Dignidad y la palabra Cualidad del que se hace valer como persona, se comporta con responsabilidad, seriedad y con respeto hacia sí mismo y hacia los demás y no deja que lo humillen ni degraden. La dignidad se la hace valer cada persona, con la forma de ser y las acciones que comete ante la sociedad. Las personas tienen dignidad cuando es merecedor de respeto sin importar como sea. Al reconocer y tolerar las diferencias de cada persona, para que esta se sienta digna y libre, se afirma la virtud y la propia dignidad del individuo, fundamentado en el respeto a cualquier otro ser. La dignidad es el resultado del buen equilibrio emocional. A su vez, una persona digna puede sentirse orgullosa de las consecuencias de sus actos y de quienes se han visto afectados por ellos. Un exceso de dignidad puede fomentar el orgullo propio, pudiendo crear la sensación al individuo de tener derechos inexistentes. La dignidad refuerza la personalidad, fomenta la sensación de plenitud y satisfacción. La dignidad de la persona es la razón por la que no podemos tratar a las personas de cualquier manera como cosas o animales, Sin embargo hay determinadas períodos de la vida. La persona es un ser relacional que siempre proviene de otros y está en camino Hacia otros. En las relaciones interpersonales hay que tener en cuenta la dignidad de la otra persona. Por eso no es ninguna tontería la cortesía en el trato, la delicadeza, la amabilidad, el modo de vestir todo esto estará acorde con la dignidad de la persona. Una educación bien orientada será aquella en la que se respete la dignidad de la persona y se enseñe a tomar conciencia de la misma. Lleva a tomar enserio a si mismo y a los demás. Una persona que no se respeta es muy difícil que respete luego a los demás. La palabra Dios quiere entrar en contacto con los hombres, desea entablar un diálogo con nosotros a fin de realizar la historia de la salvación, comunicándonos así su vida divina. A esta iniciativa la llamamos Revelación, ya que por medio de ella Dios se nos ha manifestado, se nos ha abierto indicándonos quién es Él, y quiénes somos nosotros, y cuál es su plan y proyecto sobre toda la humanidad y la creación entera. Esta revelación se lleva a cabo a través de obras y palabras íntimamente ligadas. Por una parte las obras que Dios realiza en la historia manifiestan y confirman lo que las palabras anuncian; y a su vez las palabras proclaman las obras y explican su sentido profundo. La Biblia son "las instrucciones o manual" de nuestro CREADOR a su creación..hay más de 35,000 promesas en ella para su creación para clamar, pero solo los que llegan a ser sus "hijos" (Juan 3:12) por medio de su Hijo Jesús son los que pueden clamar a estas promesas... La Biblia nos dice de dónde venimos, donde estamos (en Dios) y hacia dónde vamos (cielo o infierno). Es muy importante que todo hijo de Dios se alimente de ella todos los días...para que crezca en la gracia de Dios (espiritualmente) ya que todos los humanos cuando nacemos, nacemos muertos en nuestros pecados, hasta que Jesús viene y nos llama a nacer de nuevo (nacimiento espiritual) Juan 3. (Eclesiastés 12:13-14). Salomón dice que el todo de la vida es honrar a Dios con nuestros pensamientos y vidas, guardando Sus mandamientos, porque un día compareceremos ante Él para entregarle cuentas. Salmo17:15 Para David, su completa satisfacción llegaría el día cuando despertara (en la vida futura) mirando la faz de Dios (en compañerismo con Él) y siendo a Su semejanza 1juan 3:2 Pablo: El apóstol Pablo habló acerca de todo lo que él había logrado antes de ser confrontado por el Cristo resucitado, y cómo todo lo que una vez tenía o había alcanzado (especialmente en lo religioso), era como una pila de basura para él, comparado ahora con la excelencia del conocimiento de Jesucristo, aún cuando eso incluía el sufrir la pérdida de todas las cosas. En filipenses 3:9-10, él dice que lo que él quería es “…ser hallado en Él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe, a fin de conocerle, y el poder de Su resurrección, y la participación de Sus padecimientos, llegando a ser semejante a Él en Su muerte.”