PALABRAS ANTE LA REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE

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PALABRAS ANTE LA REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES
DE SAN FERNANDO
25 de noviembre de 2013
Excmo. Sr. Director,
Excmos. Sras. y Sres. Académicos,
Distinguidas Autoridades,
Señoras y Señores,
Es un gran honor para mí representar hoy a la Universidad de Alcalá, en un acto
tan entrañable y emotivo para nuestra institución como es recibir la Medalla de Honor
de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Dada la muy reciente pérdida
sufrida por esta Ilustre Corporación, permítanme, en primer término, expresarles a todos
los Académicos nuestra condolencia más sentida por el fallecimiento del gran artista
que fue D. José Hernández Muñoz. Y en segundo término, naturalmente nuestro más
sincero agradecimiento a la Academia en su conjunto por la gran generosidad con que
nos distingue hoy, y muy especialmente a los proponentes de esta Medalla, los Excmos.
Sres. Académicos D. Antonio Fernández Alba, D. Alfredo Pérez de Armiñán y de la
Serna, y D. Alfonso Rodríguez y Gutiérrez de Ceballos, así como mi emocionada
gratitud por las amables y magnánimas palabras pronunciadas por D. Alfredo Pérez de
Armiñán y de la Serna.
Deseo hacer público reconocimiento también de que la Medalla de Honor que
tengo el privilegio de recoger hoy corresponde al esfuerzo sostenido y continuado de
muchas personas comprometidas con la institución, que han trabajado bajo la dirección
de mis dos predecesores en el Rectorado, D. Manuel Gala (1984-2002) y D. Virgilio
Zapatero (2002-2010), y la Rectora en funciones Dª Filomena Rodríguez Caabeiro, y
naturalmente las que me han acompañado a mí en los últimos cuatro años, desde marzo
de 2010. Este trabajo de equipo durante treinta años, bajo la dirección de tres Rectores
distintos, ha convertido a la Universidad de Alcalá del siglo XXI en un caso
posiblemente único en la época actual de rescate de una institución histórica del
prestigio y trayectoria de la Universidad que en 1499 fundó el Cardenal Francisco
Jiménez de Cisneros, erigida entonces como universidad moderna renacentista sobre el
Estudio General de 1293, instituido por el rey Sancho IV de Castilla.
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Los numerosos edificios históricos de los siglos XVI y XVII que han sido
rescatados del olvido, el abandono y la incuria en la ciudad de Alcalá de Henares
gracias en buena medida al trabajo de la Sociedad de Condueños, y que hoy conocen el
esplendor de un uso universitario pujante y dinámico, son parte de una institución que
cuenta también con un moderno campus científico-tecnológico en las afueras de la
ciudad, y con otros edificios históricos en la cercana provincia de Guadalajara, donde la
Universidad de Alcalá tiene también encomendada, por la Comunidad de Castilla-La
Mancha, la responsabilidad de la enseñanza superior, tanto en la capital de la provincia,
como en Sigüenza y en Pastrana. Son múltiples las distinciones que ha recibido la
Universidad en estos treinta años por la labor de rehabilitación de su patrimonio
arquitectónico y artístico, entre las que destaca sin duda el nombramiento de diciembre
de 1998 como Patrimonio Mundial de la UNESCO a la Universidad y el recinto
histórico de la ciudad de Alcalá de Henares, por tratarse, según rezaba el documento de
justificación de la UNESCO, de “la primera ciudad diseñada y construida especialmente
como sede de una Universidad”. El desarrollo del concepto agustiniano de “Civitas
Dei”, o la expansión de la lengua y la cultura españolas, y en especial la literatura del
más insigne hijo de Alcalá de Henares, Miguel de Cervantes, destacaron también entre
las motivaciones citadas por la UNESCO.
Otras organizaciones nacionales e internacionales, además de la UNESCO, tales
como el Consejo de Europa, Europa Nostra, o Hispania Nostra, entre otras, han honrado
asimismo a la Universidad con sus distinciones. Pero la Medalla de Honor de esta Real
Academia de Bellas Artes de San Fernando vino a culminar, cuando se dio a conocer la
noticia, el pasado 30 de mayo, una trayectoria que a todos nos llenó de orgullo, de
gratísima sorpresa y de inmensa alegría en la Universidad. Esta Real Academia
centenaria goza de tal prestigio y reconocimiento en el mundo de las Bellas Artes en
España y en el extranjero que creo que nadie en la Universidad soñó nunca con que
algún día pudiera concedérsenos esta Medalla de Honor. He repasado la lista de
instituciones y personalidades distinguidas en los setenta años de existencia y concesión
de la Medalla, y no he encontrado entre ellas a ninguna otra Universidad, a pesar de que
sin duda España cuenta con centros de enseñanza superior de gran distinción.
Por ello, para nosotros es un enorme honor, y una gran responsabilidad, que a
partir de 2013 el nombre de la Universidad de Alcalá figure junto a los de
Excelentísimos Ayuntamientos que, durante decenios y siglos, se han caracterizado por
la defensa de su rico patrimonio artístico y cultural, y también al lado de instituciones,
fundaciones y museos de la entidad y calidad del Museo Lázaro Galdiano; el Museo
Picasso, de Málaga; la Casa de Velázquez, de Madrid; el IVAM Instituto Valenciano de
Arte Moderno; y de múltiples Fundaciones como la Juan March; la Ramón Areces; la
Joan Miró; la Real Fundación de Toledo; la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza;
la de Amigos del Museo del Prado; la de Caja Madrid; la BBVA; o de sociedades como
el Círculo de Bellas Artes, de Madrid; la Sociedad Filarmónica de Bilbao; el Orfeó
Catalá, de Barcelona; el Orfeón Donostiarra, de San Sebastián; el Gran Teatro del Liceo
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de Barcelona; el Festival Internacional de Música y Danza de Granada, entre otras
muchas.
Para nosotros esta Medalla de Honor, que debemos a la extrema generosidad de
esta Ilustre Corporación, no puede ser más que un acicate y una motivación añadida en
nuestra responsabilidad y compromiso por preservar y extender el legado artístico,
arquitectónico y cultural de la centenaria Universidad de Alcalá. Pocas semanas antes
de que, en el día de San Fernando, la Real Academia de Bellas Artes nos sorprendiera y
abrumara con la noticia de la concesión de este galardón, celebramos en Alcalá el
primer encuentro de las cuatro Universidades declaradas en todo el mundo Patrimonio
Mundial de la UNESCO. Fue el 10 de mayo cuando nos reunimos en el Paraninfo de
Alcalá los Rectores y equipos de rehabilitación de la Universidad de Virginia en
Charlottesville, en los Estados Unidos, la Universidad Central de Venezuela en Caracas,
la Universidad Nacional Autónoma de México, y naturalmente la de Alcalá, para leer y
firmar una solemne Declaración sobre la protección, conservación y difusión del
patrimonio universitario. Mes y medio después, la UNESCO incorporó a la centenaria y
prestigiosa Universidad de Coimbra a este grupo de Universidades Patrimonio Mundial,
y dicha universidad ha acordado asimismo adherirse a la Declaración de Alcalá. De este
modo, Alcalá lidera ahora el consorcio de las cinco únicas Universidades en el mundo
distinguidas por la UNESCO por su patrimonio cultural y universitario.
Me interesa destacar que lo que nos une a estas cinco universidades es el
compromiso por preservar, proteger y difundir el patrimonio universitario del que
somos depositarias. Sin duda un elemento fundamental es el artístico-arquitectónico,
pues las cinco sobresalen en el mundo por él, pero también lo es el intelectual, como se
pone de manifiesto, por ejemplo, en la de Alcalá por la gesta cisneriana y su evolución
posterior en el ámbito literario, o en la de Virginia por el pensamiento ilustrado y su
desarrollo político y educativo de su fundador, Thomas Jefferson.
Quisiera mencionar también brevemente ante ustedes, distinguidos Sras. y Sres.
Académicos, que la Universidad de Alcalá actual es indudablemente depositaria y
consciente de ese importante legado artístico mencionado. Dentro de pocas semanas
iniciaremos el año 2014, en que conmemoramos el Quinto Centenario de la Biblia
Políglota, y hace una semana escasa acabamos de inaugurar una pequeña muestra del
Sueño de Cisneros, de su Biblia, en la Capilla de San Ildefonso, recién restaurada y
recuperada espléndidamente por la Universidad, gracias a la financiación del 1%
cultural del Ministerio de Fomento. Pero permítanme también que señale que nuestro
compromiso universitario con las Bellas Artes no se limita a esa labor de preservación
artística, sino que –en cumplimiento de la misión formativa que tiene encomendada la
Universidad, así como la de proyección y transmisión del conocimiento a la sociedad de
su entorno— la Universidad de Alcalá ofrece hoy a sus estudiantes y personal, a los
vecinos de Alcalá de Henares y de Guadalajara, y a la sociedad en general, una rica
panoplia de actividades artísticas, para vincular la docencia y la investigación
universitarias a todas las facetas del Arte con mayúsculas.
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Desde 1996, por ejemplo, y en colaboración con la AIE, Sociedad de Artistas
Intérpretes o Ejecutantes de España, tenemos instituido el llamado “Claustro
Universitario de las Artes”, que nos permite hacer reconocimientos periódicos a
destacados artistas españoles y extranjeros en diversos campos, como la pintura, la
música, la danza, el canto, la interpretación, la cinematografía, o las letras, así como
todo lo concerniente a la libertad y la propiedad intelectual y artística. Entre nuestros
Claustrales de las Artes, que reciben un nombramiento como Claustrales de Honor de la
Universidad de Alcalá, nos enorgullecemos de contar con distinguidos miembros de
esta Corporación, como D. Luis de Pablo, D. Antón García Abril, D. Antonio López, o
Dña. Teresa Berganza.
Nuestro compromiso con la música es también, creo, bien conocido en España e
incluso fuera de nuestras fronteras, gracias a nuestros cursos de especialización musical,
conferencias y conciertos, y a la revista Quodlibet, que publicamos desde 1995. En
estos últimos años hemos organizado múltiples conciertos y eventos musicales, como el
que celebramos en enero pasado, en colaboración con el Instituto Polaco de Cultura,
para conmemorar el Centenario del nacimiento del compositor Witold Lutoslawski,
precedido de una magistral conferencia del distinguido Académico y compositor D.
Tomás Marco. Pero no solo la música clásica es la protagonista de nuestra Aula de
Música, sino que, con la financiación de la AIE, organizamos también ciclos periódicos
de jazz o flamenco, por ejemplo.
La música –me complace decirlo especialmente en esta Sala— tiene una
presencia constante en la vida universitaria, gracias a la Orquesta de la Universidad,
integrada por estudiantes de una amplia variedad de disciplinas, tanto nacionales como
extranjeros; y naturalmente, también el Coro de la Universidad, que a veces actúa junto
con la Orquesta, lo que permite que la comunidad universitaria disfrute y tenga asumida
la presencia de la música como una actividad consustancial a todos los eventos
solemnes y festivos de la vida universitaria. Desde hace varios años, asimismo,
celebramos unos cursos de formación operística, denominados “Óperastudio”, en una de
cuyas sesiones tuvimos el privilegio de recibir el magisterio, en el Paraninfo de la
Universidad, de la ilustre miembro de esta Academia, Dña. Teresa Berganza.
La pintura, la escultura y la fotografía están continuamente vivas en las salas de
exposición de la Universidad, en los Colegios de Basilios y de Caracciolos, así como en
el Museo Luis González Robles, que tiene su sede en un lugar privilegiado, la antigua
Biblioteca del propio Colegio Mayor de San Ildefonso. Gracias a la generosa donación
de D. Luis González Robles, la Universidad cuenta desde el año 2000 con una
espléndida colección de más de dos mil piezas de arte contemporáneo, español e
iberoamericano, que contiene no solo pinturas, acuarelas, dibujos, grabados, sino
también cientos de ejemplares de interés etnológico iberoamericano, y que son objeto de
exposiciones temporales. En los últimos años, por ejemplo, hemos podido exhibir obras
de Luis Feito, de Álvaro Delgado, de Antonio Suárez, de Zarco, de Arcadio Blasco,
entre otros, o colecciones de arte mexicano y caribeño, como la que actualmente está
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expuesta, hasta el próximo 20 de diciembre. Atesoramos obras de Lucio Muñoz,
Manuel Alcorlo, Antonio Clavé, Rafael Canogar, Josep Guinovart, Luis García-Ochoa,
César Manrique, Cristino de Vera, Darío Villalba, Fernando Zóbel, Antoni Tàpies, Joan
Miró, Oswaldo Guayasamín, etcétera.
Pero aparte de este Museo de Arte Contemporáneo, la Universidad tiene en
exposición permanente, en sus edificios históricos, colecciones prácticamente únicas en
España, como una de más de doscientas piezas de arte africano. Por otro lado, son muy
frecuentes las exposiciones temporales que organizamos con el patrocinio de diversas
instituciones, públicas y privadas, gracias a las cuales hemos mostrado dibujos,
fotografías, mapas, documentos, vídeos… sobre la construcción de fortalezas en el
Caribe, sobre cartelería de la República y la Guerra Civil, sobre el norte de África y
Turquía, etcétera. Es importante, a mi juicio, destacar que todas estas exposiciones son,
además, un fantástico incentivo a la creatividad y a la participación artística de
estudiantes, profesores y miembros de la administración de la Universidad. Hace apenas
un año abrimos otro espacio público, por ejemplo, para la exposición de fotografías
cuyos autores son miembros de la comunidad universitaria, con un éxito de público
excepcional.
Igualmente populares son las exposiciones anuales de Humor Gráfico, un
programa iniciado en 1992, que nos ha permitido atesorar cientos de obras originales de
grandes dibujantes dedicados al humor, españoles como Gallego y Rey, Ricardo y
Nacho, Peridis, Forges, o el tristemente desaparecido Antonio Mingote, y muchos
extranjeros, sobre todo del ámbito iberoamericano, en especial de Argentina, Chile y
México. A raíz de ello se ha creado recientemente el Instituto Quevedo del Humor, y se
ha instituido el Premio Iberoamericano de Humor Gráfico Quevedos, que tiene la
consideración de Premio Nacional.
Nuestra Aula de Danza, por otro lado, es uno de los fenómenos de proyección
social más participativos que tenemos, con más de mil seiscientas personas inscritas este
año. Y otro tanto puede decirse del Aula de Bellas Artes, donde nuestros profesores
ponen todo su entusiasmo y dedicación en enseñar y difundir técnicas de modelado, de
dibujo, de pintura… En fin, todo un conjunto de acciones encaminadas a enriquecer, de
una manera no solo teórica o contemplativa, sino experiencial, el contacto con el Arte,
que disfrutan los miembros de la comunidad universitaria y la ciudadanía en general, ya
que de muchas de estas actividades se benefician también los vecinos de Alcalá de
Henares.
En definitiva, Sras. y Sres. Académicos, y con esto concluyo, la Universidad de
Alcalá quiere agradecerles de nuevo muy profundamente esta distinción que recibe hoy
de esta Ilustre Corporación, y hace solemne declaración pública de compromiso vivo y
continuo con la preservación, la defensa y la difusión del Arte con mayúsculas, en todas
las facetas que pueda atender, con la modestia que le es propia a una institución pública
de escasos recursos, destinada fundamentalmente a la formación superior y a la
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investigación. Pero no podemos olvidar, y no olvidamos, que la investigación, la
innovación o la formación superior no son prerrogativas únicas de las Ciencias, de las
Tecnologías, o de las Humanidades, sino también del Arte. Ese es nuestro compromiso,
y agradezco mucho a esta Real Academia que nos haya dado hoy esta ocasión, tan
solemne, espléndida y dichosa, para ponerlo de manifiesto una vez más.
Muchas gracias.
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