Estrategia de Restauración Ambiental y Prevención de Incendios en Ejidos Ribereños del Río Lacantún, colindantes a la Reserva de la Biosfera Montes Azules Reporte Final Octubre 2006 RESUMEN EJECUTIVO Autores: Julia Carabias, Paula Meli, Gilberto Hernandez, Gabriela Almeida. INTRODUCCIÓN La Selva Lacandona, es uno de los ecosistemas naturales del trópico húmedo más importantes del país, debido a su diversidad biológica y a los servicios ambientales que presta. Con el objeto de protegerla se creó la Reserva de la Biosfera Montes Azules (RBMA) con una superficie de 331,200 ha, y que en su parte sur, está limitada por el río Lacantún, a través del cual colinda con ejidos de los Municipios de Marqués de Comillas y Ocosingo. La población de estos ejidos proviene en su mayoría de otros estados del país, y en los últimos 30 años han eliminado la mayor parte de los ecosistemas naturales para establecer cultivos agrícolas y ganaderos, principalmente a través del uso del fuego en el sistema conocido como roza-tumba-quema. El fuego agropecuario, en la zona, es la principal causa de incendios forestales. El presente proyecto se desarrolló con el objetivo de diseñar en una primera fase una estrategia de restauración ambiental y prevención de incendios forestales orientada a recuperar áreas afectadas por el fuego, a disminuir la degradación, y a incentivar prácticas de manejo más adecuadas para la prevención de incendios, en 7 ejidos ribereños del Río Lacantún en la porción sur de la RBMA: Reforma Agraria, López Mateos, Galacia, Playón de la Gloria y Chajul del municipio de Marques de Comillas; Loma Bonita y Trece de Septiembre del municipio de Ocosingo, Chiapas. ACTIVIDADES Y RESULTADOS 1. Se analizó el uso del fuego agropecuario en las comunidades a través de entrevistas abiertas a autoridades ejidales y a productores en general. Los productores perciben que no hay un cuidado específico en la realización de quemas; éstas no se hacen de manera organizada ni planificada, y mucho menos se revisa la normatividad para su realización. El tema se ha revisado en las asambleas comunitarias y aunque existen ciertas reglas, éstas no constituyen un reglamento formal que determine un uso organizado del fuego. 2. A partir de los puntos de calor del satélite MODIS Terra y Aqua, y un sobrevuelo se cuantificaron las quemas realizadas durante la temporada 2006. En seis de los siete ejidos analizados se contabilizó un total de 68 quemas; de las cuales el 59% corresponde a quemas de pastizal y el 41% de zonas arboladas, lo cual indica que la frontera agropecuaria continúa avanzando. 2. El monitoreo de la calidad del aire en la zona mostró que el humo producido en las quemas agropecuarias, en primer lugar, contiene niveles de monóxido de carbono con potencial riesgo para la salud del sector de la población que realiza las quemas, debido a los períodos de exposición. En segundo lugar, aunque las concentraciones de PM10 y PM2.5 se reducen significativamente cuando inician las lluvias, su remanente permanece durante varios días en niveles comparables a un área urbana de alto tráfico vehicular como la Ciudad de México. Por último, se confirmó que entre partículas suspendidas no hay presencia de metales pesados antropogénicos; sin embargo, el elevado contenido de carbón es mayor al de áreas urbanas; este carbón orgánico puede contener hidrocarburos policíclicos aromáticos de cierto riesgo para la población. 3. Para definir los elementos de la estrategia de restauración ambiental y prevención de incendios forestales se realizó una zonificación del área, incluyendo el análisis de cambio de uso de suelo entre 2000 y 2005. La pérdida total de superficie arbolada en este periodo fue de 2,377 ha (16%), mientras que la superficie no arbolada incrementó en 2,307.7 ha (86%), lo cual corresponde a una tasa promedio anual de deforestación del 3.6% (475.5 ha anuales en promedio). Esta tendencia se observó en todos los ejidos. Aunque para la implementación de la estrategia es necesario cartografiar a detalle el terreno de los ejidos, se definieron cinco niveles de transformación de los ecosistemas naturales para los cuales se desarrollan recomendaciones en materia de restauración ambiental y prevención de incendios. Las áreas críticas de riesgo de incendios son las que presentan un nivel de transformación 2, 1 y 0, es decir, los fragmentos remanentes de vegetación primaria y los de vegetación secundaria de elevada edad, ya que se trata de los ecosistemas más conservados y su pérdida total o parcial constituye no sólo la pérdida del hábitat natural de un gran número de especies, sino también la dinámica del paisaje de la región. 4. Los resultados obtenidos en la realización de este proyecto arrojan un conjunto de conclusiones las cuales deben ser conocidas por los ejidos, analizadas y discutidas con la finalidad de lograr consensos, aplicar medidas correctivas y cambiar conductas. Para iniciar este proceso, se (1) visitaron las distintas comunidades con el objeto de plantear y discutir la problemática del uso del fuego así como la restauración de áreas y la prevención de incendios, (2) realizó un taller participativo con las autoridades ejidales y de la Reserva; el grado de participación por parte de las comunidades resultó variable; sin embargo, en algunos casos, como Galacia, Loma Bonita, Trece de Septiembre y Reforma Agraria, se propuso iniciar una evaluación prospectiva para identificar zonas críticas para la restauración. CONSIDERACIONES FINALES La tasa de deforestación en la región provocó que en los últimos cinco años se haya prácticamente duplicado la superficie agropecuaria. Si se mantiene esta tendencia implicaría que en los próximos 25 años habría desaparecido la totalidad de la superficie arbolada de los ejidos. En este contexto, es altamente recomendable lograr un acuerdo interno a las comunidades que regule y norme el uso del fuego dentro de los ámbitos productivos. Con respecto a la restauración ambiental, aunque el presente proyecto se concentra principalmente en áreas dañadas por incendios, el análisis espacial del paisaje permitió identificar áreas críticas para el funcionamiento de la microcuenca que corresponde a esta porción del río Lacantún. En este contexto, se identificó de manera conjunta con las comunidades la necesidad de restaurar las riberas de ciertos arroyos que presentan cierto grado de deterioro. Los resultados de este proyecto sientan las bases para dar inicio a un proceso interno de organización para la conservación, restauración de ecosistemas y la prevención de incendios. Las reuniones realizadas hasta la fecha han ido ganando la confianza entre los pobladores y sumado el interés para su involucramiento. Sin embargo, es indispensable que las acciones propuestas empiecen a implementarse, en un inicio a manera piloto, con el involucramiento de las autoridades de los tres órdenes de gobierno. EXECUTIVE SUMMARY Authors: Julia Carabias, Paula Meli, Gilberto Hernandez, Gabriela Almeida. INTRODUCTION The Lacandon tropical rain forest is one of the most important ecosystems of the humid tropic of Mexico, due to the biodiversity and environmental services that it provides. In order to guarantee its conservation, the Montes Azules Biosphere Reserve, with a surface of 331 220 hectares was decreed in 1978. Its souther border is the Lacantun River where several Ejidos (outside the reserve) are established. The population of these Ejidos comes from other States of México and in the last 30 years this population has eliminated most of the natural ecosystems to establish agricultural and grazinglands mainly through slash and burn techniques. Fire related to agricultural activities is the main cause of the forest fires in the region. The objective of this project is to design environmental restoration and forest fire prevention strategies in order to recover areas affected by fire, as well as to decrease environmental degradation, and to design incentives for adequate agricultural practices to prevent fires in seven Ejidos located in the margin of the Lacantun River in the southern portion of the Reserve: Reforma Agraria, López Mateos, Galacia, Playón de la Gloria and Chajul from Marques de Comillas Municipality; Loma Bonita and Trece de Septiembre from Ocosingo Municipality, Chiapas. ACTIVITIES AND RESULTS 1. - The use of agricultural fire was analyzed in the communities through open interviews with the local authorities and peasants. The peasants perceive that there is no special care in relation with the use of fire; the burns (intended fires set to clear agricultural lands) are not organized or plannned and do not follow official standards. This issue has been discussed in the Community Assembly but they have not adopted formal or legal rules. 2. - Through Information coming from hotspots identified through MODIS Terra y Agua satellite images and from overflights over the area, the burnt areas were quantified for 2006. In total there are 69 burnt areas out of which 59% correspond to pastures and 41% of areas previously covered with forest cover, which indicates that the agricultural frontier continues to increase. 3. - The monitoring of air quality in the area shows that the smoke produced by the agricultural fire has, in the first place, high levels of carbon monoxide with potential risk to the health of the population which is exposed to the fires. In second place, despite that the concentrations of PM10 and PM2.5 are significantly reduced with the first rains, they remain through several days at levels comparable with those of an urban area of high traffic such as Mexico City. Finally, it was confirmed that there is no presence of heavy metals in suspended particles; however, the level of carbon is higher than in urban areas. The organic carbon can contain aromatic polycyclic hydrocarbons of risk to the population. 4. - A zoning of the different levels of transformation of the natural ecosystems was done in order to define the environmental restoration and fire prevention strategy, including an analysis of land use change between 2000 and 2005. The total loss of forest cover in this period was 2 377 hectares (16%), while the surface with no tree cover increased in 475.5 hectares annually. This tendency was observed in all the Ejidos. Five levels of transformation of the natural ecosystems were defined, and recommendations about environmental restoration and fire prevention for each of them are provided. The critical risk areas were those defined with levels of transformation 2, 1 and 0. They represent remains or fragments of tree vegetation (primary and second growth vegetation). These fragments are very important and are considered at risk because they are the most conserved ecosystems that remain and their total or partial loss represents habitat loss for a high number of species and could change the dynamic of the landscape of the region. 5.- The results of this project have been a series of conclusions that must be delivered, analyzed and discussed with the population of the Ejidos in order to establish consensus on the need to change the productive practices that they implement. This process began with 1) visits to the communities to explain and discuss the problems about the use of fire and the need to restore degradated areas and prevent fires; 2) a participatory workshop with local authorities from the Ejidos and the Reserve. The level of involvement of the communities was variable, however, some Ejidos like Galacia, Loma Bonita, Trece de Septiembre and Reforma Agraria committed to start a detailed evaluation to identify critical zones for restoration. FINAL CONSIDERATIONS The deforestation rate of the region caused the agricultural surface to duplicate in the last five years. If these tendencies persist, in the next 25 years all tree vegetation will disappear. It is highly recommended that a internal agreement between the communities be achieved in order to regulate and establish formal rules on the use of fire in agricultural practices. The spatial analysis and the involvement of the local communities allowed the identification of critical areas for environmental restoration, mainly areas in the margins of the river and streams in order to restore the functioning of the micro – watersheds. The results of this project are the bases to initiate a process of local organization to conserve and restore ecosystems and to prevent fires. The local meetings held have helped to build trust between the local people and project staff and to generate commitment to involve themselves in the project. However, it is essential that the proposed actions be implemented as soon as possible, first as pilot projects, with the involvement of the different government levels to avoid loss of trust among the communities. INTRODUCCIÓN En muchos ecosistemas, como las sabanas y bosques templados, los incendios forestales conforman un proceso vital y esencial para la sucesión ecológica y para mantener la estabilidad a su interior. Sin embargo, esta estabilidad ha sido crecientemente modificada por la acción humana, a través de la intervención cada vez más agresiva sobre los recursos naturales renovables. Por ejemplo, el uso del fuego en actividades agropecuarias en muchos casos ha ocasionado incendios forestales de gran magnitud, los que junto a la tala indiscriminada y la deforestación, han favorecido la pérdida de extensas superficies y la modificación de innumerables procesos naturales. En el trópico húmedo la presencia del fuego no es un factor ecológico, sino que está asociado principalmente a las actividades humanas (Cochrane, 2003) y su forma de uso depende del tipo de uso de suelo (Uhl y Buschbacher, 1985; Cochrane, 2001; Cochrane y Laurence, 2002). La Selva Lacandona, en el estado de Chiapas, es uno de los ecosistemas naturales del trópico húmedo más importantes del país, debido a su diversidad biológica y a los servicios ambientales que presta. México se considera el cuarto país más diverso en especies en el mundo, y en la Lacandona (0.16% del territorio nacional), se concentra el 20% de todas las especies que habitan en el país, incluyendo el 31% de los mamíferos, el 48% de las aves, el 10% de las plantas superiores y el 44% de las mariposas diurnas (De la Maza, 2006), y el 14 % de los peces de agua dulce (Lozano et. al., 2006). Además, al igual que otros ecosistemas tropicales, presta servicios ambientales que son fundamentales no sólo para México si no para el resto del mundo: en ella se genera cerca del 30% del caudal de agua que alimenta las cuencas más importantes de México, las del Grijalva - Usumacinta; captura carbono y genera oxígeno; retiene agua y con ello ayuda a regular las inundaciones y el clima; genera los nutrientes que condicionan la fertilidad de las planicies bajas de sus ríos y contribuye a la productividad de las costas de Tabasco y Campeche. Con el objeto de proteger a la Selva Lacandona se creó la Reserva de la Biosfera Montes Azules (RBMA) por Decreto Presidencial en enero de 1978, con una superficie de 331,200 ha. La RBMA es la reserva con mayor superficie de selva tropical húmeda en México y forma parte del Corredor Biológico Mesoamericano. En su parte sur, la RBMA está limitada por el río Lacantún, a través del cual colinda con ejidos pertenecientes a los Municipios de Marqués de Comillas y Ocosingo. Las poblaciones de estos ejidos provienen en su mayoría de otros estados del país. La mayor parte no tienen una tradición de uso de los ecosistemas tropicales húmedos, ni poseen una estructura comunitaria ni organizativa tradicional ancestral. Asimismo, no disponen de recursos económicos ni de los conocimientos necesarios para llevar a cabo sistemas alternativos de producción mas armónicos con el medio ambiente o para beneficiarse de un aprovechamiento sostenido y diversificado de las plantas y animales tropicales nativas. En los últimos 30 años se han eliminado la mayor parte de los ecosistemas naturales mediante la extracción, hasta el agotamiento, de las maderas preciosas (caoba y cedro) para después establecer cultivos agrícolas y ganadería. Se calcula que este cambio de uso del suelo ha afectado de manera importante al Municipio de Marqués de Comillas. Sin embargo, aún existen importantes manchones de vegetación original, que se encuentran distribuidos de manera fragmentada, los cuales es necesario preservar ante la constante amenaza de su destrucción debido a altas tasas de deforestación. Esta transformación de los ecosistemas naturales ha provocado severos daños al entorno natural de la región. Además, tampoco existe una tradición de procesos de autorregulación en estas comunidades, lo cual ha causado que los recursos naturales hayan sido usados prácticamente hasta su agotamiento. Los sistemas de producción agropecuaria han provocado severos daños a los ecosistemas naturales tanto por el cambio de uso del suelo como por el uso del fuego en la roza tumba y quema y en los pastizales. Esta situación repercute en una relación insustentable de estas comunidades con el uso y conservación de los recursos naturales de la zona, y por ende dificulta el desarrollo de prácticas de uso sostenibles de los recursos naturales. UBICACIÓN DEL PROYECTO El proyecto se realizó en 7 ejidos ribereños del Río Lacantún en la porción sur de la Reserva de la Biosfera de Montes Azules (Fig. 1). Zona: S-SE de México. Región: Selva Lacandona. Ambiente: Terrestre y Dulceacuícola. Nombre y número de la región prioritaria para la conservación terrestre, hidrológica o marina, según CONABIO: Región Hidrológica Número 92: río Lacantún y Tributarios. Nombre del lugar específico en el que se desarrolló el proyecto: Comunidades de Reforma Agraria, López Mateos, Galacia, Playón de la Gloria y Chajul del municipio de Marques de Comillas; Loma Bonita y Trece de Septiembre del municipio de Ocosingo, Chiapas. OBJETIVO GENERAL Diseñar una estrategia integral de restauración de áreas dañadas y prevención de incendios forestales en las áreas de influencia de la Reserva de la Biosfera de Montes Azules -respetando y aprovechando los mecanismos internos de organización propios de las comunidades- orientada a recuperar áreas afectadas por el fuego, a disminuir la degradación, a evitar que el uso del fuego agropecuario afecte a los ecosistemas naturales remanentes y/o a las poblaciones humanas, y a incentivar prácticas de manejo más adecuadas para la prevención de incendios. OBJETIVOS PARTICULARES 1.- Realizar un diagnóstico del uso del fuego agropecuario en los ejidos ribereños del Municipio de Marqués de Comillas y algunos de Ocosingo, y su impacto en los ecosistemas naturales. 2.- Monitorear los efectos de los incendios forestales y de las quemas agropecuarias sobre la calidad del aire de la zona, y su impacto en la salud de los habitantes de los ejidos ribereños de Marqués de Comillas y de Ocosingo. 3.- Definir los elementos de un programa modelo de restauración de áreas dañadas y prevención de incendios forestales para dos ejidos de la región, y detectar los sitios críticos de riesgo de incendios. 4.- Sentar las bases para que las comunidades y ejidos establezcan acuerdos internos para proteger la selva y reglamentar el uso del fuego en las actividades agropecuarias dentro de sus territorios, evitando daños a los sitios protegidos y respetando la organización interna de las comunidades. Fig. 1. Ubicación de la Reserva de la Biosfera Montes Azules. CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES Actividades 1.1 Consultas y entrevistas a la población 1.2 Monitoreo en campo de las quemas en la zona. 1.3. Análisis de la información recabada 2.1 Monitoreo de la calidad del aire 2.2 Análisis de datos de calidad del aire 2.3 Monitoreo de la concentración de partículas de carbón en la población. 2.4 Análisis de la relación quemas-calidad del aire-salud 3.1 Zonificación de la región 3.2 Clasificación y priorización de las zonas identificadas 3.3 Ubicación de sitios críticos 3.4 Taller participativo 4.1 Elaborar una propuesta de estrategia integral de restauración de áreas dañadas y prevención de incendios 4.2 Reuniones con productores, líderes y autoridades ejidales 4.3 Gestión ante los tres órdenes de gobierno 4.4 Elaboración del Informe Final. Marzo 3 4 X X 1 X Abril 2 3 X X 4 X 1 Mayo 2 3 X X X X X X X X X X 4 1 Junio 2 3 4 1 Julio 2 3 4 1 X X X X X X X X X X X X X X X X X X Septiembre 1 2 X X X Agosto 2 3 4 X X X X X X X X X X X X X X X X X X MÉTODOS Y RESULTADOS OBJETIVO 1 Realizar un diagnóstico del uso del fuego agropecuario en los ejidos ribereños del Municipio de Marqués de Comillas y algunos de Ocosingo, y su impacto en los ecosistemas naturales. 1.1. Consultas y entrevistas acerca de sus costumbres con respecto al uso del fuego y los incendios forestales. Se analizaron las costumbres sobre el uso del fuego en las siete comunidades propuestas de la región limítrofe sur de la Reserva de la Biosfera Montes Azules (Municipios Marqués de Comillas y Ocosingo) bajo diferentes aspectos. Primeramente se revisaron los resultados de talleres previos al proyecto, realizados en el 2005 en estas comunidades sobre la problemática del uso de sus recursos naturales en general. Por otro lado, durante el mes de mayo se realizaron dos tipos de entrevistas. En primer lugar, se entrevistaron sujetos socialmente representativos de cada una de las siete comunidades, específicamente comisarios de bienes ejidales como la máxima autoridad en el ejido y productores destacados. En segundo lugar, se realizó una entrevista generalizada a los productores. En ambos casos las entrevistas consistieron en un grupo de preguntas abiertas (Anexo 1). Los resultados de estas entrevistas se describen a continuación (ver también Anexo 1). 1.1.1. Información de talleres realizados en el 2005 En general se observó que la población y los productores perciben que no hay un cuidado específico en el uso de las quemas; éstas no se hacen de manera organizada ni planificada, y mucho menos se revisa la normatividad para su realización. El tema se ha revisado en las asambleas comunitarias y se ha planteado la necesidad de establecer un reglamento básico, el cual en la mayoría de los casos se restringe a dar aviso a las autoridades y a los vecinos colindantes de los predios en donde se realizará la quema. La población local identificó como uno de los diversos problemas que en el momento de hacer la quema los propios pobladores no tienen cuidado en su realización. Las propuestas de solución que presentaron oscilan entre acciones concretas y procesos organizativos, como se observa en la siguiente relación: • Realizar acciones de control de incendios ¾ guardarrayas ¾ vigilar que no se propague ¾ formar grupos (brigadas) comunitarias para vigilar y supervisar • Organización de brigadas contra incendios • Hacer un reglamento interno para las quemas • Realizar acuerdos con responsable del H. Ayuntamiento o con personal indicado para dichos trabajos 1.1.2. Entrevistas a sujetos socialmente representativos En las entrevistas se destacaron tres temas: la reglamentación existente, los diversos usos del fuego y las técnicas que utilizan, y finalmente la problemática que se ha generado en la aplicación del fuego. Reglamentación comunitaria en la región En general las comunidades cuentan con un reglamento básico sobre el uso del fuego, como herramienta para la producción agropecuaria. Este consiste en avisar a las autoridades comunitarias las personas que van ha realizar las quemas; tienen que realizar sus guardarrayas y avisar a los dueños de las parcelas colindantes para que los dueños estén pendientes. No está establecido un horario formal, la gente quema en la mañana o en la tarde; inclusive comentaron que se llega ha realizar después de una lluvia ligera. En ningún caso los representantes de estos reglamentos comunitarios mostraron algún acuerdo o acta de asamblea firmado por los ejidatarios; sólo en un caso específicamente (Galacia), se mencionó que son acuerdos de palabra. Destaca como forma de organización y espíritu colectivo el reglamento de la comunidad de Trece de Septiembre, en donde para quemar la parcela no se debe hacer de manera individual, sino que se deben coordinar un grupo de ejidatarios para realizar la quema de sus parcelas. Ya en grupo se van trabajando cada parcela, de tal manera que nunca están solos realizando las labores. A esta faena colectiva le denominan “cambio de manos”; la regla es avisar y ayudarse. A partir del año 2000 se han recibido asesorías principalmente del grupo Ambio A. C. y de la Universidad Autónoma Metropolitana, en la formación de brigadas comunitarias de combate de incendios, en las comunidades de Reforma Agraria y Playón de la Gloria. Desde entonces estas comunidades realizan guardarrayas y hacen rondas para quemar parcelas, así como supervisan las rayas cortafuego que tienen que hacer antes de cada quema. Sin embargo, hace falta un esfuerzo mayor y más sistemático para organizar las brigadas en cada comunidad que estén bien capacitadas. Es hasta este año que la CONANP y la PROFEPA están desarrollando pláticas comunitarias para capacitar sobre el manejo del fuego y organizar brigadas comunitarias. Usos y técnicas Es una práctica común la aplicación del fuego como una herramienta en la preparación de la tierra para la producción, es común entonces que desde muy jóvenes los agricultores aprendan a usar el fuego. El total de los entrevistados declaró que el método que utilizan es prender la lumbre a partir de cerillos sin ningún otro combustible. También comentaron que es en la época de secas cuando se usa el fuego, durante el ciclo otoño-invierno, en lugar de quemas se pica el rastrojo o malezas para preparar la tierra de los distintos cultivos, pero sobre todo para el maíz. También se aplica el fuego para la actividad ganadera en los potreros establecidos. Los pastos tanzania o taiwán, entre otros, se queman sobre todo para el control de plagas, o cuando el pasto está muy viejo, para obtener renuevo y controlar malezas. Sin embargo, en los casos de contar con variedades de pastos de calidad, tales como el humedícola, estrella, egipto y grama no se queman. La guardarraya que hacen en las cercas de los potreros es con herbicidas (faena), porque el fuego quema las cercas. En algunas comunidades las brechas corta fuego son los mismos senderos para ir a la parcela, incluso se llega a considerar que la división de las parcelas funciona como una guardarraya; éstas son brechas de 1m ancho aproximadamente (Trece de Septiembre). Momentos críticos en el uso del fuego Encontramos en la información que registran los pobladores de la región algunas referencias de fechas no muy precisas; sin embargo, se intentó identificar los grandes eventos. Señalan que en el año de 1997 se quemaron 30 has. de la reserva comunitaria de selva de Reforma Agraria; este incendio también afecto algunas parcelas de López Mateos. Según su informe el fuego vino de los potreros del ejido de Pico de Oro, y se comentó también que fue un año muy seco y muy crítico, aunado a que la gente de Pico de Oro es muy descuidada. Otros incendios que afectaron la región vienen casi siempre de las comunidades vecinas, como en el caso del año 2000 cuando se quemaron tierras de Playón de la Gloria por un incendio que vino de Flor de Marqués, mientras que en el 2004 otro incendio que llegó desde San Isidro afectó tierras en López Mateos. Una excepción es la comunidad de Galacia, que reconoció que en el año de 1998 hubo muchas quemas y que además estaba muy seco; fue cuando una persona de este pueblo se descuidó, prendió su potrero y no lo cuidó, la lumbre se extendió a otras parcelas y llegó a quemar la parcela comunal de Playón de la Gloria. A partir de este incendio, quedó prohibido hacer quemas sin previo aviso. Siempre que se presenta un incendio, toda la comunidad participa en su combate, pero no se ha recibido capacitación. En las comunidades la mayoría de las personas respeta los reglamentos, debido a las malas experiencias con el fuego. Se toma con mucha responsabilidad y cuidado la realización de las quemas, debido a eso ya casi nunca tienen incendios porque estos no pasan de conatos. A pesar de que en las comunidades la mayoría de sus pobladores no están capacitados y nadie les ha dado equipo, han participado en apagar los incendios y les gustaría recibir capacitación. 1.1.3. Entrevistas a productores El número de personas entrevistadas varió entre los distintos ejidos, pero se aseguró un mínimo de tres entrevistas por ejido. No hubo criterio de selección alguno para realizar la entrevista, en la medida de que las personas mostraran accesibilidad para responder. Se detectaron como temas centrales los tipos de uso del fuego, las técnicas y la organización de la quema. Tipos de uso del fuego Aunque en la mayoría de los ejidos se plantea que el fuego es con fines agrícolas y pecuarios, la determinación de su uso no está claramente expresada por los entrevistados. Quema de la parcela para sembrar milpa. Normalmente las parcelas en las que se siembra maíz son quemadas anualmente para quitar los restos de las cosechas anterior y limpiar el terreno. El maíz es sembrado casi inmediatamente sobre esta parcela quemada, después de tres o cuatro días. Algunos productores han eliminado por completo el uso del fuego para la preparación de la milpa, debido al uso del frijol abono o bien del trillado con tractor. Esto se ha observado en particular en Reforma Agraria y en López Mateos. Limpieza de potreros. El fuego se utiliza para limpiar aquellos terrenos dedicados al uso ganadero que presentan una alta abundancia de vegetación secundaria o que no tenga valor forrajero alguno. La frecuencia de quema de este tipo de parcela es más difícil de determinar, ya que depende del estado del sitio, pero en general no sucede en menos de dos o tres años. Así mismo, queman los potreros de pastos que generan mucha materia orgánica muerta. No queman los potreros con pastos de buena calidad. Tumba de vegetación primaria o secundaria y quema para establecer milpa o pastizal. El fuego también se utiliza para el desmonte, aunque esto es circunstancial y depende de las necesidades de cada productor y su objetivo, ya sea convertir a la selva en una parcela agrícola o pecuaria. La selva se roza, es decir, se corta toda la vegetación menor; luego se tumban los árboles más altos y finalmente se quema. La tendencia al desmonte resulta variable entre los ejidos, ya que algunos casos, éstos cuentan con reservas comunales que contienen vegetación natural (Reforma Agraria), o bien algunos ejidatarios prefieren conservar una parte de su terreno con selva (Playón de la Gloria). Sin embargo, el avance de la frontera agrícola continúa, de hecho en nuestro recorrido se detectaron quemas de desmonte (ver objetivo 3). Organización de la quema En general, las quemas se realizan en pequeños grupos, normalmente conformados por familiares o allegados del dueño de la parcela. El número de personas dependerá del tamaño del trabajo. Sin embargo, todavía se dan quemas realizadas por una sola persona. Muchos productores recomiendan el uso de bombas de agua como precaución. Aunque la mayoría de los entrevistados avisa a sus vecinos colindantes antes de realizar una quema, esto no resulta una obligación comunitaria, y mucho menos avisar a las autoridades de la comunidad. Algunas personas sólo dan aviso cuando la quema que desean realizar es de gran tamaño. El único caso donde se observa una organización más compleja es el Ejido Reforma Agraria, el cual cuenta con un Comité de Vigilancia que supervisa y controla toda actividad relacionada con el fuego dentro de la comunidad. Este Comité está asesorado por Ambio, A.C., que brinda capacitación en materia de manejo del fuego. Técnicas de quema Las quemas se concentran en el mes de mayo, durante la época de secas. Sin embargo, se observa una tendencia a esperar las primeras lluvias de la temporada húmeda para poder quemar, ya que al estar más húmeda la tierra el fuego no es tan fuerte y se puede controlar mejor. Luego de una primera lluvia se esperan tres días para organizar la quema. El horario resultó muy variable entre los entrevistados, también de acuerdo a la humedad que se observa en el suelo y a las condiciones climáticas imperantes. La mayoría de las respuestas coincide en que se puede quemar en dos periodos del día, entre las 10 y 11 de la mañana, o bien entre las 3 y 4 de la tarde. Sin embargo, hay quienes recomiendan quemar más temprano, alrededor de las 7 de la mañana, ya que a veces la quema avanza muy lento, y luego al llegar la noche la gente abandona la quema, con el riesgo de que se propague sin control. El uso de guardarrayas para evitar la propagación descontrolada del fuego es común en todos los casos, aunque se suele variar el ancho de las mismas de acuerdo al tamaño de quema que se realizará y al tipo de vegetación que se eliminará. Esto da como resultado que existan guardarrayas de entre 1 y 4m de ancho. El fuego se coloca en los bordes de la parcela, inicialmente en contra de la dirección del viento, y luego en todo el perímetro de la misma. En los casos en que la parcela se encuentra sobre loma, el fuego se coloca en los límites superiores, de tal manera que avance hacia abajo y no se extienda hacia el monte. Con estas técnicas se pretende mantener al fuego en una superficie muy acotada, y además, que se apague de manera espontánea. 1.2. Monitoreo en campo de las quemas realizadas en la zona La metodología para evaluar el impacto de las quemas consistió en dos fases. Primera fase. Evaluación de la ocurrencia de incendios recurriendo a dos fuentes de información. La primera fuente es la obtención de los puntos de calor obtenidos a partir del satélite MODIS Terra y Aqua. Estos detectan las áreas con incendio a través del cálculo de la temperatura (en ºK) con las bandas térmicas y estableciendo un valor umbral. Cuando el incendio tiene valores por arriba del umbral y este tiene el 10% de la superficie del píxel, este se satura e indica la presencia de incendio. Los puntos de calor se obtuvieron de sitio de Internet Web Fire Mapper 1 para Centro y Sudamérica. Se descargaron los archivos “shapefile” y los archivos de texto con los puntos desde noviembre del año pasado hasta mayo de 2006. Esta información se incorporó al sistema de información geográfica. Los puntos de calor además de mostrar la ubicación del incendio también aportan la fecha y hora de cada incendio. La segunda fuente proviene del sobrevuelo sobre el área de estudio realizado la tercera semana del mes de mayo. Este sobrevuelo se llevó a cabo guiado por un GPS conectado a una computadora portátil en donde previamente se preparó en el software OziExplorer una imagen de satélite de 2000, los puntos de calor y la cartografía temática del área. Durante el vuelo se verificaron los puntos de calor para establecer su grado de exactitud. Así mismo, fueron tomados puntos con el GPS sobre las áreas quemadas y se tomaron fotografías oblicuas para cuantificar el número incendios que se presentaron durante esta temporada. Segunda fase. Análisis de la frecuencia y tipo de quemas realizadas durante el año 2006 en cada ejido (Anexo 2; Mapa de quemas realizadas durante el año 2006). Los resultados de la información obtenida a través de la toma de fotografías oblicuas y geoposicionamiento de quemas con GPS indican, que a pesar de considerarse que la temporada de incendios de este año fue menor a las de años con periodos de secas intensos, se presentaron numerosas quemas de pastizales y de áreas 1 http://maps.geog.umd.edu/activefire.asp arboladas (Anexo 2, Mapa de ejidos y quemas ilustrado). Esta última es un indicador del proceso de desmonte que sucede en los ejidos analizados. La abertura de áreas arboladas para su uso en agricultura y ganadería parece ser muy intensiva. En seis de los siete ejidos analizados se contabilizó un total de 68 quemas; de las cuales el 59% corresponde a quemas de pastizal y el 41% a quemas de zonas arboladas (Fig. 1). QUEMA DE ARBOLADO 41% QUEMA PASTIZAL 59% Fig. 1. Distribución porcentual de las quemas observadas para la temporada 2006. El ejido Boca de Chajul es el que presentó el mayor número de quemas (25), de las cuales 14 fueron quemas de pastizal y 11 de zonas arboladas, al mismo tiempo que resultó ser el ejido con la superficie total quemada segunda en tamaño (Tabla 1). El ejido que presentó la mayor superficie quemada fue Adolfo López Mateos. El ejido Reforma Agraria sólo se registraron dos quemas, pero éstas se encuentran en zonas arboladas que son terrenos comunales (Anexo 2; Mapa de ejidos y tipos de quemas año 2006). Es importante señalar que debido a que el método no permite un seguimiento continuo de la cobertura los resultados tienden a ser subestimados, por lo que la superficie total quemada puede ser superior. Es probable que por este motivo no hayan sido registradas quemas en el Ejido Trece de Septiembre. Tabla 1. Quemas por ejido observadas para la temporada 2006. Número de quemas Ejido Pastizal ADOLFO LOPEZ MATEOS 6 LOMA BONITA 13 BOCA DE CHAJUL 14 GALACIA 1 PLAYÓN DE LA GLORIA 6 REFORMA AGRARIA 0 Total 40 Arbolado 5 7 11 1 2 2 28 Total 11 20 25 2 8 2 68 Superficie (hectáreas) 113.70 34.42 103.64 46.86 7.42 5.95 311.99 1.3. Análisis de la información recabada en las entrevistas y elaboración del diagnóstico. Toda la información obtenida (entrevistas, campo, detección remota) se integró en un documento final de diagnóstico sobre el uso del fuego agropecuario en la región. Dicho documento se encuentra en el Anexo 3 (Uso del Fuego), y será trabajado en el siguiente mes para su posterior publicación en una revista de arbitraje y por otro lado para continuar los trabajos con las comunidades. OBJETIVO 2 Monitorear los efectos de los incendios forestales y de las quemas agropecuarias sobre la calidad del aire de la zona, y su impacto en la salud de los habitantes de los ejidos ribereños de Marqués de Comillas y de Ocosingo. Toda la información referente al presente objetivo se encuentra detallada en el Anexo 4 (Monitoreo de Calidad del aire). OBJETIVO 3 Definir los elementos de un programa modelo de restauración de áreas dañadas y prevención de incendios forestales para dos ejidos de la región, y detectar los sitios críticos de riesgo de incendios. 3.1. Zonificación de la región de acuerdo a su nivel de degradación y necesidad de restauración. Se obtuvieron dos imágenes de satélite para realizar el análisis de cambio de uso de suelo entre los años 2000 y 2005. La correspondiente al año 2000 proviene del sensor Landsat 7 ETM+ y se obtuvo del sitio Web www.landsat.org de su producto ortorectificado. La imagen de 2005 proviene del sensor SPOT 4 que fue procesada por la Comisión Nacional para el Uso y Conocimiento de la Biodiversidad (CONABIO). Los productos utilizados de la imagen SPOT 4 fueron el NDVI y la clasificación no supervisada con el algoritmo de ISODATA. La imagen de 2000 fue normalizada atmosféricamente, y se calculó el NDVI para incorporarlo como una banda adicional a las utilizadas por SPOT. Las bandas de la imagen de 2000 se eligieron en función de que los intervalos de longitud de onda fueran cercanos a los de la imagen SPOT de 2005. Por esta razón se utilizaron las bandas 2 a 4 de Landsat 7 ETM+, y para hacer una clasificación no supervisada utilizando el algoritmo de ISODATA se adicionó el NDVI como una banda. Para esta zonificación, las imágenes satelitales se delimitaron para la zona de estudio y se identificaron preliminarmente algunas unidades diferenciadas. A partir de esta información se inició la verificación de campo, la cual consiste tanto en recorridos terrestres como aéreos. De esta manera, entre mayo y agosto se realizaron cuatro recorridos de campo por vía terrestre, tanto en vehículo como a pie, y en mayo se realizó un sobrevuelo en avioneta. Ambos permitieron corroborar información proporcionada de la imagen satelital, así como corregirla y georreferenciarla. Se realizó entonces una clasificación no supervisada con ISODATA con las bandas del visible y del infrarrojo, y se adicionó el NDVI como una cuarta banda. Se generaron 20 categorías con un esquema de colores parecido al falso color en RGB con las bandas NDVI, 3, 2 para la imagen SPOT y NDVI, 4, 3 para la imagen de Landsat 7 ETM+. 3.2. Clasificación de zonas transformadas. La zonificación de la región es un proceso que incluye algoritmos matemáticos que permiten que el proceso identifique de manera suficientemente objetiva los diferentes elementos del paisaje. Sin embargo, para establecer propuestas de acción para la conservación, manejo y restauración de las diferentes áreas es preciso clasificar las distintas unidades del paisaje con criterios subjetivos orientados para tal fin. En este sentido, las diferentes unidades del paisaje identificadas deberían ser clasificadas con criterios ecológicos. Desde este punto de vista, cualquier cambio en el tipo de uso de suelo que se distancie del ecosistema natural podría considerarse como deterioro. Sin embargo, considerando que se trata de una región productiva no podemos definir el deterioro bajo estos términos ya que las zonas de producción activa (parcelas ganaderas o agrícolas), aún cuando son elementos completamente transformados con respecto al ecosistema natural, en el contexto de la producción pueden no estar necesariamente deteriorados. De esta manera, las categorías de uso de suelo se establecieron por su aparente utilidad productiva (Anexo 5, Mapa de la comparación de cambios de cobertura vegetal entre 2000 y 2005). Las áreas con un arreglo uniforme y con escasa vegetación arbolada se asignaron a la categoría de agricultura y pastizal, este último utilizado para el desarrollo de la ganadería. Sin embargo, considerando que estas categorías de uso de suelo reflejan los espacios donde se realizan actividades productivas que eliminan la cobertura vegetal original, éstas fueron agrupadas en una nueva categoría denominada “no arbolado”. Esto se hizo con fines de simplificar el análisis de los cambios de cobertura vegetal ocurridos entre los años 2000 y 2005. La categoría acahual (vegetación secundaria) se determinó cuando las áreas presentan remanentes arbóreos y arbustivos. La categoría arbolada se asigno cuando la cobertura vegetal se encuentra conservada. Ambas se clasificaron como categoría “arbolado”. Se calcularon las superficies por categoría y ejido en ambos años. La pérdida total de la superficie de arbolado entre el año 2000 y el 2005 es de 2,377 ha (Anexo 5; Mapa 4). El aumento la superficie no arbolada fue de 2,315.7 ha, es decir, que se perdió el 16% de la superficie arbolada del año 2000 al 2005 y se incrementó en un 86% la superficie no arbolada, lo cual corresponde a una tasa promedio anual de deforestación del 3.2% (Tabla 2). En todos los ejidos se observa una tendencia de pérdida de cobertura vegetal y de ganancia de espacios para la agricultura y la ganadería (Tabla 3). En los últimos cinco años se ha observado un importante incremento de la superficie no arbolada en detrimento de las áreas con cubierta vegetal (Anexo 5, Mapa de la comparación de cambios de cobertura vegetal entre 2000 y 2005). Para este período de tiempo se han perdido anualmente 475 hectáreas de cobertura vegetal arbolada. Tabla 2. Cuantificación (hectáreas) de cada zona identificada para los años 2000 y 2005. Ejido REFORMA AGRARIA ADOLFO LÓPEZ MATEOS GALACIA PLAYÓN BOCA DE CHAJUL TRECE DE SEPTIEMBRE LOMA BONITA Total No No arbolado arbolado Incremento Arbolado Arbolado Decremento Deforestación (%) (%) anual (%) (2000) (2005) (2000) (2005) 98 12 2.4 454.5 900.8 4174.8 3705.2 161 27 5.5 291.4 760.2 1718.4 1237.7 74 11 2.2 295.6 515.8 2141.7 1910.1 100 18 3.5 156.8 314.8 930.9 765.2 42 14 2.7 954.1 1359.7 3120.7 2704.1 113 15 3 196.5 418.5 1507.5 1282.6 114 30 6 344.2 739.1 1317.6 929.5 100.3 18.1 3.2 2693.1 5008.8 14911.5 12534.5 Tabla 3. Cambio total de cobertura (hectáreas) entre los años 2000 y 2005. Ejido REFORMA AGRARIA ADOLFO LÓPEZ MATEOS GALACIA PLAYÓN DE LA GLORIA BOCA DE CHAJUL TRECE DE SEPTIEMBRE LOMA BONITA Total No arbolado 446.2 468.8 220.2 157.9 405.6 222.0 395.0 2,314.7 Arbolado -469.6 -480.7 -231.5 -165.8 -416.5 -224.9 -388.0 2,377.0 3.3. Selección de los ejidos y definición de los elementos de un programa modelo de restauración y prevención de incendios, y sitios críticos de riesgo de incendios. 3.3.1. Selección de los ejidos El análisis de la información obtenida de la clasificación de las zonas transformadas en la región y sus tendencias, así como del diagnóstico del uso del fuego permitió seleccionar los dos ejidos para diseñar los elementos de un programa modelo de restauración y prevención de incendios y sitios críticos de riesgo de incendios a propuesta. El ejido que mayor apertura hizo de terrenos arbolados a no arbolados fue Loma Bonita, con una tasa de deforestación del 6% anual (Tabla 2). En solo 5 años perdió el 30% de la vegetación arbolada. Además, en este ejido se tienen algunas reglas internas para evitar los incendios, pero de manera muy incipiente. El otro ejido seleccionado fue Trece de Septiembre, que también aumentó su superficie no arbolada de manera considerable. Asimismo, este ejido tiene una organización incipiente en la prevención de incendios, cuenta con un reglamento verbal, producto de una asamblea, pero no formalizado y una organización comunitaria importante que ha establecido al denominada “Cambio de mano”. Estos dos ejidos tienen un potencial de crecimiento importante y peligroso si no se orienta adecuadamente. Son los dos ejidos recientemente reconocidos legalmente (enero 2005). Su población ocupó estos terrenos de manera irregular desde hace muchos años, por lo que con contaron con apoyos gubernamentales A partir del 2005, que están legalmente constituidos, empiezan a recibir apoyos para proyectos lo cual puede detonar procesos productivos de cambio de uso de suelo muy acelerados. Los dos ejidos incrementaron sus áreas no arboladas en más del 100%, De seguir esta tendencia en sólo 11 años el ejido Loma Bonita perdería toda su vegetación arbolada. En ambos ejidos existe un alto interés por involucrarse en acciones de manejo integrado de sus recursos naturales, restauración y conservación y al no haber tenido experiencias anteriores, ni buenas ni males, con trabajo de programas gubernamentales, están en buena en buena disposición y con muchas expectativas. Es por ello que resulta prioritario trabajar un programa con estos dos ejidos para tener continuidad a futuro. 3.3.2 Elementos de un programa modelo 3.3.2.1. Zonificación de áreas según niveles de transformación del terreno. Una de las primeras tareas que será necesario hacer para la implementación de un programa de conservación, restauración y prevención de incendios es cartografiar a detalle el terreno de los ejidos bajo los criterios de transformación que a continuación se desarrollan. Nivel de transformación 5 Zonas completamente transformadas con respecto al ecosistema natural. Los elementos arbóreos y arbustivos son prácticamente inexistentes (sólo en algunos casos se observan árboles que se dejan como sombra para el ganado), y la composición específica es absolutamente diferente a la de la selva. Es más, en muchos casos las especies presentes en estos sitios son introducidas (por ejemplo pastizales ganaderos). Se trata de sitios donde el uso del suelo ha sido drásticamente modificado (eliminación completa del ecosistema natural), para establecer actividades productivas. Dentro de este nivel de transformación se discriminan tres tipos de unidades: (a) ganaderas, (b) agrícolas y (c) parcelas deterioradas. Este último tipo incluye aquellas parcelas cuyo nivel de producción se ha visto disminuido debido al agotamiento de recursos, ya sea por sobre uso o el uso inadecuado. Aunque desde el punto de vista ecológico la restauración de estos sitios resulta necesaria, las acciones de restauración deberían enfocarse a la restauración de las condiciones productivas, ya que se trata de los sitios de los que dependen las poblaciones locales para su subsistencia. Pueden ser zonas que presentan cierto porcentaje de suelo desnudo. En estos casos el suelo es el punto crítico del proceso de deterioro, que se encuentra expuesto a fuertes procesos erosivos, considerando las características climáticas de la región. Además, si estos sitios se encuentran localizados en la zona riparia la erosión puede ocasionar el deslave de la ribera, así como generar una alta cantidad de sedimentos que se transportan hacia el cauce del río o arroyo, afectando la calidad del agua y las condiciones de luz y nutrientes dentro de la misma, por lo que su grado de degradación no sólo tiene consecuencias en el ámbito terrestre sino también sobre el ecosistema acuático asociado. Nivel de transformación 4 Se trata de zonas una transformación importante del ecosistema natural, en donde la estructura y composición específica han sido modificadas casi por completo; sólo persisten algunas especies, en general herbáceas, y a veces algunas arbustivas, siendo prácticamente ausentes los elementos arbóreos. La diferencia más importante con el nivel de transformación anterior reside en que estos sitios presentan una mayor diversidad biológica y una estructura levemente más compleja de la vegetación. En este caso se incluyen parches de vegetación secundaria (acahuales) en proceso de regeneración incipiente (menos de 5 años), generados por el abandono de parcelas productivas, y que pueden presentar o no algún tipo de uso o extracción. En estos sitios el proceso de deterioro puede encontrarse en grados variables, dependiendo del tipo y tiempo de uso, así como del manejo que en el pasado y en el presente haya sufrido. Pero particularmente en el caso de parcelas recientemente abandonadas el grado de deterioro suele ser considerable, teniendo en cuenta que las actividades productivas desencadenan cambios en las condiciones edáficas y microclimáticas de los sitios. Principalmente, son diferentes la cantidad y disponibilidad de nutrientes en el suelo, la textura y la flora microbiana; la compactación es mayor y por ende menor la infiltración de agua. En estos casos las acciones de restauración dependerán del tipo de uso que se quiera dar al sitio. Si el objetivo es recuperar la vegetación natural, deberían enfocarse a desarrollar una cobertura arbórea que en un mediano plazo modificar las condiciones microclimáticas, para el posterior establecimiento de especies de selva madura. Si el objetivo es recuperar la función productiva del sitio, serán necesarias acciones de recuperación del suelo. Nivel de transformación 3 Zonas que ya cuentan con elementos arbóreos dispersos en una matriz de herbáceas o herbáceas y arbustivas. En este caso se encuentran parches de vegetación secundaria en un estado más avanzado de regeneración (entre 5 y 10 años). Pueden haber sufrido previamente distintos tipos de uso o extracción, ya sea forestal, agrícola, ganadero, o la combinación de cualquiera de éstos. En esta categoría también se incluyen las riberas de algunos arroyos que soportan un arbolado de baja densidad, entre arbustos o pastizales. Estos sitios pueden presentar suelos de condición ecológica bastante aceptable en comparación con los otros niveles de transformación. Sin embargo, serían recomendables acciones de restauración orientadas a aumentar la cobertura vegetal arbórea y la diversidad biológica. Esto sobre todo en el caso de riberas, en las cuales la presencia de una vegetación en buen estado de conservación puede tener efectos positivos sobre el ecosistema acuático asociado. Nivel de transformación 2 Zonas con arbolado medianamente denso; que pueden presentar algún tipo de uso o extracción. En este caso se encuentran parcelas abandonadas y parches de vegetación secundaria con más de 10 años de regeneración, así como las riberas de algunos arroyos o ríos en los que la presencia de elementos arbóreos es considerable. La presencia de una cobertura arbórea en estos sitios permite el desarrollo de una dinámica ecológica que disminuye los procesos de deterioro, tal como la erosión del agua, el escurrimiento superficial, y el lavado de nutrientes. Sin embargo, la diversidad biológica de estos sitios suele ser muy baja en comparación con la del ecosistema natural, y además no necesariamente el proceso de regeneración puede seguir el mismo que se da en la selva, por lo que es conveniente revisar la composición específica de los sitios para determinar algunas necesidades de restauración. Nivel de transformación 1 Zonas arboladas en buen estado de conservación que contienen vegetación primaria remanente. Se trata de fragmentos de selva, que presentan una condición ecológica aceptable. Aunque se trata de vegetación primaria, se puede decir que todos estos sitios han sufrido alguna intervención humana, considerando que se encuentran inmersos en una matriz de sistemas productivos y poblados. Sin embargo, esta intervención no afectó de manera tangible la dinámica del sitio y la regeneración del ecosistema. Nivel de transformación 0 Este nivel de transformación corresponde a la vegetación primaria no intervenida. Esto sólo aplica para Reserva, ya que se considera que la totalidad de los fragmentos remanentes de selva ubicados en los municipios limítrofes presentan al menos algún grado de intervención. Aunque las zonas con este nivel de transformación no existen en la región de estudio (los municipios), ésta se considera dentro del análisis, ya que constituye el sistema de referencia del ecosistema natural para cualquier tipo de estrategia a desarrollar. 3.3.2.2. Priorización de acciones de restauración según los niveles de transformación. La restauración no se limita a áreas dañadas por incendios forestales, sino que se plantea para aquellas que presentan un grado de transformación o deterioro considerable. La restauración implica mejorar la condición ecológica de un ecosistema o sitio parcial o totalmente degradado, por lo que entre las acciones a desarrollar no sólo se incluyen aquellas que directamente afectan la condición ecológica en un sentido positivo sino también aquellas que tienden a detener el deterioro y por ende a reducir la presión de uso sobre los ecosistemas naturales. En este sentido, se deben incluir también herramientas relacionadas con la capacitación o la adecuación de las formas de uso de los ecosistemas, así como de los bienes y servicios ambientales que brindan. De acuerdo a la clasificación realizada en el apartado 3.3.2.1., se proponen herramientas de restauración para cada nivel de transformación; los detalles metodológicos se enuncian en la propuesta de restauración ambiental descrita en el Anexo 6 (Propuesta de restauración ambiental). Nivel de transformación 5 • Obras de mantenimiento y formación de suelos. • Revegetación a través de la introducción de planta, estaca o semilla. • Revegetación en particular de riberas. • Construcción de viveros rústicos para la producción de planta de especies nativas, para su futura reintroducción en sitios críticos. • Cercado de riberas en parcelas ganaderas, para ordenar el paso de animales y controlar el deslave y la erosión de suelos. • Reemplazo de cercos tradicionales por cercas vivas, constituidas por estacas (propagación vegetativa) de especies nativas de la región. • Cortinas rompevientos • Evaluación y diagnóstico de diferentes formas de conservación de los distintos elementos del paisaje de la región. En este contexto, se incluye el diagnóstico del posible establecimiento de sistemas productivos alternativos sustentables que no impliquen un mayor deterioro de los ecosistemas. • Evaluación y diagnóstico de posibles plantaciones comerciales. Esta estrategia permite no solamente la revegetación de los sitios y la consecuente protección de los suelos, sino que además propone una alternativa de uso por parte de las poblaciones locales. • Capacitación sobre formas sustentables de aprovechamiento de los recursos, restauración, y prevención de incendios. Nivel de transformación 4 • Revegetación a través de la introducción de planta, estaca o semilla. • Revegetación en particular de riberas. • Reemplazo de cercos tradicionales por cercas vivas, constituidas por estacas (propagación vegetativa) de especies nativas de la región. • Cortinas rompevientos. • Evaluación y diagnóstico de diferentes formas de conservación de los distintos elementos del paisaje de la región. En este contexto, se incluye el diagnóstico del posible establecimiento de sistemas productivos alternativos sustentables que no impliquen un mayor deterioro de los ecosistemas. • Evaluación y diagnóstico de posibles plantaciones comerciales. Esta estrategia permite no solamente la revegetación de los sitios y la consecuente protección de los suelos, sino que además propone una alternativa de uso por parte de las poblaciones locales. • Capacitación sobre formas sustentables de aprovechamiento de los recursos, restauración, y prevención de incendios. Nivel de transformación 3 • Enriquecimiento de acahuales. • Enriquecimiento en particular en riberas con arbolado parcial. • Cercado y protección de parches de vegetación secundaria en regeneración. • Cercas vivas. • Evaluación y diagnóstico de diferentes formas de conservación de los distintos elementos del paisaje de la región. En este contexto, se incluye el diagnóstico del posible establecimiento de sistemas productivos alternativos sustentables que no impliquen un mayor deterioro de los ecosistemas. • Evaluación y diagnóstico de posibles plantaciones comerciales. Esta estrategia permite no solamente la revegetación de los sitios y la consecuente protección de los suelos, sino que además propone una alternativa de uso por parte de las poblaciones locales. • Capacitación sobre formas sustentables de aprovechamiento de los recursos, restauración, y prevención de incendios. 3.3.2.3 Ubicación de los sitios críticos de riesgo de incendios. Las zonas críticas de riesgo de incendios se identificarán como las que presentan un nivel de transformación 2, 1 y 0, es decir, los fragmentos remanentes de vegetación primaria, los más similares al ecosistema natural y la reserva misma. Estas zonas son las más importantes dentro de la región, ya que se trata de los ecosistemas más conservados dentro del área de estudio y la pérdida total o parcial de estos fragmentos constituye no sólo la pérdida del hábitat natural de un gran número de especies, sino también la dinámica del paisaje de la región, desde una perspectiva integral. Las acciones de restauración que deben implementarse en estos sitios son: Nivel de transformación 2 • Protección de parches de vegetación en regeneración que no se encuentre bajo algún régimen de uso actual. • Enriquecimiento de acahuales. • Cercas vivas. • Evaluación y diagnóstico de diferentes formas de conservación de los distintos elementos del paisaje de la región. En este contexto, se incluye el diagnóstico del posible establecimiento de sistemas productivos alternativos sustentables que no impliquen un mayor deterioro de los ecosistemas. • Evaluación y diagnóstico de posibles plantaciones comerciales. Esta estrategia permite no solamente la revegetación de los sitios y la consecuente protección de los suelos, sino que además propone una alternativa de uso por parte de las poblaciones locales. • Capacitación sobre formas sustentables de aprovechamiento de los recursos, restauración, y prevención de incendios. Nivel de transformación 1 • Protección de parches de vegetación en regeneración que no se encuentre bajo algún régimen de uso actual. • Enriquecimiento de acahuales. • Cercas vivas. • Identificación de corredores biológicos potenciales que permitan conectar los fragmentos de selva remanente. • Identificación de zonas de captación de agua para su posterior mantenimiento y/o restauración, y por ende mantenimiento de la microcuenca. • Evaluación y diagnóstico de diferentes formas de conservación de los distintos elementos del paisaje de la región. En este contexto, se incluye el diagnóstico del posible establecimiento de sistemas productivos alternativos sustentables que no impliquen un mayor deterioro de los ecosistemas. • Capacitación sobre formas sustentables de aprovechamiento de los recursos, restauración, y prevención de incendios. Los terrenos de transformación 0 no existen en estos ejidos. 3.3.2.4 Elementos para la prevención de incendios Considerando entonces la problemática de la región de estudio, en parte analizada en el objetivo 1 del presente proyecto, y la normatividad que aplica en la misma (Anexo 3), se pueden describir algunos puntos críticos para la prevención de incendios forestales. Prevención a nivel general • Construcción de brechas cortafuego que rodeen y protejan áreas críticas de riesgo de incendios. Esta herramienta se recomienda para el caso de fragmentos de selva remanente, vegetación ribereña, así como alrededor de parcelas productivas. • Formación de brigadas comunitarias (excepto Reforma Agraria). • La difusión de la normatividad existente sobre uso del fuego. • La constitución de una normatividad interna a las comunidades acerca del uso del fuego, que sea escrita, que contenga reglas de manejo (horarios, formación de grupos, técnicas de quema, avisos, etc.), así como sanciones para aquellos que incumplan dichas reglas es la herramienta más importante para evitar la generación de nuevos incendios. • Capacitación en materia de uso y manejo del fuego, así como en control y combate de incendios. Si bien ha habido en la región algunas actividades al respecto por parte de la CONANP y la PROFEPA, éstas no han sido sistemáticas. • Capacitación en materia de alternativas de mejoramiento productivo y manejo de los sistemas agropecuarios sin uso del fuego. • Por último, la recomendación del establecimiento de acuerdos internos. Prevención específica en el uso del fuego • Formular calendarios de quemas de manera organizada dentro de la comunidad. • Quemar en grupos, con el apoyo de otras personas y de manera organizada. • Dar aviso a las autoridades y a propietarios de terrenos colindantes. • Delimitación de los terrenos con guardarrayas de amplitud mínima de 3m. • Iniciar el calendario de quemas después de las primeras lluvias, de maneras de lograr condiciones meteorológicas más favorables. • Iniciar las quemas entre las 6 y las 8 de la mañana. • En terrenos inclinados iniciar desde la parte superior; en terrenos planos en contra del viento. • Eliminar el fuego a partir de la periferia del terreno. • Utilizar bombas de agua como precaución. • Asegurar la extinción total del fuego. 3.4. Taller participativo. Esta actividad se comparte con el objetivo 4 por lo que se explica más adelante. OBJETIVO 4 Sentar las bases para que las comunidades y ejidos establezcan acuerdos internos para proteger la selva y reglamentar el uso del fuego en las actividades agropecuarias dentro de sus territorios, evitando daños a los sitios protegidos y respetando la organización interna de las comunidades. Los resultados obtenidos en la realización de este proyecto nos arrojan u conjunto de conclusiones las cuales deben ser conocidas por los ejidos participantes, analizadas y discutidas con la finalidad de lograr consensos, aplicar medidas correctivas y cambiar conductas en las comunidades locales. 4.1. Elementos a tener en cuenta para el planteamiento de acuerdos internos Los elementos más importantes que deben ser dados a conocer son los siguientes: 1.- Las selvas tropicales húmedas son los ecosistemas naturales terrestres más ricos y diversos que existen en el mundo. Ofrece amplias posibilidades para el desarrollo y beneficio de la población que las habita cuando se utiliza correctamente. Son productoras de agua limpia y oxígeno, además de proporcionar madera, fibras, alimentos y medicinas, entre otros productos. 2.- Las selvas tropicales húmedas en México ocupaban anteriormente más de 10 millones de hectáreas, en la actualidad se ha reducido esta superficie a menos de un millón de hectáreas. Los remanentes más importantes que quedan se ubican en la Selva Lacandona (Chiapas) y en los Chimalapas (Oaxaca). 3.- La Selva Lacandona anteriormente ocupaba 1.8 millones de hectáreas con ecosistemas naturales, hoy sólo restan 420 mil hectáreas que están protegidas en 7 áreas naturales protegidas decretadas por el gobierno federal. La más importante es la Reserva de Biosfera de Montes Azules con 331 mil hectáreas. 4.- En Montes Azules se conserva el 50% de las aves de México, el 50% de las mariposas diurnas, el 30% de los mamíferos, el 14% de los peces de agua dulce. En ella habitan animales y plantas que son únicos de esta región (Lacandonia schismatica y Lacantunia enigmatica), y es el último refugio de México donde se encuentra la guacamaya roja. Muchas especies que aquí viven se encuentran en peligro de extinción como el mono araña, el mono saraguato, el cocodrilo moreleti, el jaguar, el tapir, entre otros. Montes Azules también produce el 30% del agua de las cuencas más importantes de México (Usumacinta – Grijalva). Los ríos de esta reserva, que desembocan en el Lacantún y éstos en el Usumacinta, llegan al mar cargados de nutrientes, los cuales son indispensables para las pesquerías del sur del Golfo de México. 5.- Los ecosistemas naturales de la Selva Lacandona están fuertemente amenazados por las actividades agropecuarias, por las invasiones, por los incendios forestales, por la caza y tala ilegal. 6.- Los ejidos que colindan con Montes Azules, ubicados en el margen del río Lacantún son muy importantes para lograr la salud del ecosistema. Sin embargo, las formas de uso de los recursos naturales en las últimas décadas han impactado nocivamente el ecosistema y con ello se han disminuido las posibilidades de un desarrollo sustentable y el beneficio social de los propios ejidatarios. 7.- Los ejidos de Marques de Comillas han deforestado la selva intensamente en las últimas tres décadas. La tasa de deforestación ha rebasado en más de 3 veces la deforestación nacional. En sólo los últimos 5 años en los 7 ejidos analizados se ha deforestado un total 2 377 hectáreas para ser transformadas en cultivos agrícolas y potreros (ver tablas 2 y 3). De continuar esta tendencia en los próximos 30 años habrán desaparecido todos los remanentes de selva que quedan en los ejidos. 8.- La forma de transformar la selva en cultivos y potreros es mediante la roza, tumba y quema. Además se utiliza el fuego para la limpia de los potreros y de las parcelas para sembrar maíz. 9.- El uso del fuego cuando no se realiza con las precauciones necesarias se convierte en un problema muy serio porque se sale de control, se extiende quema terrenos de los vecinos, afecta las cosechas, a los animales, puede llegar a la población e incendiar los remantes de selva. Recientemente todos los ejidos han sufrido alguno de estos eventos. 10.- En la época de quemas se acumula el humo durante más de dos meses y puede tener efectos nocivos sobre la salud de la población, particularmente los niños y ancianos. 11.- El fuego se descontrola porque no hay un cuidado específico con las quemas; no se aplican las especificaciones de las normas; falta organización; no existen reglamentos escritos al respecto; el tema se ha revisado en las asambleas comunitarias pero falta formalizarse para garantizar su cumplimiento. 12.- La combinación de la deforestación y de los incendios ha provocado deterioro que debe ser revertido. Particularmente muchas de las riberas de los ríos han quedado sin vegetación lo cual provoca erosión, deslave de los terrenos, y se pierden los espacios de anidamiento de los peces y sus sitios de alimentación, por lo que disminuyen las poblaciones de peces. Incluso los arroyos menores se pierden o se vuelven intermitentes. 13.- Es urgente aplicar medidas correctivas para evitar que se profundice el deterioro y para que se incremente el potencial productivo diversificado en los ejidos para el beneficio social. 14.- Es necesario que cada ejido cuente con un Programa de Desarrollo Sustentable. Este programa se irá construyendo paulatinamente con los elementos de muchos otros programas. Aquí se proponen los elementos de tres aspectos importantes: la conservación de áreas remanentes de selva; la restauración de áreas deterioradas y la prevención de incendios. 15.- En el Anexo 5 (Mapa cambios de cobertura vegetal entre 2000 y 2005) se observan los fragmentos de selva que deben se conservados en cada uno de los ejidos (fragmentos en color verde). 16.- Para la restauración es necesario llevar a cabo una zonificación de cada ejido para determinar el grado de deterioro de los terrenos y aplicar las acciones correctivas correspondientes. En el apartado 3 y el anexo 6 de describen con detalle las acciones para cada grado de transformación. 17.- Para la prevención de incendios es necesario tener en cuenta algunas recomendaciones generales así como ciertas recomendaciones específicas en materia de uso de fuego con fines agropecuarios (ver apartado 3.3.2.4). 4.2. Difusión de los elementos de contenido Para dar a conocer los resultados anteriores, analizarlos y discutirlos entre la población de los ejidos, con la finalidad de lograr consensos, aplicar medidas correctivas y cambiar conductas se llevaron a cabo un conjunto de reuniones que a continuación de describen. 4.2.1. Reuniones con productores, líderes y autoridades ejidales. A lo largo del presente periodo se realizaron tres salidas de campo, en los meses de junio, julio y agosto. En estas salidas se visitaron las distintas comunidades con el objeto de plantear y discutir con las mismas la problemática del uso del fuego así como la restauración de áreas dañadas y la prevención de incendios forestales. Las visitas incluyeron la participación en reuniones comunitarias, en las cuales se planteó abiertamente la necesidad de tener un enfoque más integral de la problemática de la conservación de los recursos naturales de la región. En este sentido, se enfatizó la prevención de incendios forestales y la restauración de áreas degradadas, tanto para la recuperación de los hábitats naturales como para el mantenimiento de la microcuenca. El grado de aceptación de este planteamiento por parte de las comunidades resultó variable; sin embargo, en algunos casos, como los Ejidos Galacia, Loma Bonita, Trece de Septiembre y Reforma Agraria, se logró despertar el interés de la comunidad fundamentalmente en materia de restauración. Debido a esto, se propuso iniciar una evaluación prospectiva de loe ejidos para identificar zonas críticas para la restauración. 4.2.2. Gestión ante las autoridades de los tres órdenes de gobierno. Se han realizado reuniones con las autoridades federales y estatales para involucrarlos, en la medida de sus facultades y responsabilidades en estas tareas. Se ha acordado la continuidad de programa para 2007 para lograr alcanzar los acuerdos comunitarios. Se hicieron las gestiones necesarias para que la CONAFOR se involucrara en los proyecto, se trataron de someter varios proyectes a la convocatoria del año 2006 pero no resultaron elegibles por diversos obstáculos que las bases imponen. Este esfuerzo realizado particularmente por Loma Bonita y Trece de Septiembre, y resultó infructuoso y muy frustrante para la población de estos ejidos y sus autoridades. 4.2.3. Taller con las autoridades ejidales Por razones propias de la dinámica de los ejidos la reunión final con la autoridades ejidales se realizará el próximo día 16 de octubre. En dicha reuniones se presentará la propuesta de estrategia integral de restauración de áreas dañadas y prevención de incendios forestales y se discutirá para definir cuales serian los elementos necesarios para elaborar acuerdos al interior de los ejidos sobre las tareas relacionadas con el uso del fuego, para evitar la afectación de los recursos naturales y las poblaciones humanas. Este taller se realizará con tres objetivos principales: • Difundir los resultados obtenidos en el proyecto (diagnóstico del uso del fuego, calidad del aire y salud humana) • Difundir los resultados de la Zonificación y priorización de requerimientos de restauración • Delinear posibles acuerdos con cada uno de los ejidos por separado, para iniciar la definición colectiva de acciones locales de restauración y prevención de incendios. En el Anexo 7 (Taller participativo) se incluye la presentación que se brindará durante el taller. CONSIDERACIONES FINALES En la Selva Lacandona, como en otros ecosistemas naturales del trópico húmedo, la presencia del fuego está asociada principalmente a las actividades humanas, por lo que resulta indispensable lograr algunas modificaciones al uso que actualmente se hace del fuego en la región de estudio. Anualmente en la región se pierden en promedio unas 475 hectáreas de cobertura arbolada. Esto permitió que en los últimos cinco años (2000-2005) se haya prácticamente duplicado la superficie agropecuaria en la región. Con esta tasa de deforestación, en 25 años se habrá perdido la totalidad de la superficie arbolada de los ejidos. Teniendo en cuenta estas tendencias, se podría estimar que un ecosistema prístino en 60 años podría quedar completamente destruido con la acción de 200 personas. En este contexto, sería altamente recomendable lograr un acuerdo interno a las comunidades que regule y norme el uso del fuego dentro de los ámbitos productivos. Se ha observado que si bien existen algunas reglas dentro de las comunidades, éstas no constituyen un reglamento ni acuerdo escrito, y la falta de seguimiento de las mismas no implica sanción alguna por parte de las autoridades (excepto el caso del ejido Reforma Agraria). Esta situación ha sido planteada en las últimas visitas a las comunidades, y si bien en la mayoría de los casos la población se muestra de acuerdo en la problemática planteada, aún es necesario favorecer el establecimiento de actividades más organizadas y controladas. Con respecto a la restauración ambiental, aunque el enfoque del presente proyecto se concentra principalmente en áreas dañadas por incendios, el análisis espacial del paisaje nos permitió identificar ciertas áreas como críticas para el funcionamiento de la microcuenca que corresponde a esta porción del río Lacantún. En este contexto, se identificó de manera conjunta con las comunidades, la necesidad de restaurar las riberas de ciertos arroyos que presentan cierto grado de deterioro. Por lo mismo, en la última salida de campo (agosto) se acordaron recorridos por los distintos arroyos de los ejidos Galacia, Reforma Agraria y Loma Bonita. Los sectores recorridos fueron georrefrenciados. Es muy importante destacar que estos recorridos implican un primer acuerdo con estas comunidades para dar inicio a actividades locales de restauración dentro de sus predios. Los resultados de este proyecto sientan las bases para que las comunidades avancen en un proceso interno de organización para la conservación, restauración de sus ecosistemas y para la prevención de incendios. Las reuniones realizadas hasta la fecha han ido ganando la confianza entre los pobladores y sumado el interés para su involucramiento. Esto no ha sido tarea fácil por los antecedentes de participación de gobierno que no han logrado una mejoría en a sus condiciones de vida ni a sus ecosistemas. Sin embargo, es indispensable que las acciones propuestas empiecen a implementarse, en un inicio a manera piloto, con el involucramiento de las autoridades de los tres órdenes de gobierno. De lo contrario se puede quedar en un proceso de planificación, que al no ver resultados precisos genere frustración y desánimo entre la población y se revierta el avance logrado. Teniendo en cuenta estos aspectos, resulta de enorme importancia destacar la necesidad de la continuidad del presente proyecto. ANEXOS Anexo 1. Entrevistas sobre uso del fuego. Anexo 2. Mapas de quemas para la temporada 2006. • Mapa de ejidos y quemas 2006 ilustrado. • Mapa de ejidos y tipos de quemas 2006 • Mapa de quemas realizadas en el 2006 Anexo 3. Uso del fuego agropecuario en el trópico húmedo Anexo 4. Monitoreo sobre Calidad del aire. Anexo 5. Zonificación. • Mapa de comparación de los cambios de cobertura vegetal entre los años 2000 y 2005. Anexo 6. Propuesta de restauración ambiental. Anexo 7. Presentación en Power Point para el Taller Participativo LITERATURA CITADA Lozano-Vilano, M. de L., et al. 2006. “Diversity and conservation status of the ichthyofauna of río Lacantun basin in the Biosphere Reserve Montes Azules, Chiapas, México”, en prensa. De la Maza J., 2006. Montes Azules, patrimonio natural de México y del mundo. Una experiencia exitosa de conservación, Revista Pulso Ambiental. Cochrane M. A., 2001. Synergistic interactions between habitat fragmentations and fire in evergreen tropical forest. Conservation Biology 15: 1515-1521. Cochrane M. A., 2003. Fire science for rain forest. Nature 421: 913-918. Cochrane M. A. y Laurence W.F., 2002. Fire as a large-scale effect in Amazonian forest. J. of Tropical Ecology 18: 311-325. Uhl C. y Buschbacher R., 1985. A disturbing synergism between cattle ranch burning practices and selective tree harvesting in Eastern Amazon. Biotropica 17: 265268. ANEXO 1. ENTREVISTAS SOBRE EL USO DEL FUEGO 1) Entrevistas a individuos socialmente representativos (autoridades) 1.1) Formato 1. ¿En la comunidad se ha aprobado algún reglamento sobre el uso del fuego? 2. ¿Cuáles son las reglas aprobadas o planteadas sobre cómo realizar las quemas? 3. En la comunidad, ¿respetan el reglamento? 4. ¿Quiénes son las personas que queman? 5. ¿En dónde queman? 6. ¿Cuál es la razón por la que queman? 7. ¿Cuál es la hora en que usualmente queman? 8. ¿Con qué y cómo queman? 9. ¿Qué experiencias negativas han tenido con el uso del fuego? 10. Algunas fechas y sitios que recuerde en donde han tenido incendios. 1.2) Respuestas Nombre: Germán Hernández Comunidad: Reforma Agraria Cargo: Secretario Fecha: 3/04/06 Reglamentación comunitaria En el 2000 se formó en la comunidad la brigada de combate de incendios con la asesoría de la UAM, del grupo Ambio A.C. y otros. Desde entonces se hacen guardarrayas o rondas para quemar potreros y en el área agrícola. Se quema a cualquier hora, a las 11:00hs, también a las 16:00hs indistintamente, lo más importante es avisar, para no hacerlo solo. Usos y técnicas Desde niños aprenden los ejidatarios a usar el fuego para preparar la tierra para la producción, en lo personal el entrevistado aprendió en la Chinantla, de donde es originario. En general se prende con cerillo el fuego, en la época de secas que es cuando se usa el fuego. Durante el ciclo otoño invierno, en vez de quemas se pica el rastrojo o malezas para preparar la tierra. En los casos de contar con variedades de pastos de calidad, tales como el humedícola, estrella, egipto y grama, no se quema, pero en los casos del tanzania, o taiwán entre otros, si se quema sobre todo para el control de plagas. Momentos críticos en el uso del fuego 1 En el año de 1997 se quemaron 30 has. de la reserva comunitaria de selva. El fuego vino de los potreros del ejido de Pico de Oro. Nombre: Leobardo Simón Comunidad: López Mateos Cargo: Presidente del Comisariado Ejidal Fecha: 3/04/06 Reglamentación comunitaria La comunidad cuenta con reglamento, el cual consiste en avisar a las autoridades las personas que van ha realizar las quemas. Se debe realizar sus guardarayas y avisar a los dueños de las parcelas colindantes para que estén pendientes. No está establecido un horario formal, la gente quema en la mañana o en la tarde después de una lluvia ligera. Usos y técnicas Se quema todos los años en las parcelas agrícolas y pecuarias indistintamente, y aunque no elaboran un calendario de quemas aprobado en asamblea, entre los ejidatarios se coordinan para quemar juntos y ayudarse. Momentos críticos en el uso del fuego En el año de 1997 se quemaron algunas hectáreas de un incendio provocado en Pico de oro y el año pasado el fuego vino del lado de San Isidro, comentó que el 97 fue un año muy seco y la gente de Pico de Oro es muy descuidada, lo que provoco un gran incendio y a pesar de que ellos no están capacitados y nadie les ha dado equipo, han participado en apagar los incendios y les gustaría recibir capacitación. Nombre: Eutiquio Marroquín Comunidad: Galacia Cargo: Presidente del Comisariado Ejidal Fecha: 3/04/06 Reglamentación comunitaria La comunidad cuenta con un reglamento de palabra no escrito. Para quemar deben hacer guardarraya en la parcela, dar aviso a las autoridades y a los dueños de las parcelas colindantes para que estén pendientes. El horario de quema depende de la temporada, si está muy húmedo se quema a cualquier hora, pero si está muy seco se quema en la mañana. Usos y técnicas Se quema todos los años en las parcelas agrícolas, sobre todo para la producción de maíz. En los potreros se quema sobre todo cuando el pasto está muy viejo, para obtener renuevo y controlar malezas. En general se quema sólo con fuego sin usar ningún otro combustible. 2 Momentos críticos en el uso del fuego En el año de 1998 hubo muchas quemas, estaba muy seco. Una persona de este pueblo prendió su potrero y no lo cuidó, la lumbre se extendió a otras parcelas. A partir de este incendio, quedó prohibido hacer quemas sin avisar. Siempre que se presenta un incendio, toda la comunidad participa en su combate, pero no se ha recibido capacitación. Nombre: Juan Santana Comunidad: Playón de la Gloria Cargo: Presidente del Comisariado Ejidal Fecha: 4/04/06 Reglamentación comunitaria En el año de 2003 Ambio A.C. les apoyó para elaborar un reglamento de quemas controladas. Existe a partir de entonces una brigada comunitaria que supervisa las brechas cortafuego que tienen que hacer antes de cada quema. Tienen que notificar a los vecinos para realizar tareas de manera coordinada. La autoridad también debe ser notificada. Usos y técnicas Se quema indistintamente tanto en la zona agrícola como en los potreros. Momentos críticos en el uso del fuego En esta comunidad todos respetan el reglamento, resultado de las malas experiencias con el fuego. Comentó que en el año 1999 se quemó la UMA en un incendio que fue provocado en Galacia por el señor Fausto Marroquín, y el siguiente año llegó un incendio desde Flor de Marqués. Después de esas experiencias, Ambio A.C. asesoró en la elaboración del reglamento, y desde entonces ya no han tenido problemas con el fuego. Nombre: Manuel Lombera Comunidad: Chajul Cargo: Ejidatario Fecha: 3/04/06 Reglamentación comunitaria Para quemar deben hacer guardarraya en el potrero y tienen que avisar a los dueños de las parcelas colindantes para que estén pendientes. Usos y técnicas En los potreros se quema sobre todo cuando el pasto está muy viejo, para obtener renuevo y controlar malezas. En general se quema sólo con fuego sin usar ningún otro combustible. Las guardarrayas se hacen con herbicidas (faena) porque el fuego quema las cercas. Momentos críticos en el uso del fuego En su caso, de todos los años que ha usado el fuego sólo el año pasado se le escapó, pero lo pudo controlar. 3 Nombre: Efrén Díaz Comunidad: Trece de Septiembre Cargo: Presidente del Comisariado Ejidal Fecha: 4/04/06 Reglamentación comunitaria El reglamento consiste en que se tiene que dar aviso para quemar la parcela y no se debe hacer de manera individual. Se tienen que coordinar un grupo de ejidatarios para realizar la quema de sus parcelas, en conjunto se va trabajando en cada parcela, de tal manera que nunca están solos realizando las labores. A esta faena colectiva le denominan “Cambio de Manos”, la regla es avisar y ayudarse. Usos y técnicas Se quema indistintamente tanto en la zona agrícola como en los potreros, todos los años en la zona agrícola y de manera intercalada en los potreros. Generalmente queman por la tarde, pero esto no es parte del reglamento. En esta comunidad para dividir las parcelas se tiene una guardarraya de 1m. Momentos críticos en el uso del fuego Se toma con mucha responsabilidad y cuidado la realización de las quemas, debido a eso nunca se han presentado incendios. Nombre: Jorge Pineda Comunidad: Loma Bonita Cargo: Presidente del Comisariado Ejidal Fecha: 4/04/06 Reglamentación comunitaria Se tiene que dar aviso a la autoridad, y es responsabilidad de cada persona cuidar el fuego para que no se propague. Se hacen guardarrayas y se quema después de las 3 de la tarde. Usos y técnicas No se usan combustibles, y se realiza en la zona agrícola y en los potreros para sanear y para abrir nuevas parcelas. Momentos críticos en el uso del fuego No se tiene ningún registro de incendio y tampoco han recibido capacitación. 2) Entrevista a productores en general 2.1) Formato 1. ¿Cuándo quema? 2. ¿Dónde quema? (si se quema potrero o hay cambio de uso del suelo) 4 3. 4. 5. 6. 7. ¿Cómo quema? ¿Qué resultado ha tenido con las quemas? ¿Cómo aprendió y de quién? ¿A partir de cuándo lo hace? ¿Qué problemas ha tenido con las quemas? 2.2) Respuestas Comunidad: Reforma Agraria Número de entrevistados: 3 Fecha: 24/05/2006 Todos los entrevistados declararon que en la comunidad el fuego ya no es utilizado con fines agropecuarios. Las milpas se preparan a través del trillado, y en el caso de los potreros se intenta machetear todos los años para evitar que el mismo se “enmonte” y se necesario quemar. Además, la comunidad posee muchas de sus tierras en la llamada “vega” (tierras de ribera) que no suelen quemarse. El fuego sólo se utiliza en el caso en que se desee rozar y tumbar la selva para ampliar la frontera agropecuaria. Sin embargo, en los últimos años no se han abierto nuevos trabajaderos. La comunidad tiene una fuerte organización con respecto al uso del fuego, y cuenta con un Comité de Vigilancia. En caso de ser necesario el uso del fuego, es obligatorio avisar a las autoridades de la comunidad, y realizar guardarrayas de 4m de ancho, las cuales deben ser verificadas por el jefe del Comité. El fuego se coloca en los bordes de la parcela y en contra del viento, para mantenerlo bajo control. Comunidad: López Mateos Número de entrevistados: 3 Fecha: 24/05/2006 El fuego se usa para preparar las milpas y en mayor medida para el mantenimiento de los potreros. También se utiliza mucho para abrir nuevos trabajaderos a partir de tumbar la selva. Sin embargo, algunos pobladores ya utilizan el trillado para la milpa y no queman sus parcelas. Las quemas se realizan alrededor de las 10:00 -11:00 hs, aunque a veces se realizar más temprano. Se quema en grupos, y se llevan bombas de agua como precaución. Se hacen guardarrayas de 2m de ancho. El fuego se coloca en los bordes de la parcela, en contra de la dirección del viento. El uso del fuego se aprende de los familiares. 5 Comunidad: Galacia Número de entrevistados: 4 Fecha: 23-24/05/2006 Aunque algunas personas utilizan el fuego utiliza para preparar la parcela para el cultivo, otras consideran que esto ya no es útil y sólo lo usan para quemar los “acahuales” (vegetación secundaria). Según algunas personas las quemas han disminuido en el ejido, y la gente está conservando bastante selva. El número de personas que ayuda depende del tamaño de la parcela a quemar; por lo tanto a veces quema una sola persona. Si el terreno es muy grande, es necesario quemar en grupo, y avisar a los vecinos colindantes. Se hacen guardarrayas 1m de ancho y se llevan bombas de agua como precaución. El horario de la quema es variable, ya que algunos lo hacen a las 10:00, 11:00 ó bien a las 3:00 o 4:00 de la tarde. La lumbre se coloca en los bordes de la parcela, en contra de la dirección del viento. El uso del fuego se aprende de tanto de los familiares como de otros productores del ejido. Hace tres años hubo problemas con un fuego que se escapó. Comunidad: Playón de la Gloria Número de entrevistados: 4 Fecha: 23/05/2006 Varios indican que el ejido el uso del fuego ha disminuido. En particular, las milpas ya no queman tanto debido a la introducción del frijol abono; sin embargo se sigue quemando para la roza o para el mantenimiento de los potreros, aunque esto no todos los años. No es necesario avisar a las autoridades, y a veces ni si quiera a sus vecinos colindantes, dependiendo de la dificultad del trabajo, al igual que el número de personas que participa y apoya en la quema. La quema se realiza en grupos de personas más cercanas, no necesariamente participan todos los ejidatarios. Siempre se espera una primera lluvia antes de quemar para que no esté tan seco. Se hacen guardarrayas, cuyo ancho dependerá del tamaño de la quema y de la altura de la vegetación. Se llevan bombas de agua como precaución. Algunas personas queman bien temprano, como a las 7 de la mañana, pero otros lo hacen a partir de las 11hs o por la tarde. El fuego se coloca en los bordes de la parcela, de tal manera que se encuentre en el centro y se apague. 6 El manejo del fuego se aprende de sus progenitores y desde siempre se ha utilizado para estas actividades de preparación. Aunque los problemas con el fuego han disminuido, en los últimos años ha habido algunos incendios que llegan de otros ejidos. Antes no había cuidados pero ahora están más organizados. Comunidad: Chajul Número de entrevistados: 3 Fecha: 22-23/05/2006 Se quema para limpiar y preparar los potreros cuando están enmontados, pero también la milpa. Los potreros se queman cada 2-3 años para limpiar, pero las milpas todos los años. Antes se quemaba sin protección ya que la selva contenía mucha más humedad y no se escapaba tanto el fuego. Hoy en día se hacen guardarrayas. Algunos queman cerca del mediodía pero otras indican que es mejor hacerlo alrededor de las 4 de la tarde. En general se avisa a los vecinos colindantes. Aunque algunas personas indican que se quema en grupos, otros aducen que no hay una organización del ejido para realizar las quemas y siempre hay problemas con el uso del fuego en la zona. Cada persona quema como le parece. Además, hay mucho problema con los incendios que se escapan del otro lado de la frontera con Guatemala y entran al ejido. Comunidad: 13 de septiembre Número de entrevistados: 4 Fecha: 22/05/06 El fuego se usa para limpiar y preparar el terreno para la siembra anual del maíz, todos los años. También se utiliza para limpiar potrero, pero en este caso menos frecuentemente, es decir, una vez que el potrero se ha “acahualado” o “enmontado”. Se espera siempre una primera lluvia que humedezca un poco el terreno para que al momento de quemar la tierra no esté tan caliente. Las quemas se realizan durante la época de secas, fundamentalmente durante el mes de mayo. El horario de quema puede ser a las 13-14hs o bien a las 16hs dependiendo de la humedad del día. Se busca encender el fuego desde la loma -el límite superior de la parcela- y hacia el planado, de tal manera que una vez que el fuego ha avanzado se enciende uno nuevo en la parte inferior para que finalmente los fuegos se encuentren en el centro y se apaguen. Otra manera es colocar el fuego en los bordes de la parcela. En general queman en pequeños grupos a los que se llama “ronderos”, nunca solos, y se avisa a los vecinos colindantes, pero no necesariamente a las 7 autoridades del ejido. Se hacen guardarrayas de aproximadamente 1-2m de ancho, hasta dejar el suelo desnudo. El manejo del fuego se aprende de sus progenitores y desde siempre se ha utilizado para estas actividades de preparación. No han tenido problema alguno con el uso del fuego en el ejido, al menos en los últimos años. Comunidad: Loma Bonita Número de entrevistados: 4 Fecha: 22/05/06 El fuego se usa para limpiar y preparar el terreno para la siembra anual del maíz o para limpiar potrero; aunque según algunas personas la gente está utilizando cada vez menos el fuego y en los últimos años no se ha utilizado para rozar y tumbar la selva. Las quemas se realizan durante la época de secas. Se espera una primera lluvia que humedezca un poco el terreno para que al momento de quemar la tierra no esté tan caliente. Hace dos años una persona no esperó esta lluvia y el fuego se le escapó. El horario de quema es variable, algunos dicen a las 8:30-9:00 hs de la mañana, a la 1:00 ó 2:00 de la tarde, o bien a partir de las 16hs, aunque este último horario es más peligroso ya que puede no estar apagado para cuando llega la noche, la gente suele retirarse a descansar y en ese momento puede escaparse. El fuego se enciende desde el borde de la parcela y se intenta llevarlo hacia el centro, donde se apaga. Se enciende siempre en contra de la dirección del viento. Aunque en general no queman solos, hay gente que sólo lleva de apoyo a algunos familiares y no arma grupos organizados. No siempre se avisa a los vecinos colindantes, ni a las autoridades del ejido. Se hacen guardarrayas de aproximadamente 1-2m de ancho, hasta dejar el suelo desnudo. Se lleva agua en bombas como precaución. El manejo del fuego se aprende de sus progenitores y desde siempre se ha utilizado el fuego para estas actividades de preparación. No han tenido problema alguno con el uso del fuego en el ejido, al menos en los últimos años. 8 ANEXO 3. FUEGO AGROPECUARIO EN BOSQUES TROPICALES HÚMEDOS Paula Meli1*, Julia Carabias2 y Gabriela Almeida1 1 Centro Interdisciplinario de Biodiversidad y Ambiente A.C. y Natura y Ecosistemas Mexicanos, A.C.; 2 Laboratorio de Ecología, Facultad de Ciencias, Universidad Nacional Autónoma de México. *Para correspondencia: Centro Interdisciplinario de Biodiversidad y Ambiente A.C. (CeIBA), Felipe Carrillo Puerto 54, Col. Villa Coyoacán, México D.F., CP 04000, México; o Natura y Ecosistemas Mexicanos A.C. (NATURA), San Jacinto 26, Col. San Ángel, México D.F. [email protected] INTRODUCCIÓN El fuego es un componente esencial de algunos ecosistemas naturales y participa a través de diferentes procesos para su mantenimiento. Por ejemplo, las sabanas africanas, los bosques boreales, la taiga ruso-siberiana y las grandes masas de coníferas de Norteamérica dependen de la recurrencia de incendios forestales. Incluso algunos endemismos, como el Pinus canariensis de las faldas de los volcanes de las Islas Canarias, que brotan después de los incendios, pudieron haberse seleccionado por la presencia del fuego. El caso del Pinus oocarpa de Centroamérica está asociado a la presencia de los incendios provocados por la actividad de los volcanes, por solo mencionar algunos ejemplos de la dependencia de algunos ecosistemas y especies a la presencia recurrente del fuego (Vélez, 2000). Sin embargo, actualmente el fuego es utilizado en actividades humanas de una manera que dista bastante de su presencia natural en los ecosistemas, constituyéndose a nivel general como un mecanismo que fuerza a la transformación del paisaje, alterando los procesos del suelo e impactando en la química atmosférica regional y el clima (Finkelstein, 2004). En el trópico húmedo el fuego no es un factor ecológico natural, sino que su presencia está asociada principalmente a las actividades humanas (Goldammer y Seiberg, 1989; Vayda, 1999), y su forma de uso depende del tipo de uso de suelo (Uhl y Buschbacher, 1985; Cochrane, 2001; Cochrane y Laurence, 2002; Bucini y Lambin, 2002). El fuego se utiliza principalmente con fines agropecuarios, a través de la roza-tumba-quema (RTQ), y constituye un elemento de transformación de los ecosistemas naturales a agrosistemas, de manejo y mantenimiento de estos últimos, y de prevención del proceso de sucesión natural (c.f. Eva y Lambin, 2000). Los efectos del fuego sobre los ecosistemas se han estudiado desde diversos aspectos y a distintos niveles, incluyendo desde la alteración de la condición edáfica local (Giardina et al., 2000), hasta sus impactos asociados al fenómeno de calentamiento global, ya que el uso del fuego tiene implicancias sobre el cambio 1 climático a partir de las emisiones de CO2 (Tinker et al., 1996) y la disminución potencial del secuestro de carbono por la vegetación y los suelos (De Koning et al., 2003; House et al. 2002; Jaramillo et al. 2003; Kauffman et al. 2003; Page et al. 2002). Andreae (1991, citado por Brady, 1996) postula que la quema de bosques, en especial de los trópicos, es el mayor contribuyente del aumento de los gases invernadero, contribuyendo hasta en un 25% (EPA, 1990). Por otro lado, el humo que se produce en quemas e incendios puede tener efectos negativos sobre la salud humana, incluyendo enfermedades respiratorias y cardiovasculares (Kunii, 1999). Desde hace algunas décadas se ha propuesto que el uso “tradicional” del fuego no afecta significativamente la dinámica natural de los ecosistemas (c.f. Nye y Greenland, 1960). Por ejemplo Terborgh (1999) plantea que la RTQ causa pequeña o ninguna erosión del suelo, ya que el mismo nunca es volteado ni expuesto totalmente; la erosión llega con la mecanización. Sin embargo, las prácticas tradicionales se han ido modificando en las últimas décadas, principalmente por presiones demográficas que determinan la disminución de los períodos de descanso de las parcelas y la diversidad de cultivos utilizados, el aumento de la frecuencia y superficie de las quemas, y la introducción de pesticidas. Además, en muchos casos el fuego se sale de control, ocasionando incendios forestales que afectan no sólo a los sistemas productivos y la población, sino también a los ecosistemas naturales. En el presente trabajo se analiza la forma de uso de fuego sus implicaciones y normatividad en siete comunidades colindantes con la Reserva de la Biosfera de Montes Azules, del Estado de Chiapas. El Sistema Roza – Tumba – Quema El sistema de Roza – Tumba – Quema (RTQ), es un sistema agrícola que se remonta a los inicios de la agricultura y es pionero de otras formas de aprovechamiento agrícola en regiones boscosas cálidas, templadas y aún semiáridas. Sus principales características son (sensu Hernandez X. et al., 1995): 1.- La denudación de un área con vegetación arbórea, mediante la roza de las herbáceas y los arbustos y la tumba de los árboles, para la producción de cultivos anuales de uno a tres años consecutivos. 2.- El uso del fuego en el periodo más cercano al establecimiento de la época de lluvias, para limpiar el área de la vegetación derribada y tras haber abierto brechas circundantes a la parcela. 3.- Posterior al cultivo, el mantenimiento de un barbecho lo bastante largo para que la cubierta forestal se restablezca y restituya el nivel de la fertilidad 2 de los suelos, antes de utilizar nuevamente el terreno para la producción agrícola. El hecho de que sea un sistema ancestral, desde los orígenes de la agricultura, podría suponer que tiene un conjunto de componentes que lo han hecho viable en un largo plazo. Sin embargo, esta aseveración es controvertible, ya que los datos de la transformación de los ecosistemas naturales a nivel mundial, para convertirse en cultivos agrícolas, y sus impactos en la biodiversidad, suelo, agua y atmósfera, manifiestan que la agricultura no ha sido una actividad productiva sustentable. Si bien no toda la superficie abierta corresponde al sistema de RTQ, una parte muy considerable, particularmente en el trópico sí lo es. En el mundo existen alrededor 240 millones de hectáreas de bosque y 170 millones de ha de bosque abierto involucradas en la rotación de cultivos, lo cual representa el 30% de la tierra arable (Brady, 1996). Actualmente, se ha perdido el 49% de la cobertura de bosques, y se ha desertificado alrededor de 15% de la superficie terrestre del planeta (Brady, 1996). Además se estima que 25% de la producción de los gases efecto invernadero provienen del uso del fuego para actividades agropecuarias. El sistema RTQ ha resultado sin duda alguna el sistema más eficiente para la unidad de producción familiar y comunitaria a lo largo de la historia, ya que sólo requiere la mano de obra de la familia y/o grupo de familias de la comunidad y de experiencia local y conocimiento tradicional. Cuando los requisitos expresados por Hernandez X. et al. (1995) se cumplen cabalmente, los impactos ambientales disminuyen notablemente. No obstante en todos los casos los ecosistemas naturales originales se destruyen, y aunque se dejen posteriormente descansar en un “barbecho lo bastante largo para que la cubierta forestal se restablezca”, existe abundante evidencia científica que demuestra que la regeneración de las selvas tropicales se cuenta en periodos de muchas decenas de años, muchos más que la duración del barbecho. Si bien algunos servicios ambientales se recuperan con el barbecho largo del sistema RTQ, es decir permitiendo la formación de un acahual (vegetación secundaria) de más de 10 años, tales como la fertilidad de los suelos, captación de agua, absorción de gases efecto invernadero, provisión de materias primas, entre otros, sin duda alguna la biodiversidad de acahual es mucho menor y diferente que la de la selva primaria. Por lo ello, incluso aplicando puntualmente los requisitos de la RTQ, nunca será un sistema sustentable, ya que las poblaciones de plantas y animales nativos de los ecosistemas tropicales se ven seriamente afectadas. Aunado a lo anterior, el problema se agrava debido a que en décadas recientes la aplicación de los requisitos de la RTQ dista mucho de cumplirse. Tres componentes son indispensables para que el sistema genere los menores impactos posibles en el suelo y en los ecosistemas circundantes. 3 1.- Apertura de brechas cortafuego para evitar que el fuego se descontrole e incendie los ecosistemas colindantes. 2.- Aplicación del fuego en tiempo y forma establecido (ver más adelante el detalle de la normatividad). 3.- Descanso de un tiempo largo para que se reestablezca la cubierta vegetal y se restituya la fertilidad del suelo. Estos tres elementos básicos, aplicados históricamente, generaron sistemas de organización tradicional comunitaria que los hacía viables, tales como la mano vuelta, tequio o cambio de mano, denominación que se le da en distintas regiones al trabajo comunitario organizado. El sistema RTQ se adaptaba a las condiciones climáticas de cada año, lo cual formaba parte de la experiencia comunitaria y del conocimiento tradicional. De hecho, los campesinos que mejor sabían aplicar en tiempo y forma el fuego, y controlarlo, eran los más reconocidos en la comunidad e incluso se convertían en las autoridades locales. Las estructuras de gobierno a través de los Consejos de Ancianos, eran clave para el uso del fuego en la agricultura. Otro componente indispensable para que funcione el sistema RTQ tiene que ver con la tenencia de la tierra o la cantidad de tierra que se asigna por unidad familiar en el caso de las comunidades y ejidos. Para que una familia pueda resolver sus necesidades básicas de alimentación requiere por lo general 2 a 3 hectáreas para cultivar. Además esta superficie se puede atender con la mano de obra familiar. Los requisitos del sistema implican que se debe dejar descansar por un periodo largo la tierra para que “la cubierta forestal se restablezca y restituya el nivel de la fertilidad de los suelos, antes de utilizar nuevamente el terreno para la producción agrícola”. Estos periodos de descanso varían según el tipo de suelo, de clima, de la pendiente del terreno y de la vegetación circundante, y se recomienda que no sean menores a 15 años (Remmers y Ucán Ek’, 1996). Ello implicaría que cada unidad familiar tuviera acceso al menos a 15 hectáreas para garantizar que los periodos de descanso de cada parcela se cumplan (ver esquema). Esta realidad ha cambiado en el campo mexicano por muchos factores que desbordan el análisis de este documento. Entre los que compete a la alteración del sistema RTQ se puede resaltar, en primer lugar la dsminución de la superficie disponible para cultivos de la unidad familiar. El campesino ya no tiene acceso a superficies amplias; en promedio cuenta con una superficie de 5 hectáreas, lo cual es definido por Warman (2001) como minifundismo. Ello implica que el periodo de descanso se acorta, lo que conduce “al abatimiento de los rendimientos agrícolas, la disminución cuantitativa y cualitativa de los aprovechamientos forestales, así como la rotura y erosión de los elementos culturales campesinos”. En segundo lugar, se observa una disminución de la mano de obra invertida en los cultivares y en el sistema RTQ. La incorporación de la economía campesina a la economía de mercado provoca que en la actualidad la mayoría de los campesina 4 emplea su fuerza de trabajo en otras actividades además de en sus cultivares. Ello implica que no puede dedicar el mismo esfuerzo a sus parcelas. Muchas veces incluso contrata peones para realizar la tumba e incluso la quema. La emigración incrementa estos problemas. Por último, se da una pérdida de las tradiciones culturales, de la organización y de las estructuras de gobierno tradicionales. El conocimiento tradicional se ha ido perdiendo paulatinamente. Los jóvenes no están recibiendo el conocimiento de sus padres como estos lo heredaron de sus hijos. Las estructuras organizativas y de gobierno tradicionales se han sustituido por las estructuras administrativas- políticas que rigen al país en general. Los Consejos de Ancianos pierden su autoridad. La experiencia de adaptar los cultivos, en tiempo y forma, a la variabilidad climática se pierde. La mano vuelta o tequio disminuye notablemente. La migración agudiza estos problemas. Esquema de rotación de parcelas. La cruz indica el periodo de uso de una parcela dada. 1 X X 2 X X 3 4 X X X X 5 X X 6 7 8 AÑOS 9 10 11 12 13 14 15 16 P A R C E L A S X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X La suma de estos elementos, que alteran el sistema de RTQ en la actualidad (menos superficie por unidad familiar, menos mano de obra y falta de conocimiento) han provocado que las parcelas se mantengan muchos años bajo cultivo, lo cual va agotando la fertilidad de los suelos. Ello se compensa con la aplicación de agroquímicos. Esta forma de cultivar, dependientes de insumos industriales agrícolas externos, encarece la producción, la cual se paga con la venta de la mano de obra del campesino en otras actividades productivas, incrementando la pérdida del conocimiento tradicional. Por otro lado, el uso inadecuado de agroquímicos, en cantidad y calidad, contamina el suelo, el agua, afecta a las poblaciones de plantas y animales y a la salud humana. 5 Además, la vegetación original y secundaria arbórea se reduce, disminuyendo la biodiversidad y sus servicios ambientales. El campesino disminuye sus posibilidades de encontrar en sus propias parcelas las materias primas para cubrir sus necesidades básicas (madera, fibra, alimento, medicina etc.) lo cual obliga a adquirirlas en el mercado y para ello vender su fuerza de trabajo. Al mismo tiempo, la regeneración de la vegetación no recupera la estructura ni composición del ecosistema original debido a que: a) los ecosistemas circundante ya no son selva sino parcelas agropecuarias, disminuyendo la disponibilidad de propágalos. Por último, el fuego se aplica inadecuadamente, por lo general sin brechas cortafuego, o de tamaño insuficiente (se requiere mucha mano de obra para tener buenas brechas cortafuego), y en horas y días no propicios. La pérdida de control del fuego es muy común y se extiende a los ecosistemas naturales o acahuales circundantes provocando incendios forestales. El 70 % de los incendios forestales en México en el trópico se deben a las actividades agropecuarias. En resumen, los requisitos del sistema RTQ, en las nuevas condiciones del campo mexicano no se aplican, por lo que genera impacto negativos muy importantes en la salud humana y en los ecosistemas naturales que deben ser evaluados. Algunos elementos que ha aportado la ciencia se mencionan a continuación. Efectos del fuego sobre los ecosistemas tropicales húmedos Aunque muchos estudios han demostrado que el fuego controlado puede ser una herramienta útil para mejorar la calidad de los ecosistemas en bosques templados y disminuir el riesgo de incendios, su presencia en los bosques tropicales húmedos implica una variedad de efectos negativos. El fuego en el trópico húmedo no es un elemento de selección natural, raramente es un elemento natural (excepto en años de extrema sequía), y por lo general está acompañado la presencia humana. Los bosques tropicales húmedos prístinos con dosel cerrado son prácticamente inmunes al fuego ya que mantienen la humedad suficiente, aún en estaciones muy secas, que hace casi imposible una combustión sostenida (Cochrane, 2003). Sin embargo, cuando se produce una extracción selectiva de árboles del dosel, el bosque primario se vuelve susceptible de ser incendiado, ya que debido a la extracción, aumenta el combustible y el tamaño de los parches que reciben insolación directa (Holsdworth y Uhl, 1997). En los bosques tropicales húmedos los fuegos, cuando ocurren, suelen ser de superficie, no de copa. Además, los incendios suelen ser más frecuentes e intensos en selvas que han sido quemadas previamente (Uhl y Kauffman, 1990; Holsworth y Uhl, 1997; Cochrane et al., 1999; Cochrane y Schulze, 1999; Goldammer 1999), ya que la deforestación y otros disturbios reducen la cantidad de vegetación 6 transpirando agua, y por lo tanto la humedad relativa local, lo cual hace al bosque más susceptible de nuevos incendios (Cochrane, 2003). Los fuegos recurrentes suele ser más dañinos, ya que se genera un círculo vicioso: a mayor mortalidad de árboles mayor apertura del dosel; aumenta la producción de combustible y la potencialidad de “secarse” el bosque (Cochrane et al., 1999); se modifica el balance de nutrientes del suelo, especialmente a través del proceso de pirodenitrificación (Crutzen y Andreae, 1990), y se incrementa su tasa de erosión (Guerra et al., 1998). Aún incendios cortos y de baja intensidad causan daños permanentes, ya que la mayoría de las especies tiene cortezas delgadas (Uhl y Kauffman, 1990), por lo que se secan y mueren en los siguientes meses o años (Nepstad et al., 1999). Aunado a lo anterior, la presencia de especies exóticas, que afectan la estructura del ecosistema, puede alterar también la cantidad y distribución del material combustible y por ende el comportamiento del fuego, en particular su régimen (frecuencia, intensidad, extensión, tipo, etc.), ya sea a través de modificaciones internas (i.e. humedad y composición química del tejido vegetal), como externas (i.e. cantidad y continuidad del combustible) (Brooks et al., 2004). Cochrane (2003) realiza un breve recuento de los efectos nocivos del fuego en los bosques tropicales húmedos, que incluyen: la pérdida de especies aún después de 15 años de haber sido quemado el bosque (Slik et al., 2002), la reducción del 85% de la disponibilidad de semillas en la hojarasca, y reducción del 60% de los primeros 1.5cm del suelo (Van Nieuwstadt et al., 2001), un decremento general en la floración y fructificación de las especies (Kinnaird et al., 1998), la alteración de la composición de especies vegetales (se favorecen la pioneras y demandantes de luz, lianas, pastos y pequeñas trepadoras), y animales (Cochrane, 2002; Fredericksen y Fredericksen, 2002; Barlow et al., 2002). Estos disturbios diminuyen la calidad del ecosistema y de sus servicios ambientales: disminuye su contribución al balance del CO2 global; su capacidad de retener agua y de controlar inundaciones, erosión y sequías (Román Cuesta et al., 2004; Cochrane, 2002). Efectos del fuego agropecuario sobre el suelo El uso del fuego en sistemas productivos tiene implicancias diferentes con respecto a su presencia en bosques tropicales húmedos, considerando que el material combustible y las condiciones ambientales son muy diferentes. La RTQ se aplica bajo la premisa de que el fuego tiene efectos positivos en la disponibilidad de nutrientes del suelo, ya que se produce una ceniza rica en nutrientes (fundamentalmente P y cationes) que son incorporados al suelo con las lluvias posteriores (Nye y Greenland, 1960). La quema de vegetación secundaria permite (1) aumentar el pH del suelo a través de la incorporación de cenizas alcalinas, (2) eliminar malezas y con ellos enfermedades, (3) facilitar la siembra. La incorporación de nutrientes al suelo dependerá de la cantidad y calidad de las 7 cenizas (composición de la vegetación y edad del parche de vegetación secundaria) (Kato et al., 1999). Por ejemplo, Hernández y Hernández (2002) observan que para los nutrimentos del ciclo sedimentario hay una reincorporación del 21 al 34% del material perdido por la quema, mientras que de materia orgánica y nitrógeno solamente hasta un 2% -en detalle, con la quema se pierde el 94.7% de la materia orgánica, el 97% del N, 61% del P, 65% del Ca y Mg, y 76% del K (Hernández y Hernández, 2002); esto quiere decir que la quema reduce el contenido de nutrimentos en el ecosistema, pero en el suelo en particular esto sólo se refleja en los contenidos de materia orgánica, P y K (Hernández y Hernández, 2002). Sin embargo, el uso del fuego podría tener consecuencias a largo plazo en el balance de nutrientes del suelo (Raison et al., 1993). Algunos estudios han puesto bajo discusión los posibles beneficios de la RTQ; Giardina y colaboradores (2000) hacen una revisión de estos estudios, especialmente analizados a partir de los efectos. Biomasa aérea. Al quemar la vegetación muerta resultado de la tumba, se pierden N, P y cationes como Ca, Mg y K. El nivel de pérdida depende de la temperatura de volatilización de los elementos, y el grado de recuperación de su fuente de origen. Aunque el N y algunos cationes se pueden recuperar en parte a partir de lluvias, material parental o fertilizantes, su disponibilidad para las plantas es menor. La incorporación al suelo a través de la ceniza se ha estimado en 3% (N), 49% (P), 50% (Ca) y 57% (K) (Giardina et al., 2000), pero además hay que tener en cuenta que parte de esta ceniza se pierde por viento o agua, y sobretodo la disponibilidad de estos nutrientes a las plantas. Por otro lado, la mayoría de los estudios reportan un aumento en el pH del suelo debido a la capacidad neutralizante de la ceniza al consumo de iones hidrógeno durante la combustión (Giardina et al., 2000). La adición de ceniza frecuentemente aumenta la actividad microbiana porque C lábil es adicionado el suelo, o bien porque la mineralización del C nativo es estimulada por los cambios de pH y la adición de nutrientes. La quema puede liberar hacia la atmósfera hasta el 92% de N, Ca, Mg, K y P contenidos en la biomasa aérea (Hernández y Hernández, 2002). Biomasa subterránea. Corresponde a organismos del suelo (hongos, macrofauna, bacterias), micorrizas, raíces de plantas. Su importancia radica en que determina la descomposición de la materia orgánica, la tasa de mineralización de nutrientes y la disponibilidad de éstos para ser tomados por las plantas (Paul y Clark, 1996). Raison (1979) indica que temperaturas mayores a 127Cº pueden esterilizar por completo el suelo; y aunque después de la quema se supone que se la comunidad microbiana se recupera rápido (Matson, 1987) sería necesario más estudio. Materia orgánica. El calentamiento del suelo altera la composición química de la materia orgánica (Fernández et al., 1997) a través de la desecación y la pérdida de la biomasa microbiana, con efectos específicos sobre los diferentes nutrientes. Por ejemplo, el P está contenido en la materia orgánica y en minerales inorgánicos (arcillas), pero con una combustión completa de la materia orgánica se puede perder hasta el 60%. Raison y colaboradores (1985) encuentran gran cantidad de P en 8 cenizas y superficie del suelo después de un fuego; este P se puede perder por escorrentía, erosión y o lavado. Si la temperatura de combustión es lo suficientemente alta, las moléculas orgánicas pueden recubrir las partículas individuales del suelo, generando una capa resistente a la percolación (DeBano et al., 1998). Al mismo tiempo, la combustión de materia orgánica parcial o totalmente descompuesta y de hojarasca, puede incrementar el potencial de erosión e iniciar un flujo de detritos (Wells, 1987, citado por Finkelstein, 2004). Giardina y colaboradores (2000) han concluido que la sustentabilidad biofísica de los suelos bajo la RTQ todavía resulta dudosa; debido a esto, son necesarios estudios a nivel de ecosistema para determinar varios puntos pendientes. Brady (1996) postula que es necesaria la investigación para mejorar la utilización y el ciclo de nutrientes en este tipo de sistemas; en especial en lo que refiere a residuos orgánicos y materia orgánica; los primeros evitan la erosión y el escurrimiento, pero además mantienen las condiciones físicas del suelo y la infiltración. Walker y colaboradores (1986) identifican tres fuentes de aumento de la fertilidad de un suelo: la materia orgánica, la biomasa microbiana y la biomasa aérea. El grado al cual la RTQ alteraría estas fuentes necesita un mayor estudio. Se requieren estudios a nivel de ecosistema (distintos bosques, tipos de suelo, frecuencias de quema, etc.), así como estudios específicos sobre (sensu Giardina et al., 2000): i. Cantidad de nutrientes contenidos en la biomasa quemada ii. El contenido de nutrientes en la ceniza y en los detritos no quemados iii. La cantidad de nutrientes de la ceniza que se pierden iv. La cantidad neta de nutrientes no disponibles para la plantas que son transformados en formas minerales disponibles v. El grado al cual los incrementos en el pH modifican la disponibilidad de nutrientes (p.ej. capacidad de absorción de P) vi. El impacto de la quema en la biomasa y la actividad microbiana (tasas de mineralización de C y N) Por último, es necesario estudiar con mayor detalle el control de malezas, que es en realidad, la principal causa de abandono de una parcela (Brady, 1996). La normatividad mexicana sobre el uso del fuego En México, la normatividad sobre el uso del fuego está regulada fundamentalmente a través de la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable (DOF, 26 de diciembre de 2005), y la NOM-015-SEMARNAP/SAGAR-1997 (NOM 015) (DOF, 2 de marzo de 1999). Para esta región en particular, también se debe 9 considerar la Ley para la Prevención, Control y Combate de Incendios del Estado de Chiapas (DOF, 24 de febrero de 1999). La Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable en su segunda sección, artículo 13, plantea como una atribución del gobierno federal la regulación “…del uso del fuego en las actividades relacionadas con las actividades agropecuarias o de otra índole, que pudieran afectar los ecosistemas forestales…”. La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) es la responsable de dictar “…las normas oficiales mexicanas que deberán regir en la prevención, combate y control de incendios forestales, para evaluar los daños, restaurar el área afectada y establecer los procesos de seguimiento, así como los métodos y formas de uso del fuego en los terrenos forestales y agropecuarios colindantes” (Capítulo III, art. 122). En este contexto, es que se emite la NOM 015, la cual regula el uso del fuego en terrenos forestales y agropecuarios, y establece las especificaciones, criterios y procedimientos para ordenar la participación social y del gobierno en la detección y el combate de los incendios forestales. En primer lugar, la NOM 015 determina que todo propietario o poseedor de un terreno forestal está obligado a prevenir los incendios forestales, mediante la apertura de guardarrayas, la limpieza y control de material combustible, y su participación en la integración de brigadas preventivas. En la misma materia de prevención, la Ley estatal considera acciones para prevenir “…I. la limpieza, mediante barrido de rondas, guardarrayas o callejones interiores, en las medidas, periodos y extensiones que señale la legislación respectiva; II. los avisos oportunos a las autoridades administrativas o judiciales, federales, estatales, municipales o ejidales, sobre la eventualidad de riesgos, eventos o contingencias por el uso indebido del fuego; III. el almacenamiento, separación, entierro y aseguramiento de esquilmos, rastrojos y productos de acahuales, en áreas de mínimo riesgo de siniestro por incendio; IV. la adquisición o disposición oportuna de implementos agrícolas y de diversa índole, indispensables para la prevención y el combate de incendios forestales; y V. las derivadas de los usos y costumbres que tengan por objeto la prevención de siniestros y todas aquellas que para el objeto de la presente ley dicten las autoridades federales, estatales, municipales y ejidales (Cap VII., art. 28). En este contexto, en el anexo 1 se detalla que cualquier persona que pretenda hacer uso del fuego para quemas en este tipo de terrenos, o bien en terrenos agropecuarios, debería presentar un formato único de notificación a las delegaciones de la SEMARNAT o de la SAGAR, así como los distritos de desarrollo rural y los centros de apoyo al desarrollo rural, las cuales dentro de los 10 días hábiles siguientes a la fecha en que se reciba la notificación, determinan las medidas y restricciones para realizar la quema. Además, la Ley estatal propone la existencia de comités agroecológicos ejidales (Cap. II, art. 7.II), los cuales deben ser constituidos por “…la asamblea de ejidatarios o comuneros con sus órganos legales de representación, así como por las agrupaciones de productores del ejido o comunidad…”. Además, en esta Ley el uso del fuego con fines agropecuarios está restringido… por la “…supervisión del acopio, recolección y circulación de maderas 10 muertas, infestadas o siniestradas por incendio parcial; y… otras que dictamine el consejo regional forestal del estado…” (Cap. IV, art. 13). Si no se cumplen estas restricciones el gobierno estatal puede quitar apoyos al campo, independientemente de otras sanciones (art. 16). La realización de quemas en forma negligente, que propiciaran la propagación del fuego a terrenos vecinos resulta una infracción a la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable (Cap. V, art. 163). Además es un delito contra el ambiente y la gestión ambiental para el Código Penal Federal quien provocar “…un incendio en un bosque, selva, vegetación natural o terrenos forestales, que dañe elementos naturales, flora, fauna, los ecosistemas o al ambiente, mientras que el Código Penal Estatal se considera delito ocasionar “…incendios en bosques, selvas parques, áreas forestales, áreas naturales protegidas, suelos de conservación, barrancas y áreas verdes en suelo urbano. En lo que respecto al uso del fuego, el anexo 2 de la NOM 015 detalla como procedimientos generales y necesarios que: • El terreno deberá delimitarse con guardarrayas con una amplitud mínima de 3m. • Cuando los terrenos en los que se realizará la quema sean contiguos a aquellos que tengan árboles, pastos o cultivos, y exista peligro de propagación del fuego y pérdida de control, la quema deberá realizarse en fechas diferentes y en orden sucesivo. • Se dará aviso a los propietarios de los terrenos colindantes con una anticipación no menor a 5 días hábiles. • La quema debe iniciarse en condiciones meteorológicas favorables, evitando de esa manera una rápida propagación del fuego. • En terrenos inclinados deberá iniciarse desde la parte superior de los mismos; en terrenos planos ésta se iniciará en contra del viento. • La eliminación total del fuego se realizará a partir de la periferia del terreno y hasta un mínimo de 10m hacia el interior del área quemada, recomendándose en todo caso una vigilancia constante, evitando así que el fuego se reavive. • Siempre se deberá contar con el apoyo de otras personas. Considerando la construcción de guardarrayas o brechas cortafuego, la Comisión Nacional Forestal, en sus reglas de operación del programa de apoyo a las actividades forestales, determina que tanto para la apertura como la rehabilitación se debe remover el material vegetativo hasta el suelo mineral, en franjas de por lo menos 3m de ancho, y se le construirán desagües a efecto de evitar la formación de cárcavas. En el caso de líneas negras se realizará la quema controlada de ramaje, hojarasca y pastizales en franjas de por lo menos 10m de ancho, iniciando a las 8:00 11 hrs y se apagará antes de las 11:00 hrs del mismo día. Se hará en días sin presencia de viento que puedan propiciar la propagación del fuego fuera del área establecida. Las leyes estatales chiapanecas no prohíben el uso del fuego para la preparación de los terrenos con orientación agrícola o ganadera (art. 97B del Decreto nº 26, 1992, que reforma la Ley del Equilibrio Ecológico y Protección del Ambiente del Estado de Chiapas), pero sí lo restringen en función de que se cumplan una serie de requisitos, además de una serie de medidas de precaución obligatorias para evitar el paso del fuego a la vegetación circundante (Decreto nº 35, 1990). Tras la severa temporada de incendios de 1998, se publicó la Ley para la Prevención, Combate y Control de Incendios del Estado de Chiapas (DOF, 24 de febrero de1999), en la cual se prohíben las actividades de RTQ en aquellos municipios considerados de alto riesgo (Decreto ley n.35) (46% de los municipios de Chiapas), aunque NO prohíbe el uso del fuego en ningún área si su empleo se asocia a actividades agrarias o ganaderas (contradicciones en estas medidas). En segundo lugar, se incluyen nuevas sanciones, como adición a las sanciones administrativas o/y penales (las autoridades pueden eliminar las ayudas al campo estatales, así como las ayudas federales, a cualquier productor que no tenga en cuenta las medias aprobadas en la legislación de 1999. Y por último, se incorporan estímulos (ayudas preferenciales, premios y financiación federal) para aquellas paersonas que demuestren la aplicación de medidas de protección ambiental, como por ejemplo: • A quienes hayan evitado el uso del fuego, así como prácticas tradicionales de roza-tumba y quema, o cualquier otra actividad de impacto ambiental. • A quienes hubieran combatido actividades impactantes contra el medio (deforestación, uso racional del agua, etc.) • A quienes hayan promovido la cultura de “no quema”. • A quienes hayan introducido medidas de sustentabilidad en sus actividades agrarias o ganaderas. • A quienes crearan acciones destinadas a incrementar la cultura de no quema (educación ambiental, etc.) • A quienes incrementaran los servicios relacionados con la prevención de incendios y la alarma temprana de incendios. Uso actual del fuego agropecuario en ejidos colindantes con la Reserva de la Biosfera Montes Azules, Chiapas La Reserva de la Biosfera Montes Azules (RBMA) está limitada en su parte sur por el río Lacantún, a través del cual colinda con ejidos pertenecientes a los Municipios de Marqués de Comillas y Ocosingo. Las poblaciones de estos ejidos provienen en su mayoría de otros estados del país; la mayor parte no tienen una 12 tradición de uso de los ecosistemas tropicales húmedos, ni poseen una estructura comunitaria ni organizativa tradicional ancestral. Asimismo, no disponen de recursos económicos ni de los conocimientos necesarios para llevar a cabo sistemas alternativos de producción mas armónicos con el medio ambiente o para beneficiarse de un aprovechamiento sostenido y diversificado de las plantas y animales tropicales nativas. En los últimos 30 años se han eliminado la mayor parte de los ecosistemas naturales mediante la extracción, hasta el agotamiento, de las maderas preciosas (caoba y cedro) para después establecer cultivos agrícolas y ganadería. Los sistemas de producción agropecuaria han provocado severos daños a los ecosistemas naturales tanto por el cambio de uso del suelo como por el uso del fuego a través de la RTQ. Esta situación repercute en una relación insustentable de estas comunidades con el uso y conservación de los recursos naturales de la zona, y por ende dificulta el desarrollo de prácticas de uso sostenibles de los recursos naturales. Se analizaron a través de entrevistas las costumbres sobre el uso del fuego en siete ejidos colindantes con el límite sur de la Reserva de la Biosfera Montes Azules (Reforma Agraria, López Mateos, Galacia, Playón de la Gloria y Chajul del municipio de Marques de Comillas; Loma Bonita y Trece de Septiembre del municipio de Ocosingo, Chiapas) (fig. 1). Las entrevistas consistieron en preguntas abiertas orientadas a dos grupos diferentes, (1) sujetos socialmente representativos, específicamente autoridades ejidales y algunos productores destacados y, (2) productores en general. Para el segundo caso el número de personas entrevistadas varió entre los distintos ejidos, pero se aseguró un mínimo de tres entrevistas por ejido; no hubo criterio de selección alguno para realizar la entrevista en la medida de que las personas mostraron accesibilidad para responder. A partir de las entrevistas se destacaron tres temas centrales: la reglamentación y organización comunitaria existente, los diversos usos del fuego y las técnicas que se utilizan, y finalmente la problemática que se ha generado en la aplicación del fuego. Reglamentación comunitaria En general en las comunidades se postula la existencia de un reglamento básico sobre el uso del fuego como herramienta para la producción agropecuaria. Éste consiste en dar aviso a las autoridades y a los dueños de las parcelas colindantes, y realizar guardarrayas; no están establecidos formalmente un horario de quema o una técnica determinada. Sin embargo, en ningún caso los representantes comunitarios mostraron algún acuerdo escrito o acta de asamblea; sólo específicamente en el Ejido Galacia se mencionó que se trata de acuerdos de palabra. Por lo tanto, estos acuerdos no resultan una obligación comunitaria, y mucho menos un reglamento constituido que determine dentro de la comunidad las acciones relativas al uso del fuego. La reglamentación comunitaria sólo surge como una acción posterior en el caso de multas o penalizaciones cuando se pierde el control de una quema y ésta ocasiona daños a terceros. 13 Fig. 1. Ubicación de los ejidos involucrados en el estudio (marcados en línea negra). Sólo en los ejidos Reforma Agraria y Playón de la Gloria, a partir del año 2000 se han recibido asesorías principalmente del grupo Ambio A.C. y de la UAM en la formación de brigadas comunitarias de combate de incendios. Desde entonces estas comunidades realizan guardarrayas y hacen rondas para quemar parcelas, así como supervisan las rayas cortafuego que tienen que hacer antes de cada quema. El Ejido Reforma Agraria en particular, cuenta con un Comité de Vigilancia que supervisa y controla toda actividad relacionada con el fuego dentro de la comunidad. Por otro lado destaca como forma de organización y espíritu colectivo el reglamento del Ejido 13 de Septiembre, en el cual las quemas no se hacen de manera individual, sino coordinadas por un grupo de ejidatarios, que va trabajando la parcela de cada uno. A esta faena colectiva se le denomina “cambio de manos”; la regla es avisar y ayudarse. Aunque a partir del presente año la CONANP y la PROFEPA están desarrollando pláticas comunitarias para capacitar a la población sobre el manejo del fuego y la organización de brigadas comunitarias, resulta necesario un esfuerzo mayor y más sistemático para organizar brigadas más capacitadas en cada comunidad. Usos y técnicas Aunque en la mayoría de los ejidos se plantea el uso del fuego con fines agrícolas y pecuarios, como una herramienta común en la preparación de la tierra para la producción, esta determinación no está claramente expresada. Los usos del fuego refieren a: 14 Quema para sembrar milpa. Normalmente las parcelas en las que se siembra maíz son quemadas anualmente para quitar los restos de la cosecha anterior y limpiar el terreno. El maíz es sembrado casi inmediatamente sobre esta parcela quemada, después de tres o cuatro días. Algunos productores han eliminado por completo el uso del fuego para la preparación de la milpa, debido al uso del frijol abono (Mucuna sp. o Canavalia sp.) o bien del trillado con tractor. Esto se ha observado en particular en Reforma Agraria y en López Mateos. Limpieza de potreros. El fuego se utiliza para limpiar aquellos terrenos dedicados al uso ganadero que presentan una alta abundancia de vegetación secundaria o que no tenga valor forrajero alguno. Los pastos tanzania o taiwán, entre otros, se queman sobre todo para el control de plagas, o para obtener renuevo y controlar malezas. Sin embargo, en los casos de contar con variedades de pastos de calidad, tales como el humedícola, estrella, egipto y grama, la parcela no se quema. La frecuencia de quema de este tipo de parcela es más difícil de determinar, ya que depende del estado del sitio, pero en general no sucede en menos de dos o tres años. Tumba de vegetación primaria o secundaria y quema para milpa o pastizal. El fuego también se utiliza para el desmonte, aunque esto es circunstancial y depende de las necesidades de cada productor y su objetivo, ya sea convertir a la selva en una parcela agrícola o pecuaria. La selva se roza, es decir, se corta toda la vegetación menor; luego se tumban los árboles más altos y finalmente se quema. La tendencia al desmonte resulta variable entre los ejidos, ya que algunos casos, éstos cuentan con reservas comunales que contienen vegetación natural (Reforma Agraria), o bien algunos ejidatarios prefieren conservar una parte de su terreno con selva (Playón de la Gloria). Sin embargo, el avance de la frontera agrícola continúa, de hecho en nuestro recorrido se detectaron quemas de desmonte. Las quemas se concentran en el mes de mayo, durante la época de secas, ya que en la época húmeda, durante el ciclo otoño-invierno, en lugar de quemas el rastrojo y malezas se pican para preparar la tierra de los distintos cultivos. Sin embargo, se observa una tendencia a esperar las primeras lluvias de la temporada húmeda para poder quemar, ya que al estar más húmeda la tierra el fuego no es tan fuerte y se puede controlar mejor. Luego de una primera lluvia se esperan entre tres y ocho días. El total de los entrevistados declaró que el fuego se enciende sin el uso de combustibles. Frecuentemente las quemas se realizan en pequeños grupos, normalmente conformados por familiares o allegados del dueño de la parcela. El número de personas depende del tamaño del trabajo; sin embargo, todavía se dan quemas realizadas por una sola persona. Muchos recomiendan el uso de bombas de agua como precaución. El horario resultó muy variable entre los entrevistados, también de acuerdo a la humedad que se observa en el suelo y a las condiciones climáticas imperantes. La 15 mayoría de las respuestas coincide en que se puede quemar en dos periodos del día, entre las 10 y 11 de la mañana, o bien entre las 3 y 4 de la tarde. Sin embargo, hay quienes recomiendan quemar más temprano, alrededor de las 7 de la mañana, ya que a veces la quema avanza muy lento, y al llegar la noche la gente abandona la quema, con el riesgo de que se propague sin control. La guardarraya que hacen en las cercas de los potreros es con herbicidas, aunque en algunos casos se aprovechan los mismos senderos; incluso se llega a considerar que la división de las parcelas funciona como una guardarraya. El uso para evitar la propagación descontrolada del fuego es común en todos los ejidos, aunque se suele variar el ancho de las mismas de acuerdo al tamaño de quema que se realizará y al tipo de vegetación que se eliminará. Esto da como resultado que existan guardarrayas de entre 1 y 4m de ancho. El fuego se coloca en los bordes de la parcela, inicialmente en contra de la dirección del viento y luego en todo el perímetro de la misma. En los casos en que la parcela se encuentra sobre loma, el fuego se coloca en los límites superiores, de tal manera que avance hacia abajo y no se extienda hacia el monte. Con estas técnicas se pretende mantener al fuego en una superficie muy acotada, y además, que se apague de manera espontánea. Momentos críticos en el uso del fuego En la información recabada se registran referencias de fechas no muy precisas; sin embargo, se intentaron identificar algunos grandes eventos. Todos los ejidos identifican notoriamente la época de incendios ocurrida durante el año 1998 como un evento que dañó seriamente la región, mientras que en algunos ejidos se identifican algunos eventos particulares. En la mayoría de los casos se comenta que los incendios de los últimos años siempre provinieron de otros ejidos, tal es el caso de un incendio en 1997 que afectó 30ha de la reserva comunitaria de Reforma Agraria y algunas parcelas de López Mateos, proveniente del Ejido Pico de Oro. En el año 2000, un incendio proveniente de Flor de Marqués afectó tierras de Playón de la Gloria, mientras que en el 2004 otro incendio proveniente de San Isidro afectó tierras en López Mateos. Una excepción es Galacia, que reconoció un incendio originado por descuido en su ejido en el año 1998, el cual afectó tierras en el mismo y se extendió hasta el Ejido Playón de la Gloria. Estas malas experiencias determinan que en general las comunidades se muestren dispuestas a respectar las acciones básicas del uso del fuego, y a tomar con mucha responsabilidad y cuidado la realización de las quemas. Siempre que se presenta un incendio, los pobladores participan en su combate, ya sea en sus propios ejidos o en otros de la misma región. Sin embargo, en pocos casos se ha recibido capacitación al respecto. 16 CONSIDERACIONES FINALES El uso del fuego agropecuario no regulado tiene efectos directos a diferentes escalas. Se afecta localmente el suelo, por erosión y lavado de nutrientes, por tanto también se afectan los ciclos hidrológicos; se pierde biodiversidad y por ende servicios ambientales, se emiten gases invernadero a la atmósfera (CO2, metano, nitritos, etc). En los ejidos colindantes con el límite sur de la Reserva de la Biosfera Montes Azules, Chiapas, la población local percibe que no hay un cuidado específico con las quemas; aunque existen ciertas reglas de organización y planificación, éstas son constituyen una obligación comunitaria, y no existen reglamentos escritos al respecto. Además tampoco se tiene conocimiento acerca de la normatividad existente en los distintos niveles (federal, estatal). El tema se ha revisado en las asambleas comunitarias y se ha planteado la necesidad de establecer un reglamento básico, el cual no existe explícitamente, sino que se limita a dar aviso a las autoridades y a los vecinos colindantes de los predios en donde se realizará la quema. La población local identifica como uno de los diversos problemas que en el momento de hacer la quema los propios pobladores no tienen cuidado en su realización. Las propuestas de solución que presentaron oscilan entre acciones concretas y procesos organizativos, como se observa en la siguiente relación: • Realizar acciones de control de incendios (guardarrayas, vigilancia para evitar la propagación, la quema en grupos) • Organización de brigadas contra incendios • Elaborar un reglamento interno para las quemas • Realizar acuerdos con responsable del H. Ayuntamiento o con personal indicado para dichos trabajos. Resulta altamente recomendable lograr un acuerdo interno a las comunidades que regule y norme el uso del fuego dentro de los ámbitos productivos. Se ha observado que si bien existen algunas reglas dentro de las comunidades, éstas no constituyen un reglamento ni acuerdo escrito, y la falta de seguimiento de las mismas no implica sanción alguna por parte de las autoridades, en la mayoría de los casos. Aunque sta situación ha sido planteada en las comunidades, aún es necesario favorecer el establecimiento de actividades más organizadas y controladas. 17 LITERATURA CITADA Barlow J., Haugaasen T. y Peres C. A., 2002. Effects of groud fires on understorey bird assamblages in Amazonian forest. Biodiversity Conservation 105: 157-169 Brady N., 1996. Alternatives to slash-and-burn: a global imperative. Agriculture, Ecosystems and Environments 58: 3-11 Brooks M. L., C. M. D’Antonio, D. M. Richardson, J. B. Grace, J. E. Keeley, J. M. DiTomaso, R. J. Hobbs, M. Pellant y D. Pyke, 2004. Effects of invasive alien plants on fire regimes. Bioscience 54: 677-688 Bucini G. y E. F. Lambin, 2002. 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Salvador Blanco, Henry Wohrnschimmel, Felipe Angeles, María del Carmen Gutiérrez Cigales, Beatriz Cárdenas y María Teresa Ortuño. Dirección General del Centro Nacional de Investigación y Capacitación Ambiental Octubre 2006 1 ANTECEDENTES En abril del presente año, se hizo una invitación a dos áreas de la DGCENICA a participar en el proyecto “Diseño de una estrategia de restauración ambiental y prevención de incendios en ejidos ribereños del río Lacantun, colindantes ala reserva de la biosfera Montes Azules” para realizar un estudio de monitoreo sobre los efectos de los incendios forestales y de las quemas agropecuarias sobre la calidad del aire y su impacto en la salud de los habitantes de los ejidos ribereños del municipio de Márques de Comillas y algunos del municipio de Maravilla, Tenejapa. Con el objeto de contar con elementos para realizar el diseño de esta parte del estudio, personal del área de la Dirección de Investigación en Contaminación Atmosférica de la DGCENICA, el Biol. Salvador Blanco Jiménez, Subdirector de Investigación en Caracterización de Contaminantes Atmosféricos realizó una visita exploratoria a la localidad, del 27 al 29 abril. En dicha visita, se apreciaron alrededor de 10 incendios con coberturas menores a 1 hectárea, principalmente orientados hacia la comunidad de Zamora Pico de Oro entre la franja de la población Benemérito de las Américas y Reforma. Así mismo se observaron grandes extensiones en las que se han practicado actividades de roza, tumba y quema para los propósitos de renovación de pastizales para el ganado local, preparación para cultivos de maíz y mantenimiento de potreros. De acuerdo a la información proporcionada por participantes en el proyecto, las prácticas de incendios en esta zona no se llevan a cabo de manera adecuada en profundidad y extensión de brechas que acoten el fuego, por lo que es muy alto el riesgo de propagación hacia zonas boscosas. La Reserva de la Biosfera Montes Azules está delimitada con las poblaciones por el río Lacantún, que recibe aportes de agua tanto de ríos que confluyen de la reserva, como de aquellos que provienen de Guatemala. Este se encuentra cercano en ciertos puntos en contacto con áreas de cultivo que utilizan agroquímicos. A partir de esta visita, la DGCENICA elaboró un diseño corto para la campaña de mediciones en sitios impactados por incendios, en el que se plantearon diferentes tipos de los sitios de monitoreo. El 15 de mayo del presente año, la Maestra Carabias y el Biol. Blanco se reunieron en la estación de la reserva Chajul, con el objeto de confirmar la participación de la DGCENICA con relación a las zonas impactadas por incendios y los sitios seleccionados para el monitoreo de partículas y monóxido de carbono. Durante esta reunión, se comentó sobre la existencia de algunos estudios efectuados en tejido de peces provenientes del Río Lacantún en los que se ha identificado la presencia de compuestos organofosoforados y plomo, por lo tanto se consideró un posible impacto en la flora y fauna de río, debido al uso indiscriminado de agroquímicos en la zona ribereña. Por tal razón, si bien no estaba considerado en los objetivos del gran proyecto, se consideró la obtención de muestras de sedimentos a la orilla del río, en los escurrimientos provenientes de las áreas de cultivo hacia el río y en los suelos agrícolas de los Ejidos que siembran principalmente chile en donde se utilizan una gran variedad de agroquímicos (antibióticos, fungicidas, herbicidas, insecticidas y fertilizantes), se incluirá también los cultivos de maíz, así como del producto de la cosecha (chile jalapeño) con el objeto de contar con información en un mediano plazo sobre la presencia de estos contaminantes en otras matrices. El presente informe incluye resultados de las mediciones para determinar el impacto de los incendios forestales y quemas agropecuarias en la calidad del aire de la región y el posible impacto en los habitantes de la zona ribereña. En futuras colaboraciones se analizarán las muestras colectadas de otras matrices con el fin de identificar la presencia de estos compuestos. 2 OBJETIVO GENERAL Determinar durante una campaña corta de mediciones ambientales de contaminantes atmosféricos el efecto de incendios agrícolas y forestales en las concentraciones ambientales de monóxido de carbono en fase gas y de partículas suspendidas y su composición química en aire ambiente en Ejidos cercanos a la reserva de la Biosfera Montes Azules. 2.1 OBJETIVOS ESPECÍFICOS • Evaluar tendencias y patrones a partir de estudio de las variaciones diurna de los niveles de concentración ambiental de monóxido de carbono entre los diferentes sitios de muestreo como indicador de quema de biomasa. • Determinar las concentraciones ambientales promedio diarias de de partículas respirables menores a 10 y 2.5 micrómetros de diámetro aerodinámico en 4 sitios simultáneos • Determinar la relación carbón orgánico - carbón elemental de partículas gruesas y finas respirables en muestras ambientales como parámetro indicador de incendios forestales y agrícolas en cuatro sitios simultáneos. • Determinar los parámetros meteorológicos de temperatura, humedad relativa y dirección y velocidad de vientos con el fin de evaluar el transporte y trayectoria de las emisiones derivadas de incendios locales. 3 METODOLOGÍA 3.1 LUGAR Y FECHAS DE REALIZACIÓN DE LA CAMPAÑA DE MEDICIONES La campaña de mediciones se llevó a cabo en el periodo del 9 al 19 de mayo del 2006 en los Ejidos colindantes a la Reserva de la Biosfera Montes Azules como se muestra en el siguiente plano (Fig 1). A continuación se describe el personal de la DGCENICA que estuvo involucrado tanto en el traslado del equipo como en la realización de las mediciones en campo. En la sección de métodos de análisis químico y de resultados se enlistarán además el personal que participó en las otras etapas de este estudio. • • • • • • Felipe Angeles, Jefe del Departamento de Exposición Personal y microambiental: 7 al 22 de mayo, 2006 Salvador Blanco, Subdirector de Investigación en Caracterización de Contaminantes atmosféricos: 8 al 15 de mayo, 2006 Henry Worhschimmel, Subdirector de Análisis Integral de la Contaminación Atmosférica: 16 al 22 de mayo, 2006 Maria del Carmen, Jefa del departamento: 16 al 22 de mayo del 2006 Mauricio Figueroa, personal de enlace: 7 al 11 de mayo y 19 al 22 de mayo. Israel, personal de enlace: 7 al 11 de mayo y 19 al 22 de mayo. Figura 1. Mapa de la zona de estudio Área de estudio (Estación Chajul) Reserva de Biosfera Montes Azules. 3.2 MATERIALES Y MÉTODOS UTILIZADOS DURANTE EL MUESTREO 3.2.1 Preparación previa de materiales y equipo. Aproximadamente durante un periodo de dos semanas y antes de su traslado al sitio de muestreo se llevaron diferentes actividades relacionadas con la revisión y preparación de materiales y equipo que posteriormente fue trasladado al sitio de monitoreo. Los equipos de colección de partículas fueron diagnosticados y probados en su operación y componentes neumáticos y electrónicos y se calibraron en laboratorio dos rotámetros de campo con un calibrador de flujos primario BIOS (SKC) La calibración de los monitores automáticos de monóxido de carbono (Langan) se realizó con gas estándar grado EPA mediante dilución dinámica (API) de concentraciones conocidas, que sirve para calibrar una estación de monitoreo continuo de la DGCENICA. Así mismo, se llevó a cabo el pesaje y acondicionamiento de filtros de fibra de cuarzo y de teflón de 47 mm de diámetro en una ultramicobalanza (Cahn) para la colección de partículas PM10 y PM2.5 obtenidos a bajo flujo. Adicionalmente se pesaron y acondicionaron filtros de fibra de cuarzo de 8 por 10 pulgadas para equipos de alto volumen en una microbalanza (Sartoriuos). El periodo de acondicionamiento fue de 24 a 48 horas con el fin de estabilizar los filtros a peso constante a condiciones de 40% de humedad relativa y 25°C. Una submuestra de filtros de cuarzo fue sometida a 400°C en una mufla con el fin de eliminar cualquier residuo de carbón orgánico y elemental en los filtros. Los equipos fueron trasladados vía terrestre por personal de la DGCENICA en dos vehículos. 3.2.2 EQUIPOS UTILIZADOS A continuación se enlista el equipo que fue utilizado durante la campaña de mediciones: - 1 Muestreador de vapores y partículas para análisis de plaguicidas marca Tisch - 2 Muestreadores para PM10 de alto volumen marca Wedding - 2 Muestreadores para PM2.5 de alto volumen marca Andersen - 14 Muestreadores de bajo volumen con cabezales PM10 y PM2.5 marca Airmetrics con 28 baterías de respaldo - 2 Estaciones meteorológicas portátiles marca Metone - 7 Monitores portátiles para monóxido de carbono marca Langan 3.3 Mediciones La localización de los sitios más adecuados para la colocación de equipos se llevó a cabo gracias al apoyo del personal de reserva. La autorización e inicio de los muestreos en cada Ejido fueron llevados a cabo a través de la máxima autoridad presente al momento de la búsqueda de sitios representativos para la evaluación ambiental. Se llevaron a cabo muestreos ambientales de las fracciones PM10 y PM2.5 con equipos de referencia de alto volumen (HiVol) y dispositivos portátiles de bajo volumen (Minivol), con el fin de comparar con la norma vigente de partículas suspendidas y de esta manera conocer en qué medida la contribución de incendios en la región puede ser importante en los efectos de la salud de la población. Diariamente se tomaron muestras ambientales de partículas durante periodos de 22 a 24 horas con equipos muestreadores de alto volumen, de las fracciones PM2.5 y PM10 en paralelo, en los sitios Loma Bonita y Playón de la Gloria, a partir del 11 y hasta el 19 de mayo. Se obtuvieron muestras ambientales de partículas durante periodos de 22 a 24 horas con equipos muestreadores de bajo volumen, de las fracciones PM2.5 y PM10 en paralelo, en los sitios Ejido Chajul, Loma Bonita, Playón de la Gloria, López Mateos y Reforma Agraría, del 11 al 19 de mayo. Para la medición instantánea de monóxido de carbono se instalaron monitores portátiles de CO (marca Langan, modelo L15n), que iniciaron el registro minutario a partir del 12 de mayo en 6 sitios: Estación Chajul, Ejido Chajul, Loma Bonita, Playón de la Gloria, López Mateos y Reforma Agraria. Se obtuvieron tres muestras ambientales de partículas totales y de la fracción semivolatil en espuma de poliuretano por periodos de 24 horas de colecta, del 17 al 20 de mayo en el Ejido de Playón, mediante el equipo PUFF (polyurethane foam, por sus siglas en inglés), para que en los próximos meses se analicen en laboratorio las concentraciones de algunos plaguicidas. El 11 de mayo se instalaron dos estaciones portátiles de meteorología, una en el sitio Loma Bonita y otra en el sitio Playón de la Gloria, estas estaciones registran y almacenan datos promedio de cada 15-minutos de velocidad y dirección del viento, temperatura, presión barométrica, humedad relativa, y precipitación pluvial. Las estaciones fueron desinstaladas los días 19 y 20 de Mayo en los sitios Loma Bonita y Playón de la Gloria, respectivamente. Las figuras 1 a 3 corresponden a imágenes del equipamiento instalado en los los sitios mencionados. Figura 1. Muestreo de partículas PM10 y PM2.5 y estación meteorológica en Loma Bonita Figura 2. Muestreo de PM10, PM2.5 y monóxido de carbono con dispositivos portátiles en Chajul Figura 3. Muestreo de plaguicidas, PM10 y PM2.5 en Playón Durante el periodo de muestreo, específicamente los días 17 de mayo (muestreos de 0.5 y 1.5 horas) y el 19 de Mayo (1.25 horas), con filtros de cuarzo y teflón en paralelo. se observó la presencia de 4 incendios locales, para preparación y conversión de terrenos para uso agrícola y pastizal para ganado, Tres de estos incendios se localizaron entre los Ejidos de Playón y Chajul y otro cerca de López Mateos, como se muestra en la Figuras 4 y 5. En estos sitios adicionalmente se determinó la concentración instantánea de monóxido de carbono. La Figura 6 muestra la ubicación de todos los sitios en donde se colocó algún dispositivo de muestreo. Figura 4. Muestreo de PM10, PM2.5 y monóxido de carbono cercano a incendio provocado Figura 5. Impacto regional en la atmósfera por incendios forestales y quemas agrícolas Tabla 1. Muestras de partículas obtenidas Figura 6. Identificación de los sitios de muestreo 4 RESULTADOS 4.1 Concentraciones ambientales de CO En la figura 7 se presenta la serie de tiempo de concentraciones ambientales de CO en los 6 sitios en donde se realizaron mediciones. Si bien se presentan algunos datos con niveles mayores a 6 ppb que reflejan el impacto de incendios a nivel regional, al evaluar los promedios horarios y comparar con las normas de calidad del aire para este contaminantes, se observa que las concentraciones de CO no rebasaron el límite de protección de la salud de la población de 11 ppm en promedios móviles de 8 horas. Al comparar los diferentes sitios no se observan grandes diferencias entre éstos como se muestra en la Figura 8. 3.0 Monóxido de Carbono en 6 sitios 1.5 0.0 0.5 1.0 conc. (ppm) 2.0 2.5 Estación Chajul Loma Bonita López Mateos Pueblo Chajul Reforma Agraria Playón de la Gloria 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 día Figura 7. Concentraciones ambientales minutarias de CO en los sitios de muestreo 3 0 1 2 conc. (ppm) 4 5 6 Monóxido de Carbono, 12-19 de Mayo Estación Loma López Chajul Reforma Playón Figura 8. Distribución de concentraciones horarias de C0 en los diferentes sitios 4.2 Concentraciones de CO en incendios forestales. Durante escenarios de incendios se midieron valores típicos entre 30 y 40 ppm dentro de la pluma del área boscosa en un periodo de 20 minutos. En área de cultivo durante un incendio provocado la concentración promedio es de 30 ppm. 30 20 0 10 conc. (ppm) 40 16/05/2006, Incendio 1 17 18 19 hora Figura 9. Concentración de monóxido de carbono durante un Incendio provocado en un área boscosa el 16 de mayo de 2005. 4.3 Meteorología La temperatura ambiente durante el periodo de estudio osciló entre los 22 y 37 grados centígrados. La humedad relativa mantuvo variaciones consistentes a lo largo del día desde 50 % hasta la totalidad de saturación de agua en la atmósfera. Los vientos predominantes en la zona cercana a la estación Chajul con máximas velocidades de viento provinieron del Norte. Temperatura ambiente 20 25 °C 30 35 Playón Loma Bonita 11 12 13 14 15 16 17 18 19 17 18 19 dia 70 60 % 80 90 100 Humedad relativa 40 50 Playón Loma Bonita 11 12 13 14 15 16 dia Playón N NW W NE 47 % 5% 10% 15% 20%E SW SE S 0 1 2 3 4 m/s 1 2 3 4 5 Figura 10. Parámetros meteorológicos registrados del 11 al 19 de mayo de 2005 4.4 Concentración ambiental partículas suspendidas La contribución de PM2.5 en PM10 se encuentra por arriba del 60 %, mayor a lo que se encuentra en áreas urbanas típicas. La Norma Oficial Mexicana para la protección de la salud de la población por exposición a PM10, de 120 µg/m3, fue rebasada el 10 de mayo en Reforma Agraria con valores cercanos a 170 µg/m3. La Norma Oficial Mexicana para la protección de la salud de la población por exposición a PM2.5, de 65 µg/m3, fue rebasada el 10 de mayo en Reforma Agraria, Playón y López con valores entre los 70 y 80 µg/m3. 180 170 160 110 100 3 PM10 (µg/m ) 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0 Loma Bonita Playón de la Gloria Reforma Agraria Ejido Chajul A. López Mateos CENICA 10/Mayo 11/Mayo 13/Mayo 15/Mayo 17/Mayo 18/Mayo 90 80 70 3 PM2.5 (µg/m ) 60 50 40 30 20 10 0 Loma Bonita Playón de la Gloria Reforma Agraria Ejido Chajul A. López Mateos CENICA 10/Mayo 11/Mayo 13/Mayo 15/Mayo 17/Mayo 18/Mayo Figura 11. Variación de las concentraciones de partículas PM10 y PM2.5 en sitios cercanos a la Reserva Natural Protegida Montes Azules del 10 al 18 de mayo de 2006. 4.5 Composición de las partículas suspendidas Las partículas suspendidas observadas por microscopía electrónica de barrido con microsonda de rayos X, muestran formas y composición derivadas de la combustión incompleta de biomasa. Los elementos carbono, silicio y potasio fueron los más representativos. Mediante la técnica de termoreflectancia óptica se cuantificaron los niveles de concentración de carbón orgánico y elemental que oscilaron entre el 52 y 74 % en su contribución de la masa total de la fracción PM2.5. Elementos de metales pesados no fueron detectados por fluorescencia de rayos X. Figura 12. Partículas derivadas de la combustión incompleta de biomasa Figura 13. Agregados de carbón conformados por nanopartículas en suspensión 35 30 µg/m 3 25 OC en PM10 OC en PM2.5 EC en PM10 EC en PM2.5 20 15 10 5 0 Loma Bonita Pueblo Chajul Playón de la Gloria A. López Mateos Reforma Agraria Figura 14. Contribución de carbón orgánico y elemental en las fracciones de las partículas suspendidas PM10 y PM2.5 en sitios aledaños a la Reserva de la Biósfera Montes Azules. 5 CONCLUSIONES Los vientos provenientes del Norte en el periodo de estudio transportan masas de contaminantes atmosféricos derivados de incendios forestales de áreas contiguas a la Reserva. Pese a que los niveles de monóxido de carbono no representaron ser de alto riesgo para la salud de la población, es un buen indicador de las emisiones provocadas por incendios forestales; sin embargo, por los periodos en que la población local permanece en los incendios provocados, mayores a una hora de exposición, esto les representa un riesgo a su salud. Las concentraciones de PM10 y PM2.5 se reducen significativamente cuando inician las lluvias; sin embargo, su remanente permanece durante varios días en niveles comparables a un área urbana de alto tráfico vehicular como la Ciudad de México para el mismo periodo de estudio. Se confirmó que en el contenido de las partículas suspendidas no hay presencia de metales pesados antropogénicos; sin embargo, el elevado contenido de carbón es mayor al de áreas urbanas. Principalmente el carbón orgánico puede contener hidrocarburos policíclicos aromáticos de cierto riesgo para la población. ANEXO 6. PROPUESTA DE RESTAURACIÓN AMBIENTAL INTRODUCCIÓN La restauración como disciplina surge desde hace varias décadas, pero todavía es una ciencia joven, y aún hoy se discuten algunas cuestiones sobre el significado de la restauración. Algunos autores hablan de reconstrucción, otros de rehabilitación, y otros de mejoramiento. Más allá de los diferentes conceptos, al restaurar un ecosistema se busca mejorar su condición frente a la degradación, y al mismo tiempo, que se parezca todo lo posible al ecosistema natural. En este mismo sentido, algunos autores han propuesto que la regeneración natural es el proceso que se debería tener en cuenta para restaurar un área degradada, especialmente para saber qué especies tienen mayor potencial para la restauración. Un concepto muy diferente es el de reforestación1. De acuerdo a la Ley Forestal Mexicana de 1997, la reforestación se define como el establecimiento (inducido o artificial) de vegetación forestal en terrenos forestales. Esto implica que la reforestación se realiza únicamente en zonas con vocación forestal, es decir, que tienen especies de árboles maderables. Además, en muchos casos, la reforestación se realiza en terrenos donde antes no existían bosques, o bien se siembran especies que antes no crecían en esos sitios. La restauración, en cambio, significa que queremos reestablecer el ecosistema natural, por lo cual, no sembramos sólo especies maderables o con valor comercial, sino las especies que son importantes para que el ecosistema natural siga funcionando y existiendo en dichos sitios. Teniendo en cuenta estas diferencias, las definiciones de regeneración natural, restauración y reforestación las podríamos resumir de la siguiente manera: Regeneración Natural Restauración Reforestación Proceso en el cual la selva se restablece por sí misma en un sitio que ha sido perturbado (por causas naturales o por el hombre) Conjunto de actividades que buscan revertir la degradación de un ecosistema, o bien acercarlo a su condición natural. Actividades de siembra y/o trasplante de árboles con valor comercial, con fines de restablecer la cubierta vegetal, ya sea para restauración o para la producción forestal. 1 Nota: La Ley Forestal también incluye el concepto de forestación, definiéndola como “la plantación y cultivo de vegetación forestal en terrenos no forestales con propósitos de conservación, restauración o protección forestal”. Sin embargo, aunque se incluye la intención de restaurar, estas plantaciones sólo incluyen especies forestales, y por lo tanto maderables, lo cual no tiene en cuenta necesariamente todas las especies que podrían ser útiles para restaurar un ecosistema natural. La restauración debe ser considerada como una estrategia que puede estar compuesta por una o varias herramientas que funcionarán de distinta manera en cada sitio en particular. Las actividades de restauración deben ser específicas, concretas y deben responder a objetivos específicos, que deben estar bien detallados en nuestra estrategia. DIAGNÓSTICO DE LA RESTAURACIÓN Para restaurar un ecosistema, ya sea natural o productivo, es necesario tener en cuenta algunos factores para tomar decisiones adecuadas en la planificación, el desarrollo y el monitoreo de nuestra estrategia de restauración. Entre estos factores se pueden destacar: Objetivos de restauración. Los objetivos de la restauraciòn deben ser concisos y estar claramente definidos ya que son la primera aproximación para la toma de decisiones en cuanto a la selección de herramientas de restauración. Las necesidades son muy difirentes cuando los objetivos implican restaurar para conservar o para producir. Por lo tanto es indispensable definir si la restauración será de un ecosistema natural o productivo. Ubicación del sitio. La ubicación del sitio dentro de la matriz del paisaje es determinante, ya que no es lo mismo que se encuentre entre fragmentos remanentes del ecosistema natural o entre los sitios en los cuales los profcesos de deterioro son considerables. En este sentido, resulta indispensable tener en cuenta los efectos que la matriz del pasije puede tener sobre las acciones de restarauración, de tal manera de eficientizar los esfuerzos. Por ejemplo, la cercanía a un fragmento de ecosistema natural puede determinar qué especies pueden potencialmente alcanzar el sitio y favorecer la regeneración natural. Tenencia de la tierra. Es un punto clave para la toma de decisiones y está ligado a los objetivos de restauración. En el caso de trabajar en tierras comunitarias o ejidales, es imprescendible tener en cuenta las encesidades y requerimientos de las poblaciones locales para la toma de decisiones en cuanto a la estrategia d restauración, ya se que se trate de sistemas productivos, o bien de restauración para la conservación de áreas naturales protegidas. Condición ecológica del sitio. La condición ecológica del sitio dependerá principalmente del tipo de uso que se le haya dado y es determinante para la selección de las herramientas de restauración, ya que a partir del diagnósticos de esta condición, es que se establecen las prioridades ecológicas de restauración. En este sentido, se deben evaluar el grado de deterioro del suelo, el banco de semillas, la presencia de especies introducidas o invasoras, la vegetación circundante, el microclima, y el tipo de uso actual, entre otros. Recursos. Resulta necesario realizar una evaluación preliminar acerca de los recursos con los que se cuenta para desarrollar la restauración. Esto los aspectos recursos de infraestructura, teconolgía, humanos, financieros y de tiempo. El conocimiento ecológico e información previa sobre el sitio también pueden considerarse un recurso potencial para la eficientización de la restauración. Por ejemplo, el conocimiento previo es determinante en la selección de especies a utilizar para la revegetación de un sitio degradado. Actores involucrados. Actualmente el componente social de la restauración se condeira parte integral de la misma. Esto implica que en todo el proceos de su desarrollo (planificación, operación y monitoreo) es necesario considera a todos los actores interesados en la restauración de un sitio en particular. Esto rsulta más amplio que considerar el régimen de tenecia de la tierra del sitio, ya que frecuentemente los interesados en la restauración son más que los propietarios de un sitio determinado. La inclusión de los diversos actores puede realizarse de diferentes maneras, pero cualquiera sea el método, este punto resulta clave para la obtención de consensos, los cuales aseguran, en un futuro tanto próximo como último, el éxito de cualquier intento de restauración. HERRAMIENTAS METODOLÓGICAS PARA LA RESTAURACIÓN 1. Obras de conservación de suelos En la planeación de trabajos de conservación y restauración de suelos, es necesario conocer el comportamiento del escurrimiento superficial en un sitios dado, de manera de elegir las obras más apropiadas (CONAFOR, 2006). Para conservar y restaurar suelos se pueden construir diferentes obras, que utilizan materiales y diseños distintos, adaptados principalmente al tipo y tamaño del cauce, el grado de erosión, y posibilidades de material y mano de obra. Las obras, en general, constituyen presas de diferente material y orientación dentro del cauce, ya se para retener el suelo, controlar la erosión, retener azolve, reducir la velocidad de escurrimiento, controlar la erosión hídrica, estabilizar el lecho, etc. Los materiales y la complejidad del diseño y construcción es variable, y puede ir desde presas de mampostería o gaviones, presas de costales o de malla ciclónica, hasta otras hechas a partir de morillos (postes o troncos de diámetros mayores a 10cm), ramas, o piedra acomodada. El acomodo de material muerto resultante del uso forestal y de otros tipos, formando cordones o terrazas que favorecen la protección del suelo y la regeneración natural. 2. Revegetación La revegetación puede realizarse con planta colectada de fragmentos remanentes o acahuales, siembra directa de semillas, planta producida in situ, o propagación vegetativa. La selección de una u otra actividad depende fundamentalmente de las condiciones del sitio, la disponibilidad de semillas o plantas, y de los recursos (sea económicos, materiales o de tiempo) con los que se cuente. 2.1. Selección de especies Para la selección de especies es necesario considerar no solamente su importancia ecológica dentro del sistema sino también las necesidades de la comunidades (Carrasco Carballido, 2005; CONAFOR, 2006). De esta manera, es recomendable revisar la información disponible sobre las especies nativas con uso potencial para la restauración en la región, con el fin de realizar una primera selección de especies, pero también la consulta a expertos y a la población local. Entre los criterios que se utilizan para la selección de especies para la restauración ambiental se encuentran: • Fijadoras de nitrógeno atmosférico • Buena capacidad de rebrote • Rápido crecimiento (discutible, depende del objetivo) • Resistencia a condiciones limitantes (sequías, vientos, baja fertilidad, suelos compactados, pH alto o bajo, alta salinidad) • Utilidad (valor económico, ecológico o cultural) • Que no tenga tendencia a adquirir una propagación malezoide o invasiva • Que atraiga dispersores de semillas Para el presente caso, ver lista de especies recomendadas 2.2 Revisión en campo de fuentes potenciales de propágulos Se deben realizar recorridos de campo y consultas a los pobladores locales acerca de la ubicación de árboles de potencial utilización como fuentes de propágulos. Posteriormente, se debe elaborar una lista detallada que contenga la ubicación georreferenciada de los individuos seleccionados, su identidad, tamaño y fenología esperada. 2.3. Establecimiento de espacios de aclimatación de las plantas Es indispensable definir las áreas donde se producirán las plantas y estacas para ser sembradas en los sitios a restaurar. Esta actividad no implica necesariamente la construcción de viveros ni otro tipo de infraestructura, sino simplemente la adecuación y el aprovechamiento de sitios naturales como pueden ser debajo de un árbol de gran tamaño, o dentro de un parche en regeneración. 2.4. Colecta de semillas Las semillas son la principal forma de reproducción de la mayoría de las plantas, por lo que también son la principal herramienta para su propagación y conservación. Cuando se colectan semillas se deben tomar en cuenta los siguientes puntos: • Utilizar bolsas de papel, marcadores, y recipientes no plásticos que mantengan frescas las semillas mientras son transportadas al vivero o sitio de aclimatación. • Llevar un registro del sitio de colecta, fecha, y si es posible el árbol del cual se realizó la colecta. Esto permite tener el control para planear la fecha de futuras colectas y qué árboles proporcionan semillas de buena calidad. • Las colectas deben llevarse a cabo del mayor número de posible, para que las plántulas producidas contengan variabilidad genética posible. Por esto mismo es necesario separadas las semillas que se colectan de cada uno de los árboles madre. • Con el fin de cuidar la calidad de las semillas se debe evitar cosechar semillas inmaduras, que hayan sido atacadas por insectos u otros animales, que se vean deformes o dañadas. Es recomendable realizar la colecta directamente de la planta cuando los frutos están maduros, y no del suelo donde ya pueden estar contaminadas. individuos la mayor mantener diferentes Una vez colectadas las semillas, se debe evaluar su viabilidad a través de un ensayo o prueba. Conocer la estructura general de una semilla permite identificar cuál está sana, corroborándolo con una prueba de viabilidad. Una de las pruebas de viabilidad más comunes es la prueba de flotabilidad. Las semillas pueden ser almacenadas; el tiempo y la calidad de almacenamiento dependen principalmente del contenido de agua en la semilla, ya que la presencia de mucho agua puede hacer que se pudra. 2.5. Germinación y producción de planta Las semillas se sembrarán en el menor lapso de tiempo posible para su germinación y aclimatación de las plántulas emergentes. Algunas especies poseen semillas susceptibles de ser almacenadas sin perder su viabilidad, por lo que se considerará esta posibilidad en los casos correspondientes. Sin embargo, la mayoría de las especies de selva tropical germinan con rapidez y no necesitan tratamientos previos. De hecho, muchas especies pierden su viabilidad con gran rapidez, por lo que resulta necesario que sean sembradas en el menor tiempo posible. Para acelerar la germinación se utilizan frecuentemente distintos tratamientos. Es importante verificar si existen trabajos previos que ya se hayan realizado con la especie que estamos trabajando. Si no se encuentra información, es posible experimentar algunos tratamientos, siempre y cuando se lleve un registro. Algunos de tratamientos de germinación son: • Secar las semillas al sol • Romper la testa (cubierta) • Ponerlas en agua caliente • Ponerlas en ácido 2.6. Producción de estacas Algunas especies pueden propagarse de maner vegetativa, es decir, que de un árbol cortamos varias ramas, que luego de estar un tiempo en vivero en preparación, serán sembradas en las parcelas. La ventaja de esta técnica es que es muy económica y exitosa en supervivencia. En este método, la estaca tiene la misma información genética que el árbol de donde la cortamos, por lo que es muy importante cortar estacas de distintos árboles. A partir de individuos previamente seleccionados se preparará el mayor número posible de estacas, sin afectar su supervivencia. Dichas estacas se colocarán en los recipientes adecuados y quedarán en aclimatación previa a su trasplante a los sitios a restaurar. Para la propagación de estacas es importante tener en cuenta: • La época de corte debe ser cuando consideremos que el árbol madre tenga mejores reservas. Esto puede ser al inicio de la época de secas o fin de lluvias. • Se ha sugerido la hora de corte como antes de las 12 del día para que las ramas estén hidratadas. • El árbol debe ser vigoroso y sano. Se recomienda cortar el segmento basal o central de la rama por su contenido de reservas. • La longitud de la estaca puede ser de 15 a 75 cm y el diámetro de 0.6 a 5 cm. Puede ser más grande según el plan que tengamos para esta propagación. • El tamaño mínimo debe tener al menos dos nudos, aunque lo recomendable es seis nudos por estaca. • Quitar las hojas evita que la estaca se deshidrate después del corte. • Es indispensable cuidar la polaridad (arriba y abajo) o sentido de las estacas. Es decir, que no deberíamos invertir la rama de como estaba en el árbol. • Se puede realizar un corte recto en la parte inferior y sesgado en la parte superior, lo cual evita que las estacas se pudran durante la época de lluvias. El corte basal debe ser justo debajo de un nudo y el superior a 3 cm arriba de un nudo. • En algunas especies el proceso de producción de raíces se da espontáneamente, pero en otras es necesario agregar hormonas vegetales para favorecer que la estaca las produzca. • Las estacas deben ser sembradas en contenedores bien drenados, es decir, que no acumulen agua, ya que de otra manera corren el riesgo de pudrirse. El contendor debe ser lo suficientemente amplio para que permitan el crecimiento adecuado de las raíces. También debe evitarse que las raíces salgan de los contenedores. La siembra debe estar lo más lejos posible de la época de lluvias, para evitar la pudrición. Por esto mismo, el riego debe ser mínimo y suficiente para que las estacas no se desequen. Se recomienda trasplantar con todo y la tierra del contenedor, para disminuir el daño y aeración de las raíces. 2.7. Diseño de plantaciones La forma en la cual se colocarán las cepas (planta o estacas) en las parcelas es muy importante. Por ejemplo, se debe tener el cuidado de no sembrar muchas plantas de la misma especie juntas, ya que esto podría en un futuro generar manchones de una sola especie que pueden atraer a insectos y otros animales que las pueden atacar. Por esto se recomienda la siembra de varias especies en una misma parcela. Un sorteo puede ser una forma de decidir qué especie sembraremos en cada sitio. El diseño espacial es el esquema que nos permite decidir los lugares exactos donde colocaremos cada cepa. En los proyectos de restauración se han utilizado diferentes diseños, que pueden ser en líneas, en grupos, al azar, intercalado, entre otros. Aunque el diseño espacial dependerá de los objetivos del proyecto, el más utilizado es el diseño en líneas. Podemos ver un esquema de los diferentes diseños espaciales: Líneas Grupos Al azar Nota: cada punto representa un individuo. En el diseño de líneas los individuos se colocan sobre las líneas a una distancia determinada. Por otro lado, la distancia a la cual sembremos las cepas definirá la densidad de individuos dentro de la parcela, es decir, el número de individuos por parcela. La densidad se puede expresar por hectárea o metro cuadrado, dependiendo del sitio y de los objetivos; además, densidad depende del tamaño que tengan las cepas al momento de su siembra, y de su velocidad de crecimiento. Una alta o baja densidad determinará ciertas ventajas y desventajas (Tabla 1). Tabla 1. Ventajas y desventajas del uso de densidades altas o bajas en plantaciones para la restauración. Densidad de siembra Alta (más de 1500 cepas por hectárea) Baja (menos de 1000 cepas por hectárea) Ventajas • Cerramiento rápido de la cobertura vegetal • Bajo costo de mantenimiento • Replantación baja o innecesaria • Bajo costo de cepas • Bajo costo de transporte y trasplante • Regeneración natural más fácil Desventajas • Alto costo de cepas • Alto costo de transporte y trasplante • Competencia entre plantas • Cerramiento lento de la cobertura vegetal • Puede ser necesaria replantar cepas nuevas 2.8. Transporte hasta el sitio El acondicionamiento de las cepas para su trasplante debe realizarse de manera tal que causemos los menores daños posibles a las plantas. En el caso de cepas en bolsas plásticas, éstas deben ser transportadas una al lado de la otra y de pie, y no encimarse unas arriba de otras. La cantidad de cepas a transportarse tiene que ser el número exacto que va a sembrarse, de tal manera de no arriesgar su superviviencia. 2.9. Siembra Las cepas deben ser sembradas en sitios previamente seleccionados, así también como su diseño espacial y la densidad de siembra. Deben ser primero distribuidas y colocadas en los sitios donde van a ser sembradas. Es recomendable cavar el pozo donde se sembrará la cepa en el mismo momento de la siembra, para que la tierra esté húmeda y suelta. La cepa debe ser colocada inmediatamente, tapando el pozo y compactando ligeramente la tierra alrededor. La bolsa plástica debe quitarse de la cepa con cuidado para no dañar sus raíces, y si esto sucede, puede ser necesario cortar las raíces dañadas, pero sólo en los casos en los que sea seguro no afectar el crecimiento de la planta. En algunos casos podrá ser necesario regar las cepas hasta que éstas se afiancen bien en la tierra, pero siempre que sea posible, el trasplante debe realizarse en la época de mayores lluvias para favorecer un mejor establecimiento en las parcelas sin requerirlo. 2.10. Mantenimiento Periódicamente deben realizarse actividades de limpieza de los sitios en donde se haya introducido las cepas con el fin de reducir la competencia por recursos, ya sea con otras especies o con inviduos de la misma especie. El mantenimiento también es necesario en el caso de que puedan ser afectados por alguna plaga o enfermedad. 2.11. Monitoreo Las actividades de revegetación deben ser monitoreadas resultados, y para ello es necesario definir algunas variables que funcionarán como indicadores de los mismos. Los indicadores más utilizados en actividades de revegetación son los siguientes: • Supervivencia. Se mide como el número de individuos vivos en un momento determinado. • Altura. En las cepas se mide desde la base hasta su extremo superior. No es muy común utilizar este indicador para las estacas ya que en lugar de crecer en altura suelen utilizar sus recursos en producir ramas nuevas. • Diámetro a la base. Es el diámetro del tronco en la base de la planta, es decir a la altura del suelo. • Diámetro a la altura del pecho (d.a.p.). Es el diámetro medido a la altura del nuestro pecho. En general, se mide más o menos a 1.3m del suelo. Este indicador sólo se utiliza para árboles jóvenes o adultos. • Biomasa. La biomasa en la productividad de la planta medida en peso (gramos). Este indicador implica que debemos matar a la planta, ya que para medir su biomasa tenemos que cosecharla, separar sus partes (ramas, hojas y raíces), secar todo el material y por último pesarlo. • Número de hojas. La utilidad de este indicador depende de la forma de las hojas de cada especie. En las especies que tienen hojas divididas es difícil contar su número de hojas. Este indicador suele ser útil cuando se siembran plántulas; en estos casos el número de hojas puede ser un buen indicador del vigor o la salud. Por último, una vez que tenemos definidos los indicadores que se utilizarán para monitorear y dar seguimiento a las actividades, se debe planificar la frecuencia de medición. 3. Cortinas rompevientos Las cortinas rompevientos se construyen para evitar la erosión eólica del suelo o para proteger los cultivos susceptibles (CONAFOR, 2006). Para establecer cortinas rompevientos deben tomarse en cuenta las siguientes carácterísticas: • Utilizar especies nativas (para el presente caso ver lista de especies recomendadas). • Utilizar especies que no pierdan completamente su follaje en algún momento del año • Evaluar la altura máxima que pueden alcanzar las especies • Combinar especies de crecimiento rápido con otras de crecimiento lento • Evaluar los costos de establecimiento de la cortina incluyendo aquellos que implican la utilización de cierta superficie del predio 4. Cercas vivas Considerando el parcelado de las diferentes unidades del paisaje que se suelen observar en las regiones rurales, se plantea el suo de cercas vivas como una herramienta que permite delimitar el terreno, evitar la erosión del suelo, producir materia orgánica, y eventualmente fijar nitrógeno. Además, el uso de cercas vivas tiene beneficios adicionales desde el punto de vista ecológico, ya que se aumenta la diversidad del sitio, y ciertas especies poseen frutos que son atractivos a dipersores de semillas, los cuales al percharse sobre estos árboles eventualmente dejas nuevas semillas en el sitio. El método más rápido y eficiente de producir una cerca viva es a través de la propagación vegetativa (producción de estacas), de las especies que presenten esta capacidad. Los detalles sobre la propagación vegetativa se comentan en el apartado 2 (Revegetación), y para esta región en particular, se puede consultar la lista de especies recomendadas, donde se destacan las especies que presentan esta capacidad. 5. Enriquecimiento y manejo de acahuales (vegetación secundaria) Consiste en introducir especies útiles (frecuentemente de uso forestal) a fin de aumentar la diversidad y potencial de uso de acahuales. De esta manera, el valor de uso del acahual aumenta, y por ende también el interés de protección, conservación y uso sustentable. Además, el enriquecimiento de acahuales permite a los productores aprovechar las áreas que normalmente se consideran ociosas. Es recomendable desarrollar el enriquecimiento en acahuales que se encuentran en las primeras etapas sucesionales, ya que resulta más económica y accesible su intervención, además de que no implica intervenir un sistema más desarrollado (CONAFOR, 2006). El enriquecimiento se puede realizar a través de la siembra directa, la introducción deliberada de plantas (ver revegetación), o también a partir del manejo a través de aclareos o podas, la eliminación de especies exóticas, y algunos arbustos o trepadoras, para favorecer el crecimiento de especies ya existentes en el predio. Esta técnica, no sólo puede favorecer al aumento del valor de uso del acahual sino que además puede favorecer el proceso de regeneración, acelerando la recuperación del sistema. Por tratarse del aumento de valor de uso del predio, las especies seleccionadas deberán ser nativas, para favorecer la continuidad de los procesos ecológicos locales (Martínez Garza et. al., 2005), así como presentar, en la medida de lo posible, valores múltiples de uso (Carrasco Carballido, 2005; CONAFOR, 2006), de manera de ser apreciada por la comunidad local. Para el presente caso ver lista de especies recomendadas. 6. Sistemas agroforestales Se trata de sistemas y tecnología de uso de la tierra donde las especies leñosas (árboles, arbustos, palmas, etc.) son utilizados dentro de las mismas unidades de manejo junto con cultivos agrícolas y/o animales con algún arreglo espacial y/o temporal (CONAFOR, 2006). Estos sistemas favorecen la conservación de las masas forestales y garantizar la presencia de una cobertura vegetal que protege de la erosión y el deterioro, mejora la condición ecológica de los suelos, además de diversificar la producción e incrementar los ingresos de la población. Ejemplos de éstos son la acuacultura, la apicultura, las plantaciones nativas comerciales, la explotación de productos forestales no maderables, así como la producción de café, vainilla o cacao. 7. Protección de áreas en regeneración Una heramienta complementaria a las actividades de restauración que se aplican de manera directa es la protección de áreas, ya sea aquellas que se encuentran en proceso de renegeración secundaria, como áreas restauradas. La protección puede realizarse de diversas maneras, ya sea a través del cercado del sitio, de la construcción de cortinas rompevientos, o bien la construcción de brechas cortafuego, dependiendeo de las necesidades del sitio y a su ubicación dentro de la matriz del paisaje. Las brechas cortafuego en particualr, previenen la ocurrencia de incendios, y resultan útiles en sitios que recibieron acciones de restauración, como por ejemplo alrededor de parcelas reforestadas, o entre sistemas productivos y fragmentos remanentes de selva. Su diseño dependerá de las características particulares del sitio, y deben recibir un mantenimiento periódico a través de la limpieza. 8. Capacitación La capacitación de la población local también puede considerarse como una herramienta de restauración, ya que la misma fortalece las capacidades de las comunidades para organizarse, planificar y tomar decisiones. En este sentido, también son enriquecedoras las actividades de educación ambiental formal e informal, difusión, y divulgación. Estas actividades deben ser adaptadas y abarcar las diferentes poblaciones objetivos dentro de la comunidad, ya sea productores, mujeres, jóvenes y niños. Se deben utilizar metodologías para la búsqueda de consensos adaptadas a las condiciones locales. Entre estas metodologías están la auto-evaluación, la planeación comunitaria; participación campesina; “aprender haciendo” etc., herramientas todas ellas que permiten generar procesos de entendimiento del problema, identificar los problemas, generar posibles soluciones entre grupos o actores de influencia para después difundir los logros entre el resto de la población y gestar consensos. Pueden incluirse talleres participativos para la aplicación de técnicas de restauración, así como en general de la problemática del uso y conservación de los recursos naturales. Es recomendable la generación de materiales de apoyo (textos y material audiovisual) para ir creando un ambiente positivo a las propuestas. EVALUACIÓN Y MONITOREO DE LA RESTAURACIÓN AMBIENTAL Considerando que en diferentes sitios se seleccionan distintas herramientas de restauración ambiental, es indispensable definir indicadores de evaluación para cada una de las acciones aplicadas. Dado que las acciones locales de restauración serán de diferente naturaleza, los indicadores de cada una también serán distintos. Por ejemplo, en el caso de la revegetación (apartado 2), deben seleccionarse algunos indicadores generales como supervivencia y crecimiento de las plantas. Los indicadores de seguimiento de las acciones de restauración deben ser monitoreados periódicamente durante la duración del proyecto. Es altamente recomendable que la población local participe del monitoreo, por lo que se requieren formatos sencillos y entendibles. LISTA DE ESPECIES RECOMENDADAS PARA LA RESTAURACIÓN AMBIENTAL DE LA ZONA DE ESTUDIO Para seleccionar las especies de uso potencial para la restauración ambiental en la zona de estudio, se realizó una revisión bibliográfica de literatura publicada para la región, así como trabajos desarrollados en sitios similares (p. ej. selva de Los Tuxtlas, Veracruz) (Tabla 2). El uso de estas especies se describe a partir de la literatura existente. Tabla 2. Especies recomendadas para la restauración ambiental en la Selva Lacandona. Fuente: Vázques-Yanes et al. (1999), Meli (2004), Carrasco-Carballido (2005), Martínez-Garza et al. (2005), Pennington y Sarukhán (2005). Nombre Ampelocera hottlei Attalea butyracea Familia Ulmaceae Palmae Nombre común Luín, Cuerillo coyol Brosimum alicastrum Moraceae Ramón Uso potencial Durmientes de ferrocarril Los frutos para grasa vegetal, las hojas para construcción de techos. Forraje para ganado, frutos comestibles, semillas podrían ser comestibles, látex Bursera simaruba Burseraceae Palo mulato Calophyllum brasiliense Carica papaya Castilla elastica Cecropia obtusifolia Guttiferae Barí, Leche maría Caricaceae Moraceae Cecropiaceae Papaya Hule Guarumbo Cedrela odorata Meliaceae Cedro Ceiba pentandra Cojoba arborea Bombacaceae Leguminosae (Mimosoideae) Boraginaceae Leguminosae (Caesalpinoideae) Ceiba o pochote Frijollillo Ebenaceae Leguminosae (Faboideae) Leguminosae (Faboideae) Meliaceae Tiliaceae Zapote prieto Consquelite Forestal Durmientes de ferrocarril o construcciones pesadas. Fruto comestible Fruto comestible Flores comestibles. Cercas vivas Cocoíte Flores comestibles. Cercas vivas Cedrillo Jonote rojo Construcción (local) Corteza para cuerdas. Leguminosae (Caesalpinoideae) Leguminosae (Mimosoideae) Chrysobalaneceae Bombacaceae Bambaceae Myrtaceae Piperaceae Moraceae Guapinol Madera de uso potencial Carniquín Sombra Fruto comestible Madera balsa No se conocen Fruto comestible, aceites, cosméticos. Hojas comestibles Madera para mangos de herramientas, fruto podría ser comestible Fruto comestible Madera para durmientes, mangos de herramientas y construcciones rurales. Puede ser forrajera Construcciones rurales, cestería. Cercas vivas Fruto para lavar ropa No se conocen Cordia alliodora Dialum guianense Diospyros digyna Erythrina folkersii Gliricidia sepium Guarea glabra Heliocarpus appendiculatus Hymenaea courbaril Inga vera Bojón Guapaque Chapas, madera terciada, mangos de herramientas. Tintes. Cercas vivas Aserrío, chapas, durmientes, muebles finos Fruto comestible, aceites para jabón Látex Fibras para fabricación de cuerdas, el fruto podría ser comestible Forestal. Vigas, chapas y muebles. Cercas vivas Forestal, fibra algodonosa Madera para mangos de herramientas Pouteria sapota Pseudolmedia oxyphyllaria Sapotaceae Moraceae Cabeza de mico Jonote blanco Palo de agua Pimienta Hoja santa Masamorro, Carne de pescado Mamey Ramón de mico Salix humboldtiana Salicaceae Sauce Sapindus saponaria Schizolobium parahyba Spondias mombin Sapindaceae Leguminosae (Caesalpinoideae) Anacardiaceae Jaboncillo Plumillo Tabebuia rosea Terminalia amazonia Bignoniaceae Combretaceae Maculís Canolté Trichospermus mexicanum Trema micrantha Trophis racemosa Vatairea lundelli Tiliaceae Corcho colorado Mangos de herramientas. Frutos comestibles Chapas, madera terciada y muebles. Uso local para durmientes o construcciones No se conocen Ulmaceae Moraceae Leguminosae (Faboideae) Vochysiaceae Capulín Ramón de caballo Amargoso Corteza para amarrar objetos No se conocen No se conocen Maca blanca, Palo de agua Lomo lagarto Durmientes y tablas en construcciones rurales. Tablas para construcciones rurales. Licania platypus Ochroma pyramidale Pachira aquatica Pimienta dioica Piper auritum Poulsenia armata Vochysia guatemalensis Zanthoxylum riedelianum Rutaceae Jobo LITERATURA CITADA Carrasco Carballido V., 2005. Análisis de la capacidad de germinación, establecimiento y propagación vegetativa de un grupo de especies de los Tuxtlas. Tesis de Maestría, Instituto de Ecología – UNAM, México D. F., 142 pp. Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), 2006. Protección, restauración y conservación de suelos forestales. Manual de obras y prácticas. Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, México D.F., 210 pp. De la Vega Rivera A., 2005. El papel de los árboles de cítricos sobre la dispersión de semillas en pasturas tropicales: Implicaciones para la restauración ecológica de los Tuxtlas, Veracruz. Tesis de Maestría, Instituto de Ecología – UNAM, México D.F. Martínez Garza C. y H. F. Howe, 2003. Restoring tropical diversity: beating the time tax on species loss. Journal of Applied Ecology 40: 423-429 Martínez Garza C., V. Peña, M. Ricker, A. Campos y H. F. Howe, 2005. Restoring tropical biodiversity: leaf traits predict growth and survival of late-successional tress in early-successional environments. Forest Ecology and Management 217: 365-379 Meli P., 2004. Recolonización de potreros abandonados. Una Caso de estudio de restauración en la selva de los Tuxtlas, Veracruz. Tesis de Maestría, Instituto de Ecología – UNAM, México D.F., 161 pp. Pennington T. D. y J. Sarukhán, 2005. Árboles tropicales de México. Manual para la identificación de las principales especies, Universidad Nacional Autónoma de México y Fondo de Cultura Económica, México D.F., Tercera Edición, 523 pp. Vázquez-Yanes C., A. I. M. Batis, M. I. S. Alcocer, M. D. Gual y C. Sánchez, 1999. Árboles y arbustos nativos potencialmente valiosos para la restauración ecológica y la reforestación, Proyecto J-084-CONABIO, México D.F. ANEXO 7. PRESENTACIÓN PARA EL TALLER PARTICIPATIVO. PROGRAMA DE RESTAURACIÓN AMBIENTAL Y PREVENCIÓN DE INCENDIOS Estación Chajul, Chis., 16 de octubre de 2006 Importancia de las selvas tropicales • Los ecosistemas más ricos y diversos • Especies útiles • Regulan el clima • Capturan carbono • Almacenan agua • Retienen suelos La Selva Lacandona • La selva más conservada del país • Forma parte de la cuenca del Usumacinta, la más extensa del país. • Refugio de la guacamaya roja 10% plantas superiores 50% de las aves 31% mamíferos 50% mariposas diurnas 14% peces de agua dulce Amenazas • Actividades agropecuarias • Incendios forestales • Pérdida directa de especies • Caza y tala ilegal • Pérdida de hábitat natural • Erosión del suelo • Cambios en los ríos y arroyos Los ejidos vecinos a la Reserva • Son muy importantes para la salud de la selva • Deforestación 3 veces mayor al promedio nacional • En los últimos cinco años se duplicó la superficie agrícola • En 30 años puede desaparecer toda la selva • Desmonte a través de la roza-tumba-quema Uso del fuego agropecuario • Se descontrola y causa incendios forestales • NO hay cuidado específico con las quemas • Falta organización • No hay un reglamento escrito • Se acumula humo que puede afectar la salud Organización de la quema • Se quema entre abril y mayo, pero se esperan las primeras lluvias • Se quema en grupos o solos • No siempre se avisa a las autoridades o vecinos • Horario muy variable y depende del clima ¿Cómo se debería quemar? • • • • • • • Formular calendarios de quemas de manera organizada Quemar en grupos y de manera organizada. Dar aviso a las autoridades y a colindantes. Guardarrayas de 3m. Iniciar después de las primeras lluvias. Quemar entre las 6 y las 8 de la mañana. En terrenos inclinados iniciar desde la parte superior; en terrenos planos en contra del viento. • Eliminar el fuego a partir de la periferia del terreno. • Asegurar la extinción total del fuego. Propuestas • Reglamento comunitario de uso del fuego agropecuario • Realizar acciones de control de incendios − vigilar que no se propague − formar grupos (brigadas) comunitarias para vigilar y supervisar • Realizar guardarrayas de manera más sistemática • Organización de brigadas contra incendios • Realizar acuerdos con responsable del H. Ayuntamiento o con personal indicado para dichos trabajos Calidad del aire • El humo producido en las quemas es un riesgo para la salud humana • Algunas partículas muy pequeñas alcanzan los niveles registrados en la Ciudad de México • Los niveles de carbón en la atmósfera son altos y pueden afectar la salud. Necesidades ORDENAMIENTO: Zonificación de la región Programa de Desarrollo Sustentable Programa de Desarrollo Sustentable • Áreas críticas de riesgo de incendios para proteger • Áreas de conservación • Áreas de uso sustentable • Áreas de restauración