diagnóstico y propuestas de intervención en trabajo peligroso de

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DIAGNÓSTICO Y PROPUESTAS
DE INTERVENCIÓN
EN TRABAJO PELIGROSO DE NIÑOS,
NIÑAS Y ADOLESCENTES
Programa de Apoyo y Acogida a
Niños, Niñas y Adolescentes
Trabajadores.
Una propuesta de la Vicaría de Pastoral Social
y de los Trabajadores en colaboración con Fundación Anide.
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DIAGNÓSTICO Y PROPUESTAS DE INTERVENCIÓN
EN TRABAJO PELIGROSO DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES
Programa de Apoyo y Acogida a Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores.
© Arzobispado de Santiago - Vicaría de Pastoral Social y de los Trabajadores
Encargados de proyecto y documento
• Mónica Ruiz Cisternas,
Coordinadora del Programa de Apoyo y Acogida a Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores.
•
Mariángel Gómez Bastías,
Encargada de documento.
Diseño y diagramación: Edith Ortiz Parra
Impreso en: Gráfica Nueva
2ª Edición: 500 ejemplares
Santiago de Chile. Diciembre de 2014.
Catedral 1063 • Entrepiso, Piso 5 y 6. Teléfonos: (56 2) 2790 0600 - (56 2) 2790 0719
www.vicaria.cl
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ÍNDICE
Palabras Padre Andrés Moro, Vicario de la Pastoral Social y de los Trabajadores
05
Palabras Fundación ANIDE-KNH
06
07
1. Introducción
2. Antecedentes Generales
3. Método del Estudio
4. Análisis
5. Propuestas para la Intervención Social en Trabajo Infantil Peligroso
6. Conclusiones
7. Referencias
09
25
28
50
56
58
3
4
PRESENTACIÓN VICARIO
Desde fines de los años noventa, la Vicaría de Pastoral Social y de los Trabajadores, cumpliendo
con la misión que le encarga la Iglesia de Santiago, de ser voz y compañía fraterna de los más
vulnerables y excluidos, ha acompañado a niños, niñas y adolescentes en situación o en riesgo
de trabajo infantil, a partir de su Programa de Apoyo y Acogida a Niños, Niñas y Adolescentes
Trabajadores como una forma de concretar la Solidaridad Hoy en nuestro país. Han sido miles los
interlocutores desde la primera infancia hasta la adolescencia, y con ellos sus familias, que han
podido ir siendo protagonistas de su desarrollo y de su crecimiento como personas en un
proceso de reflexión crítica del trabajo infantil.
Cuando un niño o un adolescente debe trabajar para apoyar el sustento familiar lo hacemos salir de
los procesos naturales que toda persona a esa edad debería vivir. El trabajo infantil es siempre un
grave problema social para un país que desea ser reconocido entre los más desarrollados del planeta.
Es por eso, que este documento quiere dentro de esta dura realidad mostrar un aspecto más
cuestionante para los niños, niñas y jóvenes adolescentes. Para muchos de ellos no es sólo la
carga del trabajo, sino además una labor que afecta su integridad física y muchas veces también su
integridad moral. Como Iglesia Católica rechazamos el trabajo infantil, pero aún más nos negamos
a aceptar un trabajo infantil que pone en riesgo la misma vida de quienes se ven, por diversas
circunstancias, obligados a realizarlo, es por ello que los acogemos y acompañamos en la tarea de
erradicar el trabajo infantil de sus vidas, la cual es una tarea de todos y todas.
En conjunto con quienes son nuestros colaboradores en la progresiva erradicación y toma de
conciencia del Trabajo Infantil y Adolescente como es Fundación Anide - KNH, quien colaboró
para la realización de este estudio y Fundación Telefónica, esperamos que este documento que hoy
se presenta a ustedes ayude a todos y todas a valorar, respetar y apoyar el hecho de que ningún niño
o adolescente en Chile tenga que vivir la esclavitud y un trabajo remunerado que no corresponda
hacerlo ni menos sufrir por su causa.
Pbro. Andrés Moro Vargas
Vicario Episcopal
Vicaría de Pastoral Social y de los Trabajadores
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PRESENTACIÓN FUNDACIÓN ANIDE
El trabajo infantil en Chile ha sido, históricamente, un tema invisibilizado cuando se describen las
condiciones de vida de los niños, niñas y adolescentes en nuestro país. Esta realidad ha ido emergiendo
poco a poco a la luz pública gracias al trabajo persistente y comprometido de instituciones como la
Vicaría de Pastoral Social y de los Trabajadores y su “Programa Comunitario de Apoyo y Acogida a
Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores”. Desde 1996 este programa ha promovido la valoración
crítica del trabajo infantil realizando importantes aportes no sólo a la visibilización de esta temática,
sino también a la erradicación de la explotación laboral o trabajo peligroso de niños y niñas y a la
discusión conceptual sobre el trabajo infantil.
Este valioso aporte ha sido posible gracias al trabajo directo con los niños, niñas y adolescentes
trabajadores. Desde la riqueza de esta experiencia surge la relevancia de su reflexión y la autoridad
de sus propuestas.
El apoyo de Fundación ANIDE y Kindernothilfe al “Programa Comunitario de Apoyo y Acogida a
Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores” de la Vicaría de Pastoral Social y de los Trabajadores se
remonta a los inicios de este programa, convocados por el interés común de construir una cultura
de derechos en Chile y en especial por los derechos de niños y niñas. Este estudio “Diagnóstico
y Estrategias de Intervención en trabajo peligroso de niños, niñas y adolescentes” es fruto de esta
cooperación y pone a disposición de todos y todas los resultados y aprendizajes de los procesos de
intervención desarrollados durante estos años.
Queremos destacar especialmente el carácter participativo que identifica las propuestas del Programa
así como su carácter integral que considera a los diferentes actores, comenzando por los mismos
niños, niñas y adolescentes, involucrados en la complejidad del trabajo infantil y particularmente en
el trabajo peligroso.
Esperamos que este estudio motive la discusión y el desarrollo de metodologías pertinentes y
participativas para el trabajo con niños, niñas y adolescentes, considerándolos como sujetos de
derechos capaces de actuar conjuntamente con los adultos para revertir las condiciones de
explotación laboral o trabajo peligroso que vulneran sus derechos.
José Horacio Wood
Director Ejecutivo
Fundación ANIDE
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1. INTRODUCCIÓN
Este estudio se enmarca en el Programa Comunitario de Apoyo y Acogida a Niños, Niñas y
Adolescentes Trabajadores de la Vicaría de Pastoral Social y de los Trabajadores, que desde 1996
ha impulsado distintas estrategias de intervención en esta temática. Para esta institución, el Trabajo
Infantil y Adolescente es un fenómeno social complejo, multicausal y emergente asociado a
situaciones de pobreza, vulnerabilidad y exclusiones sociales abordado desde miradas sociopolíticas,
culturales y pastorales. La institución se plantea que es necesario avanzar en estrategias que no solo
promuevan la escolarización, sino que además se requiere que éstas sean integrales, que promuevan
la participación en espacios recreativos y educativos, generando acompañamientos familiares socioeducativos, visibilizando a los niños/as en su condición de sujetos, como personas dignas. Por eso el
tema es abordado sin estigmatizar a los niños/as por trabajar, sin perseguirlos a ellos o a sus familias,
la Vicaría los acoge y acompaña en su situación (VPST1, 2011). El Programa ha contribuido a la
erradicación progresiva del trabajo infantil, tanto en la disminución de horas de trabajo (en un 21%)
como en el término de esta condición siendo ex trabajadores (en un 25%), mejorando su proyecto
de vida, aumentando la escolarización en un 99%, de los cuales el 94% aprueba cursos y un 5,3%
repite su nivel (VPST).
En estos años se han conocido las diferentes situaciones de niños y niñas y adolescentes trabajadores
(NNATS), surgiendo la necesidad de indagar en la realidad de casos más complejos, de niños/
as cuyos trabajos, por su naturaleza o por sus condiciones, resultan peligrosos y generan mayor
preocupación porque pueden significar más dificultades para un desarrollo integral de ellos/as. Los
niños/as que desarrollan estos trabajos peligrosos ya sea por las condiciones en que lo realizan o la
naturaleza de éstos, al encontrarse en una situación de mayor complejidad, que los demás NNATS
del programa, requieren de otras intervenciones sociales. En esa línea, el Programa Comunitario
de Apoyo y Acogida a Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores de la Vicaría de la Pastoral Social
y de los Trabajadores en colaboración con Fundación ANIDE-KNH2, decide realizar este estudio,
en el cual en una primera fase se buscó conocer las características de estos trabajos, de cómo
se desarrollan y de las condiciones de vida de estos niños/as, con el fin de generar propuestas de
intervención acordes a esa realidad.
Tanto para la caracterización de estas situaciones, como para el levantamiento de propuestas, se
generaron instancias de participación y de co-construcción con los niños/as y con los distintos
actores involucrados en el tema, porque niños y niñas tienen derecho a participar y su rol es
fundamental en la elaboración de intervenciones sociales. Para esto se realizaron tanto entrevistas
individuales como grupos de discusión y, durante el proceso de elaboración del diagnóstico, se
efectuaron devoluciones de manera que el documento se fue formulando de acuerdo a las opiniones
de los niños/as que participaron del estudio y también de los adultos que trabajan en el Programa,
de manera que durante el proceso se fueron integrando las distintas miradas.
Vicaría de Pastoral Social y de los Trabajadores.
Kindernothilfe
1
2
7
En este proceso se observó que los niño/as valoraban sus trabajos por permitirles generar ingresos para
sus gastos personales o para aportar a su familia, explicaban que en sus casas la situación económica
era inestable, que no siempre les alcanzaba para cubrir sus necesidades de manera satisfactoria, que
por eso su ayuda era necesaria ya sea para colaborar a generar más ingresos familiares o porque al
tener ingresos propios podían hacerse cargo ellos de sus propios gastos. Pese a que destacan que el
trabajo les genera aprendizajes o que a algunos les da cierta autonomía, resulta preocupante que
varios habían tenido accidentes laborales o se habían visto expuestos a situaciones de riesgo, además
tenían dificultades escolares debido al cansancio que les generaba el trabajo, a las inasistencias en
las que incurrían por éste y a la falta de tiempo de estudios. La escases de tiempo tenía que ver con
jornadas laborales muy extensas, la mayoría trabaja con su familia, sobre todo los que tienen menos
de 15 años, en esos casos la relación con la familia influía bastante en sus posibilidades de realizar
otras cosas, por lo que resulta fundamental a la hora de una intervención abordar las dinámicas
familiares y visibilizar a los adultos como garantes de derecho, tanto para el respeto de los tiempos
de recreación, estudio y descanso, como para que los niños/as no tengan que realizar actividades
que implican un riesgo para ellos. Entre quienes tienen más de 15 años, es frecuente que trabajen
extensas jornadas y sin ningún tipo de contrato, pese a que por ley deberían tenerlos, por ello resulta
fundamental en este rango etareo promover no solo los derechos de niños, niñas y adolescentes
sino que también los derechos laborales. En esto también es importante además vincularse con las
familias y acercarse a los empleadores.
Los niños, niñas y adolescentes tienen claro que para que su situación cambie debe mejorar la
situación de sus familias, que tienen ingresos bajos e inestables, saben que ellos y sus familias
tienen dificultades para acceder a ciertos bienes y servicios, problemas que afectan a gran parte de
la población, al igual que las dificultades que se generan con el cuidado de los niños/as mientras
los padres y madres trabajan. Ante problemas y necesidades transversales, que para su solución
requieren de cambios en las políticas públicas, la comunidad aparece como una oportunidad,
en ella y en las distintas redes es donde se pueden visibilizar estas situaciones, pero también
encontrar y generar alternativas. En las próximas páginas, se describirán las condiciones de niños,
niñas y adolescentes que realizan trabajo peligroso y finalmente se entregarán propuestas para
intervenciones sociales en esta materia, la que fue construida con los niños del Programa Comunitario
de Apoyo y Acogida a Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores, con el aporte de trabajadores del
programa y de profesionales de otras instituciones como el Servicio Nacional de Menores (Sename)
y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que tienen experiencia en trabajo infantil.
8
2.
ANTECEDENTES GENERALES
En las próximas páginas se expondrán brevemente algunos antecedentes vinculados al trabajo
infantil peligroso, que resultan importantes para la comprensión de esta problemática.
A) CALIDAD DEL TRABAJO EN CHILE:
Antes de abordar el trabajo peligroso de niños y niñas, nos detendremos en algunos aspectos de la
situación del trabajo en Chile, debido a que uno de los factores importantes que influye en el trabajo
infantil, es la precariedad del trabajo de las familias de los niños/as que trabajan. Entenderemos
trabajo precario como “un medio utilizado por los empleadores para trasladar los riesgos y las
responsabilidades a los trabajadores. Es el trabajo que se realiza en la economía formal e informal
y que se caracteriza por niveles variables y grados de particularidades objetivas (situación legal) y
subjetivas (sensación) de incertidumbre e inseguridad” (OIT, 2011; P5). Esta precariedad se observa
en las familias de los niños/as que presentan bajos ingresos, alta inestabilidad laboral y dificultades
para el acceso de bienes y servicios. Es en este contexto, en la necesidad de las familias de generar
ingresos, que el trabajo infantil se presentaría como una alternativa para enfrentar esta situación.
En este escenario, el trabajo de niños y niñas en Chile, se daría en un contexto general de gran de
precariedad del empleo, debido a la inestabilidad, las extensas jornadas laborales y bajos salarios
entre otras cosas. “Según el Índice de Empleo Protegido que elabora Fundación Sol, actualmente sólo
el 39% de los ocupados a nivel nacional tiene un empleo protegido, vale decir, con contrato escrito,
indefinido, liquidaciones de sueldo y cotizaciones para pensión, salud y seguro de desempleo (…)
En Chile no están accediendo al trabajo en forma persistente, se asocian a él de manera transitoria y
precaria” (Fundación Sol: 2011; p3). Las cifras de la Organización para el Desarrollo y Cooperación
Económica (OCDE) también apuntan a lo mismo ya que de los 34 países miembros Chile es el que
tiene el porcentaje más alto de contrato de trabajo a plazo fijo, llegando a un 30,5%, que no tienen
los beneficios de un contrato indefinido.
La Encuesta de Caracterización Socioeconómica (CASEN) correspondiente al año 2011, también
entrega datos importantes en cuanto a los sueldos de los trabajadores en nuestro país, cerca de
900.000 trabajadores/as asalariados/as declaran ingresos laborales cuyo valor es igual o menor a
un salario mínimo bruto. En términos proporcionales, dicha cifra equivale a un 17,4% del total
de personas ocupadas que se encuentran en empleos que dependen de un empleador (Fundación
Sol: 2013; p2). Debido a que los sueldos son bajos, tener trabajo en Chile no garantiza estar sobre
la línea de la pobreza. Por otra parte, la inestabilidad laboral y los bajos ingresos familiares se
ven agudizados por la alta población que realiza trabajos informales, según cifras de la Facultad
de Economía y Negocios, de la Universidad Alberto Hurtado (2010) entre los años 1997-2009 el
empleo formal e informal producto de crisis internas y externas ha variado de la siguiente manera:
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Tasas de crecimiento anuales del empleo por categoría ocupacional.
Período 1997 - 2009
Fuente: Elaboración U. Alberto Hurtado en base a series de empleo del INE
En el cuadro podemos observar un crecimiento del empleo independiente, teniendo un pick importante
en el año 2002 y un acercamiento al empleo dependiente desde el año 2006 aproximadamente.
Por lo cual la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Alberto Hurtado señala que la
creación de empleo formal es débil y el empleo informal viene a ser una válvula de escape en
tiempos de baja actividad económica.
Por otra parte una caracterización del trabajo informal en Chile realizada por este organismo con
datos de la OIT y CASEN muestran que:
Caracterización de los trabajadores formales e informales. Definición OIT
AÑO 1998
Informales
Independientes
% Que son hombres
AÑO 2006
Informales
No
Asalariados Informales
Informales
Independientes
Informales
No
Asalariados Informales
70.3 %
56.5 %
65.2 %
62.3 %
53.0 %
63.8 %
43.9
35.6
37.7
45.8
38.2
39.2
8.9
9.1
11.5
9.5
10.1
11.7
338.361
118.153
290.688
353.969
157.355
340.553
% Trabaja en empresa
pequeña
94.3%
59.6 %
26.8 %
95.3 %
49.7 %
23.3 %
% Individuos que son
pobres
10.2 %
21.9 %
9.0 %
7.3 %
14.0 %
5.3 %
Edad promedio
Escolaridad promedio
Ingreso del trabajo
(nominales)
Fuente: Elaboración U. Alberto Hurtado en base a Encuesta CASEN 1998, 2000, 2003, 2006
10
Durante el 2006 las cifras muestran que los trabajadores informales independientes tienen una
edad promedio de 45 años, el 62% son hombres, tienen una escolaridad promedio de 9.5 años y
su ingreso nominal bordea los 350.000 pesos. De ellos el 95% trabaja en una empresa pequeña.
Al contrario un trabajador informal asalariado (que no posee un emprendimiento propio) tiene las
siguientes características: el 53% son hombres, su edad rodea los 38 años, su escolaridad no supera
los 10 años, y su ingreso es cercano a los 160.000 pesos promedio. De ellos el 14% son pobres.
La informalidad se encuentra mayoritariamente en áreas de empleos no calificados, trabajos
agrícolas, operarios y artesanos entre otros. Por otra parte la Facultad de Economía y Negocios de la
Universidad Alberto Hurtado (2010) señala que existe una alta tasa de permanencia de las personas
en un empleo informal, lo cual está alrededor del 85% de permanencia en todas las áreas productivas.
En este sentido, la OIT señala que la desigualdad se produce en el mercado laboral, lo cual afecta
innegablemente a la calidad de vida las familias pero que “el foco de atención se ha centrado casi
exclusivamente en el rol del Estado para garantizar la sobrevivencia de las familias y no se ha puesto
en cuestión el sistema de fijación de salarios” (2011, pág.2). Así el aumento de la calidad de vida
y de distribución de ingresos se ha producido sólo por los programas sociales de transferencias,
mientras que los ingresos del trabajo no muestran mejoras importantes ni estructurales.
Otro aspecto a considerar es la cantidad de horas que trabajan las personas en nuestro país, según
los datos estadísticos de la OCDE, Chile promedió 2.015 horas de trabajo durante 2013, lo que
significan 245 horas más que el promedio de la OCDE, que suma 1770 horas, y solo es superado
por los últimos tres de la lista, que la componen Grecia con 2.037 horas, Corea del Sur con 2.163
y México con 2.237. Si a las jornadas extensas le sumamos que en la Región Metropolitana los
trayectos del trabajo al hogar pueden demorar fácilmente una hora o más, es fácil comprender
que son varias horas las que los niños, niñas y adolescentes están a cargo de sus propios hogares
desde que termina la jornada escolar hasta que llegan sus madres o padres al hogar, por lo que en
muchos casos tienen que hacerse responsables del cuidado de sus hermanos/as de menor edad.
Por todo lo anterior, se comprende que cuando se discute sobre las condiciones de trabajo, en
cuanto a protección, estabilidad, salarios y extensión en la jornada, se está hablando de aspectos
que repercuten directamente en el Trabajo Infantil.
B) CONCEPCIONES DE TRABAJO INFANTIL
Existen diferentes definiciones con respecto al trabajo infantil, una de ellas es la de la Organización
Internacional del Trabajo, la cual plantea que “el término trabajo infantil se refiere a la participación
de niños en formas prohibidas y, a nivel más general, en tipos de trabajo que es preciso eliminar
por ser social y moralmente indeseables” (OIT: 2013; P22). Otros organismos internacionales como
la UNICEF tienen visiones similares y en Chile las definiciones utilizadas están relacionadas con la
propuesta por la OIT.
Save The Children es otro organismo que plantea definiciones y categorías de trabajo infantil
distinguiendo de acuerdo a los efectos positivos y negativos del trabajo de niños/as y adolescentes,
reconociendo que puede ser nocivo o beneficioso para la realización de los derechos de la infancia”
(Save the Children: 2007;p9). Por eso se oponen a las prohibiciones generalizadas del trabajo infantil
y sugieren que a trabajos distintos se tienen que proponer soluciones diferentes. “Save the Children
busca asegurar que las niñas, niños y adolescentes estén protegidos contra el trabajo nocivo” (Save
the Children; 2007: p.9). Esta distinción dentro del trabajo nocivo no se plantea en las instituciones
11
que mencionamos anteriormente y pueden ser útiles cuando se quiere pensar en intervenciones
pertinentes con los Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores Save The Children afirma que hay dos
tipos de trabajo nocivo, uno que genera daño extremo y explica que ocurre “cuando es imposible
prevenir violaciones de derechos. Requiere la separación urgente del niño del trabajo” (Save the
Children; 2007: p.9). Sostiene además que esas situaciones corresponden a los trabajos que la OIT
cataloga como las peores formas de trabajo infantil, entre las que se encuentra el trabajo forzado, la
prostitución y el reclutamiento de niños o niñas por grupos armados. En este sentido al igual que la
OIT ubica estos delitos en la categoría de trabajo.
Otro tipo de trabajo infantil nocivo sería el que vulnera derechos “pero en el que sí es posible
prevenir las violaciones de derechos mediante mejoras en las condiciones laborales” (Save the
Children; 2007: p9). Esto último resulta bastante relevante pues se explicitan diferencias dentro del
trabajo nocivo; por un lado, están las situaciones en las que la manera de proteger al niño es alejarlo
completamente de esa actividad y, por otro, están las actividades que si bien son nocivas, según este
organismo, la estrategia más adecuada no sería la prohibición sino intervenir sobre las condiciones
en que se realiza la labor, con lo que se expone la necesidad de regular ciertos trabajos.
La Vicaria de Pastoral Social y de los Trabajadores también presenta una definición del trabajo infantil
y que es la que se utilizará para este estudio, en ella se plantea que es una actividad laboral que
desarrollan niños, niñas y adolescentes, que les permite acceder a recursos monetarios o de bienes
con el objeto de cubrir necesidades básicas de desarrollo, especialmente escolar, familiar y social.
También consideramos como trabajo infantil las labores domésticas que realizan al interior de sus
casas (cuidado de hermanos pequeños, aseo, cocinar, etc.), ya que esta actividad permite que sus
madres o tutores, tengan las condiciones para generar ingresos al núcleo familiar.
Si el trabajo perjudica su desarrollo físico, mental y espiritual, por sus condiciones o por su naturaleza,
se catalogará como explotación laboral/ trabajo peligroso. Para ello se deben tomar en cuenta las
horas dedicadas al trabajo, la forma y el lugar donde se realiza.
Esta categoría no incluye delitos como el robo, mendicidad, comercio de drogas, la explotación y
comercialización sexual, precisamente por tratarse de delitos contra los niños/as y no trabajos. En
esta misma postura se encuentran otras organizaciones que trabajan esta temática, como ACHNU
(Asociación Chilena Pro Naciones Unidas). y Kindernothilfe (agencia de cooperación cristiana
focalizada en la infancia, que busca mejorar las condiciones de vida de niñas, niños y jóvenes en
los países más pobres), quienes plantean que “la esclavitud, prostitución infantil, trata de niños,
trabajo forzado, uso de niños para el negocio de drogas, así como la leva, son violaciones masivas
de los derechos del niño, que deben ser terminadas inmediatamente. Definirlas como trabajo es
completamente inadecuado. Se trata de crímenes que deben ser perseguidos” (Kindernothilfe; 2012:
p11).
C) CONVENIOS INTERNACIONALES Y LEGISLACIÓN NACIONAL
La manera de abordar el trabajo infantil, además de ir cambiando a lo largo de la historia, está
fuertemente influenciada por lo que ocurre en otros países. Chile ha firmado convenios internacionales
y las leyes nacionales están vinculadas a éstos, por lo que en este apartado revisaremos los Convenios
de la OIT que ha ratificado nuestro país para luego pasar a la legislación nacional.
12
Los tratados, las normas y planes que se realizan para proteger a los niños se vinculan al compromiso
que tienen los Estados firmantes de la Convención de los Derechos del Niño. “Cualquier posición
jurídicamente defendible en la materia, debe apoyarse en el consenso universal formulado por la
Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) que se incorpora al ordenamiento jurídico chileno
con rango constitucional en 1990, en cuanto consagra a la infancia y adolescencia derechos
fundamentales” (UNICEF; 2008: p. 39). Esta convención reconoce explícitamente a los niños/as como
titulares de “derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, derechos de participación,
y de protección especial frente a ciertas situaciones que los afectan. En este último grupo se incluye
el derecho a ser protegidos contra la explotación económica, y contra el desempeño de cualquier
trabajo que pueda ser peligroso o entorpecer su educación, o que sea nocivo para su salud o para su
desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social” <artículo 32.1> (OIT; 2004: p.12). Este artículo
no está exento de discusión ya que no se pronuncia exactamente contra el trabajo infantil, sino
contra la explotación y esto da pie para que se señale que la vulneración de los derechos del niño/a
no se da cuando éste trabaja sino que cuando lo hace en condiciones de explotación.
Con la intención de velar por el respeto de este derecho es que surgen los convenios de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT) destinados a eliminar las peores formas del trabajo
infantil y a establecer una edad mínima para trabajar. El Convenio número 138, adoptado por la OIT
el 26 de Junio de 1973 fue ratificado por el Estado chileno en noviembre de 1998, se considera el
convenio central en cuanto a trabajo infantil ya que “establece el principio de que la edad mínima
de admisión al trabajo no deberá ser inferior a la edad en que cesa la obligación escolar o, en todo
caso, a los 15 años (OIT; 2004: p.21). Además con la firma del convenio, los Estados se comprometen
a adoptar una política nacional que garantice la “abolición efectiva del trabajo de los niños y eleve
progresivamente la edad mínima de admisión al empleo o al trabajo a un nivel que haga posible el
más completo desarrollo físico y mental de los menores” (OIT; 2004: p.22)
Para el cumplimiento del convenio 138, los gobiernos tienen que supervisar su aplicación mediante:
“- La implementación de sistemas eficaces de registro de nacimientos, registro de empleados/as
y trabajadores independientes. - El fortalecimiento y la capacitación permanente de inspectores
del trabajo. - La identificación y actualización de la lista de trabajos peligrosos. - La coordinación
multisectorial con servicios de atención. - La implementación de programas de acción supervisados
por comités nacionales” (UNICEF; 2008: p.42)
Otro convenio de la Organización Internacional del Trabajo, con respecto al trabajo infantil, es el
Convenio 182 promulgado en 1999 que se refiere a las peores formas de trabajo infantil, “compromete
a los Estados Partes a adoptar medidas inmediatas y eficaces para el logro de la prohibición de las
peores formas de trabajo infantil. Además en concordancia con la Convención sobre los Derechos
del Niño define como “niño” a toda persona menor de 18 años.
En su Artículo 3 especifica la definición de las peores formas de trabajo infantil:
a) Todas las formas de esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, como la venta y la trata
de niños, la servidumbre por deudas y la condición de siervo, y el trabajo forzoso u obligatorio,
incluido el reclutamiento forzoso u obligatorio de niños para utilizarlos en conflictos armados;
b) La utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la prostitución, la producción de
pornografía o actuaciones pornográficas;
c) La utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la realización de actividades ilícitas,
en particular la producción y el tráfico de estupefacientes, tal como se definen en los tratados
internacionales pertinentes, y
13
d)
El trabajo que, por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva a cabo, es probable que
dañe la salud, la seguridad o la moralidad de los niños” (OIT: 2013; P61).
Se plantea la exigencia de que los gobiernos tomen medidas eficaces e inmediatas para eliminar este
tipo de trabajo. La inclusión en la categoría de peores formas de la esclavitud, los trabajos forzosos,
el tráfico de niños, el tráfico de órganos, la prostitución y la pornografía, entre otros, cuenta con la
oposición de los movimientos de los niños y adolescentes trabajadores, y de algunas instituciones
y organizaciones vinculadas con el tema. Manfred Liebel cuestiona que se considere el trabajo
infantil en sí como negativo, cuando sí se han reconocido aspectos positivos en él. “Desde que
niños trabajadores empezaron a pronunciarse de manera organizada públicamente acerca de su
trabajo, también expertos adultos y organizaciones de apoyo para niños empezaron a preocuparse
del trabajo infantil de una manera diferenciada. Los pronunciamientos de los niños llamaron la
atención de que un trabajo no puede ser reprochable solamente porque es ejercido por niños, sino
porque esto se da en condiciones específicas”, (Liebel, 2000, pág. 164.)
Como nuestro país ha firmado los convenios internacionales antes mencionados, en Chile la ley
plantea que solo les está permitido trabajar a quienes tienen 15 años o más. Los menores de 18
años y mayores de 15 según la Ley 20.189 “podrán celebrar contratos de trabajo sólo para realizar
trabajos ligeros que no perjudiquen su salud y desarrollo, siempre que cuenten con autorización
expresa del padre o madre; a falta de ellos, del abuelo o abuela paterno o materno; o a falta de éstos,
de los guardadores, personas o instituciones que hayan tomado a su cargo al menor, o a falta de
todos los anteriores, del inspector del trabajo respectivo” (Biblioteca Congreso Nacional de Chile;
2007: p.1). Además, se establece que deberán acreditar haber culminado su Educación Media o
encontrarse actualmente cursando ésta o la Educación Básica. También se determina que en esos
casos las labores que desempeñen no pueden dificultar su asistencia a clases ni la participación en
programas educativos o de formación. Asimismo, quienes estén en el colegio no pueden trabajar
más de 30 horas a la semana durante el periodo escolar. Y en ningún caso un menor de 18 años
puede trabajar más de 8 horas al día.
La legislación contempla también la prohibición para los trabajos que puedan ser peligrosos para
los niños/as “el reglamento de trabajos peligrosos señala que los menores de 18 años no deberán ser
admitidos en trabajos cuyas actividades sean peligrosas por su naturaleza o por las condiciones en
que se realizan y, por tanto, éstas puedan resultar perjudiciales para la salud, seguridad o afectar el
desarrollo físico, psicológico o moral del menor” (UNICEF; 2008: p.35). Entre los trabajos peligrosos
según esta normativa se encuentran los que son faenas forestales, en altamar, en alturas superiores a
2 metros del nivel del piso, las labores subterráneas, las actividades en condiciones de temperaturas
extremas, las de manipulación y/o exposición a sustancias peligrosas, las de manipulación de carga
pesada, también se consideran peligrosos los trabajos que son en establecimientos en que se vende
alcohol y los que atenten contra un desarrollo psicológico normal.
Autores que han abordado el tema también plantean que prohibir el trabajo infantil hace que se
vuelva invisible y clandestino. “La prohibición hace que el trabajo de los niños se sitúe en una esfera
de ilegalidad y oscuridad. Esto tiene múltiples consecuencias negativas” (Liebel, 2000, p155). La
prohibición hace que no se regule el trabajo de estos niños y no se vele por su seguridad por quedar
al margen de la ley. Además estas prohibiciones no distinguen entre tipos de trabajos, invisibilizando
que son las condiciones de trabajo las que pueden generar efectos negativos en los niños/as y no el
trabajo en sí, “la heterogeneidad de oficios y condiciones laborales no permite generalizar efectos
perniciosos en todas las experiencias de trabajo” (Rojas; 2001: p.6).
14
D) MEDIDAS E INTERVENCIONES SOCIALES
Desde 1996, existe en Chile el Plan Nacional de Erradicación del Trabajo Infantil, éste contempla
revalorizar los derechos del niño y de los adolescentes, a partir de organismos del gobierno o de
la sociedad civil, como los colegios u ONG’s. También tiene como objetivos la evaluación de
la realidad nacional para realizar programas o políticas tendientes a erradicar el trabajo infantil
y configurar un marco normativo que sustente y valide este plan en el país. Posteriormente, en
1999 Chile ratificó el Convenio 135 de la OIT sobre la edad mínima de admisión al empleo, en
2000 se firma un compromiso para eliminar las peores formas de trabajo infantil y aumenta la edad
mínima para trabajar de 14 a 15 años. Al año siguiente, se pone en marcha el Plan de Prevención y
Erradicación Progresiva del Trabajo Infantil y Adolescente en Chile 2001-2010. El año 2003 queda
consignado en la Constitución doce años de educación obligatoria, además se pone en marcha el
Sistema de Registro de Peores Formas de Trabajo Infantil, al año siguiente se realiza un diagnóstico
nacional sobre trabajo infantil y adolescente y en 2005 por decreto presidencial se incorpora al
calendario escolar el 12 de junio como “Día mundial contra el trabajo infantil”. Durante el 2007 se
promulga la ley Nº 20.189, que realiza las modificaciones a las disposiciones del Código del Trabajo
acordes a la obligatoriedad de la educación media. Además se hace la Incorporación del Listado de
Trabajos Peligrosos (Decreto Supremo N°50), que contiene el detalle de las actividades consideradas
dañinas para la salud y el desarrollo de las personas menores de 18 años. Aprobado tripartitamente
en 2009, ese mismo año se firma una Declaración conjunta entre el Ministerio del Trabajo (Mintrab)
y la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) para promover alianzas público-privadas
encaminadas a realizar acciones que permitan a Chile aspirar a ser el primer país de la región
libre de trabajo infantil, y asegure un trabajo adolescente protegido; en 2010 se firma una Carta
de Intención por la Asociación Chilena de Seguridad (AChS) y la OIT para establecer un marco de
colaboración en el ámbito de la prevención y erradicación del trabajo infantil y la promoción de
condiciones seguras de trabajo para adolescentes (de 15 a 17 años de edad). Y durante el 2012 se
realiza una Encuesta Nacional de Actividades de Niños/as y Adolescentes. (UNICEF; 2014).
Con respecto a las denominadas “peores formas de trabajo infantil”, el Sename es el organismo a
cargo del Sistema de Registro Único e Intervención de las Peores Formas de Trabajo Infantil, éste
tiene como propósito “contar con información permanente sobre la magnitud y las características
de los niños, niñas y adolescentes involucrados en actividades estimadas como peores formas de
trabajo infantil y contribuir a la oportuna atención” (Sename). La base de datos de este sistema es
alimentada por Carabineros de Chile, la Policía de Investigaciones, la Dirección del Trabajo y la red
de programas de Sename. Además dentro de las peores formas de trabajo infantil distinguen entre los
trabajos intolerables (los delitos como explotación sexual) y los peligrosos (trabajos cuya realización
resulta riesgosa para los niños/as ya sea por su naturaleza o por su condición). De acuerdo a lo
señalado por esta institución, los niños/as son diagnosticados por la OPD (Oficina de Protección de
Derechos de la Infancia) y luego derivados a la oferta Sename y/o comunitaria que corresponda, cabe
señalar que ninguno de estos programas está diseñado específicamente para niños/as trabajadores,
sino que son programas de prevención o de vulneración de distintos derechos.
En el registro del Servicio Nacional de Menores, hasta el 2011 habían sido ingresados 4.034 casos,
la mayoría eran hombres (58,1%). En cuanto al tipo de actividad que desarrollaban, el 32,7% estaba
involucrado en explotación sexual comercial, el 30.9% en alguna modalidad de trabajos estimados
peligrosos por sus condiciones, el 16,6% en actividades ilícitas, el 10,9% en trabajos peligrosos por
su naturaleza, y un 8,9% estaba involucrado en “otras” actividades estimadas como peores formas
de trabajo infantil (Sename 2007).
15
Las categorías utilizadas por el Sename en cuanto al trabajo peligroso por sus condiciones y trabajo
peligroso por su naturaleza resultaron pertinentes para este estudio pues resultaban útiles en su
caracterización de los trabajos y en particular en los tipos de trabajo en los que busca centrarse
este estudio. En el trabajo peligroso por su naturaleza, encontramos “el trabajo en levantamiento,
colocación de traslado de carga manual: corresponde a actividades desarrolladas por niños/
as y adolescentes, que impliquen la carga, descarga y traslado continuo de elementos. Entre las
actividades características de este tipo de trabajo se encuentran, estibadores, desestibadores, fleteros
en ferias y peonetas” (Sename; 2007:P28). Trabajos en actividades en que su propia seguridad y la de
otras personas estén sujetas al desempeño del niño, niña o adolescente: este tipo de trabajo supone
la utilización del niño, niña o adolescente en actividades de cuidado y vigilancia sea de ancianos,
enfermos, hermanos, otros niños o parientes, así como el cuidado de sitios y lugares que requieran
protección. Entre estas labores se cuenta las de guardia, nochero, rondín, vigilante, y otras. (Sename;
2007: p29)
Para considerar que un trabajo es peligroso por sus condiciones, se considera tanto la extensión
horaria como el tipo de horario, la seguridad, la higiene y la influencia de esto en la asistencia
escolar. Por ello las condiciones a considerar propuestas en el registro del Sename son las siguientes:
• Jornadas laborales extensas: esto es, superiores a ocho horas diarias.
• Trabajo en horario nocturno o de madrugada: que específicamente va desde las 22:00 horas a
las 7:00 horas.
•
Ausencia de medidas de higiene y condiciones de seguridad laboral.
•
Trabajos que impidan la asistencia a la escuela” (Sename; 2007:P31)
Las medidas que se han desarrollado desde el Estado no han tenido una diversidad de respuestas
para los distintos tipos de trabajo ni tampoco ha derivado en políticas que logren abordar el tema
de manera integral y efectiva, al respecto en el documento elaborado por el Observatorio Laboral
del Ministerio del Trabajo se recogen las propuestas que incluyeron la opinión de niños y niñas
trabajadores, se plantea con claridad que se requieren no sólo diversas estrategias sino que además
intervenciones sobre los factores que facilitan el trabajo infantil, entre las que se propone, otorgar
mensualidad a familias de escasos recursos, acciones que prevengan el abandono de niños y niñas,
generar empleos dignos y estables para los adultos, mejorar la calidad de la educación municipal y
aumentar el número de becas para completar estudios. Además afirman que se requieren acciones
tendientes a mejorar las condiciones del trabajo infantil, entre las que se plantea un quiebre con
los años de prohibición de trabajo infantil, proponiendo leyes que permitan el trabajo de niños y
niñas, generando trabajos seguros y livianos para niños y niñas y para el cumplimiento de esto por
supuesto se requiere de la fiscalización de las condiciones en que se realiza el trabajo (Mintrab:
2010). “Proponerse erradicar el trabajo infantil en sus peores formas, el trabajo peligroso como
todo tipo de trabajo dañino al desarrollo integral de los niños y niñas, requiere, más que de un
modelo, de estrategias diversificadas a los tipos de trabajos y contextos en que éstos se realizan”
(Mintrab; 2010;p19).
En el mismo año en que fue creado el Plan Nacional de Erradicación del Trabajo Infantil (1996),
surge en la Vicaría de Pastoral Social y de los Trabajadores del Arzobispado de Santiago el Programa
Comunitario de Apoyo y Acogida a Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores, respondiendo a la
realidad infanto-adolescente que había observado en las Colonias Urbanas de los años 90 y ante la
necesidad de un programa que abordara esta temática en específico. La preocupación por el trabajo
infantil resulta pertinente para la Iglesia por varias razones:
16
1.
El Papa Juan Pablo II (Jornada Mundial de la Paz 1996) destaca: “El trabajo infantil en su formas
intolerables, constituye un tipo de violencia menos visible, más por ello menos terrible. Que
más allá de todas sus implicancias políticas, económicas y jurídicas, sigue siendo esencialmente
un problema moral”.
2. Aparecida, reconoce a la persona del Pobre como Rostro Sufriente, ya que comparte tal
condición con Jesús Crucificado. Así, los niños, niñas y adolescentes trabajadores en situación
de pobreza adscritos al programa, asumen esta condición de rostro sufriente, pero dotados
y acompañados también por la dignificación de su persona dada de sobremanera por la
experiencia comunitaria, fraterna y evangelizadora vivenciada y a desarrollar en cada uno de
los grupos atendidos.
3. La Opción Preferencial por los pobres, encarnada en la persona de los niños, niñas y
adolescentes trabajadores y sus familias que provienen del primer quintil más pobre, siendo
discípulos de Jesús, yendo al encuentro de ellos desde una perspectiva misionera, basada en
el encuentro y el amor.
4. Los niños/as representan a uno de los grupos prioritarios de Jesús. El Evangelio (Lc 9) ilumina
y entrega claves sobre “Quiénes son los más importantes”, asumiendo que la niñez es un
modelo real, concreto y específico para entrar al Reino de los Cielos. “Dejen que los niños
vengan a mí”… dejen que los niños sean personas, por ende dignas y vean sus derechos
garantizados y serán sujetos constructores del Reino en su tiempo” (VPST, 2012).
A lo largo de estos años, este programa ha acompañado a los niños, niñas y adolescentes trabajadores,
conociendo y aprendiendo a valorar el esfuerzo de ellos, respetando “la visión que tienen del trabajo,
reconociéndolo como una experiencia formativa, solidaria y una actitud social y económicamente
activa. Respetamos que en esta realidad existen ciertas actividades laborales que realizan los niños
y niñas, que dependiendo de las condiciones de seguridad, horarios, y ambientes, pueden valorarse
como una instancia formativa de hábitos de responsabilidad, autodisciplina, que en ocasiones los
llevan a aprender un oficio. Sin embargo se debe estar atento a denunciar públicamente situación de
explotación y vulneración de sus derechos como niños y niñas” (Programa Comunitario de Apoyo
y Acogida a NNATS, 2010: p5)
La visión que tiene el programa de la Vicaría de Pastoral Social y de los Trabajadores en relación al
trabajo infantil, se basa principalmente en la interpretación del artículo 32 de la Convención de
los Derechos del Niño, que sostiene que los niños y niñas no debieran participar en actividades
laborales peligrosas que entorpezcan su educación o sea nocivo para su salud o desarrollo físico,
mental, espiritual, moral o social, es decir, que no se permitan situaciones de explotación (Programa
Comunitario de Apoyo y Acogida a NNATS, 2010: p5)
Con el transcurrir de los años, el programa ha constatado que el trabajo permite a los niños/as
aportar a la economía familiar, además de costear sus gastos personales y obtener cierta autonomía
e independencia. Esto en contextos en que las condiciones socioeconómicas de las familias no son
las más favorables, debido a la ausencia de uno o los padres, la falta de una vivienda y/o de un
trabajo digno. La Vicaría de Pastoral Social y de los Trabajadores coincide con la Convención de
los Derechos del Niño en la importancia central que tiene la educación y la recreación en la gran
meta de lograr condiciones de vida más dignas para las niñas y niños trabajadores. Por ello, busca
caminos realistas para que ellos puedan acceder a este desarrollo, (teniéndolo o no) asumiendo la
realidad en la que ellos se desenvuelven y las opciones de vida que ellos toman debido a la pobreza
y la injusticia del sistema económico imperante en nuestro continente (Programa Comunitario de
Apoyo y Acogida a NNATS, 2010: p5).
17
Con respecto a iniciativas del sector empresarial, la Organización Internacional del Trabajo ha
realizado recomendaciones para los empleadores en una “Guía para Empleadores para Eliminar el
Trabajo Infantil”, publicada en 2008, donde plantean algunas acciones inmediatas como eliminar
la contratación de mano de obra infantil, eliminar el trabajo infantil peligroso y reducir la jornada
laboral de niños y niñas que no tienen la edad mínima para trabajar. Sin embargo, se expone que esas
acciones pueden reducir el trabajo infantil en la empresa, pero no eliminarlo, explican que si no se
acompaña de otras medidas puede perjudicar el bienestar de los niños/as y el de sus familias. Por eso
señalan que “es necesario adoptar medidas equilibradas que resuelvan apartar a los niños del trabajo
así como hallar formas de asegurar el mantenimiento de los ingresos familiares” (OIT; 2008:p21)
Para eso propone el apoyo a los/as niños/as y a sus familias, de varias maneras: colaborando con
los programas orientados a la reducción del trabajo infantil, mejorando los salarios y contratando a
familiares, promover la microfinanciación y la formación de competencias, en esta línea se plantea
que “los microcréditos y las cooperativas de ahorro y préstamo pueden proporcionar a uno o ambos
padres de familia el capital inicial necesario para emprender una actividad generadora de ingresos”.
Y otro eje importante es la promoción de la educación, para ello se afirma que una buena medida
pueden ser becas o subsidios para que los niños/as estudien. En Chile algunas empresas se han
involucrado en esta temática, en 2012 se crea la red empresarial contra el trabajo infantil, que tiene
como objetivo “coordinar y desarrollar acciones para contribuir con la prevención y erradicación
del trabajo infantil y la protección del adolescente trabajador, tales como crear conciencia en la
opinión pública para comprender las causas y consecuencias de esta problemática; prestar particular
atención a la conducta de sus proveedores en los ámbitos nacional e internacional y realizar acciones
para evitar el trabajo infantil en su cadena de suministro/proveedores y promover alianzas con otros
grupos de interés, tales como las organizaciones de trabajadores y de empleadores sobre este tema”
(Acción; 2012). Esta red ha contemplado medidas de difusión y de educación sobre el tema, como
también estudios sobre trabajo infantil. Una de las empresas de la red es la Fundación Telefónica,
que ha contribuido al financiamiento de intervenciones orientadas a la prevención y erradicación
del trabajo infantil, que son llevadas a cabo por el Consejo de Defensa del Niño, La Protectora de la
Infancia y La Vicaría de Pastoral Social y de los Trabajadores.
E) SOBRE LAS CAUSAS DEL TRABAJO INFANTIL
Con respecto a las causas del trabajo infantil, resulta fundamental comprender que esta problemática
social se da a causa de diversos factores de desigualdad, principalmente las relacionadas a las
oportunidades laborales de los padres, acceso a la educación y a creencias y prácticas culturales
que rodean a este grupo de la población, por lo cual el contexto económico y político que posibilita
el trabajo infantil es determinante. “El trabajo de los niños, niñas y adolescentes analizado desde la
perspectiva económica, aparece como un servicio que se transa en el mercado del trabajo y como
tal en directa relación con el sistema productivo. Desde esta visión, la contratación o la utilización
de niños, niñas y adolescentes en labores productivas se debe a la existencia de ciertas condiciones
de mercado” (Mintrab3, 2001; p.16). Por otra parte, podemos agregar que “desde el punto de vista
social, el trabajo infantil puede ser visto además como la expresión de un sistema económico,
social y cultural, que no garantiza adecuadamente las condiciones de empleo, calidad de vida y
de ingresos necesarios a su población, que permitan que los niños puedan desarrollarse armónica
3
Ministerio del Trabajo y Previsión Social de Chile.
18
e integralmente”4 (Mintrab, 2001, pág. 16). Desde esta perspectiva, las causas que dan origen al
trabajo infantil estarían relacionadas con la estructura económica y social de nuestro país, que está
fuertemente arraigada y que no permitiría cambios sustanciales como la erradicación del trabajo
infantil, en este sentido podríamos comprender por qué la prohibición legal del trabajo infantil y las
“campañas de concientización” no estarían logrando sus objetivos puesto que no tendrían relación
directa con las causas del fenómeno y por tanto no atacarían el problema de fondo que es el alto
nivel de desigualdad de nuestra sociedad.
Con respecto a la desigualdad es importante conocer ciertas cifras que dan luces del problema de
origen del trabajo infantil, un dato importante sería que la distribución del ingreso muestra altos
niveles de inequidad, así “en 2011, según información de la Encuesta CASEN, el 20% de los hogares
del quintil de mayores ingresos, vale decir, el quinto quintil, registraba el 54,5% de los ingresos
autónomos, mientras que el 20% de los hogares de menores ingresos (primer quintil) captaba el
4,0%” (OIT: 2014; p37). Dentro de estas cifras de desigualdad, los niveles de pobreza a consecuencia
de la inequidad social posibilitaría el trabajo infantil, de hecho “la variable más influyente en las
actividades económicas realizadas por menores de 18 años es la condición de pobreza de sus
familias (…) En este sentido, en Chile, la mayor proporción de niños, niñas y adolescentes que
ejercen el trabajo infantil pertenece a los primeros quintiles de ingreso: en el primer quintil alcanza a
45,9% y en el segundo a 23,6% (ver gráfico). No es posible por tanto, pensar en eliminar o disminuir
el trabajo infantil sin generar estrategias que permitan salir del circuito de la pobreza, apoyando a
los niños, niñas y adolescentes y también a su grupo familiar.” (Educación 2020: 2014; p37). La
condición de pobreza está directamente vinculada con el trabajo infantil al incidir en “la división del
trabajo familiar tanto en las actividades económicas fuera del hogar, como en el trabajo doméstico”
(Unicef: 2014; P27).
¿QUIÉNES SON LOS NIÑOS(AS) Y ADOLESCENTES EN TRABAJO INFANTIL - TI?
•
46% de los NNA en TI vive en hogares del primer quintil de ingreso autónomo per cápita.
50,0
%
45,9 %
45,0
40,
35,0
30,0
23,6 %
25,0
20.0
13,1 %
15,0
13,5 %
10,0
3,9 %
5,0
0,0
I
II
III
IV
V
(Gráfico Ministerio de Desarrollo Social, Ministerio del Trabajo y Previsión Social y OIT, 2013)
4
Ibíd.
19
En esta perspectiva, se puede describir y visibilizar que dentro de las familias de los niños/as
trabajadores existen algunas características socioeconómicas determinantes que las hacen proclive
a esta problemática social. La Encuesta Nacional de Actividades otorga algunos datos al respecto,
entre los que resulta importante destacar que tal como muestra el gráfico “el 46% de los niños en
trabajo infantil vive en hogares de menores ingresos” (OIT: 2013; P17), que pertenecen al primer
quintil de ingresos (el 20% de menores ingresos del país) y el 36% vive en hogares en situación de
pobreza. Al respecto, el informe del Observatorio Laboral del Ministerio del Trabajo y Previsión
Social expone que “una posición base de los involucrados es la situación de pobreza de sus familias.
Éstas experimentan serias dificultades económicas para poder satisfacer sus necesidades básicas y
con mayor razón aquellas necesidades secundarias relacionadas con el acceso a bienes de consumo
que les producen satisfacciones ligadas al estatus, la comodidad o la identidad” (Mintrab; 2009:
p.13)
Otro factor que influiría en el trabajo infantil, sería el nivel de estudios de los padres de los niños,
niñas y adolescentes trabajadores, que se materializa en la diferencia en los años de escolaridad que
poseen estos adultos responsables. “En los hogares con trabajo infantil el 37% de las madres tiene
educación media completa o más, mientras en los hogares sin trabajo infantil el porcentaje sube a
60%” (OIT: 2013; P17). Esto dificulta que puedan acceder a trabajos de mejor calidad y es parte de
las condiciones de desigualdad en las que se encuentran, en este contexto el trabajo de “niños y
niñas contribuye efectivamente al ingreso familiar, ya sea de manera directa o indirecta. Por tanto,
la decisión de trabajar es percibida y sentida como un gesto solidario hacia la familia y, a la vez,
como una obligación de carácter moral. Esto se transforma en un factor determinante en la idea de
concebir al niño o niña como un actor consciente de la decisión y no un objeto de la voluntad de
los padres” (Mintrab; 2009: p.13)
En relación a esto último, otro de los factores que influye en el trabajo infantil se relacionaría con
las creencias y prácticas culturales que estarían arraigadas en estas familias y que inciden en que
niños y niñas trabajen. Así, se puede señalar que históricamente el trabajo de niños/as habría sido
asumido como parte del proceso de crecimiento del niño/a, o una forma de aprendizaje mediante
el cual los niños iban asumiendo responsabilidades progresivamente. En este sentido, Amnistía
Internacional afirma que: “A lo largo de la historia el trabajo infantil dentro de la estructura familiar
ha sido mayoritario y no ha tenido forzosamente una connotación negativa. Al contrario, a menudo
era la forma de realizar el aprendizaje necesario para poder ir asumiendo progresivamente las
responsabilidades que más tarde como adultos se tendrían, asimilando las habilidades domésticas,
artesanales o agrícolas de los padres” (Amnistía Internacional, 2010; p.1). Sería con la revolución
industrial cuando el trabajo infantil se empieza a ligar a la explotación, ya que los niños dejaban
de trabajar en un ambiente protegido por la familia y pasan a trabajar en contextos de explotación
en las fábricas, que tenían graves riesgos para ellos, “los niños morían en accidentes de trabajo,
adquirían enfermedades laborales, quedaban fuera de las posibilidades de educación y participación
en aspectos culturales” (Liebel: 2003; p.3).
Finalmente es relevante señalar que el trabajo de niños y niñas tiene distintas valoraciones en
las familias, en algunos es una actividad que se aprecia por la potencialidad que tiene en cuanto
aprendizajes y también puede ser visto como un lugar protegido para los niños/as, “muchos padres
y madres consideran el trabajo como un gran valor, como una preparación para la vida que ha sido
realizada tempranamente por ellos mismos. Igualmente, es visto como una manera de prevenir que
niños, niñas o adolescentes ingresen en situaciones de delincuencia o vagancia" (Educación 2020:
2014; p. 39). Resulta fundamental tener en consideración estas visiones y percepciones, pues serán
limitantes o potencialidades dependiendo de cómo las asuman las políticas públicas dirigidas a la
problemática del trabajo infantil.
20
F) CARACTERÍSTICAS Y ANTECEDENTES DEL TRABAJO DE NIÑOS Y NIÑAS
De acuerdo a las estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo, en el mundo hay
alrededor de 215 millones de niños que trabajan. La mayoría se concentra en Asia Pacífico, seguida
por el África Subsahariana, América Latina y el Caribe. Además el trabajo infantil en cuanto a
diferencia de rubros se da principalmente en la agricultura (60%), industria (7%) y servicios (26%)
(OIT-IPEC, 2010)
En el año 2003 se realizó en Chile la primera encuesta nacional en torno al trabajo infantil, el cual
estuvo a cargo del Instituto Nacional de Estadísticas (INE). La “Encuesta Nacional de Actividades
de Niños y Adolescentes”, encomendada por el Ministerio del Trabajo y de Previsión Social y la
Organización Internacional del Trabajo, fue una iniciativa conjunta para cuantificar de manera
fidedigna los alcances de este problema en Chile (Mintrab, 2004). La muestra incluyó a 16.308
hogares y, de acuerdo a los datos arrojados, en el país habían 196.104 niños y adolescentes
trabajadores, de los cuales 107.676 estarían en la categoría de trabajo inaceptable (Mintrab, 2004).
El estudio consideró como inaceptable el trabajo que desempeñan niños y adolescentes entre 5
y 17 años, que vulnera sus derechos y pone en riesgo su normal desarrollo psicológico y social,
amenazando su acceso a la educación, al descanso y a la recreación. “Esto involucra a: Todos los
niños menores de 12 años que trabajan, niños entre 12 y 14 años que laboran 14 horas o más a la
semana y/o no estudian, adolescentes, entre 15 y 17 años, que trabajan 21 horas o más a la semana
y no asisten a la escuela. También, a los que superan las horas establecidas en la jornada completa
legal y a todos los niños y adolescentes que trabajan en la calle o de noche” (Mintrab, 2004).
Nueve años después se volvió a aplicar en Chile una encuesta nacional sobre trabajo infantil. En
ella se realizaron cambios metodológicos, en donde la muestra fue obtenida de la CASEN 2011,
además se cambió la forma de conceptualizar el trabajo infantil, por lo que se dejaron de utilizar
categorías como “aceptable e inaceptable” y se usaron las de “Ocupados, Trabajo Infantil y Trabajo
Infantil Peligroso”. La encuesta Nacional de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes (EANNA
2012) utilizó un marco conceptual acorde a las directrices de la Resolución sobre Estadísticas de
Trabajo Infantil5. Según esto se tiene una visión de trabajo infantil, en la que “no todos los niños
y adolescentes que realizan actividades productivas están en trabajo infantil". En este sentido, el
término trabajo infantil se refiere a la participación de niños en formas prohibidas y, a nivel más
general, en tipos de trabajo que es preciso eliminar por ser social y moralmente indeseables, a partir
de las orientaciones de la legislación nacional del Convenio sobre la edad mínima, 1973 (138) y
del Convenio sobre las peores formas de trabajo infantil, 1999 (182) (…) Dentro de la definición
estadística de trabajo infantil se incluye a todas las personas de 5 a 17 años de edad que, durante
un periodo de referencia determinado, participan en una o más de las actividades siguiente : a)
peores formas de trabajo infantil designadas como trabajo peligroso y b) empleo por debajo de la
edad mínima. No se incluyen las “incuestionables peores formas de trabajo infantil”, ya que, tal
y como establece la Resolución sobre Estadísticas de Trabajo Infantil: Para estas formas de trabajo
infantil no se han desarrollado enteramente conceptos y definiciones estadísticas uniformizadas.
Los métodos estadísticos de medición se encuentran en etapa experimental” (OIT: 2013; P22). Estas
formas están vinculadas a delitos como la esclavitud, la trata de personas, la servidumbre por deudas,
reclutamiento forzoso de niños/as para conflictos armados y explotación sexual infantil. Como se
5
Resolución de la decimoctava Conferencia Internacional de Estadísticos del Trabajo: Convocada en Ginebra por el
Consejo de Administración de la Oficina Internacional del Trabajo, y congregada en dicha ciudad del 24 de noviembre
al 5 de diciembre de 2008.
21
mencionó anteriormente para el Programa Comunitario de Apoyo y Acogida para Niños, Niñas y
Adolescentes Trabajadores de la Vicaría de la Pastoral Social y de los Trabajadores estos son delitos
y no trabajo.
De acuerdo a la encuesta realizada, en nuestro país el 6,9% de los niños/as realiza alguna actividad
económica, lo que significa que 229.510 niños/as tienen algún tipo de trabajo. El 41% de ellos tiene
entre 5 y 14 años y el 59% entre 15 y 17 años. Respecto a la cantidad de horas que destinan los
niños y niñas a trabajar, en el informe de la Encuesta Nacional se afirma que “en promedio los niños
trabajan 16,3 horas a la semana” (OIT: 2013; P16). Además tal como se observa en el gráfico, la
mayoría de los niños/as que trabajan están en la categoría de trabajo peligroso.
¿CUÁNTOS NIÑOS(AS) Y ADOLESCENTES ESTÁN EN TRABAJO PELIGROSO?
•
•
El trabajo peligroso tiene alta incidencia en el país: 5,9% de la población infantil.
9 de cada 10 niños en Trabajo Infantil están en trabajo Peligroso.
Fuera de TP
5,9%
94%
En TP
(Gráfico Ministerio de Desarrollo Social, Ministerio del Trabajo y Previsión Social y OIT, 2013)
Otro antecedente importante, es que gran parte de los niños y niñas realizan labores domésticas en
sus hogares, “el 87,8% de la población infantil realiza tareas domésticas en el propio hogar” (OIT:
2013; P16). Las niñas en mayor proporción que los niños (91% versus 84,4). Resulta necesario hacer
una distinción en cuanto al tiempo que se le destina a estas tareas el 19% de las niñas entre 5 y 17
años dedica 21 horas a la semana a estas labores.
De acuerdo a la forma de medición que se utilizó en la Encuesta Nacional, “en Chile 219.624
niños/as se encuentran en trabajo infantil, lo que representa el 6,6% de la población entre 5 y
17 años” (OIT: 2013; P17). Con respecto a los rubros en los que trabajan estos niños, el informe
elaborado por la OIT señala que “la mayoría de los niños/as trabajan en el comercio al menor (86
mil) y la producción agropecuaria (40 mil). Un porcentaje significativo (8,4%, es decir, 19 mil niños/
as) trabaja en el sector construcción y en servicios domésticos (12 mil: principalmente mujeres). El
44% trabaja para “terceras personas” y el 35% para su familia” (OIT: 2013; P17). Resulta importante
aclarar también que hay alrededor de 10 mil niños que se consideraron en la categoría de ocupado
y no de trabajo infantil, que son niños que realizan trabajos no peligrosos y que tienen entre 15 y
17 años.
22
Un alto porcentaje de los niños/as que trabajan recibe dinero por lo realizado, un 70,3% “con
diferencias por grupo de edad y zona residencia. El 47,2% señala que el pago tiene una frecuencia
diaria y el 54% que destina el pago a “cosas personales”. Además el 42,7% declara que trabaja para
tener “su propio dinero” (OIT: 2013; P17). Según los datos recogidos por la Encuesta Nacional el
trabajo infantil tendría un impacto en la asistencia de los niños/as a la escuela, ya que la asistencia
escolar se reduce 9 puntos porcentuales (de 98% a 89%) entre los que están en trabajo infantil
respecto de los que no trabajan. La no asistencia escolar llega a 18% entre los adolescentes entre
15 y 17 años que están en trabajo infantil. (OIT: 2013; P17). Esto sería un dato de preocupación,
especialmente entre quienes realizan trabajo peligroso y tienen jornadas extensas, el trabajo podría
interferir en el ejercicio del derecho a educación de niños y niñas.
Finalmente, en las percepciones de los adultos sobre el trabajo infantil la mayoría de los padres
(8 de cada 10) señala que el trabajo tiene efectos positivos y muy positivos en la formación de los
adolescentes de 15 a 17 años. “El 80% plantea que el trabajo de los adolescentes de 15 a 17 años
tiene efectos positivos y muy positivos en la formación de hábitos, como la puntualidad, orden y
prolijidad y en la formación de valores como responsabilidad, disciplina y esfuerzo. El 64,7% de los
padres señala que el estudio y trabajo de los adolescentes es aceptable bajo ciertas condiciones y
el 70% de los padres de los niños de 15 a 17 años tiene la misma percepción” (OIT: 2013; P17). En
esto resulta importante recordar que como antes mencionamos, hay un factor cultural en el trabajo
infantil en que las valoraciones que otorgan las familias pueden diferir y en que éste también es
comprendido como parte de un proceso de formación y aprendizaje.
G) SOBRE LA PARTICIPACIÓN DE NIÑOS Y NIÑAS
La participación de los niños/as resulta fundamental en cuanto a reconocerlos como actores
sociales y por tanto con incidencia en sus vidas y en la sociedad, esto tiene que ver también con la
construcción de identidad y con la igualdad. “La participación activa, consciente, libre, es un factor
de reconocimiento de la propia dignidad y un afianzamiento de la conciencia de igualdad. Por ello,
como sostiene Alejandro Cussianovich (2001) deviene en un interés del niño y de la sociedad, pues
la participación es un ejercicio concreto de actoría social y de construcción de identidad. (Alfageme,
Cantos, Martínez; 2003: p.36).
Existen pocos espacios de participación de los niños y niñas no sólo con respecto al desarrollo de
políticas sobre trabajo infantil, lo cual es preocupante para el derecho de los niños/as y también
porque las políticas y programas sociales son mejores cuando cuentan con la participación de
quienes serán afectados por éstos. Con los niños/as se repite lo que pasa con las instancias de
participación para los adultos y es que éstas tienden a ser unilaterales, muy restringidas, formales y
ritualizadas, ante esto sería difícil concebir que se dé una relación distinta con los niños/as ya que las
sociedades “han conducido a una degradación de la ciudadanía, en general, y no están teniendo la
capacidad de hacerse cargo de las consecuencias políticas de una participación efectiva”. (Vergara:
2007; p34). El segundo plano al que son relegados los niños no es algo de las últimas décadas, a lo
largo de la historia no han sido considerados como actores centrales. El historiador Gabriel Salazar
plantea que “los niños y los jóvenes no figuran, normalmente, en las páginas de la Historia. Pero son
lectores, escuchas y memorizadores de la misma, no son actores centrales. Tampoco monumentos.
La Historia está poblada (monopolizada) por adultos de segunda o tercera edad” (Salazar: 2002;
p.9). La Convención de los derechos del niño y niña significó ciertos avances en relación a que antes
existía una doctrina de situación irregular de la infancia, es un instrumento que tiene limitaciones, por
23
ello al igual que Cussianovich plantea que “se hace cada vez más necesario hacer el tránsito desde la
doctrina de protección integral de la Convención hacia una tercera doctrina de protagonismo infantil
y juvenil efectivo” (Vergara: 2007; p35).
El Programa de Apoyo y Acogida a Niños y Niñas Trabajadores, considera fundamental la participación
de los niños/as y es por ello que la participación protagónica es uno de los ejes de su intervención,
es por eso que este estudio se realizará con la participación de los niños/as.
Por los antecedentes expuestos, resulta necesario indagar más en las condiciones de trabajo de los
niños y niñas, entendiendo que es un problema que a distintas condiciones de trabajo infantil no existe
una variedad de respuestas. En particular, nos centraremos en el trabajo de condiciones precarias
o trabajo peligroso, que por sus características requiere de mayor atención y de intervenciones que
mejoren las condiciones de niños y niñas, ya que como se mencionó anteriormente esto no ha
sido resuelto con la prohibición. El programa de Apoyo y Acogida a Niños, Niñas y Adolescentes
Trabajadores, luego de haber implementado diversas estrategias de trabajo, -desde la perspectiva
de derechos, fundamentalmente la participación protagónica y la asociatividad- ha apuntado a
contribuir a la erradicación progresiva del trabajo infantil. Pero simultáneamente se han detectado
algunas situaciones de mayor complejidad, correspondientes a trabajos en condiciones más precarias
o “trabajo peligroso”, que serían alrededor del 10% de los niños/as del programa. Con ellos no se
ha logrado una adhesión completa en los procesos de intervención social del programa y son casos
que generan mayor preocupación ya que por sus condiciones son los que interfieren mayormente en
la calidad de vida de los niños/as y en la posibilidad de ellos de ejercer plenamente sus derechos.
Por eso se requiere entender mejor estas situaciones para generar un modelo de intervención que
posibilite una mayor comprensión de esa realidad para su transformación. Junto con indagar en
las condiciones de trabajo se abordarán las condiciones de vida puesto que “las consecuencias
de un determinado trabajo para los niños y niñas no pueden ser comprendidas y evaluadas sólo
tomando en cuenta las formas y las condiciones de trabajo, sino también las circunstancias de vida
concretas, los contextos culturales y los potenciales de superación subjetivas de los niños”. (Liebel
y Martínez: 2009; p285). Para conocer estas realidades y elaborar una propuesta de intervención
se realizaron entrevistas y focus group con los niños y niñas que trabajan en estas condiciones y
con quienes han estado trabajando en este tema para, en conjunto, levantar propuestas en que se
busquen alternativas que mejoren la situación de niños y niñas trabajadores.
24
3.
MÉTODO DEL ESTUDIO
OBJETIVOS:
Objetivos General:
Conocer el trabajo peligroso, presente en los niños, niñas y adolescentes trabajadores del proyecto
VIDAS, para elaborar una propuesta de intervención social desde el enfoque de derechos que logre
contribuir a su erradicación progresiva.
Objetivos específicos:
•
Caracterizar las condiciones de trabajo de niños/as del proyecto VIDAS que realizan este tipo
de trabajo.
•
Describir las condiciones de vida de niños/as que realizan estos trabajos.
•
Construir de manera participativa una propuesta de intervención social en trabajo infantil
peligroso.
DISEÑO
Para este diagnóstico se utilizará una metodología cualitativa, entendiendo que en ésta hay un intento
por “describir fenómenos sociales y se caracteriza por su carácter holístico, complejo y por tener
un diseño flexible” (Pérez, 2000, p. 77). Por esas características resulta adecuada la metodología
cualitativa para indagar en las condiciones de trabajo de niños y niñas trabajadores entendiendo que
este tema abarca múltiples realidades.
MUESTRA Y TÉCNICAS DE PRODUCCIÓN DE DATOS
7 niñas y 10 niños que realizan “trabajo peligroso” por sus condiciones laborales o por su naturaleza.
Se entrevistaron a 4 niños y 3 niñas, se realizaron 2 grupos focales, uno con 2 niñas y 5 niños y otro
focus compuesto por niños/as que habían reducido la cantidad de horas que trabajan a lo largo de
su participación en el programa. Todos los niños/as vivían y trabajaban en comunas de la Región
Metropolitana.
•
4 encargados zonales del Programa Comunitario de Apoyo y Acogida a Niñas, Niños y
Adolescentes Trabajadores.
•
7 educadores del programa.
•
3 Informantes claves (Profesionales de instituciones y organizaciones con experiencias en
intervención con trabajo infantil)
CRITERIOS PARA LA SELECCIÓN DE LA MUESTRA DE NIÑOS Y NIÑAS:
•
•
Niños/as que estén dispuestos a participar
Que tengan entre 11 y 17 años
25
•
•
Que realicen un trabajo permanente, que no sea un trabajo que realizaron solo una vez en
esas condiciones, pero sí se consideró el trabajo que se haya realizado durante años en una
época del año, como por ejemplo los niños/as que trabajan en el sector agrícola en verano.
Que pueda ser considerado como trabajo peligroso por su naturaleza o por sus condiciones.
De acuerdo a lo planteado por el Sename, en el sistema de registro de las peores formas de
trabajo infantil, entre los trabajos que se consideran peligrosos por su naturaleza están6:
Los “trabajos que impliquen el contacto con productos, sustancias u objetos de carácter tóxico,
combustible, comburente, inflamable, radioactivo, infeccioso, irritante y corrosivo; todos aquellos
susceptibles de producir efectos perjudiciales a la salud” (Sename, 2007; P27). Entre estos trabajos
se encuentran los que presentan exposición a agroquímicos en la fumigación de frutas.
También se considera trabajo peligroso por su naturaleza, el “trabajo en levantamiento, colocación de
traslado de carga manual: corresponde a actividades desarrolladas por niños/as y adolescentes, que
impliquen la carga, descarga y traslado continuo de elementos. Entre las actividades características
de este tipo de trabajo se encuentran, estibadores, desestibadores, fleteros en ferias y peonetas”
(Sename; 2007: p28). Trabajos en actividades en que su propia seguridad y la de otras personas
estén sujetas al desempeño del niño, niña o adolescente: este tipo de trabajo supone la utilización
del niño, niña o adolescente en actividades de cuidado y vigilancia sea de ancianos, enfermos,
hermanos, otros niños o parientes, así como el cuidado de sitios y lugares que requieran protección.
Entre estas labores se cuentan las de guardia, nochero, rondín, vigilante, y otras. (Sename; 2007:
p29)
Para considerar que un trabajo es peligroso por sus condiciones, se considera tanto la extensión
horaria, como el tipo de horario, la seguridad, la higiene y la influencia de esto en la asistencia
escolar. Por ello las condiciones a considerar propuestas en el registro del Sename son las siguientes:
•
•
•
•
Jornadas laborales extensas: esto es, superiores a ocho horas diarias.
Trabajo en horario nocturno o de madrugada: que específicamente va desde las 22:00 horas a
las 7:00 horas.
Ausencia de medidas de higiene y condiciones de seguridad laboral.
Trabajos que impidan la asistencia a la escuela (Sename; 2007:P31)
Con los niños/as la técnica de producción de datos que se utilizó en una primera instancia fue
la entrevista Semi-Estructurada: entendiendo por éstas que son entrevistas que se caracterizan por
poseer preguntas amplias organizadas y ordenadas pero a la vez tienen la suficiente flexibilidad
para permitir la introducción de nuevas preguntas durante el transcurso de la entrevista. Dentro de
un marco de preguntas amplias se puede ir descubriendo cuáles son los tópicos más interesantes y
realizar nuevas preguntas dentro de esos temas. (Maykut & Morehouse, 1994).
6
Existen más tipos de trabajo peligroso, pero los mencionados son los que presentan características que coinciden
con algunos trabajos que se encuentran entre los niños/as del programa, también están entre trabajos peligrosos
los que son en minas, en excavaciones, o con máquinas que requieren capacitación, trabajo en altura, etc. Para
más antecedentes revisar: http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---americas/---ro-lima/---sro-santiago/documents/
publication/wcms_204320.pdf
26
El diagnóstico buscó recoger tanto las visiones de los niños/as como las de los adultos que están en
contacto con ellos a través del programa, es por esto que además de las entrevistas que se hicieron
a los niños/as se realizó un focus group con los educadores del programa [La característica principal
de esta técnica es su carácter colectivo. Consiste en reunir un grupo de entre 6 y 9 personas con
características en común acorde a los objetivos planteados en la investigación, y hacerlos hablar
acerca de temas determinados, (Sandoval, 2002)], en el que se abordó el trabajo infantil. Además se
realizó una entrevista grupal con los cuatro encargados zonales, con el propósito de acceder también
a la información con la que cuentan ellos respecto a las características de los trabajos de los niños/
as y a la visión que tienen en relación a la intervención que se puede realizar en estas situaciones.
ANÁLISIS
En la investigación se utilizó el análisis de contenido categorial. Este consiste en “ir descomponiendo
el texto en unidades para, posteriormente, proceder a su agolpamiento en categorías siguiendo el
criterio de una analogía. Es decir considerando las similitudes o semejanzas que existan entre éstas
en función de criterios preestablecidos según los objetivos” (Vázquez; 1994: p1). Este tipo de análisis
cuenta con tres etapas, una de pre análisis, otra de codificación y por último una de categorización.
SOBRE LA ELABORACIÓN DEL DOCUMENTO
Posterior a las entrevistas realizadas a los niños/as se realizaron encuentros con ellos y con el equipo
del programa, en éstos se les fue presentando un primer borrador del diagnóstico, se compartió
con ellos y se recogieron las propuestas y correcciones que tuvieron al respecto. Esta instancia se
volvió a repetir con un segundo borrador con el objetivo de hacerlos partícipes de la construcción
del documento y también de generar una instancia en que ellos puedan compartir sus experiencias
como niños/as trabajadores y sus propuestas en cuanto a intervenciones sociales, para la elaboración
de un modelo de intervención. En estas instancias se convocó a todos los niños/as y adolescentes
que participaron de las entrevistas y de los focus groups, sin embargo no todos pudieron asistir
debido a que algunos no podían ausentarse de sus trabajos.
27
4. ANÁLISIS
En las próximas páginas se presentará una síntesis de lo planteado por niños, niñas, adolescentes,
educadores y encargados zonales con respecto a las condiciones de trabajo y de vida de niños/as y
adolescentes que realizan trabajo peligroso y que participan en el Programa Comunitario de Apoyo
y Acogida a Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores. En los cuadros se presentan algunos datos
de los niños, niñas y adolescentes que participaron de las entrevistas individuales y en los focus
group, para facilitar al lector la comprensión de lo que se plantea posteriormente en cuanto a las
condiciones de trabajo.
NIÑOS/AS PARTICIPANTES DE ENTREVISTAS INDIVIDUALES
EDAD
TRABAJO
Niño 1
16
años
Trabaja con la madre en reciclaje,
conduce camión, realiza cargas y
descargas. Separación de material, orden
y venta de éstos en el hogar.
Todos los días. De 10:00 a 17
horas.
Niño 2
13
años
Atiende negocio familiar de venta de
fierros. Vende y entrega los fierros.
De lunes a viernes de 16:00 a 20
hrs. aproximadamente. Sábado
y domingo de 10:00 a 20:00 hrs.
aproximadamente.
Niño 3
16
años
Diversos trabajos. Canta en las micros,
pinta casas y hace trabajos como
soldador.
Variado, principalmente en las
tardes y los fines de semana.
Niña 4
13
Atiende local familiar de internet y ayuda
al padre a preparar tamales que luego el
padre vende.
De lunes a viernes de 16:00 a
23 hrs. Sábado y domingo es
variado.
Trabaja en una panadería, arma las cajas
que serán entregadas. A veces hace
entregas.
De lunes a domingo, de 06:00
a 10:00 hrs. y luego de 13:00 a
19:00 hrs. (Puede elegir un día
libre a la semana).
Atiende almacén de la madre y cuida a
hermano de tres años de edad.
De lunes a viernes de
16:00 a doce de la noche
aproximadamente. Sábados y
domingo varía.
Cuida a los hermanos y hace las cosas
de la casa.
De lunes a domingo, después
del colegio, en horario variable.
Niño 5
15
Niña 6
13
Niña 7
14
JORNADA
Se realizaron dos focus, uno con niños/as que actualmente están en condiciones de trabajo peligroso
(Focus 1) y otro con niños/as que durante su permanencia en el programa han reducido sus horas
de trabajo.
28
NIÑOS/AS QUE PARTICIPARON DE FOCUS 1
FOCUS 1
EDAD
TRABAJO
Niño 1
17
años
Trabaja en restaurante de un conocido
más de30 horas a la semana. No va al
colegio.
Todos los días. De 11:00 a 19:00
hrs. aproximadamente.
Niña 2
17
años
Trabaja de copera junto a su madre en
un centro de eventos los días viernes
o sábado (toda la noche). Asiste a la
escuela.
Viernes o sábados de 18:00 a 04:30
hrs.
14
años
Viernes a domingo de 22:00 a
03:00hrs.
Niño 3
Trabaja como cuidador de autos en
la parroquia en horario nocturno,
además trabaja haciendo aseo durante
la semana. Aproximadamente 20
horas semanales. Asiste al colegio.
(Sin compañía de un familiar).
Niño 4
16
años
Trabaja como ayudante de cocinería
en Persa Bio-Bio, aproximadamente
20 horas semanales asiste al colegio.
(Sin compañía de un familiar).
Sábados y domingos
08:00 a 19:00 hrs.
12
años
Trabaja en carro familiar de comida
rápida haciendo caja. Todos los días
después del colegio hasta las 22 hrs y
el sábado desde las 06:00 a.m.
Lunes a viernes
4 horas, sábado 7 horas.
Niño 6
16
años
Venta de ropa y dulces de colero en
la feria fines de semana s (sin adulto
acompañando).
Sábado y domingo de 07:00 a
16:00 hrs.
Niño 7
17
años
Trabaja en panadería (del padre).
Lunes a viernes. Desde las 13:00 a
21:00 hrs.
FOCUS 2
EDAD
TRABAJO
JORNADA
Niño 1
15
años
Trabajaba haciendo malabares en
semáforo, ingresa con 20 horas (sin
familiar acompañante).
Durante dos años fue reduciendo
horas y ahora no trabaja.
Niño 2
14
años
Vende ropa en la feria con la mamá.
Ha reducido de 20 a 4 horas
semanales.
Hace y vende estampados con la
madre.
Lunes a viernes dos horas.
Lunes a viernes dos horas.
Presenta reducción de horas
durante 1 año, disminuyendo de
20 a 15 hora durante el periodo de
marzo a diciembre 2013 y mantiene
reducción a la fecha.
Niña 5
Niño 3
JORNADA
14
años
29
4.1. CONDICIONES DE VIDA
Con respecto a las condiciones en las que viven los niños/as, especialmente su situación económica,
la mayoría plantea que no hay grandes carencias de manera permanente, pero sí a veces les faltan
recursos y tienen que pedir prestado o reducir algunos gastos, también manifiestan que no queda
dinero para ahorrar ni para acceder a otros bienes de mayor costo como podrían ser ciertas comidas.
El pago de las cuentas o los gastos en comida son lo más evidente para los niños/as en cambio para
los adultos que trabajan con ellos hay una precariedad que se presenta en las condiciones de la
vivienda y en el hacinamiento.
“De repente cuesta pagar las cosas. Las cosas para la luz, pagar el cable, el Internet. Nos
endeudamos” (Niña 4)
“A veces no se consideran pobres porque no viven en la calle, pero viven en casas
con pocas piezas, pocas camas e incluso en algunos casos con piso de tierra” (Focus
educadores)
Los niños expresan de manera clara que a sus padres les cuesta conseguir lo que tienen, que han
tenido que realizar muchos sacrificios y esa percepción del esfuerzo que hacen sus familias va
acompañado de la importancia que le dan ellos a ayudar a sus madres y/o padres, les preocupa no
ocasionarles más gastos, colaborar con la familia e incluso hay una visión de que su trabajo es una
manera de agradecer lo que les dan los papás a ellos.
“Me daba un poco de vergüenza pedirle plata a mi mamá y como que a veces no había
plata en la casa, igual me daba lata a mi poh entonces yo salía a ganarme las monedas,
pa’ llevar algunas pa’ la casa y pa’ comprarme mis cosas” (Niño 3).
La mayoría de los niños/as entrevistados plantea que tienen una buena relación con sus padres,
destacan la unidad y la convivencia. Además como consideran que sus padres se han sacrificado
mucho por ellos, observan a sus padres cansados, en ciertos casos con dolores físicos por los
trabajos que han realizado, es frecuente que los padres de estos niños/as y adolescentes hayan
iniciado su vida laboral en la infancia. Por esta preocupación de los niños/as y adolescentes por sus
madres/padres algunos incluso señalan que les gustaría hacerse cargo de sus madres/padres en unos
años más para que así ellos no tengan que trabajar.
“Mi mamá se sacrifica por todos, en realidad. Me gustaría que mi mamá se quedara en
la casa, es lo que siempre he querido” (Niño 1).
Sin embargo en dos casos las entrevistadas no tenían una buena relación con la madre, lo cual
se manifestaba en poca comunicación, falta de entendimiento y una constante denegación de
permiso a las niñas para hacer otras actividades. En esos casos el trabajo es percibido más como
una obligación, como es el caso de la niña que atiende el almacén de la madre, cuida al hermano
menor y hace las cosas de la casa. La otra niña cuida a sus hermanos y cocina. En ambas situaciones
no reciben pago por el trabajo realizado y una de ellas sostiene que prefiere atender el almacén,
30
para no “tener problemas” con su madre. Por lo tanto el vínculo con la familia influye directamente
en la forma en que perciben los niños/as el trabajo, impacta en las condiciones de este y en las
posibilidades de los niños/as de ejercer sus derechos.
“A veces tenía que rogar y hacer de todo para que me dejara salir y a veces me decían
que no. A veces cuando ella estaba en la casa yo los cuidaba y ella estaba acostada,
porque decía que tenía que descansar” (Niña 7).
“Prefiero ayudar para ahorrarme problemas (…) de repente ella también está durmiendo
y yo tengo que hacer todo, y cuando ella despierta tengo que tenerlo listo igual no nos
llevamos muy bien, entonces peleamos por todo” (Niña 6).
Pese a que otros niños/as tienen más posibilidades de realizar otras cosas y mayor flexibilidad con
respecto a su trabajo y al manejo del tiempo libre, a veces ocurre que los permisos para realizar otras
actividades se ve condicionado por el trabajo, tal como pasa con los deberes escolares, por lo que
adquiere el mismo nivel de obligatoriedad en esos casos.
“Si no dejo todo listo no puedo salir” (Niña focus)
Las condiciones socioeconómicas de las familias de los niños/as se caracterizan también por la
inestabilidad, que está dada por el trabajo informal de la madre o el padre o por el empleo formal
pero precario. Algunos de los entrevistados plantearon que la madre se encontraba sin trabajo o
con empleo de tiempo parcial y en los casos de trabajo informal el ingreso es variable por lo que en
los meses en que las ventas son bajas los recursos se vuelven escasos. Al no alcanzarles el dinero
para ahorrar esto también significa que si hay un gasto mayor se produce un desajuste económico
para la familia. La mayoría de los niños/as entrevistados plantea que seguirán trabajando, no es algo
temporal. A algunos les gustaría trabajar menos, pero advierten que para que esto ocurra tendría
que mejorar la situación económica de su familia, si eso sucediera, como lo explicita una de las
entrevistadas, no sólo ella trabajaría menos, sino que también los padres podrían tener tiempo libre.
Esto reafirma una vez más la necesidad de abordar esta problemática desde sus causas, que tienen
que ver con la situación socioeconómicas de las familias, tal como afirma KNH: “El trabajo infantil
no es un fenómeno aislado. La causa se encuentra en la pobreza económica y social de las familias.
Aquél interesado en soluciones verdaderas debe empezar allí. Las familias necesitan apoyo para
mejorar sus ingresos (Kindernothilfe; 2012: p4).
“Que mi papá pague todas las cuotas y que no nos falte, nos sobre. Ahí estaría bien,
podríamos ir al parque, cerrar el local” (Niña 4).
“El aporte de estos niños es decisivo en su casa, y en sus familias, pues ellos son
vulnerables como se dice ahora y generalmente es la madre la que está a cargo de la
familia” (Focus Encargados).
Los niños/as saben que la situación socioeconómica de su familia no es óptima y que el trabajo de
ellos es un aporte significativo en la economía familiar y que por lo tanto dejar de trabajar podría
perjudicar la situación de su familia y por lo tanto la de ellos, en quienes reciben un ingresos es
aún más claro que cada día de trabajo genera un ingreso indispensable para la familia. “Los niños
31
trabajadores saben que sobre ellos descansa una pesada carga de responsabilidad, sea porque ellos
tienen que contribuir a la subsistencia de su propia familia, sea porque ellos mismos se mantienen
con su trabajo” (Liebel; 2000: p.133). Tal como señala una de las entrevistadas, cada día de trabajo
de ellos, es un ingreso necesario para la familia, por eso no pueden dejar de trabajar, eso se observa
con mayor claridad en los trabajos en que los niños/as están en la venta directa. Debido a las
condiciones socioeconómicas de sus familias, la contribución que hacen los niños/as con su trabajo,
resulta indispensable para sus familia, “mientras no se mejoren de manera efectiva y sustancial las
condiciones económicas de pobreza y de trabajo de la población adulta, no se puede prohibir
a los niños y niñas la práctica del trabajo, ya que muchas veces constituye su único medio de
sobrevivencia” (ACHNU: 2005; p.5).
“No puedo parar de trabajar porque o si no se pierde un día de plata” (Niña 4)
Otro antecedente relevante es que la mayoría de los niños/as comenzó a vincularse con el mundo
del trabajo desde muy pequeños, debido a que sus madres los llevaban al lugar de trabajo, porque no
tenían quién se hiciera cargo de ellos mientras realizaban sus labores y en ese contexto comienzan a
colaborar con sus padres. En la mayoría de los casos el trabajo comienza visualizándose como una
ayuda y no como un trabajo.
“Cuando tenía como tres años, mi mamá vendía ropa en la feria y después yo empecé a
ayudarla” (Niña 7) “Uno lo ve como ayuda porque lo hace con la intención de ayudar
a los padres” (Niño focus)
“Cuando los niños parten, tienen el concepto de ayudar, los papás dicen si él me ayudó o
como dice él, ellos se independizan pero siguen con eso de ayudar (Focus Educadores).
También ocurre que cuando los niños/as son más grandes, las madres prefieren que estén trabajando
a que estén en “la calle”, ya que esta última es vista como un lugar riesgoso para los niños/as por la
presencia de droga en algunos sectores y los peligros asociados a los lugares donde se trafica, como
son las balaceras. Esto nuevamente nos da cuenta de las condiciones de vida de estos niños/as de
las pocas alternativas que tienen, no sólo de las necesidades que los impulsan al mundo del trabajo,
sino que también de las escasas alternativas que pueden encontrar ellos y sus familias. “Desde el
punto de vista social, el trabajo infantil puede ser visto además como la expresión de un sistema
económico, social y cultural, que no garantiza adecuadamente las condiciones de empleo, calidad
de vida y de ingresos necesarios a su población, que permitan que los niños puedan desarrollarse
armónica e integralmente” (Mintrab, 2001, p. 16). En estos contextos el trabajo a veces es visto como
un espacio protegido en comparación a la alternativa de estar solos.
"El tema de quedarse solo, para unas mamás, hay una edad que puedes cocinarte, 14
o 15 años y están los amigos y la droga, entonces las mamás prefieren que estén con
ella (…) creo que las familias lo ven más como para protegerlos, porque ahí está súper
presente la droga, entonces un par de familias dicen que prefieren que estén con ellos
en la feria que en la casa sin saber qué hacen" (Focus educadores)
“Donde vivo yo pegan puros balazos todo el día, entonces, igual se asusta, como que a
toda hora pasan traficantes. Tres pasajes más allá hay harto traficante, hay puras peleas,
todos los días, entonces eso a mi mamá la asusta” (Niño 5)
32
Estas situaciones y el trabajo doméstico de niños/as y adolescentes dentro del propio hogar ponen
de manifiesto la necesidad de la oferta de servicio de cuidado infantil, en especial para quienes
tienen menos de 6 años, si bien se han hecho algunos esfuerzos como el Programa de 4 a 7 del
Servicio Nacional de la Mujer, que está orientado a niños/as de 6 a 13 años cuyas madres trabajan,
se requiere de más iniciativas para que la inserción laboral de los adultos del hogar no implique
que la carga del trabajo doméstico recaiga en los niños y niñas. También estos relatos dan cuenta
de la pérdida de los espacios públicos debido a situaciones de peligro para los niños/as, la falta de
espacios de uso comunitario que permitan que los niños/as y adolescentes puedan hacer uso de esos
lugares sin que esto implique un riesgo para ellos.
ESPACIOS DE PARTICIPACIÓN
Los niños/as con extensas jornadas laborales de manera permanente tenían pocos espacios de
participación y de recreación. Entre los que sí lograban contar con estos momentos está el deporte
y la música, en estos tipos de actividades la participación de ellos es más bien simbólica, ya que
no es un espacio en que puedan decidir, incidir y tener una participación protagónica, sino que es
más bien es un espacio en donde los adultos enseñan. Estas instancias son valoradas por ellos tanto
por el aprendizaje, la entretención y la posibilidad de compartir con otros. Algunos ni siquiera
pueden inscribirse en talleres en el colegio porque no tienen tiempo o no les dan permiso y en
esos casos el único espacio de participación era el Programa de Apoyo y Acogida a Niños, Niñas
y Adolescentes Trabajadores, esta instancia además es diferente ya que ahí sí se busca que ellos
tengan una participación protagónica. Los niños/as que cuentan con escaso tiempo libre, también
ven limitada la participación en el programa, por lo que es frecuente que tengan que ausentarse
a algunas actividades, para ellos es claro que hay una dificultad para lograr tener tiempo para la
recreación y que es necesario.
"Nosotros sabemos que hay niños que trabajan mucho y no pueden ir al grupo, y uno
lo conversa con el grupo y van conociendo los trabajos que hacen los compañeros, pero
hay niños que se nos pierden harto tiempo, por ejemplo también ahora que estamos
haciendo campamento no pueden ir" (focus educadores).
“A veces por estudiar o trabajar se pierden oportunidades de recrearse” “Los tiempos no
alcanzan muchas veces” (Niños focus)
En relación al programa, varios entrevistados destacaron el vínculo de confianza que tienen con los
educadores, esto es aún más valorado entre quienes tienen mala relación con sus padres. Señalan
que se sienten apoyados por el programa y que los ayuda a no dejar el colegio, valoran el espacio
de encuentro con sus pares, que les permite conocer otras situaciones. También se plantea que es
un espacio en que se preocupan por su situación laboral y por la mejora de sus condiciones. La
relevancia del vínculo también es visualizada y destacada por los educadores, como algo central.
“Apoyo para no dejar el colegio o en apoyo así como persona. El tío conversa conmigo,
como dice qué es lo bueno y qué es lo mal, lo que nos puede ayudar, está siempre ahí.
El programa trata de que trabajís menos, que tengai tiempo pa’ ti, que haya un espacio
para compartir con otros jóvenes, ver sus realidades, y de eso hablamos, de que trabajís
menos (Niño 3).
33
"Es algo fundamental la preocupación que igual ellos ven a una persona que se preocupa
por ellos, y aunque no participen mucho, siguen siendo igual parte del programa. O
siempre están en contacto, si están pasando por algo incluso la misma familia nos
contacta entonces yo creo que le guste como espacio, pero también les gusta o les llama
la atención que una persona se preocupa de ellos" (Focus educadores).
ESCOLARIDAD
Es importante destacar que la mayoría de los niños/as ha repetido, lo que significó que en algunos
casos desertaran del sistema escolar y luego retornaran en el sistema vespertino. El retorno a los
estudios tiene que ver con que hay una alta valoración por terminar el colegio, consideran que esto
es necesario para obtener trabajo en el futuro y también quieren acceder a la educación superior,
les interesan distintas carreras, pero se repite en ellos que en el título profesional o técnico ven
la posibilidad de acceder a una mejor calidad de vida, de obtener un buen empleo, con mejores
ingresos que lo que tienen sus padres. En esto se vuelve a confirmar la percepción que tienen los
niños/as de una situación económica difícil y la necesidad de superarla, no sólo ellos sino que
también poder ayudar a sus familias.
“Tomé una buena decisión y sin estudios en estos años ya no se puede trabajar ya, así
que preferí estudiar, intentar sacar una carrera (…) que uno al estudiar y sacar una
carrera técnica o algún estudio superior tiene la posibilidad de ganar un sueldo mayor,
más mercadería y así poder ahorrar y como en este tiempo no están tan baratas las
cosas" (Niño 1).
“Cuando uno es pobre tiene tres formas de surgir: o estudiando, o robando, o traficando.
Y ya uno ve que escoge. Yo escogí estudiar y forjar un futuro, que es la única forma que
pueda ayudar a mi familia y es lo único que ellos van a dejarme a mí, estudio, apoyarme
a estudiar y que pueda ser un profesional” (Niño 3).
Como mencionamos anteriormente, la mayoría de los niños/as entrevistados ha repetido cursos
y en muchos casos eso está relacionado con la inasistencia a clases, ya sea porque tenían que
trabajar o porque estaban muy cansados dado que se acuestan bastante tarde por sus labores. Esto
resulta preocupante porque entorpece el acceso al derecho a educación. Esto coincide además con
los resultados de la Encuesta Nacional en que se señala que los niños/as que trabajan tienen en
promedio un 9% menos de asistencia que los niños/as que no trabajan (OIT, 2014). Pero los casos de
este estudio son de mayor complejidad, por lo que la inasistencia tiende a ser mayor. Es importante
destacar la importancia que tienen en la mantención en el sistema escolar el vínculo del niño/a con
la familia y la forma en que ésta manifiesta su preocupación por la educación formal. En algunos
casos había preocupación por despertar a la niña o al niño para que llegue temprano a la escuela,
mientras que en otros, a pesar de que la madre (no viven con el padre) está presente en el hogar a
esa hora, la responsabilidad de levantarse y llegar a tiempo a clases recae exclusivamente en los
niños. Para los niños/as es importante la educación formal como oportunidad de movilidad social,
por lo que resulta necesario garantizar que no tengan impedimentos para su proceso educativo. “Las
oportunidades de educación de los niños trabajadores deben ser mejoradas. Ello incluye el acceso a
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una educación formal de calidad, educación informal, así como ofertas de capacitación adaptadas
a los niños que trabajan. Niños y niñas bien educados están mejor protegidos contra el abuso y la
explotación. La educación ayuda a romper el círculo de pobreza y es una base importante para una
vida independiente y responsable” (Kindernothilfe; 2012: p11)
4.2. CONDICIONES DE TRABAJO
En cuanto a las condiciones de trabajo éstas varían bastante, en la mayoría de los casos el lugar de
trabajo era el propio hogar, ya que el negocio familiar se encuentra en la misma vivienda. El horario y
días de trabajo es variado, una primera distinción que resulta importante en esto, es que en algunos
casos el niño/a tiene alguna posibilidad de adecuar sus tiempos de trabajo con los de estudios y de
recreación. En la mayoría de los casos el margen de flexibilidad de los tiempos es estrecho, debido
a la cantidad de horas que trabajan, algunos tienen un día libre a la semana y en ese día concentran
los tiempos de recreación.
“Puedo tomarme días libres si yo quiero, pero yo prefiero ir porque en la casa no hago
nada, prefiero trabajar, gano mi plata, y después veré qué me compro más adelante”
(Niño Focus).
En los niños/as entrevistados era frecuente que terminaran de trabajar entre 11:00 hrs. y doce de
la noche, esos mismos niños, han repetido de curso y plantean que faltan a clases por quedarse
dormidos.
“A las doce, una, me duermo, es que mi hermano no se queda dormido (…) yo lo hago
dormir” (Niña 6)
“(Repetí) por atrasos. Es que me dormía muy tarde y me levantaba tarde (Niña 4).
Las extensas jornadas de trabajo implican que algunos manifiesten tener poco tiempo para hacer
otras actividades, lo que se manifiesta en que sientan cansancio y frustración por no poder hacer
otras cosas. Tanto en el focus, como en las entrevistas son niñas las que plantean más cansancio y
tristeza por el poco tiempo libre que tienen, tanto para el descanso, como para el juego.
“Yo quería jugar y ahí me daba cuenta que yo no podía ir a jugar y me ponía a llorar”
(Niña 4)
“En la casa igual como que no duermo, no puedo descansar” (Niña, Focus 2)
También los niños/as hacen distinciones entre los trabajos, no sólo observan las diferencias en
relación a la cantidad de horas, sino que también en cuanto a la dificultad, al cansancio y esfuerzo
que genera la labor realizada
35
“No es lo mismo acarrear carros que entregar folletos. Porque en uno se esfuerza, cargar
esas cajas pesadas que andar acarreando papeles, porque en uno se esfuerza y en el
otro no” (Focus 2)
En algunos casos se da que tienen un horario fijo, lo que ocurre principalmente con los que tienen
un empleador, que no es su familiar, pese a que tienen una relación laboral y una edad que les
permitiría tener un contrato, no lo tienen, aunque sí el empleador les ha pedido la autorización
notarial de la madre y cuando en el colegio le solicitaron un documento que acreditara que trabaja
para poder hacer dos años en uno, el empleador le firmó un documento. El niño afirma que no le
hacen contrato porque al empleador no le conviene, en ese lugar de trabajo es el único que está en
esa condición, los demás son adultos y tienen contrato.
“Desde las seis de la mañana a las 10 de la mañana y de una a la tarde a las siete de la
tarde” (Niño 5).
“Mi jefe me hizo una guía diciendo que yo trabajaba ahí (…) Un papel como una factura
de despacho que dice que yo trabajo ahí (...) es que no me quieren hacer un contrato
porque no les conviene” (Niño 5).
RIESGOS/PROTECCIÓN:
Entre los riesgos que los niños/as plantean que se han visto expuestos por su trabajos, debido a que
varios trabajan en almacenes y/o realizan labores del hogar, se repite en los relatos que algunos han
sufrido daños como quemarse mientras cocinan o cortarse con la máquina para cortar el jamón.
“Una vez me corté el dedo con la máquina del chancho” (Niña 6)
“Hartas veces me he quemado cocinando” (Niña 7).
Sin embargo cabe destacar que en otros casos los niños/as afirman que no se ven expuestos a
estos riesgos porque hay un adulto a quien pueden recurrir para no realizar estas labores de riesgo.
Identifican que les puede hacer daño y sus familiares realizan este tipo de tareas por ellos, por lo
que cuentan con un adulto como factor protector dentro de sus trabajos, quedando más expuestos
quienes no cuentan con ello.
“Mi mamá lo primero que me dice es que los trabajos peligrosos los hace ella. Yo con
suerte agarro las galletas y las paso. Mi abuelita tiene un almacén y ella corta chancho”
(Niña, focus 2).
Uno de los entrevistados que ha realizado trabajo en calle, cantando en las micros, plantea otra serie
de riesgos asociados a este trabajo, que tiene que ver con agresiones de parte de otros adultos y de
Carabineros.
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“Como yo trabajo en la calle, a mí se me han presentado las realidades más crudas,
hay cabros, competencia (…) a veces no te miran que tenís trece años y te echan, te
golpean, no ven que soy un cabro chico, que soy niño, te ven como uno más, te ven
como competencia. Te pegan, oh injusticia, como la de los carabineros. Por ejemplo, si
uno anduviera robando, está bien, te creo, pero uno no anda robando incluso”(Niño 3).
En este caso de trabajo en calle, el estar al margen de la ley es visto por el niño como algo que
tiene directa relación con los riesgos a los que se expone y manifiesta sufrir discriminación por esto,
además de malos tratos de parte de Carabineros. La calle como espacio de trabajo se configura como
un lugar de alto riesgo, un espacio en que estos niños se exponen constantemente a violencia que
es ejercida por adultos hacia ellos.
“Es un poco discriminado así no sé po y un tanto ilegal para ellos, los carabineros de
repente son pesados porque te quitan el tambor, el djembe, el tambor que nosotros
ocupábamos (…) Cuando son muy pesados te sacan un parte y te lo quitan, pero
algunas veces te lo rompen (...) yo no sé que razones habrá tenido el carabinero para
bajarnos de la micro, habernos esposado y más encima rompernos el djembé7. Después,
me acuerdo que estábamos cantando en Maipú, y nos vinieron a dejar a Puente Alto, y
nos soltó bien lejos de Puente Alto"(Niño 3).
Este es el único caso en que un niño reportó haber sufrido agresiones de parte de Carabineros,
pero el problema de la ilegalidad también fue planteado por otro niño que acompaña a su madre
trabajando en la feria, como “coleros”, al no tener patentes también el niño relata que eso significa
en reiteradas ocasiones tener dificultades con Carabineros.
Otro riesgo que se repite, tiene que ver con que los niños cargan cosas durante su trabajo, en algunos
casos de bastante peso, a pesar de que han escuchado que les puede hacer mal, no creen que esto
pueda ser cierto en el corto plazo, pero sí existe el temor de que cuando sean más grandes tengan
problemas en la espalda. En estos casos no aparecen adultos que impidan que los niños realicen
estas labores.
“Cuando esté más grande, cuando uno va creciendo. Yo le puedo decir que ahora no
tengo ni un dolor en el cuerpo, pero después cuando uno es grande le vienen todos. Yo
lo máximo que me he echado es 120 kilos- de repente hay algunas cosas muy pesadas
y otras muy livianas” (Niño 1).
“Dicen que tomar cosas pesadas para mi edad me puede hacer quedar muy chico. Yo
creo que es verdad pero yo digo que da lo mismo” (Niño 2).
Los niños/as diferencian también entre los tipos de trabajo, considerando algunos más fáciles o de
menor riesgo. En este sentido ellos también comprenden que hay una diversidad de trabajos y que
en ese sentido “la heterogeneidad de oficios y condiciones laborales no permite generalizar efectos
perniciosos en todas las experiencias de trabajo” (Rojas; 2001: p.6). Sin embargo, como este estudio
se focalizó en niños/as cuyos trabajos son “peligrosos” ya sea por la naturaleza o por las condiciones
de trabajo, en la mayoría de ellos se observan riesgos como los antes mencionados o dificultades
en el ejercicio del derecho a la educación y en el de la recreación, debido a sus extensas jornadas
laborales.
Instrumento musical
7
37
PAGO
La mayoría de los entrevistados trabajaba con sus padres, algunos recibían pagos y otros no, entre
quienes no reciben pago, algunos manifiestan que trabajan para colaborar con sus familias porque
falta dinero y que no tendría sentido que les cobraran a sus padres. Otros manifiestan que no reciben
pago, pero que sus padres les dan lo que necesitan cuando ellos les piden, otorgándoles por ejemplo
dinero cuando van el colegio, esto es siempre en montos diarios pequeños que no supera los mil
pesos.
“Le pido plata a mi papá cuando quiero, porque yo igual trabajo, y no le digo nada, o
sea no le digo que me pasen plata, porque no es necesario en este momento y quiero
que mi papá salga de sus deudas” (Niño 2).
Los niños/as que reciben dinero a cambio de su trabajo, la mayoría aporta a la casa, ya sea entregando
parte de sus ingresos, o comprando cosas para el hogar o de manera indirecta al hacerse cargo de
sus gastos hacen que sus padres tengan menos gastos.
“Lo que se gana se va a la casa, cuando trabajan para terceros ellos sí reciben dinero
y también aportan para la casa, pero también para cubrir sus necesidades, a veces
lo ocupan en recreación o cargan el celular, que son cosas más personales” (Focus
educadores).
“Trato de ver en mi casa, llevar monedas pa mi casa, darle plata a mi vieja, salgo con mis
hermanos, me compro ropa, desodorante, cosas pal colegio” (Niño 2)
Además se plantea que a los niños/as les pagan menos por ser niños/as, que hay un aprovechamiento
en ese sentido de parte de los empleadores, de los que no son familiares.
“Donde yo trabajo hay varios niños que trabajan en restoranes de comida rápida que
tienen 14 años y les pagan 20 mil pesos todas las semanas y les sacan la cresta (…)Es
que abusan de la inmadurez del niño ” (Focus 1)
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4.3. VALORACIONES
Entre lo que destacan como positivo los niños/as de su trabajo, por un lado está la posibilidad de
poder ayudar a la familia, que como mencionamos anteriormente tiene que ver con las condiciones
socioeconómicas de sus familias, las necesidades que ellos observan y la valoración que ellos
otorgan a poder colaborar en sus hogares. Incluso el colaborar con el hogar es valorado por sobre
otro tipo de actividades vinculadas al deporte y la recreación.
“El valor que tengo yo es de poder apoyar a mi madre, ese es un valor bien fundamental
de ayudar en la casa, de darle a mis hermanos, esos valores tengo yo presente” (Niño 3)
“Yo encuentro que andar en bicicleta es pérdida de tiempo, mejor ayudo a mi papá”
(Niño 2)
Otro aspecto apreciado por los niños/as tiene que ver con la independencia, con el poder solucionar
ellos mismos algunas de sus necesidades, sin tener que recurrir a sus padres y poder elegir ellos los
bienes que adquieren. Se valora el aprender a hacer ellos mismos las cosas. Hay una valoración
social del trabajo en el sentido de que los niños/as consideran que lo que hacen sirve, es útil para
los demás, “la función de utilidad que los niños, niñas y jóvenes trabajadores atribuyen al trabajo se
manifiesta en la medida que consideran que la actividad que ellos y ellas desarrollan es útil para la
gente o los clientes. En este sentido, conciben el trabajo como algo que reporta beneficios no sólo
para ellos y ellas, sino que también para los demás, observándose, aunque de manera incipiente, un
reconocimiento del valor social del trabajo” (Terra; 2008:p140).
“Me gusta trabajar, sentirme útil, sentirme realizado, me gusta notar que sirvo para algo.
Realizado en el sentido de que puedo ayudar cosas y contribuir a mi familia”.
La importancia que le dan los niños/as a la independencia que otorga el generar ingresos con su
trabajo, también ha sido abordada por Manfred Libel quien relaciona este aspecto no sólo con el
manejo de dinero sino que también con las distintas situaciones que enfrentan por el hecho de
trabajar . “La experiencia del trabajo les da una independencia más temprana no sólo en el sentido
de que les permite disponer de dinero (ya que esto únicamente es válido para una parte de los niños
trabajadores), sino también porque se vuelven más ágiles y hábiles, más aptos para defenderse
en situaciones difíciles. Mediante el trabajo los niños aportan para la sobrevivencia y tienen la
oportunidad de sentirse capaces y productivos” (Liebel, 2000: p.133).
Además niños y niñas relevan los aprendizajes que adquieren en el trabajo, entre quienes trabajan
en rubros vinculados a la venta, se repite el que adquieren mayor habilidad para las matemáticas. En
otros se resalta el poder aprender a hacer las cosas de las casa, ya que plantean que este aprendizaje
les servirá para cuando sean más grandes. También mencionan el aprender a relacionarse de otra
forma con los adultos, incluso señalan que les ha servido para aprender a hablar mejor.
“Me gusta atender, es bacán. Más encima aprendís más sobre matemáticas, como sacar
cálculos y todas esas cosas” (Niño 2).
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Otro aprendizaje que identifican quienes trabajan en rubros de venta y atención, es lo que tiene que
ver con el lenguaje, señalan que aprenden a hablar mejor por estar atendiendo clientes y que esto
les serviría para poder desenvolverse mejor en el futuro, por ejemplo en una entrevista laboral. En
esto se puede destacar el trabajo como un “espacio de socialización para los niños, niñas y jóvenes,
donde aprenden a vincularse y relacionarse con otros (otros niños y niñas trabajadores, adultos,
clientes, jefes, etc.) desde su condición de trabajadores” (Terra: 2008; p136)
“Uno atendiendo aprende más cosas (…) aparte aprendí a hablar también (…) Porque si
uno habla mal no creo que quieren comprarte (…) Igual, cuando uno va a una entrevista
de trabajo, y uno habla mal, no lo dejan” (Focus 1)
En el caso de quienes tienen que cuidar a sus hermanos menores, algunos afirman que les gusta estar
con ellos, que han podido pasar harto tiempo con ellos y también que les gusta cuidar niños/as más
pequeños.
“Me gusta que igual estoy en la casa cuidándolo, igual es mi hermano e igual he estado
harto tiempo con él” (Focus 2)
Hay niños/as que también ven en el trabajo una mejor alternativa a lo que observan en sus
barrios, creen que el trabajo los ha protegido de vincularse a situaciones de riesgo que ven en sus
alrededores. El espacio público, no es visualizado como un lugar de encuentro, de participación o
de sociabilización, la calle tiene una carga más bien negativa, asociada a riesgos que quieren evitar.
“Me quitó de las juntas que tenía antes. Me juntaba con unos cabros chicos que se
juntaban en las esquinas con palos, entonces, la pega me alejó de ellos” (Niño 5)
“Yo paso ocupada, hay otras que por estar desocupadas salen a la calle, eso no es
bueno” (Niña 4)
También hay cosas que a los niños no les gustan de su trabajo o del hecho de trabajar, como
mencionamos anteriormente, en algunos casos en que las jornadas son muy extensas, queda poco
tiempo para que los niños/as estudien y realicen otro tipo de actividades. Entre quienes entrevistamos,
fueron las niñas quienes expresaron sentirse con más limitaciones, los niños lograban tener más
espacios para realizar otras actividades. Aunque los niños/as explican que la relación que se tenga
con quien se trabaja y el tipo de trabajo influye mucho en la posibilidad de acomodar los tiempos
para poder hacer otras cosas.
“No tengo mucho tiempo para mí. Por eso de repente no estudio porque tengo que estar
ayudando a mi mamá. No tengo tiempo para estudiar, según mi mamá, tengo tiempo,
pero no tengo porque de repente cuando hay que concentrarse en la materia, cuando
voy a estudiar, suena “aló”, y tengo que ir a atender” (Niña 6).
“Lo malo del trabajo de fletero es el horario relativo que se requiere” (Focus 3)
40
En cuanto al trabajo infantil, los niños/as destacan que el trabajo no es malo en sí, a diferencia de
delitos como robar o las drogas.
Otros plantean que si bien trabajar no es malo, también es importante que tengan tiempo para ellos
mismos y para estudiar, en ese sentido se recalca que los niños/as deben poder hacer otras cosas
además de trabajar.
“¿Sabe lo que hace mal? La droga, cogotear, delinquir, cualquier trabajo honrado no es
malo” (Niño 1).
“Los niños trabajan porque a todos nos gusta ayudar a los papás” (Niño3)
“No es malo trabajar, pero igual sería bueno trabajar y tener tiempo para uno para
estudiar y para uno” (Niña 6)
Otros exponen directamente que los niños/as no deberían trabajar y que no les gustaría que sus hijos
trabajaran, porque les gustaría que ellos pudieran disfrutar más que lo que han podido ellos, porque
por trabajar han perdido espacios de recreación y también han tenido menos tiempo para estudiar
o para descansar. Sobre todo se destaca que los niños menores de 15 años no deberían trabajar, que
es la misma edad que la Ley fija como límite para permitir el trabajo.
“Si mis hijos trabajaran me parecería fome, mal. Me gustaría que ese tiempo lo usaran en
estudiar y ver tele, recreacional, porque igual me ha pasado que me pierdo recreamiento
por salir a trabajar, fiestas o cosas familiares” (Niño 3).
“Es bueno que los niños sepan lo que significa trabajar, pero malo porque a veces yo
creo que no quieren trabajar y quieren sentarse y descansar” (Niña 6).
“A mi me gustaría que no todos los niños de 10 a 14 años trabajaran porque ahí
empiezan a agarrarle el gustito a la plata. Y al contrario, me da lo mismo los cabros de
15 en adelante que empiecen a trabajar porque a esa edad ya estay consciente de lo que
haces, pero un niño de 10 años se va a ir solamente por la plata “(focus1)
También se menciona el aspecto obligatorio del trabajo, señalan que a algunos niños/as los padres
lo obligan y eso no está bien, porque aunque los padres a veces requieren de la ayuda de sus hijos,
los niños/as deben poder decidir si quieren trabajar o no.
“Trabajan para ayudar a sus papás igual que yo o los obligan. Yo creo que los obligan sus
papás, porque a veces no quieren y sus papás no quieren, y tus papás sí quieren pero
también la forma que se lo pide el papá importa. Los niños también tienen derecho a
decirles que no y que sí” (Niña 4).
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Por todo lo señalado, pese a la valoración positiva que realiza la mayoría de los niños/as, surge la
preocupación de las limitantes y los riesgos que ellos mismos relatan, el escaso tiempo que tienen
para hacer otras actividades, para jugar y para estudiar. Los niños/as que se encuentran en esta
situación, dado su trabajo y las condiciones socioeconómicas en las que viven hay varios derechos
que no pueden ejercer de manera plena, pero hay tres derechos en los que a lo largo de este estudio
resulta más clara su vulneración, el derecho señalado en el artículo número 32 de la Convención de
Derechos del Niño, que señala:
“Los Estados Partes reconocen el derecho del niño a estar protegido contra la explotación económica
y contra el desempeño de cualquier trabajo que pueda ser peligroso o entorpecer su educación, o
que sea nocivo para su salud o para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social”.
Como se explicó anteriormente debido al escaso tiempo disponible que tienen los niños/as pero
también por disponer de pocos recursos económicos, se vulnera su derecho “al descanso y el
esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente
en la vida cultural y en las artes” del artículo 31 de la Convención.
Y finalmente el derecho a la educación del niño/a se ve mermado, por las inasistencias en las que
debe incurrir y porque no puede disfrutar del de manera plena ya que frecuentemente se encuentra
cansado y dispone además de poco tiempo para estudiar y hacer tareas escolares.
4.4. PROPUESTAS DE DISTINTOS ACTORES
Para generar propuestas para una intervención social que aborde el trabajo infantil peligroso, se
consultó a los niños, niñas y adolescentes que participaron de este estudio, a educadores y encargados
del Programa Comunitario de Apoyo y Acogida a Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores y a tres
profesionales que han trabajado en la temática desde distintas instituciones. En las próximas páginas
se presentarán algunas de las propuestas que se realizaron en distintos ámbitos.
POBREZA, DESIGUALDAD Y PRECARIEDAD DEL EMPLEO
Con respecto al trabajo infantil y las acciones que se podrían llevar a cabo para un mejor bienestar
de los niños/as, se hacen distintas propuestas, en ellas los niños/as dan cuenta de la necesidad de
cambios de gran envergadura, que dicen relación con las causas estructurales de este problema, con
la desigualdad y la pobreza. Esto se ve cuando los niños señalan que se requiere que mejoren los
sueldos de sus padres, plantean que los adultos tienen que obtener sueldos dignos, que hay un abuso
en este tema. Además se plantea que la educación debe ser gratuita y de calidad. También se señala
que se tendrían que subir los impuestos a quienes tienen mayores ingresos. Con respecto a medidas
para contrarrestar la situación socioeconómica de las familias proponen que se complementen las
becas con ayudas económicas a las familias, varios coinciden en que se les deberían entregar bonos
a las familias.
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“Subir los sueldos, porque igual hay trabajos que pagan poco, se aprovechan de repente
de que necesitan la plata” (Niña 6)
“Ayudaría a las familias elevaría los impuestos, los que ganan más platas deberían pagar
más, el famoso bono marzo, implementarlo más veces en el año, cosas así. Que la
educación sea gratuita y de calidad (...) Complementar más las becas, por cada niño
que estudie reciban un bono las familias, que complemente las cosas básicas” (Niño 3)
“Subiría los sueldos para que fueran dignos de verdad, no subiría las otras cosas porque
siempre suben más, o sea: sube el gas, sube la bencina, entonces es peor” (Niños/as
Focus 1).
Los niños/as plantean con claridad que sus padres tienen un empleo precario y que requieren no
sólo de más ingresos para mejorar su bienestar, sino que también es necesario que trabajen menos
horas, para que así puedan disponer de más tiempo para hacer otras cosas como compartir con sus
hijos.
“Mejorar las condiciones de los trabajos, menos horas y mejores sueldos, mejoraría el
tiempo en la familia” ( Focus Niños/as)
Con respecto a la situación socioeconómica de las familias, que influye directamente en el trabajo
infantil ya que “la pobreza implica que los niños estén más expuestos a ser explotados y a que se
violen sus derechos” (Liebel y Martínez, 2009, p 282). Los profesionales que han trabajado en este
tema, coinciden en que resulta necesario que las familias reciban beneficios del estado y que por lo
tanto es importante vincularlos a los distintos programas sociales que existen.
“Se necesita la capacidad de hacer el link entre los programas sociales de gobierno, que
operan a través de los municipios, como la ficha del protección social, la incorporación
al programa de ingreso ético, porque de esa manera uno puede generarle ingresos si es
que la causal principal está asociada a un tema de subsistencia” (Profesional Sename).
Para lograr esto se hace fundamental el trabajo en red, hay consenso en relación a que el trabajo
aislado no logra impacto y que se hace indispensable que la intervención contemple el trabajo en
red. Tanto para facilitar el acceso a la oferta pública como para también poder articular las distintas
instancias que hay a nivel local.
“Podemos tener la institución, y los recursos para interrumpir con toda la motivación para
interrumpir esta vulneración pero tenemos un contexto que tiene que ver con la cultura,
con los mitos y con los organismos que prestan los servicios, entonces no podemos pensar
en una intervención con el niño y la familia y dejar este contexto tranquilo. Nosotros con
una intervención tenemos que impactar en el contexto, y con una intervención en el
contexto también tenemos que impactar a la familia”. (Profesional Sename)
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También con respecto a los programas sociales estatales, se señala que sería importante que éstos
contemplen el tema del trabajo infantil, que lo incluyan en su intervención.
“Las familias de los niños son sujetos o ya están inscritos en programas sociales que
deberían incorporar un componente sobre el trabajo infantil, no como condicionante
para si yo debo ponerlo en un programa social, sino como un contenido de lo que se da
a esas familias: se les da acompañamiento salud, reproductivo y social, productivo, para
combatir la violencia familiar, pero no se le da acompañamiento para el rol de la familia
y las relaciones internas” (Profesional OIT).
En la misma línea de la necesidad de articular los distintos programas a favor de los niños/as, se
propone una ley de protección a la infancia porque las intervenciones y los programas no están
articulados y eso genera un problema de sobre intervención que termina perjudicando a los niños/
as.
“Es importante una ley que asegure las políticas protectoras de la infancia y que sea más
integral, que articule todas las políticas públicas de la niñez y que sean intervenciones
más integrales sin perder recursos ni sobre intervenir, respetar los procesos de los niños,
porque hay muchos niños dañados” (Focus educadores).
MEJORAR LAS CONDICIONES DE TRABAJO DE LOS NIÑOS/AS
Con respecto a las condiciones de trabajo niños y niñas plantean la necesidad de ciertas regulaciones,
señalan por ejemplo que se debería limitar la cantidad de horas que los niños/as trabajan, para así
asegurar que tengan el tiempo suficiente para otras actividades y también para descansar. Señalan
que es importante que exista un buen trato hacia ellos, que les paguen, que se respeten los plazos y
los horarios y que tengan contrato.
“Yo mediría la hora, porque igual hay personas que trabajan harto llegan del colegio y
trabajan (…) deberían ser 4 horas a la semana para que tengan tiempo para trabajar y
estudiar” (Niña 6)
Los niños hacen diferencia con respecto al trabajo infantil en cuanto a los que tienen menos de 15
años, la mayoría está de acuerdo con que ellos no tienen que trabajar porque son muy pequeños y
consideran que es mejor que jueguen y estudien, pero también porque consideran que se aprovechan
de ellos y les pagan muy poco. Algunos creen que a ellos solo se les debería permitir trabajar con
familiares, quienes creen que no deben trabajar, consideran que para esto le tendrían que entregar
un bono a la familia, de manera que se compense el ingreso que no estarían percibiendo por el
trabajo del niño/a.
“Una ley, No se poh que a los niños que pillaran trabajando a los 14 años fueran donde
los papás e hicieran algo y le dieran un bono por cada niño. Por ejemplo si no trabaja
un niño de esa edad no ayuda al papá y el papá pierde esa ayuda. Debería ser un bono
de 10 lucas” (Focus 1)
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LA FAMILIA
Existe consenso con respecto a la necesidad de que la intervención incorpore a las familias, que se
aborde el trabajo infantil peligroso con ellas y que resulta insuficiente centrarse sólo en los niños/
as ya que el rol de las familias es fundamental, no se puede cambiar la situación de los niños/as sin
incluir a las familias.
“Integrar tal vez una intervención más sistémica que involucre más a las familias, se puede
dar la opción a los chiquillos de una intervención en conjunto, o a los niños primeros,
con los papás o todos juntos, pero comenzar de a poco involucrar a las familias en los
procesos de intervención, no sacamos nada con trabajar con los niños si los problemas
siguen en la casa” (Focus educadores)
También con respecto a las familias los niños/as plantean que se haga una intervención con los padres
para que se reduzcan las horas de trabajo de los niños/as, para que ellos comprendan la importancia
que tiene que los niños/as tengan tiempo para otras cosas, especialmente para estudiar. Los niños/as
también relevan a los padres como actores que inciden directamente en sus condiciones de trabajo.
“Que nuestros padres se pongan en nuestros puestos y entiendan que uno no es una
máquina de trabajar y solo es un niño que tiene que estudiar”. (focus 1)
“Hablar con los papás, los trabajos peligrosos dependen de los papás. Con tal que lo
manden los papás uno va igual” (focus niños)
En relación a este tema los profesionales de otras instituciones también afirman que es fundamental
trabajar con la familia, trabajar en el vínculo que existe, trabajar con ellos como garantes de derechos,
como agentes protectores, para poder así mejorar la situación de los niños/as. El rol de protección de
las familias resulta indispensable en el trabajo infantil peligroso, ya que es fundamental trabajar con
ellos para que los niños/as puedan dejar de estar expuestos a diferentes riesgos.
“Lo primero que necesito es que esa familia se reconozca como un espacio protector,
no es un espacio productor, que tiene que velar primero por asegurar las mejores
condiciones de desarrollo de los más pequeños y después discuto el tema cómo decido
si yo trabajo o no. Ahí hay algunas herramientas que han circulado, en Colombia, Perú,
sobre el rol familiar, tanto como vínculo protector como un espacio donde se reflexiona
y se toma una decisión sostenida de si el niño se vincula al trabajo infantil” (Profesional
OIT)
Se plantea además que la intervención no necesariamente tiene que ser solo con familias de niños y
niñas que trabajan, ya que la prevención es fundamental y para esto se debe incluir familias con y sin
trabajo infantil, lo importante sería llegar a la comunidad con esta temática, además el hecho de que
las familias compartan sus experiencias puede permitir visibilizar o generar otras alternativas a partir
de las vivencias de las diferentes familias. Resulta fundamental el trabajo con los distintos actores
en la temática, ya que para avanzar en el bienestar de los niños/as y en sus derechos se requieren
cambios culturales.
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“No es necesario que haya un niño trabajador para abordar el tema, esta familia también
forma ese niño y ese niño también va a tener familias, entonces es una labor preventiva
En las familias donde existe un niño trabajador hay que trabajar con la familia, con
la comunidad, con la escuela, con los proyectos, que son los ambulatorios como los
llama Sename, para ir previniendo y fortaleciendo porque esto no se resuelve sólo con
prestaciones monetarias sino que tiene que ver con un factor cultural” (Especialista en
trabajo infantil)
LA COMUNIDAD
Por lo que mencionó anteriormente surge como relevante el eje comunitario a la hora de intervenir,
se visualiza como un lugar que requiere de intervención, tanto para la prevención como para la
búsqueda de alternativas que den solución a problemas. La comunidad aparece además como un
actor relevante para velar por los derechos de niños y niñas, sobre todo en el contexto de un trabajo
peligroso. El impacto de la intervención al articularse con otros actores locales podría ser mayor.
“No podemos seguir teniendo intervenciones específicas por temas específicos, si yo
no veo el trabajo infantil a la luz de los derechos. A nivel local, hay que incorporar
a las comunidades, cuando tengo un trabajo en red, como el Chile Crece Contigo,
invitan a las comunidades, a las policías, a los carabineros, a las señoras del negocio, del
supermercado, tratar de hacer reflexión sobre el tema, no sólo del trabajo infantil, sino
que cómo garantizamos la totalidad de los derechos de los niños (…) Tiene que haber
una mirada más integral que no solo sea exclusiva de una intervención para sacar a los
niños en forma progresiva y sistemática del trabajo infantil, sino sacarlos de todo lo que
rodea, con una comunidad que protege, a una señora que va pasando por la calle se
preocupe si ve a un niño vecino que esté vendiendo en la pesca” (Especialista en trabajo
infantil).
También en lo comunitario se ve la posibilidad de encontrar respuestas a necesidades como la del
cuidado de los niños/as mientras los padres trabajan, para que esta responsabilidad no recaiga en los
hermanos mayores. En algunos casos se señalan alternativas como que sea a través de una junta de
vecinos u otra organización y que reciban aporte municipal y en otros se propone que la comunidad
se organice para el cuidado de los niños/as.
“Crear espacios comunitarios para cuidar a los niños y así que los adultos puedan
trabajar” (Focus educadores).
“Yo apostaría por recuperar confianzas y ocupar nuestras redes o utilizar espacios locales
de vecinas que me puedan recibir a mis hijos, yo aporto lo que consumen los niños.
Yo creo que hay que recuperar el tema de lazo y generación de redes de vecinos”.
(Especialista en trabajo infantil ).
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Los niños/as y adolescentes proponen que en el espacio comunitario se puede visibilizar el trabajo
infantil compartiendo con otros niños/as sus experiencias, plantean que en la comunidad se pueden
generar alternativas de espacios recreativos y que al participar de esas instancias también pueden
disminuir sus horas de trabajo. Y también señalan que es importante visibilizar ante distintas
organizaciones como las juntas de vecinos o las iglesias puesto que creen que ellos pueden ayudar,
pese a que algunos piensan que la comunidad actualmente no es un espacio en que se genere
mucha solidaridad, también se plantea la posibilidad de hacer algunos cambios y que por ejemplo
se generen más talleres.
“La comunidad no se ayuda, todos piensan en sí, en sus familias, a lo más se puede llegar
a una colecta, por donde yo vivo cada una vive su vida, lo único que pueden ayudar es
cuando uno está enfermo”.
“Podrían haber más espacio recreativos, eso puede hacer que se trabaje menos” (Niños/
as focus)
“Si hubiera un taller de grafitis(…) Más oportunidades recreativas, taller de fútbol, bailar
zumba, cortar el pelo” (Niños focus).
“Si se busca la unidad con las iglesias y con todos, se puede ayudar más a la comunidad”
(Niños/as focus)
LA ESCUELA
Con respecto al rol de la escuela, ésta es vista como un actor relevante a considerar en una
intervención social en esta materia, principalmente en cuanto a la detección y derivación de casos.
Resulta necesario que visibilicen la temática, porque se observa una dificultad en esto debido a que
las escuelas están sobre-intervenidas y atravesadas por múltiples problemáticas, por lo que en ese
contexto la escuela puede no ver el trabajo infantil como un tema relevante.
“Integrarlos al proceso de una intervención para que pesquisen los casos y después
derivarlos. Primero que todo con una entrega más rigurosa de lo que es el trabajo
infantil, con más profundidad, o una capacitación a los profesores para hacer visible el
tema, en las clases de orientación, dar a conocer la problemática en los colegios que no
se le da importancia, dentro de la problemática el trabajo infantil no se considera como
tan importante” (Focus Educadores)
Otra razón por la que se indica como importante trabajar con las escuelas el tema del trabajo
infantil, es que eso podría significar que se dé una relación distinta con los niños/as que trabajan, ya
sea por mayor preocupación y/o que sean más comprensivos con algunas situaciones, como que un
niño/a llegue cansado a la escuela.
“Una sensibilidad a la realidad que pasan nuestros niños, si saben que hay niños que
trabajan de noche les den facilidades. Yo tenía chiquillos que llegaban a las ocho, pero
les daba la opción de dormir una hora en el colegio porque se quedaba dormido” (Focus
Educadores).
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Por otro lado se plantea que en los sectores agrícolas se ha naturalizado el trabajo de niños/as y que
esto ha ido en desmedro de sus procesos educativos, lo cual habría que trabajar a nivel local.
“En las escuelas han naturalizado el trabajo agrícola, los niños se van de la escuela en
septiembre y vuelven en marzo, y le cierran igual el año escolar. Son niños pobres y por
qué lo tenemos tan instalado, ¿porque el trabajo dignifica? Estamos hablando de nuestro
Ministerio de Educación, y eso no solo implica tener normativas nacionales sino a nivel
local, dependiendo de las características de las localidades” (Ex profesional Unicef)
Otra iniciativa en este ámbito tiene que ver con los liceos técnicos, en los cuales los niños/as
empiezan a insertarse en el mundo laboral y se observa como necesario el poder acompañarlos en
este proceso y también informarlos con respecto a las leyes y normas para que puedan velar por sus
derechos.
“Poder ir y acompañarlos, que sea más abierta no sólo con los colegios con los que
estamos trabajando. Hay liceos técnicos, que es donde detectamos más trabajo infantil,
hacer talles de emprendimiento juvenil, capacitaciones de ley laboral, porque los niños
ya están saliendo al mercado, con 16 y 17 años están haciendo práctica, están así como
entre lo escolar y laboral, pero ellos deben tener claro cuáles son las leyes laborales”
(Focus educadores).
Dado que los niños/as presentan dificultades en su asistencia y rendimiento lo que en muchos casos
genera que tengan que repetir el año escolar, la escuela resulta un actor importante en el trabajo
infantil, por cuanto la educación formal e informal son necesarias para la mejora de las condiciones
de vida de los niños y niñas.
MUNICIPIO
En el ámbito local otro actor que se ve muy relevante en cuanto a la articulación entre programas
y al trabajo comunitario es el municipio, sería fundamental para abordar el trabajo infantil que el
municipio tome un rol importante y que se visibilice el trabajo infantil a nivel local. Esto permitiría
además que se generen acciones desde y con el municipio.
“Veo un interesante, un positivo rol desde los municipios, desde los municipios si ellos
tienen incorporados en sus Pladecos una política de infancia en que no solamente sea
capaz sólo de mirar la prevención del abuso o la celebración del Día del Niño, sino que
también sea capaz de tener un diagnóstico respecto de esa población involucrada de
trabajo infantil y sea capaz de generar unas acciones, cómo en esa comuna las escuelas
están capacitadas para detectar trabajo infantil”. (Sename)
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LA RESTITUCIÓN DE DERECHOS
Desde los profesionales que trabajan la temática, se plantea la necesidad de abordar el trabajo
infantil desde el enfoque de derechos y que por lo tanto la intervención identifique los derechos que
están siendo vulnerados y lo primero que se haga es restituir esos derechos, eso sería lo primero en
un proceso de erradicación del trabajo.
“Hacia la erradicación yo llego con medidas de protección básicas y la restitución de
una serie de derechos que como país decido cuáles son los principales. Un niño que
trabaja lo que tiene es un conjunto de derechos vulnerados entonces la erradicación
comenzará por identificar la situación y restablecer esos derechos” (Profesional OIT) .
En este sentido siempre se relaciona el trabajo infantil con la educación, debido al impacto que éste
puede tener, principalmente en cuanto a la asistencia y al rendimiento escolar. Pero el trabajo de
niños y niñas en jornadas extensas también repercute directamente en sus posibilidades de ejercer
su derecho al juego y a la recreación. En este tema los niños y niñas se refieren al Programa de
Apoyo y Acogida a Niños y Niñas Trabajadores, valorando el espacio como un lugar de recreación
y de encuentro, de confianza y evidenciando que es uno de los escasos momentos de recreación
que tienen. Debido a que, por las condiciones de trabajo de los niños/as entrevistados, que implican
extensas jornadas, esto les significa tener pocos espacios de recreación y por los pocos recursos
económicos de las familias, no tienen la posibilidad de acceder a muchos lugares fuera de sus
barrios, por ello hay una alta valoración a los paseos y plantean que quieren tener la posibilidad
de realizar de manera más seguida estas actividades. Para ellos resulta importante conocer lugares
nuevos, a otras personas y también la oportunidad de conversar con sus pares y estar con adultos
que los escuchen y consideren su opinión.
“Que hagan mas paseos, porque hacen paseos como cada seis meses. Así como no se
poh, un paseo cada dos meses poh (…) Pa recrearte poh, conocer gente nueva, pasarlo
bien y olvidarse de la pega (…) deberían entre todos los grupos tener como un negocio
y que ese negocio nos financiara todos los paseos” (Focus niños/as 1)
En el trabajo peligroso de niños y niñas resulta fundamental el tema de los riesgos, durante las
entrevistas y los focus group fue posible observar que en algunos casos los niños/as contaban con
algún adulto que los protegiera de no realizar trabajos peligrosos, pero otros niños/as no y esto
implicaba que a veces se hicieran daño accidentalmente. Por ello resulta fundamental abordar este
tema tanto con los niños/as como con las familias, para ello resulta necesario además de poder
transmitir con claridad los riesgos a corto y largo plazo de las distintas actividades que realizan los
niños/as en su trabajo e ir construyendo con ellos y sus familias estos conocimientos.
“Los riesgos son subjetivos y vas a una comunidad indígena y te dicen subirse a los
machetes no es riesgo y te dicen: toda la vida lo he hecho, entonces ir con el discurso
del riesgo es difícil. Lo que sí funciona es construir lo del riesgo con la gente. Si el
indicador de la intervención es reducir trabajo infantil porque a) actividades son menor
riesgosas; niño reduce cantidad de horas; se modifica jornada; indicadores como esos,
que es una primera etapa del trabajo infantil, deberían ser consensuados con el grupo
de intervención porque o si no va a hablarle a gente de lo que no considera un riesgo y
uno termina hablando en vano” (Profesional OIT)
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5. PROPUESTAS PARA LA INTERVENCIÓN SOCIAL EN TRABAJO INFANTIL PELIGROSO
De acuerdo a todos los antecedentes planteados se comprende que el trabajo infantil responde a
causas estructurales, que tienen que ver con un modelo económico que genera pobreza, desigualdad
y exclusión social. Las familias y los niños/as se ven en la necesidad de trabajar debido a la
precariedad de los trabajos de los adultos y a la falta de alternativas para responder ante necesidades
como el cuidado de enfermos o de niños/as más pequeños. Según la Encuesta de Caracterización
Socioeconómica en Chile el 14,4% de entre quienes tienen entre 0 y 18 años viven en situación de
pobreza, entre quienes tienen de 14 a 17 años esta cifra es aún mayor, llegando a un 20,1% y en
el rango de 6 a 13 años alcanza el 23,6% (Ministerio de Desarrollo Social), el trabajo para muchas
familias es una forma de combatir la pobreza, la erradicación del trabajo infantil por lo tanto requiere
de transformaciones sociales. Sin embargo, se requieren acciones que permitan mejorar la situación
actual de niños/as trabajadores, especialmente quienes realizan trabajo peligroso por los riesgos y
efectos que esto implica para ellos, por la vulneración de derechos a la que quedan expuestos.
A la hora de la intervención, resulta necesario hacer una distinción entre niños/as y adolescentes,
en el caso de estos últimos, la ley establece que a partir de los 15 años pueden trabajar bajo ciertas
condiciones por lo cual la intervención estará orientada a que los adolescentes estén en un trabajo
protegido y potenciar que puedan ejercer sus otros derechos. En el caso de quienes tienen de 14 o
menos años, como entendemos que no es posible que estos niños/as dejen de trabajar de manera
inmediata, consideramos que la intervención debe buscar primero que el niño/a deje de estar en
riesgo, para lo cual según el caso se requerirá de distintas modificaciones del trabajo que realiza,
cambiando las condiciones laborales o desarrollando otro tipo de funciones.
Por todo lo anteriormente planteado, se considera que una intervención social con niños y niñas en
trabajo peligroso debe centrarse además de en el/la niño/a trabajador, en el ámbito comunitario y
familiar. Es importante también recordar que la intervención social con enfoque de derechos implica
reconocer al niño/a como sujeto social y por lo tanto “éstos pasan a ser parte constitutiva del tejido
social y cultural del cual forman parte, por ende se les asume como sujetos activos, públicos, parte
de un colectivo. De esta manera deben dejar de ser vistos como víctimas indefensas del destino,
constituyéndose en sujetos capaces de proponer soluciones a las situaciones de vulneración en que
viven, donde pueden y deben tomar parte en la toma de decisiones que les afectan a ellos y a las
comunidades” (Valverde, 2008, 99).
Por esto el niño/a debe ser un actor partícipe de la intervención, es con él y con la familia con los
que se deben construir los planes de intervención. La realidad del trabajo infantil peligroso es diversa
y por ello entendemos que se requieren intervenciones que puedan adaptarse a las particularidades
de los niños/as, sus familias y los territorios en los que habitan. Sin embargo hay ciertos elementos
que pueden orientar la intervención en cada ámbito.
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ENFOQUE DE DERECHOS
Comunidad
Familia
NNATS
Trabajo en Red
NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES:
Para velar siempre por sus derechos se requiere ir detectando cuales están siendo vulnerados y
restituirlos, para ello es importante que en una primera etapa se realice una evaluación del estado de
estos derechos, para luego realizar un plan de acción en conjunto con ellos con el objetivo de avanzar
en el ejercicio pleno de ellos a través de intervenciones individuales que vayan acompañando el
proceso del/a niño/a, sobre todo en casos más complejos en que se requiere por ejemplo de manera
urgente que los niños/as salgan de determinado riesgo. Durante la primera etapa el objetivo es que
los niños/as salgan del riesgo en que se encuentran, para esto será fundamental que la construcción
del diagnóstico se haga con los niños/as y con las familias y junto con ellos se identifiquen los riesgos
a superar. Con los adolescentes también se buscará reducir riesgos, que se cumpla lo establecido
por la ley en el sentido de que quienes tienen 15 o más años deben tener contrato, para esto de
ser necesario también se trabajará con el empleador. En una segunda etapa se buscará avanzar
en el pleno ejercicio de los derechos afectados, mediante la articulación con diversas redes que
favorezcan la mejora de las condiciones de los niños/as y sus familias. Para ambas etapas además
de las intervenciones individuales en que los profesionales hacen un acompañamiento a niños/
as, adolescentes y sus familias, también se requieren intervenciones grupales, la experiencia en
trabajo infantil ha mostrado que en algunos casos los niños/as que trabajan muchas horas no pueden
participar de los espacios grupales, por lo que el acompañamiento individual puede ser una forma
de comenzar la intervención, con miras a lograr que el niños/a posteriormente pueda incorporarse
a espacios grupales que favorezcan su desarrollo, en este sentido es importante potenciar la
participación de los niños/as en diferentes instancias y actividades de acuerdo a sus intereses.
Si los niños/as o adolescentes no pueden participar de los espacios grupales las intervenciones
individuales deben considerar esto, de modo que esos casos tengan mayor atención porque esto
puede responder a situaciones más complejas de trabajo y a nivel familiar, lo que requerirá de
mayores acciones.
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Mediante espacios grupales además se puede potenciar el ejercicio del derecho a la participación
y el derecho al juego y a la recreación, que frecuentemente son dejados de lado en estos contextos
y que son indispensables. Para estos niños/as y adolescentes debido al contexto socioeconómico
en que se encuentran resulta importante conocer lugares nuevos, a otras personas, conversar con
sus pares, tener espacios lúdicos y estar con adultos que los escuchen y consideren su opinión. Es
en estas instancias en las que además se potencia la participación protagónica que es un elemento
fundamental para la institución. En los espacios grupales al estar insertos en contextos comunitarios
se considera pertinente que también puedan participar niños y niñas que no estén en trabajo infantil
peligroso, puesto que como hemos explicado esto responde a problemas que afectan a gran parte de
la sociedad y por lo tanto es importante que en intervenciones que promueven el pleno ejercicio de
los desarrollos de niños y niñas que pueden estar en riesgo de trabajo infantil peligroso, de manera
de desarrollar una labor de prevención con ellos y porque el intercambio de distintas experiencias
entre los niños/as también puede enriquecer la intervención.
Con respecto a los adolescentes, además es necesario que en esta segunda etapa se considere una
formación vocacional y laboral, que les permita tener más herramientas para la etapa que están
enfrentando, para que tengan claro sus intereses y también conozcan las distintas oportunidades
disponibles y las implicancias de cada una. Por supuesto también se abordará con ellos sus derechos
como niños/as y como trabajadores.
Es importante también tener en cuenta que la intervención no termina al finalizar los planes de
acción individuales, haciendo reducido los riesgos y avanzado en los derechos. Incluso si los niños/
as y adolescentes dejan de trabajar es importante que exista un periodo de al menos un año en
que se monitoree con cierta frecuencia la situación del niño/a o adolescente, debido a que por
las situaciones de vulnerabilidad de la familia, es necesario estar alertas a que si las condiciones
económicas familiares se ven mermadas por algún cambio en la situación laboral o de salud o de
otra índole, esto indudablemente afectará al niño/a y adolescentes y es importante acompañar a la
familia para que las alternativas de mejora no pasen por actividades que nuevamente expongan a los
niños/as o adolescentes a actividades peligrosas.
LA FAMILIA:
La familia resulta fundamental en el proceso de intervención, ya que el trabajo infantil y adolescente
es una respuesta a una situación socioeconómica de la familia, pero además porque tanto en las
entrevistas como en los focus group niños/as y adolescentes señalaron en algunos casos que son
personas de la familia quienes los protegen en actividades de riesgo cuando están presentes y en otros
casos quienes tenían una mala relación con la familia tenían mayores dificultades para tener tiempo
para actividades recreativas, para descanso y para los estudios. Por eso se debe incluir a la familia
en las 2 etapas antes mencionadas, se requiere abordar varios aspectos debido a las características
del trabajo peligroso, resulta indispensable ir visibilizando los riesgos y las limitaciones que pueda
implicar ese trabajo para el niño/a y adolescentes, de manera que en el corto plazo se puedan
realizar modificaciones que permitan mejorar la situación. También con ellas se debe trabajar para
avanzar en el ejercicio pleno de los derechos de niños/as y adolescentes. Dado las características
socioeconómicas de las familias, para poder mejorar la situación de los niños/as, es importante
fortalecerla en cuanto a redes comunitarias e institucionales, facilitar su acceso a los diferentes
programas y beneficios que existen, al igual que promover que accedan a capacitaciones laborales,
de manera que tengan más posibilidades de trabajo y así mejorar su situación socioeconómica. “Los
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programas que tienen éxito son aquellos que, con niños y adultos a su lado, buscan conjuntamente
soluciones para impedir la explotación, posibilitan la capacitación y la dación de servicios de
saludo preventivos, incorporan a las familias y su medio social y así conservan cerca el objetivo de
desaparecer el trabajo infantil en todos los lugares alrededor del mundo” (Kindernothilfe; 2012: p4) .
Es indispensable además trabajar con las familias el vínculo que tienen con los niños/as y
adolescentes, para así lograr fortalecer sus habilidades parentales, potenciando a la familia como
garante de derechos, se buscará por lo tanto que en este proceso visibilicen los derechos de los
niños/as y adolescentes e identifiquen con claridad sus potencialidades y sus necesidades. Cada
familia tiene sus particularidades, al igual que cada territorio, pero es bueno considerar lo que se ha
reconocido como buenas prácticas, entre ellas destacan los talleres con las familias en que se pueden
compartir vivencias, aprendizajes y trabajar las habilidades parentales. También los encuentros
entre generaciones que permitan visibilizar el trabajo infantil desde los distintos puntos de vista e
ir relevando tanto las potencialidades, los riesgos y las situaciones que se requieren superar. Esto
además permite rescatar las historias familiares que ayudan a comprender la intergeneracionalidad
del trabajo infantil y la trayectoria de este. Hay familias que por diversas razones no tienen la
posibilidad de participar de espacios grupales o de otras actividades, es importante en esos casos
poner mayor énfasis en la intervención individual y en este espacio de acompañamiento lograr
abordar las promlemáticas asociadas al trabajo infantil peligroso. También en el ámbito familias una
buena práctica para el Programa de Apoyo y Acogida a Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores
han sido los proyectos de microemprendimiento, que consiste en la entrega de capitales semilla con
el objetivo de que puedan desarrollar un micronegocio o mejorar un micronegocio que ya tengan.
Esto además va acompañado de talleres grupales de desarrollo personal y social del adulto desde
la temática del trabajo infantil y talleres de habilidades emprendedoras. Esta experiencia además
de ayudarlas con sus ingresos contribuye a mejorar sus condiciones laborales, pero sobre todo se
ha valorado el espacio de encuentro, la oportunidad de compartir otras experiencias, los padres y
madres, al igual que los niños/as y adolescentes tienen pocos espacios de recreación, por lo que la
posibilidad de conversar o de hacer actividades distintas es importante para ellas.
LO COMUNITARIO:
El espacio comunitario también es un elemento esencial para una intervención, entendiendo que el
trabajo infantil es un fenómeno que responde a circunstancias que son producto de la sociedad en
qué vivimos y que es una situación que debe ser visibilizada, sobre todo el trabajo infantil peligroso,
para que sean distintos actores los que aporten a que los niños/as dejen de estar en esas situaciones
de peligro y para que tanto ellos como sus familias encuentren alternativas para ir superando las
distintas problemáticas que los aquejan. La comunidad es fundamental como agente protector y
también en cuanto a la prevención, para esto es necesario que en cada territorio de intervención
se identifiquen las organizaciones y actores relevantes, entre estos dirigentes sociales y agentes
pastorales pueden tener un rol importante con respecto a los lazos sociales a generar que permitan
iniciativas para la prevención y mejora de estas situaciones. A estos actores se les puede capacitar
para la detección de trabajo infantil peligroso, para que contribuyan en las derivaciones necesarias
y también para que potencien el rol protector de la comunidad, junto con esto se puede vincular a
los niños/as y adolescentes a organizaciones sociales y a comunidades eclesiales, también es una
forma de aumentar sus redes y por lo tanto sus recursos, esto contribuye a posicionarlos de otra
manera dentro de su propia comunidad, lo que puede generar contribuciones en su proyecto de vida
y también ellos pueden aportar en su propia comunidad desde sus visiones de niños/as, adolescentes
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y trabajadores. Las situaciones de precariedad laboral, de falta de recursos y la necesidad de cuidado
para niños/a pequeños mientras los padres trabajan, afectan a gran parte de la población, por lo cual
los lazos entre quienes son parte del territorio pueden contribuir a generar alternativas que ayuden
a enfrentar las distintas problemáticas. Cada territorio es distinto, por lo cual la intervención tendrá
distintas acciones según las características y las historias locales, pero en todos se debería buscar que
si hay actividades para niños/as adolescentes, gestionadas por organizaciones de las comunidad,
se considere a niños/as y adolescente trabajadores, debido a las dificultades que presentan para
participar en actividades recreativas. Una buena práctica que el programa identifica es la realización
de actos públicos que visibilicen el trabajo infantil presente en la comuna, es importante en estos
espacios poder mostrar las situaciones que se presentan para así generar conciencia de manera de
que se visibilice que existen niños/as que realizan actividades en condiciones de trabajo peligroso,
para que así también haya una mejor disposición de la comunidad para colaborar en este tema. Varios
de los participantes de este estudio comentaron ocupar poco espacios como la calle, debido a que
en éstas encuentran peligros, por lo que también en algunos sectores la realización de actividades en
espacios públicos puede contribuir con la re-apropiación de la comunidad de sus espacios, además
de significar una alternativa que posibilite la reducción de horas de trabajo al ocupar parte de su
tiempo en actividades comunitarias.
TRABAJO EN RED:
Tal como en el ámbito comunitario se plantea la importancia de articularse con otros actores, el
trabajo en red es un eje transversal en la intervención. Todos los ámbitos de intervención requieren de
que se cuente con distintas redes de modo de que tanto la familia, el niño/a y la comunidad puedan
contar con ellas, pero también los agentes interventores, por eso sería importante que se inicie el
trabajo en red desde que se decide intervenir en un territorio y que las relaciones que se establezcan
sean de cooperación mutua, generar la posibilidad de realizar acciones en conjunto y el intercambio
de experiencias en intervenciones en niñez. Por eso en cada territorio hay que articularse con las
instituciones y organizaciones que trabajen con niños/as y adolescentes, para que la intervención
sea lo mejor posible, pero también para evitar la sobre-intervención de los niños/as y sus familias.
Como ya hemos explicado el trabajo infantil es un fenómeno multidimensional y por tanto requiere
ser abordado desde distintos ámbitos, además es una temática de la cual deben hacerse partes
distintos organismos e instituciones, por eso es importante lograr articular las distintas acciones de
modo de obtener mejores resultados. Cada comuna tiene distintas organizaciones, instituciones y
actores relevantes, con las cuales se requiere establecer lazos. En todas es indispensable establecer
la relación con el municipio, es la autoridad local la que debe favorecer también la gestión de
alternativas con la comunidad, contribuir con la visibilización del trabajo infantil dentro de la
comuna y relevarlo como un tema prioritario en los programas sociales que ejecute el municipio,
velando porque las familias de los niños/as que trabajan accedan a todos los beneficios y programas
sociales que les correspondan. Para esto es importante que el municipio explicite su preocupación
por el trabajo infantil en los Planes de Desarrollo Comunal y que sea un tema de importancia para
la red de infancia, para la oficina de la infancia en los municipios en que existe y para las Oficinas
de Protección de Derechos. Se requiere también que cada municipalidad facilite los vínculos con
las escuelas que son actores relevantes para la detección del trabajo infantil, el municipio también
puede jugar un rol en la derivación de estos casos. El municipio por todo esto resulta un aliado
indispensable para las intervenciones sociales en esta materia.
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Otro actor relevante es la escuela, la mayoría de los niños/as no deserta del sistema escolar, sin
embargo es constante la inasistencia y la repitencia; el aprendizaje y el ausentismo escolar si
son que requieren atención de parte de las escuelas, por eso se debe visibilizar el trabajo infantil
en este espacio, especialmente el peligroso, que dentro de sus funciones apoye a los niños/as y
que contribuya a detectar estos casos para hacer las derivaciones que se requieran, además de
que los niños/as adquieran el carácter de alumno prioritario para la institución. También la escuela
es un lugar donde se deben realizar capacitaciones en la temática, especialmente en los liceos
técnicos, resulta necesario que esa inserción de los niños/as al trabajo sea acompañada e informada
de manera que se garantice el total respeto de sus derechos. La escuela es también un espacio en que
se requiere articulación; en muchas escuelas hay varios programas sociales funcionando por lo que
para evitar la sobreintervención de los niños/as se requiere de la coordinación con esos programas,
especialmente en los casos de los niños/as que requieren más apoyo en este ámbito, la visibilización
del niño/a como trabajador, muchas veces también permite mayor atención, comprensión y apoyo
de parte de la escuela .
En todos los ámbitos de intervención junto con visibilizar el trabajo infantil se pondrá siempre en
relieve cuáles son las causas de éste, abordando esta problemática como parte de un problema
que produce la sociedad en que vivimos y no culpando a las familias ni estigmatizando a niños y
niñas, sino que buscando avanzar en un trabajo conjunto con ellos en la mejora sus condiciones
de vida. La visibilización y la articulación, también resulta fundamental para incidir en las políticas
públicas, tanto a nivel local como nacional, de manera que el trabajo infantil sea considerado como
una problemática a abordar, no sólo en cuanto a las normas y planes que lo afectan directamente,
sino que también tiene que ser considerado en las discusiones de pobreza, desigualdad, precariedad
laboral y educación, que son ámbitos que como hemos explicado están vinculados al trabajo
infantil. Para esto además son importantes las sistematizaciones de las intervenciones realizadas
y el levantamiento de información, ya que son un insumo para el desarrollo de políticas públicas.
Por eso resulta relevante también la participación no sólo en espacios comunitarios sino que
también en los espacios institucionales, ya que desde ambos espacios se puede buscar incidir en las
políticas públicas, de manera de no perder el objetivo de generar cambios que impliquen mejoras
fundamentales en las condiciones de vida de niños, niñas y adultos.
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6. CONCLUSIONES
En las entrevistas y focus group realizadas a niños y niñas y adolescentes trabajadores, se observa
que ellos expresan con claridad las causas y las limitaciones de sus trabajos. Pero además de
describir estas situaciones, plantean propuestas concretas para mejorar estas realidades. Recoger sus
opiniones y compartir con ellos la elaboración de este documento, fue un proceso de aprendizajes
para todos quienes participamos en él. Niños y niñas pocas veces tienen la oportunidad de plantear
sus problemáticas y proponer soluciones, por lo que resulta necesario seguir generando más
instancias de participación, no sólo con respecto al trabajo infantil, sino sobre los distintos ámbitos
que son fundamentales para su desarrollo.
Con respecto a sus familias y a sus condiciones de vida, los niños y las niñas plantean que la
situación socioeconómica es inestable, que en reiteradas ocasiones no es suficiente el dinero que
pueden obtener sus padres (principalmente la madre, en la mayoría de los casos ellas son las jefas
de hogar). Ellos y ellas tienen claro que hay una relación entre el trabajo de sus padres y el hecho de
que ellos necesiten trabajar, es por eso que quieren terminar el colegio y continuar con estudios en
la enseñanza superior, pues tienen la esperanza de que con esto podrán acceder a mejores empleos
y así tener una buena calidad de vida. Por eso también cuando se les pregunta por acciones que se
pueden hacer ante el trabajo infantil, plantean que necesitan que se ayude a las familias, mejorando
los sueldos, otorgando bonos y también otorgándoles más oportunidades educativas. Esto ocurre
porque tienen trabajos precarios, en algunos casos son trabajos informales y en otros casos son
formales, pero son con bajos salarios y además inestables. Estas situaciones hacen que los niños/as y
adolescentes se vean en la necesidad de trabajar para colaborar con la economía familiar. Por eso las
intervenciones en esta materia tienen que contemplar iniciativas que permitan a las familias mejorar
su condición socioeconómica y así lograr incidir en las causas del trabajo infantil.
En la mayoría de los casos niños y niñas se han ido acercando al mundo del trabajo acompañando
a sus madres en sus labores puesto que ellas no tienen quien los cuide mientras trabajan y prefieren
llevarlos antes que dejarlos solos. Es así como se va dando una colaboración de ellos en el trabajo
de los padres y/o madres que va aumentando con los años y van adquiriendo más responsabilidades.
Los niños y niñas explican también que con su trabajo contribuyen a que sus padres puedan obtener
mayores ingresos y ellos se sienten orgullosos de poder ayudar a sus familias, del trabajo destacan la
independencia, poder hacerse cargo ellos de sus necesidades, comprando su vestuario, zapatillas,
colaciones, etc. Además destacan que han aprendido a valorar las cosas, a ser más responsables
y también señalan que gracias a su trabajo les es más fácil sacar cálculos y hablar con otras
personas. Sin embargo, las condiciones de trabajo de estos niños y niñas son complejas, por lo
que se ven expuestos a una serie de riesgos y efectos negativos para la vida de ellos/as. En cuanto
a esto plantearon que tienen escaso tiempo de descanso, duermen pocas horas, esto les impide en
algunos casos llegar a tiempo al colegio, poder estudiar y participar en otras actividades que les
interesen plantean que para ellos tener tiempo para otras actividades es importante y necesario. Por
eso valoran las oportunidades de encuentro, participación y recreación y les gustaría tener más
instancias de ese tipo, para lo cual requieren no sólo de la existencia de esos espacios sino de que
se generen condiciones que les permitan trabajar menos o no trabajar.
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En cuanto al tiempo para estudiar o hacer otras actividades, también varios niños y niñas expusieron
que esto se acuerda con los padres, es con ellos con quienes van regulando el trabajo para que
puedan hacer otras cosas, en el caso de los más grandes, ellos mismos van manejando sus tiempos,
pero en general es escaso. El vínculo con la familia resulta bastante determinante en esto, quienes
señalan tener mala relación con la madre dijeron que tienen grandes dificultades para tener tiempo
libre e incluso para estudiar. En estos casos el trabajo tiene un significado más negativo, puesto
que es visto como una obligación. Estas limitaciones para sus tiempos de descanso, de recreación,
participación y educación, son preocupantes puesto que impiden que niños y niñas ejerzan
plenamente sus derechos. Por esto en la intervención es fundamental la familia, abordar el vínculo
familiar, sus dinámicas, y trabajar con los padres sus habilidades parentales, de modo que puedan
tomar un rol de garantes de derechos.
Los niños y niñas de 15 años o más tienden a trabajar más horas y estudian en las noches, realizando
dos cursos en el año. Pese a que tienen edad suficiente para tener un contrato, ninguno de los niños
y niñas que participó en el estudio cuenta con contrato. Al igual que sus padres, se encuentran en
situaciones de precariedad laboral. Pese a que los niños y niñas señalan que algunos adultos se
aprovechan de ellos y les pagan menos de lo que deberían, el tema del contrato no surge como
un elemento importante para ellos, sólo generan preocupación el salario, la cantidad de horas y
la dificultad o cansancio que pueda tener una tarea. Lo que da cuenta de la necesidad de trabajar
con los/as adolescentes sus derechos, de manera que puedan visibilizarlos con mayor claridad y así
poder exigir el respeto de ellos.
Otros aspectos alarmantes en relación a las condiciones de trabajo de estos niños y niñas, son los
impactos en su cuerpo, en el caso de quienes tienen que manipular alimentos han sufrido cortes en
las manos o quemaduras y quienes deben cargar cosas se exponen a lesiones u otros daños físicos.
En esto resulta fundamental el rol que cumple el adulto responsable, en algunos casos los niños y
niñas plantearon que ellos no realizan labores peligrosas, que eso sólo lo hacen los adultos, que esto
se les ha indicado así y tienen claridad de que no deben hacerlo. En los casos en que esta precaución
no se da, los niños y niñas quedan expuestos a estos riesgos porque no hay un adulto cerca o porque
éste no cumple con la función de protegerlo. Lo que da cuenta del trabajo que se debe realizar tanto
con las familias como con la comunidad como agentes protectores.
Por todo esto, para transformar la situación en la que se encuentran niños y niñas, se requerirían
de cambios que permitan que sus padres accedan a trabajos de buenas condiciones en cuanto
a salarios y a extensión horaria, al igual que se necesitan alternativas para el cuidado de niños y
niñas y enfermos para que esta responsabilidad no quede en los niños y niñas. Sin embargo, para
estos cambios es necesario contar con políticas sociales integrales, que no parecen estar próximos
a suceder, por lo cual se requiere de intervenciones inmediatas que aborden esta problemática.
En este sentido resulta indispensable que las intervenciones sociales incluyan un trabajo con las
familias, con la comunidad y que sea un trabajo en articulación con organizaciones e instituciones,
buscando incidir en las políticas públicas locales y nacionales, ya que se requieren cambios en ellas
para incidir en las causas del trabajo infantil. Por ser una problemática compleja, debe ser abordada
desde distintas dimensiones, por lo que una intervención social siempre puede resultar insuficiente,
por eso para generar impactos en la vida de los niños/as tiene que ser una intervención social
integral, articulada y de largo plazo.
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Catedral 1063 • Entrepiso, Piso 5 y 6.
Teléfonos: (56 2) 2790 0600 - (56 2) 2790 0719
www.vicaria.cl
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