El precio del calentamiento

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el
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•
La gestión de los mares y los
océanos tiene una importancia
crucial.
El estudio que defiende Al Gore
L ex vicepresidente de EE.UU., Al Gore, en su famoso documental “An inconvenient truth” (“Una
verdad incómoda”), que le ha dado a conocer como defensor del medio ambiente en todo el mundo, defiende el estudio sobre el calentamiento del planeta del británico Nicholas Stern.
Según este estudio, en el caso de que no se tome ninguna medida para frenar las emisiones de
CO2, el volumen de gases que provocan el efecto invernadero se triplicaría al final del siglo XXI, generando un aumento de la temperatura de 5 grados. Si así fuera, el colapso social y económico sería
evidente, sobre todo en el continente africano, donde se perdería un tercio de los cultivos agrícolas
ante la menor fertilidad de la tierra. Además, el deshielo de los cascotes polares provocaría un incremento del nivel del mar que anegaría Bangladesh, Vietnam y la costa andina de América del Sur; así
como inundaciones en grandes urbes como Londres, Shanghai, Nueva York, Tokio y Hong Kong. Asimismo, este incremento térmico extendería las hambrunas por el mundo, más de 1.000 millones de
personas se quedarían sin agua dulce, la selva del Amazonas desparecería, junto con numerosas especies de flora y fauna y los fenómenos meteorológicos extremos se intensificarían. Stern cita un
ejemplo muy revelador: los cinco grados de aumento representan la misma distancia térmica entre
nuestra Era y la Edad del Hielo.
E
De todas las herramientas que se
puedan usar, habrá que seleccionar las que presenten una relación
coste / beneficio más favorable.
La controversia. La
EL PRECIO DEL CALENTAMIENTO
NA de las causas del fracaso parcial de la ratificación del
Protocolo de Kioto es la falta de información económica sobre
los costes y los beneficios que generará el calentamiento global
de la tierra. Empresarios, meteorólogos, políticos y la sociedad civil
reclaman una aproximación al impacto económico del fenómeno
con el objetivo de establecer los puntos críticos que permitan a los
organismos internacionales hacer juicios de valor sobre la idoneidad
de tomar medidas para combatir o paliar sus efectos adversos.
U
DAVID NAVARRO
A
PESAR DE las ventajas económicas del libre mercado
como sistema de asignación
de recursos frente a la planificación centralizada, éste no siempre
garantiza la consecución del máximo bienestar posible para los ciudadanos. Los principales “fallos del
mercado” son los motivados por la
Escritura
6 PÚBLICA
competencia imperfecta, las externalidades y los bienes públicos.
Tradicionalmente, el medio ambiente ha sido un ejemplo para explicar las disfunciones del mercado
de las dos últimas variables. Aunque el Protocolo de Kioto se puede
explicar como un intento de internalizar los costes externos de la
emisión de gases que provocan el
efecto invernadero –es decir, pagar
por el perjuicio ocasionado a terceros que realiza un agente económico cuando produce y consume emitiendo dióxido de carbono–, en los
albores del siglo XXI es necesario
aumentar la relevancia del problema en su vertiente de bien público,
tal como señalan los expertos del
Instituto de Estudios Económicos
(IEE) en su informe titulado “Mitos
y realidades del cambio climático”.
El calentamiento global es un
hecho, independientemente de que
su origen pueda ser antropogénico. Por lo tanto, lo que debe preocupar a los gobernantes es los efectos que tiene el fenómeno sobre la
sociedad humana, ya que si estos
son mayoritariamente negativos
estará justificada la toma de medidas para combatirlo, ya sea mediante el Protocolo de Kioto o con
otro tipo de iniciativas multilaterales. Lo que es indudable, es que
las medidas que se implementen
deberán cumplir con los criterios
de racionalidad económica, es decir, que los beneficios de aplicarlas
sean superiores a los costes de implantación, no sólo en términos
económicos sino también sociales.
determinación de estos costes a escala mundial es una cuestión controvertida, no sólo por las importantes
incertidumbres existentes alrededor del cambio climático, sino
porque la subjetividad inherente
a una evaluación económica de este tipo es amplificada por la magnitud de la tarea, que tiene que enfrentarse a multitud de variables
en entornos geográficos muy diferentes y sin apenas bibliografía de
referencia, dada la relativa novedad de la materia. Además, la filiación ideológica a favor o en
contra del Protocolo de Kioto, o
simplemente la distinta sensibilidad respecto a las cuestiones ambientales, influye decisivamente
en la estimación.
Un ejemplo claro de este enfoque se encuentra en el caso norteamericano. En EE.UU., los primeros cálculos realizados por los
expertos señalaban que los daños
de una subida de temperaturas entre 2,5 y 4 grados centígrados, medidos en términos monetarios, su-
ponían unas pérdidas situadas en
la horquilla de los 80.000 y 180.000
millones de dólares de 1997, es decir, entre un 1 y un 2,5 por ciento
del Producto Interior Bruto (PIB)
del país. Sin embargo, las estimaciones más recientes –y optimistas– indican que un aumento de 2,5
grados genera un doble efecto: a
unos sectores de la actividad les
ayuda y a otros les perjudica, por
lo que las consecuencias en términos de coste pueden oscilar entre
los 21.000 millones de dólares de
pérdidas (0,25 por ciento del PIB) y
los 9.000 millones de beneficios (0,1
por ciento del PIB).
Así, teniendo en cuenta la dificultad, complejidad e incertidumbres existentes para realizar este
tipo de evaluaciones en el ámbito
planetario, no extraña demasiado
que los trabajos sobre la cuantificación de los daños globales del
cambio climático no sean numerosos. No obstante, el organismo de
Naciones Unidas, Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC en sus siglas en inglés) ha
realizado dos estimaciones a escala mundial por zonas geográficas
que resulta ilustrativo, elaborado
por los expertos Sam Fankhauser
y Richard S. Tol.
El calentamiento global es un hecho, independientemente de que
su origen pueda ser antropogénico
Escritura
PÚBLICA 7
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el
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La desertización
es una de las
consecuencias
directas del
calentamiento.
planeta. Para llegar a esta cifra, el
economista aplica el modelo “Page
2002” a los datos de predicciones
climáticas de 2001. A su juicio, la
mayoría del proceso se podría evitar con medidas que costarían una
vigésima parte del citado volumen. Stern se fija el objetivo de estabilizar las emisiones en una horquilla de 450 ppm a 550 ppm. Para
ello, el CO2 emitido debería equivaler en 2050 a la cuarta parte de
las emisiones actuales.
La rentabilidad. Los expertos en
En resumen, la mayoría de los
estudios sobre los impactos del calentamiento global ofrecen cuantiosas estimaciones de daños, tanto
económicos como sociales y ambientales, por lo que los organismos
internacionales manifiestan la necesidad de analizar caso por caso las
posibles medidas destinadas a mitigarlos, a la vez que se profundiza en
la valoración de estos impactos según se progrese en el conocimiento
del fenómeno. Sin embargo es llamativo el hecho de que el IPCC, el
organismo científico creado para
asesorar a la Convención Marco de
Naciones Unidas para el Cambio
Climático, haya dedicado tan poca
atención a esta cuestión fundamental, como lo demuestra el cambio de
objetivos de su grupo de trabajo.
En concreto, el IPCC ha pasado
de analizar el impacto económico
del calentamiento global en su “Second Assestment Report” de 1996
al estudio concreto de los gases de
efecto invernadero en el “Third
Assestment Report” de 2001. El re-
sultado de este cambio es que en
los informes del organismo desaparece cualquier mención a la valoración monetaria de los daños
globales del cambio climático, lo
que desincentiva a los investigadores y aumenta la desinformación respecto al problema.
Pérdida del PIB mundial. El economista británico Sir Nicholas
Stern, se ha aventurado a calcular
el impacto que tendrá el calentamiento global en la economía del
planeta. Para el experto, el Producto Interior Bruto mundial caerá un
20 por ciento si no se toman medidas correctoras, pero sólo se reducirá un 1 por ciento si se acometen
reformas de calado. Y es que, mientras que los niveles de gases nocivos se situaban en 280 partes por
millón (ppm) de dióxido de carbono antes de la revolución industrial, en la actualidad alcanzan los
430 ppm. Si las emisiones anuales
se mantuvieran en su ritmo actual
se elevarían a 550 ppm en 2050. Pe-
ro si el incremento se acelerara
con la misma intensidad con la que
está creciendo ahora, se podría alcanzar la mencionada cifra en
2035, quince años antes. Para Stern
“a ese nivel hay, al menos, un 77
por ciento de posibilidades de que
la temperatura mundial se incremente en dos grados centígrados”.
[Éste es el calculo que emplea
el ex vicepresidente de EE.UU., Al
Gore, en su famoso documental
“An inconvenient truth” (“Una
verdad incómoda”, que es el título
que ha empleado la productora en
España), trabajo que le ha proporcionado una estatuilla de la academia de Hollywood y le ha dado a
conocer como defensor del medio
ambiente en todo el planeta, además de su vertiente política].
El estudio de Stern indica que,
tomando las cifras de 2004, la riqueza generada cada año en la Tierra se reducirá, al menos, en más
de 10 billones de dólares (7,8 billones de euros al cambio actual) si
no se frena el calentamiento del
La mayoría de los estudios sobre los impactos del calentamiento global
ofrecen cuantiosas estimaciones de daños, tanto económicos como
sociales y ambientales
Escritura
8 PÚBLICA
materia de cambio climático señalan que las políticas de reducción
de emisiones no sólo son deseables, sino que en ciertos aspectos
son rentables económicamente,
porque crean nuevas oportunidades de negocio, como las que se encuentran en los mercados de pro-
El cambio climático se materializa ya en un
aumento de la erosión costera.
ductos de energía baja en carbono
y cuyo valor podría alcanzar los
500.000 millones de dólares en 2050.
Además, este tipo de políticas reducen notablemente la ineficiencia gubernamental actual (los países gastan 250.000 millones de
dólares anuales en subsidios a los
productos energéticos, fundamentalmente combustibles).
Stern propone que las actuaciones para reducir las emisiones
se basen en tres elementos esenciales: poner precio a la liberación
de carbono, fomentar las innovaciones tecnológicas para rentabilizar las energías que no provienen
de combustibles fósiles y eliminar
las barreras que impiden un cambio de comportamiento social, industrial y estatal respecto al problema del calentamiento global.
Poner precio al carbono implica
que quien contamina paga, del
mismo modo que establece la Directiva Marco de Aguas que ahora
el Ministerio de Medioambiente
pretende transponer al ordenamiento jurídico español con la reforma de la Ley de Aguas. De esta
forma, se consigue desincentivar
las actividades económicas más
contaminantes, al encarecerlas.
Existen varias formas de poner
precio al CO2, bien a través de me-
•
el
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•
Debate
nacional
AS inquietantes proyecciones
climáticas referidas a España
para el último tercio del siglo XXI,
anunciadas recientemente por la ministra de Medio Ambiente durante su
presentación de la Estrategia Nacional de Cambio Climático y Energía
Limpia, deberían alentar un debate
nacional sobre el modelo de desarrollo que se pretende para un país
vulnerable a los efectos adversos del
calentamiento global. Mientras el
PIB acelera su crecimiento, la dependencia energética española del
exterior se sitúa en el 85 por ciento y
las emisiones de gases de efecto invernadero son un 52 por ciento superiores a las de 1990, frente al límite del 15 por ciento necesario para
cumplir el Protocolo de Kioto. La
economía crece, pues, de forma sostenida pero poco sostenible.
L
Es precisa la
puesta en
marcha de
sistemas y
procedimientos
de alerta
rápida basados
en los
conocimientos
científicos más
avanzados.
didas fiscales, con mercados de
carbono o con regulaciones que
penalicen la contaminación. La
gran ventaja del mercado de emisiones, a juicio del economista
británico, es que introduce factores de eficiencia porque hace más
rentable para las empresas producir sin dañar su entorno: cuanta
más necesidad tengan las compa-
consolidación han pasado de 2.500
a 3.200 millones de euros. Los gastos van a aumentar más en el futuro, según Bruselas, por lo que la
Unión considera imprescindible
integrar los riesgos naturales en
las previsiones de inversión pública. Existen otros peligros que también necesitan respuesta, como,
por ejemplo, los tsunamis, que
sos recursos y las actividades relacionadas con estos factores tienen
una importancia crucial para Europa en cuanto a crecimiento económico y creación de empleo. Pero
la gestión sostenible implica una
visión global que integre numerosas políticas: pesca, transporte,
energía, medio ambiente, investigación o turismo, entre otras, ya
El Producto Interior Bruto mundial caerá un 20 por ciento si no se toman
medidas que corrijan el calentamiento global, según el economista británico
Nicholas Stern
ñías de contaminar más tendrán
que pagar a las compañías limpias para comprarles sus derechos de emisiones.
Implicaciones para Europa. Por
lo que se refiere al marco comunitario, según datos de la Comisión
Europea, el cambio climático se
materializa ya en un aumento de
la erosión costera y de las inundaciones. En los últimos veinte años,
los costes anuales de construir infraestructuras de contención y
Escritura
10 PÚBLICA
amenazan principalmente a las islas europeas ubicadas en el Índico
y el Pacífico. Sin embargo, también existen zonas volcánicas y
sísmicas en el Mediterráneo y el
Océano Atlántico. Por lo tanto, la
Europa continental no está exenta
de este tipo de amenazas, lo que requiere la puesta en marcha de sistemas y procedimientos de alerta
rápida basados en los conocimientos científicos más avanzados.
La gestión de los mares y los
océanos, la explotación de inmen-
que las decisiones tomadas en
cualquiera de estos sectores afectan inevitablemente a los demás.
Por ello, la Comisión Europea ha
creado un grupo de trabajo formado por los comisarios competentes
en cada una de las materias citadas, que ha dirigido la preparación
de un Libro Verde concebido para
poner en marcha una amplia consulta a los actores del mundo marítimo.
Su objetivo es trazar las directrices de una futura política inte-
Los expertos en materia de cambio climático señalan que las
políticas de reducción de emisiones no sólo son deseables, sino
que crean nuevas oportunidades de negocio
Lo que debe
preocupar a los
gobernantes es los
efectos que tiene el
fenómeno sobre la
sociedad humana.
grada que luche contra los riesgos
que afectan a las zonas costeras
como consecuencia del cambio
climático y de la sobreexplotación de los litorales en Europa,
donde España ocupa un lugar de
privilegio.
Los océanos y los mares cubren cerca del 70 por ciento de la
superficie de nuestro planeta y representan el 98 por ciento del volumen de agua. Las costas europeas
son tres veces más extensas que
las de Estados Unidos y duplican a
las rusas. Veinte Estados miembros son países costeros y las zonas marítimas de la Unión son,
con diferencia, superiores a la superficie terrestre total europea.
No es de extrañar, por lo tanto,
que más de la mitad de la pobla-
DAÑOS ANUALES DEL CALENTAMIENTO GLOBAL PROVOCADOS
POR LA DUPLICACIÓN DE LAS EMISIONES DE CO2
(los valores negativos implican beneficios y los positivos pérdidas)
UE
EE.UU.
Otros OCDE
OCDE América
OCDE Europa
OCDE Pacífico
Total OCDE
Antigua URSS y Europa del Este
Asia Central (economías planificadas)
Sur y Sudeste Asiático
África
Latinoamérica
Oriente Medio
Total OCDE
Total mundial
63,6
61,0
55,9
180,5
18,2
16,7
54,0
54,0
54,0
54,0
89,1
269,6
1,4
1,3
1,4
1,3
0,7
4,7
2,1
2,1
2,1
2,1
1,6
1,4
74,2
56,5
59,0
189,7
-7,9
18,0
53,5
30,3
31,0
1,3
126,2
315,9
1,5
1,3
2,8
1,6
-0,3
5,2
8,6
8,7
4,3
4,1
2,7
1,9
Fuente: Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC), organismo de la ONU.
Autores: Sam Fankhauser y Richard S. Tol.
En Miles de Millones de dólares/ % sobre PIB.
Escritura
PÚBLICA 11
•
el
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ción comunitaria viva a menos de
50 kilómetros del mar. Además,
siete de cada diez turistas que vienen a España eligen provincias
costeras como destino principal,
ya que la Península Ibérica tiene
más de 9.000 kilómetros bañados
por el Océano Atlántico y los mares Mediterráneo y Cantábrico.
Además, cuenta con dos territorios insulares, uno de ellos periférico (las islas Canarias). Esta
•
ta de sus beneficios en Investigación y Desarrollo, con el objeto de
reducir el gasto energético.
Pero este camino solo puede
ser complementario, ya que la única forma de solucionar el problema es abandonar los combustibles
fósiles como elemento integrador
de las economías y único generador del crecimiento. Las fuentes
renovables son el futuro, pero la
industria petrolera no va a permi-
producida por renovables y alcanzar un 20 por ciento de energía primaria a través de dichas fuentes.
El potencial de crecimiento de las
tecnologías limpias de generación
eléctrica, y su contribución al
cumplimiento de Kioto, merece un
apoyo decidido para incrementar
su peso en el balance energético.
Para evitar que estos objetivos
acaben en una mera declaración
de buenas intenciones, el Gobier-
tir tan fácilmente que los nuevos
modelos energéticos se coman un
pastel que los grupos de hidrocarburos llevan años preparando en
sus hornos. Al final, el coste lo sufrirán los ciudadanos, tanto en sus
bolsillos como en la calidad del aire que respiren.
En España, las metas previstas
en la Estrategia de Cambio Climático están centradas en el fomento
de las energías limpias, al asumir
el Gobierno los objetivos de la UE
en materia de energías renovables: conseguir para 2020 que el 37
por ciento de la electricidad sea
no trabaja para establecer un marco regulador de las renovables que
garantice la rentabilidad, incentive futuros desarrollos y garantice
la seguridad jurídica, en particular en la energía eólica, sector en
el que España es el segundo país
del mundo por potencia instalada.
Las herramientas empleadas deben penalizar el derroche de electricidad al en un marco de precios
artificialmente bajos si se comparan con el entorno comunitario,
además de profundizar en la concienciación ciudadana sobre el
consumo responsable.
n
Los trabajos sobre
la cuantificación
de los daños
globales del
cambio climático
no son numerosos.
gran importancia de las costas como lugar de residencia y vacaciones se acentúa si se añade la variable inmobiliaria a la ecuación.
El “boom” que han sufrido el Levante español y algunas zonas del
sur de Andalucía ha puesto de
manifiesto la necesidad de diseñar políticas de gestión de residuos, ordenamiento urbanístico y
suministro energético que acompañen a la reducción de emisiones nocivas. En la Comunidad Valenciana, la industria generadora
de materiales de construcción invierte ya una proporción muy al-
Escritura
12 PÚBLICA
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el
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•
&
B N
¿ T I E N E E L M U N D O V O L U N TA D Y C A PA C I D A D E C O N Ó M I C A
PA R A F R E N A R E L C A L E N TA M I E N T O G L O B A L D E L P L A N E TA ?
BLANCO Y NEGRO
JUAN E. IRANZO
La lucha contra el calentamiento
del planeta
futuro y seguramente se convertirán en un sector de
crecimiento dinámico en nuestras economías. A la
hora de hablar de alternativas, hay que considerar diversas opciones. La energía hidráulica, es una energía barata y segura pero su disponibilidad está muy
condicionada a los aspectos meteorológicos que son
incontrolables. En cuanto a las energías renovables,
presentan muchas ventajas en términos de emisiones
y ayudan a reducir la dependencia energética. Sus
ventajas son evidentes y sería adecuado avanzar hacia un sistema donde éstas adquieran una mayor relevancia. Resulta fundamental, por tanto, seguir impulsando el desarrollo de energías renovables que no
emitan CO2. El sistema de primas de la citada fuente
de energía ha supuesto un notable impulso al desarrollo de las mismas, que deberá mantenerse en el futuro.
Pero si se trata de reducir las emisiones de CO2
de modo contundente habrá que pensar, además, en
la energía nuclear, que no emite CO2 ni causa lluvia
ácida. En Europa las centrales nucleares son las
que suministran la electricidad a más de un 30 por
ciento de la población y nos permiten ahorrar la
emisión de 600 millones de toneladas de CO2 al año,
según los datos aportados por el Foro de la Industria Nuclear Española. Francia, nuestro país vecino, ha logrado reducir considerablemente sus emisiones de CO2 gracias a la elevada producción de
electricidad de origen nuclear. Pero, al final, resulta previsible que sea la energía nuclear la que más
pueda contribuir a garantizar un suministro fiable
sin emisiones dañinas para
Las medidas por las que apuesta
nuestra atmósfera. En España, las centrales nucleaactualmente la Unión Europea en
res nos ahorran la emisión
de 50 millones de toneladas
relación con el cambio climático
de CO2, lo que equivale a
consisten en incrementar el uso
las emisiones que genera la
mitad de nuestro parque de
de las energías renovables
automóviles. Esto nos da
una idea del orden de magnitud del que estamos hablando. En nuestro país se da además una conjunro del año 1992 se reconocía que “la energía es esención de dos factores: una mayor intensidad
cial para el desarrollo económico y social y para
energética y un mayor crecimiento de las emisiomejorar la calidad de vida”. Ahora se trata de lones. Ello exige que tomemos decisiones sobre nuesgrar una adecuada combinación de fuentes energétra estrategia energética sin dilación, apostando
ticas para abordar el desafío de cumplir con el Propor una mezcla adecuada de fuentes energéticas.
tocolo de Kioto y los nuevos objetivos de la UE.
Parece, por tanto, necesario reabrir el debate soLas medidas por las que apuesta actualmente la
bre el futuro de la energía nuclear de una forma soUnión Europea en relación con el cambio climático
segada y reflexionar sobre la posibilidad de manteconsisten, entre otras, en incrementar el uso de las
ner activas las centrales nucleares existentes y
energías renovables, en las que Alemania es unos de
construir nuevas centrales en el futuro. En cuallos países pioneros, sobre todo en energía solar y eóliquier caso, el problema del calentamiento es global
ca. España es, además, el segundo país europeo en
y por ello, requiere de acciones globales.
energía eólica y tiene un mercado potencialmente
fuerte en el ámbito de la energía solar. Indudablemente las energías renovables van a poder realizar una
Juan E. Iranzo es director general del Instituto de Estudios Económicos
contribución importante al consumo de energía en el
Catedrático de Economía Aplicada de la UNED..
L cambio climático y el Protocolo de Kioto para luchar contra él, han sido los asuntos estrella de la agenda ambiental
internacional desde mediados de los
años noventa. Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido con el agujero
de ozono, no existe unanimidad científica en este campo. A pesar de ello en
el ámbito científico hay una opinión
mayoritaria suficiente como para considerar que sería irresponsable toda política de no hacer nada, ante los riesgos de la irreversibilidad de la situación.
En la lucha contra el calentamiento del planeta
tiene mucho que decir el consumo de energía. España es un país que presenta una gran dependencia
del petróleo, éste satisface más del 50 por ciento de
la demanda de energía primaria, aunque se ha reducido considerablemente desde la primera crisis
de los setenta. Por ello, muchos países pueden contribuir a reducir su dependencia de las energías fósiles, apostando por otras fuentes de energía y también por potenciar el ahorro energético. No
debemos olvidar que el aumento de la concentración de gases de efecto invernadero proviene en
gran parte de la utilización del petróleo, del gas y
del carbón. Es por ello por lo que precisamos de una
estrategia energética adecuada que permita un desarrollo equilibrado. En la Cumbre de Río de Janei-
E
Escritura
14 PÚBLICA
MANUEL TOHARIA
Aceleración del efecto invernadero
efecto invernadero en poco tiempo, eso tendrá
consecuencias mucho peores que si devolvemos
al aire esas mismas cantidades de gases en un
periodo de tiempo mucho mayor.
Por lo tanto, para evitar el calentamiento global debemos fijarnos en este fenómeno, y tratar
de combatirlo. Es decir, debemos reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero, y
si no, o además, debemos extenderlas hacia el
futuro lo más posible, de tal modo que su incremento en la atmósfera sea lo más lento posible.
Eso no es lo que estamos haciendo. Durante
el siglo XX, el incremento del dióxido de carbono (CO2) ha sido del orden del 30 por ciento. Es
muchísimo CO2, pero lo que es peor es que se ha
emitido en un sólo siglo... Pues bien, nuestro
incremento anual de CO2 es ahora superior al
uno por ciento, lo cual significa que podríamos,
de seguir así, llegar a incrementos seculares
muy superiores al 100 por ciento. Lo cual es inasumible, sin duda.
¿Podemos cambiar esta situación?
Obviamente sí; bastará con atacar el problema
por donde más le duele. Es decir, reduciendo las
emisiones y distanciándolas, cuando sean
imprescindibles, en el tiempo.
¿Es eso posible? Una vez más hay que contestar afirmativamente, pero siempre con un sí
condicional. Porque esas decisiones no pueden
ser individuales sino colectivas. Si hablamos de
un problema global, sólo podremos encararlo
con soluciones globales.
En cuestiones
Bastará con atacar el problema
ambientales es famosa
la máxima que impone
donde más le duele. Es decir,
pensar globalmente y
actuar localmente. He
reduciendo las emisiones y
ahí una buena pista
para lo que podemos y
distanciándolas, cuando sean
debemos hacer: tomar
imprescindibles, en el tiempo
medidas locales, pero a
ser posible en todas
partes. Para ello hay
Periodo Carbonífero), y fueron luego mantenique establecer marcos jurídicos internacionados bajo tierra a lo largo de muchos más milloles, con todas las dificultades que eso conlleva,
nes de años. Ahora los emitimos a la atmósfera
para acordar convenios vinculantes de reducen apenas un siglo, que es como un instante
ción de emisiones.
fugaz en esa escala de tiempos larguísimos...
El Protocolo de Kioto fue un buen primer
Eso puede acelerar de manera nunca vista en
paso, aunque tímido y no siempre bien secundala Tierra el llamado efecto invernadero, gracias
do incluso por sus defensores. Cuando acabe su
al cual nuestro planeta es habitable, y que se
plazo, en 2012, será urgente un Kioto-bis, más
debe precisamente de forma mayoritaria a esos
exigente y más coercitivo, implicando en él a
óxidos de carbono e hidrógeno. Esa aceleración
las inevitables ayudas que habrán de aportar
del efecto invernadero es la que podrá ser reslos países más ricos a los más pobres para que
ponsable del calentamiento global. Éste depenéstos salgan de la pobreza poco a poco...
de, pues, de la cuantía de esas emisiones de
gases de efecto invernadero, y también de la
Manuel Toharia es director del Museo de las Ciencias Príncipe Felipe de
rapidez con la que los producimos. Es decir, si
Valencia y presidente de la Asociación Española de Comunicación Científica.
devolvemos a la atmósfera muchos gases de
L calentamiento global depende
de muchos factores, pero se pueden agrupar en dos grandes bloques: los naturales, es decir, los que
han influido, y seguirán influyendo
siempre, en los cambios climáticos; y
los antropogénicos, o sea los que tienen que ver con las actividades de los
humanos industrializados.
Los factores naturales los conocemos
aproximadamente, y han ocasionado grandes
convulsiones climáticas en el pasado. Aunque,
como siempre cuando se habla de clima y no de
tiempo, fueron cambios muy lentos y paulatinos, a lo largo de extensos periodos cronológicos. Es obvio que esos factores naturales -esencialmente las variaciones, por muy diversas
causas, de la forma en que la Tierra recibe la
radiación solar- van a seguir actuando en el planeta.
En cuanto a los factores debidos a la mano
del hombre, lo que están haciendo es acelerar
procesos que de forma natural siempre se han
producido de manera muchísimo más lenta. Por
ejemplo, cuando quemamos carbón y petróleo
–con esas combustiones producimos el 80 por
ciento de la energía que utilizamos-, estamos
devolviendo a la atmósfera carbono e hidrógeno
fósiles en forma de óxidos. Que ya antes estuvieron en el aire, sólo que fueron retirados a lo
largo de millones de años (por ejemplo, en el
E
Escritura
PÚBLICA 15
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