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MODIFICACIONES EN EL IMPUESTO SOBRE
TRANSMISIONES PATRIMONIALES Y ACTOS
JURÍDICOS DOCUMENTADOS (ITP Y AJD)
Autor: J. Javier Pérez-Fadón Martínez
Doctor en Derecho
Inspector de Hacienda del Estado
DOC. N.º 22/08
IF
INSTITUTO DE
ESTUDIOS
FISCALES
N.B.: Las opiniones expresadas en este documento son de la exclusiva responsabilidad de los
autores, pudiendo no coincidir con las del Instituto de Estudios Fiscales.
Edita: Instituto de Estudios Fiscales N.I.P.O.: 602-08-002-2
I.S.S.N.: 1578-0244 Depósito Legal: M-23771-2001
ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN
2. MODIFICACIONES INCLUIDAS EN LA LEY DE MEDIDAS PARA LA PREVENCIÓN DEL FRAUDE
2. FISCAL
2.1. Nuevos medios de comprobación de valor
2.2. Nuevas obligaciones para notarios y registradores: NIF, referencia catastral y medios de pago
2.2. en operaciones inmobiliarias
2.3 Reforma del artículo 108 de la Ley del Mercado de Valores
2.2. 2.3.1. Aspectos generales e históricos
2.2. 2.3.2. Naturaleza
2.2. 2.3.3. Alcance y contenido
3.
2.
2.
2.
LEY 41/2007, DE 7 DE DICIEMBRE, POR LA QUE SE MODIFICA LA LEY 2/1981, DE 25 DE
MARZO, DE REGULACIÓN DEL MERCADO HIPOTECARIO Y OTRAS NORMAS DEL SISTEMA
HIPOTECARIO Y FINANCIERO, DE REGULACIÓN DE LAS HIPOTECAS INVERSAS Y EL SEGURO
DE DEPENDENCIA Y POR LA QUE SE ESTABLECE DETERMINADA NORMA TRIBUTARIA
4. DIRECTIVA 7/2008 DEL CONSEJO, DE 12 DE FEBRERO DE 2008, RELATIVA A LOS IMPUESTOS
2. INDIRECTOS QUE GRAVAN LA CONCENTRACIÓN DE CAPITALES
5. REAL DECRETO-LEY DE 21 DE ABRIL, DE MEDIDAS DE IMPULSO A LA ACTIVIDAD ECONÓMICA
6.
2.
2.
2.
PROYECTO DE LEY POR EL QUE SE SUPRIME EL GRAVAMEN DEL IMPUESTO SOBRE EL
PATRIMONIO, SE GENERALIZA EL SISTEMA DE DEVOLUCIÓN MENSUAL EN EL IMPUESTO
SOBRE EL VALOR AÑADIDO Y SE INTRODUCEN OTRAS MODIFICACIONES EN LA NORMATIVA
TRIBUTARIA
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Instituto de Estudios Fiscales
1. INTRODUCCIÓN
Aunque el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados
(ITP y AJD) es un tributo cuya regulación histórica hace que apenas varíe a lo largo de su ya larga
historia, al tratarse de un impuesto basado en la transmisión patrimonial de carácter particular, frente
al Impuesto sobre el Valor Añadido, que es mucho más reciente y, por así decirlo, moderno en cuanto
a su concepción, estructura y regulación, también se producen modificaciones directas de su normati­
va y otras indirectas como consecuencia de modificar otros aspectos generales.
Además, su condición de tributos estatal, pero cedido a las Comunidades Autónomas de
régimen común –o concertado o convenido con las de régimen foral–, hace que, también, éstas pue­
dan hacer modificaciones de algunos elementos del impuesto.
Por último, el que se trate de un tributo con tres modalidades de las que una de ellas:
operaciones societarias sea en realidad la trasposición en nuestro Derecho fiscal del Impuesto armo­
nizado por la Unión Europeo sobre las aportaciones de capital de las sociedades capitalistas, hace
que también, la actividad de la Comisión de la UE en lo que respecta a la Directiva armonizadora
pueda tener repercusiones en la regulación de nuestro país.
Ha de partirse de la idea de que al ser el ITP y AJD un tributo de larga tradición histórica,
las modificaciones de los últimos años no han variado ni la naturaleza ni la estructura básica de este
tributo, pero sí que han incluido en algunos aspectos del mismo cambios que conviene analizar en
este sentido se van a estudiar los siguientes:
• Ley 36/2006, de 29 de noviembre de medidas para la prevención del fraude fiscal:
Nuevos medios de comprobación de valores.
Nuevas obligaciones para notarios y registradores: NIF, referencia catastral y medios
de pago en operaciones inmobiliarias.
Reforma del artículo 108 de la Ley del Mercado de valores:
– Reforma del hecho imponible.
– Modificación de la base imponible.
– Control indirecto. – Supresión de su aplicación en algunos supuestos. – Otros.
• Ley 41/2007, de 7 de diciembre, por la que se modifica la Ley 2/1981, de 25 de marzo,
de Regulación del Mercado Hipotecario y otras normas del sistema hipotecario y fi­
nanciero, de regulación de las hipotecas inversas y el seguro de dependencia y por la
que se establece determinada norma tributaria:
Modificaciones de la normativa sobre subrogación de los acreedores.
Hipoteca inversa.
• Directiva 7/2008/CE del Consejo, de 12 de febrero de 2008, relativa a los impuestos
indirectos que gravan la concentración de capitales:
Hecho imponible. Fecha de trasposición. Nuevas obligaciones de los Estados.
• Real Decreto-ley 7/2008, de de 21 de abril, de medidas de impulso a la actividad económica:
No sujeción a la cuota fija de la ampliación del plazo de determinados préstamos
hipotecarios.
—5—
• Proyecto de Ley por el que se suprime el gravamen del Impuesto sobre el Patrimonio
se generaliza el sistema de devolución mensual en el Impuesto sobre el Valor Añadi­
do, y se introducen otras modificaciones en la normativa tributaria:
Trasposición de la Directiva 7/2008.
Se modifica el cálculo de la base de las concesiones con pagos a más de un año.
Se cambia la base imponible de los “pases” inmobiliarios.
Agrupación de la normativa de las viviendas protección oficial (VPO).
Se exoneran todas las operaciones de fondos de titulización financiera.
Precio o contraprestación será el valor mínimo de los bienes transmitidos.
Se establece que la fecha del documento privado que prevalezca a efectos de pres­
cripción determinará todos los aspectos del régimen jurídico aplicable a la liquidación.
Se establece que no se inscriba ningún documento que no haya satisfecho las obliga­
ciones del impuesto.
2. MODIFICACIONES INCLUIDAS EN LA LEY DE MEDIDAS PARA LA PREVEN­
2. CIÓN DEL FRAUDE FISCAL
La Ley 36/2006, de 29 de noviembre, de medidas para la prevención del fraude fiscal, ha
incluido múltiples modificaciones que afectan al ITP y AJD, unas de forma directa y otras que no mo­
dificando su normativa van a tener un indudable efecto en el impuesto, aunque sea de forma indirecta.
2.1. Nuevos medios de comprobación de valor
La citada Ley de medidas para la prevención del fraude fiscal1 ha dado nueva redacción
al artículo 57 de la 58/2003, de 17 de diciembre, General Tributaria (LGT), para modificar la regula­
ción de algunos de los medios de comprobación de valores existentes y añadir algunos otros nuevos
medios de comprobación.
En efecto, el artículo 57 de la LGT, establece y regula los medios para la comprobación
de valores de las rentas, productos, bienes y demás elementos de la obligación tributaria, siendo el
segundo de dichos medios el recogido en su letra b), que hace referencia a que puede hacerse dicha
comprobación administrativa de valores mediante su estimación por referencia a los valores que figu­
ren en los registros oficiales de carácter fiscal.
Dicho medio de comprobación de valor no ha sido variado en su esencia, sino, simple­
mente, concretado en lo que se refiere a como debe utilizarse y, además, a que registro concreto
debe acudirse en el supuesto de bienes inmuebles.
En el primer aspecto, se establece que dicha estimación por referencia puede consistir
en determinar unos coeficientes multiplicadores sobre los valores registrados, para lo cual deben ser
fijados y publicados por la Administración tributaria competente para la exigencia del tributo de que se
trate, siendo de competencia reglamentaria la concreción de como se deberán elaborar y publicar
estos coeficientes, con objeto de dotarles de la justificación, objetividad y publicidad que permitan a
los contribuyentes poder conocerlos y, en su caso, impugnarlos.
En desarrollo de este medio de comprobación de valor, el Reglamento General de de las
actuaciones y los procedimientos de gestión e inspección tributaria y de desarrollo de las normas
2
comunes de los procedimientos de aplicación de los tributos , en su artículo 158, dentro de su aparta­
do 1 establece que para la determinación de los coeficientes multiplicadores se exige que la metodo­
logía técnica utilizada para su cálculo, los coeficientes resultantes de dicha metodología y el período
de tiempo de validez para el que hayan sido objeto de aprobación y publicación por la Administración
tributaria que los vaya a aplicar. En el ámbito de competencias del Estado la aprobación correspon­
derá al Ministro de Economía y Hacienda mediante Orden.
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La reglamentación supone que, en el ámbito del ITP y AJD, cuyas Administraciones tri­
butarias competentes son las de las Comunidades Autónomas que, de acuerdo con los puntos de
conexión establecidos en las diversas normativas que afectan a dichas Comunidades3 deban de ser
las mencionadas Autonomías las que aprueben los coeficientes a aplicar sobre los valores del Catas­
tro, expliquen como se han calculado, que puede ser en función de la antigüedad de la valoración
catastral, por poblaciones u otras, que se publiquen dichos coeficientes y se exprese el periodo de
validez para su aplicación en la comprobación de valores.
Pese a la normativa anterior, algunas Comunidades Autónomas de régimen común han
aprobado normas propias en las que, con base en sus competencias normativas, crean nuevos regis­
tros oficiales inmobiliarios, por ejemplo, el formado con los datos de las declaraciones del propio ITP y
AJD, considerando que pueden servir de base para la aplicación de este medio de comprobación de
valores, lo que no parece tener sentido si se examina con detenimiento que los medios de comproba­
ción de valores son una materia relativa a la cuantificación de la base imponible de los impuestos
estatales cedidos de que se trate y no forma parte de la gestión, por lo que no entran dentro de las
materias en las que se ha cedido competencia normativa a las CCAA de régimen común, por lo que
no pueden modificar lo establecido con carácter general por el Estado, con lo que dichas regulaciones
serían nulas por falta de competencias.
En segundo lugar, este medio de comprobación de valores se remite al Catastro como
registro público de referencia para los inmuebles.
Además de la modificación anterior, se han introducido otros nuevos medios de compro­
bación de valores en el ámbito del territorio común, son los siguientes:
Valor asignado a los bienes en las pólizas de contratos de seguros.
Valor asignado para la tasación de las fincas hipotecadas en cumplimiento de lo previsto
en la legislación hipotecaria.
Precio o valor declarado correspondiente a otras transmisiones del mismo bien, teniendo
en cuenta las circunstancias de éstas, realizadas dentro del plazo que reglamentariamente se establezca.
El primero se refiere, simplemente, a los valores de tasación que se refleja sobre cual­
quier tipo de bien asegurado en las pólizas de los contratos de seguros, pero parece, sin duda, dirigi­
do para servir como medio de comprobación de los bienes que son comúnmente asegurados:
inmuebles en general, contenido de los hogares, vehículos automóviles, etc.
Su razón de ser es, asimismo, evidente, en el ámbito del seguro rige la norma que impi­
de el sobre aseguramiento de los bienes con el fin de evitar que su pérdida, deterioro o destrucción
pudiera producir un enriquecimiento del asegurado, con lo que se produciría una fuerte tentación de
que se diera el siniestro con objeto de obtener una ganancia, desvirtuándose así el fin del seguro que
es cubrir riesgos.
En atención al principio anterior, en los seguros de cosas, antes de su aseguramiento es
necesario tasarlas, es decir, proceder a fijar su valor real para así poder cubrir estrictamente el riesgo
de su pérdida, deterioro o destrucción total, siendo normalmente sociedades o peritos independientes
los que se ocupan de esta valorización, que, como se ha visto es coincidente con el valor real que es
la base de la mayoría de los impuestos entre ello el ITP y AJD.
No será adecuado este medio, cuando la tasación sea antigua con respecto al momento
de la transmisión del bien, sobre todo en mercados dinámicos, cuyos precios sean volátiles. Siendo
de mayor aplicación a los bienes con pocas oscilaciones en sus valoraciones y en los que sus merca­
dos sean estables.
El segundo de los nuevos medios de comprobación de valores introducidos por la Ley
36/2006, es el del valor asignado para la tasación de las fincas hipotecadas en cumplimiento de lo
previsto en la legislación hipotecaria.
Como es bien conocido para poder constituir una hipoteca es necesaria su tasación por
una sociedad tasadora, de las previstas en la regulación hipotecaria, que tienen independencia de las
partes que constituyen la hipoteca y son controladas por el Banco de España, para evitar así cual­
quier tipo de acuerdo que vulnere lo previsto en la regulación hipotecaria, es decir, que no se conce­
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dan por un valor mayor que el de la finca, lo que se conseguiría valorando por encima de su valor real
el inmueble o, por el contrario, se minusvalorase para exigir otras garantías adicionales.
En consecuencia, las tasaciones deben ajustarse al valor real o precio de mercado de la
finca, lo que es conforme con lo establecido para configurar la base imponible del ITP y AJD, pudién­
dose repetir aquí los mismos comentarios que se hicieron respecto a la tasación para seguros, si es
muy antiguo y el mercado está en una fase de volatilidad de precios no será adecuado para fijar el
valor actual de la finca transmitida, si es reciente la tasación o si el mercado está estable podrá utili­
zarse con mayor seguridad.
El tercero de los nuevos medios de comprobación de valor es fijarlo de acuerdo con el
precio o valor declarado correspondiente a otras transmisiones del mismo bien, teniendo en cuenta
las circunstancias de éstas, realizadas dentro del plazo que reglamentariamente se establezca.
Este medio, por tanto, se circunscribe a remitirse al precio o valor de otra transacción
sobre el mismo bien cuyo valor se compruebe, sin que se haga referencia a otros bienes de iguales o
similares características.
En desarrollo de lo previsto en este medio de comprobación el Reglamento General de
las actuaciones y los procedimientos de gestión e inspección tributaria y de desarrollo de las normas
comunes de los procedimientos de aplicación de los tributos ha establecido que el valor de los bienes
transmitidos determinante de la obligación tributaria podrá ser comprobado por la Administración Tri­
butaria atendiendo al precio o valor declarado correspondiente a otras transmisiones del mismo bien
realizadas dentro del plazo de un año desde la fecha del devengo del impuesto en el que surta efecto,
siempre que se mantengan sustancialmente las circunstancias de carácter físico, jurídico y económi­
co determinantes de dicho valor.
Lo anterior limita el citado medio de comprobación a que, con posterioridad a la transmi­
sión objeto de comprobación se produzca otra u otras que, pudieran servir para revalorizar el bien de
que se trate, se trata de atajar por este medio algunas operaciones de ventas y reventas en las que
los valores declarados se multiplicaban por cantidades enormes, sin que pareciera haber otra finali­
dad que localizar los beneficios en determinada persona o entidad.
No puede terminarse este epígrafe sin hacer un análisis de las Comunidades Forales, en
cuanto a las normativas forales, la regulación y su aplicación son distintas del resto de lo examinado
para el territorio común, por derivar de sus propias competencias, por lo que las modificaciones ante­
riores no les han afectado.
El análisis sobre el aspecto anterior es distinto, porque el Concierto y el Convenio son las
normas que regulan las competencias de las Diputaciones forales en cuanto a los diversos tributos y,
también, respecto a la regulación general, por lo que, cada una de dichas Diputaciones cuenta con
competencias para regular todo su sistema tributario, incluyendo el Código general o norma general
tributaria.
El concierto establece límites de carácter general a tener en cuenta cuando se regulen
los tributos, así en lo que respecta al ITP y AJD, se establece que las operaciones societarias, letras
de cambio y documentos que suplan a las mismas o realicen función de giro se regirán por la norma­
tiva común, en cuyo caso las Diputaciones forales podrán aprobar los modelos de declaración e in­
greso que contendrán, al menos, los mismos datos que los de territorio común, y señalar plazos de
ingreso para cada período de liquidación, que no diferirán sustancialmente de los establecidos por la
Administración del Estado.
Todas las demás operaciones gravadas en el ITP y AJD, por tanto, serán exigidas de
acuerdo a la normativa foral, que en el País Vasco es competencia, como se ha adelantado, de cada
una de las tres Diputaciones Forales de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya.
A la vista de lo anterior, cabe establecer que las Diputaciones forales vascas pueden es­
tablecer de forma diferente a la del Estado la regulación de los medios de comprobación de valores,
lo que de hecho así sucede en la actualidad, en la que no coinciden exactamente, la regulación de
dichos medios y su ubicación normativa.
En lo que respecta a la Comunidad Foral de Navarra, el Convenio establece la potestad
tributaria de la Comunidad y en lo que afecta particularmente al ITP y AJD, el Convenio regula que se
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someterán a igual tributación que en territorio común la transmisión de valores, cuando sea de aplica­
ción lo previsto en el artículo 108 de la LMV y los actos de constitución, ampliación y disminución de
capital, transformación, fusión, escisión y disolución de sociedades, así como lo relativo a las letras
de cambio y documentos que las suplan o realicen función de giro.
En lo que respecta al desarrollo de ambas normas ha de irse a las diversas normas fora­
les generales y del ITP y AJD para poder analizar los diversos medios de comprobación de valores
aplicables en los territorios forales.
Comenzando por Álava, su Norma Foral 11/2003, de 31 de marzo, del Territorio Histórico
de Álava, del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, estable­
ce que, además de los establecidos en la Norma Foral 6/2005, de 28 de febrero, General Tributaria
de Álava, los medios de comprobación son:
a) Los valores asignados a los terrenos a los efectos del Impuesto sobre el Incremento
del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana.
b) El precio en que, según la última enajenación, fueron vendidos los bienes de cuya
adquisición se trate u otros de naturaleza y circunstancias análogas situados en la
misma zona o distrito.
c) El capital asignado a los bienes en los contratos de seguros.
d) En la adquisición de fincas hipotecadas, el valor señalado a efectos hipotecarios, de­
biéndose entender por este valor el principal del préstamo, salvo que el interesado
pruebe que no todo este principal se ha destinado a la adquisición del bien o derecho.
e) Los balances, datos y valoraciones de que disponga la Administración y que hubie­
sen sido aceptados por el contribuyente a efectos de otros Impuestos, sin perjuicio
de la facultad de la Oficina Liquidadora para comprobar los elementos del activo por
los medios más adecuados.
Los establecidos en la mencionada Norma Foral General Tributaria de Álava son:
a) Capitalización o imputación de rendimientos al porcentaje que la normativa de cada
tributo señale.
b) Estimación por referencia a los valores que figuren en los registros oficiales de carácter
fiscal.
c) Precios medios en el mercado.
d) Cotizaciones en mercados nacionales y extranjeros.
e) Dictamen de peritos de la Administración.
f) Disposiciones generales aprobadas por la Diputación Foral de Álava.
g) Cualquier otro medio que se determine en la Norma Foral de cada tributo.
La tasación pericial contradictoria podrá utilizarse para confirmar o corregir en cada caso
las valoraciones resultantes de la aplicación de los medios del apartado anterior.
En Guipúzcoa, los medios a considerar son, exclusivamente, los recogidas en su Norma
Foral 2/2005, de 8 de marzo, General Tributaria, según remisión de la normativa específica, que es­
tablece que los medios de comprobación de valores son:
a) Capitalización o imputación de rendimientos al porcentaje que la normativa de cada
tributo señale.
b) Estimación por referencia a los valores que figuren en los registros oficiales de carácter
fiscal.
c) Precios medios en el mercado.
d) Cotizaciones en mercados nacionales y extranjeros.
e) Dictamen de peritos de la Administración.
f) Cualquier otro medio que se determine en la Norma Foral de cada tributo.
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La tasación pericial contradictoria podrá utilizarse para confirmar o corregir en cada caso
las valoraciones resultantes de la aplicación de los medios del apartado anterior.
Por lo que se refiere a Vizcaya, según Norma Foral 3/1989, de 21 de marzo, del Territo­
rio Histórico de Bizkaia, del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documen­
tados, son medios de comprobación de valores los dos siguientes:
– Cuando se trate de bienes inmuebles de naturaleza urbana, las normas técnicas para
la determinación del valor mínimo atribuible reglamentariamente establecidas, siempre que resulten
aplicables a los bienes de que se trate.
– Cuando se trate de bienes respecto de cuyos precios medios de mercado se aprue­
ben periódicamente tablas oficiales por la Administración tributaria, éstas pueden constituir medio de
comprobación de valores.
Aunque también se remite a los medios regulados en la Norma Foral 2/2006, General
Tributaria del territorio histórico de Vizcaya, que en su artículo 55 establece los siguientes:
• Capitalización o imputación de rendimientos al porcentaje que la normativa de cada
tributo señale.
• Estimación por referencia a los valores que figuren en los registros oficiales de carácter
fiscal.
• Precios medios en el mercado.
• Cotizaciones en mercados nacionales y extranjeros.
• Dictamen de peritos de la Administración.
• Cualquier otro medio que se determine en la Norma Foral de cada tributo.
La tasación pericial contradictoria podrá utilizarse para confirmar o corregir en cada caso
las valoraciones resultantes de la aplicación de los medios del apartado anterior.
Conviene destacar en este territorio la previsión que se contiene respecto a los inmue­
bles, que se regulan en el Decreto Foral 188/2006, de 28 de noviembre, por el que se aprueban las
normas técnicas para la determinación del valor mínimo atribuible a los bienes inmuebles de natura­
leza urbana, que se basa en el medio de precios de mercado, aprobándose como debe llegarse a
dichos valores, y dándoles aplicación inmediata una vez aprobados.
En resumen, y si comparamos las tres regulaciones forales vascas, se puede observar
que son semejantes entre sí y con los medios de comprobación del Estado, pero que destacan por
tener alguna especificidad, sobre todo, Álava que incorpora como medio del ITP y AJD los valores
asignados a efectos del Impuesto sobre el Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urba­
na, que, como es sabido, remite a su vez al valor catastral, al precio de la última transmisión del bien
de que se trate u otros de naturaleza y circunstancias análogas, situados en la misma zona o distrito,
que parece aludir a transmisiones pasadas, a la valoración en contratos de seguros y a la tasación
hipotecaria.
Le sigue en multiplicidad de medios de comprobación de valores, Vizcaya, que añade a
los tradicionales, las normas para la determinación del valor mínimo.
Cambiando de territorio, para finalizar, la Comunidad Autónoma de Navarra, tampoco se
ve afectada por los cambios que se han introducido en la Ley General Tributaria del Estado, porque
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tiene competencias para regular su propia Norma general , en este sentido, establece como medios:
– Capitalización o imputación de rendimientos al porcentaje que la Ley Foral reguladora
de cada Tributo señale.
– Estimación por referencia a los valores que figuran en los registros oficiales de carác­
ter fiscal. Tratándose de bienes inmuebles, el registro oficial de carácter fiscal que se tomará como
referencia para la valoración de dichos bienes será el Registro de la Riqueza Territorial de Navarra.
– Precios medios en el mercado.
– Cotizaciones en mercados nacionales y extranjeros.
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– Dictamen de peritos de la Administración.
– Valor asignado a los bienes en las pólizas de contratos de seguros.
– Valor asignado para la tasación de las fincas hipotecadas en cumplimiento de lo revis­
to en la legislación hipotecaria.
– Precio o valor declarado respecto de otras transmisiones del mismo bien, teniendo en
cuenta las circunstancias de estas, realizadas dentro del plazo que reglamentariamente se establezca.
– Valor resultante de la comparación con valores comprobados con anterioridad por la
Administración tributaria.
– Tasación pericial contradictoria.
– Cualquier otro medio que se determine en la Ley Foral reguladora de cada tributo.
Curiosamente, pese a incluir la tasación pericial contradictoria, en mi opinión de forma
errónea, entre los medios de comprobación de valores, posteriormente la define como un derecho
que, en todo caso, puede promover el sujeto pasivo en corrección de los demás procedimientos de
comprobación fiscal de valores.
5
En la normativa legal del ITP y AJD de Navarra , se establece que la comprobación de
valores se efectuará por los siguientes medios:
a) Los registros oficiales de carácter fiscal.
b) Las tablas evaluatorias que se aprueben por el Gobierno de Navarra.
c) Precios medios del mercado.
d) El precio de venta que aparezca en la última enajenación de los mismos bienes o de
otros de análoga naturaleza situados en igual zona o distrito.
e) El valor asignado a los bienes en la pólizas de contratos de seguros.
f) El valor asignado para la subasta en las fincas hipotecadas en cumplimiento de lo
prevenido en la legislación hipotecaria.
g) Los valores asignados a los terrenos a efectos del Impuesto sobre el Incremento del
Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana.
h) Dictamen de Peritos de la Administración.
i) Los balances y datos obrantes en poder de la Administración.
j) Las cotizaciones en mercados nacionales y extranjeros.
k) Mediante la aplicación de las reglas establecidas en el Impuesto sobre el Patrimonio
de las Personas Físicas.
l) La tasación pericial contradictoria.
En conclusión, a los medios de comprobación de valores estatales hay que unir los esta­
blecidos por las Comunidades Autónomas de régimen foral, que en unos casos son más amplios que
los estatales y en otros recogen menos, pero que, en cualquier caso, no se han visto afectados por
las modificaciones introducidas por la Ley 36/2006. En este sentido, hay que destacar que, las refor­
mas tributarias estatales son, generalmente, recogidas posteriormente por las Comunidades forales,
pero en este caso, ya estaban plasmadas en sus ordenamientos.
2.2. Nuevas obligaciones para notarios y registradores: NIF, referencia catastral y medios de
2.2. pago en operaciones inmobiliarias
Tampoco estas modificaciones pueden calificarse de directamente establecidas en la
normativa del ITP y AJD, pero su trascendencia respecto a este tributo son o pueden llegar a ser,
incluso, más importantes que la comentada en el epígrafe anterior.
La modificaciones relativas a notarios y registradores se recogen en los artículos 6 y 7 de
6
la Ley 36/2006 , versando sobre todo en obligaciones de información a las Administraciones tributa­
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rias, así como sobre el Número de Identificación Fiscal (NIF), referencia catastral y medios de pago
utilizados en todas las operaciones inmobiliarias.
La primera medida importante es la elaboración de un índice informatizado de los docu­
mentos protocolizados por los notarios, cuya gestión se centraliza en el Consejo General del Notaria­
do y al que pueden tener acceso directo las Administraciones tributarias, de acuerdo con lo dispuesto
respecto al deber de informar y colaborar que compete al propio Colegio, según lo establecido en el
artículo 94 de la Ley General Tributaria, que es citado expresamente en la nueva normativa.
Este índice permitirá a las Administraciones tributarias del ITP y AJD recabar los docu­
mentos notariales que contengan datos de interés para la gestión y liquidación de este impuesto.
Además, se establece que cuando se trate de escrituras notariales que contengan a ac­
tos o contratos por los que se adquieran, declaren, constituyan, transmitan, graven, modifiquen o
extingan el dominio y los demás derechos reales sobre bienes inmuebles, o a cualesquiera otros con
trascendencia tributaria, los comparecientes acreditarán ante el notario autorizante sus números de
identificación fiscal (NIF) y los de las personas o entidades en cuya representación actúen, de los que
quedará constancia en la escritura.
Lo anterior significa que todas las operaciones inmobiliarias han de quedar perfectamen­
te identificados los comparecientes, aunque sobre este extremo, la Dirección General de los Regis­
tros y del Notariado ha establecido en alguna reciente Resolución cierta interpretación restrictiva al
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circunscribir esta obligación de identificación a las partes estrictamente afectadas .
Como puede deducirse de la lectura de la Resolución de la DGRN de 7 de diciembre de
2007, sobre el deber que compete a los notarios en los supuestos de actos o contratos que versen
sobre inmuebles, dicho Centro considera que el cónyuge que presta su consentimiento a la transmi­
sión de un inmueble de titularidad privativa del otro cónyuge, por ser la vivienda familiar, no hace que
el no titular sea transmitente, y que su consentimiento tiene el carácter de un asentimiento, que se
presenta como una declaración de voluntad de conformidad con el negocio jurídico ajeno, es decir
concluido por otro, por la que concede su aprobación a un acto en el que no es parte, por lo que, con­
cluye, que no transmite ni realiza un acto con trascendencia tributaria no siendo exigible la constancia
de su NIF.
En esta Resolución no se entra a dilucidar cual es el papel del cónyuge no propietario en
relación con su condición o no de compareciente, aunque de la conclusión se deduce que no se le
tiene por tal, en mi opinión, para poder comentar este extremo sería necesario que se aclarase, por la
DGRN el concepto jurídico de compareciente, que establece la vigente normativa y si lo son todos los
que comparecen ante el notario autorizante, incluidos interesados, representantes, testigos, autori­
zantes, etc., o si dicho concepto se circunscribe, exclusivamente, a aquéllos que tengan interés direc­
to en el acto o contrato de que se trate.
En el sentido anterior, creo que el cónyuge no titular tiene, sin duda, interés y si no pue­
de ser considerado parte, en sentido estricto, sin su consentimiento no es posible perfeccionar la ven­
ta, por lo que no parece tan claro si debe o no calificársele como compareciente, puesto que de no
comparecer ante el notario y prestar su consentimiento no puede realizarse la venta, y, en caso afir­
mativo, haberse exigido que constara su NIF.
En cualquier caso, no parece lógico que sea la DGRN quien elucide sobre un aspecto de
la normativa hipotecaria con trascendencia tributaria, al menos, sin un informe o con una referencia a
los criterios de la Administración tributaria.
También es interesante reseñar que en cuanto a los NIF de los extranjeros, otra Resolu­
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ción de la DGRN, de 1 de diciembre de 2007 , considera que, según la normativa fiscal sobre identifi­
cación de extranjeros, el número que se asigna a los mismos en su tarjeta de residencia en España
es el NIF de los mismos, con lo que estoy de acuerdo, puesto que según la normativa específica9 se
deduce, sin asomo de dudas, que el número de la tarjeta de residencia de los extranjeros, que fue el
que reseñó el notario en la escritura pública, es el número personal de identificación de extranjero y,
por ende, es su número de identificación fiscal.
Además de lo anterior, en las escrituras relativas a actos o contratos por los que se de­
claren, transmitan, graven, modifiquen o extingan a título oneroso el dominio y los demás derechos
reales sobre bienes inmuebles se identificarán, cuando la contraprestación consistiere en todo o en
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parte en dinero o signo que lo represente, los medios de pago empleados por las partes, debiendo
hacerse constar si el precio se recibió con anterioridad o en el momento del otorgamiento de la escri­
tura, su cuantía, así como si se efectuó en metálico, cheque, bancario o no, y, en su caso, nominativo
o al portador, otro instrumento de giro o bien mediante transferencia bancaria.
Los datos anteriores deben completarse la declaración previa del movimiento de los me­
dios de pago aportadas por los comparecientes cuando proceda presentar ésta en los términos pre­
vistos en la legislación de prevención del blanqueo de capitales y, cuando no se aportase dicha
declaración por el obligado a ello, se hará constar así en la escritura y se comunicará al Consejo Ge­
neral del Notariado, para evitar posibles blanqueo de capitales.
Además, el Consejo General del Notariado, comunicará a las Administraciones tributaras
la información relativa a las operaciones en las que se hubiera incumplido la obligación de comunicar
al notario el NIF o los medios de pago empleados y, en su caso, la negativa a identificar los medios
de pago, debiendo de hacer constar estos datos en los índices informatizados.
En cuanto a la inscripción en el Registro de la Propiedad de las operaciones inmobilia­
rias, se establece que las escrituras públicas relativas a actos o contratos por los que se declaren,
constituyan, transmitan, graven, modifiquen o extingan a título oneroso el dominio y los demás dere­
chos reales sobre bienes inmuebles, cuando la contraprestación consistiera, en todo o en parte, en
dinero o signo que lo represente, deberán expresar, además de todas las circunstancias que necesa­
riamente debe contener la inscripción y sean relativas a las personas de los otorgantes, a las fincas y
a los derechos inscritos las circunstancias previstas, la identificación de los medios de pago emplea­
dos por las partes, en los términos comentados al tratar de las obligaciones de los notarios.
Para que los preceptos anteriores se cumplan, se establece que no se inscriba ninguna
operación sin que se acredite previamente el pago de los impuestos establecidos o que se establecie­
ren por las leyes, si los devengare el acto o contrato que se pretenda inscribir, que ya era una condi­
ción establecida anteriormente y recogida, también, en la normativa del ITP y AJD.
Pero, tampoco se debe practicar por el registrador ninguna inscripción en el Registro de
la Propiedad de títulos relativos a actos o contratos por los que se adquieran, declaren, constituyan,
transmitan, graven, modifiquen o extingan el dominio y los demás derechos reales sobre bienes in­
muebles, o a cualesquiera otros con trascendencia tributaria, cuando no consten todos los NIFs de
los comparecientes y, en su caso, de las personas o entidades en cuya representación actúen.
Por último, se determina que no se inscriban los títulos relativos a actos o contratos por
los que se declaren, constituyan, transmitan, graven, modifiquen o extingan a título oneroso el domi­
nio y los demás derechos reales sobre bienes inmuebles, cuando la contraprestación consistiera, en
todo o en parte, en dinero o signo que lo represente, cuando el fedatario público hubiere hecho cons­
tar en la escritura la negativa de los comparecientes a identificar, en todo o en parte, los datos o do­
cumentos relativos a los medios de pago empleados.
La nueva normativa establece que los defectos anteriores –relativos a los NIFs y a los
medios de pago– son de carácter subsanable, aunque dichas faltas sólo se entenderá subsanadas
cuando se presente ante el registrador escritura en la que consten todos los números de identificación
fiscal y/o en la que se identifiquen todos los medios de pago empleados.
Para la aplicación de lo dispuesto respecto a los medios de pago, anteriormente comen­
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tado, la DGRN dictó una Instrucción a los notarios en la que se incluyen las que corresponden a la
negativa de los interesados a identificar el medio de pago utilizado, en cuyo caso, debe hacerlo cons­
tar así en la escritura y, además, comunicarlo a la Administración tributaria, aunque ha de decirse que
no se ocupa de todas las otras obligaciones introducidas en la nueva normativa ni, tampoco, las rela­
tivas a los registradores.
También en relación con los medios de pago cabe traer a colación la Resolución de la
DGRN de 18 de mayo de 200711, En este caso, se trataba de dilucidar si en un supuesto de escritura
notarial de cancelación de hipoteca en la que se recogió el medio de pago de la siguiente forma:
«el pago del préstamo se ha hecho mediante cargos por el banco en la cuenta de la par­
te deudora y a través de un ingreso bancario y cargo posterior de la Entidad Banco (…), S. A. en la
misma cuenta por la cantidad de veinticinco mil doscientas sesenta euros y cuatro céntimos
(25.260,04 euros).»
— 13 —
Podía considerarse cumplida la obligación de constancia que atañe al notario sobre los
medios de pago utilizados en el negocio objeto del documento e, incluso, la Resolución va más allá al
elucubrar con carácter general, al margen del supuesto concreto planteado, si en las cancelaciones
de hipoteca por su propia naturaleza accesoria al negocio principal de préstamo es necesario mani­
festar dicho extremo.
Sobre esta Resolución, parece, efectivamente como establece la DGRN, suficiente lo
manifestado por el notario respecto a los medios de pago utilizados para la satisfacción del préstamo,
que se ha reproducido textualmente, puesto que consta que medio de pago se ha utilizado: cargo en
cuenta bancaria.
Por el contrario, no parece tan ajustadas a la nueva normativa, las consideraciones rela­
tivas a si en las escrituras notariales de cancelación de hipotecas deben o no exigirse la obligación de
constancia de los medios de pago utilizados en los negocios inmobiliarios establecida en la nueva
regulación notarial, hipotecaria y registral, después de la entrada en vigor de la citada Ley 36/2006,
puesto que de prosperar la tesis de que no precisan la constatación de los medios de pago utilizados
para la satisfacción del préstamo garantizado, pudiera constituirse como una vía de blanqueamiento
de dinero negro, que suele conllevar, además, supuestos de evasión fiscal, sin que la mención a la
existencia de otras normativas contra otros tipos de fraude sean razones válidas de inaplicación de
esta obligación a efectos fiscales.
Tampoco parece convincente el argumento de que al considerar a la cancelación hipote­
caria como un negocio accesorio del principal, que sería el préstamo garantizado, haya de entender­
se que la escritura de cancelación de hipoteca no tenga relación con la forma de pago del préstamo,
pues dicha calificación debiera de llevar a la conclusión contraria, si ambos forman un todo, aunque
uno tenga sustantividad mayor que el otro, lo lógico es que las circunstancias de cada uno influyan en
el otro, es decir, que es determinante de la cancelación de la hipoteca el pago del préstamo, por lo
que al ser una cuestión relativa a un negocio inmobiliario, debiera de entenderse que deben de refle­
jarse en la escritura de cancelación de la hipoteca los medios de pago del préstamo. Habrá pues que
esperar a otras Resoluciones de la DGRN para ver si se consolida la doctrina sobre las cancelaciones
de hipotecas esbozada en ésta o, si por el contrario, se va a una interpretación más estricta de la
obligación de reseñar los medios de pago utilizados en cualquier negocio inmobiliario.
En conclusión, para poder escriturar debidamente y para inscribir en el Registro de la
Propiedad las operaciones relativas a actos o contratos por los que se declaren, constituyan, transmi­
tan, graven, modifiquen o extingan a título oneroso el dominio y los demás derechos reales sobre
bienes inmuebles, amen de la constancia de todas las circunstancias que necesariamente debe con­
tener la inscripción y sean relativas a las personas de los otorgantes, a las fincas y a los derechos
inscritos, es imprescindible la constatación de los NIFs de los comparecientes y cuando la contrapres­
tación consista en dinero o signo que lo represente, la identificación de los medios de pago emplea­
dos por las partes.
2.3. Reforma del artículo 108 de la Ley del Mercado de valores
2.3.1. Aspectos generales e históricos
Las modificaciones del artículo 108 de la 24/1988, de 28 de julio, del Mercado de Valores
(LMV), efectuadas por la Ley 36/2006, de 29 de noviembre, de medidas para la prevención del fraude
fiscal, son de tal importancia que obligan a analizar, tanto su trayectoria anterior, como el actual con­
tenido, alcance y aplicación de la nueva regulación de este artículo.
Como es sabido, este artículo ha sido y es una norma cautelar que pretende evitar la
transmisión de bienes inmuebles bajo la apariencia de una transmisión de valores, sobre todo porque
éstos últimos están exentos, tanto cuando su transmisión caiga bajo el Impuesto sobre el Valor Aña­
dido (IVA), como cuando, por no estar sujetas al citado IVA, se sometieran a la modalidad de transmi­
siones patrimoniales onerosas (TPO) del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos
Jurídicos Documentados (ITP y AJD).
Como instrumento o vía que evite dichas conductas elusorias del pago del citado grava­
men, se regula fuera de la normativa de los tributos a los que afecta –IVA e ITP y AJD– el citado artí­
culo establece que, cuando se cumplan las condiciones que se determinan en dicho precepto, las
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transmisiones de valores deben tributar, como transmisiones de bienes inmuebles, siempre por la
modalidad de TPO del ITP y AJD, aun cuando la transmisión de valores hubiera estado sujeta y exen­
ta del IVA.
La importancia histórica de su inclusión inicial en la reforma fiscal española y la necesidad
de situar esta medida en su contexto y entender su estructura y finalidad, hacen necesario, aunque sea
brevemente, recordar, por una parte, los antecedentes históricos y, por otra, analizar su naturaleza.
Existe ya una referencia directa a esta norma en la regulación contenida en el artículo 5­
XIX del Reglamento del Impuesto de derechos reales y sobre transmisión de bienes, de 15 de enero
de 1959, que establecía que, en la disolución de sociedades, cuando se adjudicaran bienes inmue­
bles a los socios que no los hubieran aportado a dicha entidad, se debían de liquidar las adjudicacio­
nes de inmuebles como transmisiones de derechos reales –al tipo del 6 por 100–, en aquellos casos
en los que entre el acto de aportación de los bienes inmuebles y su adjudicación no hubieran transcu­
rrido 3 años.
Como puede observarse, la mencionada regulación, solamente pretendía evitar que los
adquirentes satisficieran un tipo menor en la transmisión de inmuebles, mediante la aportación de
éstos a sociedades y su disolución posterior, fue incorporado al texto refundido de 6 de abril de 1967,
en el que se amplió el supuesto anterior, también, al de adjudicaciones de inmuebles a los socios en
la disminución de capital de sociedades.
No obstante las regulaciones anteriores, hay que resaltar que fue en el artículo 40 de la
Ley 50/1977, de 14 de noviembre, de medidas urgentes de reforma fiscal –que puede ser calificada
como la norma que inició la auténtica y única reforma tributaria de la actual democracia, puesto que las
demás que posteriormente se han ido produciendo, aunque se las ha denominado como reformas, no
son sino modificaciones de la única reforma– donde se incluyó un precepto muy similar al que ahora se
analiza, aunque, dicha norma cautelar siguiera persiguiendo, simplemente, evitar la aplicación de un
tipo inferior en las transmisiones de inmuebles enmascaradas como transferencias de valores.
Dicho precepto fue desarrollado por la Orden Ministerial de 14 de enero de 1978, que era
básica para la determinación de la base imponible y ha sido utilizada para la interpretación fijada so­
bre el artículo 108 de la LMV en Sentencias de la Audiencia Nacional (AN) y del Tribunal Supremo
(TS), sentencias que por su contendido han sido el detonante de esta nueva modificación de esta
norma12.
Por todo lo anteriormente expuesto y, asimismo, por imperativo de lo dispuesto en la
normativa de la Unión Europea (UE), las transmisiones de valores deben estar exentas del IVA y de­
más tributos que graven las transmisiones onerosas, aunque la normativa comunitaria prevea la posi­
bilidad de establecer excepciones para evitar transmisiones inmobiliarias por la vía de las
transmisiones de valores, se introdujo en la mencionada LMV este precepto cautelar, que, en la mis­
ma línea de sus precedentes, va a intentar impedir que por la vía de la transmisión de valores, se
transfieran, en realidad, inmuebles.
El mencionado artículo 108 LMV fue, posteriormente, modificado mediante la disposición
adicional duodécima de la Ley 18/1991, de 6 de junio, del Impuesto sobre la Renta de las Personas
Físicas, que incluyó, también, como supuestos a gravar la adquisición del control de las sociedades
en los mercados primarios, si bien limitando este aspecto al ejercicio de derechos de suscripción pre­
ferente y a la conversión de obligaciones en acciones.
Llegados a este punto de la cuestión, en la Ley medidas para la prevención del fraude
fiscal, se fija la redacción ahora vigente del artículo 108 de la LMV, respondiendo esta modificación a
varias razones, en primer lugar, a la doctrina jurisprudencial citada y transcrita parcialmente; a la ne­
cesidad sentida por las Administraciones gestoras del ITP y AJD que son las de las Comunidades
Autónomas (CCAA), de cerrar determinadas vías encontradas por los interesados para eludir la apli­
cación de este precepto, como la solicitud de préstamos a cortísimo plazo para modificar la composi­
ción del activo de las sociedades, evitando que pudieran calificarse de inmobiliarias, la inclusión como
hecho imponible de la adquisición de matrices interpuestas y otras.
Asimismo, se observa que se ha aprovechado la reforma para dar rango legal a varios
criterios de interpretación conformados por la doctrina administrativa, como los de valor real del activo
y de los inmuebles, delimitación del control indirecto, etc.
— 15 —
Las consecuencias de esta última redacción son que se han incluido aspectos nuevos,
alguno derivado de la jurisprudencia del Tribunal Supremo: la cuantificación de la base imponible a
tener en cuenta en caso de aplicación de este artículo, y otros totalmente nuevos como la exclusión
del gravamen de las sociedades cotizadas y la obtención del control de entidades mediante ofertas
públicas, tanto de compra, como de venta, al entender el legislador que estos supuestos, por su
transparencias y publicidad, así como por el especial volumen de las entidades adquiridas no encu­
bren la transmisión inmobiliaria que se quiere evitar con esta norma.
2.3.2. Naturaleza
Este precepto, según establece su propia normativa, recoge una doble exención de las
transmisiones de valores en los dos impuestos que gravan las transmisiones onerosas: IVA y TPO,
pero se añade a ambas exenciones una excepción cuando se den determinados supuestos, pero
incluyendo como consecuencia de esa excepción, no el gravamen de las transmisiones o adquisicio­
nes de los valores, sino un supuesto de hecho que determina el devengo del TPO en todos los casos
excepcionados de las exenciones, aunque se trate de casos de exenciones del IVA.
De lo anterior, se deriva que no se trata en puridad de una excepción a las exenciones
anteriormente establecidas, sino que, realmente, supone una regulación del hecho imponible del TPO
respecto a los casos en que hubiera estado sujeto al IVA, pero además, en mi opinión, la calificación
como norma reguladora del hecho imponible del TPO se refuerza al considerar que, también, en los
casos de excepción a la exención de la transmisión de valores por este último tributo, la norma no
conlleva que no se aplique la excepción y se grave la transmisión de los valores exonerada, sino que
se someta a TPO la transmisión de los inmuebles que forman parte de los activos de la entidad cuyos
valores se transmiten.
En el mismo sentido que la conclusión anterior, es la inclusión, como supuestos de
hecho gravados por TPO, de otras operaciones que no suponen una transmisión estricta de valores,
como son las adquisiciones de valores en el mercado primario, es decir, cuando se reciben acciones
o participaciones nuevas que dan lugar a la toma del control de la entidad o al aumento del mismo.
Ese parece ser el criterio que recoge una antigua contestación a consulta de la Dirección
General de Tributos (DGT), concretamente de 22/11/1991, cuyo contenido se puede resumir en que,
una vez definido el hecho imponible del TPO por el artículo 108 de la LMV como la obtención de una
participación superior al 50 por ciento en la transmisión de acciones de sociedades mercantiles cuyo
activo esté constituido, al menos en un 50 por ciento por inmuebles situados en territorio nacional, tanto
la restricción, como la extensión de su ámbito fuera de sus términos estrictos, no está autorizada, ni por
las normas que explicitan los criterios interpretativos propios del derecho tributario, ni por la aplicación
del principio constitucional de reserva de Ley, en materia de determinación de hechos imponibles.
Por tanto, parece que, sin duda, este precepto es una regulación de supuestos de hecho
que se integran con los regulados en el texto refundido del ITP y AJD para conformar el hecho impo­
nible del TPO, lo cual lleva a otra cuestión sobre la misma, como es la de determinar si se trata de
una norma cautelar que con criterios objetivos pretende evitar determinadas conductas o si, por el
contrario, supone la introducción de una norma sancionadora, en este sentido, nada se establece que
pueda equipararse a una sanción, puesto que si el legislador ha considerado que, cuando se cumplen
los requisitos enumerados en el precepto, la transmisión de valores no es tal, sino una transmisión de
los inmuebles del activo de la entidad representada por los valores transferidos, no cabe sino concluir
que deba gravarse la citada transmisión de inmuebles.
Según las conclusiones anteriores, este precepto regula, mediante una norma que puede
conceptuarse como cautelar, lo que significa que es objetiva, sin que sea necesaria para su aplica­
ción ningún elemento subjetivo, que regula supuestos de hecho que se integran y delimitan el hecho
imponible del TPO. En esta misma línea, se pronunció la DGT, en su contestación a consulta tributa­
ria de 10/10/1996, al estimar que: lo que pretende gravar el artículo 108 de la LMV es la transmisión
de inmuebles encubierta en una transmisión de acciones.
Dado ese aspecto cautelar, es por lo que no se excluyen de la misma actuaciones que
pudieran dar lugar a considerar que no esconden una voluntad de elusión del gravamen de las trans­
misiones de inmuebles, o dicho de otra forma, si alguien quisiera eludir dicha tributación mediante la
transmisión de las participaciones en una entidad de carácter inmobiliario es claro que lo encubriría
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dotando a aquélla de una actividad empresarial o profesional y no como de mera tenencia de bienes o
valores, pues nadie va a declarar, si tiene intención de eludir un tributo, precisamente, que va a hacerlo.
Al contener una delimitación o ampliación del hecho imponible de TPO, el precepto lleva
aparejado la aplicación estricta del principio de legalidad tributaria, con su natural consecuencia: no
puede aplicarse la analogía para llevar más allá de sus propios términos el alcance del hecho imponi­
ble regulado en la norma, lo cual no quiere decir que no puedan interpretarse según los instrumentos
previstos en la normativa tributaria, que por remisión son los previstos con carácter general en el
Código Civil (artículos 3 a 5 del CC).
Otra cuestión importante es el encaje de este precepto en la normativa de la Unión Eu­
ropea (U.E) y, más en concreto, con la regulación armonizadora europea sobre el IVA, para lo cual,
nada mejor que citar expresamente lo dicho sobre este aspecto por el TS, que en su Sentencia de 17
de mayo de 2006, ya citada, establece que:
“(…)
La Ley 24/1988, de 28 de julio , del Mercado de Valores, con el fin de cumplir el contenido de
la Directiva de la Comunidad Económica Europea, relativa a los impuestos indirectos sobre
las transacciones de valores, recoge la exención de las " transmisiones de valores". Como
expresa en su Exposición de Motivos, apartado 16, "la exención prevista en el Impuesto sobre
el Valor Añadido para las operaciones sujetas al mismo se hace extensiva al Impuesto sobre
Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados ". En este sentido, el art. 108,
apartado 1, establece: "La transmisión de valores, admitidos o no a negociación en un mer­
cado secundario oficial, estará exenta del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Ac­
tos Jurídicos Documentados y del Impuesto sobre el Valor Añadido".
Con la finalidad, también, de adoptar las medidas cautelares necesarias para evitar la elusión
del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales , y siguiendo las pautas marcadas por la citada
Directiva, el art. 108 describe una serie de transmisiones que quedan exceptuadas de la "exen­
ción", y que pretenden o encubren una enajenación del poder de disposición sobre inmuebles.
(…).”
2.3.3. Alcance y contenido
El actual artículo 108 de la LMV se compone de cuatro apartados, en los que se estable­
ce lo siguiente:
«Artículo 108.
1. La transmisión de valores, admitidos o no a negociación en un mercado secundario ofi­
cial, estará exenta del Impuesto sobre el Valor Añadido y del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales
y Actos Jurídicos Documentados.
2. Quedan exceptuadas de lo dispuesto en el apartado anterior las transmisiones realizadas
en el mercado secundario, así como las adquisiciones en los mercados primarios como consecuencia del
ejercicio de los derechos de suscripción preferente y de conversión de obligaciones en acciones o median­
te cualquier otra forma, de valores, y tributarán por la modalidad de transmisiones patrimoniales onerosas
del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados como transmisiones
onerosas de bienes inmuebles, en los siguientes supuestos:
a) Cuando los valores o participaciones transmitidos o adquiridos representen partes alícuo­
tas del capital social o patrimonio de sociedades, fondos, asociaciones y otras entidades cuyo activo esté
constituido al menos en un 50 por 100 por inmuebles situados en territorio español, o en cuyo activo se
incluyan valores que le permitan ejercer el control en otra entidad cuyo activo esté integrado al menos en
un 50 por 100 por inmuebles radicados en España, siempre que, como resultado de dicha transmisión o
adquisición, el adquirente obtenga una posición tal que le permita ejercer el control sobre esas entidades o,
una vez obtenido dicho control, aumente la cuota de participación en ellas.
A los efectos del cómputo del 50 por 100 del activo constituido por inmuebles, se tendrán en
cuenta las siguientes reglas:
1.ª Para realizar el cómputo del activo, los valores netos contables de todos los bienes se
sustituirán por sus respectivos valores reales determinados a la fecha en que tenga lugar la transmisión o
adquisición.
— 17 —
2.ª No se tendrán en cuenta aquellos inmuebles, salvo los terrenos y solares, que formen
parte del activo circulante de las entidades cuyo objeto social exclusivo consista en el desarrollo de activi­
dades empresariales de construcción o promoción inmobiliaria.
3.ª El cómputo deberá realizarse en la fecha en que tenga lugar la transmisión o adquisición
de los valores o participaciones, a cuyos efectos el sujeto pasivo estará obligado a formar un inventario del
activo en dicha fecha y a facilitarlo a la Administración tributaria a requerimiento de ésta.
4.ª El activo total a computar se minorará en el importe de la financiación ajena con venci­
miento igual o inferior a 12 meses, siempre que se hubiera obtenido en los 12 meses anteriores a la fecha
en que se produzca la transmisión de los valores.
Tratándose de sociedades mercantiles, se entenderá obtenido dicho control cuando directa o
indirectamente se alcance una participación en el capital social superior al 50 por 100. A estos efectos se
computarán también como participación del adquirente los valores de las demás entidades pertenecientes
al mismo grupo de sociedades.
En los casos de transmisión de valores a la propia sociedad tenedora de los inmuebles para
su posterior amortización por ella, se entenderá a efectos fiscales que tiene lugar el hecho imponible defi­
nido en esta letra a). En este caso será sujeto pasivo el accionista que, como consecuencia de dichas ope­
raciones, obtenga el control de la sociedad, en los términos antes indicados.
b) Cuando los valores transmitidos hayan sido recibidos por las aportaciones de bienes in­
muebles realizadas con ocasión de la constitución o ampliación de sociedades, o la ampliación de su capi­
tal social, siempre que entre la fecha de aportación y la de transmisión no hubiera transcurrido un plazo de
tres años.
3. En las transmisiones o adquisiciones de valores a las que se refiere el apartado 2 anterior
se aplicará el tipo correspondiente a las transmisiones onerosas de bienes inmuebles, sobre el valor real
de los referidos bienes calculado de acuerdo con las reglas contenidas en la normativa vigente del Impues­
to sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados. A tal fin se tomará como base
imponible:
a) En los supuestos a los que se refiere la letra a) del apartado 2 anterior, la parte propor­
cional sobre el valor real de la totalidad de las partidas del activo que, a los efectos de la aplicación de esta
norma, deban computarse como inmuebles, que corresponda al porcentaje total de participación que se
pase a tener en el momento de la obtención del control o, una vez obtenido, onerosa o lucrativamente,
dicho control, al porcentaje en el que aumente la cuota de participación.
Cuando los valores transmitidos representen partes alícuotas del capital social o patrimonio
de entidades en cuyo activo se incluya una participación tal que permita ejercer el control en otras entida­
des, para determinar la base imponible sólo se tendrán en cuenta los inmuebles de aquellas cuyo activo
esté integrado al menos en un 50 por 100 por inmuebles.
b) En los supuestos a que se refiere la letra b) del apartado 2 anterior, la parte proporcional
del valor real de los inmuebles que fueron aportados en su día correspondiente a las acciones o participa­
ciones transmitidas.
4. Las excepciones reguladas en el apartado 2 de este artículo no serán aplicables a las
transmisiones de valores admitidos a negociación en un mercado secundario oficial, siempre que la trans­
misión se produzca con posterioridad al plazo de un año desde la admisión a negociación de dichos valo­
res. A estos efectos, para el cómputo del plazo de un año no se tendrán en cuenta aquellos períodos en los
que se haya suspendido la negociación de los valores.
No obstante, cuando la transmisión de valores se realice en el ámbito de ofertas públicas de
venta o de ofertas públicas de adquisición, no será necesario el cumplimiento del plazo previsto en el
párrafo anterior.
2.3.3.1. Apartado 1
En el apartado 1 de la nueva redacción de este precepto se establece la exención de la
transmisión de valores, tanto en lo que respecta a las operaciones sujetas al IVA, como al TPO, pu­
diéndose observar que se ha variado en esta última redacción el orden en que se cita a estos dos
tributos, sin que hayan cambiado ningunos de los otros aspectos de las exenciones, esta alteración
del orden de los tributos quizás puede ser consecuencia de que cualquier transmisión onerosa u ope­
ración asimilada, primero debe analizarse si está sujeta al IVA, en cuyo caso, queda no sujeta a TPO,
y cuando no está sometida al primer impuesto, queda sujeta al TPO.
— 18 —
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Teniendo en cuenta lo anterior, puede afirmarse que en este primer apartado se establece,
sin más, una exención, que deriva de lo previsto en la normativa armonizadora de la Unión Europea
sobre el IVA, por lo que su interpretación inicial es clara, salvo por lo que se refiere a la delimitación
de lo que se entiende por el concepto de “valores”.
Para poder resolver la delimitación de “valores” cabe observar que, en la propia exposi­
ción de motivos de la LMV, se pone de manifiesto que dicha Ley gira en torno al concepto “valores
negociables” y que, este concepto legal, es considerado de difícil definición en un texto legal, aunque
se concluye afirmando que no por ello deja de ser real, basando la delimitación en un carácter fun­
damental, su negociabilidad, incluyendo en el concepto, tanto los de renta variable, como, también, a
los de renta fija.
Atendiendo a lo anterior, es meridiano que no es el concepto básico de la LMV: “valores
negociables” al que se refiere el artículo 108, aunque se trate de la misma Ley, sino a aquéllos valo­
res que representen el capital o el patrimonio de entidades, que incluidos en el concepto general de
“valores negociables” debe de excluir a algunos de ellos, como los citados valores negociables de
renta fija, con lo que quedaría reducido al de valores de renta variable y asimilables.
El concepto de “valores” no ha sufrido modificación alguna en el nuevo texto del precep­
to, por lo que habrá que acordar que se mantienen los mismos problemas de delimitación que ya se
planteaban con la redacción anterior del artículo. Sobre esta cuestión, puede ser conveniente recor­
dar que la solución dada por la doctrina administrativa a esta cuestión, ha sido la de considerar valo­
res, a los efectos de la exención, a todos aquéllos que sean conceptuados como tales en la
normativa: acciones de sociedades anónimas, las participaciones de las sociedades limitadas –por
establecer su equiparación con las acciones su propia Ley– las participaciones de los Fondos de In­
versión –que, también, son considerados valores por su normativa específica–, etc. y, además, todas
las participaciones de entidades sujetas al Impuesto sobre Sociedades.
Este último añadido interpretativo relativo a todas las participaciones de entidades suje­
tas al Impuesto sobre Sociedades, lo infiere la Administración tributaria del contenido de las excep­
ciones a la exención, que claramente, se dirigen a gravar transmisiones de inmuebles que se
hubieran querido esconder bajo el manto de una transferencia onerosa de participaciones de la enti­
dad que tenga en su activo al menos el 50 por 100 de inmuebles.
Por tanto, para la doctrina administrativa, a los valores definidos como tales por sus co­
rrespondientes normativas hay que añadir las participaciones de las sociedades agrarias de transfor­
mación (SAT), que, pese a ser sociedades civiles, tributan por el Impuesto sobre Sociedades, no
incluyéndose, por el contrario, las sociedades civiles en general, las participaciones en comunidades
de bienes y cualquier otra entidad que no tribute por dicho impuesto.
En aplicación de la doctrina descrita, cuando se transmitan participaciones en una socie­
dad civil o en una comunidad de bienes o similares, se gravarán la transmisión de todos y cada uno
de los bienes que se correspondan con las participaciones transmitidas. Como ejemplo de lo anterior,
si se transmite una copropiedad de un local comercial que representa el 51 por 100 del mismo, la
transmisión lo será de dicho derecho de copropiedad y consistirá en la transmisión de una parte de un
inmueble, aplicándose todos los conceptos y tipos correspondientes a bienes inmuebles, siendo la
base imponible el 51 por 100 del valor real del inmueble, es decir, que. tributará como transmisión de
bienes inmuebles por TPO.
En el sentido anterior cabe citar la contestación vinculante de la DGT a consulta tributaria
de 28/09/2005 (V1883-05), que textualmente establece:
“(…)
A efectos de la exención, debe entenderse por valores los títulos de participación social que
atribuyen a su titular la condición de socio de sociedades mercantiles, tales como acciones de
sociedades anónimas o participaciones en sociedades limitadas, así como otros títulos cuya
consideración de valor ha sido expresamente señalada en la Ley, como en el caso de partici­
paciones en Fondos de Inversión –artículo 7 de la Ley 35/2003, de 4 de noviembre, de Insti­
tuciones de Inversión Colectiva–.
Ahora bien no resultan equiparables las cuotas que los condóminos ostentan en la comunidad
de bienes, en las condiciones reguladas en los artículos 392 y siguientes del Código Civil, con
— 19 —
los valores negociables o no, que otorgan a su titular la condición de socio o participe de so­
ciedades mercantiles.
Según el artículo 399 del Código civil, todo condueño tiene la plena propiedad de su parte,
pudiendo enajenarla, cederla o hipotecarla. A efectos fiscales, la transmisión de la propiedad
de una cuota en una comunidad de bienes origina el hecho imponible del gravamen de
Transmisión Patrimonial Onerosa, no siendo aplicable la exención prevista en el artículo
45.I.B.9, que afecta exclusivamente a la transmisión de valores. Tal argumentación descansa
en la diferente naturaleza jurídica de la cuota en el condominio y del valor participativo mer­
cantil, y en la prohibición contenida en el artículo 14 de la Ley 58/2003, General Tributaria, de
17 de diciembre, que descarta la aplicación de la analogía para extender más allá de sus
términos estrictos el ámbito de las exenciones o bonificaciones.
(…).”
Siguen el mismo criterio otras contestaciones vinculantes de la DGT, como la de
14/04/2005 (V0265-05), referente a la transmisión de las denominadas acciones de un club social, en
la que se reitera que las entidades sin personalidad jurídica propia, distinta de la de sus titulares, no
se pueden considerar como valores a los efectos de este precepto.
2.3.3.2. Apartado 2
El segundo apartado determina los efectos de la excepción a la citada exención, que,
como se ha concluido antes, se configura como una sujeción, no a los correspondientes impuestos
exonerados ni, tampoco, que se vuelva al, gravamen de la transmisión de los valores transmitidos,
sino como un hecho imponible, en todo caso, de TPO por la transmisión de los inmuebles del activo
de la entidad cuyos valores son objeto de la transmisión real.
Para que se produzca la aplicación de este hecho imponible, que recoge, al menos dos
supuestos diferentes, que van a diferenciarse mediante su inclusión separada en las letras a) y b),
deben cumplirse determinadas condiciones que se enumeran en este apartado, planteándose,
además, algunas cuestiones o problemas que, incluso, vienen de redacciones anteriores a la vigente.
Una de las primeras cuestiones que se plantean es cuál debe de ser la delimitación del
concepto “inmuebles” o “bienes inmuebles”, a efectos de determinar los que integren al menos la
mitad del activo de estas entidades sometidas a tributación por este artículo.
En el sentido anterior, hay que resaltar que siendo el IVA el tributo principal sobre el que
gira la imposición indirecta, sin embargo, no contiene una delimitación concreta sobre lo que se con­
sideran bienes inmuebles a los efectos de dicho impuesto. En efecto, la regulación del IVA no recoge
una definición de lo que debe entenderse por bien inmueble, sin perjuicio de que regule y defina algu­
nos bienes que forman parte del concepto general de inmueble, como es el supuesto de edificación,
el de terreno, el de solar, etc., lo que lleva a que, en lo que respecta a este impuesto, deban conside­
rarse bienes inmuebles los que así son conceptuados en la normativa general y, más en especial, en
el Código Civil (CC), que en su artículo 334 y siguientes delimita aquéllos que tienen la naturaleza de
bienes inmuebles.
Para delimitar qué bienes son inmuebles y cuales son muebles, el CC utiliza el sistema
de enumerar los que deben considerarse como inmuebles, definiéndose como tales los siguientes:
11. Las tierras, edificios, caminos y construcciones de todo género adheridas al suelo.
12. Los árboles y plantas y los frutos pendientes, mientras estuvieren unidos a la tierra o
formaren parte integrante de un inmueble.
13. Todo lo que esté unido a un inmueble de una manera fija, de suerte que no pueda sepa­
rarse de él sin quebrantamiento de la materia o deterioro del objeto.
14. Las estatuas, relieves, pinturas u otros objetos de uso u ornamentación, colocados en
edificios o heredades por el dueño del inmueble en tal forma que revele el propósito de
unirlos de un modo permanente al fundo.
15. Las máquinas, vasos, instrumentos o utensilios destinados por el propietario de la finca a
la industria o explotación que se realice en un edificio o heredad, y que directamente
concurran a satisfacer las necesidades de la explotación misma.
— 20 —
Instituto de Estudios Fiscales
16. Los viveros de animales, palomares, colmenas, estanques de peces o criaderos análo­
gos, cuando el propietario los haya colocado o los conserve con el propósito de mante­
nerlos unidos a la finca, y formando parte de ella de un modo permanente.
17. Los abonos destinados al cultivo de una heredad, que estén en las tierras donde hayan
de utilizarse.
18. Las minas, canteras y escoriales, mientras su materia permanece unida al yacimiento y
las aguas vivas o estancadas.
19. Los diques y construcciones que, aun cuando sean flotantes, estén destinados por su
objeto y condiciones a permanecer en un punto fijo de un río, lago o costa.
10. Las concesiones administrativas de obras públicas y las servidumbres y demás dere­
chos reales sobre bienes inmuebles.
Con otro criterio, el mismo CC utiliza un método distinto para delimitar qué bienes se
consideran muebles, que son todos aquellos bienes susceptibles de apropiación que no tengan la
naturaleza de inmuebles y, en general, todos los que se pueden transportar de un punto a otro sin
menoscabo de la cosa inmueble a que estuvieren unidos.
Asimismo, califica como muebles las rentas o pensiones, sean vitalicias o hereditarias, afec­
tas a una persona o familia, siempre que no graven con carga real un inmueble, los oficios enajenados,
los contratos sobre servicios públicos, las cédulas y títulos representativos de préstamos hipotecarios.
Al contrario que en la legislación del IVA, en la correspondiente al ITP y AJD, el artículo 3
del texto refundido de la Ley de este impuesto, establece que para la calificación jurídica de los bie­
nes sujetos al impuesto por razón de su distinta naturaleza, destino, uso o aplicación, se estará a lo
que establezcan el CC o, en su defecto, el Derecho Administrativo, pero añadiendo a esta remisión
general, que igualaría la delimitación de bienes inmuebles o muebles a lo dispuesto para el IVA, una
matización a lo previsto en el CC, al disponerse en este precepto tributario lo siguiente:
“(...)
Se considerarán como bienes inmuebles a efectos del impuesto, las instalaciones de
cualquier clase establecidas con carácter permanente, siquiera por la forma de su cons­
trucción sean transportables, y aun cuando el terreno sobre el que se hallen situadas no
pertenezca al dueño de los mismos.
(…).”
Teniendo en cuenta dicha matización sobre el criterio general del CC, se deduce que son
inmuebles, a efectos del ITP Y AJD, cualquier tipo de instalaciones, máquinas, vasos, instrumentos o
utensilios destinados por su propietario, aunque no sea titular de la finca, a su industria o explotación,
por lo que habrá que considerar como bienes inmuebles los calificados como tales en el CC, con la
matización establecida en el artículo 3 del texto refundido de este último tributo.
Siguiendo con esta delimitación de la naturaleza de los bienes, habrá que excluir del
concepto de inmuebles los que se tengan por arrendamiento, tanto ordinario, como financiero o lea­
sing, aunque en este último caso, pasarán a ser inmuebles de la entidad cuando ésta ejerza su dere­
cho de opción de compra, –así lo considera, también, una contestación a consulta tributaria de la
DGT de 10/05/1994–.
Pasando al análisis de las modificaciones, la primera innovación introducida por la Ley
36/2006 en cuanto al hecho imponible de TPO, recogido en la letra a), ha sido el haber añadido a los
supuestos que dan lugar a la aplicación de esta modalidad, por adquisiciones en mercados origina­
rios, que se circunscribían al ejercicio de los derechos de suscripción preferentes y a la conversión de
las obligaciones en acciones, ahora se ha introducido una nueva forma genérica de adquisición en
dichos mercados primarios: “...mediante cualquier otra forma..”.
La innovación anterior, parece que pudiera obedecer a evitar otras fórmulas que se em­
pleaban para adquirir participaciones de entidades, por ejemplo a aquellos supuestos en que, de
acuerdo con la normativa de sociedades anónimas, se excluye el derecho de suscripción preferente,
pudiéndose ceder los mismos gratuitamente a terceros, con lo que entran en la entidad nuevos socios
que adquieren acciones por este sistema (artículo 159 de la Ley de Sociedades Anónimas).
— 21 —
Siendo indudable la aplicación del precepto al supuesto concreto anterior, sin embargo,
al adoptar una forma tan general, cabe preguntarse si, también, en la constitución de las entidades,
pudiera ser de aplicación éste nuevo supuesto de aplicación del TPO, a lo que quizás deba contes­
tarse en sentido afirmativo, puesto que nada en contra se dice en la norma.
Sin embargo, parece que el precepto analizado responde a un criterio de adquisición de
control de bienes o derechos de una entidad, para lo cual es necesario que no se tuviera dicho control
antes de la operación de que se trate –como se deduce del requisito de adquirir el control de la enti­
dad–, por lo que si el adquirente de los valores ya controlaba el bien o las participaciones de la enti­
dad, no es posible considerar que haya adquirido su control.
En aclaración de lo anterior, pueden suponerse varios ejemplos: una persona que posee
en plena propiedad y como único titular un inmueble en arrendamiento, por motivos económicos váli­
dos, considera que es necesario y conveniente constituir una sociedad a la que aporta dicho inmue­
ble, correspondiéndole el 100 por 100 de las participaciones en la misma, es decir que adquiere el
control en el mercado primario, pero de una entidad que tiene un inmueble que ya controlaba total­
mente el socio, lo que impide considerar que ha adquirido el control, pues ya lo poseía.
Otro ejemplo pudiera ser el caso en el que una entidad cuyo activo es de carácter inmo­
biliario, al menos en su mitad y cuyo capital está participado por mitades por otras dos sociedades, es
objeto de una operación para integrarla en una nueva sociedad holding, que se crea para gestionar la
inmobiliaria, correspondiendo por dichas aportaciones de acciones a esta sociedad de valores a cada
socio de la inmobiliaria el 50 por 100 de las acciones de la nueva entidad, tampoco, en este supuesto,
se obtiene un control ni de la sociedad creada ni de la inmobiliaria que no se tuviera ya con anteriori­
dad, por lo que no parece aplicable la sujeción al TPO que se establece en este precepto –véase a
este respecto la primera contestación vinculante de la Dirección General de Tributos de fecha
13
16/04/2007 (V0821-07) , sobre el nuevo texto del precepto, que así lo interpreta–.
Distinto sería si, por el contrario, en el mismo supuesto anterior, aportara una de las so­
ciedades todas sus acciones de la inmobiliaria y la otra, sólo, un 48 por ciento de esas acciones, de
tal forma que la que mayor aportación ha hecho pasara a tener un 51 por ciento de la sociedad hol­
ding y la otra solamente un 49 por ciento de la misma entidad, es claro que la primera ha pasado a
tener el control de una entidad en cuyo activo se encuentra una sociedad que tiene un activo consti­
tuido al menos en su 50 por ciento por inmuebles, con lo que ha adquirido el control y debiera de tri­
butar por TPO.
Por otra parte, esta nueva ampliación de los supuestos gravados por adquisición en
mercados primarios abre otra cuestión, como es la de la compatibilidad o no en cuanto al gravamen
de estas operaciones por las modalidades de operaciones societarias y por transmisiones patrimonia­
les onerosas, en lo que hay distinguir según que la operación se realice en el mercado primario o en
el secundario.
En el sentido anterior, las transmisiones de valores realizadas en el mercado secundario
que den lugar al devengo de ambas modalidades del ITP y AJD, se deben gravar solamente por ope­
raciones societarias, mientras que las adquisiciones de valores realizadas en los mercados primarios
como consecuencia del ejercicio de los derechos de suscripción preferente y de conversión de obli­
gaciones en acciones o mediante cualquier otra forma, pueden ser gravadas por TPO.
La base de las conclusiones anteriores derivan del análisis del mandato contenido en el
artículo 1.2 del texto refundido de la Ley del ITP y AJD, que establece una incompatibilidad absoluta
entre las modalidades de transmisiones patrimoniales onerosas y operaciones societarias en los si­
guientes términos: “En ningún caso, un mismo acto podrá ser liquidado por el concepto de transmi­
siones patrimoniales onerosas y por el de operaciones societarias”. A este respecto, cabe advertir
que si bien el TRLITPAJD establece una absoluta incompatibilidad entre transmisiones patrimoniales
onerosas y operaciones societarias, no especifica qué modalidad prevalece. No obstante, esta apa­
rente laguna ha sido resuelta a favor de considerar aplicable, solamente, operaciones societarias.
Si se tiene en cuenta, conjuntamente, los contenidos de los artículos 1.2 del TRLITPAJD
y 108 de la LMV, se concluye que, con carácter general, las transmisiones de valores tributarán por la
modalidad de transmisiones patrimoniales onerosas cuando se trate de transmisiones de valores
sujetas a esta modalidad del ITP y AJD por cumplirse el hecho imponible definido en el artículo 7 del
TRLITPAJD, pero no cuando se trate de transmisiones de valores sujetas a la modalidad de opera­
— 22 —
Instituto de Estudios Fiscales
ciones societarias por cumplirse el hecho imponible definido en el artículo 19 y concordantes –entre
ellos, el artículo 21– del referido Texto Refundido.
No obstante lo anterior, la incompatibilidad general de las dos modalidades citadas del
ITP y AJD no se producirá en los términos por expresa disposición del artículo 108.2.a, es decir,
cuando se efectúe la adquisición de los valores en los mercados primarios, ya sea como consecuen­
cia del ejercicio de derechos de suscripción preferente, de la conversión de obligaciones en acciones
o de cualquier otra forma, en este caso, quedará gravada por la modalidad de transmisiones patrimo­
niales onerosas del ITP y AJD como transmisión onerosa de bienes inmuebles, a este respecto, véa­
se la contestación vinculante de la DGT n.º V0318-08, de 14/02/200814.
El criterio anterior, ha sido reiterado por la citada DGT en varias contestaciones posterio­
res n.º V0569-08, de 18/03/2008 y n.º V0584-08, de 24/03/2008.
Aclarado lo anterior, se deduce que debe de resaltarse que el precepto divide en dos los
supuestos que va a fijar como sujetos a la modalidad de TPO, regulándolos en dos letras separadas,
por lo que han de examinarse separadamente.
2.3.3.2.1. La letra a). Reglas de cómputo
Esta primera letra hace referencia a la transmisión o adquisición de valores de entidades
cuyo activo esté constituido al menos en un 50 por ciento por inmuebles situados en España, o en
cuyo activo se incluyan valores que le permitan ejercer el control de otra entidad, cuyo activo esté
integrado al menos en su mitad por inmuebles radicados en España, siempre que, como resultado de
dicha transmisión o adquisición, el adquirente obtenga el control sobre dichas entidades o, una vez
adquirido, aumente dicho control.
En esta regulación destaca la inclusión entre los supuestos de hecho que conforman es­
te hecho imponible, no solo de la transmisión de valores, sino también la adquisición, lo que debe
entenderse como referencia a la adquisición en el mercado primario, aunque, también, pueden plan­
tearse otras formas de adquisición derivadas de cualquier tipo de negocios que no sean estrictamente
la compraventa, así no puede dudarse del supuesto de adquisición de valores mediante permuta o de
otros contratos.
Si se tratara de canje de valores, aportación de participaciones u otras operaciones suje­
tas a la modalidad de operaciones societarias, si comportan que la adquisición sea en el mercado
primario, también, quedarán sometidas a este precepto, pero si es en el mercado secundario, se dará
la incompatibilidad que existe entre operaciones societarias y transmisiones patrimoniales onerosas y
no se aplicará el artículo 108 LMV.
La segunda cuestión es la referida a los inmuebles, debiendo entenderse como tales los
que se han considerado con anterioridad, es decir, los bienes que puedan considerarse como tales
según la normativa del ITP y AJD.
Se ha añadido, además de lo anterior, que van a quedar gravadas dichas transmisiones
y adquisiciones cuando la entidad, no solamente, esté formada en al menos un 50 por ciento por in­
muebles, sino, también, cuando ejerza el control de una entidad con estructura de activo igual a la
anterior, es decir, que la adquisición del control o el aumento del mismo, sobre una entidad que con­
trola a otra de carácter inmobiliario mediante el control de su matriz, también, da lugar a la aplicación
de esta norma.
Este precepto exige para que sea de aplicación que se adquiera el control de la sociedad
inmobiliaria o de la matriz de la misma, pero no de la participada por esta –cuando se trata de la ad­
quisición o aumento de control de una sociedad matriz de otra inmobiliaria, ha de controlarse a la
matriz y no es necesario que dicho control conlleve el de la sociedad inmobiliaria–.
A modo de ejemplo sobre la cuestión anterior, si una sociedad B posee el 51 por 100 de
una sociedad C, que tiene la mitad de su activo constituido por bienes inmuebles radicados en Espa­
ña, y se adquiere por otra sociedad A el 51 por 100 de su capital, ello daría lugar a que se aplicara el
artículo 108 de la LMV por la adquisición del control de B, aunque, como sucede en este supuesto,
dicha adquisición no suponga el control de la sociedad C, puesto que A, solamente, tendrá un 26,01
por 100 del capital de C. El control de una participada de naturaleza inmobiliaria es una opción de la
que se ocupa con posterioridad la norma al regular el control indirecto.
— 23 —
Por otro lado, como consecuencia del cambio de base imponible en estos supuestos de­
rivado, seguramente, de la jurisprudencia del Tribunal Supremo (TS), se ha conceptuado como hecho
imponible de la modalidad de TPO, además de la adquisición del control de las entidades inmobilia­
rias, también, el aumento de dicho control.
En cuanto al aumento de control de una entidad, pueden darse problemas de aplicación
temporal de esta modificación introducida por la Ley 36/2006, puesto que la misma no ha regulado en
ninguna disposición transitoria su aplicabilidad a casos anteriores a la Ley, en este sentido, si una
operación de toma de control de una entidad hubiera sido gravada en su momento por aplicación del
artículo 108 de la LMV, dado que, con anterioridad a la regulación actual, se cuantificaba la base im­
ponible en el 100 por 100 del valor de los inmuebles, es claro que ya ha sido gravada en su totalidad
la transmisión de los inmuebles, por lo que no cabría aplicarle lo actualmente previsto para el aumen­
to del control aunque éste se produzca tras la entrada en vigor de lo modificado por la Ley 36/2006,
dado que, incluso, la propia normativa del ITP y AJD establece que solamente se puede gravar una
vez cada acto, contrato o negocio sujetos al tributo.
Esta cuestión versa sobre la posible retroactividad de las Leyes tributarias, que parece
que no hay duda de que pueda darse, puesto que no pueden ser conceptuadas como sancionadoras
ni restrictivas de derechos. En este sentido pueden citarse innumerables Resoluciones judiciales en
las que se niega que las normas tributarias tengan tal carácter, pudiendo transcribirse por todas ellas,
lo recogido en la Sentencia de 28 de marzo de 2007 del TS en la que se establece que:
“(…) La nota esencial de toda infracción es la antijuridicidad de la conducta sancionada. Esa
nota, desde luego, no concurre en la tasa cuestionada, puesto que producir por encima de la
tasa asignada no es una conducta "ilícita" sino una conducta "gravada" lo que es cosa bien
distinta. Solo desde una perspectiva que asimile «gravamen» con «sanción» y que, eviden­
temente, no se puede compartir se puede establecer el principio que sostiene la entidad recu­
rrente (…).”
Si se considera dicha naturaleza, la retroactividad de las normas tributarias pudiera al­
canzar a todas las operaciones realizadas con anterioridad, pero el Tribunal Constitucional (TC) ha
matizado esta posibilidad al entender que existen dos tipos de retroactividad, así la doctrina de este
Tribunal (Sentencia N.º 182/1997, de 28 de octubre), distingue entre la retroactividad auténtica o de
grado máximo, y la retroactividad impropia o de grado medio.
La retroactividad auténtica o de grado máximo se produce cuando la disposición afecte a
situaciones de hecho producidas con anterioridad a la propia Ley y ya consumadas, por lo que, sola­
mente, cuando existan exigencias cualificadas de interés general puede imponerse este sacrificio del
principio de seguridad jurídica. El supuesto de la retroactividad de grado medio o impropia, es el que
se produce cuando la Ley incide sobre situaciones jurídicas actuales aún no concluidas.
Corolario de lo anterior, en lo que respecta a la retroactividad, es que, en el ámbito tribu­
tario, es perfectamente aplicable la de grado medio o impropia, mientras que la auténtica o de grado
máximo no cabe su aplicación, salvo que una norma lo estableciera expresamente por darse determi­
nados extremos de interés general, por lo que se considera que, al no haberse recogido en la última
modificación del artículo 108 de la LMV aspectos relativos a la retroactividad de las modificaciones
debe aplicarse la retroactividad de grado medio o impropia a los supuestos afectados por esta última
modificación.
El criterio anterior es el que ha adoptado la DGT en dos contestaciones vinculantes a
consultas tributarias de 14/05/2007 (V0948-07) y de 18/06/2007 (V1253-07), en las que establece,
respecto a los supuestos de cumplimiento del plazo de un año para poder transmitir los valores reci­
bidos por la aportación de inmuebles dicho criterio de aplicación de la retroactividad de grado medio.
A efectos de la consideración como entidades inmobiliarias afectadas por este precepto,
la nueva redacción ha establecido una serie de reglas para su cómputo, al margen de lo ya concluido
sobre qué bienes deben considerarse inmuebles.
En cuanto al aspecto anterior, dichas reglas incorporan al texto de la Ley criterios extraí­
dos de la interpretación administrativa, que contenían sistemas para evitar actuaciones para eludir la
aplicación del precepto y, en general, sirven para aclarar la calificación de las entidades que tienen
inmuebles en su activo a los efectos de la aplicación de esta norma cautelar.
— 24 —
Instituto de Estudios Fiscales
En la nueva regulación del artículo 108 LMV, para calificar a una entidad como de las
previstas en el mismo, debe de comenzarse por evaluar si en su activo existen, como mínimo, un 50
por ciento de inmuebles o controla a otra entidad que cumpla lo anterior, de lo que se deduce que
inmuebles y valores deben computarse separadamente a estos efectos, sin que puedan sumarse, por
ejemplo, si una entidad tiene su activo formado por un 40 por ciento de inmuebles y un 40 por ciento
por acciones que representan el 51 por ciento del capital de una sociedad cuyo activo esta conforma­
do, exclusivamente, por inmuebles, por ninguno de ambos límites se considerara como entidad inmo­
biliaria a los efectos del artículo 108 de la LMV.
Para el cálculo anterior, se prevén las siguientes reglas de cómputo:
1.ª Regla de cómputo
La primera de las reglas establecidas determina que para computar el activo de las entida­
des y ver si al menos en su mitad está constituido por inmuebles radicados en España, deben sustituir­
se todos los valores netos contables por los valores reales determinados a la fecha de la transmisión de
los valores.
Los puntos a estudiar son los siguientes: se refiere solamente al activo, aunque, a los va­
lores netos contables, por lo que habrán de tenerse en cuanta las cargas y gravámenes que disminu­
yan el valor contable, así como las amortizaciones o depreciaciones contablemente apuntadas; si los
derechos también deben tenerse en cuenta y sustituirse por su valor real, dado que se establece la
sustitución sólo para los bienes, sin citar expresamente, los derechos, sobre lo que cabe decir que tanto
en el CC, como en multitud de otras normas cuando se cita genéricamente el concepto “bienes”, salvo
que se diga lo contrario o se deduzca del contexto, también se considera a los derechos, por lo que, en
conclusión, deben sustituirse por su valor real, tanto los bienes, como los derechos contabilizados.
De su naturaleza de contabilizados se deduce la siguiente cuestión a elucidar, si también
los activos intangibles no contabilizados, como el siempre recurrente fondo de comercio, deben de
tenerse en cuenta y sustituirse por su valor real, a lo que cabe contestar que ningún bien o derecho
no contabilizado, aunque pudiera decirse que tiene valor contable, puede ser sustituido por su valor real,
porque lo que no tiene, en ningún caso, un bien o derecho no contabilizado es valor neto contable.
Por último, se establece, sin ningún tipo de dudas, que la sustitución y valoración debe
realizarse en la misma fecha en que se produzca la transmisión de los valores de la entidad corres­
pondiente.
2.ª Regla de cómputo
Sigue excluyéndose en la nueva redacción del artículo 108 LMV, a los efectos de califi­
car a una entidad como inmobiliaria, de los bienes inmuebles, salvo los terrenos y solares, que for­
men parte del activo circulante de las entidades que tengan como objeto social exclusivo el desarrollo
de actividades empresariales de construcción o promoción inmobiliaria.
Aun no habiendo cambiado la regla anterior, cabe destacar varios puntos que han dado
lugar a discusión por parte de la doctrina, así en primer lugar que se excluyen para el cómputo de lo
que son inmuebles, solamente, en el supuesto de entidades que tengan como objeto social exclusivo
la construcción o promoción inmobiliaria, por lo que si una entidad realiza cualquier otra actividad,
aunque sea complementaria o accesoria y no tenga importancia relativa respecto a la principal, ya no
es posible aplicar esta regla.
En consecuencia, no cabría incluir en esta regla como posibles beneficiarias de esta ex­
clusión a las entidades que desarrollen la promoción conjuntamente con el arrendamiento de inmue­
bles, tampoco a las que se dediquen al arrendamiento financiero o leasing inmobiliario, como se pone
de manifiesto en la contestación a consulta tributaria de la DGT de 27/09/2001, que refiriéndose a
este aspecto establece que:
“(…)
Sin que puedan equipararse las actividades de leasing a las de construcción o promoción in­
mobiliaria, a los efectos de excluir del cómputo de los inmuebles a aquellos destinados a su
actividad comercial
(…).”
— 25 —
Del nuevo texto del precepto se deduce, en este mismo aspecto, que los inmuebles tie­
nen que formar parte del activo circulante, lo que excluye a los inmuebles de inversión o donde tuvie­
ra su sede la entidad. Por último, pudieran darse situaciones de difícil calificación sobre la
delimitación de lo que se deban considerar terrenos o solares.
El problema anterior se suscita porque no existe en el ámbito fiscal referencia o defini­
ción de lo que deban considerarse como terrenos o solares, por lo que habrá que tomar esta defini­
ción en función de la normativa urbanística y de los impuestos a los que afecta este precepto: IVA e
ITP y AJD.
En el sentido anterior, se observa, con toda claridad, que los denominados terrenos son
aquéllos que no tienen la condición de edificables por no estar, ni tan siquiera, urbanizados o en cur­
so de urbanización, mientras que los solares serían todos aquéllos que sí que resultan edificables,
estén o no ya urbanizados o en fase del proceso urbanístico, por tanto, dentro de este concepto de
solar se incluirían, también, las denominadas parcelas y, en general, todos aquéllos terrenos urbani­
zados o en curso de urbanización, pero en los que no se haya terminado de construir.
Con el fin de completar la delimitación anterior, habrá que entender que seguirán siendo
solares, también, los terrenos en que se esté construyendo hasta el momento que se termine total­
mente la construcción.
En relación con esta exclusión del cómputo de determinados bienes inmuebles, dado
que esta regla de cómputo no ha sido modificada por la Ley 36/2006, cabe, para su mejor compren­
sión hacer constar una Resolución del Tribunal Económico Administrativo Central (TEAC), de 15 de
15
julio de 2004 , que en una obvia extralimitación de sus competencias, puesto que no cabe en este
ámbito administrativo resolver sin base legal o reglamentaria, incluyó como no computables los in­
muebles afectos a una actividad empresarial, justificando su decisión en la normativa del IVA y en
criterios de interpretación basados en la finalidad de la norma, según expuso el propio TEAC.
En efecto, el TEAC, en esta Resolución especuló sobre los bienes que deben calificarse
como inmuebles y sobre el supuesto fin o espíritu del reiteradamente citado artículo 108 LMV, anali­
zando los criterios para calificar los bienes como tales, no según la normativa del ITP y AJD o del CC,
sino según los recogidos en la Ley 37/1992, del Impuesto sobre el Valor Añadido, excluyendo los
recogidos en el CC por tratarse, según el TEAC, de una transmisión empresarial.
Ya al tomar esta primera decisión, el TEAC condiciona totalmente la Resolución, puesto
que el precepto aplicado establece que se aplique el ITP y AJD y no el IVA, por lo que desde siempre
para la evaluación de los parámetros que dan lugar a la exigencia del impuesto se han venido teniendo
en cuenta los del tributo exigible y no los del IVA. En el sentido anterior, ni tan siquiera se hace referen­
cia a la regulación de la calificación de los bienes del artículo 3 del texto refundido del ITP y AJD.
Aun siendo poco apropiado a la naturaleza del artículo 108 tener en cuenta para la califi­
cación de los bienes lo previsto en la normativa del IVA, cuando se trata de aplicar el ITP y AJD, lo es
aún menos el que la Resolución en su parte final desvirtúe totalmente la aplicabilidad del mencionado
artículo 108, cuando afirma que, además de no cumplir con el requisito de que su activo esté consti­
tuido en su 50 por 100 por inmuebles radicados en España, no debe aplicarse porque no se transmi­
ten inmuebles, sino un negocio en marcha, olvidando la doctrina del TS sobre normas de carácter
cautelar, como es este caso, que consiste en interpretarlas de manera literal y estricta, sin aumentar
ni restringir su ámbito de aplicación.
Sin embargo, también ha de manifestarse que la comentada Resolución no ha tenido
continuidad en cuanto a sus criterios por parte del TEAC e, incluso, cabe afirmar que, con posterioridad,
otras Resoluciones del mismo Tribunal, –por ejemplo la de 28 de julio de 2004 y la de 16 de febrero de
16
2005 – vuelven al cauce del texto del artículo 108 y a los de la interpretación administrativa, abando­
nando la vía de excluir del cómputo de los inmuebles a los que estuvieran afectos a una actividad.
3.ª Regla de cómputo
Esta norma del cómputo del activo y su valoración deben hacerse en la fecha de la
transmisión o adquisición de los valores, estando el sujeto pasivo obligado a efectuar un inventario
del activo y a facilitarlo a la Administración, cuando ésta se lo requiera, lo que parece un tanto reitera­
tivo respecto a la primera regla de cómputo antes analizada.
— 26 —
Instituto de Estudios Fiscales
Así puede confirmarse, puesto que, sobre la fecha que deba considerarse a efectos del
cómputo y valoración del activo de las entidades, se repite la misma regulación ya expuesta en la regla
anterior, por lo que es de suponer que su contenido importante es la segunda parte de la misma que
hace referencia a la obligación de los interesados en formar un inventario del activo en dicho momento.
La fijación de la fecha responde, sin duda, a la legalización de lo que era un criterio ad­
ministrativo, recogido en alguna contestación vinculante de la DGT a consulta tributaria, como la de
22/12/2004 (V0460-04), en la que se establecía que:
“(…)
Segunda: Momento al que debe referirse la valoración de los bienes inmuebles.
Nada se dice sobre esta cuestión ni en los preceptos referidos, ni en ningún otro de la norma­
tiva del impuesto. Por tanto, debe aplicarse la norma general de que los elementos tributarios
deben referirse a la fecha del devengo del impuesto, que es el momento en que nace la obli­
gación tributaria. En consecuencia, la valoración del activo de la sociedad y de los bienes in­
muebles componentes de aquél, para determinar qué porcentaje representan estos últimos
en el activo de la sociedad debe referirse al día en que se realice la transmisión de las accio­
nes, momento de devengo del impuesto, según dispone el artículo 49.1.a) del Texto Refundi­
do del impuesto, ya que no existe precepto alguno que establezca una fecha diferente a la
que referir tales valoraciones.
(…).”
Sin embargo, en la redacción actual, no se solicita que se facilite el balance a la fecha de
la transmisión, lo que, seguramente sería, por una parte, una información más fácil de cumplir, puesto
que las entidades mercantiles están obligadas a llevar contabilidad de acuerdo con la normativa mer­
cantil, sino que además, daría más información a la Administración del conjunto de bienes, derechos
y obligaciones de la entidad, por ejemplo, la existencia de financiación a corto plazo, sino un inventa­
rio del activo, que se supone que deberá recoger tanto el valor neto contable, como el real.
También cabe destacar otro aspecto, que sea el sujeto pasivo, es decir el adquirente de
los valores quien tenga que cumplir con esta obligación, si bien ha de tenerse en cuenta que el mismo
va a adquirir el control de la entidad de que se trate, por lo que tiene la potestad para conocer y poder
elaborar el inventario del activo.
Por último, ha de tenerse muy en cuenta que, solamente, debe realizar el mencionado
inventario cuando así lo requiera la Administración tributaria competente, por lo que, en caso contra­
rio, no tiene porqué efectuarlo.
4.ª Regla de cómputo
La cuarta y última regla supone la eliminación del cómputo del activo total del importe de
la financiación ajena con vencimiento igual o inferior a 12 meses, cuando se hubiera obtenido en los
12 meses anteriores a la fecha de la transmisión de valores. Lo que implica dos requisitos para no
tener en cuenta los activos derivados de estos préstamos, que esté concedido a un plazo de 12 o
menos meses y que se haya constituido en el periodo de los 12 meses anteriores a la transmisión de
los valores objeto de este precepto.
Parece indudable que esta regla responde a la experiencia de gestión de este artículo,
pues parece ser que las Administraciones tributarias gestoras del ITP y AJD venían detectando con
cierta frecuencia que, para evitar la aplicabilidad del artículo 108 de la LMV, se solicitaba por parte de
las entidades inmobiliarias, cuyas participaciones se iban a transmitir, créditos, préstamos u otros
instrumentos de financiación cuantiosos a corto plazo, para así modificar la estructura de su activo,
que dejaba de ser principalmente inmobiliario, eludiendo así el precepto.
Como ejemplo, piénsese en que, si una entidad tiene un activo formado por inmuebles
que representan, a valor real, el 50 por ciento del total de dicho activo, si la entidad solicitara un
préstamo de cualquier cantidad, a devolver al día siguiente de la transmisión de las participaciones, al
recibir el dinero dejaba de cumplir la condición para poder ser considerada como sociedad inmobilia­
ria a los efectos del artículo 108 LMV, con lo que no se le aplicaría este precepto.
Se regula, ahora, para evitar precisamente la posibilidad anterior, que se excluyan del
cómputo del activo dicha financiación, fijando unos plazos de 12 meses, tanto para el plazo de la fi­
— 27 —
nanciación, como para el periodo previo en que se haya solicitado, dificultando esa desestructuración
ficticia de la estructura inmobiliaria del activo de las entidades.
Dado que el concepto de financiación ajena es amplio y por tanto, cualquiera que sea el
medio utilizado: préstamos de cualquier tipo con o sin garantía real, créditos, emisión de pagarés,
letras u otros instrumentos que establezcan una obligación de devolución de cantidades, etc., será
considerado como tal y no cabría tener en cuenta a efectos del cómputo del activo inmobiliario.
Tras la regulación de las cuatro reglas anteriormente enumeradas y comentadas, el pre­
cepto establece que la adquisición del control de las entidades cuyos valores son transmitidos, de­
termina la aplicación de lo previsto en el mismo.
Además, se específica que, cuando se trate de sociedades mercantiles, se entiende ob­
tenido el control cuando, de forma directa o indirecta, se alcance una participación superior al 50 por
ciento del capital, computándose a estos efectos, también, las participaciones que tengan en la enti­
dad de que se trate las demás entidades pertenecientes al mismo grupo de sociedades.
Esta regla, por tanto, trata de dos cuestiones, que en el ámbito de las sociedades mercanti­
les el control se corresponde con la participación en el capital, sin que se tengan en cuenta los pactos,
acuerdos, contenido de estatutos u otros que permitan alcanzar determinados acuerdos sobre control
del Consejo de Administración u órgano de representación y dirección similar, ni, tampoco, situaciones
de hecho o de derecho en las que determinadas personas ejerzan dichas funciones directivas.
La segunda parte, es la que hace referencia al control indirecto, que tiene, a su vez para
cuestiones a analizar, en primer lugar que se considera grupo de sociedades, a lo que cabe respon­
der que, dada la mención genérica que se realiza no puede ser otro que el grupo de sociedades regu­
lado en el artículo 42 y siguientes del Código de Comercio (C. de C.), que lo define en los siguientes
términos:
“(…)
Existe un grupo cuando una sociedad ostente o pueda ostentar, directa o indirectamente, el
control de otra u otras. En particular, se presumirá que existe control cuando una sociedad,
que se calificará como dominante, se encuentre en relación con otra sociedad, que se califi­
cará como dependiente, en alguna de las siguientes situaciones:
a) Posea la mayoría de los derechos de voto.
b) Tenga la facultad de nombrar o destituir a la mayoría de los miembros del órgano de
administración.
c) Pueda disponer, en virtud de acuerdos celebrados con terceros, de la mayoría de los
derechos de voto.
d) Haya designado con sus votos a la mayoría de los miembros del órgano de administra­
ción, que desempeñen su cargo en el momento en que deban formularse las cuentas
consolidadas y durante los dos ejercicios inmediatamente anteriores. En particular, se
presumirá esta circunstancia cuando la mayoría de los miembros del órgano de admi­
nistración de la sociedad dominada sean miembros del órgano de administración o altos
directivos de la sociedad dominante o de otra dominada por ésta. Este supuesto no
dará lugar a la consolidación si la sociedad cuyos administradores han sido nombrados,
está vinculada a otra en alguno de los casos previstos en las dos primeras letras de es­
te apartado.
A los efectos de este apartado, a los derechos de voto de la entidad dominante se añadirán
los que posea a través de otras sociedades dependientes o a través de personas que actúen
en su propio nombre pero por cuenta de la entidad dominante o de otras dependientes o
aquellos de los que disponga concertadamente con cualquier otra persona.
(…).”
Del contenido del artículo transcrito parcialmente, se deduce que el control indirecto, al
contrario de lo que se ha dicho respecto a la adquisición del control, descansa, además, del requisito
de tener más del 50 por ciento del capital, que dará lugar a poseer la mayoría de los derechos de
voto, a la capacidad que se tenga por cualquier causa de nombrar a la mayoría de los miembros del
órgano de administración, es decir que cuando se den acuerdos, sindicación de participaciones, contra­
— 28 —
Instituto de Estudios Fiscales
tos, etc., que permitan a una sociedad poseer la mayoría de votos o la designación mayoritaria de los
miembros del órgano de gobierno de la entidad dominada o, incluso, se den situaciones de coincidencia
de los miembros o directivos de dominada y dominante, se dará el supuesto de grupo de sociedades.
Teniendo en cuenta lo anterior, si una entidad dominante tiene una participación directa
en una sociedad inmobiliaria –o de las que tienen más del 50 por ciento en otra inmobiliaria– que no
es de control y tiene otra participación en la misma a través de una dominada, que sumada a la ante­
rior, le diera el control de la inmobiliaria –más del 50 por 100 de su capital– la adquisición por cual­
quiera de las que tienen participaciones en la inmobiliaria dará lugar no al hecho imponible de
adquisición de control, sino al de aumento de control, siempre que el grupo de sociedades, conside­
rado en los términos del C. de C. , o alguna de las sociedades del mismo, no hubiera satisfecho ya el
impuesto por el total de la adquisición de los inmuebles, por aplicación de la legislación anterior.
En este aspecto, sigue siendo válido lo establecido por contestación no vinculante por la
DGT, de 17/02/2004 (0306-04), que en sus conclusiones, textualmente determinaba:
“(…)
Primera: La adquisición por la entidad consultante de las participaciones de sociedades en las
que posee directamente una participación minoritaria, pero un 99 por 100 computando la par­
ticipación directa y la indirecta, puede acogerse a la exención regulada en al artículo 45.I.B).9
del Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurí­
dicos Documentados, ya que no resultan aplicables las excepciones reguladas en el artículo
108 de la Ley 24/1988, de 28 de julio, del Mercado de Valores.
Segunda: En concreto, no se cumple el requisito de que como resultado de la adquisición, el
adquirente obtenga la titularidad total del patrimonio de las entidades o, al menos, una posi­
ción tal que le permita ejercer el control sobre tales entidades, ya que tal posición de control
la tiene previamente y no resulta de la adquisición actual.
(…).”
En sentido contrario, no se considerara que existe participación indirecta la situación de
una persona física que tenga determinadas sociedades que, a su vez, pudieran tener valores que
determinen participaciones en la misma sociedad que la que posee directamente dicha persona físi­
ca, como ya viene siendo establecido por la doctrina administrativa de la DGT, a cuyo fin puede
transcribirse un extracto de la contestación no vinculante de 12/12/2002 (1937-02):
“(…)
En esta consulta se plantea si puede entenderse que, puesto que el adquirente poseía con
anterioridad a la adquisición el control de la adquirida, al ser el propietario al 100 por cien del
capital de la transmitente, no obtiene el control de la adquirida, dado que ya lo poseía.
Respecto al control o participación indirectos y que consecuencias conlleva la existencia de
dicho control con anterioridad a la adquisición se ha pronunciado reiteradamente esta Direc­
ción General en diversas Resoluciones, tales como las de 23 de diciembre de 1997, 10 de di­
ciembre de 1998, 22 de octubre de 1999, etc.
En las contestaciones citadas se considera que si una persona física es propietaria de varias
sociedades que detentaban acciones de una participada, sin que ninguna de ellas controlara
más del 50 por 100 del capital de aquélla y una de las sociedades adquiriera acciones que le
permitieran controlarla, al tener personalidad jurídica distinta de la persona física propietaria de
todas ellas, se aplicaría el artículo 108 de la Ley del Mercado de Valores. En conclusión, cuan­
do una persona física detenta un porcentaje de capital a través de otra sociedad, no puede
computarse como participación indirecta en la participada.
Teniendo en cuenta lo anterior, si el accionista único de la sociedad propietaria de la sociedad
española, que cumple los requisitos del artículo 108 de la Ley del Mercado de Valores, adquiere
el 100 por cien de su capital, está obteniendo una posición de control, dada su distinta persona­
lidad jurídica respecto a la sociedad transmitente, por lo que será de aplicación lo previsto en el
artículo 17 del Texto Refundido del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídi­
cos Documentados, aprobado por el Real Decreto 1/1993, de 24 de septiembre, quedando gra­
vada dicha transmisión como una transmisión onerosa de bienes inmuebles
(…).”
— 29 —
Asimismo, tampoco cabe computar conjuntamente los valores de parientes o cónyuges,
por no establecerlo así la normativa, de tal forma que siguen siendo válidas las contestaciones a con­
sultas sobre este aspecto, por ejemplo la de 3/10/1990 y la de 09/10/2002 (número 1523-02), en la
que se establece que:
“(…)
Para determinar cuando se entiende obtenido el control de la entidad por parte del adquirente
hay que computar acumuladamente los valores adquiridos con anterioridad, cualquiera que
sea la fecha de adquisición, pero no los adquiridos por terceras personas aunque estén vincu­
lados familiarmente con el adquirente…
(…).”
El nuevo texto de este precepto establece, a continuación, que cuando sea la propia so­
ciedad la que adquiera sus participaciones para su posterior amortización se entenderá que se ha
producido este primer hecho imponible establecido en este precepto, determinando, además, que
será sujeto pasivo del impuesto el participe que, como consecuencia de esta operación obtenga el
control de la sociedad.
Se trata nuevamente de evitar operaciones elusivas de este artículo. Lo previsto sobre
este supuesto da lugar a que se pueda producir, tanto si como consecuencia de la amortización un
participe obtiene el control de la entidad, como si, una vez ya ha obtenido dicho control, lo aumentara,
puesto que la norma se refiere al hecho imponible de la letra a) del apartado 2 del artículo 108 LMV,
que, como se ha dicho, recoge ambas situaciones como origen del gravamen por TPO.
Este nuevo supuesto que se ha incluido, sin duda, para cerrar prácticas por las cuales se
evitaba fácilmente el precepto analizado, plantea algunas cuestiones que no se regulan expresamen­
te en su texto, el primero cuando debe considerarse que se adquieren por la sociedad participaciones
para su amortización, dado que la normativa mercantil permite la adquisición y tenencia de acciones
por parte de las sociedades, aunque con limitaciones en cuanto al porcentaje que representen res­
pecto al capital y al plazo de mantenimiento en su poder.
Teniendo en cuenta lo anterior, sería deseable que las entidades acordaran expresa­
mente si van a adquirir participaciones propias con la finalidad de amortizarlas o si, por el contrario, lo
hacen con otros fines, siempre que cumplan, lógicamente, lo establecido en su normativa, en cuyos
supuestos no habría problemas de calificación y, por tanto, cuando se adquiriesen para su amortiza­
ción, dando lugar a la adquisición del control por alguno de los participes que van a permanecer como
tales tras la amortización, se devengaría en el momento de la adquisición el gravamen.
Por el contrario, si no se establece expresamente en el acuerdo de adquisición de parti­
cipaciones propias su finalidad, ni puede inferirse del mismo cuál sea la misma, ha de considerarse,
es dudoso cuando se devengará el tributo, pudiéndose, en función de cualquier circunstancia del
acuerdo, entenderse devengado este impuesto, sin perjuicio de que por comunicación del interesado
–en este caso la propia sociedad y el participe– pueda expresar que no es esa su finalidad, aunque
en caso de incumplimiento posterior de los requisitos establecidos para dicha adquisición y tenencia
de participaciones que diera lugar a su amortización se exigiera en dicho momento el gravamen.
En aquellos supuestos en que expresamente se acuerde la adquisición de participacio­
nes para otros fines, distintos a su amortización posterior, no se devengará este impuesto, sin perjui­
cio de que, como en el caso anterior, si se amortizan posteriormente, con la adquisición del control
por un accionista, se exija el tributo.
2.3.3.2.2. La letra b
El segundo supuesto de hecho que pasa a integrar el hecho imponible de TPO es el re­
cogido en esta letra b) del mismo apartado 2 del precepto, que considera como transmisión de in­
muebles sujetos, también, en todo caso, a TPO, las transmisiones de valores que se hubieran
recibido como consecuencia de aportaciones de inmuebles en la constitución o ampliación de socie­
dades o la ampliación de su capital social, siempre que entre la fecha de la aportación y la de la
transmisión de los valores no hubieran transcurrido un plazo de tres años.
Lo primero que se observa es que se ha ampliado el plazo de uno a tres años, endure­
ciendo así este supuesto de hecho que da lugar a la aplicación del tributo. Además, en esta aplica­
— 30 —
Instituto de Estudios Fiscales
ción del precepto puede darse una situación de aplicabilidad del nuevo plazo a las transmisiones de
valores recibidos por aportaciones de inmuebles realizadas con anterioridad a la entrada en vigor de
esta nueva redacción, para lo que habrá que aplicar la denominada como retroactividad impropia o
media.
En el sentido anterior y sobre este supuesto concreto, se ha pronunciado la DGT en dos
contestaciones vinculantes a consultas tributarias de 14 de mayo de 2007 y de 18 de junio del mismo
año, en las que establece, respecto a los supuestos de cumplimiento del plazo de un año para poder
transmitir los valores recibidos por la aportación de inmuebles dicho criterio de aplicación de la retro­
actividad de grado medio, en concreto la DGT establece:
“(…)
Primera: La jurisprudencia del Tribunal Constitucional distingue dos grados de retroactividad,
con diferentes requisitos y efectos: La retroactividad auténtica o de grado máximo, referente a
situaciones de hecho producidas con anterioridad a la propia Ley y ya consumadas, y la re­
troactividad impropia o de grado medio, relativa a situaciones jurídicas actuales aún no con­
cluidas. Mientras que la aplicación de la primera debe fundamentarse en exigencias
cualificadas de interés general, que prevalezcan frente al principio de seguridad jurídica, la
segunda exige, sólo, una ponderación que tenga en cuenta, de una parte, la seguridad jurídi­
ca y, de otra, los diversos imperativos que pueden conducir a una modificación del ordena­
miento jurídico tributario, así como las circunstancias concretas que concurren en el caso, es
decir, la finalidad de la medida y las circunstancias relativas a su grado de previsibilidad, su
importancia cuantitativa, y otros factores similares.
Segunda: A la transmisión de valores adquiridos en contraprestación de la aportación no di­
neraria de bienes inmuebles a una sociedad, si la adquisición se produjo antes del día 1 de
diciembre de 2006, fecha de la entrada en vigor de la Ley 36/2006, de 28 de noviembre, de
medidas para la prevención del fraude fiscal –y, por tanto, del nuevo plazo de tres años regu­
lado en el artículo 108.2.b) de la Ley 24/1988, de 28 de julio, del Mercado de Valores–, y en
esa fecha ya se había cumplido el plazo de un año desde su adquisición, regulado en el artí­
culo 108.2.2º de la Ley 24/1988, en su redacción anterior a la de la Ley 36/2006, no le resulta
aplicable el nuevo plazo de tres años exigido en dicho número 2º del artículo 108.2 a efectos
de la aplicación de la exención prevista para su transmisión en dicho precepto, por tratarse de
una situación jurídica iniciada y ya consumada –consolidación del plazo de un año– con ante­
rioridad a la entrada en vigor del nuevo precepto.
(…).”
En otro orden de cosas, la nueva redacción del precepto ha añadido, junto a los supues­
tos de aportaciones de inmuebles en la constitución y en la ampliación del capital social, el de amplia­
ción de sociedad, quizás para cubrir el supuesto de entidades societarias que no tienen estrictamente
capital social, como sociedades cooperativas, SAT, y otras, porque en relación con las sociedades
mercantiles stricto sensu no se observa en que casos se amplia la sociedad, entregándose acciones
al que aporte bienes inmuebles, sin ampliar capital social, aunque pueden quedar dudas respecto a la
entrega de bienes para reponer pérdidas.
2.3.3.3. Base imponible y tipo del impuesto
En su apartado 3 el artículo 108 LMV se ocupa de los tipos aplicables a estas transmi­
siones y de las bases imponibles que deben tenerse en cuenta en estos supuestos.
Respecto al tipo aplicable, se establece, sin ningún género de dudas, que será el que co­
rresponda a las transmisiones patrimoniales onerosas de bienes inmuebles, que actualmente será el
determinado por las Comunidades Autónomas para cada uno de sus ámbitos territoriales –la mayoría
de las CCAA lo ha fijado en el 7 por ciento, salvo Canarias y las Comunidades Forales– y, si éstas no
lo hubieran fijado, será el actualmente establecido en el texto refundido del ITP y AJD del 6 por ciento.
Por lo que se refiere a la base imponible se ha producido un cambio radical respecto a
los supuestos de adquisición del control de una sociedad inmobiliaria, que con anterioridad daba
lugar a grandes problemas al referirse al valor de los inmuebles, lo que fue interpretado por la doc­
trina administrativa –contestaciones a consultas tributarias de la Dirección General de Tributos– en
el sentido de incluir el valor total de los inmuebles como base imponible, mientras que las Instan­
— 31 —
cias judiciales –Audiencia Nacional y Tribunal Supremo– consideraron que solamente debía de
tenerse en cuenta a efectos de la cuantificación de la base la parte proporcional del valor de los
inmuebles que correspondiese a los valores transmitidos, véase a este respecto la contestación
vinculante de la DGT a consulta tributaria17.
Ahora en la nueva redacción, se determina que la base imponible de los supuestos recogi­
dos en la letra a) del apartado 2 del precepto, es decir, la adquisición de control y el aumento del mismo,
será la parte proporcional sobre el valor real de la totalidad de las partidas del activo que, a los efectos
de la aplicación de esta norma, deban computarse como inmuebles, que corresponda al porcentaje total
de participación que se pase a tener en el momento de la obtención del control o, a una vez, obtenido,
onerosa o gratuitamente, dicho control al porcentaje en el que aumente la cuota de participación.
Como se desprende de la descripción anterior, la nueva norma ha seguido la doctrina ju­
risprudencial del TS (Sentencias de 30 de abril de 2004, 25 de enero de 2005 y de 17 de mayo de
2006) , para lo cual y para evitar el vaciado de la norma, mediante el simple esquema de adquirir
primero hasta el 50 por 100 del capital y luego una partida insignificante que diera el control y, por
último, el resto del capital, que con la interpretación judicial anterior hubiera dado lugar a que, prácti­
camente, no se tributara –sólo por la parte proporcional del valor de los inmuebles correspondiente a
los valores que dieran el control– la Ley ha modificado el hecho imponible y las bases imponibles
correspondientes.
En efecto, ahora se han establecido dos supuestos complementarios de hechos imponi­
bles: la adquisición del control societario y su aumento posterior. En el primer supuesto, la base es la
parte proporcional del valor real de los inmuebles correspondiente a los valores que dan lugar a dicho
control, es decir, la suma de los que se tuvieran antes de la toma del control y los que se adquieran y
den el control.
Además, en el caso de adquisiciones de valores posteriores a la adquisición del control,
se considera que también se devenga el TPO y su base imponible se fija en la parte proporcional del
valor real de los inmuebles correspondientes a los valores que se adquieran en este segundo o ulte­
riores momentos.
Para un mejor entendimiento del mecanismo establecido supóngase el siguiente ejem­
plo: Una sociedad anónima A, con 1 millón de acciones al portador, cuyo activo está compuesto en su
totalidad por inmuebles que tenían un valor real de 1 millón de euros. Un accionista que cuenta con
400.000 acciones, procede a adquirir 100.001 acciones más, en un momento dado, siendo la valora­
ción de los bienes del activo al hacerse con el control de 2 millones de euros. Posteriormente, adquie­
re el resto de las acciones, siendo entonces el valor de los inmuebles de 3 millones de euros.
La solución respecto al artículo 108 LMV sería la siguiente: cuando adquirió y tenía las
400.000 acciones primeras no hay aplicación de este precepto. En el momento de adquirir el control
se devenga el TPO, puesto que se hace con el control de la sociedad A, siendo la base imponible de
1.000.002 euros, puesto que se toma el valor real del momento de la toma del control: 2 millones de
euros y la proporción entre el total de los valores que dan lugar al control (500.001/1.000.000 X
2.000.000 = 1.000.002 euros). Cuando adquiera el resto de las acciones, se producirá el hecho impo­
nible de aumento del control obtenido y se devengará nuevamente el TPO, siendo la base imponible
de 1.497.000 euros, porque se debe tomar la proporción del numero de acciones que se adquieren
por el valor real de los bienes en esta segunda adquisición gravada, es decir 3 millones
(499.000/1.000.000 X 3.000.000 = 1.497.000 euros).
Otra regla de la norma aclara que en los supuestos de hecho de adquisición del control
de entidades, en cuyo activo se incluyan participaciones tales que permitan el ejercicio del control de
sociedades inmobiliarias, solamente se tendrán en cuanta a efectos de cuantificar la base imponible
de TPO los inmuebles correspondientes a las que tengan su activo integrado al menos en su mitad
por inmuebles.
Con el fin de intentar explicar lo anterior, supóngase una sociedad anónima B en cuyo
activo hubiera un inmueble que represente el 30 por ciento de su activo y acciones de dos sociedades
C y D, que representan el 100 por ciento del capital de cada una de ellas. La denominada C tiene un
activo constituido exclusivamente por inmuebles que tienen un valor real de 1 millón de euros y la
segunda D tiene dos inmuebles que a valor real representan el 45 por ciento del activo valorado, asi­
mismo, a valor real.
— 32 —
Instituto de Estudios Fiscales
Cuando una persona adquiere el 60 por ciento de la sociedad B se produce el hecho im­
ponible de adquisición del control de una entidad que controla, a su vez, a sociedades inmobiliarias,
siendo la base imponible la parte proporcional del valor de los inmuebles de C correspondientes a los
valores adquiridos de B, es decir 600.000 euros (0,6 X 1 X 1.000.000 = 600.000 euros) sin incluir por
tanto ni el inmueble de la propia B ni, tampoco los de D.
Por lo que afecta al supuesto de hecho gravable según lo dispuesto en la letra b) del
apartado 2 del precepto, la base imponible, como se ha dicho, es cuantificará en la parte proporcional
del valor real de los inmuebles aportados en su momento que correspondan a las participaciones
transmitidas.
Siguiendo con las explicaciones mediante ejemplos, si una persona aportó en la consti­
tución de la sociedad limitada E un inmueble por valor de 300.000 euros, recibiendo por ello, 300
participaciones de dicha sociedad y, antes de transcurridos tres años, transmite a otra persona 200
participaciones por 200.000 euros, suponiendo que el inmueble sigue valiendo 300.000 euros, se
daría el hecho imponible de la letra b) del apartado 2 del precepto, siendo la base imponible de
200.000 euros (200 / 300 X 300.000 = 200.000 euros).
2.3.3.4. Supuestos de no aplicación
En estos casos pudiera hablarse de no sujeción o exención del precepto, el apartado 4 y
último del precepto establece que no habrá lugar a la excepción de las exenciones del IVA y del TPO,
lo que, por tanto, determina la no aplicación de los supuestos previstos en el apartado 2 del mismo
artículo, la transmisión de valores admitidos a negociación en un mercado secundario oficial, siempre
que se produzca con posterioridad al plazo de un año desde la admisión a negociación de dichos
valores, no computándose a efectos de este plazo los periodos en que los valores pudieran haber
estado suspendidos de cotización.
Este apartado plantea algunas cuestiones sobre su interpretación, al referirse a valores
negociados en mercados secundarios oficiales, sin concretar si se refiere a mercados nacionales o de
cualquier otro país, por lo que habrá que considerar que se refiere a cualquier tipo de mercado se­
cundario que sea oficial en cualquier país, aunque dado que existen los denominados paraísos fisca­
les, que se caracterizan, entre otras características en la opacidad de información financiera y fiscal,
es difícil admitir que quepa considerar como negociados en mercados secundarios oficiales a los que
se puedan desarrollar en dichos países y territorios, por todo lo cual, seguramente cabría excluirlos.
Además, como puede observarse el plazo de un año que se exige para considerar exen­
tas estas transmisiones debe ser de cotización efectiva, por lo que si la entidad rectora del mercado
suspende su cotización, el tiempo de suspensión no se computa para cumplir dicho plazo, habrá que
considerar, además, que si unos valores están en el momento de la transmisión suspendidos o ex­
cluidos de negociación, tampoco, cumplirán con este requisito, aunque con anterioridad ya hubieran
cumplido el plazo.
Se excluyen, también, de la exigencia del TPO prevista en el apartado 2 de este precep­
to a todas las transmisiones de valores que se realicen en el ámbito de ofertas públicas de venta
(OPV) o de ofertas públicas de adquisición (OPA), en cuyos supuestos no se exige plazo alguno.
En este segundo supuesto, ha de considerarse, al contrario que el anterior, que se refie­
re exclusivamente a las operaciones de oferta pública españolas, puesto que su referencia concreta a
las reguladas en la Ley del Mercado de Valores así parece indicarlo, si bien, como en el supuesto
anterior, caben dudas sobre esta interpretación, que, al menos en el ámbito de la Unión Europea, que
establece la libertad de movimientos de capitales, pudiera imponer su aplicación a cualquier opera­
ción dentro de su espacio.
En conclusión, de ambas exclusiones anteriores, parece deducirse que el legislador ha
considerado que las exigencias de transparencia, volumen de negociación e importancia económica de
las entidades representadas por estos valores son indicios suficientes para excluir de la norma cautelar
a las transmisiones de las mismas que den lugar a que se adquiera su control o que se aumente.
3.3.5. Sujetos pasivos y entidades afectadas
En este epígrafe, cabe analizar no sólo el aspecto concreto de quienes son sujetos pasi­
vos en los supuestos de aplicación de lo previsto en el apartado 2 de este precepto, sino también
— 33 —
otros extremos relacionados con qué entidades son las que se recogen en el mismo y dan lugar a que
sus valores representativos desencadenen la aplicación del gravamen por TPO.
Dado que existen dos hechos imponibles bien diferenciados, respecto a la delimitación
de los sujetos pasivos, ha de comentarse que tendrán dicha condición quienes adquieran el control o
lo aumenten, tras haberlo obtenido con anterioridad. En los supuestos de adquisición de acciones
para su amortización posterior, que den lugar a que algún participe obtenga el control o lo aumente, el
citado participe.
En el caso de las transmisiones de acciones recibidas por quienes aportaron bienes inmue­
bles con ocasión de una ampliación de capital, quien adquiera los valores que transmite el aportante.
Es en el último supuesto en que podría dudarse si el sujeto pasivo debiera de ser el ad­
quirente de los valores o la sociedad que recibió la aportación del inmueble como contraprestación de
los valores, pero dado que lo que dice el precepto es que las transmisiones o adquisiciones de valo­
res se considerarán como transmisiones de bienes inmuebles es claro que en este tipo de transmi­
siones son sujetos pasivos los adquirentes, en este caso, de los valores.
En cuanto a la nacionalidad o residencia fiscal de los sujetos pasivos, ha de decirse que
al ser el IVA y el ITP y AJD tributos de naturaleza real, estos aspectos no son los que determinan su
delimitación territorial, de tal manera que si los inmuebles se encuentran situados en España, lo cual
es requisito previo para poder definir la entidad de que se trate como inmobiliaria, la operación queda
sometida al impuesto en nuestro país.
Por lo que se refiere a las entidades inmobiliarias representadas por los valores transmi­
tidas, ya se ha hecho referencia a su delimitación en cuanto a las que, estando exentas del IVA o del
TPO, dan lugar a la exigencia de este último gravamen cuando cumpla los requisitos establecidos en
el precepto analizado, ahora, simplemente, queda por estudiar si es necesario que se trate de entida­
des españolas o que tengan que tributar en nuestro país por el Impuesto sobre Sociedades o por el
Impuesto sobre la Renta de los No Residentes.
En este sentido, ha de volver a repetirse que al ser los impuestos indirectos afectados no
tienen en cuenta, con carácter de delimitación territorial el de residencia, domicilio social, domicilio
fiscal o nacionalidad, sino el de territorialidad, por lo que, si la entidad tiene su activo formado en al
menos el 50 por 100 por bienes inmuebles situados en España, la transmisión de sus valores dará
lugar a la exigencia del TPO, cuando se cumplan, además, los otros requisitos establecidos en el
artículo 108 LMV.
En el sentido anterior y a modo de ejemplo sobre ambos supuestos se puede plantear el
siguiente caso: Sociedad mercantil alemana F, que tiene como único activo un complejo turístico en
Mallorca, valorado en 50 millones de euros. Otra sociedad alemana G adquiere el 51 por 100 de las
acciones, representativas del mismo porcentaje de su capital. Se devengaría el TPO, por aplicación del
artículo 108 de la LMV, siendo el sujeto pasivo la sociedad G, la base imponible 25.100.000 euros.
3. LEY 41/2007, DE 7 DE DICIEMBRE, POR LA QUE SE MODIFICA LA LEY 2/1981,
3. DE 25 DE MARZO, DE REGULACIÓN DEL MERCADO HIPOTECARIO Y OTRAS
3. NORMAS DEL SISTEMA HIPOTECARIO Y FINANCIERO, DE REGULACIÓN
3. DE LAS HIPOTECAS INVERSAS Y EL SEGURO DE DEPENDENCIA Y POR LA
3. QUE SE ESTABLECE DETERMINADA NORMA TRIBUTARIA18
Constituye el núcleo central de esta Ley diversas modificaciones del mercado hipoteca­
rio, de los préstamos y créditos hipotecarios, de la subrogación del acreedor hipotecario, y, sin em­
bargo, ha sido, sobre todo, conocida durante su tramitación y es lo que ha llamado más la atención,
por regular las conocidas como hipotecas inversas.
En el sentido anterior, esta Ley, a la vista de la crisis inmobiliaria, ha pretendido dar una
mayor flexibilidad al mercado hipotecario, para lo cual, entre otras cuestiones modifica los aranceles
— 34 —
Instituto de Estudios Fiscales
que podrán exigir notarios y registradores en operaciones de subrogación, modificación, cancelación
de préstamos hipotecarios, que se rebajan en el caso de los notarios a las tarifas de los «Documentos
sin cuantía» en el caso de los registradores a las tarifas de «Inscripciones», con reducción del 90 por
ciento. Estos aranceles son, asimismo, las que van a poder exigir estos funcionarios en los supuestos
de las hipotecas inversas.
Asimismo, se modifican ciertos aspectos de la subrogación de los acreedores garantiza­
dos con hipoteca y de modificación de préstamos hipotecarios que podrán referirse a la ampliación o
reducción del principal, la alteración del plazo, las condiciones del tipo de interés originario, el método
de amortización y otras condiciones financieras y la prestación o modificación de garantías persona­
les, considerándose, además, que solamente no mantendrá el rango hipotecario la nueva hipoteca si
se ha aumentado la cifra de responsabilidad hipotecaria o la ampliación del plazo del préstamo por
este incremento o ampliación, que, aunque sean condiciones sustantivas pueden tener influencia en
las operaciones sobre préstamos hipotecarios y su fiscalidad.
Pero, como ya se ha adelantado, una de las regulaciones más seguidas ha sido la de las
hipotecas inversas, como medio de poder hacer liquida la inversión más común en España: la vivien­
da habitual y otras viviendas, que sirviendo de garantía hipotecaria permita a las entidades financie­
ras conceder préstamos a mayores de 65 años o incapacitados con el fin de mejorar su nivel de vida.
Las hipotecas inversas son reguladas en sus aspectos mercantiles, civiles y financieros,
así como en cuanto a los beneficios fiscales a los que pueden acceder, con objeto de movilizar estas
inversiones, definiendo este instrumento como el préstamo o crédito garantizado mediante hipoteca
sobre un bien inmueble que constituya la vivienda habitual del solicitante y siempre que sean conce­
didas por las entidades de crédito y por las entidades aseguradoras autorizadas para operar en Es­
paña y cumplan los siguientes requisitos:
a) Que el solicitante y los beneficiarios que este pueda designar sean personas de edad
igual o superior a los 65 años o afectadas de dependencia severa o gran dependencia.
b) Que el deudor disponga del importe del préstamo o crédito mediante disposiciones
periódicas o únicas.
c) Que la deuda sólo sea exigible por el acreedor y la garantía ejecutable cuando fallez­
ca el prestatario o, si así se estipula en el contrato, cuando fallezca el último de los
beneficiarios y
d) Que la vivienda hipotecada haya sido tasada y asegurada contra daños.
Está previsto que al fallecimiento del deudor hipotecario sus herederos podrán cancelar
el préstamo, en el plazo estipulado, abonando al acreedor hipotecario la totalidad de los débitos ven­
cidos, con sus intereses, sin que el acreedor pueda exigir compensación alguna por la cancelación si
decidieran no reembolsar los débitos vencidos, con sus intereses, el acreedor sólo podrá obtener
recobro hasta donde alcancen los bienes de la herencia, no siendo de aplicación lo dispuesto en el
párrafo segundo del artículo 114 de la Ley Hipotecaria, que impide pactar que la hipoteca asegure
intereses a un plazo superior a cinco años.
Las escrituras que recojan este tipo de hipotecas inversas estarán exentas de la cuota
gradual de documentos notariales de la modalidad de actos jurídicos documentados del ITP y AJD
cuando documenten las operaciones de constitución, subrogación, novación modificativa y cancelación.
En cuanto a los honorarios notariales de las escrituras de constitución, subrogación, no­
vación modificativa y cancelación, se aplicarán los aranceles correspondientes a los «Documentos sin
cuantía» y por lo que respecta a los honorarios registrales se aplicarán los aranceles correspondien­
tes a «Inscripciones», tomando como base la cifra del capital pendiente de amortizar, con una reduc­
ción del 90 por ciento.
Aunque se permiten, también, hipotecas inversas sobre cualesquiera otros inmuebles
distintos de la vivienda habitual del solicitante. A estas hipotecas inversas no les serán de aplicación
los beneficios destinados a los pactados con la vivienda habitual del hipotecado.
Además de lo anterior, se regulan en las disposiciones adicionales de la Ley otras mate­
rias no hipotecarias. Así se regula en la disposición adicional sexta la nueva realización en Valencia
de la Copa del América, que llegará a su 33 edición, siendo la competición deportiva más antigua,
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que de forma continuada, ha llegado a nuestros días, si bien la disputa entre el actual tenedor de la
Copa y su principal competidor pueden hacer que no se realice hasta el 2010 o incluso más adelante,
con lo que la regulación contenida en esta Ley quedaría en suspenso.
Entre los aspectos más destacable de esta regulación, además de conceder los benefi­
cios fiscales ya disfrutados por la anterior Copa del América, que se realizó en nuestro país, se con­
ceden los mismos beneficios durante la celebración de la nueva Copa a los que ya los disfrutaron en
la anterior.
También, se considera al Consorcio Valencia 2009, que es la entidad que se ocupa de la
organización material del evento como entidad beneficiaria del mecenazgo a los efectos previstos en
los artículos 16 a 25, ambos inclusive, de la Ley 49/2002, de 23 de diciembre, de régimen fiscal de las
entidades sin fines lucrativos y de los incentivos fiscales al mecenazgo, lo que hace merecedora de
exención en el ITP y AJD.
4. DIRECTIVA 7/2008/CE DEL CONSEJO, DE 12 DE FEBRERO DE 2008,
4. RELATIVA A LOS IMPUESTOS INDIRECTOS QUE GRAVAN LA CONCEN­
4. TRACIÓN DE CAPITALES19
Lo primero que ha de hacerse constar respecto a esta nueva Directiva es que, aunque
ha entrado en vigor y sustituye a la Directiva 69/335/CEE, de 17 de julio de 1969, del Consejo20, que
hasta ahora era la norma comunitaria en el ámbito de las concentraciones de capitales –conocida en
francés como “droit d´apport, o en ingles como “capital duty”–, todavía no ha sido traspuesta a nues­
tro sistema jurídico, porque la misma establece el plazo de trasposición hasta el 1 de enero de 2009.
Por tanto, después de muchos años de vigencia de la Directiva 69/335/CEE aunque mo­
dificada en algunos de sus aspectos por las Directivas 73/79/CEE, 73/80/CEE, 74/553/CEE y
85/303/CEE, como se ve todas ellas con una largo periodo de vigencia, la Unión Europea ha conside­
rado conveniente proceder, por una parte, a una refundición de los preceptos anteriormente citados,
más en concreto de la modificada Directiva 69/335/CEE, que al haber sido aprobada en el año 1969,
estaba necesitada de una puesta al día y, por otra, introducir algunas modificaciones que aclararan
algunos extremos, cuya regulación y trasposición a los ordenamientos internos han dado lugar a va­
rios procedimientos de infracción contra algunos de los países miembros, incluido España.
La mencionada Directiva 69/335/CEE era la norma armonizadora de lo que en nuestro
país se ha denominado gravamen de las operaciones societarias, cuya regulación interior se recoge
en los artículos 19 y siguientes del texto refundido de la Ley del ITP y AJD, como una de las tres mo­
dalidades de este impuesto. Esta nueva Directiva es consecuencia del mencionado proceso de refun­
dición y de reforma de la Directiva 69/335/CEE iniciado por la Comisión Europea en el año 2003.
La Comisión Europea tenía, como intención inicial, más que una refundición de dicha Di­
rectiva, la de eliminarla y suprimir el gravamen sobre la concentración de capitales para lo cual se
creó el Grupo de Trabajo IV – Imposición Directa, de la Dirección General de Tributación y Unión
Aduanera de la Comisión Europea, que ha elaborado tres borradores de trabajo sucesivos, hasta
obtener el texto recientemente aprobado.
En efecto, desde 1985, mediante las modificaciones que se introdujeron en la Directiva
69/335/CEE por la Directiva 85/303/CEE se incluyó en la exposición de motivos de la primera la con­
veniencia de eliminar el impuesto sobre las aportaciones, al considerar que estos gravámenes indi­
rectos sobre la concentración de capitales, suponían un obstáculo a la libre circulación de capitales y
para la creación y el mantenimiento de sociedades de capital.
Es por otra parte cierto que, varios Estados miembros han admitido esos efectos econó­
micos adversos y han suprimido la exigencia de este gravamen.
En el sentido anterior los más importantes Estados han seguido el camino de la supre­
sión y así el Reino Unido suprimió el impuesto en 1988, Alemania y Francia lo hicieron en 1992 e
Italia en 2000.
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Instituto de Estudios Fiscales
Debido a la eliminación de gravamen, solamente ha quedado plenamente vigente en siete
de los Estados miembros: Austria, Chipre, España, Grecia, Luxemburgo, Polonia y Portugal, aunque en
Polonia y Portugal, se aplica un tipo impositivo igual o inferior al 0,5 por 100, y en Chipre el tipo aplicable
es del 0,6 por 100. En los restantes cuatro Estados miembros, se aplica un tipo del 1,0 por 100.
Esta nueva Directiva simplifica la normativa actual y asegura que las llamadas operacio­
nes de reestructuración no estarán sujetas al llamado Derecho de Aportación, además de simplificar y
reordenar los preceptos de la Directiva 69/335/CEE, ha introducido diversas modificaciones en la
definición del hecho imponible del impuesto sobre las aportaciones de capital, reduciendo su exten­
sión y, por tanto, su ámbito de aplicación.
Los cambios más significativos se han producido en los hechos imponibles, cuya trasposición
al Derecho español fueron objeto de impugnación por la Comisión –Recurso C-397-07 interpuesto ante
el TJCE por la Comisión de las Comunidades Europeas contra el Reino de España por incumplimien­
to de la Directiva 69/335/CEE del Consejo, de 17 de julio de 1969, relativa a los impuestos indirectos
que gravan la concentración de capitales–.
La novedad más destacable de la citada Directiva, al encontramos en el artículo 5.1., que
regula los supuestos de no sujeción, que incluye, además del traslado de sede, las aportaciones de
capital, lo que pudiera llevar a pensar que se ha suprimido el impuesto, pero que el contenido del
artículo 7 de la nueva Directiva desmiente, puesto que permite a los Estados miembros que vinieran
gravando por dichas aportaciones de capital continuar haciéndolo.
En el sentido anterior, el mencionado artículo 5.1. establece lo siguiente:
“1. Los Estados miembros no someterán a las sociedades de capital a ninguna forma de im­
posición indirecta en lo que respecta a lo siguiente:
a) Aportaciones de capital.
b) Préstamos o prestaciones efectuadas en el ámbito de aportaciones de capital.
c) Inscripción en el registro o cualquier otra formalidad previa al ejercicio de una actividad,
a que las sociedades de capital puedan estar sometidas por razón de su forma jurídica.
d) Modificación de la escritura de constitución o de los estatutos de una sociedad de capi­
tal y, en particular lo siguiente:
I) La transformación de una sociedad de capital en una sociedad de capital de tipo di­
ferente.
II) El traslado, de un Estado miembro a otro Estado miembro, de la sede de dirección
efectiva o del domicilio social de una sociedad de capital.
III) El cambio del objeto social de una sociedad de capital.
IV) La prórroga del plazo de duración de una sociedad de capital.
e) Operaciones de reestructuración a que se refiere el artículo 4.”
Pero el artículo 7 matiza lo anterior al establecer que:
“1. Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 5, apartado 1, letra a), los Estados miembros
que, a 1 de enero de 2006, sometiesen a las sociedades de capital al impuesto sobre las
aportaciones de capital (en lo sucesivo, «el impuesto sobre las aportaciones»), podrán conti­
nuar haciéndolo, siempre que se ajuste a lo dispuesto en los artículos 8 a 14.
2. Si, con posterioridad al 1 de enero de 2006, un Estado miembro deja, en cualquier mo­
mento, de aplicar el impuesto sobre las aportaciones, no podrá reinstaurarlo...”
De la lectura de ambos artículos se deduce que, en cuanto a la normativa armonizadora,
este impuesto seguirá como tal en los países miembros citados, incluido, por tanto, España, sin per­
juicio de que si se decidiera eliminarse no podría volver a instaurarse.
Además de lo anterior, en esta nueva regulación de la Unión Europea, destacan que los
hechos imponibles regulados en las letras g) y h) del artículo 4.1 de la Directiva 69/335/CEE han sido
suprimidos del artículo 3 del nuevo texto, que es el que se ocupa de definir los hechos imponibles que
se pueden gravar con un impuesto sobre las aportaciones de capital.
— 37 —
Además, el artículo 4 de la nueva Directiva se refiere a las llamadas “operaciones de re­
estructuración”, determinando que tales operaciones, a los efectos de esta Directiva, no tendrán la
consideración de aportaciones de capital, es decir, que no pueden ser gravadas por un impuesto so­
bre las aportaciones de capital.
Se definen como operaciones de reestructuración y no se consideran aportaciones de
capital gravables, las siguientes:
• La transmisión, por una o varias sociedades de capital, de la totalidad de su patrimonio,
o de una o más ramas de su actividad, a una o más sociedades de capital en vías de
constitución o ya existentes, siempre que la contrapartida de dicha transmisión con­
sista, al menos parcialmente, en valores representativos del capital de la sociedad
adquirente, que es una manera de definir las operaciones de absorción.
• La adquisición, por una sociedad de capital en vías de constitución o ya existente, de
participaciones que representen la mayoría de los derechos de voto de otra sociedad
de capital, siempre que la contrapartida de las participaciones adquiridas consista, al
menos parcialmente, en valores representativos del capital de la primera de dichas
sociedades. En caso de que la mayoría de los derechos de voto se alcance mediante
dos o más operaciones, solo se considerarán operaciones de reestructuración la ope­
ración por la que se alcance la mayoría de los derechos de voto y las operaciones
subsiguientes, que se refiere al canje de valores.
• También, la transferencia a una sociedad de capital de todo el patrimonio de otra socie­
dad de capital que pertenezca totalmente a la primera sociedad o absorción impropia.
Por tanto, se suprimen como posibles operaciones gravadas por este impuesto a las ahora
denominadas operaciones de reestructuración, por lo que cabría preguntarse si con anterioridad podían
ser gravadas como establecía la normativa española de trasposición, ya que si la nueva Directiva ha modi­
ficado la regulación positiva de tales operaciones, suprimiendo hechos imponibles relativos a los traslados
de sede de dirección efectiva o del domicilio social y excluyendo expresamente de gravamen las opera­
ciones de reestructuración, ello significa que la todavía vigente normativa europea sí permite el gravamen
de tales operaciones o al menos, –en el caso de las operaciones de reestructuración– no lo prohíbe, pues­
to que no parece lógico interpretar que tales operaciones estaban ya excluidas de la posibilidad de ser
gravadas cuando ha habido que elaborar y aprobar una nueva Directiva en la que tales operaciones se
excluyen del impuesto de forma expresa: operaciones de reestructuración o porque se han eliminado los
supuestos de hecho susceptibles de ser gravados por dicho impuesto.
Como consecuencia de la aprobación de esta nueva Directiva, España y los demás Estados
miembros de la Unión Europea están obligados a trasponer las anteriores modificaciones, para lo cual la
nueva Directiva establece su entrada en vigor a los veinte días de su publicación en el Diario Oficial de la
Unión Europea, que se produjo el 21 de febrero de este año, aunque los artículos 1, 2, 6, 9, 10 y 11 serán
de aplicación a partir del 1 de enero de 2009.
En cuanto a los plazos que tienen los Estados miembros de la U.E. para su trasposición,
se establece en la nueva Directiva que lo dispuesto en los artículos 3, 4, 5, 7, 8, 12, 13 y 14, se debe
de efectuar hasta el 31 de diciembre de 2008 a más tardar. Además, se deroga la vieja Directiva
69/335/CEE y se prevé que la Comisión informará al Consejo cada tres años sobre la aplicación de la
presente Directiva, en especial con vistas a la derogación del impuesto sobre las aportaciones.
Quizás analizando cuales deberán ser las modificaciones en la normativa del ITP y AJD
se comprenda mejor la incidencia de esta nueva Directiva, en este aspecto, es meridiano que deberá
de suprimirse del actual hecho imponible de la modalidad de operaciones societarias, tanto las opera­
ciones de reestructuración empresarial, como las de traslado de sede o gravamen de cualquier em­
presa con sede en otro país miembro de la UE, sean o no gravados en ese Estado por un impuesto
similar al nuestro.
Además, estas modificaciones darán lugar a que haya que prever una exención, tanto en
la modalidad de transmisiones patrimoniales onerosas, como en la cuota gradual de documentos
notariales de la modalidad de actos jurídicos documentados del mismo ITP y AJD para las operacio­
nes anteriormente citadas que pasarán a no estar sujetas en operaciones societarias.
— 38 —
Instituto de Estudios Fiscales
En resumen, que España conjuntamente con otros países miembros de la U.E. ha con­
seguido mantener este gravamen sobre las operaciones societarias, que la Comisión europea pre­
tendía suprimir, aunque se han introducido algunos cambios en el hecho imponible que limitan su
extensión, fundamentalmente en lo que respecta a las operaciones de reestructuración societaria y a
los traslados de sede de dirección y gravamen de los establecimientos permanentes de sociedades
europeas, por lo que España deberá en el plazo indicado modificar dichos aspectos en el texto refun­
dido del ITP y AJD.
5. REAL DECRETO-LEY 7/2008, DE 21 DE ABRIL, DE MEDIDAS DE IMPULSO
5. A LA ACTIVIDAD ECONÓMICA21
Ante la situación económica que amenaza el crecimiento de nuestro país, el Gobierno en
su primer Consejo de Ministros ha decidido implantar una serie de medidas para impulsar la actividad
económica y para paliar algunas situaciones, como la de las personas que tienen que afrontar los
pagos de sus hipotecas, sobre todo, las que financian la adquisición, construcción y rehabilitación de
sus viviendas habituales.
En el sentido anterior, con un carácter temporal de dos años, desde la entrada en vigor de
este Real Decreto-Ley, es decir, desde el 22 de abril, en que se establece su vigencia, se establece un
supuesto de no sujeción a la cuota fija de documentos notariales de la modalidad de actos jurídicos
documentados del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados (ITP y
AJD) para las escrituras que documenten la ampliación del plazo de los préstamos con garantía hipote­
caria concedidos para la adquisición, construcción y rehabilitación de la vivienda habitual.
Dado que este gravamen se cobraba a través del papel timbrado notarial en que se exig­
ía que se extendieran este tipo de escrituras, se establece que durante este periodo de no sujeción,
se extiendan en papel común que no lleve timbre.
La anterior no sujeción conlleva que este tipo de escrituras estén, a partir de ahora y du­
rante dos años, eximidos totalmente de satisfacer gravamen alguno por documentos notariales, al
añadirse esta a la exención de la cuota gradual de documentos notariales de la modalidad de actos
jurídicos documentados del ITP y AJD, regulada en la Ley 2/1994, de 30 marzo, sobre subrogación y
modificación de préstamos hipotecarios, la no sujeción de la cuota fija de la misma modalidad del
impuesto, de forma similar a lo previsto para los documentos electorales en el artículo 118 de la Ley
Orgánica 5/1985, de 19 de junio, del Régimen Electoral General, desarrollado por el apartado 5 del
artículo 8 del Real Decreto 605/1999, de 16 de abril, de regulación complementaria de los procesos
electorales, y en el artículo segundo del Real Decreto 557/1993, de 16 de abril, sobre actuación nota­
rial en el procedimiento de emisión de voto por correo.
En resumen, se quiere facilitar la ampliación del plazo de las hipotecas, aliviando así las
cargas financieras mensuales de las familias, con los efectos positivos sobre el consumo que dicho
alivio pueda provocar.
6.
6.
6.
6.
PROYECTO DE LEY POR EL QUE SE SUPRIME EL GRAVAMEN DEL IMPUESTO
SOBRE EL PATRIMONIO SE GENERALIZA EL SISTEMA DE DEVOLUCIÓN
MENSUAL EN EL IMPUESTO SOBRE EL VALOR AÑADIDO, Y SE
INTRODUCEN OTRAS MODIFICACIONES EN LA NORMATIVA TRIBUTARIA22
Este Proyecto de Ley, publicado ya en el Boletín Oficial del Congreso de los Diputados,
tiene dos bloques de medidas, unas referidas a la trasposición de la Directiva 7/2008 y otras nuevas.
Por lo que se refiere a estas últimas, se modifica el cálculo del valor real de las conce­
siones, en las que se haya señalado un canon, precio, participación o beneficio mínimo que deba
— 39 —
satisfacer el concesionario periódicamente, cuando la duración de la concesión fuese superior al año,
capitalizándose según el plazo de la concesión, al 10 por ciento la cantidad anual que satisfaga el
concesionario, cambiándose la actual capitalización simple por una financiera, acercando así la base
imponible a la verdadera realidad de estas concesiones.
La siguiente medida es importante para mejorar la situación de los particulares en el
mercado inmobiliario y se ocupa del tratamiento fiscal de la cesión de créditos o derechos de adquisi­
ción de inmuebles en construcción, conocidos vulgarmente como «pases», cuya regulación determina
una base imponible cuantificada en función del valor total construido de los inmuebles, que se modifi­
ca para que se ajuste al valor real del inmueble en construcción en el momento de la cesión del dere­
cho privado de compra, lo que permitirá su transmisión a los actuales contratantes que tengan
dificultades para seguir con la adquisición y una mayor flexibilidad a este mercado.
Por otra parte, se adecua la vigente regulación de la exención de las viviendas de pro­
tección oficial (VPO) a la situación actual, mediante la agrupación de su normativa, que está dispersa
y cierre de algunas posibilidades de fraude. En concreto, se reúnen en un solo precepto todos los
requisitos para gozar de las exenciones en este impuesto, facilitando así su aplicación a este tipo de
viviendas. Asimismo, se incluye, como una norma de vigencia indefinida, lo establecido en la disposi­
ción transitoria duodécima de la Ley 13/1996, de 30 de diciembre, de medidas fiscales, administrati­
vas y del orden social.
La titulización de activos financieros se inició en España con la promulgación de la Ley
19/1992, de 7 de julio, sobre régimen de las sociedades y fondos de inversión inmobiliaria y sobre
fondos de titulación hipotecaria, ciñéndose en este primer momento a los créditos hipotecarios movili­
zados mediante participaciones hipotecarias. En dicha Ley solamente se establecieron los citados
fondos de titulización hipotecaria, cualificados por ser patrimonios cerrados sin personalidad jurídica
que transformaban flujos hipotecarios en valores de renta fija –los denominados bonos de titulización
hipotecaria–, con el objetivo principal de contribuir a abaratar los préstamos para adquisición de vi­
viendas, como especificaba en su preámbulo el referido texto legal.
En atención a ese carácter cerrado, que no permite su ampliación o modificación poste­
rior, en el ámbito fiscal se otorgó a dichos fondos la exención de la modalidad de operaciones societa­
rias del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados en el momento
de su constitución.
Más adelante, al considerar dicha regulación resultaba insuficiente para extender o apli­
car el proceso financiero a la titulización de otros créditos diferentes a los de carácter hipotecario, se
estableció en el Real Decreto-ley 3/1993, de 26 de febrero, sobre medidas urgentes en materias pre­
supuestarias, tributarias, financieras y de empleo, que el Gobierno, previo informe de la Comisión
Nacional del Mercado de Valores y del Banco de España, podía extender el régimen previsto para la
titulización de participaciones hipotecarias a otros préstamos y derechos de crédito.
Esa ampliación fue refrendada y completada en la disposición adicional quinta de la Ley
3/1994, de 14 de abril, de adaptación de la legislación española en materia de entidades de crédito a
la Segunda Directiva de Coordinación Bancaria. Posteriormente, y como consecuencia de la financia­
ción de los resultados de la moratoria nuclear, en 1994 se promulgó la Ley 40/1994, de 30 de diciem­
bre, de Ordenación del Sistema Eléctrico Nacional, norma que regula, como una modalidad
específica de los fondos de titulización de activos, los denominados «Fondos de Titulización de la
Moratoria Nuclear».
La anterior normativa se desarrolló mediante el Real Decreto 926/1998, de 14 de mayo,
por el que se regulan los fondos de titulización de activos y las sociedades gestoras de fondos de
titulización, que configuró estos nuevos fondos de titulización en dos tipos de estructuras, al objeto de
acomodar el esquema de titulización a las diversas clases de flujos que van a entrar en el proceso.
Así, se regulan tanto estructuras cerradas –similares a los fondos de titulización hipotecaria– como
estructuras abiertas, ya sea por el activo, por el pasivo o por ambos. Con esta última variedad se abre
paso a la titulización de flujos a corto y medio plazo, muy comunes en otros sistemas financieros don­
de se vienen desarrollando estos procesos.
El Reglamento anterior estableció, además, que, salvo lo dispuesto en el mismo, a los
fondos de titulización de activos se les aplicarán las reglas contenidas para los fondos de titulización
hipotecaria regulados en la citada Ley 19/1992, en tanto resultasen de aplicación, atendiendo a su natu­
— 40 —
Instituto de Estudios Fiscales
raleza específica, lo que ha servido a las Administraciones tributarias competentes de las Comunidades
Autónomas para considerarlos exentos de la modalidad de operaciones societarias. Sin embargo, nin­
guna de las citadas normas legales regulaba los aspectos fiscales relativos a los nuevos fondos de titu­
lización que a partir de entonces podían constituirse, por lo que, teniendo en cuenta la identidad de
estructura y fines de los nuevos fondos de titulización respecto a los fondos de titulización hipotecaria y,
sobre todo, que su propia esencia es la titulización por pequeñas diferencias entre los activos que con­
forman estos fondos, es imprescindible, para la existencia y desarrollo de estos instrumentos financie­
ros, aunque fuera lógico entender que estaban exentos de la modalidad de operaciones societarias, se
considera más acorde con el principio de seguridad jurídica, establecer en una norma de rango legal y
con efectos retroactivos la exención total de estos fondos de la modalidad de operaciones societarias
del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados.
La cuarta medida que se introduce es una regla de cuantificación del valor de los bienes
y derechos en el procedimiento de comprobación de valores por parte de la Administración consisten­
te en fijar dicho valor, al menos, en el precio o contraprestación de la operación de que se trate, pues­
to que, como mínimo, alcanza tal valor para las partes.
La quinta de las modificaciones que se proyecta es que, con el fin de simplificar la ges­
tión de este tributo, se establece de forma definitiva que la fecha del documento privado que preva­
lezca a efectos de prescripción, conforme a lo dispuesto en la normativa del impuesto, determinará
todos los aspectos del régimen jurídico aplicable a la liquidación que proceda por el acto o contrato
incorporado al mismo, lo que implica que ya no quedarán dudas de que la valoración, la base, el tipo
y los demás elementos del tributo que se aplican a este tipo de actos, contratos o negocios serán los
que estén vigentes en la fecha que se tome para la prescripción.
Asimismo, con el fin de aclarar las competencias de las Administraciones tributarias de
las Comunidades Autónomas, se modifica el requisito para inscribir los documentos que sean objeto
de este impuesto, concretando que deben ser presentados en la Administración tributaria competen­
te, sin cuya constatación no podrán ser inscritos en el Registro correspondiente, evitándose así cual­
quier intento de elusión del pago del impuesto. De forma complementaria a la anterior, se establece
que la competencia para la aplicación del impuesto y el ejercicio de la potestad sancionadora corres­
ponden a la Administración tributaria de la Comunidad Autónoma o del Estado a la que se atribuya su
rendimiento de acuerdo con los puntos de conexión aplicables según las normas reguladoras de la
cesión de impuestos a las Comunidades Autónomas, para aclarar cualquier duda que pudiera tenerse
respecto a actuaciones con Administraciones no competentes.
Respecto a la Directiva 2008/7/CE del Consejo, de 12 de febrero de 2008, relativa a los
impuestos indirectos que gravan la concentración de capitales, que ha entrado en vigor el día 12 de
marzo de este año, aprobada por el Consejo de la Unión Europea, al incidir sustancialmente en las
disposiciones legales del Derecho interno español que regulan el llamado impuesto sobre las aporta­
ciones de capital, que constituye la modalidad de operaciones societarias del Impuesto sobre Trans­
misiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados regulada en el Título II, «Operaciones
societarias», del texto refundido de la Ley del citado Impuesto, aprobado por el Real Decreto Legisla­
tivo 1/1993, de 24 de septiembre, se procede la adaptación de diversos preceptos del citado texto
refundido.
Como se ha dicho, con anterioridad, la Directiva 2008/7/CE establece las operaciones
deben tener la consideración de «aportaciones de capital», concepto del que se excluyen algunas
operaciones que la anterior Directiva 69/335/CEE, sí consideraba incluidas en dicho concepto. En el
mencionado sentido, desaparecen los hechos imponibles referentes al traslado de un Estado miem­
bro a otro Estado miembro de la sede de la dirección efectiva de una entidad considerada como so­
ciedad de capital en este último Estado miembro, pero no en el primero, así como al traslado de un
Estado miembro a otro Estado miembro del domicilio social de una entidad con la sede de su direc­
ción efectiva en un tercer país y considerada sociedad de capital en este último Estado miembro, no
estándolo en el otro Estado miembro.
Sobre lo anterior, el artículo 10 de la Directiva 2008/7/CE determina que un Estado
miembro podrá someter al impuesto sobre las aportaciones de capital las aportaciones de capital de
aquellas sociedades de capital cuya sede de dirección efectiva esté situada en dicho Estado miembro
en el momento en que se realice la aportación de capital, o de aquellas que, estando su sede de di­
rección efectiva en un tercer país, tengan en el Estado miembro su domicilio social. Dicho precepto
— 41 —
también dispone que un Estado miembro podrá someter al impuesto sobre las aportaciones de capital
la aportación de inmovilizado o de capital circulante a una sucursal situada en un Estado miembro,
cuando su domicilio social y la sede de dirección efectiva se encuentren en un tercer país.
Por su parte, el artículo 5 de la Directiva, determina que los Estados miembros no some­
terán a las sociedades de capital a ninguna forma de imposición indirecta, entre otras operaciones,
por el traslado, de un Estado miembro a otro Estado miembro, de la sede de dirección efectiva o del
domicilio social de una sociedad de capital, ni las llamadas «operaciones de reestructuración» defini­
das en su artículo 4.
Esta nueva regulación comunitaria obliga a modificar el contenido de los preceptos del
texto refundido de la Ley del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Docu­
mentados que definen los hechos imponibles de la modalidad de operaciones societarias de este
tributo. Igualmente, la no sujeción de las llamadas operaciones de reestructuración a dicha modalidad
del impuesto obliga también a modificar los preceptos referentes, respectivamente, al sujeto pasivo,
responsables subsidiarios y base imponible, de operaciones societarias, a fin de excluir a aquéllas.
Además, resulta necesario modificar el mencionado texto refundido para suprimir, por una parte, los
supuestos de exención relativos a las operaciones de fusión, escisión, aportación de activos y canje
de valores (ahora, de reestructuración), que deben convertirse en supuestos de no sujeción; y, por
otra, para introducir una exención en las modalidades de transmisiones patrimoniales onerosas y
actos jurídicos documentados, documentos notariales, aplicable a las operaciones de reestructuración
y a los traslados de la sede de dirección efectiva o del domicilio social de entidades de un Estado
miembro a otro que, al quedar no sujetas a la modalidad de operaciones societarias, podrían quedar
sometidas a la modalidad de transmisiones patrimoniales onerosas o, en su caso, a la de actos jurídi­
cos documentados, documentos notariales.
Por último, también se propone derogar el apartado 2 de la disposición adicional segun­
da del texto refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades, precepto que contiene las referen­
cias sobre las definiciones de las operaciones de fusión y escisión a efectos de la modalidad de
operaciones societarias del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documen­
tados, pues, si bien se considera oportuno mantener las definiciones a efectos de operaciones socie­
tarias en la norma legal del Impuesto sobre Sociedades, parece razonable que la referencia se ubique
en el texto refundido de la Ley de aquel tributo.
— 42 —
Instituto de Estudios Fiscales
NOTAS:
1
Artículo quinto. Modificación de la Ley 58/2003, de 17 de diciembre, General Tributaria:
(…)
Seis. Se modifica el apartado 1 del artículo 57, que queda redactado en los siguientes términos:
«1. El valor de las rentas, productos, bienes y demás elementos determinantes de la obligación tributaria podrá ser comproba­
do por la Administración tributaria mediante los siguientes medios:
a) Capitalización o imputación de rendimientos al porcentaje que la ley de cada tributo señale.
b) Estimación por referencia a los valores que figuren en los registros oficiales de carácter fiscal. Dicha estimación por re­
ferencia podrá consistir en la aplicación de los coeficientes multiplicadores que se determinen y publiquen por la Admi­
nistración tributaria competente, en los términos que se establezcan reglamentariamente, a los valores que figuren en
el registro oficial de carácter fiscal que se tome como referencia a efectos de la valoración de cada tipo de bienes.
Tratándose de bienes inmuebles, el registro oficial de carácter fiscal que se tomará como referencia a efectos de de­
terminar los coeficientes multiplicadores para la valoración de dichos bienes será el Catastro Inmobiliario.
c) Precios medios en el mercado.
d) Cotizaciones en mercados nacionales y extranjeros.
e) Dictamen de peritos de la Administración.
f) Valor asignado a los bienes en las pólizas de contratos de seguros.
g) Valor asignado para la tasación de las fincas hipotecadas en cumplimiento de lo previsto en la legislación hipotecaria.
h) Precio o valor declarado correspondiente a otras transmisiones del mismo bien, teniendo en cuenta las circunstancias
de éstas, realizadas dentro del plazo que reglamentariamente se establezca.
i) Cualquier otro medio que se determine en la ley propia de cada tributo.»
2
Aprobado por el Real Decreto 1065/2007, de 27 de julio, por el que se aprueba el Reglamento General de las actuaciones y
los procedimientos de gestión e inspección tributaria y de desarrollo de las normas comunes de los procedimientos de aplica­
ción de los tributos.
3
Fundamentalmente, Concierto Económico Vasco, aprobado por la Ley 12/2002, de 23 de mayo, por la que se aprueba el
Concierto Económico con la Comunidad Autónoma del País Vasco, el Convenio navarro, aprobado por la Ley 28/1990, de 26
de diciembre. y la Ley 21/2001, de 27 de diciembre, por la que se regulan las medidas fiscales y administrativas del nuevo
sistema de financiación de las Comunidades Autónomas de régimen común y Ciudades con Estatuto de Autonomía.
4
Se trata de la Ley Foral 13/2000, de 14 de diciembre, de la Comunidad Foral de Navarra, General Tributaria.
5
Decreto Foral legislativo 129/1999, de 26 de abril, de la Comunidad Foral de Navarra, por el que se aprueba el Texto Refun­
dido de las disposiciones del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados.
6
Artículo sexto
Modificación de la Ley de 28 de mayo de 1862, del Notariado.
Se introducen las siguientes modificaciones en la Ley de 28 de mayo de 1862, del Notariado:
Uno. Se modifica el artículo 17, que queda redactado de la siguiente manera:
«Artículo 17
(…)
2. A los efectos de la debida colaboración del Notario y de su organización corporativa con las Administraciones públicas, los
notarios estarán obligados a llevar índices informatizados y, en su caso, en soporte papel de los documentos protocolizados e
intervenidos. El Notario deberá velar por la más estricta veracidad de dichos índices, así como por su correspondencia con los
documentos públicos autorizados e intervenidos, y será responsable de cualquier discrepancia que exista entre aquellos y
estos, así como del incumplimiento de sus plazos de remisión. Reglamentariamente se determinará el contenido de tales índi­
ces, pudiéndose delegar en el Consejo General del Notariado la adición de nuevos datos, así como la concreción de sus carac­
terísticas técnicas de elaboración, remisión y conservación.
El Consejo General del Notariado formará un índice único informatizado con la agregación de los índices informatizados que
los notarios deben remitir a los Colegios Notariales. A estos efectos, con la periodicidad y en los plazos reglamentariamente
establecidos, los notarios remitirán los índices telemáticamente a través de su red corporativa y con las garantías debidas de
confidencialidad a los Colegios Notariales, que los remitirán, por idéntico medio, al Consejo General del Notariado.
3. Corresponderá al Consejo General del Notariado proporcionar información estadística en el ámbito de su competencia, así
como suministrar cuanta información del índice sea precisa a las Administraciones públicas que, conforme a la Ley, puedan
acceder a su contenido, a cuyo efecto podrá crear una unidad especializada.
En particular, y sin perjuicio de otras formas de colaboración que puedan resultar procedentes, el Consejo General del Notaria­
do suministrará a las Administraciones tributarias la información contenida en el índice único informatizado con trascendencia
tributaria que precisen para el cumplimiento de sus funciones estando a lo dispuesto en el artículo 94.5 de la Ley 58/2003, de
17 de diciembre, General Tributaria, permitirá el acceso telemático directo de las Administraciones tributarias al índice y reca­
bará del Notario para su posterior remisión la copia del instrumento público a que se refiera la solicitud de información cuando
ésta se efectúe a través de dicho Consejo.»
— 43 —
Dos. Se modifica el artículo 23, que queda redactado en los siguientes términos:
«Artículo 23
(…)
Si se trata de escrituras públicas relativas a actos o contratos por los que se adquieran, declaren, constituyan, transmitan,
graven, modifiquen o extingan el dominio y los demás derechos reales sobre bienes inmuebles, o a cualesquiera otros con
trascendencia tributaria, los comparecientes acreditarán ante el Notario autorizante sus números de identificación fiscal y los de
las personas o entidades en cuya representación actúen, de los que quedará constancia en la escritura.»
Tres. Se modifica el artículo 24, que queda redactado en los siguientes términos:
«Artículo 24
En todo instrumento público consignará el Notario su nombre y vecindad, los nombres y vecindad de los testigos, y el lugar,
año y día del otorgamiento.
Los notarios en su consideración de funcionarios públicos deberán velar por la regularidad no sólo formal sino material de los
actos o negocios jurídicos que autorice o intervenga, por lo que están sujetos a un deber especial de colaboración con las
autoridades judiciales y administrativas.
En consecuencia, este deber especial exige del Notario el cumplimiento de aquellas obligaciones que en el ámbito de su com­
petencia establezcan dichas autoridades.
En las escrituras relativas a actos o contratos por los que se declaren, transmitan, graven, modifiquen o extingan a título onero­
so el dominio y los demás derechos reales sobre bienes inmuebles se identificarán, cuando la contraprestación consistiere en
todo o en parte en dinero o signo que lo represente, los medios de pago empleados por las partes. A tal fin, y sin perjuicio de
su ulterior desarrollo reglamentario, deberá identificarse si el precio se recibió con anterioridad o en el momento del otorga­
miento de la escritura, su cuantía, así como si se efectuó en metálico, cheque, bancario o no, y, en su caso, nominativo o al
portador, otro instrumento de giro o bien mediante transferencia bancaria.
Igualmente, en las escrituras públicas citadas el Notario deberá incorporar la declaración previa del movimiento de los medios
de pago aportadas por los comparecientes cuando proceda presentar ésta en los términos previstos en la legislación de pre­
vención del blanqueo de capitales. Si no se aportase dicha declaración por el obligado a ello, el Notario hará constar esta
circunstancia en la escritura y lo comunicará al órgano correspondiente del Consejo General del Notariado.
En las escrituras públicas a las que se refieren este artículo y el artículo 23 de esta Ley, el Consejo General del Notariado
suministrará a la Administración tributaria, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 17 de esta Ley, la información relativa a
las operaciones en las que se hubiera incumplido la obligación de comunicar al Notario el número de identificación fiscal para
su constancia en la escritura, así como los medios de pago empleados y, en su caso, la negativa a identificar los medios de
pago. Estos datos deberán constar en los índices informatizados.»
Artículo séptimo. Modificación de la Ley Hipotecaria, de 8 de febrero de 1946.
Se introducen las siguientes modificaciones en la Ley Hipotecaria, de 8 de febrero de 1946:
Uno. Se modifica el artículo 21, que queda redactado en los siguientes términos:
«Artículo 21
1. Los documentos relativos a contratos o actos que deban inscribirse expresarán, por lo menos, todas las circunstancias que
necesariamente debe contener la inscripción y sean relativas a las personas de los otorgantes, a las fincas y a los derechos
inscritos.
2. Las escrituras públicas relativas a actos o contratos por los que se declaren, constituyan, transmitan, graven, modifiquen o
extingan a título oneroso el dominio y los demás derechos reales sobre bienes inmuebles, cuando la contraprestación consis­
tiera, en todo o en parte, en dinero o signo que lo represente, deberán expresar, además de las circunstancias previstas en el
párrafo anterior, la identificación de los medios de pago empleados por las partes, en los términos previstos en el artículo 24 de
la Ley del Notariado, de 28 de mayo de 1862.»
Dos. Se modifica el artículo 254 que queda redactado en los siguientes términos:
«Artículo 254
1. Ninguna inscripción se hará en el Registro de la Propiedad sin que se acredite previamente el pago de los impuestos esta­
blecidos o que se establecieren por las leyes, si los devengare el acto o contrato que se pretenda inscribir.
2. No se practicará ninguna inscripción en el Registro de la Propiedad de títulos relativos a actos o contratos por los que se
adquieran, declaren, constituyan, transmitan, graven, modifiquen o extingan el dominio y los demás derechos reales sobre
bienes inmuebles, o a cualesquiera otros con trascendencia tributaria, cuando no consten en aquellos todos los números de
identificación fiscal de los comparecientes y, en su caso, de las personas o entidades en cuya representación actúen.
3. No se practicará ninguna inscripción en el Registro de la Propiedad de títulos relativos a actos o contratos por los que se
declaren, constituyan, transmitan, graven, modifiquen o extingan a título oneroso el dominio y los demás derechos reales sobre
bienes inmuebles, cuando la contraprestación consistiera, en todo o en parte, en dinero o signo que lo represente, si el fedata­
rio público hubiere hecho constar en la Escritura la negativa de los comparecientes a identificar, en todo o en parte, los datos o
documentos relativos a los medios de pago empleados.
4. Las escrituras a las que se refieren los números 2 y 3 anteriores se entenderán aquejadas de un defecto subsanable. La
falta sólo se entenderá subsanada cuando se presente ante el Registro de la Propiedad una escritura en la que consten todos
los números de identificación fiscal y en la que se identifiquen todos los medios de pago empleados.»
— 44 —
Instituto de Estudios Fiscales
7
RESOLUCIÓN de 7 de diciembre de 2007, de la Dirección General de los Registros y del Notariado, en el recurso interpues­
to por el notario de Valencia, don Rafael Gómez-Ferrer Sapiña, contra la negativa del registrador de la propiedad n.º 6, de
dicha capital, a inscribir una escritura de compraventa.
(…)
Fundamentos de Derecho
Vistos los artículos 23 y 24 de la Ley del Notariado, 21 y 254 de la Ley Hipotecaria, 3 y 1320 del Código Civil; la Ley 36/2.006,
de 29 de noviembre, de medidas para la prevención del fraude fiscal; y las Resoluciones de 20 de octubre de 2000 y 25 de abril
de 2005.
1. En el caso al que se refiere el presente recurso el Registrador de la Propiedad suspende la inscripción de una escritura de
compraventa de una vivienda, privativa del vendedor, porque a su juicio es necesario que conste el Número de Identificación
Fiscal de la esposa de dicho vendedor, no obstante haber comparecido ésta al otorgamiento a los solos efectos de prestar el
consentimiento a la transmisión, por constituir hasta entonces el domicilio familiar.
2. Ciertamente, una de las finalidades de la Ley 36/2006, de 29 de noviembre, según su Exposición de Motivos, es la pre­
vención del fraude fiscal en el sector inmobiliario, en el que las novedades que introduce aquélla «se dirigen a la obtención
de información que permita un mejor seguimiento de las transmisiones y el empleo efectivo que se haga de los bienes
inmuebles».
Respecto del Notario, y por lo que interesa en el caso del presente recurso, el artículo 23 de la Ley del Notariado, modificado
por la referida Ley 36/2006, establece que «si se trata de escrituras públicas relativas a actos o contratos por los que se ad­
quieran, declaren, constituyan, transmitan, graven, modifiquen o extingan el dominio y los demás derechos reales sobre bienes
inmuebles, o a cualesquiera otros con trascendencia tributaria, los comparecientes acreditarán ante el Notario autorizante sus
números de identificación fiscal y los de las personas o entidades en cuya representación actúen, de los que quedará constan­
cia en la escritura».
En lo relativo a los Registradores y a la función pública que prestan, la reforma se centra entre otros aspectos –analizados en
la Resolución de 18 de mayo de 2007–, en la disposición por la que se establece que «No se practicará ninguna inscripción en
el Registro de la Propiedad de títulos relativos a actos o contratos por los que se adquieran, declaren, constituyan, transmitan,
graven, modifiquen o extingan el dominio y los demás derechos reales sobre bienes inmuebles, o a cualesquiera otros con
trascendencia tributaria, cuando no consten en aquellos todos los números de identificación fiscal de los comparecientes y, en
su caso, de las personas o entidades en cuya representación actúen» –artículo 254.2 de la Ley Hipotecaria–. En tal caso, esto
es, inexistencia de número de identificación fiscal de los comparecientes (y lo mismo se dispone respecto de la negativa total o
parcial a identificar el medio de pago) se entenderá que tales escrituras están aquejadas de un defecto subsanable, pudiéndo­
se subsanar éste a través de otra escritura «en la que consten todos los números de identificación fiscal» (y en la que, en su
caso, se identifiquen todos los medios de pago empleados) –artículo 254.4 de la misma Ley–. Como todas, estas normas que
imponen la consignación del número de identificación fiscal de los comparecientes en el otorgamiento de las escrituras públicas
que tengan por objeto determinados actos y contratos sobre bienes inmuebles, o a cualesquiera otros con trascendencia tribu­
taria, han de ser interpretadas atendiendo a su espíritu y finalidad (artículo 3.1 del Código Civil).
A tal efecto, al aplicar la norma del artículo 1320 del Código Civil, en cuanto establece que para disponer de los derechos sobre
la vivienda habitual aunque pertenezca a uno sólo de los cónyuges, se requerirá el consentimiento de ambos –o, en su caso,
autorización judicial–, no puede desconocerse que en el supuesto de titularidad privativa el poder de disposición corresponde
exclusivamente al cónyuge titular, de tal modo que el consentimiento exigido de su consorte tiene el carácter de un asentimien­
to, que se presenta como una declaración de voluntad de conformidad con el negocio jurídico ajeno, es decir concluido por
otro, por la que un cónyuge concede su aprobación a un acto en el que no es parte. Por ello, habida cuenta que al prestar su
consentimiento el cónyuge del disponente ni transmite ni realiza ningún otro acto de trascendencia tributaria, carece de justifi­
cación la exigencia de constancia de su número de identificación fiscal.
Esta Dirección General ha acordado estimar el recurso interpuesto y revocar la calificación del Registrador. Contra esta resolu­
ción los legalmente legitimados pueden recurrir mediante demanda ante el Juzgado de lo civil de la capital de la Provincia del
lugar donde radica el inmueble en el plazo de dos meses desde su notificación, siendo de aplicación las normas del juicio
verbal, todo ello conforme a lo establecido en los artículos 325 y 328 de la Ley Hipotecaria.
Madrid, 7 de diciembre de 2007.
8
RESOLUCIÓN de 1 de diciembre de 2007, de la Dirección General de los Registros y del Notariado, en el recurso interpues­
to por el Notario de Madrid, don José Luis Martínez-Gil Vich, contra la negativa del Registrador de la Propiedad de Valdemoro,
a inscribir una escritura de compraventa.
(…)
Fundamentos de Derecho
Vistos los artículos 23 de la Ley del Notariado; 18, 19 bis, 108, 112, 313, 322, 325, 326, 327 y 254 de la Ley Hipotecaria; 3 del
Código Civil; 54, 58 y 59 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del
Procedimiento Administrativo Común; la Ley 36/2006, de 29 de noviembre, de medidas para la prevención del fraude fiscal;
artículo 29 de la Ley General Tributaria; 4.2 de la Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y libertades de los
extranjeros en España y su integración social; artículos 101 y 105 de su Reglamento, aprobado por Real Decreto 2393/2004,
de 30 de diciembre; artículo 2, apartado c), del Real Decreto 338/1.990, de 9 de marzo; Sentencias del Tribunal Supremo de 3
de octubre de 1988, 30 de diciembre de 1989 y 2 de marzo de 1991; y las Resoluciones de 28 de abril, 4 de mayo, 12 y 27 de
septiembre, 15 y 28 de octubre de 2005, 18 de enero, 19 de abril, 30 y 31 de mayo de 2006, y 31 de enero, 21 de marzo, 12 y
18 de mayo, 19 de julio y 25 de octubre de 2007, entre otras.
(…)
— 45 —
2. Por lo que se refiere a la cuestión de fondo debatida, en la escritura presentada a inscripción el Notario autorizante expresa
que identifica a la señora compradora mediante exhibición de la tarjeta de residencia, vigente, cuyo número se reseña (integra­
do por la letra «X», siete dígitos y la letra final «M»).
El Registrador suspende la inscripción mediante una calificación en la que se limita a expresar que «Falta indicar el NIF» de
dicha compradora, y alega únicamente como fundamento de Derecho la cita del artículo 254.2 de la Ley Hipotecaria.
Este centro directivo (cfr., por todas, las Resoluciones de 4 de mayo y 28 de octubre de 2005 y las citadas en su vistos,
además de otras más recientes como las de 31 de enero, 21 de marzo y 25 de octubre de 2007) ya ha tenido ocasión de anali­
zar la razón de ser e importancia de la motivación de la calificación; los requisitos mínimos de la misma, esto es, que no basta con
la mera cita rutinaria de un precepto legal, sino que es preciso justificar la razón por la que ese precepto es de aplicación y la
interpretación que del mismo efectúa el funcionario calificador, ya que sólo de ese modo se podrá combatir la calificación dictada
para el supuesto de que no se considere adecuada la misma; igualmente, se ha señalado que esa motivación, aun cuando pueda
ser sucinta (artículo 54 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Proce­
dimiento Administrativo Común), sin embargo ha de ser suficiente y, por último, las consecuencias de una motivación insuficiente.
En el presente caso la motivación en que se fundamenta la calificación impugnada es manifestada de modo excesivamente
escueto, pues el Registrador no expresa la razón que le lleva a considerar que, a pesar de que se reseña el número de tarjeta
de residencia vigente de la compradora, no se indica el «NIF». Y, habida cuenta del texto literal de la norma del artículo 254.2
de la Ley Hipotecaria –que exige la constancia del «número de identificación fiscal» de los comparecientes–, tampoco explicita
el funcionario calificador la razón por la que entiende que la forma en que el Notario reseña dicho documento identificativo
implica inobservancia de la citada norma legal.
No obstante, esta Dirección General, visto el presente expediente (en el que el interesado ha podido alegar cuanto le ha con­
venido para su defensa, como lo demuestra en el contenido del escrito de interposición del recurso), entiende que procede
resolver el fondo de la cuestión, para evitar dilaciones innecesarias y perniciosas para el interesado en la inscripción (cfr. Sen­
tencias del Tribunal Supremo de 3 de octubre de 1988, 30 de diciembre de 1989 y 2 de marzo de 1991).
Por otra parte, como ha puesto de relieve este centro directivo en numerosas Resoluciones (vide, por todas, la de 31 de enero
de 2007), debe recordarse que el momento procedimental, único e idóneo, en el que el Registrador ha de exponer todas y cada
una de las razones que motivan su decisión de denegar o suspender la práctica del asiento solicitado es el de la calificación
(artículo 19 bis de la Ley Hipotecaria) sin que, por consiguiente, hayan ser tenidas en cuenta por este centro directivo las que
dicho funcionario pueda introducir en su informe. En este caso, para examinar el defecto invocado por el Registrador debe
ahora atenderse, exclusivamente, al contenido de su calificación tal como ha sido formulada, sin tener en cuenta el contenido
calificatorio que, incorrectamente, se incluye en su informe.
3. Hechas las aclaraciones precedentes, puede resolverse el presente recurso mediante la mera aplicación de la normativa
vigente sobre identificación de personas físicas extranjeras que otorguen instrumentos públicos. Una de las finalidades de la
Ley 36/2006, de 29 de noviembre, según su exposición de motivos, es la prevención del fraude fiscal en el sector inmobiliario,
en el que las novedades que introduce aquélla «se dirigen a la obtención de información que permita un mejor seguimiento de
las transmisiones y el empleo efectivo que se haga de los bienes inmuebles».
Respecto del Notario, y por lo que interesa en el caso del presente recurso, el artículo 23 de la Ley del Notariado, modificado
por la referida Ley 36/2006, establece que «si se trata de escrituras públicas relativas a actos o contratos por los que se ad­
quieran, declaren, constituyan, transmitan, graven, modifiquen o extingan el dominio y los demás derechos reales sobre bienes
inmuebles, o a cualesquiera otros con trascendencia tributaria, los comparecientes acreditarán ante el Notario autorizante sus
números de identificación fiscal y los de las personas o entidades en cuya representación actúen, de los que quedará constan­
cia en la escritura».
En lo relativo a los Registradores y a la función pública que prestan, la reforma se centra entre otros aspectos –analizados en
la Resolución de 18 de mayo de 2007–, en la disposición por la que se establece que «No se practicará ninguna inscripción en
el Registro de la Propiedad de títulos relativos a actos o contratos por los que se adquieran, declaren, constituyan, transmitan,
graven, modifiquen o extingan el dominio y los demás derechos reales sobre bienes inmuebles, o a cualesquiera otros con
trascendencia tributaria, cuando no consten en aquellos todos los números de identificación fiscal de los comparecientes y, en
su caso, de las personas o entidades en cuya representación actúen» –artículo 254.2 de la Ley Hipotecaria–. En tal caso, esto
es, inexistencia de número de identificación fiscal de los comparecientes (y lo mismo se dispone respecto de la negativa total o
parcial a identificar el medio de pago) se entenderá que tales escrituras están aquejadas de un defecto subsanable, pudiéndo­
se subsanar éste a través de otra escritura «en la que consten todos los números de identificación fiscal» (y en la que, en su
caso, se identifiquen todos los medios de pago empleados) –artículo 254.4 de la misma Ley. Conforme al artículo 2, apartado
c), del Real Decreto 338/1990, de 9 de marzo –vigente en el momento de la calificación impugnada–, para las personas físicas
que carezcan de la nacionalidad española, el número de identificación fiscal será el número personal de identificación de ex­
tranjero que se les asigne o se les facilite de acuerdo con la legislación sobre derechos y libertades de los extranjeros en Es­
paña (el mismo criterio siguen los artículos 18.2 y 20.1 del Real Decreto 1065/2007, de 27 de julio, de Gestión Tributaria, que
entrará en vigor el próximo 1 de enero de 2008).
Y según el artículo 4.2 de la Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y
su integración social, todos los extranjeros a los que se haya expedido una autorización para permanecer en España por un
período superior a seis meses, obtendrán la tarjeta de identidad de extranjero.
De esta normativa específica resulta con meridiana claridad que el número de la tarjeta de residencia reseñado en la escritura
calificada es el número personal de identificación de extranjero y, por ende, es el número de identificación fiscal.
Esta Dirección General ha acordado estimar el recurso interpuesto y revocar la calificación del Registrador.
Contra esta resolución los legalmente legitimados pueden recurrir mediante demanda ante el Juzgado de lo Civil de la capital
de la provincia del lugar donde radica el inmueble en el plazo de dos meses desde su notificación, siendo de aplicación las
normas del juicio verbal, todo ello conforme a lo establecido en los artículos 325 y 328 de la Ley Hipotecaria.
Madrid, 1 de diciembre de 2007.
— 46 —
Instituto de Estudios Fiscales
9
Real Decreto 1065/2007, de 27 de julio, por el que se aprueba el reglamento general de las actuaciones y los procedimientos de
gestión e inspección tributaria y de desarrollo de las normas comunes de los procedimientos de aplicación de los tributos.
10
Instrucción de 28 de noviembre de 2006, de la Dirección General de los Registros y del Notariado, relativa a la identificación
y constancia de los medios de pago en las escrituras relativas a actos o contratos por los que se declaren, transmitan, graven,
modifiquen o extingan a título oneroso el dominio y los demás derechos reales sobre bienes inmuebles. (BOE de 15 de diciem­
bre de 2006).
La reciente Ley de medidas para la prevención del fraude fiscal ha reformado el artículo 24 de la Ley de organización del Nota­
riado, de 28 de mayo de 1862, a los efectos de que los notarios identifiquen en las escrituras a que se refiere esta Instrucción
los medios de pago empleados por las partes.
Obviamente, y sin perjuicio del desarrollo reglamentario a que se refiere el párrafo cuarto del artículo 24 de la Ley del Notaria­
do, resulta imprescindible que este Centro Directivo concrete los medios a través de los cuales el notario debe identificar dichos
medios de pago; y, todo ello, porque dado que la Ley de medidas para la prevención del fraude fiscal entrará en vigor el día
siguiente al de su publicación en el Boletín Oficial del Estado, resulta necesario evitar que en esta materia existan imprecisio­
nes o criterios dispares que provoquen inseguridad jurídica y el consiguiente perjuicio a los otorgantes de dichas escrituras.
Asimismo, y desde la perspectiva del interés público que persigue la citada Ley es, asimismo, innegable la necesidad de espe­
cificar del modo mejor posible, no sólo cómo se deben identificar los medios de pago, sino la técnica notarial a través de la que
sería recomendable que se hicieran constar.
Por último, esta Instrucción se enmarca en las competencias atribuidas a este Centro Directivo por la Ley del Notariado y,
específicamente, por su Reglamento, de 2 de junio de 1944, que afirma en su artículo 1 la dependencia jerárquica del notario
respecto del Ministerio de Justicia, a través de esta Dirección General, atribuyendo en sus artículos 309 y 313.4.º del citado
Reglamento a este Centro Directivo potestad para dictar aquellas resoluciones o instrucciones atinentes al buen ejercicio de la
función pública notarial,
DISPONGO:
Primero. Identificación de medios de pago.
Los notarios deberán identificar en las escrituras relativas a actos o contratos por los que se constituyan, declaren, transmitan,
graven, modifiquen o extingan a titulo oneroso el dominio y los demás derechos reales sobre bienes inmuebles el precio,
haciendo constar si éste se recibió con anterioridad o en el momento del otorgamiento de la escritura, cuantía, así como el
medio o medios de pago empleados y el importe de cada uno de ellos.
Respecto del momento del pago, el notario hará constar, si se produjo con anterioridad, la fecha o fechas en que se realizó y el
medio de pago empleado en cada una de ellas.
A título ejemplificativo, deberá identificarse ese medio de pago haciendo constar en la escritura si se realizó en metálico, che­
que bancario nominativo o al portador, cheque nominativo o al portador, otro instrumento de giro, transferencia bancaria, ingre­
so o domiciliación en cuenta, transmisión de bienes y derechos en pago, y compensación.
Igualmente, si el otorgante se niega a identificar el medio de pago, en todo o en parte, el notario deberá hacer constar tal cir­
cunstancia en la escritura pública.
Segundo. Constancia documental en la escritura del medio de pago.
El notario deberá testimoniar en la escritura pública los cheques, instrumentos de giro o documentos justificativos de los me­
dios de pago empleados, que se le exhiban por los otorgantes.
Tercero. Constancia mediante manifestación del medio de pago.
Si los otorgantes no pudieran acompañar, en todo o en parte del precio, los documentos acreditativos del medio de pago em­
pleado, el notario deberá no sólo preguntar las causas por las que no se aportan los documentos justificativos de pago, sino
también las fechas y los medios de pago empleados, haciendo constar en la escritura, bajo la responsabilidad en los términos
que procedan de los otorgantes, sus manifestaciones al respecto.
Cuarto. Negativa a identificar el medio de pago empleado.
Si el otorgante se negara a identificar en la escritura pública, en todo o en parte el medio de pago empleado, el notario le ad­
vertirá, haciéndolo constar en la escritura pública, que suministrará a la Administración Tributaria, de acuerdo con lo dispuesto
en el artículo 17 de la Ley del Notariado, la información relativa a dicha escritura.
Quinto. Escrituras a las que se aplica lo dispuesto en el artículo 24 de la Ley del Notariado.
De conformidad con lo dispuesto en la Ley de medidas de prevención de fraude fiscal, los notarios deberán consignar los
medios de pago en todas aquellas escrituras que se autoricen a partir de la entrada en vigor de dicha norma.
11
RESOLUCIÓN de 18 de mayo de 2007, de la Dirección General de los Registros y del Notariado, en el recurso interpuesto
por el notario de Valladolid, don Juan González Espinal, contra la negativa de la registradora de la propiedad n.º 5, de Valladolid, a inscribir una escritura de cancelación de hipoteca.
(…)
En el recurso interpuesto por el Notario de Valladolid don Juan González Espinal contra la negativa de la Registradora de la
Propiedad número 5 de Valladolid, doña María José Triana Álvarez, a inscribir una escritura de cancelación de hipoteca.
Hechos
I
El día 13 de diciembre de 2006 don Juan González Espinal, Notario de Valladolid, autorizó una escritura de cancelación de
hipoteca otorgada por la entidad de crédito «Banco Español de Crédito», representada por un apoderado.
— 47 —
En dicha escritura se expone: «Primero.–Que reconoce que el “Banco Español de Crédito, S.A.” ha recibido la cantidad total de
que la finca hipotecada respondía por capital y sus intereses correspondientes, por lo que otorga carta de pago de la expresa­
da suma y en consideración a ello, cancela y deja sin efecto alguno la hipoteca que gravaba la referida finca, queriendo y
consintiendo que así se haga constar en el Registro de la Propiedad.»
Se añade que «el pago del préstamo se ha hecho mediante cargos por el banco en la cuenta de la parte deudora y a través de
un ingreso bancario y cargo posterior de la Entidad Banco Español de Crédito, S. A. en la misma cuenta por la cantidad de
veinticinco mil doscientas sesenta euros y cuatro céntimos (25.260,04 euros)».
II
El título se presentó en el Registro de la Propiedad número 5 de Valladolid el 21 de diciembre de 2006, mediante asiento 842
del Libro Diario 56, número de entrada 7095; y fue objeto de la calificación negativa que a continuación se transcribe en lo
pertinente: «La constancia de los medios de pago es exigible en los actos o contratos onerosos en los que la contraprestación
consistiese en todo o en parte en dinero o en signo que lo represente.
La identificación de los medios de los medios de pago comprende tanto el momento de pago (fecha o fechas en que se realizó
en la terminología de la Instrucción de la DGRN de 28 de noviembre de 2006), como su cuantía respectiva y el modo mismo
(metálico, cheque, transferencia bancaria, domiciliación, compensación, retención para pagar gastos o cancelar hipotecas...).
Sin esta constancia no sería inscribible el título. Dicha suspensión deriva de la aplicación del principio de determinación hipote­
caria al artículo 21 de la Ley Hipotecaria, en cuanto son datos que han de constar en el título y en la inscripción, también debe
exigirse que las escrituras públicas contengan el testimonio de los documentos que acrediten el medio de pago, manifestando,
por imposición de la Instrucción de la DGRN de 28 de noviembre de 2006...
Respecto de la cancelación de hipotecas, se considera que si el cobro se ha producido en los términos pactados en la escritura
de préstamo, bastará la declaración de la entidad acreedora de haber cobrado «en las fechas previstas y mediante cargo en la
cuenta correspondiente». Pero si se trata de un supuesto de amortización anticipada, deben identificarse las fechas y los me­
dios de ese pago anticipado.
Defectos:
No es posible proceder al despacho del precedente documento al no resultar del mismo qué cuantía se ha satisfecho en los
términos pactados en la escritura de préstamo, para poder deducir si sólo 25.260,04 euros es lo que ha sido objeto de amortización
anticipada. Si sólo hubiera sido objeto de amortización anticipada la suma de 25.260,04 euros, no consta el medio en que se
efectuó el ingreso bancario, ..., ni la fecha en que dicho ingreso se efectuó ni en su caso, se testimonia los documentos justificati­
vos de los medios de pago empleados o se manifiestan las causas por las que no se aportan. Y si hubiera habido otras cantidades
que hubieran sido objeto de amortización anticipada, no se especifica la cuantía de cada una de ellas, su fecha, ni los medios de
pago empleados, ni en su caso, éstos se testimonian o se expresan las causas por las que no se aportan».
Dicha calificación es de 8 de febrero de 2007.
III
El 14 de febrero de 2007 la calificación fue notificada al Notario autorizante de la escritura. El 15 de febrero de 2007 dicho
Notario interpuso recurso contra la referida calificación con base en los siguientes argumentos:
Primero: recuerda los actos y negocios jurídicos en los que se precisa la constancia de los medios de pago, para concluir que
la hipoteca no es sino un negocio jurídico accesorio de otro principal –préstamo–, de modo que la hipoteca y su cancelación
por sí misma no implican un desplazamiento patrimonial.
Segundo: que lo que implica dicho desplazamiento es el préstamo, puesto que se debe devolver el principal y, en su caso, los
intereses.
Tercero: concluye que «el de cancelación de la hipoteca es, por tanto, negocio jurídico unilateral y gratuito».
Cuarto y último: pone en duda que la Registradora pueda denegar la inscripción, so capa de una serie de dudas sobre la forma
en que está redactada la cláusula en la que se identifican los medios de pago que, no obstante lo anteriormente expuesto, se
han empleado.
IV
La Registradora de la Propiedad emitió su informe el día 19 de febrero de 2007, elevando a esta Dirección general el expedien­
te para su Resolución.
Fundamentos de Derecho
Vistos los artículos 103 de la Constitución, 6.2 y 1156 del Código Civil; 1, 10, 18, 21, 254, de la Ley Hipotecaria; 1, 17 bis, 23,
24 y 47 de la Ley del Notariado; los artículos sexto y séptimo de la Ley 36/2006, de 29 de noviembre, de medidas para la pre­
vención del fraude fiscal y, en concreto, artículos 17, 23 y 24 de la Ley del Notariado; artículos 143, 145, y 177 del Reglamento
Notarial; 51.7.º, 219.1.º del Reglamento Hipotecario; Orden EHA/1439/2006, de 3 de mayo, reguladora de la declaración de
movimientos de medios de pago en el ámbito de la prevención del blanqueo de capitales; la Sentencia del Tribunal Constitu­
cional 207/1999, de 11 de noviembre; la Instrucción de esta Dirección General de 28 de noviembre de 2006, relativa a la identi­
ficación y constancia de los medios de pago en las escrituras relativas a actos o contratos por los que se declaren, transmitan,
graven, modifiquen o extingan a título oneroso el dominio y los demás derechos reales sobre bienes inmuebles; y las Resolu­
ciones de 27 de noviembre de 1986, 2 de noviembre de 1992, 12 de junio de 1993, 5 de octubre de 1994, 27 de septiembre de
1999, 12 de septiembre y 2 de diciembre de 2000, 27 de mayo de 2003 y las citadas en su vistos, 23 y 26 de septiembre de
2005, 14, 20 y 28 de febrero de 2007, entre otras.
1. Se plantea en esta Resolución la cuestión relativa a la constancia de los medios de pago en escritura pública, teniendo este
instrumento público por objeto en el concreto supuesto analizado la cancelación de un préstamo hipotecario.
La novedad de la materia aconseja hacer un breve repaso y consecuente análisis de la regulación existente y de su razón de
ser. Sólo a través de esta breve introducción podremos concluir acerca del acierto o error de la calificación negativa efectuada
por la registradora.
— 48 —
Instituto de Estudios Fiscales
La cuestión relativa a la constancia de los medios de pago en escritura pública no es algo esencialmente novedoso en nuestro
ordenamiento (baste recordar la normativa que tradicionalmente lo ha exigido en materia de inversiones extranjeras y control
de cambios), si bien la Ley 36/2006, de 29 de noviembre, de medidas de prevención del fraude fiscal, por la que se procede a
modificar los artículos 17, 23 y 24 de la Ley del Notariado y 21 y 254 de la Ley Hipotecaria, incorpora elementos muy distintos e
impone nuevas obligaciones que permiten concluir acerca de cuál ha sido la voluntad del Legislador.
Así, y como resulta conocido, el artículo 10 de la Ley Hipotecaria que no ha sido modificado establece que «en la inscripción de
contratos en los que haya mediado precio o entrega en metálico, se hará constar el que resulte del título, así como la forma en
que se hubiere hecho o convenido el pago».
Por lo que respecta a su desarrollo reglamentario, de la regla séptima del artículo 51 del Reglamento Hipotecario se infiere la
imposibilidad de hacer constar la expresión de aplazamientos de pago no asegurados en los términos expuestos; por último, y
a título de mero ejemplo el artículo 219.1 del Reglamento Hipotecario exige consignar el importe de la obligación garantizada.
Por su parte, el artículo 177 del Reglamento Notarial en su versión previa a la reforma producida por el Real Decreto 45/2007,
de 19 de enero, exigía que en las escrituras públicas se hiciera constar «el precio o valor de los derechos», debiéndose deter­
minar el mismo con «arreglo al sistema monetario oficial de España, pudiendo también expresarse las cantidades en moneda o
valores extranjeros, pero reduciéndolos simultáneamente a moneda española».
Del marco normativo expuesto, se deducía claramente que no existía obligación legal alguna de hacer constar los medios de
pago, entendiendo por tales los concretos cauces o vías empleados o previstos para satisfacer el precio o contraprestación,
sino tan sólo el montante del precio y forma del pago. La simple comparación entre el artículo 10 de la Ley Hipotecaria y el
vigente artículo 24 de la Ley del Notariado demuestra, so capa de una interpretación absurda en el sentido de que el Legislador
no ha aportado nada novedoso, que del artículo 10 de la Ley Hipotecaria no se derivaba obligación de concreción de medios
de pago y fechas del mismo respecto de aquellas escrituras que tenían por objeto transmisiones inmobiliarias o constituciones
de derechos reales sobre bienes inmuebles, ya que no debe confundirse forma de pago (artículo 10 de la Ley Hipotecaria) con
identificación de medios de pago (artículos 24 de la Ley del Notariado y 21 y 254 de la Ley Hipotecaria).
Por último, y antes de abordar el actual marco normativo, ha sido constante la doctrina de este Centro Directivo (véanse Reso­
luciones de 27 de mayo de 2003 y las citadas en su vistos; 5 de octubre de 1994, 12 de junio de 1993 ó 27 de noviembre de
1986) relativa a que la constancia de esas formas de pago carecía de trascendencia jurídico real inmobiliaria en el sentido de
que quedaba al margen de la calificación registral, por más que debía reflejarse en la inscripción por establecerlo así una nor­
ma legal cual es la del artículo 10 de la Ley Hipotecaria.
Así las cosas, una de las finalidades de la Ley 36/2006, de 29 de noviembre, según su Exposición de Motivos, es la prevención
del fraude fiscal en el sector inmobiliario, en el que las novedades que introduce aquélla «se dirigen a la obtención de informa­
ción que permita un mejor seguimiento de las transmisiones y el empleo efectivo que se haga de los bienes inmuebles».
Respecto del notario y su organización corporativa, dicha norma impone una serie de obligaciones centradas en la obtención y
transmisión por su parte de una más completa y mejor información de trascendencia tributaria. Así, derivado del control de
legalidad notarial, entendido el mismo no sólo como uno meramente formal, sino esencialmente sustantivo, pues ha de exten­
derse a la «regularidad material de los actos o negocios jurídicos que autorice o intervenga» –artículo 24 de la Ley del Notaria­
do–, se le impone al notario un particular deber de colaboración con las Administraciones Públicas, lo que es lógico pues como
recuerda ese precepto el notario es un funcionario público.
En concreto, tal deber respecto del notario implica que, primero, «si se trata de escrituras públicas relativas a actos o contratos
por los que se adquieran, declaren, constituyan, transmitan, graven, modifiquen o extingan el dominio y los demás derechos
reales sobre bienes inmuebles, o a cualesquiera otros con trascendencia tributaria, los comparecientes acreditarán ante el
Notario autorizante sus números de identificación fiscal y los de las personas o entidades en cuya representación actúen, de
los que quedará constancia en la escritura» –artículo 23 de la Ley del Notariado–; segundo, que respecto de las «escrituras
relativas a actos o contratos por los que se declaren, transmitan, graven, modifiquen o extingan a título oneroso el dominio y los
demás derechos reales sobre bienes inmuebles se identificarán, cuando la contraprestación consistiere en todo o en parte en
dinero o signo que lo represente, los medios de pago empleados por las partes. A tal fin, y sin perjuicio de su ulterior desarrollo
reglamentario, deberá identificarse si el precio se recibió con anterioridad o en el momento del otorgamiento de la escritura, su
cuantía, así como si se efectuó en metálico, cheque, bancario o no, y, en su caso, nominativo o al portador, otro instrumento de
giro o bien mediante transferencia bancaria.» –párrafo cuarto del artículo 24 de la Ley del Notariado–; tercero y último, que tan
sólo en las escrituras públicas a las que se refiere dicho apartado cuarto del artículo 24 de la Ley del Notariado «el Notario
deberá incorporar la declaración previa del movimiento de los medios de pago aportadas por los comparecientes cuando pro­
ceda presentar ésta en los términos previstos en la legislación de prevención del blanqueo de capitales.
Si no se aportase dicha declaración por el obligado a ello, el Notario hará constar esta circunstancia en la escritura y lo comunicará
al órgano correspondiente del Consejo General del Notariado.» –párrafo quinto del artículo 24 de esa Ley del Notariado–.
Respecto de su organización corporativa, se impone al Consejo General del Notariado y no a los Colegios Notariales conside­
rados estos individualmente, puesto que sólo aquél tiene la totalidad de la información respecto de las escrituras a que se
refieren los artículos 23 y 24 ya expuestos, que suministre a la «Administración Tributaria, …, la información relativa a las
operaciones en las que se hubiera incumplido la obligación de comunicar al Notario el número de identificación fiscal para su
constancia en la escritura, así como los medios de pago empleados y, en su caso, la negativa a identificar los medios de pago.
Estos datos deberán constar en los índices informatizados» –párrafo último del artículo 24 de la Ley del Notariado–. Obviamen­
te, el Consejo General del Notariado deberá remitir esa información en los términos, esto es, a través de los procedimientos y
cauces a que se refiere el artículo 17.2 y 3 de la tan reiterada Ley del Notariado y, por tanto, previo tratamiento del índice único
informatizado que crea esa norma y del que es responsable dicho Consejo General del Notariado.
Por último, en desarrollo de esos preceptos el Real Decreto 45/2007, de 19 de enero, de reforma del Reglamento Notarial ha
modificado el artículo 177 del Reglamento Notarial. Este precepto tiene como precedente la Instrucción de este Centro Directi­
vo de 28 de noviembre de 2006 que se dictó incluso antes de la entrada en vigor de la Ley 36/2006, de 29 de noviembre, pues
para evitar dificultades al tráfico jurídico era necesario, en espera de la reforma reglamentaria, aclarar a los notarios cómo se
debían identificar esos medios de pago.
— 49 —
En esencia, en dicha Instrucción y en el ulterior precepto reglamentario se reitera a qué escrituras se refiere la obligación de
identificación de medios de pago; se exige no sólo que se determine si medió pago antes de la autorización, concretando su
importe e identificando el concreto medio de pago empleado, sino también las fechas en que con anterioridad se produjeron
esos pagos; se distingue entre acreditación y manifestación de la identificación de los medios de pago. En el primer supuesto,
se exige del notario que testimonie los «cheques, instrumentos de giro o documentos justificativos de los medios de pago
empleados»; en el segundo caso, el notario recogerá la manifestación de las partes e indagará acerca de cuáles son las cau­
sas por las que en todo o en parte no se identifican esos medios de pago; por último, y para el caso de negativa total o parcial,
el notario advertirá a las partes y así lo hará constar en la escritura pública que en los términos legalmente previstos (artículo
17.2 y 3 de la Ley del Notariado) remitirá la información oportuna a la Administración tributaria.
En lo relativo a los registradores y a la función pública que prestan, la reforma se centra en dos aspectos; primero, respecto de
las escrituras públicas a que se refieren los artículos 23 y 24 de la Ley del Notariado «deberán expresar» las mismas, además
de lo relativo a «las circunstancias que necesariamente debe contener la inscripción y sean relativas a las personas de los
otorgantes, a las fincas y a los derechos inscritos», «la identificación de los medios de pago empleados por las partes, en los
términos previstos en el artículo 24 de la Ley del Notariado, de 28 de mayo de 1862.» (artículo 21 de la Ley Hipotecaria); se­
gundo, el cierre del Registro respecto de esas escrituras públicas –las previstas en los artículos 23 y 24 de la Ley del Notariado–,
cuando en las mismas no consten «todos los números de identificación fiscal de los comparecientes y, en su caso, de las personas
o entidades en cuya representación actúen» –apartado segundo, in fine del artículo 254 de la Ley Hipotecario–. Igualmente, tal
cierre del Registro se extiende a aquellas escrituras públicas antes indicadas en las que consistiendo el precio «en todo o en parte,
en dinero o signo que lo represente, [si] el fedatario público hubiere hecho constar en la escritura la negativa de los comparecien­
tes a identificar, en todo o en parte, los datos o documentos relativos a los medios de pago empleados».
En tales casos, esto es, inexistencia de número de identificación fiscal de los comparecientes o negativa total o parcial a identi­
ficar el medio de pago se entenderá que tales escrituras están aquejadas de un defecto subsanable, pudiéndose subsanar éste
a través de otra escritura «en la que consten todos los números de identificación fiscal y en la que se identifiquen todos los
medios de pago empleados» (artículo 254.4 de la Ley Hipotecaria).
2. Expuesto el marco normativo, y sin entrar a elucidar todavía la corrección o incorrección de la calificación, las consecuen­
cias que se pueden extraer del mismo son las siguientes.
Compete al notario el control de legalidad relativo a cuáles hayan sido los medios de pago empleados y su debida identificación
y constancia –sea mediante acreditación, en cuyo caso deberá testimoniar los extremos expuestos, o mediante manifestación,
en cuyo caso deberá indagar las causas por las que no se le han podido acreditar–.
Tal control se incardina de modo natural en el juicio de legalidad que compete al notario (Sentencia del Tribunal Constitucional
209/1999, de 11 de noviembre), y en el deber de velar por la regularidad material –mediante el correspondiente control– del
egocio jurídico que autoriza (artículo 24 de la Ley del Notariado). Esa regularidad material, por oposición a la formal, exige del
notario que indague la voluntad de las partes para conocer, por los medios que la legislación notarial le otorga, los verdaderos
fines perseguidos con el negocio jurídico que pretenden realizar aquéllas, por si fuesen simulados, contrarios a las leyes o
fraudulentos. La regularidad material implica, pues, algo más que el mero control de los elementos actuación positiva del nota­
rio tendente a controlar, con el alcance que se acaba de indicar, todos los pormenores y fines que subyacen al negocio jurídico
que se autoriza.
Ahora bien, ese control de la regularidad material implica también una protección de terceros, en el supuesto que nos ocupa,
de las Administraciones Públicas, pues el notario no deja de ser un funcionario público que por delegación de la soberanía del
Estado ejerce una función pública en cuyo seno se incardina la protección de los derechos e intereses públicos de los que son
titulares las Administraciones Públicas. En este sentido, el notario no deja de ser un funcionario público que se «coloca» en el
tráfico jurídico para identificar a las partes; para realizar un asesoramiento institucional, imparcial y equilibrador de las mismas y
para controlar la legalidad del negocio jurídico dando fe pública de todo ello (artículos 1, 17 bis y 24 de la Ley del Notariado y 1,
143 y 145 de su Reglamento). Pues bien, una de sus funciones es, precisamente, velar para impedir que las partes unan sus
intereses en perjuicio del interés público que todo funcionario público ha de tutelar, siendo éste uno de los extremos incardina­
dos en la denominada regularidad material.
Y es que, atendido el devenir ordinario de los negocios jurídicos a que se refiere el artículo 24 de la Ley del Notariado, respecto
de los que se exige la identificación de los medios de pago, es al tiempo de la autorización cuando se puede controlar de modo
efectivo cuáles son los que se han empleado y se están utilizando en presencia del fedatario público. No tiene, pues, nada de
extraordinario que se atribuya al fedatario público y a su organización corporativa tales deberes de identificación de medios de
pago y de transmisión de información a la Administración tributaria.
Ahora bien, no obstante lo anterior, es evidente que el Legislador ha utilizado una medida de carácter parcialmente coercitivo
para lograr que ante el fedatario público tales medios se identifiquen. Dicha medida no es otra que el cierre del registro para las
escrituras públicas en las que, teniendo por objeto el indicado en el artículo 24 de la Ley del Notariado, las partes se hayan
negado parcial o totalmente a identificar los medios de pago, esto es, se hayan negado a identificar mediante acreditación o a
identificar mediante manifestación (artículo 254 de la Ley Hipotecaria y 177 del Reglamento Notarial) los medios de pago.
Nótese, pues, que lo que obliga a cerrar el registro es la voluntad rebelde de las partes a identificar total o parcialmente tales
medios; voluntad que, como veremos, debe recoger el notario en la escritura pública. Por tanto, es a este extremo al que debe
atender el registrador.
Sin embargo, lo trascendente no es el cierre del registro, pues tal es el efecto de una causa: negativa a identificar total o par­
cialmente los medios de pago. Lo verdaderamente trascedente es analizar si el registrador debe y puede hacer algo más que el
simple examen de la identificación que el notario haya efectuado al margen o más allá del contenido de la escritura pública. En
suma, si la calificación se extiende al enjuiciamiento material, o de fondo, del contenido de la escritura en lo relativo a la identi­
ficación de los medios de pago empleados y a la forma en virtud de la cual el notario haya hecho constar los mismos.
Pues bien, al igual que sucedía con el artículo 10 de la Ley Hipotecaria en el que el registrador debía examinar si en la escritu­
ra obraba la forma de pago, de modo muy similar opera el actual artículo 24 de la Ley del Notariado al que se remite el artículo
21.2 de la Ley Hipotecaria. Ahora bien, es igualmente evidente que tal examen no es calificación propiamente dicha de la
— 50 —
Instituto de Estudios Fiscales
escritura, pues el mismo es un requisito más que la Ley exige al contenido de tales escrituras; y ello, porque la identificación de
los medios de pago, como le sucede a la forma de pago, no son cláusulas de trascendencia jurídico real (artículos 1 y 21.2 de
la Ley Hipotecaria). Al registrador, funcionario público que ejerce su función sujeto al principio de legalidad, le está vedado
ejercer tal función más allá de las materias para las que tiene competencia pues, en tal caso, su actuación no quedaría ampa­
rada por el principio de legalidad (artículo 103 de la CE).
Cuestión distinta es que el registrador deba examinar si el notario ha hecho constar la negativa total a parcial a identificar el
medio de pago y, en tal caso y sólo en el mismo, cerrar el registro.
En suma, no cabe so capa de una interpretación expansiva, entender que el registrador califica en sentido técnico jurídico la
cláusula donde consten identificados los medios de pago. Al registrador lo que la Ley le impone es la obligación de cerrar el
registro, si el notario ha hecho constar en la escritura la negativa a identificarlos, sea total o parcial (artículo 254 de la Ley
Hipotecaria).
Lo anterior queda corroborado por la misma dicción literal del artículo 21 de la Ley Hipotecaria que, lejos de remitirse al artículo
18 de la misma norma, reenvía al registrador al artículo 24 de la Ley del Notariado, obligándole a constatar, a examinar, si se
han negado a identificar los medios de pago por lo que conste en la misma escritura pública, esto es, por el contenido de la
misma.
Ahora bien, como se ha expresado anteriormente, los datos relativos a la forma en que se ha identificado materialmente el
pago carecen de trascendencia jurídico real y de eficacia frente a tercero. En suma no forman parte del contenido de la inscrip­
ción (a tal fin, confróntense los apartados 1 y 2 del artículo 21 de la Ley Hipotecaria, en tanto en cuanto distinguen entre «las
circunstancias que necesariamente debe contener la inscripción » y «la identificación de los medios de pago empleados por las
partes, en los términos previstos en el artículo 24 de la Ley del Notariado»; y la Resolución de este Centro Directivo de 5 de
octubre de 1994).
Y todo ello, sin perjuicio de la referencia contenida en el artículo 10 de la Ley Hipotecaria relativo a la obligación de reflejar en
la inscripción «la forma en que se hubiese hecho o convenido el pago».
En efecto, no debe confundirse la forma de pago con el detalle e identificación concreta de los medios de pago y, en su caso, la
justificación documental del mismo –sistemas de acreditación especificados en la Instrucción de 28 de noviembre de 2006 al
tiempo de la escritura, actual artículo 177 del Reglamento Notarial–. Debe resaltarse, a efectos de apreciar la diferencia, que el
artículo 10 de la Ley Hipotecaria exige que en la inscripción conste la referencia a la forma de pago propiamente dicha y no a la
identificación del concreto medio de pago empleado –metálico, cheque bancario o no bancario, nominativo o al portador, otro
instrumento de giro, transferencia bancaria, ingreso o domiciliación en cuenta, etcétera, con los datos identificativos de los
mismos–. Como ya se ha expuesto, otra interpretación conduciría al absurdo de entender que la reforma legal operada por la
Ley 36/2006, de 29 de noviembre, no ha servido de nada o, aún peor, era innecesaria porque ya con anterioridad a la misma el
registrador debía hacer constar en la inscripción la identificación de los medios de pago y, en lógica coherencia, el notario en el
título del que trae causa la inscripción.
Nos encontramos, pues, ante una suerte de formalidad más de la escritura, respecto de la que la norma sólo atribuye al regis­
trador la apreciación de su existencia, no de si dicha existencia refleja o no debidamente el medio de pago empleado, con la
consecuencia expuesta de que habiéndose hecho constar el medio de pago en la escritura el registrador no puede cerrar el
registro a tal título, pues la norma (artículo 254 de la Ley Hipotecaria) es taxativa y clara: sólo habrá lugar a tal cierre si en todo
o en parte ha existido negativa a identificar el medio de pago, habiéndolo hecho constar así el notario en la escritura pública
que documenta cualquiera de los actos o negocios jurídicos a que se refiere el párrafo cuarto del artículo 24 de la Ley del
Notariado.
Obviamente, sí que debe examinar el registrador, por el contenido de la misma escritura, que es su canon de control, si existen
omisiones en esa identificación. Por ejemplo, si se dice que el precio es una cantidad determinada, pero de la suma de los
importes identificados por el notario resulta que hay una parte no identificada; o, en el mismo sentido, si no existe mención
alguna en la escritura pública acerca de cuáles son los medios de pago o, por supuesto, si los otorgantes se negaron total o
parcialmente a identificarlos.
Mas se insiste, fuera de esos concretos supuestos, el registrador no puede calificar en sentido estricto la forma y redacción
empleada por el notario en dicha identificación; o, mucho menos, dudar si está bien hecha tal identificación –acreditación o
manifestación–. Su labor se reconduce a algo mucho más simple, como sucedía con el artículo 10 de la Ley Hipotecaria: al
margen de las eventuales omisiones antes referidas, debe limitarse a verificar si el notario ha hecho constar en la escritura que
no se ha identificado los medios de pago y, en tal caso, cerrar el registro a esa escritura.
En definitiva, respecto de la identificación de los concretos medios de pago, la calificación registral deberá limitarse a la com­
probación de que el Notario haya hecho constar los extremos a que se refiere el artículo 24 de Ley del Notariado –a la que
remite el propio artículo 21.2 de la Ley Hipotecaria– y que no consta negativa alguna a identificar, en todo o en parte, los datos
o documentos relativos a los medios de pago empleados. Una escritura que contenga la especificación de los medios de pago
en los términos que establece el párrafo cuarto del mencionado artículo 24 de Ley del Notariado (y sin perjuicio de lo que resul­
te de su ulterior desarrollo reglamentario) es inscribible, sin que el Registrador pueda revisar la valoración y expresión que el
Notario haya realizado de tales medios de pago.
Para concluir, no cabe invocar el artículo 143.4 del Reglamento Notarial para defender la posibilidad de calificar otros extremos
o aspectos distintos a los expuestos, porque con independencia de que el documento público notarial cuente con las presun­
ciones de legalidad, veracidad e integridad, no es menos cierto que aquél precepto no es una norma atributiva de competencia,
como ya se ha expuesto por este Centro Directivo en sus Resoluciones de 14, 20 y 28 de febrero de 2007.
Quiere decirse con ello, que el registrador sólo puede desvirtuar o negar los efectos de la fe pública notarial siempre que cuen­
te con una norma con rango de Ley que le atribuya tal competencia, con la extensión y límites que determine ésta y dentro del
procedimiento y con los medios que éste le proporcione. En el supuesto examinado, no sólo porque la identificación de los
medios de pago no es una materia jurídico real, sino esencialmente por la misma dicción del artículo 21.2 de la Ley Hipoteca­
ria, el registrador debe constatar los extremos relativos a la identificación de los medios de pago por lo que conste en las escri­
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turas y de conformidad con lo expuesto en el artículo 24 de la Ley del Notariado, cerrando el registro para el caso de que no se
hayan identificado total o parcialmente, en los términos antes expresados.
Por último, no debe confundirse medio de pago con movimiento de pago. En efecto, si se analiza con detenimiento los artículos
24 de la Ley del Notariado y 254.3 y 4 de la Ley Hipotecaria, se podrá concluir que medio de pago y movimiento de pago no
son elementos sinónimos.
Así, a los efectos de los requisitos ahora debatidos, medio de pago es exclusivamente el cauce empleado por las partes para
entregar el precio o efectuar la contraprestación –por tanto, los estrictos previstos en el artículo 1156 del Código Civil o los
asimilados a ellos–; por el contrario, movimiento de pago es el control que el Estado impone, por motivos de prevención de
blanqueo de capitales, respecto de determinados medios de pago siempre que se den cumulativamente diferentes causas,
esto es, que excedan de una determinada cuantía, que se refieran a determinados medios de pago y que se trate de movimien­
to exterior o interior e capitales. Tal diferencia es manifiesta a la luz del mismo preámbulo de la Orden EHA/1439/2006, de 3 de
mayo, reguladora de la declaración de movimientos de medios de pago en el ámbito de la prevención del blanqueo de capita­
les, donde se regula el denominado modelo S-1 vigente desde el 13 de febrero de 2007 –antes B-1–. Asimismo, la diferencia
no es baladí, pues si bien respecto de los medios de pago el registrador puede cerrar el registro en los términos a los que luego
nos referiremos, no así respecto de los movimientos de pago, pues resulta palmario que en tal caso el artículo 24 de la Ley del
Notariado impone al notario, incardinado en su control de legalidad, la obligación expresa de examinar si debía mediar el mo­
delo S-1 y, en su caso, hacer constar en la escritura su inexistencia; al contrario, los artículos 21 y 254 de la Ley Hipotecaria
guardan silencio al respecto, pues el apartado cuarto del artículo 254 de la citada Ley Hipotecaria sólo permite cerrar el Regis­
tro y sólo tiene carácter de defecto subsanable aquella escritura en la que los comparecientes se han negado parcial o total­
mente a identificar el medio de pago.
En conclusión, en este concreto aspecto no existe un control sucesivo –el del notario y el del registrador–. Simplemente, el
registrador carece de la posibilidad de calificar y controlar si existe ese modelo adjunto a la escritura pública o si se ha hecho
constar su ausencia en la misma, pues la Ley no le atribuye tal control, al contrario de lo que expresamente sucede con el
notario y su organización corporativa (artículo 24 de la Ley del Notariado).
En suma, al registrador le está vedado extender su calificación a extremos que carezcan de trascendencia jurídico real inmobi­
liaria o que, aun careciendo de ella, la Ley no le exija que califique expresamente. En lo referente a los movimientos de pago y
a su constancia o no en la escritura pública, el registrador no puede efectuar calificación alguna, pues no está incluido entre los
que menciona el artículo 21 de la Ley Hipotecaria y, mucho menos, pueden dar lugar al cierre del registro ex artículo 254 de la
Ley Hipotecaria, siendo palmario que carece de trascendencia jurídico real inmobiliaria la circunstancia de si el notario exigió o
no el modelo S-1, acreditativo del movimiento de pago, o si hizo o no constar su ausencia en la escritura pública presentada a
inscripción.
Además, y por último, la precedente interpretación no implica ausencia de control y consecuente responsabilidad. Es evidente
que teniendo el fedatario público que controlar este extremo, el error que el mismo cometa tendrá las consecuencias de todo
orden –disciplinarias o administrativas– que determina el ordenamiento jurídico.
3. Por último, y antes de abordar la decisión acerca del recurso, resulta trascendente para esta Resolución analizar las pecu­
liaridades del negocio cancelatorio, que es el que se documenta en el título sujeto a calificación.
En el presente caso resulta evidente que no se trata de un supuesto en que falten los extremos relativos a los medios de pago
empleados a que se refiere el artículo 24 de la Ley del Notariado, toda vez que este precepto legal impone la expresión de
tales circunstancias cuando la extinción del derecho real (en este caso la hipoteca) se produzca por un acto a título oneroso y
exista por tanto una contraprestación en dinero o signo que lo represente.
En efecto, no estamos ante un acto de dicho tipo, sino ante la extinción de un derecho de garantía por haberse extinguido la
obligación garantizada –habida cuenta del carácter accesorio de aquélla–; y aunque se dejara al margen dicha circunstancia y
se interpretara que en la escritura se dispone unilateralmente por el acreedor hipotecario que la finca quede liberada de toda
responsabilidad derivada de la hipoteca (de suerte que habría que entender que se trata de la abdicación por el titular registral
del derecho real de hipoteca, es decir la renuncia de derechos, acto que por sí tiene eficacia sustantiva suficiente, conforme al
artículo 6.2 del Código Civil, para, por su naturaleza, producir la extinción y, consiguientemente, para dar causa a la cancela­
ción conforme a lo dispuesto en los artículos 2.2 y 79 de la Ley Hipotecaria –cfr. las Resoluciones de 2 de noviembre de 1992,
27 de septiembre de 1999, 12 de septiembre y 2 de diciembre de 2000 y 23 y 26 de septiembre de 2005–), se trataría de un
acto de disposición realizado sin la contraprestación en dinero o signo que lo represente a que se refiere la norma que es ahora
objeto del debate.
A mayor abundamiento, y aparte las dificultades prácticas que pueden existir según las concretas circunstancias del caso
(eventual transcurso de varios años desde el pago de la obligación garantizada, sin que se tuviera o conservara constancia de
la identificación del concreto medio de pago, entre otras razones, porque no había norma que impusiera tal obligación; subro­
gación de acreedor en el préstamo hipotecario, etc.), se trata de un acto otorgado por una entidad de crédito, sometida por
tanto a la especial normativa de supervisión que permite la obtención de información suficiente a los efectos del seguimiento de
los actos y contratos a los que se refiere la normativa especial sobre prevención del fraude fiscal.
En cualquier caso, y aparte las consideraciones precedentes, que por sí mismas fundarían la revocación de la calificación,
entiende este Centro Directivo que dadas las peculiaridades del negocio jurídico cancelatorio, el notario ha cumplido con el
deber de identificar los medios de pago allá hasta donde es posible, pues resulta obvio que lo que se devuelve (principal) y, en
su caso se retribuye (intereses) lo son del préstamo, y no del negocio jurídico accesorio de garantía del principal.
Afirmar como sostiene la funcionaria calificadora una serie de dudas acerca de qué se pagó, o cómo se pagó o acerca del
origen de determinadas cantidades que hipotéticamente pudieran ser objeto de amortización parcial, implica extender su califi­
cación más allá de lo que la norma le ordena y permite (artículo 21.2 de la Ley Hipotecaria).
En consecuencia, debe revocarse la calificación de la registradora de la propiedad, pues el notario ha cumplido con su deber,
siendo así que la funcionaria calificadora sólo podría cerrar el registro para el supuesto de negativa total o parcial a identificar
los medios de pago –y, todo ello, para el supuesto de se pudiera considerar al negocio jurídico cancelatorio uno de aquellos a
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Instituto de Estudios Fiscales
los que se refiere el artículo 24 de la Ley del Notariado–, en circunstancia que no se ha producido por el otorgante y que de
modo manifiesto no se recoge en la escritura.
Esta Dirección General ha acordado estimar el recurso interpuesto y revocar la calificación de la Registradora.
Contra esta resolución los legalmente legitimados pueden recurrir mediante demanda ante el Juzgado de lo civil de la capital
de la Provincia del lugar donde radica el inmueble en el plazo de dos meses desde su notificación, siendo de aplicación las
normas del juicio verbal, todo ello conforme a lo establecido en los artículos 325 y 328 de la Ley Hipotecaria.
12
La primera Sentencia de la Audiencia Nacional es la de 5 de noviembre de 1998, cuyos ponente fue D. Jesús Nicolás Garc­
ía Paredes, y su fundamentos jurídicos rezan de la siguiente manera:
FUNDAMENTOS JURÍDICOS
Primero.
En el presente recurso se impugna la Resolución de fecha 23 de noviembre de 1995, dictada por el Tribunal EconómicoAdministrativo Central, que confirma en alzada el Acuerdo de fecha 31 de enero de 1995, del Tribunal EconómicoAdministrativo Regional de la Agencia Tributaria, Unidad de Fiscalidad Internacional, sobre liquidación del Impuesto sobre
Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, en relación con la adquisición de parte de las acciones de la
Empresa, «V..., SA», cuyo capital social está constituido en su 98 por 100 por bienes inmuebles, por el recurrente.
El actor fundamenta, principalmente, su impugnación en la infracción del artículo 108 de la Ley 24/1988, de 28 de julio, del
Mercado de Valores, por parte de la Administración, al entender que, si bien es cierto que, en el momento de la constitución de
la referida sociedad, el recurrente suscribió un 44,14 por 100 del capital (de 162.000.000 ptas.), y el 8 de junio de 1992, me­
diante escritura pública adquirió acciones por un importe de 55.149.000 pesetas, que representa el 35 por 100 del capital so­
cial, pasando a poseer el 79,14 por 100 del mismo, el tipo aplicable del 6 por 100 ha de serlo tomando como base la parte
proporcional del valor de los inmuebles de la sociedad correspondiente al porcentaje de las acciones adquiridas, es decir,
sobre el 35 por 100, que representan las acciones adquiridas, sin que del artículo 108, de la Ley del Mercado de Valores, se
desprenda que el tipo a aplicar lo sea por el importe total de los inmuebles que constituyan el importe del capital social, porque
no hace mención al hecho imponible, recogido en el artículo 7.º, del Texto Refundido del Impuesto de 1993. Considera que el
tipo se ha de aplicar sobre el valor real de lo transmitido.
El Abogado del Estado hace suyos los argumentos de la resolución impugnada, y considera que la Administración ha procedi­
do a una correcta aplicación de lo establecido en el artículo 108, de la Ley del Mercado de Valores.
Segundo.
La Ley 24/1988, de 28 de julio, del Mercado de Valores, con el fin de cumplir el contenido de la Directiva de la Comunidad
Económica Europea, relativa a los impuestos indirectos sobre las transacciones de valores, recoge la exención de las «trans­
misiones de valores». Como expresa en su Exposición de Motivos, apartado 16, «la exención prevista en el Impuesto sobre el
Valor Añadido para las operaciones sujetas al mismo se hace extensiva al Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y
Actos Jurídicos Documentados».
En este sentido, el artículo 108, primer párrafo, establece: «La transmisión de valores admitidos o no a negociación en un
mercado secundario oficial, estará exenta del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados y
del Impuesto sobre el Valor Añadido».
Con la finalidad, también, de adoptar las medidas cautelares necesarias para evitar la alusión del Impuesto sobre Transmisio­
nes Patrimoniales, y siguiendo las pautas marcadas por la citada Directiva, el artículo 108 describe una serie de transmisiones
que quedan exceptuadas de la «exención», y que pretenden o encubren una enajenación del poder de disposición sobre in­
muebles.
El artículo 108, segundo párrafo, dispone:
«Quedan exceptuadas de lo dispuesto en el párrafo anterior y tributarán por el concepto de "transmisiones patrimoniales one­
rosas" en el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados:
1. Las transmisiones de valores que representen partes del capital social o patrimonio de sociedades, fondos, asociaciones u
otras entidades cuyo activo esté constituido al menos en su 50 por 100 por inmuebles situados en territorio nacional, siempre
que, como resultado de dicha transmisión, el adquirente obtenga la titularidad total de este patrimonio o, al menos, una posi­
ción tal que le permita ejercer el control sobre tales entidades. Tratándose de sociedades mercantiles se entenderá obtenido
dicho control cuando directa o indirectamente se alcance una participación en el capital social al 50 por 100. A los efectos del
cómputo del 50 por 100 del activo constituido por inmuebles, no se tendrán en cuenta aquéllos, salvo los terrenos y solares,
que formen parte del activo circulante de las entidades cuyo objeto social exclusivo consista en el desarrollo de actividades
empresariales de construcción o promoción inmobiliaria.
2. ... En los casos anteriores se aplicará el tipo correspondiente a las transmisiones de bienes inmuebles sobre el valor de los
referidos bienes calculado de acuerdo a las reglas contenidas en la normativa vigente del Impuesto sobre Transmisiones Pa­
trimoniales y Actos Jurídicos Documentados».
Tercero.
De lo actuado en el expediente administrativo, y de las propias manifestaciones del actor, se desprende un hecho inconcuso,
cual es la posición dominante del adquirente en la sociedad de la que adquirió las acciones. Por tanto, concurren las circuns­
tancias previstas en el artículo 108.2, de la Ley del Mercado de Valores, que exceptúan de la «exención» del Impuesto sobre
Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, la transmisión de valores, en los supuestos de que el adquiren­
te obtenga, con dicha adquisición, una posición dominante o de control directo sobre la sociedad titular de las acciones, y que
como resultado de la adquisición de dichas acciones ostenta una participación en el «capital social» de más del 50 por 100; sin
que quepa confundir titularidad de las acciones con participación en el «capital social», que es el parámetro que utiliza el legis­
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lador para establecer la existencia de esa posición de dominio o de control directo por parte de la sociedad adquirente de las
acciones. Este hecho no se discute.
Partiendo de que el tipo aplicable es el del 6 por 100, que es el tipo al que se remite el citado artículo 108.2, segundo párrafo,
al disponer que se «aplicará el tipo correspondiente a las transmisiones onerosas de bienes inmuebles», la cuestión, como se
ha dicho, que se plantea es la de determinar el importe de la base imponible, al entender la Administración que dicho importe
viene constituido por el valor de los inmuebles de la sociedad (constitutivo del capital social), y considerar el actor que dicho
tipo se ha de aplicar sobre el valor representado por las acciones.
El artículo 108.2, segundo párrafo, dispone:
«En los casos anteriores, se aplicará el tipo correspondiente a las transmisiones onerosas de bienes inmuebles sobre el valor
de los referidos bienes calculado de acuerdo a las reglas contenidas en la normativa vigente del Impuesto sobre Transmisiones
Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados».
«En los casos anteriores» se recogen dos supuestos: Uno, «las transmisiones de valores que representen partes del capital
social o patrimonio de sociedades, ... cuyo activo esté constituido al menos en su 50 por 100 por inmuebles»; y dos, «las
transmisiones de acciones o participaciones sociales, recibidas por las aportaciones de bienes inmuebles». En ambos supues­
tos, el sustrato común viene determinado por su referencia a los «inmuebles». En el primer caso, porque el «valor» transmitido
representa «parte» del capital social o del patrimonio de la sociedad transmitente, constituido por «inmuebles», y en el segundo
supuesto, debido a que el adquirente de las acciones ha aportado inmuebles a la sociedad, recibiendo las acciones en propor­
ción al valor de los inmuebles entregados.
Representando, por tanto, la «transmisión de valores» una parte del «capital social» o el «patrimonio» de la sociedad transmi­
tente, o su correspondencia cuantitativa, conforme al valor de los inmuebles aportados, el artículo 108.2, segundo párrafo, se
ha de interpretar en el sentido de que el tipo correspondiente a las transmisiones onerosas de bienes inmuebles, se ha de
aplicar, como establece el propio precepto, «sobre el valor de los referidos bienes calculado de acuerdo a las reglas contenidas
en la normativa vigente del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados». Por ello, el precep­
to no se está refiriendo al valor total del «capital social» o del «patrimonio» de la sociedad, sino al valor que representan la
transmisión de las acciones que «representen partes» de los mismos; de ahí que se deba proceder a su cálculo, conforme a
las normas del impuesto, pues, caso contrario, su valoración se produciría de forma automática, al tomar siempre como refe­
rencia el valor de los bienes inmuebles que conforman el «capital social» o del «patrimonio» de la sociedad transmitente, no
procediendo tampoco aplicar el tipo correspondiente sobre el valor total de las acciones del adquirente, es decir, de las que
poseía más las adquiridas, pues las que poseía estaban exentas del impuesto en virtud de lo establecido en el propio artículo
108, que después recogió expresamente el artículo 45 I B) 9, del Texto Refundido del Impuesto de 1993. La razón estriba en la
distinción que debe hacerse entre «adquisición de acciones» y «obtención del control» de la sociedad, que son hechos distin­
tos y cuya concurrencia produce efectos diferentes. Por otra parte, cabe añadir que puede darse la posibilidad, y el precepto la
contempla, de que el adquirente de los valores sociales obtenga, incluso, la «titularidad total de este patrimonio», del patrimo­
nio social constituido por inmuebles. En este caso, resulta obvio que el «valor» sobre el que se ha de aplicar el tipo impositivo,
sí que ha de recaer sobre el valor de dichos bienes, lo que no sucede en el presente caso.
Con esto, se quiere significar que la Administración, en virtud de la remisión recogida en el artículo 108, puede hacer uso de la
facultad de comprobación del valor correspondiente a la parte proporcional de las acciones transmitidas, pues no queda vincu­
lada por el «valor contable» de la acción, sino que puede realizar la pertinente comprobación en aras de ajustar el «valor» de
las acciones, como representativas de parte del valor de los inmuebles, al «valor real» de dichos inmuebles en el momento en
el que se produjo la transmisión de las acciones; y todo ello, a los efectos de determinar la base imponible del impuesto, de
conformidad a lo preceptuado en el citado artículo 108, de la Ley del Mercado de Valores, pues no puede aceptarse que por
vía de la «exención» [art. 45 I B) 9 TR del Impuesto], se entiendan modificadas las normas sobre determinación de la base
imponible contenidas en dicho texto legal, al que nos debemos remitir.
Cuarto.
De conformidad con lo establecido en el artículo 7.º 1, del Real Decreto Legislativo 3050/1980, por el que se aprueba el Texto
Refundido de la Ley del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, son transmisiones
patrimoniales sujetas al impuesto: A) Las transmisiones onerosas por actos inter vivos de toda clase de bienes y derechos que
integren el patrimonio de las personas físicas o jurídicas. De este precepto, se desprende que el hecho imponible viene deter­
minado por el desplazamiento de un bien o derecho desde el patrimonio de una persona física o jurídica, a otro patrimonio, es
decir, la denominada adquisición derivativa. La adquisición de acciones de una sociedad mercantil, conforme a lo establecido
en los artículos 47, 48 y 56, del Real Decreto Legislativo 1564/1989, de 22 de diciembre, por el que se aprueba el Texto Refun­
dido de la Ley de Sociedades Anónimas, está incluida en el supuesto del hecho imponible citado, y, por tanto, sujeto al Impues­
to sobre Transmisiones Patrimoniales. En consecuencia, no puede admitirse que el «hecho imponible» viene constituido por la
«obtención de una participación en el capital social superior al 50 por 100», ni por la «obtención del control sobre la sociedad»,
sino que, como dice el precepto, viene constituido por las «transmisiones», en este caso, de los «valores» específicamente
transmitidos, algo que es cuantificable o evaluable económicamente, lo que no sucede con la «obtención del control» de la
sociedad, que comprende una serie de facultades sociales en la gestión o representación de la «persona jurídica».
La base imponible del impuesto, conforme al artículo 10.1, de la Ley del Impuesto, está constituida por el valor real del bien
transmitido o del derecho que se constituya o ceda.
Aplicando esta norma, habiendo adquirido el sujeto pasivo del impuesto 55.149 acciones de la Sociedad «V..., SA», represen­
tativas de un 35 por 100 del capital social (constituido por inmuebles por un valor de 157.567.122 ptas.), y valoradas en un
importe de 55.148.492 pesetas, la base imponible del impuesto viene determinada por ese valor real de las acciones transmiti­
das, conforme al artículo 10.1, de la citada Ley, pues el artículo 108, de la Ley del Mercado de Valores, como se ha declarado,
su finalidad no es la de determinar la base imponible del impuesto, sino la regulación del régimen tributario aplicable en los
supuestos de transmisión de valores, cuando se dan determinadas circunstancias, en relación con la sociedad vendedora, por
parte del adquiriente a los efectos de sujetar o no al impuesto dicha adquisición, pero no la de fijar un elemento del impuesto,
como es el hecho imponible, y cuya regulación la hace la Ley del Impuesto aplicable.
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Instituto de Estudios Fiscales
Quinto.
Este criterio hermenéutico encuentra su apoyo en la anterior regulación normativa. En efecto, el artículo 40.2, de la Ley
50/1977, de 14 de noviembre, sobre Medidas Urgentes de Reforma Fiscal, establecía:
«La transmisión onerosa de las acciones o participaciones representativas del capital social de las sociedades cuyo activo esté
integrado en más de un 80 por 100, por bienes inmuebles, de naturaleza rústica o urbana, siempre que dichas acciones o
participaciones excedan del 80 por 100 del capital social se gravará por el número 1 de la tarifa del Impuesto General sobre
Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, como transmisión onerosa de bienes inmuebles».
Este artículo fue desarrollado por la Orden Ministerial de 14 de enero de 1978, cuyo artículo 2.º, establece normas para la
aplicación del apartado 2, del citado artículo 40. La norma tercera dispone:
«La base imponible de la liquidación será la parte proporcional del importe de los títulos objeto de la transmisión en el valor de
los bienes inmuebles integrados en el activo de la sociedad».
Este precepto es acorde con el contenido del «hecho imponible» y de la «base imponible» descritos por la normativa del Im­
puesto sobre Transmisiones, antes citada, al centrar el importe de la base imponible en el «valor de lo transmitido», no sobre la
obtención de una «potencialidad» social, pues, como se ha declarado, el «desplazamiento patrimonial» realizado constituye el
«hecho imponible», cuya imposición se hace viable al concurrir una determinada circunstancia, cual es, la obtención de «una
posición dominante» que «permita ejercer el control» sobre la sociedad; este mecanismo impositivo, por tanto, se pone en
marcha al concurrir esa circunstancia, que se produce cuando la «transmisión de los valores» específicamente efectuada,
representativa de una «parte» del capital social, coloca en dicha posición a su adquirente.
Así las cosas, procede la estimación del recurso, debiéndose aplicar el tipo del 6 por 100 sobre una base imponible de
55.148.492 pesetas.
Sexto.
Por aplicación de lo establecido en el artículo 131.1 de la Ley de la Jurisdicción, no se hace mención especial en cuanto a las costas.
Por lo expuesto, en nombre de Su Majestad el Rey y por la autoridad conferida por el Pueblo español.
FALLAMOS
Que estimando el recurso contencioso-administrativo formulado por el Procurador, Don ..., en nombre y representación de Don
G..., contra la Resolución de fecha 23 de noviembre de 1995, dictada por el Tribunal Económico-Administrativo Central, debe­
mos declarar y declaramos que dicha resolución es nula por no ser conforme a Derecho, al no aplicar el tipo impositivo sobre la
cantidad indicada en el Fundamento Jurídico Cuarto de esta sentencia; sin hacer mención especial en cuanto a las costas.
En el mismo sentido se pronunció otra Sentencia de la Audiencia Nacional de 12 de diciembre de 2000, cuyo ponente fue Don
Antonio Hernández de la Torre Navarro.
Asimismo confirmaron el criterio sobre la base imponible proporcional a los valores que se transmitieran, respectivamente, las
Sentencias del Tribunal Supremo de 30 de abril de 2004, cuyo ponente fue D. Alfonso Gota Losada y de 17 de mayor de 2006,
cuyo ponente fue D. Juan Gonzalo Martínez Micó. Por su valor didáctico se transcriben a continuación los argumentos conteni­
dos en la primera de estas dos Sentencias del Tribunal Supremo:
FUNDAMENTOS DE DERECHO
Primero.
Para la mejor comprensión del único motivo casacional y más acertada resolución del presente recurso de casación es conve­
niente exponer los antecedentes y hechos más significativos y relevantes.
La Inspección de Tributos de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) -Unidad de Fiscalidad Internacional- incoó
con fecha 14 de junio de 1994 Acta de disconformidad, número 0359270-G, por el concepto de ITP, año 1992, en la que hizo
constar que:
«Don B... adquirió, según consta en Escritura Pública de 8 de junio de 1992, 55.149 acciones de la sociedad V... a la sociedad
panameña W...
Que el activo de V... está constituido fundamentalmente por inmuebles situados en territorio nacional.
Que, como resultado de la adquisición anterior, don B... ha obtenido en dicha sociedad una posición tal que le permite ejercer
el control sobre la misma.
Que, en consecuencia, es de aplicación el artículo 108 de la Ley del Mercado de Valores, según redacción dada por la disposi­
ción adicional duodécima de la Ley 18/1991. Por lo tanto, la transmisión está sujeta al ITP, aplicándose el tipo correspondiente
a las transmisiones onerosas de bienes inmuebles, el 6 por 100, sobre el valor de los referidos inmuebles, que asciende a
157.567.122 pesetas.»
En el Informe ampliatorio el Inspector actuario hizo constar lo que sigue:
«La Sociedad V... se constituyó en 1990 con un capital de 162.000.000 de pesetas. En el momento de su constitución, el capi­
tal fue suscrito por don B... en un 44,14 por 100, la sociedad panameña W... en un 35 por 100 y doña M... en un 20,86 por 100.
La composición del capital se mantuvo constante hasta el 8 de junio de 1992 en que, según consta en Escritura Pública de esa
fecha, don B... adquirió la participación de la sociedad W... en un importe de 55.149.000 pesetas. Por lo tanto, como consecuencia
de esta compra de acciones, don B... pasó de participar en la sociedad V... en un 44,14 por 100 a hacerlo en un 79,14 por 100.
La sociedad V... es una sociedad de tenencia de bienes cuyo activo está constituido fundamentalmente por inmuebles situados
en territorio nacional. En el año 1992, concretamente, del importe total de su activo de 160.604.537 pesetas, un importe de
157.567.122 pesetas correspondía a inmuebles.
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En consecuencia, y según lo anterior, es de aplicación el artículo 108 de la Ley del Mercado de Valores, según redacción dada
por la disposición adicional duodécima de la Ley 18/1991 (...). Conviene señalar aquí que la redacción dada al artículo 108 de
la Ley del Mercado de Valores deja muy claro que el tipo impositivo se aplicará sobre el valor del bien inmueble. Por consi­
guiente, es este valor, y no el importe pagado por la adquisición de las acciones, el que debe tomarse como Base Imponible del
Impuesto. Refuerza esta conclusión el hecho de que el ITP sólo se devenga cuando, como consecuencia de la transmisión, se
adquiere el control de la sociedad, es decir, cuando se adquiere un número de títulos tal que provoque que se supere la barrera
del 50 por 100 de participación en el capital. Por lo tanto, es sólo en ese momento en el que se toma el control, independiente­
mente del número de acciones que se necesite adquirir para tomarlo, en el que se devenga el Impuesto, por lo que el tipo
impositivo del mismo se aplica al valor de los bienes inmuebles que forman parte del Activo de la sociedad, independientemen­
te del importe pagado por las acciones con cuya adquisición se ha tomado el control de la misma.»
En consecuencia, tomó como base imponible el valor total de los inmuebles, 157.567.122 pesetas, y no la parte de los mismos
proporcional a su nueva participación de 35 por 100, ni tampoco a la suma de ésta, con la anterior de 79,14 por 100.
Instruido expediente contradictorio, don B... presentó escrito de alegaciones, en el que manifestó:
1.º Que no discutía la aplicación del artículo 108, apartado 2, de la Ley 24/1988, de 28 de julio, del Mercado de Valores, según
la redacción dada por la disposición adicional duodécima de la Ley 18/1991, de 6 de junio.
2.º Que «debe computarse únicamente como base imponible el porcentaje del valor de los inmuebles que corresponde al
número de títulos adquiridos en el momento de la adquisición de la posición de dominio» o sea el 35 por 100.
El Inspector-Jefe de la Unidad de Fiscalidad Internacional, del Departamento de Inspección Financiera y Tributaria de la AEAT
dictó acuerdo con fecha 31 de enero de 1995, confirmando en todos sus términos la propuesta del Inspector Actuario. Este
acuerdo fue notificado el día 10 de febrero de 1995.
No conforme, don B... interpuso reclamación económico-administrativa, número RG 1343/1995 y RS 170/1995, ante el TEAC y
en el momento procedimental oportuno presentó escrito de alegaciones, reiterando con más amplitud, los realizados ante la
Inspección de Hacienda.
El TEAC dictó resolución con fecha 23 de noviembre de 1995 desestimando la reclamación, conforme a los siguientes funda­
mentos, expuestos por esta Sala de modo sucinto:
1.º El elemento fáctico que elimina la exención y determina el cambio de régimen tributario o sea el gravamen por ITP es la
consecución del control de la sociedad.
2.º Todas las transmisiones de acciones están exentas salvo una: aquella que en cualquier momento, por sí sola o acumulada
a adquisiciones anteriores, atribuya a alguien el control de una sociedad de tenencia de bienes inmuebles.
3.º Quien adquiere el control de una sociedad de tenencia de bienes inmuebles debe ser tratado fiscalmente como si adquirie­
ra los inmuebles.
4.º Que «no puede decirse como viene a sostener el recurrente, que se trate de una adquisición de cuota parte (35 por
100), al modo de una copropiedad indivisa, porque las acciones adquiridas, más las que ya poseía, atribuyen a su titular un
poder de disposición sobre los inmuebles en su integridad, sin cuotas para los accionistas minoritarios, exactamente como
un propietario del todo. Tal es la posición adquirida en V..., S.A. por don B... y en tal sentido, la base imponible liquidada se
ajusta a derecho».
Segundo.
Don B... interpuso recurso contencioso-administrativo 32/1996, ante la Sala correspondiente de la AN, y en el momento oportu­
no presentó escrito de demanda, en el que reiteró los argumentos esgrimidos en vía administrativa, sosteniendo que el grava­
men por ITP debía girarse sobre el 35 por 100 del valor de los inmuebles, y no sobre el 100 por 100 como había sostenido el
TEAC en la resolución que recurría.
El Abogado del Estado se opuso a la demanda y abundó en los fundamentos de la resolución del TEAC.
La Sala de lo Contencioso-Administrativo –Secc. 6.ª– de la AN dictó sentencia, cuya casación se pretende ahora, estimando el
recurso, conforme a los siguientes fundamentos que en, esencia, y expuestos sucintamente por esta Sala Tercera, fueron los
siguientes:
1.º El hecho imponible gravado en virtud de lo dispuesto en el artículo 108 de la Ley 24/1988, no es la obtención del control de
la sociedad, sino la transmisión de los valores de que se trate.
2.º La base imponible será la correspondiente a dicha transmisión, pero por lo ordenado en dicho artículo, se calculará toman­
do el valor real de los inmuebles, o sea el 35 por 100, del valor de los inmuebles, 55.148.492 pesetas (35 por 100
s/157.567.122 ptas.) que coincide con el precio de la transmisión que siguió la propia cuantía de la base imponible, pero, ob­
viamente, partiendo de la tesis del 35 por 100 del valor total.
3.º El criterio hermenéutico anterior coincide con los antecedentes históricos, concretamente con el artículo 40, apartado 2, de
la Ley 50/1977, de 14 de noviembre, sobre Medidas Urgentes de Reforma Fiscal, pero sobre todo con la Orden Ministerial de
14 de enero de 1978, cuyo artículo 20 estableció normas para la aplicación del apartado 2, del citado artículo 20, y así la Nor­
ma Tercera dispuso:
"La base imponible de la liquidación será la parte proporcional del importe de los títulos objeto de la transmisión en el valor de
los bienes inmuebles integrados en el activo de la sociedad."
4.º Este precepto es acorde con el contenido del "hecho imponible" y de la "base imponible", descritos por la normativa del
Impuesto sobre Transmisiones, antes citada, al centrar el importe de la base imponible en el "valor de lo transmitido", no sobre
la obtención de una "potencialidad" social, pues, como se ha declarado, el "desplazamiento patrimonial" realizado constituye el
hecho "imponible", cuya imposición se hace viable al concurrir una determinada circunstancia, cual es, la obtención de "una
posición dominante" que "permita ejercer el control" sobre la sociedad; este mecanismo impositivo, por tanto, se pone en mar­
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Instituto de Estudios Fiscales
cha al concurrir esa circunstancia, que se produce cuando la "transmisión de los valores" específicamente efectuada represen­
tativa de una "parte" del capital social, coloca en dicha posición a su adquirente.
Así las cosas, procede la estimación del recurso, debiéndose aplicar el tipo del 6 por 100 sobre una base imponible de
55.148.492 pesetas.»
Tercero.
La parte recurrida vuelve en su escrito de oposición al recurso de casación, a alegar su inadmisibilidad por defecto formal del
escrito de preparación del recurso presentado por el Abogado del Estado «por no dar cumplimiento a lo que disponía el artículo
96 de la Ley Jurisdiccional de 1956 al no hacer mención alguna de los motivos que, según el artículo 95 de la misma, podían
servir de fundamento al recurso. Es éste un elemento esencial que, necesariamente, debía formar parte de la sucinta exposi­
ción de la concurrencia de los requisitos exigidos» que requería el artículo 96.1 de la Ley Jurisdiccional.
La Sala rechaza esta causa de inadmisibilidad, porque la indicación concreta de los motivos de casación y su clasificación
dentro de las distintas causas que recoge el artículo 95, en su apartado 1, debe hacerse en el escrito de formalización e inter­
posición, sin que sea menester hacerlo en el de preparación pues incluso acontece que explicitados en el escrito de prepara­
ción, los motivos, con su correspondiente ordinal, el estudio posterior puede llevar a su modificación en el escrito de
interposición.
La Sala de instancia al pronunciarse sobre si considera o no preparado el recurso debe tener en cuenta los distintos requisitos
procesales para la admisión del recurso de casación, pero obviamente precisa menos conocer los motivos concretos, según el
artículo 95, apartado 1, de la Ley Jurisdiccional, en que se fundará posteriormente el recurso al presentar el escrito de formali­
zación e interposición.
La Sala rechaza esta causa de inadmisibilidad.
Cuarto.
El único motivo casacional formulado por la Administración General del Estado es porque «la sentencia recurrida infringe el
artículo 108 de la Ley del Mercado de Valores de 28 de julio de 1988, el artículo 17 de la Ley del ITP, aprobada por Real De­
creto Legislativo de 24 de septiembre de 1993, y el artículo 17 de su Reglamento, aprobado por Real Decreto párrafo 4.º del
artículo 95.1 de la Ley de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa».
La línea argumental que sigue el Abogado del Estado es en esencia y expuesta sucintamente por la Sala, la que glosamos a
continuación:
1.º Como introito sintetiza los fundamentos de derecho de la Resolución del TEAC y de la sentencia recurrida.
2.º El artículo 108 de la Ley de Mercados de Valores establece que el gravamen se aplica sobre el valor de los referidos bie­
nes; y el artículo 17 del Reglamento (se refiere al del ITP aprobado por RD de 29 de mayo de 1995) que se acaba de mencio­
nar establece que debe tomarse como base imponible el valor real de los mismos, es decir, de los bienes inmuebles. Por tanto,
es indiferente que la transmisión de valores se refiera a pocas acciones, a muchas, o a todas ellas, siendo esencial la asunción
de una posición dominante o de control sobre la Sociedad, aunque para ello baste la adquisición de una sola acción. No se
está gravando una parte alícuota del patrimonio social, no del capital, como dice la Sentencia recurrida, que ficticiamente se
supone transmitido con la correspondiente acción. Se grava una transmisión de acciones que supone la asunción del control de
una Sociedad de tenencia de bienes inmuebles, y ello con independencia del volumen de acciones transmitidas, gravamen que
recae, lógicamente, sobre el total de los inmuebles que forman el patrimonio social de la Sociedad, puesto que estos inmuebles
son los que se han adquirido, bien en su totalidad, bien por obtener el control de la Sociedad, que permite el uso de las faculta­
des de disposición de los mismos. En este sentido el Tribunal Económico Central alude certeramente a la exposición de moti­
vos de la Ley 18/1991, que justifica este tratamiento fiscal.
3.º Por otro lado, no es suficiente para mantener el criterio contrario el precedente del artículo 40 de la Ley 50/1977, al que se
refiere el Fundamento Quinto de la Sentencia recurrida, puesto que cuando el trámite estaba vigente, dicha Ley de 1977 no
existía exención a favor de la transmisión de acciones, como existe actualmente.
La Sala anticipa que no acepta este único motivo casacional por las razones que a continuación aduce:
Primera. La Sala advierte que no es aplicable al caso de autos, ratione temporis, ni el Real Decreto Legislativo de 24 de sep­
tiembre de 1993, que aprobó el Texto Refundido del ITP y AJD, ni el artículo 17 de su Reglamento, aprobado por Real Decreto
de 29 de mayo de 1995, toda vez que la adquisición de acciones, a que se refiere el presente caso, se produjo el 8 de junio de
1992, no obstante la Sala sí enjuiciará la infracción alegada del artículo 108 de la Ley 24/1988, de 28 de julio, del Mercado de
Valores, según la redacción dada por la disposición adicional duodécima de la Ley 18/1991, de 6 de junio, que es el precepto
incluido en el Texto Refundido referido.
Segunda. La Sala debe traer a colación en aplicación del criterio interpretativo de examen y consideración de los antecedentes
históricos, propuesto por el artículo 3.º, apartado 1, del Código Civil, la Ley 50/1977, de 14 de noviembre, de Medidas Urgentes
de Reforma Fiscal, cuyo artículo 40, introdujo en nuestro Sistema Tributario, medidas, entre otras, las de lucha contra la elusión
del ITP mediante la interposición de sociedades. Así la Exposición de Motivos fundamentó la medida del siguiente modo:
«Un avance necesario y urgente en la línea de transparencia y sinceridad perseguido por la presente ley se lleva a cabo me­
diante la regulación de ciertos supuestos de elusión típicos en las sociedades interpuestas. (...) y también se cierra un cauce de
economía de opción, cual es el de transmisiones de bienes inmuebles, mediante la cesión de las acciones de la sociedad
propietaria.»
El texto del artículo 40 de la Ley 50/1977, de 14 de noviembre, que interesa reproducir era como sigue:
«Artículo 40.
Uno. La transmisión onerosa de acciones o participaciones sociales, recibidas por las aportaciones de bienes inmuebles reali­
zadas con ocasión de la constitución de Sociedades o la ampliación de su capital social, tributará por el número uno de la tarifa
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del ITP y AJD como transmisión onerosa de bienes inmuebles, siempre que entre la fecha de la aportación y la de la transmi­
sión mediare un plazo inferior a un año.
Dos. La transmisión onerosa de las acciones o participaciones representativas del capital de las Sociedades cuyo activo esté
integrado, en más de su 80 por 100, por bienes inmuebles de naturaleza rústica o urbana, siempre que dichas acciones o
participaciones excedan del 80 por 100 del capital social, se gravará por el número uno de la tarifa del ITP y AJD, como trans­
misión onerosa de bienes inmuebles.
Reglamentariamente se determinará la acumulación de transmisiones onerosas a efectos del cómputo del ochenta por ciento
mencionado (...)».
La elusión tenía por objeto aprovecharse de los tipos de gravamen del ITP y AJD propios de la transmisión de acciones, mucho
más reducidos que el de las transmisiones onerosas de inmuebles.
En efecto, el tipo de gravamen de las transmisiones onerosas de inmuebles fijado por el Real Decreto-Ley de 24 de agosto de
1976 era el 8,20 por 100, en tanto que el tipo de gravamen de las transmisiones de acciones intervenidas por Notario era el
2,20 por 100 y por Agente de Cambio o Corredor de Comercio era el de una escala que iba de un 0,6 por 100 a 0,55 por 100.
También era más favorable la determinación de la base imponible en la adquisición de las acciones, que en la compra directa
de los inmuebles.
El desarrollo reglamentario del artículo 40, reproducido, y en especial de la acumulación de las distintas adquisiciones de ac­
ciones de la misma sociedad, se llevó a cabo mediante Orden Ministerial de 14 de enero de 1978, que dispuso:
«Tercera. La base de la liquidación será la parte proporcional del importe de los títulos objeto de la transmisión en el valor de
los bienes inmuebles integrados en el activo de la Sociedad. A estos efectos y a los de la determinación del porcentaje del
valor de los bienes inmuebles expresados y también, por tanto, del valor del total activo y de dichos bienes inmuebles, se
tendrán en cuenta los que figuren en el último balance ordinario aprobado de la Sociedad.
No obstante, podrá la Administración, en todo caso, requerir la presentación de cuantos datos, documentos y declaraciones
estime pertinentes, así como ordenar la práctica de las comprobaciones que considere convenientes con dicho objeto, por
cualesquiera de los medios establecidos en el Texto Refundido del ITP y AJD y en las demás disposiciones que afecten a los
bienes de que se trate, según su naturaleza.
Cuarta. Para el cómputo del 80 por 100, previsto en el número 2 del artículo 40 de la Ley 50/1977, de 14 de noviembre, se
acumularán las transmisiones onerosas de las acciones o participaciones sociales realizadas dentro del plazo del año inmedia­
tamente anterior, a contar desde la fecha de cada una, a favor de la misma persona. También se acumularán, a efectos del
cómputo de dicho coeficiente, las transmisiones realizadas, siempre dentro del año inmediatamente anterior, en favor del
cónyuge y de los hijos menores no emancipados, cuando no se acredite la previa existencia en el patrimonio de éstos de bie­
nes suficientes para realizar las adquisiciones (...).»
De la simple lectura de estos preceptos reglamentarios se deducen, sin duda alguna, tres conclusiones:
1.ª Que la base imponible a liquidar es el resultado de aplicar el porcentaje en tanto por ciento sobre el capital social de la
sociedad que representa la adquisición de acciones de que se trata (la que ha originado que se supere el 80 por 100 del capital
social) sobre el valor de los inmuebles que figuran en el activo de la Sociedad.
2.ª Que la acumulación de las diversas adquisiciones de acciones realizadas consecutivamente se refiere exclusivamente para el
cómputo del control del 80 por 100, pero nada más, sin afectar, por tanto, a la determinación proporcional de la base imponible.
3.ª Que era posible determinar la base partiendo de la comprobación administrativa del valor de los inmuebles mediante cual­
quiera de los medios de comprobación admitidos.
Estas tres conclusiones, en especial, la primera tienen una gran trascendencia, porque se trata de un precedente reglamentario
de gran valor para la interpretación del posterior artículo 108 de la Ley 24/1988, de 28 de julio, de Mercado de Valores, que
sustituyó al artículo 40 de la Ley 50/1977, de 14 de noviembre.
Tercera. La exposición de Motivos de la Ley 24/1988, de 28 de julio de Mercado de Valores explica con gran claridad la justifi­
cación del artículo 108, aplicable al caso de autos, por ello es conveniente reproducir la parte que nos interesa:
«Con objeto de atender la propuesta de la Directiva de la Comunidad Económica Europea relativa a los impuestos indirectos
sobre las transacciones de valores, la exención previa en el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) para las operaciones suje­
tas al mismo se hace extensiva al ITP y AJD. Se ha pretendido asimismo, de acuerdo con lo previsto en la citada propuesta de
Directiva, establecer medidas para tratar de salir al paso de la elusión del ITP y AJD en la transmisión de bienes inmuebles,
mediante la interposición de figuras societarias.»
Y a continuación reproducimos los apartados del referido artículo que interesan al caso de autos.
«Artículo 108.
La transmisión de valores, admitidos o no a negociación en un mercado secundario oficial, estará exenta del ITP y AJD y del IVA.
Quedan exceptuadas de lo dispuesto en el párrafo anterior y tributarán por Concepto de TPO en el ITP y AJD:
1. Las transmisiones de valores que representen partes del capital social o patrimonio de sociedades, fondos, asociaciones y
otras entidades cuyo activo esté constituido al menos en su 50 por 100 por inmuebles situados en territorio nacional, siempre
que, como resultado de dicha transmisión, el adquirente obtenga la titularidad total de este patrimonio o, al menos, una posi­
ción tal que le permita ejercer el control sobre tales entidades.
Tratándose de sociedades mercantiles se entenderá obtenido dicho control cuando directa o indirectamente se alcance una
participación en el capital social superior al 50 por 100.
En los casos anteriores se aplicará el tipo correspondiente a las transmisiones onerosas de bienes inmuebles sobre el valor de
los referidos bienes calculado de acuerdo a las reglas contenidas en la normativa vigente del ITP y AJD.»
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Al poco tiempo, se redactó de nuevo el artículo 108 de esta Ley, por la disposición adicional duodécima de la Ley 18/1991, de 6
de junio, del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, de la que cabía esperar la solución de los problemas interpreta­
tivos surgidos de la aplicación de los textos legales anteriores, pero lo cierto es que la línea seguida ha sido decepcionante.
Este texto es el aplicable al caso de autos, por ello lo reproducimos a continuación:
«1.º La transmisión de valores, admitidos o no a negociación en un mercado secundario oficial, estará exenta del ITP y AJD y
del IVA.
2.º Quedan exceptuadas de lo dispuesto en el párrafo anterior y tributarán por concepto de TPO en el ITP y AJD.
1. Las transmisiones de valores que representen partes del capital social o patrimonio de sociedades, fondos, asociaciones u
otras entidades cuyo activo esté constituido al menos en su 50 por 100 por inmuebles situados en territorio nacional, siempre
que, como resultado de dicha transmisión, el adquirente obtenga la titularidad total de este patrimonio o, al menos, una posi­
ción tal que le permita ejercer el control sobre tales entidades.
Tratándose de sociedades mercantiles se entenderá obtenido dicho control cuando directa o indirectamente se alcance una
participación en el capital social superior al 50 por 100.
A los efectos del cómputo del 50 por 100 del activo constituido por inmuebles, no se tendrán en cuenta aquéllos, salvo los
terrenos y solares, que formen parte del activo circulante de las entidades cuyo objeto social exclusivo consista en el desarrollo
de actividades empresariales de construcción o promoción inmobiliaria.
2. Las transmisiones de acciones o participaciones sociales, recibidas por las aportaciones de bienes inmuebles realizadas
con ocasión de la constitución de sociedades o la ampliación de su capital social, siempre que entre la fecha de aportación y la
de transmisión no hubiera transcurrido un plazo de un año.
En los casos anteriores se aplicará el tipo correspondiente a las transmisiones onerosas de bienes inmuebles sobre el valor de
los referidos bienes calculado de acuerdo a las reglas contenidas en la normativa vigente del ITP y AJD.»
El artículo 40 de la Ley 50/1977 partió de la sujeción y no exención en el ITP y AJD de las transmisiones de acciones, cuando
se daban las circunstancias expuestas (80 por 100 del activo de la sociedad eran inmuebles y la adquisición de las acciones
conseguía al menos el 80 por 100 del capital social), pero no aplicaba los tipos propios de dichas operaciones, sino el tipo de
gravamen mucho más elevado de las «transmisiones onerosas», en cambio el artículo 108 lo que hace es eliminar la exención
general de la transmisión de acciones y aplicar en consecuencia el ITP -concepto de transmisiones onerosas-, conforme a las
normas esenciales de dicho Impuesto, que analizamos a continuación:
A) Hecho imponible:
El hecho imponible del ITP, concepto de «transmisiones onerosas», según el Texto Refundido de este Impuesto, aprobado por
Real Decreto Legislativo 3050/1980, de 30 de diciembre, aplicable ratione temporis al caso de autos, es cada acto o contrato,
es decir cada convención. En el caso de autos ha habido dos hechos imponibles separados e independientes, el primero fue la
suscripción por parte de don B... del 44,14 por 100 del capital de la sociedad V..., S.A., constituida en 1990, y que tributaría por
ITP, concepto de «Operaciones societarias», y el segundo la adquisición por compra del 35 por 100 restante que tuvo lugar el 8
de junio de 1992, por un importe de 55.149.000 pesetas.
Esta segunda operación habría estado exenta, si la adquisición del 35 por 100 de las acciones, sumada al 44,14 por 100 ante­
rior, no hubiera superado el porcentaje de capital del 50 por 100, fijado por el artículo 108 de la Ley 24/1988, según la redac­
ción dada por la disposición adicional duodécima de la Ley 18/1991, de 6 de junio, y por ello sencillamente nos encontramos
ante un hecho imponible distinto sustancialmente del anterior, que debe gravarse por ITP al tipo del 6 por 100 por el concepto
de «transmisiones onerosas».
La tesis que sostiene la Administración General del Estado, consistente en que la segunda adquisición de acciones (35 por
100) lleva consigo que la base imponible sea el 100 por 100 del valor de los inmuebles y no el 35 por 100, implica la revisión
del primer acto y su subsunción en el segundo, lo cual sólo sería posible si una norma con rango legal calificara extensivamen­
te, en el sentido expuesto, el hecho imponible propio de la adquisición del 35 por 100 de las acciones, declarando de modo
expreso que la primera adquisición quedaba englobada en la segunda, con la consiguiente revisión ex lege de aquella que, por
supuesto, tendría que respetar la prescripción de la primera, que no es el caso de autos.
El Abogado del Estado ha visto inteligentemente esta dificultad y ha tratado de subsanarla afirmando en su escrito de interposi­
ción del recurso que «se trata de una ficción tributaria (subrayado por la Sala), según la cual una transmisión de acciones, que
estaría en principio exenta, se sujeta al Impuesto, como TPO, siempre que dicha transmisión suponga la asunción de todo el
capital social, o al menos una posición tal que permita ejercer el control de la Sociedad (...)», y ciertamente la tesis de la Admi­
nistración consiste en una «ficción», porque una transmisión de acciones del 35 por 100, la quiere convertir de facto en una
transmisión del 79,14 por 100, pero este razonamiento cae por su base, porque las fictio iuris sólo se pueden establecer por
normas de rango legal, pues van más allá que las presunciones legales, cuyo establecimiento exige Ley, pero evidentemente el
texto del artículo 108 no contiene tal ficción legal.
Hay otro tipo de consideraciones y es que la no exención se refiere a la transmisión, en singular, que produce el resultado de
obtener el control de la sociedad propietaria de los inmuebles, de modo que la posible acumulación con adquisiciones anterio­
res, la Ley la refiere y la limita a efectos de determinar cuándo se consigue el control, pero no hay un expreso y explícito pro­
nunciamiento acerca de que tal acumulación se extienda a los hechos imponibles y a la base imponible a liquidar.
El artículo 108, según la redacción vigente (disp. adic. duodécima de la Ley 18/1991), a diferencia de la preocupación que tuvo
el artículo 40 de la Ley 50/1977, de 14 de noviembre, no menciona las posibles reglas de acumulación, pero sí es interesante
recordar que la Orden Ministerial de 14 de enero de 1978, que cumplió el mandato legal de determinar reglamentariamente la
acumulación de las transmisiones onerosas lo hizo refiriéndose exclusivamente al cómputo del 80 por 100 como condictio iuris
para el gravamen de la adquisición de acciones que superasen dicho porcentaje, al tipo propio de las transacciones onerosas.
Por último, hay que acudir a la ratio legis del precepto que surgió frente a la conducta consistente en transmitir los inmuebles
mediante la transmisión de las acciones de la sociedad propietaria, pero existiendo una correlación sustancial, a modo de
desideratum, consistente en la adquisición del 100 por 100 del capital, o sea del 100 por 100 de la propiedad del inmueble.
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El artículo 40 de la Ley 50/1987, de 14 de noviembre, estableció como condición para su aplicación un porcentaje de más del
80 por 100, que significaba adquirir la propiedad cuasi-total, a través de dicha participación en el capital social de la sociedad
titular de los inmuebles, en cambio la tesis de considerar como hecho imponible la adquisición total de los inmuebles, con una
participación del 50,01 por 100 resulta inadmisible por desmesurada y alejada de la realidad societaria.
La conclusión es pues que lo que se grava en el caso de autos es el hecho imponible de la adquisición del 35 por 100 de las
acciones, por ITP, en concepto de «transmisiones onerosas» del 35 por 100 de los inmuebles.
B) Base imponible:
En la mayor parte de los impuestos existe una gran correlación sustancial entre el hecho imponible y la base imponible, tan es
así que esta última se ha definido en alguno de ellos como la cuantificación de aquél.
Es innegable que el artículo 108 de la Ley 24/1988, según la redacción dada por la disposición adicional duodécima de la Ley
18/1991, de 6 de junio, no regula en lo esencial la base imponible, es decir no se pronuncia como primera tarea, ni en un senti­
do ni en otro, acerca del porcentaje de los inmuebles a estimar, de ahí la controversia planteada en el presente proceso, pues
se limita exclusivamente a señalar en el último párrafo del artículo 108 que para determinar la base imponible se aplicarán «las
reglas contenidas en la normativa vigente del ITP y AJD», que forzosamente se han de referir principalmente a los medios de
comprobación administrativa del valor de los inmuebles.
La Sala no tiene más remedio que resaltar la muy baja calidad técnica del artículo 108 en sus dos versiones, porque la cuestión
que estamos discutiendo era quizás la más importante, es decir la que exigía un pronunciamiento legal claro y terminante, pues
esta misma cuestión preocupó gravemente a los redactores de la Orden Ministerial de 14 de enero de 1978, que dispusieron
que la base imponible sería la parte del valor de los bienes inmuebles, proporcional a los títulos objeto de la transmisión, de­
terminante del control de la sociedad propietaria de dichos inmuebles, precepto que aplicado al caso de autos sería el 35 por
100 del valor de los inmuebles, que es exactamente lo que ha hecho don B..., parte recurrente en casación.
La Sala rechaza el único motivo casacional lo que implica la desestimación del recurso de casación.
(…)
Por las razones expuestas, en nombre de Su Majestad el Rey y por la potestad de juzgar que nos ha conferido el Pueblo espa­
ñol, en la Constitución.
FALLAMOS
Primero.
Desestimar el Recurso de Casación número 1406/1999, interpuesto por la Administración General del Estado, contra la sen­
tencia, sin número, dictada con fecha 5 de noviembre de 1998 por la Sala de lo Contencioso-Administrativo -Secc. 2.ª- de la
AN, recaída en el recurso de este orden jurisdiccional número 32/1996, seguido a instancia de don B...
13
V0821-07
SG de Impuestos Patrimoniales, Tasas y Precios Públicos
17/04/2007
Ley 24/1988, art. 108, TRLITPAJD RDLeg 1/1993 art. 19-1-1.º
DESCRIPCIÓN-HECHOS
Dos de las entidades consultantes (F y C) tienen una participación de un 49,16 por 100 –incluyendo la participación directa y la
indirecta– en el capital social de R, sociedad dedicada fundamentalmente a actividades de promoción y explotación de nego­
cios inmobiliarios, localizados principalmente en España. Estas dos entidades se proponen efectuar una oferta pública de venta
de las acciones de R. Con carácter previo a la oferta pública de venta, F y C tienen la intención de constituir una sociedad
"holding", de responsabilidad limitada, a la que aportarán, cada una, un 25,50 por 100 del capital social de R, de forma que la
sociedad "holding" poseerá una participación del 51 por 100 del capital social de R, mientras que F y C tendrán, cada una de
ellas, el 50 por 100 de la sociedad "holding". En este caso, tanto F como el grupo C se desprenderían, total o parcialmente, de
las acciones de R con motivo de la oferta pública de venta de dicha sociedad.
CUESTIÓN-PLANTEADA
Primera: Si la suscripción de participaciones de la sociedad limitada "holding" que se pretende constituir por parte de F o de C
en contraprestación de la cual estas entidades aportarán las acciones de R a la sociedad limitada "holding" estaría sujeta a la
modalidad de transmisiones patrimoniales onerosas del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Docu­
mentados (en adelante, ITPAJD).
Segunda: Si la adquisición de acciones de R a la sociedad limitada "holding" que se pretende constituir, por parte de F o el
grupo C, transcurrido el plazo de un año desde la admisión a negociación de R en la Bolsa de Valores, no estaría en ningún
caso sujeta a la modalidad de transmisiones patrimoniales onerosas del ITPAJD.
Tercera: Si, transcurrido el plazo de un año desde la admisión a negociación en la Bolsa de Valores de R, la posterior adquisi­
ción de la mayoría del capital social de dicha sociedad (de forma directa o indirecta), por parte de F o del grupo C, mediante la
adquisición de participaciones de la sociedad limitada "holding" que se pretende constituir, una vez que ésta participara en
menos del 50 por 100 del capital social de R, no estaría sujeta a la modalidad de transmisiones patrimoniales onerosas del
ITPAJD.
CONTESTACIÓN-COMPLETA
En relación con la cuestión planteada en el escrito de consulta, este Centro Directivo informa lo siguiente:
En primer lugar, cabe indicar que, tanto las cuestiones planteadas por los consultantes, como la contestación a las mismas, se
circunscriben, exclusivamente, a la posible aplicación de lo dispuesto en el artículo 108 de la Ley 24/1988, de 28 de julio, del
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Instituto de Estudios Fiscales
Mercado de Valores (BOE de 29 de julio de 1988), sin entrar en cualquier otro aspecto fiscal que pudiera derivar de las opera­
ciones sobre las que se consulta.
Por otra parte, aunque los consultantes no manifiestan expresamente en su escrito si el activo de la sociedad R está constitui­
do al menos en un 50 por 100 por inmuebles situados en territorio español, o en su activo se incluyen valores que le permiten
ejercer el control en otra entidad cuyo activo esté integrado al menos en un 50 por 100 por inmuebles radicados en España,
teniendo en cuenta que sí se afirma que se trata de una sociedad dedicada fundamentalmente a actividades de promoción y
explotación de negocios inmobiliarios, localizados principalmente en España y dada la índole de las consultas formuladas, se
considera que el activo de la sociedad en cuestión tiene esa composición. La contestación que se expone a continuación parte
de esta premisa, que tiene relevancia a efectos de la aplicación de lo dispuesto en el artículo 108 de la Ley 24/1988, de 28 de
julio, del Mercado de Valores.
Primero: Sujeción de la suscripción de participaciones de la sociedad limitada “holding” que se pretende constituir por parte de
F o de C a la modalidad de transmisiones patrimoniales onerosas del ITPAJD.
El artículo 108 de la Ley 24/1988, de 28 de julio, del Mercado de Valores (en adelante, LMV), modificado recientemente por el
artículo octavo de la Ley 36/2006, de 28 de noviembre, de medidas para la prevención del fraude fiscal (BOE de 30 de noviem­
bre), determina lo siguiente:
“1. La transmisión de valores, admitidos o no a negociación en un mercado secundario oficial, estará exenta del Impuesto
sobre el Valor Añadido y del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados.
2. Quedan exceptuadas de lo dispuesto en el apartado anterior las transmisiones realizadas en el mercado secundario, así
como las adquisiciones en los mercados primarios como consecuencia del ejercicio de los derechos de suscripción preferente y
de conversión de obligaciones en acciones o mediante cualquier otra forma, de valores, y tributarán por la modalidad de trans­
misiones patrimoniales onerosas del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados como
transmisiones onerosas de bienes inmuebles, en los siguientes supuestos:
a) Cuando los valores o participaciones transmitidos o adquiridos representen partes alícuotas del capital social o patrimonio
de sociedades, fondos, asociaciones y otras entidades cuyo activo esté constituido al menos en un 50 por 100 por inmuebles
situados en territorio español, o en cuyo activo se incluyan valores que le permitan ejercer el control en otra entidad cuyo activo
esté integrado al menos en un 50 por 100 por inmuebles radicados en España, siempre que, como resultado de dicha transmi­
sión o adquisición, el adquirente obtenga una posición tal que le permita ejercer el control sobre esas entidades o, una vez
obtenido dicho control, aumente la cuota de participación en ellas.
…/…
b) Cuando los valores transmitidos hayan sido recibidos por las aportaciones de bienes inmuebles realizadas con ocasión de
la constitución o ampliación de sociedades, o la ampliación de su capital social, siempre que entre la fecha de aportación y la
de transmisión no hubiera transcurrido un plazo de tres años.
…/…
4. Las excepciones reguladas en el apartado 2 de este artículo no serán aplicables a las transmisiones de valores admitidos a
negociación en un mercado secundario oficial, siempre que la transmisión se produzca con posterioridad al plazo de un año
desde la admisión a negociación de dichos valores. A estos efectos, para el cómputo del plazo de un año no se tendrán en
cuenta aquellos períodos en los que se haya suspendido la negociación de los valores.
No obstante, cuando la transmisión de valores se realice en el ámbito de ofertas públicas de venta o de ofertas públicas de
adquisición, no será necesario el cumplimiento del plazo previsto en el párrafo anterior.”
La constitución de la sociedad “holding” no supone la adquisición del control de la sociedad R por parte de ninguno de los dos
aportantes de acciones de dicha sociedad a la sociedad “holding”, por lo que dicha constitución no estará sujeta a la excepción
de la exención del Impuesto sobre el Valor Añadido o de la modalidad de Transmisiones patrimoniales onerosas del ITPAJD,
prevista en el apartado 2 del artículo 108 de la citada Ley del Mercado de Valores. Por otro lado, el artículo 19.1.1.º del texto
refundido de la Ley del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados (en adelante, TRLIT­
PAJD), por el que se aprueba el Real Decreto Legislativo 1/1993, de 24 de septiembre (BOE de 20 de octubre de 1993), dispo­
ne que “Son operaciones societarias sujetas: 1.º La constitución, aumento y disminución de capital, fusión, escisión y disolución
de sociedades.”
De acuerdo con el precepto transcrito, la constitución de la sociedad limitada “holding” a que se refiere el escrito de consulta
estará sujeta a la modalidad de operaciones societarias del ITPAJD por el concepto de “constitución de sociedad”.
Segundo: Tributación de la adquisición de acciones de R a la sociedad limitada “holding” que se pretende constituir, por parte
de F o el grupo C, una vez transcurrido el plazo de un año desde la admisión a negociación de R en la Bolsa de Valores.
Del precepto transcrito, anteriormente, se deduce lo siguiente en relación con la transmisión de acciones de R una vez transcu­
rrido el plazo de un año desde su admisión a negociación en la Bolsa de Valores.
1.º La transmisión de acciones de R por la sociedad limitada “holding” que se pretende constituir a F y C estará sujeta al Im­
puesto sobre el Valor Añadido, pero, en principio, estaría exenta, según prevé el apartado 1 del artículo 108 de la LMV.
2.º No obstante lo anterior, al tratarse de la transmisión de acciones de una sociedad (R) que parece cumplir el requisito de
que su activo está constituido al menos en un 50 por 100 por inmuebles situados en territorio español, o en su activo se inclu­
yen valores que le permiten ejercer el control en otra entidad cuyo activo esté integrado al menos en un 50 por 100 por inmue­
bles radicados en España, podría ser aplicable la excepción regulada en la letra a) del apartado 2 del artículo 108 de la LMV,
en cuyo caso la transmisión de tales acciones debería tributar por la modalidad de transmisiones patrimoniales onerosas del
ITPAJD como transmisión de bienes inmuebles, en los términos recogidos en dicho precepto.
3.º Sin embargo, también se indica en el escrito de consulta que la transmisión de las acciones de R se realizaría una vez
transcurrido el plazo de un año desde la admisión a negociación de los valores de R en la Bolsa de Valores. Por tanto, aunque
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se cumplieran los requisitos exigidos en el apartado 2, letra a), del artículo 108 de la LMV, resultaría aplicable lo dispuesto en el
apartado 4 de dicho precepto, con la consecuencia de que no se aplicaría la excepción del apartado 2 (tributación por transmi­
siones patrimoniales onerosas como transmisión de bienes inmuebles), sino la regla general regulada en el apartado 1 del
citado artículo (exención de la transmisión de valores).
Tercero: Tributación de la adquisición del control indirecto de R por parte de F o del grupo C, mediante la adquisición de parti­
cipaciones de la sociedad limitada “holding” que se pretende constituir, en el momento en que ésta participe en menos del 50
por 100 del capital social de R y una vez transcurrido el plazo de un año desde la admisión a negociación de esta entidad en la
Bolsa de Valores.
De acuerdo con lo dispuesto en el apartado 1 del artículo 108 de la LMV, la adquisición por parte de F o del grupo C de partici­
paciones en la sociedad limitada “holding”, cuando esta entidad tenga una participación en R inferior al 50 por 100, estará
sujeta al Impuesto sobre el Valor Añadido pero exenta, sin que resulten aplicables las excepciones del apartado 2 del citado
precepto por faltar los requisitos exigidos en él para que entre en funcionamiento la excepción a la exención.
En concreto, no resulta aplicable lo dispuesto en el párrafo primero de la letra a) de dicho apartado 2, pues el activo de la
entidad cuyos valores se trasmiten ni está constituido al menos en un 50 por 100 por inmuebles situados en territorio español,
ni incluye valores que le permitan ejercer el control en otra entidad cuyo activo esté integrado al menos en un 50 por 100 por
inmuebles radicados en España.
Lo que comunico a Vd. con efectos vinculantes, conforme a lo dispuesto en el apartado 1 del artículo 89 de la Ley 58/2003, de
17 de diciembre, General Tributaria.
14
V0318-08
SG de Impuestos sobre las Personas Jurídicas
14/02/2008
TRLIS RDLeg 4/2004 art. 83-2 y 83-5
DESCRIPCIÓN-HECHOS
La entidad A, participada íntegramente por un matrimonio en régimen de gananciales, posee participaciones en las siguientes
entidades:
— Entidad B, dedicada a la construcción inmobiliaria y a la gestión de participaciones, un 90 por 100.
— Entidad C, cuya actividad ha consistido en encargar un proyecto y obtener las concesiones administrativas necesarias para
la construcción de un puerto deportivo, un 99 por 100.
— Entidad D, que posee un terreno en promoción para construir un complejo hotelero, situado en el mismo municipio en el que
C está construyendo el puerto deportivo, un 18 por 100. B participa en el capital de D en un 51 por 100, mientras que el
grupo familiar lo hace directamente en un 7 por 100, y una entidad ajena al grupo, en un 2 por 100.
Se pretenden realizar las siguientes operaciones:
— Una escisión financiera por la que la entidad B segregaría el 51 por 100 que posee en D y se lo entregaría a la entidad C.
— Simultánea o posteriormente, se realizaría una operación de canje de valores, por la que la entidad A aportaría a C el 18
por 100 que posee en la entidad D, el grupo familiar aportaría a C su 7 por 100 y la entidad ajena al grupo aportaría su 2
por 100, de manera que C participe finalmente en D en un 78 por 100.
Con estas operaciones se pretende separar la actividad de construcción desarrollada por B de la actividad iniciada por su
participada de promoción de un complejo hotelero, diferenciando los sectores de actividad, sin comprometer recursos y patri­
monio de una entidad por las actividades que realice otra. Igualmente, se integraría en una sola sociedad la participación em­
presarial en la entidad D, evitando la dispersión actual y mejorando la gestión y dirección de la misma. Por último se concentra
en la entidad C todo el patrimonio y los intereses que el grupo empresarial tiene en la misma zona geográfica, permitiendo la
incorporación de nuevos socios que aporten recursos y capacidad de gestión.
CUESTIÓN-PLANTEADA
SI es posible aplicar el régimen fiscal especial del capítulo VIII del título VII del texto refundido de la Ley del Impuesto sobre
Sociedades.
Si estas operaciones deben tributar en el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados. En
concreto, si la transmisión en el mercado secundario de las participaciones en la sociedad D, representativas del 51 por 100 de
su capital a favor de la entidad C, como sociedad beneficiaria de la escisión debe tributar por la modalidad de transmisiones
patrimoniales onerosas. Igualmente, si la transmisión en el mercado secundario de las participaciones de D representativas del
18 por 100, 7 por 100 y 2 por 100 de su capital, citadas en el escrito de consulta a favor de la entidad C, deben tributar por la
modalidad de transmisiones patrimoniales onerosas.
CONTESTACIÓN-COMPLETA
El capítulo VIII del título VII del texto refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades (en adelante TRLIS), aprobado por
Real Decreto Legislativo 4/2004, de 5 de marzo, regula el régimen fiscal especial de las operaciones de fusión, escisión, apor­
tación de activos, canje de valores y cambio de domicilio social de una Sociedad Europea o una Sociedad Cooperativa Euro­
pea de un Estado miembro a otro de la Unión Europea.
Al respecto, el artículo 83.2.1.ºc) del TRLIS, según redacción dada por la Ley 25/2004, de 17 de julio, considera escisión, la
operación por la cual “una entidad segrega una parte de su patrimonio social, constituida por participaciones en el capital de
otras entidades que confieran la mayoría del capital social de estas, manteniendo en su patrimonio al menos participaciones de
similares características en el capital de otra u otras entidades o bien una rama de actividad, y la transmite a otra entidad, de
— 62 —
Instituto de Estudios Fiscales
nueva creación o ya existente, recibiendo a cambio valores representativos del capital de la entidad adquirente, que deberá
atribuir a sus socios en proporción a sus respectivas participaciones, reduciendo el capital social y las reservas en la cuantía
necesaria y, en su caso, una compensación en dinero en los términos de la letra a) anterior.”
En este sentido, la delimitación de los supuestos que constituyen una escisión parcial susceptible de ampararse en el régimen
fiscal especial (rama de actividad, cartera de control) debe partir de la concurrencia, como mínimo, de los requisitos exigidos en
la normativa mercantil. Desde esta perspectiva resulta esencial que el patrimonio segregado como consecuencia de la escisión
parcial de participaciones sociales o escisión financiera constituya una “unidad económica” (artículo 253 del texto refundido de
la Ley de Sociedades Anónimas, aprobado por Real Decreto Legislativo 1564/1989, de 22 de diciembre). Igualmente, resulta
necesario que el patrimonio que permanece en sede de la entidad escindida esté constituido al menos por participaciones
mayoritarias en otra u otras entidades, o bien por una rama de actividad. Cumpliéndose esta circunstancia, la operación plan­
teada de escisión financiera podrá acogerse al régimen fiscal especial del capítulo VIII del título VII del TRLIS.
Estas circunstancias parecen cumplirse en el caso concreto planteado, ya que se produce la segregación de una participación
mayoritaria en una entidad, mientras que en el patrimonio de la escindida permanece, al menos una actividad de construcción
inmobiliaria, por lo que la operación descrita podrá acogerse al régimen fiscal especial mencionado.
En segundo lugar, se produce una operación de canje de valores. El artículo 83.5 del TRLIS, según redacción dada por la Ley
25/2006, de 17 de julio, define la operación de canje de valores como “la operación por la cual una entidad adquiere una parti­
cipación en el capital social de otra que le permite obtener la mayoría de los derechos de voto en ella o, si ya dispone de dicha
mayoría, adquirir una mayor participación, mediante la atribución a los socios, a cambio de sus valores, de otros representati­
vos del capital social de la primera entidad y, en su caso, de una compensación en dinero que no exceda del 10 por ciento del
valor nominal o, a falta de valor nominal, de un valor equivalente al nominal de dichos valores deducido de su contabilidad”.
A su vez, el artículo 87.1 del TRLIS condiciona la aplicación del régimen fiscal del canje de valores al cumplimiento de dos
requisitos
“a) Que los socios que realicen el canje de valores residan en territorio español o en el de algún Estado miembro de la Unión
Europea o en el de cualquier otro Estado siempre que, en este último caso, los valores recibidos sean representativos del
capital social de una entidad residente en España.
(…)
b) Que la entidad que adquiera los valores sea residente en territorio español o esté comprendida en el ámbito de aplicación
de la Directiva 90/434/CEE.”
A la vista de lo expuesto en el escrito de consulta, ya se realice la operación de manera simultánea a la anterior, en cuyo caso
quedarían ambas operaciones subsumidas en el concepto de canje de valores, o bien se realice con posterioridad, la operación
por la cual la entidad H adquiere el 78 por 100, tendrá la consideración de canje de valores, de acuerdo con lo previsto en el
artículo 83.5 del TRLIS, dado que la entidad beneficiaria adquiere participaciones en el capital social de otra sociedad, lo cual
le permite obtener la mayoría de los derechos de voto en la misma o bien aumentar dicha participación cuando ya posee dicha
participación mayoritaria, en la medida en que concurran las circunstancias del artículo 87 citadas, se podrá aplicar a las ope­
raciones planteadas el régimen fiscal previsto en el capítulo VIII del título VII del TRLIS.
Por último, la aplicación del régimen especial requiere tener en cuenta lo establecido en el artículo 96.2 del TRLIS, según el cual:
“2. No se aplicará el régimen establecido en el presente capítulo cuando la operación realizada tenga como principal objetivo
el fraude o la evasión fiscal. En particular, el régimen no se aplicará cuando la operación no se efectúe por motivos económicos
válidos, tales como la reestructuración o la racionalización de las actividades de las entidades que participan en la operación,
sino con la mera finalidad de conseguir una ventaja fiscal….”
Este precepto recoge de forma expresa la razón de ser del régimen especial de las operaciones de fusión, escisión, aportación
de activos, canje de valores y cambio de domicilio social de una Sociedad Europea o una Sociedad Cooperativa Europea de un
Estado miembro a otro de la Unión Europea, que justifica que a las mismas les sea aplicable dicho régimen en lugar del régi­
men general establecido para esas mismas operaciones en el artículo 15 del TRLIS. El fundamento del régimen especial reside
en que la fiscalidad no debe ser un freno ni un estímulo en las tomas de decisiones de las empresas sobre operaciones de
reorganización cuando la causa que impulsa su realización se sustenta en motivos económicos válidos, en cuyo caso la fiscali­
dad quiere tener un papel neutral.
Por el contrario, cuando la causa que impulsa la realización de dichas operaciones es meramente fiscal, esto es, su finalidad es
conseguir una ventaja fiscal al margen de cualquier razón económica diferente, no es de aplicación el régimen especial.
En el escrito de consulta se indica que estas operaciones tienen por finalidad separar la actividad de construcción desarrollada
por B de la actividad iniciada por su participada de promoción de un complejo hotelero, diferenciando los sectores de actividad,
sin comprometer recursos y patrimonio de una entidad por las actividades que realice otra. Igualmente, se integraría en una
sola sociedad la participación empresarial en la entidad D, evitando la dispersión actual y mejorando la gestión y dirección de la
misma. Por último se concentra en la entidad C todo el patrimonio y los intereses que el grupo empresarial tiene en la misma
zona geográfica, permitiendo la incorporación de nuevos socios que aporten recursos y capacidad de gestión. Estos motivos se
pueden considerar económicamente válidos a los efectos de lo previsto en el artículo 96.2 del TRLIS.
En relación con la tributación de la operación en el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documenta­
dos, el artículo 108 de la Ley 24/1988, de 28 de julio, del Mercado de Valores (BOE de 29 de julio de 1988) –en lo sucesivo,
LMV– dispone en su apartado 2, letra a), párrafo primero lo siguiente:
“2. Quedan exceptuadas de lo dispuesto en el apartado anterior las transmisiones realizadas en el mercado secundario, así
como las adquisiciones en los mercados primarios como consecuencia del ejercicio de los derechos de suscripción preferente y
de conversión de obligaciones en acciones o mediante cualquier otra forma, de valores, y tributarán por la modalidad de trans­
misiones patrimoniales onerosas del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados como
transmisiones onerosas de bienes inmuebles, en los siguientes supuestos:
— 63 —
a) Cuando los valores o participaciones transmitidos o adquiridos representen partes alícuotas del capital social o patrimonio
de sociedades, fondos, asociaciones y otras entidades cuyo activo esté constituido al menos en un 50 por 100 por inmuebles
situados en territorio español, o en cuyo activo se incluyan valores que le permitan ejercer el control en otra entidad cuyo activo
esté integrado al menos en un 50 por 100 por inmuebles radicados en España, siempre que, como resultado de dicha transmi­
sión o adquisición, el adquirente obtenga una posición tal que le permita ejercer el control sobre esas entidades o, una vez
obtenido dicho control, aumente la cuota de participación en ellas.”
De conformidad con el precepto transcrito, las transmisiones de valores que cumplan los requisitos y circunstancias descritos
en la letra a) del artículo 108.2 tributarán por la modalidad de transmisiones patrimoniales onerosas del ITPAJD como transmi­
siones onerosas de bienes inmuebles en dos supuestos:
Transmisiones de valores realizadas en el mercado secundario.
Adquisiciones de valores realizadas en los mercados primarios como consecuencia del ejercicio de los derechos de suscripción
preferente y de conversión de obligaciones en acciones o mediante cualquier otra forma.
Ahora bien, las prescripciones anteriores deben ponerse en relación con el mandato contenido en el artículo 1.2 del texto re­
fundido de la Ley del ITPAJD, que establece una incompatibilidad absoluta entre las modalidades de transmisiones patrimonia­
les onerosas y operaciones societarias en los siguientes términos: “En ningún caso, un mismo acto podrá ser liquidado por el
concepto de transmisiones patrimoniales onerosas y por el de operaciones societarias”. A este respecto, cabe advertir que si
bien el TRLITPAJD establece una absoluta incompatibilidad entre transmisiones patrimoniales onerosas y operaciones societa­
rias, no especifica qué modalidad prevalece. No obstante, esta aparente laguna ha sido resuelta por este Centro Directivo en
numerosas contestaciones a consultas a favor de la modalidad de operaciones societarias, por aplicación del principio general
del derecho de prevalencia de la Ley especial –operaciones societarias– sobre la Ley general –transmisiones patrimoniales
onerosas– (“Ley especial prevalece sobre Ley general"), que tiene su origen en el aforismo del Derecho Romano “Lex posterior
generalis non derogat legi priori speciali” (la ley general posterior no deroga la especial anterior).
La interpretación conjunta de los artículos 1.2 del TRLITPAJD y 108 de la LMV, a juicio de este Centro Directivo, es que, en
términos generales, las transmisiones de valores –que en general están exentas del IVA y del ITPAJD– tributarán por la moda­
lidad de transmisiones patrimoniales onerosas cuando se trate de transmisiones de valores sujetas a esta modalidad del IT­
PAJD por cumplirse el hecho imponible definido en el artículo 7 del TRLITPAJD, pero no cuando se trate de transmisiones de
valores sujetas a la modalidad de operaciones societarias por cumplirse el hecho imponible definido en el artículo 19 y concor­
dantes –entre ellos, el artículo 21– del referido Texto Refundido.
Ahora bien, siendo la regla general la expuesta en el párrafo anterior, tal regla general debe ceder ante la que ahora se indica,
por expresa disposición del artículo 108.2.a): Si la transmisión de los valores se efectúa en los mercados primarios, ya sea
como consecuencia del ejercicio de derechos de suscripción preferente, de la conversión de obligaciones en acciones o de
cualquier otra forma, en este caso, además de la tributación que corresponda por la operación societaria que se realice, y,
además, la adquisición de los valores emitidos en el mercado primario confieren a su adquirente el control de sociedades que
cumplan los requisitos del artículo 108.2.a) o le permiten aumentar la participación en sociedades ya controladas, tal obtención
del control o su aumento provocará la sujeción de la adquisición de los valores en el mercado primario a la modalidad de
transmisiones patrimoniales onerosas del ITPAJD como transmisión onerosa de bienes inmuebles.
De la aplicación de las reglas expuestas a los supuestos planteados resulta lo siguiente:
La transmisión en el mercado secundario de las participaciones de D representativas del 51 por 100 de su capital social reali­
zada por B en favor de C no estará sujeta a la modalidad de transmisiones patrimoniales onerosas del ITPAJD como adquisi­
ción de inmuebles, ya que la adquisición de los valores de D se realiza en el mercado secundario, pero conforma uno de los
hechos imponibles de la modalidad de operaciones societarias, pues se trata de una escisión financiera, de acuerdo con lo dis­
puesto en los artículos 19 y 21 del TRLITPAJD en relación con el artículo 83.2.1.ºc) y disposición adicional segunda, apartado dos
del TRLIS.
La transmisión en el mercado secundario de las participaciones de D representativas del 18 por 100 de su capital social realizada
por A, de las participaciones de D representativas del 7 por 100 de su capital social realizada por el matrimonio reseñado y de las
participaciones de D representativas del 2 por 100 de su capital social realizada por la sociedad ajena al grupo de sociedades
formado por las sociedades reseñadas, todas ellas en favor de C no debe tributar por la modalidad de transmisiones patrimoniales
onerosas del ITPAJD como adquisición de inmuebles, por el mismo motivo expuesto en el epígrafe anterior. En este caso, la ad­
quisición de los valores de D realizada también en el mercado secundario, conforma una operación de canje de valores, que tam­
bién es uno de los hechos imponibles de la modalidad de operaciones societarias, de acuerdo con lo dispuesto en los artículos 19
y 21 del TRLITPAJD en relación con el artículo 83.5 y disposición adicional segunda, apartado dos del TRLIS.
La presente contestación se realiza conforme a la información proporcionada por la consultante, sin tener en cuenta otras
circunstancias no mencionadas y que pudieran tener relevancia en la determinación del propósito principal de la operación
proyectada, de tal modo que podrían alterar el juicio de la misma, lo que podrá ser objeto de comprobación administrativa a la
vista de la totalidad de las circunstancias previas, simultáneas y posteriores concurrentes en la operación realizada.
Esta contestación sustituye a la anterior de fecha 10 de octubre de 2007 que, en consecuencia, queda anulada.
Lo que comunico a Vd. con efectos vinculantes, conforme a lo dispuesto en el apartado 1 del artículo 89 de la Ley 58/2003, de
17 de diciembre, General Tributaria.
15
TEAC de 15 de julio de 2004
(…)
A) Sinopsis de los hechos
Se transmitieron el 100 por ciento de las acciones de una sociedad dedicada a la explotación de un parque de ocio, por lo que
se liquidó ITP y AJD, de acuerdo con lo previsto en el artículo 108 de la LMV.
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Instituto de Estudios Fiscales
B) Fundamentos de derecho
PRIMERO. Concurren los requisitos de competencia, legitimación y formulación en plazo, que son presupuesto para la admi­
sión del presente recurso de alzada, que plantea la aplicación del artículo 108 de la Ley 24/1988 del Mercado de Valores.
SEGUNDO. El presente recurso plantea la cuestión de si la adquisición realizada por X, S.A., del 100 por cien del capital de la
sociedad Y, S.A., goza de la exención prevista en el artículo 108 de la Ley del Mercado de Valores que principia así: “la trans­
misión de valores, admitidos o no a negociación en un mercado secundario oficial, estará exenta del Impuesto sobre Transmi­
siones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados y del Impuesto sobre el Valor Añadido”. Con este precepto se trata de
eximir de tributación indirecta las transacciones de valores, en concordancia con el derecho comunitario, y, en tal sentido, hay
que concluir, en principio, que la adquisición de participaciones sociales llevada a cabo por la recurrente debería estar exenta.
Es sabido, sin embargo, que el tráfico de valores inmobiliarios se utiliza frecuentemente para, mediante la interposición de
figuras societarias, realizar en realidad, tráfico inmobiliario, eludiendo el impuesto que recae sobre éste. La propia Exposición
de Motivos de la Ley manifiesta el propósito de evitar esta modalidad de elusión fiscal, en concordancia también con el derecho
comunitario, y a tal efecto, el mismo artículo 108 contiene una excepción a la regla general expuesta, en virtud de la cual la
transmisión de valores no solo no goza de exención sino que debe tributar por el tipo de las transmisiones de inmuebles. Esta
excepción se produce, en el caso de transmisión de valores de sociedades mercantiles, que es lo que aquí interesa, cuando
concurren dos circunstancias: 1.º) Que el patrimonio de la sociedad sea eminentemente inmobiliario (más del 50 por ciento de
su activo en inmuebles situados en territorio nacional, salvo que tenga por objeto social exclusivo actividades de construcción y
promoción inmobiliaria); y 2.º) Que, como consecuencia de la transmisión, el adquirente de los valores consiga el control de la
sociedad. Sobre este control, la Ley se centra en la forma de control típica e ineluctable: la posesión directa o indirecta, de más
del 50 por ciento del capital social.
TERCERO. En el presente caso, para determinar si se está ante la transmisión de un conjunto inmobiliario, resulta crucial
analizar el tratamiento que ha de darse a las instalaciones que configuran el parque ... y que resultan imprescindibles para su
puesta en marcha. Del balance de la sociedad que ha servido para determinar el alcance de la transmisión, por lo que aquí
interesa, se observa que del total activo, que asciende 6.836.420,64 E (1.137.484.684 pesetas), corresponde a los terrenos
1.472.479,66 E (245.000.000 pesetas), a los acondicionamientos destinados a aparcamientos, caminos, zonas ajardinadas etc.
277.427,19 E (46.160.000 pesetas), a las construcciones 413.911,03 E (68.869.000 pesetas) y a las instalaciones 4.330.056,52
E (720.460.784 pesetas), ascendiendo las amortizaciones acumuladas a 259.592.000 pesetas (1.560.179,34 E). Se puede
distinguir, por tanto entre lo que son propiamente edificaciones y terrenos y toda una serie de instalaciones destinadas al fun­
cionamiento de la explotación.
CUARTO. Tratándose de una transmisión empresarial, parece adecuado acudir además de a las normas del Código Civil, a
las normas del Impuesto sobre el Valor Añadido que dentro del ámbito fiscal configuran el concepto de edificaciones, para
dilucidar si las referidas instalaciones pueden alcanzar la condición de inmuebles por destino. El concepto de edificaciones en
el ámbito del IVA es más amplio que en la esfera del derecho privado, pues está incluyendo lo que, según el artículo 334 del
Código Civil, son inmuebles por destino, y otros inmuebles que no son propiamente edificaciones, de forma que se incluyen en
este concepto, además de aquéllas, las construcciones, instalaciones, caminos y otros. Ahora bien, es la norma fiscal la que en
el apartado 3.c) del artículo 6 de la Ley 37/1992, excluye de esta consideración de inmuebles (edificaciones) a “los objetos de
uso y ornamentación tales como máquinas, instrumentos, utensilios y demás inmuebles por destino a que se refiere el artículo
334, números 4 y 5 del Código Civil”.
QUINTO. No cabe duda de que en el presente caso la calificación jurídica de las instalaciones para el uso del parque, tales
como las piscinas, toboganes, bombas de impulsión y filtración del agua, equipos de cloración, equipos de aire acondicionado,
toldos, líneas de alimentación de las distintas zonas, farolas etc., hay que hacerla conforme al artículo 334.5 del Código Civil,
que contempla “las máquinas, vasos instrumentos o utensilios destinados por el propietario de la finca a la industria o explota­
ción que se realice de un edificio o heredad, y que directamente concurran a satisfacer las necesidades de la explotación mis­
ma”. Es decir, estamos en presencia de unos bienes inmuebles por destino, pero es destacable el hecho de que la norma
tributaria, en el mencionado artículo 6.3 de la Ley del IVA antes transcrito, quiere dar a este tipo de bienes un tratamiento
distinto e independiente del inmueble al que se hallan unidos, concediéndoles autonomía desde el punto de vista fiscal.
Así pues, excluidos expresamente de su calificación de inmuebles a efectos del IVA, no deben computarse con aquél carácter
dentro del activo de la sociedad, a efectos de determinar el porcentaje que conforme al artículo 108 de la Ley 24/1988, del
Mercado de Valores, reconvierte una transmisión de acciones en una transmisión de inmuebles.
SEXTO. Esta conceptuación de los inmuebles por destino y la exclusión que para algunas de estas instalaciones hace la Ley
del IVA, ha sido considerada por este Tribunal Central en sus resoluciones de 24 de octubre de 1996 y 23 de julio de 1998, en
las que si bien la cuestión controvertida que se ventilaba era la posibilidad de considerar que este tipo de bienes podían consi­
derarse enajenados de forma independiente al predio al que estaban unidos y por ende, no les afectaba la exención prevista en
el Impuesto para la transmisión de inmuebles, el razonamiento seguido y la conclusión alcanzada es perfectamente válida para
el caso que nos ocupa. Además, en el presente expediente, resulta muy relevante el objeto de la explotación misma; pues al
tratarse de un parque ..., irremediablemente su activo ha de sustentarse principalmente en inmuebles, e instalaciones que
unidas a los anteriores, sirvan para el ocio al que está destinada la explotación, sin que del balance de la sociedad se infiera un
volumen de terrenos y edificaciones que hagan sospechar que bajo la apariencia de una transmisión de valores se esconde
una transmisión inmobiliaria que es, en definitiva, lo que persigue el artículo 108 de la Ley del Mercado de Valores, que por eso
ya en su momento, exceptuó de la rigidez de la norma alas sociedades de promoción inmobiliaria, con un tratamiento más
flexible en la consideración de los inmuebles a incluir para la aplicación del porcentaje de referencia. Y si bien, la norma sólo
contempla este tipo de sociedades, ha de reconocerse que la realidad del mundo mercantil impone hoy día otros objetos socia­
les que requieren atemperar la aplicación de la norma si no se quiere atentar contra el propio espíritu de la misma. En conse­
cuencia, de la documentación aportada, se deduce que la transmisión de acciones ha supuesto la entrega de un negocio en
funcionamiento, que no una transmisión encubierta de inmuebles, (la sociedad adquirente está dada de alta en el epígrafe ...
del IAE, denominado explotación de ...). Además, la cuantía de los inmuebles que asciende a 2.169.827,99 E (361.029.000
pesetas), desglosada en terrenos; 1.472.479,66 E (245.000.000 pesetas), acondicionamientos; 283.437,31 E (47.160.000
pesetas) y construcciones; 413.911,03 E (68.869.000 pesetas), no supone el 50 por ciento total activo de la sociedad cuyo
— 65 —
importe se estima en 6.836.420,64 E (1.137.484.684 pesetas), habiéndose excluido del concepto inmobiliario a las instalacio­
nes por valor de 4.330.056,52 E (720.460.784 pesetas), de acuerdo con el razonamiento seguido en los fundamentos de dere­
cho cuarto y quinto de esta resolución, por lo que no resulta aplicable el artículo 108 de la Ley del Mercado de Valores,
debiendo anularse la liquidación girada sin sustitución.
ESTE TRIBUNAL ECONÓMICO-ADMINISTRATIVO CENTRAL, EN SALA, en el recurso de alzada promovido por X, S.A., contra
resolución del Tribunal Regional de ... de 30 de septiembre de 2003, recaída en los expedientes de reclamación acumulados
números ... y ..., ACUERDA: estimarlo, revocar la resolución impugnada y anular la liquidación girada.
16
TEAC
A) Sinopsis de los hechos
La recurrente considera que la valoración de los inmuebles a efectos de su computo para determinar si representan al menos
el 50 por 100 del activo debe hacerse por el valor contable y no por el real.
B) Fundamentos de derecho
PRIMERO. Concurren los requisitos de competencia, legitimación y formulación en plazo, que son presupuesto para la admi­
sión de los presentes recursos de alzada que plantean como cuestión controvertida la aplicación del artículo 108 de la Ley
24/1988, del Mercado de Valores.
SEGUNDO. Respecto de las alegaciones vertidas contra la resolución del Tribunal Regional de(...) solicitando su anulación
por falta de motivación y por no resolver todas las cuestiones controvertidas, este Tribunal Central manifiesta que no comparte
la opinión de la interesada, al ser un hecho constatado que la resolución consta de cuatro fundamentos de derecho en los que
se exponen las razones que llevan al Tribunal de instancia a la estimación parcial de la reclamación, por lo que carece de todo
fundamento atribuir a la misma una carencia de motivación. De igual modo, se resuelven las cuestiones controvertidas, pues
las múltiples alegaciones vertidas se reconducen a dos: la procedencia de la aplicación del artículo 108 de la Ley del Mercado
de Valores, resultando en este caso crucial pronunciarse sobre si prevalece la valoración real o contable que haya de otorgarse
al inmueble, y si se ha incurrido en la comisión de una infracción grave, cuestiones que quedan resueltas de forma explícita en
el fallo impugnado, por lo que tampoco se ajusta a la verdad considerar que el Tribunal incurre en incongruencia omisiva.
TERCERO. Hechas estas puntualizaciones, la cuestión que plantea el presente recurso versa sobre la tributación de la adqui­
sición realizada por la entidad X, S. L., de las acciones de la sociedad Hotel Y, S. A., a efectos de determinar si goza de la
exención prevista en el artículo 108 de la Ley del Mercado de Valores que principia así: «la transmisión de valores, admitidos o
no a negociación en un mercado secundario oficial, estará exenta del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos
Jurídicos Documentados y del Impuesto sobre el Valor Añadido». Con este precepto se trata de eximir de tributación indirecta
las transacciones de valores, en concordancia con el derecho comunitario, y, en tal sentido, hay que concluir, en principio, que
la adquisición de participaciones sociales llevada a cabo por el recurrente debería estar exenta. Es sabido, sin embargo, que el
tráfico de valores mobiliarios se utiliza frecuentemente para, mediante la interposición de figuras societarias, realizar en reali­
dad, tráfico inmobiliario, eludiendo el impuesto que recae sobre éste. La propia Exposición de Motivos de la Ley manifiesta el
propósito de evitar esta modalidad de elusión fiscal, en concordancia también con el derecho comunitario, y a tal efecto, el
mismo artículo 108 contiene una excepción a la regla general expuesta, en virtud de la cual, la transmisión de valores no solo
no goza de exención sino que debe tributar por el tipo de las transmisiones de inmuebles. Esta excepción se produce, en el
caso de transmisión de valores de sociedades mercantiles, que es lo que aquí interesa, cuando concurren dos circunstancias:
1.º) Que el patrimonio de la sociedad sea eminentemente inmobiliario (más del 50 por 100 de su activo en inmuebles situados
en territorio nacional, salvo que tenga por objeto social exclusivo actividades de construcción y promoción inmobiliaria, en cuyo
caso se excluirá del cómputo los terrenos y solares); y 2.º) Que, como consecuencia de la transmisión, el adquirente de los
valores consiga el control de la sociedad. Sobre este control, la Ley se centra en la forma de control típica e ineluctable: la
posesión directa o indirecta, de más del 50 por 100 del capital social.
CUARTO. El requisito relativo al control de la sociedad no se discute, y la controversia surge por el porcentaje que los inmue­
bles representan en el activo de la sociedad, para lo cual resulta decisivo el balance que debe tomarse a estos efectos y si
debe atenderse al valor de mercado de los inmuebles o a su valor contable. Del análisis de lo expuesto en el anterior funda­
mento de derecho se extraen las siguientes conclusiones: 1.º) Detrás del gravamen de la Transmisión de acciones subyace el
objetivo de gravar propiamente la transmisión de bienes inmuebles, por lo que el espíritu de la norma es corregir posibles
situaciones elusorias. 2.º) El tipo se aplicará sobre el valor de los referidos bienes, es decir, el legislador de forma consciente
ha querido gravar la transmisión del inmueble en su totalidad, y ello es una medida cautelar tendente a evitar la elusión fiscal
que pueda producirse por el propio mecanismo de exención previsto en el artículo. En consecuencia, para evitar dicha elusión
fiscal la valoración de los inmuebles, a efectos de computar el porcentaje del 50 por 100 sobre el capital, debe realizarse a
valores de mercado, ya que, en otro caso, se facilitaría una venta real de inmuebles, siempre que los mismos constasen en el
balance a valores muy inferiores a los reales, como acontece en el caso que se analiza, sin sujetarlos a la modalidad de
Transmisiones Patrimoniales Onerosas. Por ello, el procedimiento de comprobación de valores en la tributación de acciones,
cuando existan inmuebles en el patrimonio de la sociedad; no sólo incidirá en la cuantificación de la base imponible, sino que
también deberá ser tenido en cuenta para apreciar el cumplimiento de los requisitos que dan lugar a la aplicación de la norma
antielusoria mediante la interposición de figuras societarias que el citado artículo 108 de la Ley del mercado de Valores repre­
senta, habiéndose mantenido dicho criterio por este Tribunal Central en su resolución de 9 May. 2001 y 28 Jul. 2004 y recogida
también por la Dirección General de Tributos como puede verse en la consulta de 20 Feb. 1998.
QUINTO. En el presente expediente, si tomamos el último balance de la transmitente cerrado antes de la enajenación, de
fecha 31 Dic. 1999, resulta que la sociedad adquirente pagó por la compra de las acciones 72.121.452,53 Euros
(12.000.000.000 ptas.), importe muy superior al neto patrimonial. Por tanto, existe una plusvalía latente que si bien puede ser
atribuida en parte a los contratos de arrendamientos a los que alude la entidad en su escrito de alegaciones y que suponen(...)
plazas hoteleras, de igual manera es razonable atribuirla en parte al inmueble que figura en el activo de la sociedad. La recu­
rrente justifica el precio pagado a la existencia de un fondo de comercio, pero lo cierto es que no forma parte del activo del
balance, al que hay que ajustarse para la aplicación del referido artículo 108, no hay una cuantificación económica, ni docu­
— 66 —
Instituto de Estudios Fiscales
mentación al respecto que permitan atribuir a esta circunstancia todo el «exceso» de valor pagado por las acciones, pues
razonablemente parte del precio pagado corresponde al valor del inmueble, cuya existencia es patente al quedar reflejado en el
activo de la sociedad y su valor «real» es respaldado con el informe técnico, lo que permite ponderar porcentaje su representa­
tividad sobre el total activo. No puede admitirse que la tasación del bien sólo pueda resultar de valores estrictamente contables,
como pretende la entidad al indicar que la redacción del artículo 108 de la Ley del Mercado de Valores atiende en exclusiva al
concepto contable de activo sin admitir ninguna otra interpretación, cuando la normativa del impuesto ampara la comprobación
administrativa a efectos de ponderar el valor real de lo ingresado en el patrimonio del adquirente. La conclusión que ha de
alcanzarse es que si bien el precio pagado por la adquisición no resulta relevante a efectos de la exigencia del gravamen, sí
pone de relieve el valor de la transacción, de la que únicamente se tienen como datos ciertos los que se desprenden del balan­
ce, del cual se extrae la existencia de un inmueble cuyo valor «real», una vez determinado pone de relieve su peso económico
en proporción al resto del activo societario y que en este caso, supone el 77 por 100 del mismo.
SEXTO. El hecho de que el objetivo del negocio jurídico celebrado era transmitir un negocio en funcionamiento no es obstácu­
lo para mantener el razonamiento anterior, pues la norma no atiende a la finalidad de la operación, de igual manera que con
independencia del ánimo antielusorio, la norma se aplica de forma automática cuando se incurre en el supuesto tipo, como
ocurre en el presente caso, sin que ello suponga vulnerar el derecho a la presunción de inocencia o el derecho a la defensa, al
no tratarse de una norma sancionadora. Por otra parte, ante la alegación sobre la inseguridad jurídica que genera la compro­
bación administrativa, hay que decir que se trata de una potestad atribuida a la Administración que goza de amparo legal en
virtud del artículo 46 del Texto Refundido del Impuesto de 1993, y que forma parte de la mecánica del impuesto con indepen­
dencia de la naturaleza del bien transmitido, siendo el fin último gravar el valor de lo ingresado en el patrimonio del comprador
con independencia del precio declarado, no siendo una excepción aquellos casos de transmisión de acciones en los supuestos
previstos en el artículo 108 de la Ley del Mercado de Valores, como el propio precepto recoge al indicar que «En los casos
anteriores se aplicará el tipo(...) sobre el valor de los referidos bienes calculado de acuerdo a las reglas contenidas en la nor­
mativa vigente del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados.»
SÉPTIMO. Se alega por la recurrente que el gravamen sobre la transmisión de acciones contradice la Directiva 77/388/CEE.
En tal sentido, no puede decirse que la Directiva citada, al ocuparse de las exenciones lo haya hecho con la precisión que el
Tribunal de Justicia de la Comunidad Europea pide para la aplicación directa de las Directiva y lo que resulta evidente es que el
desarrollo en el derecho español de la Directiva y en el respeto que la misma merece, para evitar fraudes y abusos, permite el
gravamen sobre la transmisión de acciones en ciertos supuestos como el que ahora nos ocupa. En este sentido el artículo
13.B.5 de la Directiva citada declara exentas las operaciones relativas a acciones, pero a continuación excluye, haciendo una
remisión al artículo 5.3, aquellas operaciones sobre acciones cuya posesión asegura, de derecho o de hecho, la atribución de
la propiedad o del disfrute de bienes inmuebles.
17
V0147-08, 28/01/2008
DESCRIPCIÓN
La entidad consultante es propietaria del 50,6 por 100 del capital social de una sociedad limitada. El activo de la sociedad
limitada incluye inmuebles cuyo valor contable representa menos del 50 por 100 de dicho activo. Sin embargo, a efectos de lo
dispuesto en el artículo 108 de la Ley 24/1988, de 28 de julio, del Mercado de Valores, el valor de mercado de tales inmuebles
supera el 50 por 100. La entidad consultante ha iniciado conversaciones con el otro socio de la sociedad limitada a fin de ad­
quirir su participación en la entidad y convertirse en la socia única de la sociedad limitada.
CUESTIÓN
Si la referida adquisición de participaciones de la sociedad limitada, que representan el 49,4 por 100 de su capital social, deber­
ía tributar por la modalidad de transmisiones patrimoniales onerosas del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos
Jurídicos Documentados, de acuerdo con lo previsto en el apartado 2 del artículo 108 de la Ley 24/1988, de 28 de julio, del
Mercado de Valores, por aumentar la participación de la consultante en la sociedad limitada que ya controla o si, por el contra­
rio, tal como entiende la consultante, no procedería tal gravamen, por no cumplirse el supuesto de hecho, ya que no ha habido
una adquisición previa en la que la adquirente haya obtenido una posición tal que le permitiera el control sobre la sociedad
limitada, sino que tal control se obtuvo desde el inicio, en la misma constitución de la entidad.
Sería aplicable la exención general recogida en el apartado 1 para la transmisión de valores, al no producirse el hecho imponi­
ble del apartado 2, ya que no aumenta el control del grupo de sociedades sobre la sociedad, que ya era del 100 por 100.
CONTESTACIÓN
En relación con la cuestión planteada en el escrito de consulta, este Centro directivo informa lo siguiente:
El artículo 108 de la Ley 24/1988, de 28 de julio, del Mercado de Valores (BOE de 29 de julio de 1988) –en adelante, LMV–,
determina lo siguiente en sus apartados 1 y 2.a), párrafo primero:
«1. La transmisión de valores, admitidos o no a negociación en un mercado secundario oficial, estará exenta del Impuesto
sobre el Valor Añadido y del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados.2. Quedan
exceptuadas de lo dispuesto en el apartado anterior las transmisiones realizadas en el mercado secundario, así como las
adquisiciones en los mercados primarios como consecuencia del ejercicio de los derechos de suscripción preferente y de
conversión de obligaciones en acciones o mediante cualquier otra forma, de valores, y tributarán por la modalidad de
transmisiones patrimoniales onerosas del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados
como transmisiones onerosas de bienes inmuebles, en los siguientes supuestos: a) Cuando los valores o participaciones
transmitidos o adquiridos representen partes alícuotas del capital social o patrimonio de sociedades, fondos, asociaciones y
otras entidades cuyo activo esté constituido al menos en un 50 por 100 por inmuebles situados en territorio español, o en
cuyo activo se incluyan valores que le permitan ejercer el control en otra entidad cuyo activo esté integrado al menos en un
50 por 100 por inmuebles radicados en España, siempre que, como resultado de dicha transmisión o adquisición, el adqui­
rente obtenga una posición tal que le permita ejercer el control sobre esas entidades o, una vez obtenido dicho control,
aumente la cuota de participación en ellas.»
— 67 —
De la aplicación de los requisitos que configuran el hecho imponible del precepto a la operación proyectada por la consultante -para
adquirir el resto de participaciones de la sociedad limitada que ya controla- resulta que concurren las siguientes circunstancias:
La adquisición de las participaciones se realizará mediante transmisión de valores en el mercado secundario.
El activo de la sociedad limitada está constituido al menos en un 50 por 100 por inmuebles situados en territorio español.
La consultante –y adquirente de los valores–, que ya tiene el control de la sociedad limitada cuyas participaciones va a adquirir,
aumentará su control en ella, hasta alcanzar el 100 por 100 del capital social.
Por tanto, concurren todos los requisitos que configuran uno de los supuestos del hecho imponible regulado en el artículo
108.2.a) de la LMV, por lo que la operación descrita deberá tributar por la modalidad de transmisiones patrimoniales onerosas
del ITPAJD como transmisión onerosa de bienes inmuebles.
A este respecto, cabe indicar que es irrelevante que el control que ya tenía la consultante sobre la sociedad limitada se hubiera
tenido desde la constitución de esta o se hubiera adquirido con posterioridad, pues el presupuesto de hecho que configura el
hecho imponible que ahora se grava es el aumento de la cuota de participación en la entidad ya controlada. En este sentido,
debe advertirse que no se produce ningún supuesto de doble tributación por el hecho de que ahora la consultante deba satisfa­
cer el gravamen por la modalidad de transmisiones patrimoniales onerosas correspondiente al aumento del control en la socie­
dad, ya que la base imponible, según prevé el apartado 3.a) del artículo 108 de la LMV, no alcanza al valor total de los
inmuebles de la sociedad limitada, sino que es proporcional al porcentaje en el que aumentará la cuota de participación, y la
consultante no tributó en su adquisición inicial por ese porcentaje que ahora adquirirá.
Por último, cabe añadir que, en el supuesto de que una entidad que aumente la cuota de participación en otra entidad cuyo
activo esté constituido al menos en un 50 por 100 por inmuebles situados en territorio español de la que ya tenía el control, si
cuando adquirió tal control, por aplicación de la normativa vigente en ese momento, ya tributó por dicha adquisición por la
modalidad de transmisiones patrimoniales onerosas del ITPAJD como transmisión patrimonial onerosa de bienes inmuebles
por el valor total de estos, ya no deberá tributar ahora por el aumento de la participación porque en aquel momento ya tributó
por la adquisición de la totalidad de los inmuebles.
CONCLUSIONES
Primera: La adquisición de valores por una entidad mediante los que se produzca el aumento de su cuota de participación en
otra entidad cuyo activo está constituido al menos en un 50 por 100 por inmuebles situados en territorio español, de la que la
adquirente ya tenía el control, está sujeta a la modalidad de transmisiones patrimoniales onerosas del ITPAJD como transmi­
sión patrimonial onerosa de bienes inmuebles, y debe tributar en atención al porcentaje en el que aumente la cuota de partici­
pación.
Segunda: No obstante lo anterior, si la entidad adquirente, por aplicación de la normativa vigente, ya tributó en el momento de
la adquisición del control como transmisión patrimonial onerosa de bienes inmuebles por el importe total del valor de los in­
muebles del activo de la entidad cuyo control adquirió, el aumento posterior de su cuota de participación en dicha entidad ya no
deberá tributar como transmisión patrimonial onerosa de bienes inmuebles, pues en el momento inicial ya tributó por el valor
total de los inmuebles.
Lo que comunico a Vd. con efectos vinculantes, conforme a lo dispuesto en el apartado 1 del artículo 89 de la Ley 58/2003, de
17 de diciembre, General Tributaria.
18
LEY 41/2007, de 7 de diciembre, por la que se modifica la Ley 2/1981, de 25 de marzo, de Regulación del Mercado Hipote­
cario y otras normas del sistema hipotecario y financiero, de regulación de las hipotecas inversas y el seguro de dependencia y
por la que se establece determinada norma tributaria
(…)
Artículo 13. Modificación de la Ley 2/1994, de 30 de marzo, de subrogación y modificación de préstamos hipotecarios.
1. El artículo 2 de la Ley 2/1994, de 30 de marzo, de subrogación y modificación de préstamos hipotecarios, queda redactado
en los siguientes términos:
«El deudor podrá subrogar a otra entidad financiera de las mencionadas en el artículo anterior sin el consentimiento de la
entidad acreedora, cuando para pagar la deuda haya tomado prestado el dinero de aquélla por escritura pública, haciendo
constar su propósito en ella, conforme a lo dispuesto en el artículo 1.211 del Código Civil.
La entidad que esté dispuesta a subrogarse presentará al deudor una oferta vinculante en la que constarán las condiciones
financieras del nuevo préstamo hipotecario. Cuando sobre la finca exista más de un crédito o préstamo hipotecario inscrito a
favor de la misma entidad acreedora, la nueva entidad deberá subrogarse respecto de todos ellos. La aceptación de la oferta
por el deudor implicará su autorización para que la oferente notifique, por conducto notarial, a la entidad acreedora, su disposi­
ción a subrogarse, y le requiera para que le entregue, en el plazo máximo de siete días naturales, certificación del importe del
débito del deudor por el préstamo o préstamos hipotecarios en que se haya de subrogar.
Entregada la certificación, la entidad acreedora tendrá derecho a enervar la subrogación si, en el plazo de quince días natura­
les, a contar desde la notificación del requerimiento y en respuesta al mismo, comparece ante el mismo Notario que le haya
efectuado la notificación a que se refiere el párrafo anterior y manifiesta, con carácter vinculante, su disposición a formalizar
con el deudor una modificación de las condiciones del préstamo que igualen o mejoren la oferta vinculante. De esta manifesta­
ción se dejará constancia en la propia acta de notificación.
En caso contrario, para que la subrogación surta efectos, bastará que la entidad subrogada declare en la misma escritura
haber pagado a la acreedora la cantidad acreditada por ésta por capital pendiente e intereses y comisiones devengadas y no
satisfechas.
Se incorporará a la escritura un resguardo de la operación bancaria realizada con tal finalidad, en el que se hará indicación
expresa que se efectúa a tal efecto. El Notario autorizante verificará la existencia de dicho documento bancario justificativo del
— 68 —
Instituto de Estudios Fiscales
pago a la entidad acreedora originaria, así como que no se ha producido la enervación a que se refiere el párrafo anterior, a
cuyo fin, la entidad subrogada deberá presentar copia del acta notarial de notificación de la oferta de subrogación de la que
resulte que no se ha producido respuesta alguna con el efecto de enervar la subrogación.
No obstante, si el pago aún no se hubiera efectuado porque la entidad acreedora no hubiese comunicado la cantidad acredita­
da o se negase por cualquier causa a admitir su pago, bastará con que la entidad subrogada la calcule, bajo su responsabilidad
y asumiendo las consecuencias de su error, que no serán repercutibles al deudor, y, tras manifestarlo, deposite dicha suma en
poder del Notario autorizante de la escritura de subrogación, a disposición de la entidad acreedora. A tal fin, el Notario notifi­
cará de oficio a la entidad acreedora, mediante la remisión de copia autorizada de la escritura de subrogación, pudiendo aqué­
lla alegar error en la misma forma, dentro de los ocho días siguientes.
En este caso, y sin perjuicio de que la subrogación surta todos sus efectos, el Juez que fuese competente para entender del
procedimiento de ejecución, a petición de la entidad acreedora o de la entidad subrogada, citará a éstas, dentro del término de
ocho días, a una comparecencia, y, después de oírlas, admitirá los documentos que se presenten, y acordará, dentro de los
tres días, lo que estime procedente. El auto que dicte será apelable en un sólo efecto.»
2. El artículo 4 de la Ley 2/1994, de 30 de marzo, de subrogación y modificación de préstamos hipotecarios, queda redactado
en los siguientes términos:
«Artículo 4. Escritura pública.
1. En la escritura de subrogación sólo se podrá pactar la modificación de las condiciones del tipo de interés, tanto ordinario
como de demora, inicialmente pactado o vigente, así como la alteración del plazo del préstamo, o ambas.
2. Cuando el prestamista sea una de las entidades a que se refiere el artículo 1 de esta Ley, las escrituras públicas de modifi­
cación de préstamos hipotecarios podrán referirse a una o varias de las circunstancias siguientes:
i) La ampliación o reducción de capital.
ii) La alteración del plazo.
iii) Las condiciones del tipo de interés inicialmente pactado o vigente.
iv) El método o sistema de amortización y cualesquiera otras condiciones financieras del préstamo.
v) La prestación o modificación de las garantías personales.
3. Las modificaciones previstas en los apartados anteriores no supondrán, en ningún caso, una alteración o pérdida del rango
de la hipoteca inscrita excepto cuando impliquen un incremento de la cifra de responsabilidad hipotecaria o la ampliación del
plazo del préstamo por este incremento o ampliación.
En estos casos necesitará la aceptación por los titulares de derechos inscritos con rango posterior, de conformidad con la
normativa hipotecaria vigente, para mantener el rango. En ambos supuestos, se harán constar en el Registro mediante nota al
margen de la hipoteca objeto de novación modificativa.
En ningún caso será posible hacerlo cuando conste registralmente petición de información sobre la cantidad pendiente en
ejecución de cargas posteriores.»
Disposición adicional primera. Regulación relativa a la hipoteca inversa.
1. A los efectos de esta Ley, se entenderá por hipoteca inversa el préstamo o crédito garantizado mediante hipoteca sobre un
bien inmueble que constituya la vivienda habitual del solicitante y siempre que cumplan los siguientes requisitos:
a) Que el solicitante y los beneficiarios que este pueda designar sean personas de edad igual o superior a los 65 años o afec­
tadas de dependencia severa o gran dependencia.
b) Que el deudor disponga del importe del préstamo o crédito mediante disposiciones periódicas o únicas.
c) Que la deuda sólo sea exigible por el acreedor y la garantía ejecutable cuando fallezca el prestatario o, si así se estipula en
el contrato, cuando fallezca el último de los beneficiarios.
d) Que la vivienda hipotecada haya sido tasada y asegurada contra daños de acuerdo con los términos y los requisitos que se
establecen en los artículos 7 y 8 de la Ley 2/1981, de 25 de marzo, de Regulación del Mercado Hipotecario.
2. Las hipotecas a que se refiere esta disposición sólo podrán ser concedidas por las entidades de crédito y por las entidades
aseguradoras autorizadas para operar en España, sin perjuicio de los límites, requisitos o condiciones que, a las entidades
aseguradoras, imponga su normativa sectorial.
3. El régimen de transparencia y comercialización de la hipoteca inversa será el establecido por el Ministro de Economía y
Hacienda.
4. En el marco del régimen de transparencia y protección de la clientela, las entidades establecidas en el apartado 2 que
concedan hipotecas inversas deberán suministrar servicios de asesoramiento independiente a los solicitantes de este producto,
teniendo en cuenta la situación financiera del solicitante y los riesgos económicos derivados de la suscripción de este producto.
Dicho asesoramiento independiente deberá llevarse a cabo a través de los mecanismos que determine el Ministro de Econom­
ía y Hacienda. El Ministro de Economía y Hacienda establecerá las condiciones, forma y requisitos para la realización de estas
funciones de asesoramiento.
5. Al fallecimiento del deudor hipotecario sus herederos o, si así se estipula en el contrato, al fallecimiento del último de los
beneficiarios, podrán cancelar el préstamo, en el plazo estipulado, abonando al acreedor hipotecario la totalidad de los débitos
vencidos, con sus intereses, sin que el acreedor pueda exigir compensación alguna por la cancelación.
En caso de que el bien hipotecado haya sido transmitido voluntariamente por el deudor hipotecario, el acreedor podrá declarar
el vencimiento anticipado del préstamo o crédito garantizado, salvo que se proceda a la sustitución de la garantía de manera
suficiente.
— 69 —
6. Cuando se extinga el préstamo o crédito regulado por esta disposición y los herederos del deudor hipotecario decidan no
reembolsar los débitos vencidos, con sus intereses, el acreedor sólo podrá obtener recobro hasta donde alcancen los bienes
de la herencia. A estos efectos no será de aplicación lo dispuesto en el párrafo segundo del artículo 114 de la Ley Hipotecaria.
7. Estarán exentas de la cuota gradual de documentos notariales de la modalidad de actos jurídicos documentados del Im­
puesto sobre Transmisiones y Actos Jurídicos Documentados las escrituras públicas que documenten las operaciones de
constitución, subrogación, novación modificativa y cancelación.
8. Para el cálculo de los honorarios notariales de las escrituras de constitución, subrogación, novación modificativa y cancela­
ción, se aplicarán los aranceles correspondientes a los «Documentos sin cuantía» previstos en el número 1 del Real Decreto
1426/1989, de 17 de noviembre, por el que se aprueba el arancel de los Notarios.
9. Para el cálculo de los honorarios registrales de las escrituras de constitución, subrogación, novación modificativa y cancela­
ción, se aplicarán los aranceles correspondientes al número 2, «Inscripciones», del anexo I del Real Decreto 1427/1989, de 17
de noviembre, por el que se aprueba el arancel de los Registradores de la Propiedad, tomando como base la cifra del capital
pendiente de amortizar, con una reducción del 90 por ciento.
10. Podrán, asimismo, instrumentarse hipotecas inversas sobre cualesquiera otros inmuebles distintos de la vivienda habitual
del solicitante. A estas hipotecas inversas no les serán de aplicación los apartados anteriores de esta disposición.
11. En lo no previsto en esta disposición y su normativa de desarrollo, la hipoteca inversa se regirá por lo dispuesto en la
legislación que en cada caso resulte aplicable.
(…)
Artículo 13. Modificación de la Ley 2/1994, de 30 de marzo, de subrogación y modificación de préstamos hipotecarios.
1. El artículo 2 de la Ley 2/1994, de 30 de marzo, de subrogación y modificación de préstamos hipotecarios, queda redactado
en los siguientes términos:
«El deudor podrá subrogar a otra entidad financiera de las mencionadas en el artículo anterior sin el consentimiento de la
entidad acreedora, cuando para pagar la deuda haya tomado prestado el dinero de aquélla por escritura pública, haciendo
constar su propósito en ella, conforme a lo dispuesto en el artículo 1.211 del Código Civil.
La entidad que esté dispuesta a subrogarse presentará al deudor una oferta vinculante en la que constarán las condiciones
financieras del nuevo préstamo hipotecario. Cuando sobre la finca exista más de un crédito o préstamo hipotecario inscrito a
favor de la misma entidad acreedora, la nueva entidad deberá subrogarse respecto de todos ellos.
La aceptación de la oferta por el deudor implicará su autorización para que la oferente notifique, por conducto notarial, a la
entidad acreedora, su disposición a subrogarse, y le requiera para que le entregue, en el plazo máximo de siete días naturales,
certificación del importe del débito del deudor por el préstamo o préstamos hipotecarios en que se haya de subrogar.
Entregada la certificación, la entidad acreedora tendrá derecho a enervar la subrogación si, en el plazo de quince días natura­
les, a contar desde la notificación del requerimiento y en respuesta al mismo, comparece ante el mismo Notario que le haya
efectuado la notificación a que se refiere el párrafo anterior y manifiesta, con carácter vinculante, su disposición a formalizar
con el deudor una modificación de las condiciones del préstamo que igualen o mejoren la oferta vinculante. De esta manifesta­
ción se dejará constancia en la propia acta de notificación.
En caso contrario, para que la subrogación surta efectos, bastará que la entidad subrogada declare en la misma escritura
haber pagado a la acreedora la cantidad acreditada por ésta por capital pendiente e intereses y comisiones devengadas y no
satisfechas.
Se incorporará a la escritura un resguardo de la operación bancaria realizada con tal finalidad, en el que se hará indicación
expresa que se efectúa a tal efecto. El Notario autorizante verificará la existencia de dicho documento bancario justificativo del
pago a la entidad acreedora originaria, así como que no se ha producido la enervación a que se refiere el párrafo anterior, a
cuyo fin, la entidad subrogada deberá presentar copia del acta notarial de notificación de la oferta de subrogación de la que
resulte que no se ha producido respuesta alguna con el efecto de enervar la subrogación.
No obstante, si el pago aún no se hubiera efectuado porque la entidad acreedora no hubiese comunicado la cantidad acredita­
da o se negase por cualquier causa a admitir su pago, bastará con que la entidad subrogada la calcule, bajo su responsabilidad
y asumiendo las consecuencias de su error, que no serán repercutibles al deudor, y, tras manifestarlo, deposite dicha suma en
poder del Notario autorizante de la escritura de subrogación, a disposición de la entidad acreedora. A tal fin, el Notario notifi­
cará de oficio a la entidad acreedora, mediante la remisión de copia autorizada de la escritura de subrogación, pudiendo aqué­
lla alegar error en la misma forma, dentro de los ocho días siguientes.
En este caso, y sin perjuicio de que la subrogación surta todos sus efectos, el Juez que fuese competente para entender del
procedimiento de ejecución, a petición de la entidad acreedora o de la entidad subrogada, citará a éstas, dentro del término de
ocho días, a una comparecencia, y, después de oírlas, admitirá los documentos que se presenten, y acordará, dentro de los
tres días, lo que estime procedente. El auto que dicte será apelable en un sólo efecto.»
2. El artículo 4 de la Ley 2/1994, de 30 de marzo, de subrogación y modificación de préstamos hipotecarios, queda redactado
en los siguientes términos:
«Artículo 4. Escritura pública.
1. En la escritura de subrogación sólo se podrá pactar la modificación de las condiciones del tipo de interés, tanto ordinario
como de demora, inicialmente pactado o vigente, así como la alteración del plazo del préstamo, o ambas.
2. Cuando el prestamista sea una de las entidades a que se refiere el artículo 1 de esta Ley, las escrituras públicas de modifi­
cación de préstamos hipotecarios podrán referirse a una o varias de las circunstancias siguientes:
i) La ampliación o reducción de capital.
— 70 —
Instituto de Estudios Fiscales
ii) La alteración del plazo.
iii) Las condiciones del tipo de interés inicialmente pactado o vigente.
iv) El método o sistema de amortización y cualesquiera otras condiciones financieras del préstamo.
v) La prestación o modificación de las garantías personales.
3. Las modificaciones previstas en los apartados anteriores no supondrán, en ningún caso, una alteración o pérdida del rango
de la hipoteca inscrita excepto cuando impliquen un incremento de la cifra de responsabilidad hipotecaria o la ampliación del
plazo del préstamo por este incremento o ampliación.
En estos casos necesitará la aceptación por los titulares de derechos inscritos con rango posterior, de conformidad con la
normativa hipotecaria vigente, para mantener el rango. En ambos supuestos, se harán constar en el Registro mediante nota al
margen de la hipoteca objeto de novación modificativa.
En ningún caso será posible hacerlo cuando conste registralmente petición de información sobre la cantidad pendiente en
ejecución de cargas posteriores.
»
Disposición adicional primera. Regulación relativa a la hipoteca inversa.
1. A los efectos de esta Ley, se entenderá por hipoteca inversa el préstamo o crédito garantizado mediante hipoteca sobre un
bien inmueble que constituya la vivienda habitual del solicitante y siempre que cumplan los siguientes requisitos:
a) Que el solicitante y los beneficiarios que este pueda designar sean personas de edad igual o superior a los 65 años o afec­
tadas de dependencia severa o gran dependencia.
b) Que el deudor disponga del importe del préstamo o crédito mediante disposiciones periódicas o únicas.
c) Que la deuda sólo sea exigible por el acreedor y la garantía ejecutable cuando fallezca el prestatario o, si así se estipula en
el contrato, cuando fallezca el último de los beneficiarios.
d) Que la vivienda hipotecada haya sido tasada y asegurada contra daños de acuerdo con los términos y los requisitos que se
establecen en los artículos 7 y 8 de la Ley 2/1981, de 25 de marzo, de Regulación del Mercado Hipotecario.
2. Las hipotecas a que se refiere esta disposición sólo podrán ser concedidas por las entidades de crédito y por las entidades
aseguradoras autorizadas para operar en España, sin perjuicio de los límites, requisitos o condiciones que, a las entidades
aseguradoras, imponga su normativa sectorial.
BOE núm. 294 Sábado 8 diciembre 2007 50605
3. El régimen de transparencia y comercialización de la hipoteca inversa será el establecido por el Ministro de Economía y
Hacienda.
4. En el marco del régimen de transparencia y protección de la clientela, las entidades establecidas en el apartado 2 que
concedan hipotecas inversas deberán suministrar servicios de asesoramiento independiente a los solicitantes de este producto,
teniendo en cuenta la situación financiera del solicitante y los riesgos económicos derivados de la suscripción de este producto.
Dicho asesoramiento independiente deberá llevarse a cabo a través de los mecanismos que determine el Ministro de Econom­
ía y Hacienda. El Ministro de Economía y Hacienda establecerá las condiciones, forma y requisitos para la realización de estas
funciones de asesoramiento.
5. Al fallecimiento del deudor hipotecario sus herederos o, si así se estipula en el contrato, al fallecimiento del último de los
beneficiarios, podrán cancelar el préstamo, en el plazo estipulado, abonando al acreedor hipotecario la totalidad de los débitos
vencidos, con sus intereses, sin que el acreedor pueda exigir compensación alguna por la cancelación.
En caso de que el bien hipotecado haya sido transmitido voluntariamente por el deudor hipotecario, el acreedor podrá declarar
el vencimiento anticipado del préstamo o crédito garantizado, salvo que se proceda a la sustitución de la garantía de manera
suficiente.
6. Cuando se extinga el préstamo o crédito regulado por esta disposición y los herederos del deudor hipotecario decidan no
reembolsar los débitos vencidos, con sus intereses, el acreedor sólo podrá obtener recobro hasta donde alcancen los bienes
de la herencia. A estos efectos no será de aplicación lo dispuesto en el párrafo segundo del artículo 114 de la Ley Hipotecaria.
7. Estarán exentas de la cuota gradual de documentos notariales de la modalidad de actos jurídicos documentados del Im­
puesto sobre Transmisiones y Actos Jurídicos Documentados las escrituras públicas que documenten las operaciones de
constitución, subrogación, novación modificativa y cancelación.
8. Para el cálculo de los honorarios notariales de las escrituras de constitución, subrogación, novación modificativa y cancela­
ción, se aplicarán los aranceles correspondientes a los «Documentos sin cuantía» previstos en el número 1 del Real Decreto
1426/1989, de 17 de noviembre, por el que se aprueba el arancel de los Notarios.
9. Para el cálculo de los honorarios registrales de las escrituras de constitución, subrogación, novación modificativa y cancela­
ción, se aplicarán los aranceles correspondientes al número 2, «Inscripciones», del anexo I del Real Decreto 1427/1989, de 17
de noviembre, por el que se aprueba el arancel de los Registradores de la Propiedad, tomando como base la cifra del capital
pendiente de amortizar, con una reducción del 90 por ciento.
10. Podrán, asimismo, instrumentarse hipotecas inversas sobre cualesquiera otros inmuebles distintos de la vivienda habitual
del solicitante. A estas hipotecas inversas no les serán de aplicación los apartados anteriores de esta disposición.
11. En lo no previsto en esta disposición y su normativa de desarrollo, la hipoteca inversa se regirá por lo dispuesto en la
legislación que en cada caso resulte aplicable.
(…)
— 71 —
Disposición final novena. Carácter básico y títulos competenciales.
1. La presente Ley tendrá el carácter de legislación básica de conformidad con lo dispuesto en el artículo 149.1.11 y 13 de la
Constitución, con excepción del capítulo V, que se dicta, exclusivamente, al amparo del artículo 149.1.8.ª de la Constitución.
2. Además del carácter básico establecido en el apartado anterior, los capítulos II, III y VI, la disposición adicional primera y las
disposiciones finales primera, segunda y tercera, se dictan, asimismo, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 149.1.6.ª
y 8.ª de la Constitución.
Disposición final décima. Entrada en vigor.
La presente Ley entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el «Boletín Oficial del Estado».
19
DIRECTIVA 2008/7/CE DEL CONSEJO, de 12 de febrero de 2008, relativa a los impuestos indirectos que gravan la con­
centración de capitales
EL CONSEJO DE LA UNIÓN EUROPEA
Visto el Tratado constitutivo de la Comunidad Europea y, en particular, sus artículos 93 y 94, Vista la propuesta de la Comisión,
Visto el dictamen del Parlamento Europeo (1), Visto el dictamen del Comité Económico y Social Europeo (2),
Considerando lo siguiente:
1) La Directiva 69/335/CEE del Consejo, de 17 de julio de 1969, relativa a los impuestos indirectos que gravan la concentra­
ción de capitales (3), ha sido sometida a modificaciones importantes en varias ocasiones (4). Dado que han de incorporarse
modificaciones suplementarias, procede la refundición del texto por razones de claridad.
2) Los impuestos indirectos que gravan la concentración de capitales, a saber, el impuesto sobre las aportaciones (impuesto al
que están sometidas las aportaciones a sociedades), el impuesto de timbre sobre valores y el impuesto sobre las operaciones
de reestructuración, con independencia de que dichas operaciones comporten un incremento del capital social, dan lugar a
discriminaciones, doble imposición y disparidades que obstaculizan la libre circulación de los capitales. Lo mismo cabe decir en
relación con otros impuestos indirectos que presenten las mismas características que el impuesto sobre las aportaciones de
capital o el impuesto de timbre sobre valores.
3) En consecuencia, redunda en beneficio del mercado interior armonizar la legislación en materia de impuestos indirectos
sobre la concentración de capitales, a fin de eliminar, en lo posible, los factores que puedan falsear las condiciones de compe­
tencia u obstaculizar la libre circulación de capitales.
4) Los efectos económicos del impuesto sobre las aportaciones son desfavorables para la agrupación y el desarrollo de las
empresas. Estos efectos son particularmente negativos en la coyuntura actual, que exige imperativamente que se dé prioridad
al relanzamiento de las inversiones.
5) La mejor solución para alcanzar estos objetivos consistiría en suprimir el impuesto sobre las aportaciones.
6) Las pérdidas de ingresos que resultarían de la aplicación inmediata de tal medida parecen, no obstante, inaceptables para
los Estados miembros que actualmente aplican el impuesto sobre las aportaciones. Dichos Estados miembros deben, por
consiguiente, tener la posibilidad de continuar sometiendo al impuesto sobre las aportaciones todas o parte de las operaciones
consideradas, entendiéndose que el tipo impositivo aplicado debe ser único en el interior de un mismo Estado miembro. Una
vez que un Estado miembro haya optado por eximir del impuesto sobre las aportaciones la totalidad o parte de las operaciones
comprendidas en el ámbito de aplicación de la presente Directiva, no debe poder volver a imponer dicho gravamen.
7) La idea de un mercado interior supone que la aplicación a los capitales, concentrados en el ámbito de una sociedad, de un
impuesto sobre la concentración de capitales no pueda producirse más de una vez en el seno del mercado interior. En conse­
cuencia, si el Estado miembro que tenga atribuida la potestad tributaria no recauda el impuesto sobre las aportaciones respecto
de algunas o la totalidad de las operaciones sujetas a lo dispuesto en la presente Directiva, ningún otro Estado miembro debe
ejercer la potestad tributaria en relación con las citadas operaciones.
8) Procede mantener condiciones estrictas en aquellos casos en que los Estados miembros sigan recaudando el impuesto
sobre las aportaciones, en particular por lo que respecta a las exenciones y reducciones.
9) Al margen del impuesto sobre las aportaciones, no debe recaudarse impuesto indirecto alguno sobre la concentración de
capitales. En particular, no debe percibirse impuesto de timbre alguno sobre los títulos valores, sean estos representativos del
capital propio o ajeno de la sociedad.
10) La lista de sociedades de capital establecida en la Directiva 69/335/CEE es incompleta y requiere, por tanto, una adaptación.
11) Dado que los objetivos de la presente Directiva no pueden ser alcanzados de manera suficiente por los Estados miembros
y, por consiguiente, pueden lograrse mejor a nivel comunitario, la Comunidad puede adoptar medidas, de acuerdo con el prin­
cipio de subsidiariedad consagrado en el artículo 5 del Tratado. De conformidad con el principio de proporcionalidad enunciado
en dicho artículo, la presente Directiva no excede de lo necesario para alcanzar estos objetivos.
12) La obligación de incorporar la presente Directiva al Derecho nacional debe limitarse a las disposiciones que constituyen
una modificación de fondo respecto de las Directivas anteriores. La obligación de transponer las disposiciones inalteradas se
deriva de las Directivas anteriores.
13) La presente Directiva no debe afectar a las obligaciones de los Estados miembros relativas a los plazos de transposición
de las Directivas al Derecho nacional, establecidos en el anexo II, parte B.
14) Habida cuenta de los efectos perjudiciales del impuesto sobre las aportaciones, la Comisión informará cada tres años
sobre la aplicación de la presente Directiva con vistas a la derogación de dicho impuesto.
HA ADOPTADO LA PRESENTE DIRECTIVA:
CAPÍTULO I
— 72 —
Instituto de Estudios Fiscales
OBJETO Y ÁMBITO DE APLICACIÓN
Artículo 1
Objeto
La presente Directiva regula la percepción de impuestos indirectos en relación con lo siguiente: a) Aportaciones de capital a las sociedades de capital. b) Operaciones de reestructuración que afecten a sociedades de capital. c) Emisión de determinados valores y obligaciones. Artículo 2
Sociedad de capital
1. A los efectos de la presente Directiva se entenderá por sociedad de capital:
a) toda sociedad que adopte una de las formas enumeradas en el anexo I.
b) toda sociedad, asociación o persona jurídica cuyas partes representativas del capital o del patrimonio social puedan ser
negociadas en bolsa.
c) toda sociedad, asociación o persona jurídica que persiga fines lucrativos, cuyos miembros tengan derecho a transmitir, sin
previa autorización, sus partes en la sociedad a terceros y solo sean responsables de las deudas de la sociedad, asociación o
persona jurídica por el importe de su participación.
2. A los efectos de la presente Directiva, se asimilarán a las sociedades de capital cualesquiera otras sociedades, asociacio­
nes o personas jurídicas que persigan fines lucrativos.
Artículo 3
Aportaciones de capital
A efectos de la presente Directiva y sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 4, tendrán la consideración de «aportaciones de capital» las siguientes operaciones: a) La constitución de una sociedad de capital. b) La transformación en una sociedad de capital de una sociedad, asociación o persona jurídica que no sea una sociedad de capital.
c) El aumento del capital social de una sociedad de capital mediante la aportación de bienes de cualquier naturaleza. d) El incremento del patrimonio social de una sociedad de capital mediante la aportación de bienes de cualquier naturaleza, en contrapartida, no de partes representativas del capital o del patrimonio social, sino de derechos de la misma naturaleza que los de los socios, tales como el derecho de voto, o de participación en beneficios o en el remanente en caso de liquidación. e) El traslado, de un tercer país a un Estado miembro, de la sede de dirección efectiva de una sociedad de capital cuyo domici­
lio social se encuentre en un tercer país. f) El traslado, de un tercer país a un Estado miembro, del domicilio social de una sociedad de capital que tenga su sede de dirección efectiva en un tercer país. g) El aumento del capital social de una sociedad de capital mediante la capitalización de beneficios o de reservas permanentes o provisionales.
h) El incremento del patrimonio social de una sociedad de capital, por medio de prestaciones efectuadas por un socio, que no
suponga un aumento del capital social, pero que dé lugar a una modificación de los derechos sociales o pueda aumentar el
valor de las partes sociales.
i) El préstamo que contrate una sociedad de capital, si el acreedor tuviere derecho a una cuota-parte de los beneficios de la
sociedad.
j) El préstamo que contrate una sociedad de capital con un socio, con el cónyuge o con un hijo de un socio, así como el contra­
tado con un tercero, cuando esté garantizado por un socio, a condición de que el préstamo cumpla la misma función que un
aumento del capital social.
Artículo 4
Operaciones de reestructuración
1. A efectos de la presente Directiva, no tendrán la consideración de aportaciones de capital las siguientes «operaciones de
reestructuración»:
a) La transmisión, por una o varias sociedades de capital, de la totalidad de su patrimonio, o de una o más ramas de su activi­
dad, a una o más sociedades de capital en vías de constitución o ya existentes, siempre que la contrapartida de dicha transmi­
sión consista, al menos parcialmente, en valores representativos del capital de la sociedad adquirente.
b) La adquisición, por una sociedad de capital en vías de constitución o ya existente, de participaciones que representen la
mayoría de los derechos de voto de otra sociedad de capital, siempre que la contrapartida de las participaciones adquiridas
consista, al menos parcialmente, en valores representativos del capital de la primera de dichas sociedades. En caso de que la
mayoría de los derechos de voto se alcance mediante dos o más operaciones, solo se considerarán operaciones de reestructu­
ración la operación por la que se alcance la mayoría de los derechos de voto y las operaciones subsiguientes.
2. «Operaciones de reestructuración»: incluirá asimismo la transferencia a una sociedad de capital de todo el patrimonio de
otra sociedad de capital que pertenezca totalmente a la primera sociedad.
— 73 —
CAPÍTULO II
DISPOSICIONES GENERALES
Artículo 5
Operaciones no sujetas a impuestos indirectos
1. Los Estados miembros no someterán a las sociedades de capital a ninguna forma de imposición indirecta en lo que respec­
ta a lo siguiente: a) Aportaciones de capital. b) Préstamos o prestaciones efectuadas en el ámbito de aportaciones de capital. c) Inscripción en el registro o cualquier otra formalidad previa al ejercicio de una actividad, a que las sociedades de capital puedan estar sometidas por razón de su forma jurídica. d) Modificación de la escritura de constitución o de los estatutos de una sociedad de capital y, en particular lo siguiente:
i) La transformación de una sociedad de capital en una sociedad de capital de tipo diferente.
ii) El traslado, de un Estado miembro a otro Estado miembro, de la sede de dirección efectiva o del domicilio social de una
sociedad de capital. iii) El cambio del objeto social de una sociedad de capital.
iv) La prórroga del plazo de duración de una sociedad de capital. e) Operaciones de reestructuración a que se refiere el artículo 4.
2. Los Estados miembros no someterán lo siguiente a ninguna forma de imposición indirecta:
a) La creación, la emisión, la admisión a cotización en bolsa, la puesta en circulación o la negociación de acciones, participaciones
u otros valores de la misma naturaleza, así como de los certificados representativos de esos valores, sea quien fuere el emisor.
b) Los empréstitos, incluidos los públicos, contratados en forma de emisión de obligaciones u otros valores negociables, sea
quien fuere el emisor, y todas las formalidades a ellos relativas, así como la creación, emisión, admisión a cotización en bolsa,
puesta en circulación o negociación de esas obligaciones u otros valores negociables.
Artículo 6
Derechos e impuesto sobre el valor añadido
1. No obstante lo dispuesto en el artículo 5, los Estados miembros podrán percibir los siguientes derechos e impuestos: a) Impuestos sobre la transmisión de valores mobiliarios, aplicando un tipo uniforme o no.
b) Impuestos sobre las transmisiones, incluidos los derechos de inscripción en el Registro de la Propiedad, que graven las
aportaciones, a una sociedad de capital, de bienes inmuebles o de fondos de comercio situados en su territorio.
c) Impuestos sobre las transmisiones que graven los bienes de cualquier naturaleza que se aporten a una sociedad de capital,
en la medida en que la transmisión de esos bienes tenga una contrapartida que no sean participaciones sociales.
d) Impuestos que graven la constitución, inscripción o cancelación de privilegios e hipotecas. e) Derechos que tengan un carácter remunerativo.
f) El impuesto sobre el valor añadido. 2. La cuota percibida en concepto de los derechos e impuestos enunciados en el apartado 1, letras b) a e), no variará en función de que la sede de dirección efectiva o el domicilio social de la sociedad de capital se encuentre o no en el territorio del
Estado miembro que perciba dichos derechos o impuestos. Esas cuotas no podrán ser superiores a las de los derechos e impuestos que sean aplicables a operaciones similares en el Estado miembro que los perciba. CAPÍTULO III
DISPOSICIONES ESPECIALES
Artículo 7
Recaudación del impuesto sobre las aportaciones en determinados Estados miembros
1. Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 5, apartado 1, letra a), los Estados miembros que, a 1 de enero de 2006, sometie­
sen a las sociedades de capital al impuesto sobre las aportaciones de capital (en lo sucesivo, «el impuesto sobre las aportacio­
nes»), podrán continuar haciéndolo, siempre que se ajuste a lo dispuesto en los artículos 8 a 14.
2. Si, con posterioridad al 1 de enero de 2006, un Estado miembro deja, en cualquier momento, de aplicar el impuesto sobre
las aportaciones, no podrá reinstaurarlo.
3. Si, con posterioridad al 1 de enero de 2006, un Estado miembro deja, en cualquier momento, de aplicar el impuesto sobre
las aportaciones a las aportaciones de capital a que se refiere el artículo 3, letras g) a j), no podrá reinstaurar el citado impuesto
respecto de tales aportaciones de capital, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 10, apartado 2.
4. Si, con posterioridad al 1 de enero de 2006, un Estado miembro deja, en cualquier momento, de aplicar el impuesto sobre
las aportaciones a la aportación de inmovilizado o de capital circulante a una sucursal, no podrá reinstaurar el citado impuesto
respecto de las aportaciones de capital consideradas, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 10, apartado 4.
5. Si, con posterioridad al 1 de enero de 2006, un Estado miembro establece, en cualquier momento, excepciones, al amparo
del artículo 13, no podrá volver a someter las aportaciones de capital consideradas al impuesto sobre las aportaciones.
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Instituto de Estudios Fiscales
Artículo 8
Tipo del impuesto sobre las aportaciones
1. El impuesto sobre las aportaciones tendrá un único tipo de gravamen.
2. El tipo del impuesto sobre las aportaciones que aplique un Estado miembro no podrá ser superior al aplicado por ese mismo
Estado miembro a 1 de enero de 2006.
Si, con posterioridad a dicha fecha, el Estado miembro reduce el tipo aplicado, no podrá reinstaurar un tipo más elevado. 3. El tipo del impuesto sobre las aportaciones no podrá en ningún caso sobrepasar el 1 por 100.
Artículo 9
Exclusión de determinadas entidades del ámbito de aplicación
A efectos de la percepción del impuesto sobre las aportaciones, los Estados miembros podrán optar por no considerar socie­
dades de capital las entidades a que se refiere el artículo 2, apartado 2.
Artículo 10
Operaciones sujetas al impuesto sobre las aportaciones y reparto de la potestad tributaria
1. Cuando, conforme a lo dispuesto en el artículo 7, apartado 1, un Estado miembro mantenga la aplicación del impuesto
sobre las aportaciones, someterá a dicho impuesto las aportaciones de capital a que se refiere el artículo 3, letras a) a d), si la
sede de dirección efectiva de la sociedad de capital está situada en dicho Estado miembro en el momento en que se realice la
aportación de capital.
El citado Estado miembro someterá asimismo al impuesto sobre las aportaciones las aportaciones de capital a que se refiere el
artículo 3, letras e) y f).
2. Cuando un Estado miembro mantenga la aplicación del impuesto sobre las aportaciones, podrá someter a dicho impuesto
las aportaciones de capital a que se refiere el artículo 3, letras g) a j), si la sede de dirección efectiva de la sociedad de capital
está situada en dicho Estado miembro en el momento en que se realice la aportación de capital.
3. Cuando la sede de dirección efectiva de una sociedad de capital se encuentre en un tercer país y su domicilio social en un
Estado miembro que mantenga la aplicación del impuesto sobre las aportaciones, las aportaciones de capital estarán sujetas al
impuesto sobre las aportaciones en ese Estado miembro.
4. Cuando el domicilio social y la sede de dirección efectiva de una sociedad de capital se encuentren en un tercer país, la
aportación de inmovilizado o de capital circulante a una sucursal situada en un Estado miembro que mantenga la aplicación del
impuesto sobre las aportaciones podrá estar sujeta al impuesto sobre las aportaciones en ese Estado miembro.
Artículo 11
Base imponible del impuesto sobre las aportaciones
1. En el caso de las aportaciones de capital a que se refiere el artículo 3, letras a), c) y d), la base imponible del impuesto
sobre las aportaciones estará constituida por el valor real de los bienes de cualquier naturaleza, aportados por los socios o que
estos deban aportar, previa deducción de las obligaciones asumidas y de los gastos soportados por la sociedad a consecuen­
cia de cada aportación.
El pago del impuesto sobre las aportaciones podrá diferirse hasta el momento en que estas se efectúen.
2. En el caso de las aportaciones de capital a que se refiere el artículo 3, letras b), e) y f), la base imponible del impuesto sobre
las aportaciones estará constituida por el valor real de los bienes de cualquier naturaleza que pertenezcan a la sociedad en el
momento de la transformación o del traslado, previa deducción de las obligaciones y cargas que pesen sobre ella en este
momento.
3. En el caso de las aportaciones de capital a que se refiere el artículo 3, letra g), la base imponible del impuesto sobre las
aportaciones estará constituida por el importe nominal del aumento.
4. En el caso de las aportaciones de capital a que se refiere el artículo 3, letra h), la base imponible del impuesto sobre las
aportaciones estará constituida por el valor real de las prestaciones efectuadas, previa deducción de las obligaciones asumidas
y de los gastos soportados por la sociedad debido a esas prestaciones.
5. En el caso de las aportaciones de capital a que se refiere el artículo 3, letras i) y j), la base imponible del impuesto sobre las
aportaciones estará constituida por el importe nominal del préstamo contratado.
6. En los casos contemplados en los apartados 1 y 2, podrá utilizarse como base imponible del impuesto sobre las aportacio­
nes, el valor real de las participaciones sociales atribuidas o pertenecientes a cada socio, salvo cuando solo deban efectuarse
aportaciones en efectivo.
El importe sobre el cual se liquide el impuesto no podrá en ningún caso ser inferior al importe nominal de las participaciones
sociales atribuidas o pertenecientes a cada socio.
Artículo 12
Exclusión de la base imponible del impuesto sobre las aportaciones
1. En caso de aumento de capital social, la base imponible del impuesto sobre las aportaciones no incluirá lo siguiente:
a) El importe de aquellos activos de la sociedad de capital que se afecten al aumento del capital social y que hubieren ya sido
sometidos al impuesto sobre las aportaciones.
b) El importe de los préstamos contratados por la sociedad de capital que se conviertan en partes sociales y que hubieren ya
sido sometidos al impuesto sobre las aportaciones.
— 75 —
2. Los Estados miembros podrán excluir de la base imponible del impuesto sobre las aportaciones el importe de las aportacio­
nes de los socios que respondan ilimitadamente de las obligaciones de una sociedad de capital, así como la cuota-parte de
dicho socio en el patrimonio social.
Si un Estado miembro hace uso de la citada facultad, cualquier operación por la que la responsabilidad de un socio esté limitada a
su participación en el capital social, en particular cuando la limitación de la responsabilidad sea el resultado de la transformación de
la sociedad de capital en una sociedad de capital de tipo diferente, estará sujeta al impuesto sobre las aportaciones.
En todos estos casos el impuesto sobre las aportaciones se liquidará sobre el valor de la cuota-parte que, en el patrimonio
social, pertenezca a los socios ilimitadamente responsables de las obligaciones de la sociedad de capital.
3. En el caso de una aportación de capital según lo previsto en el artículo 3, letra c), que siga a una reducción de capital social
efectuada con motivo de pérdidas sufridas, la parte de la aportación de capital correspondiente a la reducción de capital podrá
excluirse de la base imponible, con la condición de que dicha aportación de capital se produzca dentro de los cuatro años
siguientes a la reducción del capital.
Artículo 13
Exención de las aportaciones de capital a determinadas sociedades de capital
Los Estados miembros podrán eximir del impuesto sobre las aportaciones de capital efectuadas a las siguientes sociedades:
a) Las sociedades de capital que proporcionen servicios de utilidad pública, como las empresas de transporte público, las
empresas portuarias o las de suministro de agua, gas o electricidad, en el caso de que el Estado u otros entes públicos territo­
riales posean al menos la mitad del capital social.
b) Las sociedades de capital que, conforme a sus estatutos y en la práctica, persigan única y directamente fines culturales,
sociales, de asistencia o educativos. Los Estados miembros que eximan las citadas aportaciones de capital del impuesto sobre las aportaciones aplicarán asimismo
tal exención a la aportación de inmovilizado o de capital circulante a una sucursal que esté situada en su territorio, según lo
previsto en el artículo 10, apartado 4. Artículo 14
Procedimiento de excepción
Ciertas categorías de aportaciones de capital o de sociedades de capital podrán ser objeto de exenciones o de reducciones
de los tipos por motivos de equidad fiscal o de orden social, o para permitir a un Estado miembro hacer frente a situaciones
especiales.
El Estado miembro que se proponga tomar medidas de esta naturaleza someterá la cuestión a la Comisión con la suficiente
antelación y a efectos de la aplicación del artículo 97 del Tratado.
CAPÍTULO IV
DISPOSICIONES FINALES
Artículo 15
Transposición
1. Los Estados miembros pondrán en vigor las disposiciones legales, reglamentarias y administrativas necesarias para dar
cumplimiento a lo dispuesto en los artículos 3, 4, 5, 7, 8, 12, 13 y 14, el 31 de diciembre de 2008 a más tardar. Comunicarán
inmediatamente a la Comisión el texto de dichas disposiciones, así como una tabla de correspondencias entre las mismas y la
presente Directiva.
Cuando los Estados miembros adopten dichas disposiciones, estas harán referencia a la presente Directiva o irán acompaña­
das de dicha referencia en su publicación oficial. Incluirán igualmente una mención en la que se precise que las referencias
hechas, en las disposiciones legales, reglamentarias y administrativas vigentes, a las Directivas derogadas por la presente
Directiva se entenderán hechas a la presente Directiva. Los Estados miembros establecerán las modalidades de dicha referen­
cia y el modo en que se formule la mención.
2. Los Estados miembros comunicarán a la Comisión el texto de las disposiciones básicas de Derecho interno que adopten en
el ámbito regulado por la presente Directiva.
Artículo 16
Derogación
Queda derogada la Directiva 69/355/CEE, modificada por las Directivas enumeradas en la parte A del anexo II, con efectos a
partir del 1 de enero de 2009, sin perjuicio de las obligaciones de los Estados miembros en relación con los plazos de transpo­
sición posición al Derecho interno de las Directivas que figuran en la parte B del anexo II.
Las referencias a la Directiva derogada se entenderán hechas a la presente Directiva con arreglo a la tabla de corresponden­
cias que figura en el anexo III.
Artículo 17
Revisión
La Comisión informará al Consejo cada tres años sobre la aplicación de la presente Directiva, en especial con vistas a la dero­
gación del impuesto sobre las aportaciones. Para ayudar a la Comisión en dicha revisión, los Estados miembros le facilitarán
información relativa a los ingresos procedentes del impuesto sobre las aportaciones.
— 76 —
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Artículo 18
Entrada en vigor
La presente Directiva entrará en vigor a los veinte días de su publicación en el Diario Oficial de la Unión Europea.
Los artículos 1, 2, 6, 9, 10 y 11 serán de aplicación a partir del 1 de enero de 2009.
Artículo 19
Destinatarios
Los destinatarios de la presente Directiva son los Estados miembros.
Hecho en Bruselas, el 12 de febrero de 2008.
20
DIRECTIVA DEL CONSEJO, de 17 de julio de 1969, relativa a los impuestos indirectos que gravan la concentración de
capitales (69/335/CEE )
EL CONSEJO DE LAS COMUNIDADES EUROPEAS,
Visto el Tratado constitutivo de la Comunidad Económica Europea y , en particular , sus artículos 99 y 100.
Vista la propuesta de la Comisión. Visto el dictamen del Parlamento Europeo (1).
Visto el dictamen del Comité económico y social (2). Considerando que el objetivo del Tratado es el de crear una unión económica que tenga características análogas a las de un
mercado interior y que una de las condiciones fundamentales para llegar a ello es la de promover la libre circulación de capitales.
Considerando que los impuestos indirectos actualmente en vigor en los Estados miembros que gravan la concentración de
capitales, a saber, el impuesto al que están sometidos las aportaciones a sociedades y el impuesto de timbre sobre los títulos,
dan lugar a discriminaciones, doble imposición y disparidades que obstaculizan la libre circulación de los capitales y que deben,
consecuentemente, ser eliminados por la vía de la armonización.
Considerando que la armonización de tales impuestos que gravan la concentración de capitales debe concebirse de tal manera
que las repercusiones presupuestarias para los Estados miembros se reduzcan al mínimo.
Considerando que la percepción de un impuesto de timbre por un Estado miembro sobre los títulos de los demás Estados
miembros introducidos en o emitidos sobre su territorio es contraria a la idea de un mercado común que tenga las característi­
cas de un mercado interior; que ha resultado evidente, además, que el mantenimiento del impuesto de timbre sobre la emisión
de títulos nacionales de préstamo, así como la introducción en o emisión sobre el mercado de un Estado miembro de títulos
extranjeros no es deseable desde el punto de vista económico y se aparta, además, de la orientación seguida por el derecho
fiscal de los Estados miembros en esta materia.
Considerando que en estas condiciones conviene suprimir el impuesto de timbre sobre los títulos, sean éstos representativos
de capitales propios de sociedades o de capitales prestados, y cualquiera que sea su procedencia.
Considerando que la idea de un mercado común que tenga las características de un mercado interior supone que la aplicación
a los capitales, concentrados en el ámbito de una sociedad, del impuesto sobre la concentración de capitales sólo pueda pro­
ducirse una vez en el seno del mercado común y que esta imposición, con el fin de no perturbar la circulación de capitales
debiera ser igual en todos los Estados miembros.
Considerando, por tanto, que es conveniente proceder a una armonización de este impuesto, tanto en lo referente a su estruc­
tura como a sus tipos.
Considerando que el mantenimiento de otros impuestos indirectos que presenten las mismas características que el impuesto
sobre las aportaciones de capital o el impuesto de timbre sobre los títulos, corre el riesgo de poner en peligro los fines perse­
guidos por las medidas previstas en la presente Directiva y que, en consecuencia, su supresión se impone.
HA ADOPTADO LA PRESENTE DIRECTIVA:
Artículo 1
Los Estados miembros percibirán un impuesto sobre las aportaciones de capital a las sociedades , armonizado conforme a las
disposiciones de los artículos 2 al 9 y denominado en lo sucesivo derecho de aportación.
Artículo 2
1. Las operaciones sometidas al impuesto sobre las aportaciones serán imponibles únicamente en el Estado miembro en cuyo
territorio se encuentre la sede de la dirección efectiva de la sociedad de capital en el momento en que se realicen estas opera­
ciones.
2. Cuando la sede de la dirección efectiva de una sociedad de capital se encuentre en un tercer país y su domicilio social en
un Estado miembro , las operaciones sujetas al impuesto sobre las aportaciones serán gravables en el Estado miembro en que
se encuentre el domicilio social.
3. Cuando el domicilio social y la sede de la dirección efectiva de una sociedad de capital se encuentren en un tercer país , la
aportación de capitales fijos o de trabajo a una sucursal situada en un Estado miembro podrá estar sujeta al impuesto en el
Estado miembro en cuyo territorio la sucursal esté situada.
Artículo 3
1. A los efectos de la presente Directiva se entenderá por sociedad de capital:
— 77 —
a) Las sociedades de derecho belga , alemán , francés , italiano , luxemburgués y holandés denominadas , respectivamente:
— Société anonyme/naamloze vennootschap, Aktiengesellschaft, société anonyme, società per azioni, société anonyme,
naamloze vennootschap.
— Société en commandite par actions/commanditaire vennootschap op aandelen, Kommanditgesellschaft auf Aktien, socié­
té en commandite par actions, società in accomandita per azioni, société en commandite par actions, commanditaire
vennootschap op aandelen.
— Société de personnes à responsabilité limitée/personenvennootschap met beperkte aansprakelijkheid, Gesellschaft mit
beschraenkter Haftung, société à responsabilité limitée, società a responsabilità limitata, société à responsabilité limitée.
b) Toda sociedad, asociación o persona moral cuyas partes representativas del capital o del patrimonio social puedan ser
negociadas en bolsa.
c) Toda sociedad, asociación o persona moral que persiga fines lucrativos, cuyo miembros tengan derecho a transmitir sin
previa autorización sus partes en la sociedad a terceros y sólo sean responsables de las deudas de la sociedad, asociación o
persona moral por el importe de su participación.
2. A los efectos de la aplicación de la presente Directiva, se asimilarán a las sociedades de capital cualesquiera otras socieda­
des, asociaciones o personas morales que persigan fines lucrativos. Sin embargo, un Estado miembro podrá no considerarlas
como tales para la percepción del impuesto sobre las aportaciones.
Artículo 4
1. Estarán sujetas al impuesto sobre las aportaciones las siguientes operaciones.
a) La constitución de una sociedad de capital.
b) La transformación en una sociedad de capital de una sociedad, asociación o persona moral que no sea una sociedad de capital.
c) El aumento del capital social de una sociedad de capital mediante la aportación de bienes de cualquier naturaleza.
d) El incremento del patrimonio social de una sociedad de capital mediante la aportación de bienes de cualquier naturaleza, en
contrapartida no de partes representativas del capital o del patrimonio social, sino de derechos de la misma naturaleza que los
socios, tales como el derecho de voto, o de participación en beneficios o en el remanente en caso de liquidación.
e) El traslado de un tercer país a un Estado miembro de la sede de la dirección efectiva de una sociedad , asociación o perso­
na moral cuyo domicilio social se encuentre en un tercer país y que sea considerada, a efectos de percepción del impuesto
sobre las aportaciones, como sociedad de capitales en tal Estado miembro.
f) El traslado de un tercer país a un Estado miembro del domicilio social de una sociedad, asociación o persona moral que
tenga la sede de su dirección efectiva en un país tercero y que esté considerada, a efectos de la percepción del impuesto sobre
las aportaciones, como una sociedad de capital en tal Estado miembro.
g) El traslado de un Estado miembro a otro Estado miembro de la sede de la dirección efectiva de una sociedad, asociación o
persona moral que esté considerada, a efectos de la percepción del impuesto sobre las aportaciones, como sociedad de capital
en este último Estado miembro, aunque no lo esté en el otro Estado miembro.
h) El traslado de un Estado miembro a otro Estado miembro del domicilio social de una sociedad, asociación o persona moral
que tenga la sede de su dirección efectiva en un tercer país, y que esté considerada, a efectos de la percepción del impuesto
sobre las aportaciones, como sociedad de capital en este último Estado miembro, no estándolo en el otro Estado miembro.
2. Podrán estar sujetas al impuesto sobre las aportaciones las operaciones siguientes.
a) El aumento del capital social de una sociedad de capital mediante la capitalización de beneficios o reservas permanentes o
provisionales.
b) El incremento del patrimonio social de una sociedad de capital por medio de prestaciones efectuadas por un socio que no
supongan un aumento del capital social, sino que o tengan como contrapartida una modificación de los derechos sociales o
bien puedan aumentar el valor de las partes sociales.
c) El empréstito que contrate una sociedad de capital, si el acreedor tuviere derecho a una cuota-parte de los beneficios de la
sociedad.
d) Del empréstito que contrate una sociedad de capital con un socio, con el cónyuge o con un hijo de un socio así como el
contratado con un tercero, cuando esté garantizado por un socio, a condición de que el empréstito cumpla la misma función
que un aumento del capital social.
3. A los efectos de la letra a) del apartado 1 no se considerará constitución la modificación de la escritura de constitución o de
los estatutos de una sociedad de capital y, en particular.
a) La transformación de una sociedad de capital en una sociedad de capital de tipo diferente.
b) El traslado de un Estado miembro a otro Estado miembro de la sede de la dirección efectiva o del domicilio social de una
sociedad, asociación o persona moral, que esté considerada, a efectos de la percepción del impuesto sobre las aportaciones,
como sociedad de capital en cada uno de tales Estados miembros. c) El cambio del objeto social de una sociedad de capital.
d) La prórroga del plazo de duración de una sociedad de capital.
Artículo 5
1. Se liquidará el impuesto:
a) En el caso de constitución de una sociedad de capital, de aumento de su capital social o de aumento de su patrimonio
social, operaciones señaladas en las letras a), c) y d) del apartado 1 del artículo 4; sobre el valor real de los bienes de cualquier
— 78 —
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naturaleza, aportados o que deban aportarse por los asociados, previa deducción de las obligaciones asumidas y de los gastos
soportados por la sociedad a consecuencia de cada aportación; los Estados miembros tendrán la facultad de diferir la obliga­
ción de pago del impuesto sobre las aportaciones hasta el momento en que éstas se efectúen.
b) En el caso de transformación en sociedad de capital o de traslado de la sede de la dirección efectiva o del domicilio social
de una sociedad de capital, operaciones señaladas en las letras b), e), f), g) y h) del apartado 1 del artículo 4: sobre el valor
real de los bienes de cualquier naturaleza que pertenezcan a la sociedad en el momento de la transformación o del traslado,
previa deducción de las obligaciones y cargas que pesen sobre ella en este momento.
c) En el caso de aumento del capital social por capitalización de beneficios, de reservas permanentes o provisionales, señala­
das en la letra a) del apartado 2 del artículo 4: sobre el importe nominal de tal aumento.
d) En el caso de aumento del patrimonio social señalado en la letra b) del apartado 2 del artículo 4: sobre el valor real de las
prestaciones efectuadas, previa deducción de las obligaciones asumidas y de los gastos soportados por la sociedad debido a
esas prestaciones.
e) En el caso de empréstitos señalados en las letras c) y d) del apartado 2 del artículo 4: sobre el importe nominal del emprés­
tito contratado.
2. En los casos señalados en las letras a), b) y c) del apartado 1, el importe sobre el que se liquide el impuesto no podrá sin
embargo, ser inferior al valor real de las partes sociales atribuidos o que pertenezcan a cada socio, o bien al importe nominal
de estas partes sociales, si éste último es superior a su valor real.
3. El importe sobre el que se liquide el impuesto en caso de aumento de capital social no comprenderá.
— El importe de aquellos activos de la sociedad de capital que se afecten al aumento del capital social y que hubieren ya
sido sometidos al impuesto sobre las aportaciones.
— El importe de los préstamos contratados por la sociedad de capital que se conviertan en partes sociales y que hubiesen
ya sido sometidos al impuesto sobre las aportaciones.
Artículo 6
1. Cada Estado miembro podrá excluir de la base imponible, determinada conforme a las disposiciones del artículo 5, el impor­
te de las aportaciones de los socios que respondan ilimitadamente de las obligaciones de una sociedad de capital, así como la
cuota-parte de dicho asociado en el patrimonio social.
2. Si un Estado miembro hiciera uso de la facultad prevista en el apartado 1, estarán sometidos al impuesto sobre las apor­
taciones:
— El traslado de la sede de la dirección efectiva de una sociedad de capital a otro Estado miembro que no haga uso de es­
ta facultad.
— El traslado del domicilio social de una sociedad de capital que tenga la sede de su dirección efectiva en un tercer país a
otro Estado miembro que no haga uso de esta facultad.
— Cualquier operación por la que la responsabilidad de un socio esté limitada a su participación en el capital social , en
particular cuando la limitación de la responsabilidad sea el resultado de la transformación de la sociedad de capital en
una sociedad de capital de tipo diferente.
En todos estos casos el impuesto sobre las aportaciones se liquidará sobre el valor de la cuota-parte que, en el patrimonio
social, pertenezca a los socios ilimitadamente responsables de las obligaciones de la sociedad de capital.
Artículo 7
1. Hasta la entrada en vigor de las disposiciones que el Consejo adopte de conformidad con el apartado 2:
a) El tipo del impuesto sobre las aportaciones no podrá sobrepasar el 2 por 100 ni ser inferior al 1 por 100.
b) Este tipo se reducirá en un 50 por 100 o más cuando una o varias sociedades de capital aporten la totalidad de su patrimo­
nio, o una o más ramas de su actividad, a una o más sociedades de capital en vías de constitución o ya existentes.
Esta reducción estará subordinada a las siguientes condiciones:
— Que las aportaciones estén remuneradas exclusivamente mediante la atribución de participaciones sociales, aunque te­
niendo los Estados miembros la facultad de extender la concesión de la reducción a los casos en que las aportaciones
estén remuneradas mediante la atribución de participaciones sociales conjuntamente con un desembolso al contado del
10 por 100, como máximo, de su valor nominal.
— Y que las sociedades que intervengan en la operación tenga la sede de su dirección efectiva o su domicilio social en el
territorio de un Estado miembro.
c) El tipo del impuesto sobre las aportaciones podrá reducirse al 0,50 por 100 hasta el 1 de enero de 1973 y al 1 por 100 a
partir de esta fecha en caso de constitución o aumento del capital social de sociedades de cartera que tengan como único
objeto la tenencia de participaciones en otras empresas y la gestión y la revalorización de estas participaciones siempre que
tales sociedades no ejerzan ninguna actividad industrial o comercial por sí mismas y que no exploten un establecimiento co­
mercial abierto al público.
2. Con objeto de que el Consejo pueda fijar los tipos comunes del impuesto sobre las aportaciones antes del fin del período
transitorio, la Comisión someterá al Consejo una propuesta sobre este particular antes del 1 de enero de 1971.
3. En caso de aumento del capital social conforme a la letra c) del apartado 1 del artículo 4, subsiguiente a una reducción de
capital social efectuada con motivo de las pérdidas sufridas, se podrá reducir el tipo para la parte del aumento correspondiente
a la reducción de capital, siempre que este aumento se produzca en los cuatro años siguientes a la reducción del capital.
— 79 —
4. Cuando un Estado miembro haga uso de la facultad prevista en el apartado 2 del artículo 4, se podrá liquidar el impuesto
sobre las aportaciones con un tipo reducido.
Artículo 8
Un Estado miembro podrá eximir total o parcialmente del impuesto sobre las aportaciones las operaciones contempladas en los
apartados 1 y 2 del artículo 4 que se refieran a:
— Las sociedades de capital que proporcionen servicios de utilidad pública, como las empresas de transporte público, las
empresas portuarias o las de suministro de agua, gas o electricidad, en el caso de que el Estado u otros antes públicos
territoriales posean al menos la mitad del capital social.
— Las sociedades de capital que, conforme a sus estatutos y en la práctica, persigan única y directamente fines culturales,
de beneficencia, de asistencia o educativos.
Artículo 9
Ciertas categorías de operaciones o de sociedades de capital podrán ser objeto de exenciones, de reducciones o de incremen­
tos de los tipos por motivos de equidad fiscal o de orden social, o para permitir a un Estado miembro hacer frente a situaciones
especiales. El Estado miembro que se proponga tomar medidas de esta naturaleza someterá la cuestión a la Comisión con la
suficiente antelación y a efectos de la aplicación del artículo 102 del Tratado.
Artículo 10
Al margen del impuesto sobre las aportaciones los Estados miembros no percibirán, en lo que respecta a las sociedades, asociaciones o personas morales que persigan fines lucrativos, ningún impuesto, cualquiera que sea su forma:
a) Sobre las operaciones contempladas en el artículo 4. b) Sobre las aportaciones, préstamos o prestaciones efectuadas en el ámbito de operaciones contempladas en el artículo 4. c) Sobre la matriculación o cualquier otra formalidad previa al ejercicio de una actividad, a que las sociedades, asociaciones o personas morales que persigan fines lucrativos puedan estar sometidas por razón de su forma jurídica. Artículo 11
Los Estados miembros no someterán a ninguna imposición, cualquiera que sea su forma.
a) La creación, la emisión, la admisión para cotización en bolsa, la puesta en circulación o la negociación de acciones, partici­
paciones u otros títulos de la misma naturaleza, así como de los certificados representativos de estos títulos, sea quien fuere el
emisor.
b) Los empréstitos, incluidos los públicos, contratados en forma de emisión de obligaciones u otros títulos negociables, sea
quien fuere el emisor, y todas las formalidades a ellos relativas, así como la creación, emisión, admisión para cotización en
bolsa, puesta en circulación o negociación de estas obligaciones u otros títulos negociables.
Artículo 12
1. No obstante lo dispuesto en las disposiciones de los artículos 19 y 11, los Estados miembros podrán percibir.
a) Impuestos sobre la transmisión de valores mobiliarios, liquidados estimativamente o no.
b) Impuestos sobre las transmisiones, comprendiéndose en ellos los derechos de inscripción en el Registro de la Propiedad,
referidos a las aportaciones a una sociedad, asociación o persona moral que persiga fines lucrativos, de bienes inmuebles o de
fondos de comercio situados en su territorio.
c) Impuestos sobre las transmisiones referidos a los bienes de cualquier naturaleza que se aporten a una sociedad, asociación o persona moral que persiga fines lucrativos, en la medida en que la transmisión de estos bienes tenga una contrapartida que
no sean participaciones sociales.
d) Impuestos que graven la constitución, inscripción o cancelación de privilegios e hipotecas. e) Derechos que tengan un carácter remunerativo.
f) El impuesto sobre el valor añadido. 2. Los derechos e impuestos contemplados en las letras b), c), d) y e) del apartado 1, serán los mismos en el caso de que la
sede de la dirección efectiva o el domicilio social de la sociedad, asociación o persona moral que persiga fines lucrativos se
encuentre en el territorio del Estado miembro que los liquide y en el caso contrario. Estos derechos e impuestos no podrán sin embargo ser superiores a los que sean aplicables a las operaciones similares en el Estado miembro que los liquide.
Artículo 13
Los Estados miembros aplicarán el 1 de enero de 1972, las disposiciones legales, reglamentarias y administrativas necesarias
para cumplir las disposiciones de la presente Directiva e informarán de ello inmediatamente a la Comisión.
Artículo 14
Los Estados miembros comunicarán a la Comisión el texto de las disposiciones básicas de Derecho interno que adopten poste­
riormente en el ámbito regulado por la presente Directiva.
Artículo 15
Los destinatarios de la presente Directiva serán los Estados miembros.
Hecho en Bruselas, el 17 de julio de 1969.
— 80 —
Instituto de Estudios Fiscales
21
REAL DECRETO-LEY 2/2008, de 21 de abril, de medidas de impulso a la actividad económica.
(…)
Disposición adicional segunda. No sujeción al gravamen establecido en el artículo 31.1 del texto refundido de la Ley del Im­
puesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados de las escrituras públicas de novación de présta­
mos con garantía hipotecaria que se refieran a la ampliación del plazo del préstamo.
No obstante lo previsto en el apartado 1 del artículo 31 del texto refundido de la Ley del Impuesto sobre Transmisiones Patri­
moniales y Actos Jurídicos Documentados, no quedarán sujetas a dicho gravamen y se extenderán en papel común las escritu­
ras públicas que documenten la ampliación del plazo de los préstamos con garantía hipotecaria concedidos para la adquisición,
construcción y rehabilitación de la vivienda habitual realizadas en el periodo de dos años a contar desde la entrada en vigor de
este Real Decreto-ley.
(…)
Disposición final tercera. Entrada en vigor.
Este Real Decreto-ley entrará en vigor el día de su publicación en el «Boletín Oficial del Estado». (BOE de 22/04/2008).
22
PROYECTO DE LEY POR LA QUE SE SUPRIME EL GRAVAMEN DEL IMPUESTO SOBRE EL PATRIMONIO, SE GENE­
RALIZA EL SISTEMA DE DEVOLUCIÓN MENSUAL EN EL IMPUESTO SOBRE EL VALOR AÑADIDO, Y SE INTRODUCEN
OTRAS MODIFICACIONES EN LA NORMATIVA TRIBUTARIA
(…)
Artículo séptimo. Modificación del texto refundido de la Ley del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos
Documentados, aprobado por el Real Decreto legislativo 1/1993, de 24 de septiembre.
Se introducen las siguientes modificaciones en el texto refundido de la Ley del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y
Actos Jurídicos Documentados, aprobado por el Real Decreto Legislativo 1/1993, de 24 de septiembre:
Uno. El apartado 3 del artículo 13 queda redactado de la siguiente forma:
«3. Como norma general, para determinar la base imponible, el valor real del derecho originado por la concesión se fijará por
la aplicación de la regla o reglas que, en atención a la naturaleza de las obligaciones impuestas al concesionario, resulten
aplicables de las que se indican a continuación:
a) Si la Administración señalase una cantidad total en concepto de precio o canon que deba satisfacer el concesionario, por el
importe de la misma.
b) Si la Administración señalase un canon, precio, participación o beneficio mínimo que deba satisfacer el concesionario perió­
dicamente y la duración de la concesión no fuese superior a un año, por la suma total de las prestaciones periódicas. Si la
duración de la concesión fuese superior al año, capitalizando, según el plazo de la concesión, al 10 por 100 la cantidad anual
que satisfaga el concesionario.
Cuando para la aplicación de esta regla hubiese que capitalizar una cantidad anual que fuese variable como consecuencia,
exclusivamente, de la aplicación de cláusulas de revisión de precios que tomen como referencia índices objetivos de su evolu­
ción, se capitalizará la correspondiente al primer año. Si la variación dependiese de otras circunstancias, cuya razón matemáti­
ca se conozca en el momento del otorgamiento de la concesión, la cantidad a capitalizar será la media anual de las que el
concesionario deba de satisfacer durante la vida de la concesión.
c) Cuando el concesionario esté obligado a revertir a la Administración bienes determinados, se computará el valor neto con­
table estimado de dichos bienes a la fecha de reversión, más los gastos previstos para la reversión. Para el cálculo del valor
neto contable de los bienes se aplicarán las tablas de amortización aprobadas a los efectos del Impuesto sobre Sociedades en
el porcentaje medio resultante de las mismas.»
Dos. El apartado 1 del artículo 17 queda redactado de la siguiente forma:
«1. En la transmisión de créditos o derechos mediante cuyo ejercicio hayan de obtenerse bienes determinados y de posible
estimación se exigirá el impuesto por iguales conceptos y tipos que las que se efectúen de los mismos bienes y derechos. Sin
embargo, en el caso de inmuebles en construcción, la base imponible estará constituida por el valor real del bien en el momen­
to de la transmisión del crédito o derecho, sin que pueda ser inferior al importe de la contraprestación satisfecha por la cesión.»
Tres. El artículo 19 queda redactado de la siguiente forma:
«Artículo 19
1. Son operaciones societarias sujetas:
1.º La constitución de sociedades, el aumento y disminución de su capital social y la disolución de sociedades.
2.º Las aportaciones que efectúen los socios que no supongan un aumento del capital social.
3.º El traslado a España de la sede de dirección efectiva o del domicilio social de una sociedad cuando ni una ni otro estu­
viesen previamente situados en un Estado miembro de la Unión Europea.
2. No estarán sujetas:
1.º Las operaciones de reestructuración.
2.º Los traslados de la sede de dirección efectiva o del domicilio social de sociedades de un Estado miembro de la Unión
Europea a otro.
3.º La modificación de la escritura de constitución o de los estatutos de una sociedad y, en particular, el cambio del objeto
social, la transformación o la prórroga del plazo de duración de una sociedad.
— 81 —
4.º La ampliación de capital que se realice con cargo a la reserva constituida exclusivamente por prima de emisión de acciones.»
Cuatro. El artículo 20 queda redactado de la siguiente forma:
«Artículo 20
1. Las entidades que realicen, a través de sucursales o establecimientos permanentes, operaciones de su tráfico en territorio
español y cuyo domicilio social y sede de dirección efectiva se encuentren en países no pertenecientes a la Unión Europea
vendrán obligadas a tributar, por los mismos conceptos y en las mismas condiciones que las españolas, por la parte de capital
que destinen a dichas operaciones.
2. Las entidades cuyo domicilio social y sede de dirección efectiva se encuentren en un Estado miembro de la Unión Europea
distinto de España no estarán sujetas a la modalidad de operaciones societarias cuando realicen, a través de sucursales o
establecimientos permanentes, operaciones de su tráfico en territorio español. Tampoco estarán sujetas a dicho gravamen por
tales operaciones las entidades cuya sede de dirección efectiva se encuentre en países no pertenecientes a la Unión Europea
si su domicilio social está situado en un Estado miembro de la Unión Europea distinto de España.»
Cinco. El artículo 21 queda redactado de la siguiente forma:
«Artículo 21
A los efectos del gravamen sobre operaciones societarias tendrán la consideración de operaciones de reestructuración las
operaciones de fusión, escisión, aportación de activos y canje de valores definidas en el artículo 83, apartados 1, 2, 3 y 5, y en
el artículo 94 del texto refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades, aprobado por el Real Decreto Legislativo 4/2004, de
5 de marzo.»
Seis. El artículo 23 queda redactado de la siguiente forma:
«Artículo 23
Estará obligado al pago del impuesto a título de contribuyente y cualesquiera que sean las estipulaciones establecidas por las
partes en contrario:
a) En la constitución de sociedades, aumento de capital, traslado de sede de dirección efectiva o domicilio social y aportacio­
nes de los socios que no supongan un aumento del capital social, la sociedad.
b) En la disolución de sociedades y reducción de capital social, los socios, copropietarios, comuneros o partícipes por los
bienes y derechos recibidos.»
Siete. El artículo 24 queda redactado de la siguiente forma:
«Artículo 24
Serán subsidiariamente responsables del pago del impuesto en la constitución de sociedades, aumento y reducción de capital
social, aportaciones de los socios que no supongan un aumento del capital social, disolución y traslado de la sede de dirección
efectiva o del domicilio social de sociedades, los promotores, administradores, o liquidadores de las mismas que hayan intervenido
en el acto jurídico sujeto al impuesto, siempre que se hubieran hecho cargo del capital aportado o hubiesen entregado los bienes.»
Ocho. El artículo 25 queda redactado de la siguiente forma:
«Artículo 25
1. En la constitución y aumento de capital de sociedades que limiten de alguna manera la responsabilidad de los socios, la
base imponible coincidirá con el importe nominal en que aquél quede fijado inicialmente o ampliado con adición de las primas
de emisión, en su caso, exigidas.
2. Cuando se trate de operaciones realizadas por sociedades distintas de las anteriores y en las aportaciones de los socios
que no supongan un aumento, la base imponible se fijará en el valor neto de la aportación, entendiéndose como tal el valor real
de los bienes y derechos aportados minorado por las cargas y gastos que fueren deducibles y por el valor de las deudas que
queden a cargo de la sociedad con motivo de la aportación.
3. En los traslados de sede de dirección efectiva o de domicilio social, la base imponible coincidirá con el haber líquido que la
sociedad, cuya sede de dirección efectiva o domicilio social se traslada, tenga el día en que se adopte el acuerdo.
4. En la disminución de capital y en la disolución, la base imponible coincidirá con el valor real de los bienes y derechos entre­
gados a los socios, sin deducción de gastos y deudas.»
Nueve. El artículo 45.I.B).10 queda redactado de la siguiente forma:
«10. Las operaciones societarias a que se refieren los apartados 1.º, 2.º y 3.º del artículo 19.2 y el artículo 20.2 anteriores, en su
caso, en cuanto al gravamen por las modalidades de transmisiones patrimoniales onerosas o de actos jurídicos documentados.»
Diez. El artículo 45.I.B).12 queda redactado de la siguiente forma:
«12.a) La transmisión de terrenos y solares y la cesión del derecho de superficie para la construcción de edificios en régimen
de viviendas de protección oficial. Los préstamos hipotecarios solicitados para la adquisición de aquéllos, en cuanto al gravamen de actos jurídicos documentados.
b) Las escrituras públicas otorgadas para formalizar actos o contratos relacionados con la construcción de edificios en régimen
de viviendas de protección oficial, siempre que se hubiera solicitado dicho régimen a la Administración competente en dicha
materia.
c) Las escrituras públicas otorgadas para formalizar la primera transmisión de viviendas de protección oficial, una vez obtenida
la calificación definitiva.
— 82 —
Instituto de Estudios Fiscales
d) La constitución de préstamos hipotecarios para la adquisición exclusiva de viviendas de protección oficial y sus anejos
inseparables, con el límite máximo del precio de la citada vivienda, y siempre que este último no exceda de los precios máxi­
mos establecidos para las referidas viviendas de protección oficial.
e) La constitución de sociedades y la ampliación de capital, cuando tengan por exclusivo objeto la promoción o construcción
de edificios en régimen de protección oficial.
Para el reconocimiento de las exenciones previstas en las letras a) y b) anteriores bastará que se consigne en el documento
que el contrato se otorga con la finalidad de construir viviendas de protección oficial y quedará sin efecto si transcurriesen tres
años a partir de dicho reconocimiento sin que obtenga la calificación o declaración provisional o cuatro años si se trata de
terrenos. La exención se entenderá concedida con carácter provisional y condicionada al cumplimiento que en cada caso exijan
las disposiciones vigentes para esta clase de viviendas. En el supuesto de las letras a) y b) de este apartado, el cómputo del
plazo de prescripción previsto en el artículo 67 de la Ley 58/2003, de 17 de diciembre, General Tributaria, comenzará a contar­
se una vez transcurrido el plazo de tres a cuatro años de exención provisional.
Las exenciones previstas en este número se aplicarán también a aquellas que, con protección pública, dimanen de la legisla­
ción propia de las Comunidades Autónomas, siempre que los parámetros de superficie máxima protegible, precio de la vivienda
y límite de ingresos de los adquirentes no excedan de los establecidos en la norma estatal para las viviendas de protección
oficial.»
Once. El artículo 45.I.B).20 queda redactado de la siguiente forma:
«20.1. Las operaciones de constitución y aumento de capital de las sociedades de inversión de capital variable reguladas en la
Ley de Instituciones de Inversión Colectiva, así como las aportaciones no dinerarias a dichas entidades, quedarán exentas en
la modalidad de operaciones societarias del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados.
2. Los fondos de inversión de carácter financiero regulados en la ley citada anteriormente gozarán de exención en el Impuesto
sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados con el mismo alcance establecido en el apartado anterior.
3. Las instituciones de inversión colectiva inmobiliaria reguladas en la Ley citada anteriormente que, con el carácter de institu­
ciones de inversión colectiva no financieras, tengan por objeto social exclusivo la adquisición y la promoción, incluyendo la
compra de terrenos, de cualquier tipo de inmueble de naturaleza urbana para su arrendamiento, siempre que, además, las
viviendas, las residencias estudiantiles y las residencias de la tercera edad, en los términos que reglamentariamente se esta­
blezcan, representen conjuntamente, al menos el 50 por ciento del total del activo, tendrán el mismo régimen de tributación que
el previsto en los dos apartados anteriores.
Del mismo modo, dichas instituciones gozarán de una bonificación del 95 por ciento de la cuota de este impuesto por la adqui­
sición de viviendas destinadas al arrendamiento y por la adquisición de terrenos para la promoción de viviendas destinadas al
arrendamiento, siempre que, en ambos casos, cumplan los requisitos específicos sobre mantenimiento de los inmuebles esta­
blecidos en las letras c) y d) del artículo 28.5 del texto refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades, aprobado por el
Real Decreto Legislativo 4/2004, de 5 de marzo, salvo que, con carácter excepcional, medie la autorización expresa de la
Comisión Nacional del Mercado de Valores.
4. Los fondos de titulización hipotecaria y los fondos de titulización de activos financieros estarán exentos de todas las opera­
ciones sujetas a la modalidad de operaciones societarias.»
Doce. El apartado 3 del artículo 46 queda redactado de la siguiente forma:
«3. Cuando el valor declarado por los interesados fuese superior al resultante de la comprobación, aquél tendrá la considera­
ción de base imponible. Si el valor resultante de la comprobación o el valor declarado resultase inferior al precio o contrapres­
tación pactada, se tomará esta última magnitud como base imponible.
»
Trece. El apartado 2 del artículo 50 queda redactado de la siguiente forma:
«2. A los efectos de prescripción, en los documentos que deban presentarse a liquidación, se presumirá que la fecha de los
privados es la de su presentación, a menos que con anterioridad concurra cualquiera de las circunstancias previstas en el
artículo 1.227 del Código Civil, en cuyo caso se computará la fecha de la incorporación, inscripción, fallecimiento o entrega,
respectivamente.
En los contratos no reflejados documentalmente, se presumirá, a iguales efectos, que su fecha es la del día en que los intere­
sados den cumplimiento a lo prevenido en el artículo 51. La fecha del documento privado que prevalezca a efectos de prescrip­
ción, conforme a lo dispuesto en este apartado, determinará el régimen jurídico aplicable a la liquidación que proceda por el
acto o contrato incorporado al mismo.»
Catorce. El apartado 1 del artículo 54 queda redactado de la siguiente forma:
«1. Ningún documento que contenga actos o contratos sujetos a este impuesto se admitirá ni surtirá efecto en Oficina o Regis­
tro Público sin que se justifique el pago de la deuda tributaria a favor de la Administración Tributaria competente para exigirlo,
conste declarada la exención por la misma, o, cuando menos, la presentación en ella del referido documento. De las inciden­
cias que se produzcan se dará cuenta inmediata a la Administración interesada. Los Juzgados y Tribunales remitirán a la Ad­
ministración tributaria competente para la liquidación del impuesto copia autorizada de los documentos que admitan en los que
no conste la nota de haber sido presentados a liquidación en dicha Administración.
La justificación del pago o, en su caso, de la presentación del referido documento se hará mediante la aportación en cualquier
soporte del original acreditativo del mismo o de copia de dicho original.»
Quince El apartado 4 del artículo 56 queda redactado de la siguiente forma:
«4. La competencia para la aplicación del impuesto y el ejercicio de la potestad sancionadora corresponderá a la Administra­
ción tributaria de la Comunidad Autónoma o del Estado a la que se atribuya su rendimiento de acuerdo con los puntos de
conexión aplicables según las normas reguladoras de la cesión de impuestos a las Comunidades Autónomas.»
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DOCUMENTOS DE TRABAJO EDITADOS POR EL INSTITUTO DE ESTUDIOS FISCALES 2000
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Ciudadanos, contribuyentes y expertos: Opiniones y actitudes fiscales de los españoles en 1999. Autor:
Área de Sociología Tributaria. Los costes de cumplimiento en el IRPF 1998.
a
Autores: M. Luisa Delgado, Consuelo Díaz y Fernando Prats. La imposición sobre hidrocarburos en España y en la Unión Europea. Autores: Valentín Edo Hernández y Javier Rodríguez Luengo. 2001
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Régimen fiscal de los seguros de vida individuales.
Autor:
Ángel Esteban Paúl.
Ciudadanos, contribuyentes y expertos: Opiniones y actitudes fiscales de los españoles en 2000.
Autor:
Área de Sociología Tributaria.
Inversiones españolas en el exterior. Medidas para evitar la doble imposición internacional en el Impuesto sobre So­
ciedades.
Autora: Amelia Maroto Sáez.
Ejercicios sobre competencia fiscal perjudicial en el seno de la Unión Europea y de la OCDE: Semejanzas y diferencias.
Autora: Ascensión Maldonado García-Verdugo.
Procesos de coordinación e integración de las Administraciones Tributarias y Aduaneras. Situación en los países ibe­
roamericanos y propuestas de futuro.
Autores: Fernando Díaz Yubero y Raúl Junquera Valera.
La fiscalidad del comercio electrónico. Imposición directa.
Autor:
José Antonio Rodríguez Ondarza.
Breve curso de introducción a la programación en Stata (6.0).
Autor:
Sergi Jiménez-Martín.
Jurisprudencia del Tribunal de Luxemburgo e Impuesto sobre Sociedades.
Autor:
Juan López Rodríguez.
Los convenios y tratados internacionales en materia de doble imposición.
Autor:
José Antonio Bustos Buiza.
El consumo familiar de bienes y servicios públicos en España.
Autor:
Subdirección General de Estudios Presupuestarios y del Gasto Público.
Fiscalidad de las transferencias de tecnología y jurisprudencia.
Autor:
Néstor Carmona Fernández.
Tributación de la entidad de tenencia de valores extranjeros española y de sus socios.
Autora: Silvia López Ribas.
El profesor Flores de Lemus y los estudios de Hacienda Pública en España.
Autora: María José Aracil Fernández.
La nueva Ley General Tributaria: marco de aplicación de los tributos.
Autor:
Javier Martín Fernández.
Principios jurídico-fiscales de la reforma del impuesto sobre la renta.
Autor:
José Manuel Tejerizo López.
Tendencias actuales en materia de intercambio de información entre Administraciones Tributarias.
Autor:
José Manuel Calderón Carrero.
El papel del profesor Fuentes Quintana en el avance de los estudios de Hacienda Pública en España.
Autora: María José Aracil Fernández.
Regímenes especiales de tributación para las pequeñas y medianas empresas en América Latina.
Autores: Raúl Félix Junquera Varela y Joaquín Pérez Huete.
Principios, derechos y garantías constitucionales del régimen sancionador tributario.
Autores: Varios autores.
Directiva sobre fiscalidad del ahorro. Estado del debate.
Autor:
Francisco José Delmas González.
Régimen Jurídico de las consultas tributarias en derecho español y comparado.
Autor:
Francisco D. Adame Martínez.
Medidas antielusión fiscal.
Autor:
Eduardo Sanz Gadea.
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La incidencia de la reforma del Impuesto sobre Sociedades según el tamaño de la empresa.
Autores: Antonio Martínez Arias, Elena Fernández Rodríguez y Santiago Álvarez García.
La asistencia mutua en materia de recaudación tributaria.
Autor:
Francisco Alfredo García Prats.
El impacto de la reforma del IRPF en la presión fiscal indirecta. (Los costes de cumplimiento en el IRPF 1998 y 1999).
Autor:
Área de Sociología Tributaria.
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24/02
Nueva posición de la OCDE en materia de paraísos fiscales.
Autora: Ascensión Maldonado García-Verdugo.
La tributación de las ganancias de capital en el IRPF: de dónde venimos y hacia dónde vamos.
Autor:
Fernando Rodrigo Sauco.
A tax administration for a considered action at the crossroads of time.
a
Autora: M. Amparo Grau Ruiz.
Algunas consideraciones en torno a la interrelación entre los convenios de doble imposición y el derecho comunitario
Europeo: ¿Hacia la “comunitarización” de los CDIs?
Autor:
José Manuel Calderón Carrero.
La modificación del modelo de convenio de la OCDE para evitar la doble imposición internacional y prevenir la evasión
fiscal. Interpretación y novedades de la versión del año 2000: la eliminación del artículo 14 sobre la tributación de los
Servicios profesionales independientes y el remozado trato fiscal a las partnerships.
Autor:
Fernando Serrano Antón.
Los convenios para evitar la doble imposición: análisis de sus ventajas e inconvenientes.
Autores: José María Vallejo Chamorro y Manuel Gutiérrez Lousa.
La Ley General de Estabilidad Presupuestaria y el procedimiento de aprobación de los presupuestos.
Autor:
Andrés Jiménez Díaz.
IRPF y familia en España: Reflexiones ante la reforma.
Autor:
Francisco J. Fernández Cabanillas.
Novedades en el Impuesto sobre Sociedades en el año 2002.
Autor:
Manuel Santolaya Blay.
Un apunte sobre la fiscalidad en el comercio electrónico.
Autora: Amparo de Lara Pérez.
I Jornada metodológica “Jaime García Añoveros” sobre la metodología académica y la enseñanza del Derecho finan­
ciero y tributario.
Autores: Pedro Herrera Molina y Pablo Chico de la Cámara (coord.).
Estimación del capital público, capital privado y capital humano para la UE-15.
a
Autoras: M. Jesús Delgado Rodríguez e Inmaculada Álvarez Ayuso.
Líneas de Reforma del Impuesto de Sociedades en el contexto de la Unión Europea.
Autores: Santiago Álvarez García y Desiderio Romero Jordán.
Opiniones y actitudes fiscales de los españoles en 2001.
Autor:
Área de Sociología Tributaria. Instituto de Estudios Fiscales.
Las medidas antielusión en los convenios de doble imposición y en la Fiscalidad internacional.
Autor:
Abelardo Delgado Pacheco.
Brief report on direct an tax incentives for R&D investment in Spain.
Autores: Antonio Fonfría Mesa, Desiderio Romero Jordán y José Félix Sanz Sanz.
Evolución de la armonización comunitaria del Impuesto sobre Sociedades en materia contable y fiscal.
Autores: Elena Fernández Rodríguez y Santiago Álvarez García.
Transparencia Fiscal Internacional.
Autor:
Eduardo Sanz Gadea.
La Directiva sobre fiscalidad del ahorro.
Autor:
Francisco José Delmas González.
Anuario Tributario de Jurisprudencia sistematizada y comentada 1999. TOMO I. Parte General. Volumen 1.
Autor:
Instituto de Estudios Fiscales.
Anuario Tributario de Jurisprudencia sistematizada y comentada 1999. TOMO I. Parte General. Volumen 2.
Autor:
Instituto de Estudios Fiscales.
Anuario Tributario de Jurisprudencia sistematizada y comentada 1999. TOMO II. Parte Especial. Volumen 1.
Autor:
Instituto de Estudios Fiscales.
Anuario Tributario de Jurisprudencia sistematizada y comentada 1999. TOMO II. Parte Especial. Volumen 2.
Autor:
Instituto de Estudios Fiscales.
Medidas unilaterales para evitar la doble imposición internacional.
Autor:
Rafael Cosín Ochaita.
Instrumentos de asistencia mutua en materia de intercambios de información (Impuestos Directos e IVA).
a
Autora: M. Dolores Bustamante Esquivias.
Algunos aspectos problemáticos en la fiscalidad de no residentes.
Autores Néstor Carmona Fernández, Fernando Serrano Antón y José Antonio Bustos Buiza.
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Derechos y garantías de los contribuyentes en Francia.
Autor:
José María Tovillas Morán.
El Impuesto sobre Sociedades en la Unión Europea: Situación actual y rasgos básicos de su evolución en la última
década.
Autora: Raquel Paredes Gómez.
Un paso más en la colaboración tributaria a través de la formación: el programa Fiscalis de la Unión Europea.
Autores: Javier Martín Fernández y M.a Amparo Grau Ruiz.
El comercio electrónico internacional y la tributación directa: reparto de las potestades tributarias.
Autor:
Javier González Carcedo.
La discrecionalidad en el derecho tributario: hacia la elaboración de una teoría del interés general.
Autora: Carmen Uriol Egido.
Reforma del Impuesto sobre Sociedades y de la tributación empresarial.
Autor:
Emilio Albi Ibáñez.
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Incentivos fiscales y sociales a la incorporación de la mujer al mercado de trabajo.
Autora: Anabel Zárate Marco.
Contabilidad versus fiscalidad: situación actual y perspectivas de futuro en el marco del Libro Blanco de la contabi­
lidad.
Autores: Elena Fernández Rodríguez, Antonio Martínez Arias y Santiago Álvarez García.
Aspectos metodológicos de la Economía y de la Hacienda Pública.
Autor:
Desiderio Romero Jordán.
La enseñanza de la Economía: algunas reflexiones sobre la metodología y el control de la actividad docente.
Autor:
Desiderio Romero Jordán.
Errores más frecuentes en la evaluación de políticas y proyectos.
Autores: Joan Pasqual Rocabert y Guadalupe Souto Nieves.
Traducciones al español de libros de Hacienda Pública (1767-1970).
a
Autoras: Rocío Sánchez Lissén y M. José Aracil Fernández.
Tributación de los productos financieros derivados.
Autor:
Ángel Esteban Paúl.
Tarifas no uniformes: servicio de suministro doméstico de agua.
Autores: Santiago Álvarez García, Marián García Valiñas y Javier Suárez Pandiello.
¿Mercado, reglas fiscales o coordinación? Una revisión de los mecanismos para contener el endeudamiento de los
niveles inferiores de gobierno.
Autor:
Roberto Fernández Llera.
Propuestas de introducción de técnicas de simplificación en el procedimiento sancionador tributario.
Autora: Ana María Juan Lozano.
La imposición propia como ingreso de la Hacienda autonómica en España.
Autores: Diego Gómez Díaz y Alfredo Iglesias Suárez.
Quince años de modelo dual de IRPF: Experiencias y efectos.
Autor:
Fidel Picos Sánchez.
La medición del grado de discrecionalidad de las decisiones presupuestarias de las Comunidades Autónomas.
Autor:
Ramón Barberán Ortí.
Aspectos más destacados de las Administraciones Tributarias avanzadas.
Autor:
Fernando Díaz Yubero.
La fiscalidad del ahorro en la Unión Europea: entre la armonización fiscal y la competencia de los sistemas tributarios
nacionales.
Autores: Santiago Álvarez García, María Luisa Fernández de Soto Blass y Ana Isabel González González.
Análisis estadístico de la litigiosidad en los Tribunales de Justicia. Jurisdicción contencioso-administrativa (período
1990/2000).
Autores: Eva Andrés Aucejo y Vicente Royuela Mora.
Incentivos fiscales a la investigación, desarrollo e innovación.
Autora: Paloma Tobes Portillo.
Modelo de Código Tributario Ambiental para América Latina.
Directores: Miguel Buñuel González y Pedro M. Herrera Molina.
Régimen fiscal de la sociedad europea.
Autores: Juan López Rodríguez y Pedro M. Herrera Molina.
Reflexiones en torno al debate del impacto económico de la regulación y los procesos institucionales para su reforma.
Autores: Anabel Zárate Marco y Jaime Vallés Giménez.
La medición de la equidad en la implementación de los sistemas impositivos.
Autores: Marta Pascual y José María Sarabia.
Análisis estadístico de la litigiosidad experimentada en el Tribunal Económico Administrativo Regional de Cataluña
(1990-2000)
Autores: Eva Andrés Aucejo y Vicente Royuela Mora.
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Incidencias de las NIIF en el ámbito de la contabilidad pública.
Autor:
José Antonio Monzó Torrecillas.
El régimen de atribución de rentas tras la última reforma del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas.
Autor:
Domingo Carbajo Vasco.
Los grupos de empresas en España. Aspectos fiscales y estadísticos.
Autores: María Antonia Truyols Martí y Luis Esteban Barbado Miguel.
Metodología del Derecho Tributario.
Autor:
Pedro Manuel Herrera Molina.
Estado actual y perspectivas de la tributación de los beneficios de las empresas en el marco de las iniciativas de la
Comisión de la Unión Europea.
Autor:
Eduardo Sanz Gadea.
Créditos iniciales y gastos de la Administración General del Estado. Indicadores de credibilidad y eficacia (1988-2001).
Autoras: Ana Fuentes y Carmen Marcos.
La Base Imponible. Concepto y determinación de la Base Imponible. Bienes y derechos no contabilizados o no declarados:
presunción de obtención de rentas. Revalorizaciones contables voluntarias. (Arts. 10, 140, 141 y 148 de la LIS.)
Autor:
Alfonso Gota Losada.
La productividad en la Unión Europea, 1977-2002.
Autores: José Villaverde Castro y Blanca Sánchez-Robles.
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Estudio comparativo de los convenios suscritos por España respecto al Convenio Modelo de la OCDE.
Autor:
Tomás Sánchez Fernández.
Hacienda Pública: enfoques y contenidos.
Autor:
Santiago Álvarez García.
Los instrumentos de solidaridad interterritorial en el marco de la revisión de la política regional europea. Análisis de su
actuación y propuestas de reforma.
Autor:
Alfonso Utrilla de la Hoz.
Política fiscal en la Unión Europea: antecedentes, situación actual y planteamientos de futuro.
a
Autores: M. del Pilar Blanco Corral y Alfredo Iglesias Suárez.
El defensor del contribuyente, un estudio de derecho comparado: Italia y EEUU.
Autores: Eva Andrés Aucejo y José Andrés Rozas Valdés.
El Impuesto Especial sobre los Hidrocarburos y el Medio Ambiente.
Autor:
Javier Rodríguez Luengo.
Gestión pública: organización de los tribunales y del despacho judicial.
Autor:
Francisco J. Fernández Cabanillas.
Una aproximación al contenido de los conceptos de discriminación y restricción en el Derecho Comunitario.
Autora: Gabriela González García.
Los determinantes de la inmigración internacional en España: evidencia empírica 1991-1999.
Autor:
Iván Moreno Torres.
Ética fiscal.
Coord.: Santiago Álvarez García y Pedro M. Herrera Molina.
Las normas antiparaíso fiscal españolas y su compatibilidad con el Derecho Comunitario: el caso específico de Malta
y Chipre tras la adhesión a la Unión Europea.
Autores: José Manuel Calderón Carrero y Adolfo Martín Jiménez.
La articulación de la participación española en los organismos multilaterales de desarrollo con las políticas de comer­
cio exterior.
Autor:
Ángel Esteban Paul.
Tributación internacional de profesores y estudiantes.
Autor:
Emilio Aguas Alcalde.
La convergencia entre contabilidad financiera pública y contabilidad nacional: una aproximación teórica con especial
referencia a los criterios de valoración.
Autor:
Manuel Pedro Rodríguez Bolivar.
Situación actual y perspectivas de futuro de los impuesto directos de la Unión Europea.
Autores: Juan José Rubio Guerrero y Begoña Barroso Castillo.
La ética en el diseño y aplicación de los sistemas tributarios.
Coord.: Santiago Álvarez García y Pedro M. Herrera Molina.
El sector público y la inversión en vivienda: la deducción por inversión en vivienda habitual en España.
Autores: Francisco Adame Martínez, José Ignacio Castillo Manzano y Lourdes López Valpuesta.
Discriminación fiscal de la familia a través del IRPF. Incidencia de la diversidad territorial en la desigualdad de tratamiento.
Autora: M. Carmen Moreno Moreno
Las aglomeraciones urbanas desde la perspectiva de la Hacienda Pública.
Autora: María Cadaval Sampedro.
La autonomía tributaria de las Comunidades Autónomas de régimen común.
Autores: Santiago Álvarez García, Antonio Aparicio Pérez y Ana Isabel González González.
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Neutralidad del Impuesto sobre Sociedades español en el contexto europeo. Análisis del Informe “Fiscalidad de las
empresas en el Mercado Interior (2001)”.
Autora: Raquel Paredes Gómez.
El impuesto de Sociedades en la Europa de los veinticinco: un análisis comparado de las principales partidas.
Autores: José Félix Sanz, Desiderio Romero, Santiago Álvarez, Germán Chocarro y Yolanda Ubago.
La cooperación administrativa en la Unión Europea: el programa FISCALIS 2007.
Autor:
Ernesto García Sobrino.
La financiación de las elecciones generales en España, 1977-2000.
Autores: Enrique García Viñuela y Joaquín Artés Caselles.
Análisis estadístico de la litigiosidad en los Tribunales Económico-Administrativos Regionales y Central.
Autores: Eva Andrés Aucejo y Vicente Royuela Mora.
La cláusula de procedimiento amistoso de los convenios para evitar la doble imposición internacional. La experiencia
española y el Derecho comparado.
Autor:
Fernando Serrano Antón.
Distribución de la renta y crecimiento.
Autor:
Miguel Ángel Galindo Martín.
Evaluación de la efectividad de la política de cooperación en la innovación: revisión de la literatura.
Autores: Joost Heijs, Mikel Buesa, Liliana Herrera, Javier Sáiz Briones y Patricia Valadez.
Régimen fiscal del patrimonio protegido de los discapacitados.
Autor:
Joaquín Pérez Huete.
La fiscalidad del seguro individual.
Autora: Roberta Poza Cid.
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La circulación de valores en Contabilidad Nacional: análisis de los elementos de los estados financieros desde un
punto de vista conceptual.
Autor:
Manuel Pedro Rodríguez Bolívar.
Comentarios al Reglamento de obligaciones de información respecto de participaciones preferentes y otros instrumentos
de deuda y de determinadas rentas obtenidas por personas físicas residentes en la Unión Europea.
Autor:
Francisco José Delmas González.
Presupuesto de la Unión Europea, impacto presupuestario de las ampliaciones y perspectivas financieras.
Autor:
Juan Carlos Graciano Regalado.
La imposición sobre las actividades económicas en la Hacienda local a los 25 años de la Constitución.
Autor:
Francisco Poveda Blanco.
Objetivos tecnológicos y de internacionalización de las políticas de apoyo a las PYME en Europa.
Autor:
Antonio Fonfría Mesa.
Sector público y convergencia económica en la UE.
Autoras: María Jesús Delgado Rodríguez e Inmaculada Álvarez Ayuso.
La tributación de las plusvalías en el ámbito europeo: una visión de síntesis.
Autor:
Fernando Rodrigo Sauco.
El concepto de beneficiario efectivo en los convenios para evitar la doble imposición.
Autor:
Félix Alberto Vega Borrego.
Los precios de transferencia: su tratamiento tributario desde una perspectiva europea.
Autor:
Francisco Alfredo García Prats.
Comentarios a la Directiva del régimen fiscal de reorganizaciones empresariales.
Autor:
Juan López Rodríguez.
Opiniones y actitudes fiscales de los españoles en 2004.
Autor:
Área de Sociología Tributaria. Subdirección General de Estudios Tributarios. Instituto de Estudios Fiscales.
El debate de la financiación autonómica con los resultados del nuevo sistema en 2002.
Autor:
Miguel Ángel García Díaz.
Medidas antielusión fiscal.
Autor:
Eduardo Sanz Gadea.
Income taxation: a structure built on sand.
Autor:
John Prebble.
La muestra de declarantes de IRPF de 2002: descripción general y principales magnitudes.
Autores: Fidel Picos Sánchez, María Antiqueira Pérez, César Pérez López, Alfredo Moreno Sáez, Carmen Marcos
García y Santiago Díaz de Sarralde Míguez.
La política presupuestaria de las Comunidades Autónomas.
Autores: Miguel Ángel García Díaz, Ana Herrero Alcalde y Alfonso Utrilla de la Hoz.
La deducción por reinversión de beneficios extraordinarios en inmovilizado financiero.
Autora: Nuria Puebla Agramunt.
Los Entes locales como sujetos pasivos del Impuesto sobre el Valor Añadido: una visión general.
Autor:
Javier Martín Fernández.
El gravamen en el IRPF de las ganancias de patrimonio en España.
Autora: Cristina de León Cabeta.
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29/05
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La liquidación del sistema de financiación autonómico en 2003 y el sistema de entregas a cuenta.
Autor:
Alfonso Utrilla de la Hoz.
Energy taxation in the European Union. Past negotiations and future perspectives.
Autor:
Jacob Klok.
Medidas antiabuso en los convenios sobre doble imposición.
Autora: Amelia Maroto Sáez.
La fiscalidad internacional del comercio electrónico.
Autor:
Francisco José Nocete Correa.
La tributación de los sistemas de previsión social en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas.
Autora: Susana Bokobo Moiche.
Unidad o pluralidad de actos en el Impuesto sobre Actos Jurídicos Documentados: un análisis jurídico privado.
Autores: Iñaki Bilbao Estrada y Juan Carlos Santana Molina.
La relación entre el cash flow y la oferta monetaria: el caso de algunos países de la Unión Europea.
Autores: Miguel Ángel Galindo Martín, Agustín Álvarez Herranz y María Teresa Méndez Picazo.
Una aproximación al sistema fiscal del antiguo régimen. La recaudación de tributos en ferias y mercados en Castilla
en el siglo XVIII.
Autora: María del Mar López Pérez.
Naturaleza jurídica y efectos de las contestaciones a consultas tributarias.
Autor:
Francisco D. Adame Martínez.
La educación fiscal en España.
Autoras: M.a Luisa Delgado, Marta Fernández, Ascensión Maldonado, Concha Roldán y M.a Luisa Valdenebro.
La tributación de las rentas del capital en el IRPF: gravamen dual o único.
Autor:
Teodoro Cordón Ezquerro.
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16/06
17/06
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El Impuesto sobre el Valor Añadido en el proceso urbanístico: un análisis a la luz de la jurisprudencia y la doctrina
administrativa.
Autor:
Jesús Rodríguez Márquez.
Principales características del gravamen del beneficio de la PYME en otros países de la Unión Europea.
Autora: Raquel Paredes Gómez.
Política fiscal y capital social.
Autora: María Soledad Castaño Martínez.
Panorámica de la Formación Continua en España.
Autora: María José Martín Rodrigo.
Alta dirección en la Administración Pública. ¿Política de género? Buscando caminos
a
Autoras: M. José Llombart Bosch, Milagro Montalvo Santamaría, Victoria Galera Vega y Ana Aguado Higón.
La influencia de la fiscalidad en las distintas formas de inversión bursátil. Informe.
Autor:
César García Novoa.
Códigos de conducta en el orden tributario.
Autores: José A. Rozas Valdés, Montserrat Casanella Chuecos y Pablo García Mexía.
Previsiones financieras de las Comunidades Autónomas para 2006.
Autor:
Instituto de Estudios Fiscales.
El empresario en el futuro económico onubense.
Autores: Emilio Fontela, Joaquín Guzmán, Manuela S. de Paz y María de la O Barroso.
Opiniones y actitudes fiscales de los españoles en 2005.
Autor:
Área de Sociología Tributaria. Subdirección General de Estudios Tributarios. Instituto de Estudios Fiscales.
Los presupuestos de las Comunidades Autónomas en 2006.
Autor:
Miguel Ángel García Díaz.
Delitos contra el patrimonio cultural, especial estudio de contrabando de patrimonio histórico artístico.
Autor:
Gonzalo Gómez de Liaño Polo.
Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados.
Autores: J. Antonio Rodríguez Ondarza y Javier Galán Ruiz.
Un análisis de la política tributaria de las Comunidades Autónomas de régimen común.
Autores: Marta Jorge García-Inés y Santiago Álvarez García.
La necesaria reforma del Impuesto sobre Actividades Económicas: su articulación como recurso de las Haciendas Loca­
les y su coordinación dentro del sistema tributario español.
Autor:
Carlos María López Espadafor.
El régimen tributario de la sociedad europea.
Autora: María Teresa Soler Roch.
Las subvenciones en el IVA, consecuencias de la Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de las Comunidades
Europeas de 6 de octubre de 2005.
Autor:
Carlos Suárez Mosquera.
Hacia una reformulación de los principios de sujeción fiscal.
Autor:
Fernando Serrano Antón.
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La expansión y control del fenómeno de los tax shelters en Estados Unidos.
Autor:
Ubaldo González de Frutos.
La incidencia de la globalización en la configuración del ordenamiento tributario del siglo XXI.
Autor:
José Manuel Calderón Carrero.
Fiscalidad y desarrollo.
Autores: Carlos Garcimartín, José Antonio Alonso y Daniel Gayo.
El régimen fiscal de las “economías de opción” en un contexto globalizado.
Autor:
José Luis Pérez de Ayala.
La opinión pública hacia la Hacienda Pública: una revisión de la moderna teoría positiva.
Autor:
José Luis Sáez Lozano.
Planificación fiscal internacional a través de sociedades holding.
Autor:
José Manuel Almudí Cid.
El gasto público en educación 2000-2004: un análisis por Comunidades Autónomas.
Autores: Alfonso Utrilla de la Hoz y Carmen Mitxelena Camiruaga.
Liquidación del sistema de financiación autonómico en 2004 y el sistema de entregas a cuenta.
Autores: Alfonso Utrilla de la Hoz, Miguel Ángel García Díaz y Ana Herrero Alcalde.
Sector público y convergencia económica en la UE.
Autoras: María Jesús Delgado Rodríguez e Inmaculada Álvarez Ayuso.
Trust e instituciones fiduciarias. Problemática civil y tratamiento fiscal.
Autores: Sergio Nasarre Aznar y Estela Rivas Nieto.
La muestra de declarantes de IRPF de 2003: descripción general y principales magnitudes.
Autores: Fidel Picos Sánchez, César Pérez López, Santiado Díaz de Sarralde Miguez, Alfredo Moreno Pérez y
María Antiqueira Pérez.
Cohesin policy reform: the implications for Spain.
Autores: Douglas Yuill, Carlos Méndez, Fiona Wishlade, Encarnación Murillo y María Jesús Delgado.
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El gravamen múltiple de los beneficios societarios. Tributación de accionistas.
Autor:
Emilio Albi.
Fiscalidad de instrumentos financieros derivados. Una revisión comparada.
Autor:
Pablo A. Porporatto.
Cooperación administrativa internacional en materia tributaria. Derecho Tributario Global.
Autor:
Francisco Alfredo García Prats.
¿Es válido el modelo de armonización fiscal de la Unión Europea para la integración en América Latina?
Autores: Domingo Carbajo Vasco, Darío González y Pablo Porporatto.
El Reino Unido y Francia: dos modelos recientes de reforma presupuestaria.
Autor:
José Caamaño Alegre.
La suspensión de las liquidaciones y sanciones tributarias como consecuencia de un recurso o reclamación: algunas
cuestiones polémicas.
Autor:
Abelardo Delgado Pacheco.
Globalización y Derecho Tributario: el impacto del Derecho Comunitario sobre las cláusulas antielusión/abuso del
Derecho Interno.
Autor:
Adolfo J. Martín Jiménez.
Las consecuencias fiscales de la globalización.
Autores: Manuel Gutiérrez Lousa y José Antonio Rodríguez Ondarza.
Alternativas de integración IRPF-IS para evitar la doble imposición de dividendos en el contexto actual.
Autor:
Lorenzo Gil Maciá.
Los incentivos fiscales a la innovación en España y en el ámbito comparado.
Autor:
Carlos Rivas Sánchez.
Intangibles y precios de transferencia. A propósito de la Section 482 del IRC y la nueva reglamentación 2007 del
Tesoro de los EE UU.
Autor:
Tulio Rosembuj.
La nueva configuración del régimen especial de las entidades dedicadas al arrendamiento de viviendas.
Autor:
Jesús Rodríguez Márquez.
Sistemas fiscales y saldos presupuestarios en los países de la ampliación: ¿existe convergencia con los países de la
UE15?.
Autora: Marta Pérez Garrido.
Sistemas fiscales en América Central y República Dominicana.
Autores: Santiago Díaz de Sarralde, Carlos Garcimartín y Juan Carpizo.
Los presupuestos de las Comunidades Autónomas en 2007.
Autor:
Miguel Ángel García Díaz.
Gasto sanitario público territorializado en España y sus fuentes de financiación.
Autora: Ángela Blanco Moreno.
Los Impuestos de Salida y el Derecho Comunitario Europeo a la luz de la Legislación Española.
Autores: Adolfo Martín Jiménez y José Manuel Calderón Carrero.
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La tributación del ahorro en el nuevo IRPF.
Autor:
Francisco José Delmas González.
La calificación jurídica de las operaciones vinculadas, en la imposición directa, según la modificación realizada por la
Ley 36/2006, de prevención del fraude fiscal.
Autor:
Carlos Suárez Mosquera.
Una valoración del impuesto sobre ventas minoristas de determinados hidrocarburos.
Autores: Santiago Álvarez García y Marta Jorge García-Inés.
Opiniones y actitudes fiscales de los españoles en 2006.
Autor:
Área de Sociología Tributaria. Subdirección General de Estudios Tributarios. Instituto de Estudios Fiscales.
El mercado inmobiliario: instituciones de inversión colectiva, entidades dedicadas al arrendamiento de viviendas y una
aproximación a los REIT.
Autora: Isabel Juliani Fernández de Córdoba.
The financing of the infrastructures in developing oil-producing countries: problems and solutions.
Autora: Belén García Carretero.
Puesta en circulación del euro e inflación: el antagonismo entre percepción y medición de la inflación en la eurozona.
Autor:
Juan Carlos Graciano Regalado.
La muestra de declarantes del IRPF de 2004: descripción general y principales magnitudes.
Autores: Fidel Picos Sánchez, César Pérez López, Santiago Díaz de Sarralde Miguez y Alfredo Moreno Sáez.
Las modificaciones introducidas por la Ley 36/2006 de prevención del fraude fiscal en la responsabilidad tributaria:
levantamiento del velo.
Autor:
Santos de Gandarillas Martos.
Problemática de la incorporación al ordenamiento español de prestaciones patrimoniales públicas creadas por el
derecho comunitario: especial referencia a la obligación de entrega de derechos de emisión de CO2.
Autores: Adela Aura y Larios de Medrano, Iñaki Bilbao Estrada y Joaquín Marco Marco.
Una buena estadística pública como medio para reorientar todas las políticas públicas hacia la igualdad.
Autora: María Pazos Morán.
La racionalización de la actuación administrativa en el ordenamiento jurídico italiano: el modelo de la gestión pública
por resultados.
Autora: Ximena Lazo Vitoria.
Las organizaciones no gubernamentales en el Impuesto sobre el Valor Añadido.
Autores: Susana Bokobo Moiche y Alejandro Blázquez Lidoy.
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Aspectos principales del nuevo plan de contabilidad y su efecto en el Impuesto sobre Sociedades (parte 1.ª)
Autor:
Carlos Suárez Mosquera.
Política, estructura e instrumentos para la asistencia al contribuyente.
Autor:
Alan Augusto Peñaranda Iglesias.
La idoneidad de la cuantía de los límites fiscales y financieros, así como de las distintas formas de cobro de las
prestaciones en los Planes de Pensiones: análisis comparativo de la reforma propuesta y de la regulación preexistente.
Autores: Myrian de la Concepción González Rabanal y Luis María Sáez de Jáuregui Sanz.
Precios de transferencia. Los acuerdos de costes.
Autor:
Tulio Rosembuj.
Operaciones vinculadas en el IVA: régimen comunitario y experiencias comparadas.
Autora: Antonia Jabalera Rodríguez.
Estudio de las operaciones realizadas entre Casa Central y Establecimientos Permanentes.
Autora: Amelia Maroto Sáez.
Un mecanismo de incentivos para la cobertura de riesgo regulatorio en concesiones de infraestructuras.
Autor:
Carlos Contreras Gómez.
Comentarios a la liquidación del sistema de financiación autonómico en el ejercicio 2005.
Autor:
Miguel Ángel García Díaz.
Control de operaciones financieras. Experiencias de Iberoamérica y España.
Autores: Domingo Carbajo Vasco y Pablo Porporatto.
La Ley 8/2007 de Suelo y el Catastro Inmobiliario.
Autores: Beatriz Maseda Balaguer y Francisco José Coll Almela.
IV Jornada metodológica Jaime García Añoveros. La reforma de la financiación autonómica en el marco de los nuevos
Estatutos.
Autor:
Varios autores.
La tributación indirecta del contrato de concesión de obras públicas a la luz de la ley 30/2007, de contratos del sector
público, y de la reciente doctrina de la dirección general de tributos.
Autor:
José Manuel Almudí Cid.
La evasión fiscal: origen y medidas de acción para combatirla.
Autor:
Miguel Ángel Aquino. Armonización tributaria en el MERCOSUR.
Autor:
Miguel Ángel Aquino. 15/08
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Opiniones y actitudes fiscales de los españoles en 2007.
Autor:
Área de Sociología Tributaria. Subdirección General de Estudios Tributarios. Instituto de Estudios Fiscales.
La coordinación del régimen de comercio de derechos de emisión y los impuestos autonómicos sobre emisiones
atmosféricas: ¿un supuesto de Ayuda de Estado ilegal no compatible?.
Autores: Álvaro Antón Antón e Iñaki Bilbao Estrada.
Liquidación del Sistema de Financiación Autonómico en el ejercicio 2006.
Autor:
Miguel Ángel García Díaz.
Los presupuestos de las Comunidades Autónomas en 2008 y evolución de su deuda.
Autor:
Miguel Ángel García Díaz.
Elementos adicionales de análisis en materia de no autoincriminación tributaria.
Autor:
J. Alberto Sanz Díaz-Palacios.
El impacto de la Ley de la Dependencia en las rentas de los usuarios mayores de 65 años: incidencia del copago.
Autora: Julia Montserrat Cordoniu.
Aspectos principales del nuevo plan de contabilidad y su efecto en el Impuesto sobre Sociedades (parte 2.ª contabili­
dad de sociedades).
Autor:
Carlos Suárez Mosquera.
Modificaciones en el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Júridicos Documentados (ITP y AJD).
Autor:
J. Javier Pérez-Fadón Martínez.
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