STS 5923/2007 - ECLI

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Roj: STS 5923/2007 - ECLI:ES:TS:2007:5923
Id Cendoj: 28079110012007100959
Órgano: Tribunal Supremo. Sala de lo Civil
Sede: Madrid
Sección: 1
Nº de Recurso: 3814/2000
Nº de Resolución: 958/2007
Procedimiento: Casación
Ponente: JOSE ANTONIO SEIJAS QUINTANA
Tipo de Resolución: Sentencia
SENTENCIA
En la Villa de Madrid, a trece de Septiembre de dos mil siete.
Visto por la Sala Primera del Tribunal Supremo, integrada por los Magistrados al margen indicados, el
recurso de casación contra la sentencia dictada en grado de apelación por la Sección Primera de la Audiencia
Provincial de Santa Cruz de Tenerife , como consecuencia de autos de juicio declarativo ordinario de menor
cuantía 123/97, seguidos ante el Juzgado de Primera Instancia número 4 de Santa Cruz de Tenerife, cuyo
recurso fue interpuesto por la Procuradora Doña Isabel Cañedo Vega y en nombre y representación de D.
Santiago , y como recurrido el Procurador Don Carlos José Navarro Gutiérrez, en nombre y representación
de Doña María Angeles .
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- 1.- La Procuradora Doña Monserrat Padrón García, en nombre y representación de Don
Octavio , interpuso demanda de juicio declarativo ordinario de menor cuantía contra Don Santiago y la Entidad
Mercantil Argisei S.A. y alegando los hechos y fundamentos de derecho que consideró de aplicación, terminó
suplicando al Juzgado se dictara sentencia por la que se declare lo siguiente : 1º.- Que Héctor , trabajador de
la empresa CONSTRUARTE S.A. falleció el 13 de junio de 1989, en accidente laboral, al desplomarse sobre él,
la bóveda del cine Price , en cuya demolición trabajaba. 2.- Que las causas del colapso de la bóveda, residen
en una incorrecta maniobra de demolición, unida a los impactos de la máquina retroexcavadora, propiedad
de Don Santiago , manipulada por él mismo.Todo ello se produjo , sin la presencia del arquitecto técnico
en la obra, para dirigir la demolición, pese a que conocía el estado de los trabajos. 4.- Que el propietario de
la obra, era la entidad mercantil Argisei S.A. quien contrato al proyecto de construcción y demolición, solicitó
las licencias municipales, contrató las obras con la entidad Construarte S.A. y la dirección técnica. En su
consecuencia se condene a la entidad mercantil Argisei S.A. y a D. Santiago , como responsables civiles
de los daños y perjuicios ocasionados por la muerte de D. Héctor a que indemnice a sus herederos en la
cantidad de Doce millones de pesetas ( 12.000.000 ptas), más los intereses devengados desde la fecha del
accidente y al pago de las costas del procedimiento.
2.- La Procuradora Doña Beatriz Ripolles Molowny, en nombre y representación de ARGISEY S.A.,
contestó a la demanda y oponiendo los hechos y fundamentos de derecho que consideró de aplicación,
terminó suplicando al Juzgado dictase en su día sentencia por la que desestime en su integridad la demanda ,
declarando no haber lugar a entrar en el fondo, y alternativamente , y para el supuesto de que entrase a
resolver sobre el mismo , absuelva igualmente a mi representada de los pedimentos que se contienen.
3.- Recibido el pleito a prueba se practicó la que propuesta por las partes fue declarada pertinente.
Unidas estas a los autos, las mismas partes evacuaron el trámite de resumen de pruebas en sus escritos. El
Ilmo. Sra. Magistrado-Juez del Juzgado de Primera Instancia número 4, dictó sentencia con fecha siete de
enero de 1999, cuya parte dispositiva es como sigue: FALLO: Que desestimando la demanda interpuesta por
la representación de María Angeles y Herederos de D. Octavio , contra D. Santiago y Argisei, S.A. ,sobre
reclamación de cantidad , debo absolver y absuelvo a los demandados de las pretensiones contenidas en la
demanda, condenando a la parte actora al pago de las costas devengadas.
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SEGUNDO.- Interpuesto recurso de apelación por la representación procesal de Doña María Angeles
, la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife , dictó sentencia con fecha 15
de enero de 2000, cuya parte dispositiva es como sigue: FALLAMOS: Estimar parcialmente el recurso de
apelación y revocar la sentencia de instancia respecto del demandado Don Santiago , y se declara : 1) Que
Héctor , trabajador de la empresa Construarte S.A. falleció el 13 de junio de 1989 en accidente laboral,
al desplomarse sobre él la bóveda del Cine Price, en cuya demolición trabajaba. 2) Que las causas del
colapso de la bóveda, residen en una incorrecta maniobra de demolición unida a los impactos de la máquina
retroexcavadora, propiedad de D. Santiago , manipulada por él mismo.Todo ello se produjo, sin la presencia
del arquitecto técnico en la obra para dirigir la demolición.En su consecuencia se condena a Don Santiago ,
como responsable civil de los daños y perjuicios ocasionados por la muerte de D. Héctor a que indemnice
a sus herederos , en la cantidad de DOCE MILLONES DE PESETAS ( 12.000.000 ),más los interes legales
de dicha suma desde la interposición de la demanda. Se mantiene el pronunciamiento absolutorio respecto
de la demanda ARGISEI S.A., si bien con la fundamentación distinta a la excepción de cosa juzgada. Todo
ello sin hacer una expresa declaración de imposición de las costas procesales, tanto en la primera instancia,
como en la apelación.
TERCERO.- 1.- La Procuradora Doña Isabel Cañedo Vega, en nombre y representación de Santiago ,
interpuso recurso de casación contra la anterior sentencia, con apoyo en los siguientes MOTIVOS : PRIMERO.Al amparo de lo dispuesto en el artículo 1692-4º de la Ley de Enjuiciamiento Civil y por no aplicación de
lo establecido en los artículos 1951 y 1952 del Código Civil , en relación con el artículo 544 de la Ley de
Enjuiciamiento , todos ellos relativos a la excepción de cosa Juzgada. SEGUNDO.- Al amparo de lo dispuesto
en el artículo 1692-4º de la Ley de Enjuiciamiento Civil por aplicación indebida del artículo 1902 del Código
Civil.
2.- Admitido el recurso y evacuado el traslado conferido, el Procurador D. Carlos José Navarro Gutiérrez,
en nombre y representación de Doña María Angeles , presentó escrito de impugnación al mismo.
3.- No habiéndose solicitado por todas las partes la celebración de vista pública, se señaló para votación
y fallo el día seis de septiembre del 2007, en que tuvo lugar.
Ha sido Ponente el Magistrado Excmo. Sr. D. JOSÉ ANTONIO SEIJAS QUINTANA
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- Don Santiago fue absuelto en sentencia penal previa de los hechos acaecidos el día 13
de Junio de 1989, consistentes en el derrumbamiento de la bóveda del Cine Price de Santa Cruz de Tenerife,
cuando se llevaban a cabo obras de demolición, y que ocasionaron el fallecimiento de dos operarios que
intervenían en la obra, uno de ellos Don Héctor , hijo y hermano de los actores, los cuales promovieron un juicio
de menor cuantía contra Don Santiago , palista, y la entidad Argisey SA, arrendataria y explotadora del edificio,
en reclamación de los daños y perjuicios consiguientes. Conviene señalar que en el mismo proceso penal se
dictó sentencia condenatoria frente a otras personas implicadas. La sentencia de primera instancia desestimó
la demanda al apreciar la excepción de cosa juzgada. Recurrida en apelación, la Audiencia Provincial revocó la
del Juzgado porque, aun entendiendo que entre el caso resuelto por la sentencia penal y el sometido al proceso
civil, los hechos enjuiciados eran los mismos, "la inexistencia de conducta punible no excluye necesariamente
la realidad de un ilícito civil siempre que resulte demostrado. Así para calibrar los efectos reflejos de una
sentencia penal en un determinado procedimiento civil hay que partir, única y exclusivamente, del contenido
de los hechos probados, pero nunca se puede afirmar que los razonamientos jurídicos de la misma deban
ser tenidos en cuenta, inexcusablemente, en el orden civil". En su vista, y tras valorar los hechos estima
concurrente los requisitos del artículo 1902 CC; condena a Don Santiago y absuelve a la codemandada
porque los trabajos se realizaron sin conocimiento del Aparejador que había contratado.
SEGUNDO.- El primer motivo del recurso considera infringido los artículos 1951 y 1952 del CC, en
relación con el artículo 544 de la LEC, referidos a la excepción de cosa juzgada. El motivo se desestima, no
tanto por el evidente error en de cita de unos artículos que nada tienen que ver con la cosa juzgada, cuanto
porque sobre la vinculación de los órganos jurisdiccionales civiles a las sentencias recaídas en un proceso
penal previo, existe consolidada jurisprudencia de esta Sala recogida, entre otras, en las sentencias de 16 de
octubre de 2000, 27 de mayo 2003 y 17 de mayo de 2004, conforme a la cual tratandose de sentencias penales
absolutorias, como es el caso para quien ahora recurre, no existe otra vinculación para el juez civil que la
declaración de no haber existido el hecho de que la acción civil hubiera podido nacer, y fuera de este supuesto
cabe plantear la demanda, cuya respuesta judicial mediante sentencia, debe fijar el "factum" en relación al
material probatorio obrante en el pleito. La inexistencia de conducta punible no excluye necesariamente la
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realidad de un ilícito civil siempre que resulte demostrado.El art. 116 LECrim se limita a establecer que si
la Sentencia penal resulta absolutoria por declarar que el hecho que fue objeto del enjuiciamiento criminal
no existió, esta declaración, una vez que adquiere firmeza, vincula a los Tribunales civiles, y es evidente
que la Sentencia recaída en el juicio penal previo no declaró que el hecho enjuiciado no había existido,
sino que este hecho no podía atribuirse a la autoría del ahora demandado, a los efectos de imputarle la
responsabilidad criminal; declaración que no está cubierta por el efecto positivo de la cosa juzgada que
establece la citada norma, ni impide por tanto que los Tribunales civiles puedan valorar las pruebas y apreciar
los hechos nuevamente en el plano de la responsabilidad civil, en el que, junto al criterio estricto de la autoría
material, pueden utilizarse otros elementos y criterios de imputación (STC 28 de enero 2002).
TERCERO.- El segundo motivo acusa infracción del artículo 1902 del Código Civil porque la sentencia
ignora los hechos probados de la sentencia penal sobre la causa del derrumbamiento y porque D. Santiago
actuó como palista contratado por horas desconociendo el proyecto de demolición y sin conocimientos técnicos
sobre la sujeción de la bóveda, estándo a las ordenes directas del contratista y del encargado de la obra por
lo que no le era previsible el riesgo. El motivo se estima. Lo que la sentencia imputa al palista-recurrente es
que tuvo "una intervención decisiva en el hecho mediante los golpes que para acelerar la demolición realizaba
con la pala, cuando era evidente el riesgo de derrumbe por la oscilación de la bóveda, circunstancia advertida
por los operarios y diligencia exigible a un profesional conocedor de la potencia del impacto de la máquina
retroexcavadora, para el que no pueden servir de excusa las ordenes del encargado en tal sentido".
Lo que la sentencia sienta como probado es la causalidad material o física puesto que la actuación de
la pala manejada por el palista determinó la caída de la bóveda y las consecuencias dañosas consiguientes,
pues así resulta de los elementos de hecho que resultan de la propia sentencia, tomados de la penal.
Ahora bien, lo que no es posible es poner a su cargo el resultado con la consiguiente atribución de culpa
y responsabilidad. El relato fáctico pone de manifiesto la existencia de una situación de riesgo para las
personas que se encontraban en el interior del local como consecuencia de no haberse adoptado las medidas
de seguridad por parte del encargado de la obra, D Carlos Manuel , dirigido por D Ricardo (ambos condenados
en vía penal), no obstante haber advertido deficiencias en los pilares, de no haber impedido que la pala
golpeara las secciones de los tirantes que se iban cortando, "para hacer más rápido su corte y desmontaje",
suspendiendo, en suma, los trabajos pese a haber advertido que "la bóveda comenzaba a oscilar".Y siendo
ello así, la conclusión de la resolución de instancia, al entender que el accidente se produjo también por la culpa
del palista, es equivocada. En primer lugar, hay causalidad jurídica -atribuibilidad- pues se creó el riesgo del
resultado jurídicamente desaprobado y que era previsible dadas las características de la pala (retroexcavadora
Proclain 90B, con un brazo de unos 8,90 metros de altura) y la forma de desarrollarse los trabajos, por lo
que la falta de las medidas de seguridad aparece como causa próxima y adecuada para producir el daño.
Ahora bien, el juicio de reproche subjetivo y consiguiente responsabilidad recae sobre quienes emplearon
y dirigieron la actuación del palista y no sobre este que nada pudo hacer por evitar el daño cumplimentando
unas medidas de seguridad que no eran de su conocimiento ni incumbencia. En tal condición no es posible
imputarle, salvo desde un aspecto meramente especulativo, una acción u omisión jurídicamente relevante,
pues su trabajo se ceñía exclusivamente al correcto manejo de la pala, haciéndolo bajo la dirección técnica
del encargado, conocedor de la lex artis y del riesgo objetivo que conllevaban los trabajos; todo ello sin que
al palista se le achaque desobediencia a las directrices del encargado ni un actuar concreto que incidiese de
forma directa en la producción del daño.
CUARTO.- En cuanto a las costas de ambas instancias, se mantiene el pronunciamiento de la Audiencia,
que apreció la concurrencia de circunstancias excepcionales; y por lo que respecta a las del recurso de
casación, no se hace pronunciamiento especial.
Por lo expuesto, en nombre del Rey y por la autoridad conferida por el pueblo español
FALLAMOS
Declarar haber lugar al recurso de casación interpuesto por la Procuradora Doña Isabel Cañedo Vega,
en nombre y representación de D. Santiago , contra la Sentencia dictada en 15 de Enero de 2000, por la
Sección Primera de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife, la cual casamos y anulamos en el
único sentido de que absolver a D. Santiago de la demanda contra él formulada por Doña María Angeles y
la Comunidad Hereditaria por fallecimiento de Don Octavio , manteniendo la sentencia de dicha Audiencia en
todo lo demás, incluidos sus pronunciamientos sobre costas; respecto a las de casación, cada parte satisfará
las suyas.
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A su tiempo, comuníquese esta resolución a expresada Audiencia, devolviéndole los autos y rollo de
Sala que remitió.
Así por esta nuestra sentencia, que se insertará en la COLECCIÓN LEGISLATIVA pasándose al efecto
las copias necesarias, lo pronunciamos, mandamos y firmamos Román García Varela .- José Antonio Seijas
Quintana.-Ignacio Sierra Gil de la Cuesta.Firmado y Rubricado.- PUBLICACIÓN.- Leída y publicada fue la
anterior sentencia por el EXCMO. SR. D. José Antonio Seijas Quintana, Ponente que ha sido en el trámite de
los presentes autos, estando celebrando Audiencia Pública la Sala Primera del Tribunal Supremo, en el día
de hoy; de lo que como Secretario de la misma, certifico.
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