RECUPERACIÓN ESTRUCTURAL DE LAS CASAS DE CORREDOR EN MADRID 1 Santa Cruz Astorqui, Jaime * 2 del Río Merino, Mercedes E.U. Arquitectura Técnica. Universidad Politécnica de Madrid Av. Juan de Herrera 6. 28040 Madrid 1. Dpto. de Tecnología de la Edificación 2. Dpto. de Construcciones Arquitectónicas y su Control [email protected] ABSTRACT La casa de corredor se define como la “edificación residencial cuyas viviendas interiores resuelven su acceso e iluminación desde un patio interior a través de los corredores perimetrales abiertos a dicho patio”. En Madrid son conocidas popularmente como “corralas”, y representan la mayor parte de la edificación residencial de los barrios mas deprimidos durante el s. XIX. Sin embargo, se trata de un modelo arquitectónico muy difundido por todo el mundo, cuyos orígenes se remontan a la casa patio romana y los adarves musulmanes. Actualmente, existen más de 600 casas de corredor en Madrid, de las cuales casi 200 se ubican en el barrio de Embajadores, presentando en su mayoría estados deplorables de mantenimiento y de habitabilidad (salvo aquellas que han sido rehabilitadas). La casi totalidad de las casas de corredor anteriores al s. XX están construidas mediante entramados de madera con evidentes signos de inestabilidad y falta de resistencia debido a las humedades y al ataque de insectos xilófagos. Por ello existe la tendencia a realizar la demolición interior manteniendo la fachada, para proceder a la reconstrucción del edificio. Este tipo de intervención supone con frecuencia un alto riesgo en la propia demolición, así como de desestabilización de los edificios contiguos. En ésta comunicación se propone un sistema de recuperación de la estructura existente mediante el refuerzo de los forjados de madera y de los muros de entramado. 1.- Introducción El sistema de refuerzo propuesto garantiza la estabilidad y resistencia necesarias para la reutilización de la estructura según los parámetros del CTE, y supone el tipo de intervención menos traumática posible, minimizando los riesgos propios de la ejecución en éste tipo de obras. El refuerzo propuesto para los forjados se realiza mediante un sistema mixto de madera-hormigón, que proporciona un gran aumento de resistencia y rigidez, y el máximo aprovechamiento del forjado existente. El sistema de refuerzo propuesto para los muros entramados mediante perfiles ligeros de chapa conformada en frío, evita su demolición y permite la reorganización de huecos en fachada a patio. El conjunto de forjados y muros reforzados, adquiere así una mayor rigidez, proporcionando un comportamiento estructural más homogéneo. En consecuencia, se propone la recuperación de la estructura del edificio frente a su sustitución, cuyas ventajas principales son la economía del proceso, la reducción de productos de demolición, y la mayor seguridad en el proceso de ejecución. 2.- Las estructuras entramadas de madera La técnica del refuerzo en estructuras entramadas de madera, permite el aprovechamiento máximo de la estructura existente, dotándola de los suplementos necesarios para asegurar la resistencia y estabilidad que se requiere en cada caso. Sin embargo, el desconocimiento del estado real del material existente (sobre todo la madera), obliga en muchos casos a adoptar técnicas de sustitución enmascaradas como sistemas de refuerzo, comúnmente llamadas sustituciones funcionales, en las que la estructura existente deja de tener su función, pero dificulta y condiciona enormemente la ejecución de la estructura sustitutoria. Como veremos, existen fórmulas en las que el material que conforma la estructura existente puede ser aprovechado, aunque sus características resistentes hayan mermado, minimizando así el peso y coste del sistema de refuerzo. Tales fórmulas se basan en la colaboración activa entre el material existente y el de refuerzo, asignando a cada uno la función estructural más acorde a sus características y capacidades. Este método es similar en concepto al empleado en el diseño de materiales compuestos, en los que cada material componente se dimensiona y coloca según sus características y en función de las solicitaciones de la pieza estructural. Siguiendo este esquema, diferenciamos dos elementos estructurales básicos dentro de la construcción típica de las casas de corredor: los entramados horizontales de forjados, y los entramados verticales de los muros portantes. En ambos casos, la madera es el material protagonista de las lesiones más usuales, normalmente derivadas del ataque por insectos xilófagos, y por pudriciones debidas a humedades. Sin embargo, en muchos casos se trata solamente de lesiones derivadas de una excesiva deformación, proceso éste inherente a la madera, como material vivo que es. En aquellos casos en los que no se evidencie un deterioro excesivo de la madera, siempre es posible reutilizarla a base de sistemas adecuados de refuerzo. Las ventajas respecto al sistema de vaciado interior son claras, pues el proceso de demolición se reduce a los elementos de partición y revestimiento, lo que permite desarrollar una obra mas segura y menos traumática para los edificios colindantes, pero también una reducción importante de los tiempos de ejecución, y una menor agresión al medio ambiente por la reutilización de la estructura existente. Para que ello sea factible, se deben realizar los refuerzos mediante sistemas ligeros, de fácil aplicación, y con sistemas de ejecución progresivos, que combinen las demoliciones parciales con el refuerzo de la estructura, asegurando así la plena estabilidad del edificio con la menor cantidad posible de apeos auxiliares. En primer lugar se analizarán las características constructivas y patología mas frecuentes de los entramados de muros y de forjados, así como su funcionamiento estructural. A continuación, se describirán las técnicas de refuerzo y el procedimiento que se propone. 2.1- Entramados horizontales de forjados Los forjados de las casas de corredor están normalmente construidos con viguetas de madera apoyadas en los muros entramados, guardando separaciones pequeñas (normalmente vano por macizo) y cubriendo luces entre los 3 y los 5 m. Cuando las crujías son mayores de 5 m, los forjados suelen apoyarse en vigas principales transversales de madera, que a su vez apoyan en los muros de carga. El entrevigado puede ser un relleno o cuajado de cascote y yeso que suele aligerarse con botes cerámicos (Fig. 1-1), solución muy frecuente en Madrid. También puede estar resuelto con una bovedilla inferior recuperable (Fig.1-2) llamada galápago, o con una bóveda tabicada de ladrillo (Fig. 1-3) cuando el vano es >> que el macizo. En muchos casos, está simplemente hueco y relleno de paja (Fig. 1-4). Normalmente, la cara inferior se reviste con un cielorraso de yeso armado con caña o sobre un enlistonado entomizado y clavado a las viguetas. Fig.1 Diferentes tipos de forjados de madera Los suelos son variopintos, fruto de las sucesivas transformaciones que cada vecino ha ido realizando, y siempre caracterizados por tener grandes espesores debido a las distintas capas, lo que ha provocado un sobrepeso importante que normalmente acusa el forjado en su marcada flecha. Los suelos originales pueden ser de yeso o bien un tablero de madera o de ladrillo, sobre los que aparecen solados posteriores normalmente pétreos. 2.1.1- Patología más frecuente en los forjados Es muy usual que la madera de estos forjados presente un buen estado, salvo ataques generalizados de insectos xilófagos, que dependiendo del nivel de afección, hacen prácticamente inviable su recuperación en algunos casos. Con mucha frecuencia encontramos pudriciones severas en zonas húmedas localizadas bajo las duchas, fregaderos y lavabos que se han ido incorporando poco a poco en éste tipo de viviendas, así como en los forjados de bajocubierta, cuando la cubierta no ha sido convenientemente mantenida o rehabilitada (lo mas frecuente). El estado de dichas zonas aconseja siempre la sustitución parcial de aquellos elementos dañados, pudiéndose reutilizar el resto a través del conveniente refuerzo. En la mayoría de los casos, los forjados mantienen unos índices de resistencia aceptables, aunque casi nunca de rigidez, lo que invalida por si solo su capacidad estructural. Otro aspecto importante es la insuficiente rigidez de éstos forjados ante esfuerzos horizontales, lo que anula la necesaria función de atado entre los muros portantes y de arriostramiento. En muchos casos, se evidencian fisuras y grietas en muros que son consecuencia directa del insuficiente atado ante empujes horizontales. Por último, este tipo de forjados adolece de un comportamiento poco solidario ante cargas concentradas, por lo que suelen aparecer deformaciones diferenciales importantes bajo particiones e incluso bajo elementos de mobiliario pesado (librerías cargadas de papel). Esto se debe a la insuficiente rigidez transversal a cortante, dado que se trata de piezas casi autónomas. 2.2.- Muros entramados Normalmente están construidos mediante entramados de madera con rellenos de ladrillo, pero sobre todo de cascote y piedra recibidos con mortero de cal. Los pies derechos (separados entre 1.60 y 2.50 m) soportan mediante zapatas las carreras de madera que sirven de apoyo directo al forjado. Normalmente, sobre las cabezas de las viguetas se dispone una sobrecarrera que sirve de arranque a los pies derechos superiores, y sobre la que descansa el relleno del tramo superior. Este tipo de muro tiene su origen en la necesidad de construir muros resistentes de forma más económica y con menor peso que los muros de fábrica. Para ello se reduce el espesor, lo que inevitablemente debilita al muro en la dirección perpendicular al mismo. Este efecto se corrige incorporando costillas de madera a modo de nervios que asumen la rigidez necesaria. Para asegurar su estabilidad durante su construcción, es frecuente la incorporación de piezas inclinadas de arriostramiento en las diagonales de los cuadros del entramado. En la práctica, dichas piezas acaban perdiendo su cometido debido a la mayor rigidez del material de relleno, que acaba formando bielas de compresión ante las deformaciones en el plano del muro. Fig.2 Esquema de un muro de entramado El comportamiento estructural de este tipo de muros sigue el modelo de muro de fábrica armado, y no el de muro entramado exento. Esto se debe a la gran rigidez a compresión de los paños de relleno, respecto de la rigidez a flexión de las carreras de madera. Por ello, las cargas que reciben de los forjados y de los muros superiores, no se transmiten por flexión a los pies derechos, sino directamente a través del relleno a la carrera inferior. Los pies derechos, las carreras y el resto de piezas intermedias, actúan como armado de la fábrica, asumiendo las tensiones de tracción provocadas por las deformaciones en el plano del muro, pero también aportan la necesaria rigidez a flexión transversal evitando el pandeo del muro, debido a su pequeño espesor. 2.2.1- Patología más frecuente en los muros entramados Normalmente encontramos que el material de los rellenos de los entramados suele presentar un buen estado de conservación, salvo por la existencia de fisuras horizontales provocadas por pandeos. Sin embargo, las lesiones mas frecuentes en éste tipo de muros aparecen en las piezas de madera, y tienen su origen en las humedades provenientes del terreno debido a la rotura de albañales y pozos, y en las filtraciones de cubierta. Por ello, las zonas más afectadas son las partes inferiores de la planta baja y las zonas de apoyo de los parecillos de cubierta, sobre todo en las zonas cercanas a aleros y limahoyas. En muchos casos, los pies derechos han desaparecido casi totalmente en éstas zonas, quedando los rellenos como único elemento estructural sobre el que apoya todo el edificio. En estas situaciones, suelen aparecer grietas horizontales a media altura, debidas sobre todo a procesos de pandeo del muro, que ya no cuenta con el entramado que lo rigidiza transversalmente. Sin embargo, en éstos casos no suelen aparecer fisuras verticales de aplastamiento, debido fundamentalmente a que el relleno mantiene una suficiente capacidad portante. 3.- Técnicas de refuerzo propuestas 3.1.- Técnica propuesta de refuerzo de los forjados En aquellos casos en los que se evidencie un buen estado de la madera de los forjados y podamos constatar que su capacidad resistente no es inferior a un 50% de su resistencia original, es viable realizar un refuerzo que asegure un aumento de la resistencia a flexión, un aumento de su rigidez, la eliminación de la deformación diferencial entre viguetas y la consecución del efecto diafragma para el atado y arriostramiento de los muros. Los aspectos relativos al aislamiento acústico y la protección contra el fuego se tratarán una vez realizado el refuerzo estructural. El sistema de refuerzo más efectivo se basa en la obtención de un forjado mixto de madera-hormigón, cuyas características principales son: - Ligereza del conjunto (aprox. 2.9 kN/m2 y 1.7 kN/m2 si se retiran los rellenos). Gran capacidad de arriostramiento en el plano horizontal: atado entre los muros de carga y de arriostramiento transversal. Mejora del reparto de las cargas concentradas: disminución de la deformación diferencial entre nervios. Gran aumento de la resistencia a flexión. Gran aumento de la rigidez del forjado: disminución de la flecha máxima. Sencillez y rapidez de ejecución. Aunque este sistema ha sido frecuentemente estudiado y utilizado en rehabilitación de forjados de madera [1], el objeto de éste artículo es cuantificar sus efectos, y demostrar así su viabilidad en la mayor parte de los casos de éste tipo de edificios. Para ello, y dada la ausencia de normativa al respecto, se ha realizado un análisis por elementos finitos (FEA) sobre un modelo de forjado biapoyado de 450 cm de luz, compuesto de viguetas de 14x20cm cada 30 cm, y un refuerzo de hormigón de 4cm de espesor. La carga aplicada es de 63 kN/m2, y los valores resistentes de la madera corresponden a una conífera clase C18 (SE-M). Los resultados de la simulación del forjado reforzado (flechas y tensiones máximas en vano) se muestran en términos relativos al forjado sin reforzar. La técnica consiste en la formación de una capa de compresión de hormigón estructural aligerado con arcilla expandida (densidades en torno a 1.8 g/cm3) armada con un mallazo de acero electrosoldado, sobre las viguetas de madera (Fig. 3). La conexión entre ambas fases se realiza mediante conectores de acero en la testa superior de las viguetas, que trabajarán fundamentalmente a cortante, absorbiendo los esfuerzos tangenciales en el plano de unión que se derivan de la flexión (y que son proporcionales a los valores de cortante). Fig. 3 Sección del forjado reforzado Con ello se consigue que la vigueta trabaje casi exclusivamente a tracción en combinación con el bloque de compresiones de la capa de hormigón. Vemos que con ésta técnica conseguimos aumentar la rigidez efectiva de la sección (EI), y con ello, las tensiones máximas de tracción que aparecen en la madera presentan valores muy inferiores a las tensiones del límite elástico de dicho material, incluso si éste ha perdido parte de su sección útil debido a algún ataque de xilófagos (Fig. 4). Por la misma razón, y considerando que no es conveniente utilizar capas de compresión menores de 4 cm de espesor, las tensiones máximas de compresión en el vano son muy reducidas, incluso para las resistencias que normalmente obtenemos con éste tipo de hormigones aligerados. Fig. 4 Variaciones de tensiones y flecha en la sección por vano obtenidos en la simulación La aplicación de éste sistema también aumenta considerablemente la rigidez a flexión del forjado original, disminuyendo su flecha a un 32% de la original (datos simulación), asegurando así una deformación por debajo de los valores marcados en la normativa. En definitiva, esta técnica permitiría la reutilización casi total de la viguería del forjado, permitiendo su intervención sin necesidad de una demolición previa. Una característica de éstos forjados es su flecha remanente, que es patente cuando retiramos los elementos de partición y las capas de solados. La curvatura de las piezas no implica necesariamente un deterioro de las mismas (como tampoco sucede en las cuadernas de un barco) sino un proceso natural de adaptación de la madera. Esta curvatura suele representar un inconveniente, pues con frecuencia se tiende a nivelar la capa de compresión por su cara superior, obteniéndose así espesores excesivos en el vano, y en consecuencia un exceso de peso en la zona mas comprometida del forjado. Sin embargo, con la solución que se propone, se mantiene constante el espesor de la capa de compresión a la vez que nivelada su cara superior, con lo que estamos introduciendo en el vano, donde el momento es máximo, una mayor separación entre las resultantes de tracción en la madera y las de compresión en el hormigón, obteniendo así una mayor resistencia a la flexión, sin por ello aumentar el peso propio del forjado. En consecuencia, la curvatura del forjado juega a favor del refuerzo (Fig. 5 y 6). Fig. 5 Sección longitudinal del forjado reforzado, en apoyo sobre una cítara interior. Fig. 6 Variación de tensiones y flecha en la sección por vano obtenidos en la simulación Fig. 7 Procedimiento de refuerzo del forjado En el proceso de ejecución del refuerzo del forjado (Fig.7) se aprecia la colocación de unos tabloncillos clavados a las viguetas, que funcionarán como maestras para el relleno nivelado con arcilla expandida entre las mismas. En aquellos casos en los que se detecten piezas de madera irrecuperables normalmente debido a pudriciones en zonas húmedas, la opción adecuada es su sustitución por piezas de madera nueva (o mejor procedente de derribo), pero no acudir a la realización de prótesis, por tratarse de técnicas complejas y muy costosas. Puede existir sin embargo, casos en los que la madera tenga una reducción importante de su resistencia debido a ataques de insectos xilófagos. Una vez anulado el origen del problema a través de tratamientos fungicidas, se recurrirá al refuerzo inferior mediante una pletina de acero fijada mediante tirafondos a la madera (que se deberá realizar de forma previa al apeo del forjado). Dicha platabanda, en función de su sección útil, asumirá parcial o totalmente la capacidad de tracción de la vigueta, pues como se verá, una simple pletina de acero galvanizado de 100x5 mm aumenta considerablemente la resistencia del forjado, siempre y cuando la madera tenga suficiente resistencia para impedir el arrancamiento de los tirafondos (Fig. 8 y 9). La utilización de pletinas y no de perfiles, obedece a la mayor adaptabilidad de las primeras a la irregularidad de la geometría de las viguetas. Fig. 8 Graficas comparativas de tensiones longitudinales en la madera: arriba sin pletina; abajo con pletina de 100x5 mm, dejando libre 30cm del apoyo de la vigueta. Fig. 9 Variación de tensiones y flecha en la sección por vano obtenidos en la simulación El forjado reforzado se rematará con un solado directo en su cara superior, y un falso techo en su cara inferior (normalmente de yeso laminado) provisto de las protecciones necesarias ante el fuego y (en su caso) del aislamiento acústico necesario. El falso techo permitirá la inclusión bajo el forjado de las conducciones de agua (ACS, calefacción y saneamiento), lo que además de no provocar la alteración del nivel de piso original, protegerá la estructura de madera ante posibles fugas. El refuerzo de hormigón, constituye un diafragma de gran rigidez en el plano horizontal, que arriostrará convenientemente los muros del edificio entre si, consiguiendo un mejor comportamiento de los mismos y del edificio en su conjunto ante acciones horizontales, o ante comportamientos anómalos de las cimentaciones corridas debidas a excentricidades de carga en los muros (sobre todo en la fachada a calle). Para ello, se dispondrá de un atado entre paños adyacentes mediante redondos anclados en la capa de compresión. 3.2.- Técnica propuesta de refuerzo de los muros entramados Dependiendo del alcance e intensidad de las lesiones que presenta un muro de entramado, lo mas frecuente es recurrir a una de estas opciones para su reutilización (o bien a soluciones mixtas): - Sustitución de las piezas dañadas de madera y consolidación del muro mediante gunitado sobre mallazo anclado a dos caras. Refuerzo de los pies derechos y carreras mediante perfiles de acero, que dependiendo de su cuantía, se comportarán como meros refuerzos, o como estructuras sustitutorias (caso de muros muy dañados). Sin embargo, siempre y cuando sea posible la recuperación del muro, se recomienda una intervención lo menos traumática posible, basada en el refuerzo necesario para devolver al muro su capacidad portante y sobre todo su rigidez transversal. En cualquier caso, y como medida preventiva, se aconseja el refuerzo temprano de las carreras en las que apoyan los forjados (una vez apeados los forjados). Dicho refuerzo consiste en la fijación a ambos lados de las carreras, o en uno solo si el muro es de medianería, de perfiles de acero con sección en “C”, que colaborarán con la carrera a efectos de: - Reforzar la capacidad a flexión de las carreras, liberando parcialmente a los rellenos de la carga que han ido asumiendo con el tiempo, debido a la deformación gradual de las carreras. Transmitir de forma homogénea las cargas del forjado y plantas superiores a los pies derechos reforzados del muro inferior. Servir de cargadero ante los huecos existentes y ante la apertura de nuevos huecos. Supone un atado longitudinal del muro a nivel de cada planta, que en combinación con el efecto diafragma de los forjados, mejorará el comportamiento global de la estructura. En la simulación realizada sobre una carrera biapoyada de madera de 250x150mm, con un refuerzo de 2 perfiles C 200.3 obtenemos una reducción de flecha (f) del 86% y una reducción de las tensiones máximas en la madera del 85% (Fig. 10). Las tensiones máximas alcanzadas en los perfiles de refuerzo son de 102 MPa, muy por debajo de su límite elástico. La sencillez de ejecución radica en la ligereza de dichos perfiles (8 kp/m cada uno en éste caso), así como en la facilidad de su soldadura. Fig. 10 Refuerzo de las carreras del entramado y variación de tensiones en la madera y flecha en la sección por vano obtenidos en la simulación En combinación a éste refuerzo en carreras, es aconsejable reforzar los pies derechos del entramado mediante perfiles de chapa conformada, cuya función será rigidizar transversalmente el muro y aportar mayor resistencia a compresión. Dependiendo de la sección de dichos perfiles, el refuerzo puede llegar a considerarse una sustitución del pié derecho, cuando su mal estado así lo aconseje. Dada la proximidad de los pies derechos, los perfiles necesarios para su refuerzo serán pequeños y ligeros cuya soldadura aportará mucha menor cantidad de calor que la necesaria en la soldadura de perfiles laminados. Básicamente se proponen dos tipos de soluciones para el refuerzo de los pies derechos, dependiendo de si se trata de un muro medianero o un muro interior (o de fachada a patio), aunque en ambos casos se recomienda adosar el perfil a la cara externa del pié derecho, que luego quedará oculto por el trasdosado: Fig. 11 Diferentes opciones de refuerzo de pies derechos: muro interior con aislamiento (1) o sin él (2) y muro de medianería (3) El sistema propuesto consiste en la fijación mediante tirafondos de unas piezascapiteles de chapa de acero, que permitirán la colocación posterior de los refuerzos de las carreras (perfiles “C”), soldados a los capiteles, y unidos entre sí mediante pasadores o tirafondos a las carreras. Este procedimiento permite una gran tolerancia dimensional, y se debe realizar al principio de la intervención, una vez demolidos los revestimientos de los muros. De forma previa al refuerzo de cada forjado, se procede al refuerzo de los pies derechos de la planta inferior, mediante perfiles “C” fijados con tirafondos a los pies derechos o bien unidos entre sí mediante presillas, Los refuerzos se soldarán a los capiteles inferiores y superiores. Una vez finalizado el refuerzo del forjado, se procede a la colocación de los refuerzos de los pies derechos de la planta superior, quedando el nudo reforzado tal y como se muestra en la Fig. 12: Fig. 12 Esquema de refuerzo del muro de entramado 3.3.- Fases del proceso de intervención La realización de estas intervenciones sigue el esquema siguiente: 1º. Apeo ascendente de los forjados mediante una línea de puntales con sopanda en el centro del vano). Este apeo permitirá asegurar la obra durante el proceso de demolición de tabiquerías. También se apearán los corredores del patio. 2º. En caso de ser necesario, se realizará el recalce y/o refuerzo de la cimentación. 3º. Desmontaje del entramado del corredor (incluso el forjado), para proceder a la recuperación/fabricación de los nuevos pies derechos y carreras. Una vez desmontada la estructura del corredor, es aconsejable montar un andamiaje perimetral adosado al muro de fachada del patio, que servirá de plataforma de trabajo y comunicación dentro de la obra. 4º. Refuerzo de las carreras de los muros entramados: colocación de capiteles y fijación de los perfiles de refuerzo. 5º. Demolición de la cubierta y posibles particiones y solados en el espacio de bajocubierta. 6º. Refuerzo del forjado de bajocubierta. Refuerzo de los muros de bajocubierta o sustitución de los mismos por estructura ligera en muros interiores. Construcción de la nueva cubierta mediante estructura ligera que permitirá la fácil inclusión de colectores solares 7º. Demolición descendente de particiones, revestimientos y solados hasta la planta baja. Con éstas demoliciones se reduce el peso muerto sobre los forjados en casi un 50%, que unido a la ausencia de sobrecargas de uso, asegura la suficiente estabilidad estructural que permitirá retirar los apeos de cada nivel, necesario para efectuar los refuerzos. 8º. Refuerzo inferior de las viguetas mediante pletinas, si procede. 9º. Refuerzo de los pies derechos a nivel de planta baja (y apertura de nuevos huecos). 10º. Apeo del forjado de techo y realización de su refuerzo. Apeo sobre el mismo del forjado superior. 11º. Se repite el proceso definido en los puntos 8º, 9º y 10º de forma ascendente en las plantas siguientes hasta completar el refuerzo completo de la estructura. 12º. Una vez reforzados los forjados y muros interiores, queda liberado el espacio interior, lo que facilita en gran medida la reconstrucción ascendente del entramado del corredor. 13º. Por último, se ejecutan todas las unidades de obra no estructurales correspondientes a particiones interiores, instalaciones, falsos techos, solados y revestimientos, carpinterías, etc. REFERENCES [1] Lajes mistas de madeira-betao, J.M. Branco & P.J. Cruz. Univ. do Minho – Dpto. de Engenharia Civil (Guimaraes-Portugal). No 15, 2002 [2] Evaluation of long-term behaviour of composite timber-concrete structures according to EC. S. Kavaliauskas, A. Kazimieras Kvedaras, K. Gurksnys - Vilnius Gediminas Technical University. ISSN1392-8619; 2005, vol XI, No 4, 292-296. [3] Recuperación de la capacidad mecánica en piezas de madera solicitadas a flexión en estructuras tradicionales operando por la cara superior mediante refuerzos y prótesis metálicas. (Tesis Doctoral) Carlos González Bravo – ETSAM 2007 [4] Viviendas con sabor castizo. J. Santa Cruz Astorqui. Rev. CERCHA No 98, Feb-2009. pgs 64-71.