5 de noviembre de 2012 Buenos Aires Discurso del 6 de noviembre en la ceremonia llevada a cabo en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires La diputada Susana Rinaldi, Legislatura de la Ciudad, autoridades, embajadores, señoras y señores, amigos, todas y todos, Es un gran honor para mí, como representante de Suecia, recibir hoy este gesto de agradecimiento. Y sé que este orgullo y alegría, no solo lo comparto con todos los suecos, sino también con todos los argentinos, uruguayos y chilenos ( por nombrar algunas nacionalidades) que bajo un periodo oscuro en la historia, fueron acogidos por Suecia. En la plaqueta figura la palabra solidaridad. Esta es una palabra de compromiso, con la cual de muy buena manera describe lo que los suecos sintieron por la gente latinoamericana cuando sus regímenes de opresión tomaron el poder. Miles de personas se involucraron en asociaciones, grupos de protestas y organizaciones de apoyo con las esperanzas de que la democracia y los derechos humanos volvieran. Yo misma, como joven estudiante - en numerosas calles y plazas de Suecia - manifesté contra las dictaduras. El hecho de que más de 50.000 (cinc. mil) latinoamericanos hayan ido a Suecia hizo crecer el apoyo y los contactos, al igual que nuestro entendimiento. También, para nosotros, la sueca Dagmar Hagelin se convirtió en un símbolo entre las víctimas de la dictadura militar argentina. Fue secuestrada en 1977 y nunca ha podido ser reencontrada. Dirección Postal: Embajada de Suecia Teléfono: 08-405 10 00 Dirección: Mäster Samuelsgatan 70 Telefax: 08-405 10 10 E-mail: [email protected] 2(3) Embajada de Suecia Buenos Aires 5 de noviembre de 2012 Harald Edelstam, nuestro Embajador en Chile durante el golpe militar, se convirtió en una figura emblemática durante esta época. Esto ha sido honrado en una pelicula sobre su trabajo en Santiago, la cual nosotros - junto con la Cancillería - recientemente ha mostrado a los jóvenes diplomáticos argentinos. En una ceremonia como esta no se puede dejar de mencionar a nuestro ex -Primer Ministro Olof Palme. Con su excepcional fuerte convencimiento sobre la importancia de la solidaridad internacional, derechos humanos y la democracia, Olof Palme ha podido justamente personificar el apoyo político que Suecia dio durante los años 70 y 80. Todos recordamos su capacidad para decir las cosas con convicción y claridad, que nos capturaba con el pensamiento de las injusticias y de los delitos que se cometían. La imagen de Suecia hoy no hubiera sido la misma sin él. Pero esta política traspaso las fronteras políticas. Durante los años 1976-1982, donde más de 6000 argentinos fueron a Suecia, era un gobierno liberal, el que tenía el poder. El gobierno de Suecia, independientemente del color político, continua posicionando los derechos humanos en el centro de nuestra política exterior. Deseo citar a nuestro actual Ministro de Relaciones Exteriores, Carl Bildt, quien en el último encuentro de Naciones Unidas mencionó lo siguiente: “En este mundo global los derechos humanos de cada individuo son una preocupación de todos. La protección y la promoción de los derechos humanos es una de las tareas más centrales de la comunidad internacional. Solamente protegiendo la vida, la libertad y el futuro de los individuos podemos promover la paz, la estabilidad y el bienestar en el mundo. Es nuestra tarea, la de los estados miembros de las Naciones Unidas, estar presentes y cumplir con nuestra obligación internacional de los derechos humanos. Este año tuve el placer de participar en varias ceremonias en honor a Raoul Wallenberg, quien durante la segunda guerra mundial salvó a miles de judíos. 100 años después de su nacimiento sigue siendo un representante y símbolo del compromiso sueco para con los derechos humanos. 3(3) Embajada de Suecia Buenos Aires 5 de noviembre de 2012 Durante este tiempo como Embajadora, muchas veces me ha tocado escuchar a muchos latinoamericanos que aún hoy quieren agradecer a Suecia por este apoyo brindado hace ya casi 30 años atrás. Yo, deseo aprovechar hoy esta oportunidad, para poder agradecer a todos ellos. Los latinoamericanos que fueron a Suecia, nos enseñaron más sobre el mundo. Fueron un vivo ejemplo de que la lucha por los derechos humanos y la democracia no es ningún concepto abstracto. Los latinoamericanos, ustedes, son aún una parte importante de nuestra sociedad, nuestro mercado laboral y ustedes son parte de nuestra cultura, nuestra política, nuestro compromiso internacional. Gracias por haber enriquecido nuestro país. Y diputada Susana Rinaldi, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, gracias de toda corazón de su gesto de agradecimiento.