4 EL SEÑOR NOS ENSEÑA A ORAR ESCENARIO: Pon en el centro

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EL SEÑOR NOS ENSEÑA A ORAR
ESCENARIO: Pon en el centro la Biblia y una vela; todos los miembros se sientan alrededor. La Biblia es el
libro de oración, un camino de vida, contiene todos los ingredientes para nuestra vida de formación.
MOTIVACIÓN: El Señor nos enseña a rezar. ¡Los discípulos están buscando formación! La oración es una
relación con Dios. Los discípulos observan como Jesús busca estar a solas con su Padre. Ellos anhelan
experimentar esa misma intimidad con el Abba, el Padre de Jesús.
CANTO
PALABRA DE DIOS: EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 11, 1-4 La enseñanza de Jesús sobre la oración.
“Y sucedió que, estando él orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: «Señor,
enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos.» El les dijo: «Cuando oréis, decid: Padre, santificado
sea tu Nombre, venga tu Reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, y perdónanos nuestros pecados
porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación.»
SALMO
Guardamos silencio durante unos minutos y dejamos que Dios nos hable.
TEXTOS OBLATOS
Constitución 33
La Eucaristía, fuente y cumbre de la vida de la Iglesia, es el centro de nuestra vida y de nuestra acción.
Viviremos de modo que podamos celebrarla dignamente todos los días. Participando en ella con todo nuestro
ser, nos ofrecemos nosotros mismos con Cristo Salvador; nos renovamos en el misterio de nuestra
cooperación con Él, estrechamos los lazos de nuestra comunidad apostólica, y ensanchamos los horizontes
de nuestro celo hasta los confines del mundo. Agradecidos por el don de la Eucaristía, visitamos con
frecuencia al Señor presente en este sacramento.
La Palabra de Dios es el alimento de nuestra vida interior y de nuestro apostolado. No nos
contentaremos, pues, con estudiarla asiduamente; la acogeremos con corazón atento, para conocer mejor al
Salvador a quien amamos y deseamos revelar al mundo. Esto nos dispone para interpretar los
acontecimientos de la historia a la luz de la fe.
Por la Liturgia de las Horas, oración de la Iglesia, Esposa de Cristo, glorificamos al Padre por sus maravillas
y le pedimos que bendiga nuestra misión. Normalmente, cada comunidad celebra en común una parte del
Oficio divino. Allí donde es posible, invita a los fieles a unirse a esta oración oficial de la Iglesia.
En la oración silenciosa y prolongada de cada día, nos dejamos modelar por el Señor y encontramos en
Él inspiración para nuestra conducta. Según nuestra tradición, consagramos una hora diaria a la oración, y
pasamos juntos una parte de ese tiempo en presencia del Santísimo Sacramento.
El examen de conciencia es para nosotros una ocasión privilegiada de reconocer las llamadas y la
presencia del Señor a lo largo de nuestras jornadas, y para interrogarnos sobre la fidelidad de nuestra
respuesta. Encargados de anunciar al mundo el gozo del perdón de Dios y conscientes de nuestra condición
de pecadores, nosotros mismos recurrimos con frecuencia al sacramento de la Reconciliación.
PROFUNDIZANDO EN EL TEMA:
Eugenio experimentó el amor de Dios por él de una manera muy fuerte mientras rezaba ante la cruz el
Viernes Santo de 1807. Fue esta experiencia de la cruz y del amor de Jesús Salvador la que dio forma al
resto de la vida de Eugenio. Este momento gravó en el joven una visión fundamental de quién es Dios,
además de una profunda convicción sobre quién era él mismo. Descubrió a un Dios misericordioso y se
vio a sí mismo como un hombre pecador, aunque salvado y amado por Jesús (Louis Lougen, OMI.
Pensamientos sobre la Espiritualidad de San Eugenio de Mazenod, Oblate World, 2011)
MOMENTO DE SILENCIO
Jesús escogió a un grupo de discípulos para que estuvieran con él justo al inicio de su ministerio en Galilea
(Marcos 1, 16). Nunca quiso salir a predicar y curar solo. La mayoría de las veces, Jesús les acompañaba
allí a donde quiera que fueran. De hecho, les llamaba Sus “amigos” (Juan 15, 15) especialmente para
recalcar lo cerca que estaba de ellos. Aquí, Jesús no sólo reza por sus discípulos, Él reza por ellos para que
también ellos puedan ser uno, igual que Él y el Padre son uno. ¿No es esto una confirmación de que Jesús
quiere que seamos también nosotros COMUNIDADES ORANTES que se esfuerzan siempre por ser UNO?
¿Oramos y nos fortalecemos los unos a los otros en nuestras preocupaciones y luchas? ¿Celebramos los
gozos del hermano?
COMPARTIENDO NUESTRA FE:
El animador invita ahora a cada oblato presente a compartir lo que le ha inspirado durante la reflexión.
También se puede compartir sobre las siguientes preguntas:
-
¿Cómo es la oración en mi vida? ¿Cómo es mi relación con Dios? ¿Descubro que la oración una
fuente de energía fundamental para mi vida?
Comparte algo sobre a dónde crees que te está llevando Dios a partir de lo que vives en la
comunidad, en el ministerio, en los años de retiro, en la enfermedad, en la edad avanzada.
¿Tengo un Director Espiritual regular o un confesor que anime mi vida en los momentos de gozo
y de sufrimiento?
COMPROMISO:
La oración es el centro, la fuerza motivadora, el valor básico que integra nuestra vida como religiosos. Los
oblatos somos una comunidad orante. La eucaristía es el centro de nuestra vida y de nuestra acción (C.
33) “En la oración silenciosa y prolongada de cada día, nos dejamos modelar por el Señor y encontramos en
Él inspiración para nuestra conducta.” (C. 33). Nuestro proyecto de vida se basa en nuestra fe en Jesucristo.
Es esta fe en Jesús la que, como oblatos, “nos reúne en comunidades apostólicas”. En la medida de lo posible
seremos fieles a nuestras horas diarias de oración, juntos tanto como sea posible, también en la oración
silenciosa ante el Santísimo.
Como oblatos, María es nuestro modelo. ¿Qué lugar ocupa María en tu vida oblata en este momento? ¿Qué
podemos hacer en concreto para promover la devoción mariana? Unidos a la Iglesia contemplamos a María
como modelo de nuestra fe. ¿En concreto, qué devoción tenemos a Nuestra Señora? ¿Por qué es importante
para nosotros ahora? ¿De qué manera, reflexionar sobre la fe de María nos es de ayuda en los momentos de
ambigüedad, duda, miedo, tragedia?
Podríamos hablar de tener algún gesto concreto entre nosotros en relación con nuestra oración: ¿se reúne
nuestra comunidad cada día para rezar ante el Santísimo? ¿Cómo podríamos tener celebraciones más
significativas de la Liturgia de las Horas o de la Eucaristía? ¿Podríamos comprometernos para ayudarnos a
rezar? ¿Podríamos compartir más en profundidad nuestra oración?
ACCIÓN DE GRACIAS / PETICIONES
ORACIÓN FINAL
CANTO / BENDICIÓN
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