TU ESTILO, O NUESTRO ESTILO. Luis Companys, fue un político catalán, uno de los fundadores del partido político Izquierda Republicana de Cataluña, y presidente de la Generalidad catalana en el año 1934, al que al final de su vida, tras la guerra civil española, fue primeramente secuestrado de su exilio en Francia y después fusilado en el año 1939 en el castillo de Montjuic por el régimen dictatorial de Franco. Historia trágica e injusta como entre otras muchas de esa época, pero que puso de relieve las indestructibles convicciones del político independentista, ya que fue un hombre que según sus contemporáneos y las pocas imágenes que se guardan de la época, tenía una manera de vestir cuidadísima con un estilo impecable en el que no descuidaba ni el mas mínimo de los detalles, y así siempre en la solapa de su chaqueta siempre le acompañaba un elegantísimo pañuelo de seda blanco, que no quiso ni siquiera el día de su muerte le retirarán, llevo hasta las ultimas consecuencias tanto sus ideales políticos como estéticos. ¿Es esta situación trasladable a nuestra realidad deportivo-futbolística? Me explico, en primer lugar, por descontado, no se trata de fusilar a nadie, por lo tanto que nadie se asuste, si no lo que quiero poner de relieve es la disyuntiva, que tan de moda se a puesto entre los entrenadores, monitores, instructores, y gestores del futbol como en relación a otros deportes colectivos, por la que los entrenadores, o bien, tienen que “morir” y llegar hasta el final con su “estilo” y su formar de entender el desarrollo del juego, sea cual sea el resultado, o bien, es el entrenador el que debe adaptarse a las características del colectivo, y ceder por lo tanto en sus creencias futbolísticas. Seguramente la respuesta no sea la misma en la práctica deportiva en los primeros años del aprendizaje y de la enseñanza, como en los grupos de seniors, profesionales, o neo profesionales. Pero intentare dar unas pinceladas, y ofrecer una modesta opinión sobre el asunto, que como siempre será susceptible de ser rebatida. Lo que a mi entender sostiene y avala a los grandes entrenadores de futbol de hoy día, y en nuestro caso del futbol sala, son los que aun imprimiendo al equipo una marca e impronta personal, tienen la suficiente capacidad e inteligencia y flexibilidad de planteamientos para a lo largo de la temporada optimizar al máximo las virtudes del grupo, y combinar los recursos, y por lo tanto, obtener los objetivos marcados; por que lo importante es extraer del grupo “su estilo”, en consecuencia estoy mas cercano a las tesis de la adaptación. Por poner un ejemplo, a mí me puede convencer y ser un ferviente seguidor de los postulados apegados a solventar los partidos desde la defensa y la intensidad defensiva, pero si mis peones no son de gran despliegue físico y lentos, no planteare un acoso al rival por todo el campo, replegare y juntare las líneas con un gran trabajo colectivo y ayudas. Por que es inconsistente e irracional, el querer sacar agua del desierto, sino lo hay, por lo que, el que acredita pragmatismo y optimiza los recursos de las plantillas al máximo, demuestra inteligencia y gran valía, si lo acaba consiguiendo, por que al Sr. Companys, y esta es la moraleja de la historia desgraciadamente con pañuelo o sin pañuelo lo iban acabar fusilando. Un saludo. * Mariano Torre Arnaiz es Abogado y Secretario del GRUPO RC Fútbol Sala.