436-2009 Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia: San Salvador, a las nueve horas con trece minutos del día treinta de junio de dos mil diez. Analizada la demanda de amparo firmada por el abogado José Héctor Pérez Pérez, en carácter de apoderado del señor Narciso de Jesús Castillo Sandoval, junto con la documentación relacionada en el folio seis de este expediente, se estima pertinente efectuar las siguientes consideraciones: I. En síntesis, manifiesta el abogado Pérez Pérez que mediante resolución pronunciada el día 24-V-2007 el Tribunal Disciplinario Región Central de la Policía Nacional Civil, con sede en Santa Tecla, destituyó al señor Castillo Sandoval de su cargo de agente policial. Asimismo, agrega que su mandante interpuso recurso de apelación contra esa decisión ante el Tribunal de Apelaciones de la Policía Nacional Civil; sin embargo, este confirmó la destitución por medio de la resolución pronunciada el día 29-XI2007. En ese sentido, demanda a las referidas autoridades por haber vulnerado el derecho a la presunción de inocencia y a la prohibición de doble juzgamiento –non bis in ídem– de su mandante, así como los principios procesales de litispendencia y cosa juzgada. Al respecto, alega que a su representado se le atribuyó el delito de cohecho propio, pero fue sobreseído provisionalmente por el Juez Tercero de Paz de Santa Tecla. Sin embargo, arguye que el Tribunal Disciplinario Región Central de la Policía Nacional Civil, en la audiencia disciplinaria en la que ordenó la referida destitución, decidió “… conocer los mismos hechos que fueron controvertidos en sede judicial, y en base a estos mismos hechos estableció que [su] representado incurrió en faltas disciplinarias graves…”. Por otra parte, argumenta que dicho Tribunal presumió culpable a su mandante del delito que se le imputaba, puesto que, cuando celebró la audiencia disciplinaria en la que resolvió destituirlo, este aun se encontraba siendo sometido al proceso judicial que se tramitaba en su contra y todavía no se había determinado “… su culpabilidad por sentencia definitiva condenatoria o resolución motivada en el respectivo proceso penal, siendo que posteriormente dicho juzgado resolvió motivadamente sobreseerlo definitivamente…”. Finalmente, arguye que el Tribunal de Apelaciones demandado “… en la audiencia entr[ó] a conocer nuevamente los mismos hechos que fueron controvertidos en sede judicial y [en el] Tribunal Disciplinario y en base a estos mismos hechos [decidió] [c]onfirmar la sanción de destitución impuesta…” (subrayado suprimido). II. Delimitados los elementos que constituyen el relato de los hechos planteado por el abogado de la parte actora, conviene ahora exteriorizar brevemente los fundamentos 1 jurídicos en los que se sustentará la presente decisión, específicamente los relativos al agravio de trascendencia constitucional y los efectos que produce su ausencia en el proceso de amparo. En ese sentido, esta Sala ha sostenido en reiteradas oportunidades –verbigracia las resoluciones de fechas 23-VI-2003 y 17-II-2009, pronunciadas en los amparos con números de referencias 281-2003 y 1-2009, respectivamente– que para la procedencia de la pretensión de amparo es necesario que el actor se autoatribuya liminarmente alteraciones difusas o concretas en su esfera jurídica, derivadas de los efectos de la existencia del acto reclamado, cualquiera que fuere su naturaleza, es decir, lo que en términos generales la jurisprudencia constitucional ha denominado de manera concreta “agravio”. Dicho agravio se funda en la concurrencia de dos elementos: el material y el jurídico, entendiéndose por el primero cualquier daño, lesión, afectación o perjuicio definitivo que la persona sufra en forma personal y directa; y por el segundo –el elemento jurídico–, que el daño sea causado o producido en ocasión o mediante la real violación de derechos constitucionales atribuida a alguna autoridad o, inclusive, a un particular. Ahora bien, habrá casos en que la pretensión de la parte actora no incluya los anteriores elementos –entiéndase por falta de agravio–; dicha ausencia, en primer lugar, puede provenir de la inexistencia de un acto u omisión, ya que sólo de modo inverso pueden deducirse efectos concretos que posibiliten la concurrencia de un agravio; y en segundo lugar, puede ocurrir que no obstante la existencia real de una actuación u omisión, por la misma naturaleza de sus efectos, el sujeto activo de la pretensión no sufra perjuicio de trascendencia constitucional, directo ni reflejo, actual ni futuro, como por ejemplo en los casos en que los efectos del acto reclamado no constituyen aspectos propios del marco constitucional. En efecto, para dar trámite a un proceso como el presente, es imprescindible que la omisión o el acto impugnado genere en la esfera jurídica de la parte demandante un agravio o perjuicio definitivo e irreparable de trascendencia constitucional, pues de lo contrario resultaría infructuosa y contraproducente la sustanciación de un proceso cuya pretensión carezca de uno de los elementos esenciales para su adecuada configuración. III. 1. Trasladando las anteriores nociones al caso en estudio, se advierte que el apoderado del demandante manifiesta que interpone el presente proceso de amparo en contra de las siguientes actuaciones: a) la resolución pronunciada el día 24-V-2007, mediante la cual el Tribunal Disciplinario Región Central de la Policía Nacional Civil destituyó al señor Castillo Sandoval del cargo que desempeñaba como agente policial; y b) la resolución emitida por el Tribunal de Apelaciones de la Policía Nacional Civil el día 29XI-2007, por medio de la cual se confirmó la destitución antes referida; con dichos actos estima transgredidos los derechos a la presunción de inocencia y a la prohibición de doble 2 juzgamiento –non bis in ídem– de su mandante, así como los principios procesales de litispendencia y cosa juzgada. Para justificar la supuesta inconstitucionalidad de las referidas actuaciones, el abogado del demandante arguye que tanto el Tribunal Disciplinario Región Central como el Tribunal de Apelaciones, ambos de la Policía Nacional Civil, decidieron “… conocer los mismos hechos que fueron controvertidos en sede judicial, y en base a estos mismos hechos [se] estableció que [su] representado incurrió en faltas disciplinarias graves…”. Asimismo, argumenta que se presumió culpable a su mandante al haberlo destituido, cuando posteriormente fue sobreseído definitivamente en el proceso penal que se instruía en su contra. 2. Con relación a la supuesta vulneración del derecho a la presunción de inocencia del señor Castillo Sandoval, se advierte que los argumentos expresados por el apoderado de este no resultan suficientes para evidenciar sus conceptos de violación. Lo anterior, debido a que la jurisprudencia de esta Sala ha sostenido que, según el contenido de este derecho, toda persona sometida a un proceso o procedimiento debe ser considerada inocente y mantenerse como tal mientras no se determine su culpabilidad por sentencia definitiva condenatoria, todo ello con respeto a los principios constitucionales procesales. De ahí que es posible afirmar que se vulnera la presunción de inocencia cuando las personas son privadas de sus derechos por aplicaciones automáticas y aisladas de presunciones de culpabilidad. En ese sentido se advierte que, contrario a lo afirmado por el apoderado de la parte actora, no es posible evidenciar la transgresión al referido derecho constitucional que se alega conculcado, puesto que, de lo expuesto en la demanda, se colige que para establecer la infracción disciplinaria cometida por el señor Castillo Sandoval y, en consecuencia, para deducir la responsabilidad de índole administrativa en la cual este habría incurrido por su comisión, se atendió al procedimiento establecido en el Reglamento Disciplinario de la Policía Nacional Civil y no se verificó ninguna aplicación automática de presunción de culpabilidad al peticionario. 3. Por otra parte, con relación a la prohibición de doble juzgamiento –non bis in ídem–, es preciso señalar que la jurisprudencia de esta Sala ha sostenido que esta se refiere al derecho que tiene toda persona a no ser objeto de dos decisiones que afecten de modo definitivo su esfera jurídica por una “misma causa”, entendiendo por esta la identidad de pretensiones: iguales elementos subjetivo, objetivo y causal –sustrato fáctico y fundamento jurídico–, es decir, está encaminado a proteger que una pretensión no sea objeto de doble decisión definitiva. Ahora bien, al analizar el caso objeto de estudio, se advierte que si bien la pretensión penal y el procedimiento administrativo aluden al mismo acontecimiento y, 3 además, ambas fueron incoadas contra el señor Narciso de Jesús Castillo Sandoval, el objeto de dichas pretensiones es diferente. Así, mediante el proceso penal se perseguía la condena del señor Castillo Sandoval por la probable comisión de un hecho punible; en cambio, por medio de la sustanciación del referido procedimiento administrativo sancionador se pretendía dilucidar si existían responsabilidades disciplinarias en el ejercicio de las funciones policiales del peticionario. Así las cosas, puede advertirse que las actuaciones impugnadas no han ocasionado una afectación a la garantía derivada de la prohibición de doble juzgamiento del peticionario, sino que, más bien, ponen de manifiesto el hecho de que en el citado proceso penal se dictaminaría sobre la responsabilidad de tipo penal respecto del hecho atribuido al demandante y, por el contrario, en el aludido procedimiento administrativo únicamente sobre la infracción de tipo disciplinaria en la que aquel habría incurrido, con lo cual –se aclara– el objeto de ambas pretensiones es distinto. 4. Finalmente, como consecuencia de lo anterior, es preciso señalar que tampoco es posible advertir transgresión alguna a los principios de litispendencia y cosa juzgada que se alegan conculcados, puesto que conforme a la jurisprudencia establecida por este Tribunal –verbigracia las resoluciones del 3-XI-2005 y del 20-II-2003, pronunciadas en los procesos de amparo y hábeas corpus clasificados bajo las referencias números 785-2003 y 2192002, respectivamente– el derecho a la prohibición de doble juzgamiento, al cual se hizo alusión previamente, guarda armonía con la figura de la cosa juzgada y la litispendencia, pues aquella está encaminada a proteger que una pretensión no sea objeto de doble juzgamiento, sea en forma sucesiva –como ocurre con la cosa juzgada– o simultánea – como en el caso de la litispendencia–. Desde esa perspectiva, es posible afirmar que las pretensiones incoadas en ambos procedimientos –penal y administrativo– tampoco revelan una posible transgresión de los principios de litispendencia y cosa juzgada, puesto que, como se manifestó anteriormente, no es posible advertir afectación del derecho a la prohibición de doble juzgamiento del señor Castillo Sandoval, ya que el objeto de dichas pretensiones es diferente. 5. En consecuencia, de lo anteriormente señalado, no se observa que en el presente proceso concurra la existencia de un perjuicio de trascendencia constitucional, puesto que, de los argumentos expuestos por el apoderado del actor en su demanda, no se deriva la concurrencia del elemento jurídico del agravio, el cual exige que el daño sea causado o producido mediante una real violación de derechos constitucionales atribuida a alguna autoridad o, inclusive, a un particular. En ese orden de ideas, no es posible apreciar que la destitución del señor Castillo Sandoval haya sido realizada mediante la vulneración de los derechos y principios que se alegan conculcados, por lo que, debido a la ausencia de agravio constitucional, la 4 pretensión debe ser rechazada mediante la figura de la improcedencia por existir imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde este ámbito. Por tanto, con base en los razonamientos expuestos, esta Sala RESUELVE: 1. Tiénese al abogado José Héctor Pérez Pérez como apoderado del señor Narciso de Jesús Castillo Sandoval, por haber acreditado debidamente la personería con la que actúa en este proceso. 2. Declárese improcedente la demanda de amparo firmada por el abogado José Héctor Pérez Pérez, en el carácter antes indicado, por la presumible violación de los derechos a la presunción de inocencia y a la prohibición de doble juzgamiento –non bis in ídem– del señor Narciso de Jesús Castillo Sandoval, así como los principios procesales de litispendencia y cosa juzgada, consagrados en los artículos 11 y 12 de la Constitución, en virtud de los razonamientos efectuados en los considerandos II y III de este proveído. 3. Tome nota la Secretaría de esta Sala del lugar señalado por el abogado José Héctor Pérez Pérez, en el carácter antes indicado, para recibir los actos procesales de comunicación. 4. Notifíquese. ---J. B. JAIME---F. MELÉNDEZ--- G.A. ALVAREZ ---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZÁLEZ B.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.---RUBRICADAS. 5