San Salvador, a las doce horas con cuarenta minutos del día

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293-2001
Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia: San Salvador, a las doce
horas con cuarenta minutos del día siete de mayo de dos mil dos.
El señor Gustavo Orlando Serrano Gómez, solicita proceso constitucional de hábeas corpus
a favor de su hijo Riley Serrano Monterrosa, quien se encuentra privado de su derecho de
libertad a la orden del Juzgado Séptimo de Instrucción y Tribunal Primero de Sentencia
ambos de esta ciudad, por atribuírsele la comisión de los delitos de secuestro agravado y
administración fraudulenta en grado de tentativa.
Analizado el proceso y considerando:
I.- De las violaciones a las garantías constitucionales alegadas por el peticionario, se tiene:
1º) Violación al artículo 193 no. 3º de la Constitución, en el sentido que el señor Riley
Serrano participó en los actos de investigación llevados a cabo por la Policía, los cuales -al
estimar del solicitante- no fueron controlados por los agentes de la Fiscalía General de la
República ni las autoridades judiciales encargadas del caso; ignorando el imputado, que los
ejecutaba en contra de si mismo, ya que fue a petición del padre de la víctima y de acuerdo
con la Policía, que ejecutó el pago del rescate que se solicitaba por el delito de secuestro y
que posteriormente fue la base para incriminarlo en el referido delito, sorprendiendo así su
buena fe; 2º) El peticionario alega como violación al derecho de defensa y a la presunción
de inocencia, el hecho que al inicio de la investigación, al señor Serrano Monterrosa se le
tomó declaración como testigo; posteriormente, de participar en los actos de investigación
ejecutados por la Policía Nacional Civil mediante el pago del dinero del rescate, la Policía
le otorgó secretamente la categoría de imputado. Este punto tiene relación con lo expuesto
en líneas precedentes, por lo que se analizaran en el mismo apartado; 3º) violación al
principio de legalidad contenido en el art. 11 de la Constitución, que ordena que el proceso
penal debe instruirse con arreglo a las leyes, ya que el único elemento de prueba con el que
cuentan la Fiscalía y la Policía en los delitos que se le imputan a Riley Serrano, es el dinero
que supuestamente éste usó para pagar sus deudas, es el mismo que entregó como rescate;
ya que consta un inventario del dinero que permite identificar cada uno de los billetes, de
los cuales se especula podrían ser los mismos que usó el favorecido para pagar sus deudas,
-construyendo falsamente la relación de causalidad de los supuestos delitos que se
investigan en función del estado de insolvencia económica en que ha incurrido el imputado; 4º) violación al principio de pronta y cumplida justicia art. 182 no. 5º Cn y al derecho de
defensa, ya que en principio el Juez Séptimo de Instrucción, debió declarar sin lugar la
prórroga del plazo de instrucción solicitada por la Fiscalía; además, la resolución que
admitió la solicitud en comento y que ordenó su remisión a la Cámara Primera de lo Penal
fue notificada con violación al artículo 143 Pr.Pn, pues se notificó a la defensa del señor
Riley Serrano, hasta cuando la Cámara resolvió favorable la petición de prorroga;
señalándose para la vista pública del proceso el día ocho de julio del presente año; y 5º)
violación a la garantía constitucional del honor, intimidad personal y a la propia imagen, en
el sentido que se procedió a estructurar y se materializó un plan publicitario tergiversando
los hechos -para manipular la opinión pública y hacerla reaccionar en contra del imputado-.
Así, ficticiamente la autoridad judicial construyó el requisito de la alarma social.
II.- Con referencia al proceso penal que se le instruye al favorecido por el delito de
administración fraudulenta en grado de tentativa, el Juez Ejecutor informó que, se ha
violado el debido proceso legal, ya que desde el inicio de las diligencias no se logró probar
con certeza que el imputado haya sustraído y manejado los "quedans" con los cuales se ha
defraudado a las Sociedades Comunicaciones Integradas, S.A de C.V. y Stereo Club, S.A.
de C.V.; ya que si bien es cierto, podría existir contablemente una desviación de fondos
para y hacia la Empresa Riley’s Entretaiment, S.A de C.V, no hay -al estimar del Juez
Ejecutor- prueba documental que relacione al imputado Serrano con las Sociedades que se
dice administró en forma fraudulenta. Así también considera el Juez Ejecutor, que se
pretende probar la relación laboral del imputado con una solicitud de empleo que no
contiene nombre ni sello de las corporaciones que se supone administró en forma
fraudulenta; incurriéndose en violación al principio de seguridad de la prueba, al haberse
tipificado de administración fraudulenta, un delito que en realidad no se comprueba con un
contrato que no tiene el nombre ni sello de las Sociedades referidas. Así mismo, en el
presente proceso se esta violentando el artículo 193 No. de la Constitución, ya que no se
debió admitir como prueba en las diligencias iniciales un contrato individual de trabajo que
no llenara los requisitos laborales.
Respecto de los delitos de lavado de dinero y secuestro agravado, el Juez Ejecutor
manifestó: a) que no existe violación a ninguno de los preceptos constitucional alegados
por el peticionario, ya que consta en el proceso penal que el señor Riley Serrano, desde el
momento de su detención fue informado de manera comprensible de los derechos y de las
razones de su detención; también fue asistido legalmente por un defensor a quien se le han
notificado todas las diligencias que constan en el referido caso; agrega además, que el Juez
de la causa ha valorado debido a la gravedad de los delitos y el peligro de fuga, la detención
provisional decretada en contra del imputado Riley Serrano; b) con relación a la violación
al principio de pronta y cumplida justicia, manifiesta el Juez Ejecutor, que la retardación
involuntaria del proceso se debe a las investigaciones realizadas por las autoridades
encargadas de administrar justicia y por la complejidad del caso, lo que hace justificable el
prorrogar las audiencias; c) respecto de la violación al artículo 193 no. 3 de la Constitución,
dice el Juez Ejecutor, que no se ha dado, ya que la Fiscalía ha controlado las diligencias
iniciales de investigación; lo que hubo son situaciones que pudieron ser tratadas en forma
confidencial por la Fiscalía y Policía lo cual -a su parecer- es justificable, ya que someter
este tipo de delitos al conocimiento de las personas, puede dar lugar a poner en riesgo la
vida de la víctima, por lo que es mejor mantener la cautela y discreción.
III.- Con el fin de proveer una resolución clara, es procedente hacer las siguientes
consideraciones:
1) El peticionario reclama como primer punto: la falta de control por parte de agentes
fiscales y de las autoridades judiciales encargadas del caso, en las diligencias de
investigación llevadas a cabo por la Policía. Al respecto, esta Sala considera importante
hacer alusión a lo expuesto en la resolución de hábeas corpus clasificado bajo el número
52-R-96, en la cual este Tribunal sostuvo que: "es importante que las instituciones a
quienes la Constitución les asigna funciones en la investigación del delito, se sujeten a
dicho rol constitucional. En tal sentido, es indiscutible que le corresponde a la Fiscalía
General de la República el dirigir la investigación del delito, como lo preceptúa el art. 193
ord. 3º Cn."
Dentro de las facultades atribuidas a la Fiscalía General de la República -por la dirección
funcional- están las orientadas a dirigir, promover, supervisar e intervenir en todas las
actuaciones de investigación de los diferentes delitos; y coordinar y decidir sobre la
remisión de lo actuado a las autoridades judiciales correspondientes. Así también, la Policía
Nacional Civil entre otras obligaciones relativas a la dependencia funcional, tiene la de
informar al agente Fiscal al inicio de cualquier investigación dirigida a esclarecer un delito,
así como consultarle cualquier decisión que tenga relación con la privación de derechos
fundamentales, con el fin de garantizar la ejecución de dichas diligencias, para que con las
mismas se cumpla lo dispuesto en el artículo 193 ordinal 3º de la Constitución.
Se puede sostener entonces, que en tanto la dirección de la investigación del delito -entre
otros- es encomendada a la Fiscalía General de la República, tal carácter protagónico
requiere ineludiblemente de la colaboración de la Policía Nacional Civil, que depende
funcionalmente de la primera -cuando ésta realice labores de investigación de delitos-, ello
con el fin de verificar y garantizar el efectivo cumplimiento de la legalidad de la
averiguación de los hechos delictivos, y la pureza constitucional del proceso penal desde su
fase administrativa. Como se desprende de lo ya dicho, la Fiscalía puede practicar u ordenar
las diligencias que estime pertinentes para el esclarecimiento de los hechos, a cuyo fin
depende de dicha Institución la Policía en sus funciones de averiguación del delito,
descubrimiento y aseguramiento del delincuente.
Sobre la base teórica expuesta, es de considerar, que esta Sala luego de verificar el proceso
penal seguido en contra del señor Riley Serrano Monterrosa, advierte que sí hubo dirección
funcional por parte de los agentes fiscales, quienes coordinaron, dirigieron, promovieron y
supervisaron -desde el inicio- las diferentes actuaciones en la investigación del delito de
secuestro, llevadas a cabo por la Policía Nacional Civil.
Lo anterior se hace depender de la comprobación hecha por esta Sala, en cuanto a que los
agentes fiscales acreditados al caso ordenaron y practicaron junto con la Policía y en
comunicación con las autoridades judiciales que en su momento conocieron de las
diferentes actuaciones, una serie de diligencias conducentes a la comprobación del hecho
investigado y de la supuesta responsabilidad de quienes se estima participaron en el delito
de secuestro; así -entre otros- consta a fs.15,19,61,77 y 330 del proceso penal, que los
agentes fiscales, solicitaron tanto al Juez Sexto de Paz, como Décimo Cuarto de Paz, ambos
de esta ciudad, una serie de diligencias, entre las que se puede mencionar: la solicitud de
ratificación de diferentes objetos; así también, a fs. 211-214 y 269-272, consta que los
fiscales acreditados al caso, ordenaron al Jefe de la Unidad de Antisecuestro de la Policía
Nacional Civil, -desde que se produjo el secuestro- diligencias tales como, entrevistas a la
víctima y al padre de la misma, indagar sobre posibles testigos en los lugares del hecho,
cautiverio y entrega de dinero, inspecciones en el lugar de los hechos, constancia del dinero
a entregar -entre otros-; es decir, con lo anterior se comprueba de manera indiscutible que
en el proceso penal seguido en contra del favorecido, ha existido una auténtica dirección
funcional de la Fiscalía en la investigación del delito de secuestro, de donde resulta
desvirtuada la alegación hecha por el peticionario en cuanto a existir violación al art. 193
ord. 3º de la Constitución.
2) El solicitante considera violatorio al derecho de defensa y a la presunción de inocencia,
el hecho de otorgarle inicialmente al señor Riley Serrano la categoría de colaborador en el
pago del rescate por el delito de secuestro y luego acreditarle secretamente la calidad de
imputado; al respecto es preciso mencionar que la fase inicial o las diligencias de
investigación de un hecho delictivo, sirven para recabar, averiguar y buscar elementos de
prueba que demuestren la existencia de un delito y la posible participación del o los
autores del mismo; en ese período de averiguación la Fiscalía puede inicialmente, dar a una
persona una categoría determinada, la cual podría cambiar con posterioridad si de las
investigaciones resultan elementos objetivos de donde pueda fundarse una acusación;
circunstancia que per se, no implica violación constitucional.
En el caso sub-júdice, al analizar el proceso penal, esta Sala advierte, que la imputación del
señor Riley Serrano en el delito de secuestro, surge a partir de la incriminación directa que
le hace la Fiscalía luego de la investigación seguida por la Policía -bajo su coordinación- en
el delito referido; y, si bien es cierto, inicialmente se le dio la categoría de testigo, ésta fue
modificada a la de imputado, por considerar los fiscales que se contaban con los elementos
necesarios y requeridos para estimar que el favorecido era probable partícipe del delito que
se le atribuye; lo anterior lo sostuvo la representación fiscal, por la existencia de elementos
de convicción suficientes que se desprenden de los actos iniciales de investigación
practicados por la Unidad de Delitos Especiales de la Fiscalía, con la colaboración de la
Policía.
A raíz de los hechos advertidos, debe considerarse además, que a fs. 270 del proceso penal
consta, que una vez fue determinada la calidad de imputado del señor Riley Serrano -al
momento de su detención- se le hizo saber el motivo de la misma y los derechos que la ley
le confiere de conformidad a los establecido en el artículo 12 de la Constitución; así
también a fs. 356 consta, que en el acta de identificación y derechos del imputado, el fiscal
del caso, leyó sus derechos al señor Serrano Monterrosa en presencia de su defensor, quien
también lo asistió en su declaración. Por lo que no observa esta Sala violación al derecho de
defensa, ya que ha quedado comprobado que una vez ostentada tal calidad se le comunicó a
éste los motivos de la misma; y si bien es cierto durante la investigación puede haber
cambio de categoría respecto al sujeto activo del delito -como ya se señaló en líneas
precedentes- per se no se produce violación constitucional, tal y como ha ocurrido en el
caso particular, pues según lo expuesto por los fiscales en su requerimiento, de la
investigación seguida junto con la Policía, se recolectaron los elementos suficientes para
incriminar al favorecido en el delito de secuestro; circunstancia que se hizo de su
conocimiento, al momento de ser capturado, de ahí que no se reconozca haber producido la
violación referida, en tanto que éste ha tenido la oportunidad de ejercer su defensa desde el
momento que tiene calidad de imputado en el proceso penal.
Con respecto a la presunción de inocencia, ésta tampoco puede entenderse haber sido
afectada, pues el señor Serrano Monterrosa, fue determinado por la Fiscalía como partícipe
del delito de secuestro, mediante las pruebas recolectadas en la investigación, las cuales -a
criterio de la referida representación fiscal- arrojaban evidencias suficientes de su posible
participación en del delito que se le imputa. Aún con lo anterior, no implica ello
considerarle culpable, ya que los elementos de prueba que puedan ser recolectados en una
investigación tiene su momento procesal oportuno de ser desvirtuados y será únicamente a
través de una sentencia pronunciada luego de un juicio público que se puede declarar la
culpabilidad de una persona, rompiendo así, su estado de inocencia. "Esta culpabilidad debe
ser jurídicamente construida, lo que implica un grado de certeza determinado; pues de lo
contrario en aquellos casos en los cuales no se tenga la certeza suficiente para probar algo
en contra del imputado o para condenarlo, es decir, que exista duda, debe aplicarse lo más
favorable a él" (Sentencia de hábeas corpus Ref. 381-99).
3) Respecto del alegato del peticionario, en cuanto a que no existe prueba en el proceso
penal que demuestre que el dinero que usó el favorecido para pagar sus deudas, sea el
mismo dinero del pago del rescate obtenido a través del delito de secuestro; esta Sala
estima conveniente manifestar, que si bien el alegato cuenta con un fundamento jurídico
constitucional que lo respalde, el hecho con el que se relaciona y que supuestamente afecta
al derecho de libertad del favorecido, lo ha hecho recaer el señor Gustavo Orlando Serrano,
en circunstancias cuya facultad de análisis no compete delimitar a este Tribunal, por
tratarse de aspectos meramente probatorios, cuya valoración es facultad exclusiva del juez
de lo penal; es decir, es en el proceso penal que pueden hacerse valer este tipo de alegatos;
así lo ha establecido reiterada jurisprudencia de esta Sala, para el caso, la resolución de
hábeas corpus 38-C-96, "la valoración probatoria -prueba de cargo y de descargo- es
competencia de los jueces que conocen en materia penal: no es competencia de este
Tribunal, quien debe limitar su conocimiento y decisión al ámbito constitucional".
En definitiva, lo manifestado por el peticionario, representa un defecto para lograr enjuiciar
el fondo de lo alegado, ya que el elemento fáctico utilizado como justificación para
comparecer a esta Sala no posee trascendencia constitucional, siendo en el proceso penal
respectivo que pueden discutirse este tipo de alegatos y no en esta Sala, de donde resulta la
imposibilidad de emitir decisión al respecto.
4) El alegato referente a que se debió declarar sin lugar la prórroga del plazo de la
instrucción solicitada por la Fiscalía, y que la resolución que admitió tal solicitud, fue
notificada a la defensa hasta cuando la Cámara Primera de lo Penal resolvió favorable la
petición de prórroga y no cuando la autoridad judicial admitió la petición.
En primer lugar, esta Sala considera necesario manifestar, que la determinación o no de la
ampliación de los plazos en las diferentes etapas del proceso penal, así como lo plantea el
peticionario: en cuanto a que se ha incumplido con el artículo 182 no. 5º de la Constitución,
en razón de que el Juez Séptimo de Instrucción, debió declarar sin lugar la prórroga del
plazo de instrucción solicitada; dicho alegato, atiende a una mera inconformidad con el
contenido de la decisión judicial que admitió la solicitud de prórroga del plazo de
instrucción solicitada por la representación fiscal; ello, implica que éste planteamiento debe
ser repelido, pues hay imposibilidad absoluta de juzgar desde la perspectiva constitucional;
ya que en el fondo, el peticionario reclama contra el contenido de una resolución judicial,
mostrándose inconforme con ella, situación que no corresponde determinar a la Sala; a
menos cuando en el proceso penal se adviertan retrasos injustificados o dilaciones
injustificadas que atenten contra los derechos del imputado, situación que no ocurre en el
proceso penal seguido en contra del favorecido, ya que esta Sala ha advertido una constante
actividad judicial.
En todo caso, al analizar el expediente penal se advierte a fs. 709, que la Cámara Primera
de lo Penal de la Primera Sección del Centro, resolvió prorrogar la duración del plazo de
instrucción del proceso penal, por el término de seis meses, por tratarse el presente caso de
una investigación compleja dadas las circunstancias que rodearon la realización y
consumación del secuestro -entre otros-; se tiene entonces, que la Cámara referida, expuso
y justificó las razones por las cuales accedía a la prórroga solicitada por la Fiscalía, de
conformidad con la ley.
En cuanto a que la resolución que admitió la solicitud de prórroga del plazo de instrucción,
fue notificada a la defensa del favorecido hasta cuando la Cámara Primera de lo Penal,
resolvió favorable dicha petición y no cuando la autoridad judicial la admitió; esta Sala
advierte a fs. 697 del proceso penal, el auto por medio del cual el Juez Séptimo de
Instrucción de esta ciudad resolvía -de conformidad al art. 275 Pr.Pn.- solicitar a la Cámara
Primera de lo Penal la ampliación del plazo de la instrucción del proceso penal;
posteriormente a fs. 705 consta el acta por medio de la cual el notificador del Juzgado
Séptimo de Instrucción, notificó la resolución de fs. 697 y 700 al defensor particular del
señor Riley Serrano, licenciado Arturo Méndez Azahar, quien recibió el Fax respectivo y se
dio por notificado de conformidad al art. 147 Pr.Pn.; desvirtuando en esta forma el alegato
del peticionario, ya que se comprobó que la defensa particular del favorecido, sí tuvo
conocimiento de la resolución que admitió la solicitud de prorroga solicitada y que alegaba
en este Tribunal violentaba el artículo 182 no. 5º de la Constitución.
5) Por último, con relación a que los jueces que han conocido del caso, se basaron en lo
dicho por los medios de publicidad para construir el requisito de la alarma social; advierte
esta Sala de las distintas resoluciones pronunciadas en contra del señor Riley Serrano por
los delitos que se le imputan, que las autoridades judiciales, para decretar la medida
privativa de libertad, no han tomado en cuenta el criterio objetivo de la alarma social para
justificar uno de los presupuestos de la detención provisional: el periculum in mora o
peligro de fuga; ya que se ha partido -entre otros- de la gravedad del delito y la posible pena
a imponer que supera los tres años de prisión; por lo tanto, se desvirtúa el alegato del
peticionario, ya que como se evidenció las autoridades judiciales han razonado sus
decisiones en cuanto a ser la detención provisional una medida excepcional, aplicándola
con la finalidad de garantizar el cumplimiento de los fines del proceso penal; además -se
insiste- no ha sido sobre la base de haber ocasionado la alarma social el delito de secuestro
que se ha fundamentado las razones para adoptar la detención; por lo tanto se desvirtúa
también el hecho alegado por el peticionario.
Por las razones expuestas y comprobada la inexistencia de violación al derecho
fundamental del libertad del favorecido, que motive o justifique una modificación en la
situación actual en la que se encuentra, es procedente que continúe privado de su derecho
de libertad.
En consecuencia, esta Sala RESUELVE: a) Continúe Riley Serrano Monterrosa, en la
privación de libertad en que se encuentra y la causa penal según su estado; b) vuelvan los
proceso penales a los tribunales de donde provienen con certificación de ésta resolución; y
c) notifíquese y archívese el presente hábeas corpus.- ---A. G. CALDERON---R.
HERNANDEZ VALIENTE---J. E. TENORIO---MARIO SOLANO---J. ENRIQUE
ACOSTA---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO
SUSCRIBEN---S. RIVAS AVENDAÑO---RUBRICADAS.
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