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MARÍA DOLORES HERMOSO CASTRO
¿QUÉ
ES EL LENGUAJE? FILOLOGÍA
APROXIMACIÓN AL PROBLEMA
DEL SIGNIFICADO
PSICOLOGÍA Y EDUCACIÓN
MARÍA DOLORES HERMOSO CASTRO *
RESUMEN
ABSTRACT
PRÉCIS
En el marco de un trabajo
de investigación sobre el lenguaje jurídico, se ha considerado conveniente hacer un
estudio previo de filosofía del
lenguaje deteniéndonos especialmente en dos problemas:
relación lenguaje-pensamiento y relación lenguajerealidad, y haciendo a su vez
una aproximación a la dimensión significativa de las palabras, que es lo que permite
la comunicación entre los seres humanos, posibilitando el
engranaje social y la convivencia.
Within a framework of a
research essay on the legal
jargon, it has been considered
convenient to make a previous
study of the philosophy of
language paying special
attention to two problems: the
relationship between language
and thought and the
relationship between language
and reality. I also study the
dimension of meaning of the
words, which is what allows
communication among human
beings to take place and which
makes social structure and
coexistence possible.
Dans le cadre d’un
travail de recherche sur le
langage juridique, on a cru
convenable réaliser une étude
préalable de la philosophie
du langage, en s’arrêtant
surtout en deux problèmes: le
rapport langage-pensée et
celui du langage-réalité,
faisant à son tour une
approche à làspect du sens
des mots, qui va permettre la
communication entre les
hommes, rendant possible
lèngrenage social et la
cohabitation.
BREVE REFERENCIA A LA FILOSOFÍA DEL LENGUAJE
1.1. ¿QUÉ ES EL LENGUAJE? APROXIMACIÓN AL PROBLEMA DEL SIGNIFICADO.
Dice B. RUSSELL(1): “Hay varios problemas con relación al lenguaje. En primer
lugar está el problema de qué es lo que efectivamente ocurre en nuestra mente cuando empleamos el lenguaje con la intención de significar algo con él; este problema pertenece a la
psicología.
* Lcda. en Derecho por la Universidad de Granada. Profesora-Tutora de la UNED.
(1) B. RUSSELL, EN Introducción al Tractatus lógico-Philosophicus de L. WITTGENSTEIN. De. Alianza Universal. 1985 pg. 12.
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En segundo lugar está el problema de la relación existente entre pensamientos, palabras y proposiciones y aquello a lo que se refieren o significan; este problema pertenece a la
epistemología. En tercer lugar, está el problema de usar las proposiciones de tal modo que
expresen la verdad antes que la falsedad; esto pertenece a las ciencias especiales que tratan
de las materias propias de las proposiciones en cuestión. En cuarto lugar, está la cuestión
siguiente: ¿qué relación debe haber entre un hecho (una proposición por ejemplo) y otro
hecho para que el primero sea capaz de ser un símbolo del segundo?. Esta última, es una
cuestión lógica y es precisamente la única de que Wittgenstein se ocupa”.
De acuerdo con la anterior sistemática, prescindiremos de la psicología y de la lógica,
sin perjuicio de las alusiones que sean necesarias en el curso de la exposición, y siempre con
carácter marginal, centrándonos en los problemas enunciados por B. RUSSELL, en segundo
y tercer lugar, es decir la epistemología y su relación con el problema del significado y la
necesidad de usar las proposiciones de modo que se aproximen más a la verdad que a la
falsedad.
Epistemología es la doctrina de los fundamentos y métodos del conocimiento científico (2) lugar privilegiado ocupa en ella el lenguaje como soporte evidente de dicho conocimiento. También podríamos seguir a Javier MONSERRAT, quien define la epistemología como:
“la ciencia que trata de conocer la naturaleza del conocimiento humano, en sus principios
reales y en su funcionamiento real, los tipos o clases de conocimiento y los caminos o métodos que pueden conducir a su realización correcta en cada caso”. (3)
Es inevitable, sin embargo, delimitar el objeto de nuestro interés en este estudio, y así
nos interesan especialmente dos problemas en este campo:
1. Relación lenguaje-pensamiento.
2. Relación lenguaje-realidad.
Relación lenguaje-pensamiento.
1. Considera SCHAFF que el lenguaje y pensamiento constituyen una unidad “en el
sentido de que existe un único proceso pensamiento-lenguaje, del cual sólo a través de la
abstracción investigadora se pueden aislar “elementos” como el pensamiento autónomamente
concebido y el lenguaje concebido también como algo independiente, unos elementos, que de
hecho, no son mas que aspectos de un proceso unitario, enfocado desde diversas perspectivas”. (5)
(2) Definición del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. 1984.
(3) J. MONSERRAT, ?Epistemología Evolutiva y Teoría de la Ciencia?. Publicaciones de la Universidad Pontificia de Comillas.
Madrid 1984.
(4) A. SCHAFF, ¿Sobre la necesidad de una investigación lingüística marxista?. Pgs. 21-29, 1er ensayo perteneciente a ?Ensayos
sobre Filosofía del lenguaje?. Ed. Ariel. Barcelona 1973.
(5) A. SCHAFF, op. citada. pg. 21.
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No se puede concebir por tanto, la existencia de un “pensamiento averbal”, desprendido del lenguaje y opuesto en cierto modo al pensamiento que se expresa con palabras.
Esta idea no es, sin embargo, nueva. Su origen lo encontramos en LOCKE, quien
defiende las siguientes ideas:
- Conexión esencial entre pensamiento y expresión.
- Necesidad de un análisis total del fenómeno del lenguaje para penetrar en la estructura del conocimiento.
- El conocimiento está orientado hacia la verdad que se expresa en forma de proposiciones.
- Las palabras intervienen de forma decisiva en la orientación del pensamiento hacia
las cosas. (6)
Además de la influencia que tuvo en el pensamiento posterior, (Stuart Mil) la obra de
LOCKE supone una renovación en el modo filosófico de objetivar y comprender el fenómeno
del lenguaje.
Es a partir del Siglo XVIII cuando el tema del lenguaje, según considera E. LLEDO, (7)
va a dar un giro, a partir del cual el lenguaje comienza a ser no sólo representación, sino
expresión de lo emocional e impulsivo.
El lenguaje es el único órgano y criterio de la razón, pero como tal, expresa no sólo el
aspecto discursivo, sino que, además, es testigo y símbolo de la vida. Así: HERDER(8) considera que “el lenguaje no es instrumento, sino que el acto de pensar mismo es un acto del
lenguaje”. Por consiguiente, contra lo que creía KANT, todo conocimiento está esencialmente unido a su expresión lingüística.
En este mismo sentido, CASTILLA DEL PINO considera el lenguaje como expresión,
es decir, proyección del sujeto hablante. No cree que se pueda diferenciar el lenguaje expresivo y el puramente informativo “porque en la comunicación de un mensaje, aun con independencia de su contenido, se expresa el sujeto”. (9)
Finalmente, no podemos dejar de citar a L. WITTGENSTEIN, que en esta misma
línea, identifica el pensamiento con el lenguaje de una manera tajante en el Tractatus LógicoPhilosophicus cuando afirma: “El pensamiento es la proposición con significado” y añade
“la totalidad de las proposiciones es el lenguaje. (10)” ...lo que no podemos pensar no podemos pensarlo. Tampoco, pues, podemos decir lo que no podemos pensar”, y esta misma idea,
se mantiene, si cabe, más nítida en la segunda etapa de su pensamiento. (Investigaciones
Filosóficas), donde afirma que “el lenguaje es el vehículo del pensamiento” “cuando pienso
(6) J. LOCKE, citado por E. LLEDO en ?Filosofía y lenguaje? Ed. Ariel 1970 pg. 35.
(7) E. LLEDO, op. citada. pg. 38.
(8) HERDER, ¿Abhandlung über den vrsprung der srprache (Werke... ed. Gerold I pg. 794) citado por E. LLEDO.
(9) CASTILLA DEL PINO, ¿Introducción de la hermenéutica del lenguaje?. Ed. Península. Barcelona 1974.
(10) L. WITTGENSTEIN, ¿Tractatus Logico-Philosophicus? Ed. Alianza Universidad 1985. ( 4-4.001) (5.61).
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en el lenguaje, no rondan en mi cabeza “significados” al lado de la expresión lingüística;
sino que el lenguaje mismo es el vehículo del pensamiento” (Inv. F. 329).
“Pensar y lenguaje forman un conjunto. El niño aprende el lenguaje de tal modo que,
inmediatamente, comienza a pensar en él.” “No se puede hablar sin pensar ni se puede
pensar sin hablar” (Inv. F. 322).
Pero para Wittgenstein, la relación lenguaje-pensamiento es incompleta si se prescinde de un tercer elemento: la realidad, con lo cual abordamos esta segunda relación.
Relación lenguaje-realidad.
2. Relación lenguaje-realidad: pero sin desvincularla del pensamiento, pues “nuestra
relación con la realidad se consuma en el pensar. La duplicación yo-mundo se refleja en el
pensar. El lenguaje es el vehículo del pensamiento. Por ello, el lenguaje es el medio en el que
el yo y el mundo se duplican y se refieren uno a otro.
Abordar la relación lenguaje-realidad, es, en cierto modo, abordar el problema del
origen del lenguaje, tema del que nos vamos a ocupar más adelante. Adelantamos aquí, sin
embargo, la existencia de dos tesis enfrentadas tradicionalmente:
1. La que defiende que las palabras tienen una relación natural con las cosas.
2. La tesis convencionalista del lenguaje: las palabras son denominaciones arbitrarias,
y sólo el acuerdo y la ley han hecho que tengan relación con las cosas.
La síntesis o integración de ambas teorías, la representa HUMBOLDT, (11) quien defendía dos principios fundamentales: el primero se refería al lenguaje como actividad, y por lo
tanto, como creación del que habla, “pues el lenguaje es siempre mediador, en primer lugar,
entre la naturaleza finita e infinita; después, entre un individuo y otro. Jamás su esencia se
encuentra, plenamente, en un individuo sino que tiene siempre que ser adivinada, arrancada
del otro”. Por consiguiente (segundo principio) el lenguaje es, al mismo tiempo, subjetivo y
objetivo; subjetivo porque no es algo “dado” por el mundo exterior, sino que es un modo
peculiar de representar en nosotros mismos ese mundo. Pero el lenguaje es también objetivo,
porque es obra de una nación a lo largo de su historia y es, en este sentido, algo extraño al
individuo.
Coincide así HUMBOLDT con WITTGENSTEIN, al considerar que no podemos,
pues, aproximarnos al mundo de una manera inmediata, sino siempre con un “intermediario”
que es el lenguaje. E. LAMO DE ESPINOSA, defiende también que “... por ello el lenguaje
tiene siempre algo de mágico pues tiene siempre algo de la misma realidad, es parte de ella
y no sólo su reflejo, la constituye y no sólo la muestra”. (12)
(11) HUMBOLDT VONW., “Gesasammelte Schriften” Berlín 1903 v. III pg. 296 citado por E. LLEDO, op. citada pg. 40.
(12) E. LAMO DE ESPINOSA, “Sobre el mito del lenguaje neutro: Verdad transparencia” Ed. Teorema. Revista 1978. Vol. III nº 1
pgs. 67 y ss.
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Desde otra perspectiva Adams SCHAFF (13) defiende la misma tesis cuando afirma que
“en oposición al convencionalismo, que concibe el lenguaje como una formación arbitraria,
decimos que el lenguaje refleja la realidad ” “... pero no se trata de que la simple configuración fónica del signo lingüístico refleje nada”, se apoya en la teoría marxista del conocimiento como reflejo, lo cual implica el condicionamiento social del lenguaje, y se abre la posibilidad, según el autor, de relacionar la problemática lingüística con la historia y la cultura de la
sociedad.
Esta concepción considera más el lenguaje como una realidad no estática, sino dinámica y evolutiva en estrecha relación con el entorno social, histórico, político y cultural. Huimos
de la consideración del lenguaje como un ente abstracto y formalizado, concretado en instancias superiores, elaborado minuciosamente en asépticos laboratorios e impuesto al mundo
exterior, por el contrario, consideramos con Humboldt que “el lenguaje es un modo peculiar
de representar en nosotros mismos ese mundo” (11)
Aproximación al problema del significado.
Esta conexión, que defendemos, del lenguaje con el mundo real y cotidiano, nos conduce a su dimensión significativa, pues “no cabe duda que el lenguaje, para ser lenguaje ha
de significar”. (14)
En efecto, el lenguaje es una cualidad inherente al hombre, y no sólo es imposible
desvincularlo del entorno social que lo rodea, sino que “en su génesis, sociedad y lenguaje
están estrechamente vinculados” (15) y entiendo que por supuesto también en su evolución.
T. HOBBES, afirma igualmente que “sin palabra no habría existido entre los hombres ni comunidad, ni sociedad, ni paz, ni concordia como no la hay entre los leones, osos y
lobos”.(16)
“El lenguaje constituye lo que tienen de común los hombres, el fundamento de todas
las relaciones que en conjunto fundan la sociedad”. (17)
El significado de las palabras es lo que permite la comunicación entre los seres humanos, posibilitando el engranaje social y la convivencia, por lo que merece detenerse en su
consideración, examinando las distintas teorías que se han elaborado sobre el significado de
las expresiones lingüísticas, tema central de filosofía del lenguaje.
(13) A. SHAFF, op citada pgs. 24-29.
(11) HUMBOLDT VONW., “Gesasammelte Schriften” Berlín 1903 v. III pg. 296 citado por E. LLEDO, op. citada pg. 40.
(14) MUÑIZ RODRÍGUEZ, V., “Introducción a la filosofía del lenguaje” ed. Anthropos 1992. ver presentación.
(15) LOCKE. J., “Ensayo sobre el entendimiento humano”, citado por M. Rodríguez, op, citada, pg. 84.
(16) HOBBES, T., “Leviatán”, citado por M. Rodríguez, pg. 75.
(17) BENVENISTE, Citado por François PAYCHERE, “Semiotique et droit: exercice de lecture”. Rev. THEORIA -Segunda épocaAño III pg. 137, “La langue constitue ce qui tient ensemble les hommes, le fondement de tous les rapports qui à leur tour fondent la
sociétè”. (Benveniste, 1974, 62).
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KUTSCHERA F. V. encuentra que hay fundamentalmente dos grupos enfrentados de
teorías: un grupo lo forman las teorías realistas o representacionista, para los cuales el
significado es una relación convencional entre expresiones lingüísticas y entidades dadas
extralingüísticamente, concretas o abstractas. Una expresión se convierte así, en un signo
significativo al asignarle mediante una convención, -sea ésta fijada explícitamente o contenido implícitamente en el uso cotidiano de la expresión- un objeto dado, independientemente de
ella, como su significado.
Otro conjunto de teorías del significado que KUTSCHERA agrupa bajo la denominación de “pragmatistas”, subrayan que no es posible referirse en el mismo sentido a conceptos, que a cosas concretas; el principio rector del pragmatismo, pues, es el siguiente: el significado de las expresiones lingüísticas no se fija relacionándolas con entidades, sino que está
determinado a través del uso que nosotros hacemos de ellas. (18)
En este punto, no hay mas remedio que referirse a Wittgenstein(19) y su aportación al
problema del significado, con todas las matizaciones y críticas que posteriormente se le han
hecho.
Como una de las principales máximas de Wittgenstein, hay que destacar la siguiente:
“En una amplia clase de enunciaciones -aunque no todas- en las que empleamos la palabra
“significado”, éste se puede definir del siguiente modo: El significado de una palabra en su
uso en el lenguaje”.
Tengo que reconocer que este principio ha iluminado sobremanera este trabajo de
investigación, y que de forma latente, permanecerá desde el principio hasta el final del mismo, por lo que consideramos de interés detenernos en su análisis, tal como Wittgenstein lo
desarrolla en sus investigaciones filosóficas, sin perjuicio de los comentarios que ha suscitado
en distintos autores, y los que en nosotros mismos sugiere.
El significado, para Wittgenstein, se corresponde con el entendimiento, el entendimiento es un proceso mental, e instantáneo muchas veces. Por consiguiente, el significado es
considerado como algo dado a la mente o que sucede en la consciencia del sujeto inteligente,
de modo que las actuaciones exteriores, incluso el habla, son consiguientes al interno entendimiento de los significados.
El significado mora, pues, para Wittgenstein, en el ámbito mental, no en el físico. El
acto mental guía al acto físico.
El lenguaje funciona en sus usos, No hay que preguntar, pues, por las significaciones,
hay que preguntar por los usos. Pero éstos nos son múltiples, variados; no hay propiamente
lenguaje, sino lenguajes, y éstos son “formas de vida”, lo que llamamos lenguaje son “juegos
(18) DUTSCHERA, F.V., ?Significado y uso de las palabras? Simposio de lógica y filosofía de la ciencia. La filosofía científica
actual en Alemania. Ed. TECNOS pgs. 19 y 20.
(19) FERRATER MORA J., “Las Filosofías de Ludwig WITTGENSTEIN” Colección Libros TAU. Barcelona 1966. Ideas inspiradas
por los artículos de Ferrater Mora (Introducción) y D. Pole, “La última Filosofía de Wittgenstein”.
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de lenguaje”. Esta expresión que introduce en sus Investigaciones Filosóficas, consiste en
sustancia en afirmar que lo más prioritario en el lenguaje no es la significación sino el uso. La
noción de significado, lejos de aclarar el lenguaje como juego de lenguaje es el modo de
usarlo. Pero con ello caemos en la trampa que nos tiende la idea de significación en cuanto
supuesto elemento ideal invariable en todo término (cuando nos desprendemos de la citada
niebla, podemos comprender no sólo el carácter básico del lenguaje, sino la multiplicidad
(para Wittgenstein prácticamente, infinita) de los lenguajes o juegos de lenguaje.
La primera de las ideas motrices para nosotros: “El significado de una palabra es su
uso en el lenguaje”, ha merecido, no obstante su feliz expresión, una matización interesante,
a nuestro juicio, por parte de F. V. KUTSCHERA(20); en efecto para este autor, cuando
Wittgenstein habla de “uso”, habría que leer “uso correcto”: “El significado de una palabra
sólo puede ser identificado con su uso correcto y no con su uso práctico, que no permitiría
una delimitación suficiente del significado, puesto que de hecho, las palabras son usadas
tanto por los miembros de una comunidad lingüística como por el individuo, de modos muchas veces incompatibles”. Ahora bien, se pregunta, ¿cómo podemos aprender el modo y
manera del uso correcto de un predicado, puesto que sólo podemos observar las instancias y
no las reglas de su uso?.
En este mismo sentido, puntualiza Victoria CAMPS, cuando afirma que si bien “es
cierto que el significado de diccionario, el significado abstracto y estático, recibe siempre
una interpretación funcional, subordinada al uso que de él se haga, también hay que reconocer que los usos no son nunca arbitrarios, sino que están limitados por el significado”. (21)
Sin embargo, nos parece que dichas puntualizaciones no contradicen, más bien completan, el pensamiento Wittgensteiniano, pues lejos de lo que pudiera parecer de una ligera
interpretación, esta tesis del autor austríaco no conduce al subjetivismo superficial. Wittgenstein
rechazó la posibilidad de lenguajes privados de un sujeto; y un argumento para ello es que no
se puede hablar de un empleo correcto de las palabras de un lenguaje privado, puesto que no
es posible aplicar aquí el criterio general de empleo correcto- la concordancia con el uso de la
comunidad lingüística.
En este punto, nos parece interesante, citar también a QUINE, (22) que defiende la siguiente tesis: “a partir del uso de una lengua, no se puede determinar unívocamente el significado de sus expresiones; con el uso de una lengua son compatibles interpretaciones totalmente diferentes”. “Puesto que sólo podemos aprender una lengua a través de su uso, dice
QUINE, podemos interpretar sus expresiones siempre de maneras distintas, mientras éstas
concuerden con el uso. Pero, puesto que el significado de una expresión lingüística es precisamente aquella interpretación que asocian con ella todos los hombres que dominan esa
lengua, no se puede hablar de un significado de una expresión lingüística que no consista en
un modo de su empleo: las diferentes interpretaciones son solamente representaciones y asociaciones subjetivas que cada cual une a las palabras. (22)
(20) KUTSCHERA F.V., op. citada pg. 25.
(21) CAMPS, V., ?Pragmática del lenguaje y filosofía analítica?. Ed. Península. Barcelona 1976. pg. 73.
(22) QUINE, ?Palabra y objeto? Barcelona 1968, citado por KUTSCHERA op. citada pg. 36.
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La meditación de esta sugerente tesis de QUINE nos lleva a pensar que hay que separar los conceptos de “significado” de una palabra o expresión -identificado conforme a lo que
venimos exponiendo con el uso correcto que se haga de ella, uso general de una comunidady de “interpretaciones”, definidas como ¿representaciones y asociaciones subjetivas que
cada cual une a las palabras”.
Había también que distinguir, y seguimos en este punto a KUTSCHERA, (23) entre
“Significado” y “Significatividad” y conectamos así además con la segunda idea motriz,
que habíamos elegido como base de nuestra exposición, extraída de WITTGENSTEIN: “El
lenguaje no es una trama de significaciones independientes de la vida de quienes lo usan; es
una trama integrada con la trama de nuestra vida”.
En efecto, dice KUTSCHERA, no aprendemos todas las distinciones cualitativas sólo
mediante el lenguaje, sino que el desarrollo del lenguaje ya supone en cierta medida determinaciones cualitativas. Que además, el niño que todavía no habla ya posee un entorno estructurado, resulta de la teoría del entorno de JAKOB VON VEXKULL. Este entorno está articulado en casos y sucesos que están llenos de significado para el niño, no en el sentido de significado de signos, sino en el sentido de una significatividad, de un papel que desempeñan en el
conjunto de su forma de vida, de un “tono vivencial para el niño”. Estas determinaciones
prelingüísticas tienen, seguramente, un campo de vaguedad todavía muy ancho, el cual el
niño aprende a estrechar con su creciente experiencia y dominio del lenguaje, lo importante es
sólo que podemos encontrar en la existencia de determinaciones cualitativas prelingüísticas,
una base para la interpretación de las expresiones lingüísticas, para el aprendizaje del modo
y manera de su uso a partir de los casos aislados de su aplicación.
Estos tres conceptos: significado, interpretación y significatividad, que podrían diferenciarse (delimitarse) en un plano teórico o abstracto, en su dimensión práctica o cotidiana,
resultan confundidas entre sí. En efecto, Muñiz Rodríguez(24) advierte cómo la doctrina
ideacional del significado pone de relieve que significar es ante todo interpretar, es decir, el
significado, en cuanto ente ideal, configura su modo de ser como interpretación; “al abstraer
de las cosas su logos, la mente se adueña de las cosas mismas, pero realizando para ello una
función interpretativa... Por este motivo, toda abstracción es definición, y toda definición, en
última instancia es hermenéutica”.
En efecto, el significado, es inseparable del comportamiento humano. Superadas hoy
las tesis realistas para las que el contenido semántico de las palabras y oraciones es fijo e
inalterable, independiente de su uso, es el uso quien define el significado, como venimos
viendo. Pero “es el uso, el uso correcto del lenguaje que constituye su significado, una realidad objetiva, con existencia propia, independiente de la mente humana, y de la realidad no
lingüística que designa”.
Wittgestein, así lo entiende, y en el párrafo 218 de su Cuaderno Rojo, afirma: “No
tiene nada que ver con que las palabras solas no digan el significado de una palabra, el que
(23) KUTSCHERA, op. citada.
(24) MUÑIZ RODRÍGUEZ, V., op. citada pgs. 115 y ss.
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para nosotros vengan acompañadas de representaciones, asociaciones y sentimientos, No
hemos de confundir todo esto con el significado”.
Según esto la interpretación sería algo muy distinto del significado de un signo. Nos
preguntamos sin embargo, si puede elevarse el significado por encima de las asociaciones y
representaciones subjetivas que cada cual une a las palabras, como si el lenguaje no fuera
también creación propia, personal de cada cual, expresión del propio yo. Aun admitiendo que
en un lenguaje científico, perfectamente aséptico esto fuese así, y las innumerables ventajas
que ello supondría, (eliminación de la ambigüedad, de la vaguedad o indeterminación) entendemos que no se puede generalizar esta tesis, al lenguaje común y cotidiano, y tampoco, por
ello el lenguaje jurídico, que no es como veremos, sino una subespecie del lenguaje ordinario.
La eliminación de la subjetividad en el lenguaje, concretamente en el significado de
los términos, separándolo radicalmente de la interpretación con las connotaciones personalistas
que a nuestro juicio ésta incluye, es una tesis, que recuerda la Teoría Pura del Derecho de
KELSEN que en su afán depurador del derecho, suprimía de éste cualquier influencia extra
normativa, por entender que el derecho estaba “contaminado” con elementos extraños como
la sociología, la moral, la estadística o la economía, reduciendo el derecho exclusivamente a
normas, relacionadas entre si jerárquicamente, y considerándolo ajeno a cualquier tipo de
¿valor? como la justicia o la moral. Aun reconociendo, la importantísima aportación de Kelsen
al mundo jurídico, su Teoría Pura del Derecho, se considera superada, precisamente porque
un ordenamiento que tiene por objeto la regulación del orden social mediante normas, no
puede prescindir de los valores que constituyen y conforman dicha sociedad, no se puede
abstraer el estudio de las normas, del de los seres humanos que están en su origen y ésta es la
principal deficiencia de la teoría Kelseniana.
En el mismo sentido entendemos que el lenguaje, igual que el derecho, no es, no puede
convertirse, en una ciencia experimental al mismo nivel que la física o las matemáticas, y por
ello no puede prescindirse completamente, sin deshumanizarlo, de la subjetividad.
Entendemos que las experiencias personales, los estados de ánimo, los sentimientos,
forman parte del significado de las palabras y proposiciones, igual que el contexto que rodea
a las mismas. Otra cosa es que fuera o no deseable en determinados casos (véase el lenguaje
jurídico), conseguir cierto grado de objetividad, a la hora de utilizar y de interpretar las palabras, en aras de una mejor seguridad y para evitar males mayores derivados de una excesiva
ambigüedad o indeterminación.
Castilla del Pino(25) entiende el lenguaje como expresión, como proyección del sujeto
hablante. No cree que pueda diferenciarse el lenguaje expresivo y el puramente informativo,
“porque en la comunicación de un mensaje, aún con independencia de un contenido se expresa el sujeto”. “... lo que pretendo indicar es que aun en los lenguajes más formalizados se
contiene siempre el componente expresivo” de forma tal que el sujeto hablante está mas o
menos, notoriamente visible”.
(25) CASTILLA DEL PINO, C., op. citada 2ª edición pgs. 29-30-48.
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El significado de un signo es así para este autor “el resultado conjunto de la apreciación subjetiva, por parte del hablante, del objeto o referente y la apreciación subjetiva por
parte del oyente, del sujeto del habla”.
Castilla del Pino identifica así el significado y la interpretación conforme a la definición que aquí se ha propuesto de ambos términos.
No obstante nuestros comentarios, hay que decir a favor de Wittgenstein, que no fue
completamente ajeno al papel de la individualidad, que la subjetividad de cada persona juega
en el lenguaje, y así en una obra posterior (Gr. 29) se pregunta “¿Es realmente, pues, el
significado sólo el uso de la palabra? ¿No es el modo en que ese uso interviene en la vida?
¿No pertenece al significado -también- que el uso individual, en situaciones concretas y específicas, en las que interviene de modo especial, tenga adicionalmente un cierto significado
especial?” Pues bien, aunque plantea la cuestión que aquí nos ocupa, no cede en su teoría, y
para evitar confusiones, aunque reconoce un cierto parentesco con el modo de empleo, lo
llama la “finalidad de la palabra”, pero insistiendo en que el significado no es una proposición de experiencia ni una explicación causal, sino una regla un convenio. “Ciertamente que
cualquier palabra, dice nuestro autor, en contextos diferentes, puede ofrecer un carácter y un
aspecto diferentes, pero esto no son correlatos del significado. El significado no es la vivencia al oír o pronunciar la palabra, ni el sentido de la proposición el complejo de tales vivencias”.(26)
Y sin embargo nos resistimos a creer que alguien como Wittgenstein, hubiera renunciado a reconocer la importancia de la aportación personal de cada cual en la creación del
lenguaje, y en la utilización del mismo, atribuyéndole su peculiar matiz al significado de las
palabras. Así en diversos puntos de sus escritos hemos podido constatar una aceptación del
autor a reconocer cuanto menos, la multiplicidad de significados, que poseen las palabras y el
carácter acientífico del lenguaje: “Una palabra no tiene un significado que, por así decirlo, le
haya sido dado, por un poder extraño a nosotros, de modo que pudiera emprenderse un análisis científico de lo que la palabra realmente significa. Más bien alguien ha dado significados
a las palabras y porque los significados han sido dados, hay palabras con múltiples significados claramente delimitados. Pero la mayoría de las palabras son usadas de mil modos diferentes que poco a poco se entremezclan unos con otros. Por tanto no es posible dar definiciones
o establecer reglas estrictas para su uso”. (27)
Finalmente, escogemos el concepto de significado de F. SAINZ MORENO (28) que
entiende que lo que una palabra significa está determinado por “su propio significado” (idea
fijada por el uso y delimitada por los conceptos próximos) y por el papel que desempeñan en
un contexto.
En el significado real de toda palabra intervienen, al menos tres datos: lo que esa
palabra significa, lo que se quiere expresar con ella y lo que el oyente entiende al oirla, la
palabra tiene, por tanto, un significado propio antes de ser usada y un significado “algo distinto” después de ser usada; distinto para quien la pronuncia y distinto para quien la oye”. (28)
(26) WITTGENSTEIN, L., ¿Investigaciones Filosóficas? p. 492, citado por Gerd BRAND, en ¿Los textos fundamentales de L.
WITTGENSTEIN? Alianza Universidad. Madrid 1981 pg. 125.
(27) WITTGENSTEIN, L. ¿Cuaderno azul?, citado por el anterior pg. 140.
(28) SAINZ MORENO, F., ¿Conceptos jurídicos, interpretación y discrecionalidad administrativa?. Ed. Cívitas. Madrid 1976 pg.
122.
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Bibliografía
(1) B. RUSSELL, EN Introducción al Tractatus lógico-Philosophicus de L. WITTGENSTEIN.
De. Alianza Universal. 1985 pg. 12.
(2) Definición del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. 1984.
(3) J. MONSERRAT, “Epistemología Evolutiva y Teoría de la Ciencia”. Publicaciones de la
Universidad Pontificia de Comillas. Madrid 1984.
(4) A. SCHAFF, “Sobre la necesidad de una investigación lingüística marxista”. Pgs. 21-29,
1er ensayo perteneciente a “Ensayos sobre Filosofía del lenguaje”. Ed. Ariel. Barcelona 1973.
(5) A. SCHAFF, op. citada. pg. 21.
(6) J. LOCKE, citado por E. LLEDO en “Filosofía y lenguaje” Ed. Ariel 1970 pg. 35.
(7) E. LLEDO, op. citada. pg. 38.
(8) HERDER, “Abhandlung über den vrsprung der srprache (Werke... ed. Gerold I pg. 794)
citado por E. LLEDO.
(9) CASTILLA DEL PINO, “Introducción de la hermenéutica del lenguaje”. Ed. Península.
Barcelona 1974.
(10) L. WITTGENSTEIN, “Tractatus Logico-Philosophicus” Ed. Alianza Universidad 1985.
( 4-4.001) (5.61).
(11) HUMBOLDT VONW., “Gesasammelte Schriften” Berlín 1903 v. III pg. 296 citado por
E. LLEDO, op. citada pg. 40.
(12) E. LAMO DE ESPINOSA, “Sobre el mito del lenguaje neutro: Verdad transparencia”
Ed. Teorema. Revista 1978. Vol. III nº 1 pgs. 67 y ss.
(13) A. SHAFF, op citada pgs. 24-29.
(14) MUÑIZ RODRÍGUEZ, V., “Introducción a la filosofía del lenguaje” ed. Anthropos 1992.
ver presentación.
(15) LOCKE. J., “Ensayo sobre el entendimiento humano”, citado por M. Rodríguez, op,
citada, pg. 84.
(16) HOBBES, T., “Leviatán”, citado por M. Rodríguez, pg. 75.
(17) BENVENISTE, Citado por François PAYCHERE, “Semiotique et droit: exercice de
lecture”. Rev. THEORIA -Segunda época- Año III pg. 137, “La langue constitue ce qui tient
ensemble les hommes, le fondement de tous les rapports qui à leur tour fondent la sociétè”.
(Benveniste, 1974, 62).
(18) DUTSCHERA, F.V., “Significado y uso de las palabras” Simposio de lógica y filosofía
de la ciencia. La filosofía científica actual en Alemania. Ed. TECNOS pgs. 19 y 20.
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FILOLOGÍA
Centro Asociado de la provincia de Jaén “ANDRÉS DE VANDELVIRA”
UNED
(19) FERRATER MORA J., “Las Filosofías de Ludwig WITTGENSTEIN” Colección Libros TAU. Barcelona 1966. Ideas inspiradas por los artículos de Ferrater Mora (Introducción)
y D. Pole, “La última Filosofía de Wittgenstein”.
(20) KUTSCHERA F.V., op. citada pg. 25.
(21) CAMPS, V., “Pragmática del lenguaje y filosofía analítica”. Ed. Península. Barcelona
1976. pg. 73.
(22) QUINE, “Palabra y objeto” Barcelona 1968, citado por KUTSCHERA op. citada pg. 36.
(23) KUTSCHERA, op. citada.
(24) MUÑIZ RODRÍGUEZ, V., op. citada pgs. 115 y ss.
(25) CASTILLA DEL PINO, C., op. citada 2ª edición pgs. 29-30-48.
(26) WITTGENSTEIN, L., “Investigaciones Filosóficas” p. 492, citado por Gerd BRAND,
en “Los textos fundamentales de L. WITTGENSTEIN” Alianza Universidad. Madrid 1981
pg. 125.
(27) WITTGENSTEIN, L. “Cuaderno azul”, citado por el anterior pg. 140.
(28) SAINZ MORENO, F., “Conceptos jurídicos, interpretación y discrecionalidad administrativa”. Ed. Cívitas. Madrid 1976 pg. 122.
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