La celebración del reino de los cielos

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La celebración del
reino de los cielos
SERVICIOS MUNDIALES 2016
CUARTA SEMANA
INTRODUCCIÓN
Era un día frío y lluvioso. Fueron tan pocos aficionados al juego de béisbol que el
estadio parecía vacío. Uno de los jugadores tuvo una noche espectacular con muchos
hits que contribuyeron a la victoria final. Durante una entrevista al término del juego,
este le dijo a un reportero: “Creo que los aficionados nos ovacionaron, pero eran tan
pocos que es difícil decir si fue así.” Él sabía la diferencia. Cuando el estadio está lleno,
todos están emocionados y ovacionan al equipo, ¡hay un ambiente electrizante!
LECTURA BÍBLICA
Mateo 8:5-13 (NVI)
ESCRITURAS
Mateo 8:11
Muchos … vendrán de todas las
Hoy hay una gran multitud de testigos alrededor del mundo alabando a Dios. Se
direcciones, como un torrente desde el
oriente y el occidente, y se sentarán en
pueden sentir solos, como el jugador en esa noche fría y lluviosa. Si es así, abran
el banquete del reino de los cielos.
los ojos hoy, vean la gran compañía mundial de creyentes y vean la diferencia que
esto hace. Estas son las personas que verán en la futura celebración que Dios está
organizando. Se está preparando el banquete del reino de los cielos para nosotros,
todos los creyentes alrededor del mundo y para todos los que han pasado antes de nosotros a través de los siglos. ¡Va a ser
extraordinario!
El verano pasado el Ejército de Salvación celebró su 150º aniversario con un congreso internacional. Salvacionistas de todo el
mundo fueron a Londres a orar y a alabar juntos usando el tema: “Boundless, todo el mundo a orar”. Tras muchas reuniones con la
participación de más de 15.000 Salvacionistas, el congreso concluyó con una marcha por las calles de Londres. ¡Eso sí que era una
multitud!
Se representaron muchas naciones, lenguajes y culturas. Aquellos al margen de la marcha animaban y gritaban: “Dios bendiga a
Estados Unidos, Dios bendiga a Australia, Dios bendiga a Japón” y así continuaron a medida que pasaban los representantes de cada
país.
Se requirieron años para planear y organizar un encuentro de tantos Salvacionistas en Londres con el fin de celebrar la salvación sin
límites de Dios. Si piensan que eso fue maravilloso, esperen a ver lo que Dios tiene planeado para nosotros.
Hemos estado hablando en estas semanas sobre la historia del soldado romano de la Biblia. Este hombre necesitaba que su siervo se
sanara y, además, tenía una gran fe en el poder de Dios. Jesús usó esa oportunidad para revelar una gran verdad. Develó la honra que
le esperaba a este hombre y a todos aquellos que entraran al reino de los cielos por su fe. Jesús dijo que participarían en el banquete
con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos. Al decir esto, nos dio un vistazo de lo que Dios tiene planeado.
Los espectadores tuvieron una reacción instantánea cuando escucharon lo que dijo Jesús. “¿Cómo puede ser?”, se preguntaron. El
soldado no era judío. ¿Cómo se atreve Jesús a sugerir que este romano estará a la misma altura de los grandes héroes de la fe,
Abraham, Isaac y Jacob?
¿Cómo puede ser? El plan de Dios para todo el mundo, no solo para un grupo especial de personas judías. Todos aquellos que aman
a Cristo serán bienvenidos y honrados. Es por eso que buscamos traer a “otros” al reino. ¡Ese es el plan de Dios!
Viene un gran día de honra y celebración que es mejor que un congreso. Se está preparando el banquete, el banquete del reino de los
cielos, y ustedes pueden ser unos de los invitados de honor. Además, “otros” de nuestras comunidades, países y del mundo también
serán invitados de honor. No estarán solos. ¡Querrán ser parte de esto!
¿Qué significa eso para nosotros?
UN VISTAZO DE LA GLORIA
Las palabras que Jesús le dijo al centurión nos dan gran esperanza y una vislumbre de la gloria venidera.
SERMÓN DE LA SEMANA #4
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La celebración del reino de los cielos
Siempre es fascinante oír a las personas que cuentan que han estado en el cielo, que afirman que “el cielo es real” y relatan sus
experiencias. Escuchamos, nos maravillamos y nos asombramos, pero es la palabra de Cristo lo que realmente nos da un vistazo de
la gloria. Billy Graham lo dijo a la perfección con estas palabras reconfortantes: “He leído la última página de la Biblia. Todo va a salir
bien.”
No podemos imaginar siquiera todo lo bueno que nos espera. Es como lo dicen las Escrituras: “ningún ojo ha visto, ningún oído ha
escuchado, ninguna mente humana ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman” (1 Corintios 2:9 NVI).
La vislumbre de la gloria hoy puede ser nuestra. Enfoquémonos en lo que sucederá en el momento de la celebración del banquete del
reino de los cielos. Será una celebración del amor de Dios; hasta se puede decir que será un clamor a Dios a gran voz.
El apóstol Juan tuvo una vislumbre especial de esa gloria y escribió al respecto en Apocalipsis. Varias veces menciona multitudes de
personas clamando a gran voz y alabando. Escuchen las palabras de Apocalipsis 7:9-10 (LBLA):
“Después de esto miré, y vi una gran multitud, que nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas, de pie
delante del trono y delante del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en las manos. Y clamaban a gran voz,
diciendo: ´La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero.´”
Y escuchen nuevamente en Apocalipsis 19:1 (NVI) la siguiente descripción:
“Después de esto oí en el cielo un tremendo bullicio, como el de una inmensa multitud que exclamaba:”
¿Y qué era lo que exclamaban? Clamaban: “¡Aleluya! La salvación, la gloria y el poder son de nuestro Dios.” Y nuevamente, en el
versículo 3 clamaban: “¡Aleluya!”, y en el versículo 4 gritaban: “¡Aleluya!”, y en el versículo 6: “¡Aleluya!”
¿Por qué estaban alabando a Dios? En Apocalipsis, después de juzgar en mal en los capítulos anteriores, Su pueblo pudo decir: “...
pues el Señor nuestro Dios, el Todopoderoso, reina. Alegrémonos y llenémonos de gozo y démosle honor a él, porque el tiempo ha
llegado para la boda del Cordero, y su novia se ha preparado” (Apocalipsis 19:6,7 NTV)
¿Ven cómo nos alientan los mensajes sobre el banquete del reino de los cielos?
Tras presenciar esa gran revelación, Juan informa que se postró a los pies del mensajero que le contó la visión, pero este le dijo: “No,
no me adores a mí. Yo soy un siervo de Dios, como tú y tus hermanos que dan testimonio de su fe en Jesús. Adora únicamente a Dios,
porque la esencia de la profecía es dar un claro testimonio de Jesús” (Apocalipsis 19:10 NTV).
Si quieren un vistazo de la gloria ahora, esto es lo que deben hacer. Hagan lo que les instruyó el ángel de Dios: “Adoren únicamente a
Dios.” Tenemos el privilegio de sentir la bendición de la adoración.
Al centurión se le dijo que muchos vendrían y que “se sentarán en el banquete del reino de los cielos.” Puesto que una innumerable
cantidad de “otros” disfrutarán del banquete del reino de los cielos, les damos la bienvenida a “otros” a que adoren a Dios con
nosotros el día de hoy.
EL ENCUENTRO DE LOS REDIMIDOS
Podemos esperar con ansias ese día extraordinario y saber que seremos parte de la multitud que exclama: “Alabado sea el Señor” y
“¡Aleluya!” Pero ahora, antes de dejarnos llevar por la adoración, deténganse y piensen en las voces que estarán animando ese día.
¿Qué sucedería si nos alineáramos todos, aquí en la iglesia, y nos tomáramos una fotografía? Si nos detuviéramos un momento para
mirar los rostros de la foto, quizás nos ayudaría a apreciar que pese a que es una foto colectiva, cada uno de los que aparecen en la
foto puede ser parte de la gran multitud que se encontrará en el banquete del reino de los cielos, y que se sentará con Abraham, Isaac
y Jacob. Es más, cada cuerpo podría tomar una fotografía y publicarla en Facebook y, con suerte, podremos ver todos esos rostros en
la celebración. ¡Qué clase de reunión!
Mediten en la gran multitud que se reunirá ese día. Escuchen con atención los sonidos de alabanza. Reconocerán las voces especiales
de las personas que han conocido. No hay dos voces que sean iguales. Escucharán las voces de aquellos que no ven hace años; seres
queridos que fallecieron y que han estado disfrutando las bendiciones de estar en la presencia de Jesús. Reconocerán la voz de esa
persona que habló con ustedes en el altar mientras le entregaban su corazón a Jesús. Escucharán la voz de ese niño que estaba en su
clase de la escuela dominical. Se encontrarán nuevamente con esa persona a la que influenciaron para que le entregara su vida a Cristo.
Todos ellos formarán parte de la multitud que expresará alabanzas al Señor.
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Pero hay más. Imagínense el impacto del ministerio del Ejército de Salvación en los países que nunca han visitado pero que han
apoyado financieramente a través del programa de Servicios Mundiales. Sin duda escucharemos las historias de salvación de muchos y
seremos tan bendecidos al saber que ayudamos en toda manera posible.
Pese a la “gran multitud, que nadie podía contar”, que Juan reporta en Apocalipsis 7, al observar la muchedumbre, a Juan le
interesaban las personas. Lo sabemos porque el ángel le habló y le dijo: “Escribe: ´¡Dichosos los que han sido convidados a la cena de
las bodas del Cordero!´ Y añadió: ´Estas son las palabras verdaderas de Dios´” (Apocalipsis 19:9 NVI). Todos aquellos que Juan vio en
la multitud alabando, tienen nombre. Se les invitará al gran evento que Dios planeó y serán bendecidos individualmente.
¿No es esto lo que desearíamos poder hacer hoy, entregar una lista de invitados pidiendo que “otros” sean invitados? Ustedes pueden
dar monetariamente al programa de Servicios Mundiales y ayudar a que el mensaje del Evangelio alcance a muchos, muchos “otros.”
Pero, ¿a quién conocen personalmente que quieran que tenga este tipo de bendición en el futuro? ¿A quién quieren invitar? Pueden orar
para que Dios bendiga al mundo entero pero, ¿qué tal si personalizamos esto, orando por el privilegio de ayudar a “otros” a entrar al
reino? Así podrán estar con ustedes en el encuentro de los redimidos.
Pueden orar con las palabras del General Osborn:
“Mi vida debe ser el pan partido de Cristo,
Mi amor su vino derramado,
Una copa que rebosa, una mesa preparada
Bajo su nombre y su seña,
Para que otras almas renovadas y alimentadas,
Puedan compartir sus vidas a través de la mía.”
MI LUGAR DE HONOR
Vamos ahora a disfrutar de nuestra bendición. Si han aceptado la gracia de Dios en sus vidas, tendrán un lugar de honor preparado para
ustedes. Solo piensen: “Se está preparando mi lugar de honor.”
Jesús habló de este gran encuentro en otra ocasión. Algunos le preguntaron: “¿Quiénes se podrán salvar?” Él explicó que aunque muchos
decidieron rechazar a Dios, muchos otros se podrán salvar. En Lucas 13:29-30 (NTV) dijo: “Y vendrán personas de todas partes del
mundo, del oriente y del occidente, del norte y del sur, para ocupar sus lugares en el reino de Dios. Y tomen en cuenta lo siguiente: algunos
que ahora parecen menos importantes en ese día serán los más importantes, y algunos que ahora son los más importantes en ese día
serán los menos importantes.”
Qué extraordinario será ese día. ¿Quiénes son sus héroes de la fe? Imagínense. Moisés está ahí. Abraham, Isaac y Jacob también. Los
profetas están presentes. Los discípulos y Pablo también. Habrá héroes del Ejército de Salvación como William y Catherine Booth, Railton,
Brengle. Tantos héroes - y será increíble estar con ellos, al igual que con familiares y amigos y todos los “otros” de alrededor del mundo.
Y cuando alguien pregunte: “¿Cómo llegaron?”, “¿Qué es lo que los califica?”, “¿Quiénes son ustedes para estar aquí con Abraham?”, su
respuesta será: “Jesús me invitó y me aceptó.”
Su lugar de honor no se basa en el país donde viven o donde votan. No se basa en sus personalidades. Afortunadamente, “otros”
compartirán y recibirán sus honores al igual que yo. ¿Comprenden ahora que ese honor es para las multitudes que vendrán de todo el
mundo? Eso es lo que Dios quiere.
Los judíos de la época de Jesús no podían concebir cómo sería eso posible. Estaban tan controlados por la tradición y sus puntos de vista
que no sentían el corazón de Dios. Rígidos y exclusivos, orgullosos de sus tradiciones, les faltaba el amor de Dios. Quizás era una forma
de protección cultural en medio de las influencias extranjeras que no podían controlar. Lo que se perdieron fue el gran amor y poder de
Dios. Su bendición no es la experiencia privada de solo un grupo. El preservar a Dios no dependía de ellos. Podían haber tenido libertad
espiritual aun bajo el dominio romano. Jesús les indicó la realidad del amor de Dios.
¿Hay lugar en sus corazones para el Evangelio? No debería haberlo solo para su propio perdón. También debería haber lugar para
comprender esta verdad: si reciben su lugar de honor junto con Abraham, Isaac, Jacob, Booth y Brengle, también lo estarán compartiendo
con un mundo de pecadores que han sido salvados por su fe en Cristo. De eso se trata el Evangelio y hoy lo estamos celebrando.
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La celebración del reino de los cielos
APLICACIÓN
Se aproxima un gran día de honra para los creyentes, pero en nuestro mundo, a mucha gente poco le interesa eso. Por la manera en
que escogieron vivir, se deduce que desconocen el amor de Dios. Puede que hayan caído en la tentación de sentirse solos en su fe y su
misión, deseando que existieran más cristianos que mostraran su fe. Es probable que piensen: “Hay tan pocos aquí que es difícil decir
quién ama a Jesús también.”
Recuerden, el próximo encuentro de alabanza no será una actuación singular. Será una gran celebración, incomparable. Si han nacido
de nuevo en el reino de los cielos, hay un lugar preparado para ustedes. Ustedes son los invitados. Las palabras de Jesús les han
hecho ver una vislumbre de la gloria. En el banquete del reino de los cielos, en ese gran encuentro, serán honrados junto con Abraham,
Isaac y Jacob.
¿Traerán a alguien con ustedes para que se una a la celebración? ¿Celebrarán el programa de Servicios Mundiales con esta
esperanza presente, “para que otras almas renovadas y alimentadas puedan compartir sus vidas a través de la mía”? Por eso es que
desarrollamos al programa de Servicios Mundiales. Por eso es que oramos: “¡El mundo para Dios!”
Algún día, “Muchos... vendrán de todas las direcciones, como un torrente desde el oriente y el occidente, y se sentarán en el banquete
del reino de los cielos.” Hoy, durante nuestra adoración, de nuestro corazón sale un “Aleluya” como respuesta sincera porque Dios ha
hecho que la salvación sea posible para todo el mundo.
¡Solo tenemos que celebrar!
CANCIONES Y COROS
HR 352 “Brilla Jesús”
SASB 275/475 “Come Let Us Sing”
HR 72 “Del oeste vendrán”
HR 414 “Dad gracias” (Coro)
SERMÓN DE LA SEMANA #4
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Ideas para el tiempo de los niños
SERVICIOS MUNDIALES 2016
SEMANA #4
¿Qué es lo mejor de una fiesta? ¿La comida, los amigos, la diversión?
¿LES GUSTA IR
A FIESTAS?
(Nota para el narrador: Deles tiempo para responder las preguntas.)
Habrá un día cuando todos los que aman a Jesús se reunirán en una fiesta. Él dice
en Mateo 8, que muchos “vendrán del oriente y del occidente, y participarán en el
banquete … en el reino de los cielos”.
(Nota para el narrador: Si tiene tiempo, puede contar la historia del centurión.)
Cuando nos reunamos con Jesús en esa fiesta conoceremos personajes de la Biblia.
¿Qué le preguntarían a Noé? ¿Le preguntarían a David si tuvo miedo cuando vio al
gigante Goliat? ¿Le preguntaría a Pedro cómo alimentó Jesús a 5,000 personas con
solamente pan y pescado?
¿A quién les gustaría conocer en el banquete? ¿De qué hablarían?
Para acompañar el sermón
“La celebración del reino de los cielos”.
Estas ideas para el tiempo de los
niños corresponden a los temas
de las reuniones de santidad en
la serie de sermones “El banquete
del reino de los cielos.”
Reúna a los niños cada semana y
hágalos partícipes de la conversación.
(Nota para el narrador: Deles tiempo para responder las preguntas.)
¿A quién les gustaría invitar a la fiesta de Jesús? ¿Cómo lograrían que aceptaran la invitación?
(Nota para el narrador: Deles tiempo para responder las preguntas.)
¿Consiguió una cajita de ofrendas para recoger dinero para los Servicios Mundiales? ¿La usó? ¿Cómo piensa que este dinero puede
ayudar a que la gente de otros países sea invitada al banquete del reino de los cielos?
(Nota para el narrador: Deles tiempo para responder las preguntas.)
Cuando nos reunamos para el banquete del reino de los cielos, vamos a disfrutar muchísimo porque Jesús estará ahí. Mientras
esperamos a que eso ocurra, podemos sentirnos felices de que estamos invitados, digo si es que aceptamos y dijimos: “Sí, iré”.
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