Número de registro: 22618 Novena Época Instancia: Tribunales

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AMPARO EN REVISIÓN 529/2009.
Número de registro: 22618
Novena Época
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: Tomo XXXIII, Enero de 2011
Página: 3263
AMPARO EN REVISIÓN 529/2009. ENCARGADO DE LA HACIENDA MUNICIPAL
DEL AYUNTAMIENTO DE TLAQUEPAQUE, JALISCO Y OTRO.
CONSIDERANDO:
SÉPTIMO. Es improcedente el recurso de revisión interpuesto por el encargado de la
hacienda municipal del H. Ayuntamiento de Tlaquepaque, Jalisco.
En efecto, es criterio reiterado de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que la
legitimación procesal de las partes que pretenden actuar dentro de un juicio de amparo es de
orden público y, por ello, debe estudiarse, inclusive de oficio.
Pues bien, en términos del artículo 87 de la Ley de Amparo, tratándose de sentencias que
conceden la protección federal contra leyes o disposiciones de carácter general por estimarlas
inconstitucionales, sólo están legitimadas para interponer el recurso de revisión las
autoridades que participaron en la formación y promulgación de la ley de que se trate; por
tanto, a las autoridades de las que únicamente se reclamó el acto de aplicación o les
corresponde aplicar la ley de que se trate, no les es dable hacer valer dicho recurso,
cualesquiera que sean los agravios que invoquen (incluso los relativos a causales de
improcedencia) y aun cuando la protección constitucional se haya hecho extensiva, por vía de
consecuencia, a los actos de aplicación. Por ende, si en el caso la sentencia recurrida
concedió el amparo solicitado por motivos de inconstitucionalidad de la disposición general
reclamada (impuesto sobre transmisiones patrimoniales), y no por vicios propios de los actos
de aplicación, es claro entonces que el recurso que nos ocupa, interpuesto por el encargado de
la hacienda municipal del Ayuntamiento de Tlaquepaque, Jalisco (autoridad ejecutora),
resulta improcedente. Lo anterior encuentra apoyo en la tesis de jurisprudencia 1675, visible
en la página 2716, Segunda Parte del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 19171988, que dice: "REVISIÓN INTERPUESTA POR LAS AUTORIDADES EJECUTORAS.
FALTA DE LEGITIMACIÓN PARA DEFENDER LA CONSTITUCIONALIDAD DE LA
LEY IMPUGNADA. Si en una demanda de amparo se impugnan diversos ordenamientos
legales así como su aplicación, y el juez concede el amparo por considerar que varios de sus
artículos son inconstitucionales, deben desecharse los agravios de las autoridades ejecutoras
que pretendan defender la constitucionalidad de las leyes impugnadas, porque de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 87 de la Ley de Amparo, las autoridades
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ejecutoras carecen de legitimación procesal para sostener la constitucionalidad de los
ordenamientos impugnados. Y si bien es cierto que las autoridades ejecutoras tienen
legitimación para defender en revisión los actos de aplicación a ellas directamente
reclamados en el juicio de amparo, también lo es que debe desestimarse el recurso si el Juez
de Distrito no estudia dichos actos sino que los considera inconstitucionales porque se
fundaron en leyes que estima violatorias de la Ley Fundamental.", así como en las tesis de
jurisprudencia del Pleno y de la anterior Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, consultables, la primera, con la clave P. LIV/90, en la página 20 del Tomo VI,
Primera Parte, julio a diciembre de 1990, y la segunda, con la clave P. XV/90, en la página
190 del Tomo V, Primera Parte, enero a junio de 1990, ambas correspondientes a la Octava
Época del Semanario Judicial de la Federación, que en el orden enunciado, dicen:
"REVISIÓN. LA LEGITIMACIÓN Y PERSONALIDAD DE QUIEN INTERPONE ESTE
RECURSO, DEBE EXAMINARSE DE OFICIO. El Tribunal ad quem, al resolver la
procedencia de un recurso de revisión debe estudiar, de oficio, si quien promueve tiene
personalidad para interponerlo, puesto que es de orden público en el juicio de garantías
analizar si quien lo interpuso es parte o tiene personalidad acreditada, en particular en los
amparos contra leyes en donde el artículo 87 de la ley de la materia establece expresamente
que sólo podrán interponer el recurso de revisión las autoridades responsables encargadas de
su promulgación o quienes las representen." y "REVISIÓN. LAS AUTORIDADES
EJECUTORAS CARECEN DE LEGITIMACIÓN PARA INTERPONER ESE RECURSO
EN AMPARO CONTRA REGLAMENTOS, AUN CUANDO SÓLO INVOQUEN UNA
CAUSA DE IMPROCEDENCIA. Tratándose de los amparos contra reglamentos, sólo están
legitimadas para interponer el recurso de revisión las autoridades que los expidieron; por
tanto, a las autoridades de las que únicamente se reclamó el acto de aplicación, no le es dable
hacer valer dicho recurso, cualesquiera que sean los agravios que invoquen y aun cuando la
protección constitucional se haya hecho extensiva a los actos de aplicación. De esta manera
las responsables recurrentes no pueden interponer el recurso de revisión, aun cuando sólo
hagan valer una causa de improcedencia sin invocar argumentos referentes al fondo del
asunto, pues independientemente de que soliciten que se sobresea en el juicio o que se niegue
el amparo a los quejosos, no están legitimadas para recurrir la sentencia del Juez de Distrito,
ya que el amparo fue concedido por motivos de inconstitucionalidad del reglamento y no por
vicios propios de los actos de aplicación, así que la sentencia no afecta directamente al acto
que se reclamó de las autoridades ejecutoras."
En consecuencia, debe declararse improcedente el recurso de mérito. No es obstáculo para la
anterior determinación, el que por auto de 23 de octubre de 2009, dictado por el presidente de
este tribunal, se hubiera admitido tal recurso de revisión, pues el auto admisorio de un recurso
no causa estado, ya que el estudio definitivo acerca de la procedencia del mismo compete
realizarlo al órgano colegiado y, por ende, ese auto no constriñe a este tribunal.
Consecuentemente, si con posterioridad se advierte que el recurso de revisión interpuesto es
improcedente, así debe decretarse. Es aplicable la jurisprudencia P./J. 19/98, publicada en la
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página 19 del Tomo VII, marzo de 1998, del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, que dice: "REVISIÓN EN AMPARO. NO ES OBSTÁCULO PARA EL
DESECHAMIENTO DE ESE RECURSO, SU ADMISIÓN POR EL PRESIDENTE DE LA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN. La admisión del recurso de revisión
por el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación constituye una resolución que
no es definitiva, ya que el Tribunal Pleno está facultado, en la esfera de su competencia, para
realizar el estudio a fin de determinar la procedencia del recurso y, en su caso, resolver su
desechamiento."
No es óbice a lo anterior lo que sostuvo este órgano colegiado en la ejecutoria dictada en la
revisión principal 537/2009, pues lo ahí resuelto, respecto a que: "II. En cuanto a la
procedencia del recurso, conviene decir que encaja en el supuesto previsto por el artículo 83,
fracción IV, de la Ley de Amparo, en tanto que se interpuso contra una resolución dictada en
la audiencia constitucional por un Juez de Distrito en un juicio de amparo indirecto. También
es pertinente aclarar que, por regla general, cuando se concede la protección constitucional
respecto de una norma en razón de su inconstitucionalidad, únicamente puede recurrir la
sentencia la autoridad que participa en el proceso legislativo. Mas, como excepción a dicha
regla, en el presente caso se estima que la autoridad ejecutora tiene legitimación para
interponer el recurso de revisión en contra de los efectos que la sentencia de amparo
estableció, ya que a dicha autoridad le corresponderá dar el debido cumplimiento de la
ejecutoria de amparo, siendo a ella a quien le puede perjudicar en su patrimonio, para el caso
de que los efectos no sean los concernientes a la concesión otorgada. Por ello, se estima que,
en el caso, el delegado de la Tesorería Municipal del Ayuntamiento Constitucional de
Zapopan, Jalisco, cuenta con legitimación para comparecer al presente medio de defensa.";
sin embargo, bajo una nueva reflexión, tenemos que aun en el supuesto de que la autoridad
ejecutora que interpuso el recurso sufriera un perjuicio económico, éste es improcedente por
su falta de legitimación para defender la constitucionalidad de la ley reclamada, en virtud de
lo sostenido por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la tesis anteriormente citada,
de rubro: "REVISIÓN INTERPUESTA POR LAS AUTORIDADES EJECUTORAS.
FALTA DE LEGITIMACIÓN PARA DEFENDER LA CONSTITUCIONALIDAD DE LA
LEY IMPUGNADA."
OCTAVO. Los agravios transcritos son sustancialmente fundados.
Dice el recurrente, Congreso del Estado de Jalisco, acertadamente, que contrario a lo
sostenido por el a quo, para conceder el amparo a la quejosa, el hecho de que la Ley de
Ingresos del Municipio Tlaquepaque, Jalisco, para el ejercicio fiscal de 2009, no contenga
una estimación de las contribuciones que esos Ayuntamientos tendrán derecho a percibir,
particularmente la concerniente al impuesto sobre transmisiones patrimoniales, no implica
que dicho ordenamiento legal viole garantía alguna, habida cuenta que ni la Constitución
General de la República en sus artículos 115, fracción IV y 126, ni las leyes locales, a saber,
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los artículos 88 y 89 de la Constitución Política del Estado de Jalisco; 75 y 79, fracción II,
inciso b), de la Ley del Gobierno y la Administración Pública Municipal; 205, fracción III y
210, fracciones I, V y VI de la Ley de Hacienda Municipal, y 8 del Código Fiscal, todos del
Estado de Jalisco, imponen la obligación al legislador estatal, de estimar en forma categórica
en las leyes de ingresos el monto que se va a recaudar por cada uno de los impuestos que
autorice cobrar.
Tanto es así lo anterior, que dichos preceptos señalan:
"Artículo 115. Los Estados adoptarán, para su régimen interior, la forma de gobierno
republicano, representativo, popular, teniendo como base de su división territorial y de su
organización política y administrativa el Municipio Libre, conforme a las bases siguientes: ...
IV. Los Municipios administrarán libremente su hacienda, la cual se formará de los
rendimientos de los bienes que les pertenezcan, así como de las contribuciones y otros
ingresos que las legislaturas establezcan a su favor, y en todo caso: a) Percibirán las
contribuciones, incluyendo tasas adicionales, que establezcan los Estados sobre la propiedad
inmobiliaria, de su fraccionamiento, división, consolidación, traslación y mejora así como las
que tengan por base el cambio de valor de los inmuebles. Los Municipios podrán celebrar
convenios con el Estado para que éste se haga cargo de algunas de las funciones relacionadas
con la administración de esas contribuciones. b) Las participaciones federales, que serán
cubiertas por la Federación a los Municipios con arreglo a las bases, montos y plazos que
anualmente se determinen por las Legislaturas de los Estados. c) Los ingresos derivados de la
prestación de servicios públicos a su cargo. Las leyes federales no limitarán la facultad de los
Estados para establecer las contribuciones a que se refieren los incisos a) y c), ni concederán
exenciones en relación con las mismas. Las leyes estatales no establecerán exenciones o
subsidios en favor de persona o institución alguna respecto de dichas contribuciones. Sólo
estarán exentos los bienes de dominio público de la Federación, de los Estados o los
Municipios, salvo que tales bienes sean utilizados por entidades paraestatales o por
particulares, bajo cualquier título, para fines administrativos o propósitos distintos a los de su
objeto público. Los Ayuntamientos, en el ámbito de su competencia, propondrán a las
legislaturas estatales las cuotas y tarifas aplicables a impuestos, derechos, contribuciones de
mejoras y las tablas de valores unitarios de suelo y construcciones que sirvan de base para el
cobro de las contribuciones sobre la propiedad inmobiliaria. Las legislaturas de los Estados
aprobarán las leyes de ingresos de los Municipios, revisarán y fiscalizarán sus cuentas
públicas. Los presupuestos de egresos serán aprobados por los Ayuntamientos con base en
sus ingresos disponibles, y deberán incluir en los mismos, los tabuladores desglosados de las
remuneraciones que perciban los servidores públicos municipales, sujetándose a lo dispuesto
en el artículo 127 de esta Constitución. Los recursos que integran la hacienda municipal serán
ejercidos en forma directa por los Ayuntamientos, o bien, por quien ellos autoricen, conforme
a la ley."
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"Artículo 126. No podrá hacerse pago alguno que no esté comprendido en el presupuesto o
determinado por la ley posterior."
"Artículo 88. Los Municipios administrarán libremente su hacienda, la cual se formará de los
rendimientos de los bienes que les pertenezcan, así como de las contribuciones y otros
ingresos que el Congreso establezca a su favor y, en todo caso, con: I. Las contribuciones
sobre la propiedad inmobiliaria, incluyendo tasas adicionales que establezca el Congreso, de
su fraccionamiento, división, consolidación, traslación y mejora. Los Municipios podrán
celebrar convenios con el Estado, para que éste se haga cargo de algunas de las funciones
relacionadas con la administración de estas contribuciones; II. Las participaciones federales y
estatales que correspondan a los Municipios, con arreglo a las bases, montos y plazos que
anualmente se determinen por el Congreso del Estado, y III. Los ingresos derivados de la
prestación de servicios públicos a su cargo. El patrimonio municipal se compondrá con los
bienes de dominio público y los bienes de dominio privado, de conformidad con lo que
establezca la ley de la materia."
"Artículo 89. El Congreso del Estado aprobará las leyes de ingresos de los Municipios y
revisará y fiscalizará las cuentas públicas municipales, en los términos de lo dispuesto por
esta Constitución y las leyes que de ella emanen. Los presupuestos de egresos serán
aprobados por los Ayuntamientos con base en sus ingresos disponibles y en las reglas
establecidas en las leyes municipales respectivas. Las leyes estatales no establecerán
exenciones o subsidios a favor de persona o institución alguna respecto de dichas
contribuciones. Sólo estarán exentos los bienes de dominio público de la Federación, de los
Estados o los Municipios, salvo que tales bienes sean utilizados por entidades paraestatales o
por particulares, bajo cualquier título, para fines administrativos o propósitos distintos a los
de su objeto público. Los Ayuntamientos, en el ámbito de su competencia, propondrán al
Congreso del Estado, conforme al procedimiento que se establezca en la ley de la materia, las
cuotas y tarifas aplicables a impuestos, derechos, contribuciones de mejoras y las tablas de
valores unitarios de suelo y construcciones que sirvan de base para el cobro de las
contribuciones sobre la propiedad inmobiliaria. Los recursos que integran la hacienda
municipal serán ejercidos en forma directa por los Ayuntamientos, o bien, por quien ellos
autoricen conforme a la ley."
"Artículo 75. Para los efectos de la fracción IV del artículo 115 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos y del artículo 88 de la Constitución Política del Estado, la
Hacienda Municipal se forma con los impuestos, derechos, productos y aprovechamientos
que anualmente propongan los Ayuntamientos y apruebe el Congreso del Estado; los ingresos
que establezcan las leyes fiscales a su favor y en todo caso con: I. Las contribuciones sobre la
propiedad inmobiliaria, incluyendo tasas adicionales que establezca el Congreso del Estado,
de su fraccionamiento, división, consolidación, traslación y mejora, así como las que tengan
por base el cambio del valor de los inmuebles. Los Ayuntamientos en el ámbito de su
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competencia pueden proponer al Congreso del Estado las cuotas y tarifas aplicables a
impuestos, derechos, contribuciones de mejoras y las tablas de valores unitarios de suelo y
construcciones que sirvan de base para el cobro de las contribuciones sobre la propiedad
inmobiliaria; II. Las participaciones federales que sean cubiertas por la Federación a los
Municipios, con arreglo a las bases, montos y plazos que anualmente se determinen por el
Congreso del Estado; y III. Los ingresos derivados de la prestación de servicios públicos a su
cargo."
"Artículo 79. El Congreso del Estado debe aprobar las leyes de Ingresos de los Municipios y
revisar y fiscalizar sus cuentas públicas. Los presupuestos de egresos deben ser aprobados
por los Ayuntamientos, con base en sus ingresos disponibles, planes municipales de
desarrollo, a los principios de racionalidad, austeridad, disciplina presupuestal, motivación,
certeza, equidad y proporcionalidad y a las siguientes reglas: ... II. Los presupuestos de
egresos de los Municipios, deben contener: ... b) La estimación de los ingresos que se estimen
recaudar, para el próximo ejercicio fiscal."
"Artículo 205. La Tesorería Municipal, con relación al gasto público, tendrá las siguientes
atribuciones: ... III. Determinar anualmente, de acuerdo con la política del gasto público
establecida por el Ayuntamiento, las partidas definitivas que deberá de contener el
presupuesto de egresos por cada unidad municipal, sin que el total de estas sumas exceda al
monto de los ingresos estimados a recaudar, por la aplicación de la ley respectiva
correspondiente al mismo ejercicio fiscal."
"Artículo 210. El presidente municipal, dentro de los primeros quince días del mes de
noviembre de cada año, deberá presentar al Ayuntamiento el Proyecto de Gasto Público, el
cual se integrará con los documentos siguientes: ... I. Estimación de los ingresos a recaudar,
tomando como base la política recaudatoria y la ley de ingresos que regirá en el ejercicio
fiscal siguiente; ... V. Estimación de ingresos y gastos del ejercicio fiscal en curso; VI.
Ingresos y gastos reales del último ejercicio fiscal."
"Artículo 8. Ningún ingreso podrá recaudarse si no está previsto en la Ley de Ingresos del
Estado de Jalisco, que para el Ejercicio Fiscal respectivo apruebe el Congreso del Estado. Si
por cualquier circunstancia el Congreso del Estado no aprobara la ley de ingresos respectiva,
se tendrá como ley de ingresos aprobada para ese determinado ejercicio fiscal, la ley de
ingresos que se hubiere aprobado para el ejercicio fiscal inmediato anterior."
Efectivamente, tratándose de los actos legislativos (leyes), el requisito de fundamentación se
cumple cuando se emiten por el órgano formal (cuerpo legislativo) que actúa dentro de los
límites de las atribuciones que le confiere la Constitución General de la República y las leyes
que de ella emanan, en tanto que la motivación se satisface cuando la ley que se emite se
refiere a relaciones sociales que reclaman ser jurídicamente reguladas. Por tanto, en la
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especie, la ley reclamada cumple con el requisito formal de fundamentación, porque fue
emitida por el Congreso del Estado de Jalisco, que actuó dentro de los límites de las
facultades que le otorga el artículo 115, fracción IV, penúltimo párrafo, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, en relación con los artículos 14, 16, 17, 18, 28,
fracción IV, 32, 35, fracción IV, y 89 de la Constitución Política del Estado de Jalisco; luego,
el requisito de motivación también se cumple, toda vez que los artículos 1 y 28 de la Ley de
Ingresos del Municipio de Tlaquepaque, de esta entidad federativa, que se combate, autorizan
el cobro del impuesto sobre transmisiones patrimoniales, que se determinará aplicando la
tarifa que ahí se menciona a la base a que se refiere el artículo 114 de la Ley de Hacienda
Municipal del Estado de Jalisco; aspectos que interesan a la sociedad y, por ende, requieren
de regulación jurídica, ya que la recaudación tributaria es indispensable para sufragar los
servicios públicos que los Ayuntamientos del Estado de Jalisco prestan a sus habitantes, en
tanto que el cobro del citado impuesto no puede dejarse al arbitrio de las autoridades
hacendarias, sino que es indispensable que sus elementos estén previstos en una ley formal
emanada del citado Congreso.
En efecto, basta dar lectura a los numerales 1 y 28 de la Ley de Ingresos del Municipio de
Tlaquepaque, Jalisco, para el ejercicio fiscal de 2009, para constatar que en ellos la autoridad
responsable, Congreso del Estado de Jalisco, autorizó la recaudación del ingreso proveniente
del impuesto sobre transmisiones patrimoniales, precisamente, cuando dicha ley combatida
indica que los ingresos que la hacienda de ese Municipio percibirá durante el ejercicio fiscal
de 2009, serán los que se obtengan, entre otros conceptos, por impuestos, contribuciones
especiales, derechos, productos, aprovechamientos, participaciones y aportaciones federales,
y en impuestos como el de transmisiones patrimoniales; por ende, es de concluirse que ese
gravamen se destinará a sufragar el gasto público, esto, atento a lo previsto en los preceptos
combatidos, en relación con los artículos 1o. y 3o. de la Ley de Hacienda Municipal del
Estado de Jalisco, que prevén que los ingresos que obtengan los Ayuntamientos, entre otros,
por concepto de impuestos, se destinarán a cubrir los gastos públicos de los Municipios. De
ahí que la norma legal combatida no viola la garantía de destino al gasto público, ya que es y
será siempre gasto público el importe recaudado (ingresos) por la Federación, las entidades
federativas, el Distrito Federal y los Municipios, a través de las contribuciones, en cualquiera
de sus especies, como son: los impuestos, los derechos, los productos y los aprovechamientos
que se destinen (egresos), conforme a las atribuciones del Estado, para satisfacer las
necesidades colectivas y los servicios públicos.
Lo anterior encuentra apoyo también en la jurisprudencia 470 de la Segunda Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, consultable en la página 341 del Tomo III, Parte
SCJN, del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación de 1995, que dice: "GASTOS
PÚBLICOS. Por gastos públicos no deben entenderse todos los que pueda hacer el Estado,
sino aquellos destinados a satisfacer las funciones y servicios públicos."
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De igual forma, es aplicable la tesis de jurisprudencia 228 de la extinta Sala Auxiliar del
Máximo Tribunal de Justicia del País, localizable en la página 272 del Tomo I, Materia
Constitucional, del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-2000, de rubro:
"GASTO PÚBLICO, NATURALEZA CONSTITUCIONAL DEL. La circunstancia, o el
hecho de que un impuesto tenga un fin específico determinado en la ley que lo instituye y
regula, no le quita, ni puede cambiar, la naturaleza de estar destinado el mismo impuesto al
gasto público, pues basta consultar el Presupuesto de Egresos de la Federación, para
percatarse de cómo todos y cada uno de los renglones del Presupuesto de la Nación tiene
fines específicos, como lo son, comúnmente, la construcción de obras hidráulicas, de caminos
nacionales o vecinales, de puentes, calles, banquetas, pago de sueldos, etc. El ‘gasto público’,
doctrinaria y constitucionalmente, tiene un sentido social y un alcance de interés colectivo; y
es y será siempre ‘gasto público’, que el importe de lo recaudado por la Federación, al través
de los impuestos, derechos, productos y aprovechamientos, se destine a la satisfacción de las
atribuciones del Estado relacionadas con las necesidades colectivas o sociales, o los servicios
públicos. Sostener otro criterio, o apartarse, en otros términos, de este concepto
constitucional, es incidir en el unilateral punto de vista de que el Estado no está capacitado ni
tiene competencia para realizar sus atribuciones públicas y atender a las necesidades sociales
y colectivas de sus habitantes, en ejercicio y satisfacción del verdadero sentido que debe
darse a la expresión constitucional ‘gastos públicos de la Federación’. El anterior concepto
material de gasto público será comprendido en su cabal integridad, si se le aprecia también al
través de su concepto formal. La fracción II del artículo 65 de la Constitución General de la
República estatuye que el Congreso de la Unión se reunirá el 1o. de septiembre de cada año,
para examinar, discutir y aprobar el presupuesto del año fiscal siguiente y decretar los
impuestos necesarios para cubrirlo. En concordancia con esta norma constitucional, la
fracción VII del artículo 73 de la misma Carta Fundamental de la Nación prescribe que el
Congreso de la Unión tiene facultad para imponer las contribuciones a cubrir el presupuesto;
y el texto 126 de la citada Ley Suprema dispone que no podrá hacerse pago alguno que no
esté comprendido en el presupuesto o determinado por ley posterior. Estas prescripciones
constitucionales fijan el concepto de gastos públicos, y conforme a su propio sentido, tiene
esta calidad de determinado en el Presupuesto de Egresos de la Federación, en observancia de
lo mandado por las mismas normas constitucionales. Cuando el importe de la recaudación de
un impuesto, está destinado a la construcción, conservación y mejoramiento de caminos
vecinales, se le dedica a satisfacer una función pública, por ser una actividad que constituye
una atribución del Estado apoyada en un interés colectivo. El concepto material del gasto
público estriba en el destino de un impuesto para la realización de una función pública
específica o general, al través de la erogación que realice la Federación directamente o por
conducto del organismo descentralizado encargado al respecto. Formalmente, este concepto
de gasto público se da, cuando en el Presupuesto de Egresos de la Nación, está prescrita la
partida, cosa que sucede, en la especie, como se comprueba de la consulta, ya que existe el
renglón relativo a la construcción, mejoramiento y conservación de caminos vecinales, a cuya
satisfacción está destinado el impuesto aprobado por el Congreso de la Unión en los términos
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prescritos por la fracción VII del artículo 73 de la Carta General de la República."
Asimismo, lo aquí resuelto encuentra apoyo, por analogía y extensión, en la jurisprudencia 18
del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en la página 28 del Tomo y
Apéndice citados en el párrafo anterior, que prevé: "ACTIVO DE LAS EMPRESAS,
IMPUESTO AL. ESTÁ DESTINADO AL GASTO PÚBLICO, POR LO QUE NO VIOLA
EL ARTÍCULO 31, FRACCIÓN IV, CONSTITUCIONAL. La Ley del Impuesto al Activo
de las Empresas, publicada en el Diario Oficial de la Federación del treinta y uno de
diciembre de mil novecientos ochenta y ocho, no viola lo dispuesto por el artículo 31,
fracción IV, constitucional, pues aunque no establece que los ingresos recaudados por
concepto de ese gravamen se destinarán a sufragar el gasto público, a esa conclusión se llega
considerando lo dispuesto por los artículos 1o., fracción I, inciso 1, y 10, de la Ley de
Ingresos de la Federación, en relación con el 2o. y siguientes del Presupuesto de Egresos de
la Federación, ambos para el ejercicio de mil novecientos ochenta y nueve. De las
mencionadas disposiciones se deduce que dichos recursos se concentrarán en la Tesorería de
la Federación, junto con los demás ingresos incluidos en el catálogo de mérito, para realizar
las acciones, planes y programas de las dependencias y entidades consideradas en el segundo
de los ordenamientos citados, cuyas erogaciones integran el gasto público federal. A esa
misma conclusión se llega considerando lo dispuesto por los artículos 74, fracción IV y 126
constitucionales, en el sentido de que las contribuciones se decretan para cubrir el
presupuesto de egresos y que no puede realizarse pago alguno a cargo del erario federal que
no esté previsto en aquél o en ley posterior."
En cuanto a lo considerado por el a quo, respecto a que las leyes de ingresos deben contener
una estimación de los ingresos que el Municipio tenga derecho a percibir, ya que debe existir
congruencia entre éstas (leyes de ingresos) y los presupuestos de ingresos y egresos que
autoricen los Ayuntamientos, los cuales deben ser aprobados en base a los ingresos
disponibles y a los principios de certeza, equilibrio y disciplina presupuestal, tales
argumentos son equivocados, dado que no trascienden a la esfera jurídica de la quejosa, en
virtud de que se trata de aspectos de naturaleza administrativa que tienden a controlar, vigilar,
supervisar, planear y evaluar la actividad financiera o presupuestaria que desempeña la
administración pública municipal, lo que, en todo caso, acarrea responsabilidad de los
órganos o dependencias públicas encargadas del manejo de los fondos económicos que
representan el ingreso y egreso de tales recursos económicos; pero, como se dijo, esas
circunstancias no trascienden a las garantías individuales de la peticionaria del amparo, al
grado de afectar la validez constitucional del impuesto sobre transmisiones patrimoniales y su
recaudación, el cual se encuentra regulado en la Ley de Hacienda Municipal del Estado de
Jalisco, en cuanto a sus elementos esenciales, como son sujeto, objeto, base y época de pago,
ya que lo concerniente a la tasa o tarifa, así como lo relativo a la autorización del cobro de
ese tributo, se encuentra previsto en la ley de ingresos, específicamente, en los preceptos
legales impugnados, que no transgreden la garantía de destino al gasto público y de legalidad,
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como se analizó con antelación. Ciertamente, en todo caso, las violaciones alegadas, a saber,
debida planeación y equilibrio presupuestario, son de naturaleza formal, ocurridas en el
proceso legislativo y son irrelevantes porque no pueden trascender de manera fundamental al
contenido de las normas legales que regulan el impuesto sobre transmisiones patrimoniales
previstas en la Ley de Ingresos, así como en la Ley de Hacienda Municipal del Estado y, por
ende, no afectan su validez jurídica.
Tiene aplicación la jurisprudencia 137 del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, visible en la página 149 del Tomo I, Acciones de Inconstitucionalidad y
Controversias Constitucionales, del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 19172000 (actualización 2001), que dice: "VIOLACIONES DE CARÁCTER FORMAL EN EL
PROCESO LEGISLATIVO. SON IRRELEVANTES SI NO TRASCIENDEN DE
MANERA FUNDAMENTAL A LA NORMA. Dentro del procedimiento legislativo pueden
darse violaciones de carácter formal que trascienden de manera fundamental a la norma
misma, de tal manera que provoquen su invalidez o inconstitucionalidad y violaciones de la
misma naturaleza que no trascienden al contenido mismo de la norma y, por ende, no afectan
su validez. Lo primero sucede, por ejemplo, cuando una norma se aprueba sin el quórum
necesario o sin el número de votos requeridos por la ley, en cuyo caso la violación formal
trascendería de modo fundamental, provocando su invalidez. En cambio cuando, por ejemplo,
las comisiones no siguieron el trámite para el estudio de las iniciativas, no se hayan remitido
los debates que la hubieran provocado, o la iniciativa no fue dictaminada por la comisión a la
que le correspondía su estudio, sino por otra, ello carece de relevancia jurídica si se cumple
con el fin último buscado por la iniciativa, esto es, que haya sido aprobada por el Pleno del
órgano legislativo y publicada oficialmente. En este supuesto los vicios cometidos no
trascienden de modo fundamental a la norma con la que culminó el procedimiento legislativo,
pues este tipo de requisitos tiende a facilitar el análisis, discusión y aprobación de los
proyectos de ley por el Pleno del Congreso, por lo que si éste aprueba la ley, cumpliéndose
con las formalidades trascendentes para ello, su determinación no podrá verse alterada por
irregularidades de carácter secundario."
En este sentido, se insiste, no obstante que en la Ley de Ingresos del Municipio de
Tlaquepaque, Jalisco, para el ejercicio fiscal de 2009, no se especificó la estimación de las
contribuciones que el Municipio tendría derecho a percibir, concretamente, el relativo al
impuesto sobre transmisiones patrimoniales, lo cierto es que, como se vio, en términos del
presupuesto de ingresos y egresos autorizado por el Ayuntamiento, la recaudación de dicho
tributo se encuentra encaminada a satisfacer las funciones y servicios que el Estado debe
prestar a la colectividad, lo que implica que está destinado a sufragar el gasto público; de ahí
que, contrariamente a lo señalado por el a quo, es infundado el primero de los conceptos de
violación hecho valer por la quejosa.
Así las cosas, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 91, fracción I, de la Ley de
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AMPARO EN REVISIÓN 529/2009.
Amparo, se procede al análisis de los argumentos vertidos en los demás conceptos de
violación (dos al cinco), respecto de los cuales no se ocupó el Juez de Distrito, dado el
sentido de su fallo.
NOVENO. Los conceptos de violación segundo al quinto, consisten en: "Concepto de
violación 2. Concepto de violación donde las responsables violan la garantía individual de
igualdad y equidad tributaria ante la ley a que se refiere la Constitución en su artículo 31,
fracción IV. La Ley de Hacienda Municipal establece lo siguiente: ‘Capítulo VII. Impuesto
sobre transmisiones patrimoniales. Artículo 112. Es objeto de este impuesto, el traslado del
dominio, de la propiedad o de los derechos de copropiedad sobre bienes inmuebles, por
cualquier hecho, acto o contrato, ya sea que comprendan el suelo, o el suelo y las
construcciones adheridas a él, incluyendo los accesorios y las instalaciones especiales que
pertenezcan al inmueble, siempre que se ubique en el territorio de los Municipios que
comprende el Estado, y que una misma operación no se grave dos veces. ... Artículo 115. El
impuesto sobre transmisiones patrimoniales se causará y liquidará aplicando la tasa o tarifa
que establezca la ley de ingresos de cada Municipio a la base determinada conforme a las
disposiciones del artículo 114 de esta ley. ... Artículo 117. Quedan exentos del pago de este
impuesto y en su caso de la responsabilidad solidaria: I. La Federación, el Estado y sus
Municipios, respecto de la adquisición de bienes que se vayan a destinar al dominio público,
que sean afectos al pago de este impuesto; salvo que tales bienes se destinen para ser usados
por entidades paraestatales o por particulares, bajo cualquier título, para fines administrativos
o propósitos distintos a los de su objeto público; II. Los Estados extranjeros por la
adquisición de inmuebles, en caso de reciprocidad; III. La persona a quien por rescisión o
cualquier otra ineficacia del contrato que conste en resolución judicial ejecutoriada, le
hubieren sido devueltos los bienes o derechos que transmitió; IV. Cuando por cualquier causa
regresen los bienes o derechos al enajenante dentro de los 60 días naturales de la fecha en que
se celebró el contrato de transmisión; y V. Los trabajadores que encontrándose en huelga,
acepten destinar sus salarios caídos o créditos laborales para la adquisición de partes sociales
o activos de la empresa en la que laboran, o de nuevas empresas que reanudarán la
producción de sus plantas para la fabricación de los mismos o similares bienes; así como a las
empresas que dichos trabajadores constituyan, y a las personas morales donde las empresas
de los trabajadores participen como socios o las empresas que adquieran bienes para
participar con los trabajadores en conjunto a fin de reactivar las plantas industriales que estén
en huelga.’. Con la aplicación de los actos de autoridad se vulnera en perjuicio de nuestra
representada las garantías de igualdad y equidad contenidas en el artículo 31, fracción IV, de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, puesto que dichos actos realizan
un distingo preferencial a las personas morales públicas nacionales y extranjeras cuando éstas
actúan como vendedores de inmuebles, a pesar de que tanto las personas morales públicas
(nacionales o extranjeras) como mi mandante, cuando actúan en calidad de vendedores de
inmuebles, son iguales y se encuentran en hipótesis de igualdad ante el Código Civil del
Estado de Jalisco y la Ley del Notariado del Estado de Jalisco. Lo anterior, acorde a los
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AMPARO EN REVISIÓN 529/2009.
siguientes argumentos: 1. Tanto mi mandante como la Federación, el Estado de Jalisco y sus
Municipios, así como las naciones extranjeras que realicen compraventa de inmuebles son
personas morales. 2. Tanto mi mandante como la Federación, el Estado de Jalisco y sus
Municipios, así como las naciones extranjeras que realicen compraventa de inmuebles es
idéntico los elementos del impuesto, tan solo véase: Sujeto pasivo. Es sujeto de este impuesto
la persona física o jurídica que, como resultado de cualquiera de los actos jurídicos o
contratos adquiera el dominio, derechos de propiedad, copropiedad o cualquier derecho real
sobre uno o más bienes inmuebles. Objeto. El traslado del dominio, de la propiedad o de los
derechos de copropiedad sobre bienes inmuebles, por cualquier hecho, acto o contrato, ya sea
que comprendan el suelo, o el suelo y las construcciones adheridas a él, incluyendo los
accesorios y las instalaciones especiales que pertenezcan al inmueble, siempre que se ubique
en el territorio de los Municipios que comprende el Estado, y que una misma operación no se
grave dos veces. Base. El valor catastral actualizado con los valores unitarios vigentes en la
fecha de causación, incluyendo en su caso, el valor de los accesorios y las instalaciones
especiales que pertenezcan al inmueble. Tasa. La que establece la propia Ley de Ingresos del
Municipio de Tlaquepaque. De los argumentos antes esgrimidos se concluye, que tanto mi
mandante como la Federación, el Estado de Jalisco y sus Municipios, así como las naciones
extranjeras que adquieran inmuebles, se encuentran en un mismo plano de igualdad ante las
diversas leyes, puesto que se encuentran en una misma hipótesis de hecho y no existe
ninguna diferencia entre ambos, no importando que, en un caso, quien intervenga sea la
Federación, el Estado de Jalisco y sus Municipios, así como las naciones extranjeras y que,
por otro lado comparezca una persona moral como mi mandante, pues ante el Código Civil
del Estado de Jalisco todos ellos acuden en calidad de entes privados que realizan un acto
civil de transmisión de propiedad, criterio que deberá reconocer en razón de que en forma
analógica y aplicando el principio general de derecho que reza ‘donde existe la misma razón
debe existir la misma disposición’, mediante tesis de jurisprudencia P./J. 47/2002, bajo la
voz: ‘RENTA. LOS TRABAJADORES TANTO DE LA INICIATIVA PRIVADA COMO
DE LA FEDERACIÓN, LOS ESTADOS Y MUNICIPIOS SON SUJETOS DEL
IMPUESTO RELATIVO, POR LOS INGRESOS OBTENIDOS CON MOTIVO DE LA
PRESTACIÓN DE UN SERVICIO PERSONAL SUBORDINADO.’, en el cual el Tribunal
en Pleno de la Corte ha señalado que los trabajadores al servicio del Estado están en un
mismo plano de igualdad ante los trabajadores al servicio de los particulares, puesto que ante
la Ley del Impuesto sobre la Renta son causantes, no importando que, en un caso, deriven de
una relación laboral (trabajador-patrón) y, en el otro, de una relación administrativa
equiparada a la laboral (servidor público-Federación, Estado o Municipio), ya que si bien el
origen de la relación es distinta, lo cierto es que, desde el punto de vista fiscal, se considera
que los ingresos sometidos a gravamen son los salarios y sueldos que ambas clases de
trabajadores perciben; y de lo anterior, en forma análoga, podemos concluir que desde el
punto de vista fiscal se considera que el objeto de dicho impuesto es la transmisión
patrimonial que la Federación, el Estado de Jalisco y sus Municipios, así como las naciones
extranjeras o mi mandante realicen, por lo que se está en un mismo plano de igualdad, no
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AMPARO EN REVISIÓN 529/2009.
importando que, en un caso, intervenga una autoridad ejerciendo actos civiles como
particular. La tesis de jurisprudencia antes citada a la letra dice: ‘RENTA. LOS
TRABAJADORES TANTO DE LA INICIATIVA PRIVADA COMO DE LA
FEDERACIÓN, LOS ESTADOS Y MUNICIPIOS SON SUJETOS DEL IMPUESTO
RELATIVO, POR LOS INGRESOS OBTENIDOS CON MOTIVO DE LA PRESTACIÓN
DE UN SERVICIO PERSONAL SUBORDINADO. De lo dispuesto en el título IV, capítulo
I, de la Ley del Impuesto sobre la Renta, vigente a partir del primero de enero de dos mil dos,
se advierte que el sujeto pasivo obligado al pago del tributo relativo es la persona física que
presta un trabajo personal subordinado y que la base imponible está constituida por el
importe de los ingresos obtenidos durante el periodo de imposición que provengan de toda
contraprestación, cualquiera que sea su denominación o naturaleza, pero que retribuya la
prestación de un servicio personal subordinado como consecuencia de una relación laboral o
asimilada a ella. En ese tenor, tanto los trabajadores de la iniciativa privada como los de la
Federación, las entidades federativas y los Municipios, son sujetos del impuesto sobre la
renta por los ingresos obtenidos con motivo de la prestación de un servicio personal
subordinado, con independencia de que en un caso deriven de una relación laboral
(trabajador-patrón) y, en el otro, de una relación administrativa equiparada a la laboral
(servidor público-Federación, Estado o Municipio), ya que si bien el origen de la relación es
distinta, lo cierto es que, desde el punto de vista fiscal, se considera que los ingresos
sometidos a gravamen son los salarios y sueldos, así como cada una de las partes que lo
integran, tales como aguinaldo, ayuda para el transporte, bono de productividad,
gratificaciones, entre otras.’. Por tanto, es de advertir que son inconstitucionales los artículos
112 a 123 de la Ley de Hacienda Municipal del Estado de Jalisco, así como los actos de
autoridad que se apoyan en ellos, emitidos por las autoridades ejecutoras, puesto que en
dichos preceptos el legislador está dando un privilegio distintivo, única y exclusivamente a
compradores, tales como la Federación, el Estado de Jalisco y sus Municipios, así como las
naciones extranjeras, ya que los exenta al 100% del pago de dicho impuesto; es decir, tales
compradores no son causantes de dicho impuesto, no otorgándoles el mismo privilegio a los
demás compradores, entre ellos a nuestra mandante, lo cual evidencia ventajas para los
patrones que están exentos de dicho impuesto y desventajas económicas notorias para los
demás sujetos obligados a dicho impuesto, me explico: Los preceptos invocados resultan
violatorios de los principios de equidad e igualdad que establece la propia Constitución, en
perjuicio de las garantías de nuestra representada, puesto que la distinción que hizo el
legislador para efectos del otorgamiento de la exención del impuesto sobre transmisiones
patrimoniales para ciertas personas morales, cuando éstos actúan en calidad de compradores
(la Federación, el Estado de Jalisco y sus Municipios, así como las naciones extranjeras) con
respecto a los demás compradores (como en el caso nuestra representada), no encuentra
justificación alguna, estableciéndose un trato desigual a sujetos que se encuentran regulados
por una misma hipótesis de hecho; es decir, ambas clases de personas morales (las públicas y
las privadas) son compradores ante la ley y, por tanto, pueden adquirir inmuebles con
carácter de compradores. Recordemos que el principio de igualdad ante la ley se ha
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AMPARO EN REVISIÓN 529/2009.
formulado como la igualdad ante la misma ley de los sujetos, quienes deben recibir un
tratamiento idéntico en lo concerniente a las hipótesis, lo cual, como se ha visto, no se cubre
en las disposiciones que se tildan de inconstitucionales en esta demanda. La igualdad a que se
refiere este principio implica que las disposiciones legales deben tratar de igual manera a
quienes se encuentren en la misma situación, y de manera desigual a aquellos sujetos que se
ubiquen en una situación diversa; en este contexto, para acatar esta disposición
constitucional, el legislador no sólo está facultado, sino obligado a establecer categorías y
clasificar a los contribuyentes, siempre que esta diferenciación no sea caprichosa, arbitraria o
tenga por objeto hostilizar a determinada clase de contribuyentes, lo que en la especie no
aconteció, ya que el legislador no establece el porqué del distingo establecido en la Ley de
Hacienda Municipal del Estado de Jalisco. El texto constitucional establece que todos los
hombres son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de
nacimiento, raza, sexo, religión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social;
en relación con la materia tributaria, consigna expresamente el principio de equidad para que,
con carácter general, los poderes públicos tengan en cuenta que los particulares que se
encuentren en la misma situación deben ser tratados igual, sin privilegio ni favor. Por otro
lado, en el Código Civil del Estado de Jalisco ni en la Ley del Notariado existen dos
categorías distintas de compradores, es decir, no existen compradores públicos y
compradores privados; tampoco existen compradores nacionales o extranjeros, y las posibles
diferencias entre ambas no justifican un tratamiento fiscal distinto; por lo que resulta evidente
que la exención y el privilegio establecido en los artículos 117 de la Ley de Hacienda
Municipal, fracciones I y II y 44 de la Ley de Hacienda, ambas del Estado de Jalisco, es
inconstitucional, al violar el principio de equidad establecido en la Ley Suprema. Si bien es
cierto que el legislador está facultado para establecer distintas categorías de contribuyentes y,
por tanto, en principio, esto no vulnera la equidad tributaria a que debe atender, también lo es
que la condición que debe satisfacerse al crear esas categorías es que se sustenten en bases
objetivas que justifiquen el tratamiento diferente entre una y otra, bases que, como ya se dijo,
pueden responder a finalidades económicas o sociales, razones de política fiscal o incluso
extrafiscales, lo que no se advierte de las propias disposiciones de la Ley de Hacienda
Municipal del Estado de Jalisco que se impugna mediante esta demanda, ya que el legislador
nunca preciso las bases objetivas que justifican esta desigualdad, lo que se advierte que fue
realizado de forma arbitraria. En virtud de la exención y el tratamiento fiscal a que tienen
derecho la Federación, el Estado de Jalisco y sus Municipios, así como las naciones
extranjeras, se eliminan de la regla general de causación de las disposiciones fiscales que
establece la citada ley, sin que se advierta que ello se h
ya hecho atendiendo a razones de equidad, sociales, políticas, económicas e, inclusive,
extrafiscales; génesis que no está plenamente justificada en la ley. En otras palabras, a través
de esta ley, a la Federación, el Estado de Jalisco y sus Municipios, así como a las naciones
extranjeras, les es neutralizada la obligación de pago del impuesto sobre transmisiones
patrimoniales, y dicha exención o privilegio no va dirigida para un universo o categoría de
personas que se colocan en la correspondiente hipótesis, constituyendo un acto de privilegio
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AMPARO EN REVISIÓN 529/2009.
en relación con el principio de generalidad, pues a dichos contribuyentes (la Federación, el
Estado de Jalisco y sus Municipios, así como las naciones extranjeras) se les otorga un
beneficio económico por razones desconocidas. El hecho de que un comprador sea la
Federación, el Estado de Jalisco y sus Municipios o una nación extranjera, constituye un
elemento irrelevante para efectos tributarios en materia del impuesto sobre transmisiones
patrimoniales, pues tal característica no es reveladora de riqueza que justifique la distinción
de los demás contribuyentes, ni responde objetivamente a finalidades económicas o sociales,
razones de política fiscal o, incluso, extrafiscales. Sostener de manera llana que la
Federación, el Estado de Jalisco y sus Municipios, así como las naciones extranjeras son
diferentes, sin demostrar dentro de la propia ley dicha circunstancia, los coloca en diferente
situación fiscal, no es un argumento apto para justificar que se trata de dos categorías de
contribuyentes. El análisis integral de la Ley de Hacienda Municipal permite concluir que
todos los compradores (tanto las personas morales públicas como las privadas), se ubican en
la misma hipótesis, y el privilegio y exención que le otorga la Ley de Hacienda del Estado de
Jalisco a la Federación, al Estado y sus Municipios y a las naciones extranjeras, respecto al
pago del impuesto sobre transmisiones patrimoniales, no se sustenta en una base objetiva que
justifique un trato distinto entre unos y otros; por tanto, es inconstitucional. Lo anterior, por
lo siguiente: 1. La exención, privilegio y trato entre ambas clases de compradores no está
justificada como situación de excepción, ya que del propio contenido del Código Civil del
Estado de Jalisco y de la propia Ley de Hacienda Municipal del Estado de Jalisco no se
advierte con claridad, ni de la exposición de motivos de la iniciativa correspondiente de cada
ley se observa tal justificación, ni mucho menos en los dictámenes de las comisiones
legislativas o en las discusiones parlamentarias de la Cámara que sustentaron la norma que
prevé la exención, se expresan las razones que den esa justificación. 2. No se justifican el
tratamiento distintivo, diverso, diferente, discriminante, inequitativo, desigual, preferente,
privilegiante, caprichoso, arbitrario, inequilibrado e injusto entre contribuyentes que se
ubican en una sola y misma clasificación, como lo es el caso de los menores, incapacitados,
comerciantes, quebrados, militares, fabricantes, propietarios, mineros, agricultores,
exportadores, etc., que realizan una sola y misma función social y que prestan un solo y
mismo servicio, como en el caso que nos ocupa, que tanto la Federación, el Estado de Jalisco
y sus Municipios, así como las naciones extranjeras tienen la misma función ante la sociedad
cuando actúan como compradores. A lo anterior le son aplicables los siguientes criterios:
‘EXENCIONES TRIBUTARIAS. LAS RAZONES PARA JUSTIFICARLAS DEBEN
ADVERTIRSE CLARAMENTE DE LA LEY O EXPRESARSE EN EL PROCESO
LEGISLATIVO EN QUE SE SUSTENTAN. Cuando en una ley tributaria se establece una
exención, ésta debe justificarse como situación de excepción, ya sea porque del propio
contenido de la ley se advierta con claridad, o porque en la exposición de motivos de la
iniciativa correspondiente, en los dictámenes de las comisiones legislativas o en las
discusiones parlamentarias de las Cámaras que sustentaron la norma que prevea la exención,
se expresen las razones que den esa justificación.’ e ‘IMPUESTOS, EXENCIÓN DE. ES
CONSTITUCIONAL CUANDO SE ESTABLECE CONSIDERANDO LA SITUACIÓN
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AMPARO EN REVISIÓN 529/2009.
OBJETIVA DE LAS PERSONAS EXENTAS. Interpretando en forma sistemática el artículo
28 constitucional y el artículo 13 de su reglamento, se obtiene la conclusión de que la
prohibición contenida en el primero de ellos respecto de la exención de impuestos debe
entenderse en el sentido de que ésta se prohíbe cuando tiende a favorecer intereses de
determinada o determinadas personas, y no cuando la exención de impuestos se concede
considerando situaciones objetivas en que se reflejan intereses sociales o económicos en
favor de categorías determinadas de sujetos.’. De lo anterior se advierte que son
inconstitucionales los artículos 112 a 123 de la Ley de Hacienda Municipal del Estado de
Jalisco, puesto que dan un trato diverso, diferente, preferente, discriminatorio y privilegiado
en materia del impuesto sobre transmisiones patrimoniales entre la Federación, el Estado de
Jalisco y sus Municipios, así como las naciones extranjeras, cuando éstos actúan como
compradores de inmuebles, respecto de los demás compradores no incluidos en esa
clasificación, ya que dicha ley establece distingos discriminatorios entre ambas clases de
compradores sin basamento de criterio objetivo alguno, puesto que ante la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos no se justifican tratamientos distintivos, diversos,
diferentes, discriminantes, inequitativos, desiguales, preferentes, privilegiantes, caprichosos,
arbitrarios, inequilibrados e injustos entre ambas clases de personas, quienes forman una sola
y misma clasificación de contribuyentes. Por tanto, si los preceptos legales impugnados son
inconstitucionales, el amparo que se solicita es para que nuestra mandante pueda tener el
mismo derecho de exención que en materia de impuesto sobre transmisiones patrimoniales
les otorga la Ley de Hacienda Municipal del Estado de Jalisco a la Federación, el Estado, sus
Municipios y a las naciones extranjeras. Concepto de violación 3. Inconstitucionalidad de la
Ley de Ingresos del Municipio de Tlaquepaque, Jalisco, para el ejercicio fiscal de 2009.
Ahora, en el caso que nos ocupa los artículos 28 y 29 de la Ley de Ingresos para el Municipio
de Tlaquepaque, Jalisco, que establece el impuesto sobre transmisiones patrimoniales a la
letra dice: ‘Artículo 28. Este impuesto se causará y pagará, de conformidad con lo previsto en
el capítulo correspondiente de la Ley de Hacienda Municipal del Estado de Jalisco, aplicando
la tabla siguiente: ...’. Del artículo anterior se advierte que adolece de los elementos mínimos
de legalidad a que se refiere la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en sus
artículos 14 y 16, así como el Código Fiscal del Estado de Jalisco en su artículo 8, ya que en
dicha ley se omitieran los elementos de dicho impuesto, como lo son el sujeto, objeto, base y
época de pago, siendo ilegal que dicha ley remita a la Ley de Hacienda Municipal del Estado
de Jalisco, y en la especie, aunque exista establecido el impuesto sobre transmisiones
patrimoniales, al no tener la totalidad de los elementos que lo constituyen (sujeto, objeto,
base, tasa y época de pago), se equipara a la inexistencia del impuesto y, por tanto, es
inconstitucional su cobro. Por otro lado, la propia Ley de Ingresos del Municipio de
Tlaquepaque, Jalisco, para el ejercicio fiscal de 2009, específicamente en sus artículos 28 y
29, no nos remite a otra ley para efectos de precisar el sujeto, objeto, base y época de pago, es
decir, es omisa en establecer de dónde se obtendrán los demás elementos del citado impuesto,
por lo que viola en perjuicio de nuestra mandante el artículo 31 constitucional, en su fracción
IV, del cual se desprende que no sólo para la validez constitucional de un tributo es necesario
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AMPARO EN REVISIÓN 529/2009.
que, primero, esté establecido por ley; segundo, que sea proporcional y equitativo, y tercero,
sea destinado al pago de los gastos públicos, sino que también exige que los elementos
esenciales del mismo, como son: sujeto, objeto, base, tasa y época de pago, estén consignados
de manera expresa en la ley, para que así no quede margen para la arbitrariedad de las
autoridades exactoras, ni para el cobro de impuestos imprevisibles o a título particular, sino
que a la autoridad no le quede otra cosa que aplicar las disposiciones generales de
observancia obligatoria dictadas con anterioridad al caso concreto de cada causante y el
sujeto pasivo de la relación tributaria pueda en todo momento conocer la forma cierta de
contribuir para los gastos públicos de la Federación, Estado o Municipio en que resida, lo que
en la especie no aconteció, ya que la autoridad administrativa por su propia cuenta está
supliendo los elementos faltantes del tributo sobre transmisiones patrimoniales. En apoyo a lo
anterior le son aplicables los siguientes criterios: ‘IMPUESTOS. SUS CARACTERES,
FORMA CONTENIDO Y ALCANCES DEBEN CONSIGNARSE EN LA LEY. El artículo
31, fracción IV, de la Constitución General de la República establece la necesidad de que las
cargas tributarias para los gobernados se encuentren previstas en una ley, lo cual significa no
sólo que el acto creador del impuesto deba emanar del Poder Legislativo, sino que se
consigne de manera expresa en la ley que establece el tributo, los caracteres esenciales del
impuesto y la forma, contenido y alcance de la obligación tributaria; esto es, los hechos
imponibles, los sujetos pasivos de la obligación, así como el objeto, la base y la cantidad de
la prestación, de tal manera que a las autoridades exactoras no les quede ningún margen de
discrecionalidad en cuanto a dichos elementos a fin de evitar arbitrariedades y lograr que sus
funciones se constriñan a aplicar, en los casos concretos, las disposiciones generales de
observancia obligatoria dictadas con anterioridad por el Poder Legislativo, para que así el
sujeto pasivo de la relación tributaria pueda en todo momento conocer la forma cierta de
contribuir para los gastos públicos. Dicho en forma breve, la arbitrariedad de la imposición y
la imprevisibilidad de las cargas tributarias son las que deben considerarse contrarias a la
fracción IV del artículo 31 constitucional.’. ‘IMPUESTOS, ELEMENTOS ESENCIALES
DE LOS. DEBEN ESTAR CONSIGNADOS EXPRESAMENTE EN LA LEY. Al disponer
el artículo 31 constitucional, en su fracción IV, que son obligaciones de los mexicanos
«contribuir para los gastos públicos, así de la Federación como del Estado y Municipio en
que residan, de la manera proporcional y equitativa que dispongan las leyes», no sólo
establece que para la validez constitucional de un tributo es necesario que, primero, que esté
establecido por ley; sea proporcional y equitativo y, tercero, sea destinado al pago de los
gastos públicos, sino que también exige que los elementos esenciales del mismo, como
pueden ser el sujeto, objeto, base, tasa y época de pago, estén consignados de manera expresa
en la ley, para que así no quede margen para la arbitrariedad de las autoridades exactoras, ni
para el cobro de impuestos imprevisibles o a título particular, sino que a la autoridad no
quede otra cosa que aplicar las disposiciones generales de observancia obligatoria dictadas
con anterioridad al caso concreto de cada causante y el sujeto pasivo de la relación tributaria
pueda en todo momento conocer la forma cierta de contribuir para los gastos públicos de la
Federación, del Estado o Municipio en que resida.’. ‘HOSPEDAJE. EL ARTÍCULO 16 DE
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AMPARO EN REVISIÓN 529/2009.
LA LEY DE INGRESOS DEL ESTADO DE GUERRERO, AL QUE REMITE EL
DIVERSO ARTÍCULO 51-D DE LA LEY DE HACIENDA DEL PROPIO ESTADO, QUE
ESTABLECE LA TASA A PAGAR POR EL IMPUESTO RELATIVO, VIOLA EL
PRINCIPIO DE LEGALIDAD TRIBUTARIA. Esta Suprema Corte de Justicia de la Nación,
en las tesis de jurisprudencia de rubros: «IMPUESTOS, ELEMENTOS ESENCIALES DE
LOS. DEBEN ESTAR CONSIGNADOS EXPRESAMENTE EN LA LEY.» e
«IMPUESTOS, PRINCIPIO DE LEGALIDAD QUE EN MATERIA DE, CONSAGRA LA
CONSTITUCIÓN FEDERAL.», estableció que el principio de legalidad tributaria
consagrado en el artículo 31, fracción IV, de la Constitución Federal exige que las
contribuciones para sufragar los gastos públicos de la Federación, Estados y Municipios,
deben estar previstas por una ley en sentido formal y material, es decir, la ley que establece el
tributo debe consignar de manera expresa los elementos del mismo, entre ellos, el sujeto, el
objeto, la base, la tasa y la época de pago, de manera tal que no quede margen para la
arbitrariedad de las autoridades exactoras, ni para el cobro de impuestos imprevisibles o a
título particular. En congruencia con tales criterios, debe decirse que el artículo 16 de la Ley
de Ingresos del Estado de Guerrero al que remite el diverso artículo 51-D de la Ley de
Hacienda de la propia entidad federativa, para establecer la tasa del impuesto de hospedaje,
es violatorio del mencionado principio constitucional. Ello es así, en virtud de que el precepto
impugnado dispone como parámetro para determinar la tasa que debe pagarse por concepto
del impuesto de hospedaje, la categoría de calidad de los hoteles, señalando diferentes
porcentajes en razón de la clasificación de éstos, sin que tales elementos o categorías estén
determinados en una ley en sentido formal ni material, sino que dependen de lo que una
asociación civil, denominada Instituto Mexicano de Normalización y Certificación, proponga
a la Secretaría de Turismo, a través de una norma mexicana cuya observancia es voluntaria
en el sector turismo, según se desprende de lo dispuesto por los artículos 1o., 3o., 39, 51-A,
51-B, 58, 60, 65 y 66 de la Ley Federal sobre Metrología y Normalización. En estas
condiciones, el propietario de un establecimiento en el que se presta el servicio de hospedaje
estaría obligado, para poder determinar la tasa de la contribución que debe enterar, a cumplir
con los requisitos que señale el referido instituto, lo que resulta contrario a la naturaleza de la
mencionada norma mexicana cuyo cumplimiento es voluntario, con lo que se daría margen a
la arbitrariedad de las autoridades aplicadoras, lo que evidentemente se traduce en una
violación al principio de legalidad tributaria pues existe incertidumbre en uno de los
elementos del tributo, a saber, la tasa que debe aplicarse, ya que en la ley no se establecen las
directrices esenciales que debe seguir el instituto mencionado para llevar a cabo la
clasificación de calidad de los establecimientos dedicados a tal actividad.’. Sobre el
particular, cobran especial relevancia las siguientes jurisprudencias que al caso ilustran y que
refieren, en específico, que cada ley impositiva debe tener contemplada en el mismo cuerpo
el sujeto, objeto, base, tasa, tarifa, forma de pago y tiempo de pago, y un eventual apartado de
deducciones y exenciones y que aplica por analogía al caso en estudio, en virtud de que la
Ley de Hacienda del Estado carece de tarifa definida y reenvía a la ley de ingresos y, por su
parte, la ley de ingresos exclusivamente contiene la tarifa pero no los demás elementos del
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AMPARO EN REVISIÓN 529/2009.
impuesto; la jurisprudencia que invoco, cita textualmente: ‘Novena Época. Instancia:
Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta.
Tomo: XVII, enero de 2003. Tesis: I.1o.A.84 A. Página: 1720. AMPARO CONTRA LA
NORMA LEGAL QUE PREVÉ UNA EXENCIÓN DE IMPUESTOS. PROCEDE
ÚNICAMENTE SI SE RECLAMAN, DE MANERA SIMULTÁNEA, LAS DEMÁS
DISPOSICIONES QUE PREVÉN LOS ELEMENTOS ESENCIALES DEL SISTEMA
TRIBUTARIO EN QUE SE INSERTÓ AQUEL PRIVILEGIO. En el régimen fiscal
mexicano, cada ley impositiva expedida por el Congreso de la Unión establece un sistema
tributario particular y propio, previendo sus elementos esenciales tales como sujeto, objeto,
base gravable, tasa, cuota o tarifa, forma de pago y tiempo de pago, así como eventualmente
un apartado de deducciones y exenciones. La interacción de cada uno de esos elementos, en
una determinada época, constituye para el contribuyente un sistema impositivo particular y
específico, de tal manera que la alteración de uno solo de esos factores transforma dicho
sistema para convertirse en uno nuevo, con características propias y distintas de las del
anterior; de ahí que, como lo ha reconocido el Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación en diversas jurisprudencias, la reforma de un precepto, si bien no permite
reclamar toda la ley, legitima al gobernado para combatir los demás artículos que resulten
directamente afectados. Sobre esa base, cuando por virtud de una reforma legislativa se
inserta en un sistema impositivo una determinada exención del gravamen, tal alteración
produce el nacimiento de un nuevo sistema tributario y, con él, surge la legitimación para
impugnarlo a todo aquel contribuyente que sin encontrarse en el supuesto de la exención,
considere que ese nuevo sistema resulta inconstitucional por inequitativo, al tratar desigual a
los iguales. Tomando en cuenta que el efecto del amparo contra leyes consiste en nulificar la
eficacia jurídica de la norma reclamada en relación con el quejoso, cuando el contribuyente
acuda a la instancia constitucional a impugnar la norma que prevé una exención, atendiendo a
la propia naturaleza de esa institución, necesariamente debe impugnar, simultáneamente, las
demás disposiciones que establezcan los elementos esenciales del sistema tributario en que se
insertó aquel privilegio, porque sólo así (en la eventualidad de que el examen relativo lleve a
considerar que, efectivamente, el sistema impositivo, en su conjunto, se tornó inequitativo),
sería factible nulificar la eficacia jurídica de él en su integridad y restituir al quejoso en el
goce de la garantía individual violada, al impedir que ese sistema inconstitucional se aplique
en su perjuicio. De esa guisa se sigue que si el quejoso acude al juicio de garantías
impugnando únicamente la norma que prevé la exención, resultaría jurídicamente imposible
restituirlo en el goce de la garantía individual violada, porque, por una parte, en la
eventualidad de obtener un fallo favorable, no lograría la liberación del pago del tributo en la
medida que la obligación no proviene del artículo reclamado, sino del sistema tributario
particular y propio creado por la ley relativa, el cual quedaría intocado; y, por otra, el efecto
del amparo, en ese supuesto, sería dejar sin efectos la norma que precisamente prevé el
beneficio en que el contribuyente desea ser incluido, siendo ilógico que se establezca un
privilegio a su favor, fundándose en un acto contrario a la Carta Magna y sin que sea
jurídicamente válido tampoco que, en esa hipótesis, el efecto del amparo sea incluir al
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AMPARO EN REVISIÓN 529/2009.
contribuyente en el privilegio de exclusión, porque sería tanto como que el Poder Judicial de
la Federación, invadiendo la esfera de competencia del Congreso de la Unión, legislara e
incluyera en una exención prevista en la ley a un determinado sujeto que el legislador en
momento alguno previó, máxime si se toma en cuenta que por la entidad de una exención, el
artículo 28 constitucional establece, en su primer párrafo, que en los Estados Unidos
Mexicanos quedan prohibidas las exenciones de impuestos, pero sólo en los términos y
condiciones que fijan las leyes; es decir, encarga al Poder Legislativo, único facultado para
expedir leyes, establecer con precisión las circunstancias en que puede o no operar una
medida liberatoria de impuesto como lo es la exención, tema abordado también por el Pleno
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en la jurisprudencia de rubro: «EXENCIÓN DE
IMPUESTOS. SÓLO COMPETE ESTABLECERLA AL PODER LEGISLATIVO EN UNA
LEY, NO AL EJECUTIVO EN USO DE LA FACULTAD REGLAMENTARIA.». En ese
orden de ideas, el amparo pedido sólo contra la norma que prevé la exención es improcedente
conforme a lo dispuesto por el artículo 73, fracción XVIII, en relación con el diverso 80 de la
Ley de Amparo, por existir la imposibilidad jurídica de que se produzcan los efectos
restitutorios de la sentencia concesoria que se dicte. Primer Tribunal Colegiado en Materia
Administrativa del Primer Circuito. Amparo en revisión 5081/2001. Asesores Corporativos
Empresariales Especializados, S. de R.L. de C.V. 16 de noviembre de 2001. Unanimidad de
votos. Ponente: Carlos Ronzón Sevilla. Secretario: Mario César Flores Muñoz. Nota: La
jurisprudencia citada aparece publicada con el número 207 en el Apéndice al Semanario
Judicial de la Federación 1917-2000, Tomo I, Materia Constitucional, página 249.’. Concepto
de violación 4. Inconstitucionalidad de la Ley de Hacienda del Estado de Jalisco. Las
autoridades responsables identificadas con los números 1, 2, 3, 4 violan en perjuicio de mi
mandante, el proceso legislativo previsto en los artículos 71 y 72, apartado F, de nuestra
Carta Magna Federal y sus correlativos de la Constitución Política del Estado de Jalisco, que
prevén la formación de leyes. Por tanto, las autoridades responsables antes señaladas,
rompieron con el proceso legislativo estatuido en los artículos 71 y 72, apartado F, de la
Carta Magna y que debieron de observar, esto es, no discutieron, ni existe constancia de que
hubieran discutido, la conveniencia e idoneidad de aplicar mediante el sistema de reenvío la
tarifa que establece la Ley de Ingresos del Municipio de Tlaquepaque, Jalisco, sino que en la
Ley de Hacienda del Estado de Jalisco, omitieron definir la tarifa a cubrir respecto al
impuesto sobre transmisiones patrimoniales, ya que dicha tarifa se debió discutir en el tiempo
y espacio en que creó dicha ley y no en un diverso acto legislativo donde crearon otra ley que
contempla lo anterior; es decir, los integrantes del Poder Legislativo estatal omitieron discutir
la conveniencia, viabilidad, procedencia y operatividad de aplicar tasa de manera definitiva y
total en la Ley de Hacienda del Estado de Jalisco, faltando la discusión constitucional para
aplicarlo en otra ley por reenvío, lo que per se la hace inconstitucional. Al no discutir la ley y
su reforma como lo impone la Constitución Federal en su artículo 72, apartado F y la
Constitución Política de Jalisco, e irrumpir con ello el proceso legislativo, el derecho en el
que pretende fundarse la responsable ordenadora y ejecutora, es decir, el reenvío que prevé el
artículo 42 de la Ley de Hacienda estatal, para efectos de este estudio, es a todas luces
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AMPARO EN REVISIÓN 529/2009.
inconstitucional y violatorio de los artículos 71 y 72, apartado F, de nuestra Carta Magna,
pues al caso en discusión los legisladores incumplieron con el proceso legislativo, es decir,
no discutieron conforme lo ordena la Constitución Política y la Ley Orgánica del Congreso
del Estado, la conveniencia o no de definir la tarifa en la ley que prevé el referido impuesto;
por tanto, el artículo 42 de la Ley de Hacienda del Estado es inconstitucional, en
concordancia con el artículo 11 de la Ley de Ingresos del Municipio de Tlaquepaque, Jalisco,
para el ejercicio fiscal de 2009 y, en consecuencia, solicito el amparo y protección de la
Justicia de la Unión para los efectos de que dichas normas no se apliquen a mi representada
por ser inconstitucionales. A manera de conclusión de estos conceptos de violación que he
hecho valer, ha quedado bien claro que los actos desplegados por la autoridad responsable
son violatorios de los derechos sustantivos contenidos en la garantía individual que consagra
el artículo 16 constitucional, por la falta de competencia de la autoridad emisora del acto,
pues está demostrando jurídicamente en este ocurso la contravención de dicha norma con los
actos emitidos por la responsable, los cuales, reitero, conculcan los derechos públicos
individuales de mi representada. ‘No. Registro: 192074. Jurisprudencia. Materia(s):
Constitucional, Administrativa. Novena Época. Instancia: Pleno. Fuente: Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta. Tomo: XI, abril de 2000. Tesis: P./J. 47/2000. Página: 33.
HOSPEDAJE. EL ARTÍCULO 16 DE LA LEY DE INGRESOS DEL ESTADO DE
GUERRERO, AL QUE REMITE EL DIVERSO ARTÍCULO 51-D DE LA LEY DE
HACIENDA DEL PROPIO ESTADO, QUE ESTABLECE LA TASA A PAGAR POR EL
IMPUESTO RELATIVO, VIOLA EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD TRIBUTARIA. Esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación, en las tesis de jurisprudencia de rubros:
«IMPUESTOS, ELEMENTOS ESENCIALES DE LOS. DEBEN ESTAR CONSIGNADOS
EXPRESAMENTE EN LA LEY.» e «IMPUESTOS, PRINCIPIO DE LEGALIDAD QUE
EN MATERIA DE, CONSAGRA LA CONSTITUCIÓN FEDERAL.», estableció que el
principio de legalidad tributaria consagrado en el artículo 31, fracción IV, de la Constitución
Federal exige que las contribuciones para sufragar los gastos públicos de la Federación,
Estados y Municipios, deben estar previstas por una ley en sentido formal y material, es
decir, la ley que establece el tributo debe consignar de manera expresa los elementos del
mismo, entre ellos, el sujeto, el objeto, la base, la tasa y la época de pago, de manera tal que
no quede margen para la arbitrariedad de las autoridades exactoras, ni para el cobro de
impuestos imprevisibles o a título particular. En congruencia con tales criterios, debe decirse
que el artículo 16 de la Ley de Ingresos del Estado de Guerrero al que remite el diverso
artículo 51-D de la Ley de Hacienda de la propia entidad federativa, para establecer la tasa
del impuesto de hospedaje, es violatorio del mencionado principio constitucional. Ello es así,
en virtud de que el precepto impugnado dispone como parámetro para determinar la tasa que
debe pagarse por concepto del impuesto de hospedaje, la categoría de calidad de los hoteles,
señalando diferentes porcentajes en razón de la clasificación de éstos, sin que tales elementos
o categorías estén determinados en una ley en sentido formal ni material, sino que dependen
de lo que una asociación civil, denominada Instituto Mexicano de Normalización y
Certificación, proponga a la Secretaría de Turismo, a través de una norma mexicana cuya
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AMPARO EN REVISIÓN 529/2009.
observancia es voluntaria en el sector turismo, según se desprende de lo dispuesto por los
artículos 1o., 3o., 39, 51-A, 51-B, 58, 60, 65 y 66 de la Ley Federal sobre Metrología y
Normalización. En estas condiciones, el propietario de un establecimiento en el que se presta
el servicio de hospedaje estaría obligado, para poder determinar la tasa de la contribución que
debe enterar, a cumplir con los requisitos que señale el referido instituto, lo que resulta
contrario a la naturaleza de la mencionada norma mexicana cuyo cumplimiento es voluntario,
con lo que se daría margen a la arbitrariedad de las autoridades aplicadoras, lo que
evidentemente se traduce en una violación al principio de legalidad tributaria pues existe
incertidumbre en uno de los elementos del tributo, a saber, la tasa que debe aplicarse, ya que
en la ley no se establecen las directrices esenciales que debe seguir el instituto mencionado
para llevar a cabo la clasificación de calidad de los establecimientos dedicados a tal actividad.
Amparo en revisión 3678/97. Prominver, S.A. de C.V. 4 de febrero de 1999. Unanimidad de
nueve votos. Ausentes: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia y Humberto Román Palacios. Ponente:
Juan Díaz Romero. Secretaria: Maura Angélica Sanabria Martínez. Amparo en revisión
597/98. Hotel Brisas Ixtapa, S.A. de C.V., como Operadora del Hotel Westin Brisas Ixtapa. 4
de febrero de 1999. Unanimidad de nueve votos. Ausentes: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia y
Humberto Román Palacios. Ponente: Juan Díaz Romero. Secretaria: Maura Angélica
Sanabria Martínez. Amparo en revisión 3225/97. Organización Ideal, S.A. de C.V., Empresa
Operadora de los Hoteles Acapulco Princess y Pierre Marqués. 15 de noviembre de 1999.
Once votos. Ponente: Sergio Salvador Aguirre Anguiano. Secretario: Andrés Pérez Lozano.
Amparo en revisión 502/99. Hotel Acapulco Diana, S.A. de C.V. 15 de noviembre de 1999.
Once votos. Ponente: José de Jesús Gudiño Pelayo. Secretaria: Andrea Nava Fernández del
Campo. Amparo en revisión 3613/97. Inmobiliaria Hotelera, El Presidente Chapultepec, S.A.
de C.V. 15 de noviembre de 1999. Once votos. Ponente: Juan N. Silva Meza. Secretario:
Germán Martínez Hernández. El Tribunal Pleno, en su sesión privada celebrada hoy
veintisiete de marzo en curso, aprobó, con el número 47/2000, la tesis jurisprudencial que
antecede. México, Distrito Federal, a veintisiete de marzo de dos mil. Nota: Las tesis citadas
aparecen publicadas con los números 162 y 168, en el Apéndice al Semanario Judicial de la
Federación 1917-1995, Tomo I, Materia Constitucional, páginas 165 y 169,
respectivamente.’. Concepto de violación 5. Inconstitucionalidad de la Ley de Hacienda
Municipal. Ahora, en el caso que nos ocupa, el artículo 115 de la Ley de Hacienda Municipal
del Estado de Jalisco, que establece el impuesto sobre transmisiones patrimoniales, a la letra
dice: ‘Artículo 115. El impuesto sobre transmisiones patrimoniales se causará y liquidará
aplicando la tasa o tarifa que establezca la ley de ingresos de cada Municipio a la base
determinada conforme a las disposiciones del artículo 114 de esta ley.’. Del anterior artículo
se advierte que adolece de los elementos mínimos de legalidad a que se refiere la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en sus artículos 14 y 16, así como el
Código Fiscal del Estado de Jalisco en su artículo 8, ya que en dicha ley se omitió precisar la
tasa a aplicar al impuesto sobre transmisiones patrimoniales, siendo ilegal que dicha ley
remita a la ley de ingresos de cada Municipio y, en la especie, aunque exista establecido el
impuesto sobre transmisiones patrimoniales, al no tener la totalidad de los elementos que lo
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AMPARO EN REVISIÓN 529/2009.
constituyen (sujeto, objeto, base, tasa y época de pago) se equipara a la inexistencia del
impuesto y, por tanto, es inconstitucional su cobro. Por otro lado, el artículo 115 de la Ley de
Hacienda Municipal del Estado de Jalisco, no nos remite a otra ley para efectos de precisar el
sujeto, objeto, base y época de pago, es decir, es omisa en establecer de donde se obtendrán
los demás elementos del citado impuesto, por lo que viola en perjuicio de nuestra mandante
el artículo 31 constitucional, en su fracción IV, del cual se desprende que no sólo para la
validez constitucional de un tributo es necesario que, primero, esté establecido por ley;
segundo, que sea proporcional y equitativo, y tercero, que sea destinado al pago de los gastos
públicos, sino que también exige que los elementos esenciales del mismo, como pueden ser el
sujeto, objeto, base, tasa y época de pago, estén consignados de manera expresa en la ley,
para que así no quede margen para la arbitrariedad de las autoridades exactoras ni para el
cobro de impuestos imprevisibles o a título particular, sino que a la autoridad no le quede otra
cosa que aplicar las disposiciones generales de observancia obligatoria dictadas con
anterioridad, al caso concreto de cada causante y el sujeto pasivo de la relación tributaria
pueda, en todo momento, conocer la forma cierta de contribuir para los gastos públicos de la
Federación, Estado o Municipio en que resida, lo que en la especie no aconteció; que la
autoridad administrativa, por su propia cuenta está supliendo los elementos faltantes del
tributo sobre transmisiones patrimoniales. Los diferentes conceptos de violación de que he
hecho recuento con antelación, aluden a perjuicios de orden jurídico o formal, los cuales
trascienden a la esfera de los derechos subjetivos del impetrante, en virtud de que éstos se
traducen en un menoscabo pecuniario, al tener que erogar determinadas cantidades de dinero
que se encontraban incorporadas en su patrimonio, previo a su erogación, privándolo así de
sus bienes y derechos, en contravención a lo establecido en el artículo 14 constitucional, sin
que tal privación de sus recursos monetarios resultare ajustada a las formalidades que en
materia de cargas impositivas prevé la Constitución General y, en la especie, la Constitución
del Estado de Jalisco. El cobro de impuestos injustificados es un acto comisivo (sic) de
naturaleza positiva que priva al impetrante de derechos (dinero) que ya obraban en su
patrimonio previo a la privación, y que conforme a la primera parte del artículo 80 de la Ley
de Amparo, los efectos del amparo concesorio deberán restituir al impetrante en el pleno goce
de sus garantías violadas, restituyendo las cosas al estado que guardaban antes de la
violación, debiendo ordenarse entonces a las señaladas como responsables la devolución a la
impetrante de las cantidades indebidamente recaudadas."
En efecto, en el segundo de los conceptos de violación se aduce sustancialmente, que las
exenciones que señala el artículo 117 de la Ley de Hacienda Municipal, resultan violatorias
del artículo 31, fracción IV constitucional, en virtud de que realizan un distingo preferencial a
las personas morales públicas nacionales y extranjeras, cuando éstas actúan como vendedores
de inmuebles, a pesar de que tanto éstas como la empresa quejosa son iguales en su calidad
de vendedores de inmuebles, al encontrarse en la misma hipótesis ante el Código Civil del
Estado de Jalisco y la Ley del Notariado del Estado de Jalisco.
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AMPARO EN REVISIÓN 529/2009.
Ahora bien, el citado artículo 117 de la Ley de Hacienda Municipal del Estado de Jalisco,
señala:
"Artículo 117. Quedan exentos del pago de este impuesto y en su caso de la responsabilidad
solidaria: I. La Federación, el Estado y sus Municipios, respecto de la adquisición de bienes
que se vayan a destinar al dominio público, que sean afectos al pago de este impuesto; salvo
que tales bienes se destinen para ser usados por entidades paraestatales o por particulares,
bajo cualquier título, para fines administrativos o propósitos distintos a los de su objeto
público; II. Los Estados extranjeros por la adquisición de inmuebles, en caso de reciprocidad;
III. La persona a quien por rescisión o cualquier otra ineficacia del contrato que conste en
resolución judicial ejecutoriada, le hubieren sido devueltos los bienes o derechos que
transmitió; IV. Cuando por cualquier causa regresen los bienes o derechos al enajenante
dentro de los 60 días naturales de la fecha en que se celebró el contrato de transmisión; y V.
Los trabajadores que encontrándose en huelga, acepten destinar sus salarios caídos o créditos
laborales para la adquisición de partes sociales o activos de la empresa en la que laboran, o de
nuevas empresas que reanudarán la producción de sus plantas para la fabricación de los
mismos o similares bienes; así como a las empresas que dichos trabajadores constituyan, y a
las personas morales donde las empresas de los trabajadores participen como socios o las
empresas que adquieran bienes para participar con los trabajadores en conjunto a fin de
reactivar las plantas industriales que estén en huelga."
En el concepto de violación se aduce transgresión al principio de equidad tributaria, toda vez
que aun cuando la quejosa se encuentra en igualdad de circunstancias en relación con los
sujetos señalados en el citado artículo 117, se otorga un trato desigual a sujetos que en
igualdad de circunstancias se encuentran en la misma hipótesis de causación.
Para analizar los planteamientos de inconstitucionalidad antes sintetizados, es conveniente
invocar algunos criterios jurisprudenciales que guardan relación con la garantía de equidad
inmersa en el artículo 31, fracción IV, de la Constitución Federal, que se dice transgredida,
sustentados por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visibles en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo V, junio de 1997,
página 43, en el Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1995, Tomo I, parte
SCJN, página 171, tesis 170 y en el Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 19172000, Tomo I, Materia Constitucional, Jurisprudencia, Suprema Corte de Justicia de la
Nación, página 482, tesis 419, respectivamente, y que a la letra dicen: "EQUIDAD
TRIBUTARIA. SUS ELEMENTOS. El principio de equidad no implica la necesidad de que
los sujetos se encuentren, en todo momento y ante cualquier circunstancia, en condiciones de
absoluta igualdad, sino que, sin perjuicio del deber de los Poderes públicos de procurar la
igualdad real, dicho principio se refiere a la igualdad jurídica, es decir, al derecho de todos
los gobernados de recibir el mismo trato que quienes se ubican en similar situación de hecho
porque la igualdad a que se refiere el artículo 31, fracción IV, constitucional, lo es ante la ley
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AMPARO EN REVISIÓN 529/2009.
y ante la aplicación de la ley. De lo anterior derivan los siguientes elementos objetivos, que
permiten delimitar al principio de equidad tributaria: a) no toda desigualdad de trato por la
ley supone una violación al artículo 31, fracción IV, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, sino que dicha violación se configura únicamente si aquella
desigualdad produce distinción entre situaciones tributarias que pueden considerarse iguales
sin que exista para ello una justificación objetiva y razonable; b) a iguales supuestos de hecho
deben corresponder idénticas consecuencias jurídicas; c) no se prohíbe al legislador
contemplar la desigualdad de trato, sino sólo en los casos en que resulta artificiosa o
injustificada la distinción; y d) para que la diferenciación tributaria resulte acorde con las
garantías de igualdad, las consecuencias jurídicas que resultan de la ley, deben ser adecuadas
y proporcionadas, para conseguir el trato equitativo, de manera que la relación entre la
medida adoptada, el resultado que produce y el fin pretendido por el legislador, superen un
juicio de equilibrio en sede constitucional.", "IMPUESTOS, PROPORCIONALIDAD Y
EQUIDAD DE LOS. El artículo 31, fracción IV, de la Constitución, establece los principios
de proporcionalidad y equidad en los tributos. La proporcionalidad radica, medularmente, en
que los sujetos pasivos deben contribuir a los gastos públicos en función de su respectiva
capacidad económica, debiendo aportar una parte justa y adecuada de sus ingresos, utilidades
o rendimientos. Conforme a este principio los gravámenes deben fijarse de acuerdo con la
capacidad económica de cada sujeto pasivo, de manera que las personas que obtengan
ingresos elevados tributen en forma cualitativamente superior a los de medianos y reducidos
recursos. El cumplimiento de este principio se realiza a través de tarifas progresivas, pues
mediante ellas se consigue que cubran un impuesto en monto superior los contribuyentes de
más elevados recursos y uno inferior los de menores ingresos, estableciéndose, además, una
diferencia congruente entre los diversos niveles de ingresos. Expresado en otros términos, la
proporcionalidad se encuentra vinculada con la capacidad económica de los contribuyentes
que debe ser gravada diferencialmente conforme a tarifas progresivas, para que en cada caso
el impacto sea distinto no sólo en cantidad sino en lo tocante al mayor o menor sacrificio,
reflejado cualitativamente en la disminución patrimonial que proceda, y que debe encontrarse
en proporción a los ingresos obtenidos. El principio de equidad radica medularmente en la
igualdad ante la misma ley tributaria de todos los sujetos pasivos de un mismo tributo, los
que en tales condiciones deben recibir un tratamiento idéntico en lo concerniente a hipótesis
de causación, acumulación de ingresos gravables, deducciones permitidas, plazos de pago,
etcétera, debiendo únicamente variar las tarifas tributarias aplicables de acuerdo con la
capacidad económica de cada contribuyente, para respetar el principio de proporcionalidad
antes mencionado. La equidad tributaria significa, en consecuencia, que los contribuyentes de
un mismo impuesto deben guardar una situación de igualdad frente a la norma jurídica que lo
establece y regula." y "PROPORCIONALIDAD Y EQUIDAD TRIBUTARIAS
ESTABLECIDAS EN EL ARTÍCULO 31, FRACCIÓN IV, CONSTITUCIONAL. El
artículo 31, fracción IV, de la Constitución establece los principios de proporcionalidad y
equidad en los tributos. La proporcionalidad radica, medularmente, en que los sujetos pasivos
deben contribuir a los gastos públicos en función de su respectiva capacidad económica,
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AMPARO EN REVISIÓN 529/2009.
debiendo aportar una parte justa y adecuada de sus ingresos, utilidades o rendimientos.
Conforme a este principio, los gravámenes deben fijarse de acuerdo con la capacidad
económica de cada sujeto pasivo, de manera que las personas que obtengan ingresos elevados
tributen en forma cualitativa superior a los de medianos y reducidos recursos. El
cumplimiento de este principio se realiza a través de tarifas progresivas, pues mediante ellas
se consigue que cubran un impuesto en monto superior los contribuyentes de más elevados
recursos. Expresado en otros términos, la proporcionalidad se encuentra vinculada con la
capacidad económica de los contribuyentes que debe ser gravada diferencialmente, conforme
a tarifas progresivas, para que en cada caso el impacto sea distinto, no sólo en cantidad, sino
en lo tocante al mayor o menor sacrificio reflejado cualitativamente en la disminución
patrimonial que proceda, y que debe encontrarse en proporción a los ingresos obtenidos. El
principio de equidad radica medularmente en la igualdad ante la misma ley tributaria de todos
los sujetos pasivos de un mismo tributo, los que en tales condiciones deben recibir un
tratamiento idéntico en lo concerniente a hipótesis de causación, acumulación de ingresos
gravables, deducciones permitidas, plazos de pago, etcétera, debiendo únicamente variar las
tarifas tributarias aplicables, de acuerdo con la capacidad económica de cada contribuyente,
para respetar el principio de proporcionalidad antes mencionado. La equidad tributaria
significa, en consecuencia, que los contribuyentes de un mismo impuesto deben guardar una
situación de igualdad frente a la norma jurídica que lo establece y regula."
De acuerdo con los criterios jurisprudenciales transcritos, el principio de equidad tributaria
inmerso en el numeral 31, fracción IV, constitucional, descansa fundamentalmente, en que la
igualdad ante la ley tributaria de todos los sujetos pasivos de un mismo tributo implica que
deben recibir un trato idéntico en lo concerniente a la hipótesis de causación, acumulación de
ingresos gravables, deducciones permitidas, plazos de pago, capacidad económica de cada
contribuyente, etcétera, para que de esta manera se observe el principio de proporcionalidad.
De ahí que la equidad tributaria significa que los sujetos de un mismo impuesto deben
guardar una situación de igualdad frente a la norma jurídica que establece y regula dicho
tributo, que contiene los rasgos esenciales siguientes:
a) No toda desigualdad de trato en la ley supone una infracción al artículo 31, fracción IV, de
la Constitución, sino que dicha infracción la produce sólo aquella desigualdad que introduce
una diferencia entre situaciones tributarias que pueden considerarse iguales, y que carece de
una justificación objetiva y razonable.
b) El principio de igualdad tributaria exige que a iguales supuestos de hecho se apliquen
iguales consecuencias jurídicas, debiendo considerarse iguales dos supuestos de hecho
cuando la utilización o introducción de elementos diferenciadores sea arbitraria o carezca de
fundamento racional.
c) El principio de igualdad no prohíbe al legislador ordinario cualquier desigualdad de trato,
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AMPARO EN REVISIÓN 529/2009.
sino sólo aquellas que resulten artificiosas o injustificadas por no venir fundadas en criterios
objetivos y suficientemente razonables, de acuerdo con criterios o juicios de valor
generalmente aceptados, y que pueden responder a finalidades económicas o sociales o
generalmente aceptados, razones de política fiscal o incluso extrafiscales.
d) Para que la diferenciación tributaria resulte constitucionalmente lícita, no basta con que lo
sea el fin que con ella persigue, sino que es indispensable, además, que las consecuencias
jurídicas que resultan de tal disposición, sean adecuadas y proporcionadas a dicho fin, de
manera que la relación entre la medida adoptada, el resultado que se produce y el fin
pretendido por el legislador, superen un juicio de equilibrio en sede constitucional.
Dicho en otros términos, la equidad tributaria implica que los contribuyentes de un mismo
impuesto deben guardar una situación de igualdad frente a la norma jurídica que lo establece
y regula, por lo que han de recibir el mismo trato en lo referente a dicho impuesto, aunado al
principio de proporcionalidad tributaria, en virtud de lo cual los impuestos deben ajustarse a
la capacidad económica de quienes están obligados a pagarlos. De ahí que la exención
contenida en el precepto de la Ley de Hacienda Municipal, impugnado de inconstitucional,
obedece más que nada a una excepción en el cobro total del referido tributo, en virtud de la
condición objetiva que refleja intereses sociales o económicos de los sujetos exentos que los
diferencia del resto de los sujetos pasivos de gravamen, por lo que, es inconcuso que dichas
circunstancias ameritan que se les dé un tratamiento fiscal desigual por encontrarse en
situación distinta. Por consiguiente, si el principio de equidad tributaria previsto por el
artículo 31, fracción IV, constitucional, significa que los contribuyentes de un mismo
impuesto deben guardar una situación de igualdad frente a la norma jurídica que los establece
y regula, por lo que han de recibir el mismo trato en lo referente a dicho impuesto, resulta,
por tanto, que si en la especie, como se vio, el sujeto activo del tributo no se encuentra en
igualdad de circunstancias, no existe violación a tal principio y, por ello, la norma impugnada
es constitucional (artículo 117 de la Ley de Hacienda Municipal del Estado de Jalisco).
Apoya lo anterior, por las razones que la informan, la jurisprudencia XXIV.1o. J/7 emitida
por el Primer Tribunal Colegiado del Vigésimo Cuarto Circuito, que se comparte, visible en
la página 1562 del Tomo XXI, febrero de 2005, Novena Época del Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, que dice: "NÓMINAS. EL ARTÍCULO 15, FRACCIÓN II, INCISO
A), DE LA LEY DE HACIENDA DEL ESTADO DE NAYARIT VIGENTE EN 2004, AL
EXENTAR DEL PAGO DEL IMPUESTO RELATIVO A LA FEDERACIÓN, AL
DISTRITO FEDERAL O A LOS ESTADOS Y MUNICIPIOS, NO VIOLA LOS
ARTÍCULOS 1o. Y 28 DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL, NI EL PRINCIPIO DE
EQUIDAD TRIBUTARIA. Resulta constitucional el artículo 15, fracción II, inciso A), de la
Ley de Hacienda del Estado de Nayarit vigente en 2004, que exime del pago del impuesto
sobre nóminas a la Federación, al Distrito Federal, a los Estados y a los Municipios, ya que
de conformidad con la tesis de jurisprudencia 245, que aparece publicada en el Apéndice al
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AMPARO EN REVISIÓN 529/2009.
Semanario Judicial de la Federación 1917-2000, Tomo I, Materia Constitucional, página 291,
con el rubro: ‘IMPUESTOS, EXENCIÓN DE. ES CONSTITUCIONAL CUANDO SE
ESTABLECE CONSIDERANDO LA SITUACIÓN OBJETIVA DE LAS PERSONAS
EXENTAS.’, se llega a la conclusión de que la exención de impuestos debe entenderse en el
sentido de que ésta se prohíbe cuando se tiende a favorecer intereses de determinadas
personas, y no cuando se otorga con base en consideraciones objetivas en que se reflejan
intereses sociales o económicos en favor de una categoría de sujetos, pues debe tomarse en
cuenta que el objeto del impuesto lo constituye la realización de pagos, esto es, las
erogaciones, por lo que no existe impedimento legal alguno para que se exenten de ciertos
conceptos o erogaciones del pago del impuesto cuestionado, puesto que en el caso en la
fracción II del artículo 15 de la ley citada, no se establecen exenciones en forma casuística y
particular, pues basta su simple lectura para percatarse de que el establecimiento de los
sujetos comprendidos se realizó tomando en cuenta situaciones objetivas, en razón de
intereses sociales o económicos y no por sus características individuales o personalísimas;
por ende, al señalar que las erogaciones que realice la Federación, Estados y Municipios,
estarán exentas del pago del impuesto sobre nóminas no se transgrede el principio de equidad
tributaria ni lo previsto en los artículos 1o. y 28 constitucionales, porque es evidente que
entre tales sujetos se reflejan intereses sociales o económicos que no poseen el resto de
aquellos no incluidos, y porque la Ley de Hacienda para el Estado de Nayarit, no dispone que
dichos entes sean sujetos del impuesto controvertido, lo cual se corrobora por lo dispuesto en
el último párrafo del artículo 1o. del Código Fiscal de la Federación, que señala: ‘Las
personas que de conformidad con las leyes fiscales no estén obligadas a pagar contribuciones,
únicamente tendrán las otras obligaciones que establezcan en forma expresa las propias
leyes.’; además de que el legislador local no estimó pertinente incluir a dichas personas
morales como sujetos del impuesto sobre nóminas en la ley tildada de inconstitucional, dado
que se trata de instituciones que no persiguen el lucro, sino por el contrario realizan
actividades a favor del interés social y promueven la asistencia social en cualquiera de sus
formas."
Conforme a lo anterior, repítase, la exención de impuestos debe entenderse en el sentido de
que ésta se prohíbe cuando tiende a favorecer intereses de determinadas personas, y no
cuando se concede considerando situaciones objetivas en que se reflejan intereses sociales o
económicos en favor de categorías determinadas de sujetos, como sucede en el caso.
De ahí que no son inconstitucionales las exenciones otorgadas a diversos contribuyentes
respecto del pago del impuesto sobre transmisiones patrimoniales.
En el diverso motivo de inconformidad (concepto de violación 3) la quejosa expresa que el
artículo 28 de la Ley de Ingresos del Municipio de Tlaquepaque, Jalisco, para el ejercicio de
2009, adolece de los elementos mínimos de legalidad, pues al efecto transcribe el artículo
citado y señala que: "Del anterior artículo se advierte que adolece de los elementos mínimos
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AMPARO EN REVISIÓN 529/2009.
de legalidad a que se refiere la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en sus
artículos 14 y 16, así como el Código Fiscal del Estado de Jalisco en su artículo 8, ya que en
dicha ley se omitió los elementos de dicho impuesto como lo son el sujeto, objeto, base y
época de pago, siendo ilegal que dicha ley remita a la Ley de Hacienda Municipal del Estado
de Jalisco y, en la especie, aunque exista establecido el impuesto sobre transmisiones
patrimoniales, al no tener la totalidad de los elementos que lo constituyen (sujeto, objeto,
base, tasa y época de pago) se equipara a la inexistencia del impuesto y, por tanto, es
inconstitucional su cobro." (el subrayado es nuestro).
En esa medida, para determinar si una norma jurídica se apega al principio de legalidad
tributaria, es relevante precisar qué elemento de la contribución se regula a través de ella y,
posteriormente, cuál es el fenómeno que la autoridad administrativa debe cuantificar
ciñéndose a esa regulación, lo que permitirá concluir si ésta se apega a las finalidades que
sigue ese principio de justicia tributaria.
Al respecto, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido los siguientes criterios:
el primero con el número P. XXII/95, visible en la página 37, Tomo I, junio de 1995, Novena
Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, que dice: "DERECHOS. PARA
QUE CUMPLAN CON EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD TRIBUTARIA BASTA CON
QUE SUS ELEMENTOS ESENCIALES SE CONSIGNEN EXPRESAMENTE EN UNA
LEY, AUN CUANDO ÉSTA SEA LA DE INGRESOS. Si el principio de legalidad tributaria
consiste en que los elementos esenciales de un tributo se consignen expresamente en una ley,
se respeta tal principio cuando los elementos esenciales de algún derecho se consignan en la
Ley de Ingresos respectiva, pues el principio de legalidad no exige que tales elementos se
consignen en una determinada ley, sino sólo que se establezcan en ley.". Y el segundo,
contenido en la jurisprudencia 243, publicada en las páginas 289 y 290 del Tomo I, Materia
Constitucional, del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-2000, que dice:
"IMPUESTOS, ELEMENTOS ESENCIALES DE LOS. DEBEN ESTAR CONSIGNADOS
EXPRESAMENTE EN LA LEY. Al disponer el artículo 31 constitucional, en su fracción IV,
que son obligaciones de los mexicanos ‘contribuir para los gastos públicos, así de la
Federación como del Estado y Municipio en que residan, de la manera proporcional y
equitativa que dispongan las leyes’, no sólo establece que para la validez constitucional de un
tributo es necesario que, primero, esté establecido por ley; segundo, sea proporcional y
equitativo y, tercero, sea destinado al pago de los gastos públicos, sino que también exige que
los elementos esenciales del mismo, como pueden ser el sujeto, objeto, base, tasa y época de
pago, estén consignados de manera expresa en la ley, para que así no quede margen para la
arbitrariedad de las autoridades exactoras, ni para el cobro de impuestos imprevisibles o a
título particular, sino que a la autoridad no quede otra cosa que aplicar las disposiciones
generales de observancia obligatoria dictadas con anterioridad al caso concreto de cada
causante y el sujeto pasivo de la relación tributaria pueda en todo momento conocer la forma
cierta de contribuir para los gastos públicos de la Federación, del Estado o Municipio en que
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AMPARO EN REVISIÓN 529/2009.
resida."
En este orden de ideas, de acuerdo con los criterios citados, para que se satisfaga plenamente
el principio de legalidad tributaria a la luz del sistema general que informa nuestras
disposiciones constitucionales en materia impositiva y de la explicación racional e histórica,
es que el impuesto se encuentre regulado en una ley, y la necesidad de que la carga tributaria
de los gobernados esté establecida en una legislación no significa tan sólo que el acto creador
del impuesto deba emanar de aquel Poder que, conforme a la Constitución del Estado, está
encargado de la función legislativa, ya que así se satisface la exigencia de que sean los
propios gobernados, a través de sus representantes, los que determinen las cargas fiscales que
deben soportar, sino fundamentalmente que los caracteres esenciales del impuesto y la forma,
contenido y alcance de la obligación tributaria, estén consignados de manera expresa en la
ley, de tal modo que no quede margen para la arbitrariedad de las autoridades exactoras ni
para el cobro de impuestos imprevisibles o a título particular, sino que el sujeto pasivo de la
relación tributaria pueda, en todo momento, conocer la forma cierta de contribuir para los
gastos públicos del Estado, y a la autoridad no le queda otra cosa sino aplicar las
disposiciones generales de observancia obligatoria, dictadas con anterioridad al caso concreto
de cada causante. Con lo que se evita que: a) quede al margen de las autoridades exactoras el
cobro de impuestos y la fijación del tributo; b) así como que el cobro de impuestos sea
imprevisible o a título particular; y c) además se logra que el sujeto pasivo de la relación
tributaria pueda, en todo momento, conocer la forma cierta de contribuir para los gastos
públicos del Estado.
Precisado lo anterior, debe decirse que del análisis del concepto de violación propuesto se
advierte que se reclama la falta de precisión de la base del impuesto sobre transmisiones
patrimoniales, y la base constituye un elemento determinante de la obligación tributaria y
como tal, debe estar expresamente previsto en la ley, por lo que la base del impuesto se
constituye en la expresión del hecho imponible; en este sentido, la ley en relación con el
objeto del tributo debe prever sus elementos determinantes, ya que este elemento afecta de
manera directa el importe de la obligación. Sobre este tema (principio de legalidad tributaria
garantizado en el artículo 31, fracción IV, constitucional), la Segunda Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, al emitir el criterio visible en la página 392, Tomo XII,
diciembre de 2000, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
determinó que dicho principio implica que mediante un acto formal y materialmente
legislativo se establezcan todos los elementos que sirven de base para realizar el cálculo de
una contribución, fijándolos con la precisión necesaria que, por un lado, impida el
comportamiento arbitrario o caprichoso de las autoridades que directa o indirectamente
participen en su recaudación y, por otro, genere certidumbre al gobernado sobre qué hecho o
circunstancia se encuentra gravado; cómo se calculará la base del tributo; qué tasa o tarifa
debe aplicarse; cómo, cuándo y dónde se realizará el entero respectivo y, en fin, todo aquello
que le permita conocer qué cargas tributarias le corresponden en virtud de la situación
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AMPARO EN REVISIÓN 529/2009.
jurídica en que se encuentra o pretenda ubicarse. En ese tenor, la circunstancia de que la
determinación o cálculo preciso de alguno de los elementos que repercuten en el monto al
que ascenderá una contribución corresponda realizarlo a una autoridad administrativa, no
conlleva, por sí misma, una transgresión al principio constitucional de referencia, pues para
cumplir con éste, en tal hipótesis, bastará que en las disposiciones formal y materialmente
legislativas aplicables se prevea el procedimiento o mecanismo que aquélla debe seguir, con
tal precisión que atendiendo al fenómeno que se pretende cuantificar, se impida su actuación
arbitraria y se genere certidumbre al gobernado sobre los factores que inciden en sus cargas
tributarias, según la jurisprudencia 2a./J. 111/2000, publicada en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XII, diciembre de 2000, página 392, que dice:
"LEGALIDAD TRIBUTARIA. LA CIRCUNSTANCIA DE QUE EL CÁLCULO DE
ALGÚN ELEMENTO DE LAS CONTRIBUCIONES CORRESPONDA REALIZARLO A
UNA AUTORIDAD ADMINISTRATIVA NO CONLLEVA, NECESARIAMENTE, UNA
TRANSGRESIÓN A ESA GARANTÍA CONSTITUCIONAL. Conforme a la jurisprudencia
de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, el principio de legalidad tributaria
garantizado en el artículo 31, fracción IV, constitucional, implica el que mediante un acto
formal y materialmente legislativo se establezcan todos los elementos que sirven de base para
realizar el cálculo de una contribución, fijándolos con la precisión necesaria que, por un lado,
impida el comportamiento arbitrario o caprichoso de las autoridades que directa o
indirectamente participen en su recaudación y que, por otro, genere certidumbre al gobernado
sobre qué hecho o circunstancia se encuentra gravado; cómo se calculará la base del tributo;
qué tasa o tarifa debe aplicarse; cómo, cuándo y dónde se realizará el entero respectivo y, en
fin, todo aquello que le permita conocer qué cargas tributarias le corresponden en virtud de la
situación jurídica en que se encuentra o pretenda ubicarse. En ese tenor, la circunstancia de
que la determinación o cálculo preciso de alguno de los elementos que repercuten en el
monto al que ascenderá una contribución corresponda realizarlo a una autoridad
administrativa, no conlleva, por sí misma, una transgresión al principio constitucional de
referencia, pues para cumplir con éste, en tal hipótesis, bastará que en las disposiciones
formal y materialmente legislativas aplicables se prevea el procedimiento o mecanismo que
aquélla debe seguir, con tal precisión que atendiendo al fenómeno que se pretende
cuantificar, se impida su actuación arbitraria y se genere certidumbre al gobernado sobre los
factores que inciden en sus cargas tributarias."
Con base en esta premisa, resultan infundados los argumentos de dicho concepto de violación
a través del cual la quejosa sostiene la inconstitucionalidad de la Ley de Ingresos del
Municipio de Tlaquepaque, Jalisco, para el ejercicio fiscal de 2009, al remitirse a la Ley de
Hacienda Municipal para el Estado de Jalisco, en cuanto sostiene que el impuesto sobre
transmisiones patrimoniales no prevé un procedimiento claro para determinar el monto del
impuesto, pues como antes se dijo, el principio de legalidad tributaria estriba en que las
contribuciones sean establecidas mediante un acto legislativo, es decir, que provengan del
órgano que tiene atribuida la función de crear leyes (aspecto formal) y en que los elementos
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AMPARO EN REVISIÓN 529/2009.
esenciales de aquéllas, tales como el sujeto, objeto, base, tasa y época de pago, también se
encuentren consignados en la ley (aspecto material), en el caso, en sus artículos 112, 113,
114, 115, 116, 117 (ya transcritos) y 121, preceptos que dicen:
"Artículo 112. Es objeto de este impuesto, el traslado del dominio, de la propiedad o de los
derechos de copropiedad sobre bienes inmuebles, por cualquier hecho, acto o contrato, ya sea
que comprendan el suelo, o el suelo y las construcciones adheridas a él, incluyendo los
accesorios y las instalaciones especiales que pertenezcan al inmueble, siempre que se ubique
en el territorio de los Municipios que comprende el Estado, y que una misma operación no se
grave dos veces. Para efectos de este artículo se entiende que existe traslado de dominio o de
derechos de propiedad o copropiedad de bienes inmuebles siempre que se realice: I. Todo
acto por el que se transmita la propiedad, incluyendo la donación, la que ocurra por causa de
muerte y la aportación a toda clase de asociaciones o sociedades, a excepción de las que se
realicen al constituirse la copropiedad o la sociedad conyugal; II. La compraventa en la que el
vendedor se reserva la propiedad, aun cuando la transferencia de ésta opere con
posterioridad; III. La promesa de adquirir, cuando se pacte que el futuro comprador entrará
en posesión de los bienes o que el futuro vendedor recibirá el precio de la venta, o parte de él,
antes de que se celebre el contrato prometido; IV. La cesión de derechos del comprador o del
futuro comprador en los casos de las fracciones II y III que antecede, respectivamente; V. La
fusión de sociedades; VI. La dación en pago y la liquidación, reducción de capital, pago en
especie de remanentes utilidades o dividendos de asociaciones o sociedades civiles o
mercantiles; VII. La constitución de usufructo o su acrecentamiento, transmisión de la nuda
propiedad, así como la extinción del usufructo; VIII. Usucapión o prescripción positiva; IX.
La cesión de derechos del heredero, legatario o copropietario en la parte relativa y en
proporción a los inmuebles; cuando entre los bienes de la sucesión haya inmuebles, en la
parte relativa y en proporción a éstos; se entenderá como cesión de derechos la renuncia de la
herencia o legado efectuada después de la declaratoria de herederos o legatarios; X.
Enajenación a través del fideicomiso, en los términos siguientes: 1. En el caso en que el
fideicomitente designa o se obliga a designar fideicomisario diverso de él y siempre que no
tenga derecho a readquirir del fiduciario los bienes; 2. En el acto en que el fideicomitente
pierda el derecho a readquirir los bienes del fiduciario, si se hubiera reservado tal derecho; y
3. La cesión de los derechos que se tengan sobre los bienes afectos al fideicomiso, en
cualquiera de los siguientes momentos: a) En el acto en que el fideicomisario designado ceda
sus derechos o dé instrucciones al fiduciario para que transmita la propiedad de los bienes a
un tercero. En estos casos, se considerará que el fideicomisario adquiere los bienes en el acto
de su designación y que los enajena en el momento de ceder sus derechos o de dar dichas
instrucciones; y b) En el acto en que el fideicomitente ceda sus derechos, si entre éstos se
incluye el de que los bienes se transmitan a su favor; XI. La división, liquidación de la
copropiedad o de la sociedad conyugal o legal, por lo que se refiere a los excedentes del valor
que le correspondería a la porción de cada copropietario o cónyuge; XII. Las transmisiones
de la propiedad realizadas en procedimientos judiciales o administrativos, exceptuándose los
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AMPARO EN REVISIÓN 529/2009.
casos previstos por el inciso b) de la fracción II del artículo 975 de la Ley Federal del
Trabajo, en cuyo caso se les aplicará el factor 0.03 sobre el monto del impuesto de
transmisiones patrimoniales que les corresponda pagar; XIII. La constitución y transmisión
del derecho de superficie; XIV. Derogada. XIV bis. Derogada; y XV. Cualquier otro acto o
contrato por el que se transmitan bienes inmuebles o derechos sobre los mismos. Tratándose
de permutas, se considerará que se efectúan dos adquisiciones. Artículo 113. Es sujeto de este
impuesto la persona física o jurídica que, como resultado de cualquiera de los actos jurídicos
o contratos a que se refiere el artículo inmediato anterior, adquiera el dominio, derechos de
propiedad, copropiedad o cualquier derecho real sobre uno o más bienes inmuebles. Artículo
114. En la determinación de la base del impuesto sobre transmisiones patrimoniales, se
aplicarán las siguientes disposiciones: I. Será base del impuesto, el valor catastral actualizado
con los valores unitarios vigentes en la fecha de causación, incluyendo en su caso, el valor de
los accesorios y las instalaciones especiales que pertenezcan al inmueble; II. Tratándose de
inmuebles que no cuenten con accesorios o instalaciones especiales, deberá presentarse
avalúo practicado por perito valuador acreditado o dictamen de valor elaborado por la
autoridad catastral, conforme a las disposiciones de la Ley de Catastro Municipal; III.
Tratándose de inmuebles que cuenten con accesorios o instalaciones especiales, deberá
practicarse avalúo por perito valuador acreditado; IV. Los peritos valuadores acreditados
deberán presentar sus avalúos ante la autoridad catastral municipal para fines de revisión y,
en su caso, aprobación; V. Si las autoridades advierten que los avalúos consignan valores
inferiores a los reales, se practicará nuevo avalúo por un perito valuador acreditado, con
cargo a la Tesorería Municipal correspondiente, a efecto de dar cumplimiento a lo dispuesto
en la fracción II de este artículo; VI. Cuando el contribuyente considere que el dictamen de
valor asignado al inmueble, con base en lo preceptuado en la fracción I de este artículo, es
superior al valor real, podrá solicitar la reclasificación de los datos catastrales, a fin de que la
autoridad catastral haga la ratificación o rectificación según corresponda, en los términos de
la Ley de Catastro Municipal; VII. Cuando la autoridad catastral considere que el avalúo
presentado para su revisión es coincidente con los valores reales, y éstos sean inferiores a los
valores de tablas, estará facultada para emitir un dictamen, fundado y motivado, mediante el
cual apruebe el avalúo correspondiente; VIII. Para la actualización del valor catastral, se
podrán tomar en consideración los datos y características del inmueble, que se consignen en
el avalúo practicado por el perito valuador acreditado; IX. En la constitución, adquisición,
acrecentamiento o extinción del usufructo, del derecho de superficie o de la nuda propiedad,
y en la adquisición de bienes en remate, no se tomará en cuenta el precio que se hubiere
pactado, sino el avalúo o dictamen de valor según sea el caso, de conformidad con la fracción
I de este artículo. Para los fines de este impuesto, se considera que el usufructo y la nuda
propiedad tienen un valor cada uno de ellos del 50% cincuenta por ciento del valor de la
propiedad; X. Tratándose de permutas será base de este impuesto el 100% cien por cien (sic)
del valor de cada uno de los bienes permutados, determinado de conformidad con lo
dispuesto en las fracciones I y II de este artículo; XI. En los casos de transmisión o cesión de
derechos hereditarios, o de disolución de copropiedad o de sociedad legal, la base del
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AMPARO EN REVISIÓN 529/2009.
impuesto será el valor de la parte proporcional del bien o bienes que correspondan a los
derechos que se transmiten o en que se incrementen las correspondientes porciones de los
copropietarios o coherederos, determinado de acuerdo con lo señalado en las fracciones I y II
de este artículo; XII. Si en la disolución de copropiedad o de la sociedad legal se recurre a la
compensación de valores pecuniarios que repercuta en los inmuebles a repartir, la Tesorería
Municipal estará facultada para exigir que se acredite la existencia de los mismos a efecto de
determinar este impuesto; XIII. Cuando los inmuebles que forman el patrimonio de la
copropiedad o sociedad conyugal se ubiquen en distintos Municipios, el excedente se cubrirá
en aquél en que exista el mayor porcentaje de valor del patrimonio; y XIV. En el caso de
Municipios que no cuenten con tablas de valores actualizadas, el dictamen de valor se hará
con base en las tablas vigentes, multiplicadas por el factor que establezcan sus respectivas
leyes de ingresos. Artículo 115. El impuesto sobre transmisiones patrimoniales se causará y
liquidará aplicando la tasa o tarifa que establezca la ley de ingresos de cada Municipio a la
base determinada conforme a las disposiciones del artículo 114 de esta ley. Artículo 116. El
pago de este impuesto deberá efectuarse ante la tesorería municipal respectiva y, en su caso,
ante las oficinas recaudadoras de la Secretaría de Finanzas del Gobierno del Estado, dentro de
los dos meses siguientes a la fecha del documento en que se haga constar el hecho, acto o
contrato correspondiente, o en la que se verifique el suceso o el supuesto preestablecido en el
documento constitutivo del acto jurídico. Para los efectos del pago del impuesto en caso de
escrituras, adjudicaciones o contratos que se celebren fuera del Estado, de bienes ubicados en
el Municipio, el adquirente, dentro del término establecido en el párrafo anterior, dará aviso
por escrito, acompañando copia de la adquisición o contrato, a las autoridades fiscales
competentes, en cuya jurisdicción se encuentren ubicados los inmuebles. Artículo 121. Los
notarios, o quienes hagan sus veces, los registradores y las autoridades, no expedirán
testimonios, ni registrarán o darán trámite a actos o contratos en que intervengan, o
documentos que se les presenten, si no se les comprueba el pago del impuesto a que se refiere
este capítulo. En todo caso, al margen de la matriz y en los testimonios o en los documentos
privados, deberá asentarse la constancia de pago o la de que éste no se causa. El notario que
al formalizar un negocio traslativo de dominio, lo hiciere sin exigir que el avalúo lleve la
aprobación de la autoridad catastral municipal, incurrirá en responsabilidad solidaria con
quien resulte responsable de la omisión."
En el cuarto concepto de violación se alega textualmente que: "Concepto de violación 4.
Inconstitucionalidad de la Ley de Hacienda del Estado de Jalisco. Las autoridades
responsables identificadas con los números 1, 2, 3 y 4, violan en perjuicio de mi mandante, el
proceso legislativo previsto en los artículos 71 y 72, apartado F, de nuestra Carta Magna
Federal y sus correlativos de la Constitución Política del Estado de Jalisco, que prevén la
formación de leyes. Por tanto, las autoridades responsables antes señaladas rompieron con el
proceso legislativo estatuidos en los artículos 71 y 72, apartado F, de la Carta Magna y que
debieron de observar, esto es, no discutieron, ni existe constancia de que hubieran discutido,
la conveniencia e idoneidad de aplicar mediante el sistema de reenvío la tarifa que establece
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AMPARO EN REVISIÓN 529/2009.
la Ley de Ingresos del Municipio de Tlaquepaque, Jalisco, para el ejercicio fiscal de 2009,
sino que en la Ley de Hacienda del Estado de Jalisco omitieron definir la tarifa a cubrir
respecto al impuesto sobre transmisiones patrimoniales, ya que dicha tarifa se debió de
discutir en el tiempo y espacio en que se creó dicha ley, y no en un diverso acto legislativo
donde crearon otra ley que contempla lo anterior; es decir, los integrantes del Poder
Legislativo estatal omitieron discutir la conveniencia, viabilidad, procedencia y operatividad
de aplicar tasa de manera definitiva y total en la Ley de Hacienda del Estado de Jalisco;
faltando la discusión constitucional para aplicarlo en otra ley por reenvío, lo que per se la
hace inconstitucional. Al no discutir la ley y su reforma, como lo impone la Constitución
Federal en su artículo 72, apartado F y la Constitución Política del Estado de Jalisco e
irrumpir con ello el proceso legislativo, consecuentemente el derecho en el que pretende
fundarse la responsable ordenadora y ejecutora, es decir, el reenvío que prevé el artículo 42
de la Ley de Hacienda estatal, para efectos de este estudio, es a todas luces inconstitucional y
violatorio de los artículos 71 y 72, apartado F, de nuestra Carta Magna, pues en el caso a
discusión los legisladores incumplieron con el proceso legislativo, es decir, no discutieron
conforme lo ordenan la Constitución Política y la Ley Orgánica del Congreso del Estado, la
conveniencia o no de definir la tarifa en la ley que prevé el impuesto de relación; por tanto, el
artículo 42 de la Ley de Hacienda del Estado es inconstitucional, en concordancia con el
artículo 11 de la Ley de Ingresos del Municipio de Tlaquepaque, Jalisco, para el ejercicio
fiscal de 2009 y, en consecuencia, solicito el amparo y protección de la Justicia de la Unión
para los efectos de que dichas normas no se le apliquen a mi representada por ser
inconstitucionales. A manera de conclusión de estos conceptos de violación que he hecho
valer, ha quedado bien claro que los actos desplegados por la autoridad responsable son
violatorios de los derechos sustantivos contenidos en la garantía individual que consagra el
artículo 16 constitucional, por la falta de competencia de la autoridad emisora del acto, pues
está demostrando jurídicamente en este ocurso, la contravención de dicha norma citada con
los actos emitidos por la responsable, los cuales, reitero, conculcan los derechos públicos
individuales de mi representada.", citando como apoyo la tesis de jurisprudencia P./J.
47/2000, cuyo rubro es el siguiente: "HOSPEDAJE. EL ARTÍCULO 16 DE LA LEY DE
INGRESOS DEL ESTADO DE GUERRERO, AL QUE REMITE EL DIVERSO
ARTÍCULO 51-D DE LA LEY DE HACIENDA DEL PROPIO ESTADO, QUE
ESTABLECE LA TASA A PAGAR POR EL IMPUESTO RELATIVO, VIOLA EL
PRINCIPIO DE LEGALIDAD TRIBUTARIA.", en donde la Suprema Corte de Justicia de la
Nación maneja el supuesto del impuesto sobre hospedaje del Estado de Guerrero, al señalar,
entre otras cosas, que el legislador estableció diferentes tasas, que resultan aplicables según la
categoría del contribuyente, a saber, gran turismo, cinco estrellas, cuatro estrellas, tres
estrellas, dos estrellas e inferiores; materia que es muy diferente a lo analizado en el caso, en
relación con el impuesto sobre transmisiones patrimoniales en el Estado de Jalisco, además,
el citado artículo 42 de la Ley de Hacienda del Estado de Jalisco se refiere a la tarifa del
impuesto sobre nóminas, pues al efecto señala: "Artículo 42. Este impuesto se liquidará de
conformidad con la tarifa que al efecto establezca la Ley de Ingresos del Estado.". De ahí que
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AMPARO EN REVISIÓN 529/2009.
dicho concepto de violación resulte ineficaz.
Finalmente, en el concepto de violación quinto se alega la inconstitucionalidad del artículo
115 de la Ley de Hacienda Municipal del Estado de Jalisco, al señalar también que adolece
de los elementos mínimos de legalidad que señala la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, pues al afecto se alega: "Del artículo se advierte que adolece de los
elementos mínimos de legalidad a que se refiere la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos en sus artículos 14 y 16, así como el Código Fiscal del Estado de Jalisco
en su artículo 8, ya que en dicha ley se omitió precisar la tasa a aplicar al impuesto sobre
transmisiones patrimonial, siendo ilegal que dicha ley remita a la Ley de Ingresos de cada
Municipio y, en la especie, aunque exista establecido el impuesto sobre transmisiones
patrimoniales, al no tener la totalidad de los elementos que lo constituyen (sujeto, objeto,
base, tasa y época de pago) se equipara a la inexistencia del impuesto y, por tanto, es
inconstitucional su cobro."
Por su parte, el citado artículo 115 de la Ley de Hacienda Municipal, establece: "Artículo
115. El impuesto sobre transmisiones patrimoniales se causará y liquidará aplicando la tasa o
tarifa que establezca la ley de ingresos de cada Municipio a la base determinada conforme a
las disposiciones del artículo 114 de esta ley." (lo subrayado proviene de este tribunal).
Precisado lo anterior, tenemos que son ineficaces por infundados los motivos de queja que se
examinan, en virtud de que los artículos que prevén el impuesto sobre transmisiones
patrimoniales sí cumplen con los requisitos que impone el principio de legalidad tributaria, al
encontrarse plenamente identificables sus elementos.
Para evidenciar lo anterior, es necesario tener en cuenta los multicitados artículos 28 de la
Ley de Ingresos del Municipio de Tlaquepaque, Jalisco, así como 112, 113, 114, 115 y 116
de la Ley de Hacienda Municipal, vigentes en el ejercicio fiscal de 2009, transcritos con
anterioridad.
Como se puede apreciar, los invocados preceptos establecen de manera clara y precisa, cuáles
son los elementos esenciales del impuesto sobre transmisiones patrimoniales, es decir, el
sujeto (artículo 113 de la Ley de Hacienda Municipal), objeto (artículo 112 del mismo
ordenamiento), base (artículo 114 de la misma legislación), tasa o tarifa (artículos 115 de la
Ley de Hacienda Municipal, así como el diverso 29 de la Ley de Ingresos para el Municipio
de Tlaquepaque), así como época y lugar de pago (artículo 116 del primero de los citados
ordenamientos); en pocas palabras, satisfacen cabalmente el principio de legalidad tributaria,
al no constituir un impuesto imprevisible, sino que, por el contrario, el gobernado está en
posición de saber las condiciones necesarias en que se dará el hecho imponible y en qué
medida le impactará.
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AMPARO EN REVISIÓN 529/2009.
Incluso, como ya se dejó asentado, el hecho de que no se hubiese efectuado una estimación
de lo que se recaudaría en el ejercicio fiscal con motivo del cobro del impuesto sobre
transmisiones patrimoniales, en modo alguno puede considerarse como imprevisible o que se
haya cometido una violación a los principios de legalidad, seguridad jurídica, destino al gasto
público y de equilibrio presupuestal, previstos por los numerales 4, 16, 31, fracción IV y 115,
fracción IV, de la Ley Suprema, respectivamente, porque ninguna de esas disposiciones
constitucionales establece de manera expresa la obligación, por parte del legislador local, de
realizar tal estimado y plasmar el monto respectivo dentro de la ley de ingresos que se
aprueba a cada Municipio de la entidad federativa.
Luego, aunque es cierto que los artículos 75, primer párrafo y 79, primer párrafo, de la Ley
del Gobierno y la Administración Pública Municipal y 8, primer párrafo, del Código Fiscal
del Estado de Jalisco, ya transcritos, establecen una prohibición para que algún Municipio
realice el cobro de determinada contribución, si ésta previamente no fue incluida en la ley de
ingresos que, en su caso, apruebe el Congreso local, también lo es que dicho requisito se
encuentra satisfecho, pues basta tener a la vista los artículos cuestionados, para advertir que
el impuesto sobre transmisiones patrimoniales se encuentra regulado por ellos, aunado a que
en su texto se establecen todos sus elementos esenciales que fueron aprobados por el
Congreso local, previo al proceso legislativo correspondiente, convirtiéndose así en una
norma de carácter general y obligatoria para todos los gobernados.
Sirve de apoyo a lo anterior, además, la tesis jurisprudencial P. LXXXI/92, emitida por el
Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, consultable en la página 33 de la Gaceta
del Semanario Judicial de la Federación, Octava Época, Número 58, octubre de 1992, del que
indica: "TRANSMISIONES PATRIMONIALES, IMPUESTO SOBRE. LOS ARTÍCULOS
112, 113, 114, 115 Y 116 DE LA LEY DE HACIENDA MUNICIPAL NO VIOLAN EL
PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD TRIBUTARIA, PUESTO QUE SU OBJETO ES
INDICATIVO DE CAPACIDAD ECONÓMICA DEL SUJETO DEL TRIBUTO
(LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE JALISCO).-Esta Suprema Corte de Justicia de la
Nación ha establecido que el principio de proporcionalidad tributaria consagrado en el
artículo 31, fracción IV, de la Constitución, consistente en que los sujetos pasivos de un
tributo deben contribuir a los gastos públicos en función de su respectiva capacidad
económica, la cual debe analizarse en relación con el objeto del gravamen. Ahora bien, este
requisito es respetado por los artículos 112, 113, 114, 115, y 116 de la Ley de Hacienda
Municipal del Estado de Jalisco (Diario Oficial de 3 de abril de 1984) que establecen el
impuesto sobre transmisiones patrimoniales toda vez que el objeto del tributo, consistente en
la transmisión o adquisición de la propiedad o de derechos de copropiedad de bienes
inmuebles, por cualquier acto o contrato, ya sea que comprendan el suelo, o el suelo y las
construcciones adheridas a él, siempre que se ubiquen en el territorio de los Municipios que
comprende el Estado, es indicativo de capacidad económica, puesto que el sujeto principal
del tributo al erogar una cantidad en relación a su objeto revela que cuenta con recursos que
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AMPARO EN REVISIÓN 529/2009.
le permiten celebrar la operación."
Referente a los tópicos jurídicos aquí analizados, en similares términos se pronunció este
órgano colegiado al resolver, por unanimidad de votos, el recurso de revisión principal
215/2009, en sesión de uno de septiembre de dos mil nueve.
En tales condiciones, en la materia de la revisión lo que procede, es revocar la resolución
reclamada y negar el amparo y la protección de la Justicia Federal solicitados.
Por lo expuesto y fundado, se resuelve:
PRIMERO.-En la materia de la revisión, se revoca la sentencia sujeta a revisión.
SEGUNDO.-La Justicia de la Unión no ampara ni protege a Energéticos Plus, Sociedad
Anónima de Capital Variable, en contra de las autoridades y por los actos precisados en el
resultando primero de esta resolución.
Notifíquese; con testimonio de esta resolución, vuelvan los autos a su lugar de origen;
háganse las anotaciones correspondientes y, en su oportunidad, archívese este toca.
Así, por unanimidad de votos de los Magistrados Jorge Alfonso Álvarez Escoto, Jaime C.
Ramos Carreón y Rogelio Camarena Cortés, quien fue ponente en el presente asunto, lo
resolvió el Primer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Tercer Circuito, bajo la
presidencia del primero de los nombrados.
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