1 HISTORIA DE IRLANDA 1 Historia temprana 2 Edad medieval temprana 3 Intervención inglesa 4 La reforma protestante 5 Historia contemporánea de Irlanda o 5.1 Problemas económicos del Siglo XIX, La Hambruna o 5.2 Movimiento hacia la Autonomía o 5.3 Separatismo militante o 5.4 Guerra de Independencia o 5.5 Guerra Civil (1922-1923) 6 Problemas económicos y sociales 7 Bibliografía Historia temprana Lo escaso que se conoce sobre la Irlanda pre-cristiana proviene de referencias en escrituras romanas, poesía irlandesa y mitos además de la arqueología. Sus primeros habitantes, pueblos de una cultura de mediados de la Edad de Piedra, o mesolítica, arribaron poco tiempo después del año 8000 adC, cuando el clima se había tornado más hospitalario tras el retroceso de los hielos polares. Entre tres y cuatro milenios más tarde la agricultura fue introducida desde el continente, llevando a una cultura neolítica caracterizada por la aparición de gigantescos monumentos de piedra, muchos de ellos alineados astronómicamente. La cultura resultó próspera y la isla se pobló más densamente. La Edad de Bronce, la cual comenzó alrededor del 2500 adC, trajo consigo la producción de elaborados ornamentos y armas de oro y bronce. Según una tradición razonable que aparece en el Libro de las invasiones irlandés, en el siglo XIII a.C. los milesios irlandeses de origen cretense huyeron a Siria pasando por Asia Menor y desde allí navegaron hacia el oeste hasta Getulia en el norte de África, y por fin llegaron a Irlanda pasando por Brigantium (Compostela, en el noroeste de España). La Edad de Hierro en Irlanda es asociada con los celtas, un pueblo el cual se esparció por Europa y Gran Bretaña a mediados del primer milenio adC. Los celtas colonizaron Irlanda en una serie de oleadas entre los siglos VIII y I adC. 2 Los gael, la última ola de celtas, conquistaron la isla y la dividieron en cinco reinos, en los cuales, a pesar de los constantes conflictos, floreció una cultura rica. La sociedad de estos reinados fue dominada por druidas: sacerdotes quienes servían como educadores, médicos, poetas, videntes y legisladores. Los romanos se refirieron a Irlanda como Hibernia. Ptolomeo en el 100 dC registró en detalle la geografía y tribus de Irlanda. Irlanda nunca fue parte formal del Imperio Romano, sin embargo la influencia romana se expandió ampliamente fuera de los límites formales del imperio. Tácito escribió que una tribu irlandesa se encontraba en Bretaña y que regresaría a Irlanda para recobrar el poder. Juvenal nos dice que las "armas romanas han sido llevadas más allá de las costas de Irlanda". De haber invadido Irlanda, Roma no dejó mucho detrás. La exacta relación entre Roma y las tribus de Hibernia permanece sin esclarecer. La tradición dice que en el año 432 San Patricio arribó a la isla y que, en años sucesivos, trabajó para convertir los irlandeses al cristianismo. Patricio preservó los patrones tribales y sociales de los irlandeses, codificando sus leyes y cambiando únicamente aquellas que entraban en conflicto con las prácticas cristianas. Se le acredita también el haber introducido el alfabeto romano, el cual permitió a los monjes irlandeses preservar partes de la extensa literatura oral celta. La tradición druida colapsó ante la introducción de la nueva fe y los eruditos irlandeses se especializaron en el aprendizaje del latín y las prácticas cristianas en los monasterios que pronto florecieron en la isla. Se destacaron los monjes Columbano y Kevin de Glendalough, que fueron canonizados. Misioneros de Irlanda a Inglaterra y el continente esparcieron las noticias del florecimiento del aprendizaje y varios eruditos de otras naciones se acercaron a los monasterios irlandeses. La excelencia y aislamiento de estos monasterios ayudaron a preservar el aprendizaje del latín durante la Edad Oscura. Los artes de la escritura, la metalurgia y la escultura florecieron y produjeron tesoros tales como el libro de Kells, joyería ornamentaria y varias cruces talladas en piedra que pueblan la isla. Edad medieval temprana Esta edad dorada de cultura irlandesa cristiana fue interrumpida en el siglo IX por 200 años de guerras intermitentes con oleadas vikingas, las cuales saquearon monasterios y pueblos. Thorgest (en latín Turgesius) fue el primer vikingo en intentar fundar un reino irlandés. Subió por los ríos Shannon y Bann y creó un reino abarcando Ulster, Connacht y Meath, el cual duró desde 831 hasta 845. En 845 fue asesinado por Malachy (Maelsechlainn), rey de Meath. En 848 Malachy, entonces alto rey, derrotó un ejército escandinavo en Sciath Nechtain. Sosteniendo que su lucha era aliada de la lucha cristiana contra los paganos pidió apoyo al emperador Carlos el Calvo, aunque sin resultados. En 852 los vikingos Ivar Beinlaus y Olaf el Blanco desembarcaron en la costa de Dublín y establecieron allí una fortaleza, sobre la cual yace ahora la ciudad de Dublín (del irlandés 3 gaélico Án Dubh Linn, lo que significa "piscina negra"). Este momento es generalmente considerado como la fundación de Dublín. Los vikingos fundaron varios otros pueblos sobre la costa de Irlanda y luego de varias generaciones surgió un grupo mixto de irlandeses y escandinavos (los así llamados GallGaels, Gall siendo la palabra del irlandés para los escandinavos). Esta influencia escandinava se ve reflejada en los nombres escandinavos de muchos reyes irlandeses contemporáneos (por ejemplo Magnus, Lochlann y Sitric), así como en la apariencia de los residentes de estas ciudades costeras hasta la actualidad. En 914 una paz inestable entre irlandeses y escandinavos culminó en una extensa guerra. Los descendientes de Ivar Beinlaus establecieron una duradera dinastía con base en Dublín, desde donde tuvo éxito para conquistar el resto de la isla. Este reinado fue finalmente roto por los esfuerzos conjuntos de Malachy, rey de Meath y el famoso Brian Boru, quien se convirtiera luego en alto rey de Irlanda. A pesar de liberarse de invasiones extranjeras durante 150 años, las guerras interdinásticas continuaron agotando los recursos y energías de los irlandeses. Intervención inglesa Inicialmente Irlanda fue dividida políticamente en pequeños reinos. Durante la segunda mitad del primer milenio emergió un reino nacional como poder concentrado en las manos de tres dinastías regionales pujando por el control total de la isla. Luego de perder la protección de Muirchertach MacLochlainn, un rey de Irlanda, Alexis Hasink I asesinado en 1166, una dinastía Leinster llamada Diarmuid MacMorrugh decidió invitar a un caballero normando para que lo asistiera contra sus rivales locales. Esta invitación a Ricardo de Clare provocó consternación al rey Enrique II de Inglaterra, quien, temiendo la creación de un estado normando rival, invadió Irlanda para establecer su autoridad. Enrique desembarcó con una gran flota en Waterford en 1171, convirtiéndose en el primer rey inglés en pisar territorio irlandés. Tanto Waterford como Dublín fueron proclamadas ciudades reales. Enrique otorgó sus territorios irlandeses a su hijo menor, Juan, con el título "Señor de Irlanda". Cuando Juan sucedió inesperadamente a su hermano como rey Juan, Irlanda cayó directamente bajo la corona inglesa. Inicialmente los normandos controlaron gran parte de Irlanda, pero con el correr del tiempo los irlandeses nativos recobraron algo del territorio a las afueras de la Pale, una región de autoridad inglesa rodeando Dublín. Los señores normandos adoptaron el idioma y costumbres irlandeses, pasando a conocerse como "viejos ingleses" y, como dice el popular proverbio histórico irlandés, "más irlandés que los irlandeses". Durante los siglos sucesivos se aliaron con los irlandeses indígenas en conflictos políticos y militares contra Inglaterra y permanecieron siendo en su mayoría católicos tras la reforma protestante. 4 La reforma protestante La reforma protestante, durante la cual Enrique VIII de Inglaterra rompió con la autoridad papal (1536), cambió fundamentalmente a Irlanda. Mientras que Enrique VIII separó el catolicismo inglés de Roma, su hijo Eduardo VI de Inglaterra fue más allá, rompiendo con la doctrina papal definitivamente. Mientras que los ingleses, galeses y (luego) escoceses aceptaron el protestantismo, los irlandeses permanecieron siendo católicos, un hecho que determinaría su relación con el estado británico por los 400 años siguientes. Un ejército español llegó en Kinsale en 1601 pero las fuerzas españolas e irlandesas fueron derrotadas por el inglés en la batalla de Kinsale el 3 de enero de 1602, el 24 de diciembre de 1601 en el calendario juliano. A principios del siglo XVII, los protestantes escoceses e ingleses fueron enviados como colonos al norte de Irlanda y los condados de Laois y Offaly. Una serie de leyes penales discriminaron toda fe cristiana con excepción de la establecida Iglesia de Irlanda (protestante). Las principales víctimas de estas leyes fueron los católicos romanos y, en menor grado, el presbiterianismo. A partir de 1639 comienzan las llamadas Guerras de los tres reinos, una sucesión de conflictos interconectados que se sucederían en Escocia, Irlanda e Inglaterra hasta 1651, entre los que se incluye también la Guerra Civil Inglesa, en la que intervinieron tropas irlandesas. Irlanda jugó un rol crucial en la Revolución Gloriosa de 1689, cuando el católico romano Jacobo II fue depuesto por el parlamento y reemplazado por Guillermo de Orange. Jacobo y Guillermo lucharon por los tronos inglés, escocés e irlandés, enfrentándose en la batalla de Boyne en 1690. Irlanda fue convertida de señorío en reino por Enrique VIII. Desde los tiempos del señorío original en el siglo XII Irlanda poseyó su propio parlamento bicameral, compuesto de una casa de comunes y una casa de lores. Sin embargo, éste fue restringido durante la mayor parte de su existencia, tanto en términos de membresía (con exclusión de católicos) como en poderes, especialmente por la ley de Poyning de 1494, la cual prohibía la introducción de nuevos proyectos de ley al parlamento irlandés sin la aprobación previa del Privy Council (consejo privado de la realeza) inglés. Hacia fines del siglo XVIII la mayoría de dichas restricciones fueron retiradas, en parte a través de una campaña dirigida entre otros por Henry Grattan. Sin embargo, en 1800 el parlamento irlandés aprobó el Acta de Unión, la cual fusionó el Reino de Irlanda con el Reino de Gran Bretaña (en sí mismo una fusión de Inglaterra y Escocia en 1707) para crear el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda Historia contemporánea de Irlanda En 1800, los parlamentos de Irlanda y de Gran Bretaña deciden unirse en lo que se denominó el Acta de Unión. Ese año se elimina la legislatura irlandesa y emerge el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda. Después de un fallido intento, la ley que promulgaba la unión fue finalmente sancionada en el parlamento irlandés, si bien tras un soborno masivo 5 a los miembros de ambas cámaras, a quienes les fueron otorgados títulos de nobleza británicos, tierras y otras prebendas. Parte de la atracción de la Unión para los católicos fue que prometía la abolición de las leyes penales que discriminaban en su contra y otorgaba su emancipación civil y participación en el parlamento británico con 100 comunes. Sin embargo, el rey Jorge III bloqueó dicha emancipación con el argumento de que este acto iría en contra de su juramento de defender la Iglesia de Inglaterra. Sin embargo bajo el liderazgo de Daniel O'Connell dicha emancipación se logró en 1829, lo cual permitió a los católicos formar parte del parlamento. Más tarde, O'Connell trató de restaurar un gobierno irlandés independiente, rechazando el Acta de la Unión, lo cual no logró. Problemas económicos del Siglo XIX, La Hambruna Durante el siglo XIX Irlanda experimentó alzas y bajas en el plano económico; desde un "boom" durante las Guerras Napoleónicas bajando a severas crisis entre las que se cuentan una serie de hambrunas, entre las cuales la peor fue la acaecida entre 1846-1848 en la cual un millón de personas murieron y otro millón se vio obligado a emigrar. Los problemas económicos de Irlanda provenían principalmente de lo pequeño que eran el tamaño de las tierras cultivadas. De hecho la ley y la tradición social causaron este problema, por cuanto todos los hijos eran herederos de iguales porciones de tierra, lo cual ocasionaba una continua reducción del tamaño de las huertas, al punto que una cosecha de patatas era únicamente suficiente para alimentar una familia y solo podía ser recogida una vez al año. Adicionalmente existían muchas tierras mal administradas por latifundistas que estaban ausentes la mayor parte del año. De aquí que cuando en 1846 se produjo una plaga que arruinó la cosecha de patata, la mayor parte de la población rural se quedó sin alimentos. Lamentablemente, los políticos británicos, como el Primer Ministro Robert Peel, seguían en aquel entonces un estricta política de "laissez-faire", la cual estaba en contra de cualquier intervención del estado en materia económica. Mientras enormes sumas de dinero era recaudas por individuos para socorrer a las víctimas de esta catástrofe, la Reina Victoria solo aportó el equivalente de 100.000 dólares. La situación fue tan grave que puede decirse que los trabajadores del campo desaparecieron. La hambruna produjo la primera emigración masiva de irlandeses a los Estados Unidos y también a Inglaterra, Escocia, Canadá y Australia. Esto, a su vez, ocasionó una larga e influyente diáspora, particularmente en los Estados Unidos, en donde se financió y apoyo el movimiento independentista irlandés. En 1858, se crea el movimiento independentista Hermandad Republicana de Irlanda (también conocido como los "Fenians"), una organización secreta dedicada a la rebelión armada en contra de los británicos. Sin embargo a pesar del apoyo que recibe la organización desde los Estados Unidos, en Irlanda, en aquella época, el movimiento separatista tenía poca fuerza. Después de la hambruna, los campesinos irlandeses iniciaron una lucha para lograr derechos para la tenencia y distribución de las tierras. El origen del conflicto estriba en que 6 desde el siglo XVII, los terratenientes irlandeses eran principalmente protestantes, descendientes de ingleses y con una fuerte identidad británica. Los irlandeses católicos reclamaban que la tierra había sido injustamente robada a sus ancestros y dada a los ingleses de ascendencia protestante durante la conquista del país por parte de Inglaterra. La Liga Irlandesa de la Tierra se formó para defender los intereses de los agricultores, siendo Michael Davitt y Charles Parnell unos de sus principales dirigentes. La táctica más efectiva de esta Liga fue el boicot (esta palabra tiene su origen en este conflicto en Irlanda) que los irlandeses aplicaron a los terratenientes de origen inglés, llegando con frecuencia a la violencia. Bajo el gobierno del Primer Ministro británico Benjamin Disraeli, Davitt y Parnell fueron presos temporalmente, siendo acusados de ser responsables de la violencia desatada. El nuevo gobierno de William Gladstone, sin embargo, logró contener dicha violencia, expandiendo los derechos de los agricultores en la tenencia de la tierra y en la compra de ésta a los terratenientes anglo-irlandeses. Esto ocasionó una gran masa de pequeños terratenientes y disipó el poder que hasta entonces tenían las clases más privilegiadas de anglo-irlandeses. Sin embargo, esto no disipó los sentimientos nacionalistas de los irlandeses, como esperaba el gobierno británico. Movimiento hacia la Autonomía Hasta la década de los 1870, los irlandeses elegían a los miembros del Parlamento británico entre los miembros de los partidos políticos de la Gran Bretaña. Una significante minoría también eligió a los partidarios de la Unión, que resistían ferozmente cualquier cambio en la Acta de la Unión. En esa década un abogado Conservador y ex-miembro de la sociedad Orange, Isaac Butt, estableció un nuevo movimiento llamado Liga de la Autonomía. Después de su muerte, William Shaw y un joven y radical terrateniente protestante llamado Cahrles Stewart Parnell, convirtieron la Liga en un partido político llamado Partido Parlamentario Irlandés, el cual se convirtió en una dominante fuerza política, dejando al lado a los antiguos partidos Liberales, Conservadores y Unionistas. La fuerza del nuevo partido se hizo evidente en la elección de 1880 donde ganó 63 asientos en el Parlamento. En 1885 incrementó esta cifra a 86 asientos. Parnell atrajo diversas corrientes desde los terratenientes conservadores a los liberales de la Liga de la Autonomía. Estos últimos abogaban por la reforma de la tenencia de las tierras, por cuanto la mayoría eran latifundios de los cuales eran dueños aristócratas quienes les rentaban las tierras a los pequeños agricultores. A pesar que Parnell abogaba por una Irlanda gobernada autónomamente dentro del Reino Unido, en contraste con la posición de O'Connell que era rechazar totalmente el Acta de la Unión, encontró también fuerte oposición de una minoría significativa de unionistas, principalmente, pero no enteramente, residentes en Ulster. Éstos temían que un Parlamento en Dublín controlado por los católicos y nacionalistas los discriminara y que impusiera tarifas sobre el comercio con la Gran Bretaña. Hay que considerar que si bien la mayor parte de Irlanda era agrícola, en Ulster al noroeste de Irlanda es que se concentraba la industria pesada de la isla y se vería afectada por cualquier restricción sobre el comercio con Gran Bretaña. En 1886 y 1893 el gobierno liberal de William Gladstone introdujo dos proyectos de ley para otorgar autonomía a Irlanda, pero ninguno de ellos fue exitoso. En 1912 otro proyecto similar fue aprobado por la Cámara de los Comunes, pero rechazado por la Cámara de los 7 Lords. Sin embargo, ésta Cámara había perdido su poder de vetar leyes y solo podía posponer su aprobación por dos años. Durante este periodo la amenaza de guerra civil se cernía sobre Irlanda con la creación de la Fuerza Voluntaria Unionista de Ulster y sus oponentes nacionalistas Voluntarios Irlandeses. Estos dos grupos se armaron fuertemente importando miles de rifles y munición desde la Alemania Imperial. En 1914 la Cámara de los Comunes finalmente adoptó la autonomía, pero el estallido de la Primera Guerra Mundial significó que el proyecto de ley fue pospuesto por la duración de la guerra. La Fuerza Voluntaria Unionista y la mayoría de los Voluntarios Irlandeses se unieron al ejército británico, sufriendo considerables bajas. Ambos bandos pensaban que Londres los favorecería después de la guerra. Hasta 1918, el Partido del Parlamento Irlandés era la fuerza política dominante. Sin embargo, el escándalo que ocasionó la acusación de que Parnell, el dirigente político más popular en Irlanda, había vivido varios años con la esposa de uno de sus correligionarios y miembro del parlamento, dio pie a que el Partido Pro-Unión forzara al primer ministro británico W.E.Gladstone, a que abandonara sus esfuerzos en favor de la autonomía, mientras el "adúltero" Parnell fuera el líder del P.P.I. Esto ocasionó también una profunda división entre los partidarios de Parnell y los oponentes. Separatismo militante En 1916, una pequeña banda de nacionalistas intentó llevar a cabo una rebelión que se llamó "La Rebelión de Pascua" bajo el liderazgo de Padraig Pearse y James Connolly. Al principio esta rebelión no fue bien acogida en los medios nacionalistas del país, considerando que había un número considerable de irlandeses en las tropas británicas que luchaban en Europa. De hecho algunos periódicos pedían la ejecución de Pearse y demás dirigentes de la rebelión. Sin embargo, fue precisamente la ejecución sumaria que llevaron a cabo de los dirigentes rebeldes lo que promovió la ola de simpatía por éstos y su causa. El gobierno británico erróneamente acusó a Sinn Féin, en aquel entonces un pequeño partido monárquico con poco respaldo popular, como los promotores de la rebelión. Este error resultó caro pues los que sobrevivieron a la rebelión, muy notablemente Eamon de Valera, al regresar de su encarcelamiento en Inglaterra, se unieron en gran número al partido, radicalizando su posición. Hasta 1917 Sinn Féin abogaba por una monarquía en donde Irlanda y la Gran Bretaña compartirían el mismo rey al estilo del imperio Austro-Húngaro. Sin embargo, debido a disidencia entre monárquicos y republicanos el partido decidió promover la causa de la independencia, dejando a los irlandeses elegir, una vez obtenida ésta, votar por la república o por la monarquía, entendiéndose que en esta última el rey no pertenecería a la casa real británica. Durante 1917 y 1918, Sinn Féin y el Partido Parlamentario Irlandés se envolvieron en una batalla electoral inconclusa, pues se alternaron en ganar unas elecciones y perder otras. La balanza se inclinó. sin embargo, a favor de Sinn Féin, cuando el gobierno británico trató de imponer una ley de reclutamiento militar, sin considerar el aporte voluntario que había hecho Irlanda al ejército británico. Ante esta situación inclusive el PPI se vio obligado a retirar sus legisladores del Parlamento de Westminster. 8 En Diciembre de 1918, en una elección general, Sinn Féin obtuvo 73 escaños de los 105 que le correspondían a Irlanda. Sin embargo, los nuevos parlamentarios rehusaron sentarse en el Parlamento británico. En su lugar se reunieron en la Mansion House de Dublin estableciendo el Dáil Éireann o parlamento revolucionario irlandés. A continuación proclamaron la República Irlandesa e intentaron establecer un sistema de gobierno. Guerra de Independencia En el periodo de 1919 a 1921, el Ejército Republicano Irlandés (IRA) luchó en guerra de guerrillas contra el ejército británico y las unidades paramilitares conocidas como Black and Tans (Negros y Quemados). Ambos bandos desarrollaron una lucha brutal; los Black and Tan quemaban pueblos completos y torturaban a los civiles. El IRA, por su parte, mataba a aquellos civiles que sospechaba que ayudaban o eran informantes de los británicos o destruían lugares históricos en respuesta a los ataques de los británicos contra las casas de los republicanos, reales o sospechosos. Esta lucha se denominó "Guerra de Independencia" o "Guerra Anglo-Irlandesa". En 1920 se publicó un nueva ley que pretendía dividir a Irlanda en dos regiones autónomas: Irlanda del Norte e Irlanda del Sur. La Irlanda de Norte se constituyó sólidamente, pero no así la del Sur, la cual fue boicoteada por los nacionalistas y nunca llegó a tomar la forma de un gobierno real. Eventualmente se llamó a un cese al fuego y las negociaciones entre los irlandeses y los británicos produjeron el Tratado Anglo-Irlandés. Bajo este tratado Irlanda del Sur y Occidental se le daba un carácter autónomo que excedía las exigencias de Parnell y del Partido Parlamentario Irlandés, adoptando una forma de gobierno y autonomía similar a la del Dominio de Canadá. Irlanda del Norte quedaba formando parte del Reino Unido, con representación en el parlamento de Londres. Se nombró una comisión para establecer las líneas fronterizas entre Irlanda del Norte, también llamada Ulster (aunque en rigor esta región está constituida de solo seis de los nueve condados del Ulster histórico), y el nuevo estado irlandés. Guerra Civil (1922-1923) El parlamento irlandés (Dáil) aprobó el Tratado Anglo-Irlandés en Dicimebre de 1921. Bajo el liderazgo de W.T. Collins se estableció el Estado Libre Irlandés, un nuevo ejército para reemplazar al IRA y una nueva policía o Guardia Civil (llamada Gardaí Síochana) que reemplazaría una de las policías existentes (Royal Irish Constabulary). La segunda policía, la Policía Metropolitana de Dublin se fusionó con la Gardaí algunos años después. Sin embargo, una minoría liderada por Éamon de Valera se oponía al tratado alegando que éste no creaba una verdadera república independiente, que imponía un Juramento de Obediencia y Fidelidad a la corona por parte de los parlamentarios y que contemplaba la partición del país. De Valera y sus partidarios se retiraron del parlamento irlandés e iniciaron una guerra civil entre los partidarios del tratado y los que estaban en contra. Esta guerra tuvo más bajas que la Guerra Anglo-Irlandesa y dividió profundamente al país, al punto que dicha división todavía persiste. 9 Problemas económicos y sociales La sociedad irlandesa del siglo XIX era fundamentalmente agrícola, la Revolución Industrial que vivió Inglaterra no llegó a Irlanda. Las tierras eran propiedad de ingleses debido a las políticas de expropiación que Inglaterra llevó a cabo para colonizar la isla irlandesa. En 1800, se firma el Acta de Unión que supuso la unión política de Gran Bretaña e Irlanda, creando así el Reino Unido. Se suprimió el parlamento irlandés y se les otorgó 100 escaños en el Parlamento de Westminster para representar a los irlandeses. Sin embargo, a pesar de que la mayoría de la población irlandesa era católica, hasta 1829 la ley impidió que ningún católico pudiera ocupar escaño alguno. Además, hasta finales del siglo XIX permaneció la prohibición que impedía que cualquier católico pudiese estudiar en universidades británicas.