¿Cómo se produce el nuevo nacimiento? Nacidos de nuevo por medio de la palabra que vive y permanece 1 Pedro 1:13-25 Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; 13 14 como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; 15 sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 16 17 18 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación; sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, 20 21 y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios. Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; 22 23 siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. Porque: Toda carne es como hierba, Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; 24 1 ¿Cómo se produce el nuevo nacimiento? 25 Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada. ¿Cómo Nacemos de Nuevo? Hemos dedicado cuatro mensajes a estas dos preguntas: ¿Qué es el Nuevo Nacimiento?, y, ¿Por qué Necesitamos Nacer de Nuevo? Ahora nos volveremos hacia la tercera pregunta: ¿Cómo Nacemos de Nuevo?, o, ¿De qué manera nacemos de nuevo? Formulo la pregunta desde la perspectiva de Dios, y desde nuestra perspectiva ¿Cómo Dios nos hace nacer de nuevo? ¿Y qué debemos hacer nosotros? ¿Cómo nos regenera Dios? ¿Cuál es nuestro papel en la regeneración? Y hoy trataré de responder la primera pregunta: Desde la perspectiva de Dios, ¿cómo es que nacemos de nuevo? ¿Cómo es que Dios nos regenera? ¿Cómo Dios nos regenera? La respuesta es dada en, al menos, tres formas en 1ra de Pedro 1:325: Primero, el versículo 3 dice que Dios nos hizo nacer de nuevo “mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos”. Segundo, el versículo 23 dice que Dios nos hizo nacer de nuevo “mediante la palabra de Dios que vive y permanece”. O, como dice el versículo 15, Dios nos llamó. Y tercero, el versículo 18 dice que Dios nos redimió de la vana manera de vivir heredada de nuestros padres. Herencia Incorruptible Antes de observar estas respuestas con más detalle, notemos algo que estos tres eventos tienen en común en relación con la manera en que Dios opera el nuevo nacimiento. En las tres obras de Dios hay una referencia a la cualidad de ser imperecederos. Versículos 3-4: 2 ¿Cómo se produce el nuevo nacimiento? “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien según su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, 4 para obtener una herencia incorruptible, inmaculada, y que no se marchitará, reservada en los cielos para vosotros”. La idea es que Dios no solo quiere que tengamos vida con el nuevo nacimiento, sino vida eterna. Versículo 3: “nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva”. El énfasis cae en la esperanza de nuestra nueva vida que no morirá, en una herencia incorruptible. Ese es el énfasis. Nuestra nueva vida en el nuevo nacimiento, es para siempre. Nunca moriremos. Valor Imperecedero Vea, entonces, el mismo énfasis en los versículos 18-19: “…sabiendo que no fuisteis redimidos de vuestra vana manera de vivir heredada de vuestros padres con cosas perecederas como oro o plata, 19 sino con sangre preciosa, como de un cordero sin tacha y sin mancha, la sangre de Cristo”. La sangre de Cristo (versículo 19) es el precio de redención pagado por nuestra vida, y esta sangre es contrastada con el oro y la plata de menor precio. Y el oro y la plata son menos valiosos porque son “perecederas”. La sangre de Cristo es de un valor infinito, y por tanto, su valor nunca decae. Tiene un valor imperecedero. Así es como somos rescatados. Este es el precio de la nueva vida que recibimos en el nuevo nacimiento. Y Jesús lo pagó por nosotros. Simiente Incorruptible Entonces, en tercer lugar, vea en el versículo 23 el mismo énfasis en la incorruptibilidad o cualidad de ser imperecedero: “Pues habéis nacido de nuevo, no de una simiente corruptible, sino de una que es incorruptible, es decir, mediante la palabra de Dios que vive y permanece”. Luego, Pedro cita a Isaías 40:6-8 en los versículos 24-25: “24 Porque: Toda carne es como hierba, 3 ¿Cómo se produce el nuevo nacimiento? Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; 25 Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada.”. Es la misma idea que se abordó en el verso 3 en relación a la resurrección y a la redención en el verso 18: La simiente que viene por medio de la Palabra de Dios es incorruptible, y por tanto, la vida que genera y sustenta, es imperecedera. La Vida Imperecedera del Nuevo Nacimiento Ahora tenemos un resumen general de los aspectos que Pedro enfatiza en el nuevo nacimiento. Nacemos de nuevo a una esperanza vida. En otras palabras, la vida que Dios crea en el nuevo nacimiento, es vida eterna, vida imperecedera. La nueva naturaleza que es creada en el nuevo nacimiento, no puede morir. Permanece para siempre. Este es el énfasis de Pedro acerca del nuevo nacimiento. En el nuevo nacimiento surge una vida que nunca morirá. Creo que Pedro hace este énfasis porque el contexto general de su carta es el sufrimiento. No debemos sentirnos intimidados por el sufrimiento. Aun si el sufrimiento afecta a nuestra vida física, no podrá afectar la vida que tenemos por el nuevo nacimiento, es incorruptible. Veamos, solo una vez más, cada una de estas tres obras de Dios. Es hora de ver cómo cada obra es una manera en que Dios produce el nuevo nacimiento. Tomemos una a la vez y pongámosla en el orden en que ocurren: 1) Dios nos redimió por la sangre de Jesús, 2) Dios resucitó a Jesús de entre los muertos, 3) Dios nos llamó. 1) Dios nos redimió por la sangre de Jesús Versículos 18-19: “no fuisteis redimidos de vuestra vana manera de vivir heredada de vuestros padres con cosas perecederas como oro o plata, 19 sino con sangre preciosa, como de un cordero sin tacha y sin mancha, la sangre de Cristo”. La idea, con relación al nuevo nacimiento, es que la nueva vida eterna no es posible para los pecadores esclavizados sin que alguien les haya pagado el 4 ¿Cómo se produce el nuevo nacimiento? rescate. El texto implica que antes, todos estábamos atados o cautivos en pensamientos, emociones y acciones que nos iban a destruir. Estábamos bajo la ira de Dios, quien nos había entregado a estos caminos de vanidad (Romanos 1:21, 24, 26, 28). Si no pudiéramos ser rescatados, la esclavitud a estos caminos de pecado nos hubiera destruido. Dios pagó su redención o rescate al enviar a Cristo para que llevara su propia ira (Romanos 8:3; Gálatas 3:13). Este es el sólido fundamento de nuestro nuevo nacimiento. Jesús dijo en Marcos 10:45: “Porque ni aun el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”. Por esta razón ocurrió el evento histórico de la encarnación. El Hijo del Hombre vino “para dar su vida en rescate por muchos”. Tenía que ocurrir la encarnación para que fuera la base de cada nuevo nacimiento. Y como el nuevo nacimiento no solo es la dádiva de nueva vida, también es la dádiva de vida eterna, el precio de redención debía ser incorruptible –no como el oro o la plata. La sangre de Cristo es infinitamente valiosa y, por tanto, nunca podrá perder su poder redentor. La vida que obtiene, permanece para siempre. 2) Dios levantó a Jesús de entre los muertos El segundo evento objetivo e histórico que debió suceder para que naciéramos de nuevo con vida eterna, fue la resurrección de Jesús de entre los muertos. 1ra de Pedro 1:3-4: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien según su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, 4 para obtener una herencia incorruptible, inmaculada, y que no se marchitará, reservada en los cielos para vosotros”. “nos ha hecho nacer de nuevo […] mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos”. Dios hace que ocurra el nuevo nacimiento, en segundo lugar, por la resurrección de Jesús de entre los muertos. El nuevo nacimiento es algo que nos ocurre cuando el Espíritu Santo toma nuestros corazones muertos y nos une a Cristo por medio de la fe y su vida se vuelve nuestra vida. De esta forma, si debemos tener 5 ¿Cómo se produce el nuevo nacimiento? nueva vida en unión con Jesús, es lógico que Jesús deba resucitar de entre los muertos. El nuevo nacimiento ocurre, recuerde, en unión con el Cristo encarnado, no solo con el Hijo de Dios espiritual. La nueva vida que obtenemos en el nuevo nacimiento es la vida del Jesús histórico. Por tanto, si él no se levanta de entre los muertos, no hay nueva vida que entregar. De modo que Dios hace que ocurra el nuevo nacimiento, en segundo lugar, por medio de la resurrección de Jesús de entre los muertos. 3) Dios nos llamó Ahora, la tercera forma en que Dios hace que nazcamos de nuevo, es llamándonos. Verso 14-15: “Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais en vuestra ignorancia, 15 sino que así como aquel que os llamó es santo, así también sed vosotros santos en toda vuestra manera de vivir”. Pedro nos exhorta a vivir diferente porque algo nos ocurrió en el pasado. Verso 15: “como aquel que os llamó es santo, así también sed vosotros santos en toda vuestra manera de vivir”. Dios nos hace nacer de nuevo por medio del llamado. Es el llamado interno efectivo de la Palabra creadora y triunfante de Dios. Es el llamado de Jesús en la tumba de Lázaro. Él le dice a un hombre muerto “¡Lázaro, ven fuera!” (Juan 11:43). Y el llamado produce lo que ordena. El llamado interno de Dios es soberano, creativo, es una voz indetenible. Crea lo que ordena. Dios no solo habla al oído y a la mente, habla al corazón. Su llamado interno al corazón abre los ojos del corazón ciego, y abre los oídos del corazón sordo, y hace que Cristo luzca como la persona infinitamente valiosa que es. Así, el corazón podrá abrazar libre y apasionadamente a Cristo como el Tesoro que es. Esto es lo que Dios hace cuando nos llama en el evangelio (vea 1ra de Pedro 2:9 y 5:10). 6 ¿Cómo se produce el nuevo nacimiento? Esta es la tercera forma en que Dios nos hace nacer de nuevo. Entonces: 1) Nos redimió del pecado y de la ira por medio de la sangre de Cristo y pagó la deuda para que los pecadores tuviéramos vida eterna. 2) Resucitó a Jesús de entre los muertos para que la unión con Jesús produjera una vida eterna que nunca se descomponga. 3) Y nos llamó de las tinieblas a la luz, y de entre los muertos a vida, por medio del evangelio; y nos dio ojos para ver y oídos para oír. Hizo que la luz de la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo resplandeciera en nuestros corazones por medio del evangelio. Y creímos y abrazamos a Cristo como el Tesoro que es. CONCLUSION ¡Si cada creyente supiera la gloria de lo que le ha sucedido! ¿Sabe lo que Dios ha hecho por ti y en ti? tú fuiste rescatado con la sangre imperecedera de Cristo. Tú resucitaste con Cristo de entre los muertos a una esperanza eternamente viva. Tú fuiste llamado de entre los muertos para vivir como Lázaro, y tú viste a Cristo como el Tesoro que es. Tú has nacido de nuevo. Y recibiste a Jesús y fuiste salvado. Quizás, por lo que has visto, la próxima vez que apliques Romanos 8:28 a una dificultad en tu vida, el texto tendrá un nuevo poder: “Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito”. Si eres llamado –si has nacido de nuevotodas las cosas cooperarán para tu bien. Todas las cosas. Y si no has nacido de nuevo, ¡escucha el llamado! Escucha el llamado de Dios en este evangelio de Cristo y cree. Si recibes a Cristo como quien es, serás salvado. Amén. 7