Inventario español de los conocimientos tradicionales relativos a la

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Fagus sylvatica L.
Familia: Fagaceae
haya, faig, pago, faia
USOS PRINCIPALES
GRADO DE AMENAZA
Y PROTECCIÓN LEGAL
Lista Roja: RD 139/2011: Catálogos autonómicos: CM; MD
Javier Tardío
Directiva Hábitats: -
NOMBRES VULGARES
CONOCIMIENTOS TRADICIONALES
Castellano: haya (nombre generalizado), fago, fau (AR). El fruto: hayuco (nombre generalizado); hobe (CL, RI) [1-19].
ALIMENTACIÓN HUMANA
Catalán: faig. El fruto: faja (CT) [20-24].
Comestibles-Frutos secos y oleaginosos
Euskera: pago (NC, PV). El fruto: pago ezkur [16,17,25-28].
El consumo de los frutos ha estado muy extendido por aquellas regiones en las que este árbol se desarrolla de forma espontánea: Aragón
[1], Asturias [2,3], Cantabria [3,4], Castilla y León [3,5,6], Castilla-La Mancha [8], Cataluña [22], Madrid [11,12], Navarra [26] y País Vasco [25]. Los
hayucos maduran en otoño y era costumbre comerlos crudos una vez
pelados, como si de pipas se tratara. Se les considera de mejor sabor
que las bellotas [3,25], aunque en algunos lugares indican que dolía la
cabeza si se comían muchos y por eso también solían tostarse [4,12,26].
Gallego: faia (GA). El fruto: fou [29].
DESCRIPCIÓN
Árbol hasta de 35 m, caducifolio, monoico, con corteza lisa de
color grisáceo o blanquecino, tronco recto y copa cónica cuando es
joven, e irregular y muy ramificada en ejemplares adultos; ramas con
frecuencia horizontales y follaje denso. Hojas de (3) 5-10 cm, opuestas, ovadas o elípticas, agudas, con el margen algo ondulado, con
nervios laterales paralelos bien visibles, brillantes y glabras en el haz,
con pecíolos pelosos. Inflorescencias masculinas globosas, largamente pedunculadas, en amentos colgantes, las femeninas 2-3 agrupadas y rodeadas por brácteas. Frutos o hayucos 1,3-2,7 x 0,7-1,1 cm,
ovoide-triangulares, de superficie lisa y color castaño, encerrados en
una cúpula de 2-3 cm, con espinas blandas y ganchudas, que se
abre en 4 valvas.
Grasas alimentarias
Los hayucos son frutos oleaginosos, y en amplias zonas de la cornisa cantábrica después de la Guerra Civil llegaron a recogerse para
venderlos y extraer aceite, que se usaba para guisar, elaborar jabón y
para los candiles [3,4,18].
Bebidas alcohólicas
En Cataluña se han usado los hayucos macerados en aguardiente
para la elaboración de licores [22].
HÁBITAT, FENOLOGÍA Y COROLOGÍA
Golosinas y masticatorias
En el País Vasco y Navarra [25,26] estuvo estuvo extendida la costumbre de mascar hojas jóvenes de haya. Hacia finales de primavera
y durante los meses de verano, al tiempo que se realizaban las tareas
del monte, sobre todo los carboneros y pastores, era común que se
mascaran unas hojas de haya, como una forma de entretener el hambre y quitar la sed. También en Asturias, aunque en menor medida,
parece que se consumían hojas de haya [2]. En los Picos de Europa
[3], especialmente en primavera se chupa la “telilla” (cambium) situada
debajo de la corteza de los brotes verdes, ya que es muy dulce por su
alto contenido en savia.
En climas frescos y húmedos, en laderas de montaña y valles, con
preferencia en suelos profundos de naturaleza caliza. 0-1900 m.
Florece de abril a junio. Fructifica de agosto a octubre.
Zonas templadas del centro y oeste de Europa. Ausente en Portugal, en España vive sobre todo en las montañas de la mitad norte,
más abundante hacia el este; llega a algunas laderas umbrías de la
sierra de Ayllón en el Sistema Central y a las montañas del norte de
Castellón. En Pirineos forma bosques mixtos con el abeto (Abies alba
Mill.).
Autores: Gorka Menendez Baceta, Manuel J. Macía, Ramón Morales, Javier Tardío y Manuel Pardo de Santayana
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MAPA DE USO TRADICIONAL
MEDICINA
En términos generales, el haya ha sido
poco utilizada en fitoterapia popular.
Sistema digestivo
En los valles aragoneses de Ansó y
Hecho, el agua del carbón de haya se
empleaba en forma de enjuagues, para
rebajar las inflamaciones de la boca [1].
Sistema respiratorio
La brea que quedaba pegada en las
chimeneas al quemar su madera, llamada sarru en los Picos de Europa, era
considerada muy buen remedio contra la
pulmonía, en forma de friegas o tomando la decocción, aunque se consideraba
muy fuerte [3,4].
km
Musculatura y esqueleto
Se han llegado a utilizar tablillas de
madera de haya para tratar las roturas de
huesos [16].
ALIMENTACIÓN ANIMAL
En Navarra, el ritual de la noche de San Juan para curar las hernias
infantiles, muy extendido antaño en España y realizado en torno a diferentes especies arbóreas, se hacía en un haya [16].
Forraje verde o seco
En Cantabria, Asturias y Castilla y León se recogía su hoja a finales
de verano y principios del otoño para alimentación de cabras y ovejas,
aunque si faltaba hierba también se les daba a las vacas [3,4]. Del mismo modo, se recogían en primavera los amentos masculinos, llamados
“gromos”, para dar de comer al ganado [3].
Síntomas y estados de origen indefinido
En Ansó y Hecho [1] se tomaba el cocimiento de la corteza para
bajar la fiebre.
Pienso
USO TÓXICO Y NOCIVO
Los hayucos también han sido destinados a la alimentación del ganado, sobre todo para los cerdos. Podían recogerse o aprovecharse
en montanera, es decir, conduciendo el ganado al monte a que los
comiera directamente del suelo [1-4,17,18,20,25].
Tóxicas para humanos o animales
Como se ha indicado en la categoría de alimentación humana, en
algunos lugares consideraban que los hayucos en crudo tenían cierto
grado de toxicidad [3,4,12]. De hecho, la cápsula que envuelve el fruto
contiene ciertas sustancias tóxicas (trimetilamina y colina) que en grandes cantidades pueden ser tóxicas [18,26].
USO COMBUSTIBLE
Leñas
Javier Tardío
En las regiones en las que es abundante, su uso como leña es
habitual, siendo su madera una de las mejor valoradas, aunque
no tanto como la de otras fagáceas como el roble o la encina [24,13,17,18,26,27,29,30]. Tanto para la cocina como para el horno de leña
o los caleros, su uso ha estado muy extendido, pues tiene un alto poder
calorífico y arde rápido. Existen diversos dichos populares asociados
al valor del haya como combustible. En Asturias y Cantabria [2,4] dicen “El acebo/fresno le dijo al haya: si por la vergüenza fuera, ardería
hasta debajo del agua”. En la zona asturiana de Picos de Europa [3]
se registra este otro: No hai bebida como l’ agua, no hai pan como lo
d’escalda, no hai lleñe como lo del h.aya.
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En Galicia [29] las devesas (fragas o bosques mixtos con hayas)
han sido siempre las reservas de madera, leña y caza. Su mayor
resistencia a los incendios es conocida en Asturias, donde dicen: La
faya no arde tan bien y bajo el árbol non crez maleza. Sin embargo, el
pinu repoblado arde hasta les puntes, porque tién resina [2].
Inventario Español de los Conocimientos Tradicionales relativos a la Biodiversidad
Carbón
y objetos [2-5,17,19,23,24,27,31,33,34]. Algunas zonas destacaban por
la habilidad y destreza que mostraban sus artesanos en la talla de la
madera de haya. Entre otras eran famosas las sillas y “zoquetas” que
se hacían en la montaña alavesa (Santa Cruz de Campezo, Valle de
Arana), las “madreñas” asturianas de Somiedo y Caso o los famosos
yugos vizcaínos [32]. Una de las particularidades de esta madera es
que no tinta ni desprende olores o sabores, con lo que ha sido especialmente valorada para elaborar útiles que vayan a estar en contacto
con alimentos como cubiertos, cuencos o recipientes [18]. En Asturias la
consideran suave y fácil de trabajar, aunque muy pesada [2].
Por su abundancia en el norte de la Península, la madera de las ramas, el tronco y las raíces fue una de las principales fuentes de carbón
vegetal, aunque en general era mejor considerado el de roble o encina
[3-5,8,17,27,31].
Para ahumar
En los Picos de Europa y Campoo (Cantabria) [3,4], al curar la matanza se solía preferir leña de haya, pues la de roble podía dar acidez a la
carne. También se usaba para secar y/o ahumar quesos.
Incluso en algunos lugares en que no crecen hayas, como en Salamanca [6], Cáceres [10], Mallorca [21] o Ciudad Real [9], los carpinteros y
ebanitas compraban su madera para trabajarla.
Luz
Hasta hace 40 años en León y Palencia se usó el aceite de los
hayucos para iluminación con los candiles [18].
CONSTRUCCIÓN
Embarcaciones
En la región catalana del Alt Empordà la madera se usó para la
elaboración de las sillas de las embarcaciones. Se empleaba solo para
las sillas, porque si esta madera está en contacto permanente con el
agua dicen que se pudre [22].
Un caso peculiar de embarcación es el de las almadías, balsas de
troncos de madera cuya función es la conducción de los propios troncos por los ríos hasta los aserraderos. Aún hoy, en forma de recreación
folclórica, se siguen construyendo en el valle navarro del Roncal. Para la
elaboración de las balsas, se usa principalmente madera de pino y de
abeto. Si se usan troncos de haya, tienen que ir intercalados entre troncos de pino debido a la alta densidad del haya. Además, los barreles
(travesaños) y las remeras de la almadía también se confeccionaban
con madera de haya [15,19].
Carros y otros vehículos terrestres
En la construcción de carros y aperos de transporte se utiliza el
haya, porque es dura y resistente, aguanta el roce y no se desgasta
[2-4,17,18,27,29,31-33]. Se empleaba para todo tipo de piezas: para los
brazos de la caja del carro, para las teleras, el eje, los frenos, la cama
y las ruedas. También se usaba para la elaboración de narrias, una
especie de trineo para el transporte de cargas, denominados rametus
en Asturias [2] y “basnias” en Cantabria [32].
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Casas, edificios e instalaciones agropecuarias
En Cantabria [4] se empleaba en los molinos, pues no pudre, sobre
todo si se pone verde. En construcciones secundarias como la hornera,
el techo podía hacerse con ramas cortadas enteras, con las hojas, no
siendo necesaria ripia ni “mullía” (cama de hojas sobre las que se colocaban las tejas) [3,4]. En el País Vasco y Navarra, era común el uso del
haya en las cubiertas de los caseríos [14,17], incluso como vigas principales [14]. En Asturias y Cantabria era una de las maderas preferidas
para la elaboración de puertas [32].
Cosmética, perfumería y limpieza
La brea de haya o sarru se mezclaba con ceniza y era empleada
como desinfectante de la ropa, al hacer la colada [3].
Herramientas y utensilios
Infraestructuras
La madera de haya se ha usado para elaborar herramientas y
utensilios de todo tipo: arados, palas para los hornos, mangos, esquís,
cachabas, guadañas, platos, yugos, rastros, zoquetas, avientos [25,9,10,17-19,22,27,31-34].
En Piloña, Asturias [2], se usaba para construir el “pisón” o “batán”:
todo el conjunto estaba hecho de roble y castaño, excepto los travesaños (puerques) en los que van los mazos, que podían ser de haya. En
el País Vasco, en la construcción de las ferrerías se utilizaba un grueso
tronco de haya, llamado gabioñe, como eje del martillón o gabia [26].
Juguetes e instrumentos deportivos y musicales
En Mallorca [21] se usó la madera para fabricar tamboriles y en Cantabria [4] para chiflas. También en Cantabria y en los Picos de Europa
[3] las bolas con las que se jugaba a los bolos eran de haya, así como
el tablero del pasabolo.
INDUSTRIA Y ARTESANÍA
En todos los lugares en los que el haya es abundante, su madera ha
sido muy apreciada para la talla de todo tipo de piezas, herramientas
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Fagus sylvatica L.
Árboles o arbustos singulares
Con la corteza de las ramas jóvenes se elaboraban carracas y ronquiellas para espantar al ganado o simplemente por diversión [3]. La
madera también se usaba para fabricar trompos (peonzas) [10,31,32],
así como para hacer las palas para jugar a pelota en los frontones del
entorno vasco-navarro-riojano [18].
Hay numerosas hayas que por su tamaño o longevidad, aparecen
recogidas en las diferentes legislaciones autonómicas como árboles
singulares merecedores de especial protección: una en el País Vasco,
tres en Navarra, nueve en Cantabria y Cataluña, cinco en Castilla y León
y diez en Aragón.
Mobiliario y enseres domésticos
Cubiertos, artesillas, piezas del telar, sillas y muebles en general se
hacían con madera de haya en Cantabria [3,4], Asturias [2,3], Castilla y
León [3,5,6], Navarra [13] y País Vasco [27,31,32].
ECOLOGÍA
Cestos, recipientes y envoltorios
El haya es un árbol de carácter montano, por eso en Asturias se
dice “El roble de la marina y la faya del monte” [2]. A esos bosques de
hayas la tradición popular se ha referido de diferentes formas: devesas
en Galicia [29], hayad en Segovia [5], chaparral en Madrid [11], hayal en
Cantabria [4], faeu o fayadal en Asturias [2], fageda en Cataluña [20].
Hábitat
Los dujos de haya, colmenas hechas de un tronco vaciado, eran
muy valorados por ser muy duraderos: “Lo de haya dura lo de un hombre”, se decía en Campoo [4].
En Piloña, cuando había que hacer un montón de hierba en el campo, pues no quedaba sitio en el pajar, debajo del montón de hierba
se ponía una capa de hojas, entre otras de haya, para aislar la hierba
de la humedad.
En el centro peninsular existen numerosas evidencias de que en el
pasado la presencia del haya fue mayor. Prueba de ello son los registros existentes en la flora (hayas aisladas, cortejo floral asociado), en la
tradición oral o en la toponimia de las provincias de Madrid [11], Segovia
[5], Salamanca [6], Cuenca [7] y Guadalajara [8]. Al parecer la disminución del haya se debió a la acción humana. Algunos ejemplos de
toponimia asociada al haya se pueden observar en Navafría, Segovia,
donde queda el topónimo La Vuelta del Haya [5] o en Tragacete, Cuenca, donde existe un paraje con el nombre de Puntal de los Hayales [7].
Vestimenta y adornos personales
En Asturias, Cantabria y Castilla y León se usó para tallar calzado de
madera: madreñes, albarcas y zuecos, pues son duras y resistentes. En
Asturias se dice que son más secas que las de abedul y por ello más
ligeras al no absorber agua [2-4].
USOS MEDIOAMBIENTALES
MANEJO DE LAS ESPECIES
Mejora del suelo
Recolección
La hoja servía de cama para cerdos, ovejas y vacas en Cantabria,
País Vasco y Navarra [4,17,26]. Una vez mezclada con los excrementos y
orines del ganado se usaba de abono en los campos.
Los hayucos maduran y se recogen a finales de verano e inicios de
otoño [4,12]. En algunos lugares incluso se llegó a varear las hayas para
recolectar grandes cantidades de fruto [12].
USOS SOCIALES, SIMBÓLICOS Y RITUALES
Cultivo
En Piloña se cita el haya como una de las especies autóctonas
cultivadas en la comarca [2]. En el País Vasco, los fueros han regulado
históricamente la extracción y plantación de hayas, robles y castaños
con una regulación muy estricta. Sin embargo, a partir de finales del
siglo XVIII con la implantación masiva de las ferrerías y el mayor consumo de carbón vegetal, el aumento de la presión sobre el bosque se
incrementó enormemente, llegando a desbordar dicha regulación. El
resultado fue la práctica deforestación de Vizcaya y Guipuzcoa a inicios
del siglo XX [30].
Rituales del ciclo anual
En Carabeos, Cantabria [4], por San Juan y San Pedro se solía enramar con hayas del monte. En el País Vasco y Navarra, en Nochebuena
era costumbre encender un fuego en casa con una gran haya que se
traía expresamente para la ocasión [14,35]. El tronco se mantenía en el
fuego bajo durante días hasta que se consumiera. En Piloña, Asturias,
[2] con las hojas se hacía el suelo de los belenes.
El mayo o maiatz es el nombre con el que se conoce en muchos
pueblos al árbol colocado en la plaza del pueblo, que se convierte en
primavera en centro de bailes y festejos. En el valle alavés de Arana
solía talarse un haya bien derecha y larga para este fin el 3 de mayo,
día de Santa Cruz [34]. De forma similar el día de San Juan en muchos
pueblos del País Vasco y Navarra se colocaba un gran haya en el centro del pueblo [28,36].
Otras actividades de manejo
La corta y explotación de la madera ha estado ampliamente extendida. Generalmente la corta se realizaba en los meses de invierno,
cuando “el haya no tiene savia” [3,8,17], mediante poda [11,17,30], corta
a matarrasa [8], entresaca [8,17] o tala selectiva [1].
Las ramas de árboles trasmochos se empleaban para leña y carbón, mientras que se dejaban árboles bravíos, sin trasmochar, cuya
madera se empleaba para construcción [24]. En este sentido, los árboles bravos se gestionaban con celo y existían vedados en los montes
comunales de los que solo estaba permitido cortar estas hayas para la
construcción, no para la industria maderera o la recogida de leña [14].
Se recomendaba que la madera destinada a la construcción una vez
cortada estuviera durante varios años (4 o 5 años) “reposando” antes
de trabajarla [3,17].
Rituales de incertidumbre, protección y aflicción
En el País Vasco y Navarra [16] es habitual asignar al haya, junto
con el espino blanco (Crataegus monogyna Jacq.) cierto poder protector
respecto a los rayos.
Literatura oral popular
Sobre la procedencia del pedernal o tximistarri (piedra de rayo en
euskera), se tiene la creencia de que cuando un rayo impacta contra un
haya, roble o fresno (Fraxinus excelsior L.), introduce estas piedras hasta
las raíces del mismo [28]. Algunos dichos populares sobre la madera
del haya se han comentado en el apartado de leñas.
Para la corta y poda se tenía en cuenta el estado de la luna que en
general debía de ser menguante, pues es en ese momento la savia
está más parada [3,17,28,31].
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VALORACIÓN
El haya es un árbol del que se aprovecha sobre todo su madera,
siendo esta omnipresente en la vida cotidiana de muchos pueblos y
aldeas del norte de España. El principal uso tradicional ha sido como
combustible y para la elaboración de artesanías, herramientas, aperos
o mobiliario.
Hoy en día, la mayor parte de los usos tradicionales han quedado relegados al olvido. El uso artesanal de la madera es testimonial
si se compara con la importancia que tuvo en el pasado, siendo en
la actualidad una actividad lúdica o destinada fundamentalmente a
la venta para el turismo. La elaboración de carbón ha desaparecido por completo (salvo excepciones de carácter folclórico-turístico),
mientras que el uso de la leña de haya ha descendido notablemente, aunque sin llegar a desaparecer, especialmente en aquellas
zonas donde los hayedos se gestionan por el sistema de suertes.
En este sentido, la implantación de áreas naturales protegidas ha
limitado la recogida de leña en el monte y en muchos casos se ha
dejado de recolectar.
Teresa Tomás
A pesar de todo, en muchos lugares los hayedos no han dejado de
gestionarse con fines extractivos y la madera de haya ocupa un lugar
importante en el mercado, lo que indica que sigue siendo valorada por
la industria maderera. Según el Anuario de Estadística Forestal, en 2010
se extrajeron 95.501 m3 de madera y 36.000 tm de leña, siendo las
principales provincias productoras Cantabria, León, La Rioja, Navarra y
Huesca [39]. Aún en La Rioja hay una cooperativa que se dedica a la
construcción de ciertos muebles de haya.
Por último, el consumo del hayuco es anecdótico hoy en día y está
únicamente ligado a actividades de campo como el pastoreo, carboneo, labores del monte o a periodos de escasez.
REFERENCIAS
1. Villar et al. 1987; 2. San Miguel 2004; 3. Lastra 2003; 4. Pardo de
Santayana 2008; 5. Blanco 1998; 6. Velasco et al. 2010; 7. Fajardo et
al. 2007; 8. Gil Pinilla 1995; 9. Verde et al. 2000; 10. Tejerina 2010; 11.
Aceituno-Mata 2010; 12. Tardío et al. 2002; 13. Palacios & Urtasun 2011;
14. Orduna 2004; 15. Guerrero 1992; 16. Barandiaran & Manterola 2004;
17. Zapata & Peña 2003; 18. Oria de Rueda 1998; 19. Garmendia 2007g;
20. Bonet 2001; 21. Carrió 2013; 22. Parada 2008; 23. Rigat 2005; 24.
Selga 1998; 25. Menendez Baceta et al. 2012; 26. Pérez Altamira 2007a;
27. Garmendia 2007a; 28. Garmendia 2009; 29. Blanco 1996a; 30. Meaza et al. 2004; 31. Garmendia 2007b; 32. González-Hontoria 1998; 33.
Garmendia 2007d; 34. Garmendia 2007c; 35. Garmendia 2007e; 36.
Garmendia 2007f; 37. Laguna 1555; 38. Font Quer 1961; 39. Anuario de
Estadística Forestal 2010.
REFERENCIAS HISTÓRICAS
Al igual que distintas especies del género Quercus, el haya era
usada en la medicina greco-romana. Así Dioscórides (siglo I, ed. Laguna 1555) dice que el majado de sus hojas “deshace las hinchazones
y fortifica las partes blandas” [37]. En esa misma obra Laguna indica,
entre sus comentarios, que “el fruto es dulce y de grato sabor, aunque
estíptico (astringente) al gusto”. El italiano Mattioli que, al igual que Laguna, hizo una traducción comentada de Dioscórides, explica en sus
comentarios que “las hojas del haya, mascadas, se aprovechan en las
dolencias de las encías y de los labios” y también que “la ceniza de los
hayucos se usaba para preparar linimentos para evacuar las piedras
de los riñones” [38].
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