253830. . Tribunales Colegiados de Circuito. Séptima Época. Semanario Judicial de la Federación. Volumen 88, Sexta Parte, Pág. 70. PRUEBA PERICIAL EN EL AMPARO. REQUERIMIENTO INFUNDADO. Del contenido del precepto relativo, se infiere que la prueba pericial en materia de amparo se integra con el solo dictamen que rinda el perito designado por el Juez, teniéndose por desahogada aun sin los peritajes que produzcan los peritos designados por las partes, circunstancia que entraña una diferencia de lo que ocurre en el procedimiento común federal, dentro del cual este medio probatorio tiene un carácter colegial puesto que para que se integre ese medio probatorio se requiere la designación necesaria de los peritos por las partes, y en su caso, del tercero en discordia, en condiciones de que si una de las partes no hace la designación que le corresponde el Juez hará los nombramientos pertinentes, como lo establecen los artículos 146 y 153 del Código Federal de Procedimientos Civiles. No obstante el carácter especial de la prueba de que se trata, la ley otorga a las partes el derecho de designar perito para que se asocie al designado por el Juez o rinda dictamen por separado, pero sin la necesidad de que conmine al oferente de la prueba o a las otras partes para que hagan la designación de perito, ni para que rindan su dictamen, con el apercibimiento de que designen uno nuevo en sustitución del omiso, para que emita el dictamen correspondiente, pues, como se indicó, en el juicio de amparo la prueba pericial se integra, en principio, con un solo dictamen que rinda el perito designado por el Juez, y no tiene aplicación supletoria lo que dispone el artículo 147 del Código Federal de Procedimientos Civiles, que tampoco prevé el apercibimiento hecho por el Juez a quo. De lo anterior se puede colegir que las partes se encuentran legitimadas, aunque no obligadas, a designar un perito el cual podrá asociarse al designado por el Juez o rendir dictamen por separado; se confiere, pues, un derecho a las partes para intervenir en la prueba pericial, pero no entraña tal circunstancia una obligación de nombrar su perito, para que se integre la prueba. En tales condiciones, no resulta correcto que el Juez de amparo aperciba a las partes, para que en caso de no designar perito, se le tenga por adherido al dictamen que rinda el técnico designado por el Juez, toda vez que el artículo 151 de la Ley de Amparo le otorga el derecho, que no la obligación de nombrar perito, puesto que su omisión sólo determinará que el Juez califique en su oportunidad el resultado del dictamen del perito que hubiere designado y en caso contrario y otorgado el derecho a las partes de designar peritos, el Juez en su caso, con la facultad discrecional que le otorga la ley, podrá, fundado en los principios de la lógica, atender a la opinión que le proporcionen los dictámenes que rindan los peritos en el juicio para establecer la validez lógica de aquél o aquéllos que le merezcan crédito en sus conclusiones por la experiencia técnica o científica respecto del hecho concreto que forma la materia de la prueba, y que escape a los conocimientos que puedan suponerse propios de la cultura general del juzgador. PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO. Queja 14/76. Jorge Díaz Estrada, representante legal de Inmobiliaria Leonesa, S.A. 27 de abril de 1976. Unanimidad de votos. Ponente: Jesús Ortega Calderón. -1-