depositaría judicial del deudor hipotecario. es válida su renuncia

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184150. I.3o.C.410 C. Tribunales Colegiados de Circuito. Novena Época. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo XVII, Junio de 2003, Pág. 971.
DEPOSITARÍA JUDICIAL DEL DEUDOR HIPOTECARIO. ES VÁLIDA SU RENUNCIA
EFECTUADA ANTES DE INICIADO EL JUICIO ESPECIAL HIPOTECARIO (CÓDIGO
DE PROCEDIMIENTOS CIVILES PARA EL DISTRITO FEDERAL). La depositaría
judicial del deudor hipotecario, según lo dispuesto en el artículo 481 del Código de
Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, se constituye a partir del emplazamiento al
juicio especial hipotecario y entraña tanto una obligación procesal, pues surge para tener
vigencia durante el procedimiento, como un derecho sustantivo, siendo éste el de habitar o
poseer el predio gravado, aunque de manera derivada, mientras se sustancia el propio
procedimiento. A pesar de lo cual es válida su declinación o renuncia, porque en cuanto
derecho sustantivo es factible dado que sólo afecta el interés privado del deudor hipotecario,
porque éste es el único interesado en mantener la posesión del inmueble, además de que la
depositaría no es condición para la sustanciación del procedimiento, ni impide el ejercicio de
los derechos procesales de las partes; no lesiona derechos de terceros, ni afecta el interés
público, habida cuenta que sólo involucra cuestiones patrimoniales que inciden o impactan
únicamente en la esfera jurídica del acreedor y el deudor, y los Códigos Civil y de
Procedimientos Civiles, ambos para el Distrito Federal, no prohíben esa renuncia, pues no
otorgan al referido precepto y, consecuentemente, a la depositaría, el carácter de orden
público e irrenunciable, estableciendo que necesariamente el deudor tenga que afrontar ese
cargo, sino que, por lo contrario, en el artículo 482 del citado ordenamiento adjetivo se prevé
que puede rechazar el cargo de depositario y, por tanto, renunciar al derecho de posesión,
estableciendo entonces de manera implícita que el rechazo de la obligación de que se trata y
la renuncia al derecho de posesión no afecta un interés público, porque de ser así el legislador
no habría previsto en el referido precepto esa posibilidad de renuncia. Además, no obstante
que el ejercicio de esa depositaría surge a partir del emplazamiento al juicio especial
hipotecario, es válida la renuncia realizada ante notario público o autoridad competente, o en
medio fehaciente al constituirse la hipoteca, o en otro momento anterior a la promoción del
juicio relativo, porque si bien recae sobre un derecho u obligación que en ese momento no se
tiene, es susceptible de llegar a tenerse, y conforme a lo dispuesto en el artículo 1826 del
Código Civil para el Distrito Federal, a condición solamente de ser posible, las cosas futuras
pueden ser objeto de un contrato, siempre que no se trate de la herencia de una persona viva,
aun cuando ésta preste su consentimiento, como lo prevé dicho precepto legal, o que no sea
de una donación de bienes futuros, por prohibirlo el artículo 2333 del mismo ordenamiento
sustantivo. Asimismo, con la renuncia de mérito no se contraría lo dispuesto en los artículos
6o. y 7o. del citado ordenamiento sustantivo, dado que formulada en forma clara, sólo incide
en un derecho privado, como lo es el del deudor hipotecario a la posesión del inmueble
hipotecado a título de depositario, y no afecta derechos de terceros o el interés público,
porque involucra cuestiones patrimoniales que inciden o impactan únicamente en la esfera
jurídica del acreedor y del deudor; además de que no paraliza, modifica o impide la
prosecución del proceso, y el Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal no
establece expresamente que la depositaría sea de orden público, sino que, como antes se
puntualizó, en su artículo 482 admite la posibilidad de que el deudor decline esa
responsabilidad y, consecuentemente, renuncie al derecho de posesión, lo que implica que a
ese derecho u obligación procesal no se le da el carácter de norma de orden público.
Establecer la irrenunciabilidad de esa obligación y derecho implicaría desconocer la
naturaleza de las obligaciones condicionales, soslayando que la existencia o resolución de un
contrato puede sujetarse a la realización de un evento posterior al acto, es decir, a una
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184150. I.3o.C.410 C. Tribunales Colegiados de Circuito. Novena Época. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo XVII, Junio de 2003, Pág. 971.
condición suspensiva o resolutoria ampliamente utilizadas en la práctica; todo lo que se
corrobora con lo establecido en el artículo 2209 del mencionado código sustantivo, en cuanto
a que cualquiera puede renunciar a su derecho y remitir, en todo o en parte, las prestaciones
que le son debidas, excepto en aquellos casos en que la ley lo prohíba.
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.
Amparo en revisión 1543/2003. 20 de marzo de 2003. Unanimidad de votos. Ponente:
Armando Cortés Galván. Secretario: José Álvaro Vargas Ornelas.
Nota: Esta tesis contendió en la contradicción 161/2003-PS resuelta por la Primera Sala, de la
que derivó la tesis 1a./J. 60/2004, que aparece publicada en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XX, agosto de 2004, página 98, con el rubro:
"HIPOTECA, CONTRATO DE. LA CLÁUSULA EN QUE LOS DEUDORES
RENUNCIAN A LA OBLIGACIÓN IMPUESTA POR EL ARTÍCULO 481 DEL CÓDIGO
DE PROCEDIMIENTOS CIVILES PARA EL DISTRITO FEDERAL, DEBE TENERSE
POR NO PUESTA."
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