Copyright 2004 by Psykhe ISSN 0717-0297 PSYKHE 2 0 0 4 , Vo l . 1 3 , Nº1 , 1 0 1 1 1 5 Mercados Económicos y Patología Narcisista Ante el Trasfondo de la Discusión en Torno al Concepto de Rol Economic Markets and Narcissistic Pathology Considering the Discussion Around the Concept of Role Stefan Brunnhuber Ni k l asBo rnhaus er I ns ti tut fü r Ps y c ho therap i e undM ed i z i ni s c he Ps y c ho l o g i e J ul i us M ax i mi l i ans Uni v eri tä tWü rz burg La psicología últimamente ha prestado un grado de atención creciente a la incidencia de factores sociales en ciertos fenómenos indiv iduales tradicionalmente ab ordados por las psicologías clínicas clá sicas.Esta preocupación por sistematiz ar la relación entre la sociedad y el á mb ito de lo indiv idualsub j etiv o ha resaltado la necesidad de repensar estas relaciones de reciprocidad desde una perspectiv a diferente a la de los paradigmas tradicionales.Al prob lematiz ar la relación entre el suj eto y la sociedad,en té rminos generales,se pueden distinguir dos modelos de sociedad,una forma colectiv ista y otra indiv idualista,q ue,a su v ez conllev an una cierta preconcepción implícita acerca de cómo pensar las relaciones entre suj eto y sociedad.A partir de una rev isión crítica del concepto de rol, que se ofrece como la v isagra entre el terreno de lo subj etiv o y el campo de lo social,se proponen algunos elementos para la construcción de una teoría crítica de la sub j etiv idad.Dicha teoría,má s q ue un hecho acab ado,es un desafío pendiente,q ue pretende situarse má s allá de las distinciones academicistas y las diferencias ortodox as, impuestas por la hegemonía discursiv a de los “ grandes metarrelatos” .Finalmente,mediante el aná lisis del desempleo masiv o y de las patologías narcisistas,se ej emplifica lo ex puesto con anterioridad. Psy chology has recently demonstrated an increasing degree of attention concerning the influence of social factors on certain indiv idual phenomena,traditionally handled b y classical clinical psy chologies.This concern ab out the sy stematiz ation of the relationship b etween society and the indiv idualsub j ectiv e’ s domain has emphasiz ed the need to rethink the relations of reciprocity from another perspectiv e,different than that propposed by traditional paradigms.Focussing in the relation b etween the sub j ect and society ,in general terms,two models of society can b e distinguished,a collectiv istic and an indiv idualistic form,that,on the other hand,inv olv e a certain implicit preconception on how relations b etween the sub j ect and society hav e to b e thought. F rom a critical rev ision of the concept of role some elements for a construction of a critical theory of sub j ectiv ity are propposed.Such a theory ,more than an accomplished fact,is a pendant challenge that pretends to situate itself b ey ond academic distinctions and orthodox differences,imposed b y the discursiv e hegemony of the “ huge metanarrations” . Finally ,b y the analy sis of narcissist pathologies and massiv e unemploy ment,the prev iously ex posed is illustrated. Introducción l o sfac to resmanej ad o syp ro mo v i d o sp o rl a med i c i na c l á s i c a. Ap es ar d e s u v ag ued ad e i nd etermi na- Ac tual mente,d entro d e l a l l amad a c o muni d ad c i ó n c o nc ep tual en l o sú l ti mo sañ o sd i c ho sfac to res c i entí fi c a,almo mento d e abo rd ar un d etermi nad o han l l eg ad oa o c up ar un l ug ar c entral en l a d etermi - p ro bl ema, s e ha c o nv erti d oen un l ug ar c o mú n d es - nac i ó n, ex p l i c ac i ó n yc o mp rens i ó nd e mani fes tac i o - tac ar l a rel ev anc i a d e d etermi nad o sfac to ress o c i ó - nesp s í q ui c asc o ntemp o rá neas .La c rec i ente aten- g eno s ,c uy a natural ez a yc o mp o s i c i ó n s uel e c o n- c i ó nd ed i c ad aal ai nc i d enc i a yrep erc us i ó nd e aq ue- tras tar abi ertamente c o n l o sc ri teri o sc l í ni c o strad i - l l o sfac to ress o c i al esen á mbi to syd o mi ni o ses p e- c i o nal es .Es to sfac to res ,l ej o sd e c o ntar c o n una c i al i z ad o s , fi rmemente c o ns o l i d ad o syal tamente re- d efi ni c i ó n p rec i s a yac o tad a, s e s uel en d efi ni r oc a- s i s tentesalc ambi o ,c o mo l os o n,p o r ej emp l o ,l a rac teri z ar neg ati v amente, esd ec i r, p o r o p o s i c i ó n a p rá c ti c a mé d i c a ol ap s i c o l o g í a ac ad é mi c a, c o i nc i d e en al g uno sd e s usas p ec to sc o n l a d i s c us i ó n d es en- Stefan Brunnhub er y Nik las Bornhauser,Facultad de M e- c ad enad ap o rl ap o l é mi c ad emand ad e“ i ntro d uc i r el dicina. s uj etoen l a med i c i na”( Uex k ü l l , 1 9 9 0 , p . 2 9 ) . Di c ha La correspodencia relativ a a este artículo deb erá ser dirigida d emand a, d e noq uerer d es embo c ar en un bri c o l aj e a los autores a I nstitut fü r Psy chotherapie und M ediz inische Psy chologie Klinkstr.3 ,9 7 0 7 0 W ürz burg.Fono:0931/ 3 1 2 7 1 3 .F ax :0 9 3 1 / 3 1 6 0 8 0 .Email:n. b ornhauser@ mail. uniwuerz b urg. de i ntel ec tual to s c oe i mp erfec to , i mp l i c al a nec es i d ad , p o r un l ad o , d e rep l antear al g unasc ues ti o nesep i s temo l ó g i c asfund amental es , yp o r el o tro , d e s o me- 102 BRUNNHUBERY BORNHAUSER ter a ciertos términos clásicos – y con ello, a determi- nas híbridas, creadas expresamente con el propósi- nadas distinciones conceptuales– a discusión. to de estudiar las relaciones e interacciones en cues- Al momento de querer precisar la incidencia de tión, se deja explicar, al menos parcialmente, por la ciertos factores sociales en problemáticas habitual- consideración casi exclusiva de la supuesta inciden- mente inscritas en el campo de la medicina o de la cia de la sociedad sobre ciertas enfermedades psicología, los conceptos principales que requieren (Rosemeier, 1991; Wilker, Bischoff & Novak, 1994 ), ser revisados son, primero, la noción de sociedad y, inscritas en un no man’s land ubicado a medio cami- segundo, la de sujeto. En tercer lugar, se recomienda no entre las ciencias biológicas y el estudio de la revisar y precisar no solamente los términos en cues- mente, y la omisión de cualquier revisión crítica de tión, sino las mismas relaciones entre sujeto y socie- los respectivos pre-conceptos ideológicos implica- dad. El estado actual de esta discusión ha resaltado dos. la necesidad inminente de poner en relación sujeto y Dadas estas condiciones es posible aseverar que sociedad de un modo novedoso y original, capaz de el peso relativo y la especificidad del factor social en transcender el precario marco impuesto por la com- la emergencia, génesis y perpetuación de determi- binación perjudicial entre las representaciones es- nados fenómenos contemporáneos solamente po- 1 pontáneas, ingenuas y el sentido común . La insuficiencia y precariedad de los principales 2 esquemas apriorísticos manejados por las discipli- drá ser descrito, ponderado y matizado adecuadamente si, mediante una especie de re-flexión epistemológica, un giro o una torna hacia los propios fundamentos, se revisan los supuestos implícitos y pre- 1 Como ejemplo del hermetismo epistemológico de la medi- juicios acallados desde los cuales es pensada la re- cina contemporánea se puede citar la concepción de enfer- lación entre lo social y lo subjetivo. medad en medicina, uno de los conceptos más resistentes al cambio y a la reestructuración cognoscitiva, y que suele estar construida sobre los supuestos ininterrogables e inamovibles acerca de la anterioridad lógica de procesos pato- pensar a la sociedad, que, como se demostrará, a su fisiológicos, microbiológicos, endocrinológicos o anátomo- vez implican determinadas preconcepciones cognos- funcionales y su incidencia en la configuración definitiva del “cuadro” sindromático. Siguendo a Weiner ( 1979) , se pueden identificar tres modelos básicos que subyacen a esta comprensión de enfermedad y que son, respectivamente, el modelo de las enfermedades infecciosas de R. Koch, el modelo de la biología celular de R. Vichow y, por último, el modelo diagnóstico en cualquiera de sus variaciones. Más allá de las diferencias y distinciones destaca el elevado grado de reduccionismo inherente a los tres modelos en cuestión y su impermeabilidad a una demanda reciente, centrada en la exigencia de la justa consideración de la ciclicidad o recursividad de las relaciones entre el sujeto y el contexto y el abandono de los esquemas explicativos basados en la 2 En concreto, se propone, primero, repasar dos modelos hegemónicos de sociedad, dos formas de citivas relativas a un concepto de sujeto particular. Segundo, con tal de centrar el foco de la atención en la articulación sujeto-sociedad se revisarán algunos antecedentes clásicos relativos al concepto de rol. Tercero, recogiendo las sugerencias que se desprenden de los primeros dos pasos, se esbozarán algunas nociones fundamentales, a partir de las cuales es posible repensar la relación entre sociedad y subjetividad. Cuarto, a modo de ejemplo se discutirá la dialéctica sociedad-subjetividad mediante el análi- asunción de la linearidad y causalidad simples. sis del modelo económico hegemónico y la patolo- Un ejemplo paradigmático para semejantes esquemas pue- gía narcisista como su correlato individual. de ser visto en el modelo topográfico en su versión más simple, que distingue, por un lado, entre un sustrato, un fundamento o una base subyacente y, por el otro, una supraestructura o Überbau ( la palabra alemana Überbau, tal como sucede análogamente con Überi c h o Übermen s c h , suele traducirse al españ ol como superestructura, mientras que la palabra supra- o sobreestructura parecería ser la más Dos Formas Básicas de Sociedad y el Prob lema de la An t rop olog í aI mp lí cit a De acuerdo a una distinción ampliamente di- adecuada)sobrepuesto. Semejante representación, a pesar fundida, aunque no exenta de polémica, en cien- de ser evidente, en contra de toda lógica racional ha llegado cias sociales se ha convenido hablar de dos formas a materializarse como esquema cognitivo apriorístico en o modelos de sociedad elementales (Vanberg, 197 5 ), vastos círculos académicos y científicos, consagrados al estudio del hombre y de su contexto social, cultural y eco- a saber, por un lado, la llamada versión colectivista nómico. Dicho modelo se compone, a su vez, de dos grupos y, por el otro, la versión denominada individualis- de tendencias vectoriales: por un lado, los llamados enfo- ta. En ambas perspectivas, con tal de subrayar lo ques t o p d o wn , que se centran en la identificación de factores sociales que devienen relevantes con respecto a enfermedades específicas y, por el otro, los enfoques bo t t o mup , que tienen en común, se trata de analizar la relación entre sujeto y sociedad, en particular de cómo se dedicados al estudio de las repercusiones de enfermedades compone el factor sociógeno y cómo actúa especí- singulares sobre el todo de la estructura social. ficamente. M ERCADOSECONÓM I COSY P ATOLOGÍ ANARCI S I S T A Lav e r t i e n t ecolectivista, p a r ac a r a c t e r i z a r l ad e 103 d e s d ee l i n d i v i d u o ys u smú l t i p l e si n t e r a c c i o n e sc o n 4 ma n e r ag e n e r a l , s i g u e n d ou n at r a d i c i ó nd e l p e n s a r o t r o ss u j e t o s . De s d ee s t ap e r s p e c t i v a , l as o c i e d a ds ó l o e n t r eq u i e n e ss ee n c u e n t r a n ,p o re j e mp l o ,e lma r - e x i s t ee nv i r t u dd eq u eek sisteni n d i v i d u o syl os o c i a l , x i s moc l á s i c oyl ae s c u e l ad eE. Du r k h e i m, s es o s - l o sh e c h o ss o c i a l e s , s ud i n á mi c aeh i s t o r i c i d a d , s o l a - t i e n eya f i r mae ne l p o s t u l a d oa x i o má t i c od el ae x i s - me n t es ed e j ac o mp r e n d e r a n t ee l t r a s f o n d od e l i n d i v i - t e n c i ad eu n ar e a l i d a da u t ó n o maei n d e p e n d i e n t e , d u o . Lac o mp r e n s i ó nd el as o c i e d a d , d e s d eu np u n t o c o h e s i o n a d ap o rl a sa c t u a c i o n e sd ec u a s i o r g a n i s - d ev i s t ai n d i v i d u a l i s t a , p o re n d e , r e q u i e r el af o r mu l a - mo sd ee n t i d a d e ss o c i a l e s .Di c h ar e a l i d a d ,e ns u c i ó nd eu n at e o r í ac o r r e l a t i v ad el as u b j e t i v i d a d. Lo s v e r s i ó nc o l e c t i v i s t a , e s t ád o t a d ad es up r o p i al ó g i - a n á l i s i s q u es ed e s a r r o l l a r á nac o n t i n u a c i ó np r i v i l e g i a - c ayr e g u l a r i d a d , q u ea c o n t e c e“ p o re n c i ma ”o“ p o r r á ne l s e g u n d oe n f o q u ea q u í s o me r a me n t ed e l i n e a d o , 5 s o b r e ”e l a c t u a r , c o mu n i c a ryv i v e n c i a rd e l s u j e t o . p o rl oc u a l l ae x i g e n c i ad eu n ac o r r e s p o n d i e n t et e o r í a Un av e zs i t u a d o se ne s t ac o r r i e n t e ,e ss i e mp r ee l d el as u b j e t i v i d a de su nr e t oq u ed e b e r ás e r e n f r e n t a d o ma r c os o c i a l c o l e c t i v op r e e x i s t e n t ee l q u e , b a j ol a e na l g ú nmo me n t od el aa r g u me n t a c i ó n . f o r mad eu n ad es u sma t e r i a l i z a c i o n e soi n s t i t u c i o - Ent o d oc a s o , má s a l l ád el av a l i d e zop e r t i n e n c i ad e n e s , s ee n f r e n t aa l s u j e t oc o mou nh e c h oa c a b a d o . s e me j a n t e sd i s t i n c i o n e s , q u eh i s t ó r i c a me n t eh a nc o n - Lar e a l i z a c i ó nd el o ss u j e t o s– os ur e s p e c t i v oi m- t r i b u i d oad e s g a r r a r ye s c i n d i r u nc a mp op r o b l e má t i c o p e d i me n t o –s i e mp r ep a s a r áp o rl ac o n f r o n t a c i ó n d ep o r s í f r a g me n t a d o , e l p r o b l e mag e n e r a l c o n s i s t ee n c o ne l ma r c os o c i a l me n t a d oys i e mp r ed e b e r ás o - q u ec u a l q u i e r e s b o z oe x p l i c a t i v os o c i o l ó g i c o , p o r mu y me t e r s eau n ae v a l u a c i ó ns e g ú nc r i t e r i o sc o l e c t i - n e u t r a l yo b j e t i v oq u ep r e t e n d as e r , c o mos eh aa r g u - v i s t a s . Lo sd e s a r r o l l o sc o n t e mp o r á n e o sap r o p ó s i - me n t a d o( Br a u n s t e i n , 19 7 5 ; Da u k s , 19 9 7 ) e s c o n d eu n a t od el o sme c a n i s mo sd eassu j etissemen t( Fo u c a u l t , 19 7 5 ) od eap p ellation( Al t h u s s e r , 19 9 4 , 19 9 5 ) c o mo 4 o p e r a c i o n e sf u n d a n t e sd el ac o n s t i t u c i ó ns u b j e t i - Si b ien las ex presio nes “ perso na” , “ indiv iduo ”y “ suj eto ” suelen emplearse indistintamente e incluso tratarse co mo si fuesen sinónimo s, se remo ntan a etimo lo gí as separadas, es- v ah a ns i d or e u n i d o sp o r N. Br a u n s t e i n( 19 8 0) c o mo tá n co nstruidas so b re supuesto s epistemo lógico s diferentes, a q u e l l a st e o r i z a c i o n e sq u ec o n s i d e r a na ls u j e t o delimitado s e implican co nsecuencias teórico prá cticas di- c o mos o p o r t eos o s t é nd el as o c i e d a d ,t r a t á n d o s e v ersas. Para fines de este trab aj o se entenderá po r perso na e nt o d a se l l a sd eu n as u e r t ed es o me t i mi e n t od el o aq uella co nceptualiz ación del h o mb re q ue se remo nta a la 3 antigua p a r t i c u l a ral oc o l e c t i v o . no ción de pers ona, má scara, y que ha sido co nceptualiz ado po r las llamadas psico lo gí as de la perso nali- Po ro t r ap a r t e , l a si n t e r p r e t a c i o n e sin d ivid u alistas dad o po r la teo rí a j ungiana. Perso na, tal co mo sugiere un d el as o c i e d a d , p r o v e n i e n t e sp r i n c i p a l me n t ed el o sf i - brev e esbo z o de su v asta y bifurcada genealo gí a, está l ó s o f o smo r a l e se s c o c e s e s ,l ae s c u e l aa u s t r í a c ay e l emparentada co nceptual y prá cticamente co n la teo rí a del ro l. Po r o tro lado , tal co mo sugiere la palab ra, es una repre- r a c i o n a l i s moc r í t i c o , p l a n t e a nq u ed e t e r mi n a d o s h e c h o s sentación de lo h umano unida estrech amente a la M o derni- oc i e r t a sc o n s t e l a c i o n e ss o c i a l e sp u e d e ns e rr e c o n d u - dad, su tendencia analí tica, reduccio nista, su epistemo lo gí a c i d a sye x p l i c a d a sap a r t i r d ea c t i t u d e s , i n t e r e s e sod i s - empí rico po sitiv ista y su afá n meto do lo giz ado r. Se eq uiv ale p o s i c i o n e s , q u eas uv e zr e q u i e r e ns e rc o mp r e n d i d a s apro x imadamente co n la co mprensión ato mista q ue demuestran tener lo s so ciólo go s indiv idualistas de lo s fenómeno s humano s. Suj eto , s ubj ec t um, má s allá de la distinción cartesiana q ue se encuentra má s próx ima a la idea de indiv i- 3 Este énfasis, central para la demarcación del lugar y duo , se relacio na ya sea co n las div ersas filo so fí as de la sub j e- papel del suj eto es rescatado en la precisión hecha po r tiv idad o co n el deb ate ( po stmo derno )desecadenado a partir Alth usser cuando enfatiz a q ue “ la estructura de las rela- de la apresurada declaración de la muerte del suj eto ( mo der- cio nes de pro ducción determina lugares y funcio nes q ue no ) . A nuestro parecer, co mo se espera demo strar, este ú lti- so n o cupado s y asumido s po r agentes de la pro ducción, mo co ncepto po r su po lisemia y plasticidad permite pensar q ue no so n j amá s sino lo s o cupantes de esto s lugares, en la relación entre ontogénesis y filogénesis de manera la medida en q ue so n lo s “ po rtado res” ( Träger)de estas funcio nes.” ( Althusser, 1969, p. 194) . De este pasaj e, no v edo sa y pro ductiv a tanto para psico lo gí a y so cio lo gí a. 5 El precurso r má s impo rtante del indiv idualismo pro b ab le- leyéndo lo co n detención y co nsiderando su ub icación en mente sea A. Smith ( 1 7 7 6 ) , segú n q uien las so ciedades, tal la trama argumentativ a althusseriana, se puede ex traer co mo se co no cen h o y en dí a, está n co nstituí das esencial- q ue lo s v erdadero s suj eto s, esto es, lo s agentes de la pro - mente po r la interacción entre sus miemb ro s, en do nde inte- ducción, no so n reducib les a lo s mero s o cupantes o fun- resa particularmente la co nsideración no de decisio nes co ns- cio nario s de esto s lugares y estas funcio nes, sino que cientes y racio nales, sino la captación y precisión de acto s y interv ienen activ amente en su definición y distrib ución. eleccio nes no intencio nadas, indeseadas o inv o luntarias. El La palabra alemana Träger designa lo s so po rtes de la o ptimismo inh erente a la apro x imación de Smith se ex presa pro ducción, su andamio distintiv oq ue se so stiene so b re en la esperanz a q ue lo s efecto s no intencio nado s, siguiendo un respaldo h umano , capaz de engendrarla y sustentarla su tendencia inh erente, a la larga co ntrib uyen al b ienestar, el a la v ez . co nsenso y la armo ní a de to do s, una co nv icción ilustrada po r su co ncepto de la “i n v i s i b l e h a n d ”. 104 BRUNNHUBERY BORNHAUS ER antropología implícita, una determinada concepción de y autoritario, se vuelven culpables de efectuar un cie- hombre y una jerarquización previa de valores . Esta rre epistemológico con respecto a otras producciones situación se ve agravada por el hecho de que su emer- discursivas. El rechazo tajante de cualquier cuestiona- 6 gencia sólo se vuelve comprensible a posteriori, esto miento o interrogación proveniente desde el “exterior es, al analizar retrospectivamente sus condiciones par- discursivo” es el resultado del repliegue discursivo ticulares de producción. Lo que interesa retener por el responsable del hermetismo argumentativo. momento es, sin embargo, la idea de una pre-concep- La capacidad de repensar los términos en cues- ción del hombre, una suerte de intuición preconcep- tión y de articularlos de manera productiva depen- tual a propósito de la consistencia y “esencia” de lo de, por lo visto, de la apertura crítica hacia otros humano, una tendencia oculta que siempre es silencia- saberes y la disposición al diálogo con otras posi- da, mantenida forzosamente aparte, pero que, por mu- ciones y otras formaciones discursivas. Ello requie- chas trabas y resistencias que se le opongan, termina re, como primer paso, el abandono de las posturas por manifestarse a través de los resultados y produc- ortodoxas y fundamentalistas a cambio del debate tos de la investigación científica efectuada sobre se- pluralista y desprejuiciado. A continuación, fijando mejantes supuestos. La mayoría de las posiciones so- como punto de anclaje el estado actual de la discu- ciológicas en este sensible punto de intersección entre sión en torno al concepto de rol, se avanzará en la psicología y ciencias sociales devienen regularmente definición conceptual de la noción de sujeto, tradi- circulares y herméticas: circulares, porque, en desco- cionalmente opuesta al concepto de sociedad. nocimiento flagrante de las máximas kantianas, depositan a priori en el concepto de persona justamente lo El Concepto de Rol que posteriormente reaparece como supuesto resultado o producto enmarcado por la respectiva teoría de la En lo que sigue se intentará progresar en lo relativo sociedad ; herméticas, porque, en un gesto dogmático a la f ormulac ió nd e una teorí ad e la sub j etivid ad , enten- 6 f ormac ió n teó ric ac omplej a yplástic a, c apazd e entre- 7 d id a no c omo una teorí a d e lo ind ivid ual sino c omo Por ejemplo, si se extrapolan las consecuencias más inmediatas q ue se sig uen de la v isió n-de-h omb re de un T .Hob b es o de J . Lock e, se puede estar seg uro q ue las ref lexiones relativ as a la explicació n de determinados f enó menos sociales – contrato social, relació n de poder, control, institucionaliz ació n, dere- noriz ad od e algunas implic ac iones d e lo que h a sid o la ch o y actuar econó mico, de la práctica educativ a concreta respuesta más ex itosa generad a por parte d e la soc io- h acia el prog rama sistemático de Bildung– llev arán a resulta- logí a ind ivid ualista f rente a la ex igenc ia d ec arac teriz ar dos del todo dif erentes y div erg entes. 7 gar un aporte d ec isivo a la pregunta por la relac ió n soc ied ad suj eto. Para ello se partirá d el análisis porme- Ha de adv ertirse en este lug ar q ue desde cierta perspectiv a, mej or la visagra entre suj eto ysoc ied ad– el c onc epto contrariamente a la tendencia may oritaria en ciencias socia- d e rol ( Dah rend orf , 1 9 5 8 ) – , una id ea que h a marc ad oy les, justamente lo no-intencionado, aq uello q ue escapa al d ominad o la d isc usió n en c ienc ias soc iales . 8 control y a la v oluntad del sujeto consciente, se h a conv ertido en un f actor esencial de cualq uier análisis de lo h umano. S in emb arg o, con tal de ev itar cualq uier malentendido, se h a Por rol en un sentid o c lásic o se entiend e el c onj unto d e ex pec tativas yex igenc ias c omportamen- de aclarar de inmediato q ue lo in-determinado no es un lug ar tales y ac titud inales d irigid as a quien oc upa una v ací o, cieg o y meramente f ormal, q ue h a de articular el d eterminad a posic ió n soc ial ( Lang & Faller, 1 9 9 8 ) . indiv iduo con la sociedad, sino q ue posee una estructura pal- M ientras que la posic ió n d esigna un lugar ub ic ad o pab le, ref erida a un sustrato y una materia identif icab les.De este lug ar, f recuentemente ig norado, h a de arrancar la crí tica en el sistema d e relac iones soc iales d e rec iproc i- a las máximas de la teorí a del r a t io na l c h o ic e( Esser, 1 9 9 3 ) , d ad ,entonc es el rol pued e ser pensad o c omo el q ue parte del supuesto de la coincidencia necesaria entre aspec to d inámic o d e la posic ió n soc ial. Dad o este actos de elecció n racionales y conscientes y la interpreta- c arác ter d inámic o,los roles soc iales h an d e ser ció n del contexto.Lo mismo v ale para la teorí a econó mica neoclásica ( Samuelson et al. , 1 9 9 8 ) , construida sob re la conv icció n q ue los h ech os sociales y econó micos h an sido g enerados a partir de las manif estaciones pref erenciales de un sujeto consciente de sus necesidades y de sus motiv aciones, interesado en maximiz ar su g anancia y optimiz ar su b enef icio.La desconsideració n o desmentida de la posib le incidencia de lo inconsciente y de las patolog í as o desv iaciones psí q uicas – amb as prob lemáticas aparecen emparentadas h istó ricamente en el psicoanálisis f reudiano– en la g eneració n de f enó menos sociales particulares y de la estructura social en g eneral, a posteriori só lo puede ser explicada como consecuencia del dominio h eg emó nico irrestricto de un racionalismo totalitario e intolerante. 8 Como rev ela el análisis, pormenoriz ado y sinó ptico a la v ez , de la g enealog í a de la noció n de rol, é ste es el resultado – transitorio– de un dev enir complejo e imb ricado, lleno de g iros, v irajes y replieg ues.En ef ecto, su h istoria ef ectiv a, más q ue v erse representada por una continuidad ideal, semejante al mov imiento teleoló g ico a encadenamiento natural, “ es por el contrario una mirí ada de sucesos entrecruz ados;lo que nos parece hoy ‘ marav illosamente ab ig arrado, prof undo, lleno de sentido’ , se deb e a q ue una ‘ multitud de errores y de f antasmas’lo h an h ech o nacer, y lo h ab itan todav í a en secreto” .( F .Nietz sch e, en M .Foucault, 1 9 8 4 , p.2 1 ) . M ERCADOSECONÓM I COSY P ATOLOGÍ ANARCI S I S T A a p r e n d i d o s ,l oc u a lc o n f o r ma u na s p e c t oc e n t r a l 105 v e c t o r i a lc a mb i a n t eei n e s t a b l e ,s o s t e n i d op o re l d e l p r o c e s od es o c i a l i z a c i ó n( We b e r , 19 2 2 a ) . Le j o s e n f r e n t a mi e n t o , e l c o n f l i c t o , l ap u g n aod i s p u t ae n - d er e s u mi rp l e n a me n t el ac o mp l e j i d a di n t r a p s í q u i - t r ep o d e r e si n c o n c i l i a b l e s , q u es ed e f i n e nyd i s t i n - c ad el o ss u j e t o s , e lr o lh as i d od e s c r i t oc o mou n a g u e nj u s t a me n t ep o rs umu t u ao p o s i c i ó n . La se n t i - má s c a r a ,q u ee su s a d ad u r a n t el ai n t e r a c c i ó nc o n d a d e so c o n c e p t o se n f r e n t a d o se ne s t ec a s os o nl a o t r a sp e r s o n a sc o ne l p r o p ó s i t od ef a c i l i t a rl ai n t e - s o c i e d a d ye ls u j e t o ,o f r e c i é n d o s ee lr o lc o mo u n r a c c i ó nmi s maa l o f r e c e r u n ar e p r e s e n t a c i ó nc l a r ay p u e n t eo u n av i s a g r ae n t r ea mb o sc o n c e p t o s . p r e c i s ad ec ó mo s eh a nd ec o mp o r t a rl o sp a r t i c i - Lad e f i n i c i ó nd er o l d eDa h r e n d o r f ( 19 58 ) , a l f i j a r p a n t e se nu n as i t u a c i ó nd e t e r mi n a d a( Lu c c h i n i& l aa t e n c i ó ne nl a se x i g e n c i a se x t e r n a sc o nl a sc u a l e s Ri d o r e , 19 7 9 ) . Elr o ls o c i a l , p o rl ot a n t o , r e ú n el o e sc o n f r o n t a d oe ls u j e t o , e n f a t i z at a n t oe lme n t a d o s o c i a l yl oc u l t u r a l y aq u e , p o ru nl a d o , e s t ád e t e r - e n f r e n t a mi e n t oe n t r ee li n d i v i d u oyl as o c i e d a da s í mi n a d op o rc i e r t a sc o n f i g u r a c i o n e sc o mp o r t a me n - c o mol af u n c i ó nme d i a d o r ad e l r o l . Lo sr o l e ss o c i a - t a l e s( n o r ma s )y , p o re l o t r o , s ee x p r e s ae nc o n d u c - l e sh a ns i d oc a r a c t e r i z a d o sp o rDa h r e n d o r fyl at r a - t a ss o c i a l e sma n i f i e s t a s . d i c i ó nn e o l i b e r a l q u eaé l s er e mi t ec o moc o mp l e j o s Noo b s t a n t e , e nl ad i v e r s i d a dyp l u r a l i d a dd el o s c u a s i o b j e t i v o sd ep r e s c r i p c i o n e sc o mp o r t a me n t a - d i f e r e n t e sr o l e ss o c i a l e sq u eu ns u j e t oh ad ea s u mi r l e s , e nu np r i n c i p i oi n d e p e n d i e n t e sd el a sa s p i r a c i o - d u r a n t es uv i d ar e s i d eu nc i e r t op o t e n c i a l c o n f l i c t i - n e sy mo t i v a c i o n e sd e li n d i v i d u o ,c u y oc o n t e n i d o v o . Po r e j e mp l o , s eh ae n f a t i z a d ol ao p o s i c i ó nd i a l é c - c o n c r e t oe sd e t e r mi n a d oei n f l u e n c i a d op o r p a r t ed e t i c ae n t r el ai d e n t i d a dp e r s o n a l yl ai d e n t i d a ds o c i a l , l as o c i e d a d ,q u el a sp l a s mae nc o mp r o mi s o sye x - d o sd i me n s i o n e sí n t i ma me n t er e l a c i o n a d a sc o nl a p e c t a t i v a si n e l u d i b l e s ,d el a sc u a l e sn oe sp o s i b l e a s u n c i ó nd ee l ol o sr o l e sa c t u a l i z a b l e s . Na d ame n o s s u s t r a e r s es i nc o n s e c u e n c i a s . Dr e i t z e l ( 19 8 6 ) , e nu n a q u el ac o n s o l i d a c i ó nd el ai d e n t i d a dy o i c ai n t e g r a d a f o r mu l a c i ó nmá sr e c i e n t e , c o n c i b eal o sr o l e sc o mo p a s ap o r e l i n t e n t ol o g r a d od ee q u i l i b r a r e s t ad i s c r e - u n ap i e z ad eu n i ó n , u ne l e me n t od ea r t i c u l a c i ó ne n - p a n c i a( Go f f ma n , 19 59 ) . Es t at e n s i ó ni r r e s o l u b l eq u e t r ei n d i v i d u oys o c i e d a d , q u ee sc a p a zd eo t o r g a r l ea h as i d oi d e n t i f i c a d ac o mou n ac a r a c t e r í s t i c ad e l r o l l ac o n d u c t ai n d i v i d u a l , c a r a c t e r í s t i c a me n t ev a r i a b l e , t a mb i é ns ee n c u e n t r at e ma t i z a d ae nl o st r a b a j o sd e i mp r e d e c i b l eyo s c i l a n t e , u na s p e c t omá sf o r ma l , má s T . Pa r s o n s( 19 6 2 , 19 6 7 ) a l e n f a t i z a r l amu l t i p l i c i d a dy s i s t e má t i c o , s i s eq u i e r e , t i p i f i c a d o , a l r e f e r i r l aau n p l u r a l i d a dd e lc o n j u n t od ec o mp u l s i o n e syp r e s i o - á mb i t oe x i s t e n t eú n i c a me n t ee nl os o c i a l . n e sq u eh a nd es e ru n i f i c a d a se nu nr o l . Lah e t e r o - Es t aa p r o x i ma c i ó na l c o n c e p t od er o l , a ú ni n e s - g e n e i d a dya mb i v a l e n c i ai n h e r e n t e sa l c o n c e p t od e p e c í f i c ayd i f u s a , p u e d es e r p r e c i s a d ad e s d eu np u n t o r o l h as i d oo b j e t od en u me r o s o sa n á l i s i ss o c i o l ó g i - d ev i s t as o c i o l ó g i c o . Ent é r mi n o sg e n e r a l e s , s ed e - c o sc l á s i c o s( Me r t o n , 19 6 8 ; Go f f ma n , 19 59 , 19 6 7 a ) . j a nd i s t i n g u i ra lme n o sc u a t r oc o n t e x t o sd i f e r e n t e s Co nl ad e f i n i c i ó nd er o l d eM a xW e b e r ( 19 2 0, 19 2 2 b ) e nl o sc u a l e ss ep o n ee nj u e g oe le n f r e n t a mi e n t o ae s t ad i s c u s i ó ns el ea g r e g au nf a c t o ri mp o r t a n t e , a e n t r eu ns u j e t op a r t i c u l a rye l t o d os o c i a l . Se g ú ne n s a b e r ,l ar e l e v a n c i ad e lp r o c e s od ep r o d u c c i ó n ,l a q u éc o n t e x t os o c i a l s ee n c u e n t r e , s ea l t e r a nyc a m- i mp o r t a n c i ad el ad i v i s i ó nd e l t r a b a j oyl an e c e s i d a d b i a ns u ma r c or e f e r e n c i a l ,s ui n t e r é sc o g n o s c i t i v o d ec o n s i d e r a re lmo d e l oe c o n ó mi c od o mi n a n t ee n s o c i a l y , c o ne l l o , s up e r t e n e n c i ad er o l . l a ss o c i e d a d e si n d u s t r i a l e s . Es t eé n f a s i se nf a c t o r e s Enp r i me rl u g a r , h a yq u ed i s t i n g u i ru nc o n t e x t o ( ma c r o ) e c o n ó mi c o s , q u eh ae n c o n t r a d ou n aa mp l i a étnico: e l s u j e t oa q u í s ec o mp r e n d ec o momi e mb r o r e p e r c u s i ó ne nl ad i s c u s i ó nc o n t e mp o r á n e a( Hi r s c h , d eu ng r u p od e f i n i d op r i n c i p a l me n t ep o rmo t i v o s 2 000; Li p o v e t s k y , 19 8 3 ) , s e r ár e t o ma d omá sa d e l a n - c u l t u r a l e s ,t r a d i c i o n a l e so v a l ó r i c o s .La i d e n t i d a d t e . r e g i o n a ly p a r t i c u l a rc o ns u sr e s p e c t i v o su s o sy Co mos ep u e d ei n f e r i rap a r t i rd el oa n t e r i o r , l o s c o s t u mb r e sa d q u i e r ep a r t i c u l a r r e l e v a n c i ae nl ac o n - r o l e ss o c i a l e s ,l e j o sd er e d u c i r s e a me r o sl i s t a d o s f o r ma c i ó nd e l g r u p od ep e r t e n e n c i a . La sr e f e r e n c i a s i n e s t r u c t u r a d o so a e n u me r a c i o n e sa r b i t r a r i a sd e s o c i a l e sa d q u i r i d a syl a sf o r ma sr e l a c i o n a l e ss o c i a - c o n d u c t a sma n i f i e s t a s ,s ec o n f i g u r a nyc o n s o l i d a n l e sc u mp l e nl af u n c i ó nd eo t o r g a r l ea l i n d i v i d u ou n a e nu nc a mp od i n á mi c od ef u e r z a s , d o n d es ej u e g ae l i d e n t i d a dp e r s o n a l l e g i t i ma d ap o r l ah i s t o r i ayl at r a - d e v e n i re n t r ee l c h o q u eyl ac o n f r o n t a c i ó n , e n t r el a d i c i ó n .Elh o r i z o n t ed ev a l o r e sa q u íf o r mu l a d oe n a p e t e n c i a , e ld e s e oyl a se x i g e n c i a sd e ls u j e t o , p o r ú l t i mai n s t a n c i as i e mp r es i g u es i e n d oc o n t e x t u a ly u nl a d o ,yl a sd e ma n d a s ,i mp o s i c i o n e syp r e s c r i p - o r i e n t a d oh a c i ae l i n t e r i o r . “ ¿ Qu i é ns o yy or e a l me n - c i o n e sd el as o c i e d a d , p o re lo t r o . Lo sr o l e ss ei n s - t e ? ” , “ ¿ Ded ó n d ev e n g oya d ó n d ep e r t e n e z c o ? ”s o n c r i b e n , p o rd e c i r l od ea l g u n ama n e r a , e nu ne s p a c i o l a sp r e g u n t a sf u n d a me n t a l e s , d el a sc u a l e sr e s u l t a n 106 BRUNNHUBER Y BORNHAUSER roles sociales divergentes y diferentes. La libertad a citoy en. El contexto político, por consiguiente, de- la cual se aspira es la autorrealización y el buen vivir. manda la presencia de categorías psicológicas tales Desde un punto de vista sociológico, se pone en como solidaridad, responsabilidad y compromiso juego la relación entre vida privada y pública o la social. El contexto político no se reduce a la suma de asimilación o el rechazo de determinados bienes cul- los intereses particulares, ni a la división equitativa turales. Los llamados textos culturales de S. Freud de valores y virtudes sustanciales, ni se limita a des- (1913, 1921, 1927, 1930) ofrecen un buen ejemplo de cribir los espacios de acción individuales al interior descripción de cómo el sujeto, mediante diversos de los cuales cada uno puede hacer lo que quiera. procesos de socialización primaria, se define esen- Más bien, la magnitud de libertad es definida por los cialmente por relaciones de significación culturales standards sociales y derechos ciudadanos descri- o tradicionales, valores compartidos, historias o na- tos por Dahrendorf (1992) en el contexto social mo- rraciones míticas, etc. derno. En segundo lugar, se vuelve pertinente conside- Cuarto y último, un contexto antrop oló gico: la rar un contexto legal: los encuentros interpersona- relación entre individuos singulares aquí se com- les en una sociedad de derecho exigen que en un prende como una relación fundamental o general momento dado se efectúe la abstracción de perte- entre seres humanos, donde primariamente no se nencias éticas específicas. En este contexto, se tra- trata de comunidades políticas o de derechos socia- ta, pues, de demandas y normas formales, estrictas les, sino que se juega el reconocimiento recíproco y recíprocas, donde el otro aparece como sujeto le- como hombre “en sí”. Los roles que se derivan de gal en pie de igualdad, es decir, como b ou rgeois . La este contexto no están determinados por institucio- identidad histórico-cultural analizada en el primer nes políticas, sino por afirmaciones generales acer- contexto mencionado aquí es relevada por los crite- ca de standards antropológicos. En este contexto rios formales y procedurales que se encuentran al no se aspira a negar preguntas étnicas, legales o servicio de todos los participantes con tal de garan- políticas, sino a definir las condiciones transétnicas, tizar la realización de sus respectivos intereses de translegales y transpolíticas para dibujar un encua- posición. Por lo general, se trata de asuntos relati- dre en el cual sea posible la convivencia humana. En vos a la propiedad privada, la libertad de opinión, la términos generales, se han de distinguir dos posi- seguridad social mínima, la libertad de elección, la ciones fundamentales: una posición deontológica, movilidad geográfica, etc. En términos generales, se que prescribe principalmente el procedimiento for- aspira a asegurar socialmente la libertad de acción mal a seguir y una posición material-sustancial, cen- del individuo. El límite entre el contexto ético y legal trada más bien en los aspectos de contenido. Am- está marcado por la frontera entre generalidad y re- bas posiciones no solamente deben resistir la pues- ciprocidad, donde se intenta justamente transcender ta a prueba por la pregunta por la universalidad, sino la contingencia, el perspectivismo y el carácter co- que también han de cumplir con los criterios prescri- munal de pertenencias culturales o étnicas. La difi- tos por la falsificabilidad general. cultad reside justamente en garantizar la identidad La sociología académica, que ha ubicado el rol en étnica hacia el interior y simultáneamente asegurar este contexto problemático desde el auge de las diver- la garantía de una reciprocidad máxima hacia el exte- sas psicologías, ha sido criticada arduamente por con- rior (Martin & Frost, 1996). templar el rol exclusivamente desde el “exterior” o el Tercero, un contexto p olí tico: determinadas con- “afuera”, descuidando lo que, en oposición a los fac- gregaciones estables de sujetos se forman no por- tores tratados por ella, se podrían llamar sus aspectos que posean exigencias legales formales idénticas o “interiores”. Se le suele reprochar que, por muy dife- porque estén determinados por el mismo fondo cul- renciada y detallada que se haya vuelto la descripción tural, sino porque son o desean ser miembros acti- y el desglose de los roles, su aproximación siempre vos de la sociedad comprometidos con el bien co- estará sujeta a esta parcialidad o tendencialidad inhe- mún. El otro aquí aparece como conciudadano. La rente. La crítica fuerte formulada hacia la sociología es aplicación de procedimientos legales con el fin de que sus distinciones y precisiones, dado este sesgo, realizar determinados intereses sociales se ve rele- seguirán siendo observaciones exteriores, en las cua- vado por la participación en el proceso político-so- les las expectativas y los standards sociales enfrenta- cial, la lucha por los derechos cuidadanos de gru- dos al sujeto siguen siendo decisivos a la hora de de- pos sociales minoritarios y subrepresentados, en terminar sus “acciones comunicativas” (Habermas, suma, la aspiración al reconocimiento del otro como 1981, 1983). Dicha aproximación, particularmente difun- MERCADOS ECONÓMICOS Y PATOLOGÍA NARCISISTA 107 dida entre las escuelas individualistas, destaca sobre el actuar, comunicar e interactuar del sujeto no están todo por la consideración privilegiada o mayoritaria determinados por un sólo sistema motivacional, sino del contenido cognitivo y racional del rol, desconside- por diferentes sistemas de motivación, que pueden rando o desestimando simultáneamente los factores entrar en relaciones de convergencia u oposición “intrapsíquicos” asociados. (Lichtenberg, 1989). Se pueden destacar el sistema Este aparente desequilibrio, naturalmente, no ha aversivo, el reconocimiento social, la satisfacción tardado en generar reactivamente una propuesta al- de estados fisiológicos de tensión, sensaciones sen- ternativa, un intento de compensación o de crear al sitivo-sensuales y la conducta de exploración. menos un cierto contrapeso teórico. Dicha formula- Mientras que a nivel sociológico se ha de partir ción complementaria, ya que el concepto de rol no es de una reciprocidad constante y, hasta cierto punto, ni ha sido una noción reservada únicamente al domi- primordial entre sujeto y sociedad, a nivel indivi- nio de la sociología, proviene del discurso psicológi- dual-psicológico el sujeto psicológico, concebido co (Moreno, 1954 ), es decir, aquel decir especializado, sobre el modelo del sujeto moderno clásico, está oficialmente dedicado al “estudio científico de la mente organizado sustancialmente por “categorías intra- y de la conducta humana”. Se ha dicho, con respecto subjetivas”, hasta cierto punto autónomas y aisla- al acercamiento psicológico al tema, que ésta, a dife- das del acontecer social. Una teoría integrativa, cons- rencia de la sociología, caracteriza el rol desde el “in- truida sobre el concepto de rol, necesariamente debe terior”. Al revisar la bibliografía pertinente, nueva- considerar a ambos aspectos, tanto el sociológico mente es posible identificar cuatro aspectos funda- como el psicológico. Además, no debe limitarse a mentales que distinguen la concepción psicológica consideraciones reduccionistas y unilaterales, ten- de rol. Éstos se enumeran a continuación. dientes a privilegiar un punto de vista racional, sino Primero, un aspecto evolutivo: hasta alcanzar la que ha de partir de la consideración de manifesta- conformación (definitiva) de un comportamiento ra- ciones disfuncionales, psicopatológicas y margina- cional-consciente ajustado a un rol social determi- les con tal de explicar determinados hechos sociales nado, el sujeto ha de atravesar o recorrer varias eta- y de descifrar la relación recursiva entre sujeto y pas o períodos del desarrollo psíquico. Se encuen- sociedad. Hasta el momento se han distinguido bá- tra una discusión detallada del aspecto genético o sicamente tres movimientos o direcciones argumen- evolutivo en los trabajos de Piaget (194 7, 1967, 1972), tativas: Un movimiento topd own y bottomup en- Dornes (1996) y Malatesta (1990). Segundo, la es- tre el sujeto y el todo social articulado. Un movi- tructura valórica y de sí mismo: la comprensión psí- miento hacia el interior, el espacio vivencial, hacia quica del rol está asociada al desarollo de la estruc- los diferentes motivos y la estructura valórica y del tura interna de los valores y del sí mismo, en cuya sí-mismo y uno hacia el exterior, es decir, hacia los configuración confluyen y coinciden diversos pro- diferentes contextos sociales y sus expectativas cesos de internalización, como resultado de las cua- cuasi-objetivas. Y finalmente la posibilidad de iden- les acontece la cristalización de estructuras reflexi- tificar disfuncionalidades, distorsiones y malogros vas a lo largo de las cuales se incrementa la capaci- evolutivos a partir de los cuales sea posible explicar dad de la percepción diferenciada y se modifica la la estructura y dinámica dominante. comprensión del traspaso de roles. Kernberg (1976), Una teoría crítica, basada en la problematización de Stern (1977, 1985) y Moreno (1954 ) han descrito la la relación sociedad-sujeto, que pretenda superar las configuración sucesiva de las estructuras reflexivas restricciones disciplinarias administrativas y los necesarias para la percepción diferenciada tanto del reduccionismos epistemológicos oportunistas, al mis- otro como de uno mismo, logro necesario para la mo tiempo ha de considerar y de interrogar críticamente asunción y el traspaso de roles. Tercero, el espacio la validez de semejantes distinciones. Un buen ejemplo intrapsíq uico: el aprendizaje de roles en primer lu- para ello lo constituyen los trabajos de Canguilhem gar es un proceso afectivo, acompañ ado de un re- (1966), Castel (1976) y Foucault (1954 , 1961, 1999), so- fuerzo del enfoque subjetivo, diversos efectos de bre lo normal y lo patológico y los estudios de Butler imitación y el intercambio efectivo de roles. Al ha- (1987, 1990), Taylor (1989) o Dor (1994 ) relativos a las blar de espacio interior (Moreno, 1959) se desplaza categorías del interior y del exterior. El elemento común la atención desde el contenido cuasi-objetivo de un a las investigaciones más recientes es que dichas cate- rol determinado hacia la comprensión y representa- gorías, lejos de preexistir con anterioridad a la constitu- ción subjetiva del mismo, su coherencia y lógica in- ción del sujeto, son pensadas como el efecto de distin- ternas. Cuarto, los diversos sistemas de motivación: ciones conceptuales trazadas discursivamente. Por 108 BRUNNHUBER Y BORNHAUSER consiguiente, se trata en los casos comentados de efec- general, ya no puede ser tratado como un aconteci- tos de discurso, productos de un repliegue reflexivo miento regional o conjuntural, acaso generado a partir que transciende los esquemas lineales y las relaciones de la dinámica propia de determinadas ramas econó- causa-efecto convencionales. Una teoría integrativa micas particulares, sino que demanda ser compren- de la relación sociedad-sujeto a la altura de las exigen- dido y tratado como un producto tardío del capita- cias epistemológicas contemporáneas deberá consi- lismo. Siguiendo la línea argumentativa expuesta por derar las consecuencias cognoscitivas y teóricas que J . Schumpeter (1993) y J . M. Keynes (1936) a propó- se desprenden de lo anterior. sito de la crisis de empleo de los años 30, más que un fenómeno pasajero, circunscrito a determinados factores exógenos – y, en consecuencia, impredecibles Un Ejemplo: Desempleo Masivo e incontrolables– , el desempleo masivo es un sínto- yPat olog í a Nar c isist a ma, una expresión o manifestación generada por el A continuación, se propone ilustrar lo expuesto mediante el análisis del desempleo masivo, un fenómeno actual extensamente difundido y que supera ampliamente tanto el ámbito de la sociología clásica como el marco de la psicología individual. Como primer acercamiento se propone discutir la relación entre las cuotas de desempleo y el modelo económico dominante, es decir, la forma en la cual se organizan la circulación de capital y de mercancías, las relaciones de propiedad, el proceso de producción carecterístico, etc., por lo cual será necesario dedicar algunas consideraciones al funcionamiento del modelo económico imperante en prácticamente todo el mundo. Este modelo posee la paradojal particularidad, por un lado, de constituir al hombre como subjectum, como un súbdito, un ente insalvablemente sometido, sujetado y determinado por una instancia que lo trasciende y supera y, por el otro, de exigir y demandarle que se comporte como sujeto ilustrado, es decir, librado del yugo de la dominación externa, dotado de facultades cognitivas destacadas que lo vuelven transparente ante sí. El desempleo masivo dista de ser un fenómeno transitorio propio del fin del siglo XX, sino que es un momento inherente al desarrollo del mercado competitivo moderno y, por consiguiente, una propiedad estructural de las sociedades modernas. El desempleo, ante el trasfondo de un convencimiento general que una “sociedad de dos tercios” 9 repre- senta la única alternativa socioeconómica factible 9 Esta expresión alude a que un número significativo, a sab er, un tercio de la pob lación activa en rigor y a no “ se necesita” para la mantención, el aseguramiento, la identi- propio mercado. Los mercados competitivos, el contexto general en el cual se produce la situación de desempleo anteriormente comentada, como se sabe actualmente, son inmanentemente inestables y subconsumtivos, una afirmación que se puede precisar al menos en tres aspectos. En primer lugar, el grado de globaliz ación, un fenómeno relativamente reciente que, a grandes rasgos, describe el desprendimiento o la desvinculación del acontecer económico de su marco contextual local y la pérdida concomitante de saberes culturales y regionales como consecuencia de esta mayor movilidad geográfica (Gray, 1999). La dificultad de regionalizar o circunscribir los mercados competitivos modernos a zonas o áreas delimitadas, implica la necesidad inminente de revisar ciertos argumentos económicos clásicos. En especial el argumento de J . B. Say (1972), que postula que cada producción crea su propio ingreso, o el teorema de la ventaja relativa de costo de D. Ricardo (1817), teoremas que subyacen a la economía clásica, y que a la luz de los desarrollos contemporáneos resultan altamente dudosos. Segundo, bajo las citadas condiciones de competencia siempre se trata de invertir un máximo en tecnología eficiente. Actualmente existe una poderosa presión tecnológica, que conduce forzosamente a efectos de liberación o desprendimiento (Minford, 1997), un efecto que es responsable de 2/ 3 de los desempleados. Siempre será más racional sustituir plazas de trabajo por tecnologías alternativas, ya que éstas, a diferencia de lo que sucede con los obreros, conllevan siempre un incre- ficación h acia el interior y la delimitación h acia el exte- mento de la competitividad y de la eficiencia de la rior de la sociedad postindustrial.Como consecuencia de producción. Se han analizado sobre todo tres efec- esta relación much os grupos marginales o minoritarios no solamente h an sido desacoplados del desarrollo h acia un b ienestar creciente, sino que simplemente y a no son inte- tos directos del factor tecnológico sobre el mercado laboral: a) los elevados efectos de escala con- grab les en el desarrollo de sociedades de masa complej as. ducen a una producción más barata y a largo plazo Este efecto de exclusión h a sido verificado empí ricamen- a ingresos regionales más bajos, b) se ha creado te y a nivel glob al se presenta de manera aún má s agravada, por lo cual tamb ié n se h ab la de una sociedad de 2 0 : 8 0 o del modelo de Brasil ( M artin & Sch umann, 1 9 9 6 ) . una nueva figura social, llamada por Toffler (1980) “prosumidor”, en la que el consumidor final está MERCADOS ECONÓMICOS Y PATOLOGÍA NARCISISTA 109 cada vez más implicado en el proceso de produc- relaciones concretas de dominación (Althusser, ción y de logística, c) mediante el incremento del 1977). Toda sociedad para su supervivencia y man- empleo intensivo de tecnologías se requieren tra- tención requiere de la reproducción de dichas rela- bajadores no-calificados en un grado creciente, que ciones de poder a través de los modos de subjetivi- en un segundo paso son fácilmente eliminables por dad que ella implementa y fomenta (Foucault, 1994). otro paso de racionamiento. Se observa, entonces, Por ende, cualquier análisis psico-social tendrá que como se produce un aumento de la productividad prestar particular atención a las diversas modalida- de la hora laboral media. Es decir, no se incrementa des de engranaje entre mecanismos establecidos de la productividad creando nuevas plazas de trabajo, control social y manifestaciones contemporáneas de sino que se involucra al individuo más intensamente subjetividad asociadas a cambios en la estructura en el acontecer económico; en otras palabras, se social. intensifica su explotación y desguazamiento. En tercer lugar, habría que considerar el factor En años recientes se ha constatado un incremento notable del interés por la temática del narci- demográfico, responsable del incremento relativo y sismo. Kernberg (1970, 1975) recuperó el concepto absoluto de trabajadores potenciales. Debido a lo de narcisismo para la discusión psicopatológica con- anterior se ha producido un aumento exponencial temporánea, Lasch (1971) puso en circulación el tér- de la oferta de fuerza de trabajo, una oferta a la cual mino de la “cultura del narcisismo” (1979), mientras el mercado no puede responder adecuadamente. que Lipovetsky (1983) incorpora su análisis de la Como factores adicionales se añaden la estruc- figura de Narciso a su discusión del individualismo tura de demanda, la creciente proporción especula- contemporáneo en la llamada “era del vacío”. El auge tiva, el significado de condiciones externas de re- de esta preocupación debe ser entendido como re- producción, la elevada cuota del sector de servicios sultado de la conmoción simultánea de la estructura y las relaciones entre micro y macroeconomía. y dinámica de la sociedad y de los modos de subje- En resumen, la lógica económica imperante en tividad dominantes. Tras haber expuesto con ante- los mercados globalizados contemporáneos puede rioridad un enfoque macroeconómico de un proble- ser descrita como intrínsecamente subconsumtiva. ma social contemporáneo –el desempleo masivo–, Los mercados económicos en el capitalismo tardío ahora, partiendo del concepto de rol, nos centrare- se caracterizan por un efecto de racionamiento, de- mos en las repercusiones individuales de este fenó- terminado a su vez por el comportamiento competiti- meno. vo marcado por medidas tales como elevadas inver- Retomando una de las ideas centrales de los teó- siones tecnológicas y capitales financieros altamente ricos del rol, se puede diferenciar el concepto de especulativos, lo que en un corte longitudinal favo- identidad social de aquellos de identidad personal e rece la reducción de plazas de trabajo. O sea, la ten- identidad del yo. De manera abreviada, la identidad dencia inherente a los mercados competitivos, que social y personal forman parte, ante todo, del con- se rige por consideraciones macroeconómicas, ge- junto de expectativas y definiciones que tienen otras neralmente ajenas a sus implicaciones sociales, es personas respecto del sujeto. Ambas implican el des- directamente contraria a la demanda de empleo com- empeño de un rol estructurado, rutinario y estanda- pleto. Como efecto de lo anterior, se crea una contra- rizado en la organización social. La identidad del yo, dicción entre las exigencias sociales y la realidad en cambio, ha de ser construida reflexivamente, en económica imperante. Sin embargo, la mayoría de otras palabras, es el resultado de un proceso subje- las teorías sociológicas y psicológicas están basa- tivo. De especial interés para esta investigación son das en modelos económicos anticuados como el lla- aquellas constelaciones en las cuales se constatan mado modelo mecánico (Georgescu-Roegen, 1971), discrepancias o contradicciones entre la autoiden- incapaces de corresponderse con la situación ac- tidad, es decir, entre la identidad que el sujeto se tual. Generalmente, las repercusiones de los cam- atribuye a sí mismo y la aloidentidad que le confie- bios acontecidos en el llamado sustrato económico ren los demás. Dichas discrepancias son particular- solamente han sido captadas insatisfactoriamente. mente interesantes en los casos de sujetos estigma- Empero, las formaciones teeóricas en psicología y tizados, que, en un principio, tienden a definirse a sí sociología no pueden permanecer indiferentes ante mismos como iguales a cualquier otro, mientras que el hecho que toda forma de sociedad está basada en simuláneamente son definidos por quienes los ro- el establecimiento y la consolidación de determina- dean como sujetos marginales. Dada esta autocon- das relaciones de poder materializadas a su vez en tradicción básica del sujeto estigmatizado resulta 110 BRUNNHUBER Y BORNHAUSER comprensible que realice grandes esfuerzos para Siguiendo con esta idea, la captación íntegra de encontrar una solución a su conflicto (Goffman, la importancia del trabajo y de los roles asociados para la conformación subjetiva no se agota en la 1967b). El proceso de creación y desarollo de sujetos capa- consideración de las exigencias que éste ha de cum- ces de convertirse en actores sociales es el resultado plir con tal de asegurar las condiciones materiales de relaciones de reciprocidad entre procesos psíqicos mínimas de sobrevivencia. Además de lo anterior, se “internos” y condiciones circundantes socialmente ha de tener en mente el siguiente estado de cosas: mediatizadas (Weber, 1920). Un factor sustancial a la Como ya se tuvo ocasión de advertir, cada sociedad hora de emprender la determinación de la identidad se perpetúa mediante la introyección e internali- social del sujeto, una de las intersecciones más comen- zación de determinadas relaciones de poder por par- tadas, ya sea desde la perspectiva psicológica o socio- te de sus ciudadanos, un proceso para el cual se lógica, es la correcta estimación de su perfil de rendi- fomentan o sancionan determinadas formas de sub- miento individual (Hirsch, 2000). Solamente mediante jetividad, controlando de esta manera la reproduc- él el sujeto es identificado y reconocido como parte ción de sus condiciones de subsistencia (Marcuse, integrante del todo social y sólo de esta manera puede 1968, 1969). Las relaciones entre sujeto y sociedad, aspirar a obtener las recompensas y los servicios pro- lejos de reducirse a un puñado de interacciones pun- pios de una sociedad de bienestar, interesada en pro- tuales e unidireccionales, se extienden a un todo mover la seguridad social mediante el sostenimiento complejo de relaciones de reciprocidad en constan- de redes sociales lo suficientemente resistentes y den- te reformulación, una constelación plural, inestable , en ese sentido y plástica, siempre a punto de deshacerse y en la sas. El valor del sujeto, su autoestima 10 está definido indirecta pero inevitablemente mediante cual se conjugan factores afluyentes de diversa ín- su rendimiento, ya que para su fijación y tasación siem- dole. Los procesos de marginación y de exclusión, pre requiere de una significación exógena, una atribu- en ese sentido, contribuyen decisivamente a la con- ción de sentido por parte de otros (Hä feli, Kraft & solidación de las relaciones de poder establecidas y Schallberger, 1988). En otras palabras, la constitución del tipo de sociedad en el cual éstas se hayan encar- de su identidad pasa por la realización de su rol laboral. nadas (Foucault, 1994). De no ser esto posible, se conformaría una discrepan- La pregunta que se puede formular tras evaluar cia notable entre las atribuciones y expectativas exter- el proceso de constitución de subjetividad bajo co- nas, que definen el hombre moderno como individuo participación activa del universo social es: ¿Tiene el padre de familia, monogámico, trabajador, por un lado, sujeto moderno un valor propio, más allá del reco- y la realización efectiva, por el otro. nocimiento social recibido en virtud de su disposi- Como ejemplo del puñado de exigencias socia- ción al trabajo remunerado? Y, en segundo lugar, les formuladas hacia los sujetos acaso puedan ser- ¿qué modos contemporáneos de producción de sub- vir los numerosos manuales de psiquiatría en uso – jetividad han de ser considerados a la luz de los DSM-IV, ICD-10– que consideran la mantención de cambios acontecidos a nivel de la estructura econó- la capacidad laboral como criterio indispensable de mica? normalidad. Cualquier merma o irregularidad en el La relativa alienación entre la determinación sub- rendimiento laboral inmediatamente se convierte en jetiva ineludible, experimentada por la presión de las señal inequívoca de que se está ante una “altera- condiciones materiales, por un lado, y la demanda ción” o un “trastorno” mental. Ser sujeto en la so- social, formulada en tono imperativo, por el otro, ciedad industrial tardía aparentemente significa in- encuentra su expresión más actualizada en el debate mediatamente estar puesto ante la disyuntiva entre en torno al narcisismo. Este tema en los últimos años ser sujeto productivo o simplemente no ser. ha experimentado un interés renovado, hasta el pun- 10 La palabra Selbstwert,d ev as t a rai g ambre f i lo s ó f i c a e ne l narcisismo de su contexto teórico-clínico inicial, ha pe n s ami e n t o ale má n ,s es u e le t rad u c i r al c as t e llan oc o mo hablado de toda una “época narcisista”. El narcisis- to de que Lasch (1971), extrapolando el concepto de au t o e s t i ma,u n a t rad u c c i ó nq u eo c u lt a las i mpli c ac i o n e s e c o nó mi c as de l t é rmi no .El pro ble ma de l v alo r pro pi o (Ei g en wert)d e l s u j e t o re pro d u c eu n a c o n o c i d a d i s c u s i ó n mo, en la mayoría de los trabajos publicados al respecto, aparece como un fenómeno clínico vinculado e nc i e n c i ase c o n ó mi c asa pro pó s i t od e la d i s t i n c i ó ne n t re a un desequilibrio entre las necesidades de seguri- v alo r d eu s o (Gebra u c h swert)y (T a u sc h wert)(M arx ,1 8 6 7 - dad y ligazón, por un lado, y la curiosidad o la con- 1894) ,una ant i g ua po lé mi c a a part i r de la c ual s e ha s abi do re c o no c e r la i mpo rt anc i a de lo s me c ani s mo s de i n t e rc ambi o para e l f u n c i o n ami e n t od e la s o c i e d ad . ducta exploratoria, por el otro. Dicho desequilibrio puede dar origen a lo que ha sido distinguido como MERCADOS ECONÓMICOS Y PATOLOGÍA NARCISISTA el síntoma axial de la formación sustitutiva narcisis- 111 racterizado como un cuadro clínico basado en un ta, a saber, una desregulación del valor de sí. Ni si- desequilibrio entre las necesidades de protección, quiera las descripciones clínicas más ateóricas han seguridad y orden, por un lado, y las tendencias sido capaces de ocultar que el síndrome medular del centrifugales tales como interés, búsqueda, curiosi- narcisismo se relaciona con la percepción y repre- dad, por el otro, se vuelve necesario preguntar qué sentación adecuada de sí y la alteración subsecuen- formas de seguridad y sostén ofrece el marco social te del comportamiento interpersonal. Aunque en los y cómo se organizan las respuestas sociales insti- trastornos narcisistas a primera vista pareciera exis- tucionalizadas formuladas con la intención de res- tir un sí mismo coherente, el sentimiento de sí es ponder a dichas necesidades. eminentemente frágil y necesita de la presencia de El aseguramiento social del individuo, su inser- “self-objects” cuya admiración sirve de apoyo o ción e incorporación en las sociedades industriales muletilla (Akhtar & Thomson, 1982). Detrás de la tardías se determina y regula a través de la disposi- aparente integración del sí mismo en los trastornos ción manifiesta de éste a emplearse en el mercado narcisistas se ocultan una difusión interna de la iden- laboral, su tasación como fuerza de trabajo (Sennett, tidad y una desorientación con respecto a los pro- 1998). A partir del momento en que se pierde o cesa pios fines (Kernberg, 1984). La ejecución de tareas aquella disposición, automáticamente también se extraordinarias y grandiosas, en las cuales el sí mis- pierde la mayor parte de las ventajas y garantías mo se reconoce y afirma, son de particular importan- sociales, al igual que el sujeto repentinamente se ve cia. Fantasías de grandeza, éxito y poder desmesu- desprovisto de su lugar asignado en la estructura rado, sobreestimación de las capacidades y posibili- social. El reconocimiento social del sujeto, una ope- dades reales, exigencias de reconocimiento y admi- ración fundamental para la constitución del valor de ración, reacciones desproporcionadas a insinuacio- sí, se determina a través de su perfil de rendimiento nes leves de crítica, son solamente algunas de las individual, que se mide básicamente mediante su características distintivas que se vinculan directa- disponibilidad de ingresar al mercado laboral y de mente con la alteración del valor de sí mismo permanecer en él (Raeder & Grote, 2000). Que esta (Kernberg, 1975, 1981; Kohut, 1983). disposición haya sido definida como una función El debilitamiento o la desintegración de las redes consciente, únicamente dependiente de la voluntad sociales (Sennett, 1980), el lento pero progresivo ais- del sujeto, indudablemente es el efecto de la difu- lamiento del sujeto, puede inducir a agudizar el des- sión secularizada de la autocomprensión de sí como equilibrio anteriormente constatado y contribuir a la sujeto moderno, autónomo, provisto de antemano emergencia de síntomas clínicos agudos tales como de las herramientas necesarias para enfrentar exito- la alteración del control de los afectos y de los im- samente un medio hostil y adverso. pulsos, experiencias de despersonalización y Aparentemente, tal como se desprende de las desrealización, etc. Lo que comparten todas estas cogitaciones precedentes, existe una relación entre el manifestaciones clínicas entre sí es que en todas perfil de rendimiento individual, los sistemas de se- ellas hay una alta cuota de incertidumbre e inseguri- guridad social y la problemática, aún incierta, del va- dad con respecto del sí mismo, el cual es experimen- lor propio o valor de sí. Pareciera ser que la forma en tado como frágil, inseguro e impotente (Singer, 1977a, que se han organizado los sistemas de seguridad so- 1977b) y que dicha inseguridad ha de ser compensa- cial y de empleo, más que contribuir a resolverla, de lo da reactivamente mediante la producción de fanta- contrario reproducen, favorecen y mantienen formal- sías de grandeza aumentadas e irreales. La patología mente aquella patología psíquica conocida como for- narcisista, de esta manera, se presenta como un in- mación narcisista. Siguendo a Foucault (1961), se tento, logrado a medias, por corresponderse con un podría agregar a la argumentación precedente, que sta tu sq u o social predeterminado, definido e impues- cada formación social está basada en el funciona- to por una cierta forma de organización de la socie- miento correcto de determinados mecanismos de ex- dad, desarticulada de las condiciones de posibili- clusión social, responsables de la definición de la iden- dad del medio que ofrece la precaria base económi- tidad colectiva hacia el exterior. La creación y conser- ca. En este caso, se trata de precisar la relación entre vación de determinadas categorías psicopatológicas la organización intrapsíquica del sí mismo constata- es un primer paso en aquella relación reflexiva que da en la patología narcisista y los procesos sociales cada sociedad establece hacia sí, la ocupación de circundantes, que en esta materia son procesos de aquellos lugares vacíos por individuos concretos es orden macroeconómico. Si el narcisismo ha sido ca- un segundo paso indispensable para el aseguramien- 112 BRUNNHUBER Y BORNHAUSER to hacia el exterior. Asimismo, concretizando lo ante- pensada mayoritariamente desde una de estas ver- rior, se puede decir que la autorreferencialidad de los tientes descuidando el movimiento complementario, sistemas de seguridad social, su repliegue creciente lo que ha conducido a la formulación y difusión de sobre sí, se encuentra en una relación de sentido con dos modelos de sociedad: la versión colectivista y síntomas clínicos tales como falta de autenticidad, la versión individualista. Estas interpretaciones de dependencias múltiples, vacío crónico, fantasías de la sociedad, a su vez, implican una determinada con- grandeza, sobreidealizaciones y degradaciones y cepción de sujeto. La respectiva visión-de-hombre otros fenómenos vinculados con la estabilización del contenida ya en las premisas fundamentales de cada formación teórica no es reconocida ni problematizada valor propio. Si los mercados competitivos globales, caracterizados como formalmente inestables y subcon- por ésta sino que opera como determinación epistemológica oculta. sumtivos, reproducen socialmente un correlato de El concepto de rol, tratado tanto por la psicolo- la psicología de las neurosis, entonces se imponen gía como por la sociología, se ofrece como una no- las siguientes dos preguntas: En primer lugar, ¿cuál ción productiva a la hora de repensar la relación su- es la lógica que prescribe que los sistemas de ase- jeto-sociedad. La discusión del rol identificó tres guramiento y seguridad social estén organizados en distinciones clásicas que subyacen a una aproxima- función del ingreso y el rendimiento del sujeto, per- ción tradicional al problema de la relación sujeto- petuando una lógica utilitaria y racional? En segun- sociedad: la distinción entre el sustrato y la supra- do lugar, si desde un punto de vista (macro) econó- estructura, la distinción entre el interior y el exterior mico la demanda por empleo total ha sido desen- y, finalmente, la distinción entre lo normal y lo pato- mascarada como insostenible, ¿cómo puede seguir lógico. A la luz de los desarrollos teóricos recientes operando a nivel psicológico, produciendo conse- en filosofía, filosofía de las ciencias y las mismas cuencias psicopatológicas cuyo alcance supera los ciencias naturales, estas distinciones, habitualmen- marcos comprensivos actuales? La re-formulación y te asumidas como naturales y comprensibles de precisión de estas preguntas, cuya respuesta de- suyo, deberán ser interrogadas y problematizadas. mandará la labor coordinada de profesionales de di- La reflexión epistemológica que deberá acompañar versa índole, acaso podrá servir como guía para pen- esta interrogación con tal de superar su hermetismo sar nuevas formas de articulación entre lo subjetivo y autorreferencialidad deberá abrirse al diálogo con y lo social a propósito de desempleo masivo y la otras disciplinas y prácticas discursivas. patología narcisista. A partir de la discusión crítica del concepto de rol se desprende que sujeto y sociedad no han de Discusión ser pensados como entidades o sustancias apriorísticas, sino como funciones complejas, plásticas y Actualmente la consideración empírica de la par- poliformes, fundadas en su constante interacción. ticipación de factores llamados sociales en la El rol, concebido como el punto dinámico de inter- causación y mantención de determinadas enferme- sección entre el sujeto y la sociedad, al contribuir al dades (psíquicas) es un hecho que goza de crecien- establecimiento de patter ns relacionales relativamen- te popularidad en la comunidad científica. No obs- te estables, se ofrece como punto de partida para tante, los modelos (infeccioso, celular-biológico, diag- precisar esta relación. La ventaja de la noción de rol nóstico, etc.) de enfermedad empleados suelen ser consiste precisamente en que no es una idea abs- excesivamente reduccionistas y unilaterales. La des- tracta, engendrada por la teoretización especulati- cripción del objeto de las ciencias humanas requiere va, sino un concepto aprehensible, encarnado en un modelo cíclico o recursivo, que sustituya la formaciones psíquicas y sociales concretas. causación unidireccional por relaciones complemen- Por último, el ejemplo del desempleo masivo y tarias de reciprocidad. De este modo, no se debe las patologías narcisistas ilustra y subraya la pro- perder de vista cómo nuestras condiciones socia- blemática tratada. En este caso, la estrecha relación les, que conforman el encuadre a nivel macro, a su entre perfil de rendimiento individual y standards vez son constituidas por determinadas enfermeda- sociales de seguridad produce una figura de rol en des individuales. Es decir, se han de combinar simul- la cual se reduplica constantemente la psicopatolo- táneamente dos movimientos contrapuestos identi- gía narcisista. Desde un punto de vista epistemoló- ficados como top-down y bottom-up. gico, la relación entre sujeto y sociedad no ha de ser La relación sujeto-sociedad hasta la fecha ha sido entendida únicamente de manera lineal y uni- 113 MERCADOS ECONÓMICOS Y PATOLOGÍA NARCISISTA direccional, sino de un modo dialéctico y fractal. efecto, que suponen implícitamente la comprensibi- Existen contadas analogías entre lo particular y lo lidad de suyo de las distinciones clásicas comenta- general, tanto desde un punto de vista formal como das (Lyotard, 1979). La recuperación crítica del con- en cuanto a contenidos y morfología (Ciompi, 1997). cepto de rol, una idea dejada de lado por el debate Los trastornos narcisistas aparecen como producto científico durante las últimas décadas, a nuestro de una lógica económica patógena, que enfrenta a parecer constituye un aporte decisivo a la elabora- los sujetos a la insalvable contradicción entre los ción de una teoría crítica centrada en la considera- roles sociales de los cuales disponen con tal de cons- ción de las relaciones sujeto-sociedad. tituir su identidad y la falta de posibilidades concretas para desempeñar estos roles. Más que un efecto Referencias colateral no deseado, los fenómenos asociados al narcisismo aparecen como productos intrínsecos de un determinado modelo económico, que se estabiliza precisamente en la exclusión y marginación de aquellos sujetos “disfuncionales” y “anormales” no sin antes promover precisamente la producción de estos modos de subjetividad. Si la relación sujeto-sociedad no se reconstruye únicamente como una constante racional, sino que se considera a partir de determinadas manifestaciones disfuncionales y patológicas, se entreabren una serie de consecuencias. Estas consecuencias no son únicamente de tipo intelectual-teórico, sino que tienen una dimensión fáctica o sociopolítica concreta. Si los mercados económicos debido a razones inherentes y lógico-formales efectivamente son inestables y subconsumtivos y si al mismo tiempo reproducen un correlato psicopatológico, entonces se plantea la pregunta si merece la pena organizar nuestros sistemas sociales de seguridad en torno al ingreso y rendimiento laboral de los sujetos. El tradeoff del crecimiento económico y del porcentaje de ocupación más bien sugiere lo contrario y exige la implementación de un basi c i ncome capi tali sm que contempla un ingreso de base garantizado, financiado mediante los impuestos e independiente de los mercados económicos (Friedman, 1962). Efectivamente, el h omo soci olog i cus de R. Dahrendorf (1958) mediante la recepción de aspectos psicológicos y la distinción de diferentes contextos sociales ha experimentado una diferenciación adicional que contribuye a la comprensión de la compleja e irreductible relación entre sujeto y sociedad. De esta manera, ciertas manifestaciónes abordadas tradicionalmente por la psicología individual repercuten necesariamente en las formaciones teóricas circunscritas al ámbito de lo social, mientras que, a su vez, determinados fenómenos sociales afectan la las prácticas discursivas promovidas por la psicología. Las respectivas relaciones, como se ha tenido ocasión de señalar, superan el marco de los modelos lineales, basados en esquemas simples de causa- Akhtar, S. & Thomson, J. A. (1982). Overview: Narcissistic personality disorder. American Journal of Psychiatry, 139, 1 01 3- 1 01 6 . Althusser, L. (1969). La crí tica de Marx. En L. Althusser, Para leer el Cap ital (p. 194). México: Siglo XXI . Althusser, L. (1977). I de o l o gi e und i de o l o gi s c h e Staatsapparate.Aufsätz e z ur marx ististischen Theorie . Hamburg: VSA. Althusser, L. (1994). Écrits p hilosop hiq ues et p olitiq ues, Tomo 1. Parí s: I MEC. Althusser, L. (1995). Écrits p hilosop hiq ues et p olitiq ues, Tomo 2. Parí s: I MEC. Braunstein, N. (1980 ). Psiq uiatrí a, teorí a d el suj eto, p sicoaná lisis. México: Siglo XXI . Braunstein, N. (Ed.). (1975 ). Psicolog í a:I d eolog í a y ciencia. México: Siglo XXI . Butler, J. P . (1987). S ub j ects of d esire:Heg elian reflections in t we n t i e t h centur y Fr a n c e . New Yo r k : Co l u m b i a University Press. Butler, J. P . (1990). Gender trouble:Feminism and the sub v ersion of id entity. New York: Routledge. Canguilhem, G. (1966). Le normal et le p atholog iq ue. Parí s: Presses Universitaires de France. Castel, R. (1976). L’ ordre psychiatrique:L’ âge d’ or de l’ alié nisme. Parí s: Éditions de Minuit. Ci o m p i , L. (1997). Di e elementaren Gr u n dl a ge n de s Denk ens. Gö ttingen: Vandenhoeck. Dahrendorf, R. (1958). Homo Sociologicus:Ein Versuch z ur Geschichte, Bed eutung und Kritik d er Kateg orie d er soz ialen Rolle. Opladen: W estdeutscher Verlag. Dahrendorf, R. (1983). Die Chance der Krise.Über die Zu k unft de s Li be r a l i s m u s . Stuttgart: De u t s c h e Verlagsanstalt. Dahrendorf, R. (1999). Ein d ritter Weg ? . Tü bingen: Siebeck, Mohr. Dauks, K. P . (1997). M enschenb ild und Politik k onz ep t in d en Gesellschaftswissenschaften. Aachen: Shaker. Deneke, F . W . (1989). Das Narz issmusinv entar. Bern: Huber. Dor, J. (1994). I ntrod ucció n a la lectura d e Lacan I I .La estructura d el suj eto. Barcelona: Gedisa. Dornes, M. (1996). Der k omp etente S ä ug ling :Die p rä v erb ale Entwick lung d es M enschen. Frankfurt a. M.: Suhrkamp. Dreitz el, H. P . (1986). Die g esellschaftlichen Leid en und da s Le i de n de r Ge s e l l s c h a f t . Vo r s t u di e n z u einer M ethod olog ie d es Rollenv erhaltens. Stuttgart: Enke. Durkheim, É. (1895 ). Les rè g les d e la mé thod e sociolog iq ue. Parí s: Presses Universitaires de France. Durkheim, É. (190 2). De la d iv ision d u trav ail social. Parí s: Presses Universitaires de France. Esser, H. ( 1 9 9 3) . So z i o l o gi e .A l l ge m e i n e Frankfurt: Campus. Gr u n dl a ge n . 114 BRUNNHUBER Y BORNHAUSER Foucault, M. (1954). Maladie mentale et psychologie. Pa- Foucault, M. (1961). Histoire de la folie à l’âge classique: (1969). L’ A rc h é o l o g i e du Lichtenberg, J. (1989). Psychoanalysis and motivation . Hillsdale: The Analytic Press. des sciences humaines. París: Gallimard. M. Lasch, C. (1971). The culture of narcissism. New York: Warner Books. Folie et déraison. París: Plon. Foucault, M. (1966). Les mots et les choses: Une archéologie Foucault, Lang, H. & Faller, H. (1998). Medizinische Psychologie und Soziologie. Heidelberg: Springer. rís: Presses Universitaires de France. savoir . París: L i p o v e t s k y, G. (1983). L’ è re du vide. Essais sur l’individualisme contemporain. París: Gallimard. Gallimard. Foucault, M. (1975). Surveiller et punir: Naissance de la Lucchini, R. & Ridore, C. (1979). Culture et société. Fribourg: Éditions Universitaires. prison. París: Gallimard. Foucault, M. (1984). Microfísica del poder. Madrid: Las Edi- Lyotard, J.- F. (1979). La condition postmoderne: Rapport sur le savoir. París: Éditions de Minuit. ciones de La Piqueta. París: Marcuse, H. (1968). Kultur und Gesellschaft. Frankfurt a. Foucault, M. (1999). Les anormaux: Cours au Collège de Marcuse, H. (1969). Ideen zu einer kritischen Theorie der Foucault, M. (1994). D i t s e t é c r i t s : 1 9 54- 1 9 88. M.: Suhrkamp. Gallimard. Gesellschaft. Frankfurt a. M: Suhrkamp. France ( 197 4 -197 5 ) . París: Gallimard. Freud, S. (1913). Totem und Tabu, Gesammelte Werke, Tomo Martin, J. & Frost, P. (1996). The organizational culture war games: A struggle for intellectual dominance. En S. R. IX. Frankfurt a. M.: Fischer. Massenpsychologie und Ich-Analyse , C l e g g , C . H a r d y & W. R . N o r d ( E d s . ) , Handbook of Gesammelte Werke, Tomo XIII. Frankfurt a. M.: Fischer. organization studies. London-Thousand Oaks-New Delhi: Freud, S. (1921). Freud, S. (1927). Die Zukunft einer Illusion, Gesammelte Sage. Martin, Werke, Tomo XIV. Frankfurt a. M.: Fischer. Freud, S. (1930). Das Unbehagen in der Kultur, Gesammelte H. P. & Schumann, H. (1996). Die Globali- sierungsfalle: der Angriff auf Demokratie und Wohlstand. Reinbek bei Hamburg: Rowohlt. Werke, Tomo XIV. Frankfurt a. M.: Fischer. Friedman, M. (1962). Capitalism and freedom. Chicago: Marx, K. (1867-1894). Das Kapital. Kritik der politischen Ökonomie. Hamburg: Meissner. University of Chicago Press. Georgescu-Roegen, N. (1971). The entropy law and the Malatesta, C. (1990). The role of emotions in the economic process. Cambridge, Mass.: Harvard University development and organization of personality. En R. A. Press. Thompson (Ed.), Nebraska Symposioum on Motivations Goffman, E. (1959). The presentation of self in everyday Goffman, E. (1967a). Interaction ritual. Essays on face-to Goffman, E. (1967b). Stigma. Notes on the management of (1999). False Dawn. The delusions of global Habermas, J. (1983). Moralbewuß tsein und kommunikatives U. & Schallberger, U. (1988). Berufsausbildung und Persö nlichkeitsentwicklung. Eine M. (Ed.). (2000). Psychoanalyse und Arbeit: Kreativität, Leistung, Arbeitsstö rungen, Arbeitslosigkeit. Kernberg, O. F. (1970). Factors, psychoanalytic treatment of narcissistic personalities, J. Amer. Psychoanal. Assn., O. F. (1975). B o rd e r l i n e conditions and Grenzen - aber wie durchlässig mü ssen diese sein? (pp. Moreno, L. (1954). Die Grundlagen der Soziometrie. Moreno, L. (1959). Gruppenpsychotherapie und Stuttgart: Thieme. Parsons, T. (1962). Toward a general theory of action. New Parsons, T. (1967). The social system. London: Routledge & Paul. (3ªEd.). Paris: Presses Universitaires de France. Piaget, J. (1967). La construction du réel chez l’enfant (4ª Kernberg, O. F. (1981). Structural interviewing. Psych. Clin. (1984). S e v e re S. & Grote, G. (2000). F l e x i b i l i s i e ru n g von Formen p e r s ön l i c h e r Identität und betrieblicher Identifikation. Zürich: Institut für Arbeitspsychologie der North. Am., 4, 1980, 169-195. F. R a e d e r, Arbeitsverhältnissen und psychologischer Kontrakt - Neue psychoanalysis. New York: Aronson. O. Piaget, J. (1972). Problèmes de psychologie génétique. Paris: Denoë l/ Gonthier. pathological narcissism. New York: Aronson. Kernberg, O. F. (1976). Object relations. Theory and clinical personality d i s o rd e r s . Psychotherapeutic strategies. New Haven: Yale University ETH Zürich. Ricardo, D. (1817). On the principles of political economy and taxation. London: Murray. Press. Keynes, J. M. (1936). Allgemeine Theorie der Beschäftigung, des Zinses und des Geldes. München, Leipzig: Duncker & H. Rosemeier, H. P. (1991). Medizinische Psychologie und Soziologie. Stuttgart: Enke. Samuelson, Humblot. Kohut, Minford, P. (1997). Globalisierung der Ökonomie. En E. U. Ed.). Neuchâ tel: Delachaux et Niestlé. 18, 51-85. Kernberg, Merton, R. K. (1968). Social theory and social structure. Piaget, J. (1947). La représentation du monde chez l’enfant Göttingen: Vandenhoeck & Ruprecht. Kernberg, of York: Harper & Row. Längsschnittstudie. Bern: Huber. Hirsch, University Psychodrama. Einleitung in die Theorie und Praxis . Handeln. Frankfurt a. M.: Suhrkamp. Kraft, Lincoln-London: Leverkusen: Leske und Budrich. Frankfurt a. M.: Suhrkamp. K., 36. 56-82). Berlin: Birkenhä user. capitalism. London: Granta. Habermas, J. (1981). Theorie des kommunikativen Handelns. Hä feli, Vo l . v. Weizsä cker (Ed.), Grenzenlos? Jedes System braucht spoiled identity. Englewood Cliffs: Prentice-Hall. J. 1-56), New York: Free Press. face behavior. New York: Doubleday. G r a y, (pp. Nebraska Press. life. New York: Doubleday. (1983). psychoanalytischen Narzissmus. Eine Behandlung Theorie der narzisstischer Persö nlichkeitsstö rungen. Frankfurt a. M.: Suhrkamp. P. H. & Nordhaus, W. D. (1998). Volkswirtschaftslehre. Viena: Überreuter. Say, J. B. (1972). Traité d’économie politique. París: CalmannL é v y. MERCADOS ECONÓMICOS Y PATOLOGÍA NARCISISTA Schumpeter, J. (1993). Theorie der wirtschaftlichen Sennett, R. (1980). Narcisismo y cultura moderna. Barcelo- Sennett, R. (1998). The corrosion of character: The personal consequences of work in the new capitalism. New N e w York: William Morrow and Company. Uexküll, T. v. (1990). Psychosomatische Medizin. München: Urban & Fischer. York: Norton. (1977a). Press. To ff l e r, A. (1980). The third wave. na: Kairos. M. Taylor, T. (1989). Sources of the self, the making of the modern identitiy. Cambridge, Mass.: Harvard University Entwicklung. Berlin: Duncker & Humblot. Singer, 115 The experience of emptiness in Vanberg, V. (1975). Die zwei Soziologien. Individualismus narcissistic and borderline states I: Deficiency and ego- und Kollektivismus in der Sozialtheorie. Tübingen: Mohr. defect versus dynamic-defensive models. International Weber, M. (1920). Die protestantische Ethik und der Geist des Kapitalismus. En M. Weber, Gesammelte Aufsätze zur Review of Psychoanalysis, 4, 459-470. in Religionssoziologie, Tomo I (pp. 17-206). Tübingen: Mohr. narcissistic and borderline states II: The struggle for a Weber, M. (1922a). Wirtschaft und Gesellschaft. Grundriß Singer, M. (1977b). The experience of emptiness sense of self and the potential for suicide. International Review of Psychoanalysis, 4, 471-482. Smith, A. (1776). An inquiry into the nature and causes of the wealth of nations. London: W. Strahan & T. Cadell. Stern, D. (1977). The first relationship. Cambridge, Mass.: Harvard University Press. Stern, D. (1985). The interpersonal world of the infant. New York: Basic Books. der verstehenden Soziologie. Tübingen: Mohr. We b e r, M. (1922b). Gesammelte Aufsätze zur Wissenschaftslehre. Tübingen: Mohr. Weiner, H. (1979). Psychobiology and human disease. New York: Elsevier. Wilker, F. W., Bischoff, C. & Novak, P. (Eds.). (1994). Medizinische Psychologie, Medizinische Soziologie (2ª Ed.). München: Urban & Schwarzenberg.