La Odontología en Grecia (2). La teoría humoral

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Historia de la Odontología. Capítulo VI:
La Odontología en Grecia (2).
La teoría humoral
Dr. Julio González Iglesias y Dra. Beatriz Pascual Fernández
cuatro humores: Sangre, flema, bilis
amarilla y bilis negra, que correspondían a los cuatro elementos de
Empédocles.
En Grecia aparecieron unos pensadores, los filósofos, que intentaron
explicar la naturaleza de las cosas
sin intervención de los dioses. Thales de Muleto afirmó que la materia
se componía de agua, Anaximenes
por su parte señaló el aire, Pitágoras
veía el principio de los números.
Con esta concepción, llamada humoral, los griegos se separaron del
concepto teúrgico de la enfermedad.
Ya no serían los dioses los que la
producirían sino que sería el efecto
de la alteración de dichos humores.
Si estaban bien era la salud (eucrasia) si fallaban aparecía la enfermedad (discrasia).
Empédocles de Agrigento (siglo V-IV
antes de C) explicó la realidad compuesta de cuatro elementos: Tierra,
Agua, Aire y Fuego con cuatro cualidades: Seco, Húmedo, Caliente y Frío.
A los humores se les aplicaba también
las cualidades empedocleicas, la sangre era caliente y húmeda, la flema
fría y húmeda, la bilis amarilla, caliente y seca y la bilis negra fría y seca.
Los médicos, siguiendo este sistema,
concluyeron que en el hombre había
Figura 4. Los Clysteres o Lavativas
se prescribían para eliminar los humores superfluos.
Dr. Julio González Iglesias
Profesor de Historia de la Odontología.
Presidente de la Academia Española
de Estudios Históricos de Odontología y Estomatología.
Ahora no habría que implorar a los
dioses, las enfermedades deberían
tratarse con medicamentos (drogas
o fármacos) según el principio halopático o de los contrarios. Si una
enfermedad era etiquetada como
“fría”, debían aplicarse medicamentos “calientes”, si era “seca”, había
que administrar sustancias “húmedas”, y así sucesivamente.
Este procedimiento se sintetizó en
la frase “Contraria Conatrarii Cu-
Figura 1. Empédocles de Agrigento
(Siglo V-IV a. de C.) postuló la teoría
de los cuatro elementos: Tierra, Agua
Aire y Fuego. Se dice que murió arrojándose al Etna.
Dra. Beatríz Pascual Fernández
Profesora de la Universidad CEU
San Pablo.
Máster en Implantología.
Figura 2. Partiendo de los cuatro elementos de Empédocles, los médicos
crearon la teoría de los cuatro humores: Sangre (Fuego), calida y seca, Bilis Amarilla (Aíre) calida y húmeda,
Flema (Agua) Húmeda y fría, Bilis
Negra (Tierra) seca y fría. Su alteración era la enfermedad.
rantur” y fue la gran contribución
de los griegos a la medicina. A partir
de ellos (aunque persistieron restos
arcaicos) los dioses dejaron de ser
quienes provocaban las enfermedades y estas se intentaron explicar
por alteraciones de la naturaleza
(los humores).
Figura 5. Los cuatro temperamentos
derivados de los cuatro humores: Flemático, Sanguíneo, Colérico y Melancólico.
Figura 7. Apolo dejó se ser con el Centauro Quirón y Asklepios quien enviaba las enfermedades y las curaba.
Figura 3. Para regular los humores
se recurría frecuentemente a la Sangría.
Figura 6. Leonardo da Vinci, representó los cuatro temperamentos en
esta figura grotesca, representando a
cuatro individuos rodeando la imagen de un noble anciano.
Figura 8. Ruinas de Knidos.
Figura 9. Alcmeon de Crotona enseñó medicina en Knidos.
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Por eso en Grecia se inaugura la
llamada “Medicina Humoral” que
pasaría a Roma, al mundo árabe y a
Europa y que llegaría prácticamente
hasta nuestros días.
Para el diagnóstico era esencial la
urinoscopia. La terapéutica consistía
en sangrías, sanguijuelas, ventosas,
diuréticos, sudoríficos, lavativas…
etc. para normalizar los humores alterados.
LOS TEMPERAMENTOS
Según predominara uno u otro humor los individuos eran clasificados
como sanguíneos, flemáticos, coléricos o melancólicos.
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A los sanguíneos se les consideraban cálidos, receptivos, vivaces, que
se basaban más en los sentimientos
que en la percepción.
Los flemáticos serían lentos, introvertidos, tranquilos.
El melancólico propenso a la depresión, era muy sensible, negativo, pesimista y critico.
El colérico actuaría con impetuosidad,
poco reflexivo, activo, imponiendo sus
criterios, a veces violentamente.
Los humores, pues, configuraban
hasta el carácter y la personalidad
de los individuos.
Aún hoy día se habla de ellos.
LAS ESCUELAS MÉDICAS
Otra particularidad de la medicina
griega fue la aparición de centros
(escuelas) donde había maestros
que enseñaban a sus discípulos. Ya
no eran Apolo ni el centauro Quirón
los que transmitían las técnicas sanadoras, sino hombres de carne y
hueso.
La más antigua se desarrolló en Knido hacia el año 700 a, de C. fundada
por Alcmeon de Crotona quien practicó disecciones y negó que las enfermedades fueran desatadas por la
posesión demoníaca.
Figura 10. Afrodita de Knidos observando un lago de nenúfares.
Figura 11. El oscuro Heráclito enseñó en Éfeso. Sostenía que la materia
estaba compuesta por el fuego.
Hubo también Escuelas en Mileto,
donde destacó Thales y Éfeso donde
enseñó Heráclito (que consideró el
fuego como el elemento fundamental).
Las enfermedades de la boca y de los
dientes fueron igualmente considerados bajo el prisma humoral, como
dejó sentado el creador de la Escuela Médica de Cos, el gran Hipócrates
como veremos en la siguiente entrega.
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