ALGUNOS REFERENTES DIDÁCTICOS PARA UNA ALFABETIZACIÓN VISUAL EN EL CONTEXTO UNIVERSITARIO Hedriany Katherine López Farfán1 RESUMEN El artículo destaca la importancia de la alfabetización visual en espacios académicos interesados en la cualificación de la competencia comunicativa de sus estudiantes, en tanto la imagen se ha convertido en un bastión de la sociedad contemporánea. Reflexiona sobre los referentes conceptuales y didácticos que posibilitarían la comprensión e interpretación de textos iconográficos, con el fin de promover y favorecer diseños didácticos que posibiliten retomar críticamente los lenguajes no verbales para desarrollar procesos comunicativos intencionados y el reconocimiento del funcionamiento de los mismos con miras a su uso en situaciones comunicativas auténticas. PALABRAS CLAVES Alfabetización visual, competencia comunicativa, referentes conceptuales y didácticos, comprensión e interpretación de textos iconográficos. ABSTRACT The article highlights the importance of visual literacy in the academic sphere interested in the skills of the students' communicative competence, while the image has become a bastion of contemporary society. Reflect on teaching conceptual and which would enable the understanding and interpretation of texts iconographic, to promote and encourage educational designs that allow the language to resume critical nonverbal communication processes develop meaning and recognition of their functioning in order to use in authentic communicative situations. 1 Licenciada en Lingüística y Literatura de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Especialista en Lenguaje y pedagogía de proyectos de la Universidad Distrital. Docente en la Universidad Libre de Colombia, Universidad Distrital y de la SED. KEY WORDS Visual literacy, communicative competence, references conceptual and learning, understanding and interpretation of iconographic texts. Foto 1. Arte Rupestre. INTRODUCCIÓN No es posible afirmar que la imagen sea importante en procesos de comunicación solo hasta ahora y gracias al auge de los medios, no. De hecho la imagen ha estado presente a lo largo de la historia humana y nunca ha dejado de ser significativa e importante para el hombre. Es así como posterior al lenguaje biológico y con el surgimiento del lenguaje hablado aparecen las representaciones pictóricas: manifestaciones como el arte rupestre y los jeroglíficos, con lo cual el hombre logró hacerse a un nutrido grupo de herramientas culturales para expresar su pensamiento de un modo gráfico. Otro asunto es que con el tiempo el pensamiento humano ha cambiado significativamente, tornándose más complejo y ecléctico y así mismo, y como representación del mismo, su expresión gráfica ha sufrido una evolución similar. Hemos pasado de las primeras figuras simples y esquemáticas que reproducían la realidad más cercana a sus artífices, a las complejas composiciones de hoy, inspiradas en todo tipo de temas y asistidas por un sinnúmero de tecnologías. Foto 2. La mundialmente conocida marca Coca-Cola. Más recientemente, en la década de los ochenta, con la “sociedad de la comunicación”, caracterizada por la explosión de lo audiovisual, la telemática e informática, la globalización de la información, los intercambios de información más complejos y rápidos conducen a profundas transformaciones, donde la comunicación y el poder comunicativo de la imagen se convierten en un factor fundamental. Postulado ampliamente defendido por autores como Carlos Lomas, quien tiene una amplia bibliografía al respecto, entre otros su artículo “Textos y contextos de la persuasión: Los medios de comunicación de masas y la construcción social del conocimiento” (1997). En la sociedad mediática en la que vivimos, la información asimilada más rápidamente es aquélla que se transmite por medio de un lenguaje visual o audiovisual. La imagen se ha convertido en un bastión de la sociedad contemporánea. Por supuesto esto nos ubica en la preocupación que aborda este artículo, producto de la reflexión generada estos últimos años en mi espacio académico y profesional, y es la necesaria formación de sujetos competentes en la comprensión e interpretación de la imagen, no solo como tarea de las facultades que forman profesionales que trabajan con ésta (publicistas, diseñadores, etc.), sino como parte de la formación de base de nuestros futuros profesionales, que se forman para el ejercicio laboral, profesional, pero particularmente ciudadano. No parece gratuito que incluso la evaluación masiva para la educación superior (pruebas Saber Pro) requiera de una competencia lectora de diversos tipos de textos, entre ellos, el iconográfico. Se apunta entonces a la formación de sujetos competentes en términos comunicativos y ello implica el desarrollo y cualificación de la alfabetización visual, la que evidencia nuestra deuda en la promoción e interpretación de textos iconográficos, idea ya propuesta por Marina Rosalba Torres Vallecillo (2007), quien refiere que: “La alfabetización visual es una competencia sumamente importante en los tiempos actuales, para el desarrollo y formación del ser humano en cualquiera de los niveles educativos. En la sociedad de la comunicación nuestras propuestas educativas requieren enfocarse al desarrollo de una competencia comunicativa integral del alumno, que le permita utilizar en forma consciente y eficaz la lengua y otros textos comunicativos, para comprender y producir mensajes en diferentes situaciones y contextos”. Además de otros autores que también insisten en la estrecha relación entre el ejercicio de la ciudadanía y el reconocimiento de los códigos que le son propios a la sociedad mediática en la que vivimos, como el citado Carlos Lomas, quien refiere: “En la actualidad la construcción del conocimiento y de las identidades socioculturales de las personas es cada vez menos una tarea de la escuela y cada vez más un monopolio del mercado y de las industrias de la conciencia, en especial de la televisión y de la publicidad. Como señala Giroux, "la cultura está cada vez más constituida por el comercio y la penetración de la cultura del producto en cada faceta de la vida diaria se ha convertido en el eje principal de las relaciones de intercambio con las que las compañías producen discursos nuevos y cada vez más eficaces" (Giroux, 1994 [1990: 44]). Por ello, contribuir desde la educación al conocimiento de los usos y formas de la comunicación publicitaria (mediática e iconográfica) exige impulsar en las aulas tareas de aprendizaje que hagan posible que afloren las astucias (obvias y ocultas) de seducción y persuasión que contienen las imágenes (particularmente) en los anuncios publicitarios” (1997: 9). Hoy podemos hablar del lenguaje de las imágenes, de una semiótica de las imágenes, de sus mensajes y su interpretación, de la imagen como protagonista del texto e información primordial y no solo en función ancilar o secundaria, al que usualmente es reducida, a menos que tenga una aplicación de orden profesional, de tipo técnico. Sin embargo, en esta sociedad contemporánea la competencia iconográfica de nuestros jóvenes es, en términos generales, rudimentaria; de hecho poseen pocas estrategias para la reconstrucción del significado del texto iconográfico y un mínimo de conocimiento de los criterios de producción y composición, y como si fuera poco, en ciertas facultades muy pocos estudiantes ni realizan fuera de la misma alguna actividad artística afín, ni en ellas se promueve ésta entre los estudiantes. Foto 3. Polémica caricatura de Mahoma publicada en el diario danés Jyllands-Posten el 30 de septiembre de 2005. Autor: Kurt Westergaard. A partir de esta reflexión sobre la evolución de la imagen, su creciente protagonismo y su ausencia de reconocimiento y trabajo en los contextos escolares, académicos, limitando el trabajo didáctico a ciertos tipos textuales considerados formales y propios de la academia, llevan irremediablemente a cuestiones sobre la presencia o ausencia de una "educación para la imagen", del conocimiento e interpretación de los códigos de la comunicación gráfica en contextos universitarios en los que por requisito disciplinar la imagen no es protagonista. En tiempos en que la imagen tiene mayor presencia, la necesidad de conocer su lenguaje y desentrañar sus significados es una necesidad mayor. 1. LA LECTURA DE LA IMAGEN: EL PROCESO DE COMUNICACIÓN GRÁFICA Es apenas obvio que no se lee una imagen o texto icónico de la misma manera que un texto escrito; ambos se cifran en sistemas de signos construidos por el hombre para codificar, registrar y decodificar mensajes, pero con una estructura diferente. De hecho, desde la imagen fija hasta la secuencial en movimiento, la complejidad de la misma aumenta y por lo tanto la comprensión de los mensajes vehiculizados allí. Y aunque la imagen es hoy por hoy un texto cotidiano, estudiarla y analizarla no es sencillo, requiere de un destinatario empoderado como lector activo, que esté en capacidad de seleccionar aquellas virtualidades de predicación que convergen hacia un sentido dado, estableciendo de esta manera la coherencia del mensaje a través del análisis más o menos consciente de la imagen, estableciendo relaciones lógicas entre las predicaciones establecidas en uso de las herramientas lógico– semánticas que el lenguaje visual ignora. Pero antes ubiquemos conceptualmente la imagen. De acuerdo con Marina Rosalba Torres Vallecillo (2007) “La imagen es una producción material humana concreta, objetiva y subjetiva, basada en datos sensoriales, para conocer y producir conocimiento, comunicar y producir comunicación, crear y recrear el mundo exterior en el mundo interior del hombre (y viceversa)”. Quien además refiere que no solo existen las imágenes visuales sino que también existen las imágenes acústicas, olfativas, táctiles y palatinales, pero que en general es un campo de investigación escasamente estudiado y al que se le brinda poca atención. Como nuestro interés radica específicamente en las imágenes de tipo icónico, que son materia lógica y básica para tratar de comprender la alfabetización visual, previamente debemos reconocer que su capacidad comunicativa radica en su carácter de signo icónico y en que, como tal, lejos de considerarse que existen en la imagen unidades equivalentes a las palabras de la lengua, se reconoce que tal signo icónico posee un significante y un significado, una denotación y una connotación. El discurso denotativo o significado objetivo, lo constituye la subestructura material integrada por puntos, líneas, planos, color, proporciones, figuras, que prepara y facilita la connotación. En la imagen no todos sus elementos pueden ser transformados en connotadores, puesto que siempre subsiste en el discurso una cierta denotación, sin la cual el discurso no sería posible. Foto 4. La cara de la guerra (1940) Dalí. Por su parte el referente connotativo o significado subjetivo, corresponde a una subestructura significativa polisémica, que depende de la ideología del intérprete-receptor. Este referente estaría por el orden de los movimientos interpretativos inferencial e intertextual del texto, dinamizados por el lector de la imagen y constituyen los aspecto en los cuales se requiere cualificar los procesos interpretativos de nuestros educandos. De acuerdo con Marina Rosalba Torres Vallecillo (2007), la variación de las lecturas de un texto iconográfico no es anárquica, depende de los diferentes saberes contenidos en la imagen (saber práctico, cultural, estético), en los cuales reposa las posibilidades interpretativas del texto que requieren ser abordadas en una didáctica de la imagen. Entonces, la imagen comunica, tiene un proceso singular de significación en el que el mensaje visual comporta un cierto número de virtualidades de predicación interna que se pueden actualizar o no por el mismo destinatario en el momento de la recepción, es decir, “solamente la recepción del mensaje es lo que puede transformar la imagen en un conjunto de estructuras proposicionales”, de donde “resulta que para interpretar una imagen, es necesario realizar primero una actividad de análisis que disocie los objetos susceptibles de ser sujetos lógicos y sus atributos. Evidentemente, este análisis no es exhaustivo: está guiado por una actividad de selección.” (Pinilla, 2008:58) la cual dinamiza el lector del texto durante el proceso de interpretación. Planteamiento este de suma importancia en nuestro trabajo, por cuanto la pretensión es la de proponer algunos referentes didácticos que propicien la cualificación de la alfabetización visual de nuestros estudiantes, de donde es necesaria la claridad en los procesos de percepción e interpretación de la imagen. 2. ALGUNOS REFERENTES DIDÁCTICOS PARA LA CUALIFICACIÓN DE LA ALFABETIZACIÓN VISUAL EN CONTEXTOS UNIVERSITARIOS La reflexión anterior nos plantea entonces algunas máximas importantes para la promoción de una lectura de la imagen consciente en nuestro contexto. La primera, ya mencionada, es reconocer el texto iconográfico como lo que es: un texto de gran circulación en el contexto actual de gran incidencia cognitiva y social, el cual posee una gramática particular, de donde, como señala Costa (1971: 52) requiere que los elementos que integran el lenguaje visual sean estudiados "dentro de cada situaciónsigno, vinculando íntimamente el vehículo significante y el significado, pero también éstos con el objeto de que se está tratando y con los individuos que se comunican", de manera que el lector reconozca tanto la estructura interna de la imagen, como la utilización ideológica de la misma en el marco de la situación comunicativa en la cual se inserta el mensaje, y finalmente, logre asociar a la imagen un enunciado lingüístico. Foto 5. Banksy y su arte urbano crítico. Por demás, es de suma importancia ampliar el referente icónico en los contextos universitarios, no reducirlos al referente técnico y menos aún a hallarlos solo en textos didácticos, es decir a imagen hecha "a propósito para instruir", en términos de Taddei. Se sugiere recurrir y movilizar también la imagen no didáctica, es decir, aquella es hecha "para otros fines (evasión, publicidad, cultura general,...)" (1979: 152), puesto que para el desarrollo de la alfabetización visual es necesario el reconocimiento de contextos reales de comunicación que implica incluir la imagen no didáctica como objeto de reconocimiento y trabajo en aula. Con relación a la cualificación de la comprensión e interpretación de este tipo de textos, se insiste en que no basta solo con el reconocimiento del referente denotativo de construcción del mensaje icónico, que incluso muchas veces es leído de manera miope, sino también la dinamización, en un principio con el acompañamiento del lector experto, de movimientos interpretativos que posibilitan una lectura literal, que avance por los caminos de la connotación, posibilitando una lectura inferencial y crítica intertextual, de donde la necesidad de pensar en una didáctica de la imagen. Ahora bien, al señalar la importancia dinamizar movimientos interpretativos de tipo inferencial, intertextual y crítico asumimos los referentes teórico conceptuales del equipo de investigadores que formularon la prueba censal Saberes (Jurado, Bustamante. 1998), quienes postulan como criterios para caracterizar los modos de leer tres niveles de lectura, los cuales se asumen como opción metodológica para caracterizar estados de competencia y hallamos pertinentes para esta aproximación a la reflexión sobre una didáctica de la imagen que posibilite una alfabetización visual en un contexto contemporáneo. Foto 6. Gramática del texto icónico: El uso de la metáfora visual y el símbolo cinético. Es así que una propuesta de enseñanza aprendizaje que contemple la lectura de texto icónico bien ha de estar fundamentada, inicialmente, en el desentrañamiento de los aspectos sintáctico y semántico del texto, el cual abarca el análisis sobre la producción de la materia de la imagen lo cual correspondería a la identificación y reconocimiento tanto de los puntos básicos que conforman la imagen - entiéndase colores, tonos, ángulos, planos, líneas, señales fácticas -, como de los elementos diferenciales de la expresión, es decir debemos desarrollar la capacidad para reconocer la relación entre los elementos que conforman la imagen, lo cual puede dar mayor información acerca del significado del texto. Igual se busca que el lector distinga qué elementos resultan ser más relevantes que otros en la configuración del sentido de la imagen; para ello se tendrán en cuenta elementos como: marcas sintácticas y gráficas, volumen, densidades, ángulos y movimientos (en caso de la imagen cinematográfica), viñetas y balones de diálogo. Finalmente, el reconocimiento y análisis sintagmático de la imagen, que implica el análisis de elementos como: las proporciones espaciales, diversos tipos de perspectiva espacial, niveles expresivos de personajes o actores por separado, para con ello reconocer los bloques sintagmáticos con función textual en la imagen, es decir, comprender los bloques de imagen que puedan ser significativos, como por ejemplo, sistemas gestuales que caracterizan un personaje, enfoques o puntos de vista del realizador sobre los personajes, las diversas formas narrativas, etc. Hasta aquí se ha planteado abordar para el análisis interpretativo de la imagen las relaciones entre significantes y significados (semántica) y la disposición y relación de los significantes entre sí (sintaxis), lo cual posibilita el tránsito entre los niveles literales hacia el inferencial en la interpretación de la imagen, en reconocimiento de la gramática particular de este tipo de texto, es decir, en promoción de una lectura endógena y parafrásica del texto. Ahora bien, para abordar el nivel pragmático del texto, es decir, las relaciones entre significantes y usuarios: sus intenciones y contexto de uso, su pertinencia, etc. se requiere apelar a un ejercicio más intertextual, entendido este como el ejercicio de correlación entre textos, referencias presentes en la imagen que ameritan la consulta complementaria, abriendo el camino de lo denotativo a lo connotativo de la imagen, para el posicionamiento crítico y propositivo del lector. Este es uno de los referentes más importantes de la comprensión textual, pues aquí es donde el lector da sentido a todo el texto basándose en los elementos anteriormente descritos. De donde la tarea es promover la lectura de referentes exógenos que movilicen la interpretación, tarea nada fácil pues requiere de una elección bibliográfica, en un primer momento por parte del dinamizador, que enriquezca la lectura inferencial del texto, pero que también posibilite un posicionamiento crítico por parte del lector a propósito del texto leído. Foto 7. Quino permite apreciar aquí no solo la riqueza interpretativa de la imagen, sino también los posibles usos de la imagen, si bien una imagen dice más que mil palabras, vale la pena preguntarnos ¿qué palabras? Por supuesto una estrategia didáctica por excelencia para la dinamización de los movimientos interpretativos atrás mencionados lo constituye la interrogación de textos (JOLIBERT, 1998), estrategia con gran cantidad de adeptos entre los teóricos recientes, la cual es promovida por el docente con el ánimo de dinamizar la comprensión e interpretación del texto, que a la larga es una actitud indagatoria que debe promoverse entre los estudiantes de cara a que ganen autonomía en sus procesos de interpretación. La propuesta consiste fundamentalmente en que el lector constantemente interrogue el texto. Por supuesto esto implica que debemos saber cuestionar el texto y por parte del docente significa que debe ir más allá de las posturas limitadas al plantear las preguntas para la interpretación (en uso de preguntas como: Cuál es el color de la capa de Caperucita). Es decir, el docente debe estar en capacidad de promover el reconocimiento de que el ejercicio lector no se limita al manejo de la información literal que suministra el texto, sino que debe reconocer que en la lectura hay niveles de interpretación connotativos, que existen aspectos tales como las intenciones y posturas ideológicas del autor que atraviesan el texto y que requieren del lector una actitud activa que inevitablemente conlleve al cuestionamiento y la relectura para la comprensión, además de recurrir a la promoción consciente de la intertextualidad para la interpretación. Foto 8. Tomada por Kevin Carter, reportero gráfico, periodista de guerra, quien ganó un Pulitzer por esta foto, aunque la odio. 3 meses después de ganar el galardón se suicido. (1994) Como podemos apreciar, toda esta última referencia a la dinamización de los movimientos interpretativos y a la interrogación de textos para la promoción de la comprensión e interpretación de textos iconográficos no solo redundaría en procesos lectores, sino también en procesos de producción de textos iconográficos, por cuanto, al requerirse que en la misma actividad lectora se desentrañe la gramática de dicho texto, se posibilitan criterios de producción de la imagen iconográfica. La alfabetización visual no puede considerarse completa, si no se es capaz de leer y de producir mensajes icónicos y en general todo tipo de mensajes, en forma reflexiva y consciente. Transmitir información visual no es fácil, pues requiere aprender mínimamente a dibujar con un cierto grado de figuración. La práctica del dibujo tiene varios mitos, como el que sólo unos cuantos elegidos pueden hacerlo, porque nacieron con ese don y por lo tanto es inútil intentarlo, si no se es uno de ellos. Esto no es cierto. El hombre, además de visualizar imágenes, tiene la capacidad de representación icónica en mayor o menor medida, pero la tiene, y puede desarrollarla según se lo proponga. Por supuesto esta intención didáctica sobre la composición de textos icónicos debe explicitarse en el proceso de enseñanza, en tanto es un principio fundamental de las nuevas didácticas que “Las personas se desempeñan mejor cuando saben cuál es la meta y ven modelos”. Es de considerar entonces que una propuesta didáctica en lectura de la imagen desemboque en espacios de producción preferiblemente colectiva, considerando las bondades de este tipo de didácticas. En conclusión, podríamos sumarnos a las palabras de Marina Torres (2007) y señalar que “vivimos la visualidad como algo cotidiano, automático, sin esfuerzo e inconsciente; no nos percatamos de que esta situación nos coloca en un plano pasivo ante las imágenes icónicas fijas y en movimiento.”. Esto con importantes consecuencias en la posibilidad de participar activamente de nuestro entorno comunicativo, social e ideológico, si nos acogemos de nuevo a los debates posibilitados por pensadores como Lomas; por ello considero con Torres que “Es importante saber que la percepción de la imagen icónica puede desarrollarse y perfeccionarse hasta convertir la experiencia en una herramienta de comunicación que nos permita leer y producir, en forma reflexiva y crítica, mensajes gráficos eficaces.”. BIBLIOGRAFÍA Arnoux de, Elvira y Alvarado, Maite. (1997). “La escritura en la Lectura” En: Los procesos de la lectura y la escritura. Cali: Univ. Del Valle. Págs. 57 a 77. Jolibert, Josette. Interrogar y producir textos auténticos: vivencias en el aula. Dolmen Estudio: Santiago de Chile 1998. Joliberth, Jossette y grupo de docentes de ECOUEN. (1999). Como formar niños lectores de textos. Ed. Dolmen Santiago de Chile. 258 págs. Jurado V. Fabio y otros. (1998). Juguemos a Interpretar. 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