rx | hormonas femeninas Hormonas femeninas Artífices de la mujer Desde la pubertad hasta su vejez, la mujer vive bajo el poderoso influjo de las hormonas: las oscilaciones o desequilibrios en sus niveles causan algunos malestares y problemas severos de salud / María Cristina Sanhueza Estatuillas talladas en hueso durante el Paleolítico Superior, hace más de treinta mil años, son un testimonio de la pasión con la que desde entonces se veneraba la feminidad como fuente de renovación generacional. La opulencia de las formas de esas esculturas simboliza la capacidad misteriosa de la mujer para procrear y amamantar a los hijos, colgados de sus pechos. En esas funciones, exclusivas de su género, juegan un papel protagónico las hormonas femeninas: presentes desde el nacimiento, sólo se activan al inicio de la pubertad para dar lugar a la etapa fértil. 24+SALUD Mediante un proceso hormonal dinámico y secuencial de diferenciación, el sexo femenino se configura como tal desde la concepción por la unión de dos cromosomas X (la mujer es XX y el hombre XY), pero no es sino hasta las doce semanas de vida en el útero materno cuando sus genitales externos –iguales a los del varón durante las primeras semanas– evolucionan como femeninos. La ausencia de los genes del cromosoma Y (responsables de la conversión de las gónadas en testículos) transforman las glándulas reproductoras en ovarios. hormonas femeninas | rx Las hormonas participan en el crecimiento, la reproducción y en el envejecimiento del organismo. Además, inducen conductas sexuales y psicológicas características de cada género Julia Marraoui Karam, ginecóloga y especialista en Endocrinología de la Reproducción, precisa que ambos sexos generan hormonas propias de su contraparte, pero en muy pequeña cantidad. Así, por ejemplo, la testosterona (hormona masculina) se encuentra también presente en la mujer y cumple un papel importante en la inducción de su deseo sexual. ¿Qué son las hormonas? Producidas mediante complejos patrones por las glándulas de secreción interna del organismo (endocrinas), las hormonas son sustancias que viajan por el torrente sanguíneo con la misión de regular el funcionamiento de diversos órganos o tejidos del cuerpo (denominados “blanco” o “diana”). Por medio de la inhibición o activación de determinados procesos, las hormonas participan en el crecimiento, la reproducción y en el envejecimiento del organismo. Además, inducen conductas sexuales y psicológicas características de cada género. Calificadas como mensajeros químicos, las hormonas se dirigen y apuntan con precisión a las células “diana” del cuerpo, y son acogidas por receptores específicos situados en la superficie o el interior de esas células. Así, en coordinación con los sistemas nervioso e inmunológico, constituyen un equipo de regulación fundamental de todo el organismo. Las gónadas o glándulas reproductoras (ovarios en la mujer y testículos en el hombre) intervienen en la diferenciación sexual de los géneros mediante sus propias hormonas. Los ovarios son los responsables de la secreción de estrógenos y progesterona, hormonas esenciales de la reproducción y artífices de los caracteres sexuales secundarios de la mujer: contextura física, tono de voz, crecimiento de mamas, distribución de grasa corporal y amplitud de la pelvis. Existen otras glándulas liberadoras de hormonas, ubicadas en el cerebro, las cuales intervienen de forma muy significativa en diferentes etapas de la vida de la mujer: el hipotálamo, que equilibra todo el sistema endocrino, y la hipófisis, que regula la mayoría de los procesos biológicos del organismo, como la producción hormonal de los ovarios. Reemplazo en la mira La menopausia –período de transición de la mujer en el que disminuye la producción de estrógenos y progesterona– no es silenciosa ni sobreviene de repente. Este reajuste hormonal genera algunos síntomas: sofocos, resequedad vaginal, calambres y caída del cabello, entre otros. Este período también se asocia con un mayor riesgo de sufrir osteoporosis y accidentes vasculares. Para contrarrestar los síntomas y riesgos de la menopausia –y garantizarle así a la mujer un futuro gratificante y productivo hasta una edad avanzada–, a comienzos de los años cincuenta se abrió paso a la Terapia de Reemplazo Hormonal (TRH), la cual repone los estrógenos y la progesterona que los ovarios han dejado de segregar. Sin embargo, la TRH se limita hoy a casos específicos, porque algunas investigaciones exponen sus posibles efectos secundarios: cáncer de mama, enfermedades cardíacas y derrame cerebral, entre otros. La ginecóloga Julia Marraoui Karam señala que el criterio médico internacional es aplicar la Terapia de Reemplazo Hormonal en forma individualizada (tomando en cuenta la historia de salud y estilo de vida de la mujer), al inicio de la menopausia y sólo por un corto tiempo. 25+SALUD rx | hormonas femeninas Ambos sexos generan hormonas propias de su contraparte, pero en muy pequeña cantidad Glosario hormonal Marraoui Karam precisa que las hormonas sexuales participan de manera activa en la vida de la mujer desde el inicio de la pubertad (entre los 11 y 15 años), cuando comienza el flujo menstrual; durante la etapa fértil (que puede alcanzar los 45 años), hasta el momento en que los ovarios cesan su producción y dan paso a la menopausia (entre los 46 y 49 años). Entre las hormonas que desempeñan un papel fundamental en la mujer se cuentan: • Estrógeno. Producida esencialmente en los ovarios por inducción de la hipófisis –y en menor cantidad por las glándulas suprarrenales–, es la hormona predominante en el organismo de la mujer. El estrógeno regula el ciclo menstrual y las funciones reproductivas, y confiere las características típicas de la silueta femenina. Además, controla la grasa y el colesterol en la sangre, la tensión de la piel y el metabolismo de los huesos (impidiendo la pérdida de calcio durante los años fértiles). Muchos de los sistemas orgánicos (cardiovascular, esquelético, muscular) se ven afectados por los niveles de estrógeno, que se incrementan en la adolescencia, descienden a partir de los 30 años y disminuyen considerablemente después de los 40: a partir de esta edad el embarazo se hace difícil, la menstruación se vuelve irregular y la piel y el cabello se resecan. Los niveles de estrógeno también influyen en el deseo sexual y facilitan el coito y la llegada del espermatozoide al óvulo. En déficit, da lugar a infertilidad; en exceso, favorece la aparición de fibromas uterinos y se le responsabiliza de quistes mamarios y cáncer de mama. Sin embargo, Marraoui Karam señala que esta enfermedad es de comprobado origen genético y la hormona sólo cumple el papel de desencadenante. 26+SALUD • Progesterona. Segregada por los ovarios, pero también por las glándulas suprarrenales (aunque en pequeñas cantidades), e incluso por la placenta durante el embarazo, la progesterona influye en la temperatura corporal y el ciclo menstrual: cuando se encuentra baja desaparece la regla. También asume las importantes tareas de acondicionar los tejidos del útero para la implantación del óvulo fecundado, mantener el embarazo y favorecer la producción de leche materna. Además, hace permeable el moco cervical durante el coito y previene el cáncer de endometrio. Junto al estrógeno, posibilita las menstruaciones normales. • Oxitocina. Producida por la hipófisis, es muy importante en el mantenimiento del embarazo a término. Su falta, puntualiza Marraoui Karam, impide el embarazo o puede generar un aborto. Aunque aún no ha sido científicamente comprobado, en los últimos años se ha especulado sobre su papel en el enamoramiento, el apego a los hijos y en la actitud de generosidad y confianza hacia los demás. • Prolactina. Juega un papel importante en la lactancia. Su elevación fuera del embarazo es síntoma de trastornos de ovulación, adenoma o tumor en la hipófisis. • Foliculoestimulante (FSH). Se eleva durante la menopausia y es responsable de los calorones y otros problemas típicos de esa etapa. La FSH es transmitida desde la hipófisis a los ovarios para que produzcan estrógeno y progesterona. • Luteinizante (LH). Influye en la ovulación y en la reproducción. Al igual que la FSH, la LH es transmitida desde la hipófisis a los ovarios para la producción de estrógenos y progesterona. • Testosterona. Aunque es una hormona masculina, se genera en dosis bajas en los ovarios, alimentando el estímulo sexual y la vitalidad. hormonas femeninas | rx Cuando disminuye (antes del período menstrual, después del parto y en la menopausia), la libido tiende a apagarse y puede ocasionar depresión. Desajuste endocrino Es posible que se presenten desequilibrios en los niveles hormonales. Ante la sospecha de una alteración de esta naturaleza, advierte Marraoui Karam, es fundamental acudir de inmediato al especialista, quien hará un rastreo médico para prevenir problemas mayores. El diagnóstico se logra con una ecografía pélvica y un perfil hormonal realizado mediante una prueba sanguínea. Los desajustes pueden ser tratados con fármacos y, en algunos casos, con intervención quirúrgica. Entre las alteraciones más frecuentes se cuentan: • Síndrome de ovarios poliquísticos. Es denominado así porque los ovarios presentan múltiples pequeños quistes. Aqueja aproximadamente al 7% de las mujeres en edad fértil. Se caracteriza por un aumento de andrógenos –hormonas sexuales masculinas– en la producción ovárica, que provocan cambios físicos como acné y crecimiento del vello facial y corporal. El síndrome suele estar asociado con problemas de sobrepeso, resistencia a la insulina y diabetes, y puede conducir a infertilidad y a ciclos menstruales irregulares o ausentes. • Amenorrea. La ausencia total de períodos menstruales se presenta por múltiples cuadros clínicos (defectos congénitos, trastornos de alimentación, obesidad), pero la causa también puede ser hormonal: disfunción en los ovarios, la hipófisis, la tiroides o las glándulas suprarrenales. • Infertilidad. Más del 30% de los casos corresponden a trastornos de ovulación debidos a un desequilibrio de las hormonas LH y FSH. • Síndrome premenstrual. Período cíclico de malestar físico y emocional asociado con cambios hormonales. Se presenta entre 5 y 10 días antes de la menstruación. • Hemorragia uterina disfuncional. Es provocada por el desequilibrio en los valores de estrógeno y progesterona, que propicia un aumento del grosor del endometrio (membrana interna del útero), ocasionando su descamación irregular y la consecuente hemorragia anormal. • Fibromas . Tumores benignos del útero muy frecuentes en la etapa reproductiva. Pueden producir menstruaciones dolorosas y abundantes y, como consecuencia, anemia. Aproximadamente 25% de las mujeres padecen el trastorno y la mayoría no presenta síntomas. Aunque se desconoce la causa exacta, se cree que es resultado del estímulo de los estrógenos. • F u e n tes c o n s u lt a d a s º Julia Marraoui Karam, ginecóloga y especialista en Endocrinología de la Reproducción. Instituto Médico La Floresta / Centro Médico Docente La Trinidad. º www.medlineplus.gov / www.msd.es / www.healthsystem.virginia.edu. 27+SALUD