Dictamen 095-2013 - Gobierno de Aragón

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Consejo Consultivo de Aragón
DICTAMEN
Nº 95 / 2013
Materia sometida a dictamen: Reclamación en materia de responsabilidad patrimonial de
la Administración derivada de los perjuicios ocasionados por supuesto acoso laboral y
discriminación en el desempeño de sus funciones.
ANTECEDENTES
Primero.- Por escrito de fecha 8 de abril de 2013 (con registro de entrada en el
Consejo Consultivo de Aragón del día 11 de abril de 2013), el Consejero de Presidencia y
Justicia del Gobierno aragonés solicita Dictamen en relación a un procedimiento de
responsabilidad patrimonial y su propuesta de Resolución de fecha 5 de abril de 2013,
formulada por la instructora del procedimiento “Varios PRE 2012/17”, abierto a instancia de
“X”.
Segundo.- El expediente recibido está ordenado pero no foliado constando de 28
documentos siendo el último de ellos la propuesta de resolución.
La reclamación de responsabilidad (documento nº 1 del expediente) la dirige a la
Dirección General de Justicia por escrito de 14 de abril de 2012 “X” funcionario de carrera
de la Administración de justicia, quien indica que formula “reclamación previa en vía
administrativa” por acoso laboral, discriminación y por responsabilidad patrimonial de esa
Dirección General de Justicia. En el escrito manifiesta que como consecuencia de unas
quejas y acciones judiciales sufrió represalias, conculcándose, por ende, el derecho de
indemnidad.
Su queja hace referencia a que durante largos períodos de tiempo el funcionario
reclamante estuvo sin ocupación efectiva durante el servicio de guarda, que estaba las 24
horas del día en situación de disponibilidad cuando el resto del personal rotaban las
guardias con períodos de descaso.
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Manifiesta que la Secretaria Judicial, en aquellos momentos del Juzgado de Primera
Instancia e Instrucción de Caspe, discriminó por razón de sexo al personal masculino del
Juzgado.
Y también manifiesta en relación a otra funcionaria del Cuerpo de Gestión Procesal
que ésta ha difundido rumores falsos “sobre el dicente, en particular, acusó al reclamante de
inventar mentiras, en contravención, con la orden dada por la Autoridad Judicial en el Libro
de Actas de mi toma de posesión en el Juzgado de Caspe, en presencia de la Sra.
Secretaria Judicial”.
Tercero.- El Consejero de Presidencia y Justicia, por providencia de 29 de mayo de
2012 admite la reclamación y nombra instructora del procedimiento que ordena se tramite
por el procedimiento general. Ello se notifica al reclamante por escrito con registro de salida
del día 31 de mayo de 2012 trasmitiéndosele también distintas informaciones relativas a la
práctica del procedimiento de responsabilidad administrativa.
Por su parte la Directora General de Administración de Justicia, por escrito de 7 de
mayo de 2012 (antes de declararse abierto el procedimiento, por tanto), ha trasmitido al
funcionario que presenta la denuncia distintas informaciones sobre lo que significa el acoso
laboral concluyendo que:
“En todo caso, se informa de las posibles consecuencias de la investigación interna,
tanto las que se deriven de un caso de acoso psicológico probado, como las que se deriven
de una denuncia falsa por parte del trabajador/demandante.
En caso de mantener su denuncia, se requiere la presentación de un escrito en que
manifieste la denuncia y exponga de forma detallada los hechos que constituyeron el
presunto acoso, con objeto de proceder a incoar el procedimiento de investigación interna
pertinente”.
El funcionario reclamante, presentó un escrito con fecha 11 de junio de 2012
concretando algunos extremos de su reclamación. Así señaló que la secretaria judicial “ha
discriminado por razón de sexo puesto que designó como servicios mínimos durante la
huelga del 08-06-10 exclusivamente personalmente (sic) masculino, exonerando de dicha
designación al personal femenino sin razones objetivas y razonables suficientemente
probadas”.
Luego añade, tras otras referencias al supuesto acoso sufrido, que “se han producido
unas lesiones anímicas puesto que doblegaron la capacidad de resistencia del instante y
culminaron el día 8-11-10 en que causé baja por incapacidad temporal y, les participo que
tenía pánico a ir al trabajo en esas penosas condiciones, y lamentablemente, no se evitó la
probabilidad de que se produjera el riesgo laboral, con los antecedentes de incapacidad
temporal e informe médico incluido que obran en poder de la Administración. Existe una
relación de causalidad, primero, hay una baja por incapacidad temporal de larga duración
(más de 18 meses) luego no se evita la probabilidad (la ley no habla de posibilidad sino de
probabilidad) de un riesgo laboral y, finalmente, se produce la baja por incapacidad
temporal”.
Y concluye que:
“Entendemos que la responsabilidad patrimonial tiene que ser ejemplarizante y su
cuantía debe ser de 180.000 euros que comprenderían los días impeditivos así como el
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lucro cesante, la totalidad del concepto retributivo por las guardas que deje de percibir como
consecuencia de la incapacidad temporal y que, insistimos, era el único funcionario que no
rotaba por decisión de la Secretaria Judicial…”.
Finalmente propone algunos medios de prueba
Cuarto.- Con fecha 11 de julio de 2012 la instructora del procedimiento dirige
comunicación sobre la reclamación a la compañía Zurich España S.A. y a la Correduría de
Seguros Aon Gil y Carvajal. Posteriormente la compañía Zurich responderá que esta
solicitud de responsabilidad no está cubierta por el seguro que tiene con ella contratado la
Administración autonómica
Y con fecha 12 de julio de 2012 la Secretaria General Técnica del Departamento de
Presidencia y Justicia propone que se acuerde la suspensión del plazo máximo para la
resolución y notificación del procedimiento, de conformidad con lo dispuesto en el art. 42.5
de la Ley 30/1992, por el tiempo que medie entre la petición del informe que deberá emitir la
Dirección General de Justicia y la recepción del informe, sin que dicho plazo de suspensión
pueda exceder de tres meses. El Consejero de Presidencia y Justicia en la misma fecha
acuerda la suspensión del procedimiento. Ello se comunica al reclamante.
La Dirección General de Administración de Justicia, con fecha 24 de septiembre de
2012, comunica a la Secretaría General Técnica del Departamento algunas sentencias (del
Juzgado de lo Contencioso-administrativo nº 1 de Zaragoza y de fecha 328/2011, de 9 de
noviembre y del Juzgado contencioso-administrativo nº 3 de Zaragoza, Sentencia 138/2011,
de siete de abril) en recursos contencioso-administrativos planteados por el interesado,
desestimatorias de sus peticiones y que, a su parecer, tienen el mismo fundamento
planteado en su petición de responsabilidad administrativa y que, por tanto, servirían para
desestimar ésta por referirse a cosa juzgada.
La Instructora del procedimiento, responde por oficio de 18 de octubre de 2012 que, a
su parecer, “no hay en ellas una determinación de hechos que puedan considerarse como
probados y que puedan suplir una investigación de los que motivaron la reclamación de
responsabilidad patrimonial, siendo cuestión distinta la delimitación y alcance de las
competencias que corresponden a la Administración de la Comunidad Autónoma a través
de la Dirección General de Administración de Justicia”.
Con fecha 16 de noviembre de 2012 la Directora General de Administración de
Justicia dirige un oficio a la Secretaría General Técnica del Departamento en el que se
defiende que las cuestiones que denuncia y por las que reclama el funcionario pertenecen a
la competencia organizativa de los Secretarios Judiciales y sobre ellas no tiene la
competencia la Comunidad Autónoma. Veamos sus palabras:
“En el caso que nos afecta, el daño supuestamente producido al reclamante y que
expone en su escrito es derivado de la organización del órgano judicial en donde él estaba
destinado, ámbito en el que la Dirección General de Administración de Justicia no tiene
competencia ni capacidad de actuación, vulnerando en caso contrario lo estipulado en el
artículo 457 de la Ley Orgánica del Poder Judicial que dice: “Los Secretarios Judiciales
dirigirán en el aspecto técnico-procesal al personal integrante de la Oficina judicial,
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ordenando su actividad e impartiendo las órdenes e instrucciones que estime pertinentes en
el ejercicio de esta función”, ya que la dirección y organización del personal del Juzgado, en
aspectos técnico- procesales corresponde a los Secretarios Judiciales. Por lo tanto no
entramos a valorar por ser organización de la Secretaría Judicial la designación del
reclamante como servicios mínimos en la huelga del 8 de junio de 2010 ni las órdenes de
servicio emitidas por la Secretaría Judicial en la realización de sus funciones”.
En oficio de 29 de noviembre de 2012, con registro de salida de 4 de diciembre de
2012, la instructora del procedimiento comunica al reclamante la reapertura del
procedimiento de responsabilidad administrativa al haberse emitido informe por la Dirección
General de Administración de Justicia.
Y por oficio de 12 de febrero de 2013, comunica al reclamante el rechazo de varias
pruebas que había solicitado y la apertura del procedimiento de audiencia al interesado.
Este comparece el 4 de marzo de 2013 manifestando (genéricamente) que se ha
conculcado la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y que por ello la competencia es de
la Dirección General de Administración de Justicia.
La Instructora el 13 de marzo de 2013 solicita a la Dirección General de
Administración de Justicia los antecedentes que obren en la Dirección General en relación
con el funcionario reclamante, relativos a las quejas y recursos contencioso-administrativos
interpuestos por éste, así como en su caso cualquier otra consideración que desde dicha
Dirección General se estime pertinente.
La Jefa de Servicio de Personal contesta a este requerimiento en un escrito de 15
de marzo de 2013 en que se enumeran hasta quince actuaciones de reclamación y quejas
incluyendo la interposición de varios recursos contencioso-administrativos por parte del
funcionario reclamante entre el 28 de noviembre de 2009 y el 19 de noviembre de 2010.
Quinto.- Finalmente se contiene una propuesta de resolución suscrita el 5 de abril de
2013 por la instructora del procedimiento en la que después de narrar prolijamente los
antecedentes de hecho, incluyendo la conflictiva situación de este funcionario con la
Administración, se hace un recordatorio a la posición de la Dirección General de
Administración de Justicia rechazando la competencia de este órgano en relación a las
cuestiones que plantea el reclamante, y se hace una interesante cita de la Sentencia
138/2011, del Juzgado de lo Contencioso Administrativo nº 3 de Zaragoza donde se
delimitan las funciones de los funcionarios de la Administración de Justicia en la línea que
dispone el informe de la Dirección General nombrada. Transcribimos lo que indica esta
Sentencia:
“Para la adecuada resolución del caso procede señalar que en la actualidad los
funcionarios de la Administración de Justicia mantienen una dependencia funcional respecto
de Jueces y Secretarios, y una dependencia orgánica respecto de la Administración de la
Comunidad Autónoma de Aragón, a través de la Dirección General de Administración de
Justicia del Gobierno de Aragón.
Esta doble dependencia no puede desnaturalizar las atribuciones que en orden al
funcionamiento de los órganos judiciales tienen encomendadas Jueces y Secretarios (…).
Siguiendo las consideraciones de la Orden JUS/1741/2010, de 22 de junio…cabe
recordar que los miembros del Cuerpo de Auxilio Judicial forman parte de una organización
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de carácter instrumental que de forma exclusiva presta soporte y apoyo a la actividad
jurisdiccional de jueces y tribunales y comprende tanto las unidades procesales de apoyo
directo como los servicios comunes procesales. Conforme a lo establecido en el artículo
436.3 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, corresponde al Ministerio de Justicia, en su
propio ámbito territorial como Administración Pública competente, la determinación de la
dimensión y organización de la oficina judicial.
De esta forma, los miembros del Cuerpo de Auxilio Judicial asisten directamente a los
jueces y magistrados en el ejercicio de las funciones que le son propias, mediante la
realización de las actuaciones precisas para el exacto y eficaz cumplimiento de cuantas
resoluciones dicten.
(…) la misión de la Administración de la Comunidad Autónoma de Aragón en relación
con la Administración de Justicia se refiere básicamente a la gestión de personal funcionario
al servicio de la Administración de Justicia, pero no puede fijar atribuciones o funciones en
la actuación cotidiana de los Juzgados y Tribunales…”.
Y la conclusión, entonces, es que:
“Cabe concluir, por tanto, de conformidad con lo mantenido en el informe de la
Dirección General de la Administración de Justicia, que no es competencia de dicha
Dirección General entrar a conocer cuestiones como las denunciadas por el reclamante –
situaciones de disponibilidad, designación del reclamante como servicio mínimo durante la
huelga, preparación de las resoluciones judiciales y asignación de ocupación durante las
guardas-, por ser cuestiones que se derivarían de la organización del órgano judicial y no
del funcionamiento normal o anormal del servicio público”.
Finalmente se acuerda la inadmisión de la reclamación de responsabilidad interpuesta
por el funcionario por falta de competencia de la Administración de la Comunidad Autónoma
de Aragón en relación con los hechos denunciados.
CONSIDERACIONES JURIDICAS
I
El dictamen solicitado entra dentro de las competencias del Consejo Consultivo de
Aragón tal y como se regula en el art. 15.10 de la Ley 1/2009, de 30 de marzo, del Consejo
Consultivo de Aragón, que dispone la necesidad de consulta preceptiva al Consejo en el
supuesto de “reclamaciones administrativas de indemnización de daños y perjuicios de
cuantía superior a 6.000 euros”. Dado que la cantidad reclamada es de 180.000 euros el
Dictamen debe considerarse como preceptivo
En función de lo preceptuado en los arts. 19 y 20 de la misma Ley 1/2009, resulta
competente la Comisión para la emisión del dictamen.
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II
El Consejo Consultivo de Aragón ha de pronunciarse acerca de si, a la vista del
procedimiento tramitado por el órgano competente de la Administración Autonómica,
procede o no estimar la reclamación de indemnización económica presentada en relación
con los daños que una persona aduce han sido causados por una deficiente organización
administrativa de su trabajo como funcionario de la Administración judicial.
Sabemos, en general, que los requisitos para que sea declarada la responsabilidad
patrimonial de la Administración, según reiterada y pacífica formulación doctrinal y
jurisprudencial, pueden resumirse del siguiente modo: 1º) la efectiva realización del daño o
perjuicio evaluable económicamente e individualizado en relación con una persona o grupo
de personas; 2º) que el daño o lesión sufrido por el reclamante sea consecuencia del
funcionamiento normal o anormal de los servicios públicos en una relación directa de causa
a efecto sin intervención extraña que pueda influir en el nexo causal; 3º) que el daño o
perjuicio no se hubiera producido por fuerza mayor; y 4º) que no haya prescrito el derecho
a reclamar (cuyo plazo se fija legalmente en un año, computado desde la producción del
hecho o acto que motive la indemnización o desde la manifestación de su efecto lesivo).
III
Lo que se ha hecho en el final de la anterior consideración jurídica es un recuerdo a
los principios de la responsabilidad administrativa que, con origen en el art. 106 de la
Constitución y desarrollo posterior en los arts. 139 y ss. de la Ley 30/1992, de 26 de
noviembre, de Régimen jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento
Administrativo Común, serían los que, en su caso, deberíamos apreciar aquí a los efectos
de concluir en la existencia, o no, de responsabilidad de la Administración.
El procedimiento se ha tramitado en general de forma correcta, llevándose a cabo las
actuaciones ordenadas por la normativa aplicable y ofreciéndosele el trámite de audiencia a
interesados que éste ha utilizado.
En relación a lo adecuado del tiempo de formulación de la solicitud de reclamación,
hay que hacer notar que la reclamación se presentó el 14 de abril de 2012, pero en ese
escrito no se hace referencia a una fecha específica en la que se le hayan causado los
daños que sirven de base a la reclamación. Cuando se le indica que precise qué tipo de
actuaciones son las que le han causado daños, aparece la fecha de 8 de junio de 2010 (la
de huelga general) y también la de 8 de noviembre de 2010, en la que causa baja por
incapacidad temporal durante dieciocho meses. Podríamos decir, entonces, que se habría
cumplido la prescripción de interposición de la reclamación en no más de un año en tiempo
teniendo en cuenta la duración de esta situación de baja.
IV
Otra cuestión sobre la que debemos razonar es sobre la declaración de
“inadmisibilidad” que aparece en la propuesta de resolución. Pensamos que esta palabra no
está utilizada de la forma legalmente correcta. A estos efectos tenemos que referirnos a lo
que indica el art. 102. 3 de la Ley 30/1992 supra cit. que indica lo siguiente:
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“El órgano competente para la revisión de oficio podrá acordar motivadamente la
inadmisión a trámite de las solicitudes formuladas por los interesados, sin necesidad de
recabar dictamen del Consejo de Estado u órgano consultivo de la Comunidad Autónoma,
cuando las mismas no se basen en alguna de las causas de nulidad del artículo 62 o
carezcan manifiestamente de fundamento, así como en el supuesto de que se hubieran
desestimado en cuanto al fondo otras solicitudes sustancialmente iguales”.
Pero no es esta inadmisibilidad a la que se refiere la propuesta de resolución porque:
a) ha tenido lugar una tramitación que llega hasta la resolución y b) se ha pedido dictamen a
este órgano consultivo, cosa que no es preciso hacer en caso de declaración de la
inadmisión a trámite de la reclamación de responsabilidad administrativa.
Lo que la propuesta de resolución debería decir, entonces, es que acuerda
“desestimar” la solicitud de responsabilidad administrativa formulada por el funcionario
judicial.
V
Y en esa desestimación de la solicitud de responsabilidad patrimonial tendría toda la
razón la Administración Pública aragonesa porque, efectivamente, las cuestiones
organizativas que refiere el funcionario en su reclamación como causa presunta de los
daños que afirma haber sufrido (y en cuantía nada despreciable), no son en modo alguno
de competencia de la Administración autónoma. Acierta en esa declaración de
incompetencia tanto el informe de la Dirección General de Administración de Justicia como
la Sentencia del Juzgado de lo Contencioso-administrativo nº 3, documentos ambos que
hemos referido en el antecedente quinto de este Dictamen y que cita expresamente la
propuesta de resolución.
Por lo demás, es fácil advertir a lo largo de la escasa documentación proveniente del
reclamante, que sus razones para fundamentar su reclamación son muy inconcretas y no
existe precisión en cuanto a fechas, actuaciones específicas de la Administración y tampoco
se encuentra la más mínima voluntad de precisar el origen y conceptos relativos a la
extraordinaria cuantía que tiene su reclamación (180.000 euros) que no aparece
fundamentada en ningún tipo de informe de tipo médico o de cálculo aunque se haga
referencia genérica a días impeditivos y aún se introduzca el concepto de “lucro cesante”,
verdaderamente difícil de apreciar en el ámbito de las relaciones funcionariales.
En suma y al margen de lo que acabamos de indicar sobre la inconcreción de la
reclamación, lo más importante es lo relativo a la falta de competencia de la Administración
de la Comunidad Autónoma sobre las cuestiones que plantea el reclamante. Eso quiere
decir que los daños hipotéticamente sufridos por el funcionario deberán ser objeto de
tratamiento en un procedimiento de responsabilidad administrativa que se tramite, si así lo
desea el funcionario, ante los órganos competentes de la Administración de la Justicia
(estatal) que es a quien en última instancia competen esas cuestiones organizativas, pero
en modo alguno ante la Administración de la Comunidad Autónoma de Aragón.
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En mérito a lo expuesto, la Comisión del Consejo Consultivo de Aragón emite el
siguiente DICTAMEN:
Que en conformidad parcial con la propuesta del Departamento de Presidencia y
Justicia procede desestimar (que no declarar inadmisible) la reclamación de “X”.
En Zaragoza, a veintisiete de mayo de dos mil trece.
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