4.0 Sintesis

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4.0
SÍNTESIS AMBIENTAL Y SOCIAL
4.1
SINTESIS DE LINEA BASE FISICA
4.1.1
SINTESIS DE LINEA BASE FISICA DEL SECTOR SELVA
La selva es la región más extensa del país, aunque en el trazo del gasoducto representa la
menor extensión del Proyecto estudiado, abarcando aproximadamente 182 km que es el
27.10% del trazo total. El kp 0 se encuentra a orillas del río Urubamba, en plena selva baja, a
poco más de 300 msnm; de allí asciende, primero ligeramente a lo largo del valle del
Urubamba y luego rápidamente cuando el trazo se interna en la cordillera Andina.
La selva es una región que básicamente se caracteriza por sus climas pluviales, los cuales
determinan la existencia del bosque tropical amazónico. Sin embargo, la ubicación de este
complejo medio biológico ocurre sobre el flanco oriental de los Andes y por ello la selva
asciende hasta poco más de 3,500 m de altitud. Esto determina que al interior de esta región
existan importantes sub-regiones con características particulares, que se mencionan a
continuación.
4.1.1.1
Clima
A pesar de que toda la región selva está dominada por el bosque tropical amazónico, en
realidad presenta diferencias notables de acuerdo a la altitud, pudiendo distinguirse
claramente tres sectores:
Clima de Selva Baja
La selva baja es la región más extensa del país y de toda la amazonía en su conjunto. Está
formada por todos los territorios que se ubican al este de los primeros contrafuertes andinos.
Se caracteriza por ser una región de tierras bajas, de menos de 500 ó 600 m de altitud, que dan
la apariencia de una extensa llanura cubierta de bosques, pero que en detalle consisten más
bien de una amplia zona de relieves colinosos.
El clima es cálido y húmedo, con temperaturas promedio anuales superiores a 24 y 25°C y
precipitaciones que fluctúan entre 2,000 y 3,000 mm anuales. De acuerdo a la latitud hay una
marcada estación lluviosa de diciembre a marzo, pero son también lluviosos los demás meses,
sobre todo los de octubre, noviembre y abril. Los meses de junio, julio y agosto son
particularmente secos.
Las varia ciones anuales son relativamente débiles. Existen años que pueden superar en 40 ó
50% el promedio de precipitaciones y años en que pueden llegar igualmente a bordear el 60%.
Este rango de variabilidad es pequeño comparado con los que se presentan en la sie rra o en
otras regiones del país. Se trata de grandes volúmenes pluviométricos, que implican la
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posibilidad de cuantiosos desbordes fluviales cuando se producen años lluviosos
excepcionales.
Clima de Selva Alta
Sobre los 500 a 600 msnm se inicia el brusco ascenso por el flanco oriental de la Cordillera
Oriental y faja sub-andina. En este caso, durante gran parte del año, las masas de aire
provenientes del anticiclón atlántico, al pasar por la selva baja se encuentran con la orografía
andina e inician un forzado ascenso. Este ascenso enfría las masas ocasionando una elevada
condensación y formación de nubes, con las consiguientes cuantiosas lluvias. Durante el
verano austral, la selva alta se ve igualmente favorecida que la selva baja y resto del país, con
la predominancia de la convergencia intertropical húmeda en esta estación. De esta manera la
selva alta resulta la región más lluviosa del país con precipitaciones superiores a 4,000 mm.
Las referencias bibliográficas señalan, para zonas similares y relativa mente cercanas, lluvias
de más de 8,000 mm para ciertos años lluviosos.
La selva alta llega hasta unos 2,200 a 2,500 msnm y es una región esencialmente cordillerana
de topografía agreste. La circulación aérea y la distribución de los sectores de lluvia a nivel
local están bastantes influenciadas por la orografía.
Clima de Ceja de Selva
Sobre los 2,200 a 2,500 m de altitud, se extiende una franja cordillerana de bosque tropical,
menos vigorosa que el bosque de la selva alta y especialmente de la selva baja. Esta zona,
conocida como ceja de selva, es el límite hasta el cual ascienden los bosques amazónicos,
correlativamente hasta el nivel que ascienden las lluvias orográficas de la selva alta. Aunque
no existen registros meteorológicos sobre esta zona, se estima que las lluvias son similares o
ligeramente inferiores a las de la selva alta, teniendo en cuenta la menor temperatura de sus
masas de aire. Precisamente la menor temperatura es uno de los condicionantes para reducir la
vigorosidad del bosque de la ceja de selva, conocida también como “bosque de neblinas”.
La ceja de selva asciende hasta los 3,200 y 3,600 msnm, según variaciones locales y se estima
que la temperatura es 10°C inferior a la de la selva baja.
4.1.1.2
Geología
La selva en la zona de estudio presenta tres elementos estructurales mayores, la Cordillera
Oriental, la faja sub-andina y el llano amazónico. Esta región se caracteriza en el primer caso
por un relieve montañoso muy accidentado y agreste; en el segundo caso por una topografía
más baja conformada por un alineamiento de colinas que corresponden a las estribaciones
andinas orientales y en el último caso por una topografía depresionada suave y ondulada. En
la mayor parte de esta región, las estructuras menores presentan una dirección andina, NO-SE;
sin embargo, en el extremo norte, al estar afectada por la deflexión de Abancay, presenta una
dirección E-O.
En esta región, las rocas predominantes son de litología arcillosa o arenosa. Estas rocas han
sido depositadas en el largo período de tiempo transcurrido desde el Neoproterozoico hasta el
presente, habiendo sufrido por ello diferentes eventos tectónicos que en algunos casos
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resultaron en un metamorfismo intenso en las rocas más antiguas y en otros significaron el
fuerte plegamiento de los estratos rocosos que conforman la región cordillerana y la zona subandina. A esto se añade un plutonismo extendido que, sin embargo, tiene poca significancia
en el trazo del gasoducto. La acción tectónica, representada por las estructuras plegadas o
falladas de carácter regional o local, se extingue conforme el territorio se aleja del eje
principal de plegamiento andino.
Los procesos antes mencionados fisuraron la secuencia rocosa tornando frágiles y quebradizas
las rocas y en consecuencia proclives al intemperismo químico hídrico. A estos procesos se
aúna la alta pluviosidad de la región selva, lo que dio como resultado el desarrollo de una
extendida capa residual arcillo limosa en las vertientes, cuyo espesor depende de las
características topográficas locales. La deforestación generada por una creciente colonización
en territorio cordillerano, dio lugar a la reactivación de los procesos erosivos. Esto generó
deslizamientos y derrumbes en las partes altas y un incremento de sólidos en los cauces, lo
que da como resultado la aceleración de los socavamientos y erosión lateral en los territorios
bajos.
En un contexto, donde las rocas y los materiales de alteración son poco competentes y
coherentes, la ocurrencia de un sismo de magnitud media podría desencadenar eve ntos
destructivos importantes. Sin embargo, se conoce que la zona presenta baja sismicidad actual
y los sismos que ocurren son de foco profundo, lo que los hace poco destructivos. A pesar de
ello se tiene referencia que en las regiones relativamente cercanas al río Urubamba,
comprendidas entre las hojas de los cuadrángulos nacionales Timpía, Calangato y Río
Providencia, ocurrieron sismos superficiales en los años 1962 y 1974, potencialmente muy
destructivos de ocurrir en zonas pobladas.
Además, se tiene que considerar que las rocas según su composición litológica presentan
diferente respuesta a un evento sísmico. Las lutitas y pizarras paleozoicas así como los
materiales arcillosos del manto mueble son los más fáciles de deformar, debido a su
plasticidad y poca competencia; le siguen las areniscas y arcillitas terciarias poco litificadas.
Los materiales conglomerados cuaternarios a pesar de su ligera o casi nula consolidación son
poco deformables. Las calizas y margas son muy competentes por su alto grado de
consolidación; sin embargo, su zona de exposición es limitada.
Desde el punto de vista hidrogeológico, las aguas subterráneas tienen poca importancia para
la selva, debido a que por la alta pluviosidad de esta región el recurso hídrico superficial es
abundante. Cabe señalar que existe poca probabilidad de ocurrencia de napas acuíferas
extendidas en territorio cordillerano, donde se asientan la mayor parte de las poblaciones de
colonos. Esto se debe, por un lado, a la fuerte pendiente del relieve que obliga a que las aguas
de precipitación escurran rápidamente y por otro, al substrato rocoso poco permeable. Sin
embargo, no se descarta la ocurrencia de pequeños manantiales en zonas muy locales, los que
estarían asociados a fracturamientos de las rocas. En lo s territorios bajos del llano aluvial, las
poblaciones se ubican cerca a las riberas de los ríos y quebradas, las que satisfacen
suficientemente sus necesidades hídricas.
En cuanto a la construcción del gasoducto, las condiciones geológicas y topográficas plantean
problemas serios en la Cordillera. A pesar de que el trazo sigue principalmente las líneas de
cumbres para minimizar su impacto y facilitar su construcción, las capas rocosas se deben
trabajar con explosivos. Esto podría desencadenar movimientos importantes de masa en las
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vertientes aledañas, lo que perjudicaría incluso las obras que se ejecutan. En cambio en el
llano amazónico del Urubamba las dificultades son menores, no siendo necesario el uso de
explosivos en las terrazas aluviales y las facilidades de trabajo se incrementan notablemente.
Por otro lado, los materiales para la construcción existen con cierta abundancia en los lechos
de los ríos.
4.1.1.3
Geomorfología
Correlativamente a las principales estructuras geológicas de la selva, la geomorfología
presenta también conjuntos morfológicos asociados. La Cordillera Oriental y faja sub-andina
se correlacionan con los ambientes montañosos, predominantes en la zona del trazo de selva.
El llamado llano amazónico corresponde al extenso relieve de colinas del este y norte de la
faja evaluada. Un tercer elemento morfológico son las llanuras formadas por las
acumulaciones aluviales cuaternarias. Las montañas predominan ampliamente, constituyendo
aproximadamente el 75% del trazo, mientras que las colinas constituyen el 21% y las llanuras
el 4%.
Una parte considerable de las formas de relieve de la franja evaluada en la zona de selva,
aproximadamente el 35%, del total en el tramo de selva, que es casi la mitad de las zonas de
montañas en selva alta, está mediana a muy fuertemente intervenida; es decir, deforestada en
sectores considerables, con la vegetación transformada en cultivos de fuertes pendientes o con
vegetación de pastos y regeneración parcial del bosque original. Estas zonas se ubican
principalmente hacia las márgenes del río Apurímac y en menor medida hacia las márgenes
de los ríos Mantalo, Urubamba y Poyentimari.
Las zonas fuertemente intervenidas, sobre todo las que están en las regiones agrestes de la
selva alta, experimentaron cambios morfológicos notables en las últimas décadas,
especialmente por el incremento de la erosión. Anteriormente en estas zonas el bosque
mantenía un equilibrio más o menos precario en las vertientes montañosas cubiertas por la
vegetación. Sin embargo, la deforestación en zo nas lluviosas de fuerte pendiente desencadenó
masivas acciones de erosión, ya que en la selva, bajo el bosque, las laderas tienen en
superficie una proporción importante de partículas y suelos de profundidad decimétrica. Estas
partículas y suelos al no estar protegidos por la vegetación, inician un pronto proceso de
erosión laminar, abarrancamientos y pequeños derrumbes que transforman rápidamente el
área, destruyendo los suelos y sobrecargando en sedimentos las corrientes fluviales.
En condiciones naturales, las vertientes montañosas de la selva alta y ceja de selva tienen,
normalmente, severos procesos de erosión laminar. Si bien el bosque protege las laderas del
impacto directo de las lluvias, la ausencia de sotobosque, característica en los bosques
tropicales originales, ocasiona que las copiosas lluvias que llegan desde el follaje del bosque
al suelo escurran rápidamente por las pendientes. Estas lluvias escurren con una importante
proporción de elementos finos, que dan un tinte rojizo a los ríos durante la estación de lluvias,
cosa que sucede aún en las zonas de bosque no intervenido. Por otro lado, las vertientes
cubiertas de bosques presentan eventualmente deslizamientos como efecto de las voluminosas
lluvias que infiltran sobre formaciones rocosas sedimentarias y metamórficas. Esto se aprecia
más en condiciones naturales, en la llamada ceja de selva.
El acelerado proceso de deforestación de la zona del río Apurímac intensificó las acciones
erosivas, especialmente la erosión laminar, la aparición de cárcavas e incluso la aparición de
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fenómenos de torrencialidad marcados en algunas quebradas, que tenían antes un régimen
hidrológico más regular.
En los mapas de geomorfología y estabilidad física se identifican las zonas de fuerte
intervención humana a fin de reconocer las áreas potencialmente críticas. A este
reconocimiento se suman otros factores como la presencia de substratos geológicos que
propenden a la ocurrencia de movimientos de masa, como sucede con las filitas de la
formación Excelsior, que se distribuyen al suroeste de la faja de estudio.
La zona de colinas es mucho más estable que las montañas de selva alta y ceja de selva,
aunque a nivel interno presentan ciertas variaciones, principalmente según su altura, pendiente
y material constituyente. Casi todas las colinas están formadas por materiales de antiguos
rellenos cuaternarios, más o menos sueltos o por materiales rocosos terciarios de origen
sedimentario, que son también poco consistentes. Las colinas son básicamente estables bajo el
bosque tropical, pero en los escasos lugares donde se deforestaron, se han iniciado acciones
erosivas severas.
Finalmente, las llanuras son ambientes estables y los procesos de inundación en esta zona, tan
extendidos en la selva, afectan muy poco ya que las llanuras aluviales en su gran mayoría son
terrazas medias y altas no inundables. Las secciones inundables son bastante reducidas, como
se aprecia en los mapas de geomorfología y estabilidad física.
4.1.1.4
Suelos y Uso de la Tierra
Los suelos y el uso de la tierra están muy relacionados con la distribución geomorfológica.
Los suelos de llanura son de origen aluvial y se diferencian según su antigüedad y niveles de
inundabilidad. Estos suelos son profundos y su desarrollo genético varía entre muy escaso
para los suelos inundables más recientes y marcado proceso de diferenciación genética para
los suelos de terrazas aluviales más antiguas, los cuales presentan varios horizontes de
diagnóstico en el perfil.
Los suelos de colinas son menos profundos que los de terrazas y tienen desarrollos genéticos
medianos, con algunos horizontes de diagnóstico. Los suelos de montañas, son generalmente
menos profundos, llegando a superficiales en las zonas de mayor pendiente. Las pendientes
elevadas reducen la intensidad del desarrollo genético de los suelos, a pesar de su antigüedad.
Todos los suelos del área son ácidos o fuertemente ácidos, salvo los reducidos suelos
inundables que reciben periódicos aportes minerales de las corrientes fluviales que elevan su
pH. Por la acidez, la fertilidad natural de los suelos del área es baja.
De otro lado, el bosque tropical amazónico cubre los suelos del área y los protege de la
elevada potencialidad erosiva de las lluvias de la región, especialmente en las zonas de mayor
pendiente y formaciones rocosas poco coherentes. Cuando estas áreas se deforestan y
queman, la quema produce, inicialmente, una elevación temporal de la fertilidad natural que
se traduce en buenas cosechas durante uno a tres años. Luego de este período se retorna a la
fertilidad natural baja, con el agravante de que las lluvias eliminan parte de la vital capa
superficial del suelo. Los campesinos deben quemar otros bosques para el mismo fin,
desarrollando así una agricultura migratoria.
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Cuando este proceso migratorio agrícola es reducido, el bosque se regenera y las tierras se
erosionan muy poco, lo que sucede incluso en condiciones naturales con los deslizamientos.
Por ello, la agricultura migratoria es un proceso antiguo, que viene siendo practicado por las
comunidades nativas ancestralmente. El problema surge con una población mayor de
campesinos migrantes que coloniza la selva alta y desarrolla una agricultura migratoria sobre
áreas extensas, ya que las posibilidades de regeneración del bosque disminuyen y se acelera la
erosión de las tierras.
Las áreas de selva ampliamente intervenidas sobre terrenos de fuerte pendiente, constituyen
un importante pasivo ambiental para las obras del gasoducto, puesto que se trata de áreas que
ya sufrieron un notable deterioro pero que además están en situación geodinámica más
inestable que la que tuvieron bajo condiciones de bosque natural.
El estudio de suelos concluye con una clasificación de tierras por capacidad de uso mayor,
dispuesta por el Ministerio de Agricultura; según este análisis, a lo largo del trazo, una gran
parte de las tierras son de protección, es decir, que no se deben usar con fines agrícolas dadas
sus restrictivas condiciones ecológicas e inestabilidad. Buena parte del bosque de colinas y
terrenos de pendiente es apta sólo para producción forestal, mientras que un reducido
porcentaje de tierras es apta para cultivos permanentes o en limpio. Sin embargo, esta realidad
está totalmente alterada por la deforestación de algunos sectores del trazo.
4.1.1.5
Hidrología
Las corrientes de agua de la selva son concordantes con el clima y el relieve. Los grandes ríos
como el Urubamba y el Apurímac tienen caudales de varios miles de m3 /s, especialmente
durante los meses más lluviosos y descienden a varios cientos de m3 /s durante los meses más
secos. A diferencia de los ríos de la costa y sierra, estos son navegables y desempeñan el
importante papel de vías de comunicación en áreas que de otro modo sería muy difícil el
acceso. Estos ríos sostienen una importante ecología con una notable variedad de especies
biológicas que sirven de sustento a los pobladores del área.
Los ríos de la selva tienen numerosos afluentes, los cuales son más torrentosos en la medida
que se asciende hacia la selva alta. En la selva alta los caudales de creciente pueden ser
muchas veces superiores a los de vaciante, con rápidas y bruscas crecidas que circulan por las
fuertes pendientes. Los ríos de la selva baja son más regulares.
Las napas freáticas son correlativas a los grandes volúmenes hídricos del clima pluvial, pero
en general se trata de acuíferos que casi siempre están bajo los 5 m de profundidad, ya que
filtran por las numerosas fisuras de los aforamientos rocosos, mayormente metamórficos.
4.1.1.6
Calidad de aire y ruido
En la región selva la calidad del aire es buena en general. Los niveles de partículas y gases
son muy inferiores a los estándares de calidad del aire establecidos en el D. S. No. 074-01
PCM y a los estándares de organismos internacionales como la Agencia de Protección
Ambiental de los Estados Unidos (USEPA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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Las estaciones de calidad del aire en la región selva se ubicaron teniendo en cuenta el lugar
donde se encontrarán las estaciones de bombeo y los campamentos logísticos que se
construirán durante las etapas de construcción y operación del gasoducto. Por esta razón, las
estaciones se ubicaron en Las Malvinas, Alto Shimaa, Kepashiato, Villa Quintiarina y Kiteni,
en Cusco.
Los niveles de ruido en esta región se encuentran ligeramente por encima de los niveles
establecidos por la OMS para horas diurnas y nocturnas. En estos lugares las fuentes de
emisión de ruido son principalmente la fauna local e insectos característicos de la selva. En
Las Malvinas se presentó el mayor valor de ruido registrado (62 dB), como consecuencia de
que en este lugar se ubica el campamento logístico de Techint.
4.1.1.7
Calidad del agua
En esta región la calidad del agua es buena. Se muestrearon 20 puntos, entre ríos y quebradas
que cruzará el gasoducto. Los resultados de los parámetros físicos y químicos se encuentran
dentro los límites máximos permisibles establecidos en la Ley General de Aguas para la Clase
IV y de los establecidos por la USEPA, excepto para aceites y grasas.
El mayor valor reportado de aceites y grasas se obtuvo en el río Mantalo con un valor de 19
mg/L. La presencia de aceites y grasas en algunos ríos y quebradas del sector selva es común
debido a la existencia de taninos y aceites naturales que interfieren con el análisis del
laboratorio.
Para metales pesados disueltos los valores que se registraron se encuentran por debajo de los
límites establecidos en la Ley General de Aguas Clase IV. Sin embargo, para mercurio se
reportaron concentraciones por debajo del límite empleado por el laboratorio, 0.0004 mg/L.
El límite de detección empleado por el laboratorio es mayor al valor límite exigido para la
Clase VI en la Ley General de Aguas, razón por la cual no se puede establecer comparación
alguna.
4.1.1.8
Mapa de Estabilidad y Riesgo Físico
Como resultado aplicativo del análisis integrado de la línea base física se presenta el Mapa de
Estabilidad y Riesgo Físico del sector selva (mapa 4.1-1), el cual contiene una zonificación
descriptiva basada principalmente en el análisis de los caracteres del relieve, condiciones
climáticas, hidrodinámicas y de uso actual o potencial del área.
El mapa reconoce rangos descriptivos para calificar las distintas áreas según sean estables o
inestables frente a eventos físicos naturales, tanto desde el punto de vista del riesgo que las
referidas ocurrencias pueden causar a las obras e instalaciones del proyecto, como a los
riesgos que el propio proyecto presenta para las condiciones ambientales del área.
El esquema clasificatorio que se presenta a continuación es descriptivo y se basa en términos
que señalan determinados riesgos y ocurrencias físicas frecuentes o eventuales. Estos
criterios, en conjunto, sirven para identificar áreas críticas, o señalar áreas que por sus
restrictivas condiciones ambientales requieren determinadas prácticas de conservación o
manejo.
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Desde el punto de vista de la línea base física, en la selva predominan ampliamente las zonas
inestables, puesto que más del 60% de la longitud del trazo en esta región se ubica en ámbitos
cordilleranos de muy fuerte pendiente, bajo los climas pluviales propios de la selva y muchas
veces en formaciones geológicas poco consistentes. Al final de este acápite, el cuadro 4-1
muestra las longitudes y áreas involucradas en las distintas unidades de estabilidad y riesgo
físico para la selva. A continuación se señalan las principales características de las unidades
de mapeo identificadas en el mapa 4.1-1.
4.1.1.9
Áreas Estables
Como su nombre indica, se trata de áreas donde las acciones morfodinámicas son reducidas,
sea porque las pendientes son débiles, porque la cobertura vegetal protectiva es muy eficaz, o
porque los factores geológicos y de uso de la tierra atenúan la geodinámica. En estas áreas,
generalmente las operaciones pueden resultar relativamente sencillas de realizar, aunque
siempre se debe considerar la s medidas para evitar daños específicos, especialmente en lo que
concierne a los aspectos ecológicos o sociales.
En el trazo de selva, mayoritariamente montañoso, bajo climas pluviales, compleja geología y
localizada deforestación masiva, las áreas estables son en conjunto bastante reducidas, y el
trazo las atraviesa en poco más de 6 km, que representan el 3.3% aproximado del trazado. En
la zona se pueden reconocer dos tipos de áreas estables:
Terrazas Aluviales y Lomadas Poco Intervenidas (E-1)
Son áreas relativamente reducidas, ubicadas principalmente a orillas de los grandes ríos de
selva baja, como el Urubamba. Son terrenos de muy escasa intervención humana y por ello
son áreas donde el bosque tropical protege eficazmente el suelo.
La estabilidad de estos ambientes es máxima, teniendo en cuenta que además de la protección
del bosque, los terrenos son llanos y consiguientemente la erosión resulta sumamente
atenuada. Estas terrazas, ubicadas a más de 10 m sobre los ríos, no son inundables y por ello
tampoco están sujetas a la erosión fluvial; salvo en los bordes ribereños, donde los
socavamientos más intensos pueden hacer retroceder los terrenos varios metros durante un
período de creciente.
Por otro lado, los materiales de las terrazas ofrecen condiciones topográficas y geológicas
favorables a las excavaciones, las cuales no requieren emplear explosivos ni afectan aguas
freáticas, generalmente ubicadas como mínimo a 5 m de profundidad. La longitud del trazo en
estos terrenos suma menos de 5 km, que aproximadamente representan el 2.6%.
Terrazas Aluviales Intervenidas con Cultivos (E-2)
Son áreas que se localizan principalmente en el valle del río Apurímac, donde el trazo lo cruza
en poco más de un km, que representa menos del 1% del trazado en selva. Este valle está
fuertemente intervenido desde hace décadas. En estas áreas la vegetación del bosque tropical
en las terrazas se reemplazó por cultivos. No obstante la carencia de bosque, la estabilidad
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geodinámica es similar a la de la unidad anterior, debido a la horizontalidad de las terrazas, a
la vegetación cultivada y a la no inundabilidad de estos terrenos.
Sus condiciones operativas son igualmente favorables, pero en cambio, se trata de terrenos de
especial valor agrícola y socioeconómico, sobre todo por tratarse de las pocas tierras agrícolas
de valor que existen en la selva alta.
4.1.1.10 Areas medianamente estables, potencialmente inestables
En estas áreas, bajo las condiciones actuales, el dinamismo es bajo; es decir no se aprecian
acciones de geodinámica que puedan definir niveles de deterioro o riesgo físico, salvo
sectores muy puntuales. No obstante, se sabe también que estas áreas, básicamente debido a
pendientes considerables y suelos poco cohesivos, pueden pasar rápidamente a condiciones de
inestabilidad geodinámica definida, si es que se produce una intervención que propicie la
deforestación. En esta categoría se puede agrupar a los distintos tipos de colinas bajas
reconocidas en el mapa geomorfológico de selva, que en conjunto son cruzadas por el trazado
en poco más de 15 km, que representan aproximadamente el 8.3% del trazo en selva. Sus
características más generales se señalan a continuación:
Colinas Bajas de Bosque Poco o Nada Intervenido (EI-1)
Estos relieves no son llanos, sino colinosos, de alturas inferiores a 80 m y pendiente de 15 a
50%. Sus accidentes topográficos son fuente de acciones erosivas, sobre todo porque las
colinas tienen suelos relativamente profundos en la superficie y porque las lluvias son
abundantes. Sin embargo, actualmente estos medios son poco erosivos, prácticamente
estables, salvo un escurrimiento laminar que afecta ligeramente el suelo y pequeños
movimientos eventuales de masa. Esta situación se debe a que son bosques poco o nada
intervenidos.
Se considera que si ocurren masivas acciones de deforestación como en otras zonas, se
desarrollará el potencial erosivo acelerando el deterioro del medio.
De otro lado cabe indicar que las condiciones operativas en estas áreas son algo dificultosas
por la topografía y afloramientos rocosos, que en algunos casos requieren explosivos, con la
consiguiente probabilidad de desestabilización de taludes.
4.1.1.11 Áreas medianamente Estables, Potencialmente Inestables
En estas áreas el dinamismo actual también es bajo, pero a diferencia de la unidad anterior, se
observan acciones geodinámicas que revelan un equilibrio bastante precario. Básicamente se
trata de colinas altas y vertientes montañosas, actualmente bien protegidas de cubierta vegetal,
donde sin embargo existe una determinada erosión. En consecuencia, se considera que la
ejecución de obras en estos medios implica importantes riesgos potenciales de deterioro
ambiental que se deben evitar. El trazo en estos sectores es de aproximadamente 22 km, que
representan un 12% del trazado en selva: Las características de esta unidad de estabilidad son
las siguientes:
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Colinas altas y montañas de bosque poco o nada intervenido (ME -1)
Las colinas de este grupo son elevaciones de altura generalmente comprendida entre 80 y 300
m sobre sus niveles de base locales. Bien protegidos por una cobertura vegetal poco
intervenida, pero con pendientes superiores a 50% y substratos geológicos poco compactos o
coherentes, de rocas arenosas y arcillosas terciarias, y conglomerádicas cuaternarias, hecho
que les confiere una elevada inestabilidad potencial.
Asimismo, en esta categoría se incluyen vertientes montañosas, con bosques igualmente poco
intervenidos, que tienen magnitudes y pendiente superior a las colinas mencionadas, pero que
en cambio poseen substratos geológicos más competentes.
Las condiciones operativas en estos medios presentan dificultades topográficas y geológicas,
e implican considerables riesgos de deterioro ambiental.
4.1.1.12 Áreas Inestables
En estas áreas, que en conjunto son cruzadas por el trazado en aproximadamente 54 km (30%
de la longitud del trazo en selva), se puede identificar fácilmente ocurrencias geodinámicas,
las mismas que en magnitudes y frecuencias distintas, significan determinadas formas de
deterioro ambiental, e incluso de riesgo físico, donde en consecuencia, la ejecución de obras
puede conducir a incrementar las acciones nocivas de la geodinámica, si es que no se toman
las medidas de conservación apropiadas. Se reconocen las siguientes clases de áreas
inestables:
Terrazas Bajas Inundables (I-1)
Son los relieves llanos ribereños, sujetos a periódicas o irregulares inundaciones. Por ello, su
estabilidad, debida a la horizontalidad del relieve, se transforma durante los meses de
creciente. Durante estos meses la inundación puede provocar daños de distinto orden. Son
áreas muy reducidas, que quedan principalmente a orillas del río Urubamba. La longitud que
cruza el trazo en estos terrenos bordea solamente los 200 m que es una proporción irrelevante,
para el conjunto del trazo, aunque su importancia reviste caracteres particulares.
Las dificultades operativas provienen de la probabilidad de anegamientos durante las
crecientes, la cercanía o superficialidad de la napa freática y la consiguiente probabilidad de
ocasionar importantes daños ecológicos.
Vertientes Montañosas Parcialmente Intervenidas (I-2)
Estas zonas se cruzarán en aproximadamente 54 km, que representan el 30% del trazado en
selva. Son parte de los abruptos relieves de la Cordillera Oriental y faja sub-andina aún están
muy poco intervenidos y, por consiguiente, el bosque primario lo protege del elevado
potencial erosivo debido a las pendientes y clima pluvial.
No obstante, son frecuentes los sectores de mayor pendiente y de presencia de rocas poco
compactas o coherentes. Esto provo ca eventuales acciones erosivas notables, como grandes
movimientos de masa, aún en situación de bosque natural poco intervenido, de donde se
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reconoce su actual condición de inestabilidad. Se considera que la deforestación en estas áreas
puede causar severos deterioros ambientales desencadenando acciones erosivas de magnitud.
Las dificultades operativas provienen de la agreste topografía y del substrato geológico que
obligan al empleo de explosivos. Esto produce la desestabilización de taludes y generación de
potenciales movimientos de masa de pequeña magnitud, que se deben controlar.
4.1.1.13 Áreas muy Inestables
Como su nombre indica, son las áreas de mayor riesgo, tanto desde el punto de vista de la
inestabilidad y ocurrencia actual de procesos severos de erosión y deterioro ambiental, como
de un riesgo potencial aún mayor al que se observa actualmente. Estas áreas son relativamente
frecuentes en la selva alta, especialmente en las zonas más lluviosas que coinciden con los
sectores topográficos más agrestes y de geologías poco competentes.
Los sectores que se consideran como muy inestables son mayoritarios en este tramo de selva,
y abarcan aproximadamente 85 km de longitud (46.7%). Las unidades identificadas se
describen a continuación:
Vertientes Montañosas Muy Intervenidas, con Acciones Erosivas Severas (MI-1)
Las formas del relieve son las mismas que las descritas en la unidad anterior, con la diferencia
que están fuertemente intervenidas. En estas áreas el bosque original se transformó casi
completamente en terrenos de cultivo y bosques secundarios, lo que desarrolló serios procesos
erosivos. La erosión laminar se intensificó propiciando la aparición de cárcavas y procesos de
torrencialidad, como esporádicos huaycos en algunas quebradas. Esto sucede sobre todo en
las montañas que bordean el río Apurímac.
Las dificultades operativas son las mismas que las de la unidad anterior, con el añadido de
afectar numerosos terrenos de cultivo y zonas más desestabilizadas. La longitud del trazo en
estos sectores totaliza más de 64 km (35.2%).
Vertientes Montañosas Poco Intervenidas de Muy Alto Potencial Erosivo (MI-2)
Algunos sectores de la selva alta se caracterizan por la presencia de substratos geológicos,
altamente favorables a la ocurrencia de riesgosos movimientos de masa, como sucede por
ejemplo con el grupo Excelsior, de filitas y esquistos altamente fisurados y plásticos. Estas
áreas están poco intervenidas, por lo que el bosque tropical las mantiene en situación de
relativo equilibrio morfodinámico, con la ocurrencia eventual de movimientos de masa y
erosión laminar.
Se considera que en caso de deforestación estas áreas tienen un riesgo mucho mayor, por lo
que durante las operaciones se deberá tener las máximas precauciones de manejo ambiental.
La longitud del trazo en estos sectores totaliza casi 21 km (11.4%).
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Vol I 4-11
Cuadro 4-1
Resumen de Unidades de Estabilidad y Riesgo Físico para el tramo de selva
Estabilidad y Riesgo
Físico
Áreas Estables
Áreas Estables,
Potencialmente
Inestables
Áreas Medianamente
Estables,
Potencialmente
Inestables
Símbolo
Incidencia
en el trazo
Longitud
(Km)
Superficie en
la franja
evaluada
(Ha)
E-1
4.84
10,544
E-2
1.29
3,150
Colinas Bajas de Bosque Poco o
Nada Intervenido
EI-1
15.16
15,522
Colinas altas y montañas de
bosque poco o nada intervenido
ME-1
21.95
29,661
Terrazas Bajas Inundables
I-1
0.02
3,003
Vertientes Montañosas
Parcialmente Intervenidas
I-2
54.20
25,987
MI-1
64.09
29,205
MI-2
20.74
11,173
Unidad Cartográfica
Terrazas Aluviales y Lomadas
Poco Intervenidas
Terrazas Aluviales Intervenidas
con Cultivos
Áreas Inestables
Áreas Muy Inestables
4.1.2
Vertientes Montañosas Muy
Intervenidas, con Acciones
Erosivas Severas
Vertientes Montañosas Poco
Intervenidas de Muy Alto
Potencial Erosivo
SÍNTESIS DE LINEA BASE FISICA DEL SECTOR SIERRA
La sierra es la región propiamente andina del país y en el trazo del gasoducto representa la
mayor longitud, abarcando aproximadamente 273 km que es el 40.65% del trazo total. Los
límites son un poco arbitrarios, por lo que se opta por la cota 1,200 msnm en el oeste como
límite con la costa y los límites del bosque amazónico que ascienden por los Andes orientales
hasta altitudes variables que van de 3,200 a 3,600 msnm. La sierra es una región que se
caracteriza por la heterogeneidad de sus climas, determinada por la altitud de los relieves
andinos, lo que condiciona la existencia de varios pisos altitudinales y ecológicos. También se
caracteriza por la variedad de sus topografías y complejas estructuras geológicas, que hacen
alternar altiplanicies con cumbres aisladas, disectadas por profundos valles interandinos que
dirigen una compleja circulación aérea e hidrológica.
A continuación se describen brevemente las condiciones ambientales del sector sierra en el
trazo del gasoducto:
4.1.2.1
Clima
Una breve descripción de las características ambientales de la sierra obliga inicialmente a una
cierta zonificación climática, la cual permite a grandes rasgos reconocer tres sectores
principales:
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Vol I 4-12
Clima de la Zona Alto-andina
La zona alto-andina se extiende aproximadamente sobre los 3,800 msnm, altura que varía
según las condiciones locales. El clima es esencialmente frío y húmedo, con precipitaciones
anualmente superiores a 600 mm, con zonas que pasan de 1,000mm, con temperatura
promedio anual que varía entre 4 y 10ºC, en una zona que tiene siempre temperaturas de
congelamiento nocturno, por lo menos durante toda la estación seca. La pluviosidad está
principalmente concentrada entre los meses de diciembre a marzo y los demás meses
concentran aproximadamente entre 20 y 25% de la precipitación anual.
Por las bajas temperaturas, propias de las masas aéreas altoandinas, las lluvias, aún siendo
frecuentes, resultan de baja intensidad en comparación con las lluvias de las regiones de selva
y del piso andino inferior cálido. Esto favorece el desarrollo de la vegetación de la zona altoandina, puesto que el humedecimiento del suelo es paulatino y no se producen escurrimientos
torrenciales. Además, una parte de estas lluvias ocurre bajo forma de granizo o nieve, lo que
humedece mejor el suelo con posterioridad a su fusión.
A pesar de la buena distribución anual de las lluvias y de sus intensidades, las temperaturas
nocturnas congelantes reducen las posibilidades bióticas. Por ello las zonas alto-andinas
consisten de praderas de pocas especies adaptadas al clima frío.
Clima de la Zona Medio Andina
Bajo los 3,800 msnm y aproximadamente hasta los 2,800 ó 2,600 msnm se extiende el piso de
laderas andinas de valle, formando la zona medio andina, caracterizada por ser la región de
cultivos andinos tradicionales de secano.
El desarrollo de los cultivos en este piso responde a la disponibilidad de recursos hídricos
proporcionados por las precipitaciones, en un cuadro térmico menos riguroso que en el piso
anterior. Las lluvias totalizan entre 800 y 500 mm anuales y la temperatura promedio anual
varía entre 11 y 17ºC. Un factor importante es que las temperaturas de heladas sólo se dan en
los niveles más altos de este piso y únicamente durante los meses de junio a agosto.
Clima de la Zona Inferior Andina
Bajo los 2,800 y 2,600 m de altitud, la zona andina disminuye drásticamente su lluvia anual
de valores que van de 500 mm, para los sectores más húmedos, a menos de 50 mm en el
contacto con el desierto costero. De esta manera la zona inferior andina se presenta en un
contexto de grandes vertientes montañosas áridas y semiáridas, donde no se practica la
agricultura de secano, salvo los fondos de valle irrigados.
El 95% de las lluvias ocurren concentradas en los meses de diciembre a marzo, por lo que hay
varios meses completamente secos. Debido a la mayor temperatura de las zonas bajas
andinas, las lluvias, que son menos frecuentes, pueden ser mucho más intensas que en la zona
alto-andina, causando una escorrentía mayormente torrencial.
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Vol I 4-13
4.1.2.2
Geología
La región sierra del área de estudio cruza cuatro importantes unidades morfoestructurales del
país. Estas unidades son: la Cordillera Occidental, que es un prominente levantamiento de
relieve abrupto y montañoso conformado por rocas meso-cenozoicas; las altiplanicies que se
desarrollan por encima de los 4,000 msnm, en gran parte labradas sobre rocas volcánicas
terciarias o conformadas por sedimentos de origen glacial; los valles interandinos que ocupan
las zonas depresionadas pero caracterizadas por su topografía suave, sub- horizontal y la
Cordillera Oriental, menos prominente que la primera, pero de relieve igualmente agreste y
montañoso, que se desarrolla en el extremo oriental del estudio y que está conformada por
rocas paleozoicas. Se presentan cuerpos intrusivos graníticos del batolito de la costa que
afectan la secuencia rocosa andina occidental.
Considerando el aspecto tectónico, la zona se puede dividir en dos sectores claramente
diferenciados, cuyo límite aproximado está dado por el río Torobamba. Un sector occidental
donde se manifiesta la tectónica andina con sus etapas de levantamiento, plegamiento y
magmatismo extendido (plutónico y volcánico) de gran significancia en el trazo en estudio y
un sector oriental afectado por varios eventos tectónicos polifásicos que dieron como
resultado una mayor complejidad estructural y un metamorfismo más o menos intenso en sus
rocas conformantes.
En este contexto estructural los severos cambios climáticos producidos en el cuaternario
modificaron significativamente la parte alta de estos dos sectores, produciendo el desgaste por
erosión glacial de los altos relieves cordilleranos y la generación de un muy inestable manto
detrítico coluvial en sus vertientes, rellenando paralelamente las áreas depresionadas
periglaciales.
La probable ocurrencia de eventos sísmicos que con relativa frecuencia asolan esta región,
están mayormente asociados a la interacción de la placa Nazca con la placa Sudamericana, lo
que genera sismos de foco superficial e intermedios, algunos de los cuales llegan a alcanzar
magnitudes de VI a VII en la escala de Mercalli Modificado. No se pudo probar que algunos
de ellos estén asociados a la reactivación de fallas geológicas. Por cercanía, la zona más
occidental del área de estudio está expuesta a los efectos de movimientos sísmicos que se
producen en la costa central peruana. Estos eventos producen la modificación del relieve y la
ocurrencia de derrumbes y deslizamientos, algunos de los cuales pueden alcanzar gran
dimensión.
Las diversas litologías presentan diferentes respuestas ante una ocurrencia sísmica; así, las
rocas y materiales arcillosos son los de más fácil deformación por su plasticidad y baja
competencia. En el mismo orden de inestabilidad están los materiales coluviales poco
coherentes presentes en las vertientes muy empinadas, las tobas volcánicas por su alta
porosidad y poca compactación siguen en el orden de inestabilidad y deformación. Rocas
estables muy competentes son las rocas ígneas ácidas del batolito de la costa que, sin embargo
pueden presentar algún grado de meteorización superficial. Los conglomerados aluviales y
fluvioglaciales, a pesar de su baja consolidación, son escasamente deformables, presentando
la ventaja adicional de su horizontalidad. Las zonas hidromórficas son potencialmente muy
riesgosas debido a su baja coherencia y a la posibilidad de licuefacción de sus materiales
finos.
EIA Gasoducto Camisea - Lima
Vol I 4-14
Considerando el aspecto hidrogeológico de la región, ésta presenta diversas particularidades
tanto en sentido vertical como en sentido horizontal del relieve, dependiendo de los factores
que actúan. Entre estos factores sobresalen dos: la intensidad de las precipitaciones y los
caracteres litológicos. Las aguas subterráneas se manifiestan principalmente como
manantiales, se logró identificar algunos en las zonas cordilleranas occidentales y orientales.
Los materiales coluviales son muy porosos y permeables, permitiendo la infiltración de las
aguas de precipitación. Sin embargo, su espesor de pocos metros, le resta significancia
hidrogeológica. Los aluviales del valle del Torobamba y los sedimentos fluvioglaciares
presentan espesores de 30 a 50 m, siendo los más favorables para la generación de napas
acuíferas. Las calizas, a veces por acción cárstica, contienen cavernas por donde circulan los
flujos de agua meteórica hacia niveles inferiores, habiéndose observado en algunos sectores
acumulaciones de travertino y pequeños manantiales. Las rocas intrusivas y volcánicas de la
vertiente occidental presentan un moderado grado de fisuramiento, pero las escasas lluvias no
permiten la formación de manantiales importantes.
Los caudales medidos generalmente fueron menores a 1 lt/s, menos frecuentes fueron los de 1
a 3 lt/s y más raros los mayores a 3 lt/s. Los procesos de carga y descarga son de corta
duración y estaciona les. Esto lleva a deducir que el tendido de tuberías se realizará en terrenos
mayormente secos, aunque existen en algunas zonas alto-andinas áreas hidromórficas
permanentes con presencia de bofedales y áreas depresionadas cuyas capas superiores se
podrían saturar temporalmente por las aguas de precipitación.
En cuanto a la construcción del gasoducto, las principales restricciones geológicas están
determinadas en primer lugar, por los caracteres topográficos abruptos o empinados en
algunos casos, lo que obliga a usar explosivos en vertientes inestables y en otros casos,
allanados pero con hidromorfismo permanente; en segundo lugar, por las litologías blandas,
alteradas o poco coherentes. Los materiales de construcción se pueden obtener en volúmenes
suficientes en los lechos fluviales, en los depósitos morrénicos o coluviales y en los
roquedales.
4.1.2.3
Geomorfología
Las unidades geomorfológicas de la sierra están estrechamente relacionadas a zonas
climáticas y a la evolución geológica. Los principales conjuntos morfológicos se pueden
agrupar en:
Zonas Alto-andinas
En esta zona predominan las altiplanicies o mesetas ligeramente onduladas, alternando con
macizos rocosos más o menos aislados. Los relieves rara vez sobrepasan los 800 m de altura
sobre el nivel de las llanuras circundantes. Las formas estructurales son más simples hacia el
oeste de Ayacucho, donde predomina una topografía ligera o moderadamente accidentada,
mientras que hacia el este, hacia la zona de selva, las vertientes alto-andinas son más
complejas y accidentadas.
Los relieves que aparecen en la zona alto-andina son de mesetas, entre las que emergen
colinas y macizos montañosos, formando en conjunto una topografía poco accidentada. Esta
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Vol I 4-15
zona presenta influencias notables según la estructura geológica. Así por ejemplo, se observa
una baja tasa de disección sobre las extensas acumulaciones volcánicas al oeste de Ayacucho,
mientras que numerosos escarpes rocosos a manera de barras o crestas aparecen en las
vertientes de la Cordillera Oriental, cerca de la selva. En conjunto, las zonas alto-andinas se
modelaron por las recientes acciones glaciales cuaternarias, las cuales sobre-excavaron los
valles, para dejar valles en forma de U con morrenas de fondo arcillosas, que al igual que la
cobertura morrénica de las altiplanicies, dan lugar a la formación de áreas hidromórficas o
bofedales.
Las acciones erosivas son débiles en toda la zona alto-andina, salvo sectores localizados
debido a fuertes pendientes aisladas o a la presencia de formaciones rocosas poco coherentes.
Esto sucede, por ejemplo, con rocas arcillosas de la formación Casapalca, que afloran en las
cabeceras del río Huaytará o en tufos volcánicos blandos que aparecen en distintas partes de
las extensas altiplanicies al oeste de Ayacucho. Sin embargo, localmente, algunos sectores
montañosos de magnitud, con laderas empinadas de más de 500 m de altura sobre el llano
circundante, incluyen taludes coluviales de material más o menos inestable, que da cierta
inestabilidad a estas áreas.
Zonas Medio Andinas
En este piso agrícola de laderas al secano, aparecen una serie de superficies de erosión de
topografía llana a disectada, pequeños fondos de valle aluvial llanos y amplias zonas de
vertientes montañosas moderada a fuertemente accidentadas. Este complejo mo rfológico
presenta particularidades, principalmente según la topografía.
Los fondos de valle y superficies de erosión, casi totalmente cultivados, son zonas estables
donde no se produce mayor erosión visible, en comparación con las vertientes montañosas,
donde los taludes coluviales, en gran parte inestables, están sujetos a la formación de cárcavas
y abarrancamientos, pero sobre todo sujetos a la ocurrencia de riesgosos movimientos de
masa.
Este hecho es particularmente notable en el valle del río Torobamba, donde a las fuertes
pendientes y magnitud del relieve, se suman condiciones geológicas de rocas arcillosas poco
coherentes. Un hecho que favorece la ocurrencia de estos riesgosos movimientos de masa es
la existencia de numerosos canales de riego no revestidos.
Zona Inferior Andina
En general estas áreas son laderas áridas o semiáridas, casi desprovistas de cultivos, con
suelos superficiales y una notable abundancia de vertientes rocosas alternadas de formaciones
coluviales más o menos inestables. Además de las laderas, en la zona medio andina se
presentan fondos de valles aluviales, parcialmente cultivados con riego.
Es una zona altamente erosiva, debido a la semi-aridez climática que favorece la formación de
cárcavas y abarrancamientos, redundantes a su vez en un marcado dinamismo de los fondos
de valle aluvial, que se sobrecargan de sedimentos. Las quebradas que pasan bajo las laderas
semiáridas generalmente ocasionan flujos sólidos de huaycos, como se aprecia en el fondo de
valle del Torobamba.
EIA Gasoducto Camisea - Lima
Vol I 4-16
El trazo del gasoducto evita la torrencialidad de los ríos de la parte baja andina y los
abarrancamientos y numerosas cárcavas de la sierra en el sector del río Pisco, ya que viene
desde la costa por el valle de dicho río y se interna en la sierra mediante el ascenso en las
laderas de la quebrada Polvareda. A partir de aquí, el trazo sigue líneas divisorias que dejan
abajo las activas zonas erosivas del bajo valle del río Pisco.
4.1.2.4
Suelos
Una zonificación generalizada de los suelos de la sierra presenta más o meno s la siguiente
distribución:
•
Suelos hidromórficos y de turba: son los oconales que se desarrollan en zonas
depresionadas de la zona alto-andina, concentrando las aguas superficiales, haciendo
aparecer en superficie un anegamiento más o menos permanente de humedales, de
especial importancia en la conservación ecológica e hidrológica del área. Son suelos
ácidos, con elevada proporción de elementos orgánicos, con cierto potencial de
corrosividad.
•
Suelos minerales de zonas alto-andinas: son los de buen drenaje interno que rodean a los
oconales, cuyas características de profundidad, pH, estructura, textura y otros, varían
según la pendiente y material geológico originario. Aunque su fertilidad natural puede ser
diversa, su productividad está limitada por las condiciones climáticas que impiden la
posibilidad de cultivos.
•
Suelos minerales de las zonas medio andinas: son suelos de buen drenaje interno, que se
presentan en diversas fisiografías de la zona media andina, generalmente bajo la
condición de terrenos de cultivo. Los suelos dominantes están constituidos por
acumulaciones coluviales y laderas de pendientes entre moderadas a fuertes, que por ser
generalmente cultivados de manera inapropiada, vienen soportando un severo deterioro
por erosión. En forma más localizada, en las zonas medio andinas aparecen ciertas
superficies erosivas y terrazas de fondo de valle, donde la topografía llana favorece el
desarrollo de suelos y el aprovechamiento agrícola. Entre estos sectores cabe mencionar
los valles de Vinchos y las pampas de Acocro, donde los suelos minerales se mantienen
mejor contra la erosión, debido a la poca pendiente.
•
Suelos minerales de la zona inferior andina: son suelos que tienen generalmente
granulometrías gruesas, por lo que el drenaje resulta algo excesivo a excesivo. Los suelos
dominantes se desarrollan sobre formaciones coluviales inestables en fuertes pendientes y
una amplia distribución de formaciones puramente líticas. Los fondos de valle incluyen
suelos aluviales de morfología estratificada, incluye ndo formaciones de cauces.
Como se aprecia, los suelos de la sierra están determinados por las condiciones climáticas en
primer término y por las condiciones topográficas en segundo. Como capacidad de uso mayor
o potencial, las tierras aptas para cultivos en limpio resultan escasas por las severas
limitaciones de pendiente, las cuales sólo son notoriamente reducidas en las zonas altoandinas, donde no existe posibilidad de cultivos debido a las bajas temperaturas. Las zonas
aptas para cultivos en limpio aparecen de manera definida sólo en las superficies de erosión
local y fondos de valle de la zona media.
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Vol I 4-17
Sólo se encuentran tierras aptas para cultivos permanentes en la parte de las laderas poco
inclinadas y depósitos coluviales de la zona inferior andina, donde localmente se puede tener
también pequeños terrenos aptos para cultivo en limpio. Los terrenos aptos para producción
forestal ocupan sectores reducidos de las laderas ubicadas entre la zona media y alto-andina.
La mayoría de los suelos de la sierra son aptos para pastos. Estos suelos se concentran en las
extensas áreas alto-andinas, donde por las bajas temperaturas, las zonas llanas no pueden ser
cultivadas, quedando relegadas al uso de sus pasturas. La aptitud para pastos en estos terrenos
generalmente es de calidad media o baja y excepcionalmente la calidad agrológica es alta.
Finalmente, la mayor proporción de laderas de la zona media y alta y la casi totalidad de
laderas de la zona inferior, no tienen vocación agropecuaria ni forestal, siendo únicamente
tierras de protección, con fines de conservación de cuencas, turismo, biodiversidad, etc.
4.1.2.5
Uso de la tierra
Al igual que las demás variables ambientales, el uso de la tierra está condicionado por el
clima. Existe un piso agrícola en la zona media andina, donde se ubica tanto la mayor
actividad agrícola como la mayor cantidad de caseríos y poblados mayores. Las zonas altas
son objeto de ganadería extensiva, mayormente de ovinos y en orden decreciente de
auquénidos, vacunos y equinos. Las zonas bajas son objeto de pastoreo extensivo, casi
siempre caprino y temporalmente ovino y vacuno.
Cabe indicar que en las zonas altas, la actividad ganadera generalmente está en condición de
sobre-pastoreo, donde una población de ganado no bien conducida depreda las pasturas en
terrenos de diversa pendiente. El resultado es el inicio de acciones erosivas, cada vez más
notorias en las zonas alto-andinas. Del mismo modo, la agricultura de laderas tiende a
ocasionar severas acciones erosivas, sobre todo cuando se realizan surcos de cultivo en el
sentido de las pendientes. Además, la red de canales sin revestimiento, que caracteriza a las
laderas cultivadas, tiende a causar procesos de deslizamiento de tierras.
4.1.2.6
Hidrología
Los recursos hídricos de la sierra están distribuidos en cursos de agua de régimen permanente,
estacional y esporádico. Varios ríos como el Pampas, Vinchos, Huaytará, Torobamba y
Yucay, entre otros, tienen caudales que van de algunos cientos de m3 /s. durante las crecientes,
hasta poco más de 1 ó 2 m3 /s durante las vaciantes. Esto indica una fuerte torrencialidad,
especialmente para los ríos de la zona inferior. En la parte alta, los ríos son mucho menos
torrentosos, alimentados durante la estación seca por los numerosos bofedales de la parte alta.
Los acuíferos son sumamente variados, habiendo zonas donde las formaciones rocosas son
impermeables, como el batolito costero, de las cabeceras del río Huaytará, donde es
improbable la presencia de aguas subterráneas. En cambio, bajo las formaciones morrénicas y
sedimentarias, los acuíferos pueden formarse hasta profundidades variables, que
posteriormente surgen en las paredes de los valles, como manantiales, que contribuyen con el
sostenimiento ecológico.
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Vol I 4-18
4.1.2.7
Calidad de aire y ruido
La calidad del aire en la región sierra es, en general, buena ya que los niveles de partículas
(PM10 ) y gases (CO, SO2 , NOx y HC) están por debajo de los estándares de calidad del aire
publicados en el D. S. No. 074-01 PCM y de organismos internacionales como USEPA y la
Organización Mundial de la Salud (OMS).
Cabe mencionar que las estaciones de calidad de aire se colocaron en los lugares donde se
construirán las estaciones de bombeo, pues éstas serán fuentes de emisión de contaminantes
durante la operación del gasoducto. Las zonas de Vinchos y Torobamba en Ayacucho, serán
los lugares donde se ubicarán las estaciones de bombeo. Estos lugares cuentan con fuentes de
emisión propias de esta zona como son el tránsito vehicular y las carreteras en mal estado,
además de los fuertes vientos que se presentan en algunas épocas del año, como verano, lo
que favorece la dispersión de partículas y gases.
Las mediciones de ruido realizadas en esta zona, presentan como fuentes de emisión: el
viento, la fauna local y algunas actividades humanas que se desarrollan en los centros
poblados. En estas zonas el nivel de ruido es bajo y no supera los límites establecidos por la
OMS en horas nocturnas y diurnas y la Ordenanza Municipal 015 de la Municipalidad de
Lima Metropolitana. En algunos sectores desérticos el nivel del ruido es bastante bajo en los
cuales la única fuente de emisión de ruido es el viento.
4.1.2.8
Calidad de agua
La calidad del agua en sierra es, generalmente, buena para los parámetros físicos y químicos.
Cabe mencionar que se muestrearon 22 puntos ubicados en diferentes ríos y quebradas que
cruzan el gasoducto. El análisis de los parámetros químicos y metales pesados disueltos se
realizaron en un laboratorio acreditado. Asimismo, el valor reportado para metales pesados y
disueltos (As), muestreados en las quebradas Curiyama y Rangracuna, están por encima del
valor máximo permisible de 0.1 mg/L para la clase IV de la Ley General de Aguas, pero
dentro del valor exigido por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos
(USEPA).
4.1.2.9
Mapa de Estabilida d y Riesgo Físico
Como resultado aplicativo del análisis integrado de la línea base física se presenta el Mapa de
Estabilidad y Riesgo Físico del sector de sierra (mapa 4-1), que contiene una zonificación
descriptiva basada principalmente en el análisis de los caracteres del relieve, condiciones
climáticas, hidrodinámicas y de uso actual o potencial del área.
El mapa reconoce rangos descriptivos para calificar las distintas áreas según sean estables o
inestables frente a eventos físicos naturales, tanto desde el punto de vista del riesgo que las
referidas ocurrencias pueden causar a las obras e instalaciones del proyecto como a los riesgos
que el propio proyecto presenta para las condiciones ambientales del área.
El esquema clasificatorio que se presenta a continuación es descriptivo, basado en términos
que señalan determinados riesgos y ocurrencias físicas, sean frecuentes o eventuales, criterios
que en conjunto sirven para identificar áreas críticas, o para señala áreas que por sus
EIA Gasoducto Camisea - Lima
Vol I 4-19
restrictivas condicione s ambientales requieren determinadas prácticas de conservación o
manejo.
Concordante con las variadas condiciones ambientales de la sierra, en esta zona hay un
variado rango de estabilidades y categorías de riesgo que se sectorizan por zonas desde el
punto de vista climático, de ubicación dentro de las zonas alta, media e inferior andina y de la
presencia de formaciones rocosas con distinto comportamiento erosivo. Al final de este
acápite, el cuadro 4-2 muestra las longitudes y áreas involucradas en las distintas unidades de
estabilidad y riesgo físico para sierra. Los siguientes son los niveles de estabilidad y riesgo
reconocidos para el trazo del gasoducto en esta zona.
4.1.2.10 Áreas Estables
Son las áreas de sierra donde las acciones morfodinámicas actuales son reducidas, y donde se
considera también que el potencial morfodinámico ante la ejecución de proyectos resulta poco
distinto de las condiciones actuales. Esta situación de estabilidad se presenta
mayoritariamente en las zonas altoandinas, donde las pendientes son por lo general débiles,
donde existe una eficaz cobertura vegetal protectiva herbácea, y donde generalmente las
lluvias frecuentes, tienen bajas intensidades erosivas. Adicionalmente hay áreas estables
también en los fondos de valle y superficies locales de la zona medioandina.
En estas áreas, generalmente las operaciones pueden resultar relativamente sencillas de
realizar, aunque siempre se debe considerar las medidas para evitar daños específicos,
especialmente en lo que concierne a los aspectos ecológicos o sociales.
Las áreas estables representan cerca de 62 km de longitud del trazado en sierra (22.7%). Las
áreas reconocidas en esta categoría de estabilidad son las siguientes:
Altiplanicies y Fondos de Valle Glacial (E-1)
Estas áreas se distribuyen ampliamente en las zonas alto-andinas. Tienen topografías de suave
pendiente y escasos accidentes topográficos. Están conformadas por acumulaciones
morrénicas dejadas por las glaciaciones cuaternarias. A las condiciones topográficas muy
poco accidentadas se suma una cobertura generalizada de gramíneas y un bajo potencial de
lluvias en climas fríos. Por ello, se trata de ambientes estables, de muy baja erosión actual y
potencial, salvo sectores muy localizados.
Las condiciones operativas incluyen una amplia facilidad para las excavaciones y riesgos
ecológicos relativamente bajos, en la medida que no se alteren los regímenes hidrológicos.
Tienen para el trazo una longitud aproximada de 35.3 km (12.9% del trazo en sierra).
Bofedales Alto-Andinos (E-2)
Son los sectores hidromórficos, ubicados en las partes bajas de las altiplanicies y laderas altoandinas, donde tienden a concentrarse las escorrentías que descienden de las laderas o surgen
afloramientos freáticos.
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Vol I 4-20
Los bofedales son suelos anegados que se forman en las acumulaciones morrénicas glaciales
y son relativamente fáciles para las excavaciones. Sin embargo, son sectores de especial
importancia ecológica para la sierra y para el régimen hidrológico en general, por lo que es
recomendable que estas zonas se eviten en lo posible.
Representan una longitud en el trazo de 23.3 km (8.5% del trazo en sierra).
Fondos de Valles y Superficies de Erosión Local (E-3)
Estos sectores son también de topografías llanas y estables, sin mayor presencia de acciones
erosivas. Se encuentran en la zona medio andina, bajo una intensa presión agrícola. Las
operaciones son fáciles de realizar en estas zonas de suelos formados por materiales sueltos
que no requieren explosivos. Sin embargo, son terrenos de alto valor agrícola relativo,
teniendo en cuenta la escasez de este tipo de tierras de valor en la sierra.
Estas importantes tierras agrícolas, serán cruzadas por el trazo en poco más de 3 km (1.2% del
trazo en sierra).
4.1.2.11 Áreas Ligeramente Inestables
A diferencia de la categoría anterior, en estas áreas se observan acciones erosivas, en algunos
casos locales, y en otros más o menos frecuentes o generalizados, pero que inciden poco en el
deterioro del medio, estimándose que estas áreas no tienen tampoco potenciales geodinámicos
elevados, porque en sus condiciones naturales y de uso de la tierra que hay en estas zonas
andinas, no se prevén cambios drásticos ante la ejecución de proyectos como el de tendido de
los ductos.
Las áreas ligeramente inestables se hallan mayoritariamente en las mesetas altoandinas, y en
menor proporción en los valles interandinos, totalizando 95.3 km para la longitud del trazo
(34.8% de la longitud del trazo en sierra). Las unidades reconocidas en esta categoría son las
siguientes:
Superficies de Erosión y Altiplanicies Disectadas (LI-1)
Son zonas de topografía intermedia, de accidentes formados por colinas y disecciones de
varias decenas a más de 100 m de altura, con pendientes variables de 10 a 50%. Generalmente
se ubican en la zona alto-andina y en meno r proporción en la zona media. Los accidentes
topográficos generan algunas acciones erosivas, especialmente en las altiplanicies disectadas,
parcialmente cultivadas con cultivos alto-andinos.
Las condiciones operativas son más o menos sencillas, con excavaciones que por lo general
no requieren de explosivos, salvo sectores puntuales. En las zonas de mayor pendiente hay
ligeras probabilidades de generar desestabilización de taludes. Totalizan 32.8 km de longitud
del trazado en estas áreas (12.0% de la longitud del trazo en sierra).
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Colinas y Vertientes Montañosas (LI-2)
Son zonas de topografía más accidentada que la unidad anterior y también se ubican en el piso
alto-andino. Debido a que los accidentes topográficos son mayores, las acciones erosivas se
desarrollan con mayor frecuencia. Del mismo modo, aparecen con mayor frecuencia taludes
de materiales relativamente inestables.
Las condiciones operativas presentan dificultades por la topografía y afloramientos rocosos,
que exigen uso de explosivos, con el consiguiente riesgo de desestabilizar taludes y propiciar
acciones erosivas más o menos débiles. Totalizan 62.5 km en la longitud del trazado en estas
áreas (22.9% de la longitud del trazo en sierra).
4.1.2.12 Áreas Inestables
Las áreas consideradas inestables, son las que muestran acciones erosivas visibles y activas
sobre el medio, determinando condiciones de deterioro, que en algunos casos representan
importantes riesgos para la seguridad del proyecto o para las propias áreas involucradas.
Básicamente son zonas de montaña y topografía agreste, con geologías complejas y mal uso
de la tierra, lo que les confiere incluso potenciales de riesgo elevados, por lo que la ejecución
de proyectos en estas áreas debe desarrollarse con las convenientes medidas de conservación.
En conjunto representan el 35.6% de la longitud del trazo en sierra, y las unidades
identificadas en esta categoría son:
Vertientes Montañosas (I-1)
Son laderas de la parte media e inferior de la zona andina, que bordean los principales valles.
La topografía es sumamente accidentada, con grandes vertientes montañosas de distinta
litología y estructura, y con variado uso de la tierra. Las acciones erosivas que se observan
son marcadas, con el desarrollo de cárcavas, abarrancamientos y procesos de movimiento en
masa.
Se presentan tanto sobre las cabeceras del río Huaytará, como principalmente en los flancos
de los ríos Torobamba y Yucay. En todos estos lugares, la agricultura en terrenos
inapropiados genera notorios procesos erosivos que contribuyen a la inestabilidad del medio.
En cuanto a condiciones operativas, son relativamente difíciles, porque demandan constantes
empleos de explosivos, con probabilidades frecuentes de desestabilizar taludes, así como
incrementar las cargas torrenciales de las quebradas que quedan bajo el trazado. Son sectores
que requieren de rigurosas medidas de manejo ambiental.
Estas montañas inestables representan una longitud de 97.2 km del trazado, que es el 35.6%
de la longitud del trazo en sierra.
Fondos de Valle Aluviales Áridos (I-2)
Son sectores ribereños de las principales corrientes fluviales que se hallan en el piso inferior
andino, que tienen como característica esencial la de ser extremadamente torrentosos, con
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Vol I 4-22
voluminosos escurrimientos durante la estación de lluvia, y caudales mínimos o secos durante
las vaciantes de junio a noviembre.
Los fondos áridos cercanos a la costa están casi completamente secos gran parte del año, pero
presentan una notoria carga de fondo en sus lechos, que implican riesgos de generación de
avenidas. Los riesgos operativos de estos fondos se relacionan precisamente con las cargas
torrenciales y probabilidad de destrucción de tuberías, así como el hecho de que las obras,
cuando están ubicadas por encima, puedan incrementar las cargas sólidas de estos torrentes.
El fondo de valle inestable más crítico es el del río Torobamba, donde sin embargo la longitud
de trazo involucrado es muy pequeño y no cartografiable, por lo que no hay representación
numérica para su indicación.
4.1.2.13 Áreas muy Inestables
Son las áreas de mayor riesgo, tanto desde el punto de vista de la inestabilidad y ocurrencia
actual de procesos severos de erosión y deterioro ambiental, como de un riesgo potencial aún
mayor al que se observa actualmente. Ello implica que en estos sectores pueden presentarse
acciones morfodinámicas de sumo riesgo para situaciones de períodos extremadamente
lluviosos o sísmicos.
Estas áreas son relativamente frecuentes en ciertos sectores de la sierra del país, y en el caso
de la zona de estudio, se hallan sobre todo en las vertientes que enmarcan el río Torobamba,
donde las pronunciadas pendientes se suman a la geología poco competente del área. Las
características generales de esta categoría de inestabilidad se indican a continuación:
Vertientes Montañosas de Topografía Abrupta (MI-1)
Son las vertientes de topografía más abrupta identificadas en el trazado, y que además se
caracterizan por presentar substratos geológicos favorables a la erosión y procesos
geodinámicos. Particularmente se trata de un amplio sector en el valle del Torobamba, donde
las pendientes y magnitud del relieve son muy pronunciadas, donde además se presentan
formaciones rocosas arcillosas poco consistentes, de pizarras y esquistos, condiciones
agravadas por el mal uso de la tierra.
En este sector se observan grandes cárcavas rectilíneas, por donde periódicamente descienden
coluvios gravitativos, además de escurrir durante lluvias como pequeños torrentes muy
activos. Se observan también numerosos arcos de derrumbes, varios de ellos activos, con
órdenes de magnitud de varios miles de m3 cada uno de ellos. Se observan asimismo, huellas
de grandes deslizamientos, del orden de millones de m3 , que no se descarta que puedan
reactivarse.
En suma se trata de una zona de alto riesgo geodinámico, que estuvo inicialmente considerada
en el trazo evaluatorio, como se observa en el mapa geomorfológico Precisamente, por las
severas condiciones geodinámicas encontradas, es que se ha cambiado el trazo a uno que pasa
más al norte, por la localidad de Ninabamba, donde la topografía es menos agreste, y
consiguientemente también menores los riesgos geodinámicos.
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Otra zona muy inestable, se presenta en las vertientes que descienden hacia el río Pisco, cerca
de la costa. En este caso la magnitud de los relieves y pendientes es muy grande, pero las
rocas son mucho más compactas e impermeables, como es el caso del batolito costero. Sin
embargo, sobre estas vertientes, las lluvias tienden a ocasionar arrastres de partículas que
prontamente saturan los fondos de las quebradas, con la consiguiente formación de huaycos
que afectan los fondos de las quebradas, llegando con violencia a los valles principales. El
trazo del gasoducto evita convenientemente los riesgos de las avenidas, ya que pasa por la
divisoria entre las cuencas torrenciales, pero debe notarse que los trabajos en las divisorias,
pueden eventualmente originar mayores aportes de sedimentos y carga torrencial a las
quebradas, con un consiguiente aumento en el riesgo de huaycos, que debe evitarse mediante
rigurosas prácticas de manejo.
La longitud total de estos riesgosos tramos para el gasoducto es de casi 15 km (5.5% del trazo
total en sierra).
Cuadro 4-2
Resumen de Unidades de Estabilidad y Riesgo Físico para el tramo de sierra
Estabilidad y Riesgo
Físico
Áreas Estables
Áreas Ligeramente
Inestables
Áreas Inestables
Áreas Muy Inestables
4.1.3
Unidad Cartográfica
Altiplanicies y Fondos de Valle
Glacial
Bofedales Alto-Andinos
Fondos de Valles y Superficies
de Erosión Local
Superficies de Erosión y
Altiplanicies Disectadas
Colinas
y
Vertientes
Montañosas
Vertientes Montañosas
Fondos de Valle Aluviales
Áridos
Vertientes Montañosas de
Topografía Abrupta
Símbolo
Incidencia
en el trazo
Longitud
(Km)
Superficie en
la franja
evaluada
(Ha)
E-1
35.32
10,233
E-2
23.35
6,185
E-3
3.08
1,549
LI-1
32.80
11,850
LI-2
62.47
25,013
I-1
97.2
27,581
I-2
--
325
MI-1
14.91
5,485
SÍNTESIS DE LINEA BASE FISICA DEL SECTOR COSTA
El tramo de costa del gasoducto se extiende aproximadamente por 216.6 km que representan
el 32.25%. La costa es la región menos extensa del territorio peruano, se ubica al occidente de
la Cordillera andina y abarca una estrecha franja de terreno que va desde el litoral pacífico
hasta altitudes variables, según la latitud y otros factores de orden local. En la zona central del
país, aproximadamente entre los departamentos de Lima e Ica, la costa se extiende hasta
altitudes máximas de 1,200 a 1,300 msnm. Esta franja de terreno presenta dos características
básicas:
1.
Ser una región extremadamente desértica, donde las precipitaciones no sobrepasan los 50
mm anuales para los sectores más húmedos. La aridez climática es la característica básica
que define a la región costa pero, a pesar de la relativa homogeneidad de los valores
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Vol I 4-24
pluviométricos en la región, siempre se pueden diferenciar dos sectores climáticos
costeros paralelos al litoral.
En primer lugar tenemos el desierto litoral, que es la faja de terreno ubicada entre el
litoral oceánico y altitudes variables entre 400 y 800 msnm. Es un desierto relativamente
templado, soleado en verano y con frecuentes nieblas y exiguas precipitaciones
invernales. Hacia el este, hasta el límite con la sierra, se encuentra el desierto interior, que
a diferencia del desierto litoral, carece de las neblinas invernales. Este desierto siempre
está soleado y esporádicamente recibe algunas precipitaciones que ocurren sobre el piso
inferior de la sierra.
2.
La segunda característica básica de la costa es su relieve, el cual está formado, en su
mayor parte, por llanuras de origen aluvial antiguo, alternado por colinas rocosas y
estribaciones montañosas de la cordillera Andina. Actualmente las llanuras son
modeladas únicamente por una débil erosión eólica y esporádicas escorrentías
torrenciales. Las diferencias topográficas de las llanuras eriazas presentan sectores
plenamente llanos y otros de topografía ondulada a disectada debido a la existencia de
pequeños accidentes topográficos, afloramientos rocosos y acumulación de dunas.
Además de estas características básicas, la costa presenta algunas particularidades por
distintas causas. La posición litoral es una de ellas, la cual define la existencia de playas
arenosas, acantilados y marismas de vegetación halófita. La evolución histórica y condición
socioeconómica ocasionaron que entre las llanuras eriazas se extiendan amplios valles y
superficies que se incorporaron a la agricultura mediante grandes obras de irrigación. Por ello,
la costa presenta un paisaje con elementos naturales, en gran parte desértico, de muy baja
biomasa y escasa biodive rsidad, con notables elementos sociales, como el emplazamiento de
ciudades, industrias y uso intensivo de valles costeros y llanuras desérticas.
A continuación se describe brevemente los rasgos esenciales de los distintos componentes
ambientales en la región costa.
4.1.3.1
Clima
Toda la costa a lo largo del trazo del gasoducto es un desierto extremo, con lluvias anuales
menores a 50 mm, para los sectores más húmedos, pero predominantemente inferiores a 20 y
10 mm para el área en general. Las variaciones anuales son mínimas y no existen años
lluviosos que modifiquen temporalmente la condición desértica. La ocurrencia de anomalías
climáticas como los fenómenos El Niño, muy pocas veces producen lluvias significativas. El
último evento pluvial de importancia en el área se produjo el 15 de enero de 1970. En Lima la
precipitaron de ese día llegó casi a 30 mm, en un año sin fenómeno El Niño. Desde entonces,
en el desierto litoral las esporádicas precipitaciones veraniegas no han pasado de unos
pocos mm para los días excepcionalmente lluviosos.
En el capítulo de clima de costa de la línea base, se señaló que los dos tipos básicos de
desierto que se presentan en el área del gasoducto son: desierto litoral, húmedo y de neblinas
invernales y desierto interior, siempre soleado y de esporádicas lluvias veraniegas que llegan
de la sierra.
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La mayor parte del trazo está sobre el desierto litoral, desierto que se inicia aproximadamente
desde el km 480, en el valle del río Pisco y se dirige hacia Lima recorriendo por más de 200
km las llanuras y el piedemonte occidental desértico. El desierto interior, se extiende por poco
más de 20 km en el trazado del gasoducto, desde el límite con la sierra (km 455
aproximadamente) recorriendo la quebrada Polvareda y valle del río Pisco, hasta el km 480,
donde se inicia el desierto litoral.
Las temperaturas son ligeramente más cálidas en el desierto interior, el cual está libre de las
neblinas invernales. Sin embargo, ambos tipos de desierto son climas térmicamente poco
contrastados. Los vientos son generalmente brisas débiles a moderadas, con velocidades que
rara vez sobrepasan los 50 km/h. Los vientos Paracas, conocidos por su relativa fuerza de
hasta 80 y 90 km/h, no alcanzan la faja donde se construirá el gasoducto.
En suma, excluyendo la falta de lluvias que genera las carencias hídricas de la costa, las
condiciones climáticas del área son sumamente benignas, puesto que no hay contrastes
térmicos acentuados, los vientos son débiles y las anomalías pluviales extremadamente raras.
En estas condiciones, los terrenos de cultivo bajo riego pueden producir más de dos cosechas
al año, de una amplia variedad de cultivos, ya que no existen limitantes térmicas.
Desde el punto de vista de la estabilidad del medio, el desierto poco variable de esta región
determina que las condiciones de estabilidad sean ampliamente dominantes a lo largo del
tramo, debido a que las lluvias y viento son muy raros o débiles para generar acciones
erosivas de consideración. Además de la alta productividad climática potencial de los suelos y
la marcada estabilidad erosiva, el clima desértico determina también la baja sensibilidad
biológica del medio ya que no favorece el desarrollo biótico en los terrenos.
4.1.3.2
Geología
La costa central tiene tres elementos estructurales principales: las colinas litorales de rocas
sedimentarias y volcánicas mesozoicas, las llanuras interiores cubiertas por sedimentos
cuaternarios y las estribaciones montañosas del este, formadas principalmente por las rocas
intrusivas del batolito costero. Localmente, como sucede en la zona litoral de Chincha y
Pisco, aparecen formaciones sedimentarias del terciario superior, como testigos de que dicha
zona fue hasta ese lapso un fondo marino. Sobre el relieve actual, predominan ampliamente
las formaciones cuaternarias que forman las extensas llanuras costeras, a veces interrumpidas
o alternadas por las colinas y vertientes montañosas de las formaciones mesozoicas y el
batolito.
La actividad sísmica es otro elemento notable de la geología costera, ya que por la mayor
cercanía de la costa al plano de subducción interno que hay entre la placa Nazca y la placa
sudamericana, las fricciones internas redundan en sismos más cercanos y menos profundos
hacia la costa, que hacia las otras regiones del país. Sin embargo, la eventua l sismicidad es
sumamente irregular, ya que existen períodos históricos muy activos y otros de relativa
estabilidad. La costa de Lima por ejemplo, sufrió tres fuertes terremotos, de intensidades en la
escala de Ritcher entre 7.2 y 7.6, en 1966, 1970 y 1974, antecedidos por otro gran terremoto
ocurrido en 1940. Desde entonces la costa central no ha sufrido un sismo de esas magnitudes
y es impredecible el momento en que vuelvan a suceder.
EIA Gasoducto Camisea - Lima
Vol I 4-26
Por otro lado, los sismos inciden con intensidad distinta en los diversos medios geológicos y,
en general, se puede afirmar la elevada resistencia de las formaciones rocosas costeras a las
deformaciones producidas por ondas sísmicas, especialmente las rocas intrusivas, volcánicas,
calizas y areniscas casi indeformables. Las formaciones de lutita y yeso son al contrario, muy
poco competentes, pero de escasa distribución en el territorio costero. Las formaciones de
relleno cuaternario y también los sedimentos terciarios de Pisco, son bastante menos
competentes que las formaciones rocosas mesozoicas y el batolito; pero también entre estas
formaciones de relleno hay notables diferencias. Los depósitos aluviales antiguos son poco
deformables, en comparación con las arenas eólicas cuaternarias y los sedimentos marinos
terciarios, especialmente cuando estos materiales están afectados por napas freáticas
superficiales.
Desde el punto de vista hidrogeológico, las aguas subterráneas tienen especial importancia
para la costa, teniendo en cuenta la escasez de recursos hídricos en esta región. Los acuíferos
se forman bajo las extensas formaciones de relleno cuaternario permeables, luego de que los
ríos y quebradas que descienden de la sierra llegan a las llanuras costeras e infiltran
importantes volúmenes hídricos. Para la generalidad de la costa a lo largo del trazo, los
acuíferos están a profundidades mayores a 40 y 50 m, e incluso bastante más. Pero en ciertos
sectores, cercanos a los valles costeros y especialmente cercanos al litoral, las aguas freáticas
se van haciendo más superficiales hasta aflorar en superficie en ciertas playas y bahías
litorales.
Con respecto a la construcción del gasoducto en el tramo de costa, la geología no plantea
problemas mayores o de extrema gravedad. Al contrario, presenta más bien condiciones
mayoritariamente favorables. Las formaciones rocosas por ejemplo, si bien se deben trabajar
con explosivos con el riesgo de desestabilizar taludes y cierta dificultad para disponer
desmontes, son terrenos altamente competentes frente a riesgos sísmicos. Los rellenos
cuaternarios, si bien no tienen la estabilidad antisísmica de las formaciones pétreas, son lo
suficientemente estables, salvo los sectores eólicos de arenas recientes y los sectores litorales
de afloramiento de aguas freáticas. A estos riesgos relativos de las formaciones cuaternarias,
se contraponen las facilidades operativas para la instalación del gasoducto mediante métodos
sencillos de excavación, que no requieren explosivos. Finalmente, la geología local provee
fácilmente de las cantidades de material requeridos para la construcción.
4.1.3.3
Geomorfología
El relieve costero es en gran parte correlacionable con los conjuntos geológicos mayores de la
región. Los rellenos cuaternarios forman las llanuras, que en conjunto representan
aproximadamente el 80% del territorio y los afloramientos rocosos mesozoicos y del batolito,
forman las colinas y estribaciones montañosas, relieves de topografía medianamente agreste,
que representan el 20% del trazo. Localmente, antiguos depósitos aluviales del cuaternario
antiguo forman también colinas, como sucede al sur de Cañete y las formaciones terciarias del
sur aparecen igualmente como llanuras en la zona de Chincha.
En un segundo nivel de detalle, las formas de relieve se correlacionan con agentes y procesos
erosivos específicos. Al respecto cabe citar los medios litorales, las llanuras interiores, los
valles aluviales, los piedemontes de la Cordillera y, finalmente, las vertientes agrestes del piso
inferior andino.
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Vol I 4-27
Los medios litorales reciben influencia de las débiles amplitudes de mareas de la costa central,
de la acción erosiva del oleaje, por la acumulación en playas y barras y de la formación de
albuferas y marismas litorales. No obstante, este medio está muy poco representado en el
trazo del gasoducto, el cual está generalmente ubicado a varios kilómetros del litoral.
Las llanuras y colinas interiores están sujetas a la acción erosiva y acumulativa del viento. Las
vertientes áridas del piedemonte andino están sujetas a esporádicas acciones erosivas debidas
a las lluvias del desierto interior. Por último, los valles costeros, están prácticamente cubiertos
de cultivos y son bastante estables, salvo en los sectores ribereños, afectados por el
dinamismo estacional de los ríos.
Aunque la acción erosiva del viento es permanent e y generalizada a lo largo de la costa, sus
efectos morfológicos en cambio no son muy significativos. Ello se debe a que en el área los
vientos rara vez sobrepasan los 50 km/hora para las ráfagas de mayor velocidad, las cuales
son capaces de arrancar y transportar del suelo únicamente las partículas de limos y arenas
más finas. Luego de un tiempo de este proceso, el suelo queda formado por partículas
superficiales gruesas que no son fácilmente removibles por el viento, quedando por mucho
tiempo como superficies estables, tanto más aún cuando poseen una elevada salinidad y están
humedecidas por las neblinas y lloviznas invernales.
Las acciones erosivas debidas a las muy raras lluvias de la costa, suelen ser en esta zona más
importantes que la permanente acción del viento, sobre todo las escorrentías que llegan de
quebradas que tienen sus cabeceras en los pisos inferiores de la sierra. Por ello, varias
quebradas que atraviesan las llanuras mediante cauces irregulares, causan a veces acciones
erosivas que modifican temporalmente la estabilidad del desierto.
Las esporádicas y poco predecibles escorrentías torrenciales abren nuevos cauces en la llanura
y destruyen los pavimentos de partículas superficiales gruesas. Estas partículas son, por un
tiempo, fácilmente atacables por el viento, el cual obstruye con depósitos los cauces
formados, lo que propician que las siguientes avenidas torrenciales excaven nuevos lechos.
Este caso es particularmente importante en una amplia faja de las pampas Ñoco y El Carmen,
en la provincia de Chincha.
Otra acción erosiva importante se presenta en los lechos inundables de los ríos que descienden
de la sierra, los cuales tienden a ser sumamente torrentosos. La amplitud de las áreas
inundables y de erosión fluvial no guarda tan estrechas relaciones con la magnitud y caudales,
sino más con el carácter de la torrencialidad de las corrientes. De esta manera, en algunos
años pueden ser más destructivos los desbordes que se producen en la quebrada Topará (km
531) y el río Chilca (km 643), que durante muchos meses están completamente secos, pero
que durante crecientes pueden desbordar por amplios sectores poco predecibles, en
comparación con los más caudalosos, pero igualmente más regulares ríos Cañete y Pisco.
La geomorfología costera a lo largo del trazo representa para el gasoducto condiciones
mayormente favorables en cuanto a la topografía y ocurrencia de procesos erosivos de riesgo.
La topografía de llanura facilita las excavaciones y tendido de tuberías, aunque con una cierta
inestabilidad geológica en las acumulaciones arenosas más sueltas. Este tipo de depósitos de
gruesas acumulaciones casi no se presentan a lo largo del trazo. Las topografías agrestes, si
bien representan ciertos obstáculos operativos, como por ejemplo la necesidad de operar con
explosivos o la probabilidad de desestabilizar ciertos taludes, su naturaleza geológica es
EIA Gasoducto Camisea - Lima
Vol I 4-28
favorable a la estabilidad antisísmica. Los valles cultivados tampoco representan riesgos
geodinámicos ni dificultades operativas, pero en cambio se trata de terrenos de alto valor
social y económico.
Los escasos sectores de riesgo geodinámico en el trazo costero son la faja de terrenos de las
pampas Ñoco y El Carmen (km 515 al 531), donde se presentan periódicas e irregulares
avenidas torrenciales por pequeñas quebradas que cambian constantemente de curso. También
son riesgosas las fajas aluviales de las quebradas Topará, Asia, Chilca, Río Seco y Cruz de
Hueso, al igual que los lechos estacionalmente inundables de los ríos Mala, Cañete, ChicoMatagente y Pisco. Áreas de riesgo particular son las marismas litorales de la zona de Chilca.
4.1.3.4
Suelos
A lo largo del trazo de costa, la tipología de suelos se correlaciona con las geoformas del
relieve. De esta manera, se puede considerar las colinas y estribacione s montañosas como
unidades mayormente misceláneas, es decir formaciones no edáficas, de carácter superficial
puramente lítico, salvo eventuales coberturas arenosas eólicas o delgados mantos de
intemperismo y depósitos coluviales. Las llanuras en cambio, constituyen los suelos del área,
caracterizados por muy pobres desarrollos genéticos y formación de horizontes, hecho que es
común a las zonas desérticas, que no favorecen las reacciones químicas de edafización.
Las llanuras están formadas por suelos de origen eólico y aluvial. En el caso de las
formaciones eólicas se trata de horizontes de arena y limo poco consolidados. En los
depósitos aluviales hay diferencias notables. Las antiguas acumulaciones que forman las
llanuras eriazas ubicadas entre los valles, los suelos intercalan bancos de arenas, limo, gravas
y hasta bloques rocosos, con lentes y capas de arena eólica; las acumulaciones más modernas
se hallan cerca de los ríos y torrentes principales, conformando suelos de morfología
estratificada de bancos fluviales limo arenosos y de gravas redondeadas.
La fertilidad natural de los suelos en la costa es generalmente baja, ya que si bien las
formaciones minerales y rocosas del suelo incluyen la mayor parte de minerales requeribles
por las plantas, en el desierto estos importantes constituyentes se hallan en estado puramente
lítico, ya que no hay la suficiente humedad para que entren en las soluciones asimilables por
las plantas; únicamente las sustancias más solubles, como las sales están altamente presentes
elevando el pH y causando severos problemas de salinidad, como se observa en mayor
medida en todos los suelos de llanuras eriazas ubicados entre los valles de Pisco y Cañete. La
presencia de materia orgánica en estos suelos es mínima, en concordancia con las
características desérticas.
Otra característica común a la mayoría de suelos del área es su textura gruesa, de arenas y
gravas permeables, lo que determina que en la escasa existencia de recursos hídricos del
desierto, la excesiva permeabilidad incremente el déficit hídrico, que redundan en la propia
condición desértica. Asimismo, en la eventualidad de ocurrencia de aguaceros, la erosión
siempre resulta minimizada por la permeabilidad que absorbe directamente los primeros
milímetros de precipitación.
A pesar de varias condiciones desfavorables, los suelos de costa tienen potenciales valores
agrícolas, como lo demuestra su mayoritaria capacidad de uso mayor para cultivos
permanentes bajo riego, en calidades agrológicas baja y media. Mención aparte merecen los
EIA Gasoducto Camisea - Lima
Vol I 4-29
valles costeros, los cuales contienen amplias porciones de suelos aluviales de textura menos
gruesa que las acumulaciones arenosas de las pampas, y que además poseen limos y
nutrientes minerales más asimilables por las plantas; todo ello en las favorables condiciones
térmicas, ausencia de vientos fuertes, y especialmente de topografía llana que favorecen la
mecanización e intensificación del agro, influidas obviamente por los factores sociales y
económicos de la región. Los suelos de los valles costeros están catalogados entre los
mejores del país, aptos para cultivos en limpio, en calidades agrológicas de baja a alta. En este
sentido, el trazo del gasoducto, deberá ser especialmente cuidadoso en evitar en lo posible el
paso por estos terrenos, y en su defecto considerar todas las prácticas de conservación y
compensación respectivas.
4.1.3.5
Hidrología
En concordancia con el clima desértico, la costa tiene escasos cursos de agua, donde los ríos y
torrentes que aportan escorrentías anuales deben sus caudales a las precipitaciones que
reciben en la sierra, en la región en que nacen. La mayoría de quebradas de la costa están
siempre secas, y algunas de ellas sólo ocasionan escorrentías considerables, de unos m3 /s una
vez cada varias décadas, mientras que la ma yor parte trae esporádicos flujos de unos pocos
L/s por unas horas al año o cada varios años.
Los ríos que descienden de la sierra, los cuales en orden decreciente de caudales para el trazo
del gasoducto son: el Cañete, Pisco, Mala y Matagente – Chico, llegan a la costa con caudales
todo el año, aunque son tan torrenciales que durante las crecientes veraniegas pasan de varios
cientos de m3 /s y menos de 10 m3 /s para los meses secos.
Otros torrentes, que a veces son denominados ríos, como el Topará, Chilca y Asia, traen
caudales todos los años, pero tienen igualmente varios meses completamente secos. En estos
casos, las crecidas son muy irregulares, y pueden ocasionar amplios desbordes, para luego
reducirse drásticamente los volúmenes hídricos. El caso de torrencialidad más extrema es el
del río Matagente – Chico, que en meses de vaciante puede estar algunos días completamente
seco, y en crecientes, superar os 1,000 m3 /s. El río más regular es el Cañete, cuyos caudales
oscilan entre 10 a 600 m3 /s.
La hidrología costera supone riesgos de erosión fluvial severa en los cruces del gasoducto,
especialmente en los casos de torrencialidad más extrema; pero supone igualmente que la
escorrentía superficial es reducida para amplios sectores y que más bien, los caudales que
descienden de la sierra, contribuyen a alimentar acuíferos subterráneos, los mismos que de
acuerdo a las condiciones geológicas y geomorfológicas son esencialmente profundas, salvo
en las cercanías del litoral, donde las aguas freáticas generalmente afloran.
4.1.3.6
Uso de la Tierra
A lo largo del trazado del gasoducto, el uso de la tierra es bastante variado a pesar de la
relativa homogeneidad del medio físico, la carencia de recursos hídricos y clima desértico. El
uso intensivo de la tierra obedece a factores históricos y económicos que privilegian el
desarrollo de la costa. En este sentido, cabe indicar que hay una importante concentración de
granjas avícolas y pecuarias, especialmente entre Cañete y Lima, obviamente por la atracción
que significa el mercado capitalino.
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Los valles costeros están siendo intensivamente cultivados desde el siglo pasado, y en las
últimas décadas se están incorporando rápidamente al agro amplias zonas de llanuras eriazas.
Asimismo, grandes áreas cercanas a Lima están siendo urbanizadas como nuevos centros
poblados.
El uso intensivo de los espacios costeros, influye en el medio físico. Es importante reconocer
las áreas de basurales, que representan pasivos ambientales, al igual que canales de regadío,
construcciones, viviendas e infraestructuras, que inciden de alguna manera en la estabilidad
del medio físico para el proyecto.
4.1.3.7
Calidad del Aire y Ruido
En general la calidad del aire en el sector costa está influenciada por ciertas fuentes de
emisión como las industrias y el tráfico vehicular, en el sector de Lurín, y la erosión eólica y
trafico vehicular en el sector de Mala, Cañete y Pisco.
Los niveles de calidad del aire (partículas y gases), medidos en estos lugares se encuentran
por debajo de los límites permisibles segú n los estándares de calidad del aire publicados en el
D.S. 027-01 PCM y de organismos internacionales como USEPA y la Organización Mundial
de la Salud (OMS).
Las mediciones de ruido realizadas en esta zona, presentan como fuentes de emisión el
transporte, las actividades humanas y económicas que se desarrollan en las urbes. En estas
zonas el ruido presenta niveles altos que en algunos casos supera los límites establecidos por
la OMS en horas nocturnas y diurnas y la Ordenanza Municipal 015 de la Municipalidad de
Lima Metropolitana. En los sectores despoblados el nivel de ruido es bajo y presenta como
fuentes de emisión el viento y fauna local.
4.1.3.8
Calidad del Agua
La calidad del agua de los ríos que cruza el ducto en el sector costa, en lo que se refiere a
contaminantes, según los análisis efectuados se encuentran por debajo de los límites máximos
permisibles establecidos en la clase VI de la ley general de aguas. Cabe mencionar que las
muestras se tomaron en la época de estiaje.
4.1.3.9
Mapa de Estabilidad y Riesgo Físico
Como resultado aplicativo del análisis integrado de línea base física, en esta sección se
presenta el mapa de estabilidad y riesgo físico del sector de costa, el cual contiene una
zonificación descriptiva basada principalmente en el análisis de los caracteres del relieve,
condiciones climáticas, hidrodinámicas y de uso actual o potencial del área.
El mapa reconoce determinados rangos descriptivos para calificar las distintas áreas según
sean estables o inestables frente a eventos físicos naturales, tanto desde el punto de vista del
riesgo que dichas ocurrencias puedan causar a las obras e instalaciones del proyecto, como a
los riesgos que el propio proyecto presenta para las condiciones ambientales de la zona.
EIA Gasoducto Camisea - Lima
Vol I 4-31
El esquema clasificatorio es descriptivo, y presenta en base a términos una calificación para
señalar determinados riesgos, ocurrencias frecuentes o eventuales, que puedan señalar áreas
críticas, o también señalar áreas que por sus restrictivas condiciones físicas requieren de
determinadas prácticas de conservación o manejo.
Desde el punto de vista de la línea base física, en la costa predominan ampliamente las zonas
estables, hecho que lo distingue de las otras regiones del país. Básicamente, cerca del 90% de
la longitud del trazado presenta condiciones de plena estabilidad geomorfológica, y solo el
porcentaje restante tiene determinados problemas de especial consideración. Sin embargo las
áreas estables incluyen áreas, que si bien no tienen problemas mayores riesgos desde el punto
de vista físico, en cambio si pueden contener suelos de alta calidad, usos de la tierra o valores
ecológicos particularmente importantes.
Al final de este acápite, el cuadro 4-3 muestra las longitudes y áreas involucradas en las
distintas unidades de estabilidad y riesgo físico para costa. A continuación se señala las
principales características de las unidades de mapeo identificadas en el mapa de estabilidad y
riesgo físico (mapa 4-1).
4.1.3.10 Áreas Estables
Son áreas donde la ocurrencia de acciones morfodinámicas son poco significativas. Esta
situación es muy frecuente en la costa, dadas las condiciones extremadamente desérticos y la
debilidad de las pendientes generales.
La estabilidad en estas áreas costeras es tan marcada, que no se evidencian procesos erosivos
sensib les salvo hechos excepcionales a la escala de varias décadas, y aún siglos; sin embargo,
esto no incluye las consideraciones sísmicas, notables en la costa. Las áreas estables son las
más extensas en el trazado costero, totalizando una longitud de alrededor de 189 km (el
87.2 % del trazado en costa). Sin embargo, la estabilidad está referida únicamente al riesgo
físico, ya que entre estas áreas hay terrenos totalmente eriazos y de escaso valor, así como
terrenos de importante valor agrícola e industrial. Las áreas identificadas como estables son
las siguientes:
Llanuras desérticas eriazas (E-1)
Es el paisaje dominante, que es recorrido en aproximadamente 84.8 km (39.1% del trazado en
costa). Son planicies carentes de vegetación y uso, sin fuentes de agua, formadas en gran parte
por antiguas acumulaciones aluviales, que están cubiertas por acumulaciones de arena eólica.
Los suelos salinos, las arenas gruesas superficiales, la debilidad del viento, la ausencia de
lluvias y de cursos torrenciales provenientes de la sierra, hace que estas planicies sean
prácticamente estables a lo largo de décadas.
Son tierras que en su máximo potencial pueden ser aprovechadas para cultivos permanentes
sólo en caso de contar con fuentes de riego, lo que resulta oneroso por la lejanía de los ríos
principales y la profundidad en que se encuentran las napas freáticas. La estabilidad de estas
áreas sólo es afectada de manera muy eventual durante los movimientos sísmicos, que
ocasionan ciertos procesos de compactación de arenas. Son áreas que ofrecen condiciones de
excavación sencillas.
EIA Gasoducto Camisea - Lima
Vol I 4-32
Colinas y montañas desérticas eriazas (E-2)
Son los accidentes orográficos constituidos por las formaciones rocosas del substrato
geológico. Prácticamente carecen de suelos, ya que salvo sectores localizados de acumulación
eólica, las superficies son mayoritariamente rocosas.
Las rocas son compactas en su gran mayoría, estables desde el punto de vista sísmico, salvo el
hecho de que las ondas de un sismo tienden a refractarse y rebotar al pasar de una colina a
otra, lo cual puede eventualmente originar pequeños desprendimientos rocosos para los
sectores más empinados.
Por su topografía, presentan ciertas dificultades al trabajo operativo de instalación de los
ductos, con la necesidad de empleo parcial de explosivos, con la probabilidad de generar
cierta desestabilización de taludes. Se extienden por aproximadamente 47.4 km (21.9% del
trazado en costa)
Llanuras de valles cultivados (E-3)
Son áreas muy estables, tanto por su topografía llana, como por la vegetación que reduce las
débiles acciones del viento. Igualmente ofrecen condiciones para excavaciones muy sencillas,
pero en cambio, son tierras de buen valor agrícola, que en la actualidad vienen siendo
trabajadas. Por ello se trata de ambientes estables desde el punto de vista operativo y riesgo
físico, pero de impacto en la utilización del recurso suelo.
La longitud total del trazado que cruza las llanuras cultivadas es de 56.2 km (25.9%) del
trazado.
Llanuras de marismas (E-4)
Son sectores litorales, de playas y bahías encerradas, donde las napas freáticas son
superficiales, con lo que se forman ambientes lacustres, salobres de vegetación hidrófita y
halófita.
La estabilidad es plena puesto que las pendientes son mínimas y el terreno está parcia lmente
cubierto por la vegetación de marismas. Sin embargo, durante sismos, los suelos tienden a
sufrir mayores deformaciones que las formaciones sueltas de las llanuras sin napas freáticas
superficiales.
Hay cierta dificultad para las operaciones de excavación, debido a los anegamientos, pero, se
trata de áreas donde las obras pueden ocasionar daños sobre las aguas y cobertura biótica. El
trazado cruza esta unidad en apenas 400 m, por lo que su expresión porcentual es irrelevante.
4.1.3.11 Áreas Inestables
Las áreas inestables en costa generalmente se presentan asociadas a los cauces de escorrentía
fluvial y torrencial; es decir, que la inestabilidad está relacionada a procesos de inundabilidad
y erosión fluvial, debidas a las crecientes estacionales y esporádicas que pueden tener los ríos
EIA Gasoducto Camisea - Lima
Vol I 4-33
y torrentes que cruzan las llanuras desérticas, las mismas que de otro modo serían plenamente
estables
La inestabilidad de estos sectores es relativa, pudiendo ser muy riesgosa en los sectores
puntuales donde los ríos atacan las riberas, hecho que varía según la intensidad de los años
lluviosos en la sierra. Aún así, el calificativo de inestabilidad para estas áreas costeras, no
reviste las consideraciones de riesgo que tienen otras regiones inestables en la sierra y selva
del país.
Las áreas consideradas inestables en el trazo de costa representan una longitud de 28.2 km
(13.0 % del trazo en costa). Las unidades identificadas en esta categoría son:
Llanuras eriazas de inundación torrencial esporádica (I-1)
Estas áreas comprenden los lechos de inundación o explayamiento de las crecidas, que
eventualmente ocasionan torrentes de funcionamiento hidrológico esporádico.
La inestabilidad de estos sectores se debe a la actividad torrencial, la misma que en años
lluviosos en la sierra o eventuales anomalías pluviales en el piso inferior andino, ocasiona
crecidas que descienden por las quebradas hasta cruzar las llanuras. El problema mayor de
estas crecientes, es que no necesariamente pasan por cauces bien definidos, sino que pueden
circular por cauces bastante alejados unos de otros, ya que los cauces de los funcionamientos
hidrológicos últimos, generalmente resultan obstruidos por la actividad eólica subsiguiente.
Este problema se presenta bastante concentrado en las pampas de Ñoco y El Carmen, y se
presenta también de manera más definida en los llanos inundables de las quebradas Chilca,
Asia, Topará y Cruz de Hueso.
Se trata de un riesgo físico para las tuberías, que deberán contar con dispositivos que eviten su
probable ruptura por la erosión torrencial. Cabe indicar que por ser materiales aluviales,
conforman medios fáciles de excavar. En total representan una importante longitud de 24.3
km (11.2% del trazo en costa).
Llanuras de inundación de los valles costeros
Son los sectores inundables por los ríos costeros principales, que para el caso del trazado son
únicamente los bordes ribereños de los ríos Cañete, Pisco, Matagente – Chico y Mala. Hacen
un total aproximado de menos de 4 km (1.8 % del trazado costero). La inestabilidad de estas
áreas se debe a la inundabilidad y erosión fluvial de los referidos ríos.
Los riesgos físicos son severos para las crecientes mayores, sobre todo para los ríos de mayor
contraste entre sus máximas y mínimas. En estos lechos, las excavaciones pueden ser
parcialmente obstruidas por el anegamiento, y son sectores de potencial afectación en la
calidad de aguas.
Las condiciones operativas presentan dificultades por la topografía y afloramientos rocosos,
que exigen uso de explosivos, con el consiguiente riesgo de desestabilizar taludes y propiciar
acciones erosivas más o menos débiles.
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Vol I 4-34
Cuadro 4-3
Resumen de Unidades de Estabilidad y Riesgo Físico para el tramo de costa
Incidencia en el Trazo
Estabilidad y Riesgo
Físico
Áreas Estables
Áreas Inestables
Unidad Cartográfica
Símbolo
Longitud
(km)
Area
(Ha)
Llanuras desérticas eriazas
E-1
84.82
24,666
Colinas y montañas desérticas
eriazas
E-2
47.40
18,645
Llanuras de valles cultivados
E-3
56.23
16,163
Llanuras de marismas
E-4
0.41
836
Llanuras eriazas de inundación
torrencial esporádica
I-1
24.27
7,161
Llanuras de inundación de valles
costeros
I-2
3.96
1,355
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Vol I 4-35
4.2
SINTESIS DE LINEA BASE BIOLÓGICA
Los componentes biológicos del ambiente mantienen entre ellos un elevado nivel de
interacción que supera la complejidad de los elementos físicos. Cada una de las especies tiene
su propia forma de interrelacionarse con el medio físico y con las demás especies con las que
comparte un hábitat. Sin embargo, el nivel de comprensión científica de estas relaciones es
insuficiente, aún en aspectos básicos como distribución y ciclos de abundancia o fenología. El
análisis de cada una de las especies referidas en la línea base del EIA demandaría un esfuerzo
mayor que sin embargo, tropezaría con estas carencias de conocimiento.
El objetivo de esta sección es analizar la información que se ha tomado en campo y
recopilado para la Línea Base Ambiental, exponiéndola en un nivel de síntesis. La descripción
de los componentes se resume mediante el uso de indicadores biológicos, desarrollados con la
información de campo.
La síntesis de la información biológica debe permitir cruzar información de las diferentes
disciplinas de modo de poner de manifiesto tendencias y/o patrones que no se pueden percibir
desde dentro de cada especialidad. Asimismo, debe hacerse referencia no sólo a los estados
presentes de las variables biológicas usadas en la descripción de cada taxón, sino también a
los procesos que las afectan.
Dada la gran cantidad de especies registradas en cada uno de los taxas y en cada uno de los
tramos, es apropiado realizar un análisis que, si bien descanse en la información taxonómica
de cada especialista, pueda ser puesto en términos de los tipos de hábitat registrados. Dado el
carácter estructural de la vegetación resulta que el elemento más importante en la formación
de los hábitats es justamente la vegetación. Por tanto, en la presente síntesis se le ha prestado
especial atención. Esto no implica, sin embargo, que no se deban tomar en cuenta las
particularidades de cada taxón señaladas ya en los informes temáticos correspondientes. Este
capítulo sigue la división de Selva, Sierra y Costa planteada en los informes temáticos.
En general, de los resultados de campo se puede inferir la presencia de una elevada diversidad
de ambientes que constituye el hábitat de una a su vez alta cantidad de especies de flora y
fauna. La mayor diversidad de especies se da en el sector selva, mientras que las mayores
muestras de especies con distribución local (potenciales endemismos) se dan en los ambientes
costeros y serranos. La diversidad vegetal es singularmente alta en la selva, descendiendo en
una gradiente conforme se desplaza hacia el occidente. Las formaciones vegetales son
predominantemente arbóreas en la selva, pasando a ser de porte arbustivo y herbáceo en la
sierra y costa.
Los patrones de distribución y diversidad de fauna están ligados claramente al tipo de
cobertura vegetal que caracteriza el hábitat y a la disponibilidad de humedad a lo largo del
año. En el caso de las aves, ellas tienen varios procesos de migración para adaptarse a estos
ciclos, mientras que las otras taxas están más referidas a zonas específicas. La diversidad de
las formas asociadas a cuerpos de agua corresponde también a patrones claros de distribución;
la mayor cantidad de especies se encuentran en la vertiente oriental de los Andes,
decreciendo hacia la vertiente occidental.
EIA Gasoducto Camisea - Lima
Vol I 4-36
Existe una amplia variación en el estado de conservación de los ambientes atravesados por el
proyecto. Se han caracterizado desde áreas casi inalteradas por la acción del hombre hasta
zonas que han sido sobre explotadas. Estas diferencias son evidentes en algunas zonas y han
sido consideradas en las descripciones de hábitats y el análisis de sensibilidad que se presenta
a continuación.
4.2.1
SINTESIS DE LINEA BASE BIOLÓGICA DEL SECTOR SELVA
En el tramo de Selva, en principio, por la complejidad del ecosistema y naturaleza misma del
muestreo no ha sido posible diferenciar entre las diversidades asociadas a cada tipo de hábitat.
Para el caso de las aves, en general, los transectos realizados se han correspondido con
hábitats mixtos en los cuales existen tanto bosques primarios como bosques secundarios,
bosques montanos y terrenos de cultivo. Por tanto, la relación entre las diversidades de la
vegetación y de las aves no se ha considerado en el análisis como en el caso de la Costa o la
Sierra.
Se cuenta, sin embargo, con la observación de los especialistas ornitólogos, los que han
anotado de que en general a mayor mixtura de hábitats se registraba también una mayor
diversidad de especies. Al mismo tiempo existe la indicación de que algunos hábitats como el
bosque tropical bajo y el bosque montano almacenan la mayor cantidad de especies, como se
puede apreciar en la figura 4-1.
Figura 4-1
Distribución porcentual de las aves por tipos de hábitat Selva.
Distribución porcentual de las aves por tipos de hábitat. Selva.
Ambientes acuáticos
9%
Bosque Tropical
bajo
Campos de Cultivo
30%
20%
Bordes y Areas
Abiertas
14%
Bosque Montano
27%
Fuente: Walsh Perú S.A.
EIA Gasoducto Camisea - Lima
Vol I 4-37
Algo similar sucede con los otros grupos de fauna presentes en este sector de estudio. Por
otro lado, en comparación con los otros dos sectores (costa y sierra), el de Selva tiene una
mayor diversidad; lo cual para las aves se puede apreciar en la figura 4-2. El gradiente de
diversidad se presenta en la secuencia de menor a mayor como Costa, Sierra y Selva.
Figura 4-2
Comparación de las diversidades de aves en los tres tramos
Comparación de las diversidades de aves en los tres tramos.
H (bits/individuo)
7
6
5
Costa
4
Sierra
3
Selva
2
1
0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
Puntos de Muestreo
A pesar de no ser posible una comparación más directa entre los parámetros de aves y los de
vegetación y flora, los registros de aves del PM 8 al PM 12 permiten explorar las relaciones
que en este tramo tienen los diferentes parámetros de diversidad, sensibilidad, amenaza y
conservación del bosque. Se tomaron en cuenta las siguientes variables para cada punto de
muestreo:
•
•
Número de especies (SPP)
Diversidad con el índice de Shannon (DIVER)
•
Número de Especies Altamente Sensibles (ESPALTSE)
•
Número de Especies Medianamente Sensibles (ESPMESEN)
•
Número de Especies Endémicas (ESPENDEM)
•
Número de Especies en EBAs (ESPEBAS)
•
Especies con Amenaza Global a su integridad (AMGLO)
•
•
Especies con Amenaza Local según INRENA (AMNAC)
Especies con Rango Altitudinal Estrecho (ESPEST)
•
Estado de Conservación del Bosque (CONSBO)
EIA Gasoducto Camisea - Lima
Vol I 4-38
Entre paréntesis se han colocado las siglas que se han empleado para caracterizar estas
variables en un Análisis de Componentes Principales en el que, contando con los Puntos de
Muestreo como elementos de análisis, se han podido poner de manifiesto las relaciones que se
muestran en las figuras 4-3 y 4-4. La figura 4-3 muestra la distribución de las variables
señaladas en el plano que forman las Componentes Principales 1 y 2. La figura 4-4 muestra
lo mismo pero en el plano que forman las Componentes Principales 1 y 3 (CP1 y CP3).
Figura 4-3
Atributos de diversidad y conservación para las aves Selva
Atributos de Diversidad y Conservación para las aves en el tramo Selva.
Componente Principal 2
1
ESPEST
0,5
AMGLO
0
-1
ESPEBAS
ESPALTSE
ESPENDEM
-0,5
-0,5
AMNAC
CONSBO
0
0,5
DIVER
SPP
1
ESPMESEN
-1
Componente Principal 1
Figura 4-4
Parámetros de diversidad y conservación para las aves. Selva.
Parámetros de diversidad y conservación para las aves. Selva.
Componente Principal 3
1
AMNAC
AMGLO
-1
0,5
ESPEST
ESPMESEN
ESPEBAS
0
-0,5
-0,5
-1
ESPENDEM
0
ESPALTSE
0,5
SPP
DIVER
1
CONSBO
Componente Principal 1
EIA Gasoducto Camisea - Lima
Vol I 4-39
En ambos casos, además de relaciones obvias como la que existe entre el número de especies
de aves (SPP) y la diversidad de las mismas (DIVER), se observa una relación directa entre el
estado de conservación del bosque (CONSBO) y los dos parámetros mencionados. Al mismo
tiempo, en el CP1 es evidente que los lugares que tienen mayor diversidad tienen al mismo
tiempo pocas especies con amenazas globales (AMGLO) o locales (AMNAC) para su
sobrevivencia. En el CP3 resulta evidente que un mejor estado de conservación del bosque
(CONSBO) evita que hayan especies con amenaza local a su sobrevivencia (AMNAC).
Por tanto, el análisis mencionado confirma que mientras mayor diversidad exista en una zona,
habrá menos especies con amenazas locales o globales; al mismo tiempo, una mejor
conservación del bosque disminuiría también la presencia de especies con amenazas locales.
De este modo, puede obtenerse como una primera recomendación para el Plan de Manejo
Ambiental la conservación de la diversidad per se y el hábitat (el bosque en este caso) pues
ambas permiten disminuir el grado de amenaza local o global sobre las especies de aves
presentes.
Se considera en este análisis que es apropiado utilizar, para una descripción general del
hábitat, los tipos de vegetación – y su sensibilidad – empleados en el capítulo sobre
vegetación. Estos tipos se transcriben en el cuadro 4-4.
Cuadro 4-4
Unidades de vegetación identificadas en el tramo Selva
Unidades de Vegetación
Sensibilidad
Descripción
Alta
Son áreas ubicadas en una franja
altitudinal donde se encuentra
una diversidad de especies, varias
de ellas con distribución local
Adicionalmente, estos estratos
representan áreas sin intervención
antrópica.
Media
Estos bosques tienen menor
diversidad de especies en
comparación, ya sea por su
ubicación altitudinal o por
representar comunidades bastante
homogéneas.
Baja
La diversidad de especies es
notoriamente menor debido
fundamentalmente a la acción de
factores antrópicos que alteran su
conformación original.
Bosque aluvial con diámetros pequeños a medianos
Bosque aluvial con diámetros grandes
Bosque premontano con diámetros grandes
Bosque montano con diámetros grandes
Bosque primario con diámetros pequeños a
medianos
Bosque primario con diámetros grandes
Vegetación herbácea baja (puede incluir pastizales)
Bosque premontano con diámetros pequeños a
medianos
Bosque dominado por pacales
Bosque dominado por lianas
Bosque montano enano o matorral
Vegetación secundaria dominada por árboles
Vegetación dominada por Tessaria o Gynerium
Bosque de Cecropia
Influencia agrícola
Suelo expuesto
El análisis hasta este momento remarca la importancia de la conservación del hábitat como
herramienta para la conservación de la biodiversidad presente en el área de estudio. Por tanto,
es importante conocer los modos y la intensidad en que este hábitat puede ser alterado. La
EIA Gasoducto Camisea - Lima
Vol I 4-40
alteración de los ecosistemas ocurre por acciones antrópicas (en la mayoría de casos), de
modo que resulta razonable examinar la relación entre densidad de población humana y grado
de deterioro del bosque. Al respecto, el incremento de la accesibilidad a zonas previamente
inaccesibles es una de las fuentes de deterioro del bosque principalmente debido la agricultura
de roza y quema.
Información no publicada (Sánchez y Quinteros, comunicación personal) obtenida para
analizar el comportamiento del Bosque Denso (inalterado) con relación a la densidad de
población a lo largo de la carretera Huanta – San Francisco en el Valle del río Apurímac, se
estimaron los efectos que podría ocasionar el incremento de la densidad poblacional como
consecuencia de una mayor accesibilidad inducida por el gasoducto. Se trató de un intento
similar a los de Forrester y Machlis (1996) de modelar algunos factores humanos que generan
pérdida de biodiversidad. Las unidades de muestra (poblados) del análisis se presentan en el
cuadro 4-5.
Cuadro 4-5
Poblados evaluados carretera Ccano - Aurora
Clave
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
Poblado (s)
Quinua poblado
Osno, Masinga, Acco
Challhuamayo
Mahuayura, Tapuna
Tinkuy
Panti
Ccano
Calicanto, Tutumbaru
Machente
Limonchayocc
Aurora
Para cada uno de estos poblados se calculó el tamaño de su población y se analizó el tipo de
relación que existe entre esta variable y la cantidad de bosque denso (inalterado) que existe en
su vecindad inmediata. El resultado de este análisis se muestra gráficamente en la figura 4-5.
Bosque Denso (km2)
Figura 4-5
Superficie de Bosque versus incremento de la Población (Ccano – Aurora)
Figura 5. Superficie de Bosque Denso vs Población (CcanoAurora)
20,00
15,00
10,00
5,00
0,00
0
200
2
y = -4E-05x + 0,0171x + 13,459
2
R = 0,9761
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400
600
800
1000
Población (Individuos)
Vol I 4-41
El tramo analizado fue el que va desde Ccano hasta el río Apurímac, pues era el que
correspondía a la zona en la que se registraba mayor impacto como consecuencia de la
agricultura de roza y quema. Como se evidencia en la figura, existe un buen ajuste entre el
tamaño de la población y la cantidad de bosque denso inalterado. Se observó que se pueden
alcanzar poblaciones de hasta 400 individuos por cuadrícula de 16 km2 (equivalentes a una
densidad de 25 individuos por km2 ) sin que la cantidad de bosque denso disminuya
gravemente. Por encima de esta densidad se evidencia un fuerte proceso de degradación del
bosque.
Por tanto, la información presentada sugiere que la densidad poblacional mencionada es una
forma de Límite Aceptable de Cambio que no debe ser superado si no se desea degradar
significativamente el bosque original y con ello toda su diversidad. Este límite tendría que
marcar un nivel de referencia a emplear en el programa de monitoreo de la integridad del
hábitat.
4.2.2
SINTESIS DE LINEA BASE BIOLÓGICA DEL SECTOR SIERRA
Para el análisis de la información de la sección Sierra se han empleado el Estado de
Conservación de la Vegetación (ECVEG), el Número de Especies Vegetales (SVEG), la
Cobertura Vegetal (COBVEG), la Sensibilidad de la Vegetación a las Perturbaciones
(SENSVEG), el Número de Especies de Aves (SAV), y la Diversidad de las Aves (HAV). No
se han usado ni mamíferos ni reptiles pues dado que sus registros son sensiblemente menores
a los de las aves y las plantas, no presentan una imagen clara en la que se puedan reconocer
patrones definidos.
Las variables biológicas usadas para el análisis en el tramo Sierra se muestran en el
cuadro 4-6. En el presente caso se incluyen solo los PM que corresponden a la Sierra
propiamente dicha, es decir, sólo lo que son Valles Interandinos y la Puna. La transición a la
Selva, se analizó en la sección anterior.
Cuadro 4-6
Análisis de componentes para sierra
Formación Vegetal
ECVEG
SVEG
Cactáceas columnares
3
15
20
Bosque Seco caducifolio
3
18
60
Matorral de Arbustos Resinosos
2
49
Bosques Ralos perennifolios
2
48
Matorral de Arbustos Espinosos
2
Bosques de Polylepis
Pajonal
Césped
Bofedales
Vegetación acuática
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COBVEG SENSVEG
SAV
HAV
3
15
1,543
3
5
0,639
75
2
10
1,682
40
2,5
22
2,013
13
65
2
15
1,543
1,5
18
40
3
5
1,44
1,5
46
90
1,5
9,33
1,935
2
20
50
2,5
12
2,098
2,5
2
60
2,5
6,67
1,517
2
9
2,5
10,33
1,565
Vol I 4-42
Cabe señalar, sin embargo que a una escala mayor – la subregión definida en términos de
Valle Interandino, Puna y Vertiente Occidental – sí es posible reconocer similitudes entre el
Número de Formaciones Vegetales, el Número de Especies de Mamíferos y la Diversidad
Vegetal Media, como se ve en la figura 4-6. Las relaciones mencionadas pueden alcanzar
significación estadística como se muestra en la figura 4-7.
Figura 4-6
Formaciones vegetales, diversidad vegetal y N° de Spp mamíferos.
Formaciones Vegetales, Diversidad Vegetal y No. de especies de
3
30
2,5
25
2
20
1,5
15
1
10
5
0,5
0
0
Valles Interandinos
Puna
Vertiente Occidental
Spp Mam.
No. Form. Veg.
H veget. Media
Hábitats
Figura 4-7
Bits/ind.
35
No. Form. Veget.;
No. de especies
mamíferos. Sierra.
Relación entre diversidad vegetal y spp de mamíferos, sierra.
Relación entre la diversidad vegetal y el número de especies de
35
mamaíferos
No. de especies de
mamíferos. Sierra.
30
25
20
15
10
2
y = 22,448x - 26,903
R2 = 0,927
2,1
2,2
2,3
2,4
2,5
2,6
Diversidad Vegetal (bits/ind)
Para el análisis de los datos se calcularon las correlaciones (r de Pearson) entre las diferentes
variables mencionadas, las cuales se muestran en el cuadro 4-7. Se han resaltado aquellas
correlaciones que alcanzaron significación estadística.
EIA Gasoducto Camisea - Lima
Vol I 4-43
Cuadro 4-7
Correlaciones entre atributos de diversidad y conservación de vegetación y
aves en el tramo Sierra.
R
SECVEG
Significación
N
R
SSVEG
Significación
N
R
SCOBVEG Significación
N
R
SSENSVEG Significación
N
R
SSAV
Significación
N
R
SHAV
Significación
N
SECVEG
SSVEG
1,0000
,
10
-0,3646
0,3003
10
-0,4114
0,2712
9
0,5590
0,0930
10
-0,0151
0,9669
10
-0,5872
0,0743
10
-0,3646
0,3003
10
1,0000
,
10
0,4561
0,2172
9
-0,5549
0,0959
10
0,2888
0,4184
10
0,4549
0,1865
10
SCOBVEG SSENSVEG
-0,4114
0,2712
9
0,4561
0,2172
9
1,0000
,
9
-0,8222
0,0065
9
-0,3345
0,3790
9
0,0454
0,9076
9
0,5590
0,0930
10
-0,5549
0,0959
10
-0,8222
0,0065
9
1,0000
,
10
-0,1620
0,6547
10
-0,5131
0,1293
10
SSAV
SHAV
-0,0151
0,9669
10
0,2888
0,4184
10
-0,3345
0,3790
9
-0,1620
0,6547
10
1,0000
,
10
0,5717
0,0842
10
-0,5872
0,0743
10
0,4549
0,1865
10
0,0454
0,9076
9
-0,5131
0,1293
10
0,5717
0,0842
10
1,0000
,
10
El análisis de las correlaciones simples sólo muestra significación estadística para la relación
inversa entre Sensibilidad de la Vegetación y la Cobertura Vegetal, aspecto que tiene sentido
puesto que informa que las zonas con mayor cobertura vegetal son menos sensibles a las
perturbaciones.
El análisis de componentes principales para esta información (figura 4-8) indica la relación
directa entre cobertura vegetal y diversidad de aves y plantas, y la relación inversa entre estas
diversidades y la sensibilidad de la vegetación a la perturbación y su estado de conservación.
Por tanto, la conservación de la vegetación asegura la conservación del resto de la
biodiversidad.
El componente principal 1 de la figura mencionada muestra a su derecha espacios con alta
diversidad de sus componentes bióticos y a su izquierda espacios con alta sensibilidad a las
perturbaciones. Si se sitúan a las formaciones vegetales en este mismo componente como se
hace en la figura 4-9, es posible identificar las formaciones que requieren mayor cuidado.
En términos de biodiversidad alta y escasa sensibilidad podemos ubicar al Bosque Ralo
Perennifolio, el Césped de Puna, el Matorral de Arbustos Espinosos, el Matorral de Arbustos
Resinosos y el Pajonal de Puna. Como formaciones poco diversas y altamente sensibles se
tiene a las Cactáceas Columnares, el Bosque Seco Caducifolio, los Bosques de Polylepis y en
menor medida a los Bofedales. Son estas las formaciones, por tanto que tienen que ser
especialmente cuidadas desde el punto de vista de biodiversidad y sensibilidad de conjunto.
Las áreas de cultivo no son consideradas al ser áreas de sensibilidad menor. El cuadro 4-8
muestra las categorías de sensibilidad generadas para este sector.
EIA Gasoducto Camisea - Lima
Vol I 4-44
Figura 4-8
Atributos de diversidad y sensibilidad de plantas y aves. Sierra.
Atributos de diversidad y sensibilidad de plantas y aves. Sector Sierra.
1
CP 2
ECVEG
-0,8
HAV
0,5
SENSVEG
-1
SAV
SVEG
0
-0,6
-0,4
-0,2
0
0,2
0,4
0,6
0,8
1
-0,5
COBVEG
-1
CP 1
Figura 4-9
Atributos de diversidad y conservación de plantas y aves
Atributos de diversidad y conservación de plantas y aves por Formaciones
vegetales. Sector Sierra.
2
Cactáceas columnares
1,5
Bosque Ralo Perennifolio
1
CP 2
0,5
-2
-1,5
B. Polylepis
-1
-0,5
Bosque Seco Caducifolio
0
Cesped Puna
M. Arbustos espinosos
-0,5 0
Bofedales -1
-1,5
0,5
1
Matorral Arbustos Resinosos
1,5
2
Pajonal Puna
CP 1
EIA Gasoducto Camisea - Lima
Vol I 4-45
Sensibilidad por tipo de vegetación en el sector sierra
SUB
SECTOR
TIPO DE
VEGETACIÓN
SENSIBILIDAD
Asociación de cactáceas
columnares
alta
Bosque seco caducifolio
alta
VERTIENTE
OCCIDENTAL
ZONA ALTOANDINA O PUNA
VALLES INTERANDINOS
Cuadro 4-8
4.2.3
Bosques Ralos
Perennifolios
Matorral de Arbustos
Espinosos
Matorral de Arbustos
Resinosos
Relictos de Bosque de
Polylepis
media a alta
media
media
alta
Césped de Puna
media a alta
Humedales Altoandinos
(Occonales o Bofedales)
media a alta
Vegetación Acuática
media a alta
Pajonal de Puna
media a baja
Asociación de Cactáceas
Columnares y Arbustos
Afilos
Matorral de Arbustos
Espinosos
Matorral con dominancia
de Lupinus
alta
media
media
EXPLICACIÓN
Diversidad
intermedia,
particularidad
del
ecosistema, presencia de especies endémicas y
protegidas, buen estado de conservación
Diversidad
intermedia,
particularidad
del
ecosistema, presencia de especies endémicas y
protegidas, buen estado de conservación
Diversidad baja, presencia de especies endémicas,
estado de conservación intermedio
Diversidad baja, presencia de especies endémicas,
estado de conservación intermedio
Diversidad baja, presencia de especies endémicas,
estado intermedio de conservación
Diversidad baja, particularidad de ecosistema,
presencia de especies endémicas, estado de
conservación intermedio
Diversidad intermedia, presencia de especies
endémicas, estado deºº conservación intermedio
Diversidad intermedia, no especies endémicas,
presencia de especies útiles, estado de conservación
intermedio a malo (por sobrepastoreo) y en algunas
zonas bueno
Diversidad baja, ecosistemas particulares, presencia
de especies poco conocidas, estado de conservación
intermedio
Diversidad intermedia, presencia de especies útiles,
estado de conservación intermedio a malo
Diversidad
intermedia,
particularidad
del
ecosistema, presencia de endemismos y especies
protegidas, estado de conservación intermedio
Diversidad intermedia, presencia de endemismos,
estado de conservación intermedio
Diversidad intermedia, presencia de endemismos,
estado de conservación intermedio a malo
SINTESIS DE LINEA BASE BIOLÓGICA DEL SECTOR COSTA
Los atributos de cada uno de los taxa estudiados se han resumido en las variables que se
muestran en el Cuadro 4-9. Las variables incluyen el Estado de Conservación de la
Vegetación (ECVEG), la Diversidad de la Vegetación (HVEG), el Número de Especies
Vegetales (SVEG), la Cobertura Vegetal (COBVEG), la Sensibilidad de cada tipo de
Vegetación (SENSVEG), la Diversidad de Aves (HAV), el Número de Especies de Aves
(SAV), el Número de Especies de Mamíferos (SMAM) y el Número de Especies de Reptiles
(SREP). Esta información está ordenada para cada uno de los tipos de Formación Vegetal
que han sido identificados y mapeados.
EIA Gasoducto Camisea - Lima
Vol I 4-46
Las variables señaladas han sido seleccionadas porque proveen información cuantitativa aún
cuando en algunos casos se expresan en una escala ordinal del tipo Alto, Medio y Bajo. Con
estas variables se han calculado los coeficientes de correlación simple, empleando el
coeficiente de correlación de Pearson; los cuales se muestran en el cuadro 4-10. Se han
resaltado aquellas correlaciones que alcanzaron significación estadística.
Cuadro 4-9
Atributos de diversidad, estado de conservación y sensibilidad de plantas, aves,
mamíferos y reptiles para el tramo Costa.
ECVEG
HVEG
Tillandsiales
3
0
6
22,5
Monte Ribereño y Cultivos
1
1,2
94
Cactáceas columnares
2
2,01
Vegetación hidromórfica
2
1,78
Formación Vegetal
SVEG COBVEG SENSVEG
HAV
SAV
SMAM SREP
1
0,36
3
1
1
45,5
1
2,158
20
5,25
0,67
10
10
2
0
1
7
2
10
100
3
2,31
15
1
Cuadro 4-10 Correlaciones (coeficiente r de Pearson) entre las variables biológicas del
tramo Costa.
R
ECVEG
Sig. (2-tailed)
N
R
HVEG
Sig. (2-tailed)
N
R
SVEG
Significación
N
R
COBVEG Significación
N
R
SENSVEG Significación
N
R
HAV
Significación
N
R
SAV
Significación
N
R
Significación
SMAM
N
R
SEP
Significación
N
ECVEG
HVEG
SVEG
COBVEG
SENSVEG
HAV
SAV
SMAM
SEP
1,0000
,
5
-0,0347
0,9558
5
-0,8240
0,0863
5
-0,4372
0,4616
5
0,0000
1,0000
5
-0,7666
0,1305
5
-0,7531
0,2469
4
-0,8710
0,3270
3
-0,8206
0,1794
4
-0,0347
0,9558
5
1,0000
,
5
-0,5012
0,3896
5
-0,8595
0,0619
5
0,3573
0,5549
5
-0,0980
0,8754
5
-0,2382
0,7618
4
-0,4443
0,7069
3
-0,5297
0,4703
4
-0,8240
0,0863
5
-0,5012
0,3896
5
1,0000
,
5
0,8544
0,0652
5
-0,3686
0,5415
5
0,8182
0,0905
5
0,7521
0,2479
4
0,9995
0,0193
3
0,9992
0,0008
4
-0,4372
0,4616
5
-0,8595
0,0619
5
0,8544
0,0652
5
1,0000
,
5
-0,4103
0,4927
5
0,5614
0,3247
5
0,6715
0,3285
4
0,8707
0,3273
3
0,8841
0,1159
4
0,0000
1,0000
5
0,3573
0,5549
5
-0,3686
0,5415
5
-0,4103
0,4927
5
1,0000
,
5
-0,5346
0,3533
5
0,0661
0,9339
4
-0,4913
0,6730
3
-0,5222
0,4778
4
-0,7666
0,1305
5
-0,0980
0,8754
5
0,8182
0,0905
5
0,5614
0,3247
5
-0,5346
0,3533
5
1,0000
,
5
0,8035
0,1965
4
0,9997
0,0156
3
0,9943
0,0057
4
-0,7531
0,2469
4
-0,2382
0,7618
4
0,7521
0,2479
4
0,6715
0,3285
4
0,0661
0,9339
4
0,8035
0,1965
4
1,0000
,
4
0,9944
0,0674
3
0,7356
0,2644
4
-0,8710
0,3270
3
-0,4443
0,7069
3
0,9995
0,0193
3
0,8707
0,3273
3
-0,4913
0,6730
3
0,9997
0,0156
3
0,9944
0,0674
3
1,0000
,
3
1,0000
0,0021
3
-0,8206
0,1794
4
-0,5297
0,4703
4
0,9992
0,0008
4
0,8841
0,1159
4
-0,5222
0,4778
4
0,9943
0,0057
4
0,7356
0,2644
4
1,0000
0,0021
3
1,0000
,
4
N: Número de pares de datos en la correlación
Sig.: Significación estadística. Se han resaltado las correlaciones que alcanzan significación
r: coeficiente de correlación de Pearson.
EIA Gasoducto Camisea - Lima
Vol I 4-47
Como se puede ver, existe correlación entre el número de especies de mamíferos (SMAM) y
de reptiles (SREP) y la diversidad de aves (HAV) y el número de especies vegetales (SVEG).
Esto sugiere similitud de patrones de diversidad entre estos grupos y al mismo tiempo indica
una dependencia de las aves, mamíferos y reptiles de la diversidad vegetal de cada formación.
Esto último tiene sentido si se recuerda el rol formador de hábitats que tiene la vegetación
para el resto de miembros de la comunidad biótica. Resulta claro entonces que es mediante la
conservación de la vegetación que se puede garantizar la conservación del resto de la
diversidad biológica.
El análisis de componentes principales de esta información (figura 4-10) permite evaluar de
modo conjunto las relaciones que entre variables.
Figura 4-10
Variables de diversidad y conservación de plantas aves y reptiles
Variables de diversidad y conservación de plantas, aves, mamíferos y reptiles en
el sector Costa.
Componente Princiapl 2
1
SENSVEG
HVEG
0,8
0,6
0,4
HAV
SREP
0,2
0
-1
-0,8
-0,6
ECVEG
-0,4
-0,2 -0,2 0
-0,4
0,2
0,4
-0,6
0,6
0,8
SVEG
SMAM
SAV
1
1,2
COBVEG
-0,8
Componente Principal 1
Resulta interesante comprobar que los números de especies vegetales, de aves y su diversidad,
de mamíferos y de reptiles, están asociadas en el componente principal 1 a una mayor
cobertura vegetal y a una menor sensibilidad de la vegetación a las perturbaciones. En el
componente principal 2 es de resaltar que la diversidad vegetal y la sensibilidad de la
vegetación están directamente asociadas, es decir, Formaciones Vegetales con mayor
diversidad son al mismo tiempo las más sensibles a la perturbación.
Una lectura global de las correlaciones y del análisis de componentes principales muestra que
en general la conservación del componente vegetal asegura la conservación del resto de la
biodiversidad de la zona pero al mismo tiempo mientras más diversas son las zonas mayor
sensibilidad a las perturbaciones exhiben. Esto tiene que tenerse en cuenta para el Plan de
Manejo Ambiental especialmente para prevenir la alteración de zonas muy diversas. El
cuadro 4-11 presenta las zonas en las que el análisis de los diferentes taxa mostró como más
sensibles.
EIA Gasoducto Camisea - Lima
Vol I 4-48
Cuadro 4-11 Sensibilidad de las unidades de vegetación sector costa
Unidades de Vegetación
Sensibilidad
Vegetación hidromórfica y Gramadales
Alta
Cactáceas Columnares y Arbustos Áfilos
Alta
Desierto con Tillandsiales
Media
Monte Ribereño
Menor
4.2.4
Descripción
Probable presencia de especies migratorias, no
endémicas, cuerpos de agua sensibles a
alteración cobertura amplia (100%)
Presencia de Endemismos, pero baja cobertura
Cobertura (hasta 40%), capta la humedad por sus
hojas
No hay endemismos, alteración antrópica
presente.
MAPA DE SENSIBILIDAD BIOLÓGICA
El mapa de sensibilidad biológica (mapa 4-2) expresa los conceptos y categorías desarrollados
en las secciones anteriores. Como se ha expuesto, las categorías definidas son alta, media y
baja. Esta última categoría incorpora incluso conceptos de sensibilidad nula, dado un nivel de
afectación o intervención antrópica en la zona. Bajo este criterio, por ejemplo, algunos
bofedales de sierra son incluidos como áreas de baja sensibilidad por el nivel de degradación
por un aprovechamiento excesivo, aún cuando como bofedales deberían tener alta
sensibilidad. Como criterios complementarios se han tomado en cuenta la existencia de Áreas
Naturales Protegidas y de las Zonas de Protección Ecológica, categorizadas por el Estado. La
sensibilidad biológica se define de la siguiente forma:
Alta:
Esta categoría incluye ambientes (formaciones o unidades vegetales) de alta
diversidad y que albergan especies endémicas o amenazadas de por lo menos 2 taxas.
No tienen un nivel de intervención antrópica o este es ínfimo. Aquí se incluyen las
áreas protegidas y los cuerpos de agua con sus áreas ribereñas (el mapa señala como
sensibles los cuerpos de agua).
Media: Incluye áreas donde se encuentra una media a baja diversidad de especies, pero
cuenta con la presencia de especies endémicas. Incluye áreas consideradas como
sensibles pero que por su nivel de intervención humana han perdido sus valores de
diversidad.
Baja:
Esta categoría incluye las áreas de baja diversidad o que no alberga especies
endémicas. Asimismo, tiene en cuenta los niveles de alteración por actividades
humanas en la zona.
EIA Gasoducto Camisea - Lima
Vol I 4-49
4.3
SINTESIS DE LINEA BASE ARQUEOLÓGICA
Debido a la magnitud del gasoducto, para planificar el adecuado manejo del patrimonio
arqueológico en las zonas de desarrollo del proyecto, se requirió de una primera etapa de
investigación arqueológica, que tenía como principal objetivo la identificación de zonas
generales de riesgo, lo que definirá una estrategia que permita mitigar los posibles impactos
sobre el patrimonio cultural de la Nación.
4.3.1
SINTESIS DE LINEA BASE ARQUEOLÓGICA DEL SECTOR SELVA
Debido a que aún no se puede acceder a todo el trazo del gasoducto, y por lo difícil que es el
recorrido en este tramo, la investigación arqueológica tiene aquí una metodología de trabajo
diferente a la de Costa y Sierra. El trabajo de campo en la determinación de zonas de riesgo se
hace mediante la inspección de zonas de muestreo, a la mayoría de las cuales sólo se accede
por helicóptero. Un tramo que fue abierto como trocha se ha recorrido a pie desde el río
Apurímac.
En Selva las zonas arqueológicas identificadas no han sido tan numerosas como en Sierra y
Costa, en parte por las enormes dificultades geográficas que imponía a los antiguos
pobladores vivir en esta zona, y en parte porque los procesos erosivos y destructivos de los
sitios arqueológicos son más fuertes en la selva, lo que imposibilita ver fácilmente evidencias
superficiales de actividad humana prehispánica.
No se dispone de mayor información de los periodos a los que corresponden los restos
arqueológicos encontrados debido a que esta zona no tiene antecedentes de investigación
arqueológica. En términos de manejo comparativo con material arqueológico e
investigaciones de zonas aledañas se supone que parte de la cerámica encontrada corresponde
a periodos prehispánicos tardíos (1000 -1500 d.C.) e incluso también a la época colonial ó
republicana. La determinación de las culturas prehispánicas que son representativas de la zona
y su correlación con los desarrollos prehispánicos aledaños deberá efectuarse con mayor
detalle en los proyectos de evaluación que se ejecutarán mas adelante.
El estado de conservación de los sitios registrados es muy pobre debido a la gran fuerza de los
procesos erosivos en selva; las evidencias registradas en superficie en su mayor parte
corresponden a fragmentos que pudieron corresponder a piezas más grandes que se quebraron
por la humedad y luego erosionadas por las continuas lluvias y procesos de movimientos de
tierras superficiales, lo que hace pensar que incluso pueden ser depósitos secundarios.
4.3.2
SINTESIS DE LINEA BASE ARQUEOLÓGICA DEL SECTOR SIERRA
Para el caso del tramo de sierra como en la costa el recorrido de la faja se ha planificado en
sectores de longitud variable según las características del terreno y la densidad de los sitios
encontrados en referencias bibliográficas. El recorrido en la mayor parte del trazo se efectúa a
pie cuando se presenta una zona con alta densidad de sitios arqueológicos; en zonas con baja
probabilidad una parte del recorrido se inspecciona con camioneta. Los sitios ubicados son
EIA Gasoducto Camisea - Lima
Vol I 4-50
registrados con sus datos y características generales como: Coordenadas UTM (WGS84),
dimensiones probables, acceso, antigüedad estimada, rasgos principales etc., además en caso
de ser necesario se hace un croquis del sitio y se toman fotos. En algunos casos por su
inaccesibilidad la evaluación del potencial arqueológico se hizo cruzando referencias
bibliográficas de investigaciones en la zona y análisis de fotos aéreas y satelitales.
El registro de las evidencias arqueológicas en el trazo del gaseoducto tiene de esta forma dos
productos principales: una relación de sitios arqueológicos ubicados dentro o muy cerca de la
faja de estudios, y una identificación general de las zonas por donde pasa el gasoducto en
términos de riesgo de impacto.
Es posible que una buena parte de los sitios ubicados, que corresponden a pequeños refugios
de pastores y corrales puedan corresponder a la colonia o la república; sin embargo se ha
creído necesario su identificación preventiva como arqueológicos hasta la determinación de su
condición en las siguientes etapas de evaluación. Varios de los sitios registrados corresponden
a periodos tardíos que en esta zona serían de la cultura Chanca (1100 d.C. –1460 d.C.) ó Inca
(1460 d.C. – 1533 d.C.); es posible que alguno de los sitios identificados tengan evidencias
del horizonte medio (550 – 900 d.C.) debido a la cercanía de la zona del trazo al valle de
Ayacucho, núcleo principal del imperio Huari. En la Sierra es posible que buena parte de los
sitios tengan ocupaciones de varios periodos, y que el registro arqueológico incluso pueda ser
profundo y extenso.
El estado de conservación de los sitios es variable, en general varía de regular a muy malo con
algunas excepciones. En Sierra como en los otros tramos la conservación de los sitios tardíos
es mejor que la de los sitios más tempranos a los que incluso se superponen.
4.3.3
SINTESIS DE LINEA BASE ARQUEOLÓGICA DEL SECTOR COSTA
Para el caso del tramo de costa el recorrido del derecho de vía se ha planificado en sectores de
longitud variable según las características del terreno y la densidad de los sitios encontrados
en referencias bibliográficas. El recorrido en la mayor parte del trazo se efectúa a pie cuando
se presenta una zona con alta densidad de sitios arqueológicos, en zonas con baja probabilidad
una parte del recorrido se inspecciona con camioneta. Los sitios ubicados son registrados con
sus datos y características generales como: Coordenadas UTM (WGS84), dimensiones
probables, acceso, antigüedad estimada, rasgos principales etc., además en caso de ser
necesario se hace un croquis del sitio y se toman fotos.
El registro de las evidencias arqueológicas en el trazo del gasoducto tiene de esta forma dos
productos principales: una relación de sitios arqueológicos ubicados dentro o muy cerca de la
faja de estudios, y una identificación general de las zonas por donde pasa el gasoducto en
términos de riesgo de impacto. La evidencia arqueológica registrada en el trazo del gasoducto
muestra una variada actividad humana en tiempos prehispánicos. La evidencia encontrada y
referida en la bibliografía varía, siendo estos conchales de diverso tamaño, terrazas de cultivo,
cementerios, templos, grandes complejos arquitectónicos, corrales, poblados, viviendas
aisladas etc.
Las evidencias encontradas en general pertenecen a varios periodos prehispánicos; así por
ejemplo los restos en torno al sitio de Paloma tienen una antigüedad de 4500 a.C. y en el otro
EIA Gasoducto Camisea - Lima
Vol I 4-51
extremo los sitios de Cerro Azul y Tambo Colorado deben corresponder al 1500 d.C., es decir
unos 6000 años de diferencia. Una buena parte de los sitios corresponde al periodo Intermedio
tardío (1100-1400 d.C.) siendo el más grande registrado en el trazo el de “Los Huacones” en
el valle de Cañete. Para el Horizonte tardío los sitios más importantes ubicados dentro de la
franja de estudio son Cerro Azul y Tambo Colorado. Los demás periodos también están
representados aunque con pocos sitios.
El estado de conservación de los sitios registrados en la costa varía según diversos factores
como: medio ambiente como en “Paredones” Valle de Asia, saqueo por parte de huaqueros
como en el sitio 47 valle de Pisco, destrucción de sitios por obras públicas como en el caso de
Tambo Colorado, factores inherentes a la degradación de materiales por su antigüedad como
en el caso de “El Gentil” en Chincha. De esta forma algunos sitios están muy bien
conservados y de otros los restos superficiales revelan poco acerca de sus características
reales.
4.3.4
MAPA DE RIESGO ARQUEOLÓGICO
Los mapas 2.10-1, 3.10-1 y 4.10-1 presentan las ubicaciones de los restos arqueológicos y el
nivel de riesgo de encontrar restos arqueológicos en el trazo del ducto. La significación de los
colores es la siguiente:
Rojo:
Zonas con sitios arqueológicos ubicados, los cuales consideran su entorno inmediato
dentro de los perímetros dibujados. Son zonas donde el impacto de construcción del
gasoducto y obras complementarias sería directo e irreversible para los sitios. En el
registro de campo se han ubicado varios sitios que tendrán impacto directo con el
actual trazo de gasoducto se recomienda una completa evaluación de estos sitios, su
delimitación y modificación del trazo. En general, para la sierra y costa, las zonas de
mayor riesgo se ubican en los límites de los márgenes de tierras de cultivo de los
valles y en algunas zonas dentro de los mismos.
Naranja: Son zonas aledañas a sitios arqueológicos ya ubicados, o zonas que por sus
condicio nes geográficas y ambientales favorables para la ocupación humana podría
tener restos arqueológicos en el subsuelo que no sean visibles en superficie. Debido
a que muchos sitios antiguos en la sierra por lo general son cubiertos por
deslizamientos de conos gravitativos y aluviónicos, no se puede ver evidencias de
ocupación humana en superficie, sin embargo por el análisis de la habitabilidad y
los recursos del lugar se han demarcado estas zonas para proceder con cautela y
realizar las evaluaciones necesaria s que determinen si existen o no restos en
subsuelo. También corresponden a zonas aledañas a los valles y cerca de
promontorios rocosos en la línea de costa.
Verde:
Son las zonas del trazo donde no se encontraron reportes en la bibliografía de sitios
arqueológicos; zonas donde la inspección de campo no reportó sitios visibles en
superficie; zonas casi inaccesibles donde el análisis de las fotos aéreas no han
reportado la existencia de sitios y por último zonas donde las condiciones
geográficas hacen poco probable la existencia de restos arqueológicos.
EIA Gasoducto Camisea - Lima
Vol I 4-52
4.4
SÍNTESIS SOCIAL
El presente Proyecto atraviesa las 3 regiones naturales del Perú: Costa, Sierra y Selva. Estas
regiones presentan marcadas y complejas diferencias sociales, culturales y económicas entre
las poblaciones que residen en cada una de ellas.
El objetivo del actual estudio de Línea de Base Social es entender la realidad local preexistente al inicio de las actividades del Proyecto para evaluar, si el caso lo amerita, algún
impacto negativo o positivo causado por el mismo.
A continuación, se perfila las poblaciones directamente impactadas por la realización del
Proyecto, según cada zona de estudio, y se precisa algunos resultados importantes de la
investigación de campo correspondiente al estudio de Línea de Base Social presentado en el
Volumen IIA.
4.4.1
ZONA DE SELVA
4.4.1.1 Perfil de las poblaciones directamente impactadas
La zona de selva por donde atravesarán los ductos forma parte de los distritos de Echarati y
Quimbiri, localizados en la provincia de La Convención perteneciente al departamento del
Cusco. Esta zona está dividida en dos espacios socio-ambientales y culturales claramente
delimitados: el Alto Urubamba y el Bajo Urubamba. En ellas habitan y coexisten dos grupos
poblacionales cuyos patrones de vida social, económica y cultural son diferentes: nativos
machiguengas y colonos. A estos dos grupos podríamos agregar los pueblos indígenas
aislados y de reciente contacto Kugapakoris o Nantis.
El 78.9% de la población total del distrito de Echarati está conformada por colonos o
descendientes de colonos y el 21.9% por nativos. Asimismo, el 71.7% de la población total
del distrito de Quimbiri también está compuesta por colonos o descendientes de colonos y el
28.3% por nativos. Si bien la población nativa es minoría, a nivel distrital, en zonas poco
pobladas y menos vinculadas a los mercados regionales, como el Bajo Urubamba, constituyen
el grupo poblacional predominante. En contraste, en zonas como el Alto Urubamba, con
mayor intercambio comercial y facilidades de acceso, los pobladores nativos son minoría.
La población nativa pertenece al grupo étnico Machiguenga y habitan el Alto y Bajo
Urubamba desde tiempos inmemoriales. Los Machiguengas poseen un idioma propio y viven
agrupados en comunidades que están conformadas por familias extensas, las que tienen entre
sí vínculos de parentesco que les permite organizarse y coordinar en forma colectiva el uso de
la tierra de un área determinada. Su antiguo patrón de asentamiento, que era disperso, ha
cambiado hacia uno más nucleado y lineal, ubicando sus viviendas alrededor de una escuela,
una misión o aeropuerto. Además, tienen un conjunto de creencias e identidad cultural que
fomentan sistemas de ayuda mutua y de reciprocidad, y un uso sostenible de los recursos
naturales.
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Los machiguengas practican, principalmente, una economía de subsistencia basada en
actividades primarias como la agricultura, caza, pesca, recolección y extracción. Los pequeños
excedentes que obtienen cumplen un rol eminentemente social ya que son repartidos o
intercambiados, principalmente, entre sus pares, lo cual refuerza sus vínculos familiares y de
solidaridad grupal. También practican, en forma complementaria, una incipiente agricultura
comercial basada en los cultivos de café, cacao, achiote, arroz y maní, cuya producción es
vendida o intercambiada por diversos bienes como ropa, utensilios de cocina, herramientas
agrícolas, alimentos manufacturados.
Los colonos provienen, principalmente, de los departamentos de Cusco, Apurímac, Ayacucho
y Puno. Dado su origen campesino, promueven la reproducción de formas de organización
comunal en la zona de estudio. Sin embargo, sus organizaciones son poco cohesionadas
debido a la procedencia diversa de sus integrantes y las diferencias sociales y económicas
entre ellos. A diferencia de los nativos, los colonos practican, fundamentalmente, una
agricultura comercial sustentada en el cultivo del café, cacao y achiote que supone un uso
intensivo de los recursos naturales de la zona.
4.4.1.2
Resultados de la investigación de campo
Migración y colonización
La zona de estudio ha recibido diversas oleadas migratorias de colonos a lo largo del
siglo XX, que generaron una ocupación desordenada del territorio amazónico, una
sobreexplotación de sus recursos naturales, la destrucción del hábitat de las poblaciones
nativas y su desplazamiento territorio adentro.
Entre los factores de atracción y colonización de las últimas décadas están la presión sobre el
recurso tierra en la zona andina y ceja de selva, y la extracción de recursos maderables; como
consecuencia del crecimiento demográfico de las poblaciones andinas. Este proceso de
colonización fue acelerado por la construcción y mejora de las trochas carrozables de
penetración en el Alto Urubamba, (Echarati – Palmareal – Kiteni – Kepashiato y, Kiteni –
Ivochote – Pangoa).
La presencia de empresas petroleras en la zona de estudio han determinado flujos migratorios
de alta intensidad aunque de corta duración, citándose el caso de Sepahua en el Bajo
Urubamba en la década del 90, así como la formación de asentamientos rurales de colonos en
el Alto Urubamba, caso de la colonización en el río Kepashiari como consecuencia del trazo
preliminar de la línea del gasoducto desarrollado por el Consorcio Shell – Mobil entre 1998 –
1999.
Uno de los resultados de la investigación fue constatar que los colonos perciben a la ruta de
acceso de los ductos como una potencial vía de comunicación que facilitará su ingreso a
nuevos territorios e incluso el trasporte de sus productos.
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Educación
El nivel educativo de los pobladores de la zona de selva es bajo, sin embargo, la investigación
de campo permitió detectar diferencias relevantes entre el nivel educativo de los pobladores
del Alto Urubamba y el de los pobladores del Bajo Urubamba, siendo ma yor el nivel
educativo de los primeros. Esta situación, podría influir en las capacidades de negociación y
defensa de derechos que exhiban las diversas poblaciones impactadas ante cualquier agente
externo.
Salud
Los perfiles de morbilidad de las poblaciones impactadas mostraron que las enfermedades de
mayor incidencia en la zona de estudio son las del sistema respiratorio, disenterías y
gastroenteritis, y traumatismos y envenenamientos a consecuencia de mordedura de víboras.
Este grupo de enfermedades son también las principales causas de mortalidad en la zona,
aunque las enfermedades respiratorias son la principal causa de mortalidad en el Bajo
Urubamba. Asimismo, la enfermedad de la uta (leishmaniasis) afecta indistintamente a las
poblaciones del Alto y Bajo Urubamba.
En la zona de estudio no se han reportado casos de síndrome de inmuno deficiencia adquirida
(sida), dengue ni de malaria falciparum. Por lo tanto, un riesgo potencial sería la aparición de
estas enfermedades como consecuencia del inicio de las actividades del proyecto (contacto
con foráneos, traslado de diversos equipos y materiales a la zona podrían ser vehículos de
transmisión de dichas enfermedades).
Asimismo, en la zona del Bajo Urubamba no existen casos de bartelenosis (verruga), a
diferencia del Alto Urubamba donde se han reportado casos de personas aquejadas por esta
enfermedad.
En suma, se puede concluir que el Bajo Urubamba es una zona de mayor vulnerabilidad en
cuanto al ingreso de nuevas enfermedades respecto al Alto Urubamba.
4.4.2
4.4.2.1
ZONA DE SIERRA
Perfil de las poblaciones directamente impactadas
Las poblaciones impactadas por la ruta de los ductos, en la zona de Sierra, residen en áreas
rurales de la provincia de Huaytará perteneciente al departamento de Huancavelica y de las
provincia s de Cangallo, Huamanga y La Mar pertenecientes al departamento de Ayacucho.
Las poblaciones más impactadas por la realización del Proyecto Camisea en la región sur
central andina y principal grupo de interés son las comunidades campesinas y los grupos
campesinos o pequeños propietarios rurales por cuyos territorios atraviesan los ductos.
La comunidad campesina constituye la forma de organización social predominante y de
mayor influencia entre las poblaciones rurales campesinas que residen en la zona de estudio.
El estamento más importante de la comunidad campesina es la Asamblea Comunal. En
segundo orden de importancia está la directiva comunal. Luego, los comités de rondas
campesinas que brindan seguridad a las comunidades. Otro estamento importante integrante
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de la comunidad campesina está constituido por los clubes de madres dedicados a administrar
los comedores populares subsidiados por el Estado.
Los grupos campesinos impactados directamente están conformados por pequeños
propietarios rurales beneficiarios de la Reforma Agraria asentados en los distritos de Luis
Carranza, Chilcas y Anco, pertenecientes al departamento de Ayacucho. Estos grupos
campesinos tienen una estructura organizacional similar a la de las comunidades campesinas,
es decir, su máxima instancia de autoridad es la asamblea comunal y también cuentan con
directivas comunales, clubes de madres y comités de autodefensa. Incluso poseen tierras de
uso colectivo que dedicadas al pastoreo de ganado.
En total, la población rural directamente impactada por la ruta de los ductos se estima en
16,000 personas.
4.4.2.2
Resultados de la investigación de campo
Educación
Se observó durante la investigación de campo que el nivel educativo de la mayoría de niños y
adolescentes de las poblaciones rurales ubicadas en la zona de impacto directo de los ductos
es bajo. A ello contribuye el hecho que la mayoría de centros educativos con los que cuentan
las poblaciones directamente impactadas solamente son de nivel primario.
La mayoría de docentes que laboran en las escuelas visitadas son personas mayores que
carecen de una formación profesional en pedagogía. Sin embargo, actualmente se hallan
cursando estudios de profesionalización educativa, durante las vacaciones escolares, en
institutos profesionales de la región.
Se constató la precariedad de la infraestructura básica de las escuelas rurales de la zona de
estudio. La mayoría de locales escolares ubicados en los centros poblados directamente
impactados son de adobe y están techados con tejas y calaminas.
La investigación de campo comprobó que uno de los factores que más incide en la deserción
escolar existente en las zonas rurales impactadas es la coincidencia y superposición entre el
calendario de actividades escolares dictado por el Ministerio de Educación y el calendario de
labores agrícolas que los niños y adolescentes están obligados a seguir para contribuir al
sustento de sus familias. Las actividades de siembra se realizan entre los meses de octubre y
diciembre y las actividades de cosecha entre los meses de abril y junio. Estas actividades
demandan mucha mano de obra que las familias campesinas no están en condiciones de
contratar y que es proporcionada por los niños y adolescentes, quienes se ven obligados a
dejar de asistir a sus centros educativos y se encargan de tareas tales como arrear el ganado a
los distantes pastizales de altura para que no estorben ni malogren los sembríos.
Salud
Sólo 14 de las 48 poblaciones rurales directamente impactadas por el proyecto, en la zona de
sierra, cuentan con un centro de salud en sus centros poblados. Además, la presencia del
personal de salud en estas áreas rurales es notoriamente escasa.
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En general, se comprobó dificultades en el acceso de la mayoría de poblaciones campesinas a
centros de salud debido a que se hallan localizados fuera de sus jurisdicciones y no existe una
adecuada red vial que facilite el acceso a los mismos. Todo ello acentúa la vulnerabilidad de
dichas poblaciones impactadas y acrecienta el riesgo de propagación de enfermedades.
Tenencia de la tierra
La mayoría de terrenos por los que atravesarán los ductos son zonas eriazas y de pastos
naturales, aunque también atraviesan algunas zonas agrícolas. Estos terrenos, en su mayoría,
son de propiedad de comunidades campesinas. Los ductos atravesarán una menor extensión
de terreno perteneciente a pequeños propietarios rurales. Esto debido a que las comunidades
campesinas son propietarias de la mayoría de tierras de cultivo y de pastos naturales de la
región sur central andina.
Existe una gran cantidad de comunidades campesinas y pequeños propietarios privados que
no poseen títulos de propiedad debidamente inscritos que salvaguarden sus derechos sobre los
terrenos que poseen.
Una de las causas fundamentales que ha impedido a las comunidades campesinas y grupos
campesinos formalizar sus derechos de propiedad, ha sido el desconocimiento por parte de sus
directivas de los engorrosos y costosos trámites legales. Asimismo, los conflictos
intercomunales han impedido la demarcación de límites y linderos, pre-requisito para la
formalización de los derechos de propiedad de un bien inmueble.
El desmembramiento de las comunidades campesinas y el nacimiento de nuevas comunidades
complica aún más la situación de los derechos de propiedad sobre la tierra.
También es latente el conflicto entre las comunidades campesinas y ex hacendados que aún
poseen algunas propiedades pequeñas y que desean recuperar las tierras que fueron
adjudicadas a los campesinos por la Reforma Agraria.
Finalmente, otro factor que ha impedido el saneamiento de las propiedades comunales ha sido
la destrucción de valiosos documentos comunales a consecuencia de la espiral de violencia
política que se vivió en las zonas de estudio en la década de los 80 e inicios del 90.
Seguridad
La zona de estudio fue escenario, hasta hace algunos años, del accionar del grupo subversivo
Sendero Luminoso. Gracias al apoyo y participación de las rondas campesinas en la guerra
contrasubversiva, actualmente, dicha zona se halla pacificada a excepción del Valle del Río
Apurímac donde aún operan algunos rezagos senderistas. La investigación comprobó el
control y vigilancia que ejercen las rondas campesinas en la ruta de los ductos y que están
integradas por la población directamente impactada.
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4.4.3
4.4.3.1
ZONA DE COSTA
Perfil de las poblaciones directamente impactadas
Los pobladores directamente impactados por el proyecto son, en su mayoría, pequeños
parceleros y agricultores por cuyas propiedades atraviesa la ruta de los ductos. Estos pequeños
propietarios privados poseen terrenos de cultivo cuya extensión es menor a 5 hectáreas, en
promedio. Generalmente, poseen títulos de propiedad que acreditan sus derechos de
propiedad sobre los mismos. Algunos no tienen títulos de propiedad pero sí una posesión
clara de sus terrenos.
El segundo grupo de interés más importante, por cuyos terrenos pasa la ruta de los ductos,
está conformado por agricultores medianos y grandes que son propietarios de terrenos de
cultivo de más de 20 hectáreas. Algunos de estos propietarios pertenecen a Asociaciones de
Agricultores mientras que otros poseen Empresas Agrícolas o Agroindustriales. Además,
exportan parte de su producción agrícola.
La extensión total de las tierras afectadas por el paso de los ductos pertenecientes a estos
propietarios es menor que la extensión de tierras afectadas pertenecientes a los propietarios
pequeños. Sin embargo, la magnitud del impacto económico que ocasionaría el paso de los
ductos sería mucho mayor que la que causaría en las tierras de los pequeños propietarios. Esto
debido a la diferencia notable en lo que concierne a montos de inversión en las tierras
cultivadas y la rentabilidad de los cultivos que serían afectados por el paso de los ductos.
Asimismo, la ruta de acceso de los ductos atravesará terrenos de propiedad de las
comunidades campesinas de Asia, Cerro Azul, Chilca y Cañete.
También dicha ruta atraviesa terrenos de propiedad colectiva pertenecientes a tres
cooperativas agrarias (Manco Cápac, Huiracocha y Chilca) y los de la ex Cooperativa Agraria
de Producción Santa Bárbara hoy convertida en empresa agrícola.
4.4.3.2
Resultados de la investigación
Expansión urbana
El paso de la carretera Panamericana, que une los valles entre si y particularmente los conecta
a la ciudad de Lima; la construcción de la nueva vía Los Libertadores que penetra hacia la
Sierra por el valle del río Pisco; y las inversiones en la instalación de servicios públicos
hechas en la última década, están favoreciendo el crecimiento acelerado de las zonas urbanas
de esta región. Estas zonas han visto incrementada su población en las últimas décadas,
debido en gran parte a la migración de personas provenientes de la sierra desplazadas por la
violencia terrorista.
Un caso que también merece destacarse es la ocupación del litoral entre Lurín y Cañete, a
través del desarrollo de balnearios para la población de clase media alta de Lima. Si la
tendencia continúa, es muy probable que en pocos años se consolide una franja continua de
alta densidad urbana que una Lima con Cañete. Este fenómeno atrae a su vez a un sector de la
población con menos recursos, que puede encontrar trabajo en la construcción de viviendas y
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en la oferta de servicios para la población de estas nuevas zonas residenciales. A fin de poder
estar cerca de su fuente de trabajo, esta población se está instalando en las zonas eriazas al
borde de la autopista Panamericana, y, al igual que en el primer caso, la dimensión de este
proceso podría ser mayor.
En concordancia con dicho proceso de expansión urbana, actualmente, cerca del trazo
preliminar de los ductos se están consolidando nuevos asentamientos humanos en el distrito
de Asia. Se trata de los asentamientos de Santa Cruz de Asia y 9 de Octubre, formados por
pobladores provenientes principalmente de Mala.
Seguridad
El temor a accidentes o daños que puedan sufrir a consecuencia de una explosión o fuga de
gas es uno de las principales preocupaciones de la población impactada de la costa con
respecto al Proyecto.
Infraestructura de riego
La investigación de campo mostró la preocupación de los pequeños agricultores por el
impacto que pueda causar la construcción de los ductos sobre sus canales de riego y de
drenaje, ya que su condición económica les impide el acceso a otra forma de provisión de
agua (como por ejemplo a través de pozos), o de mejorar la calidad de las tierras salinas de
otra forma además del actual sistema de drenajes con mantenimiento mínimo. Por ello,
consideran necesario que la empresa constructora tome las medidas del caso y coordine con
las Juntas de Usuarios de Riego y con al Administración Técnica de Riego de cada valle
durante la etapa de construcción.
Uso del suelo
Una de las principales preocupaciones de los agricultores afectados es la duración de las obras
del proyecto en sus terrenos y el uso posterior para actividades agrícolas de dicha área
afectada, según expresaron en los talleres de diagnóstico rural participativo y las entrevistas
realizadas.
Otra de las preocupaciones de algunos agricultores es que la ruta de los ductos atraviese y
afecte sus terrenos con cultivos permanentes de alto valor comercial.
La investigación de campo comprobó que en las zonas eriazas por donde pasa la ruta de los
ductos, el suelo se utiliza para las siguientes actividades: granjas avícolas, establos ganaderos,
zonas de entrenamiento militar, canteras de materiales de construcción, zonas de manejo de
aguas servidas, botaderos de basura y tendidos eléctricos de alta tensión.
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