usos, conflictos e incompatibilidades, en las playas danilo y sun

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Párrafos Geográficos
USOS, CONFLICTOS E INCOMPATIBILIDADES, EN LAS PLAYAS DANILO Y SUN
RIDER DE LA CIUDAD DE MAR DEL PLATA
Pontrelli Albisetti, Melisa
Grupo de Estudios de Ordenación Territorial. Departamento de
Geografía. Universidad Nacional de Mar del Plata. Funes 3350 C.P 7600
[email protected]
Resumen
El siguiente trabajo tiene como objetivo principal determinar las estrategias, conflictos, e
incompatibilidades de uso y actividades costeras en el espacio litoral delimitado por las playas
“Danilo” y “Sun Rider”, en el norte de la ciudad de Mar del Plata, Argentina. Específicamente se
analizan diversas problemáticas originadas en este sector geográfico, como sus conflictos de
intereses debido a la interacción de disímiles actores sociales tales como el municipio, la provincia,
concesionarios privados, bañistas, surfistas, kayakistas y vecinos. Las conclusiones preliminares
sostienen que los conflictos e incompatibilidades costeras, principalmente nacen como consecuencia
de las relaciones sociales entre actores. La actividad de algunos y la pasividad de otros han
contribuido a incrementar y agudizar las diferencias de intereses que se presentan en ambas playas,
favoreciendo a aquellos que esconden su beneficio detrás de una “política ambiental” sobre como
incentivar las obras de defensa costera con tecnología “dura” en detrimento de aquellos actores que
desean utilizar el recurso costero para su goce y disfrute.
Palabras claves: Conflictos de intereses - Relaciones espaciales - Actores sociales
USES, CONFLICTS AND INCOMPATIBILITIES AT DANILO AND SUN RIDER BEACHES
IN DE CITY OF MAR DEL PLATA
Abstract
The main objective of the following paper is to identify the strategies, conflicts and coastal
incompatibilities of use in the coastal area delimited by the "Danilo" and "Sun Rider" beaches to the
north of the city of Mar del Plata, Argentina. Specifically, the paper discusses issues arising in this
geographical area, issues such as conflicts of interest and their spatial relations due to the interaction
of disparate social actors such as the municipality, the province, private commerce, swimmers,
surfers, kayakers and the local populace. Preliminary findings argue that conflicts and coastal
incompatibilities mainly arise as a consequence of social relations between actors. The activity of
some and the passivity of others have contributed to increase and sharpen the differences of interests
at both beaches, favouring those who hide their interests behind an "environmental policy" that provide
incentive for coastal defence works with the use of hard technology, to the detriment of those actors
who want to use coastal resources for their pleasure and enjoyment.
Key words: Conflicts of interest - Spatial relationships - Social actors
Introducción
La costa norte de la ciudad de Mar del Plata se caracteriza por la presencia de
acantilados y playas de reducida extensión. La mayoría de ellas se dedica al turismo de
playas y a la práctica de deportes acuáticos y náuticos. El área de análisis, como también
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gran parte del sector, se ve afectado por la erosión marina y la contaminación de sus aguas
por vertidos urbanos. Resulta llamativa a simple vista, la escasa superficie de las playas en
relación a las de la zona sur de la ciudad. La textura de la arena, el color del agua y las
geoformas de acantilados, generan un paisaje único que, con el paso de los años, se ha ido
degradando. Las playas Danilo y Sun Rider, se encuentran enmarcadas dentro del sector
norte, donde las mismas
padecen distintos problemas ambientales, principalmente la
erosión y la contaminación de sus aguas.
El desarrollo de la construcción de la escollera en “L”, nace con el objetivo de aplacar
el proceso erosivo ejercido por la influencia del mar en contra de los acantilados,
característica geomorfológica principal de la zona norte marplatense y así poder evitar el
avance del mar sobre la costa. Dicha construcción ha sido una solución simple al gran
problema del sector y no ha tenido en cuenta otras interacciones con elementos del espacio
geográfico que son relevantes para la constitución de un sistema armónico. Esto se tradujo
en procesos de acumulación de arena por un lado y de erosión por otro, beneficiando a la
playa “Sun Rider”, en detrimento de la playa “Danilo”.
El propósito central referido a promover la acumulación de arena en la playa “Sun
Rider”, esconde otro trasfondo. No es el de implementar una política netamente ambiental
para frenar definitivamente el proceso erosivo en la costa. Su verdadera finalidad es generar
una mayor acumulación de arena para poder ampliar la superficie de la playa y así lograr
concesionarla.
El espacio geográfico delimitado se caracteriza por múltiples usos costeros. En
algunas ocasiones se manifiesta incompatibilidad en ellos y la generación de conflictos entre
actores. Por ejemplo, los surfistas no desean una mayor extensión de la escollera ya que, le
resta calidad a la ola y puede no llegar a ser perfecta. Otro de los factores a tener en cuenta
son los desagües pluviales que desembocan en las playas de “Danilo” y “Sun Rider”,
aportando su cuota de potencial contaminación a las playas.
Esto se suma a que a 5 Km. de las playas mencionadas se encuentra la planta de
efluentes cloacales, donde se vierten los desechos al mar sólo con un pretratamiento. Esto
ha fomentado a lo largo de los años, una mayor contaminación en las aguas costeras. La
pluma contaminante se extiende, en algunas ocasiones, desde Camet hasta las cercanías
de Playa Grande. Esto obedece al mayor o menor vuelco de grasa que traiga el pulso de
efluentes desde las empresas harineras del puerto, que dificulta la operación normal de las
cribas de la planta de Camet, la sacan de régimen y obligan al vertido directo al mar. Si el
viento sopla fuerte o persistente del NE, su extensión es mayor.
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La construcción en marcha del emisario submarino puede contribuir a disminuir la
incidencia de la descarga de efluentes sobre las aguas costeras y mejorar la calidad de las
playas. Antes de atraer turismo al área, debe solucionarse la precariedad de los servicios
de playa y muy especialmente, los vertidos pluviales y/o cloacales clandestinos que
desembocan en ellas.
El objetivo del presente trabajo es determinar las problemáticas, estrategias, conflictos
y usos en el espacio litoral delimitado por las playas “Danilo” y “Sun Rider” así como poder
clasificar los diversos actores sociales involucrados en el área (municipio, provincia,
concesionarios privados, bañistas, surfistas, kayakistas, vecinos, etc.), sus principales
conflictos de interés y sus relaciones espaciales.
Área de estudio
El área de estudio se localiza en el sector costero al norte de la ciudad de Mar del
Plata, al este de la Av. Félix U. Camet (luego Ruta Interbalnearia nº 11). Se extiende entre
las calles Marie Curie y Vuelta de Obligado (Figura 1).
Los acantilados y las playas constituyen los principales rasgos geomorfológicos del
área. Los primeros son formas de relieve costero erosionadas por las olas y especialmente
las de tormenta, que azotan el borde costero, rasgo característico de la costa marplatense.
Han sufrido un fuerte retroceso de la línea de costa en algunos sectores y se debe a su
naturaleza limo-loéssica, como resultado de la acción de los agentes marinos y subaéreos.
Algunos de estos acantilados se asocian con plataformas de erosión y llegan a alcanzar
unos 10-15 metros de altura.
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Figura 1. Localización del área de estudio
Playa
Danilo
Playa
Sun Rider
Fuente: Google Earth. Fecha de consulta: 30/05/2009
Las playas son pequeñas y generalmente, con arena gruesa. A principios de siglo eran
más estables, con menor intervención antrópica. Al incrementarse ésta, el proceso de
degradación costera se ha acelerado (Schnack et al., 1983), especialmente a partir de la
obstaculización de la corriente de deriva por la construcción del puerto de Mar del Plata en
las primeras décadas del siglo XX y las obras de defensa costera implementadas
posteriormente. En dichas playas, se han ensayado diferentes metodologías de contención
de la erosión, siendo los más utilizados, los espigones de roca, con geometría variada. Por
este motivo y sumado al intenso uso turístico-recreacional, a menudo no son identificables
las formas naturales de las playas.
El área de estudio participa de las condiciones de clima de Mar del Plata, es decir,
clima “templado con influencia oceánica”, con un continuo intercambio de masas de aire
entre la interfase tierra-mar. Se vinculan a estas condiciones, temperaturas medias
mensuales moderadas con baja amplitud térmica. La ubicación geográfica de la ciudad
frente al océano (sin cadenas montañosas que desvíen los vientos) y abierta a la planicie
pampeana, la convierte en un área de notable actividad eólica, afectada por las distintas
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masas de aire que, con mayor o menor intensidad penetran en el área, de acuerdo con la
dinámica sinóptica regional imperante (Piccolo, 1982; Roccatagliata et al., 1984).
Como en toda área costera, uno de sus vientos característicos es la “brisa de mar”, la
cual tiene su origen en la diferencia de calentamiento entre la tierra y el mar. La dirección
de la misma y su penetración en el continente presentan diferencias en las distintas
localidades de las costas bonaerenses. En Mar del Plata, la brisa de mar sopla
generalmente como viento del NE o del E (Celemín, 1984). Las brisas marinas provenientes
de la dirección NE durante el verano, adquieren velocidades superiores a los 15 km/h y
provocan un descenso térmico promedio de 3 ºC (García, 2009). Además, en su avance
hacia áreas urbanas, trasladan olores de la planta de Pretratamiento de Efluentes cloacales
e inciden en la movilización de los vertidos de la misma, de acuerdo con la dirección del
oleaje, hacia las playas del sector.
Marco Conceptual
La interpretación del espacio geográfico implica un análisis de un sistema complejo.
Para Barragán Muñoz (2004) la concepción sistémica de las áreas litorales significa una
visión interdependiente de los elementos que componen dicho sistema. Es por ello, que el
autor divide al sistema en subsistemas ya que se interpreta al litoral como sistema con
sentido unitario. Los subsistemas actúan de forma interdependientes entre si, estos son: el
físico y natural, el social y económico y el jurídico administrativo. Cada uno posee
posibilidades analíticas en distintos niveles; con sus correspondientes elementos, atributos y
relaciones pero lo importante es su visión en conjunto. Relacionado con ello, para Álvarez y
Álvarez (1984), la zona costera es aquella franja de mar aledaña a la línea de costa y una
zona terrestre – no exactamente definida – hasta la cual las acciones e interacciones de
ambos medios, el terrestre y el marino son notables. Esta notabilidad o saliente interacción
se puede juzgar en base a los efectos. Ellos se extienden al ámbito físico, biológico, social y
económico. En este sentido, la zona costera posee características tales como:
concentración de población, ser una zona límite y por lo tanto de transición, es un ambiente
de alta vulnerabilidad a los cambios por medios externos, es de actividades variadas y
muchas veces en oposición unas de otras por los efectos que ellas implican. Como se
puede observar la zona costera es un espacio donde se plasman diferentes usos y
actividades, generando efectos en el espacio. Barragán Muñoz (2003) analiza el sistema
costero a partir de las actividades humanas existentes y los usos que satisfacen las
necesidades de la población, realizando una diferenciación entre usos y actividades
económicas, donde los primeros son definidos como espacios naturales, de asentamientos,
instalaciones o infraestructuras, recepción de vertidos y funciones derivadas de la defensa, y
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los segundos como actividades extractivas o primarias básicas, industriales, comerciales y
de ocio. En este sentido se pueden destacar por un lado, la ocupación del suelo en el
espacio costero y por otro el beneficio económico de los recursos del litoral. En lo que
respecta al litoral, en él se imbrican todas las relaciones espaciales ejercidas por los actores
sociales. Para Moreno Castillo (2007) los actores son todas las personas que tienen algo
que ver con las actividades que se llevan a cabo en el sistema costero. Es decir, que estos
mismos actores harán uso del espacio litoral en cuestión ya que para la autora, la costa es
un bien “usable” y “deseable”, donde se puede hacer un uso muy intenso y muy variado de
ella sometiéndole a una gran presión.
La costa de la ciudad de Mar del Plata y en especial la del sector norte son muy
utilizadas para su goce y disfrute, es por ello que existen intereses y a veces contrapuestos
por la utilización de esta porción de la zona costera.
Existen varias investigaciones realizadas sobre el sector costero norte de la ciudad de
Mar del Plata. Algunos se refieren a estudios bacteriológicos y biológicos sobre la calidad
del agua de mar y otros a la gestión, participación ciudadana y representaciones sociales en
el espacio litoral marplatense, así como analizar los usos e incompatibilidades del sector
estudiado.
Los estudios bacteriológicos realizados por Pérez Guzzi et al., (2006) aportan desde
una metodología cuantitativa, una mayor exactitud sobre la contaminación en áreas marinas
costeras materializando el grado de polución de las playas del sector norte. El deterioro
microbiológico en las playas es ocasionado fundamentalmente por los vertidos pluviales y
cloacales presentes sobre estas zonas. Algunos arroyos (El Barco y Las Chacras) y
desagües pluviales (Constitución) presentan cargas bacterianas periódicas semejantes a la
descarga cloacal (108 CT/100 ml). A pesar de no contar con legislación propia para regular
las condiciones de balneabilidad, la mayoría de las playas no son aptas para el uso
recreacional de acuerdo con normativas internacionales. Este trabajo analiza de forma
integral la zona costera al norte de la ciudad de Mar del Plata para tener una visión clara y
de base sobre la situación sanitaria de sus costas para uso recreativo. Esta contribución es
significativa para especificar los posibles riesgos ambientales inherentes a la contaminación
de las aguas.
Para Ceverio (2005), las decisiones que tomen los habitantes del lugar con respecto a
la instalación de una nueva planta de efluentes cloacales y por consiguiente el emisario
submarino, jugará un papel trascendental en el nuevo escenario político donde las nociones
principales son la valorización y revalorización del lugar, aunque se puede vislumbrar a sotto
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voce cambios para los residentes que, desde una perspectiva ecologista y técnica, han sido
evaluados, pero no así desde una óptica social.
Según Pontrelli Albisetti (2010) las playas Danilo y Sun Rider, poseen una baja calidad
de las aguas costeras y los problemas continuos de erosión perjudican la actividad de ocio y
turismo donde se manifiestan conflictos e incompatibilidades en el espacio costero, entre los
diversos actores sociales. Estos conflictos e incompatibilidades, principalmente nacen como
consecuencia
de las relaciones sociales entre actores. La actividad de dichos actores
sociales ha incrementado los conflictos que se manifiestan en este espacio geográfico, ya
que los intereses que ostentan algunos de ellos, son funcionales para si mismos, como por
ejemplo la construcción de escolleras para frenar la erosión costera y realizar la actividad de
pesca artesanal, pero estos mismos intereses son totalmente opuestos e incompatibles con
los de otros actores, como por ejemplo los surfistas ya que las estructuras de roca dispuesta
actúan en detrimento de la calidad de la ola, perjudicando al surf.
Metodología y materiales
Para llevar a cabo esta investigación, se realizaron diversos pasos metodológicos, en
los cuales las principales técnicas utilizadas fueron:
Realización de trabajos de campo y relevamientos fotográficos del área, a fin de
detectar sus problemas y conflictos.
Selección de otras técnicas de análisis a aplicar en el área de estudio, tales como
para clasificación de actores sociales de Jiménez (2009).
Elaboración y administración de encuestas y entrevistas con el fin de recabar
información acerca de la percepción que tienen los diversos actores sociales
intervinientes en las playas estudiadas (turistas y residentes, deportistas,
concesionarios turísticos, etc.)
Construcción del marco téorico-conceptual de este trabajo, a partir de material
bibliográfico-documental selecto.
Sistematización de la información recopilada, a fin de delinear principales
problemáticas y actores involucrados, desde las observaciones de campo y las cinco
entrevistas realizadas a informantes claves
Entre los recursos utilizados, se pueden citar: fotografías personales, imágenes
satelitales y entrevistas, etc. El resto de la información básica provino de fuentes primarias y
secundarias, tales como material bibliográfico proveniente de bibliotecas públicas generales
y especializadas de la ciudad e informantes claves tales como:
Funcionarios públicos
Vecinos del barrio aledaño
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Turistas
Guardavidas
Resultados
1. Diagnóstico ambiental del área
Tal como se manifestó anteriormente, los principales problemas ambientales del sector
analizado son los efectos de la erosión marina y de la construcción de obras de defensa
costera, a lo que se suma la contaminación de las aguas por la descarga de efluentes
cloacales a sólo 3,5 km del área. Algunos antecedentes del tema se explican a continuación:
En 1976, el gobierno provincial transfirió el uso y goce de las playas y también, las
unidades turísticas en el Partido de General Pueyrredón al municipio. Esto provocó que el
gobierno local debiera hacerse cargo de las problemáticas ambientales relacionadas con la
zona costera debido que, para la segunda mitad de la década del ‘80, las playas del centro y
norte de la ciudad ya tenían un deterioro considerable debido a la contaminación
proveniente de los citados efluentes cloacales, en aquel momento sin ningún tipo de
pretratamiento o tratamiento.
A su vez, la erosión costera fue ejerciendo mayor presión sobre el litoral al sur del área
analizada, afectando playas, infraestructuras e instalaciones. Por ello, la Dirección de
Hidráulica comienza en 1993, la construcción de varias obras de defensa costera mediante
el emplazamiento de once espigones de rieles y piedra a lo largo de dieciocho años,
logrando una adecuada acumulación de arena (Lagrange, 1993).
Esto resolvió a medias, el problema ambiental, aunque fomentó que la erosión se
potenciara aún más, debido al tipo de costa acantilada y las pequeñas playas existentes en
el sector. La acumulación de arena fue funcional para algunas playas, mientras que para
otras, ubicadas al norte de los espigones, fue totalmente contraproducente, debido que este
tipo de tecnologías “duras” resulta una solución momentánea y perecedera. A pesar de
haber construido muros de contención, los resultados no fueron totalmente satisfactorios,
porque se encararon sin estrategias de manejo costero integrado.
A partir de la nula planificación costera por parte del gobierno provincial y local, el
litoral costero norte de la ciudad sufrió severos daños en su morfología, especialmente por el
retroceso de acantilados y la reducción de playas (Cicalese, 2001). Estos procesos se vieron
intensificados durantes las tormentas invernales, quebrantando aún más el perfil de las
playas y particularmente su berma de marea. Las playas “Danilo” y “Sun Rider” no fueron
ajenas a esta problemática ya que, a partir de las construcciones de los espigones durante
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el siglo XX en la zona norte, la falta de arena en algunas playas y el peligro de
desmoronamiento de acantilados en la unidad de estudio, se han incrementado.
La problemática de contaminación orgánica en la costa marplatense proviene de
actividades y usos urbanos, a raíz de los desagües pluviales sobre la costa y el vertido de
aguas cloacales y de efluentes industriales provenientes en su mayor parte, de los
establecimientos pesqueros del puerto. Los efluentes domiciliarios e industriales pasan sólo
por un pretratamiento que separa líquidos de sólidos antes de su vuelco en el mar (figuras 2
y 3). Por este motivo, aparecen incompatibilidades de usos con los deportes náuticos, la
pesca deportiva y el turismo. Las estructuras de defensa costera como las escolleras,
agudizan el problema, ya que dificultan la renovación del agua provocando una mayor
turbidez (del Río et al. 1995).
Figura 2. Actual Planta de Pretratamiento de Efluentes Domiciliarios e Industriales
Fuente: archivo personal
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Figura 3. Efluente doméstico de la ciudad de Mar del Plata en el siglo XX.
Fuente: http://maresyoceanos.blogspot.com/. Fecha de consulta: 15/11/2009
La calidad del agua y del aire, son los más afectados perjudicando la salud humana,
al punto que puede convertirse en un riesgo epidemiológico (figura 3). Los principales
problemas se relacionados con la contaminación del aire, con su correlato de
enfermedades respiratorias y la del agua, en relación con las enfermedades
gastrointestinales y respiratorias o sistémicas en el caso de las toxinas y/o químicos (del
Río et al. 1995).
La situación se compromete aún más, cuando se observa la proliferación de
basurales clandestinos sobre los acantilados cercanos a la planta de efluentes de Camet
(figura 4), que pueden ser transportados por las aguas de lluvias y los vientos hacia los
sectores costeros aledaños. Los problemas ambientales citados generan un riesgo
sanitario para la población expuesta, sobre todo cuando estas personas desconocen su
exposición a la contaminación ambiental y a los daños a la salud como resultado de la
misma.
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Figura 4: Basurales clandestinos en inmediaciones de la Planta de Pretratamiento.
Fuente: archivo personal
Las bacterias que acompañan a los vertidos o los residuos sólidos no siempre tienen
el tiempo necesario de decaimiento, antes de que sean arrastrados por el viento, las aguas
pluviales o el oleaje hacia las playas. Una de las formas usuales de exposición a agentes
químicos y biológicos es a través de la ingestión o inhalación de estos agentes en las playas
de recreación, durante el baño, la natación, la práctica de deportes acuáticos o simplemente,
tomar baños de sol en la arena.
Las problemáticas ambientales planteadas con anterioridad resultan operativas a la
hora de explicar los conflictos e intereses que subyacen en el espacio geográfico ya que en
él, se entrelaza una relación muy fuerte entre los usos costeros y las incompatibilidades;
ambas representadas e interpretadas por los actores sociales, los cuales son los principales
promotores del conflicto en el sector.
2. Usos costeros, actividades humanas y económicas
Un uso costero se refiere a la utilización de los recursos costeros con propósitos
económicos, estéticos, recreativos, científicos y/o educativos. El uso costero, según
Sorensen et al., (1992), puede clasificarse en:
Consuntivo: aquel uso que consume el recurso del cual vive, contribuyendo a
su degradación
No consuntivo: utiliza el recurso sin consumirlo ni perjudicarlo.
Costero - dependientes: usos que deben estar ubicados cerca de la costa o de
sus recursos para ser viables económicamente.
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Costero - no dependientes: son aquellos que pueden desarrollar su actividad
aún alejados de la costa.
Competitivos: son aquellos que compiten por el mismo espacio o recurso.
No competitivos: son aquellos que pueden convivir en el mismo espacio, sin
competir por él o sus recursos.
La situación costera ideal es la que tiene usos no consuntivos (NC), costeros
dependientes (CD) y no competitivos (NCom). Analizada el área de estudio de acuerdo
con estos criterios, el estado actual es el que se resume en la tabla 1.
Tabla 1: Usos costeros para las playas Danilo y Sun Rider
USOS COSTEROS
PLAYAS DANILO Y SUN RIDER
DEP VS
NO DEP
CONS VS
NO CONS
COMP VS
NO COMP
Pesca artesanal
D
C
COM
Cultura de sol y playas
D
NC
COM
Paseos costaneros peatonales
D
C
COM
Acceso peatonal a la playa
D
C
COM
Mirador-estacionamiento vehicular
D
NC
COM
Navegación deportiva
D
NC
COM
ND
C
COM
Tránsito vehicular -camino costero
D
C
COM
Salida de pluviales
D
C
COM
Descarga de cloacales
D
C
COM
Basureros clandestinos
ND
C
COM
Monumentos
ND
C
COM
Centros educación e investigación
ND
C
COM
CRITERIOS DE CLASIFICACIÓN
DE ACTIVIDADES HUMANAS
Extractivas,
primarias y básicas
Ocio y Turismo
Construcciones para habitación
Urbano -residencial
Fuente: Elaboración propia, modificada de Monti, Garcia, Raimondo 2006
De la tabla 1 se puede concluir que ninguna de las dos playas tiene la condición ideal
de usos costeros, ya todos los usos son competitivos (100%), mientras que los costeros
dependientes alcanzan un 69,2 % y los no dependientes, a un 30,8%. Los usos costeros
consuntivos son mayoría, alcanzando un 76,9%, en tanto que los no consuntivos totalizan
un 23,1%, lo que pone de manifiesto la no degradación de estos recursos por los usos
costeros imperantes.
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Las razones de esta situación se explican seguidamente. Barragán Muñoz (2003)
sostiene que el litoral asume unas funciones específicas cuando es un espacio que
conserva sus características naturales. Éstas son las que deben predominar a la hora de
valorar su trascendencia ambiental y socioeconómica. Proteger un espacio no implica,
forzosamente, la exclusividad de este uso, ya que a menos que se haga referencia a un tipo
de protección muy estricta, es posible encontrar otros usos o actividades económicas que se
desarrollan en el mismo espacio físico. La relación entre objetos de protección y criterios de
selección de estos espacios se muestra evidente ya que, de esta manera, se imbrican
ciertas variables o criterios como: sociales (recreo, investigación, seguridad, patrimonio),
económicos (explotación de recursos, calidad medio/actividades), ecológicos (biodiversidad,
conservación, representación, vulnerabilidad), regionales y pragmáticos.
Cabe destacar que en el espacio litoral costero marplatense, se manifiestan algunos
de estos criterios. Desde el punto de vista de los aspectos sociales y económicos, el
carácter balneario de Mar del Plata facilita el desarrollo de diversas actividades relacionadas
con el esparcimiento y el recreo. Si esto es llevado a una escala menor, el área estudiada
resulta esencial para este tipo de actividades, ya que son visitadas por residentes y turistas
durante la mayor parte del año. Las playas Danilo y Sun Rider actúan como un polo
atrayente de una clase particular de turismo. Si bien todavía no se encuentran obras de
infraestructura balnearia para aumentar y promover un mayor interés al espacio en cuestión,
son varios los intentos por parte de diversos actores para poder plasmar sus intereses en
este espacio costero.
Al considerar el litoral como espacio de asentamientos humanos, se observa que el
proceso urbanizador tiene una enorme trascendencia: de forma directa cambia los patrones
de usos del suelo haciendo desaparecer los hábitats y paisajes naturales. De manera
indirecta, produce efectos secundarios o colaterales: favorece la construcción de todo tipo
de infraestructuras y equipamientos, se generaliza la aparición de basuras, vertidos, ruidos y
una amplia gama de residuos procedentes de las múltiples actividades humanas. Uno de los
efectos más llamativos es provocado por la construcción de viviendas al borde de la zona
costera. Este modelo de doblamiento supone un incremento muy notable en las tasas de
erosión en ambientes de acumulación arenosa. Al mismo tiempo esos mismos edificios
sufren los riesgos derivados de la amenaza que suponen ciertos fenómenos naturales de
tipo violento. La homogeneización del paisaje que supone el hecho urbanizador suele
saldarse con otra amenaza: la desaparición de hábitats y especies propias de las áreas
costeras (Barragán Muñoz, 2003).
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Esto se materializa en Mar del Plata, donde se puede observar como la presión de la
urbanización sobre la línea de costa es cada vez más intensa. En la actualidad existe un
continuo crecimiento de la expansión de la construcción de viviendas y sobre todo edificios
sobre la zona costera. En la zona norte, donde se encuentran las playas en cuestión, se ha
generado en los últimos cinco años una creciente demanda de tierras en la zona, que hace
que el área urbanizada se aproxime al Parque Camet.
A raíz de este crecimiento hubo un aumento en los valores inmobiliarios de las tierras
y viviendas, la mayoría de las cuales fueron adquiridas por personas que residen en Mar del
Plata, lo cual fomentó la expansión del barrio Zacagnini (figura 5). Esto principalmente, se
debió a que el barrio Constitución se quedó sin tierras, lo cual llevó a que los residentes
comenzaran a fijarse en el barrio Zacagnini como una segunda opción. (Entrevista realizada
a Carlos Pérez, dueño de inmobiliaria Marino – Pérez, uno de los actores del área).
Figura 3. Mapa de los barrios aledaños al área de estudio
Fuente:http://www.todomardelplata.com/planosmapas. Fecha de consulta: 15/11/2009
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Por otra parte, si se considera el litoral como espacio soporte de instalaciones e
infraestructura, debe tenerse en cuenta que las infraestructuras son elementos físicos
construidos para dar respuesta a las necesidades sociales concretas. Por instalaciones se
entiende todo aquel equipamiento que permite un servicio determinado de transporte (torres
de energía eléctrica, cables de teleinformación), de señalización (faros, boyas), de control
(torres de control de tráfico marítimo), etc.
Dado que el espacio litoral es un área donde la concentración humana y de sus
actividades se hace patente, es fácilmente comprensible que también se concentren de
manera significativa las infraestructuras y todo tipo de instalaciones costeras. Según
Barragán Muñoz (2003), la condición de fragilidad del área litoral, internalizará diferentes
impactos. El análisis de éstos aconseja diferenciar dos etapas: a) la construcción de la
infraestructura y b) su explotación o funcionamiento cotidiano. Usualmente el impacto está
asociado a una gran transformación de las condiciones topográficas o hidrográficas
precedentes. Dragados, rellenos, desmontes, movimientos de tierras, construcción de
terraplenes u otro tipo de barreras físicas constituyen la causa directa de la fragmentación,
aislamiento o eliminación de hábitats, cambios en la turbidez o en la dirección de los flujos
de las áreas costeras, por alteración de los patrones de la dinámica sedimentaria.
Como se ha mencionado con antelación, a raíz del emplazamiento del puerto de Mar
del Plata al sur de la ciudad, se originaron distintas problemáticas relacionadas con la
dinámica litoral (corriente de deriva) propiciando problemas de erosión costera al centro y
norte de la ciudad y a su vez, causando diversos inconvenientes en la boca de entrada al
puerto debido que, la corriente de deriva litoral al toparse con una barrera antrópica, como
es la escollera sur, deposita arena y sedimentos en este sector del puerto. Es por ello que
debe dragarse el acceso al puerto. De este modo, se alteran los patrones de la dinámica
sedimentaria que ha afectado desde la década del ´50 hasta la actualidad a la zona norte,
incluyendo las playas de la unidad de estudio. Debido a la problemática de erosión, se ha
llevado a cabo la construcción de defensas costeras para aliviar la embestida del mar y
“proteger” los acantilados.
También puede considerarse el litoral como espacio emisor/receptor de vertidos,
porque la huella del ser humano se encuentra en todos los mares y océanos. Los factores
antrópicos como la concentración de población y sus actividades unidos a otros de carácter
natural (evacuación por gravedad a partir de cauces fluviales, escasa remoción de aguas
profundas) explican que los perniciosos efectos del presente modelo de ocupación y
explotación se extienden a todas las riberas marinas y bordes costeros del mundo, con la
consiguiente degradación de gran parte de los hábitats naturales que necesitan del medio
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acuático por eutrofia, toxicidad, presencia de elementos patógenos, etc., que amenazan la
salud humana de forma directa o indirecta.
El paisaje y los recursos naturales pueden verse asimismo muy degradados por
derrames de petróleo o combustibles, acumulación de basuras, escombros y aguas fecales
sin depurar. La ciudad de Mar del Plata, tiene graves problemas de contaminación de sus
aguas. Por un lado, no posee un adecuado tratamiento en la planta de tratamiento de
efluentes cloacales. La contaminación originada por esta planta de vertidos cloacales junto
con los pluviales que vuelcan sus aguas hacia las playas, dan lugar a una multiplicidad de
enfermedades que radican en el agua. Cabe destacar que la pluma de contaminación en
ocasiones
favorable
de
dirección
de
viento,
puede
extenderse
hasta
18
km,
aproximadamente desde Camet hasta la playa Bristol (Pérez Guzzi, 2006).
Por otro lado, la defensa en el espacio litoral implica actuaciones tan diferentes como el
levantamiento de un dique, el relleno de una zona húmeda o la construcción de una base
naval militar, que tienen algo en común: la defensa de algo o alguien. El litoral soporta
intervenciones humanas, generalmente en forma de obras públicas, que pueden agruparse
de la siguiente manera: a) con objeto de defender las zonas habitadas o determinadas
formas y paisajes costeros de interés (playas, acantilados, canales de navegación con
suficiente calado, etc.) de la acción del ser humano o de las inundaciones y tempestades; b)
con objeto de defender las zonas costeras de las hostilidades de otras sociedades armadas;
c) con objeto de defender la salud humana del supuesto carácter pandémico de ciertos
ecosistemas (manglares, lagunas, marismas) (Barragán Muñoz, 2003)
En este sentido, lo trascendental para el sector estudiado es tener en cuenta una de las
opciones que propone este último autor, como es la defensa del espacio litoral, aplicado a la
protección de las zonas habitadas o determinada formas y paisajes costeros de interés, los
cuales se hallan representados por playas y acantilados para el área de estudio. La
protección del área costera donde se ha emplazó la escollera en “L”, ha beneficiado a la
playa Sun Rider, en detrimento de la playa Danilo debido a que la primera se vio favorecida
por una amplia acumulación de arena, mientras que en la segunda se suceden y acentúan
procesos erosivos.
Como expresa Sorensen et al., (1992) los usos costeros son inherentes al manejo de
los recursos de la costa para la ejecución de diversos propósitos. Estos recursos costeros
serán manipulados por diferentes actores sociales que operan en el espacio geográfico, tal
como se analiza seguidamente.
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3. Actores involucrados
Un actor puede ser un individuo, una red de sociabilidad, un grupo, un colectivo o
una sociedad. Todos estos tipos se imbrican: un individuo puede actuar en función de su
especificidad idiosincrática, pero también como representante de diversos grupos o de su
sociedad. Estas pertenencias múltiples también definen, de modo fundamental, su
especificidad o de modo más preciso, su identidad social (Jiménez, 2009).
En el área de estudio, interactúan algunos actores sociales que tienen fuerte vínculos
de diversa índole, inclusive sentimental, con el espacio en cuestión. Ellos son:
a) Los usuarios de las playas conformados por los bañistas, surfistas, kayakistas y
pescadores. La mayoría proviene de los barrios vecinos.
b) Los Gobiernos municipal y provincial: representados por la Municipalidad de Gral.
Pueyrredón y Gobernación de la provincia de Buenos Aires, encargados de
implementar las políticas, concesiones y/o legislación sobre esta porción del litoral
norte marplatense
c) El Club de Surf “Sun Rider”, el cual funciona en la playa homónima desde 1993. Su
actividad en sí como club, no mantiene una fuerte presencia en el lugar, ya que no
cuentan con una sede física.
d) La Sociedad de Fomento Barrio Zacagnini actúa como una organización de la
sociedad civil y sin fines de lucro, que realiza actividades en busca del bien común.
Aunque cabe destacar a partir de entrevistas realizadas a vecinos, esta sociedad de
fomento no interactúa demasiado con la comunidad que representa, no teniendo un
vínculo con los actores de las playas tampoco, ya que cualquier duda o inquietud que
los mismo posean, nunca han tenido respuesta por parte de la sociedad de fomento.
e) Mutual de Empleados Municipales: concesionario de playa Estrada y de sus vecinas,
Sun Rider y Danilo desde hace cinco años. Su idea es realizar una extensión en
infraestructura del balneario hacia playa “Sun Rider” para poder obtener un mayor
beneficio económico del recurso costero (Entrevista realizada a Antonio Praiesse,
administrador del balneario “Estrada”).
f) Guardavidas: las playas en cuestión poseen diez guardavidas para la época estival,
repartidos de manera proporcional para cada una de ellas.
Estos actores sociales comparten el mismo espacio y cada uno representa sus
necesidades e intereses con respecto al lugar. Es por ello que a partir de la interacción de
los mismos, a veces, surgen conflictos entre ellos o incluso algunas incompatibilidades de
usos relacionadas con las amenazas que poseen las playas en cuestión como la erosión y la
contaminación y con las actividades que dichos actores representan en esta porción del
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litoral. La tabla 1 propuesta con anterioridad reafirma aquellos usos que se plasman en el
espacio costero donde absolutamente todos compiten por el mismo espacio propiciando una
situación desfavorable.
4. Conflictos e incompatibilidades de usos costeros
“La multiplicidad de usos que el hombre hace de la costa es la causa de que se
produzcan incompatibilidades, produciendo conflictos entre los usos y los usuarios. Por
ejemplo la cría de organismos marinos o la recogida de animales del medio natural para el
consumo humano, resulta incompatible con la eliminación de aguas usadas en la zona. La
toma de arena de las playas para su uso en la construcción es incompatible con el baño y el
recreo, para los que se necesitan playas tranquilas con una buena cantidad de arena
dispuesta en una inclinación suave hacia el mar” (Moreno Castillo, 2005:2)
Las incompatibilidades para Barragán Muñoz (2003) se circunscriben en aquellas
actividades que no pueden darse juntas, por razones de competencia.
Según Jiménez (2009) los conflictos costeros se producen por:
Incompatibilidad de usos en la zona costera. Se produce cuando en una zona
costera existen varios usos que compiten entre sí por el mismo espacio. El
conflicto aparece cuando:
a. algún uso ocupa totalmente el espacio;
b. utiliza totalmente el recurso o lo agota de tal manera que quede dañado para
los otros usos;
c. el uso genera una degradación de la zona costera en términos absolutos (no
sólo considerando otros usos).
La principal incompatibilidad que se manifiesta en la unidad de estudio es la
diversidad de usos que ambas playas soportan, debido que se practican disímiles deportes
todo el año, incrementando la participación de los mismos durante la temporada estival.
Actividades náuticas como el surf, kayakismo, kitesurf y la pesca deportiva son algunos de
los usos que priman en el sector, ocasionando roces entre los actores que los practican, ya
que cada individuo o grupo busca aprovechar las zonas de rompiente y las mejores olas
para su beneficio y disfrute. No obstante, todos ellos también entran en conflicto con los
bañistas, que buscan disfrutar del mar, pero se encuentran “invadidos” por actividades de
todo tipo.
El uso de las olas como fin recreativo es sumamente valorado por turistas y vecinos
de los barrios aledaños al sector. Este recurso ha incentivado la participación de surfistas
locales en campeonatos nacionales e internacionales.
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Otra incompatibilidad palpable se encuentra relacionada entre la actividad recreativa
y/o deportiva con la de receptora de efluentes urbanos, que generan contaminación. Así,
resultaría conveniente realizar una actividad como la pesca sabiendo el grado de
contaminación del agua. No obstante, se puede observar que, en ocasiones, las lanchas
amarillas de pesca costera, llegan cerca de las playas estudiadas así como también en las
inmediaciones de la planta de pretratamiento de efluentes, ahora restringido por la
construcción del emisario submarino. Según Luis Villalba, pescador entrevistado, estos
pequeños barcos siguen el cardumen que, en ocasiones, se ha posicionado muy cerca de la
planta de efluentes. También se realiza pesca artesanal y/o deportiva, tanto en la escollera
de Sun Rider como en la zona de Camet, lo que resulta una situación de riesgo sanitario
para la población que consuma esos productos.
Conflicto o superposición de intereses. En ellos, se basa la lógica de acciones
contrapuestas. Para Jiménez (2009) este tipo de conflictos se manifiestan entre
el sistema natural y las actividades humanas. Generalmente, se produce
siempre que se encuentren ambos en el mismo espacio. La resolución de
conflictos costeros requiere que la gestión de costas sea muchas veces gestión
de la gente. Es por ello, que el autor los divide en:
a. Administración municipal: declaración de suelo urbanizable, permisos de
construcción, etc.
b. Beneficio económico (población, cobro de impuestos, etc.)
c. Administración supramunicipal (central y/o autonómica – federal y/o estadual-):
protección de la zona costera, gestión territorial a gran escala.
El Artículo nº 124 de la Constitución Nacional establece que “…Corresponde a las
provincias el dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio.” Según
el artículo citado, los recursos naturales existentes en las playas pertenecen al dominio
provincial. Desde la línea de pie de médano o acantilado hacia tierra adentro, la normativa
provincial ha delimitado franjas que han ido ampliando el dominio público de la franja
costera.
Pero, la sanción de las leyes y decretos en tal sentido, ha sido posterior a la
urbanización costera de la mayoría de las ciudades y poblados de la costa bonaerense, por
lo que en la actualidad se aplicarían a la ampliación de los mismos y como pautas de
creación de nuevos asentamientos. El decreto-ley nº 8.912 de ordenamiento territorial y uso
del suelo de la provincia de Buenos Aires, sancionado en 1977 y modificado en 1983,
establece la ampliación del dominio público provincial cien metros más allá de las playas,
explicitando que, al crear o ampliarse núcleos urbanos costeros deberá delimitarse una
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franja de cien metros de ancho, desde la línea de pie de médano o de acantilado y que será
cedida gratuitamente a la provincia y destinada a usos complementarios al de la playa.
Luego, en el año 1999 se promulgó el Código de Aguas Ley nº 12.257 que adicionó
50 metros más a la franja de dominio público provincial. Prohibió el loteo y la edificación en
una franja de 150 m aledaña borde costero y la edificación sobre los médanos que lleguen
hasta el mar.
Finalmente, en 2006 se sancionó el Decreto Provincial nº 3.202 que estableció los
presupuestos mínimos para la expansión o creación de núcleos urbanos costeros. El mismo
señala que, para la aprobación de ampliaciones de áreas urbanas, el municipio deberá
definir una franja de protección de la costa a partir de la línea de pie de médano o borde del
acantilado que, en ningún caso podrá tener un ancho menor a los 250 m como límite a las
ampliaciones de áreas urbanas y de 300 m en el caso de nuevos núcleos urbanos (artículo
7). El decreto dictamina que los municipios marítimos comprendidos entre Punta Rasa y
Punta Alta podrán adherirse al mismo por ordenanza municipal. De los partidos costeros
bonaerenses, sólo Pinamar y Gral. Pueyrredón aún no lo han suscripto. (Procostas, 2009)
La integración de la administración provincial y municipal para la explotación turística
de la costa bonaerense ha sido ventajosa para algunos sectores que han concentrado el
capital durante todos estos años, donde en ocasiones el Estado municipal ha tenido que
hacerse cargo de deudas que dichos actores privados no pueden afrontar, declarándose
insolventes. Los permisos de concesión o licitación de playas, del ámbito público al privado
por parte del Partido de Gral. Pueyrredón fueron el as bajo la manga de estos grupos que,
en sintonía con la administración provincial, han logrado complementarse para negociar
obras de defensa costera y así beneficiarse para obtener una mayor extensión de playa y
apoderarse de una renta superior.
Insuficiente (o falta de) participación pública. Se produce cuando la población
no toma parte (o ni siquiera es informada) en el proceso de la toma de
decisiones. El conflicto aparece debido a que:
a. al tratarse de la gestión/planificación de una zona de dominio público cualquier
acción que se realice afectará potencialmente a la población;
b. si no se informa adecuadamente (mínimo) o se incorpora su opinión (ideal)
surgirán conflictos bien a nivel global bien a nivel de grupos representativos.
La falta de información sobre la acción y/o función que ejercen las estructuras de
rocas dispuestas es visiblemente perceptible en la población. A menudo, los diferentes
grupos sociales exhortan a las autoridades locales y provinciales que destinen mayores
recursos para la construcción de obras de defensa costera, sin tener en cuenta el enorme
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daño ecológico que las mismas generan y generará en un futuro no muy lejano. Como se ha
mencionado a lo largo de este trabajo, las escolleras ocasionan una mayor erosión en las
playas que se encuentren al norte de las mismas y a su vez, un incremento de la
contaminación debido a que estas obras impiden la renovación de las aguas costeras,
atrayendo y estancando basura proveniente de las actividades que las personas realizan en
la escollera, junto con los residuos procedentes de los desagües pluviales y de los efluentes
vertidos por la planta de Camet.
Los problemas ya son palpables en la población residente. En general los usuarios
de las playas “Danilo” y “Sun Rider” son vecinos de barrios aledaños. En base a entrevistas
realizadas a un pequeño grupo de vecinos, se llegó a la conclusión que la obra de defensa
costera ha sido perjudicial para la mayoría de los usuarios. Los surfistas son ejemplo de ello,
debido que la pronunciación de la punta de la escollera mira hacia el sur y eso impide la
formación de olas “como las que había antes”. Otros de los grupos desfavorecidos han sido
los bañistas, ya que las corrientes de rip junto con los afloramientos rocosos entre la zona
de rompiente y la orilla, son sumamente peligrosas para el baño.
Mal (o no) uso del conocimiento. Se produce cuando se hace un mal uso (o no
se hace uso) o interpretación del conocimiento / información científico/técnica
en el proceso de toma de decisiones. La no consideración de dicho
conocimiento hace que el sistema reaccione de forma adversa, cuando hubiese
sido fácilmente evitable. El proceso de toma de decisiones en política de
manejo costero en el litoral bonaerense sólo ha traído aparejado un mayor
retroceso en temas relacionados con la sustentabilidad en la agenda ambiental
y que hoy en día, es una cuenta pendiente que tienen las autoridades locales y
provinciales con la comunidad.
Existen nuevas tecnologías por ejemplo, que sólo “levantan” unos metros el fondo
marino mar adentro, generando una rompiente lejos de la costa, “modelando” la ola para uso
recreativo y protegiendo a la playa de la erosión (Black y Mead, 2000). Si bien esta podría
ser una posible solución a los problemas de erosión en el espacio costero marplatense, es
una alternativa que todavía no ha sido implementada en el país.
Discusión
Los resultados sostienen que en la actualidad las playas Danilo y Sun Rider, se
encuentran afectadas por la contaminación de las aguas costeras y por la erosión. Las
continuas intervenciones por parte del gobierno provincial para paliar y disminuir los
procesos erosivos en el sector, no han sido efectivas. Todo lo contrario, la erosión siguió
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agudizándose en aquellas playas y especialmente en Danilo, donde la escollera promueve
el proceso erosivo. A esto se le suma, la no planificación y la ordenación de la costa donde
no se tiene en cuenta la correcta administración de los recursos y su preservación. En este
sentido, actualmente se está construyendo el emisario submarino el cual transportará los
residuos domiciliarios hasta una distancia de 3km aproximadamente, pero sin pretratamiento
previo. Aunque las autoridades de Obras Sanitarias Sociedad del Estado (OSSE) sostienen
que los puertos ubicados en el tramo difusor permiten que cada parte del líquido cloacal se
contacte con cien partes de agua de mar, logrando así una dilución de 1/100.
Como se ha mencionado con anterioridad, la falta de políticas públicas orientadas al
manejo de la costa ha contribuido a incrementar las incompatibilidades de los usos costeros
como por ejemplo el baño o pesca destinada a la alimentación humana con el vertido de
aguas residuales o la ocupación masiva de playas con un problema ambiental como es la
erosión, la presencia de vehículos en la playa, produciendo un deterioro con el uso de los
mismos para fines lúdicos, etc. En este sentido, las incompatibilidades pueden ser más
grandes y excluyentes cuanto mayor sea la intensidad de cada uno de los usos.
En lo que respecta a los usos costeros, lo analizado hasta el momento indica que
todos los usos son competitivos destacándose con un mayor porcentaje los costeros
dependientes es decir, aquellos usos o actividades que se pueden llevar a cabo en la línea
de costa como por ejemplo los que se mencionan en la tabla 1: Cultura de sol y playas,
paseos costaneros peatonales, acceso peatonal a la playa, mirador – estacionamiento
vehicular, navegación deportiva, tránsito vehicular – camino costero, salida de pluviales y
descarga de cloacales. En este sentido cabe destacar que uno de los usos no consecutivos:
construcción por habitación, utiliza el recurso sin perjudicarlo pero durante los últimos años
las construcciones de vivienda en los barrios aledaños a las playas estudiadas, se han
incrementado. Esto ha generado que mayor cantidad de personas concurran a las playas
Danilo y Sun Rider.
Otro punto destacado es la interacción de los actores y su función social en el
espacio litoral. Por consiguiente, es necesario destacar el rol que posee cada uno de ellos
junto con las actividades que desarrollan. Es preciso contar con los actores ya que es
importante para conocer su opinión sobre la percepción que poseen sobre las distintas
problemáticas del lugar y además para poder explicarles e informarles de las medidas que
se pueden tomar con respecto a las mismas. Las entrevistas realizadas a algunos de ellos
recopilaron información muy valiosa para la compresión y el análisis de las playas,
principalmente relacionadas a la expansión inmobiliaria en la zona y las consecuencias
sobre la construcción de la escollera en “L”, es decir cuáles problemáticas y beneficios
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percibían ellos con respecto al aumento de superficie de arena en playa Sun Rider, y que
consecuencias negativas podían observar en playa Danilo.
Los principales conflictos costeros que se manifiestan en el sector están relacionados
con los roces por el goce de los recursos, en este caso el mar. Los surfistas, los kayakistas y
los pescadores ya que ellos compiten por el mismo recurso. Es importante destacar la
superposición de intereses donde la administración municipal y supramunicipal están en
connivencia con respecto al beneficio económico. En este caso, algunos actores como los
concesionarios solicitan que el gobierno provincial lleve a cabo obras de defensa y así poder
seguir explotando los recursos costeros. La idea de extender el balneario Estrada a Sun
Rider no es una utopía por lo tanto, hay una necesidad imperante de poder extraer cualquier
tipo de beneficio económico sin importar las consecuencias que esto puede traer al sector.
De alguna manera la falta de conocimiento sobre este problema acrecienta a su vez la
ausencia de participación de los usuarios de las playas en la toma de decisiones y en
generar nuevas propuestas o reclamos a las autoridades correspondientes. La idea sobre la
implementación de nuevas tecnologías beneficiaría a disminuir los problemas ambientales
de las zonas costeras y como se menciona con anterioridad, la no consideración de dicho
conocimiento hace que el sistema reaccione de forma adversa, cuando hubiese sido
fácilmente evitable.
Propuestas de gestión para el área de estudio
La información amplía las oportunidades de todos los integrantes de la comunidad. Es
a la vez, un bien esencial y un medio muy importante para transferir poder a los habitantes
urbanos, para que puedan decidir y actuar en las situaciones riesgosas (García, 2001).
Detectar, localizar y analizar los problemas ambientales ha sido la tarea principal a lo
largo de este trabajo. Organizar un conjunto de medidas que eviten la ocurrencia del peligro
o bien reducir al máximo sus efectos, pasa a ser el objetivo final de este estudio. A partir de
la observación “in situ” se ha podido percibir que las principales problemáticas de las playas
estudiadas se encuentran ligadas a la erosión costera y paradójicamente, a las soluciones
brindadas por parte de las autoridades provinciales con respecto a dicho problema.
El proceso de gestión del área de estudio debe orientarse a la realización de un
proceso de prevención que pase por las siguientes vertientes:
Reducir o frenar el proceso erosivo. Tal como se ha manifestado en
reiteradas oportunidades, la erosión continúa acrecentando la desaparición de arena en la
playa Danilo, impactando no solo sobre la base del acantilado sino también, erradicando
arena en el fondo marino, desde la orilla hasta la zona de rompiente, donde a diferencia de
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años anteriores se puede observar afloramientos rocosos en periodos de bajamar. También
la erosión genera procesos de desmoronamiento del acantilado en playa Danilo y el
aumento de las corrientes de rip en playa Sun Rider.
Para revertir o desacelerar este proceso, conviene implementar algunas
técnicas de protección costera blandas, que contribuya a la retención del sedimento contra
el acantilado y con ello, el incremento progresivo de la superficie de arena y la protección
natural del acantilado. Por otro lado, prohibir cualquier nueva intervención sobre el
acantilado (accesos, escaleras, desagües, movimientos de tierra, servicios turísticos),
insistiendo en la estabilización del mismo mediante cobertura vegetal apropiada.
Minimizar el impacto de la presencia de la escollera en “L”, ya que constituye
una amenaza para la actividad local y turística ya que no sólo coadyuva al proceso erosivo,
sino que también aporta nuevos elementos riesgosos (rocas de gran tamaño en el lugar),
que pueden lastimar a grandes y chicos mientras realizan sus caminatas y otras actividades
en la playa. El peligro que se genere puede ser natural, inducida o antrópico o tecnológico.
Relacionado en las playas de la unidad de estudio la erosión natural está dada por la
erosión eólica, mientras que la inducida o antrópica y la tecnológica es inherente a la
presencia de estructuras de roca y cemento en la playa, tales como las escolleras y las
escaleras donde se destruyó parte del acantilado para la construcción de las mismas.
Asimismo, su presencia contribuye a disminuir la renovabilidad del agua de mar, al interferir
con la energía del oleaje que llega a la playa.
Algunas de las estrategias para minimizar este impacto, pueden orientarse hacia la
prevención mediante cartelería informativa, de los peligros que puede afrontar el usuario del
sector costero analizado.
Incentivar nuevas políticas públicas que apunten a la educación y la
prevención ciudadana, para evitar enfermedades infectocontagiosas durante la temporada
de verano, ocasionadas por la contaminación de las aguas costeras por parte de la planta
de efluentes cloacales y los pluviales que vuelcan sus residuos a la playa (Pérez Guzzi,
2006).
En primer término, debe apuntarse a la clausura de conexiones cloacales y cualquier
otro vertido clandestino en los desagües pluviales que lleguen al mar. Asimismo, procurar
formar a la comunidad sobre la necesidad de preservar la calidad ambiental de las playas,
no sólo para el aprovechamiento turístico de las mismas, sino para preservar la salud de la
población que utiliza las mismas para recreación y esparcimiento.
Una medida complementaria, ya en marcha, es la construcción del emisario
submarino, cuya finalización se prevé en el año 2012, que beneficiará al sector costero del
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área y también del resto de la ciudad y municipios vecinos si también se construye una plata
depuradora. En el futuro, la implementación de indicadores de calidad ambiental y de
servicios en playas sería de gran utilidad.
Buscar consensos entre los actores sociales del área, para mejorar la
articulación y entre los mismos y evitar la generación de conflictos e incompatibilidades entre
sus racionalidades e intereses sobre los recursos costeros existentes. El interés de un actor
costero no debe predominar sobre el interés de la comunidad,
como tampoco deben
privilegiarse intereses económicos por sobre los demás.
La estrategia más viable pasa por la organización de los actores involucrados,
especialmente concesionarios y funcionarios gubernamentales, a fin de buscar nuevas
alternativas de uso del espacio costero más amigable con el ambiente, como una manera de
avanzar en una gestión responsable del área litoral.
Propiciar la participación de la comunidad; en la resolución de los problemas
que los afectan. El ambiente (y por ende, el ambiente costero) es un bien colectivo e
indivisible, su uso es de toda la comunidad y al mismo tiempo, ya que no es un bien
suntuario ni a nadie se podrá excluir. El uso sostenible es el fin último y su carácter de
patrimonio común, obliga a que su administración también sea horizontal y común, a través
de diversos procedimientos: cogestión, consulta, libre información al público, audiencias
públicas, trámites de declaración de impacto ambiental, etc., resaltando su carácter espacial,
donde participan todos los habitantes de un determinado lugar y también temporal, es decir,
todos los habitantes hoy y en el futuro (Esaín; 2000; García, 2006).
Una propuesta en tal sentido, pasa por el ejercicio de participación comunitaria en las
decisiones tendientes a disminuir su vulnerabilidad y exposición a riesgos, ya sea a través
de diversas estrategias implementadas desde la gestión municipal o desde las propias
organizaciones barriales, como las sociedades de fomento, clubes y o las escuelas. La
integración del conocimiento con la acción en esta cuestión es clave. En dicha integración,
son fundamentales las habilidades políticas y comunicativas de los gestores y educadores;
de allí la necesidad de mayor preparación para la negociación, estrategia y habilidades en la
comunicación y un claro marco de referencia para sus actividades con la comunidad.
Conclusiones
A raíz de la actividad humana que se plasma en dicho espacio geográfico ha surgido
el aprovechamiento de los recursos costeros junto con sus diversos usos, así como también,
diferentes incompatibilidades entre los que allí actúan. Los conflictos e incompatibilidades,
principalmente nacen como consecuencia de las relaciones sociales entre actores. La
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actividad de algunos y la pasividad de otros ha contribuido a incrementar y agudizar las
complejidades en ambas playas, favoreciendo a aquellos que esconden su interés detrás de
un “política ambiental” como incentivar las obras de defensa costera con tecnología “dura”
en detrimento de aquellos actores que desean utilizar el recurso costero para su goce y
disfrute.
Las posibles soluciones a las cuales se concluye, oscilan principalmente en brindar
respuestas a las problemáticas ambientales como la contaminación y la erosión costera, las
cuales actúan en este espacio geográfico como las principales promotoras de conflictos
entre actores sociales e incompatibilidad de usos. A partir de políticas de manejo costero
integrado, dichas soluciones podrían implementarse globalmente y no de forma sectorial. De
esta forma, plantear la concreción del emisario submarino junto con una planta de
pretratamiento, y “disminuir” la erosión de las playas del norte a través de la implementación
de tecnologías “duras”, es solo una solución parcial y no definitiva al gran problema
ambiental que padece gran parte de la costa de la ciudad. A esto debería sumarse qué se
hará con los desagües pluviales y las conexiones cloacales clandestinas que desembocan
en las playas. Para ello, es fundamental llevar a cabo una correcta gestión de los recursos
costeros y así mejorar la calidad de vida de las comunidades que dependen de estos
recursos, manteniendo a su vez la diversidad y productividad biológica de esos ecosistemas.
Si bien, los conflictos y usos costeros serán parte del paisaje, una adecuada gestión del
espacio litoral, propiciaría una disminución
de estos conflictos, y así poder generar un
espacio más armónico donde alguno de los recursos no quede relegado o depredado por
completo. La participación de un Estado activo (que tome decisiones de forma ordenada y
definitiva en relación a las problemáticas ambientales) y de la sociedad son piezas claves
para el desarrollo de un manejo apropiado.
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