Dictamen 115-2012 - Gobierno de Aragón

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Consejo Consultivo de Aragón
DICTAMEN Nº 115 / 2012
Materia sometida a dictamen: Reclamación en materia de responsabilidad patrimonial de
la Administración derivada de la asistencia sanitaria prestada en el Hospital Clínico
Universitario Lozano Blesa de Zaragoza.
ANTECEDENTES
Primero.- Por escrito de fecha 17 de abril de 2012 (con registro de entrada en el
Consejo Consultivo el 24 de abril), el Consejero de Sanidad, Bienestar Social y Familia del
Gobierno aragonés solicita Dictamen en relación a un procedimiento de responsabilidad
patrimonial instado por “X” derivada de la deficiente asistencia sanitaria que dice le fue
prestada en el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza.
Segundo.- El procedimiento se inicia con escrito de fecha 22 de febrero de 2011
(registrado de entrada en el Registro General del Gobierno de Aragón el mismo día) en
virtud del cual el precitado señor presentó reclamación dirigida al Departamento de Salud y
Consumo del Gobierno de Aragón, solicitando indemnización por el anormal funcionamiento
de la Administración, por la deficiente asistencia sanitaria que dice le fue prestada en el
Hospital Lozano Blesa de Zaragoza, cuantificando su reclamación en 145.000 euros, y
aduciendo como fundamentos fácticos y jurídicos los que a continuación se van a sintetizar:
i) Indica que el paciente en el año 2007 inicia dolor en el costado, lumbares, cuello,
brazos y piernas, acudiendo al precitado hospital público en el que le realizan una
resonancia determinando la existencia de dos hernias discales.
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ii) Manifiesta que cuando terminaba la rehabilitación (el reclamante, mejor, su
abogado, no indica fecha alguna del período en que ello se produjo) que le hacían en el
Hospital Lozano Blesa, el paciente tenía que pasar a urgencias para que le inyectaran
sedantes, razón por la que le suspendieron la rehabilitación, pero sin averiguar más sobre
las patologías del paciente, incluso en el área de neurocirugía le dijeron que no tenía nada
en el cuello. Señala que debido a la continuidad de los dolores, el paciente acudió a su
médico de cabecera quien le prescribe nuevas pruebas diagnosticándole otras hernias.
iii) Afirma finalmente que todo lo anterior indica un retraso injustificado en su
diagnóstico (suponemos, aunque no se diga, de las hernias) que ha impedido optar por una
decisión sobre la mejor forma de solucionar la patología del paciente, quien no ha sido
debidamente atendido a juicio del reclamante, pues en ningún caso se la ha manifestado la
posibilidad de ser intervenido ni otra opción que evitara o atenuara sus dolores,
considerando por tanto que los daños sufridos por aquél son imputables a la Administración
por la defectuosa asistencia prestada, y que fundamenta en la falta de habilidad y diligencia
(hemos de resaltar que el escrito inicial, en sus fundamentos jurídicos, es un modelo
estándar que el abogado cuyo despacho se señala a efectos de notificaciones usa
normalmente en este tipo de reclamaciones, como este Órgano Consultivo tiene la
oportunidad de comprobar en otros asuntos).
Los reclamantes acompañan a su escrito inicial diversa documentación, copia en
buena parte del historial médico del paciente.
Tercero.- En el expediente remitido se encuentran varios documentos cuyo contenido
se va a resumir en estos antecedentes.
i) Obra la historia clínica del paciente existente en el Hospital Lozano Blesa.
ii) También figura el informe emitido por un inspector médico, a instancias del
instructor del procedimiento, en el que se describen los hechos acaecidos y se efectúa
el siguiente análisis en su juicio crítico y conclusiones:
6.- JUICIO CRÍTICO
De las observaciones precedentes en relación a este caso, se deduce la presencia de
patología osteoarticular vertebral de larga evolución (más de 25 años) que mereció
tratamiento quirúrgico ya en 1985 y que afectaba a las estructuras cervicales, sufriendo en
años posteriores reactivación en relación con traumatismo. A esta patología cervical de tipo
crónico se unió posteriormente una patología lumbar cuyas manifestaciones de tipo
mecánico la relacionaron con la actividad profesional (albañilería), sin observarse
compromiso radicular ni signos de déficit motor en las exploraciones inicialmente
practicadas.
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El paciente fue estudiado y valorado tanto por Traumatología como por Neurocirugía, sin
que los resultados de las 'exploraciones físicas y las múltiples pruebas practicadas, incluyendo
radiografías, EMG, ENG y RMN permitiesen considerar, según indicaba el servicio de
Neurocirugía en consulta, que el paciente fuese tributario de nuevos gestos quirúrgicos con
posterioridad a la intervención cervical que se realizó el 10-2-85 (por síndrome cervicobraquiálgico).
A lo largo del seguimiento longitudinal de este caso, las pruebas realizadas por
parte de los servicios implicados señalaron la existencia de lesiones crónicas a nivel cervical de
inicio muy antiguo, así como la aparición de lesiones a nivel lumbar sin entidad suficiente para
ser tributarias de opciones correctivas, dada la ausencia de compromisos radiculares de
carácter agudo en las pruebas.
Por tanto, no se objetiva relación causal entre las actuaciones del servicio de salud
y las secuelas alegadas que resultan inherentes a la patología subyacente, de carácter
crónico y evolutivo, cuyo diagnóstico y tratamiento propuesto, se basó en todo momento
en tos resultados objetivos de las pruebas de imagen y neurofisiológicas
iii) Finalmente figura en el expediente un informe elaborado por la consultora médica
Dictamed I&I, emitido a instancia de la compañía aseguradora, el cual llega a conclusiones
similares a las del informe de la inspección médica, tal y como se transcriben a continuación:
CONCLUSIONES
1. “”X” de 50 años de edad, fue operado en 1985 de una costilla cervical derecha,
componente de un síndrome de costilla cervical, con afectación radicular de miembros
superiores e inferiores como se describe en las características del proceso en este
Dictamen.
Posteriormente el dolor cervical se hace reiterado, obligándole a utilizar collarín. La
existencia de traumatismos en región craneal y cervical intercurrentes determinó la presencia
de discoartrosis cervical sin compromiso radicular. En el año 2004 a la existencia del proceso
cervical se añadía una lumbociática crónica, haciendo del paciente un tomador crónico de
afines.
2.
3. El proceso lumbar evolucionó al igual que el • cervical a alteraciones
osteoligamentosas, de forma que quedó constituido el proceso de espondilosis
vertebral.
Una caída a un pozo en el año 2006 sirvió para agudizar la sintomatología existente
tanto cervical como dorsal. Los estudios complementarios de RM y neurofisiológicos, en
momento alguno pusieron en evidencia la existencia de compromiso radicular o medular
susceptible de tratamiento quirúrgico.
4.
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El tratamiento del proceso es conservador mediante rehabilitación que no tolera, de
hecho en la fase de fisioterapia tuvo que acudir a Urgencia por dolor agudo lumbar que
obligó a suspender la rehabilitación.
5.
6. La patología degenerativa vertebral en ocasiones precisa la existencia de ortesis
externa que contienen y estabilizan la columna lumbar y se complementan con
tratamientos analgésicos relajantes e incluso antineuríticos.
7. Durante el tiempo asistencial no ha existido mala praxís y se ha actuado según lex
artis ad hoc”..
Cuarto.- Por comunicación de 29 de agosto de 2011 de la Secretaria General Técnica
del Departamento de Sanidad, Bienestar Social y Familia se confirió al reclamante el trámite
de audiencia para que en el plazo de diez días pudiera consultar el expediente, formular
alegaciones y proponer y practicar cuantas pruebas considerara oportunas.
En este trámite ha comparecido el interesados limitándose, como en otros casos que
ha tenido la oportunidad de examinar este Consejo, a reafirmarse en su escrito inicial,
indicando, así mismo, que “no se había aportado al expediente la documentación solicitada”,
lo que en modo alguno es así, pues lo único solicitado, y obra en el expediente, es la historia
clínica de la paciente.
Quinto.- La propuesta de resolución que acompaña al expediente remitido por la
Consejera de Salud y Consumo es desestimatoria de la reclamación, por entender que no
ha habido infracción de la lex artis ad hoc en la asistencia sanitaria prestada al paciente.
CONSIDERACIONES JURIDICAS
I
De acuerdo con el articulo 15 apartado 10, de la Ley 1/2009, de 30 de marzo, del
Consejo Consultivo de Aragón, corresponde a este Órgano Consultivo la competencia para
conocer sobre las reclamaciones administrativas de indemnización de daños y perjuicios de
cuantía superior a 6.000 euros, como es el caso.
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Y de conformidad con el artículo 20.1 de la Ley 1/2009, corresponde a esta Comisión
del Consejo Consultivo de Aragón la competencia para la emisión de este Dictamen.
II
El Consejo Consultivo ha de pronunciarse acerca de si, a la vista del expediente
tramitado por el órgano competente de la Administración Autonómica, procede o no estimar
la reclamación de indemnización económica presentada en relación con los daños sufridos
por el reclamante por la deficiente asistencia sanitaria que dice le fue prestada en el Hospital
Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza.
Sabemos, en general, que los requisitos para que sea declarada la responsabilidad
patrimonial de la Administración, según reiterada y pacífica formulación doctrinal y
jurisprudencial, pueden resumirse del siguiente modo: 1º) la efectiva realización del daño o
perjuicio evaluable económicamente e individualizado en relación con una persona o grupo
de personas; 2º) que el daño o lesión sufrido por el reclamante sea consecuencia del
funcionamiento normal o anormal de los servicios públicos en una relación directa de causa
a efecto sin intervención extraña que pueda influir en el nexo causal; 3º) que el daño o
perjuicio no se hubiera producido por fuerza mayor; y 4º) que no haya prescrito el derecho a
reclamar (cuyo plazo se fija legalmente en un año, computado desde la producción del
hecho o acto que motive la indemnización o desde la manifestación de su efecto lesivo).
III
Lo que se ha hecho en el final de la anterior consideración jurídica es un recuerdo a
los principios de la responsabilidad administrativa que, con origen en el art. 106 de la
Constitución, serían los que, en su caso, deberíamos apreciar aquí a los efectos de concluir
en la existencia, o no, de responsabilidad de la Administración.
Siguiendo nuestra doctrina consolidada y la jurisprudencia sobre la materia a la que
también nos hemos referido repetidamente, no cabe duda de que en el ámbito de la sanidad
la producción de responsabilidad administrativa no siempre está ligada a un fracaso en la
actuación de los medios personales y materiales de la Administración, dado que en la
sanidad asistencial el éxito no puede garantizarse nunca, sino que la responsabilidad se
vincula a una utilización conforme a los principios de la buena práctica médica (lex artis ad
hoc) de dichos medios personales y materiales.
A esos efectos conviene recordar, en primer lugar, que el Consejo de Estado
(Dictámenes 166 y 692/1999, de 11 y 25 de marzo, entre otros) y nuestra predecesora la
ahora extinta Comisión Jurídica Asesora (Dictamen 132/2003, de 23 de septiembre,
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Dictamen 178/2003, de 2 de diciembre, entre otros) han sustentado de forma reiterada y con
palabras semejantes a las que reproducimos a continuación que: “para apreciar la existencia
de responsabilidad patrimonial es preciso acudir a parámetros como la “lex artis”, de modo
que tan sólo en caso de una infracción de esta ley cabrá imputar a la Administración de la
cual dependen los servicios sanitarios la responsabilidad por los perjuicios causados. En el
caso de que no se infrinja la “lex artis”, ha de concluirse que tales perjuicios no son
imputables a la Administración y han de ser soportados por el particular sin que generen, en
modo alguno, el derecho apercibir una indemnización”. Al mismo tiempo el Tribunal
Supremo tiene declarado que según el artículo 141.1 de la LPAC sólo serán indemnizables
las lesiones producidas al particular provenientes de daños que éste no tenga el deber
jurídico de soportar de acuerdo con la Ley, pues lo contrario convertiría a las
Administraciones Públicas en aseguradoras universales de todos los riesgos sociales, lo que
no resulta acorde con el significado de la responsabilidad extracontractual aunque sea
objetiva o por el resultado (Vid. Sentencia del T.S. de 10 de febrero de 2001).
Por otro lado, respecto al requisito de la relación causal, la jurisprudencia del Tribunal
Supremo ha ido perfilando este requisito, afirmando que: "El concepto de relación causal, a
los efectos de poder apreciar la responsabilidad patrimonial de las Administraciones
Públicas, se resiste a ser definido apriorísticamente, con carácter general, puesto que
cualquier acaecimiento lesivo se presenta normalmente no ya como el efecto de una sola
causa, sino más bien como el resultado de un complejo de hechos y condiciones que
pueden ser autónomos entre sí o dependientes unos de otros, dotados sin duda, en su
individualidad, en mayor o menor medida, de un cierto poder causal, reduciéndose el
problema a fijar entonces qué hecho o condición puede ser considerado como relevante por
sí mismo para producir el resultado final y la doctrina administrativa tratando de definir qué
sea relación causal a los efectos de apreciar la existencia, o no, de responsabilidad para las
Administraciones Pública, se inclina por la tesis de la causalidad adecuada que consiste en
determinar si la concurrencia del daño era de esperar en la esfera del curso normal de los
acontecimientos, o si, por el contrario, queda fuera de este posible cálculo, de tal forma que
sólo en el primer caso si el resultado se corresponde con la actuación que lo originó, es
adecuado a ésta, se encuentra en relación causal con ella y sirve como fundamento del
deber de indemnizar. Esta causa adecuada o causa eficiente exige un presupuesto, una
"conditio sine qua non", esto es, un acto o un hecho sin el cual es inconcebible que otro
hecho o evento se considere consecuencia o efecto del primero. Ahora bien, esta condición
por sí sola no basta para definir la causalidad adecuada sino que es necesario, además, que
resulte normalmente idónea para determinar aquel evento, o resultado, tomando en
consideración todas las circunstancias del caso; esto es, que exista una adecuación objetiva
entre acto y evento, lo que se ha llamado la verosimilitud del nexo y sólo cuando sea así,
dicha condición alcanza la categoría de causa adecuada, causa eficiente o causa próxima y
verdadera del daño, quedando así excluidos tanto los actos indiferentes como los
inadecuados o inidóneos y los absolutamente extraordinarios. Así lo hemos afirmado en
nuestra reciente Sentencia de 28 de octubre de 1998": (sentencia de 28 de noviembre de
1998).
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En el presente caso, efectuando una valoración conjunta de la prueba obrante en el
expediente, y, en particular, atendiendo a los informes médicos obrantes que no han sido
desvirtuados no ya por prueba alguna sino por mera alegación en contrario, se puede
afirmar que la asistencia prestada al paciente fue ajustada a la lex artis ad hoc, sin que en
modo alguno esté justificado afirmar que se produjo una desatención o indebida atención a
aquél o que se violaran los protocolos médicos que eran observables, pues:
-
El paciente presenta una patología osteoarticular vertebral de larga evolución,
según consta en el expediente de más de veinticinco años, por el que tuvo que
intervenirse en el año 1985 y que afectaba a las estructuras cervicales, sufriendo
en años posteriores una reactivación de sus lesiones como consecuencia de un
accidente sufrido al caerse a un pozo. En el expediente consta que el paciente ha
sido estudiado en múltiples ocasiones por los servicios de Traumatología y
Neurocirugía, sin que de las múltiples pruebas practicadas resultara que el
paciente tuviera que someterse a nuevas intervenciones quirúrgicas, hecho,
insistimos, no contestado en forma alguna por la representación del reclamante.
-
Por tanto, el tratamiento instaurado, conservador y sin nuevas intervenciones
quirúrgicas, es el adecuado al caso, ya que el paciente sufre una patología
degenerativa vertebral (espondilosis vertebral) y lumbar (lumbociática crónica),
que precisamente lo que requiere es la colocación de ortesis externa que
contienen y estabilizan la columna lumbar, tratamiento que se complementa con
analgésicos relajantes e incluso antineuríticos, sin que, por tanto, conste en el
expediente que se haya producido infracción de la lex artis ad hoc, inasistencia o
indebida asistencia al paciente, antes al contrario.
IV
En resumen, a la vista de los hechos que constan en los documentos presentes en el
expediente remitido y de las consideraciones jurídicas precedentes se aprecia: 1) que ha
sido formulada la petición de responsabilidad e indemnización subsiguiente dentro del plazo
legalmente establecido; 2) que se han cumplido las exigencias del procedimiento
administrativo establecido, en el que tiene especial relieve la audiencia al reclamante; 3) que
la asistencia sanitaria prestada en el Hospital Lozano Blesa de Zaragoza ha sido la correcta
pues se prestó siguiendo la lex artis ad hoc; 4) que no hay nexo de causalidad entre la
asistencia médica dispensada y el resultado dañoso. Estos extremos motivan, por las
consideraciones jurídicas anteriormente vertidas que los justifican, la procedencia de
desestimar la reclamación de indemnización formulada.
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En mérito a lo expuesto, el Consejo Consultivo de Aragón emite el siguiente
DICTAMEN:
Que en conformidad con la propuesta del Departamento de Salud y Consumo, procede
desestimar la solicitud de reclamación de responsabilidad patrimonial derivada de la
deficiente asistencia sanitaria prestada en el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de
Zaragoza formulada por “X”.
En Zaragoza, a diecisiete de julio de dos mil doce.
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