Texto publicado en libro de actas

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RECUPERACIÓN ESTRUCTURAL DE LAS CASAS DE CORREDOR EN MADRID
1
Santa Cruz Astorqui, Jaime *
2
del Río Merino, Mercedes
E.U. Arquitectura Técnica. Universidad Politécnica de Madrid
Av. Juan de Herrera 6. 28040 Madrid
1. Dpto. de Tecnología de la Edificación
2. Dpto. de Construcciones Arquitectónicas y su Control
[email protected]
ABSTRACT
La casa de corredor se define como la “edificación residencial cuyas viviendas interiores
resuelven su acceso e iluminación desde un patio interior a través de los corredores
perimetrales abiertos a dicho patio”.
En Madrid son conocidas popularmente como “corralas”, y representan la mayor parte de la
edificación residencial de los barrios mas deprimidos durante el s. XIX. Sin embargo, se trata
de un modelo arquitectónico muy difundido por todo el mundo, cuyos orígenes se remontan
a la casa patio romana y los adarves musulmanes.
Actualmente, existen más de 600 casas de corredor en Madrid, de las cuales casi 200 se
ubican en el barrio de Embajadores, presentando en su mayoría estados deplorables de
mantenimiento y de habitabilidad (salvo aquellas que han sido rehabilitadas).
La casi totalidad de las casas de corredor anteriores al s. XX están construidas mediante
entramados de madera con evidentes signos de inestabilidad y falta de resistencia debido a
las humedades y al ataque de insectos xilófagos.
Por ello existe la tendencia a realizar la demolición interior manteniendo la fachada, para
proceder a la reconstrucción del edificio. Este tipo de intervención supone con frecuencia un
alto riesgo en la propia demolición, así como de desestabilización de los edificios contiguos.
En ésta comunicación se propone un sistema de recuperación de la estructura existente
mediante el refuerzo de los forjados de madera y de los muros de entramado.
1.- Introducción
El sistema de refuerzo propuesto garantiza la estabilidad y resistencia necesarias
para la reutilización de la estructura según los parámetros del CTE, y supone el tipo
de intervención menos traumática posible, minimizando los riesgos propios de la
ejecución en éste tipo de obras.
El refuerzo propuesto para los forjados se realiza mediante un sistema mixto de
madera-hormigón, que proporciona un gran aumento de resistencia y rigidez, y el
máximo aprovechamiento del forjado existente.
El sistema de refuerzo propuesto para los muros entramados mediante perfiles
ligeros de chapa conformada en frío, evita su demolición y permite la reorganización
de huecos en fachada a patio.
El conjunto de forjados y muros reforzados, adquiere así una mayor rigidez,
proporcionando un comportamiento estructural más homogéneo.
En consecuencia, se propone la recuperación de la estructura del edificio frente a su
sustitución, cuyas ventajas principales son la economía del proceso, la reducción de
productos de demolición, y la mayor seguridad en el proceso de ejecución.
2.- Las estructuras entramadas de madera
La técnica del refuerzo en estructuras entramadas de madera, permite el
aprovechamiento máximo de la estructura existente, dotándola de los suplementos
necesarios para asegurar la resistencia y estabilidad que se requiere en cada caso.
Sin embargo, el desconocimiento del estado real del material existente (sobre todo la
madera), obliga en muchos casos a adoptar técnicas de sustitución enmascaradas
como sistemas de refuerzo, comúnmente llamadas sustituciones funcionales, en las
que la estructura existente deja de tener su función, pero dificulta y condiciona
enormemente la ejecución de la estructura sustitutoria.
Como veremos, existen fórmulas en las que el material que conforma la estructura
existente puede ser aprovechado, aunque sus características resistentes hayan
mermado, minimizando así el peso y coste del sistema de refuerzo. Tales fórmulas
se basan en la colaboración activa entre el material existente y el de refuerzo,
asignando a cada uno la función estructural más acorde a sus características y
capacidades.
Este método es similar en concepto al empleado en el diseño de materiales
compuestos, en los que cada material componente se dimensiona y coloca según
sus características y en función de las solicitaciones de la pieza estructural.
Siguiendo este esquema, diferenciamos dos elementos estructurales básicos dentro
de la construcción típica de las casas de corredor: los entramados horizontales de
forjados, y los entramados verticales de los muros portantes. En ambos casos, la
madera es el material protagonista de las lesiones más usuales, normalmente
derivadas del ataque por insectos xilófagos, y por pudriciones debidas a humedades.
Sin embargo, en muchos casos se trata solamente de lesiones derivadas de una
excesiva deformación, proceso éste inherente a la madera, como material vivo que
es.
En aquellos casos en los que no se evidencie un deterioro excesivo de la madera,
siempre es posible reutilizarla a base de sistemas adecuados de refuerzo. Las
ventajas respecto al sistema de vaciado interior son claras, pues el proceso de
demolición se reduce a los elementos de partición y revestimiento, lo que permite
desarrollar una obra mas segura y menos traumática para los edificios colindantes,
pero también una reducción importante de los tiempos de ejecución, y una menor
agresión al medio ambiente por la reutilización de la estructura existente.
Para que ello sea factible, se deben realizar los refuerzos mediante sistemas ligeros,
de fácil aplicación, y con sistemas de ejecución progresivos, que combinen las
demoliciones parciales con el refuerzo de la estructura, asegurando así la plena
estabilidad del edificio con la menor cantidad posible de apeos auxiliares.
En primer lugar se analizarán las características constructivas y patología mas
frecuentes de los entramados de muros y de forjados, así como su funcionamiento
estructural. A continuación, se describirán las técnicas de refuerzo y el
procedimiento que se propone.
2.1- Entramados horizontales de forjados
Los forjados de las casas de corredor están normalmente construidos con viguetas
de madera apoyadas en los muros entramados, guardando separaciones pequeñas
(normalmente vano por macizo) y cubriendo luces entre los 3 y los 5 m. Cuando las
crujías son mayores de 5 m, los forjados suelen apoyarse en vigas principales
transversales de madera, que a su vez apoyan en los muros de carga. El
entrevigado puede ser un relleno o cuajado de cascote y yeso que suele aligerarse
con botes cerámicos (Fig. 1-1), solución muy frecuente en Madrid. También puede
estar resuelto con una bovedilla inferior recuperable (Fig.1-2) llamada galápago, o
con una bóveda tabicada de ladrillo (Fig. 1-3) cuando el vano es >> que el macizo.
En muchos casos, está simplemente hueco y relleno de paja (Fig. 1-4).
Normalmente, la cara inferior se reviste con un cielorraso de yeso armado con caña
o sobre un enlistonado entomizado y clavado a las viguetas.
Fig.1 Diferentes tipos de forjados de madera
Los suelos son variopintos, fruto de las sucesivas transformaciones que cada vecino
ha ido realizando, y siempre caracterizados por tener grandes espesores debido a
las distintas capas, lo que ha provocado un sobrepeso importante que normalmente
acusa el forjado en su marcada flecha. Los suelos originales pueden ser de yeso o
bien un tablero de madera o de ladrillo, sobre los que aparecen solados posteriores
normalmente pétreos.
2.1.1- Patología más frecuente en los forjados
Es muy usual que la madera de estos forjados presente un buen estado, salvo
ataques generalizados de insectos xilófagos, que dependiendo del nivel de afección,
hacen prácticamente inviable su recuperación en algunos casos. Con mucha
frecuencia encontramos pudriciones severas en zonas húmedas localizadas bajo
las duchas, fregaderos y lavabos que se han ido incorporando poco a poco en éste
tipo de viviendas, así como en los forjados de bajocubierta, cuando la cubierta no ha
sido convenientemente mantenida o rehabilitada (lo mas frecuente). El estado de
dichas zonas aconseja siempre la sustitución parcial de aquellos elementos
dañados, pudiéndose reutilizar el resto a través del conveniente refuerzo.
En la mayoría de los casos, los forjados mantienen unos índices de resistencia
aceptables, aunque casi nunca de rigidez, lo que invalida por si solo su capacidad
estructural.
Otro aspecto importante es la insuficiente rigidez de éstos forjados ante esfuerzos
horizontales, lo que anula la necesaria función de atado entre los muros portantes y
de arriostramiento. En muchos casos, se evidencian fisuras y grietas en muros que
son consecuencia directa del insuficiente atado ante empujes horizontales.
Por último, este tipo de forjados adolece de un comportamiento poco solidario ante
cargas concentradas, por lo que suelen aparecer deformaciones diferenciales
importantes bajo particiones e incluso bajo elementos de mobiliario pesado (librerías
cargadas de papel). Esto se debe a la insuficiente rigidez transversal a cortante,
dado que se trata de piezas casi autónomas.
2.2.- Muros entramados
Normalmente están construidos mediante entramados de madera con rellenos de
ladrillo, pero sobre todo de cascote y piedra recibidos con mortero de cal. Los pies
derechos (separados entre 1.60 y 2.50 m) soportan mediante zapatas las carreras
de madera que sirven de apoyo directo al forjado. Normalmente, sobre las cabezas
de las viguetas se dispone una sobrecarrera que sirve de arranque a los pies
derechos superiores, y sobre la que descansa el relleno del tramo superior.
Este tipo de muro tiene su origen en la necesidad de construir muros resistentes de
forma más económica y con menor peso que los muros de fábrica. Para ello se
reduce el espesor, lo que inevitablemente debilita al muro en la dirección
perpendicular al mismo. Este efecto se corrige incorporando costillas de madera a
modo de nervios que asumen la rigidez necesaria. Para asegurar su estabilidad
durante su construcción, es frecuente la incorporación de piezas inclinadas de
arriostramiento en las diagonales de los cuadros del entramado. En la práctica,
dichas piezas acaban perdiendo su cometido debido a la mayor rigidez del material
de relleno, que acaba formando bielas de compresión ante las deformaciones en el
plano del muro.
Fig.2 Esquema de un muro de entramado
El comportamiento estructural de este tipo de muros sigue el modelo de muro de
fábrica armado, y no el de muro entramado exento. Esto se debe a la gran rigidez a
compresión de los paños de relleno, respecto de la rigidez a flexión de las carreras
de madera. Por ello, las cargas que reciben de los forjados y de los muros
superiores, no se transmiten por flexión a los pies derechos, sino directamente a
través del relleno a la carrera inferior. Los pies derechos, las carreras y el resto de
piezas intermedias, actúan como armado de la fábrica, asumiendo las tensiones de
tracción provocadas por las deformaciones en el plano del muro, pero también
aportan la necesaria rigidez a flexión transversal evitando el pandeo del muro,
debido a su pequeño espesor.
2.2.1- Patología más frecuente en los muros entramados
Normalmente encontramos que el material de los rellenos de los entramados suele
presentar un buen estado de conservación, salvo por la existencia de fisuras
horizontales provocadas por pandeos.
Sin embargo, las lesiones mas frecuentes en éste tipo de muros aparecen en las
piezas de madera, y tienen su origen en las humedades provenientes del terreno
debido a la rotura de albañales y pozos, y en las filtraciones de cubierta. Por ello, las
zonas más afectadas son las partes inferiores de la planta baja y las zonas de apoyo
de los parecillos de cubierta, sobre todo en las zonas cercanas a aleros y limahoyas.
En muchos casos, los pies derechos han desaparecido casi totalmente en éstas
zonas, quedando los rellenos como único elemento estructural sobre el que apoya
todo el edificio. En estas situaciones, suelen aparecer grietas horizontales a media
altura, debidas sobre todo a procesos de pandeo del muro, que ya no cuenta con el
entramado que lo rigidiza transversalmente. Sin embargo, en éstos casos no suelen
aparecer fisuras verticales de aplastamiento, debido fundamentalmente a que el
relleno mantiene una suficiente capacidad portante.
3.- Técnicas de refuerzo propuestas
3.1.- Técnica propuesta de refuerzo de los forjados
En aquellos casos en los que se evidencie un buen estado de la madera de los
forjados y podamos constatar que su capacidad resistente no es inferior a un 50%
de su resistencia original, es viable realizar un refuerzo que asegure un aumento de
la resistencia a flexión, un aumento de su rigidez, la eliminación de la deformación
diferencial entre viguetas y la consecución del efecto diafragma para el atado y
arriostramiento de los muros. Los aspectos relativos al aislamiento acústico y la
protección contra el fuego se tratarán una vez realizado el refuerzo estructural.
El sistema de refuerzo más efectivo se basa en la obtención de un forjado mixto de
madera-hormigón, cuyas características principales son:
-
Ligereza del conjunto (aprox. 2.9 kN/m2 y 1.7 kN/m2 si se retiran los rellenos).
Gran capacidad de arriostramiento en el plano horizontal: atado entre los
muros de carga y de arriostramiento transversal.
Mejora del reparto de las cargas concentradas: disminución de la deformación
diferencial entre nervios.
Gran aumento de la resistencia a flexión.
Gran aumento de la rigidez del forjado: disminución de la flecha máxima.
Sencillez y rapidez de ejecución.
Aunque este sistema ha sido frecuentemente estudiado y utilizado en rehabilitación
de forjados de madera [1], el objeto de éste artículo es cuantificar sus efectos, y
demostrar así su viabilidad en la mayor parte de los casos de éste tipo de edificios.
Para ello, y dada la ausencia de normativa al respecto, se ha realizado un análisis
por elementos finitos (FEA) sobre un modelo de forjado biapoyado de 450 cm de luz,
compuesto de viguetas de 14x20cm cada 30 cm, y un refuerzo de hormigón de 4cm
de espesor. La carga aplicada es de 63 kN/m2, y los valores resistentes de la
madera corresponden a una conífera clase C18 (SE-M). Los resultados de la
simulación del forjado reforzado (flechas y tensiones máximas en vano) se muestran
en términos relativos al forjado sin reforzar.
La técnica consiste en la formación de una capa de compresión de hormigón
estructural aligerado con arcilla expandida (densidades en torno a 1.8 g/cm3)
armada con un mallazo de acero electrosoldado, sobre las viguetas de madera (Fig.
3). La conexión entre ambas fases se realiza mediante conectores de acero en la
testa superior de las viguetas, que trabajarán fundamentalmente a cortante,
absorbiendo los esfuerzos tangenciales en el plano de unión que se derivan de la
flexión (y que son proporcionales a los valores de cortante).
Fig. 3 Sección del forjado reforzado
Con ello se consigue que la vigueta trabaje casi exclusivamente a tracción en
combinación con el bloque de compresiones de la capa de hormigón. Vemos que
con ésta técnica conseguimos aumentar la rigidez efectiva de la sección (EI), y con
ello, las tensiones máximas de tracción que aparecen en la madera presentan
valores muy inferiores a las tensiones del límite elástico de dicho material, incluso si
éste ha perdido parte de su sección útil debido a algún ataque de xilófagos (Fig. 4).
Por la misma razón, y considerando que no es conveniente utilizar capas de
compresión menores de 4 cm de espesor, las tensiones máximas de compresión en
el vano son muy reducidas, incluso para las resistencias que normalmente
obtenemos con éste tipo de hormigones aligerados.
Fig. 4 Variaciones de tensiones y flecha en la sección por vano obtenidos en la simulación
La aplicación de éste sistema también aumenta considerablemente la rigidez a
flexión del forjado original, disminuyendo su flecha a un 32% de la original (datos
simulación), asegurando así una deformación por debajo de los valores marcados en
la normativa.
En definitiva, esta técnica permitiría la reutilización casi total de la viguería del
forjado, permitiendo su intervención sin necesidad de una demolición previa.
Una característica de éstos forjados es su flecha remanente, que es patente cuando
retiramos los elementos de partición y las capas de solados. La curvatura de las
piezas no implica necesariamente un deterioro de las mismas (como tampoco
sucede en las cuadernas de un barco) sino un proceso natural de adaptación de la
madera. Esta curvatura suele representar un inconveniente, pues con frecuencia se
tiende a nivelar la capa de compresión por su cara superior, obteniéndose así
espesores excesivos en el vano, y en consecuencia un exceso de peso en la zona
mas comprometida del forjado.
Sin embargo, con la solución que se propone, se mantiene constante el espesor de
la capa de compresión a la vez que nivelada su cara superior, con lo que estamos
introduciendo en el vano, donde el momento es máximo, una mayor separación
entre las resultantes de tracción en la madera y las de compresión en el hormigón,
obteniendo así una mayor resistencia a la flexión, sin por ello aumentar el peso
propio del forjado. En consecuencia, la curvatura del forjado juega a favor del
refuerzo (Fig. 5 y 6).
Fig. 5 Sección longitudinal del forjado reforzado, en apoyo sobre una cítara interior.
Fig. 6 Variación de tensiones y flecha en la sección por vano obtenidos en la simulación
Fig. 7 Procedimiento de refuerzo del forjado
En el proceso de ejecución del refuerzo del forjado (Fig.7) se aprecia la colocación
de unos tabloncillos clavados a las viguetas, que funcionarán como maestras para el
relleno nivelado con arcilla expandida entre las mismas.
En aquellos casos en los que se detecten piezas de madera irrecuperables
normalmente debido a pudriciones en zonas húmedas, la opción adecuada es su
sustitución por piezas de madera nueva (o mejor procedente de derribo), pero no
acudir a la realización de prótesis, por tratarse de técnicas complejas y muy
costosas.
Puede existir sin embargo, casos en los que la madera tenga una reducción
importante de su resistencia debido a ataques de insectos xilófagos. Una vez
anulado el origen del problema a través de tratamientos fungicidas, se recurrirá al
refuerzo inferior mediante una pletina de acero fijada mediante tirafondos a la
madera (que se deberá realizar de forma previa al apeo del forjado). Dicha
platabanda, en función de su sección útil, asumirá parcial o totalmente la capacidad
de tracción de la vigueta, pues como se verá, una simple pletina de acero
galvanizado de 100x5 mm aumenta considerablemente la resistencia del forjado,
siempre y cuando la madera tenga suficiente resistencia para impedir el
arrancamiento de los tirafondos (Fig. 8 y 9). La utilización de pletinas y no de
perfiles, obedece a la mayor adaptabilidad de las primeras a la irregularidad de la
geometría de las viguetas.
Fig. 8 Graficas comparativas de tensiones longitudinales en la madera: arriba sin pletina; abajo con pletina de
100x5 mm, dejando libre 30cm del apoyo de la vigueta.
Fig. 9 Variación de tensiones y flecha en la sección por vano obtenidos en la simulación
El forjado reforzado se rematará con un solado directo en su cara superior, y un
falso techo en su cara inferior (normalmente de yeso laminado) provisto de las
protecciones necesarias ante el fuego y (en su caso) del aislamiento acústico
necesario. El falso techo permitirá la inclusión bajo el forjado de las conducciones de
agua (ACS, calefacción y saneamiento), lo que además de no provocar la alteración
del nivel de piso original, protegerá la estructura de madera ante posibles fugas.
El refuerzo de hormigón, constituye un diafragma de gran rigidez en el plano
horizontal, que arriostrará convenientemente los muros del edificio entre si,
consiguiendo un mejor comportamiento de los mismos y del edificio en su conjunto
ante acciones horizontales, o ante comportamientos anómalos de las cimentaciones
corridas debidas a excentricidades de carga en los muros (sobre todo en la fachada
a calle). Para ello, se dispondrá de un atado entre paños adyacentes mediante
redondos anclados en la capa de compresión.
3.2.- Técnica propuesta de refuerzo de los muros entramados
Dependiendo del alcance e intensidad de las lesiones que presenta un muro de
entramado, lo mas frecuente es recurrir a una de estas opciones para su
reutilización (o bien a soluciones mixtas):
-
Sustitución de las piezas dañadas de madera y consolidación del muro
mediante gunitado sobre mallazo anclado a dos caras.
Refuerzo de los pies derechos y carreras mediante perfiles de acero, que
dependiendo de su cuantía, se comportarán como meros refuerzos, o como
estructuras sustitutorias (caso de muros muy dañados).
Sin embargo, siempre y cuando sea posible la recuperación del muro, se
recomienda una intervención lo menos traumática posible, basada en el refuerzo
necesario para devolver al muro su capacidad portante y sobre todo su rigidez
transversal.
En cualquier caso, y como medida preventiva, se aconseja el refuerzo temprano de
las carreras en las que apoyan los forjados (una vez apeados los forjados). Dicho
refuerzo consiste en la fijación a ambos lados de las carreras, o en uno solo si el
muro es de medianería, de perfiles de acero con sección en “C”, que colaborarán
con la carrera a efectos de:
-
Reforzar la capacidad a flexión de las carreras, liberando parcialmente a los
rellenos de la carga que han ido asumiendo con el tiempo, debido a la
deformación gradual de las carreras.
Transmitir de forma homogénea las cargas del forjado y plantas superiores a
los pies derechos reforzados del muro inferior.
Servir de cargadero ante los huecos existentes y ante la apertura de nuevos
huecos.
Supone un atado longitudinal del muro a nivel de cada planta, que en
combinación con el efecto diafragma de los forjados, mejorará el
comportamiento global de la estructura.
En la simulación realizada sobre una carrera biapoyada de madera de 250x150mm,
con un refuerzo de 2 perfiles C 200.3 obtenemos una reducción de flecha (f) del 86%
y una reducción de las tensiones máximas en la madera del 85% (Fig. 10). Las
tensiones máximas alcanzadas en los perfiles de refuerzo son de 102 MPa, muy por
debajo de su límite elástico. La sencillez de ejecución radica en la ligereza de dichos
perfiles (8 kp/m cada uno en éste caso), así como en la facilidad de su soldadura.
Fig. 10 Refuerzo de las carreras del entramado y variación de tensiones en la madera y flecha en la sección por
vano obtenidos en la simulación
En combinación a éste refuerzo en carreras, es aconsejable reforzar los pies
derechos del entramado mediante perfiles de chapa conformada, cuya función será
rigidizar transversalmente el muro y aportar mayor resistencia a compresión.
Dependiendo de la sección de dichos perfiles, el refuerzo puede llegar a
considerarse una sustitución del pié derecho, cuando su mal estado así lo aconseje.
Dada la proximidad de los pies derechos, los perfiles necesarios para su refuerzo
serán pequeños y ligeros cuya soldadura aportará mucha menor cantidad de calor
que la necesaria en la soldadura de perfiles laminados.
Básicamente se proponen dos tipos de soluciones para el refuerzo de los pies
derechos, dependiendo de si se trata de un muro medianero o un muro interior (o de
fachada a patio), aunque en ambos casos se recomienda adosar el perfil a la cara
externa del pié derecho, que luego quedará oculto por el trasdosado:
Fig. 11 Diferentes opciones de refuerzo de pies derechos: muro interior con aislamiento (1) o sin él (2) y muro de
medianería (3)
El sistema propuesto consiste en la fijación mediante tirafondos de unas piezascapiteles de chapa de acero, que permitirán la colocación posterior de los refuerzos
de las carreras (perfiles “C”), soldados a los capiteles, y unidos entre sí mediante
pasadores o tirafondos a las carreras. Este procedimiento permite una gran
tolerancia dimensional, y se debe realizar al principio de la intervención, una vez
demolidos los revestimientos de los muros.
De forma previa al refuerzo de cada forjado, se procede al refuerzo de los pies
derechos de la planta inferior, mediante perfiles “C” fijados con tirafondos a los pies
derechos o bien unidos entre sí mediante presillas, Los refuerzos se soldarán a los
capiteles inferiores y superiores. Una vez finalizado el refuerzo del forjado, se
procede a la colocación de los refuerzos de los pies derechos de la planta superior,
quedando el nudo reforzado tal y como se muestra en la Fig. 12:
Fig. 12 Esquema de refuerzo del muro de entramado
3.3.- Fases del proceso de intervención
La realización de estas intervenciones sigue el esquema siguiente:
1º. Apeo ascendente de los forjados mediante una línea de puntales con sopanda en
el centro del vano). Este apeo permitirá asegurar la obra durante el proceso de
demolición de tabiquerías. También se apearán los corredores del patio.
2º. En caso de ser necesario, se realizará el recalce y/o refuerzo de la cimentación.
3º. Desmontaje del entramado del corredor (incluso el forjado), para proceder a la
recuperación/fabricación de los nuevos pies derechos y carreras. Una vez
desmontada la estructura del corredor, es aconsejable montar un andamiaje
perimetral adosado al muro de fachada del patio, que servirá de plataforma de
trabajo y comunicación dentro de la obra.
4º. Refuerzo de las carreras de los muros entramados: colocación de capiteles y
fijación de los perfiles de refuerzo.
5º. Demolición de la cubierta y posibles particiones y solados en el espacio de
bajocubierta.
6º. Refuerzo del forjado de bajocubierta. Refuerzo de los muros de bajocubierta o
sustitución de los mismos por estructura ligera en muros interiores. Construcción de
la nueva cubierta mediante estructura ligera que permitirá la fácil inclusión de
colectores solares
7º. Demolición descendente de particiones, revestimientos y solados hasta la planta
baja. Con éstas demoliciones se reduce el peso muerto sobre los forjados en casi un
50%, que unido a la ausencia de sobrecargas de uso, asegura la suficiente
estabilidad estructural que permitirá retirar los apeos de cada nivel, necesario para
efectuar los refuerzos.
8º. Refuerzo inferior de las viguetas mediante pletinas, si procede.
9º. Refuerzo de los pies derechos a nivel de planta baja (y apertura de nuevos
huecos).
10º. Apeo del forjado de techo y realización de su refuerzo. Apeo sobre el mismo del
forjado superior.
11º. Se repite el proceso definido en los puntos 8º, 9º y 10º de forma ascendente en
las plantas siguientes hasta completar el refuerzo completo de la estructura.
12º. Una vez reforzados los forjados y muros interiores, queda liberado el espacio
interior, lo que facilita en gran medida la reconstrucción ascendente del entramado
del corredor.
13º. Por último, se ejecutan todas las unidades de obra no estructurales
correspondientes a particiones interiores, instalaciones, falsos techos, solados y
revestimientos, carpinterías, etc.
REFERENCES
[1] Lajes mistas de madeira-betao, J.M. Branco & P.J. Cruz. Univ. do Minho – Dpto. de
Engenharia Civil (Guimaraes-Portugal). No 15, 2002
[2] Evaluation of long-term behaviour of composite timber-concrete structures according to
EC. S. Kavaliauskas, A. Kazimieras Kvedaras, K. Gurksnys - Vilnius Gediminas Technical
University. ISSN1392-8619; 2005, vol XI, No 4, 292-296.
[3] Recuperación de la capacidad mecánica en piezas de madera solicitadas a flexión en
estructuras tradicionales operando por la cara superior mediante refuerzos y prótesis
metálicas. (Tesis Doctoral) Carlos González Bravo – ETSAM 2007
[4] Viviendas con sabor castizo. J. Santa Cruz Astorqui. Rev. CERCHA No 98, Feb-2009.
pgs 64-71.
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