de Ja cara, eiíismidades, párpados, lengua; gtofts y/o
(aringe. Haitaiji» « i las flrwftas de Laboratorio: Raramente se obsurvam a/teradones cl/nearnent» mportaníss en Jos parámetros eslandar de íaborator» con la admmstracidn de CflfMOBETlC, Se han «formado,
ocasidfialrnenff, htierojucemía, (iveruricemia, e hipopolasema. SB dan observado mciwientos sn Ja urea y oBatnina sancas y aleraaones de Jas enzimas hepáticas v/o birVruíjíoa sérica, Estos son nornialmenlB reversibles
cor) /a su^ensón de CflWOBETO. Se han descrito dis/mujciones en la íiemog/obina y el heiratocnfo. INTOXICACIÓN Y nWTAMIfNTO: No se dispone de información espec/fca en cuanto aJ fralamenío de Ja mlojicacron con Cfl/WOfleTTC. Oefienj suspenderse la aaraínstmerin da CfílNORETK y vigilar ai paciente eslrechamenle íto/eato de fnalapril: la ca/ariais/ica más sohrssalisnle ds rntoÑacíón informada hasía ahora ría Hdo íupotensfon artera/ «tensa a parir de unas seis horas después de Ja ingestión o* Jos comprimidos, con bloqueo dsl sistema remna-angio/enana y estupor Se puede ejrtraer e/ enaJapn/ato de ía sangre mediante nemodiaísís.
Hidrodoredasda.- Los signos y sinlomas mas comunes observados son /os causados por la pérdida de electrólitos íhipopotsseme. rvpodorémia, h^orutremiii y por ia des/vdratación rssu/taníe de dJunriss «cesira. Si
ft'paoenle ha íom^idratai.'arBpopotasema puede acwtuaf las arnírmas cardiacas PfíESSNTACKM CfllNOftfTTC se preserfa en ervase carsndano ¡fe 2S ;ompnmi*s, cmleíierido cada una 20 mg de eralapril y f2.í
n^*ni*ocloro(BZida()V > +ll«3 3.264-Pías.}
J. URMOVÍCW.S./1
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W ^ ^
9
Figura de ¡a «Epístola sobre iu sangría».
Tanto !n ve mi ázygos como los tronío* venosos
hrutfuiíucfáiicos son de tipn canina
^ MJ IP—
Ins historiadores de la medicina
tenía escasos puntos de contacto
Y ello era de gran importancia.
no solo para la biografía del
Bruselense. sino para la
interpretación del paso de la
anatomía desde el medioevo al
Renacimiento, así como para la
pretendida fundación ex nihilo de
la Anatomía moderna, y también,
y no en último lugar, para
colocar en el puesto que merecen
los anatómicos que en el siglo
XVI aportaron nuevos e
importantes conocimientos al
acerbo de aquella ciencia y que,
por la mitit'icación de Vesalio
han quedado injustamente
ensombrecidos. Y el exponer,
brevemente, mi visión del
problema, es el objeto de este
trabajo1.
La tesis común a los
historiadores de la medicina
respecto a la evolución de la
Anatomía humana en la cultura
que solemos llamar occidental
puede resumirse diciendo que
ésta surgió en la Escuela de
Alejandría. Que una gran parte
de sus hallazgos fue recogida y
expuesta por Galeno y que las
enseñanzas de éste dominaron
despóticamente durante la Edad
Media, período en que no se hizo
disección sobre cadáveres
humanos y en que los enseñantes
de la disciplina se atuvieron
ciegamente al masister dixit
aplicado a las enseñanzas
galénicas transmitidas
corrompidamente por los
escritores árabes. Que a finales
del siglo XV se inició un
balbuceante renacimiento gracias
al conocimiento directo de los
textos clásicos y la práctica,
tímidamente iniciada, de la
disección de cadáveres humanos,
renacimiento que puede
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considerarse como la aurora
anunciadora de un astro de
primera magnitud, Vesalio,
quien, rectificando casi todos los
errores en que incurrió Galeno
por su desconocimiento de la
anatomía humana directa, ya que
la suya se basaba sobre todo en
los monos, creó la Anatomía
moderna, sobre la base de nuevos
hallazgos y concepciones.
Y antes de pasar adelante me
interesa que quede clara mi idea
respecto a ese pretendido
contraste entre la anatomía
«humana» vinculada al
Bruselense frente a la «simiana»
atribuida al Pergameno.
Que la mayoría de las
disecciones realizadas por el
segundo fueron realizadas en
animales, y principalmente en el
mono está fuera de duda. Pero lo
que se olvida -porque sería muy
fuerte achacarlo a ignorancia- es
que algo parecido ha ocurrido
con las realizadas por Vesalio.
Cierto que éste dispuso de
algunos cadáveres humanos, lo
que no ocurrió con aquél. Pero
una gran parte de sus disecciones
hubieron de realizarse en perros,
animal, por cierto, de una
anatomía más dispar de la
humana que la de muchos simios,
(!
' GARRISON, F.H.: Introducción a la
Ménade hMeduim*. Madrid. 1921:
O ACKERKNECHT. E.: Geschichie der
Medizin, 5 Auilage. 1986, p.:92.
(3) E | |cclor ,nleresado
una
exposición pormenorizada del tema
puede consultar mi obra «El Mito tic
Vesalio», Valencia, Secretariado de
Publicaciones de la Universidad. 1994.
( 4 ) VESALIUS. Andrea.: Epístola...,
Basilea. 1539.
II!
10
Y no solamente hubo de
realizarlas así en sus lecciones
de rutina, sino que incluso hubo
de recurrir a ellas para
representarlas en sus diferentes
publicaciones. Véase p. ej. lo
que ocurre en el grabado de la
vena ázygos que aparece en su
trabajo sobre la sangría4. Tanto
la vena sine parí como los
troncos venosos braquiocefálicos
son de tipo canino. Asimismo en
la figura tomada de la Fabrica
podemos ver un recto anterior
del abdomen, de tipo canino
llegando hasta la clavícula y lo
propio ocurre con los enormes
escalenos que se representan en
la otra figura.
Lámina «Muscvtlarttm V- de la Fabrica.
Disposición canina del recius abdominis
IV
En cuanto al primer punto vemos
que se divide en dos. Por una
parte se refiere al contenido de la
obra de Vesalio como escritor de
obras anatómicas y, por otra, a la
renovación que se dice aportó a
la enseñanza de la disciplina, en
el ejercicio de su función de
profesor.
No podemos ahondar en el
calificativo de doctoral aplicado
a la obra de los predecesores de
Vesalio. Pura todos es claro lo
que quiere darse entender con él.
Pero si quisiésemos precisar
nuestra idea no nos valdría para
ello el Diccionario de la Real
Academia, que no señala esa
acepción de la palabra
«doctoral». Sí nos ayudaría
María Moliner" quien define el
tono doctoral como «enfático,
dogmático o solemne». Claro es
que el calificar de tal el de todos
los predecesores de Vesalio. y
^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^
^^^^^B^^^^^^H^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^B
11
librar a éste de toda sospecha en
ese sentido es muy subjetivo.
Por mi parte mi familiaridad con
el latín me permite entender lo
que dice un autor pero no poder
apreciar en su estilo si es más o
menos enfático y he de atenerme
a opiniones más autorizadas, que
en este caso no he encontrado ya
que, en textos anatómicos, las
críticas que unos autores hacen
del estilo ajeno suelen ser acerca
de su mayor o menor claridad o
pureza, pero no llegan a calibrar
el tono.
Por lo que respecta al
calificativo de libresco, éste es
igualmente aplicable a la obra de
Vesalio. Éste no fue un
explorador de ¡erra incógnita
que nos va describiendo sus
hallazgos sino un viajero que,
guía turística en mano, va
reconociendo los lugares en ella
señalados aunque en alguna
^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^
^^^
^^^^^^^^•^•^^•^^H^^IH^HB^^^^^H^^^^^^B^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^HH^^B^^B
ocasión discrepe de los
calificativos que a ellos aplica su
autor. Desde Galeno, todo el que
escribió de Anatomía va
siguiendo un camino que él nos
enseñó un día, aunque varíe la
perspectiva en que se coloca para
contemplar el paisaje o su
capacidad para descubrir en él
nuevos accidentes.
Por otra parte, esos autores
prevesalianos que aparecen
englobados bajo aquel juicio
despectivo, realizaron
disecciones en cadáveres
humanos, corrigieron muchos
errores de Galeno, lo que luego
se abonó en la cuenta de Vesalio.
y aportaron nuevos
Lámina tAfusculorum VI» ¿le la Fabrica.
Enormes escalenos de tipo cunirio
V
12
Y en tercer lugar, pero a su
misma altura, a Charles
d'Estienne. que escribió con el
nombre latinizado de Carolus
Stephani, va que aunque su obra
i,
,
De dissectione partium corporis
l^^^^^pW^É^ñ^í^.
humani fue publicada en 1545.
después por lo tanto de la de
Vesalio. está fuera de duda que
fue escrita antes, como lo
demuestra entre otras cosas la
fecha de 1530 que aparece en
algunos de sus grabados.
La cita de estos destacados
anatómicos es un tributo a la
brevedad ya que hay un grupo
numeroso con parecidos méritos,
como Gabriele Zerbi, Alessandro
Achillini, Andrés Laguna, Juan
Fernel, Bassiano Landi, Johannes
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{Qfí m\
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Sylvio. Las obras de todos ellos,
cualquiera que huya sido su
mérito, no pueden ser calificadas
Por lo que respecta a la
renovación de la enseñanza
anatómica, esa idea se apoya casi
siempre en dos fundamentos. De
.
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Dryander. Juan Bautista Canano
y. muy especialmente, los dos
maestros de Vesalio, Jean
Guntero de Andernach y Jacobo
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una parte la imagen,
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reiteradamente reproducida de la
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J* 1 V~^I¿^J¿^
/ / | \ \ / / %\// ^Sjé^^í ,4>i^^If--^^^
obra de Johan de Kethanv
y/
Fasciculus medicinae en la que
aparece el Magister en un
elevado trono con su birrete
doctoral explicando su lección.
en tanto que a sus pies unos
tonsores desarrapados disecan un
cadáver. Y por otra parte, la
denuncia de Vesalio en el
prólogo de la Fabrica en que
señala esa misma circunstancia.
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II A\ \ I
grabados anteriores en los que es
el propio Profesor el que aparece
disecando, como diferentes
ediciones de la obra de
Bartolomaeus Anglicus De
propieíatibus rerum, leñemos el
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Pero, aparte de que existen
testimonio de Loris Premuda* de
que en las universidades del
norte de Italia, ya en el siglo XV.
la práctica de las disecciones
estaba encomendada a los
cirujanos y no a los tonsores. Y
esto es !o que ocurría cuando
Vesalio escribió su denuncia ya
que su cargo en Padua era de
Profesor de Cirugía y a él estaba
encomendada la práctica de las
disecciones públicas. La verdad
es que no se puede saber a qué
universidades se refiere en su
queja, ya que, de las que él
conoció personalmente, la de
Lovaina, en su tierra natal, no
VI hacia
practicaba
mucho
disecciones
tiempo, y.desde
en la de
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París, su maestro Jacobo Sylvio
las realizaba personalmente, y en
su deseo de hacerlo había
retrasado su acceso al doctorado,
ya que a los doctores estaba
prohibida esa práctica.
manos de los boticarios y la
disección en manos de los
tonsores, postulando así el
retorno a la absorción de todas
estas funciones por la misma
persona, en pugna evidente con
Parece que es esto último lo que
Vesalio quería denunciar, ya que
se lamentaba de que los médicos
hubiesen abandonado la cirugía
en
preparación
manos dede
losmedicamentos
cirujanos, la en
Hoadianode' Luzzi enMl ml¡ilcátedra.
Grabado
% 'K^Z'^'NIT''"
' ""11'''" •'"'"'"
DisgrenS^
TYiflusal
^ ^
Bloquea
el proceso
trombótico
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^^^P^Bm
.^tfNfl^I M
1
Descripción:
D1SGREN es un inhibidor de la agregación píaquetaria sintetizado y desarrollado en el Centro
de Investigación Uriach. que posee una acusada
actividad ant. rombóüca puesta de manifiesto en
a expenmentaaón farmacológica y dimc.
La actividad anhagregante y antitrombotica de
DISGREN constituye la base fisiológica de su eficacia en la profilaxis y tratamiento de las enfermedades tromboembólicas y de los procesos pa(ológicos originados o que cursan con una hiperactividad de las plaquetas.
peratorio de la cirugía vascular periférica y de la
cirugía traumatología,
Situaciones de riesgo trombótico.
Compleme^o de l a t^apia anticoagulante en pacientesmd descollados.
Hipercoagulab.lidad.
Posología:
i . 3 cápsulas diarias, durante o al final de las
comidasDosis preventiva: 1 cápsula diaria.
Dosis de mantenimiento: 2 cápsulas diarias.
Dosis en situaciones de aito riesgo: 3 cápsulas
diarias.
CompoSlClon:
300 mg de triflusal |DCI1 por cápsula.
, ..
.
Indicadones:
Tratamiento y profilaxis de la enfermedad tromboembrtlica y de todos los procesos patológicos
asociados con hiperactividad de las plaquetas.
^atamiento y profilaxis de los trastornos vascu]ocerebraJeS isquémicos y de sus recidivas,
TYatamiento y profilaxis de las vasculopatías periférícas.
Prevención de las trombosis venosas profundos y de los accidentes trombóticos en el posto-
presentaciones:
Disgren 50 cápalas RV.P. IVA 4.740,-Ptas.
Disgren 30 cápsulas JP.V.P. IVA 2.849,- Ras.)
Disgrcn Envase Clínico de a00 cápsulas.
Tntprarrinnrs„
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."
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., .,
PotenL la a l o s
.
, ^nticoagu antes, AAS y sulfonüureas Asociado al dipir.damol se potencia la acCLOn d e a m b o s f a r m a c o s
Contraindicaciones:
Debfrá administrarse con precaución en la úlcera péptica y en pacientes con sensibilidad a los
salicilatos. No está demostrada su inocuidad en
el embarazo,
Ffprtns „ . , „ „ , ) , , ; , „
^
^
3
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^ q u e 5e evl1an
administrando el medicamento con las comidas
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Intoxicación:
No se han descrito fenómenos lóxicos incluso a
dosificaciones de 1800 mg diarios. En caso de intoxicación accidental los síntomas son: excitación
o depresión del SNC alteraciones circulatorias
y respiratorias y del equilibrio electrolítico, hemorragias digestivas y diarreas. TYatamiento con
c a r b ó n a c t i v o e ]i m i nac ¡ O n del fármaco |vómilo
aspiración lavado!, prestando atención al equiUbrio electrolítico e mstaurando tratamiento sintomático
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Decano Bahi 59
08026 Barcelona
Para controlar el exceso de peso...
LIPOGRASIL
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13 obesidad.
IndkKiorws: Tratamiento complementarla de las dietas de adelgazamiento Composición: Cada gragea contiene:
Alcachofa extracto seco, 25 mg; Cascara sagrada polvo. 30 mg; FenoHtaleina. 30 mg; FUCJS extracto seco, 175 mg;
Sitarosa, 176 mg, Lactosa, 104 tnq Posologia: De i a 6 grageas toias durante las comidas La dosificación se graduará en cada caso según la disminución del peso logrado, Tambtén puede rebajarse la dosis si el efecto laxante resulta excesivo o molesto Tomar con abundante agua Contraindicaciones e incompatibilidades: Hipertensión arterial,
hipertiroidismo. ileostomia, dolor abdominal de origen desconocido, obsirucciíin intestinal, dpendidtis y sintonías. En
caso de insuficiencia cardiaca, hepática o renal graves, no es aconsejable su utilización. Efectos secundarios; En akjunos casos trastornos intestinales de naturaleza rjiarreica, que desaparecen al disminuir las dosis Intoxicación y su tratamiento: En caso de sobredoss o ingestión accidental de dosis muy elevada, pueden aparecei taquicardia, diarrea,
espasmos digestivos, insomnio, confusión. Tratamiento lavado de estómago y sintomático Incompatibilidades:
Puede interferir con los anticoagulantes orales, glucósidos digilákos Precauciones: No utilizar más de sets rías sin
consultar con su medico, Presentación: envases de 50 grageas (PVPIVA3 425 pts)
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'• Urtactl « Cía. 5.A.
Degá Bahi 59
08026 Ba rcelona
15
la tendencia histórica a kt
división progresiva del trabajo.
Probablemente en esa concepción
influyó, tal vez desde su
subconsciente, el hecho de que él
mismo era el disector situado por
debajo del profesor, como se ve
muy claramente en el papel que
desempeñó en su visita a Bolonia
en 1540.
Efectivamente, ese año, los
estudiantes de medicina de la
nación alemana en la universidad
de la Emilia lo habían elegido
para que fuese el disector en el
curso que sobre la anatomía de
Mondino profesó Mateo della
Corte o Matthaeus Curtius. por
entonces uno de los más famosos
profesores de Italia. En sus
lecciones, de que nos dejó
pormenorizada noticia Baltasar
Heseler', uno de los alumnos de
aquel curso, Curtius se refirió
constantemente a Vesalio como
«nuestro disector», y en una
ocasión en que surgió una
discrepancia respecto a un
accidente anatómico, el Rector
de la Universidad que asistía al
curso dijo a Vesalio,
animándolo: «No temáis dar
vuestra opinión Doctor Andreas.
No os sintáis impresionado ante
estos maestros».
Sería difícil encontrar un
testimonio más elocuente de la
posición subalterna del
Bruselense respecto a Curtius,
pero ello lo confirma el que en
tanto que su salario era de 45
florines, el de Curtius ascendía a
800 ducados, siendo el ducado de
valor ligeramente superior al
florín
La aspiración latente en la
denuncia de Vesalio no era pues.
tanto que el profesor descendiese
a hacer por sí mismo las
disecciones, como que el disector
ascendiese a la cátedra
nrntVvnr-ii
Pnr ln fff>nrí^
profesoral. Por lo d t m a s .
cualquier anatómico encontrara
ridicula la pretensión de que el
hecho de que el profesor
exoliuue valiéndose de
explique vaiiLnaose ae
preparaciones hechas por el
mismo implica una fundamental
ventaja para la enseñanza, a que
lo haga sobre las realizadas por
un ayudante.
Veamos ahora si realmente ha
corregido Vesalio casi todos los
errores descriptivos de Galeno.
que ya hemos dicho es uno de
los logros que unánimemente le
atribuyen todos sus biógrafos.
Aunque la mayor parte de ellos
no concreta el número de las
pretendidas correcciones.
Diepgen"1 sí lo hace señalando
que fueron unas 200. Por mi
parte, en 1980" revisé las 260
citas de Galeno que figuran en
el índice de la edición princeps
de la Fabrica, suponiendo que
en ellas se hallarían todas
aquéllas. Pero al preparar mi
obra ya citada pensé que acaso
alguna no figurase en el índice
>'• ;1 ' ' n de evitar cualquier
omisión revisé una por una todas
' a s páginas de la edición de
1543, hallando nada menos que
698 citas del Pergameo. Tal
número, en una obra que no
llega a 700 páginas en folio, nos
hace suponer que el principal
objeto que el autor se propuso
n o ue e
f
' de escribir un tratado
de anatomía sino una revisión de
la
de Galeno ya que en otro caso
no se
concibe esta insistencia.
Perü
dejando aparte esta
cuestión puedo decir que en mi
cuidadosa busca de correcciones
no ne
podido aceptar más que
siete. Han sido éstas: la no
existencia en el hombre del
lóbulo cava del pulmón, la
omisión de la circunstancia de
1 u e l a s dos últimas costillas se
articulan con una sola vértebra;
Ia existencia, según Galeno, de
un músculo de los labios
insertado en la spina colli: que
la a
Poneurosis palmar se
extiende a toda la mano:
1 u e e t e " d o n d e l semitendinoso
esredondo y no ancho como
sena a
' Galeno: que están
cambiadas las inserciones
superiores del bíceps y del
semi membranoso; y que Galeno
dice que el omento se inserta
solamente en la mitad derecha
del colon «¡Parva cosecha para
enninsa siemhn'» hube de
t
^ c l mar íl erminar mi
fnquSón
Pienso ahora que a poco que el
l e c [ o r h a v a , e n i d o a I g ú n contacto
y
l c l l l u u
dl
6u"
w l
"
a v l u
pensara que he
c o n este tema
caído en omisiones lamentables
s ¡ e s q u e e n s u benevolencia no
nnierf» inviain-ir míe miento ron
? J Aln1a?inaDr £lue m i e " t o , c o n
t o d o descaro. Porque en la breve
lista de correcciones que declaro
haber hallado no figura nin»una
d e l a s m a s s o n a d a s y repetidas.
L a admisión por Galeno de un
sacro de tres piezas, de un
esternón de siete, la existencia de
la rete mirabile en la base del
cráneo y el rechazo por Vesalio
de los supuestos poros en el
tabique interventricular del
corazón. Confío, empero, en que
querrá leer lo que aduzco en
defensa de mi tesis.
Por lo que se refiere al sacro de
tres piezas convendrá conmigo
en que, en realidad, no existe
ningún hueso sacro y que su
aceptación es puramente
convencional. No hay ningún
momento en el desarrollo, ni
siquiera en la vejez más
avanzada, en que las cinco piezas
que forman lo que llamamos
hueso sacro se hayan soldado
entre sí. Pues bien, Galeno llamó
hueso sacro al conjunto formado
por las tres vértebras que se
articulan en el hombre con los
huesos coxales, como ya señaló
Eustaquio hace tiempo,
contestando a Vesalio. Y al
hacerlo no hacía más que
atenerse a lo que era uso
corriente entre los matarifes y
los sacrificadores. como
podemos ver en Levítico, 3,9 i: .
El hecho de que en el
Renacimiento se considerase,
como hoy lo hacemos, que el
sacro lo forman cinco vértebras,
aunque el Bruselense lo
representa repetidamente como
formado por seis, no autoriza
para decir que ha «corregido» a
Galeno. Se ha limitado a
discrepar de él.
(7t K.ETHAM, Johannes de: Fasciculus
Medicinae.
Venecia, 1491. El grabado.
g u r a etl esii edicu m est;í
"
' lomudo
de la de l4
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PREMLfDA. [_.; Le conquiste
™t°dologiche e wnico-operath-e delh,
medicina licita scuota pudovana del
secólo XV. sdenza e filosofía air
universitá di Paduva nel Quatroeento.
í9>L a s n o t u s l o m u d a s
P°r Heseler
figuran en el manuscrito Holm X 93 de h
Biblioteca Real de Bstocolmo >• han sido
publicadas por Rubén Eriksson: Andreas
VesaliusfirstpublicAnatomy ai
*"'"*""• U p p s a l a a n d S u K k o l m - l 9 5 9 < | 0 ) DIEPGEEN. P.: Historia de la
Medicina. 2' ed., Barcelona, Labor.
1932; p.: 164.
| j ) BARCIA GOYANES J J «Las
correcciones de Vesalio a'la Anaiomia de
Galeno». Medicina Española. 1980. 79:
'" 1 6
( P ) v¡d BARCIA GOYANES J J • «Lu
Anatomía en la Biblia... Escrítós'del*
Vedat. XX. 1990. p.: 227-235.
vil
16
L
En cuanto al esternón de siete
piezas que hizo que Garrison
pusiese el grito en el cielo,
parece claro que Galeno ha
descrito el esternón de un niño y
no, como suele decirse, el de un
mono11. Fallopio ya lo había
demostrado, aunque critica a
todos los que antes que él
hablaron del esternón, incluido
Vesalio, por no haber fijado el
momento del desarrollo a que se
refieren en sus descripciones.
Y pasemos ahora al plexo
retiforme, que fue el nombre que
le dio Galeno, ya que el de rete
mirabile no aparece hasta
Mondino que tradujo así la
expresión utilizada por Averroes
en su Kuliyat1*. Yo entiendo que
la disposición que presenta el
heptágono de Willis y las venas
que lo acompañan puede muy
bien corresponder a la de los
vasos de la base del cráneo que
Galeno describió bajo aquel
nombre. Pero en el caso de que
se niegue su existencia, esa
negativa, y muy categórica.
corresponde en primer lugar a Da
Carpi que dice que ha disecado
más de cien cadáveres en su
busca y no la ha encontrado15.
Por último, lo de los poros del
tabique tiene su gracia. Vesalio
aceptó su existencia en la edición
princeps, en cuya página 596 se
puede leer: «La mayor parte de
la sangre pasa al ventrículo
izquierdo por los poros del
tabique». Y en la 2" edición de
1555, en la página 743, se
repiten exactamente las mismas
palabras. Pero más tarde, en la
746 se matiza un tanto la
afirmación, diciendo: «Y no es
poca cosa enseñar a los
estudiosos el tabique de los
ventrículos y el lado derecho del
mismo ventrículo izquierdo como
si ignorase qué poca sangre
VIII
a otra
cara
de Vesalio
puede dejar pasar esa substancia
del ventrículo derecho al
izquierdo, sobre todo cuando los
vasos del corazón abren tan
ampliamente sus orificios en los
ventrículos».
Como se ve, sigue sin negar el
paso de uno a otro ventrículo,
pero rectifica lo de «la mayor
parte de la sangre». La razón es,
sin duda, el que en 1555 ya se
hablaba en Padua de lo que más
tarde había de aparecer en las
obras de Valverde y Colombo, o
tal vez ya se comentaba soto voce
-por ser una obra prohibida- del
descubrimiento de la circulación
menor por Miguel Servet.
Aunque Vesalio no reconoce ésta.
tal vez por lo duro que le hubiera
sido aceptar un descubrimiento
de dos autores de los que dice
pestes en su respuesta a Falopio,
no mantiene una actitud tan
rígida ante la posibilidad de la
confirmación de aquélla.
Y pasemos al gran número de
nuevos descubrimientos que a
Vesalio atribuyen sus
panegiristas.
Es éste, quizás, el punto en el
que resulta peor parada su
objetividad si es que en nuestro
buen deseo tratamos de evitar
toda duda acerca de sus
conocimientos. Es verdad que en
algún caso recurren a expresarse
en términos generales evitando
toda cita concreta de esos
pretendidos logros de su
biografiado. Tal ocurre con
Burggraeve16 quien nos dice:
«Que no se pregunte ahora
cuales han sido los
descubrimientos que hizo
Vesalio en Anatomía: la ha
creado en su conjunto».
Otros, sin embargo, sí citan
hallazgos concretos, y he reunido
todas las atribuciones que
aparecen en unos cuantos
historiadores bien destacados,
Han sido éstos Albert von
Haller17, Juan Jacobo Manget"1,
Robert von Tóeply|l), Pedro Laín
Entralgo-*1 y C. D. O'Malley21.
Entre todos aparecen mencionadas
50 aportaciones nuevas si bien
algunas de ellas aparecen
repelidas en varios de ellos,
En mi obra varias veces citada, he
glosado cada una de las 50
aportaciones. Aquí, en gracia a ia
brevedad señalaré solamente
algunas que me parecen una
buena prueba, la ligereza con que
se ha tralado este tema. La
primera de ellas es que Vesalio
describió las vesículas seminales,
Y es curioso que se le atribuya
ese logro porque basta observar la
figura 23 del Libro V de la
Fabrica para ver que no las
representa, ni en el texto hace
alguna referencia a su existencia.
Ello no había pasado inadvertido
a Falopio quien dice al respecto21:
«Y aun cuando tales vesículas
sean grandes, se ocultan entre los
ligamentos del recto y de la
vejiga urinaria pero están siempre
turgentes con abundante semen
por lo que me pregunto cual haya
sido la causa de que el divino
Vesalio no las haya visto, y nos
describa más bien los vasos
espermáticos del perro que los del
hombre; y no puedo responder
otra cosa que aquello de que
alguna vez dormita el bueno de
Hornero».
El decir que Vesalio ha
descubierto tales órganos es.
pues, nombrar la soga en casa del
ahorcado, tanto más cuanto que,
no sólo se ve que no ha conocido
las vías espermáticas humanas,
sino que además ha incurrido en
una lamentable confusión
toponímica.
17
Efectivamente, y desde Herófilo,
se conocen dos grupos
glandulares anexos a las vías
espermáticas, que él llamó
parastata adenoeides y parastata
kirsoeides. No aparece muy claro
cuales sean estos grupos. La
opinión generalizada es que con
el primer nombre se designó a la
próstata y con el segundo a las
vesículas seminales. Lo que
nadie, ni antes ni después de
Vesalio pensó jamás es que el
segundo nombre designase al
epidídimo. Y sin embargo esto es
lo que él hizo, designando con
este último nombre a la túnica
vaginal del testículo.
La segunda atribución linda con
el ridículo. Vesalio habría
,
,,•
r
~., , „
descubierto el himen. Es Toplyquien lo distingue con este
mérito y, por excepción lo cito
en este caso para exonerar a los
, .
r
. .
,
_
otros historiadores de tamaño
error.
Efectivamente
y por una
parte, la
•
.
existencia de
esa membrana,
ya
que no su descripción, era
conocida desde tiempo
inmemorial en las culturas
semítica e indo-europeas -no he
tenido oportunidad de inquirir si
en otras aunque lo juzgo
probable- ya ha tenido una
expresión poética deliciosa en
los versos de Catullo que
también por una vez transcribo
en su latín original:
«Ut tíos in septis secretus
nascitur hortis/ Ignotus pecori,
nullo contusus aratro,/ Quem
mulcent aurae, firmat sol, educat
imber,/Multi illum pueri. multae
optavere puellae,/ídem, cum
tenui carptus defiouit ungue,/
Nulli illum pueri, nullae optavere
puellae./ Sic virgo dum intacta
manet, tum chara suis, sed/ Cum
castum amisit. polluto corpore
florem,/
Nec pueris jucunda
manet, nec chara puellis».
atribuir a Vesalio el
descubrimiento del himen,
ocurre que fue precisamente el
Bruselense uno de los
anatómicos, que, contra toda
tradición, negó su existencia,
Dice en De Radiéis Chinae
Usus2i que algunos le habían
preguntado cómo no hacía
referencia alguna al himen en la
Fabrica y contesta que todo
ello es debido a que no había
visto tal membrana más que en
una niña de seis años y que con
sólo ese dato no se atrevió a
afirmar su existencia ya que no
lo había visto en lo animales,
Y, traduciendo: «Como a una
flor escondida en las tapias de un
jardín/ que crece ignorada de fos
rebaños y respetada por el
agresivo arado/ acariciada por
los céfiros, robustecida por el sol
y nutrida por el rocío/ todos los
jóvenes y las jóvenes la desean./
Después, cuando la uña cortante
que la separó de su tallo la ha
marchitado/ ya no la desean los
jóvenes ni las doncellas./ Así la
virgen, mientras permanece
intacta, es cara a todos los suyos;
pero si/ manchando el cuerpo ha
perdido la flor de la virginidad/
ya no es estimada por los
jóvenes, querida por las
m i m o r i A r A v . w M r.
,
(13) B A R C I A G O Y A N E S , J.J.: «El
J
ii
doncellas».
c,
concepto galénico del esternón»,
Medicina Galaica. 1979, p.: 2-7.
Aparte del conocimiento vulgar,
que tiene una clara expresión en
( 4)
^
Onomataloqia Analomtca Nova. IX,
.,
,
/
aquella expresión de La
Celestina, publicada en 1514,
cuando se dice de ella que «en
esto
de los virgos, unos
hazia de
L-'
UJ
bexiga
e otros curaba
de punto»,
existen abundantes obras de
Medicina en las que se describe
el himen. Entre los árabes
podemos citar a Razes Averroes
y Avicena. Este, en su Quanuirdice que, en la virgen hay en la
matriz (no se olvide que hasta
Falopio se llamó a la vagina
cuello de la matriz) unas
membranas formadas de venas y
ligamentos muy sutiles que
proceden de todo el perímetro y
que destruye el desflorados
'
^-BARCIA GOYANES, J.J.:
Valencia 1978 p T>4
< coí15) sBERENGARIUS
DA CARPÍ.
í?
™ -:: f'"!T""e"",'r'íl,'" A"í'"'mi"
Mimilini, Bolón KI. 1 5 2 1 ; p . : 4 5 9 .
(i&) BURGGRAEVE: Histoire de
VAnatomie el l'Histologie apliauée a la
Physiologie et la Pathotogie, 1880; p.: 2.
( | 7 ) H A L L E R > Albrech1 von ,
Bibliotheca
Anatómica. Zurich 1774. vol. 1. p.: 180.
(|N> TÓEPLY, R von: Geschichte der
^ ' " V " "ira""!!'1?1 d e Pa8CÍ '
(19) LAIN. P.r op. cit. (5). p. 63 y sigs.
í 2 ? , ^ 0 ™ ^ ? ^ ? - ; r" A"u"""il1Universal de la Medicina, Salvat.
En
corriendo entonces la sangre».
Barcelona, 1973. T. IV, p.: 56 y sigs.
Luego, entre los arabistas hay
que citar a san Alberto Magno y
a Mondino. Y entre los
prevesalianos a Zcrbi, Da Carpi
y Massa.
<21 > F A L L ° P I C ¡ ' Gabriel.: Ofaerva/fonei
Anatamicae. Colonia. 1562. p.: Il4.v.
(22) TÓEPLY, R. V.; Op. cit. (18) p.: 230.
Pero si por lodos estos
antecedentes carece de sentido
(23) AVICENA, Qanún. L. III. Fen 21,
l cf:
' al " n a l ( 2 4 ) VESALIUS, Andrea: Radiéis Chinae
Usas, Lyon, 1547: p.: 202 y sigs.
Tract
IX
18
Le engañó el atenerse a la
doctrina del visum et repertum
que encantaba a Garrison. Y es
que alguna vez tenemos que
aceptar el testimonio ajeno ya
que de lo contrario nos puede
pasar lo que a aquellos
renacuajos de que habla una
fábula que una vez se decidieron
asomarse a la superficie de su
charca para explorar el exterior.
Y en tanto que uno lo hizo de
día y vino contando maravillado
que había una bola de luz
vivísima que lo alumbraba todo,
el otro se asomó de noche y
tildó al primero de mentiroso
porque lo halló todo oscuro con
solo unas débiles luces en lo
alto.
Continuando con lo dicho por
Vesalio, éste añade que
posteriormente había encontrado
la membrana en otros cadáveres.
Se extiende en consideraciones
sobre ello, por cierto llamando
erróneamente hymenaeus, que es
el nombre del dios del amor, al
himen. nombre que no se refiere
a tal deidad sino que significa
membrana y como tal fue
empleado, no solamente para la
que aun hoy lo lleva sino
también para el tímpano, la
duramadre y otras membranas.
Es probable que la lectura rápida
de esta explicación de Vesalio
haya hecho creer a Tóply que
fue él el descubridor del himen.
Pero es ello una falta
difícilmente perdonable en un
historiador de la medicina.
Albert von Haller2í atribuye a
Vesalio el descubrimiento del
ductus arteriosus llamado como
es sabido ductus Botalii (no
Botalli). Pero tal conducto fue
descrito por Galeno, tanto en De
venarum arteriumque
disseciione-" como en De Usu
Partium11. No transcribo, en
gracia a la brevedad los párrafos
de ambas obras referentes al
mismo; pero sí el breve
comentario de Falopkr* al
efecto. «En la historia de las
arterias -dice- lo primero que me
viene a la memoria es algo que
causa no pequeña admiración. Y
es cuál sea la causa de que casi
todos los anatómicos hayan
observado tan negligentemente
aquella parte del canal o arteria
que une la vena arterial con la
aorta cerca de la base de ésta en
el corazón, siendo como es tan
abierta en el feto como en el
paso de la aorta a la vena
arterial por la que pasa todo el
X
espíritu vital a los pulmones,
que se están formando y
nutriendo mientras el feto está
en el útero». Y se extiende en
consideraciones diciendo que
Galeno habla de ello en De Usu
Partium.
Claro que aquí vemos que es tan
injusto decir que el conducto fue
descubierto por Vesalio, como el
q Ue Heve el epónimo de Botal
como si éste fuese el
descubridor. Pero eso es otra
cuestión.
L a atribución a Vesalio de un
importante lo°ro al negar la
existencia de lóbulos e^n el
hígado es una de las cosas más
tontas que se han dicho al cantar
las glorias del Bruselense. La
otra cara de la moneda es
considerar esto mismo como una
de las correcciones a Galeno.
«El hígado de 4 y 5 lóbulos»,
exclamaba escandalizado
Garrison24. Ni el más pigre de
los estudiantes de Anatomía I",
desconoce que hoy seguimos
considerando que el hígado tiene
4 lóbulos. Con recordarlo queda
zanjada la cuestión. Pero
añadiremos unas palabras.
Decía Caius30 con ocasión de
una discusión ocurrida en Padua
en relación con este tema, que lo
primero que hay que plantearse
es qué se entiende por lóbulo. Y
citaba a Hipócrates quien, en su
obra Peri anatom.es, dice que el
hígado tiene cinco. Galeno31 cita
a Herófilo quien dice que el
hígado es completamente liso en
algunos sujetos y no tiene
ningún lóbulo, que en otros tiene
dos y en la mayoría cuatro.
Galeno se suma a esta opinión
P°r lo que es falsa la que le
atribuye cinco. Desde entonces
nzóie ha negado la existencia de
lóbulos en el hígado salvo
Vesalio. Y por respetable que
sea su opinión lo cierto es que
se
ha quedado sólo
sosteniéndola.
Por último se ha adjudicado al
Bruselense el descubrimiento del
mediastino. Pero éste había sido
descrito por Galeno12, quien lo
llamó hyinen diafration, que
podríamos traducir como
«membrana de separación». La
aportación original de Vesalio se
limita a darle nombre, en lo cual
no estuvo muy afortunado
porque mediastinum significa,
propiamente, criado de servicio
y así encontramos en Horacio":
«Tu mediastinus tacita prece
rura petebas, nunc urbem it
ludeus et balnea viiicus optas».
«Tú, criado para todo, en otro
tiempo suspirabas por el campo;
hoy, labrador, añoras la ciudad,
sus juegos y sus baños»,
Resumiendo, las aportaciones
reales que he podido comprobar
son solamente cuatro: el
descubrimiento de los senos
esfenoidaies; la caro cuádrala;
el lóbulo de Spigel, y el
fibrocartilago de la muñeca. Por
mi parte le asigno otros tres: el
haber señalado la reflexión del
tendón intermedio del músculo
digástrico en el hioides, la no
existencia de! lóbulo ázygos del
pulmón en el hombre y el haber
reconocido como un error de
Galeno la descripción que hace
del
mesocolon en el hombre,
En total siete aportaciones, de
cuya importancia puede ju/gar el
lector. Cualquiera de los
prevesalianos que he
mencionado puede presentar una
más brillante ejecutoria,
Pero dejemos ya el capítulo de
las nuevas aportaciones. El
siguiente -ya lo hemos dicho- es:
«El haber descrito, con claridad
y rigor inéditos, el aspecto de
las partes anatómicas del cuerpo
humano»,
Me permitirá el lector que no me
detenga mucho en esta tesis. Por
una parte se trata de una
apreciación muy subjetiva. Por
otra, y aun en el supuesto de que
fuese exacla. no me parece que
hubiera contribuido a hacer de la
obra que comentamos
fundamento de una nueva
anatomía.
p o r | o demás, ese juicio acerca
<je| estilo vesaliano no es
compartido por todos los que lo
han leído. Así Huard", quien
escribe: «Puede decirse, pues,
que mostrándose sobrio y claro
en sus descripciones técnicas,
Vesalio resulta mucho menos
satisfactorio en cuanto empieza
a resonar su estilo
pseudociceroniano repleto de
repeticiones y de palabras
oscuras. Ha desanimado a
multitud de traductores a causa
de sus ideas». Y asimismo
Albinus1': «Pero Vesalio aunque
haya escrito con exactitud y
elegancia y haya superado en
muchas cosas a los antiguos,
tiene también otras que impiden
una total alabanza. Porque, en
primer lugar, suele divagar
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E |
21
largamente y extenderse en
muchas consideraciones que no
se refieren al tema anatómico.
aparte que trata casi
exclusivamente la disección y
apenas toca lo referente a la
acción y funciones de los
órganos».
Ahora bien. Si prescindimos de
apreciaciones subjetivas y
examinamos las aportaciones
objetivas de Vesalio a! lenguaje
anatómico nos encontramos, en
primer lugar, con que a él se
debe en no pequeña parte, la
eliminación de arabismos y
helenismos. Y si lo primero es
laudable, yo entiendo que lo
segundo, que culminó cuando
las Nomínete eliminaron casi
por completo los términos
griegos, no puede considerarse
un gran acierto. Por una parte
han colocado a los anatómicos
en oposición a los demás
médicos que siguen utilizando
términos técnicos derivados del
griego. Y por otra parte, ello
supone la ruptura con la
tradición anatómica ya que esta
ciencia nació y se formuló
primeramente y por varios
siglos dentro de la cultura
helénica. Por fin, el griego es
insuperable para la creación
de neologismos, los cuales
son inevitables en una ciencia
en evolución como es la
anatomía.
La otra contribución del
„
.
, .
Realmente la nomenclatura
anatómica recibió el primer
impulso, después de los
arabistas, en las obras de Jacobo
Sylvio. cuyas denominaciones de
• -
t
*
•J
El quinto logro vesaliano no da
lugar a dudas. Recordemos que
se trata de «haber usado con
esplendidez, belleza y eficacia
.
• ,-.
. . .
.,
J
meditas la ilustración
anatómica».
Pero, sin pretender restar un
ápice a los merecimientos de la
obra en el terreno artístico, hay
que matizar un poco cuando se
pretende exaltar el carácter
renovador de las ilustraciones y
el contraste entre la belleza de
éstas y las lamentables figuras
que, por cierto muy parcamente,
aparecieron en obras de medicina
a lo largo de la mayor parte de la
edad media,
Todavía no ha quedado claro el
de su elección de su
¡
Oporino.
residente en
a m g 0
Basilea, con preferencia a los
Giunta de Venecia, cuya
perfección editorial en nada
1
c e día a la del suizo. Cushing"
apunta la posibilidad de que le
moviesen a ello las dificultades
q u e hubiera podido encontrar su
publicación en Venecia a causa
del restablecimiento de la
Inquisición por Paulo IV.
Pero ello me parece poco
probable. Vesalio no tropezó
jamás con la Inquisición, una
p o r qu¿
,
,
1
,
1
,
.
vez rechazada la tabula de su
condena a viajar a Tierra Santa
como castigo por haber disecado
en un vivo. Por otra parte, de
, ,
,- ,
,-,•• r
,
, .
haber existido dificultades, estas
no se hubieran limitado a la
edición, sino que se hubieran
extendido a la difusión, como
ocurrió con la obra de Servet.
Cualquiera que haya sido el
motivo de la elección, ésta fue
m u v acertada ya que la
presentación de la obra fue
inmejorable, aunque se cometió
un error en la numeración de las
páginas, que dificulta a veces las
citas y que habrá motivado una
viva contrariedad de autor y
editor.
*
los músculos y otros accidentes
anatómicos seguimos en gran
parte todavía.
grabador que al parecer ha sido
Francesco Marcolini da Forli17
quien ilustró unos libros, entre
ellos algunos del famoso
Aretino.
Ya en el prólogo de su trabajo
sobre la sangría dirigido a
Nicolás Florenas en 1539,
exponía Vesalio su propósito de
escribir una gran obra sobre
anatomía para la cual ya había
hecho las planchas y realizado
amplios estudios. Este propósito
tomó cuerpo en 1542. ya que en
24 de agosto de ese año le
escribe a Oporino sus
instrucciones para la edición de
la Fabrica, que había de
aparecer al año siguiente.
J
.
Bruselense al lenguaje
anatómico es su nomenclatura de
los músculos fundada en
números de orden, siguiendo
una
fc
norma marcada primeramente
por Galeno. Ello es un fuerte
gravamen para la memorización
y, por otra parte, es inevitable
que cada autor siga su orden
personal, como ocurrió con
Realdo Colombo. resultando así
no pequeño trabajo el identificar
cada músculo según la obra que
tenemos a la vista.
i
Y aparte de suscribir sin
reservas esa afirmación, aun le
añadiría por mi parte la de haber
sido el editor de uno de los
libros más bellos de toda la
historia de la imprenta. Me
refiero, naturalmente a la De
Humani Corporis Fabrica, cuya
primera edición apareció como
es
bien sabido en 1543.
^^UAUED
„-,
1O-,
(25) HALLER: op. cu. i 17). p.: t s 3 .
(26) GALENO: De venarum
arteriarumque dissectione, X (2. 828i
,_ . . . . _ ,, _
... ... „,
( 2 7 ) Ihid.: De Usu P u r u i t m . V I , 2(1 l I I I
5Q7)
C28) FALLOPPIO; op. cit. (21) f: 80 v.
(29) GARRISON: op. cit. O), p.: 218.
De Libris suis. Londres.
-P
,,. „,. P..n _ .
Admimstrationibus. 6.8 (II, 578).
(30 ) CAIUS. i,-.
157Ü
: 20
'32) ibid: De Usu Partium, VI, 3 (III,
416>1
(
^ , HORACIO- Epodos I 4 14
(34) HUARD. P.: IMBAULT-HUART
Mane-José: Andrés Vesalio. Ediciones
Dacosta. 1980. p.; 29.
K
Pero todavía le supera la
elección de! dibujante que como
es sabido fue Johann Stephan
van Kalkar, un flamenco
discípulo de Ticiano con el cual
hubo de colaborar estrechamente
para conseguir que las fieuras
K
.
- . c-
b
alcanzasen el tin propuesto por
el autor. Y no hay que olvidar al
(351 ALB1NUS, B.S.: Prólogo de la
edición de 1747 de las Opera Omnia de
H Fabr!C1 d e
° Acquapendeme.
(36) CUSHING. HA.: Bia-bibliograpky
of Andreas Vesaiius. New York,
Schumann's. 1943. p : 75.
,in, ,-MCDDA E TU ••
,• •.
(37) GUERRA. F.: .<The Idenlity <i1 the
Artists involved in Vesalius's Fabrica».
Mea. Histon, 1969 (37)
XI
22
Parece que se olvida, o se quiere
olvidar, que la obra apareció en
pleno Renacimiento artístico,
cuando la presentación del cuerpo
humano adquiere cimas que tal
vez superan las de la Grecia
clásica. Y que ese renacimiento
no se limitó al exterior sino que
fueron varias las obras, algunas
muy anteriores a la Fabrica, en
las que aparecen representaciones
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de los músculos que nada tienen
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que envidiar a las dibuiadas por
van Kalkar. La ngura reproduce
una aparecida en la i abulct quinta
del Fasciculus Medicinae, edición
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de 1491, 52 años antes que la
Fabrica, y la otra un grabado de
los dibuios de Leonardo da Vinci.
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que lo que hay que buscar en ella
es, sobre todo, la exactitud.
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las figuras que para el ,4/7a.í
Anatómico de Bidloo, publicado
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en 1685. dibujó De Lairesse, a
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las que no se les puede poner
pero, desde el punto de vista
artístico.
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mi obra ya citada por lo que
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Con lo dicho hasta ahora creo
que queda justificada mi
afirmación de que Vesalio no
cumplió ninguna de las
condiciones que. según los
historiadores, justificarían la
tesis de que es el fundador de la
anatomía moderna. Pero aun en
el caso de que las hubiese
cumplido con generosidad, no
podría darse por realizada esa
tarea. Porque la corrección de
todos los errores de Galeno y la
aportación de un número
decuplicado de todas las
aportaciones que falsamente se le
han atribuido, todavía no
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Es en cuanto a la exactitud cómo
pueden señalarse bastantes
errores, que ya hice observar en
pienso no interesa los repita
aquí. Quede señalada la
circunstancia, a lo cual añadiré
que en cuanto a exactitud las
figuras de van Kalkar son
ampliamente superadas por las
láminas de Eustaquio, que,
desgraciadamente, no vieron la
luz sino muchos años después
del fallecimiento de su autor.
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Por lo demás, e
independientemente de la belleza
de las figuras de la Fabrica, no
se puede silenciar que en una
ilustración anatómica, la belleza
queda en un segundo plano ya
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Laín Entralgo'K comprendió ésto
agudamente y por ello trató de
encontrar en la obra del
Bruselense esa nueva
concepción.
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supondrían la fundación de una
nueva anatomía, y sí, solamente,
y en la medida en que aquellas
aportaciones se hubiesen
realizado, una ampliación de la
galénica. Para lo otro era preciso
que Vesalio hubiese aportado
una «nueva forma» de ver el
cuerpo humano, y sus accidentes
morfológicos, o sus funciones y
significado.
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En «El Mito de Vesalio»
expongo su razonamiento y
también los que. a mi juicio, se
oponen a su tesis. Sería
demasiado largo el trasladar aquí
uno y otros y por ello he de
contentarme con repetir las
palabras que al efecto escribió
Rádl39, uno de los pocos
historiadores que no quedaron
cegados por el fulgor irradiado
por la imagen que se nos ha dado
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23
decir casi todo del eco tardío de
aquéllas, que, iniciado en el siglo
XVIII ha llegado hasia nuestros
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Vesalio no fíe quien, por
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alguien hubiera que entregar el
estandarte del antigalenismo,
éste habría de ser Averroes
quien, en sus Comentarios a
Galeno se muestra en permanente
discrepancia con este.
Ahora bien, en los años
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precedentes a la aparición de la
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Fabrica se había producido un
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enseñanzas de Galeno que, como
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aumento de las críticas al
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de aquella escribía: «No hubiera
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aportado la autoridad de
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meten el pie en la medicina,
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completo de las primeras
t a b e r n a s ) Lis r e u n i o n e s
académicas, no dejan de
" ^ ' ^ l vociferar contra Galeno, al que
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Et(4«>';'y*)Ml* HP) "JflMFaf -T<^'ij*i'M¿Í"'rlf1-* MMtf'1'9
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^
del «divino Vesalio». Dice así:
«... Su significación en la
historia de las ciencias es menor
de lo que se dice. Ya sus
contemporáneos le reprochaban
que, siendo un galenista se
considerase, sin razón, superior a
Galeno. Ningún anatomista
posterior ha vuelto a las ideas de
Vesalio (porque no las hay). Con
razón fueron celebradas sus
descripciones y dibujos, pero no
Dibujo de Leonardo da v¡»e¡
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«—' *ÍN
"s<> l u c s o l ° Manardus el que
salió en defensa del Pergameno,
como puede su onerse Y :isl se
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éste, en la misma proporción en
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hacían mas frecuentes
hay ninguna «idea genera!» de
Vesalio, no hay un vesalismo.
En todo caso, no hay en su obra
nada en que las naturalezas
profundas pudiesen ver un punto
de apoyo para llegar a nuevas
ideas durante la decadencia de la
biología en el siglo XVII».
Un examen de la obra y la
imagen de Vesalio no sería
completo si no dijésemos algo
acerca de la polémica despertada
por la publicación de la Fabñtd.
Porque entiendo que es a esa
polémica y a la belleza de las
láminas de van Kalkar a lo que
se debe una buena parte, por no
{1g) L A m
.
c¡f ( 5 )
.
6Q
(39) RADL. E.: Historia de las teorías
biológicas. Madrid. Revisia de
Occidente, 1931. P .: 131.
l 4 0 , MANARDUS, I.: Epistolarium
Medicinalium Libri XX. Lyon, 1549.
Xíll
24
Con este ambiente se encontró^
Vesalio a su llegada a Padua. Ét
era por entonces (1537) un
galenista convencido como lo
demuestran sus Tabulae,
aparecidas en 1538, su epístola
sobre la sangría, en 1539 y su
visita a Bolonia en 1540. Pero
poco a poco debe haber ido
cambiando y ya antes de la
publicación de la Fabrica habrá
exteriorizado su manera de
pensar, porque solo asi se
explica lo que dice en ella41:
«pero no pienso que el origen de
la cava sea en este lugar de esta
suerte. Y no quiero que se me
atribuya esa afirmación aunque
me exceda al escribir, no sea que
a algún médico pestilente le de
motivo para calumniar, ya que no
se paran en estas bagatelas.
aunque en lo referente a los
conocimientos de los huesos,
músculos y vasos no hayan
encontrado nada reprochable. Y
si acaso alguno puede tramar
algo contra mi, sus odios
pestilentes nos llevarían de una
manera clara e insensible a los
innumerables lugares en que
hasta ahora he hecho patentes los
errores de Galeno Y si acaso en
lo sucesivo los silenciare o los
pasare por alto, sena a fin de
quitar el motivo para obrar a la
envidia de los calumniadores y
los amigos de pleitos y de los
que a ellos se unen por
ignorancia».
en 1547, cuando Vesalio había
abandonado Padua y se hallaba
al servicio del César Carlos. La
obra responde muy poco a su
título ya que solamente unas
páginas del comienzo se refieren
al uso de la raíz de quina, puesta
de moda a raíz del
Descubrimiento. En ella insiste
Vesalio en sus críticas a Galeno
y se queja de que «cuando son
tan pocos los que se dedican al
estudio y eso con simples
compendios y el ha dedicado a
aquél un estuerzo igual al que
mas en su tiempo, en lugar de los
merecidos elogios por haber
descubierto los errores de Galeno
y los griegos, se encuentra con
inopinados ataques».
También da cuenta de unas
c a r t a s e n v i a d a s a su maestro
S y l v i o p o r m e d j o de) h¡jQ de su
• Q Roe[ants y de otras
ibidas
de aquél por el mismo
rec
medio, y que encuentra a Sylvio
un
Q m á s b | a n d o en su
p o s jción. Éste había escrito ya
p a |abras muy duras contra el
Bruselense. aunque sin
n o r n brarlo, en su obra Galenas
dg Ossibus
ad Tyrones. Por
ciert0
r e s p e c t o a la fecha de
a
]a a p a r i c i o n d e e s t e H b r o n o h e
Otra prueba de la existencia de la
polémica y de la posición ya
señalada de Vesalio aparece en la
obra de John Caie42, que fue su
compañero de habitación durante
su estancia en Padua por los años
1539 y 40, compartiendo con él
una vivienda en Ca valle, cerca
del Puente de la Paja. Ambos se
ocupaban por entonces de
corregir manuscritos de autores
clásicos y Caie cuenta que
Vesalio se empeñaba en
tergiversar textos galénicos de
acuerdo con sus puntos de vista.
did() ,|e
a una conc|usión
satisfactoria. Porque, por una
parte_ p a r e c e q u e f|je e s c r j t a
antes de , 5 5 , fecha d e apar¡ciün
d e l f a m O so Vaesani, del que
luego hablaremos, ya que
solamente señala como error de
Vesalio, e! de no aceptar la
existencia de agujeros en el
esfenoides para el paso de la
pituita, «los cuales en Lutecia los
tenían todos los cráneos tanto
frescos como secos, aunque esto
no quepa en la cabeza de un
hombre incultísimo y
presuntuosísimo que niega todo
lo que no capta su vista, sea por
debilidad, sea por hallarse
embrujada por la ignorancia, la
ingratitud, la desvergüenza y la
impiedad». Por otra. Collado, en
su obra de igual tema4', dice que
no se había decidido a publicarla
esperando a la anunciada de
Sylvio y que lo hace entonces
(1555) a la vista de las
deficiencias que ha encontrado
en ella una vez publicada. Y, en
cambio, todos los bibliógrafos
dicen que la obra mencionada de
Sylvio no fue publicada hasta
después de su muerte en 1561.
Otro hito sobre el ambiente
precursor de la polémica lo
encontramos en la obra De
Radiéis Chynae Usus publicada
Sea de ello lo que quiera,
podemos ver que en ese ambiente
la aparición en 1551 de la obra
«Vaesani cojusdam calumniarum
Este párrafo nos enseña que
estaba viva la pugna entre
galenistas y antigalenistas; que
Vesalio se había unido a los
segundos y que en él se había
iniciado una cierta reacción
paranoica que no le abandonó ya
nunca, pues atribuyó a envidia
cualquier discrepancia de sus
puntos de vista.
XIV
in Hipócrates Galenique rem
Anatomicam de pul,i i o» no cayó
como un rayo en una tarde de
verano sino como un estallido de
una tormenta que hacía tiempo se
veía venir. Pero que era una
tormenta, es indudable,
^ o s m é r ¡ t o s indiscutibles de
j
g D u b o i s j l a m a d o
SylviuSi
siguiendo la costumbre de su
(i
d e [ a t i n ¡ z a r l o s apellidos,
se hal]an e n s o m b r e c i d o s > a | o s
• d e [QS historiadores
partidarios casi unánimes como
sabemos de su discípulo el
Bruselense. por la violencia del
flt
contr¡1 é, s u p o n e e s t a
o b r a n¿J l a n U ) e n c u a n t 0 a s u
contenido como en el tono
empleado, del que ya nos da idea
el párrafo que acabamos de
reproducir de la obra De
Ossibus. Y se critica de entrada
e | t f t u ] 0 e n e ] q u e , c o m o y a ha
adivinado el lector se juega con
las palabras vaesanus (loco) y
Vesalio, nombre del anatómico
objeto del ataque. Pero olvidan
lo que tienen demasiado sabido y
es que cualquier hecho histórico
hay que juzgarlo situándolo en el .
momento en que se produjo. Por
entonces el lenguaje empleado en
] a s polémicas literarias o
científicas, muy frecuentes a la
sazón, era de ese tono y no
faltaban los juegos de palabras
c o n ] o s nombres de los aludidos,
De ambas cosas tenemos un
ejemplo en la obra de Cuneus1",
quien la publicó para defender a
Vesalio de las acusaciones de
Puteus^. Termina así después de
decir que no podía esperar nada
mejor: «Y así, si este mi leve
trabajo y modesta obra, sacada
del ejercicio cotidiano y de las
observaciones de la disección,
quieres ponerla en parangón con
tus intentos que durante tantos
años pudiste haber confrontado
con otros anatomistas y sin
embargo te decidiste a publicar,
estoy seguro de que te
avergonzarás de las inepcias que
vomitaste y pedirás perdón a
aquellos que invocas al pie de tu
obra, a los que te has esforzado
en apartar del perfeccionamiento
del arte, y a la juventud ahora
consagrada al estudio a la que
has disuadido de hacerlo en otra
humani corporis fabrica,
enriquecida con ías
observaciones de alguno, con tus
vaciedades, brotadas de la
envidia y pertinacia de oscuros y
cenagosos Pozo y Fosa-,
Pozo es el Po/.zi de Puteus,
latinizado, y en cuanto a Fosa el
OíSCtlKlON: WtRGADAN ¡¡omítolma¡ es loformo.nocfim de le loctonc del' cornespondienle ,W™iocido obierto poten/e inhibidor efe ¡a ¡íntesu de
^V I ^^^^^^B
colesteroi' endógeno, r por tanto, fórmoco fnpocolesWemiünle, Actúo inhibiendo específicamente lo HMG-CoA reduclcso En estíos con anímeles,
^ * J I L. * m
tras dosificoción oral, lovostofinopresenfa uno olta se/ectividod pora el nigodo, cíonde alconió concentraciones susbncioWnte i r á otes que en
órganos no diano COMPOSICIÓN: NKGACMN20 mo, loraWino (DO] 2C ™ . lodoso v oíros excipientes CID i comprimido, HHGADAH ¿0 mq;
• • • i ^ W J JIIBLYS|H
¡oíOito/ino |DCI] 40 mg, locfoso j otros excipiente esp 1 comprimir» INOKAOOH£S: ¿educción de los niveles elevados á'e coleitenjl lotaN- l í í
^ j«A• j j 1 •JI • 7 ' ¿ * f ( * 7 l l
cofestera1 en pocientes con hipe'cokifaoim'c primono en ¡os que ¡a respuesta o lo dieta y aros medidostansido insuficientes POSOLOGU: F¡
^^^^^^L^^^l^^^^^^^^^^^^^^^^^^t
paciente cíete seguir wo dieto fiipocolesrerolemiante eitWar ontes de reciba . N ' E Í G O J W y oW* coi/inuor con esta durante é frotamiento íc dcsis
^^^^^B
^ ^ ^ ^ B
^ ^ ^ ^ 1
iniciol recomendoda es de 20 mg oí dio, cora; dosis único, en la ceno E> ponentes con r-iperíoíeste<ole™ leve o moderada se puede inicia' e.'
^ ^ ^ ^ ^ J^^^^
^ t ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^^^H
frotomiento con 10 mg dionos de WffGACAN SI se pfecison. lo¡ O|usles en ios dosis se noron a intrvoi'os de no menos de i semanos. nosía un máxime
^ ^ »-j | ^ ' " ^ ^ ^ Í I ^ L J T I J L *^j
de SO mg dianos, odmriislrodos en uno c en dos bmos 3/ efe. con e( deso>uno y ¡a ceno Oos irnos d d'o son algo mai e f e í ™ Que lo m.s'no dosis er
Wtrm
H'Hfl
^f^l
uno scJo"iomo diaria io dosis de NfüGADAN debe ser reducido}¡ Jos niveles de co/estsroi tata1 descienden por deba/o de (40 mg/IQO mi Q.6
^ ^ ^ 7 ^^^^^W ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^
.,imol/lj b r a p ñ Conc«tlr>on(«; fVffGADAN es eficaz ¡oto o en corntrnooon con secueslradorts de ácidos tiliony. £n pacientes trotados con
I * I mi *l * ] [ ' J-*i I i-J * * 7 I
lómocoi inmunasupresones. la dosis ndmna «onundaoa de NfíGAfiAN es de 20 mg/dw Ifiíufkíencio íenoí: "uei'c que KÍKAHAN no sufre
^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ H
ttw excreción reno? s^niíicatrvü. no debe ser neessorio nwdincar ía dowfifipacientes con insuficiencia reno/ moderado. En pooentes con insuficifinM
renal grave (rjcJoramenlo de ceofinmc <J0 ml/mjnj. ios dosis nicvores de 20 nw dionos deben ser íiiictodosornente considíradbs t si se (uzoon
^^^^J f^^^^lmít '^^mm^^M
necesonas. se deben fjdmmismjr con precaución CON1MJNDKACIONE5; flipersensibi/idod o cuoJouier componente deí pdeparodo, eofennedod
^ ^ ^ ^^^^^^^L^
^^^^m^Mr
JkW
heponca activo o efewoones persistentes no eiplicodos de las tronsomlnasas séricas, emborom y ttxtoncia (ver IVSMQONÍSÍ. PKCAUOONlí
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^Lmm^m^^^f^m\
Eneros hepático!.' Al ^uoJ que con ornesformocosriipotipemionles, se han descrita e/evooonej moderados (menos de Ires weces el imite superior de
^B ^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^j^'^^^^H
lo ncwiBiidodl de ia¡ froruominosas rAironlE e/ trobmienlo con lovostotino («r E5FCT0S SECUNDARIOS] Estos combios oporeoeron Iras el inicio de Jo
^M [ * U * ] m* J * I m í-f- J I * 1 I I
leropio ÍIMOT usuolmenfe tnnsi*rros, no je ocompoinron de sinlomos ni se requirió lo mfemipción del tratamiento. Se recomienda determinar nitela
laáMJAa^i^AaM^LJ
de fransominoios onle! de micior el Jrciomienta. y 4-6 meses después, soore bdp en pocienles qoe presente! pruebos nepote onormoies y/o ingieran
PV^VV^r^
confidodes sustonciofe de olconol. Fila oeterminoclón debe repetirse njn/ua/ment!, i i estos eJevooores son peruslente o progresivos debe dis^M¿ f ^ ^ B r • I
fon/inuorse el fármaco ffedoJ MuKuJorej: Se han observado con .Tecuencío ele>ociones leves y fronsi'to™ de los nnefa de cneain/osfoqw'ncoo
^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ B
w
(CPtí/ en pacientes frofodos con loraitalino, pero nobrtua'roente no hm tenao s'gnincodo clínico te' oporicion de m/olgias también se ha asociado al
j^PiH
^ ^ ^ |
B^
froiarniento con tavoslofra. En raras ocosíones se ho producido miopofo Se fian ínfomodi) cosos de robdamioíijis grave que precipitaron uno insu^^^^T ^^^^^^^^^^^J ^^^^^^^^^J^^^í
(cieníio reno/ ojuda (! frolmiento debe interrumpirse i i aparece elevación marcada de los niveles de CPK o 1 se soípec/ra o diojnosfa miopatia, la
I * i L. * " 3 m\ * d~ ' • ¿- "~3 ^ * J~i r * 3
moyork) de páctenles que desarrofloron miopaíia. incluyendo rabdomiaijis, estobaf recibiendo terapia inmunoSLpresoro que ¡ncluio ciciaspon'no, aera*
^
1
H
1
tbraiii o dosis nipc/ipemiantes de ácido nicofinico Alguno de «tos pacientes tenían insuíciencio renoi preexistente generalmenle corro consecuen^^^H^P^^HHVLJP^H
de de uno diobetes de Jo™ evolución 5e rn descnlorabdomi'ots's.con o sin insuficiencia renoi, en pocienes graves Irotodos con eritrerabno con^ J J T« J J 1
J | / » / » | » l
comíante con lovoslotino tn ponentes frotados con ícwsUinc y que no recibieron estos terapias, lo incidencia de miopati'o fue oproximrjdomepte
^^^^^^^^^^^^^^^^^^^. ^ ^ ^ H
del 0. l í f í tratamiento con NffGAÜAN déte suspenderse /emporoimenle o discontinuorse en cuolquier paciente con enfermedad aouda grave
que indique mópoíio o gue presente un foctor de nesgo o un fodor de nesoo que predispongo olrallareno/ secundario o raboomiolijis incluyendo,
infec cían ojudo arnve. hpotensión, cirugio moyor, írourM, alleroobn metobrjlico endocrina 0 sertolifico grave y coWsíones no conlrofeooi. Uto * f l
eí Imbonao: NffiGAMN está coníroindicado durante eJ embarazo. Salo se administran: o mujeres en edad rerW cuando seo muy improbable varan a quedar emporezodos lactancia; Mo se sabe • NESGABAN se excreta por (o leeré mo*mo. U M « I pediatría: Nb se ha eslobteado
la leajndbd / enenoo en «ños. Aám-lencia: Esto espeoolidod conUa» lodoso. Se Aun rjlestríto cosos de i * f e r o i M o e * cemporer* en niños
y oc&exente JNCOMMnBfUDADES; No se conocen INTEMCCIOWÍÍ: forraos mxrosofnsorB, gemttmBÍ ácido nJcotimco, entumió- |
W
L
na (ver PCíCAUCKXS Efecto Musculares] Derivados cunwrimwf: Gando se adminston de tomo a n u l a lonstofira r onücoooJonteí
cumorírn'aM eftempode prolrarabino puede owrentar en algunas páctenles ftooono. En paciente con nptmieslcroimio, la aáVumsVrjrjón con^ ^ ^ H
Jf «^J
íomilo* de lomsWiiB y digaiono no luvo efert» sobre ¡a concen/rooón plasmática de d n x i n a O h w natanwntM ContomnXjnr»fc En es^K ^ B ^ ^ ^ ^ ^ *
Anos añicos, bmtaftno se odnÚHsfro {onfuibjiwnte con betaoJoausonles, onAnontitoi del calcio, otuñbcoi y onAinArjrnatonos no esleroideos, vn
^^^^.
evidenoa de inferocoone adversos d(nicomer* siortiícotives ffíCTOS SKUNDAMQS: NífGADAN es jjiwmtwai* ben tolerado, la mojono
^
^
de efectos seainoanos fon ú k lemj/ hjisitooot En esludos diiicos conndatw, I » W«ta s«aindbn« 0 ^ o a > n i ^
l e fueron,flafcíencia,otamn, esíreñmenh, násea, dispepsia, mareo, WSCT borrosa, astíeo, colombres musciJrjres, malgio, rash cutoneo v dolar
H'
oodcmind k» paciente o/je recír^errx r^enfes actinss de centro/í^iemn 1™
O u s efectos secúndanos que acurrisron en el 0 S i a i " de las pacientes fueron' fotigo. pruriib, seouedodde boco, insomnio, trastornos otí sueñe y
disgeusia Onde Ja comeroo/izocion delfermocase r a í descrito los siguientes efecfos secúndanos adicionales, fiepofids ictericia cefatofeo, wm,ioj,
omnuia, parasfcsia y íroitomos psíoukos indir/endc ansiedad. Eritema muitroniie incAijwdo Sndrame de Stevens-Jomson y necrolísJs epidémica
tóxica. En roroi ocovones sefioinformodo de un aporenle srarome de nipersensibiliaad que incluía uno o mol de los siguientes síntomas: cnoílaiic,
Oñaioedemi, sinoroffte lupus-Ale, polimiolgio reuflwto, frombocííopenio. leucopenía, onemía refflolíticc, •nftcuflrpos arrtnycleares ÍAriíAJ aoíííwas,
aumento de la velocidad de sedimentación glabubr (VSG], artritis, orlralgio., urlicorio, ostenio,fotosensibilidad,fiebre y rmtesfor. Hallaigos en tai
Prueiwi de ioborotofio: En raras ocosúnes se fian comunicado incremenfeu marcodos y persistenres de los transaminosas ¡ver RSECA-XON£S.I.
imbién se fian comunicodo otros onomo/ías en los tesis de Sumíanfiepádea,indir/endb elevación de la fcsfctasa olea/ino y bí/irrubino. Se fion
conunicado aumentos en la creannUqumosa sérica [afríbuiMs a lo fnxcién muscular de lo CrXi. Esta elevaciones han S'dc nabifualmente iioe^as
ém
ylronsiíorias Sara vet se km comunicodo e W i o m í m t a d a . /ver PRECAlXIONfS, Efectos ««tufares/. JNIOXICAOON Y SU TMUAflEN\O'< Se deben lomar medidos generales y monibrizor la función hepática Aclualmenle se desconoce si lafcvostolinoy sus metobolms son diol'zables.
5e ron notificado unas cuentos cosos de intoxicación accidental, ninquno de estos Decientes présenla síntomas específicos ytodosse reaoerarar ¡in
secuelas. La maya canfidad ingendo t e de í a 6 0. PSESENTAOÓN: Envases áe 2S comprinikia ranurodoi de 20rogd i W t o t i i i o i i t é ptos
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Dsíá SaM. 59
08026 BercHtma
Niveles hemáticos más elevados. Pauta posológica cada 12 horas.
Composición:
Amoxicilina (trihidrato)
lg
Sacarina sódica
20 mg
Sacarosa
2.700 mg
Advertencia:
fste medicamento contiene 2,700 mg de Sacarosa
por sobre lo que deberá ser tenido en cuenta por los
enfermos diabéticos.
PropiedadesLa Amoxicilina es una penicilina semisintética activa
por vía oral y con acción bactericida sobre un amplio
espectro microbiano. La Amoxicilina actúa, como l o
das las penicilinas, inhibiendo la síntesis de la pared
bacteriana.
Es bactericida, y en su amplio espectro de actividad se
inr\\njf>n la mai/nríaríatn* ntttAdpnnti rp^vinsahiv*; de
Se elimina principalmente por vía renal alcanzando
elevadas concentraciones en orina; también se excreta por la bilis, donde se alcanzan concentraciones
elevadas.
Indicaciones:
EUPEN1 g (Amoxicilma) está indicado en el tratamiento oral de infecciones causadas por cepas sensibles de
microorganismos citados anteriormente, tales como:
• Infecciones de garganta nariz y oídos* Amigdalitis
* Otitis media
# Sinusitis
interrinnc^ H*I trartn miniratnrín inforinr
* '^g^oJtiflglday S
* Neumonías bacterianas.
^S^T^rr/r05^^'9^6
l^^^^^S
Gram-positivosStaphylococcus aureus (*), Streptococcus haemolitlcus. S. viridans, S. pneumonías, S. faecalis. Clos
tridium tetani.(*) No es activa contra cepas de Siapñyíococcus
productoras de pencilinasa.
* Infecciones de la piel y tejidos blandos (incluyendo
lecciones de la tienda qu<rurg,ca).
• Infecciones en odonto-estomatologia.
# infecciones del tracto biliar
Poaoloel •
Gr3
HaemSorMhjs influenzae Neisseria eonorrñoeae N
mfniZltidt^ÉwStó
col S%lmíne°a a£hnP%^rfh^tii^r^^í'c^^^^^
teus mirabilts. Helicobacter (Campylobacter) pylon.
La Amoxicilina es estable en medio acido y se absorbe
muv h'ipn mando <ÍP arimimitra mr uía nrai la arimini*-
a r i
°
S Í r < C O r n P l i C a C Í < >
infecciones por S.pyogenes (estreptococos beta-hemoUticos grupo A) la administración de este antibiótico
debe prolongarse durante un período mínimo de 10
días.
Contraindicaciones:
EUPEN (Amoxicilina) esté contraindicado en pactentes con hipersensibilidad a las penicilinas o ce falos
porinas, o afectos de mononucleosis infecciosa. De* * administrarse con precaución en pacientes con
antecedentes de alergia, fundamentalmente medicamentosa.
Interacciones:
Det^ evitarse la administración simutténea de antibióticos
bacteriostéticos (grupo tetraciclina o cloranfenl^ P°r la Posibilidad de que se produzca antagonismo
debido s su diferente mecanismo de acción.
Sedesaconsejalaumacónconjuntadealopurmolpor
un mayor riesgo en la aparición de fenómenos cute
neos,
Etec(jM
sacumUnU>a.
La tolerancia de EUPEN es buena. Según la suscepübílidad individual, es posible la aparición de pesadez
de estóma
8°"áuseas y, rara vez, diarrea o vómitos.
Le aos s
" ^ ' ' " a ' <»n adultos es lg dos o tres veces al Las reacciones adversas se limitan a fenómenos de
las dosis indicadas pueden aumen- sensibilidad (prurito, erupciones cutáneas, etc.) que a
° * Afecciones graves, debido a la esca- reces remiten sin necesidad de interrumpir el tratamiento. Muy rara vez se presentan reacciones anafilacsa tmicidad
ygjg
e A C e í e n f e tolerancia de EUPEN.
_
. „ • • - . , „ . „ , , . „ • ,___. ¡- „-,«.-,-„)
ticas de mayor gravedad,
Como continuación a un tratamiento por vía parenteral
'
d í a Sin
embargo,
tarse en ces
Traciót,Tco^uTa% Jumemos o sTotseictenlí
S^o«4S™KS«*
en septicemias, endocarditis y meningitis, la posologia Se han descrito también algunos casos de colitis
puede aumentarse hasta 6 g/24 ti.
pseudomembranosa.
la Amoxicilina.
Trat cu .nupífirtn airan™ pievarta* rnnrffntrar-inno*
hemáücasld1hVnd%rMdamtme™rSdc¡infanl!
En el tratamiento de las cistitis simples en la mujer se
recomienda una dosis única de 3g. Como profilaxis de
I» endocarditis bacteriana utilizar 2 g una hora antes
Intoxicación y tratamiento:
Cuando aparecen los fenómenos de hipersensibilidad
se recomienda suspender la administración del trata-
mo o ote Tmr^et^aTan^nfecltlTa
Zcí%r%%nts^e7a¿lutellrütileí
HofuZe™ e!
* la intervención quirúrgica, seguido de 2 g 8 horas c miento
y administrar una terapéutica específica Icorti**<***•
< " d ^ ^.histamínicos,
oxigenoXerapia. etc.).
organismo procesos de biotransformación que alteren
sus propiedades antibióticas.
Duración del tratamiento: Normalmente el tratamiento durará un mínimo de 7 días. En el tratamiento de
Presentación y PVP IVA:
Sobres de 1 g. envase de 12. 1.022,— ptas.
g
*
¿
2
27
<Jc un Fosani. a quien no he
podido localizar, pero que debe
de haber sido un colaborador de
Puteus.
Bueno será también que recuerde
que quien inició el cambio de
insultos fue el propio Vesalio.
En confirmación de mi aserto
puede servir la transcripción del
siguiente párrafo de la página 83
de la Fabrica: «¿Por qué, me
presunto, algunos que se tienen
por sabios juramentados para
defender las palabras de Galeno
y nacidos para desacreditar a los
demás y para juzgar
envidiosamente sus trabajos (que
ellos son incapaces de realizar)
han de interrumpirme ahora
ruidosamente porque al disecar
coincida muy poco con las
opiniones de Galeno?. Corno si
se hallasen privados de la vista y
no me fuese lícito exponer lo que
encuentro por mis propios
medios cuando a estos
maestrillos ni de buena ni de
mala manera pueda hacer callar...
(pero en aquellos ridículos (y por
otra parte sumamente altivos)
varones en modo alguno voy a
detenerme ahora».
Naturalmente todos los que
defendían a Galeno -y entre ellos
se hallaban «maestrillos» de la
talla de Sylvio y Eustaquiotenían que darse por aludidos. Y
no es de extraña/que su respuesta
no fuese demasiado suave.
P td , k-¿n , n n , , c t P 1
Están también contestes los
historiadores en achacar el
Amusco. Rodríguez de Guevara
y Falopio entre los que pueden
ser catalogados como críticos de
la misma. Las edades de los
primeros son, respectivamente,
50, 35 y 34 años, en el momento
de publicar las obras que nos
interesan, es decir I 19 en total.
e n tanto que las de los segundos
eran
31, 39 y 39 en el mismo
orden y en aquella circunstancia.
P ° r supuesto que no pretendo
Q ue hayan ganado los jóvenes
P°r ' I 9 il 1 0 9 - pero sí pienso que
las
cifras, que no han sido
manipuladas como puede
comprobar cualquiera que
disponga de un Diccionario de
médicos célebres y tenga
oportunidad de ver qué nombres
han sonado en la Polémica,
pensará que la lucha
generacional no aparece por
ninguna parte.
,
Una excepción tengo que hacer
en lo
referente a Sylvio. hombre
maduro cuando escribió su
Vaesani. En él ya exponiendo
u n a
serie de tesis, que llama
propulsiones, en las que expone
las
afirmaciones de Vesalio y
haciéndolas seguir de su
refutación.
. ,
. .
M
N
.°, e x P o n d r e e s ; i s propulsiones
n i tam o co lo
P ,
^ argumentos que
un s
" * °.trOf' defensores y
c n t l c o s d e l a Fübr Ctí
h a n
' t
expuesto en sus obras, porque ya
ha
quedado jijado en mi
exposición de las que creo
válidas correcciones a Galeno.
c u a ] e s a m i j u i c i o d e , r e s u ltado
( l e a f m e ] e x a m e T 1 a u e todos los
ae aquel txamtn que toaos ios
rechazo a VesallO a «envidia de
n n l p m i d n fnprnr h'iripniln
1
• •
«„,_„ ; „ . . „;.;
los viejos», como si este vicio
poitmisias lueron naciendo.
Únicamente dedicaré unas
luese privativo dejos que
p a l a b r a s a] o l f m p i c o d e s p r e c i o
cuentan muchos anos, cuando lo
más frecuente es que éstos les
hayan llevado insensiblemente a
ver apagada su aptitud para el
bien y para el mal y a resignarse
con el «humilde estado» cantado
por Fray Luis de León. Y como
si el primer ejemplo de aquel
pecado capital no lo hubiéramos
visto en el jovencísimo Caín.
ealüícación de ridicula que
generalmente acompaña a una de
l a s de f ensas q u e de Galeno hace
S y l v i o contestando al
Bruselense. Me refiero a aquélla
e n | a q u e p i e n s a q u e s i Galeno
d i c e q u e e l esternón es de siete
piezas, ello se puede deber a que
i o s hombres de su tiempo tenían
u n m a v o r desarrollo y que por
« P f r n PS mif
iHerriTs
PI r p m r t n
«rero t s que. aaunas, ei reparto
generacional que se hace entre
partidarios y oponentes a Vesalio
nada tiene que ver con aquel
Postulado».
Es difícil aportar las edades de
todos y cada uno de los
intérpretes de aquel drama, pues
no las consignan las biografías
de que podemos disponer, pero sí
he podido hacerlo para Leonardo
Fuchs, Luis Collado v Pedro
,.
i
i £•'
i
Jimeno. entre los detensores de
la Fabrica y Val verde de
la
n
"
i i
-
e l ] 0 a q u e | hueso era mas extenso
y d e m a y o r n u m e r o d e piezas.
T a | explicación no era la más
acertada incluso en su tiempo,
pues en el mismo la había
encontrado mucho mejor
Falopio. atribuyéndola a la
descripción del esternón de un
niño. Pero Sylvio no la había
ideado para esta ocasión ya que
era una idea que profesaba hacía
tiempo v que desarrolló en varias
i i
i
-
•
•
de sus obras, ademas de la
propulsio correspondiente.
Él se hallaba impresionado por
los cambios que presentaban los
animales según las épocas en que
vivieron y las regiones que
habitaban, lo cual conocía por
las obras de Aristóteles y Plinio.
Y pensaba que lo propio habría
ocurrido con los hombres, los
cuales habrían tenido en tiempos
pretéritos un tórax de mayor
capacidad que los modernos, ya
que se contaba que Demóstenes
podía recitar una larga tirada de
versos sin respirar, y que
Hércules era capaz de recorrer un
estadio sin hacerlo, así como que
Milón de Crotona podía correr
esa distancia con un buey sobre
los hombros. Cierto que tales
referencias sabemos hoy que son
pura fábula. Pero no era ésta la
opinión común en el
Renacimiento,
Si. pues, los hombres habían
cambiado para menos, no era de
extrañar que su tórax fuese más
corto. Y es curioso que, como es
sabido, es éste uno de los signos
que de la evolución humana se
ha señalado, junto con la atrofia
de las mandíbulas, por lo que se
ha tenido la presentación de una
costilla flotante como un signo
evolutivo, lo mismo que la
ausencia del molar del juicio,
E sverdad q u e quienes
poslulan
tal evolución piensan que ésta se
r e a | , z ó a lo largo de millones de
años. P e r o ,as ideas s o b r e la
duración del Universo eran muy
o t r a s e n e ] S Í 2 | O X V. Todavía se
aceptaba la cronología de la
D UI
cronología CIL 1a
Biblia según la cua a creación
u u-
j
J
* nnn
-
se había producido 4.000 anos
a n t e s d e n u e s t n i E r av d
h
toTatía sírve de básela a el
calendario hebreo
(41
> V E S Í A ¡ - 1 U S ' £«jj™- "''''"'"""'
carporis Fabrica. Basilea, 1543. p.: 57.
(42) CAIUS, J.; <>,,. cit. (30).
(431
COLLADO. L.: a. Caleni
MeTí?» " * " "'' ^ ^ " ^ ^ l
(44) CUNEUS, G.: Apología Francisci
?""*!"'<> G " /(1 ""'" Anatom,- examen.
lri6
,45, PUTEUS, F.: Apología pro Galeno.
Venecia 1562; L II. p.: 86.
(46) RODRÍGUEZ de GUEVARA, A ; in
nlunbus
ex lis ambas
ittilciius
impugnaturab Andreas Vesaiius.
Coimhra. 1559.
XV
28
De lodo lo dicho, y aunque esté
muy lejos de pensar en la validez
de la tesis sylviana, entiendo que
no debe calificarse de ridicula y
pensar que su autor carecía de
sentido común. Sobre mi mesa
tengo el facsímil de la
maravillosa Cosmografía de
Ptolomeo y lo último que se me
ocurriría es calificar de ridicula
su representación del Mare
Indicum, aunque no coincida con
la de los actuales mapas.
Contemplada desde nuestro
actual punto de vista, la
polémica aparece como alao
bizantino. Los ataques de "
Vesalio tendían sobre todo a
demostrar que Galeno había
hecho su anatomía sobre monos.
lo cual no había negado nunca el
Pereameno quien p. ej. en De
Anatomicis Administrationibus
empieza por señalar cómo se ha
de disecar tal animal.
No había, por lo tanto que gastar
demasiada tinta en demostrar lo
contrario y, en cambio, sí
hubiera sido un buen golpe el
aducir que también el Bruselcnse
había hecho una gran parte de su
anatomía en perros, cosa que
ninguno le echó en cara; o
insistir en sus tergiversaciones
de la exposición de Galeno de lo
que hemos visto hacerse eco a
Caie y como señaló en una
ocasión muy oportunamente
Rodríguez de Guevara4".
Discutiendo acerca de si Galeno
había dicho que no había médula
en los huesos cortos, sostenía
aquél que. en realidad, había
dicho que tenían tan poca que era
como si no la tuvieran. Su
opositor le preguntó: ¿Cómo es
entonces que dice medullae
penitus externa*! Porque si dice
penitus (completamente) es que
no tienen médula. Sí, pero es que
el penitus lo añadió Vesalio.
Y es que, en realidad, más que lo
que Vesalio adujo en contra de
Galeno, lo que ofendió a la
mayor parte de sus oponentes fue
el tono de perdonavidas que
adoptó frente a una figura
venerada.
Dejando ya a un lado la polémica
y como consecuencia de todo lo
dicho, hemos de convenir que si
como sostienen sus panegiristas
Vesalio recreó la anatomía, tal
hecho debería dar lugar a un
cambio en las obras publicadas
después de la Fabrica, expresivo
de la nueva visión de esa ciencia.
Esto es lo que pretende
XVI
O'Malley47 quien dice: «No
puede ponerse en duda la enorme
importancia de Vesalio en este
desarrollo (de la anatomía) pese
a los errores que puedan hallarse
en su obra. Fue ésta el
fundamento, la Fabrica, en
sentido literal sobre la que otros
edificaron, destacando con
frecuencia, ciertamente, sus
errores, pero adhiriéndose al
hacerlo a los principios de
investigación y exposición por él
enunciados. Como ya queda
indicado, no todas las Escuelas
Médicas de Europa quedaron
ganadas durante el siglo XVI, y
' a victoria no fue completa hasta
bien entrado el XVII. Ello era
inevitable, sin embargo, en
aquella dramática pugna entre la
autoridad y la investigación
científica independiente».
Parece pues, que no podemos
encontrar las huellas de esa
influencia hasta bien entrado el
si
g'« X V I [ s e 3 ú n l a confesión de
O'Malley. Parece lógico pensar
que el atribuir a la misma lo que
ha a
>' ocurrido después, es una
afirmación carente de
fundamento. Y si alguna duda
nos quedara, hay una afirmación
de Burggraeye, uno de los
autores u quienes se debe la
nulificación de Vesalio que nos
P"ede sacar de ella. Dice así:
« L a prueba del poco interés que
se ha
puesto en estudiar a
Vesalio es que a partir del final
del siglo XVII ya no es citado
P°r los autores o lo es muy
raramente ».
inventarlos cuando no los
encuentran. Y la figura de
Vesalio les resulla especialmente
grata. He (rutado de buscar la
razón de ello. Y aunque pienso
que si hallé algunas de las
concausas que pudieran
contribuir a ese resultado, creo
que en mi modesto papel de
estudioso de los libros de
anatomía, no debo excederme
pasando a postular los
complicados factores ambientales
que determinan lo que motivó
aquella exclamación de
Tcrenciano de que habení sua
fata libelli. Sí puedo decir que
esos autores, o no han leído la
Fabrica, o no la han interpretado
adecuadamente y que sus
ditirambos no corresponden a su
valor objetivo en orden a
rectificar errores del pasado y
aportar nuevos hallazgos y
concepciones como base para el
ulterior desarrollo de la ciencia
anatómica.
Quedamos, pues, en que hasta
bien entrado el siglo XVII no se
puede apreciar el triunfo de las
ideas de Vesalio (O'Malley) y
desde entonces no se le cita o
sólo muy raramente
(Burggraeve). O sea. que esa
gran influencia se nos ha
escabullido.
Sic transit gloria mundi
podríamos concluir,
melancólicamente. El ruido
armado por la polémica se apaga
y no queda huella alguna. A
Vesalio se le hubiera citado
solamente por los historiadores
como uno de los anatómicos del
S|
g'° X V I y n<> d e l o s m a s
destacados, aunque edilor de un
libro
4 u e s í de .i° h u e l l a P o r s u
belleza,
Pero ya iniciado el siglo XVIII
se editan diccionarios biográficos
y sus autores tienen una común
tendencia a encontrar héroes y a
(4K)
BURGC.RAEVE:
P-: 2.
Loe, eit, <Kil.
29
Noticias
C
on motivo del VIII
Congreso de la Sociedad
Catalana de Cirugía
Ortopédica y Traumatología
celebrado en Terrassa el pasado
mes de mayo, bajo la presidencia
del Dr. Josep M" Amorós Macau,
la Biblioteca de la Fundación
Uriach ofreció una exposición
histórico-bibliográfica sobre
aquellas especialidades.
____^^^_-^^^^^_____
^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^
j ^
| ^ ™^W ^ " ^ T ^ W
I^L
g
^k
^k
f
1
XXVI Premio Uriach
Fueron expuestas 32 obras
iniciando la muestra dos
correspondientes al siglo XVI: el
capítulo De (raí inris de la Opera
Omnia de Galeno (Venecia,
1586), junto con la Historia de
la Composición del Cuerpo
Humano, de Juan Valverde
XI 1
I
^ > J | ^ |
1 ^ *
f
A
t
f
/ \
^ ^
(Roma, 1566).
EI siglo XVII estuvo
representado por el Crisol de
Cirugía (1576), de Fabricio de
I
/
\
^ ^
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Aquapendente y el Compendio
Quirúrgico de Diego Antonio de
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obledo. Del XVIII se
expusieron obras de Andrés
Tamayo (1703), unas Memorias
de la Real Academia de Cirugía
de p
a"'s (1757) y el Tratado de
enfermedades de los huesos de
Jean Louis Petit, además de una
serie de textos correspondientes
a los Reales Colegios de Cirugía.
Ya en el siglo XIX se presentó,
entre otros, la comunicación de
la primera amputación realizada
en Barcelona mediante
cloroformo (1848), así como una
muestra significativa del tránsito
de la cirugía antiséptica a la
asepsia, a través de obras de
Enrique Madrazo, Antonio
Morales y Salvador Cardenal.
En la última parte se expusieron
publicaciones de Manuel
Corachán sobre la biofisiología
de los injertos óseos (1919); la
Osteosíntesis de Manuel Bastos
(1932) y el clásico Tractament
de les fractures de guerra
(1938), de José Trueta.
Cerraban la muestra,
representando las dos
traumatologías enfrentadas
durante la guerra civil, El
Servicio Sanitario del Ejército en
campaña (Barcelona, 1937) del
coronel médico Sebastián
Montserrat y las Cuestiones
médico-quirúrgicas de guerra
(Santander, 1938), dirigidas por
Lorenzo Girones.
T
1 próximo día 15 de
' octubre finaliza el plazo
V para la recepción de
trabajos que opten a nuestro
tradicional Premio de Historia de
la Medicina, cuyas Bases fueron
publicadas en el número 57 de
«Medicina e Historia».
Recordemos que su dotación es
de 250.000 pesetas, su contenido
un tema libre e inédito de
Historia de la Medicina y la
extensión, incluida bibliografía,
no superior a las 30 hojas DIN
A4. debiéndose remitir a este
Centro de Documentación, sin
firma, y bajo el tradicional
sistema de «lema y plica»,
10° C o n g r e s o
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Nacional de HlStOna
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a Sociedad Española de
Historia de la Medicina ha
^m designado la ciudad de
Málaga como sede de su X
Congreso, a celebrar entre los
días 22 y 24 de febrero de 1996
bajo la presidencia del Profesor
Jesús Castellanos Guerrero.
Los debates se centrarán en torno
a la problemática del siglo XX
proponiendo, a tal fin, tres
ponencias de estudio: 1874-1975:
cien años de sanidad en
Andalucía; Medicina y Estado en
la España del siglo XX y Ciencia
y técnica en la medicina del siglo
XX, temas a los que se añadirá
una cuarta mesa recogiendo las
siempre necesarias
comunicaciones libres.
Para una mayor información:
Cátedra de Historia de la
Medicina. Facultad de Medicina.
Campus de Teatinos. 29080
Málaga.
Recensiones
C
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J U | A^NI-O PAVÓN.
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t™1^?*1* incunables
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reinado de Felipe II). San
Lorenzo de El Escorial, R.C.U.
Universitaria de
Escorial
fmkma.
Introdúcelo edictó i
índex: Jordi Torra; catalogado:
Montserrat Lamarca. Barcelona,
Publicacions de la Universitat de
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»4-4/3-1UDZ-Z
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Como consecuencia de las leyes
de desamortización del siglo
pasado, el Estado dispuso reunir
los libros procedentes de las
bibliotecas conventuales en las
capitales de pros incia con sede
universitaria para constituir
bibliotecas públicas Este fue el
caso de la Universidad de
Barcelona donde se recogieron la
gran mayoría de los incunables
que ahora se ofrecen
catalogados.
Esta publicación complementa e
individualiza el Catálogo
general de incunables en
bibliotecas españolas editado en
1989 por la Dirección General
del Libro y Bibliotecas del
Ministerio de Cultura aislando,
además, unos impresos de
principios el siglo XVI que
habían figurado como
incunables.
En este catálogo se ofrecen 752
títulos, más otros 200
duplicados, en los que pese a lo
que pueda parecer por su
procedencia conventual, hay 44
de carácter médico de los que
cabe citar dos publicados en
España: el Antidotarlo de
Nicolaus Salernitano (Barcelona,
1490) y la Cirugía de Guy de
Chauliac (1492).
R
• • • Emilio. La Enfermería
• • ™ Jerónimo del
Monasterio de! Escorial. (Su
historia y vicisitudes durante el
IERA PALMERO, Juan
(coord). La medicina en la
época del Tratado de
Tordesillas. Salamanca, Junta de
Castilla y León. 1995; 191 p.
ISBN.: 84-8189-020-0
Con una rapidez no habitual en
este tipo de publicaciones, la
Junta de Castilla y León, bajo la
coordinación del Prof. Juan
Riera, ha recogido en este libro
las ponencias leídas con motivo
de la conmemoración del V
Centenario de Tratado de
Tordesillas y ya comentadas en
el
Historia».
n° 57 de «Medicina e
. M a C r i s t i n a ? Servicio
de PublicacioneSi
, 9 9 5 ; 2 5 4 p.
ISBN.: 84-86161-42-8
¡mer es(udio sobrg ,
Jras
Hospital Real de Laborantes de
E [ E s c o r i a l publicado en 1992,
el autor quiere dar a conocer en
e s ( a ¿ n d a monografía, los
distintos aspectos que integraban
P
|a orgamzac ion sa^itaria d* l a s
enfermerías de la Orden
Jer ónima, desde sus antecedentes
,K)M;| |a ¿&] M o n a s t e r i o
d e E,
Escorial, incluyendo su
epidemiología en el último tercio
el siglo XVI, así como datos
so bre médicos y personal
s a n ¡ t a r i o q u e en él desarrollaron
su cometido.
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9 ERNABEU MESTRE,
M Josep. Enfermedad v
W0 población. Introducción a
los problemas y métodos de la
epidemiología histórica.
Valencia, Seminan d'Estudis
sobre la Ciencia. lc>94: 127 p,
ISBN.: 84-920303-2-1
Encaja este libro dentro de los
nuevos conceptos aparecidos en
los últimos años sobre la
epidemiología y la demografía
histórica, al intentar avanzar en
la resolución de los principales
temas historiográficos de
naturaleza poblacional y, entre
ellos, el del descenso de la
mortalidad, que han acompañado
la transición demográfica en la
Europa occidental.
En sus distintos apartados se
trata de las causas médicas de la
enfermedad y la muerte, de las
crisis demográficas y del
descenso de la mortalidad, junto
con la teoría de la transición
sanitaria.
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de sngwtensina aflámenle especifico, de lapa duración de acción y sn grupo sulthidrilo. INDICACIONES: Todostosgradas de nipertensicn esencia/, hipertensión renovascuiar e insuficiencia caduca congestiva.
Esta dosis (Jete a/wia/se según las necesidades del pacerte Has!a la tete 'a máxima dosis estudiada en «/ tamb/e es de SU mg a! da. Hiptttenskifí: La dosis inicia) recomendada es de 5 mg (2,5-5 mg en ,'a hrertens.cn
rEnorascuferj, administrada unareza/ d a £n pacientes de 65 añas ornes, ia dosis ¡racial recomendada es de 2,5 mg. La dosis usual de manfenmenío es de un comprimido de 20 mg una vez a/ da. En pápenles hpertensos
gue estén sie.wc rafeaos con au-enccs el atamiento diuréíco deoe suspenderse 2-3 días antes del cerne™ de CRINOREN. S> no fuese posible, ia dosis inkn/ de CfVNOREN déte ser taja (2,5 a S mg. Jnwfioanc»
íwiaí: Generalmente,fosmtérvatos de dosificación de enaiapní deten prolongarse, o bien disminuirse /a dosis. Las dos/s jn/cia/es recomendadas son las siguientes: aclsramiento de creatinina menor de SO mí/min y mayor de
30 mJ/min (S mg.'dial; adararmenfo de c/Batirana menor de 30 y mayor de 10 (2.5-5 mordía); aclaramiento de asafirma menor de 10 (2,5 mytosdas de diaVisisI Enalspn/ es íia/iab/e. Los ote en quetospacientes m estén en
d a t a , la dosis debe ajustarse de acuerúo a ia respuesta de b presión arteraí Insuficiencia Cardiaca Congesüra; La dosis ¡nictai de CRINOREN en pacientes con raufcwca cnJiaca congestm debe ser de 2,5-5 <rg, se
de(» adminisírar tajo estricta supervisión médica, Si es posible deoe reducirse la dosis de durétos anres de iniciar el tratamiento. La oosrs usual de manlemiento es de 10 a 20 mg, admmsíradiss en dosis únicas o
divididas. Esta dosis debe alcanzarse por incrementas patéales iras ia dosis inicial y puede llevare a cabe en un periodo de 2 a 4 semanas o más rápidamente, si la presencia de signos y síntomas residua/es de irisu%iencia
caróaca asi lo indican. Aries y después de comenzar ei trsíarwento cw CRIHOREN debe controlarse «¡nanamente la protón arteial f la íuncoo renal |Ver Precauciones). CONTRAINDICACIONES Y PRECAUCIONES:
CfliNOfi£N está eortíra/ndjcado en pacientes con h(Dersensíiíidad a este fánreco. Hipoiensidn Siníomática; Fue observaos latamente tras la dosis mía! o en el curso del tratamiento con QWQREN. Entospacientes
fjpertensos 'a íi'potenstón es másfrecuentecuando existe depleoón de volumen. En pacientes con insuficiencia cardiaca congestiva es más pratatíe que aparezca en aquellos con grados más seberos de íraunoenoa
cardiaca. Si se desarrol/ase hipotensión, debe colocarse a' paciente en posición supina pudendo ser necesario admmtraslefiguríoorai o suerofisiológicopor vía intravenosa. Unarespuestahpotensora (ransitcos no es una
coniranofcacion de úoss oostenores, que pueden admneíarse reíxlualmente después de la expansión de vobunen Si la nipoiensión se hiciese sintomática, puede ser necesario reducir la dosis o suspender el tratamiento
con CfilfVOflfN. Función Renal alterada: Ec\ algunos pacientes con estenosis bilaieraí de te artenas renales o estenosis de /a arteria de un riñon sortario, se han obsérvate incrementos en los nr/ete de urea y creaüni»
séricas, reversibles con la suspensión del ¡/atamiento. £síeftafazgoes especia/mente probable en pacientes con insufcenca renaí. Aovnos pícenles riiperíe/isos con aparente ausencá de enfermedad renal previa, han
desarrollado incrementos rrinimos y generalmente transitorios, en la urea y cesimna sérica especialmente cuando se administro CffiWRBí concomitantemente con un oiurético. Ruede ser necesano entonces reducir ¡adose
de CRÍNOREIi o suspender ei dvrttico. ín pacieites con insuScie/iCB cardíaca congestrta, /a nt>otensw ¡ras el cotmerao del ¡ratamente con CFWOREN puede Berar a un uftenbr delenoro de Ja üjneión feral. En esta
situación, se fia observado insuficiencia renai aguda, habitualmente reversible. CirugiilAnestesia: En pacientes que van a sufnr cirugía mayor o oVranre la anestesia con agentes que producen hipotensión, enaiapril bloquea ia
lormaoón de antjioíensinfl tt secundaria a la iifleraadn compensadora de reniña. Si apareciese rnpdensar, y se considerase secundaria a esie mecanismo, puede ser corregida por expansión de volumen Potasio sérico: 0
potasio sénco generalmente oemianece dentro de te límites mímales. En pacientes con msirfcienc« w a t la «dmrostrscion * CWNCfif,V puede llevar a ele/ación del potasio se.ico. espeoalmenfe en pacíanles con
conoce si CRINORBi se eneréis por !i leche materna. Existe un riesgo potencia/ de hpotensión fetal, nsp peso al nacer y descenso de la perfusión renal o anuna, en el feto tras la exposición uteñna a ios InriilüdofES del
enzima de conversión. Empleo en Pediatría: CRWOfiEN no se ha estudiado en niños INTERACCIONES: Puede ocurrr un Í ' K ' S aditivo cuando se emplea CRINQPEN conpntarnerK con otros fármacos anbhipertensivos
Genera/mente no se recomienda la utilización oe suplementos Oe potasio o diuiéücos aterradores de potasio, ya que pueden producirse aeraciones sJgwncativas de/ poiasc sénco, EFECTOS SECUNDARIOS: CftiNOREN ha
demostrado ser gene/ahwníe bien ¡oterado. Los efectos secúndanos mas comunmente desertas fueron sensación de inestabilidad y celalea, En el 2-3% detospac/eníes se descnbieron fatigabilidad y astenia Otros erec/os
secúndanos con una incidencia menor del 2% fueron: nipofensión orfostáoca, sincope, náuseas, diarrea, cafainbres musculares, erupción cutánea y tos seca persistente. En casos individuales se fia descrito edema
agwieurüfHx, con linchazón de la cara, extremidades, párpados, lengua, glotis y/o laringe fytf Prscaueones). En estos casos óebe suspenderse Cfl/NORP» e •nstsi.rir in'ned.atamente las medidas terapéuticas adecuadas.
Paramente se ooservarort a/feraaones en los parameiros estamíar de latioraíar» con ía aamimsíraoon de CRtNOREN, que tuesen de- sigratecióc clínica. Se íian observado Yicremeníos de á urea y creatnre sencas,
rerasib/es con la suspensión de CRWOfiErV. Se han descriío. en pocos pacientes, ligeras disminuciones de /a nemoofot™, nematcenío, pJaouelas y /eucccitos, asi como elevación de enz;mes hepáticas, pero no se na
eslabtecido una rei'ación causa/ con CRINOREH INTOXICACIÓN Y SU TRATAMIENTO: Basten datos miados .'aspecto i la soüredósmcsción. La mamfesJacon más probable de sobredosificsaón debe ser hipotensión, qu
puede ser tratada, si fuese necesario, mediante infusión intraiwosa de suero salino norma!. PRESENTACIONES: CKNOREN 5 mg, Ernas» de 6 ) cornpnmidas. PVPIVA3 Í.ÍW.-PSs. y de 10 comprmidos, PVPIVA3
Xl-Ptas. CfíNOREN 20 mg. Envase de 28 comprimidos, PVP I\IA2 3.693,-Ptas Envases Clínicos: CPINDREN 5 mo, 500 comprimidos (dosis tnitanas), CRtNOREN 20mg,500 comprimidos (dosis unrtarissj.
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DESCRimON:Lislran (nabumetona) es el pnnweprtsmlante (Je una nueva familia de iralgrucos dntin(Wna)otioi. los
No AC<)K;OJ Eiü ¡aiferercia ionteAINb exislenles hjsla la leíha, confiere a Listran unas uractenslicas farmacológiic» y
farmacodnérjcas que hacen de él un fármaco revoluciona™ dentro de los AINEs, al conjuntar potenda antiníamatoria con
mínimos riesgos de efectos secundarios INDICACIONES; listran eslá indicado en Osteoartrits y Artritis Reumatoide que
requieran tratamiento analgésico y anbinflamatono COMPOSICIÓN: Cada comprimido recubierto de Listran SM mg
o»tie«:N^iTietora(D.a.)SOOmqadatompnmi<J() dispersare de Ustranlg contiene: Nibumetona(O.C.I.)1g.
POSOLOGIA V FORMA DE ADMINISTRACIÓN: Adultos: La dosis habitual es de 1 g al día administrado por vil onl, tn
una única toma, con o sin alimentos, preferiblemente por la noche, En pacientes con síntomas Mudos o persistente l i
dosis puede aumentarse hasta 1.500 mg ó 2.00Omqpor día como dosis u n o o en dosis fraccionada. Niños: No hay ditos
clínicos para recomendar el uso de Listran en niños DOSIFICACIÓN EN ANCIANOS OR4C¡ENTES CON INSUFICIENCIA
HENAL: Normalmente, no se precisa realizar ajustes de la dosis en los ancianos, ni en pacientes too insuficiencia renal leve
o moderada CONTRAINDICACIONES: Listran está c o n t r a r i a d o en pacientes que han mostrado anteriormente hiper-
sensiciioy aestemeotornentoyenpa«msalosquelaaspinnauc^fánmosa
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provocan reacciones alérgicas. Ulcera péptica activa. Disfundórt hepática grave (cirrosis). ADVERTENCIAS f PRECAUCIONES ESPECIALES DE EMPLEO: Se ha comunicado la aparición infrecuente de úlceras gastrointestinal sintomáticas, hemorragia intensa o perforación. Aunque la frecuencia es menor que \> descrita para otros AINEs, deberá tenerse en cuenta
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la posibilidad de aparición de estos procesos, incluso en los pacientes sin antecedentes de úlcera. Al igual que con todos los
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AINEs, debe tenerse precaución en pacientes con insuficiencia renal grave (adanmierrto decrHbnm»< 3OmUmin/l,73
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m-"). En pacientesronprocesos inflamatoria crónicos, pueden aparecer anómalas en Uftjnciwhepít^frluctuatiorww
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la fosfatasa alcalina). No se ha comprobado que Ustran acentúe estos cambios; en case de que se observen síntomas jr/o
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signo* que indiqber una disfundón hepática o resultados anómalos oe l « poiebai heoatkas, debe controlarse pl posible
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desarrollo de una reacción hepática más grave. INTERACCIÓN CON OTHOS MEDICAMENTOS Y OTRAS FORMAS DE
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INTERACCIÓN: El metabolito activo de Ustran puede despicar a oíros fármacos unidos jpfcttinjs de su lugar de unión
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U administración simultánea de un antiácido conteniendo aluminio, leche o alimenlos.no afecto de manera importante a
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la biodispornbriidwj def metabotto activo de Ustran. Dos ensayos climcos farmacológicos demostraron que no se producía
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una interacción significativa ¡n vivo entre warfanna y Ustran. No obstante, deberá tenerse curiado cuando se acete
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Listran ccnijuntameníe. La administración simultánea de paracelamol, aspiriru o cimetidina no at«lo a la biodisponithlidad
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del principal melabolito. No se han realizado estudios de interacción entre ustran y glucósidos cardioactívoi, litio o
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metotoato; por tanto, se rKomiencü precaución en la administración simultánea de ambos. EMBARAZO V LACTANCIA:
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En ratas, Ustran no ha mostradoningún efecto adversosobre la capacidad reprcductM.fóensteneshJOfo controlados
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q w garanticen la eficacia y seguridad de Ustran en mujeres gestantes. No se recomienda su uso durante H
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tercer trimestre del embarazo. Durante la lactancia su uso deberí estrinojrse a aqueta osos en los que
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^ el posible beneficio para las madres justifique el riesgo potencial para el lactante. EFECTOS SOBRE LA
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CAPACIDAD PARA CONDUCIR VEHÍCULOS V UTILIZAR MAQUINARIA: Existe un riesgo de que
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apirezcan vértigos u otros trastornos del Sistema Nervioso Central tras la administración ie Ustran,
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En tates casos, el paden»; no debe conducir o utilizar maquinaru. REACCIONES ADVERSAS: CeneH H
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raímenle Listran se tolera bien Las reacciones adversas desertas más frecuentemente son Sistema
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_^É Nervioso Central: Cefalea, vértigo, latigj, somnolencia e insomnio. Dermatológicos: Erupción cuti^ H
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aea y prurito. Gastrointestinales: Diarrea, dispepsia, dolor abdominal, náuseas, sequedad de bou,
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^ ^ ^ fiatuiencia, estreñimiento y sangre oculta en heces. Sentidos Especiales: Hnmtui y visión anormal.
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Sisténiicos: tdema. 50BRED0SIF1CACI0N: No Miste un antidoto específico. Se recomienda el lavado
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gástrico seguido de la administración oral de 60 g de carbón activo diarios, en dosis divididas, con terapia
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adecuada de soporte. PROPIEDADES FARMACOLÓGICAS: Propiedades farmacodinámicií: Ustran es un nuevo fái™•
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CD aritiinnafTiatanc no estefcKleo, no-áticío que ha demostrado tefier propiedades antiinflamairjfsai, analgesias y anlipirílicas
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durante los estudios tartrucológicos. En enuyos realiiados €r. voluntarios «nos, durante una stmana, con dósii repetidaj,
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Ustran tuvo escaso efecto sobre la agregación plaquetaria inducida por colágeno y ningún efecto sobre el tiempo de
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sangrado, Propiedades famucocirwticas: Listran se absorbe bien en el twtogastrointestifial. Por si mismo no se puede
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cuantrücar en eí plasma, porque después de su absorción sufre una rápida biotransiormacion a su principal metabolito
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se convierte en 6MNA y un 30% se transforma en otros metabolitos que se excretan posteriormente en la orina Más de un
99% de 6MNA está unido a proteínas plasmáticas, U fracción libre normalmente, consiste en un 0,2% a un 0,5% de las
concentraciones alanzadas tras la administración de 1.000 mg de nabumetona y apronimidamense un 0,6%, a un 0,8%
de las concentraciones totales en el estado de equilibrio después de la administración dari* de 2000 mg. DATOS
PRECUNICOS SOBRE SEGURIDAD: Toocología general: Cono clase, los fármacos antunflamatorios no eslewdeos se
han asociado con esiones renales después de su administración * l*go plazo, a anímate. En ralas 5» observaron cambios
tras la administración de nabumetona. En monos, no se observaron lesiones renales en los estudios de hasta un año de
duración, a dosis 10 veces supenores a la dosis humana recomendada. Genotoxiridad: Nabumelonav su melabolito
activo (6MNA) no resultaron ser genotónicos en «tudws in vltro e in vivo en mamíferos y no ramíferos. Cartlnogénesis:
Durante los ensayos rcalizarJos en ralas y ratones durante dos años con nabuiTKtona.no se oosmo mnqun etectDlumoríl
INCOMPATIBILIDADES No se han descrito, PERIODO DE VALIDEZ: No utilizar después de la lecha de caducidad. PRfCAUCIONES ESPECIALES DE CONSERVACIÓN: Almacenar a temperatura ambiente en Ripíenles bien cerrados. Dispensar en
envases resistente! a la luz. INSTRUCCIONES DE USO/MANIPULACIÓN: Mantener luera del alcance de los niños. PRESENTACION y PREGO PVP IVA: Listran 500 mg, envase de 40 compnmdos recubiertos PVP WA 2 209, -Pus. ustran 1 g,
envase de 20 comprimidos dispersables PVP IVA 2.209, Ptas. CONDICIONES DE PRESCRIPCIÓN í DISPENSACIÓN; Con
receta médka. Reembolsables por la Seguridad Social COSTE TRATAMIENTO/DIA: 109 ptas.
Usaran* 500 mg compnrudos rHubwtos « ú rabncado pw SmnNJoj Bífctum Plumu CmbH
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Oonau (AJmuraa]. bd|D licencia«VnithUlH íeectum p 11, fars I URWCH b. Cu. &.A
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