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Opinión
LanzaDigital, Domingo 4 de Octubre de 2015
Diego Peris Sánchez
La nueva Casa de Cultura
- 04/10/2015
La Casa de Cultura proyectada por Miguel
Fisac en 1959 se sitúa en una zona singular
de Ciudad Real. Frente a la catedral, en el
entorno de los jardines del Prado, con una
calle peatonal en su frente tiene unas
posibilidades singulares por su especial
situación en la ciudad. Fisac proyectó un
edificio de austeridad máxima en su
exterior con su planta superior con un
frente continuo acristalado, una planta baja
ligeramente retranqueada y una planta
sótano. Una arquitectura de geometría
radical
con
sus
planos
continuos
acristalados separados por su posición en cada uno de los niveles. La planta baja se hundía respecto del
plano superior buscando la protección de la luz y el sol y creando un plano retirado respecto de la calle
próxima.
En este espacio se atendían las necesidades culturales de la ciudad de aquel momento. Zonas de
exposiciones, salón de actos, sala de lectura infantil y una planta como sala de lectura y estudio. En el
interior del edificio las formas curvadas, las escaleras circulares comunicaban las plantas entre sí. Los
muros perforados y los diferentes materiales recubrían las paredes del salón de actos dando un carácter
peculiar al interior del edificio. Un proyecto con más de cuarenta planos y detalles pormenorizados de
diferentes elementos: frente del salón de actos, paramentos laterales del mismo, techo de esta zona y
despiece del pavimento de la escalera. La estructura del edificio construida de forma sencilla como
muestran las fotografías de la época tiene detalles pormenorizados de las armaduras y de cada uno de sus
elementos. El proyecto tiene fecha de 1959.
Nuevo edificio en nuevos tiempos
Pero el tiempo envejece deprisa y las nuevas demandas, las nuevas funciones, el crecimiento de la
población hacen que el espacio se vaya quedando pequeño. Y surge la posibilidad de ampliar el edificio. La
mejor opción es aumentar el número de plantas. Si pasamos de las dos existentes sobre rasante a cuatro
con una pequeña zona en la cubierta habremos duplicado prácticamente su superficie. Se estudia
detalladamente la necesidad de reforzar la estructura, de redistribuir los usos. La planta baja se libera
quedando un espacio diáfano en su totalidad, manteniendo la biblioteca infantil en uno de sus extremos. En
la planta primera se sitúa un nuevo depósito de libros en su esquina posterior y las nuevas plantas tercera y
cuarta serán plantas libres con la sola presencia de la escalera circular. La planta sótano sigue teniendo la
sala de exposiciones con el jardín que baja a este nivel aportando un espacio de iluminación desde el
interior del edificio.
La ocasión plantea la conveniencia de cambiar la imagen del edificio. Y se proyecta una nueva fachada que
va a tener grandes huecos horizontales con los bordes redondeados. Los elementos verticales se subrayan
tanto en la base como sobresaliendo de la línea de cubierta. Un alzado que cambia totalmente el proyecto
inicial y que se anticipa al que Fisac realizará para la empresa Dólar tres años después. En ese proyecto esta
imagen se realizaba con hormigón visto y los encofrados plásticos que dejan superficies marcadas y
acabados lisos en el hormigón. Un cambio radical de la imagen racionalista del actual edificio buscando una
nueva imagen potente en el entorno del Prado y de la catedral. El conjunto va adquirir un nuevo volumen y
una nueva imagen renovada ampliando en casi el doble su superficie y mejorando así las posibilidades de
servicio del conjunto construido.
Archivos y tesoros documentales
Los archivos guardan tesoros de nuestra historia en sus documentos y legajos. Todo tipo de escritos,
dibujos o fotografías dan cuenta de nuestro pasado, relatado por escribanos, poderes públicos, notarios o
relatores de los acontecimientos de cada momento. Documentos que hay que recorrer con el cuidado de
entender su momento y su contexto, pero documentos valiosos porque son una de las fuentes importantes
para el conocimiento de nuestra historia.
La arquitectura y el urbanismo generan documentos especiales: planos, memorias, presupuestos de
proyectos nos informan sobre los gustos estéticos de otros momentos, soluciones y sistemas constructivos,
presupuestos y formas de hacer de otras épocas. Son testimonios de la historia con informaciones no sólo
formales y estilísticas, sino mucho más complejas y que reflejan las formas de vida, las condiciones de
trabajo de otros tiempos. Por ello son especialmente atractivos y necesarios de conservar y mantener. Y
para ello son esenciales los archivos y el trabajo que los archiveros realizan ordenando, catalogando y
conservando este patrimonio documental. Una documentación que, hoy en día, poco a poco, va haciéndose
más accesible con la digitalización de los fondos y la puesta a disposición de los mismos para todos a través
de la red.
Los misterios de los archivos
En los archivos hay documentos que, en ocasiones, localizamos de forma casual. Buscando otras cosas,
mirando los documentos desde otra perspectiva localizamos un tesoro que está escondido entre
documentos conocidos y estudiados en diferentes ocasiones. La Fundación Fisac conserva el legado de
Miguel Fisac, planos, documentos del proyecto, fotografías antiguas, la biblioteca del arquitecto, cartas y
escritos enviadas por Fisac a otras personas o recibidas por él desde diferentes lugares. Fotografías de
viajes que descubren sus lugares preferidos, planos, folletos turísticos…
En la carpeta de la Casa de Cultura de Ciudad Real los más de cuarenta planos del proyecto de 1959. En el
solar colindante realizó Fisac un anteproyecto para el Museo Provincial. Y entre los planos del proyecto
realizado aparecen croquis y planos de un proyecto de ampliación realizado en 1969. Diez años después de
la construcción del edificio actual, se debió plantear la posibilidad de ampliar el edificio y Fisac recalcula la
estructura, estudia los refuerzos necesarios y plantea la posibilidad de elevar dos plantas sobre el edificio
actual y cambiar su fachada. Y no sólo cambia la estructura y su organización sino que cambia
radicalmente su visión de la imagen del edificio planteando un proyecto con las soluciones de hormigones
flexibles para la fachada que está realizando en este momento en diversos lugares.
Afortunadamente, en mi opinión, no se llegó a realizar la actuación prevista que habría introducido un
elemento claramente negativo en el entorno, que abría los caminos de los encofrados flexibles, esos a los
que Antón Capitel califica como del camino del feísmo emprendido por Fisac. Una documentación curiosa
que nos habla de las posibilidades de cambio en la ciudad en uno de sus edificios significativos y que ha
mantenido su actividad hasta que las nuevas instalaciones junto al parque de Gasset lo han dejado sin uso.
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