Universidad de sevilla

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Dr. Andrés RODRÍGUEZ BENOT
Profesor Titular de Derecho internacional privado
Universidad Pablo de Olavide (Sevilla)
Ctra. de Utrera km. 1
41013-Sevilla (España)
Tel.: 00 34 954 34 93 66
Fax: 00 34 954 34 93 67
E-mail: [email protected]
CUESTIONARIO SOBRE EL LIBRO VERDE ‘SUCESIONES Y
TESTAMENTOS’
Cuestión 1: ¿Qué cuestiones hay que vincular a la ley sucesoria?. En
particular, ¿deberían limitarse las normas de conflicto de leyes a la
determinación de los herederos y de sus derechos, o deberían abarcar también
la liquidación y la partición de la herencia?.
En beneficio de la coherencia en la regulación del tráfico sucesorio externo, la
Ley sucesoria debería determinar el mayor número de materias conectadas
entre sí, de manera que entre ellas se incluyera no sólo la determinación de los
herederos y de sus derechos sucesorios, sino también la administración,
liquidación y partición de la herencia; se trata de aspectos estrechamente
vinculados entre sí por lo cual interesa una regulación global o de conjunto de
ellos sometidos al mismo ordenamiento nacional. Esta solución evita la
multiplicación de Leyes aplicables a una misma sucesión por causa de muerte,
del mismo modo que ofrece seguridad jurídica y previsibilidad en un ámbito
especialmente necesitado de ella.
Cuestión 2: ¿Qué criterio de vinculación hay que utilizar para determinar la ley
aplicable?. ¿Debería utilizarse el mismo criterio para todo el ámbito cubierto por
la ley aplicable, o podrían utilizarse distintos criterios para distintos aspectos de
la sucesión?. En particular, ¿la norma comunitaria de conflicto debe distinguir
entre muebles e inmuebles? ¿Hay que reservar un determinado papel a la ley
del país de situación del inmueble?.
De conformidad con la respuesta a la primera pregunta, debería establecerse
en la norma de conflicto comunitario que fuese un solo criterio de conexión el
que determinara la ley aplicable; de nuevo la coherencia legislativa, la evitación
de soluciones complejas, la seguridad jurídica y la previsibilidad aconsejan esta
respuesta.
En orden a la concreción de ese criterio, frente a la conexión de la nacionalidad
características de los sistemas romanistas se debería admitir con mayor fuerza
la conexión de la residencia habitual del causante en el momento del
otorgamiento si la sucesión es testada y en el momento del fallecimiento si es
intestada; mediante ella se designa un ordenamiento más cercano al difunto y
por tanto más vinculado con su entorno familiar y patrimonial, del mismo modo
que se solucionan problemas de aplicación de ordenamientos extranjeros en
los países de elevada inmigración.
En consonancia con lo explicado hasta ahora, no debería haber una distinción
en este punto entre bienes muebles e inmuebles a los efectos de la
determinación de la ley aplicable, si bien es cierto que la necesidad de la
inscripción de los nuevos titulares en los registros públicos para el caso de
estos últimos exige articular una solución práctica cuando el ordenamiento
aplicable a la sucesión de los bienes inmuebles no sea el mismo que el del
Estado en que éstos radiquen.
Cuestión 3: ¿Cuál debe ser la ley aplicable a la capacidad general para testar
y a la validez de: la forma de los testamentos, el fondo de los testamentos, los
testamentos mancomunados, los contratos de herencia y la revocación de los
testamentos?.
Ley aplicable a la capacidad para testar: la materia se ha de someter al
estatuto personal y no debería de ser por tanto necesaria su inclusión en el
instrumento comunitario; serían las normas de conflicto nacionales las que
determinaran la ley aplicable a la capacidad.
Ley aplicable a la forma de los testamentos: al igual que en el caso anterior, la
experiencia práctica -en particular, del Convenio de La Haya de 1961- aconseja
no incluir novedades radicales en una materia que se somete al favor validitatis
y que, por tanto, admite la aplicación alternativa de diferentes leyes para no
invalidar, por cuestión meramente formal, un acto jurídico de la relevancia de
un testamento.
Ley aplicable al fondo de los testamentos: la determinada en la respuesta a las
cuestiones 1 y 2.
Ley aplicable a los testamentos mancomunados y a los contratos de herencia:
las dispares calificaciones sostenidas en los ordenamientos nacionales
(materia sucesoria o de capacidad en el primer caso, materia sucesoria u
obligacional en el segundo) aconsejan una armonización de las soluciones
nacionales que se prevé ciertamente compleja y el reflejo de una calificación
común en el instrumento comunitario que se elabore
Ley aplicable a la revocación de los testamentos: por coherencia normativa
debe ser la misma que la aplicable a la capacidad para otorgarlo, a la forma de
otorgarlo y al fondo del mismo
Cuestión 5: ¿Hay que admitir la posibilidad de que el futuro de cujus (en una
sucesión testamentaria o ab intestato) elija la ley aplicable a su sucesión, con o
sin el acuerdo de sus presuntos herederos? ¿Es necesario extenderla a los
herederos tras la apertura de la sucesión?.
En beneficio de la autonomía de la voluntad, debe admitirse un cierto margen a
la elección de la ley sucesoria por parte del causante cuando la sucesión fuera
testada, siendo más compleja cuando fuese intestada pues aquél debería emitir
una declaración de voluntad ex professo para esta elección. La autonomía
atañería exclusivamente al causante al tratarse de un acto de última voluntad
de naturaleza unilateral, de manera que no se precisaría acuerdo de los
herederos para esa elección. La ley designada por el causante se aplicaría a
todo el ámbito material señalado en la cuestión 1.
Cuestión 6: Si se admite la elección de la ley sucesoria, ¿hay que limitar las
posibilidades de elección y determinar sus modalidades?. Siempre que no se
hayan designado como vinculación objetiva, ¿hay que admitir los siguientes
criterios: nacionalidad, domicilio, residencia habitual u otros?
Si se admitiese la elección de la ley sucesoria, el instrumento comunitario
debería establecer una regulación material común de las condiciones de
validez formales y sustanciales de la elección o, de no ser posible, consagrar
una norma de conflicto para determinar el ordenamiento aplicable a éstas. La
elección debería hacerse entre las leyes señaladas por la nacionalidad o la
residencia habitual del causante (aunque se podría dar juego asimismo al
domicilio)
Cuestión 7: ¿En qué momento deben estar presentes estos vínculos? ¿Hay
que combinarlos con condiciones particulares (duración, persistencia en la
fecha del fallecimiento, etc.)?.
Para el caso de la sucesión testada los vínculos con la conexión elegida
deberían estar presentes en el momento del otorgamiento del testamento; para
el caso más complejo de sucesión ab intestato deberían estarlo en el momento
del fallecimiento. Por la incertidumbre de lo que sucede tras la muerte para el
causante, no debería admitirse la necesidad de mantener ciertos vínculos de la
conexión después del fallecimiento
Cuestión 13: ¿Qué norma de conflicto de leyes hay que adoptar para
determinar la ley aplicable a las cuestiones previas a efectos de la sucesión?.
Por coherencia con la respuesta a la cuestión 1, las cuestiones previas a los
efectos de la sucesión tendrían una calificación sucesoria y habrían de
someterse, pues, a la misma norma de conflicto que se elaborara para
determinar la ley sucesoria.
Cuestión 20: ¿Hay que reservar la competencia de las autoridades del lugar
de ubicación de los bienes inmuebles que dependen de la sucesión, cuando la
competencia principal se atribuye a las autoridades de otro Estado miembro
para: expedir los documentos necesarios para modificar las inscripciones en
los Registros de la propiedad y realizar actos de administración y de
transmisión de la propiedad?.
Las inscripciones en los Registros públicos (como el de la propiedad), los actos
de administración de la herencia y la transmisión de la propiedad de ésta
necesitan de una uniformidad en el tráfico jurídico comunitario por tratarse de
cuestiones de un enorme y creciente alcance práctico a la vista del incremento
de sucesiones transnacionales. La elaboración en este sentido de formularios
uniformes en que quede satisfechos los intereses de los Estados vinculados
con la sucesión y con la inscripción sería de gran importancia.
Cuestión 25: ¿Puede suprimirse el exequátur para el reconocimiento de las
resoluciones judiciales?. ¿Es necesario, por el contrario, incluir motivos de
denegación del reconocimiento y ejecución de las resoluciones judiciales?. En
caso afirmativo, ¿cuáles?.
En consonancia con la más moderna tendencia abierta en la comunitarización
del Derecho internacional privado, el reconocimiento de las resoluciones
judiciales en este ámbito debería ser automático, pudiendo procederse
directamente pues a la ejecución aquéllas. Ahora bien, para la salvaguardia de
determinadas garantías de los ciudadanos (derechos fundamentales) y de los
Estados (orden público) deberían admitirse algunos motivos tasados de
oposición a la ejecución en la misma línea que los previstos en el Reglamento
44/2001 y los posteriores en materia procesal.
Cuestión 26: ¿Puede preverse que una resolución dictada en un Estado
miembro en materia sucesoria se reconozca de pleno Derecho y permita
modificar sin procedimiento las inscripciones en los Registros de la propiedad
de otro Estado miembro?. ¿Debemos inspirarnos en el artículo 21, apartado 3,
del Reglamento (CE) n° 2201/2003?
La respuesta, en consonancia con la de la anterior cuestión, debe ser
afirmativa; el modelo ofrecido por el Reglamento 2201/2003 sería satisfactorio
para lograr la plena eficacia extraterritorial de las resoluciones judiciales en
materia sucesoria.
Cuestión 27: ¿Puede aplicarse a las escrituras públicas autorizadas en el
ámbito de las sucesiones el mismo régimen de reconocimiento y ejecución que
a las resoluciones judiciales?. ¿Cabe, por tanto, prever que los documentos
notariales autorizados en un Estado miembro en materia sucesoria permitan
modificar las inscripciones en los registros de la propiedad sin otro
procedimiento en los demás Estados miembros? ¿Debemos inspirarnos en el
artículo 46 del Reglamento (CE) n° 2201/2003?.
A las escrituras públicas, limitadas a constatar determinadas situaciones de
facto o jurídicas en relación con el complejo fenómeno sucesorio, se debería
aplicar el mismo régimen que a las resoluciones judiciales: reconocimiento
automático y ejecución directa con la posibilidad de oposición por motivos
tasados. Ahora bien, tampoco debe ignorarse la cuestión relativa al
ordenamiento aplicable al fondo del asunto abordado por el documento notarial.
Cuestión 28: ¿Es necesario prever normas particulares destinadas a facilitar el
reconocimiento y ejecución en un Estado miembro de los testamentos
otorgados en otro Estado miembro?.
Una vez procedida a su apertura y verificación por la autoridad competente, el
testamento debería desplegar una eficacia extraterritorial y, por tanto, poder ser
reconocido y ejecutado en otro Estado miembro. No obstante, la complejidad
de este acto jurídico aconseja distinguir de nuevo en cuanto a la capacidad
para otorgarlo, la forma del mismo y el fondo, donde podrían surgir los mayores
problemas debido a la frecuente ignorancia del testador hacia el Derecho
sucesorio aplicable al mismo (sobre todo si el testamento es redactado
directamente por él sea en forma ológrafa sea mediante su entrega cerrada al
notario)
Cuestión 29: ¿Puede preverse el reconocimiento de pleno Derecho en todos
los Estados miembros de la designación y los poderes de los terceros
administradores?. ¿Hay que prever motivos que permitan impugnar esta
designación y estos poderes?
Hay que distinguir dos cuestiones: la designación del tercero administrador
puede ser hecha por el causante en su testamento (por lo cual la eficacia de
aquélla depende del ordenamiento aplicable al fondo de éste) y la
determinación de los poderes del tercero administrador, que sí debería hacerse
de manera uniforme para todos los países de la Unión. No deberían existir
motivos que permitieran impugnar los poderes.
Cuestión 30: ¿Hay que crear un certificado que acredite la designación del
tercero administrador y que describa sus poderes?. ¿A qué persona o
autoridad debería encargarse la expedición de este certificado?. ¿Cuál debería
ser el contenido de este certificado?.
El instrumento comunitario que se elaborara debería admitir como prioridad la
elaboración del certificado europeo de administrador, debiendo emitirlo bien un
órgano judicial, bien un notario del país de la última residencia habitual del
causante (conexión asimismo recomendada para determinar el ordenamiento
nacional aplicable al fondo de la sucesión, entendida ésta como unidad de los
bienes del difunto con independencia de su naturaleza). Dicho certificado
debería contener esencialmente la identificación completa del causante y del
administrador así como de los poderes de que gozaría en relación con los
bienes hereditarios, frente a los herederos y con respecto a la administración.
Cuestión 33: ¿Qué efectos podrían atribuirse al certificado?.
El certificado europeo uniforme de administrador de herencia debería ser
presumido exacto y producir fuerza probatoria, de tal manera que incorporase
una presunción legal iuris tantum por cuya virtud la persona nominada en él
sería el administrador con poderes para disponer de la herencia con la sola
excepción de las restricciones señaladas en el propio certificado. En concreto
el certificado debería atribuir al o a los administradores las facultades del pago
de las deudas del de cuius, de la administración del caudal relicto, de la
entrega de legados, de la reclamación judicial de los créditos existentes en la
masa hereditaria y, por último, de la partición y atribución definitiva de los
bienes. En consecuencia, el certificado serviría de prueba suficiente para
practicar las inscripciones necesarias en el registro de la propiedad y en otros
registros públicos para procurar, en particular, la inscripción del heredero como
nuevo propietario de los bienes que conforman la herencia.
Cuestión 34: ¿Qué menciones debe contener el certificado?
Ver respuesta a la cuestión 30.
Cuestión 35: ¿En qué Estado miembro debería emitirse?. ¿Hay que dejar a
cada Estado miembro la libre elección de las autoridades que pueden expedir
el certificado o, habida cuenta del contenido y las funciones del certificado, hay
que fijar determinados criterios?.
El certificado europeo de administrador debería emitirse en el Estado de la
última residencia habitual del causante, debiendo admitirse libertad en la
designación de la autoridad expedidora siempre que ésta ejerciese la autoridad
pública (se tratase, por tanto, de un notario, de un juez o de un secretario
judicial).
Cuestión 36: ¿Hay que prever la instauración de un sistema de registro de los
testamentos en todos los Estados miembros?. ¿Hay que prever la creación de
un Registro centralizado?.
Sobre la base de la experiencia acumulada con el Convenio de Basilea de
1972, debería crearse un registro de testamentos en todos los Estado que, en
una primera fase, estuvieran conectados entre sí y que, en un escalón
posterior, fuese centralizado para todos los Estados miembros.
Cuestión 37: ¿Qué modalidades deberían decidirse para facilitar el acceso a
los elementos nacionales del sistema o al Registro centralizado por los
presuntos herederos y las autoridades competentes (incluso a partir de su
propio Estado miembro)?.
Junto al sistema clásico de consulta presencial o mediante petición por escrito,
debería admitirse la consulta on line acreditado el interés del presunto
heredero.
Cuestión 38: ¿Plantearía dificultades la supresión de toda formalidad de
legalización o apostilla para los documentos públicos autorizados en un Estado
miembro y relativos a una sucesión?
No plantearía problema; por el contrario, la supresión de la apostilla sería
necesaria para facilitar el tráfico jurídico transfronterizo.
Cuestión 39: ¿Se puede prever la elaboración de un instrumento único y
completo?. En caso contrario, ¿por qué orden y en qué etapas se organizarían
los trabajos?.
La experiencia en la elaboración del Derecho internacional privado comunitario,
unida a la complejidad del fenómeno sucesorio y a las dispares concepciones
de los sistemas anglosajones frente a los continentales, aconsejan un trabajo
por etapas. Se debería comenzar con la administración de la herencia,
continuar con cuestiones procesales y de conflictos de autoridades
(competencia judicial y ejecución) para finalizar con la determinación de la ley
aplicable al fondo.
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