programa de camilo díaz y steve steele, aspirantes al consejo

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PROGRAMA DE CAMILO DÍAZ Y STEVE STEELE, ASPIRANTES AL
CONSEJO ACADÉMICO DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE
COLOMBIA.
DIAGNÓSTICO DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL
La crisis de la universidad colombiana refleja la crisis de la nación. Las consecuencias de dos
décadas de libre comercio en Colombia constituyen un veredicto histórico contra el
neoliberalismo. Tras este lapso de tiempo, Colombia se ha convertido en ejemplo negativo en
materia de desigualdad, pobreza y de subdesarrollo. El desmantelamiento del aparato
productivo nacional en la industria y el campo se ha visto acompañado del debilitamiento
deliberado del sistema educativo y, por supuesto, de la Universidad Nacional de Colombia
como principal centro de creación de conocimiento del país.
La crisis educativa actual es la más grave de la historia, y obedece principalmente al proceso
de privatización de la universidad pública, que se traduce en la desfinanciación que ha sufrido
desde la Ley 30 de 1992 y que pretendía profundizar la nueva Ley de Educación Superior del
presidente Santos, derrotada temporalmente por los sectores democráticos del país,
encabezados por la MANE.
El principal propósito de la privatización es abrir un nicho de negocios al capital financiero. Ya
hoy miles y miles de familias empeñan su futuro para pagar las matrículas cada vez más altas
y los créditos usureros que le son propios, bien sea en la universidad pública o en la privada.
La incursión del sector financiero en el sistema educativo ha conducido a que las
universidades sean sometidas a préstamos, como el aprobado por $107.000 millones de
pesos durante la administración Wasserman, que de haberse ejecutado, habría sumido a la
Universidad Nacional en una debacle por los próximos 15 años, obligada a pagar cerca de tres
veces lo recibido.
El segundo propósito de la privatización es adecuar los contenidos educativos al papel que le
fue impuesto a Colombia en la globalización neoliberal, un papel de quinto nivel, restringido a
producir materias primas con bajísimo valor agregado y con un aparato productivo en ruinas y
un desempleo creciente, modelo que en la Universidad se expresa en la supresión de los
contenidos académicos de carácter científico y en la reducción del tiempo de las carreras,
entre otras nefastas consecuencias. La orientación de los contenidos académicos por vía de
las pruebas ICFES SABER PRO, antes ECAES, pauperiza y desconoce el papel de la
universidad como centro de creación de conocimiento y niega por completo su autonomía
académica.
La privatización ha abocado a la Universidad a centrarse en obtener recursos propios, reducir
y congelar la planta docente, aumentar el número de profesores de hora cátedra, desconocer
condiciones laborales dignas, subcontratar servicios como bienestar universitario, aseo y
vigilancia y desmantelar la infraestructura física. Actualmente, uno de cada dos pesos que
recibe la Universidad provienen de autofinanciación y casi la totalidad de los recursos de
inversión son aportados por la misma.
El proceso de desfinanciamiento y privatización, profundizado durante el gobierno de Álvaro
Uribe, desmanteló por completo el sistema de universidades públicas colombianas. En el
marco de los Tratados de Libre Comercio entra ahora en una fase más agresiva: hacer de la
educación de los colombianos un negocio para las multinacionales de la educación superior y
del sector financiero. La propuesta de reforma a la educación superior derrotada por el
movimiento estudiantil permitía que una vez se quebraran las universidades públicas, estas
perdieran su naturaleza pública, y tras permitir la inversión privada, se constituyeran en
universidades mixtas regidas por derecho privado. Es la privatización total de la educación
superior. El interés del gobierno nacional es el de despojar por completo a los colombianos del
derecho a la educación, pública, científica, democrática y al servicio de la nación.
A la antidemocracia económica que reina en el país y en las universidades se suma la
antidemocracia política. El hecho queda demostrado con la imposición como rector de Ignacio
Mantilla, desconociendo la voluntad mayoritaria de la comunidad universitaria, que le confió a
Leopoldo Múnera la responsabilidad de dirigir la Universidad más importante del país,
soslayando abiertamente la autonomía y la democracia universitaria y dejando claro además
que el papel de Ignacio Mantilla será defender el modelo santista de privatización, proceso
que Mantilla cohonestó durante la administración de Wasserman.
LA PROPUESTA DENTRO DE LA CRÍTICA
Nuestro primer compromiso es oponernos al modelo de universidad-empresa impulsado por el
gobierno de Juan Manuel Santos con su propuesta de reformar la educación superior a fin de
adecuarla a las exigencias del capítulo de Comercio Transfronterizo de Servicios del TLC con
Estados Unidos. Nos opondremos a estas medidas porque niegan la existencia misma de la
universidad pública, su orientación científica, su carácter nacional y democrático. La educación
superior debe ser excluida de las “negociaciones” en los tratados comerciales.
Nuestra crítica encierra una propuesta:
CONSTRUYENDO UN SISTEMA DE FINANCIACIÓN ADECUADA. CONSTRUYENDO UN
VERDADERO DERECHO A LA EDUCACIÓN
Colombia necesita un modelo educativo que tenga como premisa la educación como
condición imprescindible para el desarrollo nacional y como un derecho fundamental, un
sistema que debe tender a la gratuidad y al incremento de la cobertura a niveles deseables
con excelencia académica. Para esto hay que compensar los costos en los que han incurrido
las universidades desde 1992 y que no cubrió el esquema de financiación definido en esa ley.
Un nuevo esquema de financiación debe partir de la obligación del Estado de asegurar la
totalidad de los recursos de funcionamiento e inversión de las universidades públicas, pues en
el mejor de los casos, el Estado solamente cubre los recursos de funcionamiento. Así, para el
año 2010, el Estado aportó 399.969 millones de pesos a funcionamiento y tan solo 56.634
millones de pesos a inversión en la Universidad Nacional. La financiación estatal no debe
sujetar los recursos al comportamiento del ciclo económico o a la consecución de metas.
Cualquier política que apunte al aumento de la cobertura en el sistema deberá basarse en el
principio de la excelencia académica. Para ello es menester elevar el grado de inversión
pública en universidades públicas por lo menos a 5,6 billones de pesos, cifra correspondiente
a los recursos para inversión y funcionamiento más un ajuste con respecto a los costos
transferidos a las universidades públicas desde 1992 y que no son reconocidos por la Ley 30.
CONSTRUYENDO UN CON EXCELENCIA ACADÉMICA
Un diagnóstico de la Universidad y de sus departamentos y facultades atraviesa
necesariamente por el conocimiento de la planta docente, y debe dar respuesta tanto a cuáles
son las vacantes que no han sido llenadas por parte del nivel central, como a cuántos
docentes faltan para garantizar una adecuada relación estudiante/docente, teniendo en cuenta
la comparación con otros programas de otras universidades grandes, así como los modelos
pedagógicos más adecuados para la garantía del acceso a los conocimientos científicos,
teóricos y prácticos más avanzados.
La planta docente se ha orientado según los intereses de la reforma académica: unos
profesores muy cualificados de tiempo completo, que todavía se conservan en el pregrado
pero cuya orientación va hacia los posgrados y la investigación, así como a la extensión
remunerada, y un ejército de profesores tercerizados, dedicados al pregrado.
Durante la administración Wasserman, mientras que los estudiantes matriculados pasaron de
43.025 a 48.880, los docentes de planta pasaron de 2.964 a 2.974 y los ocasionales 726 a
987. Es decir, la política santista implementada por Wasserman fue la de aumentar un docente
de planta por cada 586 estudiantes. Para el mismo periodo, la oferta en programas de
posgrado aumentó en 24% (132 nuevos programas), al punto que actualmente el 75% de la
oferta académica de la Universidad Nacional se concentra en los posgrados. Lo anterior se
explica porque los costos académicos –el pago de matrícula– de estos cursos se destinan a
las facultades, en contraste con los recursos de pregrado, cuyas matrículas son
ostensiblemente más bajas y se destinan al nivel central de la Universidad. En resumen, el
aumento de posgrados es fundamentalmente una consecuencia de la desfinanciación de la
universidad pública.
CONSTRUYENDO UN SISTEMA DE EVALUACIÓN Y ACREDITACIÓN PARA LA EXCELENCIA
ACADÉMICA
Los procesos de acreditación tienen como propósito regular el “mercado” de la educación. El
objetivo debe ser fijar las condiciones mínimas que han de tener las universidades para poder
ofrecer programas académicos de excelencia. Y con respecto a las universidades públicas, el
papel del Estado debe ser atender las necesidades de aquellas instituciones que presenten
rezagos y debilidades para ofrecer educación de excelencia. En ese sentido, la acreditación
debe basarse en las condiciones mínimas definidas por las comunidades académicas para
ofrecer un programa y el papel del Estado debe limitarse a una labor de inspección y vigilancia
de los criterios emanados de las comunidades académicas. La evaluación de los contenidos
académicos en un sistema de acreditación de este tipo está en manos de cada institución
académica, pues no deben existir herramientas que orienten los contenidos académicos por
parte del mercado o del Estado. El respeto a la autonomía académica es una condición sine
qua non para el desarrollo académico.
CONSTRUYENDO UN COGOBIERNO UNIVERSITARIO BASADO EN LA AUTONOMÍA Y LA
DEMOCRACIA
La autonomía concebida como el medio por el cual la Universidad garantiza el libre desarrollo
de sus funciones misionales como formación, investigación y extensión ha sido
constantemente vulnerada por parte del gobierno. La imposición de Ignacio Mantilla como
sucesor de la Administración Wasserman es muestra clara de cómo opera la “mano invisible”
del gobierno, pues solamente la cuarta parte del Consejo Superior es elegida
democráticamente. La participación mayoritaria del Estado y el sector privado en los cuerpos
de gobierno de la UN la convierten en la universidad con mayor antidemocracia en el concierto
latinoamericano respecto de sus semejantes. La autonomía universitaria es la posibilidad que
tienen las comunidades universitarias de definir su orientación académica y la administración
de sus recursos, así como la forma en que organizan el gobierno universitario.
La Universidad Nacional, así como el resto de universidades públicas, debe tener la
posibilidad de que la comunidad universitaria, por medios democráticos, elija los cuerpos de
gobierno y de que el Consejo Académico se encargue de fijar la política educativa interna con
base en criterios científicos que busquen solucionar los problemas de la nación.
Para lograr la autonomía académica se hace también indispensable la autonomía
administrativa, que debe residir en el Consejo Superior, compuesto democráticamente por la
comunidad universitaria y el gobierno nacional, con participación mayoritaria de la comunidad
universitaria, dejando en un segundo lugar la participación del gobierno. La autonomía
administrativa implica que la universidad es autónoma en la determinación del gasto y en la
distribución de los recursos, condición necesaria para lograr los más altos niveles de calidad.
En ningún caso debe entenderse la autonomía como sinónimo de autofinanciación, pues la
financiación plena de la universidad pública es responsabilidad del Estado.
CONSTRUYENDO UN BIENESTAR UNIVERSITARIO COMO CONDICIÓN PARA EL
DESARROLLO ACADÉMICO.
El bienestar universitario fue una de las conquistas eliminadas por la administración saliente.
La política de austeridad financiera de Santos desmanteló por completo los sistemas de
bienestar. El bienestar no es un favor. El bienestar constituye una condición necesaria para el
desarrollo académico. En ese sentido debe tener dos ejes: i) por un lado, un eje que garantice
la permanencia, prestando a los estudiantes servicios de salud, alimentación, alojamiento y
beneficios de transporte; ii) en segundo lugar, la Universidad debe ofrecer espacios que
permitan la formación integral, haciendo de esta la norma y no la excepción.
CONSTRUYENDO UN ESPACIO DONDE PRIMEN LAS IDEAS. CONSTRUYENDO UN CON
LIBERTADES DEMOCRÁTICAS.
A la antidemocracia económica en Colombia le ha seguido la antidemocracia política, hecho
que se demuestra en la ausencia de espacios de participación y en la ausencia de respeto y
garantías para la organización estudiantil y para la asociación sindical. Consideramos
imperativa la defensa del derecho a la protesta. Rechazamos el señalamiento, la
estigmatización y la persecución contra los estamentos de la comunidad universitaria, sin
importar de donde provengan, y defenderemos su derecho a organizarse en torno a iniciativas
académicas, políticas, religiosas, de orientación sexual o cualquier otra. La propuesta
CONSTRUYENDO UN se debe a jóvenes ateos y creyentes, a estudiantes de distinta
orientación sexual y política, a grupos estudiantiles y de investigación, en fin, a un sinnúmero
de iniciativas que defienden la Universidad como espacio vedado al pensamiento único y al
autoritarismo.
CONSTRUYENDO UN PUENTE ENTRE LA UNIVERSIDAD Y LA SOCIEDAD
La Universidad posee tres formas de relacionarse con la sociedad: la formación, la extensión y
la investigación. En el libre ejercicio de sus funciones misionales, el Estado debe servir de
garante para que la Universidad desarrolle sus funciones con total independencia de poderes
económicos, políticos, culturales, etc. El objetivo fundamental de la Universidad se centra en la
transformación de la realidad, ya sea material, social, cultural, política o económica. Ofrecer
soluciones a los problemas de la sociedad y la nación colombiana es el papel que debe
cumplir la Universidad.
ORGANIZACIÓN Y RESISTENCIA CIVIL Y DEMOCRÁTICA
El veredicto de la historia es incuestionable, en varios sentidos: i) En primer lugar queda claro
que la organización estudiantil es nuestra mayor fortaleza, y por tanto es imperativo fortalecer
el proceso de la Mesa Amplia Nacional Estudiantil, MANE, de la MAUN y las mesas locales en
cada facultad, pero además es necesario llevar hasta los semestres todas las discusiones y
las definiciones. Impulsar instancias de participación del estudiantado en las que los
representantes sean elegidos democráticamente. ii) En segundo lugar, las transformaciones
sociales y políticas son producto únicamente de los enormes ríos de gente. Fue ese el camino
que llevó al estudiantado a la incuestionable victoria frente al gobierno de Santos. Será la
lucha de masas y la resistencia amplia y democrática la única garantía para seguir
CONSTRUYENDO UN verdadero derecho a la educación, a conquistar la Universidad que
queremos.
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