EL ÉXITO DEL PROCESO ENSEÑANZA –APRENDIZAJE MEDIANTE EL APRENDIZAJE COOPERATIVO Mª Rosa García Ruiz, Natalia González Fernández, Sonsoles Guerra Liaño y Angel Hernández Fernández Departamento de Educación UNIVERSIDAD DE CANTABRIA RESUMEN: En este trabajo presentamos nuestra experiencia en la aplicación de metodologías docentes innovadoras, adaptadas a lo que el futuro de la Universidad demanda ante el EEES. Se trata de la aplicación de Aprendizaje Cooperativo durante dos cursos consecutivos con el mismo grupo de alumnos, de la titulación de Maestro en Educación Infantil. Durante el primer curso se comenzó trabajando básicamente la técnica del puzzle, combinada con otras técnicas de trabajo en grupo, y los resultados fueron realmente satisfactorios. En este segundo curso, en el que los alumnos finalizan su carrera, se ha trabajado fundamentalmente con la técnica de “grupo de investigación”, con la que se pretendía que fuesen los propios alumnos los responsables de su propio aprendizaje, guiados siempre por el profesor. Las relaciones de interdependencia creadas entre los miembros del grupo han sido la clave del éxito de las asignaturas. Los trabajos realizados por los alumnos son de una calidad superior a los realizados en cursos anteriores en los que no se aplicó esta metodología. Hemos de destacar también que se ha creado un clima de compañerismo, de amistad, de trabajo en equipo, excepcional; y que la relación de los alumnos con el profesor ha sido igualmente satisfactoria. 1.- INTRODUCCION: A estas alturas todos somos conscientes de que la entrada en el Espacio Europeo de Educación Superior va a provocar un cambio importante en la comunidad universitaria, que sin duda se va a extender a toda la sociedad. Todo este proceso ha provocado que la mayoría de las universidades españolas comiencen a prepararse para el cambio, poniendo en marcha proyectos piloto en diversas titulaciones, para facilitar el cambio al ya conocido ECTs, y otra serie de iniciativas que faciliten la convergencia con Europa. Pero sin duda el cambio más importante que se está produciendo es el cambio en la forma de concebir la figura del profesor y del estudiante (Monereo, 2003), a partir del cuál se está gestando una nueva cultura educativa, en la que cobra vital importancia la utilización de las metodologías activas de enseñanza y aprendizaje. En el nuevo EEES el alumno es el eje fundamental que dará sentido al proceso enseñanza-aprendizaje, por lo que este último elemento será el que mayor peso específico tenga, en función del cuál se decidirá qué es lo que el estudiante necesita aprender para adquirir una formación integral. Para lograr este propósito serán necesarios cambios en todos los ámbitos de la institución, desde un cambio cultural más amplio, hasta un cambio en aspectos más técnicos, como la introducción de las nuevas tecnologías en las aulas, metodología docente adaptada a las nuevas exigencias de los perfiles profesionales, formación en competencias no estrictamente académicas, etc. Ante esta necesidad de adaptación, el cambio en el docente se hace necesario, puesto que ha de dejar de ser un mero transmisor “oral” de conocimientos, o la fuente de información más importante para los alumnos, para lo cuál ha utilizado tradicionalmente la lección magistral como principal estrategia metodológica, apoyado en mayor o menor medida de las nuevas tecnologías, para llegar a convertirse en facilitador, supervisor y guía del proceso de aprendizaje, y de esta forma alcanzar los objetivos y competencias previamente definidos. La actividad docente adquiere por tanto nuevos enfoques (tutorización y atención más personalizada del alumno, seguimiento y evaluación de las actividades no presenciales, coordinación entre docencia presencial y no presencial...), lo que supone implicaciones directas en la metodología docente (Mayor, 2003: Zabalza, 2000). Sin embargo, hemos de ser conscientes de que este cambio del que hemos venido hablando no va a ser fácil, ni se va a producir con igual éxito en las diferentes universidades, ni siquiera dentro de los diferentes Departamentos. Esta dificultad puede tener su origen en la falta de motivación de los profesores universitarios hacia la innovación pedagógica, reflejada en algunas investigaciones entre las que destacamos la realizada por Antón (2005) en la que los profesores encuestados afirman no estar motivados hacia la mejora de su docencia, principalmente porque no es un aspecto reconocido ni valorado para su desarrollo profesional. Desde nuestro grupo de investigación de la Universidad de Cantabria somos conscientes de las dificultades que pueden existir para la correcta implantación del modelo europeo, por lo que estamos trabajando ya en la aplicación de nuevas metodologías de enseñanza aprendizaje y de evaluación de los resultados en varias titulaciones de la Facultad de Educación, además de estar inmersos en un proyecto de investigación del Ministerio de Educación y Ciencia titulado “Bases para la docencia universitaria: Metodología didáctica”, a través del cuál esperamos contribuir a la mejora de la calidad del sistema universitario. 2.- METODOLOGIAS ACTIVAS DE ENSEÑANZA –APRENDIZAJE. Las metodologías activas de enseñanza – aprendizaje pueden dar respuesta al modelo de formación que viene dando sentido al paradigma formativo en el EEES. Se trata de un modelo formativo centrado en el trabajo y el aprendizaje del estudiante, mediante el desarrollo de determinadas competencias que posibilitarán un aprendizaje continuo a lo largo de toda la vida, así como una adaptación a la variedad y pluralidad cultural de nuestro espacio europeo. Aplicar metodologías activas de enseñanza – aprendizaje en el ámbito universitario no significa usar metodologías alternativas al método más tradicional de enseñar, sino que supone desarrollar una serie de competencias tanto por parte de los docentes como de los estudiantes, de manera que, tal y como ya apuntábamos anteriormente, el docente va a tener un papel más dinámico, facilitador de oportunidades de aprendizaje, utilizando fuentes de información actuales, variadas, motivadoras, utilizando una metodología de trabajo, en definitiva, interactiva, cooperativa (García, 2005). Del estudiante se espera que sea más activo, participativo y comprometido con su propio aprendizaje y con el de sus compañeros de equipo. Debe tener mayor autonomía y control sobre su propio aprendizaje, llegando a buscar el conocimiento por sí mismo, lo que implica que debe desarrollar una inteligencia distribuida, es decir, debe saber buscar, seleccionar y analizar la información en las diferentes fuentes de consulta que el docente le facilitará. En este trabajo nos centraremos en el Aprendizaje Cooperativo, puesto que es la metodología aplicada en la experiencia que presentamos, pero no vamos a detenernos demasiado en sus características y técnicas, ya que existe gran cantidad de bibliografía y páginas web donde se puede documentar cualquier persona. Podríamos definir el aprendizaje cooperativo como un método y un conjunto de técnicas de conducción del aula en la cuál los estudiantes trabajan en unas condiciones determinadas en grupos reducidos (3-4 personas) desarrollando una actividad de aprendizaje y recibiendo evaluación de los resultados conseguidos. A través de la planificación de diversas situaciones interactivas se logra una correlación positiva entre logros de objetivos, por lo que cada miembro del grupo sabe que sólo se alcanza el objetivo personal cuando también lo alcanzan los demás. El Aprendizaje Cooperativo puede situarse dentro de un triple marco teórico referencial, por un lado Piaget y la Escuela de Ginebra, donde se defiende que la socialización es un factor clave que favorece el desarrollo de la inteligencia, y por lo tanto el conocimiento se construye en interacción con el entorno. Una segundo marco teórico podemos situarlo en Vigotsky y la teoría sociocultural, destacando la socialización como origen de la inteligencia, los conflictos sociales y culturales como posibilitadotes del conocimiento, y el lenguaje como factor esencial que regula el pensamiento y la acción propia y conjunta. La tercera dimensión que podemos considerar como referencia es la dinámica de grupos y la teoría de la interdependencia social, destacando el grupo como ámbito psicosocial privilegiado para el aprendizaje, el desarrollo de actitudes y de valores. Las tendencias actuales en investigación del Aprendizaje Cooperativo se sitúan en diversas universidades: El Learning Together de D.W. Jhonson y R.T. Jhonson, de la Universidad de Minnesota. El Student Team Learning de Slavin, de la Universidad Johns Hopkins. El Group Investigation de Yael Sharan y Sholo Sharan, de la Universidad de Tel Aviv. La Structural Approach de Spence Kagan y Miguel Kagan, de la Universidad de California. La Complex Instruction de Elisabeth G. Cohen, de Canadá. La perspectiva del Collaborative Approach de Helen Cowie Sheffield, del Reino Unido. También en España se están consolidadando grupos de docentes e investigadores como el “Grupo de interés en Aprendizaje Cooperativo” del Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad Politécnica de Cataluña. http://giac.upc.es/PAG/giac_cas/giac_que_es.htm, en cuyo caso llevan ya varios años implantando esta metodología en diversas titulaciones universitarias. El Aprendizaje Cooperativo se rige por el principio básico en que los alumnos deben trabajar juntos para aprender y son tan responsables del aprendizaje de sus compañeros como del propio (Slavin, 1999) También destacan los objetivos colectivos y el éxito conjunto, que como ya señalamos, sólo puede lograrse si todos los integrantes de un equipo consiguen los objetivos, esto es lo que se ha denominado “Interdependencia positiva”. Para establecer una dinámica de Aprendizaje Cooperativo no basta con que los alumnos formen equipos de trabajo, ni que trabajen juntos para realizar una tarea, ni que se reúnan para trabajar juntos en la consecución de sus objetivos. Es necesario crear una red de aprendizaje, a partir del establecimiento de unos objetivos de conocimiento comunes, para cuyo logro se establecen relaciones de interdependencia entre alumnos, desarrollando de esta forma competencias sociales, como la empatía, la tolerancia, etc. El docente que utiliza esta metodología debe ser consciente del esfuerzo que supone el cambio, puesto que ha de dedicar un tiempo específico a la programación de cada una de las actividades que deben realizar los estudiantes y a la evaluación de todo el proceso de aprendizaje, lo cuál supone un gran cambio respecto al examen final a través del cuál el estudiante obtiene su calificación. Hasta ahora el docente elaboraba el programa de su asignatura a partir de una profunda planificación, incluso con un calendario en el que podía predecir cuántas sesiones iba a dedicar a cada tema. Pero no se planifica de igual manera el trabajo que debe realizar el estudiante, sobre todo los trabajos que se realizan fuera del aula. Utilizar una metodología donde lo más importante es el papel del estudiante, y por tanto, los diferentes trabajos que realiza para lograr los objetivos propuestos en la programación, suponen la elaboración de un programa en el que se detallen cada uno de los trabajos que los estudiantes realizarán a lo largo del curso, así como de todas aquellas evaluaciones que se vayan realizando. Según Cuseo (1996), las virtudes más destacadas del aprendizaje cooperativo podrían resumirse en: 1. Promueve la implicación activa del estudiante en el proceso de aprendizaje. 2. Capitaliza la capacidad que tienen los grupos para incrementar el nivel de aprendizaje mediante la interacción entre compañeros. 3. Promueve el aprendizaje independiente y autodirigido. 4. Facilita el desarrollo de la habilidad para escribir con claridad. 5. Facilita el desarrollo de la capacidad de comunicación oral. 6. Incremente la satisfacción de los estudiantes con la experiencia de aprendizaje y promueve actitudes más positivas hacia el material de estudio. 7. Permite la preparación de los estudiantes como ciudadanos. 8. Permite desarrollar la capacidad de liderazgo 9. Prepara a los estudiantes para el mundo del trabajo actual. A partir de la experiencia realizada hemos tratado de comprobar si realmente a partir de la aplicación del aprendizaje cooperativo pueden obtenerse todas ventajas. 3.- EXPERIENCIA REALIZADA. La experiencia que presentamos en este trabajo se ha desarrollado durante los dos últimos cursos con alumnos de la titulación de Magisterio en Educación Infantil de la Universidad de Cantabria, con los que se han utilizado técnicas de aprendizaje cooperativo. Durante el curso 2004/2005, 66 de los 73 alumnos de segundo curso de la asignatura de Didáctica General tuvieron la oportunidad de trabajar con el aprendizaje cooperativo durante el segundo cuatrimestre, puesto que es una asignatura anual. A través de diversas técnicas se fue desarrollando el programa de la asignatura, aunque se utilizaron en mayor medida las técnicas de “Puzzle” y de “Grupo de investigación”. La técnica de “Puzzle” o “Jigsaw” de Aronson (1978) consiste en la división o fragmentación de la materia a estudiar en tantas secciones como miembros compongan el grupo de trabajo. Cada alumno se encargará de leer su texto. Posteriormente se reúnen en “grupos de expertos” con alumnos que han leído el mismo texto, para compartir la información. Cada alumno prepara individualmente su texto para exponerlo finalmente a sus compañeros del grupo base. Una vez en el grupo base, cada miembro del grupo expone al resto su texto para juntos elaborar el trabajo que el profesor haya solicitado y por el que se les va a evaluar. En la siguiente tabla se pueden apreciar los pasos a realizar: PUZZLE 1.- Formación de grupos base 2.- Lectura individual 3.- Reunión de expertos 4.- Preparación individual 5.- Explicación en grupo base - Ponente - Crítico - Control del tiempo 6.- Evaluación 7.- Debate Tabla 1: Pasos en la realización de un Puzzle. En nuestro caso se han realizado algunas adaptaciones (tabla 2), debido al elevado número de alumnos y a que la duración de cada sesión oscila entre 45 y 50 minutos en el sentido de que cada puzzle realizado se ha desarrollado durante tres sesiones de clase de manera que a partir de la lectura individual que se realiza en la primera sesión el profesor aclara las dudas surgidas, antes de que los estudiantes preparen su texto individualmente fuera del aula. Durante la segunda sesión tiene lugar la exposición de cada miembro del grupo al resto del grupo base. Posteriormente cada grupo elabora conjuntamente un mapa conceptual con los tres textos que se han trabajado y en la última sesión el portavoz de cada grupo debe presentar en la pizarra su mapa conceptual. A partir del primer mapa, el resto de los grupos van realizando las modificaciones que consideren oportunas para mejorarlo. De esta forma cada grupo aporta su valoración crítica del trabajo de los otros grupos, para juntos ir construyendo el mejor mapa conceptual posible de los textos trabajados. PUZZLE 1.- Lectura individual y aclaración de dudas 2.- Reunión de expertos 3.- Preparación individual 4.- Explicación al grupo base – elaboración mapa conceptual 5.- Evaluación: Presentación mapa conceptual 6.- Debate Sesión 1 Sesión 1 Sesión 2 Sesión 3 Sesión 3 Tabla 2: Adaptación de un “Puzzle” a la asignatura. A partir de esta exposición de mapas conceptuales el profesor va evaluando el trabajo realizado por los estudiantes y las valoraciones se van anotando en una plantilla de evaluación. Los grupos archivan cada mapa conceptual en una carpeta que posteriormente se entregará para la evaluación global de la asignatura. La técnica de “Grupo de investigación” de Sharan (1980) consiste en que los grupos de estudiantes escogen subtemas de la unidad o materia a estudiar. Cada grupo divide los subtemas en tareas individuales dentro del grupo. Los alumnos investigan los subtemas juntos y después presentan los resultados a toda la clase. Los estudiantes seleccionaron un tema para elaborar una unidad didáctica, a partir de unos criterios establecidos previamente por el docente y de los contenidos ya tratados en el aula. A partir de la sexta semana de clase los grupos comenzaron a elaborar sus trabajos, a los que se dedicaron algunas sesiones de clase para concretar las pautas del trabajo a desarrollar. Pero el trabajo de investigación sobre el tema, así como la preparación de la presentación en el aula se desarrolló fuera de las sesiones de clase presencial. Las semanas 10, 11 y 12 se dedicaron a las exposiciones de los trabajos realizados por los grupos (dos por sesión), las cuáles formaron también parte de la evaluación del trabajo de los estudiantes. El conjunto de la programación puede observarse en la tabla 3. Semana PROGRAMACION CUATRIMESTRAL Presentación Examen conocimientos previos Programa 2 Aprendizaje Cooperativo Exposición Docente Exposición Docente 3 Grupo Base Lectura individual 1. Grupo expertos 2. Grupo base: Mapa conceptual Exposición Mapas Grupo Base Lectura individual 1. Grupo expertos 2. Grupo base: Mapa conceptual Exposición Mapas 5 Grupo Base Lectura individual 1. Grupo expertos 2. Grupo base: Mapa conceptual Exposición Mapas 6 Video Role Playing GRUPO INVESTIGACION EXPERTO REFLEXIÓN PONENCIA EXPOSICIÓN PONENCIA EXPERTO REFLEXIÓN PONENCIA EXPOSICIÓN PONENCIA Role Playing GRUPO INVESTIGACION Grupo 5 EXPOSICION Grupo 6 EXPOSICION Grupo 11 7 8 EXPERTO 4 PUZZLE 1 10 11 Video EXPOSI CION 9 EXPOSICIÓN EXPOSICIÓN Grupo 1 Grupo 2 Grupo 7 EXPOSICION EXPOSICION Grupo 3 Grupo 4 Grupo 9 12 EXPOSICIÓN Grupo 8 Grupo 13 Grupo 14 EXPOSICION Grupo 10 Grupo 15 Grupo 16 EXPOSICION Grupo 12 Grupo 17 Grupo 18 Tabla 3: Programación cuatrimestral Uno de los problemas con los que nos encontramos a menudo los docentes que aplicamos esta metodología es la evaluación del aprendizaje del alumno. Somos conscientes de que para lograr la implicación del alumnado en su proceso de aprendizaje es condición imprescindible el feed-back que debe recibir del docente acerca del trabajo que va desarrollando, para lo cuál es preciso evaluar los trabajos de los estudiantes y que éstos conozcan los resultados para poder corregir aquello en lo que han fallado, antes de realizar el examen final. Y las dificultades aumentan cuando un docente tiene muchos alumnos, no sólo en un grupo, sino que como era nuestro caso, a lo largo del cuatrimestre un docente puede tener alrededor de 400 alumnos matriculados en sus asignaturas. Puede que para muchos docentes este hecho ya sea suficiente obstáculo para no plantearse el cambio a este tipo de metodologías, sin embargo, nosotros no desistimos en el empeño y hemos tratado de adaptar el sistema de evaluación a la capacidad de dedicación del docente a esta tarea, de manera que, a pesar de tener una mayor carga de trabajo, pueda realizarse con suficientes garantías de éxito. Tal y como ya se ha ido comentando, la evaluación del aprendizaje de la asignatura ha sido global y continua, de manera que el docente ha contado con diferentes calificaciones de los trabajos de los docentes. Cada grupo de estudiantes ha organizado en una carpeta los diferentes trabajos realizados, mapas conceptuales, unidad didáctica, reflexiones a partir de ponencias de profesionales y de los videos visionados en el aula. Este material, junto con la observación sistemática del docente de la evolución de cada grupo, ha sido utilizado como instrumento de evaluación para calificar a cada estudiante, puesto que no se ha realizado un examen final de la asignatura. Sí merece la pena señalar que el 100 % de los alumnos que han seguido la asignatura con esta metodología superaron la evaluación. En este curso, puesto que era la primera vez que el docente aplicaba esta metodología, interesaba conocer la valoración de los alumnos al respecto, para lo que se diseñó un cuestionario, adaptado del SEEQ (Students´Evaluations of Educational Quality), elaborado por Marsh, H.W. y Roche, L.A. (1970) de la University of Westem Sydney MacArthur, Australia y del Cuestionario de Competencia Social elaborado por Torbay, Muñoz de Bustillo y Hernandez (2001). Puesto que en la pasada edición de estas jornadas una compañera del equipo ya presentó el cuestionario (González, 2005), vamos a limitarnos en esta ocasión a presentar los resultados que hacen referencia a la valoración de este grupo de alumnos respecto a la experiencia presentada hasta aquí (gráfico 1), según los siguientes parámetros: o Recursos: El material adicional (artículos y textos) y los trabajos propuestos, estaban bien seleccionados y han contribuido a la mejor comprensión de la materia para el 94,64% de los estudiantes. o o o o o o o o o Objetivos: Los objetivos propuestos a los estudiantes para la realización de las actividades estaban claros para el 89,29% de los encuestados. Relaciones interpersonales: la relación entre profesora y alumnado ha sido cercana, fluida y enriquecedora, según el 64,29% de los estudiantes. Interacción con el grupo-clase: ha mejorado la cooperación, conocimiento y comunicación con diferentes compañeros de la clase, para el 87,505 de los estudiantes. Contenidos: el conocimiento sobre los contenidos de la asignatura se ha ampliado, según el 85,71% del alumnado. Carga de trabajo en la asignatura, aplicando el Aprendizaje Cooperativo, es mayor que con otras metodologías, para el 42,86 % de losestudiantes, y es normal para el 46,43% Ritmo de trabajo de la asignatura, aplicando el Aprendizaje Cooperativo, es mayor que en otras metodologías, según el 46,43% de los estudiantes, y es normal para el 50%. Métodos de evaluación del trabajo realizado (Autoevaluación, exposición en clase, trabajos, etc.), son adecuados para el 76,79 % de los encuestados. Motivación: el interés por ésta asignatura gracias a la aplicación del Aprendizaje Cooperativo ha aumentado, según afirma el 85,71% de los estudiantes. La valoración global de la metodología del Aprendizaje Cooperativo es mejor que la metodología tradicional, según asegura el 98,21 % de los estudiantes encuestados. Gráfico 1: METODOLOGIA 100,00% 98,21% 94,64% 89,29% 85,71% 90,00% 80,00% 85,71% 76,79% 87,50% Objetivos 70,00% 60,00% Recursos Rel. Interpers. Inter. grupo-clase 64,29% 46,43% 42,86% 50,00% Contenidos 40,00% Carga de trabajo 30,00% Ritmo de trabajo Métodos evalu 20,00% Interés 10,00% Mejor 0,00% 1 A partir de los resultados obtenidos (García y González, 2005) resulta posible comprender la motivación por el docente de este grupo para continuar trabajando con el aprendizaje cooperativo en el curso siguiente. Durante el curso 2005-06, la experiencia que ha tenido lugar ha sido igualmente satisfactoria, tanto para los estudiantes, como para el docente. Durante la presentación de la nueva asignatura se planteó la intención del docente a aplicar de nuevo esta metodología, lo cuál tuvo una aceptación unánime por parte de los estudiantes. En este caso la asignatura de 3º curso “Didáctica de la educación infantil. Fundamentos teóricos” de 6 créditos de duración, se desarrolla durante 12 semanas, en cuatro horas semanales. El número de alumnos participantes fue de 85 de los 93 matriculados. Semana En cuanto a las técnicas utilizadas, aunque hubo algunas variaciones, básicamente el puzzle y el grupo de investigación fueron a las que más tiempo se dedicó. Puede observarse en la tabla 4 la programación de la asignatura. PROGRAMACION ASIGNATURA Presentación Examen conocimientos previos Programa Organización grupos 2 Aprendizaje Cooperativo Exposición Docente Exposición Docente Exposición Docente 3 4 PUZZLE 1 6 7 EXPERTO 5 8 10 11 12 Grupo expertos Preparación individual Exposición Mapas Grupo expertos Preparación individual Grupo base: Elaboración mapa Exposición Mapas Grupo Base Lectura individual Grupo expertos Preparación individual Grupo base: Elaboración mapa Exposición Mapas EXPERTO REFLEXIÓN PONENCIA EXPERTO EXPERTO Preparación grupal REFLEXION PONENCIA EXPOSICIÓN PONENCIA EXPOSICIÓN PONENCIA GRUPO INVESTIGACION GRUPO INVESTIGACION VIDEO ANALISIS DEL VIDEO ANALISIS DEL VIDEO Exposición trabajo videos Grupo Base Lectura individual VIDEO EXPOSICION 9 Grupo Base Lectura individual Grupo base: Elaboración mapa EXPOSICIÓN Grupo 3 Grupo 5 Grupo 7 Grupo 2 EXPOSICION Grupo 4 EXPOSICION Grupo 6 EXPOSICION Grupo 8 Grupo 9 EXPOSICIÓN EXPOSICIÓN Exposición trabajo videos Grupo 1 Grupo 11 Grupo 13 Grupo 15 Grupo 10 EXPOSICION Grupo 12 EXPOSICION Grupo 14 EXPOSICION Grupo 16 Grupo 17 Grupo 19 Grupo 21 Grupo 23 Grupo 18 EXPOSICION Grupo 20 EXPOSICION Grupo 22 EXPOSICION Grupo 24 Tabla 4: Programación asignatura cuatrimestral. La mayor parte de los estudiantes matriculados en la asignatura que aquí se presenta ya cursaron el curso anterior la asignatura “Didáctica General” y tuvieron la oportunidad de trabajar con sus compañeros mediante metodologías activas. En esta ocasión se continúa con la misma dinámica de trabajo, aunque sí existen algunas variaciones. Como ya se ha señalado anteriormente se han utilizado las mismas técnicas que en el curso anterior, añadiendo la Técnica de Juego-Concurso de De Vries (Lopez, F., 2004), que más adelante explicaremos. A partir de la tercera semana de clase se comenzó a trabajar con la técnica de puzzle, con una selección de textos con un nivel de dificultad mayor que en el curso anterior. La duración de cada puzzle fue de cuatro sesiones, en la primera sesión se realizaba la lectura individual, en la segunda sesión se reunían los grupos de expertos y a continuación cada miembro del grupo llevaba a cabo la preparación individual del texto leído. En una tercera sesión el grupo base elaboraba el mapa conceptual con los tres textos analizados. En la cuarta sesión se desarrollaban las exposiciones de los mapas conceptuales por parte de los diferentes grupos, dependiendo del tiempo disponible. En esta asignatura también se contó con la participación de expertos profesionales que transmitían sus conocimientos y su experiencia a los estudiantes en el aula. Tras estas participaciones los estudiantes debían realizar una síntesis grupal de lo aprendido en las ponencias. Posteriormente algunos grupos expusieron los resultados de sus reflexiones sobre lo aprendido. Estos trabajos formaron también parte de la evaluación. Los videos seleccionados por el docente para visionarlos en el aula formaron también parte de la evaluación, ya que cada grupo elaboró un trabajo de reflexión y análisis de los contenidos. La técnica de grupo de investigación se desarrolló en este caso a partir de algunos temas del programa de la asignatura. Cada grupo de trabajo eligió uno de los temas o subtemas, elaborando los contenidos de la materia. A partir de las pautas o guiones facilitados por el docente, se definían los contenidos a abordar por cada grupo. La revisión bibliográfica fue un aspecto importante del trabajo, puesto que se requería en cada trabajo que la bibliografía fuese actual y de máxima relevancia en cada temática. Una vez elaborado el trabajo, cada grupo debía exponer al resto de la clase los resultados finales. Esta exposición, junto con el trabajo realizado formó parte de la evaluación. La técnica de juego-concurso de De Vries se utilizó en este grupo como un componente más de la evaluación, adaptándola a las características del grupo – clase y a la asignatura. La técnica consistió en que cada grupo tras realizar la técnica de grupo de investigación debía elaborar una batería de preguntas que formasen parte de un examen de la asignatura. De esta forma el docente contaría con una amplia batería de ítems a partir de los cuáles se seleccionaron los más adecuados al tipo de asignatura. Por tanto, la evaluación de la asignatura consistió en la suma de los trabajos que cada grupo fue elaborando durante todo el cuatrimestre y que entregaron en una carpeta, más la calificación del examen que se realizó tras la exposición del trabajo de todos los grupos. Los grupos que entregaron todos los trabajos contaban ya con el aprobado de la asignatura, a lo que añadían la calificación obtenida en el examen para subir la nota final o mantenerla. Los resultados de las calificaciones coinciden con el curso anterior, puesto que todos los estudiantes que participaron en la asignatura en los trabajos en grupo cooperativos superaron la evaluación con éxito, incluso con calificaciones mayores de notable. 4.- CONCLUSIONES: El aprendizaje cooperativo supone una oportunidad de renovación del proceso de enseñanza – aprendizaje que no podemos desperdiciar. En foros como este tenemos la ocasión de recibir información y de conocer experiencias a partir de las cuáles poder adaptar nuestro propio estilo de enseñanza a los objetivos de la nueva universidad europea. A partir de las experiencias de estos dos cursos podemos destacar muchas ventajas y algunos inconvenientes, tanto para los estudiantes como para el docente. Sin duda, el esfuerzo y el tiempo invertido en este proyecto de renovación metodológica han valido la pena. Sí nos gustaría destacar la excelente relación mantenida en todo momento entre el docente y los estudiantes, relación que se ha continuado más allá del aula, incluso una vez finalizada la asignatura. Sin duda el clima del aula del que tantas veces hablamos los pedagogos e intentamos que los futuros maestros establezcan en las aulas cuando desarrollen su profesión, no puede ser comprendido si antes no se ha tenido la oportunidad de experimentar. En esta ocasión, ese clima de confianza, de tolerancia, de compañerismo, de democracia, que se ha vivido durante estos dos cursos, servirá a los futuros docentes para fomentarlo en su actividad profesional posterior. Finalmente señalaremos algunos efectos de la aplicación del aprendizaje cooperativo que hemos podido constatar hasta el momento. Mayor productividad y rendimiento de los estudiantes. Utilización de habilidades intelectuales de orden superior. Lenguaje más elaborado, preciso y riguroso. Mejora en la comprensión y aplicación de ideas. Resolución de problemas, tanto a nivel individual como grupal. Motivación intrínseca: atribución del logro al grupo y a sí mismos, alta expectativa de éxito y persistencia en la tarea. Responsabilidad frente al aprendizaje propio y ajeno. Mayor integración y actitudes más positivas hacia las diferencias. Desarrollo de habilidades sociales: asertividad y comunicación eficaz y satisfactoria, empatía, tolerancia… Mejora de la autoestima y la valoración hacia los demás. Incremento de la colaboración y la solidaridad. Resolución constructiva de conflictos. Mayor salud psicológica BIBLIOGRAFIA: Antón, P (2005). Motivación del profesorado universitario para la aplicación de las propuestas metodológicas derivadas de la utilización de las tecnologías de la información y de la comunicación en la docencia. En Revista latinoamericana de tecnología educativa, vol. 4, nº 1, 101-110. Aronson, E. (1978). The Jigsaw Classroom. 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