amparo directo en revisión 593/2015 quejosos

Anuncio
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015
QUEJOSOS: **********.
MINISTRA PONENTE: NORMA LUCÍA PIÑA HERNÁNDEZ
SECRETARIA: LAURA PATRICIA ROMÁN SILVA.
Vo. Bo. Señora Ministra.
Ciudad de México. Acuerdo de la Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, correspondiente a la sesión del día
________ de dos mil dieciséis.
VISTOS los autos para resolver el amparo directo en revisión
593/2015, interpuesto por **********, ********** y **********, por su propio
derecho y esta última también en representación de su pupilo
**********, quien se encuentra en estado de interdicción, en contra de la
sentencia dictada el doce de diciembre de dos mil catorce, por el
Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, en el
juicio de amparo directo número **********, promovido por los antes
referidos.
En atención a lo dispuesto en el artículo 73, segundo párrafo, de
la Ley de Amparo, así como en la jurisprudencia de rubro:
“PROYECTOS DE RESOLUCIÓN DE LA SUPREMA CORTE DE
JUSTICIA DE LA NACIÓN Y DE LOS TRIBUNALES COLEGIADOS
DE CIRCUITO. SÓLO DEBEN PUBLICARSE AQUELLOS EN LOS
QUE
SE
ANALICE
LA
CONSTITUCIONALIDAD
O
LA
CONVENCIONALIDAD DE UNA NORMA GENERAL, O BIEN, SE
REALICE LA INTERPRETACIÓN DIRECTA DE UN PRECEPTO
CONSTITUCIONAL O DE UN TRATADO INTERNACIONAL EN
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
MATERIA DE DERECHOS HUMANOS.”1, a continuación se hace
público el fragmento del proyecto de sentencia del Amparo Directo en
Revisión
593/2015
en
el
cual
se
realiza
el
estudio
de
constitucionalidad respectivo:
VIII. ESTUDIO DE FONDO.
Como preámbulo al pronunciamiento concreto que procede en
torno a la impugnación de inconstitucionalidad de los distintos
preceptos reclamados, es preciso dejar sentadas las siguientes
consideraciones.
La responsabilidad jurídica, en términos generales, se refiere
a la obligación que tienen las personas físicas, morales privadas y el
propio Estado, de reparar los daños y perjuicios causados a otra
persona, con motivo de una acción u omisión que deriva en el
incumplimiento de un contrato o de un deber de cuidado.
En el derecho se reconocen dos tipos de responsabilidad
jurídica: contractual y extracontractual. En la Contradicción de Tesis
93/2011,2
esta
Primera
Sala
expuso
que
tratándose
de
la
1
Jurisprudencia P./J. 53/2014 (10a.), publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación, Décima Época, Pleno, Libro 12, noviembre de 2014, Tomo I, página 61.
2
Contradicción de Tesis 93/2011, resuelta el 26 de octubre de 2011, por unanimidad de
cinco votos de los Ministros Jorge Mario Pardo Rebolledo, José Ramón Cossío Díaz,
Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Presidente
(Ponente) Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, de la que emanó la tesis 1a. CXXXV/2014 (10a.)
de rubro y texto: “RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y EXTRACONTRACTUAL. SUS
DIFERENCIAS. De acuerdo con la teoría de la responsabilidad civil, el que causa un daño
a otro está obligado a repararlo. Este daño puede ser originado por el incumplimiento de
un contrato o por la violación del deber genérico de toda persona de no dañar a otra. Así,
mientras en la responsabilidad contractual las partes están vinculadas con anterioridad al
hecho productor de la responsabilidad, en la extracontractual el vínculo nace por la
2
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
responsabilidad
contractual
las
partes
están
vinculadas
con
anterioridad al hecho productor de la responsabilidad. En cambio, en
la responsabilidad extracontractual el vínculo nace por la realización
de los hechos dañosos. Por lo que la responsabilidad contractual
emana de un acuerdo de voluntades que ha sido transgredido por
alguna de las partes, en tanto que la responsabilidad extracontractual
deriva del incumplimiento del deber genérico de no afectar a terceros.
Para que exista responsabilidad contractual basta con que se
incumpla con la obligación pactada, mientras que la existencia de
responsabilidad extracontractual exige que se cumplan distintos
requisitos, dependiendo de si es objetiva o subjetiva.
La responsabilidad extracontractual de índole subjetiva se
funda en un elemento de carácter psicológico, ya sea porque existe la
intención de dañar o porque se incurre en descuido o negligencia, es
decir, porque el hecho dañoso se produjo con la intervención por
acción u omisión, reprochables al que causó el daño.
En cambio, en la responsabilidad extracontractual objetiva se
encuentra ausente el elemento subjetivo, esto es, el dolo, la culpa o la
negligencia; en este tipo de responsabilidad surge la obligación de
reparar por el solo hecho de ser propietario y/o utilizar una cosa que
realización de los hechos dañosos. De ahí que la responsabilidad contractual emana de
un acuerdo de voluntades que ha sido transgredido por alguna de las partes, en tanto que
la responsabilidad extracontractual deriva del incumplimiento del deber genérico de no
afectar a terceros. Por otro lado, para que exista responsabilidad contractual basta con
que se incumpla con la obligación pactada, mientras que la extracontractual puede
tratarse de responsabilidad objetiva o subjetiva. La responsabilidad de índole subjetiva se
funda en un elemento de carácter psicológico, ya sea porque existe la intención de dañar
o porque se incurre en descuido o negligencia. En cambio, en la responsabilidad objetiva
se encuentra ausente el elemento subjetivo, esto es, la culpa o negligencia”.
3
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
por sus características peligrosas pueda causar un daño. Al respecto,
el artículo 1913 del Código Civil para el Distrito Federal3 establece que
cuando una persona hace uso de mecanismos, instrumentos, aparatos
o sustancias que sean peligrosas por sí mismas, por la velocidad que
desarrollen, por su naturaleza explosiva o inflamable, por la energía de
la corriente eléctrica que conduzcan o por otras causas análogas, está
obligada a responder del daño que cause, aunque no obre
ilícitamente. Excepto cuando se demuestra que el daño se produjo por
culpa o negligencia inexcusable de la víctima.
Es decir, la responsabilidad civil objetiva, también llamada en
la doctrina responsabilidad por el riesgo creado, nace como
consecuencia de la actividad desarrollada, sin importar el dolo, culpa o
negligencia de la víctima.
Y tanto la responsabilidad civil objetiva como la subjetiva,
generan para la víctima el derecho a reclamar la reparación del daño
causado, y para el causante la correlativa obligación de reparar.
En torno a ese derecho y correlativa obligación a la
reparación del daño, este Alto Tribunal, acogiendo como criterios
orientadores y, en algunos casos, vinculantes, las sentencias de la
Corte
Interamericana
de
Derechos
Humanos
en
materia
de
reparaciones de daños causados por los Estados parte en la
Convención Americana de Derechos Humanos, por la violación de
“ARTICULO 1,913.- Cuando una persona hace uso de mecanismos, instrumentos,
aparatos o substancias peligrosos por sí mismos, por la velocidad que desarrollen, por su
naturaleza explosiva o inflamable, por la energía de la corriente eléctrica que conduzcan o
por otras causas análogas, está obligada a responder del daño que cause, aunque no
obre ilícitamente, a no ser que demuestre que ese daño se produjo por culpa o
negligencia inexcusable de la víctima”.
3
4
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
derechos humanos a los particulares, por parte de las autoridades
públicas, ha reconocido que la reparación de daños es un derecho
fundamental y que ésta debe ser integral.
En efecto, conforme al actual sistema jurídico mexicano, a
partir de la reforma constitucional de diez de junio de dos mil once,
particularmente al artículo 1º, las autoridades públicas están
vinculadas al cumplimiento ineludible de las obligaciones de promover,
respetar, proteger y garantizar, en el ámbito de sus respectivas
competencias, los derechos humanos reconocidos en la propia
Constitución y en los Tratados Internacionales en los que México sea
parte.
Para ello, dichas autoridades públicas deben asumir, a su
vez, los deberes de prevenir, investigar, sancionar y reparar cualquier
violación que se comenta respecto de esos derechos, asumiendo la
observancia del principio que ordena que las normas relativas a los
derechos humanos se deben interpretar de conformidad con la propia
Constitución y con los Tratados Internacionales (interpretación
conforme) y favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección
más amplia (principio pro persona), dando preferencia a los derechos
humanos contenidos en esos ordenamientos superiores, sobre
cualquier disposición interna que pudiere contrariarlos.
De manera que los anteriores deberes constriñen a las
autoridades jurisdiccionales mexicanas, al resolver las contiendas que
se someten
a su conocimiento,
a
observar
los
imperativos
constitucionales y cumplir con los compromisos internacionales
5
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
asumidos por el Estado Mexicano en los instrumentos convencionales
en materia de derechos humanos.
En ese sentido, este Alto Tribunal ha establecido que las
sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos emitidas
en casos en los que el Estado Mexicano es parte, son vinculantes en
nuestro orden jurídico interno, y las que se dicten en los demás casos,
tienen la calidad de criterios orientadores de la actividad jurisdiccional
mexicana si sus interpretaciones resultan más favorables a la persona,
de conformidad con el principio hermenéutico establecido en el artículo
1º constitucional4.
Ahora bien, la obligación del Estado Mexicano de garantizar los
derechos humanos, como lo señala el artículo 1º constitucional, se
cumple asumiendo diversos deberes, entre ellos, el de reparar las
violaciones a esos derechos; en el ámbito competencial de las
autoridades jurisdiccionales mexicanas, esa particular obligación de
garantía, se cumple cuando en las controversias jurídicas de las que
conocen, ante la acreditación de violaciones a derechos humanos,
dentro del marco constitucional, convencional y legal aplicable (sin que
este último pueda contrariar a los primeros), determinan la forma en
que la vulneración de un derecho humano ha de ser reparada por
quien resulte obligado a ello.
4
Tesis aislada del Tribunal Pleno, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y
su Gaceta, Libro III, Diciembre de 2011, Tomo 1, Constitucional, tesis P. LXV/2011 (9a.),
página 556, de rubro: “SENTENCIAS EMITIDAS POR LA CORTE INTERAMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS. SON VINCULANTES EN SUS TÉRMINOS CUANDO EL
ESTADO MEXICANO FUE PARTE EN EL LITIGIO"; así como la tesis del mismo Tribunal
Pleno LXVI/2011 (9a.), con los mismos datos de localización que la anterior, página 550,
de rubro: “CRITERIOS EMITIDOS POR LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS CUANDO EL ESTADO MEXICANO NO FUE PARTE. SON ORIENTADORES
PARA LOS JUECES MEXICANOS SIEMPRE QUE SEAN MÁS FAVORABLES A LA
PERSONA EN TÉRMINOS DEL ARTÍCULO 1o. DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL”.
6
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
Al respecto, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha
señalado que una de las medidas positivas para el cumplimiento de la
obligación general de los Estados de garantizar a las personas bajo su
jurisdicción el pleno ejercicio de los derechos reconocidos por la
Convención,
es
procurando
el
restablecimiento
del
derecho
conculcado si ello es posible, y si no, con la reparación de los daños
producidos.5
Lo anterior, acorde con lo estatuido en el artículo 63.1 de la
Convención Americana de Derechos Humanos, que establece:
"Cuando decida que hubo violación de un derecho o libertad protegidos
en esta Convención, la Corte dispondrá que se garantice al lesionado en el
goce de su derecho o libertad conculcados. Dispondrá asimismo, si ello fuera
procedente, que se reparen las consecuencias de la medida o situación que
ha configurado la vulneración de esos derechos y el pago de una justa
indemnización a la parte lesionada".
Conforme a la norma antes transcrita, la Corte Interamericana
de Derechos Humanos, en distintas sentencias, ha sostenido criterios
que permiten comprender el alcance y contenido del derecho a la
reparación
del
daño
derivado
de
la
violación
a
derechos
fundamentales; entre ellos, destaca el postulado esencial de que la
reparación de daños debe ser “restitutio in integrum”, es decir,
plena, integral.
Ello, mediante el restablecimiento de la situación que
prevalecía antes de la violación si ello es posible, y si no, con la
5
Corte Interamericana de Derechos Humanos, caso Albán Cornejo y otros vs. Ecuador,
Fondo Reparaciones y Costas. Sentencia de 22 de noviembre de 2007. Serie C No. 171,
Párrafo 61.
7
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
reparación íntegra de las consecuencias que produjo la misma, así
como el pago de una indemnización como compensación por los
daños patrimoniales y extrapatrimoniales causados, incluyendo el
daño moral6.
La reparación integral, cuando comprende indemnizaciones
compensatorias, no debe producir un enriquecimiento injustificado de
la víctima, pero tampoco su empobrecimiento, sino que debe regirse
por los principios de equidad y proporcionalidad, pues se trata de
establecer una justa indemnización.
Por otra parte, la Corte Interamericana también ha advertido
que, el derecho a la reparación integral de los daños causados por
violación de derechos humanos, no puede verse limitado por normas
del derecho interno del Estado de que se trate7.
En relación con la obligación de reparar, la aludida Corte
Interamericana ha ido configurando su contenido con la adopción de
distintos criterios en sus sentencias, que comprenden formas diversas
de
restitución,
observables
según
las
particularidades
y
circunstancias de cada caso, en relación con la violación
cometida y el daño producido, de las cuales, han permeado con
6
Corte IDH. Caso Velásquez Rodríguez vs. Honduras. Reparaciones y costas. Serie C Nº.
7, supra 8, párr. 26.
7
Esto, conforme al artículo 27 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los
Tratados; que dispone: “El derecho interno de los Estados, las reglas de las
organizaciones internacionales y la observancia de los tratados. 1. Un Estado parte de un
tratado no podrá invocar las disposiciones de su derecho interno como justificación del
incumplimiento del tratado. 2. Una organización internacional parte en un tratado no
podrá invocar las reglas de la organización como justificación del incumplimiento del
tratado. Las normas enunciadas en los párrafos precedentes se entenderán sin perjuicio
de lo dispuesto en el artículo 46”.
8
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
mayor énfasis en sus resoluciones, las que ha denominado: medidas
de restitución, de satisfacción, de rehabilitación, indemnizaciones
compensatorias, obligaciones de investigar, juzgar y sancionar, y
garantías de no repetición.
Grosso modo, esas medidas, son de la siguiente naturaleza8.
-Las medidas propiamente de restitución se refieren a
aquéllas que hacen posible restablecer la situación que existía antes
de la violación de un derecho humano; por ejemplo, algunas que ha
ordenado la Corte Interamericana son: poner en libertad a una
persona recluida; devolver bienes o valores materiales; reinstalación
de la víctima en su cargo o empleo; devolución de tierras tradicionales
a las comunidades indígenas, entre otras.
-Las medidas de satisfacción, son las que tienen por objeto
reintegrar la dignidad de las víctimas y ayudarlas a reorientar su vida o
memoria, la forma de reparación entraña el reconocimiento de la
dignidad de las víctimas o transmitir un mensaje de reprobación oficial
de las violaciones a derechos humanos, para evitar su repetición;
tienen lugar para reparar daños inmateriales generalmente mediante
actos de carácter público, no pecuniario, tendentes a resarcir las
afectaciones sufridas, pero también su no repetición. Por ejemplo: la
publicación o difusión de una sentencia, un acto público de
reconocimiento de responsabilidad, medidas en conmemoración de la
Texto: “Derechos Humanos en la Constitución. Comentarios de Jurisprudencia
Constitucional e Interamericana”, Capítulo: “La reparación integral en la jurisprudencia de
la Corte Interamericana de Derechos Humanos: estándares aplicables al nuevo
paradigma mexicano”, elaborado por Jorge F. Calderón Gamboa, página 177 a 255.
8
9
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
víctimas o hecho y derechos –colocación de placas, nomenclaturas,
poner a determinados lugares públicos el nombre de las víctimas,
etcétera-,
el
otorgamiento
de
becas
de
estudio
y
becas
conmemorativas, medidas socioeconómicas de reparación colectiva –
desarrollo de programas públicos, realización de obras-.
-Las medidas de rehabilitación, están referidas a la atención
médica y psicológica a la víctima, para reparar los daños en la salud
física y mental (incluyendo medicamentos, intervenciones y demás
servicios de esa índole que la víctima requiera).
-Las indemnizaciones compensatorias, son las que responden
a la reparación en forma pecuniaria, cuando no es posible restituir a la
víctima a la situación anterior que existía antes de la violación a sus
derechos, consiste en el pago de sumas de dinero, y se emplean para
compensar tantos daños materiales como inmateriales.
-Las garantías de no repetición, tienen como propósito evitar
que se vuelvan a producir las mismas violaciones a derechos
humanos sufridas por la víctima del caso, respecto de otras personas,
es decir, tienen un alcance general en la sociedad, pueden incidir en la
atención a problemas estructurales en beneficio de la sociedad y no
sólo de la víctima directa. Por ejemplo, la creación o reforma de
medidas legislativas para adecuarla a las normas convencionales,
capacitación de servidores públicos en materia de derechos humanos
y toda clase de medidas gubernamentales internas que contribuyan a
evitar las violaciones cometidas en el caso.
10
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
-La medida consistente en que se cumpla la obligación de
investigar, juzgar y, en su caso, sancionar violaciones a derechos
humanos. Esta clase de medidas busca que los Estados cumplan sus
obligaciones de garantizar la investigación efectiva de los hechos
violatorios de derechos humanos, para la detección, juzgamiento y
sanción de los autores materiales e intelectuales de las violaciones; lo
que contribuye a la reparación de las víctimas y sus familiares.
Cierto es que, dada la naturaleza de su competencia y los
asuntos de su conocimiento, las medidas de reparación antes
referidas, han sido empleadas por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, como resultado del examen de violaciones a
derechos humanos en que han incurrido los Estados, ante el
incumplimiento de los compromisos internacionales adquiridos en la
Convención Americana de Derechos Humanos.
Sin embargo, lo anterior no impide que tales medidas se
tengan en cuenta para la solución, por parte de las autoridades
jurisdiccionales
mexicanas,
de
los
conflictos
internos
de
su
conocimiento; puesto que, por una parte, como se señaló, los criterios
adoptados por la Corte Interamericana en su sentencias cuando el
Estado Mexicano ha sido parte, son vinculantes para éste, y cuando
no haya intervenido en el litigio internacional, se erigen en
orientadores de la actividad estatal interna en materia de derechos
humanos, por ende, son atendibles en la función jurisdiccional; por
otra parte, debe tenerse en cuenta que, las violaciones a derechos
humanos, pueden provenir de particulares, de manera que, en litigios
nacionales en los que está involucrada la vulneración de un derecho
fundamental
reconocido
en
las
normas
convencionales
y
11
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
constitucionales, aun cuando tal violación se dé en el ámbito de
relaciones jurídicas entre particulares, es claro que resulta válido
aplicar los criterios de la citada Corte Interamericana aun cuando
estén dados en función de la relación Estado-particular frente a la
Convención, pues éstos conllevan la delimitación del contenido y
alcance de tales derechos.
Ello, sin perder de vista que, las medidas de reparación
referidas, en sí mismas, por su propia naturaleza, habrán de ser
aplicadas en los casos concretos, conforme a las circunstancias
particulares de éstos y de acuerdo con su idoneidad, necesidad y
posibilidad de realización, para el logro de la reparación integral.
Precisado lo anterior, debe decirse que, en relación con las
indemnizaciones compensatorias, que aquí interesa destacar, la
Corte Interamericana en sus sentencias, ha reconocido como posibles
daños comprendidos en ellas: a) Daño emergente, es el que supone
la pérdida o detrimento de los ingresos de la víctima, los gastos de
todo tipo efectuados directamente con motivo de los hechos dañosos,
y toda consecuencia de carácter pecuniario que tenga un nexo causal
con los hechos (daño o perjuicio); b) Lucro cesante o pérdida de
ingresos de la víctima, consistentes en los que se habrían producido y
ya no se percibirán con motivo del hecho dañoso, exigiéndose
parámetros de certeza y objetividad sobre la probabilidad de su
generación, así como la existencia de un perjuicio económico
vinculado a esa falta de ingresos o lucro cesante; c) daños al
patrimonio familiar, que son los eventuales gastos en que se haya
incurrido en el seno familiar, en razón del daño; y d) daños
inmateriales o morales que, como se ha señalado, se refiere a todas
12
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
aquéllas afectaciones intangibles pero ciertas, producidas en la víctima
con motivo de la vulneración de un derecho fundamental, que no son
susceptibles de medirse en términos pecuniarios en tanto comprenden
el sufrimiento, el dolor, las afecciones psicológicas, las morales,
etcétera, que inciden en la existencia de la víctima y de sus familiares
más cercanos.
Los tres primeros (daño emergente, lucro cesante o pérdida de
ingresos y los daños al patrimonio familiar), corresponden a la
indemnización material; y el daño moral, en tanto es inmaterial,
requiere la ponderación de todos los factores involucrados en los
hechos del caso, a efecto de determinar las medidas idóneas y
necesarias para su reparación, pues puede implicar no sólo una
indemnización compensatoria, sino la adopción de otras formas de
reparación, según el derecho lesionado y el daño causado.
Cabe referir que, en algunos casos, la Corte Interamericana
ha considerado como elemento ponderable para la determinación de
la indemnización compensatoria en esta clase de daño inmaterial, el
proyecto de vida de la víctima, y se refiere a tener en cuenta la
afectación a la realización integral de aquélla, considerando “su
vocación, aptitudes, circunstancias, potencialidades y aspiraciones,
que le permiten fijarse razonablemente determinadas expectativas y
acceder a ellas”, para determinar si existió afectación a ese proyecto y
en qué medida; aunque en sí mismo, el proyecto de vida no se haya
tenido como una medida objetiva para fijar el monto de una
reparación.9
9
Corte IDH. Caso Loayza Tamayo vs. Perú, supra 37, párr. 147.
13
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
Cabe insistir en que, la aplicación de una o varias de esas
medidas de reparación en cada caso de violación a derechos
humanos imputado a un Estado parte en la Convención, ha sido
aplicada por la Corte Interamericana, en congruencia con el derecho
violado y los daños causados, tomando en cuenta las circunstancias
específicas de cada caso y la idoneidad de la medida para lograr la
reparación integral; por tanto, en los litigios internos, las autoridades
jurisdiccionales mexicanas, deben tener en cuenta lo anterior al
establecer una eventual reparación de daños.
En consonancia con la doctrina establecida por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación en su jurisprudencia, se ha pronunciado sobre el
derecho a la reparación integral de daños causados por violaciones
a derechos humanos, provengan de autoridades públicas o de
particulares, comprendido en el artículo 1º de la Constitución,
conforme a lo siguiente:
1) Se ha reconocido que la violación a derechos humanos
genera un deber de reparación adecuada en favor de la
víctima o de sus familiares10.
2) Esa reparación debe realizarse adoptando medidas para
restituir, indemnizar y rehabilitar a la víctima, así como
10
Tesis LXVII/2010, del Tribunal Pleno, publicada a página 28, Tomo XXXIII, Enero de
2011, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, de rubro:
“DERECHOS HUMANOS. SU VIOLACIÓN GENERA UN DEBER DE REPARACIÓN
ADECUADA EN FAVOR DE LA VÍCTIMA O DE SUS FAMILIARES, A CARGO DE LOS
PODERES PÚBLICOS COMPETENTES".
14
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
medidas de satisfacción en general y garantías de no
repetición
mediante
los
procedimientos
legalmente
previstos para ello; esto, en cumplimiento a una obligación
jurídica11.
3) Esta Primera Sala también ha establecido que la reparación
integral o justa indemnización, es un derecho fundamental
que se encuentra incorporado al ordenamiento jurídico
mexicano desde la reforma constitucional de dos mil once;
y que, corresponde al Estado tomar las medidas necesarias
para
asegurar
fundamentales
que
de
cualquier
los
violación
gobernados,
a
derechos
ocasionadas
por
particulares, sea reparada por el causante del daño.12
4) Asimismo, esta Sala ha precisado que el derecho a la
reparación integral entraña la obligación de anular todas las
consecuencias del acto ilícito y restablecer la situación que
debió haber existido con toda probabilidad, si el acto no se
hubiere cometido, y si ello no fuere posible, establecer el
pago de una indemnización justa como medida resarcitoria
del daño ocasionado, lo que de ninguna manera debe
implicar generar una ganancia a la víctima o un
empobrecimiento, sino otorgarle el resarcimiento adecuado;
11
Ibídem.
12
Tesis CXCIV/2012 (10a.), página 522, Libro XII, Septiembre de 2012, Tomo 1, Décima
Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, de rubro: "REPARACIÓN
INTEGRAL DEL DAÑO O JUSTA INDEMNIZACIÓN. ESTE DERECHO FUNDAMENTAL
QUEDÓ INCORPORADO AL ORDENAMIENTO JURÍDICO MEXICANO A RAÍZ DE LA
REFORMA AL ARTÍCULO 1o. CONSTITUCIONAL, PUBLICADA EN EL DIARIO OFICIAL
DE LA FEDERACIÓN EL 10 DE JUNIO DE 2011".
15
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
que la responsabilidad debe subordinarse a requisitos
cualitativos, por lo que, la justa indemnización no puede
estar limitada a topes o tarifas, al margen del caso y su
realidad, sino que debe ser cuantificada por el juez, con
base en criterios de razonabilidad, conforme a las
particularidades del caso, con justicia y equidad13.
5) En la misma línea, al pronunciarse sobre el concepto de
justa
indemnización
en
términos
de
responsabilidad
patrimonial del Estado, por su actividad irregular, de
conformidad con el artículo 113 constitucional (hoy artículo
109), esta Suprema Corte también ha sostenido que los
daños causados por éste en contravención de derechos
humanos, deben ser resarcidos de manera integral; y para
ello, además de las compensaciones pecuniarias, de ser
necesario, las autoridades competentes deben adoptar
medidas
adicionales
como
las
de
satisfacción,
rehabilitación, o las garantías de no repetición, que sean
necesarias y suficientes para reparar integralmente los
daños causados.14
6) Sólo a manera de ejemplo, se destaca que, también en
relación con ese precepto 113 de la Constitución General
13
Tesis publicada a página 502, Libro XII, Septiembre de 2012, Tomo 1, Décima Época
del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, de título: "DERECHO
FUNDAMENTAL A UNA REPARACIÓN INTEGRAL O JUSTA INDEMNIZACIÓN.
CONCEPTO Y ALCANCE".
14
Tesis 1a. CLXII/2014 (10a.), publicada a pagina 802, Libro 5, Abril de 2014, Tomo I,
Décima Época del Semanario Judicial de la Federación, de rubro: “DERECHOS A UNA
REPARACIÓN INTEGRAL Y A UNA JUSTA INDEMNIZACIÓN POR PARTE DEL
ESTADO. SU RELACIÓN Y ALCANCE”.
16
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
de la República y el diverso 14, fracción II, de la Ley
Federal de Responsabilidad Patrimonial del Estado, en el
ámbito del análisis de la responsabilidad patrimonial del
Estado por actividad administrativa irregular, esta Primera
Sala
consideró
constitucional,
en
que,
este
tanto
último
establecía
precepto
un
límite
no
es
a
las
indemnizaciones a los perjudicados por daños morales,
pues con ello se podía restringir el derecho a una
reparación integral o justa indemnización15.
Como puede verse, esta Suprema Corte en sus criterios
jurisprudenciales, se ha orientado por los criterios de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos en materia de reparación
integral de daños derivados de violaciones a derechos humanos, para
observarlos en la solución de las controversias de derecho interno, de
conformidad con el imperativo que atañe al Estado Mexicano para
cumplir con los compromisos adquiridos en la Convención.
En ese sentido, se ha acogido por este Alto Tribunal, la máxima
de que en nuestro sistema jurídico interno, el derecho y correlativa
obligación de reparar, por la vulneración a derechos fundamentales,
provenga de entes públicos o de particulares, debe comprender una
restitución integral, mediante la aplicación, en lo conducente,
conforme a la naturaleza de la violación acaecida, los daños
15
Tesis 1a. CLIV/2009, publicada a página 454, Tomo XXX, del mes de septiembre de
2009, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, de rubro:
RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DEL ESTADO. EL ARTÍCULO 14, FRACCIÓN II,
SEGUNDO PÁRRAFO, DE LA LEY FEDERAL RELATIVA, AL ESTABLECER UN TOPE
MÁXIMO PARA LAS INDEMNIZACIONES POR DAÑO MORAL, VIOLA EL ARTÍCULO
113 SEGUNDO PÁRRAFO DE LA CONSTITUCIÓN GENERAL DE LA REPÚBLICA.
17
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
causados, y las circunstancias específicas de cada caso, de las
medidas de reparación que resulten idóneas y necesarias para ese
fin, antes referidas.
Es decir, no en todos los casos de vulneración a derechos
humanos necesariamente deben tener cabida toda clase de medidas
adoptadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en sus
resoluciones y jurisprudencia, y aceptadas por esta Suprema Corte en
su doctrina al fijar el alcance del derecho a la reparación integral; sino
únicamente aquellas que sean las idóneas y necesarias para que tal
reparación se logre, atendiendo al caso concreto (el derecho humano
vulnerado, el daño y sus consecuencias, etcétera).
Ahora bien, tratándose de indemnizaciones pecuniarias, en
diversos precedentes este Máximo Tribunal ha considerado que las
normas que imponen techos, topes o tarifas, para la reparación, no
son adecuadas para ello, en tanto marginan, conforme a las
circunstancias del caso, el derecho lesionado y el daño causado.
En relación con la acción de responsabilidad civil que nos
ocupa, es pertinente destacar que, los eventos dañosos que se
hicieron valer como sustento de la misma, se refieren a la afectación
causada al quejoso Iván Basilio Pérez Paredes en su salud física y
mental, pues con motivo de un accidente automovilístico sufrió
diversos daños físicos (fracturas y traumatismos), y con motivo, se
dice, de una intervención quirúrgica, sufrió daños neurológicos que lo
colocaron en una situación de interdicción; por tanto, es inconcuso
que, el derecho sustancialmente inmerso en los hechos de la litis, es
el derecho humano a salud de dicho quejoso; y en vinculación con
18
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
ello, las afectaciones que han recibido sus familiares más cercanos
(padre, madre y esposa).
En ese sentido, se estima pertinente destacar que, esta
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha
definido el alcance del derecho humano a la salud, en los términos
siguientes:
“DERECHO A LA SALUD. SU REGULACIÓN EN EL ARTÍCULO 4o. DE
LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS Y
SU COMPLEMENTARIEDAD CON LOS TRATADOS INTERNACIONALES EN
MATERIA DE DERECHOS HUMANOS. Este Alto Tribunal ha señalado que el
derecho a la protección de la salud previsto en el citado precepto constitucional
tiene, entre otras finalidades, la de garantizar el disfrute de servicios de salud y
de asistencia social que satisfagan las necesidades de la población, y que por
servicios de salud se entienden las acciones dirigidas a proteger, promover y
restaurar la salud de la persona y de la colectividad. Así, lo anterior es
compatible con varios instrumentos internacionales de derechos humanos, entre
los que destacan el apartado 1 del artículo 25 de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos, que señala que toda persona tiene derecho a un nivel de
vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar y en
especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los
servicios sociales necesarios; el artículo 12 del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, que alude al derecho de toda persona al
disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental, y refiere que los
Estados deben adoptar medidas para asegurar la plena efectividad de este
derecho; y el artículo 10 del Protocolo Adicional a la Convención Americana
sobre Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales "Protocolo de San Salvador", según el cual toda persona tiene
derecho a la salud, entendida como el disfrute del más alto nivel de bienestar
físico, mental y social. En ese sentido y en congruencia con lo establecido por el
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas,
el derecho a la salud debe entenderse como una garantía fundamental e
indispensable para el ejercicio de los demás derechos humanos y no sólo como
el derecho a estar sano. Así, el derecho a la salud entraña libertades y derechos,
entre las primeras, la relativa a controlar la salud y el cuerpo, con inclusión de la
libertad sexual y genésica, y el derecho a no padecer injerencias, torturas,
tratamientos o experimentos médicos no consensuales; y entre los derechos, el
relativo a un sistema de protección de la salud que brinde a las personas
19
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
oportunidades iguales para disfrutar del más alto nivel posible de salud.
Asimismo, la protección del derecho a la salud incluye, entre otras, las
obligaciones de adoptar leyes u otras medidas para velar por el acceso igual a la
atención de la salud y los servicios relacionados con ella; vigilar que la
privatización del sector de la salud no represente una amenaza para la
disponibilidad, accesibilidad, aceptabilidad y calidad de los servicios; controlar la
comercialización de equipo médico y medicamentos por terceros, y asegurar que
los facultativos y otros profesionales de la salud reúnan las condiciones
necesarias de educación y experiencia; de ahí que el derecho a la salud debe
entenderse como un derecho al disfrute de toda una gama de facilidades,
bienes, servicios y condiciones necesarios para alcanzar el más alto nivel
posible de salud”.16
Por otra parte, en particular tratándose de la reparación
integral de daños causados a la salud, en vulneración de ese derecho,
esta Sala, ha considerado lo siguiente:
“REPARACIÓN INTEGRAL DEL DAÑO O JUSTA INDEMNIZACIÓN.
SU DETERMINACIÓN JUDICIAL EN CASO DE VULNERACIÓN AL DERECHO
A LA SALUD. El derecho a la salud es una garantía fundamental e
indispensable para el ejercicio de los demás derechos humanos, pues una
persona que carece de salud, o a quien se le ha determinado algún tipo de
incapacidad -con mayor razón si es total-, difícilmente podrá acceder a una
fuente de trabajo y, por tanto, no puede generar ingresos para atender sus
necesidades y las de su familia, lo que además implica una constante
disminución de su patrimonio por los diversos tratamientos y medicamentos que
requiere. Así, una persona afectada en su salud a raíz de un accidente tiene
derecho a una indemnización que la compense del daño sufrido, y para que
ésta sea justa, su determinación depende del daño ocasionado; en este
sentido, el derecho moderno de daños mira a la naturaleza y extensión del daño,
a las víctimas y no a los victimarios, por lo que las reparaciones no deben
generar una ganancia a la víctima, sino otorgarle un resarcimiento adecuado.
Ahora bien, limitar la responsabilidad fijando un techo cuantitativo implica
marginar las circunstancias concretas del caso, el valor real de la
reparación o de la salud deteriorada, esto es, una indemnización es injusta
cuando se limita con topes o tarifas, en lugar de ser el juez quien la
cuantifique con base en criterios de razonabilidad, porque sólo él conoce
las particularidades del caso y puede cuantificarla con justicia y equidad,
16
Tesis asilada 1a. LXV/2008, publicada a página 457, Tomo XXVIII, del mes de julio de
2008, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta.
20
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
no así el legislador quien, arbitrariamente, fijaría montos indemnizatorios,
al margen del caso y de su realidad. Por tanto, para garantizar que las
indemnizaciones no sean excesivas, la autoridad judicial debe tener la facultad
para determinarlas con base en el principio de reparación integral del daño y en
forma individualizada, según las particularidades de cada caso, incluyendo la
naturaleza y extensión de los daños causados, la posibilidad de rehabilitación
del accidentado, los gastos médicos y tratamientos para su curación o
rehabilitación, el posible grado de incapacidad, el grado de responsabilidad de
las partes, su situación económica y demás características particulares, a fin de
fijar el pago por un monto suficiente para atender las necesidades de cada caso
en particular. Sin embargo, la indemnización justa no está encaminada a
restaurar el equilibrio patrimonial perdido, pues la reparación se refiere a los
bienes de la personalidad, esto es, persigue una reparación integral, suficiente y
justa, para que el afectado pueda atender todas sus necesidades, lo que le
permita llevar una vida digna”17.
Con base en las reflexiones anteriores, se da respuesta a los
agravios, suplidos en su deficiencia.
Análisis de constitucionalidad del artículo 145 de la Ley
sobre el Contrato de Seguro.
Ese precepto, dispone:
“Artículo 145. En el seguro contra la responsabilidad, la empresa se
obliga hasta el límite de la suma asegurada a pagar la indemnización que
el asegurado deba a un tercero a consecuencia de un hecho que cause un
daño previsto en el contrato de seguro.
Tratándose de los seguros obligatorios a que hace referencia el artículo
150 Bis de esta Ley, la empresa estará obligada a cubrir los riesgos
asegurados hasta los montos indemnizatorios o las sumas aseguradas por
persona o por bien, así como, en su caso, los acumulados por evento, que
se establezcan en las disposiciones legales respectivas o en las
administrativas de carácter general que se deriven de las mismas, vigentes
al celebrarse el contrato.
17
Tesis 1a. CXCVI/2012 (10a.), publicada a página 522, Libro XII, Septiembre de 2012,
Tomo 1, Décima Época del Semanario Judicial de la Federación.
21
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
Para los riesgos respecto de los cuales las disposiciones a que se refiere el
párrafo anterior no determinen el monto indemnizatorio o la suma
asegurada obligatorios, se estará a lo dispuesto en el artículo 86 de la
presente Ley para determinar el límite de la suma asegurada.“
Como se precisó en apartado precedente de esta resolución,
los quejosos sostuvieron que el artículo 145 de la Ley sobre el
Contrato de Seguro es inconstitucional, en cuanto establece el límite
de la obligación pecuniaria que asume una aseguradora, para
responder de la indemnización que corresponda a un tercero, por la
responsabilidad civil en que incurra su asegurado, cuando esta
cobertura sea parte del contrato de seguro celebrado por ella con este
último; esto es, dicho precepto se impugnó en cuanto dispone que en
el seguro contra la responsabilidad, la aseguradora se obliga a pagar
la indemnización al tercero “hasta por el monto de la suma
asegurada”.
En un marco de señalamientos en los que invocaron diversos
preceptos constitucionales y convencionales relacionados con el
derecho a la reparación de daños, los quejosos sostuvieron que el
artículo en cuestión es inconstitucional e inconvencional, de manera
toral, porque limita con sumas aseguradas el derecho de las víctimas
de
obtener
una
indemnización
integral,
justa
y
digna;
que,
independientemente del acuerdo de voluntades celebrado por el
asegurado con la aseguradora, la norma no es funcional porque en
muchas ocasiones, los montos asegurados resultan insuficientes para
cubrir indemnizaciones integrales, siendo que, sin afectar al sistema
financiero, sino a través de la mutualidad y el debido estudio del
riesgo, se debían calcular los montos de primas para que se
establecieran sumas aseguradas adecuadas, a efecto de evitar
22
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
perjudicar a las víctimas; que ese artículo no comprende una
indemnización integral, justa y digna, porque ésta no sólo debe
comprender a la víctima, sino a toda su familia y su proyecto de vida.
Esos argumentos del concepto de violación, se desestimaron
por el tribunal colegiado, esencialmente bajo la explicación de que esa
norma 145 de la Ley sobre el Contrato de Seguro no contravenía
ninguno de los preceptos constitucionales y convencionales invocados
por los quejosos, porque dichas normas de rango superior referidas
por ellos no prohibían que en el contrato de seguro las aseguradoras
limitaran el monto de las sumas aseguradas en materia de
responsabilidad del asegurado por riesgos asumidos contractualmente
en el desempeño de su ejercicio mercantil; tampoco establecían algún
parámetro para determinar el monto de las indemnizaciones por la
responsabilidad civil por daños causados por particulares y menos se
pronuncian en el sentido de que las aseguradoras deban establecer
montos ilimitados en sus coberturas para que puedan cubrirse las
indemnizaciones a las víctimas y sus familiares. Máxime que la
responsabilidad del contrato de seguro deriva de la celebración de un
acuerdo de voluntades y, en el tema, la Constitución no establece
límites específicos ni prevé que las coberturas deban ser ilimitadas,
como tampoco lo establece la Convención Americana sobre Derechos
Humanos,
además
que,
establecer
el
monto
de
una
justa
indemnización correspondía al arbitrio judicial.
En sus agravios en este recurso, los quejosos aducen que es
cierto lo señalado por el colegiado en cuanto a que, en ninguna de las
normas constitucionales y convencionales con las que fue confrontado
el artículo 145 de la Ley sobre el Contrato de Seguro, se regula el
23
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
monto de la responsabilidad de las compañías aseguradoras por
riesgos asumidos contractualmente en el desempeño de su ejercicio
mercantil, tampoco se establece algún parámetro para determinar el
monto
de
las
indemnizaciones
que
correspondan
por
la
responsabilidad civil de los asegurados, y menos se pronuncian en el
sentido de que las aseguradoras deban establecer montos ilimitados,
para que puedan cubrirse las indemnizaciones a las víctimas y a sus
familiares.
Sin embargo, dicen, ese precepto 145 no es el más favorable
para las víctimas y sus familiares, pues en él, el legislador excluyó los
montos indemnizatorios legales cuando no sean seguros obligatorios
derivados de la responsabilidad civil atribuible a los asegurados, de
manera que si un particular insolvente causa un daño a un tercero en
su persona y la suma asegurada es insuficiente para cubrir lo que fija
como límite el orden público previamente establecido o el arbitrio
judicial en el tema de daño moral, por ese simple hecho la víctima
quedaría desprotegida y sin la posibilidad de ser indemnizada de
forma integral y justa por parte de la aseguradora que se encuentra
respaldada por una mutualidad, lo que resulta contrario a la
Constitución Federal y a la Convención Americana Sobre Derechos
Humanos en sus artículos 24, 25, y 63.1., ya que la vida, la salud, los
sentimientos y afectos de las personas que han resentido un daño,
son bienes que no están disponibles en el ejercicio mercantil. Afirman
que no es que los montos indemnizatorios deban ser limitados o
ilimitados, sino que se ajusten a la norma e interpretación más
favorable, evitando desigualdad y discriminación por el hecho de no
ser seguros obligatorios.
24
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
Así pues, aducen, el Tribunal Colegiado dejó de ponderar que
el primer párrafo del artículo 145 de la Ley sobre el Contrato de
Seguro no es la norma más favorable para la víctima, ya que el
quejoso no acordó el monto de la suma asegurada, además que dicha
norma se contrapone con otras más favorables y objetivas para
determinar el monto que debe corresponder a la víctima en caso de
incapacidades o fallecimiento por responsabilidad civil, como es el
artículo 1915 del Código Civil Federal o su similar del Código Civil para
el Distrito Federal.
De manera particular, señalan, el artículo 64 de la Ley de
Caminos, Puentes y Autotransporte Federal establece que el monto de
la indemnización se debe ajustar al Código Civil Federal, es decir, al
artículo 1915 (de igual redacción que el correspondiente numeral del
Código Civil del Distrito Federal). Lo que conlleva a considerar que la
suma asegurada en la póliza establecida (en el caso, 3160 días de
salario mínimo general vigente en el Distrito Federal) con base en el
citado artículo 145 de la Ley sobre el Contrato de Seguro, resulta
insuficiente y contraria a lo establecido en el artículo 62 de la Ley
referida, pues la suma asegurada no protege a los pasajeros desde
que abordan y hasta que descienden del vehículo, sin soslayar que el
seguro de viajero obligatorio es una cobertura independiente y
autónoma de la responsabilidad civil objetiva y el daño moral.
Insisten en que, la inconstitucionalidad del artículo 145 de la
Ley Sobre el Contrato de Seguro se actualiza, porque el legislador no
profundizó en que las víctimas deben protegerse con las normas más
benéficas a través de sumas aseguradas que permitan cubrir
indemnizaciones integrales y justas; pues ante sumas aseguradas
25
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
insuficientes, cuando el asegurado sea insolvente, las víctimas pueden
quedar desprotegidas.
No asiste razón a los recurrentes en sus planteamientos.
En principio, debe precisarse que aunque los quejosos no
confrontaron clara y expresamente ese artículo 145 de la Ley sobre el
Contrato de Seguro con alguna norma constitucional específica, en
tanto afirmaron reiteradamente que es inconstitucional porque no es
una norma “favorable” o “protectora” en la forma más amplia respecto
de
la
reparación
de
daños,
se
tiene
en
cuenta
que
la
inconstitucionalidad la hicieron depender de la vulneración al artículo
1º constitucional, que dispone la obligación de reparar violaciones a
derechos humanos.
Sentado lo anterior, se considera que no asiste razón a los
recurrentes, primero, porque el artículo 145 de la Ley sobre el Contrato
de Seguro no es el precepto que regula los términos en que resulte
procedente
una
reparación
integral
de
daños
(materiales
o
inmateriales) derivados de la responsabilidad civil del asegurado, en
cuanto a su monto; sino que, la cuantía en que proceda la reparación
a la víctima o víctimas del daño, se regirá conforme a la legislación
sustantiva que regule la responsabilidad del causante del daño y el
derecho de la víctima, en el caso, dado que la acción se ejerció en la
vía ordinaria civil, conforme a los artículos 1915 y 1916 del Código
Civil para el Distrito Federal; de manera que, la Ley sobre el Contrato
de Seguro, y particularmente ese precepto impugnado, en lo que ve a
la determinación y cuantificación del derecho a la reparación integral,
no tiene injerencia alguna.
26
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
Por tanto, el artículo 145 cuestionado, en forma
alguna limita a la suma asegurada en el contrato de seguro, el
derecho de la o las víctimas a obtener una indemnización integral,
pues el hecho de que el numeral disponga que la aseguradora
sólo estará obligada a pagar la indemnización que corresponda
cubrir a su asegurado, hasta el límite
de la suma asegurada
pactada, sólo significa que la aseguradora responderá de la
indemnización en ese monto, de manera que, si la suma
asegurada no cubre la cuantía de la reparación a que hubiere sido
condenado el asegurado, la obligación de pago de éste último
prevalece frente a la víctima, pues la aseguradora sólo asume una
obligación suya en forma subsidiaria, en un monto determinado o
determinable.
De ahí que, en tanto el contrato de seguro no tiene el efecto
de eximir al asegurado de su obligación frente a terceros, derivada de
su responsabilidad civil, el tercero que tenga derecho a la reparación
conserva expeditos sus derechos respecto de ese directo responsable,
para demandarle la parte de la indemnización correspondiente que no
le haya sido cubierta por la aseguradora, por virtud del contrato de
seguro.
Por tanto, si bien pudiere darse el caso de que, la suma
asegurada pactada en el contrato de seguro, entre un asegurado y la
compañía aseguradora, resulte insuficiente para reparar el daño
causado a un tercero, derivado de responsabilidad civil, ello no puede
considerarse como una limitante al derecho a la reparación integral,
que evidencie algún vicio de inconstitucionalidad de la norma, en tanto
permite
que
las
compañías
aseguradoras
y
los
asegurados
27
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
establezcan los términos de su voluntad en lo que ve a las sumas
aseguradas; se insiste, porque en tal caso, la obligación de reparar el
excedente de la indemnización no cubierto, está a cargo del directo
responsable, de manera que la norma no entraña perjuicio alguno al
tercero.
Por lo mismo, no es dable atender a la circunstancia fáctica de
una eventual insolvencia del directo responsable (el asegurado en el
contrato de seguro) para responder de su obligación de reparar; pues
ello en modo alguno deriva de algún vicio de la norma cuestionada,
sino que se trataría de circunstancias propias de un determinado caso,
que no pueden ser útiles para evidenciar la inconstitucionalidad
alegada.
Debe tenerse presente que, la obligación que asume la
aseguradora en el contrato de seguro, es con su asegurado, y consiste
exclusivamente en pagar, en sustitución de éste, una cantidad de
dinero o en especie, hasta el tope de la suma asegurada, por concepto
de la reparación de daños derivados de la responsabilidad civil en que
hubiere incurrido aquél frente a terceros; pero no es propiamente la
aseguradora la que reporta la obligación de indemnizar, sino que ésta
atañe al directo responsable.
Así pues, por más que se juzgue como una situación deseable,
que los contratos de seguro contra la responsabilidad se celebren en
condiciones de sumas aseguradas altas, que hagan posible en un
grado de mayor probabilidad que con ellas baste para cubrir
indemnizaciones derivadas de responsabilidad civil, y por ende, ello
contribuya a que las víctimas no se vean en la circunstancia fáctica de
28
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
tener que exigir su derecho a la reparación mediante la efectividad de
la póliza de seguro del obligado y directamente de este último en lo
que no cubra el seguro; lo cierto es que, esa situación ideal no
evidencia la inconstitucionalidad del precepto, por las razones antes
explicadas.
Por estos motivos, se concluye que el artículo 145 de la Ley
sobre el Contrato de Seguro es constitucional. Consecuentemente,
resulta infundado el concepto de violación suplido en deficiencia de la
queja.
Análisis de constitucionalidad del artículo 1915 del Código
Civil para el Distrito Federal, atento a la causa de pedir de los
quejosos al impugnarse el diverso 495 de la Ley Federal del
Trabajo.
Como se ha señalado en apartados anteriores, en su demanda
de amparo los quejosos reclamaron la inconstitucionalidad del artículo
495 de la Ley Federal del Trabajo, como contraventor de diversos
preceptos constitucionales y convencionales (1, 14, 16, 17, 133 de la
Constitución y 63.1 de la Convención), en tanto que esa norma fija un
monto máximo como indemnización por incapacidad permanente total,
y por lo tanto, no permite que se realice una reparación integral de los
daños causados; siendo que, la cantidad de 1095 días de salario
mínimo general vigente en el Distrito Federal allí prevista es
insuficiente para ello.
El tribunal colegiado desestimó ese argumento precisando que
los dispositivos de la Constitución y de la Convención Americana de
29
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
Derechos Humanos citados por los quejosos, no establecían ningún
límite o parámetro conforme al cual se debieran calcular las
indemnizaciones por daños causados a los particulares; y por tanto,
los límites que para ello establecieran las leyes secundarias, como el
artículo 495 cuestionado, no podía considerarse contrario a esos
ordenamientos supremos.
En su agravio segundo de este recurso, los inconformes
aducen que la sentencia de amparo recurrida es violatoria de los
principios de exhaustividad y congruencia, porque el tope de 1095 días
de salario que refiere el artículo 495 de la Ley Federal del Trabajo,
para el supuesto de actualizarse una incapacidad permanente total
como es el caso, resulta inconstitucional e inconvencional, ante la
notoria insuficiencia e ineficacia de tal monto cuantitativo y cualitativo
que estableció el legislador para resarcir en forma digna, integral y
justa a la víctima.
En esos términos, este Alto Tribunal advierte la procedencia de
suplir la queja en favor del quejoso Iván Basilio Pérez Paredes, en
términos del artículo 79, fracción II, de la Ley de Amparo; puesto que,
si bien en la demanda de amparo se impugnó de manera expresa,
sólo el artículo 495 de la Ley Federal del Trabajo, lo cierto es que, el
tribunal colegiado debió advertir que, en el caso, el precepto que en
forma primordial causaba perjuicio al quejoso y que indudablemente
fue aplicado en la especie en la sentencia reclamada en el juicio de
amparo, al confirmarse la de primer grado, en lo que ve al tema de la
litis relativo al monto de la reparación material, era el artículo 1915 del
Código Civil para el Distrito Federal, y que era éste el que en rigor
30
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
pretendía controvertir el agraviado, al dolerse de la existencia de un
tope para la reparación del daño.
Ello se advierte así, porque la acción de responsabilidad civil
ejercida se promovió con base en ese precepto 1915, y es en él dónde
se establece que, cuando el daño se cause a las personas y produzca
la muerte, la incapacidad total permanente (como fue el caso),
parcial permanente, total temporal o parcial temporal, el grado de la
reparación se determinará atendiendo a lo dispuesto por la Ley
Federal
del
Trabajo;
y que,
para
calcular
la
indemnización
correspondiente “se tomará como base el cuádruplo del salario mínimo
diario más alto que esté en vigor en el Distrito Federal y se extenderá
al número de días que, para cada una de las incapacidades
mencionadas, señala la Ley Federal del Trabajo”.
De manera que, en realidad, es ese artículo 1915 del Código
Civil para el Distrito Federal, el que fija los términos de la
indemnización
por
daños
que
produzcan
incapacidad
total
permanente, e incluso, es esa norma la que establece como base de
la correspondiente indemnización: la cantidad que resulte de
multiplicar por cuatro, el salario mínimo diario más alto en vigor en el
Distrito Federal, y éste a su vez, multiplicado por el número de días
que la Ley Federal del Trabajo prevea para cada uno de los supuestos
dañosos (en la especie, la incapacidad total permanente); de modo
que es claro que el aludido precepto, sólo remite a la ley del trabajo,
para efecto de que de allí se tome uno de los datos o parámetros que
requiere la cuantificación, a saber: el número los días que se prevén
para cubrir una incapacidad permanente total en el ámbito laboral.
31
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
Así pues, es patente que la norma que en modo principal
puede causar afectación a los quejosos, en tanto que su acción es de
naturaleza civil y se intentó en esa vía, es ese artículo 1915, que
regula la indemnización de daños en el ámbito de las relaciones
jurídicas de carácter civil poniendo un techo o límite a la indemnización
pedida en el caso y no el artículo 495, al que solo se hace una
remisión para obtener un dato de la cuantificación; por lo que se
considera que es ese precepto de la ley civil el que propiamente debió
ser analizado.
Además, se estima que el artículo 495 de la Ley Federal del
Trabajo, por sí, no podía ser examinado en su constitucionalidad en el
caso, porque ese precepto, en tanto está contenido en la ley laboral,
evidentemente que atiende al sistema jurídico al que pertenece, es
decir, al ámbito de las relaciones de trabajo; y en el caso, se reitera, la
ejercida es una acción de responsabilidad civil, por lo que no se
justificaría un examen de la norma en un contexto distinto al que
naturalmente corresponde, por más que su aplicación en la especie
haya tenido lugar en forma complementaria a la legislación civil.
Explicado lo anterior, enseguida se examina la regularidad
constitucional del artículo 1915 del Código Civil para el Distrito
Federal, que señala.
“Artículo 1,915.- La reparación del daño debe consistir a elección del
ofendido, en el restablecimiento de la situación anterior, cuando ello sea posible,
o en el pago de daños y perjuicios.
Cuando el daño se cause a las personas y produzca la muerte, incapacidad
total permanente, parcial permanente, total temporal o parcial temporal, el grado
de la reparación se determinará atendiendo a lo dispuesto por la Ley Federal del
32
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
Trabajo. Para calcular la indemnización que corresponda se tomará como base
el cuádruplo del salario mínimo diario más alto que esté en vigor en el Distrito
Federal y se extenderá al número de días que, para cada una de las
incapacidades mencionadas, señala la Ley Federal del Trabajo. En caso de
muerte la indemnización corresponderá a los herederos de la víctima.
(…)”
Como se observa de la norma citada, la reparación del daño
consistirá, a elección de la víctima, en el restablecimiento de la
situación anterior a su causación o en el pago de daños y perjuicios. Y
cuando el evento dañoso se cause en las personas (en su integridad)
con consecuencias de muerte o de los distintos grados de incapacidad
que allí se prevén, se establece que la indemnización que corresponda
deberá ser calculada conforme a las bases allí establecidas y ya
explicadas con antelación; de manera que, se evidencia que ese
precepto sí fija un tope a la indemnización correspondiente, pues la
cuantía de ésta necesariamente derivará de la formula rígida
establecida en esa norma.
Ahora bien, como se explicó con antelación, acorde con los
criterios sostenidos por la Corte Interamericana de Derechos Humanos
y por este Alto Tribunal, se considera que dicha norma no es idónea
para responder adecuadamente a la satisfacción del derecho a una
reparación integral que asiste a las víctimas de daños derivados de
actos violatorios de derechos humanos, contenido en el artículo 1º
constitucional, como es el caso del derecho a la salud (integridad
física, psíquica y emocional), a su vez, protegido por el precepto 4º de
nuestra ley fundamental.
33
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
Se llega a esa conclusión, porque en esa norma el legislador
impuso un método y parámetros fijos para la cuantificación de la
reparación, en forma rígida, y, por tanto, al margen de las
circunstancias del caso concreto, excluyendo la posibilidad de que el
juzgador, en cada conflicto sometido a su potestad, pueda tener en
cuenta no sólo la naturaleza del daño causado (que la norma ya
refiere como un daño en la persona), sino también, y de gran
relevancia, sus consecuencias e implicaciones, para poder establecer
una indemnización que las resarza de manera integral, conforme a los
principios de justicia y equidad.
No debe perderse de vista que, como se señaló, el derecho a
la reparación de daños derivados de violación a derechos humanos,
tanto cuando provienen de autoridades públicas actuando en su
calidad de entes estatales, como de los particulares en relaciones de
derecho privado, ha sido reconocido por esta Suprema Corte en
nuestro ámbito interno, en consonancia con el derecho internacional,
como un derecho fundamental, que cuando es vulnerado, debe ser
resarcido de manera integral, ya sea mediante el restablecimiento de
la situación que prevalecía antes de la violación si ello es posible, y si
no, con la reparación íntegra de las consecuencias que produjo la
misma, en su caso, con el pago de una indemnización justa, como
compensación por los daños patrimoniales y extrapatrimoniales
causados, conforme a un criterio de equidad y proporcionalidad; y
que, esa reparación integral no puede estar supeditada a normas
inferiores a la Constitución y a los Tratados Internacionales, que la
limiten.
34
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
De tal suerte, si el artículo 1915 establece un techo o tope al
derecho de reparación, dicha norma se erige en un obstáculo que
coarta ese derecho, pues impide al juzgador, juzgar el caso conforme
a sus circunstancias, y con base en ellas, fijar los términos de la
reparación procedente, no sólo en lo que ve a los montos
indemnizatorios pecuniarios adecuados al caso teniendo en cuenta el
daño emergente, el lucro cesante o pérdida de ingresos y los
eventuales daños al patrimonio familiar, propios de la reparación de
daños materiales, sino también, para decidir conforme a su prudente
arbitrio y de manera razonable, se insiste, conforme a las
circunstancias del caso, si las consecuencias del daño causado en la
persona (su integridad), en el asunto concreto de que se trate,
ameritan la adopción de alguna otra medida adecuada, idónea y
necesaria, para alcanzar esa reparación integral (por ejemplo,
medidas de rehabilitación, de satisfacción, garantías de no repetición,
etcétera, antes explicadas).
Lo anterior, teniendo en cuenta particularmente que esta
Suprema Corte ha establecido, en relación con la justa indemnización
material respecto de vulneraciones al derecho a la salud, que ese
derecho es indispensable para el ejercicio de los demás derechos
humanos, pues una persona que carece de salud, o a quien se le ha
determinado una incapacidad total permanente, difícilmente podrá
acceder a una fuente de trabajo y, por tanto, no puede generar
ingresos para atender sus necesidades y las de su familia, lo que
además implica una constante disminución de su patrimonio por los
diversos tratamientos y medicamentos que requiere.18
18
Tesis: 1a. CXCVI/2012 (10a.), Décima época, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Libro XII, Septiembre de 2012, Tomo 1, página: 522, de rubro: “REPARACIÓN INTEGRAL DEL
35
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
Por las anteriores consideraciones, esta Sala estima que
resulta fundado el concepto de violación, suplido en su deficiencia, y
concluye que es inconstitucional el artículo 1915 del Código Civil
para el Distrito Federal (que hace remisión expresa al diverso 495 de
la Ley Federal del Trabajo), en la parte en que establece la forma de
cuantificar las indemnizaciones por los daños a las personas allí
regulados, pues coarta el derecho a la reparación integral.
Análisis de constitucionalidad del artículo 1916 del
Código Civil para el Distrito Federal.
Al respecto, debe decirse que los recurrentes no expresan
agravio alguno encaminado a controvertir lo decidido por el tribunal
colegiado sobre este precepto; no obstante, en suplencia de queja, se
estima conducente hacer algunas precisiones que el tribunal colegiado
omitió tener en cuenta al pronunciarse sobre ese dispositivo.
En efecto, si bien el órgano de amparo en la sentencia
reclamada, se pronunció en el sentido de declarar inconstitucional una
porción normativa de ese precepto; esta Sala estima que el estudio
realizado, en ese concreto aspecto, no fue exhaustivo para fijar el
correcto alcance de esa norma. .
El artículo 1916 del Código Civil para el Distrito Federal
estipula lo siguiente:
DAÑO O JUSTA INDEMNIZACIÓN. SU DETERMINACIÓN
VULNERACIÓN AL DERECHO A LA SALUD.”
JUDICIAL
EN
CASO
DE
36
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
“ARTÍCULO 1916.- Por daño moral se entiende la afectación que una
persona sufre en sus sentimientos, afectos, creencias, decoro, honor,
reputación, vida privada, configuración y aspectos físicos, o bien en la
consideración que de sí misma tienen los demás. Se presumirá que hubo
daño moral cuando se vulnere o menoscabe ilegítimamente la libertad o la
integridad física o psíquica de las personas.
Cuando un hecho u omisión ilícitos produzcan un daño moral, el
responsable del mismo tendrá la obligación de repararlo mediante una
indemnización en dinero, con independencia de que se haya causado daño
material, tanto en responsabilidad contractual como extracontractual. Igual
obligación de reparar el daño moral tendrá quien incurra en
responsabilidad objetiva conforme al artículo 1913, así como el Estado y
sus servidores públicos, conforme a los artículos 1927 y 1928, todos ellos
del presente Código.
La acción de reparación no es transmisible a terceros por acto entre
vivos y sólo pasa a los herederos de la víctima cuando ésta haya intentado
la acción en vida.
El monto de la indemnización lo determinará el juez tomando en cuenta
los derechos lesionados, el grado de responsabilidad, la situación
económica del responsable, y la de la víctima, así como las demás
circunstancias del caso.”
De lo anterior, se advierte que quien incurre en responsabilidad
civil tiene la obligación de reparar el daño moral mediante una
indemnización en dinero, la cual es independiente del daño material.
Asimismo, dicho artículo establece que la acción de reparación
no es transmisible a terceros por acto entre vivos y sólo pasa a los
herederos de la víctima cuando ésta haya intentado la acción en vida.
Esta Suprema Corte ha dicho que, si bien, los bienes jurídicos e
intereses de carácter extrapatrimonial o inmaterial, no tienen una
exacta traducción económica, ello no debe dar lugar a dejar sin
reparación al afectado, pues existen diferentes formas de valorar el
quantum indemnizatorio.
37
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
De acuerdo con el precepto legal referido, el monto de la
indemnización por daño moral, lo determinará el juez; y para ello,
tomará
en
cuenta
los
derechos
lesionados,
el
grado
de
responsabilidad, la situación económica del responsable y la de
la víctima, así como las demás circunstancias del caso, elementos
cuya valoración conjunta serán la base de la cuantificación de la
indemnización.
En lo que interesa puntualizar, esta Suprema Corte ha dicho
que no se debe tasar el daño causado según la pobreza o riqueza de
la víctima, toda vez que la reparación debe dejarla indemne, por lo que
ese parámetro no es observable para cuantificar el daño moral y sus
consecuencias extrapatrimoniales, porque sería contrario al derecho
de igualdad19
Pero también ha hecho la precisión de que, ese parámetro –la
situación económica de la víctima- debe considerarse constitucional, sí
y solo sí, es aplicado para cuantificar las eventuales consecuencias
patrimoniales del daño moral (considerando como tales, los gastos
efectivamente devengados y los futuros por devengar, que deriven
directamente de las afectaciones a los sentimientos y psique de la
víctima o ganancias no recibidas derivadas de la afectación a los
bienes y derechos morales)20.
19
Tesis aislada 2a. LIII/2015 (10a.), Décima Época, Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación, Libro 19, Junio de 2015, Tomo I, página: 1081, de rubro: “RESPONSABILIDAD
PATRIMONIAL DEL ESTADO. PRINCIPIOS QUE DEBEN OBSERVARSE PARA DETERMINAR
EL MONTO DEL PAGO POR LA REPARACIÓN DEL DAÑO.”
20
Ibídem.
38
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
Lo anterior, se ha señalado, en virtud de que, si bien podría
considerarse que al establecer la ponderación de la situación
económica
de
las
víctimas
se
persigue
una
finalidad
constitucionalmente imperiosa consistente en satisfacer el derecho a
una justa indemnización, la medida no es idónea para lograr dicho fin,
pues la situación económica de la víctima no es útil para medir la
calidad e intensidad del daño extrapatrimonial, por lo que no conduce
a satisfacer el derecho a una justa indemnización; la condición social
de la víctima no incide, aumenta o disminuye, el dolor sufrido. Pues lo
contrario llevaría a afirmar que una persona con mayores recursos
sufre más la muerte de un hijo que una persona con menores
recursos, o que una persona con bajos ingresos merece una mayor
indemnización que una persona económicamente privilegiada.21
Sin embargo, es válido tomar en cuenta la situación económica
de la víctima para determinar la indemnización correspondiente a las
consecuencias patrimoniales derivadas del daño moral, pues el
precepto normativo así interpretado, ni siquiera distingue entre grupos
de personas, pues la ponderación de la condición social, como dato
computable a la hora de valorar el menoscabo patrimonial que
ocasione el daño moral, no distribuye derechos de acuerdo a clases
de personas, por el contrario, apunta a descubrir en su real dimensión
el perjuicio; de manera que, no se trata de quebrantar la garantía de
igualdad sino de calibrar, con criterio equitativo, la incidencia real que
21
Tesis 1a. CCLXXIV/2014 (10a.), Décima Época, Gaceta del Semanario Judicial de la Federación,
Libro 8, Julio de 2014, Tomo I, página 146, de rubro: “INDEMNIZACIÓN EXTRAPATRIMONIAL
POR DAÑO MORAL. EL ARTÍCULO 1916, PÁRRAFO ÚLTIMO, DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL
DISTRITO FEDERAL, EN LA PORCIÓN NORMATIVA QUE SEÑALA "LA SITUACIÓN
ECONÓMICA DE LA VÍCTIMA", ES INCONSTITUCIONAL SI SE APLICA PARA CUANTIFICAR
AQUÉLLA.”
39
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
el daño tiene en el perfil subjetivo del damnificado, para lo cual no
puede prescindirse de la ponderación de estos aspectos.
Así interpretado, el artículo 1916 analizado no distribuye
derechos de acuerdo a la condición social de las víctimas; sino que
proporciona elementos al juzgador para que pueda determinar el
tamaño del menoscabo patrimonial sufrido como consecuencia del
daño moral. Pues sería imposible determinar el monto de ciertas
consecuencias patrimoniales del daño moral, sin tomar en cuenta la
situación económica de la víctima.22
Así pues, conforme con esa interpretación que esta Primera
Sala ha hecho de esa norma legal, es dable advertir que, el
pronunciamiento del tribunal colegiado debió tomar en cuenta también
lo anterior.
Por otra parte, en distinto aspecto que interesa en el caso, cabe
señalar que el artículo 1916 del Código Civil para el Distrito Federal no
hace mención expresa respecto a si los familiares de una víctima de
daño en su persona, derivado de responsabilidad civil, son víctimas
indirectas a las que se debe reparar el daño moral que sufran. El
precepto legal únicamente describe qué es el daño moral y por ende,
cualquier persona que se ubique en el supuesto tendría derecho a que
se le repare el daño, independientemente de la relación que guarden
respecto a la víctima directa.
22
Tesis: 1a. CCLXXV/2014 (10a.), Décima Época, Gaceta del Semanario Judicial de la Federación.
Libro 8, Julio de 2014, Tomo I, página: 160, de rubro: “PARÁMETROS DE CUANTIFICACIÓN DEL
DAÑO MORAL. SE PUEDE VALORAR LA SITUACIÓN ECONÓMICA DE LA VÍCTIMA PARA
DETERMINAR LAS CONSECUENCIAS PATRIMONIALES DERIVADAS DEL DAÑO MORAL
(LEGISLACIÓN DEL DISTRITO FEDERAL).”
40
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
No obstante, tomando en consideración que, de acuerdo con el
criterio emitido por esta Primera Sala en el que se señala que en caso
de fallecimiento de un hijo se presume daño moral respecto de los
parientes más cercanos,23 es razonable establecer que dicha
presunción también opera en caso de que se haya causado una
incapacidad permanente total a la víctima, para considerar que sus
familiares inmediatos tienen derecho a reclamar daño moral.
Lo anterior, en razón de que la presunción tiene como origen
que es sumamente complicado probar el daño a los sentimientos y
que es propio de la naturaleza humana que toda persona experimente
dolor ante el suplicio de un familiar cercano. Así, en el supuesto de
que se cause incapacidad permanente total a una persona, es
razonable que los parientes más cercanos como son los padres, hijos
o cónyuges, sufran afectaciones en sus sentimientos y vida privada.
Además, por definición, la persona con incapacidad total
permanente ya no podrá trabajar, lo que generará un cambio en su
vida y en la de sus familiares directos, cambiará el rol de cada
miembro de la familia, quienes ahora deberán atender las necesidades
de la persona que sufrió el daño principal, cuidarlo, llevarlo al médico,
ser su sustento económico y soportar la carga emocional que esto
conlleva.
En el mismo sentido, la Corte Interamericana de Derechos
Humanos ha considerado que es necesario probar el daño moral que
23
Tesis: 1a. CCXLII/2014 (10a.), Décima Época, Gaceta del Semanario Judicial de la Federación,
Libro 7, Junio de 2014, Tomo I, página: 445, de rubro: “DAÑO MORAL EN EL CASO DEL
FALLECIMIENTO DE UN HIJO. SE PRESUME RESPECTO DE LOS PARIENTES MÁS
CERCANOS.”.
41
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 593/2015.
se invoca, salvo cuando se trata de familiares muy cercanos de la
víctima o de personas unidas con ésta por relación conyugal o de
convivencia permanente. En estas hipótesis, la Corte aplica la
presunción de que las violaciones de derechos humanos –tales como
privación de la vida, libertad, afectaciones a la integridad personal– y
la impunidad relacionada con éstas, causan sufrimientos tanto a la
víctima como a sus familiares más cercanos.24
Por las anteriores consideraciones, en suplencia de queja, se
determina
que,
si
bien
el
tribunal
colegiado
estableció
la
inconstitucionalidad del artículo 1916 del Código Civil para el Distrito
Federal, en la porción normativa en que éste establece que para
cuantificar una indemnización por daño moral, se debe tener en cuenta
la situación económica de la vista; el estudio realizado al respecto fue
parcial y no fue acorde con la interpretación que de ese precepto ha
hecho este Alto Tribunal, en cuanto a que, esa norma puede ser
considerada constitucional en dicha porción, sí y sólo sí, se aplica para
cuantificar consecuencias patrimoniales del daño moral; además que,
no se hizo pronunciamiento respecto a que los familiares cercanos de
la víctima directa de un evento dañoso, tienen legitimación para
reclamar el daño moral.
24
Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Cantoral Benavides Vs. Perú. Reparaciones
y Costas. Sentencia de 3 de diciembre de 2001. Serie C No. 88. Párr. 37, 61. Cfr. Corte
Interamericana de Derechos Humanos. Caso Las Palmeras vs. Colombia. Reparaciones y Costas.
Sentencia de 26 de noviembre de 2002. Serie C No. 96, párr. 55. Cfr. Corte Interamericana de
Derechos Humanos. Cfr. Caso Myrna Mack Chang Vs. Guatemala. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 25 de noviembre de 2003. Serie C No. 101. Párr. 243.
42
Descargar