Denuncian por acoso laboral y falsedad al jefe de la Policía

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Querella por acoso
Denuncian por acoso laboral y falsedad al
jefe de la Policía Autonómica en Almería
Querella presentada contra Llinares
La Unión Federal de Policía (UFP) ha presentado este miércoles una
querella por acoso laboral y falsedad contra jefe accidental de la
Policía Autonómica en Almería, Francisco Llinares Espinosa, por el
mobbing y presiones a las que presuntamente sometió a uno de los
agentes bajo su mando, delegado del sindicato policial, que por un
“grave deterioro físico y mental”, se encuentra en situación de baja
por incapacidad temporal y en tratamiento médico.
En la querella, a la que ha tenido acceso Teleprensa.es, consta que el
delegado de la UFP fue nombrado como tal el 29 de septiembre de
2010, momento en el que “el acoso y presiones que vino
sufriendo”con anterioridad “se incrementaron y aumentaron como
consecuencia de su nueva condición de representante sindical,
especialmente por las denuncias públicas e internas del sindicato a
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través de otros representantes provinciales contra Llinares.
El letrado de la UFP asegura en su escrito que este delegado se vio
sometido a un proceso de “acoso personal, laboral y sindical”, y
señala que a partir de su designación Llineares habría actuado
“quitándole, detrayéndole y restándole competencias y funciones”,
siendo desplazado al despacho de archivo , “donde permanece
totalmente aislado” y “sin contacto” con el resto de sus compañeros.
Asimismo, desde el segundo semestre de 2010, el delegado de UFP
ha sido excluido de las propuestas de felicitaciones públicas por áreas
de trabajo, y en octubre de ese año, “de forma inmotivada, arbitraria
y caprichosa”, fue retirado de sus tareas y funciones habituales
nombrado, junto al otro funcionario de gestión y representante del
Sindicato Policial CEP, para un servicio de mañana y tarde, de
traslado interprovincial de dos menores, consiguiendo con ello que
fueran los únicos funcionarios que no pudieron disfrutar del día de
festividad del patrón del Cuerpo Nacional de Policía.
Además de esta presunta retirada de funciones, el delegado asegura
que Llinares manifestaba verbalmente su desconfianza hacia su
trabajo, “descalificándolo con frases como “parece mentira que lleve
usted los años que lleva en la Policía”, o “es usted un poco torpe””. El
querellante manifiesta además que fue relevado de un servicio de
contra- vigilancias (voluntario y remunerado)por hacer uso de cuatro
días de liberación sindical.
En enero de 2011 volvió a sufrir un cambio de destino, en este caso
al Grupo de Sala, tras ocho años en el Área de Gestión, lo que
provocó “graves perjuicios en su vida privada”. Al pedir explicaciones
sobre esta decisión, Llinares le habría insinuado -siempre según la
querella- que tenía “escondidas las llaves de los armarios de
seguridad y una emisora de radio de un coche que no aparece”.
Ya en abril de 2011, Llinares habría ordenado a la patrulla policial de
tarde la búsqueda del delegado de la UFP en su domicilio y en el de
sus padres, al no haber asistido a su puesto de trabajo por una
lumbalgia, algo que ya había ocurrido en una ocasión anterior, según
el querellante.
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El delegado realizó más adelante una petición para que se
sustituyese a los funcionarios de sala en periodos de vacaciones;
pero se hizo “caso omiso a la petición, obteniendo como respuesta en
varias ocasiones descalificaciones como “es usted un mal
funcionario” “quiere destruir el buen ambiente que existe en la
Unidad”, así como difundiendo rumores”, algo que según la querella
ha sucedido con todos los representantes sindicales de cada vez que
han registrado un escrito reivindicativo.
En diciembre de 2011, no se comunicaron los días de liberación
sindical al delegado, “lo oculta, con lo cual no puede realizar las
labores sindicales para las que está legalmente designado y
obligado”. En ese mes, nuevamente en el servicio de contravigilancias, le fueron asignados cuatro de los siete servicios que
realiza en día libre, acumulando un total de aproximadamente 55
horas extraordinarias que sin embargo no le fueron computados.
Tampoco se le ha permitido compensar las horas extraordinarias, y
en dos ocasiones fue asignado al servicio de la mañana estando
saliente de noche, lo que “aparte de una ilegalidad manifiesta,
supone un grave atentado contra su seguridad y su integridad
personal”.
Los tres sindicatos presentes en la Unidad Adscrita (UFP, SUP y CEP)
presentaron un nuevo escrito sobre el dispositivo de los exámenes de
acceso a la Función Pública Andaluza, que “en reiteradas ocasiones
se niega a registrar -Llinares-”.
El 30 de enero del presente año, se produjo un nuevo cambio en el
destino del delegado, que pasa al servicio de Sala al de Coordinación,
con la correspondiente modificación del horario, que “le afecta
profunda y gravemente a su vida personal”. Esta medida se justifica
por el supuesto bajo rendimiento y dejación en el servicio;
inasistencias al servicio sin justificar.; impuntualidades, y presuntas
irregularidades grabadas en vídeo y observadas por testigos.
Esto fue negado ante Llinares por el querellante, pero el primero continúa el letrado-, “con la intención de amedrentar, quebrar su
voluntad y que haga algo que no quiere hacer y que le va a
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ocasionar un grave perjuicio personal por el cambio de jornada y de
horario, le dice que si cambia de servicio sin problemas deja todo eso
en nada, y que si no, le abre un expediente”.
El letrado del delegado expone a su vez una serie de actuaciones
similares que habrían sido realizadas contra otros representantes
sindicales de la UFP, el SUP y el CEP, y recuerda algunas de las
denuncias realizadas por el primer sindicato por el uso particular de
un vehículo oficial; el uso de cámaras de seguridad para la vigilancia
de sus propios agentes; etc. Entiende la parte demandante que
Llinares se ha vengado de estas denuncias de la forma descrita
anteriormente.
CALIFICACIÓN DE LOS HECHOS
Para la UFP, los hechos denunciados podrían ser constitutivos de los
siguientes tipos del Código Penal:
1. Art. 390. 1. Será castigado con las penas de prisión de tres a seis
años, multa de seis a veinticuatro meses e inhabilitación especial por
tiempo de dos a seis años, la autoridad o funcionario público que, en
el ejercicio de sus funciones, cometa falsedad:
1o) Alterando un documento en alguno de sus elementos o requisitos
de carácter esencial.
2o) Simulando un documento en todo o en parte, de manera que
induzca a error sobre su autenticidad.
3o) Suponiendo en un acto la intervención de personas que no la han
tenido, o atribuyendo a las que han intervenido en él declaraciones o
manifestaciones diferentes de las que hubieran hecho.
4o) Faltando a la verdad en la narración de los hechos.
2. Art. 398. La autoridad o funcionario público que librare
certificación falsa será castigado con la pena de suspensión de seis
meses a dos años.
3. Art. 404. A la autoridad o funcionario público que, a sabiendas de
su injusticia, dictare una resolución arbitraria en un asunto
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administrativo se le castigará con la pena de inhabilitación especial
para empleo o cargo público por tiempo de siete a diez años.
4. Art. 433. La autoridad o funcionario público que destinare a usos
ajenos a la función pública los caudales o efectos puestos a su cargo
por razón de sus funciones, incurrirá en la pena de multa de seis a
doce meses, y suspensión de empleo o cargo público por tiempo de
seis meses a tres años.
5. Art. 434. La autoridad o funcionario público que, con ánimo de
lucro propio o ajeno y con grave perjuicio para la causa pública, diere
una aplicación privada a bienes muebles o inmuebles pertenecientes
a cualquier Administración o Entidad estatal, autonómica o local u
Organismos dependientes de alguna de ellas, incurrirá en las penas
de prisión de uno a tres años e inhabilitación especial para empleo o
cargo público por tiempo de tres a seis años.
6. Art. 542. Incurrirá en la pena de inhabilitación especial para
empleo o cargo público por tiempo de uno a cuatro años la autoridad
o el funcionario público que, a sabiendas, impida a una persona el
ejercicio de otros derechos cívicos reconocidos por la Constitución y
las leyes.
El querellante suplica al Juzgado de Instrucción que admita la
querella contra Francisco Llinares, así como contra aquellas personas
que en fase de instrucción del procedimiento aparezcan como
“coautoras, cómplices o encubridoras del delito; realizando las
actuaciones”, y que se requiera a la
Administración General del Estado, en la persona del abogado del
Estado, a fin de que se persone en el procedimiento que se inicie.
Fuente: AGENCIAS 22/06/2012
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