turismo espacial - Orden Jurídico Nacional

Anuncio
9. TURISMO ESPACIAL: INNOVACIÓN COMERCIAL
Melissa Torres García
Estudiante de Ingeniería Administrativa
Universidad Nacional de Colombia
[email protected]
RESUMEN
El objetivo de esta ponencia es dar a conocer la importancia y el impacto del turismo espacial en
los países desarrollados, resaltando la importancia de la ley espacial y la necesidad de promover
los mecanismos, oportunidades y restricciones que se pueden generar con la aplicación de esta.
Para lo anterior, inicialmente se considerarán las perspectivas de crecimiento del turismo espacial
en los países desarrollados, incluyendo el desarrollo del turismo comercial en la superficie lunar;
presentando ideas acerca del aumento del turismo espacial a través de los servicios de la órbita y
lunares, y sus beneficios potencialmente importantes.
Posteriormente, se observará cómo han sido gobernadas la propiedad y la dirección del espacio
según la Organización de las Naciones Unidas, dando a conocer la importancia de la “delimitación
espacial” a través del Tratado del Espacio Exterior, este último es reconocido como uno de los
aportes más significativos e interesantes que se ha concretado en la comunidad internacional.
Así, se concluye que el crecimiento del turismo espacial ocurrirá debido a la demanda y a la oferta,
dando lugar a un modelo de servicio comercial, donde los países desarrollados tienen mayor
ventaja ya que poseen la tecnología y el conocimiento para la exploración y el empleo del espacio
exterior.
Finalmente se recomienda, promover y preparar recursos humanos en la ley espacial para
proporcionar el apoyo conveniente a los proyectos estratégicos de desarrollo y la cooperación
internacional en el área de actividades espaciales.
ABSTRACT
The objetive of this paper is to show the importance and impact of space travel in developed
countries, highlighting the importance of space law and the need to promote mechanisms,
opportunities and constraints that can be generated from its application.
For this purpose, there will be considered the perspective of space travel growth in developed
countries, including the development of commercial tourism on the lunar surface, presenting
ideas about space travel growth through the lunar and orbit services, and its potentially significant
benefits.
Then, there will be observe how the ownership and management of space have been governed
acording to the United Nations, raising awareness of the importance of “space boundary” through
the Outer Space Treaty, this Treaty is recognized as one of the most significant and interesting
contributions that has been specified in the international community.
Therefore, it is concluded that space travel growth will occur due to demand and supply, leading
to a commercial service model, where the developed countries have a bigger advantage as they
have the technology and knowledge to the exploration and use of outer space.
Finally, its recommend to promote and to prepare human resources in the space law to provide
the appropriate support for the strategic development projects and international cooperation in
the field of space activities.
9.1.
INTRODUCCIÓN.
Se conocen diferentes tendencias de turismo, pero sin duda, lo más novedoso ahora es ser turista
espacial, el desarrollo de esta nueva tendencia ha generado gran interés entre los investigadores
académicos, las organizaciones públicas, los gobiernos y las empresas comerciales, todos con el
deseo de explorar y explotar el espacio exterior.
En la presente ponencia, se expone la importancia y el impacto que ha generado el turismo
espacial principalmente, en los países que por su desarrollo tecnológico, conocimiento y
experiencia en la exploración del espacio exterior, han impulsado el avance del sector espacial;
permitiendo el uso comercial de esta nueva industria.
El sector espacial ha crecido tanto en las últimas décadas, que es indispensable una estructura
legal que regule las aplicaciones del espacio exterior, especialmente una delimitación de espacio
que indique el límite atmosférico. Con base a esto, la presentación del Tratado del Espacio
Exterior, pretende mostrar los principios que gobiernan las actividades de los Estados en la
exploración y utilización del espacio.
El alcance de esta ponencia se fundamenta en la investigación que parte desde la revisión de la
literatura existente sobre el tema, hasta la relación y cumplimiento del objetivo planteado.
Por otro lado, la limitación se presentó en la insuficiente información sobre organismos que
regulen y promuevan las políticas y leyes de la actividad espacial.
La metodología utilizada en este documento se basó en una búsqueda exhaustiva en diferentes
bases de datos y fuentes secundarias, que se extendió varias semanas; todo este proceso finaliza
con la elaboración de la temática que se presenta a continuación.
9.2.
DESARROLLO DEL TURISMO ESPACIAL.
Los avances técnicos y tecnológicos han permitido el desarrollo del turismo espacial, que se puede
definir como los viajes a más de 100 kilómetros de altura fuera de los límites de la atmósfera, es
decir, de la frontera espacial. El multimillonario Dennis Tito, fue el primer turista espacial, este
norteamericano viajó a sus 60 años, en la nave de fabricación rusa “Soyuz” en abril de 2001,
después de haber pagado 20 millones de dólares a la Agencia Espacial Federal Rusa por el
entrenamiento, el viaje y la estancia de una semana en la Estación Espacial Internacional (ISS por
sus siglas en inglés) (COLLINS, 2006 <en línea>).
De hecho, el turismo espacial comenzó como una alternativa para mejorar las finanzas de los
programas espaciales. Las fortalezas económicas de las dos principales potencias, Estados Unidos
y, en ese entonces, la Unión Soviética, hoy en día Rusia, no necesitaban ingresos adicionales. Pero
después de la Guerra Fría y con la crisis económica subsiguiente, Rusia decidió aceptar el viaje de
Dennis Tito, como una fuente vital de ingreso y los proyectos fueron desarrollados para ampliarse
en este mercado, aprobando la posibilidad de obtener cuantiosos ingresos de personas dispuestas
a pagar el viaje y la estancia en el espacio exterior; costeando así la totalidad o parte del
lanzamiento (SPENNEMANN, 2007, <en línea>).
Además, el desarrollo de esta nueva tendencia ha generado interés en los organismos públicos y
privados en todo el mundo por la creciente demanda de los viajeros potenciales, permitiendo
identificar en el sector espacial un importante comercio mundial (LOIZOU, 2006, <en línea>). Estas
declaraciones no explican qué usos comerciales o industriales, pero lo que sí está claro es que la
amplia gama de actividades económicas, militares y científicas en la órbita de la tierra provee
grandes oportunidades de negocio (SIMS BAINBRIDGE, 2009, <en línea>).
Sin embargo, este sector estaría más avanzado si el gobierno y las entidades espaciales, hubieran
previsto la demanda que originaría el desarrollo de esta industria. Desde los años 1960 y 1970
comienza el auge de la carrera espacial, y fue hasta finales del siglo XX, que el público en general
ya estaría siendo partícipe de los viajes espaciales (CROUCH y otros, 2009, <en línea>).
Significa entonces, que mediante el uso de las tecnologías desarrolladas desde 1961, los gastos de
viajes espaciales estarían hoy reducidos en gran medida; como consecuencia de esto, actualmente
hacer un viaje espacial es un asunto para personas de mucho dinero, pero con la creciente
demanda de turistas espaciales, se propone una disminución de precios; con la cual una persona
podría hacer un viaje espacial si tiene disponibilidad a pagar tarifas desde 100.000 dólares. Estas
tarifas que se han puesto a los viajes espaciales en calidad de turista, dependen de la altura que
alcance el vuelo, y están clasificadas en cuatro tipos: vuelos de altitud en avión de combate, vuelos
atmosféricos con gravedad cero, vuelos sub-orbitales de corta duración y finalmente vuelos
orbitales de mayor duración, que son los viajes al espacio (CROUCH y otros, 2009, <en línea>).
Según las estimaciones publicadas por la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio
(NASA por sus siglas en inglés), el volumen de negocio de turismo sub-orbital podría crecer entre
$700 millones y $4 mil millones de dólares al año. Estas estimaciones evidencian el interés de las
empresas comerciales, de los investigadores académicos y de los organismos gubernamentales en
el desarrollo de la industria del turismo a través de la explotación espacial (COLLINS, 2006, <en
línea>).
Con referencia a lo anterior, que se presente una demanda creciente en esta industria depende de
las percepciones, actitudes y conductas de elección en los probables clientes potenciales de este
mercado. Estas conductas están modeladas según la recopilación y análisis de estudios realizados
en Japón, Estados Unidos, Canadá, Alemania y Reino Unido, por las diferentes entidades
interesadas en la rentabilidad de este nuevo sector. Esta comparación, permitió concluir que es
muy difícil predecir la demanda de productos y servicios en una nueva industria, ya que no hay
análogos de efectivos existentes que pueden utilizarse para estimar el futuro. Por tanto, se
debería predecir la futura demanda potencial para el turismo espacial como una distribución de
probabilidad que puede ser modelado como una función de muchos factores, entre los cuales, se
deben tener en cuenta: Las características del producto que se ofrece, la falta de información y
experiencia de los posibles consumidores, y los diferentes tipos de alternativas en el mercado que
podrían competir con lo ofertado en el turismo espacial (CROUCH y otros, 2009, <en línea>).
Entre estos nuevos productos y servicios, surge el término de turismo lunar. El éxito del
crecimiento de los servicios de turismo lunar, probablemente dependen de un modelo de servicio
comercial, en donde se vean reflejadas las ventajas económicas, políticas y culturales del
desarrollo de este nuevo sector turístico. En este sentido, cabe aclarar que la comunidad científica,
tiene un interés particular en el desarrollo de estas actividades comerciales, puesto que para ellos
representa un catálogo de prioridades de investigación pensando en un “Plan de Rescate de
Ciencia Lunar” (COLLINS, 2006, <en línea>). Esta iniciativa de la NASA prevé que la luna se
convertirá en una plataforma de observación para los diferentes estudios de interés. Además, la
participación en la exploración lunar establece un sistema de leyes para la regulación de las
actividades lunares, desarrolladas por la comunidad internacional; también permite explorar
nuevos métodos de colaboración entre industrias, gobiernos, y entidades académicas, para
maximizar las ventajas que cada uno puede ofrecer al otro (SIMS BAINBRIDGE, 2009, <en línea>).
Hasta ahora la experiencia de un viaje hasta la Luna, no ha sido realizada por ningún turista
espacial. Este inexplorado sector se basa en la proyección del desarrollo del alojamiento espacial,
ya que la ISS, es un lugar pensado y diseñado para la investigación, mas no para el alojamiento de
los turistas provenientes de los viajes espaciales, dando lugar a los innovadores diseños de los
hoteles espaciales, ofertados por las diferentes agencias de viajes espaciales, entre las cuales
resaltan por sus avanzadas perspectivas, Virgin Galactic y Space Adventures, ambas ubicadas en
Estados Unidos. No obstante, para convertirse en una empresa comercial viable, el turismo
espacial requiere de grandes inversiones que permitan los avances tecnológicos necesarios para
mejorar la seguridad, empezando por basarse en los principios básicos de la aviación. Esto último,
da lugar a diversos interrogantes, como por ejemplo, la delimitación espacial: ¿dónde termina el
régimen de la aviación y comienza el derecho espacial? (LOIZOU, 2006, <en línea>)
9.3.
EXPLORACIÓN Y EXPLOTACIÓN DEL ESPACIO EXTERIOR.
El sector espacial ha crecido tanto en las últimas décadas, que además de los países establecidos
espaciales (Estados Unidos y Rusia), otros como China y Japón han comenzado la exploración del
espacio ultraterrestre. Asimismo, la tecnología espacial se ha vuelto tan indispensable para la vida
cotidiana que resulta necesario una estructura legal que reglamente las actividades espaciales
(SALOMONE, 2009, <en línea>).
En primer lugar, antes de hablar de derecho espacial, hay que entender dónde realmente
comienza el espacio ultraterrestre. Este tema ha sido debatido en las Naciones Unidas durante
varias décadas, pero hasta ahora no se ha llegado a un acuerdo concreto, y con las proyecciones
de crecimiento del turismo espacial, es necesario establecer una frontera que delimite el espacio
aéreo y el espacio ultraterrestre (MASSON-ZWAAN, 2009, <en línea>).
Con los avances logrados en la segunda mitad del Siglo XX por la tecnología espacial desarrollada
por las grandes potencias, se inició una conquista del espacio ultraterrestre, símbolo del poderío
tecnológico de los países más avanzados de ese momento. Por este motivo Naciones Unidas
emprendió, una serie de iniciativas para crear los mecanismos regulatorios que controlaran los
avances y conquistas científicas en materia espacial (CINU, 2002, <en línea>). Esta importante
organización internacional se ha convertido en el centro de coordinación para la colaboración
internacional en el espacio ultraterrestre y para la formulación de las reglas necesarias de derecho
internacional (SALOMONE, 2009, <en línea>).
En 1959, la Asamblea General crea la Comisión sobre la Utilización del Espacio Ultraterrestre con
Fines Pacíficos. Este órgano intergubernamental empezó integrado por 61 Estados Miembros y se
ocupa de coordinar la actividad que desarrolla Naciones Unidas. Para cumplir este objetivo, la
Comisión se apoya en dos Subcomisiones: La Subcomisión de Asuntos Científicos y Técnicos, que
se encarga de toda la parte de investigación astronómica, la exploración planetaria, entre otros y
la Subcomisión de Asuntos Jurídicos, que se ocupa de la delimitación y definición del espacio
ultraterrestre, los medios para garantizar la utilización racional y equitativa de la órbita
geoestacionaria y el seguimiento de la situación actual de los cinco instrumentos jurídicos
internacionales que rigen el espacio ultraterrestre (CINU, 2002, <en línea>).
Hasta ahora se han comenzado a formular las reglas de conducta para facilitar las relaciones
internacionales en el espacio ultraterrestre. En este propósito, el primer paso importante fue la
aprobación por la Asamblea General en 1963 de la Declaración de los principios jurídicos que
deben regir las actividades de los Estados en la exploración y utilización del espacio ultraterrestre.
En relación con este último, en los años siguientes se elaboraron en las Naciones Unidas cinco
tratados generales multilaterales, que son reconocidos como las aportaciones más importantes e
interesantes que han logrado concretarse en la comunidad internacional los cuales incorporan y
desarrollan conceptos contenidos en la Declaración de los principios jurídicos (MASSON-ZWAAN,
2009, <en línea>):
-
-
El Tratado sobre los principios que deben regir las actividades de los Estados en la
exploración y utilización del espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos
celestes.
El Acuerdo sobre el salvamento y la devolución de astronautas y la restitución de
objetos lanzados al espacio ultraterrestre
El Convenio sobre la responsabilidad internacional por daños causados por objetos
espaciales.
El Convenio sobre el registro de objetos lanzados al espacio ultraterrestre.
El Acuerdo que debe regir las actividades de los Estados en la Luna y otros cuerpos
celestes (ONU, 2002, <en línea>).
Se puede decir, que el Tratado de 1967 sobre los principios que deben regir las actividades de los
Estados en la exploración y utilización del espacio ultraterrestre, incluida la Luna y otros cuerpos
celestes, es la base jurídica general para la utilización del espacio ultraterrestre con fines pacíficos,
puesto que ha proporcionado un marco para el desarrollo del derecho espacial. Este Tratado
estipula que “el espacio ultraterrestre es patrimonio de la humanidad, y que por tanto, no puede
ser objeto de apropiación por parte de ninguna nación, sea cual sea su grado de desarrollo
científico o económico, y debe ser accesible a la exploración y uso, con fines pacíficos, por parte de
toda la comunidad internacional” (SPENNEMANN, 2007, <en línea>).
Lo que indica, que el espacio no puede ser propiedad de cualquier institución terrestre ya sea
nacional o privada; con base en esta definición, se tiene el siguiente dilema: Si no hay soberanía de
los Estados en el espacio exterior, ¿cómo se puede legislar? (LOIZOU, 2006, <en línea>).
La Subcomisión de Asuntos Jurídicos, empezó a examinar el asunto de la definición y delimitación
del espacio ultraterrestre, en 1967, en virtud de una propuesta formulada por Francia a la
Asamblea General. Desde entonces, la Subcomisión ha escuchado diversas opiniones al respecto y
ha examinado y analizado numerosas propuestas, sin desprenderse ningún acuerdo sobre las
cuestiones jurídicas relativas a la definición y delimitación del espacio ultraterrestre. Sin embargo,
sí se ha logrado un consenso sobre otros acuerdos, incluyendo, el establecimiento de un Grupo de
Trabajo, encargado de examinar la delimitación espacial como “asunto con carácter prioritario”
(Asamblea General, 2002, <en línea>).
Si bien es cierto que el espacio exterior es de todos los Estados, sin discriminación de ningún tipo,
aquellos que poseen suficientes recursos económicos y humanos, son los primeros en explotar los
recursos y los bienes del “patrimonio común de la humanidad”. Países como Estados Unidos,
Rusia, Japón y China, poseen los conocimientos y tecnologías necesarias para explorar y hacer uso
de las actividades espaciales; por esto, la principal necesidad de los demás Estados, es vigilar las
acciones y las diferentes políticas de estos países desarrollados, de modo que los propios
intereses, presentes y futuros, no se vean comprometidos (JAKHU, 2009, <en línea>).
Aunque actualmente, no hay una clara delimitación del espacio por parte de la comunidad
internacional, según los Tratados, mencionados anteriormente, en lo que concierne a la industria
del turismo espacial, el Artículo VII del Tratado de 1967, dice que el “Estado que registre un
objeto lanzado al espacio ultraterrestre retendrá su jurisdicción y control sobre tal objeto, así
como sobre todo el personal que vaya en él, mientras se encuentre en el espacio ultraterrestre. La
propiedad de los objetos lanzados al espacio ultraterrestre y de sus partes componentes no se
modificará con motivo de su paso por el espacio exterior ni de su regreso a la tierra. Cuando esos
objetos o esas partes componentes sean hallados fuera de los límites del Estado en cuyo registro
figuren, se devolverán a ese Estado, que deberá proporcionar, antes de que se efectúe la
devolución, los datos de identificación que en su caso se soliciten”, es decir, hasta ahora solo
existe un artículo que regula el lanzamiento de objetos al espacio ultraterrestre, haciendo
evidente la necesidad de crear y actualizar una norma que especifique, en primer lugar el objeto
del lanzamiento y los acuerdos de la comunidad internacional en la correcta utilización del espacio
(ONU, 2002, <en línea>).
En relación con esto último, las Naciones Unidas acentúan la importancia de la ley espacial y la
necesidad de promover su conocimiento en todos los países (MONSERRAT y SANTOS, 2008, <en
línea>), puesto que las grandes diferencias en los ámbitos jurídicos, afectan los diferentes
regímenes de derecho espacial y aeronáutico; especialmente en relación con la soberanía Estatal y
la jurisdicción Nacional. El reto de definir una frontera entre el espacio aéreo y el espacio
ultraterrestre compromete un marco jurídico que debe significar que hay un límite en la soberanía
nacional, donde comienza el espacio ultraterrestre (HARRIS y HARRIS, 2006, <en línea>).
Si bien a ningún Estado se le permite reclamar la soberanía sobre el espacio ultraterrestre o
cuerpos celestes, algunos Estados, como por ejemplo Australia, han decretado una legislación que
proclama un límite de 100 Kilómetros sobre el nivel del mar, en cambio otros, como por ejemplo
Estados Unidos, decían que no era necesario estipular convenios que demarcaran ninguna
frontera (MASSON-ZWAAN, 2009, <en línea>).
A pesar de que todas las reglas y normas ayudan a la creación de una mayor seguridad y
estabilizan, como guía, el comportamiento humano, éstas deben renovarse de acuerdo al ritmo de
la evolución en la sociedad. La exploración y explotación del espacio exterior, empezó por la
necesidad del hombre de obtener información de los límites de la atmósfera, para uso
principalmente científico y militar, y las normas presentadas anteriormente, se enfocaron en
establecer acuerdos de paz en la utilización de esta información proveniente del espacio exterior y
no dimensionaron todas las aplicaciones que se generarían con base al aprovechamiento de los
continuos avances tecnológicos en el sector espacial (JAKHU, 2009, <en línea>).
Ahora, con el desarrollo del turismo espacial, se proponen políticas nacionales e internacionales
que reestablezcan el derecho espacial, enfocándolo desde una perspectiva multidisciplinaria.
Algunos países como los Estados Unidos, Canadá y la India, han elegido modelos de regulación
existentes, a fin de iniciar y desarrollar las actividades espaciales de una forma más organizada. En
la actualidad, existe una fuerte tendencia a la redacción y aprobación de políticas espaciales
nacionales, sin embargo debe tenerse en cuenta que las leyes y políticas espaciales, deben ser
únicas, de acuerdo a las políticas, constituciones y tecnologías de cada nación (JAKHU, 2009, <en
línea>).
Finalmente, aunque en las convenciones internacionales se presenten argumentos como: “hasta
ahora se ha realizado la exploración y utilización del espacio sin necesidad de una delimitación
espacial”, es importante determinar dónde termina la soberanía nacional y donde comienza el
patrimonio de toda la humanidad, resaltando, que el problema de la demarcación sigue siendo un
proceso abierto. De los dos tipos de derecho: espacial y aeronáutico, el derecho aéreo es el más
antiguo y no contiene una definición fija de la dimensión vertical del espacio aéreo. La
controversia es: si el límite se establece ahora, puede ser demasiado alto o demasiado bajo,
puesto que todavía no se han desarrollado las tecnologías necesarias para efectuar la
correspondiente delimitación y por esto es que no se ha llegado a un consenso por parte de los
Estados miembros en la comunidad internacional (HARRIS y HARRIS, 2006, <en línea>).
9.4.
CONCLUSIONES.
El desarrollo y el impacto del turismo espacial, como actividad ultraterrestre, ha generado interés
en diferentes entidades privadas y organizaciones públicas, considerando la posibilidad de
impulsar el comercio a través de la creciente industria turística, donde el empleo de la avanzada
tecnología, el conocimiento y la experiencia en la exploración del espacio, beneficia en gran
medida a los países desarrollados.
Además, en el caso particular de la comunidad científica, la posibilidad del rápido crecimiento del
turismo lunar, permite adelantar investigaciones, extrayendo de los viajes espaciales, intereses
específicos, aprovechando así, el desarrollo de las actividades comerciales en el espacio
ultraterrestre.
La exploración del espacio exterior, reflejó la necesidad de establecer acuerdos internacionales,
para definir un marco jurídico que regulara la utilización y la aplicación de los Estados en el espacio
ultraterrestre.
La delimitación espacial continúa siendo un asunto de continuo debate en la comunidad
internacional, puesto que es de interés de todos los Estados velar por su soberanía y por su
jurisdicción nacional.
Con el surgimiento del turismo espacial, los Estados se muestran más atentos a la formulación de
leyes y políticas actualizadas que mejoren la reglamentación de los derechos espaciales existentes,
acordes a las necesidades de cada nación. Debido a esto, importa ahora, fortalecer los avances
tecnológicos que permitan establecer una adecuada delimitación entre el espacio aéreo y el
espacio exterior.
9.5.
RECOMENDACIONES.
Se deberían actualizar los acuerdos de la comunidad internacional, relacionados con el derecho
espacial, puesto que si bien, han servido para establecer el uso pacífico en la exploración y
explotación del espacio, se debe considerar ahora, el crecimiento del sector espacial y prever los
futuros cambios y avances tecnológicos en la utilización comercial del espacio ultraterrestre.
Para que sea efectivo el crecimiento de la industria de turismo espacial, debería aumentar las
inversiones por parte de los organismos públicos y privados que se van a ver beneficiados en la
explotación comercial del sector espacial.
La promoción y preparación de personal capacitado en los asuntos de derecho espacial, debería
aumentar, a través de instituciones u organismos especializados que formen e impulsen la
adecuada aplicación en la exploración del espacio.
Es decir, así como la Subcomisión de Asuntos Jurídicos de las Naciones Unidas ha destinado un
Grupo de Trabajo específico para dar prioridad al tema de la delimitación espacial, deberían
seleccionar recurso humano que se encargue de fomentar en los diferentes Estados, las
operaciones y tratados concretados en la Asamblea General, en función de la cooperación
internacional, contribuyendo a la elaboración y aplicación de políticas y leyes competentes al
adecuado uso del espacio exterior.
9.6.
BIBLIOGRAFÍA.
COLLINS, Patrick. Space tourism: From Earth orbit to the Moon. En: Advances in Space Research.
Vol. 37, No. 1 (2006); p. 116-122. Disponible en DOI: 10.1016/j.asr.2005.05.107
CROUCH, Geoffrey; DEVINNEY, Timothy; ISLAM, Towhidul y LOUVIERE, Jordan. Modelling
consumer choice behaviour in space tourism. En: Tourism Management. Vol. 30, No. 3 (jun. 2009);
p. 441-454. Disponible en DOI: 10.1016/j.tourman.2008.07.003
HARRIS, Alexandra y HARRIS, Ray. The need for air space and outer space demarcation. En: Space
Policy. Vol. 22, No. 1 (feb. 2006); p. 3-7. Disponible en DOI: 10.1016/j.spacepol.2005.11.004
JAKHU, Ram. Capacity building in space law and space policy. En: Advances in Space Research. Vol.
44, No. 9 (nov. 2009); p. 1051-1054. Disponible en DOI: 10.1016/j.asr.2009.06.011
LOIZOU, John. Turning space tourism into commercial reality. En: Space Policy. Vol. 22, No. 4 (nov.
2006); p. 289-290. Disponible en DOI: 10.1016/j.spacepol.2006.08.005
MASSON-ZWAAN, Tanja. Space Law and the Satellite Collision of 10 February 2009. En: Space
Research Today. Vol. 174 (abr. 2009); p. 4-11. Disponible en DOI: 10.1016/j.srt.2009.03.003
MONSERRAT, José y SANTOS, Álvaro. Need for a National Brazilian Centre of Space Policy and Law
Studies. En: Space Policy. Vol. 24, No. 1 (feb. 2008); p. 6-9. Disponible en DOI:
10.1016/j.spacepol.2007.11.003
NACIONES UNIDAS. Tratados y principios de las Naciones Unidas sobre el espacio ultraterrestre.
New York: Publicación de las Naciones Unidas, 2002. ISBN 92-1-300193-2. Disponible en World
Wide Web: http://www.oosa.unvienna.org/pdf/publications/STSPACE11S.pdf
NACIONES UNIDAS ASAMBLEA GENERAL. Comisión sobre la Utilización del Espacio Ultraterrestre
con Fines Pacíficos: Resumen cronológico del examen del asunto de la definición y delimitación del
espacio ultraterrestre. Viena: Subcomisión de Asuntos Jurídicos, 2002. Disponible en World Wide
Web: http://www.oosa.unvienna.org/pdf/reports/ac105/AC105_769S.pdf
NACIONES UNIDAS CENTRO DE INFORMACIÓN. Instrumentos internacionales para el uso pacífico
del
espacio
ultraterrestre.
2007.
Disponible
en
World
Wide
Web:
http://www.cinu.org.mx/temas/Derint/espacio.htm
SALOMONE, Mónica. Leyes para un territorio intangible. En: Foreign Policy Edición Española. (agosept. 2009). Disponible en World Wide Web: <http://www.fp-es.org/leyes-para-un-territoriointangible>
SIMS BAINBRIDGE, William. Motivations for space exploration. En: Futures. Vol. 41, No. 8 (oct.
2009); p. 514-522. Disponible en DOI: 10.1016/j.futures.2009.04.021
SPENNEMANN, Dirk H.R. Extreme cultural tourism from Antarctica to the Moon. En: Annals of
Tourism Research. Vol. 34, No. 4 (oct. 2007); p. 898-918. Disponible en DOI:
10.1016/j.annals.2007.04.003
Descargar