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A LA VICECONSEJERIA DE ADMINISTRACIÓN1SuaUCA
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Fernando Escrich Esteban, Secretario General del Sindicato de Empleados Públicos de Canarias
(SEPCA), en nombre y representación de éste, con CIF G38525531 y domicilio a efectos de
notificaciones en la C/. Teobaldo Power, nO. 18, 1°, de Santa Cruz de Tenerife, comparece y
como mejor proceda en Derecho se dirige a esa Viceconsejería de Administración Pública del
Gobierno de Canarias para poner en conocimiento de la misma los siguientes
HECHOS
1.- Con fecha 03 de febrero de 2012, el Excmo. Sr. Alcalde-Presidente del Ayuntamiento de
Santa Cruz de Tenerife dicta decreto (cuya copia adjunto) por el que se establecen instrucciones
para el ornato y conservación de los bienes municipales de carácter público, en ejecución de la
regulación general establecida en la Ordenanza Municipal de Policía y Buen Gobierno. En su
dispositivo tercero, dicho decreto estabelece literalmente lo siguiente:
"
TERCERO.- Los órganos superiores de los servicios municipales competentes, en relación con
la tramitación de los procedimientos sancionadores, priorizarán en la adopción de las medidas
oportunas en orden a que, teniendo en cuenta la situación y dificultad económica actual
invocada en los antecedentes del presente Decreto, las faltas sean graduadas en la máxima
valoración posible. Así mismo, priorizarán en potenciar el ejercicio de cua%.-a~,ªqfj¡on~.fu;er~n,nF;;:;_ P;jt:1.k3S
procedentes con el fin de exigir al infractor las demás responsabilidades- adm¡t(l~tcittiy~ijyie'r:::3I'
patrimoniales a que hubiere lugar.
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2.- A juicio de este Sindicato, el apartado tercero arriba transcrito constituye, cuano'('Fmends'¡J8Á,,>,cJ
claro y manifiesto ejemplo de desviación de poder, tal y como se define la misma en el artículo
70.2 de la Ley 29/1998, de 13 de julio, reguladora de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa,
según el cual se entiende por desviación de poder el ejercicio de potestades administrativas
para fines distintos de los fijados por el ordenamiento jurídico.
La Administración viene a reconocer de manera grosera y evidente en el propio texto del decreto
que los instructores de los procedimientos sancionadores municipales deben valorar en su
máxima graduación las posibles faltas cometidas por los ciudadanos a fin de ingresar en las
arcas municipales mayores ingresos, y todo ello como consecuencia de la precaria situación
económica municipal. Queda claro que se obliga a los instructores de los procedimientos
sancionadores a ejercer dicha potestad, no como un mecanismo de corrección de los
ciudadanos antes las conductas antijurídicas que desarrollen (debiendo imponérseles la sanción
que corresponda en atención al criterio legal de tipicidad y proporcionalidad), sino como un
instrumento financiero movido claramente con afán recaudatorio. No se contenta el
Ayuntamiento con imponer a los ciudadanos el gravamen económico que corresponda en
atención a la falta cometida y a las circunstancias agravantes o atenuantes que concurran en el
caso concreto (principio de culpabilidad), sino que pretende imponer el máximo castigo dinerario
posible en atención al estado deficiente de su tesorería.
La finalidad que persigue el apartado tercero del mencionado Decreto no es la prevista por el
ordenamiento juridico y, en consecuencia, el mismo es contrario al ordenamiento jurídico con
arreglo a lo dispuesto en el artículo 63 de la Ley 30/1992. Efectivamente, el vicio de desviación
de poder es un vicio de estricta legalidad, puesto que lo que se controla a través de esta técnica
es el cumplimiento del fin concreto que señala la norma habilitante, siendo indiferente que el fin
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que realmente quiera alcanzarse sea uno privado del agente que actúa, sino que basta con que
exista una divergencia entre los fines realmente perseguidos y los que, según la norma aplicable,
deberían orientar la decisión administrativa. El artículo 106.1 de la Constitución Española
subraya expresamente esta idea cuando encomienda a los Tribunales de Justicia el control de la
legalidad de la actuación administrativa, así como el sometimiento de ésta a los fines que la
justifican.
3.- Pero junto a lo anterior, lo cierto es que el hecho de obligar a que los instructores de los
procedimientos sancionadores municipales valoraren en su máxima graduación las posibles
faltas cometidas por los ciudadanos como consecuencia de lo precario de la situación económica
del Ayuntamiento es un criterio ilegal de graduación de las faltas, que, desde luego no parece
recogido en el artículo 140 de la Ley 7/1985, reguladora de las Bases del Régimen Local (que es
el que da cobertura legal a la Ordenanza Municipal) a la hora de tipificar las sanciones locales, ni
en los criterios de graduación del artículo 131 del la Ley 30/1992, ni finalmente en la propia
Ordenanza Municipal de Policía y Buen Gobierno. Como quiera que dicha instrucción constituye
un claro atentado contra los principios de tipicidad, culpabilidad y proporcionalidad que están
presentes en el ejercicio de la potestad sancionadora y con origen inmediato en el artículo 25 de
la Constitución Española, sostenemos que el apartado tercero del dispositivo del Decreto de
referencia pudiera ser, además, nulo de pleno derecho conforme a lo dispuesto en el artículo
62.1 a) de la Ley 30/1992.
4.- El artículo 65 de la Ley 7/1985, reguladora de las Bases del Régimen Local determina lo
siguiente:
"1. Cuando la Admínístracíón del Estado o de las Comunídades Autónomas consídere, en el
ámbíto de las respectívas competencías, que un acto o acuerdo de alguna Entídad local ínfrínge
el ordenamíento jurídíco, podrá requerírla, ínvocando expresamente el presente artículo, para
que anule dícho acto en el plazo máxímo de un mes.
2. ~EI requerímíento deberá ser motívado y expresar la normatíva que se estíme vulnerada. Se
formulará en el plazo de quínce días hábíles a partír de la recepcíón de la comunícacíón del
acuerdo.
3. La Admínístracíón del Estado o, en su caso, la de la Comunídad Autónoma, podrá ímpugnar el
acto o acuerdo ante la jurísdíccíón contencíoso-admínístratíva dentro del plazo señalado para la.
ínterposícíón del recurso de tal naturaleza señalado en la Ley Reguladora de dícha Jurísdíccíón,
contado desde el día síguíente a aquel en que venza el requerímíento dírígído a la Entídad local,
o al de la recepcíón de la comunícacíón de la mísma rechazando el requerímíento, sí se produce
dentro del plazo señalado para ello.
4. La Admínístracíón del Estado o, en su caso, la de la Comunídad Autónoma, podrá tambíén
ímpugnar dírectamente el acto o acuerdo ante la jurísdíccíón contencíoso-admínístratíva, sín
necesídad de formular requerímíento, en el plazo señalado en la Ley Reguladora de dícha
Jurísdíccíón. "
Por todo lo expuesto,
SEPCA solícita de esa Viceconsejería de Administración Pública del Gobierno de Canarias que
inicie los trámites oportunos para formular el requerimiento de anulación o subsanación a que se
refiere el artículo 65 de la Ley 7/1985, reguladora de las Bases del Régimen Local respecto del
Decreto del Excmo. Sr. Alcalde-Presidente del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife de 03 de
febrero de 2012 en base los argumentos jurídicos expuestos más arriba.
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EXCMO. AYUNTAMIENTO BE
SANTA CRliZ DE TI:NERIFE
._ ... - - - - - - - - - - _.­
ALCALDIA
DIRECCiÓN GEr-:ERAL DE ORGANIZACION y REGIMEN
INTERNO
DECRETO DEL EXCMO. SR. D. JOSÉ MANUEL BERMÚDEZ ESPARZA. ALCALDE
DEL EXCMO. AYUNTAMIENTO DE SANTA CRUZ DE TENERIFE 11 EN SANTA
.­
CRUZ DE TENERIFE. A TRES DE FEBRERO DE DOS MIL DOCE
¡
/
I
ASUNTO: DECRETO POR EL QUE SE ESTABLECEN INSTRUCCIONES DESTINADAS
A LA MEJORA DEL ORNATO Y LA CONSERVACIÓN DE LOS BIENES MUNICIPALES
DE CARÁCTER PÚBLICO, EN EJECUCIÓN DE LA REGULACIÓN GENERAL
ESTABLECIDA EN LA ORDENANZA MUNICIPAL DE POLICÍA Y BUEN GOBIERNO
DEL EXCMO. AYUNTAMIENTO DE SANTA CRUZ DE TENERIFE, Así COMO EN LA
ESTABLECIDA
CON
CARÁCTER
ESPECIAL
EN
OTRAS
ORDENANZAS
MUNICIPALES.­
La vigente Ordenanza Municipal de Policía y Buen Gobierno de este Excmo. Ayuntamiento
regula, con carácter general, la conducta ciudadana y el uso común y privativo de los bienes
municipales de carácter público del ténnino municipal de Santa Cruz de Tenerife.
Concretamente, la referida Ordenanza dedica su Título IV a la regulación de la conducta
ciudadana, estableciendo una serie de deberes y prohibiciones que han de ser observados por la
vecindad. La restante regulación (servicio de recogida de basuras, utilización de la vía pública,
de parques y jardines) viene referida, como no podría ser de otra manera, a la necesidad de
establecer unas reglas del juego destinadas a mantener el adecuado orden, ornato y la limpieza
de la Ciudad, así como a favorecer la conservación del patrimonio y de los bienes públicos
municipales.
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Con carácter especial resulta también de observancia, entre otras Ordenanzas municipales, la
regulación establecida en la Ordenanza reguladora del uso y vertido a la red de alcantarillado, la
Ordenanza reguladora de la protección y tenencia de animales, la Ordenanza reguladora del
régimen aplicable a vehículos abandonados y la Ordenanza reguladora de la limpieza de los
espacios públicos y gestión de residuos sólidos urbanos.
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El comportamiento de algunos ciudadanos al respecto no siempre es respetuoso con las
invocadas reglas del juego, manifestándose conductas incivicas; el incumplimiento de horarios
de depósito de las basuras y residuos y depósito de éstos en lugares incorrectos, arrojar papeles
y colillas a la vía pública O a zonas ajardinadas, miccionar en la vía pública, dañar los bienes y
el mobiliario urbano mediante pintadas, incendio o roturas, falta de limpieza de solares privados
son, entre otras muchas, conductas que, lamentablemente, han pasado a formar parte de lo
cotidiano.
"
Esta situación se agrava aún más cuando se produce en la situación económica que atravesamos
en la actualidad, en tanto que los servicios municipales no pueden dar abasto para reparar con la
debida celeridad todos los'daños derivados de este tipo de malas conductas, puesto que no
pueden plantearse incrementos de recursos económicos destinados a dicha finalidad.
Todo ello obliga a que este Ayuntamiento, en un ejercicio de responsabilidad, de defensa del
interés público y general de la ciudadanía y de práctica de buen gobierno, deba adoptar una serie
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de medidas destinadas no sólo a potenciar la función de policía en orden a la identificación de
los infractores y endurecer las multas y sanciones correspondientes, sino también a la
potenciación de la función a ejercer por los servicios municipales competentes destinada a la
difusión, dívulgación y sensibilización entre la ciudadanía de la necesídad de cuidar el entorno y
de mantener la limpieza y conservación de los bienes públicos de la Ciudad, y no sólo por
razones de ornato, sino también por la propia salud y bienestar de los vecinos.
En virtud de todo ello, en el ejercicio de las atribuciones que me vienen conferidas en los
artículos 9 y 10 del Reglamento Orgánico del Gobierno y de la Administración de este Excmo.
Ayuntamiento (ROGA) y artículo 124 de la Ley Reguladora de las Bases del Régimen Local,
DISPONGO:
I
PRIMERO.- Por los servicios municipales competentes en materia de gestión y control de
servicios públicos y de medioambiente se programarán y ejecutarán campañas de divulgación
entre la ciudadanía al objeto de dar a conocer o recordar el contenido de la regulación existente
en las Ordenanzas Municipales de aplicación, de incidir en la necesidad del cumplimiento de
aquéllas, de informar de las actuaciones que este Ayuntamiento está acometiendo al efecto y \
que se concretan en el presente Decreto y, en fin, de sensibilizar a la ciudadanía sobre la
necesidad de cuidar del entorno urbano y de colaborar con el Ayuntamiento en el
mantenimiento de la limpieza y conservación de los bienes públicos de la Ciudad, tanto por
razones de ornato como por la propia salud y bienestar de los vecinos.
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SEGUNDO.- Por la Policía Municípal se priorizará en el ejercicio de las funciones de
identificación de las conductas ciudadanas que pudieran incurrir en la comisión de infracciones
de las Ordenanzas Municipales de aplicación, en la identificación de los infractores y en su
denuncia ante los servicios municipales competentes para la tramitación de los oportunos
procedimientos sancionadores.
TERCERO.- Los órganos superiores de los servicios municipales competentes, en relación con
la tramitación de los procedimientos sancionadores, priorizarán en la adopción de las medidas
oportunas en orden a que, teniendo en cuenta la situación y dificultad económica actual
invocada en los antecedentes del presente Decreto, las faltas sean graduadas en la máxima
valoración posible. Así mismo, priorizarán en potenciar el ejercicio de cuantas acciones fueran
procedentes con el fin de exigir al infractor las demás responsabilidades administrativas y
patrimoniales a que hubiere lugar.
CUARTO.- Los servicios municípales competentes en materia de gestión y control de servícios
públicos y de medioambiente priorizarán y afrontarán, con la mayor celeridad, la realización del
estudio, simplificación y actualizacíón de las Ordenanzas Municipales de aplicación invocadas
en los antecedentes del presente Decreto, con el objeto y finalidad de disponer de una regulación
más homogénea y uniforme así como, dentro de los límites que legal y reglamentariamente sean
posibles, de establecer un endurecimiento de las sanciones a imponer ante la comisión de este
tipo de conductas incívicas.
ICINADEL
DE LA
ELACIUDA
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