9. TURISMO ESPACIAL: INNOVACIÓN COMERCIAL Melissa Torres García Estudiante de Ingeniería Administrativa Universidad Nacional de Colombia [email protected] RESUMEN El objetivo de esta ponencia es dar a conocer la importancia y el impacto del turismo espacial en los países desarrollados, resaltando la importancia de la ley espacial y la necesidad de promover los mecanismos, oportunidades y restricciones que se pueden generar con la aplicación de esta. Para lo anterior, inicialmente se considerarán las perspectivas de crecimiento del turismo espacial en los países desarrollados, incluyendo el desarrollo del turismo comercial en la superficie lunar; presentando ideas acerca del aumento del turismo espacial a través de los servicios de la órbita y lunares, y sus beneficios potencialmente importantes. Posteriormente, se observará cómo han sido gobernadas la propiedad y la dirección del espacio según la Organización de las Naciones Unidas, dando a conocer la importancia de la “delimitación espacial” a través del Tratado del Espacio Exterior, este último es reconocido como uno de los aportes más significativos e interesantes que se ha concretado en la comunidad internacional. Así, se concluye que el crecimiento del turismo espacial ocurrirá debido a la demanda y a la oferta, dando lugar a un modelo de servicio comercial, donde los países desarrollados tienen mayor ventaja ya que poseen la tecnología y el conocimiento para la exploración y el empleo del espacio exterior. Finalmente se recomienda, promover y preparar recursos humanos en la ley espacial para proporcionar el apoyo conveniente a los proyectos estratégicos de desarrollo y la cooperación internacional en el área de actividades espaciales. ABSTRACT The objetive of this paper is to show the importance and impact of space travel in developed countries, highlighting the importance of space law and the need to promote mechanisms, opportunities and constraints that can be generated from its application. For this purpose, there will be considered the perspective of space travel growth in developed countries, including the development of commercial tourism on the lunar surface, presenting ideas about space travel growth through the lunar and orbit services, and its potentially significant benefits. Then, there will be observe how the ownership and management of space have been governed acording to the United Nations, raising awareness of the importance of “space boundary” through the Outer Space Treaty, this Treaty is recognized as one of the most significant and interesting contributions that has been specified in the international community. Therefore, it is concluded that space travel growth will occur due to demand and supply, leading to a commercial service model, where the developed countries have a bigger advantage as they have the technology and knowledge to the exploration and use of outer space. Finally, its recommend to promote and to prepare human resources in the space law to provide the appropriate support for the strategic development projects and international cooperation in the field of space activities. 9.1. INTRODUCCIÓN. Se conocen diferentes tendencias de turismo, pero sin duda, lo más novedoso ahora es ser turista espacial, el desarrollo de esta nueva tendencia ha generado gran interés entre los investigadores académicos, las organizaciones públicas, los gobiernos y las empresas comerciales, todos con el deseo de explorar y explotar el espacio exterior. En la presente ponencia, se expone la importancia y el impacto que ha generado el turismo espacial principalmente, en los países que por su desarrollo tecnológico, conocimiento y experiencia en la exploración del espacio exterior, han impulsado el avance del sector espacial; permitiendo el uso comercial de esta nueva industria. El sector espacial ha crecido tanto en las últimas décadas, que es indispensable una estructura legal que regule las aplicaciones del espacio exterior, especialmente una delimitación de espacio que indique el límite atmosférico. Con base a esto, la presentación del Tratado del Espacio Exterior, pretende mostrar los principios que gobiernan las actividades de los Estados en la exploración y utilización del espacio. El alcance de esta ponencia se fundamenta en la investigación que parte desde la revisión de la literatura existente sobre el tema, hasta la relación y cumplimiento del objetivo planteado. Por otro lado, la limitación se presentó en la insuficiente información sobre organismos que regulen y promuevan las políticas y leyes de la actividad espacial. La metodología utilizada en este documento se basó en una búsqueda exhaustiva en diferentes bases de datos y fuentes secundarias, que se extendió varias semanas; todo este proceso finaliza con la elaboración de la temática que se presenta a continuación. 9.2. DESARROLLO DEL TURISMO ESPACIAL. Los avances técnicos y tecnológicos han permitido el desarrollo del turismo espacial, que se puede definir como los viajes a más de 100 kilómetros de altura fuera de los límites de la atmósfera, es decir, de la frontera espacial. El multimillonario Dennis Tito, fue el primer turista espacial, este norteamericano viajó a sus 60 años, en la nave de fabricación rusa “Soyuz” en abril de 2001, después de haber pagado 20 millones de dólares a la Agencia Espacial Federal Rusa por el entrenamiento, el viaje y la estancia de una semana en la Estación Espacial Internacional (ISS por sus siglas en inglés) (COLLINS, 2006 <en línea>). De hecho, el turismo espacial comenzó como una alternativa para mejorar las finanzas de los programas espaciales. Las fortalezas económicas de las dos principales potencias, Estados Unidos y, en ese entonces, la Unión Soviética, hoy en día Rusia, no necesitaban ingresos adicionales. Pero después de la Guerra Fría y con la crisis económica subsiguiente, Rusia decidió aceptar el viaje de Dennis Tito, como una fuente vital de ingreso y los proyectos fueron desarrollados para ampliarse en este mercado, aprobando la posibilidad de obtener cuantiosos ingresos de personas dispuestas a pagar el viaje y la estancia en el espacio exterior; costeando así la totalidad o parte del lanzamiento (SPENNEMANN, 2007, <en línea>). Además, el desarrollo de esta nueva tendencia ha generado interés en los organismos públicos y privados en todo el mundo por la creciente demanda de los viajeros potenciales, permitiendo identificar en el sector espacial un importante comercio mundial (LOIZOU, 2006, <en línea>). Estas declaraciones no explican qué usos comerciales o industriales, pero lo que sí está claro es que la amplia gama de actividades económicas, militares y científicas en la órbita de la tierra provee grandes oportunidades de negocio (SIMS BAINBRIDGE, 2009, <en línea>). Sin embargo, este sector estaría más avanzado si el gobierno y las entidades espaciales, hubieran previsto la demanda que originaría el desarrollo de esta industria. Desde los años 1960 y 1970 comienza el auge de la carrera espacial, y fue hasta finales del siglo XX, que el público en general ya estaría siendo partícipe de los viajes espaciales (CROUCH y otros, 2009, <en línea>). Significa entonces, que mediante el uso de las tecnologías desarrolladas desde 1961, los gastos de viajes espaciales estarían hoy reducidos en gran medida; como consecuencia de esto, actualmente hacer un viaje espacial es un asunto para personas de mucho dinero, pero con la creciente demanda de turistas espaciales, se propone una disminución de precios; con la cual una persona podría hacer un viaje espacial si tiene disponibilidad a pagar tarifas desde 100.000 dólares. Estas tarifas que se han puesto a los viajes espaciales en calidad de turista, dependen de la altura que alcance el vuelo, y están clasificadas en cuatro tipos: vuelos de altitud en avión de combate, vuelos atmosféricos con gravedad cero, vuelos sub-orbitales de corta duración y finalmente vuelos orbitales de mayor duración, que son los viajes al espacio (CROUCH y otros, 2009, <en línea>). Según las estimaciones publicadas por la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA por sus siglas en inglés), el volumen de negocio de turismo sub-orbital podría crecer entre $700 millones y $4 mil millones de dólares al año. Estas estimaciones evidencian el interés de las empresas comerciales, de los investigadores académicos y de los organismos gubernamentales en el desarrollo de la industria del turismo a través de la explotación espacial (COLLINS, 2006, <en línea>). Con referencia a lo anterior, que se presente una demanda creciente en esta industria depende de las percepciones, actitudes y conductas de elección en los probables clientes potenciales de este mercado. Estas conductas están modeladas según la recopilación y análisis de estudios realizados en Japón, Estados Unidos, Canadá, Alemania y Reino Unido, por las diferentes entidades interesadas en la rentabilidad de este nuevo sector. Esta comparación, permitió concluir que es muy difícil predecir la demanda de productos y servicios en una nueva industria, ya que no hay análogos de efectivos existentes que pueden utilizarse para estimar el futuro. Por tanto, se debería predecir la futura demanda potencial para el turismo espacial como una distribución de probabilidad que puede ser modelado como una función de muchos factores, entre los cuales, se deben tener en cuenta: Las características del producto que se ofrece, la falta de información y experiencia de los posibles consumidores, y los diferentes tipos de alternativas en el mercado que podrían competir con lo ofertado en el turismo espacial (CROUCH y otros, 2009, <en línea>). Entre estos nuevos productos y servicios, surge el término de turismo lunar. El éxito del crecimiento de los servicios de turismo lunar, probablemente dependen de un modelo de servicio comercial, en donde se vean reflejadas las ventajas económicas, políticas y culturales del desarrollo de este nuevo sector turístico. En este sentido, cabe aclarar que la comunidad científica, tiene un interés particular en el desarrollo de estas actividades comerciales, puesto que para ellos representa un catálogo de prioridades de investigación pensando en un “Plan de Rescate de Ciencia Lunar” (COLLINS, 2006, <en línea>). Esta iniciativa de la NASA prevé que la luna se convertirá en una plataforma de observación para los diferentes estudios de interés. Además, la participación en la exploración lunar establece un sistema de leyes para la regulación de las actividades lunares, desarrolladas por la comunidad internacional; también permite explorar nuevos métodos de colaboración entre industrias, gobiernos, y entidades académicas, para maximizar las ventajas que cada uno puede ofrecer al otro (SIMS BAINBRIDGE, 2009, <en línea>). Hasta ahora la experiencia de un viaje hasta la Luna, no ha sido realizada por ningún turista espacial. Este inexplorado sector se basa en la proyección del desarrollo del alojamiento espacial, ya que la ISS, es un lugar pensado y diseñado para la investigación, mas no para el alojamiento de los turistas provenientes de los viajes espaciales, dando lugar a los innovadores diseños de los hoteles espaciales, ofertados por las diferentes agencias de viajes espaciales, entre las cuales resaltan por sus avanzadas perspectivas, Virgin Galactic y Space Adventures, ambas ubicadas en Estados Unidos. No obstante, para convertirse en una empresa comercial viable, el turismo espacial requiere de grandes inversiones que permitan los avances tecnológicos necesarios para mejorar la seguridad, empezando por basarse en los principios básicos de la aviación. Esto último, da lugar a diversos interrogantes, como por ejemplo, la delimitación espacial: ¿dónde termina el régimen de la aviación y comienza el derecho espacial? (LOIZOU, 2006, <en línea>) 9.3. EXPLORACIÓN Y EXPLOTACIÓN DEL ESPACIO EXTERIOR. El sector espacial ha crecido tanto en las últimas décadas, que además de los países establecidos espaciales (Estados Unidos y Rusia), otros como China y Japón han comenzado la exploración del espacio ultraterrestre. Asimismo, la tecnología espacial se ha vuelto tan indispensable para la vida cotidiana que resulta necesario una estructura legal que reglamente las actividades espaciales (SALOMONE, 2009, <en línea>). En primer lugar, antes de hablar de derecho espacial, hay que entender dónde realmente comienza el espacio ultraterrestre. Este tema ha sido debatido en las Naciones Unidas durante varias décadas, pero hasta ahora no se ha llegado a un acuerdo concreto, y con las proyecciones de crecimiento del turismo espacial, es necesario establecer una frontera que delimite el espacio aéreo y el espacio ultraterrestre (MASSON-ZWAAN, 2009, <en línea>). Con los avances logrados en la segunda mitad del Siglo XX por la tecnología espacial desarrollada por las grandes potencias, se inició una conquista del espacio ultraterrestre, símbolo del poderío tecnológico de los países más avanzados de ese momento. Por este motivo Naciones Unidas emprendió, una serie de iniciativas para crear los mecanismos regulatorios que controlaran los avances y conquistas científicas en materia espacial (CINU, 2002, <en línea>). Esta importante organización internacional se ha convertido en el centro de coordinación para la colaboración internacional en el espacio ultraterrestre y para la formulación de las reglas necesarias de derecho internacional (SALOMONE, 2009, <en línea>). En 1959, la Asamblea General crea la Comisión sobre la Utilización del Espacio Ultraterrestre con Fines Pacíficos. Este órgano intergubernamental empezó integrado por 61 Estados Miembros y se ocupa de coordinar la actividad que desarrolla Naciones Unidas. Para cumplir este objetivo, la Comisión se apoya en dos Subcomisiones: La Subcomisión de Asuntos Científicos y Técnicos, que se encarga de toda la parte de investigación astronómica, la exploración planetaria, entre otros y la Subcomisión de Asuntos Jurídicos, que se ocupa de la delimitación y definición del espacio ultraterrestre, los medios para garantizar la utilización racional y equitativa de la órbita geoestacionaria y el seguimiento de la situación actual de los cinco instrumentos jurídicos internacionales que rigen el espacio ultraterrestre (CINU, 2002, <en línea>). Hasta ahora se han comenzado a formular las reglas de conducta para facilitar las relaciones internacionales en el espacio ultraterrestre. En este propósito, el primer paso importante fue la aprobación por la Asamblea General en 1963 de la Declaración de los principios jurídicos que deben regir las actividades de los Estados en la exploración y utilización del espacio ultraterrestre. En relación con este último, en los años siguientes se elaboraron en las Naciones Unidas cinco tratados generales multilaterales, que son reconocidos como las aportaciones más importantes e interesantes que han logrado concretarse en la comunidad internacional los cuales incorporan y desarrollan conceptos contenidos en la Declaración de los principios jurídicos (MASSON-ZWAAN, 2009, <en línea>): - - El Tratado sobre los principios que deben regir las actividades de los Estados en la exploración y utilización del espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes. El Acuerdo sobre el salvamento y la devolución de astronautas y la restitución de objetos lanzados al espacio ultraterrestre El Convenio sobre la responsabilidad internacional por daños causados por objetos espaciales. El Convenio sobre el registro de objetos lanzados al espacio ultraterrestre. El Acuerdo que debe regir las actividades de los Estados en la Luna y otros cuerpos celestes (ONU, 2002, <en línea>). Se puede decir, que el Tratado de 1967 sobre los principios que deben regir las actividades de los Estados en la exploración y utilización del espacio ultraterrestre, incluida la Luna y otros cuerpos celestes, es la base jurídica general para la utilización del espacio ultraterrestre con fines pacíficos, puesto que ha proporcionado un marco para el desarrollo del derecho espacial. Este Tratado estipula que “el espacio ultraterrestre es patrimonio de la humanidad, y que por tanto, no puede ser objeto de apropiación por parte de ninguna nación, sea cual sea su grado de desarrollo científico o económico, y debe ser accesible a la exploración y uso, con fines pacíficos, por parte de toda la comunidad internacional” (SPENNEMANN, 2007, <en línea>). Lo que indica, que el espacio no puede ser propiedad de cualquier institución terrestre ya sea nacional o privada; con base en esta definición, se tiene el siguiente dilema: Si no hay soberanía de los Estados en el espacio exterior, ¿cómo se puede legislar? (LOIZOU, 2006, <en línea>). La Subcomisión de Asuntos Jurídicos, empezó a examinar el asunto de la definición y delimitación del espacio ultraterrestre, en 1967, en virtud de una propuesta formulada por Francia a la Asamblea General. Desde entonces, la Subcomisión ha escuchado diversas opiniones al respecto y ha examinado y analizado numerosas propuestas, sin desprenderse ningún acuerdo sobre las cuestiones jurídicas relativas a la definición y delimitación del espacio ultraterrestre. Sin embargo, sí se ha logrado un consenso sobre otros acuerdos, incluyendo, el establecimiento de un Grupo de Trabajo, encargado de examinar la delimitación espacial como “asunto con carácter prioritario” (Asamblea General, 2002, <en línea>). Si bien es cierto que el espacio exterior es de todos los Estados, sin discriminación de ningún tipo, aquellos que poseen suficientes recursos económicos y humanos, son los primeros en explotar los recursos y los bienes del “patrimonio común de la humanidad”. Países como Estados Unidos, Rusia, Japón y China, poseen los conocimientos y tecnologías necesarias para explorar y hacer uso de las actividades espaciales; por esto, la principal necesidad de los demás Estados, es vigilar las acciones y las diferentes políticas de estos países desarrollados, de modo que los propios intereses, presentes y futuros, no se vean comprometidos (JAKHU, 2009, <en línea>). Aunque actualmente, no hay una clara delimitación del espacio por parte de la comunidad internacional, según los Tratados, mencionados anteriormente, en lo que concierne a la industria del turismo espacial, el Artículo VII del Tratado de 1967, dice que el “Estado que registre un objeto lanzado al espacio ultraterrestre retendrá su jurisdicción y control sobre tal objeto, así como sobre todo el personal que vaya en él, mientras se encuentre en el espacio ultraterrestre. La propiedad de los objetos lanzados al espacio ultraterrestre y de sus partes componentes no se modificará con motivo de su paso por el espacio exterior ni de su regreso a la tierra. Cuando esos objetos o esas partes componentes sean hallados fuera de los límites del Estado en cuyo registro figuren, se devolverán a ese Estado, que deberá proporcionar, antes de que se efectúe la devolución, los datos de identificación que en su caso se soliciten”, es decir, hasta ahora solo existe un artículo que regula el lanzamiento de objetos al espacio ultraterrestre, haciendo evidente la necesidad de crear y actualizar una norma que especifique, en primer lugar el objeto del lanzamiento y los acuerdos de la comunidad internacional en la correcta utilización del espacio (ONU, 2002, <en línea>). En relación con esto último, las Naciones Unidas acentúan la importancia de la ley espacial y la necesidad de promover su conocimiento en todos los países (MONSERRAT y SANTOS, 2008, <en línea>), puesto que las grandes diferencias en los ámbitos jurídicos, afectan los diferentes regímenes de derecho espacial y aeronáutico; especialmente en relación con la soberanía Estatal y la jurisdicción Nacional. El reto de definir una frontera entre el espacio aéreo y el espacio ultraterrestre compromete un marco jurídico que debe significar que hay un límite en la soberanía nacional, donde comienza el espacio ultraterrestre (HARRIS y HARRIS, 2006, <en línea>). Si bien a ningún Estado se le permite reclamar la soberanía sobre el espacio ultraterrestre o cuerpos celestes, algunos Estados, como por ejemplo Australia, han decretado una legislación que proclama un límite de 100 Kilómetros sobre el nivel del mar, en cambio otros, como por ejemplo Estados Unidos, decían que no era necesario estipular convenios que demarcaran ninguna frontera (MASSON-ZWAAN, 2009, <en línea>). A pesar de que todas las reglas y normas ayudan a la creación de una mayor seguridad y estabilizan, como guía, el comportamiento humano, éstas deben renovarse de acuerdo al ritmo de la evolución en la sociedad. La exploración y explotación del espacio exterior, empezó por la necesidad del hombre de obtener información de los límites de la atmósfera, para uso principalmente científico y militar, y las normas presentadas anteriormente, se enfocaron en establecer acuerdos de paz en la utilización de esta información proveniente del espacio exterior y no dimensionaron todas las aplicaciones que se generarían con base al aprovechamiento de los continuos avances tecnológicos en el sector espacial (JAKHU, 2009, <en línea>). Ahora, con el desarrollo del turismo espacial, se proponen políticas nacionales e internacionales que reestablezcan el derecho espacial, enfocándolo desde una perspectiva multidisciplinaria. Algunos países como los Estados Unidos, Canadá y la India, han elegido modelos de regulación existentes, a fin de iniciar y desarrollar las actividades espaciales de una forma más organizada. En la actualidad, existe una fuerte tendencia a la redacción y aprobación de políticas espaciales nacionales, sin embargo debe tenerse en cuenta que las leyes y políticas espaciales, deben ser únicas, de acuerdo a las políticas, constituciones y tecnologías de cada nación (JAKHU, 2009, <en línea>). Finalmente, aunque en las convenciones internacionales se presenten argumentos como: “hasta ahora se ha realizado la exploración y utilización del espacio sin necesidad de una delimitación espacial”, es importante determinar dónde termina la soberanía nacional y donde comienza el patrimonio de toda la humanidad, resaltando, que el problema de la demarcación sigue siendo un proceso abierto. De los dos tipos de derecho: espacial y aeronáutico, el derecho aéreo es el más antiguo y no contiene una definición fija de la dimensión vertical del espacio aéreo. La controversia es: si el límite se establece ahora, puede ser demasiado alto o demasiado bajo, puesto que todavía no se han desarrollado las tecnologías necesarias para efectuar la correspondiente delimitación y por esto es que no se ha llegado a un consenso por parte de los Estados miembros en la comunidad internacional (HARRIS y HARRIS, 2006, <en línea>). 9.4. CONCLUSIONES. El desarrollo y el impacto del turismo espacial, como actividad ultraterrestre, ha generado interés en diferentes entidades privadas y organizaciones públicas, considerando la posibilidad de impulsar el comercio a través de la creciente industria turística, donde el empleo de la avanzada tecnología, el conocimiento y la experiencia en la exploración del espacio, beneficia en gran medida a los países desarrollados. Además, en el caso particular de la comunidad científica, la posibilidad del rápido crecimiento del turismo lunar, permite adelantar investigaciones, extrayendo de los viajes espaciales, intereses específicos, aprovechando así, el desarrollo de las actividades comerciales en el espacio ultraterrestre. La exploración del espacio exterior, reflejó la necesidad de establecer acuerdos internacionales, para definir un marco jurídico que regulara la utilización y la aplicación de los Estados en el espacio ultraterrestre. La delimitación espacial continúa siendo un asunto de continuo debate en la comunidad internacional, puesto que es de interés de todos los Estados velar por su soberanía y por su jurisdicción nacional. Con el surgimiento del turismo espacial, los Estados se muestran más atentos a la formulación de leyes y políticas actualizadas que mejoren la reglamentación de los derechos espaciales existentes, acordes a las necesidades de cada nación. Debido a esto, importa ahora, fortalecer los avances tecnológicos que permitan establecer una adecuada delimitación entre el espacio aéreo y el espacio exterior. 9.5. RECOMENDACIONES. Se deberían actualizar los acuerdos de la comunidad internacional, relacionados con el derecho espacial, puesto que si bien, han servido para establecer el uso pacífico en la exploración y explotación del espacio, se debe considerar ahora, el crecimiento del sector espacial y prever los futuros cambios y avances tecnológicos en la utilización comercial del espacio ultraterrestre. Para que sea efectivo el crecimiento de la industria de turismo espacial, debería aumentar las inversiones por parte de los organismos públicos y privados que se van a ver beneficiados en la explotación comercial del sector espacial. La promoción y preparación de personal capacitado en los asuntos de derecho espacial, debería aumentar, a través de instituciones u organismos especializados que formen e impulsen la adecuada aplicación en la exploración del espacio. Es decir, así como la Subcomisión de Asuntos Jurídicos de las Naciones Unidas ha destinado un Grupo de Trabajo específico para dar prioridad al tema de la delimitación espacial, deberían seleccionar recurso humano que se encargue de fomentar en los diferentes Estados, las operaciones y tratados concretados en la Asamblea General, en función de la cooperación internacional, contribuyendo a la elaboración y aplicación de políticas y leyes competentes al adecuado uso del espacio exterior. 9.6. BIBLIOGRAFÍA. COLLINS, Patrick. Space tourism: From Earth orbit to the Moon. En: Advances in Space Research. Vol. 37, No. 1 (2006); p. 116-122. Disponible en DOI: 10.1016/j.asr.2005.05.107 CROUCH, Geoffrey; DEVINNEY, Timothy; ISLAM, Towhidul y LOUVIERE, Jordan. Modelling consumer choice behaviour in space tourism. En: Tourism Management. Vol. 30, No. 3 (jun. 2009); p. 441-454. Disponible en DOI: 10.1016/j.tourman.2008.07.003 HARRIS, Alexandra y HARRIS, Ray. The need for air space and outer space demarcation. En: Space Policy. Vol. 22, No. 1 (feb. 2006); p. 3-7. Disponible en DOI: 10.1016/j.spacepol.2005.11.004 JAKHU, Ram. Capacity building in space law and space policy. En: Advances in Space Research. Vol. 44, No. 9 (nov. 2009); p. 1051-1054. Disponible en DOI: 10.1016/j.asr.2009.06.011 LOIZOU, John. Turning space tourism into commercial reality. En: Space Policy. Vol. 22, No. 4 (nov. 2006); p. 289-290. Disponible en DOI: 10.1016/j.spacepol.2006.08.005 MASSON-ZWAAN, Tanja. Space Law and the Satellite Collision of 10 February 2009. En: Space Research Today. Vol. 174 (abr. 2009); p. 4-11. Disponible en DOI: 10.1016/j.srt.2009.03.003 MONSERRAT, José y SANTOS, Álvaro. Need for a National Brazilian Centre of Space Policy and Law Studies. En: Space Policy. Vol. 24, No. 1 (feb. 2008); p. 6-9. Disponible en DOI: 10.1016/j.spacepol.2007.11.003 NACIONES UNIDAS. Tratados y principios de las Naciones Unidas sobre el espacio ultraterrestre. New York: Publicación de las Naciones Unidas, 2002. ISBN 92-1-300193-2. Disponible en World Wide Web: http://www.oosa.unvienna.org/pdf/publications/STSPACE11S.pdf NACIONES UNIDAS ASAMBLEA GENERAL. Comisión sobre la Utilización del Espacio Ultraterrestre con Fines Pacíficos: Resumen cronológico del examen del asunto de la definición y delimitación del espacio ultraterrestre. Viena: Subcomisión de Asuntos Jurídicos, 2002. Disponible en World Wide Web: http://www.oosa.unvienna.org/pdf/reports/ac105/AC105_769S.pdf NACIONES UNIDAS CENTRO DE INFORMACIÓN. Instrumentos internacionales para el uso pacífico del espacio ultraterrestre. 2007. Disponible en World Wide Web: http://www.cinu.org.mx/temas/Derint/espacio.htm SALOMONE, Mónica. Leyes para un territorio intangible. En: Foreign Policy Edición Española. (agosept. 2009). Disponible en World Wide Web: <http://www.fp-es.org/leyes-para-un-territoriointangible> SIMS BAINBRIDGE, William. Motivations for space exploration. En: Futures. Vol. 41, No. 8 (oct. 2009); p. 514-522. Disponible en DOI: 10.1016/j.futures.2009.04.021 SPENNEMANN, Dirk H.R. Extreme cultural tourism from Antarctica to the Moon. En: Annals of Tourism Research. Vol. 34, No. 4 (oct. 2007); p. 898-918. Disponible en DOI: 10.1016/j.annals.2007.04.003