SC117_08

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Sentencia C-117/08
SUPERINTENDENCIA
jurisdiccionales
NACIONAL
DE
SALUD-Funciones
La Corte ha ido estableciendo en su jurisprudencia las condiciones bajo las
cuales puede entenderse que las facultades jurisdiccionales asignadas a una
Superintendencia son constitucionales: (i) las materias específicas deben
estar precisadas en la ley, (ii) no pueden tener por objeto la instrucción de
sumarios o el juzgamiento de delitos y, (iii) al interior de la Superintendencia
debe estar estructuralmente diferenciado el ámbito de la función judicial del
correspondiente a las funciones administrativas de inspección, vigilancia y
control. Por lo tanto, no pueden ser ejercidas ambas funciones por los mismos
funcionarios.
AUTORIDAD ADMINISTRATIVA-Ejercicio simultáneo de funciones
administrativas y judiciales no son incompatibles
AUTORIDAD ADMINISTRATIVA-Diferenciación estructural y
funcional entre el ámbito de las funciones jurisdiccionales y las de
inspección, vigilancia y control
La Corte ha encontrado que existen, en principio, tres maneras en las que
estos dos ámbitos pueden estar regulados en las normas acusadas. En primer
lugar, pueden ser separables los dos ámbitos y estar, en consecuencia,
garantizada completamente la imparcialidad. En el otro extremo, pueden
superponerse el ejercicio de las funciones administrativas con las
jurisdiccionales, de manera que resulte vulnerado el principio de
imparcialidad en el ejercicio de estas últimas. O bien, en tercer lugar, pueden
existir riesgos de interferencias entre ambas funciones pero a la vez resultar
razonable ajustar la estructura y el funcionamiento de la entidad para
proteger la imparcialidad.
SUPERINTENDENCIA NACIONAL DE SALUD-Separación de
funciones jurisdiccionales y funciones de inspección, vigilancia y control
El Decreto 1018 de 2007, por el cual se modifica la estructura de la
Superintendencia Nacional de Salud y se dictan otras disposiciones,
transformó la estructura de la Superintendencia Nacional de Salud, y creó
mediante el artículo 22 la Superintendencia Delegada para la Función
Jurisdiccional y de Conciliación, la cual tiene a su cargo exclusivamente el
ejercicio de la función jurisdiccional. El mismo decreto creó la
Superintendencia Delegada para la Atención en Salud conformada por la
Dirección General de Calidad y de Prestación de Servicios de Salud y la
Dirección General de Aseguramiento (artículo 17), la cual tiene entre sus
funciones todo lo relacionado con la inspección, vigilancia y control del
cumplimiento del POS (numeral 2), de la atención inicial de urgencias
(numeral 5), afiliaciones múltiples y la libre elección (numerales 37 y 38,
entre otros). Así mismo, creó otras delegadas para el ejercicio de las
funciones de inspección, vigilancia y control en diferentes temas. Esta nueva
estructura funcional separa el ámbito del ejercicio de las funciones
jurisdiccionales del correspondiente a las funciones de inspección, vigilancia
y control.
SUPERINTENDENCIA NACIONAL DE SALUD-Garantía de no
afectación de imparcialidad en función judicial
Teniendo en cuenta que en la práctica deberá surtirse un proceso de
transición en la modificación de la estructura de la entidad y que los
funcionarios que formen parte de la Superintendencia Delegada para la
Función Jurisdiccional y la Conciliación pudieron haberse pronunciado en
ejercicio de sus funciones previas de inspección, vigilancia y control sobre
casos que luego sean objeto de reclamo judicial, es necesario asegurar que el
mismo funcionario no haya intervenido en ellos al ejercer funciones
administrativas, al igual que el funcionario que ejerza las funciones
jurisdiccionales debe hacerlo de manera independiente, lo cual excluye que
sobre el mismo un superior pueda invocar relaciones de jerarquía acudiendo
a las normas que se aplican en el plano administrativo, exclusivamente, y que
no son compatibles con la actividad jurisdiccional.
Referencia: expediente D-6871
Demanda de inconstitucionalidad contra el
artículo 41 de la Ley 1122 de 2007 “por la
cual se hacen algunas modificaciones en el
Sistema General de Seguridad Social en
Salud y se dictan otras disposiciones”
Demandante: Miguel Hernando Gómez
Salas
Magistrado Ponente:
Dr. MANUEL JOSÉ CEPEDA ESPINOSA
Bogotá, D.C., trece (13) de febrero de dos mil ocho (2008).
La Sala Plena de la Corte Constitucional, en cumplimiento de sus atribuciones
constitucionales y de los requisitos y trámite establecidos en el Decreto 2067
de 1991, ha proferido la siguiente
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
En ejercicio de la acción pública de inconstitucionalidad, el ciudadano Miguel
Hernando Gómez Salas demandó el artículo 41 de la Ley 1122 de 2007 “por
la cual se hacen algunas modificaciones en el Sistema General de Seguridad
Social en Salud y se dictan otras disposiciones”.
Cumplidos los trámites constitucionales y legales propios de los procesos de
inconstitucionalidad, la Corte Constitucional procede a decidir acerca de la
demanda de la referencia.
II. NORMA DEMANDADA
A continuación se transcribe la disposición demandada, conforme a su
publicación en el Diario Oficial, subrayando los apartes acusados:
LEY 1122 DE 2007
(enero 9)
por la cual se hacen algunas modificaciones en el Sistema General de
Seguridad Social en Salud y se dictan otras disposiciones.
El Congreso de Colombia
DECRETA:
(…)
Artículo 41. Función jurisdiccional de la Superintendencia Nacional de Salud.
Con el fin de garantizar la efectiva prestación del derecho a la salud de los
usuarios del Sistema General de Seguridad Social en Salud y en ejercicio del
artículo 116 de la Constitución Política, la Superintendencia Nacional de Salud
podrá conocer y fallar en derecho, con carácter definitivo y con las facultades
propias de un juez, en los siguientes asuntos:
a) Cobertura de los procedimientos, actividades e intervenciones del plan
obligatorio de salud cuando su negativa por parte de las entidades promotoras
de salud o entidades que se les asimilen, ponga en riesgo o amenace la salud
del usuario;
b) Reconocimiento económico de los gastos en que haya incurrido el afiliado
por concepto de atención de urgencias en caso de ser atendido en una IPS que
no tenga contrato con la respectiva EPS cuando haya sido autorizado
expresamente por la EPS para una atención específica y en caso de
incapacidad, imposibilidad, negativa injustificada o negligencia demostrada de
la Entidad Promotora de Salud para cubrir las obligaciones para con sus
usuarios;
c) Conflictos que se susciten en materia de multiafiliación dentro del Sistema
General de Seguridad Social en Salud;
d) Conflictos relacionados con la libre elección que se susciten entre los
usuarios y las aseguradoras y entre estos y las prestadoras de servicios de salud
y conflictos relacionados con la movilidad dentro del Sistema General de
Seguridad Social en Salud.
Parágrafo 1°. La Superintendencia Nacional de Salud sólo podrá conocer y
fallar estos asuntos a petición de parte. No podrá conocer de ningún asunto que
por virtud de las disposiciones legales vigentes deba ser sometido al proceso de
carácter ejecutivo o acciones de carácter penal.
Parágrafo 2°. El procedimiento que utilizará la Superintendencia Nacional de
Salud en el trámite de los asuntos de que trata este artículo será el previsto en
el artículo 148 de la Ley 446 de 1998.
III. LA DEMANDA
El señor Miguel Hernando Gómez Salas presentó demanda de
inconstitucionalidad contra el artículo 41 de la Ley 1122 de 2007 “por la cual
se hacen algunas modificaciones en el Sistema General de Seguridad Social
en Salud y se dictan otras disposiciones” por considerar que éste vulnera los
artículos 13, 29, 31, 209 y 229 de la Constitución.
En primer lugar los cargos se dirigen a cuestionar las facultades
jurisdiccionales de la Superintendencia Nacional de Salud por considerar que
las mismas recaen sobre temas frente a los cuales la misma entidad ejerce las
facultades de inspección y vigilancia, lo cual afecta su imparcialidad: “(…) la
Superintendencia Nacional de Salud en ejercicio de las funciones de
inspección, vigilancia y control sanciona a sus vigilados cuando incumplen
las instrucciones que imparte en relación con el cumplimiento de la
obligación de suministrar el Plan Obligatorio de Salud a sus afiliados, la
atención de urgencias, los criterios para el manejo de la multiafiliación, y la
libre elección de asegurador y prestador, entre otros.
Dichos temas son ahora materia de función jurisdiccional por la
Superintendencia de Salud, según el artículo 41 de la Ley 1122 de 2007,
hecho con el cual, se viola el principio de imparcialidad de la función
administrativa, contenido en el artículo 209 de la Constitución Nacional;
pues tal ente puede adoptar determinada posición frente al demandado
cuando actúe en función administrativa, y ésta, puede verse reflejada cuando
decida como órgano judicial, por sí mismo o a través de sus subordinados”.
En este mismo sentido, mas adelante agrega que “(…) se compromete el
criterio de imparcialidad cuando se imparten instrucciones mediante la
función de inspección, vigilancia y control; sobre las cuales se tiene
posteriormente la potestad de juzgar, actuación esta perneada por
pronunciamientos previos.”
Por otra parte considera que la imparcialidad también se afecta “(…) si el
funcionario que debe decidir judicialmente un asunto, se encuentra sometido
a instrucciones al respecto por sus superiores. Este es el caso de la
Superintendencia Delegada para la Función Jurisdiccional y de Conciliación,
órgano de inferior jerarquía y dependiente, que ha sido encargado de decidir
los asuntos incluidos en el art. 41 de la Ley 1122 de 2007 (…)”.
A su vez, considera que la misma disposición vulnera el artículo 31 de la
Constitución que establece la doble instancia ya que la norma demandada:
“(…) atribuye funciones jurisdiccionales a la Superintendencia de Salud, no
obstante, al no designarse en la ley la autoridad judicial ante la cual se
adelantará la apelación, en los eventos en que dicha superintendencia emita
un fallo definitivo, se genera una exclusión a la regla de la doble instancia
prevista en el art. 31 de la Constitución Nacional, sin que haya para esto una
justificación objetiva y razonable.”
Así mismo, como consecuencia de lo anterior, considera que la norma acusada
vulnera el derecho a la igualdad previsto en el artículo 13 de la Constitución,
pues: “(…) cuando los usuarios de la función jurisdiccional deseen hacer uso
de su derecho de impugnación, encontrarán que no está previamente
determinado en el artículo 41 de la Ley 1122 de 2007, circunstancia con la
que se viola el derecho a la igualdad consignado en el art. 13 de la
Constitución, toda vez que no todos los usuarios de la administración de
justicia podrán hacer uso de su derecho a impugnar, sin que exista
justificación para ello.”
Finalmente, sostiene la ausencia de doble instancia también configura una
vulneración del derecho al acceso a la administración de justicia contenido en
el artículo 229 de la Constitución, pues: “(…) la aplicación del principio de la
doble instancia, a los asuntos sometidos al conocimiento de la
Superintendencia de Salud según el art. 41 de la Ley 1122 de 2007, permitirá
a las personas apelar los fallos que en su contra se profieran. No obstante,
cuando los usuarios de la función jurisdiccional deseen hacer uso de su
derecho de impugnación, no podrán agotar la segunda instancia pues no está
previamente determinada en la ley la autoridad que decidirá al respecto,
impidiendo ello el acceso efectivo a la administración de justicia, tal como lo
establece el artículo 229 de la Carta Política.”
IV. INTERVENCIONES
1. Intervención del Ministerio de la Protección Social
El Ministerio de la Protección Social, actuando mediante apoderado, solicitó
la declaratoria de exequibilidad de la disposición acusada. Después de revisar
la finalidad de las Superintendencias en la Constitución y su origen histórico
en el país, afirma que existe una tendencia a asignarle a estas entidades
algunas facultades jurisdiccionales, con claras limitaciones, que no
necesariamente afectan la imparcialidad: “(…) uno de los problemas en que se
puede incurrir cuando se asignan funciones judiciales es no separarlas de las
funciones administrativas. Esto, sin embargo, no conduce a afectar la
constitucionalidad de dicha facultad sino a insistir en la forma en que la
entidad administrativa se adapta a esa condición, evitando que exista una
mixtura entre las mismas y una afectación de las decisiones que se expidan.”
Por su parte, en cuanto al cargo relacionado con la ausencia de doble
instancia, indica que por una parte, la Corte Constitucional en su
jurisprudencia ya ha señalado que es constitucional el carácter definitivo de
las decisiones de las Superintendencias en ejercicio de sus facultades
jurisdiccionales y adicionalmente: “(…)en virtud de la sentencia de nulidad y
restablecimiento a la cual alude el impugnante, las decisiones que expide la
Superintendencia Nacional de Salud cuentan con doble instancia.”. Por las
anteriores razones, considera que ninguno de los cargos está llamado a
prosperar.
2. Intervención de la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina
Integral (ACEMI)
La Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral intervino a
través de su presidente ejecutivo para solicitar la declaratoria de
inexequibilidad de la norma acusada, por considerar que esta no ofrece
suficiente claridad acerca de cómo se va a garantizar la imparcialidad en el
ejercicio de las funciones jurisdiccionales.
Por una parte considera que se afecta la imparcialidad por la concurrencia de
las funciones de inspección, vigilancia y control con las facultades
jurisdiccionales, en la misma entidad. Además señala que no es clara la
manera en la que se podrá ejercer la doble instancia: “(…) el art. 22 del
Decreto 1018 de 2007 al establecer las funciones de la Superintendencia
Delegada para la Función Jurisdiccional y de Conciliación, define que el
recurso de apelación se hará “ante el superior jerárquico de la autoridad
judicial que tuvo originalmente la competencia para tramitar el asunto objeto
de debate”. Y el art. 41 de la Ley 1122 otorgó originalmente la competencia
jurisdiccional a la Superintendencia Nacional de Salud.”.
3. Intervención de la Superintendencia Nacional de Salud
La Superintendencia Nacional de Salud intervino mediante apoderado para
solicitar la declaratoria de exequibilidad de la norma acusada. La intervención
inicia describiendo la naturaleza de las Superintendencias en la Constitución y
explicando el origen de la asignación de facultades jurisdiccionales a las
mismas, para concluir que los cargos del accionante no están llamados a
prosperar ya que toda la argumentación del demandante:“(…) se fundamenta
en el “carácter definitivo” con que la Superintendencia Nacional de Salud
debe decidir las controversias que, por vía judicial, sean sometidas a su
consideración, desconociendo el citado ciudadano que todo procedimiento
judicial conlleva, en últimas, a una decisión definitiva, independientemente
que la misma esté sujeta al principio de doble instancia, el cual, como regla
general, obliga a que toda sentencia pueda ser apelada o consultada, salvo
las excepciones que consagre la ley.”.
Al respecto agrega: “(…) para esta Superintendencia es incuestionable que la
alegada violación a los principios de igualdad, doble instancia, debido
proceso y función pública que aduce el ciudadano demandante respecto del
1° inciso del artículo 41 de la Ley 1122 de 2007, nace del desconocimiento
del plexo normativo consagrado en el parágrafo 2° del artículo demandado,
el cual fija claramente el procedimiento que utilizará la Superintendencia
Nacional de Salud en el trámite de los asuntos de que trata el artículo 41 de
la Ley 1122 de 2007, cual es, como antes se vio, el artículo 148 de la Ley 446
de 1998, el cual precisa que las decisiones definitivas serán apelables ante las
mismas.”. Por su parte, el Decreto 1018 de 2007, además de crear una
dependencia para asumir estas funciones, la Superintendencia Delegada para
la Función Jurisdiccional y la Conciliación, claramente definió en el artículo
22 que: “El recurso de apelación se hará ante el superior jerárquico de la
autoridad judicial que tuvo originalmente la competencia para tramitar el
asunto objeto de debate.”
Finalmente, después de citar casi en su totalidad la sentencia C-405 de 2002
(MP Eduardo Montealegre Lynett), concluye que la norma demandada es
constitucional.
V. CONCEPTO DEL PROCURADOR GENERAL DE LA NACIÓN
El Procurador General de la Nación mediante concepto 4379 intervino en el
proceso, reconociendo que la atribución de facultades jurisdiccionales a la
Superintendencia se constituye en una medida razonable para resolver las
controversias que se susciten entre los usuarios del sistema y los prestadores
del servicio: “El otorgamiento de facultades jurisdiccionales a la
Superintendencia Nacional de Salud constituye una medida razonable y
necesaria, toda vez que con ella se entrega al organismo superior de
vigilancia y control la potestad para resolver asuntos que generaban el mayor
índice de conflictividad entre los usuarios del sistema y las entidades
prestadoras del servicio de salud (art. 41 de la ley 1122 de 2007)”.
Así mismo, reconoce que la constitucionalidad de estas medidas en el caso
particular se dio a partir de la reforma de la estructura de la Superintendencia
Nacional de Salud, efectuada a través del Decreto 1018 de 2007, que
garantizó el ejercicio de estas facultades de manera imparcial: “Para el
adecuado ejercicio de la función jurisdiccional que la ley atribuyó a la
Superintendencia Nacional de Salud, la entidad tuvo que modificarse.
Mediante el Decreto Presidencial 1018 de 30 de marzo de 2007 “por el cual
se modifica la estructura de la Superintendencia Nacional de Salud y se
dictan otras disposiciones”, proferido en ejercicio de las facultades
constitucionales del artículo 189-16 y legales establecidas en el artículo 54 de
la Ley 489 de 1998, se creó la Superintendencia Delegada Para la Función
Jurisdiccional y de Conciliación (artículo 7° del Decreto 1018 de 2007) y le
fueron asignadas funciones específicas de conformidad con la ley (artículo
22, ibídem).”
En cuanto a la indefinición de la autoridad competente para conocer de la
segunda instancia como una violación de la igualdad, el acceso a la
administración de justicia y la doble instancia, afirma la vista fiscal: “El actor
desconoce que la disposición demandada remite al procedimiento regulado
en el artículo 148 de la Ley 446 de 1998, modificado por el artículo 52 de la
Ley 510 de 1999, el cual consagra que tanto la decisión por la cual las
entidades se declaran incompetentes, como el fallo definitivo son apelables
ante el órgano jurisdiccional. Es decir, que el actor, al no hacer la necesaria
integración normativa entre la norma sustantiva y el procedimiento al que
ésta remite, parte en su argumentación de una premisa falsa que conduce al
error de afirmar, en términos absolutos, que no existe la doble instancia en
los procedimientos que en ejercicio de la facultad jurisdiccional competen a
la Superintendencia Nacional de Salud.”
Y agrega: “(…) no le asiste razón al demandante en su afirmación acerca de
la indeterminación de la autoridad ante la cual debe surtirse la segunda
instancia en los procesos que en ejercicio de la función jurisdiccional debe
adelantar la Superintendencia Nacional de Salud. Ello, por cuanto de la
normativa que reglamenta la Ley 1122 de 2007, se infiere que las facultades
jurisdiccionales deben desplegarse en primera instancia por el
Superintendente Delegado para la Función Jurisdiccional y de Conciliación
y, en segunda instancia, por el Superintendente Nacional de Salud.”
Con base en lo anterior, finalmente solicitó a la Corte Constitucional: “(…)
declarar la EXEQUIBILIDAD de artículo 41, sólo por los cargos
estudiados, bajo el entendido que las decisiones que la Superintendencia
Nacional de Salud adopte en ejercicio de su función jurisdiccional son
susceptibles de las acciones de tutela y contencioso administrativas, cuando
se den los eventos excepcionales de violación de derechos fundamentales o
extralimitación de la competencia jurisdiccional (…)”
VI. CONSIDERACIONES
1. Competencia
De conformidad con lo dispuesto en el numeral 4º del artículo 241 de la
Constitución Política, corresponde a esta corporación conocer de la presente
demanda, por dirigirse contra una norma perteneciente a una Ley de la
República.
2. Problema Jurídico
A partir de lo anterior, corresponde a la Corte Constitucional resolver los
siguientes problemas jurídicos: (i) ¿Vulnera el derecho a ser juzgado por un
juez imparcial (artículo 229 de la Constitución) la atribución de facultades
jurisdiccionales a la Superintendencia Nacional de Salud para resolver
controversias relacionadas con asuntos sobre los cuales también ejerce
facultades de inspección, vigilancia y control? y, (ii) ¿Vulnera el principio de
la doble instancia (artículo 31 de la Constitución) y los derechos a la igualdad
(artículo 13 de la Constitución) y al acceso a la administración de justicia
(artículo 229 de la Constitución), el que la norma acusada no establezca la
apelación de las decisiones adoptadas por los funcionarios de la
Superintendencia de Salud en ejercicio de sus funciones jurisdiccionales?
Para resolver estos dos problemas jurídicos, la Corte: (1) reiterará su
jurisprudencia sobre la concurrencia de facultades de control, inspección y
vigilancia con las facultades jurisdiccionales en una misma Superintendencia,
(2) verificara si la norma acusada no previó la posibilidad de ejercer recurso
de apelación contra las decisiones proferidas por la Superintendencia Nacional
de Salud en ejercicio de sus facultades jurisdiccionales.
No obstante, previamente es necesario determinar si procede fallo inhibitorio
por el segundo argumento dado que en una sentencia reciente la Corte se
inhibió al respecto frente a una demanda contra un aparte de la misma norma.
3. Inhibición en los cargos por ausencia de doble instancia en el ejercicio
de las facultades jurisdiccionales de la Superintendencia Nacional de Salud.
Recientemente, en la sentencia C-956 de 2007 (MP Marco Gerardo Monroy
Cabra), la Corte decidió una demanda de inconstitucionalidad contra un
aparte del mismo artículo que se revisa en esta oportunidad, y del cual el
accionante deducía la ausencia de doble instancia en las decisiones adoptadas
por la Superintendencia Nacional e Salud en ejercicio de sus facultades
jurisdiccionales: “El demandante considera que la expresión “con carácter
definitivo” implica que las decisiones judiciales de la Superintendencia
Nacional de Salud no tendrán recurso de apelación y que, por tanto, el
afectado no podrá intentar su revisión ante un funcionario de segunda
instancia.
A su juicio, la exclusión del recurso de apelación para controvertir las
decisiones judiciales de la Superintendencia Nacional de Salud desconoce
los artículos 13 (igualdad), 29 (debido proceso), 31 (doble instancia) y 209
(principios de la función administrativa) de la Constitución Política. (…)”
Después de reiterar su jurisprudencia acerca de los requisitos que deben
cumplir las demandas de inconstitucionalidad para que se pueda proferir un
fallo de fondo, la Corte señaló que lo que debió demandar el ciudadano era el
parágrafo 2° del artículo 41 de la Ley 1122 de 2007, acusado en la presente
oportunidad, y, adicionalmente, el artículo 148 de la Ley 446 de 1998. Luego,
concluyó: “3.2 Visto lo anterior, la Corte concluye que si lo que el
demandante estimaba era que la remisión al artículo 148 de la Ley 446 de
1998, modificado por el artículo 52 de la Ley 510 de 1999, dispuesta en el
parágrafo segundo del artículo 41 de la Ley 1122 de 2007, no aseguraba la
posibilidad de que las decisiones judiciales de la Superintendencia Nacional
de Salud fueran objeto de segunda instancia, con las consecuencias
inconstitucionales que a su parecer ello conllevaría, entonces ha debido
dirigir su demanda contra lo preceptuado por dicho parágrafo, junto con el
mencionado artículo 148 de la Ley 446 de 1998, modificado por el artículo
52 de la Ley 510 de 1999. Como no lo hizo, los cargos de
inconstitucionalidad, por este concepto, no resultan ser “específicos”, pues se
estructuran a partir de argumentos indirectos, es decir, dirigidos en contra
de otros apartes de la disposición, y no de aquel que realmente regula el
asunto de los recursos que proceden en contra de las decisiones judiciales de
la Superintendencia Nacional de Salud.”
En la presente oportunidad el ciudadano demandó únicamente el parágrafo 2°
del artículo 41 de la Ley 1122 de 2007 pero no demandó el artículo 148 de la
Ley 446 de 1998,1 por lo que la Corte deberá declararse inhibida nuevamente
ya que los cargos no cumplen con los requisitos exigidos en la sentencia
citada.
En este caso la Corte encuentra que los cargos formulados por el demandante
no comprenden las normas indicadas, al igual que lo señaló la sentencia C-956
de 2007, por no haber demandado el artículo 148 de la Ley 446 de 1998. Se
reitera, entonces, que: “(…) la interpretación sistemática de la expresión
acusada, es decir su lectura armónica junto con lo prescrito por el parágrafo
segundo del mismo artículo y por el artículo 148 de la Ley 446 de 1998,
modificado por el artículo 52 de la Ley 510 de 1999, permiten concluir con
certeza que las decisiones judiciales de las Superintendencias a que se
refiere el artículo 41 de la Ley 1122 de 2007, aquí acusado parcialmente,
son susceptibles del recurso de apelación”.
Por lo tanto, la Corte considera que existe una ineptitud sustancial de la
demanda en este punto, cuya consecuencia es un fallo inhibitorio respecto de
este argumento. Así la Corte no se pronunciará en esta sentencia sobre ningún
aspecto atinente al derecho a acceder a la justifica.
4. Concurrencia de facultades de inspección, vigilancia y control con
facultades jurisdiccionales en la misma superintendencia. Reiteración de
jurisprudencia.
La Corte pasa a abordar el cargo por violación de los principios de
independencia e imparcialidad, esenciales para que se respete el debido
proceso.
En varias oportunidades la Corte Constitucional ha revisado la
constitucionalidad de las facultades jurisdiccionales de las superintendencias.
Así, por ejemplo, en la sentencia C-1641 de 2000 (MP Alejandro Martínez
Caballero) la Corte estudió las facultades jurisdiccionales de la
Superintendencia Bancaria para conocer de las controversias que se suscitaran
entre clientes y las entidades vigiladas en temas relacionados con actividades
1
Artículo 148 de la Ley 446 de 1998, modificado por el artículo 52 de la Ley 510 de 1999: “Artículo 148.
Procedimiento. El procedimiento que utilizarán las Superintendencias en el trámite de los asuntos de que trata
esta parte será el previsto en la Parte Primera, Libro I, del Código Contencioso Administrativo, en especial el
correspondiente al ejercicio del derecho de petición en interés particular y las disposiciones contenidas en el
Capítulo VIII. Para lo no previsto en este procedimiento se aplicarán las disposiciones del Proceso Verbal
Sumario consagradas en el procedimiento civil. (…) ¦ Los actos que dicten las Superintendencias en uso de
sus facultades jurisdiccionales no tendrán acción o recurso alguno ante las autoridades judiciales. Sin
embargo, la decisión por la cual las entidades se declaren incompetentes y el fallo definitivo, serán apelables
ante las mismas.” Mediante la sentencia C-384 de 2000 (MP Vladimiro Naranjo Mesa) la Corte declaró la
exequibilidad condicionada de este inciso bajo el entendido de que no impide el ejercicio de la acción de
tutela contra las providencias adoptadas por las superintendencias en ejercicio de funciones jurisdiccionales,
ni las acciones contencioso administrativas en caso que dichos entes actuaren excediendo sus competencias
jurisdiccionales. Posteriormente, la sentencia C-415 de 2002 (MP Eduardo Montealegre Lynett), la Corte
declaró la exequibilidad condicionada de este inciso bajo el entendido que la expresión "ante las mismas" se
refería a las autoridades judiciales en los términos señalados en la parte motiva de dicha sentencia.
inancieras, aseguradoras o provisionales.2 En la sentencia C-1143 de 2000
(MP Carlos Gaviria Díaz) se revisó la constitucionalidad de la facultad de la
Superintendencia de Sociedades para interponer la acción de revocatoria
concursal.3 En la sentencia C-649 de 2001 (MP Eduardo Montealegre Lynett)
se analizó la constitucionalidad de las facultades jurisdiccionales de la
Superintendencia de Industria y Comercio para conocer asuntos en materia de
competencia desleal.4 En la sentencia C-1071 de 2002 (MP Eduardo
Montealegre Lynett) se juzgó la constitucionalidad de las facultades
jurisdiccionales de la Superintendencia de Industria y Comercio para decidir
asuntos en materia de protección del consumidor.5
La Corte ha ido estableciendo en su jurisprudencia las condiciones bajo las
cuales puede entenderse que las facultades jurisdiccionales asignadas a una
Superintendencia son constitucionales: (i) las materias específicas deben estar
2
Al respecto concluyó: “14- El anterior examen es entonces suficiente para que la Corte deseche el cargo del
actor sobre la supuesta vaguedad del ámbito competencial de las funciones jurisdiccionales de la
Superintendencia Bancaria, pues como quedó demostrado, las disposiciones precisan en forma suficiente el
ámbito material donde se ejercen esas funciones. En efecto, es claro que esta atribución de funciones
judiciales a la Superintendencia Bancaria en estos casos no sólo pretende descongestionar los despachos
judiciales sino que busca que una entidad administrativa especializada pueda resolver, en forma rápida y
ágil, esas controversias. Esto es importante para muchos de los clientes de las entidades financieras y
bancarias, que podrían verse perjudicados si deben esperar los resultados de los procesos ante los jueces,
que pueden ser más lentos, debido a los problemas de congestión judicial. Por ello, siendo el cliente la parte
débil de estas relaciones contractuales, las normas acusadas los facultan para que escojan si acuden ante los
jueces o ante esta entidad administrativa, con lo cual, estas disposiciones se encaminan a lograr que exista
una mayor igualdad real y efectiva en este tipo de relaciones contractuales, objetivo que tiene claro sustento
constitucional (CP art. 13)”.
2 Al respecto concluyó: “14- El anterior examen es entonces suficiente para que la Corte deseche el cargo del
actor sobre la supuesta vaguedad del ámbito competencial de las funciones jurisdiccionales de la
Superintendencia Bancaria, pues como quedó demostrado, las disposiciones precisan en forma suficiente el
ámbito material donde se ejercen esas funciones. En efecto, es claro que esta atribución de funciones
judiciales a la Superintendencia Bancaria en estos casos no sólo pretende descongestionar los despachos
judiciales sino que busca que una entidad administrativa especializada pueda resolver, en forma rápida y
ágil, esas controversias. Esto es importante para muchos de los clientes de las entidades financieras y
bancarias, que podrían verse perjudicados si deben esperar los resultados de los procesos ante los jueces,
que pueden ser más lentos, debido a los problemas de congestión judicial. Por ello, siendo el cliente la parte
débil de estas relaciones contractuales, las normas acusadas los facultan para que escojan si acuden ante los
jueces o ante esta entidad administrativa, con lo cual, estas disposiciones se encaminan a lograr que exista
una mayor igualdad real y efectiva en este tipo de relaciones contractuales, objetivo que tiene claro sustento
constitucional (CP art. 13)”.
3 Al respecto concluyó: “Visto lo anterior, se puede dar respuesta al problema jurídico planteado por el
actor, afirmando que, lejos de ser violatoria de la imparcialidad o independencia de la Superintendencia de
Sociedades, la legitimación que le otorga la disposición acusada para ejercer la acción revocatoria
concursal se integra armónicamente en su catálogo legal de atribuciones, y constituye una herramienta
idónea para el logro de los fines del concordato”.
4 Al respecto concluyó: “Cuarto, en todo caso debe garantizarse la independencia del funcionario judicial,
por lo cual se condicionará la constitucionalidad de las normas acusadas en el siguiente sentido: no podrá
un mismo funcionario o despacho de la Superintendencia aludida, ejercer función jurisdiccional respecto de
los casos en los cuales haya ejercido anteriormente sus funciones administrativas ordinarias de inspección,
vigilancia y control”.
5 Al respecto: “La Corte concluye entonces que la disposición acusada es exequible, pero siempre y cuando,
por los procedimientos constitucionales previstos, la estructura y funcionamiento de esa superintendencia
sean ajustados para asegurar que no podrá el mismo funcionario o despacho de la Superintendencia de
Industria y Comercio ejercer funciones jurisdiccionales respecto de casos de protección al consumidor, en
los cuales ya se hubiera pronunciado con anterioridad, con motivo del ejercicio alguna de sus funciones
administrativas, ya fuere inspección, vigilancia o control en la materia. Tales tareas deben ser desarrolladas
por funcionarios distintos, que no tengan relación alguna de sujeción jerárquica o funcional frente a quienes
dictaron o aplicaron pronunciamientos en materia de protección al consumidor que se refieran directamente
al asunto que se somete a su conocimiento”.
precisadas en la ley, (ii) no pueden tener por objeto la instrucción de sumarios
o el juzgamiento de delitos y, (iii) al interior de la Superintendencia debe estar
estructuralmente diferenciado el ámbito de la función judicial del
correspondiente a las funciones administrativas de inspección, vigilancia y
control. Por lo tanto, no pueden ser ejercidas ambas funciones por los mismos
funcionarios. Para asegurar la diferenciación estructural y funcional, la Corte
ha condicionado la exequibilidad de varias disposiciones acusadas.6
La primera y la segunda regla parten de una restricción impuesta por el
artículo 1167 de la Constitución para el ejercicio de funciones jurisdiccionales
por autoridades administrativas:
“6.- Como ya lo ha anotado esta Corte, el ejercicio de funciones
jurisdiccionales por autoridades no judiciales representa una excepción
al reparto general de funciones entre las ramas del poder. Ello explica
que su alcance sea restrictivo ya que únicamente pueden administrar
justicia aquellas autoridades administrativas determinadas expresamente
por la ley, que también debe indicar las materias precisas respecto de las
cuales ello es posible.8 Sin embargo, esta Corte ha precisado que ese
carácter excepcional no significa que a las autoridades administrativas
no se les puedan atribuir funciones jurisdiccionales permanentes, pues lo
excepcional no es aquello que no reviste el carácter de permanente sino
aquello que constituye una excepción de la regla general. De otro lado,
la Constitución señala campos en donde no es posible conferir
atribuciones jurisdiccionales a las autoridades administrativas, por
ejemplo la instrucción de sumarios y el juzgamiento de delitos. Por
consiguiente, la Carta establece dos primeras exigencias para el
ejercicio de funciones judiciales por autoridades administrativas: (i)
éstas deben estar claramente delimitadas en la ley y (ii) no pueden recaer
en ciertos ámbitos, como la investigación de delitos. Con base en esos
criterios, que delimitan las posibilidades que tiene la ley para asignar
6
En la Sentencia C-649 de 2001 (MP Eduardo Montealegre Lynett) la Corte revisó las facultades
jurisdiccionales de la Superintendencia de Industria y Comercio en materia de competencia desleal: “(…) en
todo caso debe garantizarse la independencia del funcionario judicial, por lo cual se condicionará la
constitucionalidad de las normas acusadas en el siguiente sentido: no podrá un mismo funcionario o
despacho de la Superintendencia aludida, ejercer función jurisdiccional respecto de los casos en los cuales
haya ejercido anteriormente sus funciones administrativas ordinarias de inspección, vigilancia y control.”.
Posteriormente, en la sentencia C-1071 de 2002 (MP Eduardo Montealegre Lynett) la Corte estudió la
constitucionalidad de las facultades de la Superintendencia de Industria y Comercio en materia de protección
del consumidor. En la parte resolutiva señaló: “Declarar EXEQUIBLE el artículo 145 de la Ley 446 de 1998,
únicamente por los cargos estudiados en esta providencia, y siempre y cuando se entienda que, de
conformidad con el fundamento 16 de esta sentencia, las funciones allí atribuidas a la Superintendencia de
Industria y Comercio deben ejercerse por funcionarios que gocen de independencia e imparcialidad.”
7 “Artículo 116. La Corte Constitucional, la Corte Suprema de Justicia, el Consejo de Estado, el Consejo
Superior de la Judicatura, la Fiscalía General de la Nación, los Tribunales y los Jueces, administran
Justicia. También lo hace la Justicia Penal Militar. ¦ El Congreso ejercerá determinadas funciones
judiciales. ¦ Excepcionalmente la ley podrá atribuir función jurisdiccional en materias precisas a
determinadas autoridades administrativas. Sin embargo no les será permitido adelantar la instrucción de
sumarios ni juzgar delitos. ¦Los particulares pueden ser investidos transitoriamente de la función de
administrar justicia en la condición de jurados en las causas criminales, conciliadores o en la de árbitros
habilitados por las partes para proferir fallos en derecho o en equidad, en los términos que determine la
ley.”
8 Sentencia C-212 de 1994. MP José Gregorio Hernández Galindo.
funciones judiciales a las autoridades administrativas, esta Corte ya ha
admitido que las superintendencias desarrollen determinadas funciones
judiciales”.9
El tercer requisito surge de la Constitución y del derecho internacional de los
derechos humanos, y se dirige a garantizar que el ejercicio de las facultades
jurisdiccionales por parte de las Superintendencias respete los principios de
independencia e imparcialidad. Al respecto ha señalado la jurisprudencia:
“9.- Una interpretación constitucional sistemática del artículo 116 de la
Constitución, que permite que algunas autoridades administrativas
ejerzan funciones judiciales, lleva a la conclusión de que para que un
funcionario administrativo pueda ejercer funciones jurisdiccionales debe
contar con ciertos atributos que son exigidos a los jueces en general: el
haber sido asignado por la ley para conocer de asuntos delimitados por
ella misma con anterioridad a los hechos que deba conocer, y contar con
independencia e imparcialidad. En efecto, la Carta es clara en señalar
que las decisiones de la justicia son independientes (CP art. 228), y las
normas internacionales de derechos humanos, conforme a las cuales se
deben interpretar los derechos constitucionales (CP art. 93), indican que
toda persona tiene derecho a ser oída, por un juez o tribunal competente,
independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y
obligaciones (art. 8.1 Convención Interamericana y art. 14-1 del Pacto
de Derechos Civiles y Políticos).
En tales condiciones, es necesario armonizar la posibilidad que confiere
el artículo 116 de la Carta de otorgar funciones judiciales a las
autoridades administrativas con los requisitos de imparcialidad,
predeterminación e independencia que deben tener quienes ejercen
funciones jurisdiccionales10. De ello se concluye que las autoridades
administrativas pueden tener atribuciones judiciales otorgadas por la ley,
siempre y cuando los funcionarios que ejercen concretamente esas
competencias se encuentren previamente determinados en la ley y gocen
de la independencia e imparcialidad propias de quien ejercita una
función judicial.
10.- La anterior doctrina no implica que el ejercicio simultáneo de
funciones administrativas y judiciales por parte de las Superintendencias
sea incompatible. La simultaneidad es admisible si no son lesionados los
derechos de los sujetos procesales ni se compromete la imparcialidad del
9
10
Sentencia C-1071 de 2002 (MP Eduardo Montealegre Lynett).
Ver al respecto, las sentencias C-1641 de 2000, fundamentos 18 y 19, C-649 de 2001 y C-415 de 2002.
funcionario que está administrando justicia.”11
Este último requisito es el atinente precisamente al cargo expuesto por el
accionante y al problema jurídico que se debe resolver en la presente
sentencia. Con todo, dada la relación estrecha entre el principio de
imparcialidad y las condiciones en las cuales funcionarios administrativos
pueden ejercer funciones judiciales, esta Corporación verificará si la norma
demandada, cumple los tres requisitos constitucionales subrayados por la
jurisprudencia para considerar ajustadas a la Carta las facultades
jurisdiccionales de la Superintendencia Nacional de Salud. Advierte la Corte
que este análisis no implica un juicio sobre cada uno de los elementos
normativos, los cuales serán objeto de pronunciamiento específico en el
evento en que sean acusados.
En cuanto al cumplimiento del primer requisito, la Ley 1122 de 2007 definió
expresamente, en el artículo 41 demandado, las materias sobre las cuales
deberá ejercer la función jurisdiccional la Superintendencia Nacional de
Salud:
“Artículo 41. Función jurisdiccional de la Superintendencia Nacional de
Salud. Con el fin de garantizar la efectiva prestación del derecho a la
salud de los usuarios del Sistema General de Seguridad Social en Salud y
en ejercicio del artículo 116 de la Constitución Política, la
Superintendencia Nacional de Salud podrá conocer y fallar en derecho,
con carácter definitivo y con las facultades propias de un juez, en los
siguientes asuntos:
a) Cobertura de los procedimientos, actividades e intervenciones del plan
obligatorio de salud cuando su negativa por parte de las entidades
promotoras de salud o entidades que se les asimilen, ponga en riesgo o
amenace la salud del usuario;
b) Reconocimiento económico de los gastos en que haya incurrido el
afiliado por concepto de atención de urgencias en caso de ser atendido
en una IPS que no tenga contrato con la respectiva EPS cuando haya
sido autorizado expresamente por la EPS para una atención específica y
en caso de incapacidad, imposibilidad, negativa injustificada o
negligencia demostrada de la Entidad Promotora de Salud para cubrir
las obligaciones para con sus usuarios;
11
Sentencia C-1071 de 2002 (MP Eduardo Montealegre Lynett). En la Sentencia 1641 de 2000 (MP Alejandro
Martínez Caballero), se resaltó el riesgo que justifica esta exigencia“(…) bien puede la ley atribuir funciones
judiciales a las superintendencias, tal y como lo hacen las disposiciones acusadas. Sin embargo, el actor
acierta en señalar que en determinados casos, el ejercicio de esas competencias judiciales por esas entidades
es susceptible de desconocer el debido proceso, pues si el funcionario que debe decidir judicialmente un
asunto en esa entidad se encuentra sometido a instrucciones al respecto por sus superiores, o tuvo que ver
previamente con la materia sujeta a controversia, es obvio que no reúne la independencia y la imparcialidad
que tiene que tener toda persona que ejerza una función jurisdiccional en un Estado de derecho (CP art.
228).”
c) Conflictos que se susciten en materia de multiafiliación dentro del
Sistema General de Seguridad Social en Salud;
d) Conflictos relacionados con la libre elección que se susciten entre los
usuarios y las aseguradoras y entre estos y las prestadoras de servicios
de salud y conflictos relacionados con la movilidad dentro del Sistema
General de Seguridad Social en Salud. (…)”
Entre estas materias que son objeto de la función jurisdiccional de la
Superintendencia Nacional de Salud, ninguna coincide con aquellas proscritas
por la Constitución
instrucción de sumarios y juzgamiento de delitos -.
Inclusive se indica en el parágrafo primero: “La Superintendencia Nacional
de Salud sólo podrá conocer y fallar estos asuntos a petición de parte. No
podrá conocer de ningún asunto que por virtud de las disposiciones legales
vigentes deba ser sometido al proceso de carácter ejecutivo o acciones de
carácter penal.”
En cuanto al cumplimiento del tercer requisito -la diferenciación estructural y
funcional entre el ámbito de las funciones de inspección, vigilancia y control y
el propio de las funciones jurisdiccionales- la Corte ha encontrado que
existen, en principio, tres maneras en las que estos dos ámbitos pueden estar
regulados en las normas acusadas. En primer lugar, pueden ser separables los
dos ámbitos y estar, en consecuencia, garantizada completamente la
imparcialidad. En el otro extremo, pueden superponerse el ejercicio de las
funciones administrativas con las jurisdiccionales, de manera que resulte
vulnerado el principio de imparcialidad en el ejercicio de estas últimas. O
bien, en tercer lugar, pueden existir riesgos de interferencias entre ambas
funciones pero a la vez resultar razonable ajustar la estructura y el
funcionamiento de la entidad para proteger la imparcialidad.
En la sentencia C-1071 de 2002 (MP Eduardo Montealegre Lynett),
repasando las providencias anteriores en las cuales se habían aplicado estas
reglas, la Corte señaló: “(…) esta Corte ha exigido, en forma invariable, que
los funcionarios administrativos que ejercen funciones judiciales estén
dotados de independencia e imparcialidad, doctrina que es reiterada en la
presente oportunidad. La diferencia en el sentido de las decisiones en los tres
casos deriva de la distinta relación entre el ejercicio de las funciones
judiciales por las superintendencias, y el desarrollo de labores de inspección,
vigilancia y control por esas mismas entidades. Así, si es posible distinguir
con claridad el ámbito de la función judicial de aquel desarrollado en las
labores de vigilancia y control, entonces la imparcialidad e independencia no
se ven comprometidas. Por ello, la sentencia C-1143 de 2000 declaró la
constitucionalidad de la posibilidad de que la Superintendencia de
Sociedades pudiera incoar la acción revocatoria concursal. Por el contrario,
si las funciones judiciales y de vigilancia y control se encuentran tan
íntimamente ligadas dentro de la superintendencia respectiva que resulta
imposible autonomizar la función judicial dentro de la entidad, entonces la
decisión que se impone es la declaración de inexequibilidad de la atribución
de funciones judiciales a esa superintendencia, tal y como lo hizo la Corte en
la sentencia C-1641 de 2000 en relación con ciertas funciones judiciales de la
Superintendencia Bancaria. Finalmente, si existen interferencias entre las
funciones judiciales y las labores de vigilancia y control, pero es razonable
suponer que la propia entidad puede ajustar su estructura y funcionamiento
para proteger la imparcialidad de la función judicial, entonces la decisión
más adecuada es recurrir a una sentencia de constitucionalidad
condicionada, tal y como lo hizo la sentencia C-649 de 2001 en relación con
las atribuciones judiciales de la Superintendencia de Industria y Comercio en
materia de competencia desleal.”
Para constatar en cuál de estas alternativas se inscriben las facultades
jurisdiccionales atribuidas a la Superintendencia Nacional de Salud por el
artículo 41 de la Ley 1122 de 2007, es necesario verificar cómo se encuentra
estructurada dicha entidad. El Decreto 1018 de 2007, “por el cual se modifica
la estructura de la Superintendencia Nacional de Salud y se dictan otras
disposiciones”, transformó la estructura de la Superintendencia Nacional de
Salud, y creó mediante el artículo 22 la Superintendencia Delegada para la
Función Jurisdiccional y de Conciliación, la cual tiene a su cargo
exclusivamente el ejercicio de la función jurisdiccional.12
Por otra parte, el mismo decreto creó la Superintendencia Delegada para la
Atención en Salud conformada por la Dirección General de Calidad y de
Prestación de Servicios de Salud y la Dirección General de Aseguramiento
(artículo 17), la cual tiene entre sus funciones todo lo relacionado con la
inspección, vigilancia y control del cumplimiento del POS (numeral 2), de la
atención inicial de urgencias (numeral 5), afiliaciones múltiples y la libre
elección (numerales 37 y 38, entre otros). Así mismo, creó otras delegadas
para el ejercicio de las funciones de inspección, vigilancia y control en
diferentes temas (Superintendencia Delegada para la Generación y Gestión de
12
“Artículo 22. Funciones de la Superintendencia Delegada para la Función Jurisdiccional y de
Conciliación. La Superintendencia Delegada para la Función Jurisdiccional y de Conciliación tendrá las
siguientes funciones:
1. Conocer y fallar en derecho en primera o única instancia, de acuerdo con la ley, a petición de parte, con
carácter definitivo y con las facultades propias de un juez, los siguientes asuntos delegados por el
Superintendente Nacional de Salud. El recurso de apelación se hará ante el superior jerárquico de la
autoridad judicial que tuvo originalmente la competencia para tramitar el asunto objeto de debate.
a) Cobertura de los procedimientos, actividades e intervenciones del plan obligatorio de salud cuando su
negativa por parte de las Entidades Promotoras de Salud o entidades que se les asimilen, ponga en riesgo o
amenace la salud del usuario;
b) Reconocimiento económico de los gastos en que haya incurrido el afiliado por concepto de atención de
urgencias en caso de ser atendido en una IPS que no tenga contrato con la respectiva EPS cuando haya sido
autorizado expresamente por la EPS para una atención específica y en caso de incapacidad, imposibilidad,
negativa injustificada o negligencia demostrada de la Entidad Promotora de Salud para cubrir las
obligaciones para con sus usuarios;
c) Conflictos que se susciten en materia de multiafiliación dentro del Sistema General de Seguridad Social en
Salud;
d) Conflictos relacionados con la libre elección que se susciten entre los usuarios y las aseguradoras y entre
estos y las prestadoras de servicios de salud y conflictos relacionados con la movilidad dentro del Sistema
General de Seguridad Social en Salud. (…)”
los Recursos Económicos para Salud (artículo 14), Superintendencia
Delegada para la Protección al Usuario y la Participación Ciudadana (artículo
20) y Superintendencia Delegada para las Medidas Especiales (artículo 21)).
Esta nueva estructura funcional creada por el Decreto 1018 de 2007 separa el
ámbito del ejercicio de las funciones jurisdiccionales del correspondiente a las
funciones de inspección, vigilancia y control. Esto daría lugar a considerar
que se trata de la primera hipótesis enunciada por la jurisprudencia, es decir,
el caso de una distinción clara de ambas funciones y estructuras que permite
garantizar la imparcialidad. Con todo, es pertinente recabar en varios aspectos.
Primero, teniendo en cuenta que en la práctica deberá surtirse un proceso de
transición en la modificación de la estructura de la entidad y que los
funcionarios que formen parte de la Superintendencia Delegada para la
Función Jurisdiccional y la Conciliación pudieron haberse pronunciado en
ejercicio de sus funciones previas de inspección, vigilancia y control sobre
casos que luego sean objeto de reclamo judicial, es necesario asegurar que el
mismo funcionario no haya intervenido en ellos al ejercer funciones
administrativas puesto que ello afectaría su imparcialidad y desconocería el
debido proceso.
Segundo, el funcionario que ejerza las funciones jurisdiccionales debe hacerlo
de manera independiente, lo cual excluye que sobre el mismo un superior
pueda invocar relaciones de jerarquía acudiendo a las normas que se aplican
en el plano administrativo, exclusivamente, y que no son compatibles con la
actividad jurisdiccional. Por ejemplo, impartir instrucciones sobre como fallar
u obedecer tales instrucciones, así como escoger a dedo el funcionario que
habrá de ocuparse jurisdiccionalmente de un asunto o aceptar que no haya un
procedimiento neutral de reparto de asuntos para conocimiento y fallo, no es
constitucionalmente admisible. Suponer que las relaciones de jerarquía,
propias de las estructuras administrativas, también operan cuando un
funcionario administrativo ha de proferir fallos en ejercicio de funciones
jurisdiccionales es contrario al debido proceso.
Entonces, en atención a estas consideraciones, se condicionará la
exequibilidad de la disposición acusada en el entendido de que no podrá el
mismo funcionario de la Superintendencia Nacional de Salud ejercer
funciones jurisdiccionales respecto de casos en los cuales ya se hubiera
pronunciado con anterioridad, con motivo del ejercicio de alguna de sus
funciones administrativas, ya fuere de inspección, vigilancia o control.
VII. DECISIÓN
En mérito de lo expuesto, la Sala Plena de la Corte Constitucional,
administrando justicia en nombre del pueblo y por mandato de la
Constitución,
RESUELVE:
Declarar EXEQUIBLE el artículo 41 de la Ley 1122 de 2007, por el cargo
analizado, en el entendido de que ningún funcionario de la Superintendencia
Nacional de Salud podrá ejercer funciones jurisdiccionales respecto de casos
en los cuales se hubiera pronunciado con anterioridad, en razón de sus
funciones administrativas ordinarias de inspección, vigilancia y control.
Notifíquese, comuníquese, insértese en la Gaceta de la Corte Constitucional y
archívese el expediente. Cúmplase.
HUMBERTO ANTONIO SIERRA PORTO
Presidente
JAIME ARAÚJO RENTERÍA
Magistrado
AUSENTE CON PERMISO
MANUEL JOSÉ CEPEDA ESPINOSA
Magistrado
JAIME CÓRDOBA TRIVIÑO
Magistrado
RODRIGO ESCOBAR GIL
Magistrado
MAURICIO GONZÁLEZ CUERVO
Magistrado
IMPEDIMENTO ACEPTADO
MARCO GERARDO MONROY CABRA
Magistrado
NILSON PINILLA PINILLA
Magistrado
CLARA INÉS VARGAS HERNÁNDEZ
Magistrado
MARTHA VICTORIA SÁCHICA MÉNDEZ
Secretaria General
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