La distribución de la riqueza, el sistema tributario y la

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Buenos Aires, martes 8 de julio de 2008
Página 89
Ambito Financiero - Colección Novedades Fiscales
T
al como hemos visto, en
los últimos tiempos se ha
mencionado públicamente y
desde las más altas jerarquías de
la Nación un concepto que relaciona en forma directa la distribución de la riqueza con el sistema tributario imperante, haciendo de esta afirmación dogmática
un precepto vacío, que avalaría
la imposición de las “retenciones móviles” aplicadas a los
commodities, el mantenimiento
del llamado estado de emergencia económica y por tanto los
impuestos transitorios como al
débito y crédito de operaciones
bancarias, todos éstos en el ámbito nacional, y por otro lado,
nuevos supuestos cuasi normativos como las retenciones bancarias en concepto de anticipos en
el Impuesto a los Ingresos Brutos, en el ámbito de la provincia
de Buenos Aires; la enumeración puede ser más larga si nos
adentramos aún más en la intrincada maraña impositiva de todo
nuestro país.
LA DISTRIBUCION
DE LA RIQUEZA
Debemos definir claramente
el significado de distribución
de la riqueza en un Estado moderno, para luego compararlo
con el sistema tributario que se
aplica, todo ello en el ámbito de
la existencia o no de libertad, a
fin de comprender si se cumple
o no con el objetivo que el primero propone.
Entendiendo que la riqueza
de una sociedad determinada se
genera por la intervención creativa productiva de los actores de
la misma, unidos por la voluntad
de constituir un estado de derecho, donde como principio primordial se han creado las premisas de su construcción y funcionamiento a través de una norma
fundamental denominada comúnmente Constitución Nacional, que fija las reglas de juego
con respecto al funcionamiento
pleno de las instituciones y de
las garantías, derechos y obligaciones que rigen la vida de ese
estado. Entonces tenemos que, a
partir de ese funcionamiento
pleno del estado de derecho, se
fijan las condiciones para la producción creativa de riqueza de
sus miembros en todos los ámbitos de la economía: campo,
industria, comercio, arte, turismo, energía, informática, deporte, etc. fundada en este orden
político fruto de la evolución y
funcionamiento del orden social, donde se plasmó el papel
fundamental del juego armónico
de las instituciones concebidas
para defensa de la libertad.
Todo el conjunto definido
operando con reglas previamente prefijadas son los generadores
de la riqueza de una sociedad
determinada, allí entonces aparecerá el Estado moderno participativo, generando condiciones
de mayor productividad de los
sectores, asegurando su rentabilidad, creando la infraestructura
necesaria para el desarrollo de
La relación de estos conceptos tiende a avalar la permanente emergencia
La distribución de la riqueza, el
sistema tributario y la libertad
Escriben
Jorge A. Aguirre y
Celina del Rosario Aguirre (*)
las mencionadas condiciones,
tanto actuales como de un futuro previsto y planificado estratégicamente, para de esa forma
poder establecer los remedios a
posibles distorsiones que dicho
funcionamiento produzca en el
libre juego de los actores y protagonistas de ese escenario multiplicador. Ahora nos preguntamos: ¿qué clase de sociedad tenemos? ¿es una sociedad progresiva o estacionaria?
La sociedad progresiva es
aquella donde un gran número
de miembros en conjunto obtendrán el disfrute del éxito personal, en cambio en una sociedad
estacionaria, el número de los
que progresen equivaldrá aproximadamente a los que retroceden,
en tanto en el Estado decadente
los que retroceden es mayor que
los que progresan. Sin duda,
Adam Smith tenía razón cuando
dijo que en un Estado progresivo
cuando la sociedad avanza, la
condición del trabajador pobre
parece ser más feliz.(1)
Si nos adentramos en el concepto de distribución de la riqueza creada, en principio debemos
decir que existe un procedimiento lógico de distribución que lo
da la simple intervención de los
actores en el proceso económico
de creación, y a ese mecanismo
lo vamos a llamar proceso natural teniendo en cuenta que el
marco normativo donde se produjo la misma está previsto, en
el pleno funcionamiento de las
reglas de juego de las instituciones del estado de derecho, dentro del cual debemos incluir al
sistema tributario prefijado por
la norma fundamental.
LA ALTERACION
DE LA DISTRIBUCION
Ahora bien, cuando a través
de un procedimiento de intervención de un gobierno determinado
se altera ese proceso jurídico institucional, a través del dictado de
normas que contradicen las reglas de juego prefijadas por el
estado de derecho, que avasallan
su norma fundamental, como lo
es el caso por ejemplo de la implementación de impuestos de
emergencia cuando no existe tal
emergencia; la creación vía resolución ministerial forzando el
concepto de “ley” de derechos
RECAUDACION COMPARADA
Concepto
Marzo 2008 y su porcentaje
sobre la recaudación total
en 18 días hábiles
Marzo 2007 y su porcentaje
sobre la recaudación total
en 22 días hábiles
Diferencia %
6.230.796 (31,35%)
4.905.129 (32,12%)
27,0
IVA Bruto
IVA Neto de devoluciones
5.755.796 (28,96%)
4.504.525 (29,5%)
27,8
Ganancias
3.049.015 (15,34%)
2.540.706 (16,63%)
20,0
Derechos a la Exportación
2.199.519 (11,06%)
1.471.433 (9,6%)
49,5
Derechos a la Importación
669.873 (3,37%)
538.146 (3,52%)
24,5
de exportación que constituyen
verdaderos impuestos sin ley
como la Resolución 125 de Ministerio de Economía; la de los
llamados “superpoderes” otorgados al jefe de Gabinete de Ministros, reforma introducida por
Ley 26.124, la cual habilita a
dicho funcionario a producir
cambios en la composición y en
la distribución de las finalidades
del gasto público fijados en las
leyes de Presupuesto, para que el
mismo pueda adaptarse supues-
tamente a los cambios de coyuntura que eventualmente sucedan
durante los distintos ejercicios
presupuestarios.
Lo afectado en esos términos
en forma directa es la propia
creación de riqueza de esa sociedad, vulnerando las propias reglas sobre las que se asienta la
credibilidad de todo el proceso
de producción y, por tanto, las
decisiones de sus actores creativos, poniendo en jaque de esta
manera el sistema republicano,
representativo, federal, alterando el funcionamiento de las instituciones o el marco normativo
de su sistema tributario, so pretexto de una llamada “redistribución de la riqueza”.
LA LIBERTAD
EFICIENTE.
Se debe comprender qué son
las instituciones, qué es la libertad eficiente, para llegar al resultado deseado de distribución de
la riqueza buscado, el cual debe
partir de una premisa, respeto al
pleno funcionamiento del orden
social sobre la base de la libertad
probada por el orden constitucional. Es que la libertad “es
una creación de la civilización,
la misma no surge de algo inten-
cionalmente sino de las instituciones de la libertad, creadas por
los pueblos cuando comprendieron las ventajas de las mismas y
comenzaron a perfeccionarlas.
Existen dos concepciones de la
libertad: una basada en el sistema que denominamos de origen
anglosajón empírica y otra racionalista de origen francés. La
primera se desarrolló principalmente por un grupo de filósofos
morales como son David Hume,
Adam Smith y Adam Fergurson.
La segunda tradición es racionalista, halagadora de los poderes ilimitados de la razón humana, de la razón humana tomada como indicio de la inteligencia, influida por el racionalismo
cartesiano. Los filósofos ingleses
nos han dado pruebas fehacientes en la correcta interpretación
del desarrollo de la civilización
que constituye todavía hoy el
basamento indispensable de toda
defensa de la libertad, tales filósofos no encontraron el origen
de las instituciones de la libertad
en la invención de la razón, sino
en la sobrevivencia de lo que tiene éxito, por lo tanto las instituciones, como la moral y la ley,
están de acuerdo con un marco
de crecimiento acumulativo
probado conforme al método de
la prueba y el error, allí radica el
respeto a las tradiciones.
La argumentación cartesiana
de una razón independiente que
puede inventar a su antojo, desvirtúa la libertad y sus instituciones, lo cual debe quedar totalmente descartada.(2)
Esas premisas que nos dan
los principios del desarrollo de
la civilización se dieron con la
finalidad de ejemplificar nuevamente este avasallamiento de
nuestras instituciones de la libertad por obra de la razón humana fuera de la experiencia.
INCONSTITUCIONALIDAD
En ese marco, se puede mencionar el supuesto anticipado al
comienzo de nuestro trabajo, el
caso de las llamadas “retenciones móviles al agro” que no son
más que un instrumento recaudatorio, utilizado por el gobierno
nacional, impuestas por resolución del ministro de Economía,
en aplicación de lo dispuesto por
el art. 755 del Código Aduanero,
que resulta a todas luces inconstitucional por permitir la delegación legislativa con respecto a la
implementación de impuestos a
la exportación, materia que no
puede darse sin ley previa, y que
también escapa claramente de la
situaciones de emergencia y administración, como asimismo la
confiscatoriedad de su alícuota.
La claridad de las normas cons-
titucionales nos exime de cualquier comentario, sólo basta hacer referencia a los arts. 4 (cuya
letra el gobierno distorsiona para
justificar la imposición de las llamadas “retenciones”), 16, 52, 75
inc. 1, 2, 3, 18, 76 y 99 inc. 3 el
cual reza que el Poder Ejecutivo
no podrá en ningún caso bajo
pena de nulidad absoluta e insanable, emitir disposiciones de
carácter legislativo; sólo se lo
permite para casos excepcionales previstos por la Constitución
y no cuando se trate por ejemplo
de normas que regulen materia
tributaria como es el caso en
cuestión.
LA REDISTRIBUCION
DE LA RIQUEZA
Ahora bien si analizamos
concretamente la realidad de
nuestro país, encontraremos distorsiones significativas que nos
deben hacer reflexionar si verdaderamente estamos en un proceso de distribución de la riqueza productiva natural o estamos en una alteración o redistribución antinatural de la riqueza, por la aplicación de un
sistema tributario “anárquico y
regresivo” contrario a las reglas
de juego de la creación del estado de derecho y a su norma fundamental, que concentra la distribución en forma unitaria y
discrecional de la riqueza productiva, impide la generación de
nueva riqueza productiva y conlleva a la sociedad creativa productora a una suerte de “dádiva”
generalizada y “puja” distributiva sin objetivos ni planificación
de futuro, acuciados por un presente casi absoluto, que nos aleja definitivamente de las sociedades modernas.
Veamos a título de ejemplo
cómo se distribuye la carga tributaria sobre algunos impuestos
en nuestra sociedad para verificar si se cumplen algunas de las
premisas esbozadas. (Ver cuadro.)
Tal como podemos apreciar
en el cuadro anterior vemos con
absoluta claridad la participación de cada impuesto en la recaudación total de la Nación, de
allí inferimos cuál es la participación de los impuestos directos
y de los indirectos, los coparticipables de los no coparticipables,
agregaremos que la porción de
la totalidad de la recaudación
que volvía a las provincias hace
10 años era de 50% y en este
momento se encuentra por debajo de 30%, todo ello nos lleva a
la consideración de varias e importantes conclusiones, a fin de
verificar la creación de la riqueza de la sociedad, su apropiación
por parte del Estado y por fin su
distribución.
CONCLUSIONES
La primera cuestión que surge del presente análisis es la carencia absoluta de políticas de
Estado que propendan a la generación de riqueza de sus factores
productivos, la conformación
Cont. en pág. 90
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