La Casona UNMSM - Agencia Española de Cooperación

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Reinhard Augustin Burneo
Orígenes y Evolución del Conjunto
Arquitectónico de la Casona de San Marcos
Programa de Patrimonio Cultural de la Cooperación Española en Perú
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Agencia Española de Cooperación Internacional
Instituto Nacional de Cultura
3
© Reinhard Augustin Burneo
Programa de Patrimonio Cultural de
la Cooperación Española en Perú.
[email protected]
UNMSM-INC-AECI.
Lima 2005.
Responsable de edición:
Juan de la Serna Torroba.
Concepto y Diseño gráfico: Reinhard
Augustin, Juan de la Serna y Tarea Asociación Gráfica Educativa
Fotografía: Reinhard Augustin, Gemma Ballesteros, Ana Elisa Berenguel, Juan de la
Serna, Ernesto Carmen y Archivo proyecto
UNMSM-INC-AECI
ISBN:
Depósito Legal:
Impreso por:
Tarea Asociación Gráfica Educativa
Psje. María Auxiliadora 156. Breña, Lima-Perú
4
Contenido
Créditos
4
Introducción
7
La Universidad de San Marcos
– Fundación
– Sedes de la Universidad
11
13
Orígenes e historia del conjunto arquitectónico de
la Casona de San Marcos
– El Noviciado de San Antonio Abad
– El Real Convictorio de San Carlos
– El Colegio de San Carlos
– La Universidad Mayor de San Marcos
17
23
25
27
Evolución espacial del conjunto arquitectónico de
la Casona de San Marcos
37
Reseña de los principales ambientes del Conjunto Arquitectónico
de la Casona de San Marcos
– Salón General
– Patio de los Jazmines
– Patio de Chicos
– Salón de Grados
– Antigua Huerta
– Patio de Letras
– Patio de Ciencias
– Patio Principal
– Patio de los Capistas
56
60
64
68
74
78
84
88
94
Bibliografía
101
5
6
Introducción
L
a Casona de San Marcos constituye uno de los más
importantes conjuntos monumentales de Lima, tanto desde
el punto de vista histórico como arquitectónico. Su historia
está ligada al proceso de adaptación y evolución de su arquitectura
en función a los cambios de uso impuestos al monumento.
A lo largo de cuatro siglos fue consecutivamente noviciado jesuita,
colegio real, convictorio, cuartel, universidad y actualmente
centro cultural. En cada una de estas etapas, la arquitectura del
conjunto fue evolucionando e incorporando las nuevas técnicas
y estilos arquitectónicos, constructivos y decorativos que se
desarrollaron en la ciudad, condicionados en muchos casos por
la huella profunda de los terremotos que afectaron en mayor o
menor grado sus estructuras y que obligaron en más de una
ocasión a reconstruir o restaurar sus claustros.
El conjunto de la Casona es una magnífica síntesis de la historia
de la arquitectura de Lima, desde el estilo barroco y rococó, en
la antigua Capilla de la Virgen de Loreto, hasta la influencia
republicana en las intervenciones realizadas a finales del siglo
XIX en los patios de Letras y de Derecho.
En el marco del proyecto integral para la restauración y
adecuación del conjunto como Centro Cultural de la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos que ejecutan de forma conjunta
la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), el
Instituto Nacional de Cultura (INC) y la Agencia Española de
Cooperación Internacional (AECI), un capítulo fundamental
ha sido el dedicado a la investigación y estudio de la historia del
monumento, que ha permitido conocer aspectos inéditos sobre
la evolución histórica del edificio y su papel dentro de la historia
social, cultural, política y económica de la ciudad.
7
En septiembre de 2002, gracias al interés y apoyo de la UNMSM
y de la AECI, fue publicado el libro «Orígenes y Evolución del
Conjunto Arquitectónico de la Casona de San Marcos», con el
objetivo de rescatar la memoria histórica de este monumento y
difundir la importancia de su conservación.
Esta reedición amplía, revisa y actualiza el texto anterior con los
últimos resultados y aportes en la investigación y restauración
del monumento.
Lima, septiembre de 2005
8
«El Viejo San Carlos» Acuarela de Teófilo Castillo, 1912.
9
10
La Universidad de San Marcos
Fundación.Lima, la Ciudad de los Reyes, fue
fundada como capital de los nuevos
territorios de la Corona Española en
el Perú, el 18 de enero de 1535, y se
constituyó de inmediato en el punto
fundamental desde donde partieron
las más importantes misiones de
exploración, evangelización y
conquista de territorios en el nuevo
continente. Esta empresa requería de
teólogos, canónigos, y hombres de
leyes, lo cual planteó la necesidad de
crear un Estudio Mayor o
Universidad que formara a estos
profesionales dentro del propio
Virreinato del Perú.
Sin embargo, la inestabilidad política
durante los primeros años del
Virreinato, resultado de las disputas
territoriales entre Francisco Pizarro y
Diego de Almagro, postergó la
implementación de algunas
instituciones básicas y necesarias para
la ciudad, entre ellas la universidad.
Fue en 1549, cuando el Cabildo de
Lima nombró procuradores de la
ciudad ante la Corona al dominico
Fray Tomás de San Martín y al
capitán don Jerónimo de Aliaga.
Ellos fueron los encargados de
trasladar al rey Carlos V una serie de
peticiones y demandas, entre las que
Plano original de la Ciudad de los Reyes o
Lima (1535), según una reconstrucción
publicada en 1984 en Lima de Antaño.
se encontraba la creación de la
Universidad:
«(...) yten que por que en estas
partes están tan Remotas despaña
y los hijos de los vezinos y
naturales embiandolos á los
estudios despaña seria hacer
grandes gastos y por falta de
posibilidad algunos se quedaran
ynorantes, pedir y suplicar á su
majestad tenga por bien é haga
merced que el monasterio de los
domynicos desta ciudad aya
estudio general con los privilegios
y esenciones y capitulaciones que
tiene el estudio general de
salamanca (...)» (1)
11
Los procuradores partieron del
puerto del Callao a fines de enero
de 1550. Ese mismo año pudieron
entrevistarse con Carlos V en dos
ocasiones, en Flandes e Innsbruck,
y lograron el beneplácito para la
fundación de una universidad en la
capital del Virreinato del Perú. El
doce de mayo de 1551, en
Valladolid, con la firma de la Real
Provisión, refrendada por la madre del
rey, Doña Juana, se creó el Estudio
General o Real Universidad de la
Ciudad de los Reyes.
Retrato de Fray Tomas de San Martín,
colección del Museo de Arte de la UNMSM.
Documento original del Acta de fundación del Estudio General o Real Universidad de la
Ciudad de los Reyes. Archivo General de Indias – Sevilla, 1551.
1
12
Libros del Cabildo de Lima. Tomo III pp. 244 Y ss.
Sedes de la Universidad.La inauguración de la nueva
Universidad se realizó el 2 de enero
de 1553 en la Sala Capitular del
Convento de Santo Domingo,
también conocido como Convento
Grande del Rosario, donde
desarrollaría sus actividades durante
los primeros años.
La importancia y prestigio de la
universidad creció de forma paralela
al número de alumnos, por lo que en
1574 se decidió su traslado a un local
más idóneo: el primitivo convento de
la Orden de San Agustín. Ello
permitió mejorar su funcionamiento
y dar a la casa de estudios mayor
Iglesia de San Marcelo, antiguo convento
de los agustinos.
independencia de la Orden
dominica, cuya doctrina había
ejercido una fuerte influencia durante
los primeros años. Este edificio,
levantado por los agustinos en 1552,
en la parte occidental de la ciudad,
cerca del denominado camino de la
mar, fue cedido a la universidad tras
su mudanza al nuevo convento en
el centro de la ciudad. Solo durante
dos años permaneció la universidad
en este local, y fue durante este
período cuando adoptó el nombre de
San Marcos, por sorteo entre los
nombres de los cuatro evangelistas.
Esta sede resultó también inadecuada
e insuficiente para su funcionamiento,
por lo que se planteó un nuevo
traslado en 1576, esta vez al antiguo
Hospicio de San Juan de la Penitencia,
en la primitiva plaza del Estanque
(llamada después de la Inquisición, y
hoy plaza Bolívar).
Convento de Santo Domingo.
En el local del antiguo Convento de
la Orden de San Agustín se levantó,
13
pocos años después del traslado de la
universidad, la Iglesia de San
Marcelo.
En sus inicios, el local del antiguo
Hospicio de San Juan de la Penitencia
sirvió «para dar asilo a las
muchachas mestizas «cuya
honestidad peligraba» y que luego se
transformó en deposito donde se
recibían a las Mujeres casadas,
alejadas de sus Maridos por disgustos
domésticos.» (2)
Ello marcó el inicio de una nueva
etapa en la que la universidad alcanzó
su máximo esplendor y desarrollo.
Este edificio, gracias a sus magníficas
condiciones, constituyó la sede
definitiva de la universidad durante
el periodo del
Virreinato,
permaneciendo en él por más de tres
siglos.
Fachada del antiguo local de
San Juan de la Penitencia.
Congreso Nacional.
Poco más de un año después de
declarada la independencia del Perú,
el 20 de septiembre de 1822, se
instaló el primer Congreso
Constituyente del Perú en la capilla
de la Universidad de San Marcos,
donde siguió celebrando sus sesiones.
De esta forma la Universidad
compartió su local con el Congreso
de la República. Esta difícil
convivencia institucional con los
años se fue haciendo insostenible,
hasta que en 1867 el Poder
Legislativo ordenó el traslado de la
Universidad al Convictorio de San
Carlos. El Congreso hizo suyo el local
de la Universidad, que poco tiempo
después sería demolido para construir
en su lugar la nueva sede del
Congreso de la República, que
funcionaba precariamente en el local
del senado, en el antiguo edificio del
Tribunal del Santo Oficio, en la
misma Plaza de la Inquisición.
2
Valcárcel, Daniel: «El Actual Edificio de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos»; Noticia
histórica del actual edificio de la Universidad de San Marcos, pp. 6 Lima, 1951.
14
Antigua plazuela e iglesia de San Carlos.
La Universidad trasladó todas sus
actividades al local del Convictorio de
San Carlos. Este edificio, conocido desde
entonces como la Casona de San
Marcos, albergó a la Universidad hasta
1966, cuando se produjo el traslado a su
actual sede de la Ciudad Universitaria.
La construcción de la nueva Ciudad
Universitaria se inició en 1951, en
un amplio terreno situado entre las
avenidas Colonial y República de
Venezuela, que había formado parte
de la antigua hacienda Aramburú.
Este terreno, a mitad de camino entre
Lima y el Callao, incluía dentro de
sus límites varias huacas, testimonio
de la cultura Maranga.
Como consecuencia de los graves
daños ocasionados en la Casona de
San Marcos por el fuerte sismo que
remeció Lima en 1966, la Universidad
decidió su traslado definitivo a la
Ciudad Universitaria, cuya ocupación
había empezado a principio de los años
sesenta. Esta constituye hoy la sede
principal de la Universidad, que
además cuenta con otros locales como
la Escuela de Medicina de San
Fernando, la Escuela de Teatro, el
Colegio Real, etc.
Ciudad Universitaria de San Marcos.
15
16
Orígenes e Historia del Conjunto
Arquitectónico de la Casona de San Marcos
El Noviciado Jesuita de San Antonio Abad.Tras la fundación de Lima como
capital del Virreinato del Perú, se
efectuó el reparto de chacras y solares
entre conquistadores, primeros
vecinos e instituciones de la ciudad.
Una de estas chacras, ubicada al suroeste de la ciudad, fue adquirida hacia
finales del siglo XVI por la Orden
jesuita, para levantar su Casa de
Probación y Noviciado.
El primer Noviciado jesuita funcionó
de 1592 hasta 1593 en el Colegio
Máximo de San Pablo, actual
conjunto de San Pedro. En ese año
se trasladó a la Casa de Santiago del
Cercado, dentro del cercado de indios.
Las reducidas dimensiones del local
obligaron en 1599 al traslado del
Noviciado a la huerta de San José,
en las proximidades del río Rímac. La
Plano de Lima en 1613, reconstrucción de Juan Bromley. (1943) 1. Colegio Máximo de San Pablo
2. Convento de Santo Domingo 3. Universidad 4. Chacarilla de San Bernardo y Noviciado
Jesuita de San Antonio Abad 5. Casa de Santiago del Cercado. 6. San Marcelo.
17
extrema humedad y la insalubridad
de la zona hicieron mella en la salud
de los internos, por lo que a los pocos
años, los jesuitas decidieron construir
la sede definitiva de su noviciado en
la chacra o huerta de la Compañía
conocida popularmente como la
Chacarilla de San Bernardo. En tanto
se procedía a la construcción del
nuevo edificio, los jesuitas regresaron
provisionalmente a su antigua casa
del Cercado.
El 5 de noviembre de 1605, el
receptor general del Santo Oficio, D.
Antonio Correa Ureña, mediante
escritura pública celebrada en Lima,
se comprometió ante el provincial de
los jesuitas, Padre Esteban Páez, a
donar un total de cuarenta y dos mil
ducados de Castilla, para la fábrica y
fundación de la Casa de Probación y
Noviciado de San Antonio Abad.
Los jesuitas recibirían esta donación
Antigua Plaza e Iglesia del Cercado.
en tres partes, la última de las cuales,
conforme a lo establecido, se haría
efectiva tras la muerte de Correa. Sin
embargo, el benefactor de la Orden
honró la totalidad de su compromiso
en vida, según declaró Pedro de
Oñate, rector del Noviciado, el 31
de diciembre de 1608:
«(...) que recibió realmente y con
efecto de Antonio Correa,
fundador de dicho Noviciado,
catorce mil ducados de Castilla en
reales de trescientos y setenta y
cinco maravedis cada uno, que son
el tercio ultimo cuya paga había
reservado para después de sus días,
de los cuarenta y dos mil ducados
que se obligó a dar para la dicha
fundación, los cuales le ha dado y
pagado(...)» (2)
Iglesia de San Pedro, antiguo local
del Colegio Máximo de San Pablo.
18
La nueva Casa de Probación y
Noviciado de San Antonio Abad
funcionó provisionalmente en este local
desde 1605, hasta que fueron concluidos
los primeros trabajos en 1608.
«Fue al alborear el siglo XVII
cuando los Jesuitas trasladaron su
Casa de Novicios del Cercado a
estos sitios (…) Formaba parte la
gran huerta de la Chacarilla de
San Bernardo de la Casa de
Probanza o Noviciado de los
Padres Jesuitas, porque era lugar
de recreo de sus maestros y
estudiantes y, a la vez, de refugio
para quienes ansiaban horas de
retiro y meditación.» (3)
La arquitectura del edificio, su
organización interna y el propio
funcionamiento del Noviciado
fueron fiel reflejo de la vanguardia
intelectual y poder económico que
alcanzó la Orden jesuita durante los
dos primeros tercios del Virreinato
Las referencias documentales mas
tempranas sobre el primitivo
conjunto corresponden a la segunda
década del siglo XVII. En ellas se
señala que el Noviciado estaba
compuesto por la Capilla de San
Antonio Abad y dos patios: uno,
colindante con la iglesia, donde se
encuentra hoy el Patio Principal o de
Maestros, y el otro, ya desaparecido
y ubicado en un sector del actual
Parque Universitario; además de siete
pequeñas capillas o ermitas,
distribuidas dentro de la amplia
huerta y chacarilla.
El Noviciado Jesuita de San Antonio Abad, fragmento del plano perspectivado dibujado por el
Padre Mercedario Nolasco Mere en 1685.
19
En 1613 el Noviciado jesuita aumentó
considerablemente el área de su
propiedad, mediante la adquisición de
la casa y huerta de Alonso Ramos de
Cervantes, colindantes con el
cementerio de la Iglesia de Guadalupe
y con la Chacarilla de la Compañía,
en las inmediaciones del actual
Palacio de Justicia. Ese mismo año,
mediante un juicio de propiedad, la
Orden jesuita se adjudicó una casa
inmediata a la inconclusa Capilla de
San Antonio Abad, propiedad hasta
entonces de Diego Castrillejo,
consignado como «menor» en el
documento de adjudicación. Sobre
este sector se construyó la antigua
portería del noviciado, dentro del área
que hoy ocupa el Patio de Letras.
La primitiva capilla del Noviciado,
construida a semejanza de la iglesia
que mandó levantar el mismo
Antonio Correa en su ciudad natal
de Valdemoro (España), quedó
terminada hacia 1614. Las primeras
modificaciones importantes del
conjunto fueron consecuencia de los
daños causados por el terremoto de
1687, en los años siguientes al sismo
se realizaron arreglos en la capilla y
la reconstrucción de algunos otros
sectores afectados.
La Iglesia de San Antonio Abad
tenía, conforme a las descripciones
del siglo XVII, una singular
volumetría con formas orgánicas, una
bella portada-retablo y una bóveda
muy elevada sobre el crucero,
coronada por una linterna labrada.
Esta capilla fue considerada una de
las más bellas de Lima hasta su
destrucción, a consecuencia del gran
terremoto de 1746.
«(…) cuya Capilla mayor esta
cubierta de una media naranja
labrada de artesones de cedro, con
tan gran primor y hermosura que no
Iglesia de San Carlos, vista desde la calle del Noviciado (Jr. Azángaro)
Dibujo de Léonce Angrand, 1838
20
hay en todo el Reino de este genero
otra que se le iguale (…)» (4)
La Chacarilla de San Bernardo era
parte fundamental del Noviciado, ya
que además de proveer de alimentos
y servir como lugar de esparcimiento
de religiosos y novicios, era, por su
tranquilidad, el espacio principal
utilizado para el retiro y meditación.
Con tal fin se levantaron en el
extremo sur de la huerta las casas de
retiro o de «ejercicios espirituales»,
que eran utilizadas también durante
las celebraciones religiosas.
«(…) Suardo y Mugaburu, tan
registradores, día a día muchas
veces, de los sucesos de Lima en el
siglo XVII, con frecuencia relatan
lo hecho por los Virreyes en las
Carnestolendas. Iban ya a la
Chacarilla de San Bernardo; ya a
la Casa del Noviciado, ya a
cualesquiera ceremonias o festejos
religiosos (...)» (5)
Fragmento de pintura mural correspondiente
a la época jesuita en el Patio de los Jazmines
de la Casona de San Marcos.
Abad y la mayoría de claustros,
salones, bibliotecas, capillas y aulas
se vinieron abajo.
A comienzos del siglo XVIII, la planta
del edificio fue ampliada con la
construcción de nuevos ambientes
destinados a atender las crecientes
necesidades de dormitorios, talleres,
cocinas y establos del Noviciado.
El proceso de reconstrucción de la
ciudad se inició casi de inmediato con
gran ímpetu. Se levantaron
edificaciones con mayor orden y
prudencia, conforme las nuevas
ordenanzas municipales que prohibían
alturas de más de dos plantas e
imponían para la segunda el uso de la
quincha.
El gran terremoto de 1746, que
destruyó completamente el Callao y
casi la totalidad de las edificaciones
de la capital del virreinato, cambió
para siempre la fisonomía del
Noviciado: la Capilla de San Antonio
Las facilidades de este sistema
constructivo para moldear y recrear
elementos decorativos en paramentos
y fachadas, contribuyó al desarrollo
de un nuevo concepto de
arquitectura que enraizó fuertemente
21
en la ciudad de Lima, una de cuyas
principales características fue su
carácter escenográfico.
Las tareas de reconstrucción del
Noviciado de San Antonio Abad se
prolongaron por varios años. La
planta del nuevo edificio siguió, en
líneas generales, el mismo trazado del
anterior conjunto, tanto en la
ubicación de patios como en la
disposición de sus ambientes. Como
resultado de este proceso se
incorporaron nuevos patios y salones,
como el patio de Júniores o de
Chicos, el patio de Machos y el Salón
General. En 1766 fue inaugurada la
nueva Iglesia del Noviciado, que
reemplazó a la Iglesia de San
Antonio Abad, destruida por un
sismo dos décadas antes.
Muchas de las construcciones que
ocupaban los terrenos del actual
Parque Universitario no pudieron ser
reparadas tras el terremoto de 1746,
por lo que parte de estas fueron
utilizadas como depósitos, establos o
terminaron clausuradas. Se abrió, sin
embargo, un estrecho callejón
perpendicular a la calle del Noviciado,
desde el atrio de la reconstruida Iglesia
hasta la huerta, que fue utilizado como
tránsito de servicio.
Lima en 1752. Plano del geógrafo francés Jacobo Nicolás Bellín. 1.Noviciado Jesuita de San
Antonio Abad 2.Universidad Mayor de San Marcos 3.Colegio Real de San Martín
4.Colegio Real de San Felipe y San Marcos.
Pedro de Oñate, Rector del Noviciado (declaración ante el escribano Cristóbal de Vargas). Lima, 31de
diciembre de 1608.
4
Gálvez, J.: Calles de Lima y Meses del Año; La Chacarilla, p20. International Petroleum Company.
Imprenta Sanmartí. Lima, 1943.
5
Várgas Ugarte, R.: Los Jesuitas del Perú, S.J. pp. 181-82.
6
Gálvez, José.: Calles de Lima y Meses del Año; El Mascarón, p 30. International Petroleum Company.
Imprenta Sanmartí, Lima 1943.
3
22
El Real Convictorio Carolino.En 1767, el virrey Amat, en virtud
de la orden promulgada por Carlos
III, dispuso la expulsión de los jesuitas
del Virreinato del Perú. Este hecho
fue trascendental para el futuro uso
del hasta entonces Noviciado jesuita.
La Junta de Temporalidades
nombrada tras la expulsión de los
jesuitas con el fin de realizar el
inventario y reconocimiento del
conjunto de sus bienes y propiedades,
realizó con este objetivo varias visitas
al Noviciado a lo largo del mes de
septiembre del año 1767. La
documentación efectuada describe
con gran detalle el edificio en su
conjunto, sus patios y ambientes,
permitiendo comprobar que la
planta del edificio era muy semejante
a la actual.
El 9 de julio de 1769, mediante Real
Cédula, se determinó el nuevo uso del
antiguo Noviciado como sede del Real
Convictorio de San Carlos, donde
quedaron unificados los Colegios Reales
de San Martín, perteneciente también
a la Orden jesuita, y el de San Felipe y
San Marcos.
Por esta época, los Colegios Reales y
la Universidad atravesaban una
difícil etapa de reformas en sus
estudios, con el fin de adecuarse a las
nuevas demandas sociales. En el caso
del Real Convictorio de San Carlos
esta reforma fue resuelta por Toribio
Sala General, construida durante los primeros años del Convictorio Carolino.
23
Rodríguez de Mendoza con su «Plan
de Estudios» , tomado posteriormente
como modelo por otras instituciones.
A fines del siglo XVIII el virrey Gil
de Taboada y Lemus expropió al
Convictorio la mayor parte de su
antigua chacarilla, reduciendo
considerablemente la extensión del
conjunto. Esta pérdida se sumó a las
constantes dificultades económicas,
por lo que en 1815 Rodríguez de
Mendoza estuvo a punto de
presentar su renuncia al virrey
Abascal, en protesta por la
disminución de las rentas asignadas
al Convictorio. A raíz de esto,
durante el mismo año, se produjo la
visita de reconocimiento del Oidor
D. Manuel Pardo Rivadeneyra, cuya
finalidad era determinar la verdadera
situación económica del colegio, y sus
Patio Principal, transformado a su apariencia
actual por el Convictorio Carolino.
necesidades. Ello sirvió también para
informar acerca de focos rebeldes o
independentistas al interior del
Convictorio, motivo de gran
preocupación para el virrey. El acta
levantada a raíz de aquella visita
revela que la arquitectura del
conjunto conservaba prácticamente
la misma disposición que cuatro
décadas antes. En 1817 se decretó el
receso del Convictorio.
Iglesia de San Carlos, actual Panteón de los Proceres, 1927.
24
El Colegio de San Carlos.En 1821, una vez proclamada la
Independencia del Perú, los colegios
reales fueron sustituidos por colegios
de educación superior, y el antiguo
Convicto Carolino reabrió sus puertas
como Colegio Superior de San Carlos.
Durante sus primeros años de
funcionamiento el Colegio de San
Carlos, a pesar de serios problemas
económicos, hizo un importante
esfuerzo para el acondicionamiento
del edificio. Sin embargo, el sector de
la huerta no fue incorporado
plenamente al área de sus actividades
y permaneció sin uso. Hacia
mediados del siglo XIX, las huertas
aledañas al Colegio de San Carlos
eran las últimas a «intramuros» de la
ciudad. En la medida que se dejaron
de cultivar estos terrenos, muchos de
sus arrabales, callejones y escondrijos
fueron ocupados por familias sin
capacidad económica para hacerse
con una vivienda dentro de la
ciudad. Estos lugares fueron el
escenario predilecto de las antiguas
«vacas», o escapadas furtivas de los
colegiales durante clases.
«La Chacarilla fue para mi una
gran maestra de vida verdadera. En
ella tuve los primeros contactos
tremendos de la existencia.
Dulzura, tristeza, ensueño, como
en una romántica sonatina. Allí
sentí pasar a la Muerte y vi la gris
y deprimida figura de la Miseria,
pero aprendí a soñar, a sufrir, a
perdonar, y a estar cerca del cielo
y del pueblo (…)» (7)
Plano del Colegio de San Carlos, levantado en 1858 por Felipe Paz-Soldán.
25
En 1858, Pedro Sayán, Mario Felipe
Paz-Soldán y Mariano Álvarez se
asociaron para urbanizar lo que
consideraron como los «terrenos
baldíos» de las huertas del Colegio de
San Carlos. Planificaron la apertura
de nuevas calles interiores y la
urbanización de los terrenos, que
según el proyecto, beneficiaría al
Colegio de San Carlos, al vecino
Colegio de Guadalupe y además, al
propio Mariano Álvarez, propietario
de los terrenos colindantes.
En 1859 el proyecto fue declarado de
utilidad pública y se abrieron las
nuevas calles dentro de los terrenos
del Colegio de San Carlos. El antiguo
callejón de servicio del Colegio sirvió
como traza inicial para la calle
Inambári, lo que obligó a crear la
fachada principal del actual edificio.
El límite sur del conjunto quedó
delimitado por la nueva calle de
Bambas, perpendicular a la calle del
Noviciado, que seccionó la huerta del
Convictorio y confinó al edificio
dentro de la manzana que
actualmente ocupa.
En 1861, los catedráticos del
Colegio de San Carlos fueron
incorporados a la Universidad
Mayor de San Marcos, que de esta
forma pasó a ser oficialmente parte
de la Universidad.
Plano del proyecto urbanizador de Mariano Alvarez, 1860.
Gálvez, J.: Calles de Lima y Meses del Año; La Chacarilla, p 27. International Petroleum Company.
Imprenta Sanmartí. Lima, 1943.
7
26
La Casona de San Marcos.En 1867, el Congreso de la República
tomó para su uso exclusivo el local
de San Marcos, el cual compartía
con la Universidad desde los días de
la Independencia. Se decidió
entonces trasladar la casa de estudios
al local del Colegio de San Carlos,
que desde entonces pasó a
denominarse Casona de San Marcos.
Cuando la Universidad terminaba de
instalarse en su nueva sede, se inició
la guerra con Chile. El Ejército
peruano designó en 1880 la Casona
de la Universidad para el
acuartelamiento de sus batallones de
reserva en Lima. Posteriormente,
durante la invasión de Lima por las
tropas chilenas entre los años 1881 y
1883, la Casona fue tomada por los
sureños para el acantonamiento de
sus tropas de caballería.
Al acabar la guerra, el edificio había
quedado prácticamente en ruinas.
Todos sus ambientes sufrieron un
duro maltrato. Así, por ejemplo, el
Salón General fue empleado como
caballeriza, las maderas de muebles y
salones fueron retiradas y utilizadas
como combustible. Además, la mayor
parte del patrimonio artístico, los
antiguos archivos, las bibliotecas y el
equipamiento de los laboratorios
fueron llevados a Chile como botín
de guerra.
Fachada principal de la Casona de San Marcos a fines del siglo XIX.
27
Acabada la guerra, la Universidad
reinició la recuperación de su antiguo
edificio. Se repararon los daños y se
hicieron mejoras en todo el conjunto.
El Patio Principal o de Maestros fue
asignado a la Facultad de Ciencias
Políticas y Administrativas, en el Patio
de los Naranjos se instaló la Facultas
de Letras, y en el Patio de los Jazmines
se acondicionaron aulas y servicios
generales. Además, se reconstruyó el
Salón General y se reparó la antigua
Capilla interior. En el Patio de los
Machos y en el sector central de la
Casona se instalaron las Facultades de
Matemáticas y Ciencias Naturales, el
Patio de Chicos o de Júniores
Seminaristas siguió siendo ocupado
por la Escuela de Ingenieros, que
funcionó allí hasta fines del siglo XIX,
cuando esta institución se mudó a su
Balas chilenas halladas durante las
exploraciones arqueológicas.
antiguo local de la Calle Espíritu Santo
en la Av. Tacna, para crear luego la
Universidad Nacional de Ingeniería.
En este mismo Patio de Chicos quedó
funcionando entonces el antiguo
‘Colegio de Lima’, desde finales del
siglo XIX hasta fines de la década de
1920.
Estudiantes de la Facultad de Derecho reunidos en el Patio Principal, 1890.
28
Este sector oriental de la Casona paralelo
a la calle Cotabambas, fue también
compartido por el Gran Gimnasio
Peruano, que se instaló en el sector que
quedaba de la antigua huerta del
noviciado. En ella se inicio la Federación
Deportiva Universitaria, antecedente
del club Universitario de Deportes.
Una de las últimas transformaciónes
importante del conjunto fue resultado
de uno de los grandes proyectos
urbanísticos ejecutados en 1921, con
ocasión del primer centenario de la
independencia: la Plaza San Martín,
creada sobre la antigua estación de
San Juan de Dios. Parte del proyecto
incluía la prolongación de la Avenida
de la Colmena, a través del eje de la
nueva plaza, hasta el Jirón Zepita (hoy
Avenida Abancay). La prolongación
de la Colmena (hoy Avenida Nicolás
de Piérola) dividió en dos la manzana
ubicada frente a la fachada principal
de la Casona de San Marcos. La parte
contigua a la Universidad quedó
convertida en el Parque Universitario,
y en la otra fue construida la Escuela
Normal de Varones, además de otros
edificios de viviendas y oficinas.
En 1924, la Iglesia de San Carlos fue
transformada por iniciativa del
Estado peruano en Panteón de los
Próceres, destinado a albergar en su
interior los restos de los gestores o
próceres de la Independencia.
La fachada principal de la Casona de
San Marcos fue prolongada entonces
hasta la calle Cotabambas,
aprovechando el amplio frente que
ofrecía el nuevo Parque Universitario,
concluido en 1924 con la entrega de
la Torre del Reloj, donada por la
colonia alemana. El nuevo parque se
El Parque Universitario en la década de 1920.
29
Pintas políticas en una de las galerías del Patio de la Facultad de Letras, 1950.
convirtió durante las siguientes
décadas en una extensión de los
claustros universitarios y tribuna libre
para el debate de las nuevas corrientes
políticas y sociales que surgieron del
interior de la propia universidad.
Para fines de la segunda década del
siglo XX, la Facultad de Ciencias
tomó los ambientes del antiguo Patio
de los Chicos, desplazando al
‘Colegio de Lima’ y construyendo
nuevas aulas y laboratorios sobre el
área del gimnasio.
Con la década de los 30 se intensificó
el flujo migratorio de población rural
hacia Lima. La ciudad se vio inmersa
en un proceso de crecimiento
acelerado que cambió en pocas
décadas su antigua fisonomía*. La
apertura de nuevas vías y la ampliación
de otras significó la pérdida irreversible
de importantes edificios y
monumentos, que fueron sacrificados
en nombre del «progreso».
Todo ello tuvo también su reflejo en
los claustros universitarios. La
población estudiantil creció a un ritmo
cada vez mayor y la Universidad tuvo
que implementar nuevos espacios e
infraestructuras para atender esta gran
demanda. El conjunto de la Casona,
ante la imposibilidad física de una
ampliación, tuvo que crecer
interiormente. Se improvisaron
nuevas construcciones destinadas a
*
Solamente entre 1931 y 1940, la población creció casi en un 100 %, pasando de contar con
273,000 habitantes a alcanzar 520,000 en el lapso de esos 9 años (Driant, 1991. pp.40)
30
aulas, que en algunos casos ocuparon
las áreas verdes de los antiguos patios,
y en otros nuevos niveles de
edificación sobre las estructuras
preexistentes.
Estas intervenciones no consideraron
aspectos fundamentales como las
características arquitectónicas del
monumento, el comportamiento
estructural en caso de sismo o la
necesidad de una conservación y
mantenimiento periódicos, lo que
condujo en pocos años a un deterioro
irreversible.
Las autoridades de la Universidad,
preocupadas por la impostergable
necesidad de dotar a sus facultades
de una infraestructura adecuada,
iniciaron hacia 1940 la búsqueda de
un terreno para su nueva Ciudad
Universitaria. Este proceso culminó
con la adquisición de parte de la
hacienda Aramburu, en Chacra Ríos,
y la colocación de la primera piedra
en 1951, con ocasión del cuarto
centenario de su fundación.
El traslado definitivo a estas nuevas
instalaciones llegó en 1966, a raíz de
un sismo que destruyó gran parte de
la Casona. Los daños causados fueron
tan graves que fue declarada en
«estado de emergencia», lo que
aceleró la mudanza de San Marcos a
la nueva Ciudad Universitaria, desde
entonces sede principal de la
Universidad.
El Parque Universitario, sin
estudiantes, fue perdiendo su carácter
de foro político y estudiantil, de
modo paralelo al deterioro de su
Daños causados al edificio por el sismo de 1966.
31
entorno urbano. La tugurización del
Centro Histórico, la proliferación del
comercio ambulatorio y la
degradación de la salud ambiental,
contribuyeron a la pérdida irreversible
de este espacio cívico.
Tras los graves daños ocasionados por
el sismo de 1966, la UNESCO
encomendó al arquitecto A.
Frischlander un primer proyecto para
la intervención del edificio. Este
proyecto, realizado en 1967, no fue
más allá de un informe que planteaba
de forma genérica su recuperación
parcial para uso cultural y la
demolición de 12,000 m³ de su
volumen original. Esta propuesta,
que planteaba la conservación
parcial del monumento, no alcanzó
la acogida necesaria y pasó
rápidamente al olvido.
El antiguo edificio de la Casona, con
gran parte de sus ambientes en
estados ruinosos o clausurados, pasó
a manos de veintisiete instituciones
sanmarquinas que no tuvieron cabida
dentro de la Ciudad Universitaria.
Algunos de los ambientes mejor
conservados se utilizaron como
depósitos precarios de las colecciones
pertenecientes a los museos de Arte,
Arqueología y Antropología, y
Reproducciones Artísticas. En otros,
se improvisaron aulas de uso múltiple
y espacios de ensayo para los grupos
artísticos.
32
Los sismos de 1970 y 1974 obligaron
la clausura definitiva de muchos de
los sectores que de forma precaria
habían continuado en uso tras el
sismo de 1966.
El 30 de julio de 1971, el secretario
de asuntos exteriores Gregorio López
Bravo de Castro, entrego en nombre
de la embajada de España, la
restauración concluida de la fachada
principal de la casona.
Durante los siguientes años, la falta
de voluntad política para revertir la
grave situación del monumento no
permitió efectuar ninguna acción
orientada a su conservación y
recuperación. Por el contrario,
existieron propuestas para su
demolición y construir en su lugar
edificios de oficinas, que permitirían
generar ingresos a la Universidad.
En 1984, el Alcalde Alfonso
Barrantes encargó al Arquitecto
Adolfo Córdova un estudio para la
restauración del Salón General y
patios inmediatos, que fue archivado
por INVERMET ante la falta del
financiamiento necesario.
Durante los años siguientes, la crisis
económica, la agitación política y
social, y la subversión alejaron
definitivamente cualquier posibilidad
para recuperar la Casona. Para
entonces buena parte de sus estructuras
estaban al borde del colapso.
33
El destino del viejo edificio de la
Casona de San Marcos no parecía ser
otro que sucumbir para dar paso al
crecimiento desordenado de la
ciudad. Ante la posibilidad de la
pérdida irreversible del monumento,
surgieron las voces de ilustres
sanmarquinos y personalidades del
mundo de la cultura, en su defensa.
En 1989 se logró el compromiso del
Gobierno español para apoyar la
restauración integral de este
importante conjunto histórico y su
adaptación como Centro Cultural de
la Universidad.
En octubre de 1990 se iniciaron los
estudios previos y los trabajos de
emergencia, con participación del
Programa de Preservación del
Patrimonio Cultural de Iberoamérica
de la Agencia Española de
Cooperación Internacional, la
Universidad Nacional Mayor de San
Marcos y el Instituto Nacional de
Cultura
Paralelamente, se inició la
elaboración del Anteproyecto
General de intervención y de
adecuación del conjunto como
Centro Cultural, y los proyectos y
expedientes técnicos de cada uno de
los sectores. El planteamiento de esta
intervención buscó conservar la
arquitectura del monumento,
respetando su concepción y
34
características originales, y la
integración de los nuevos usos
propuestos. Se incorporaron los
mínimos elementos arquitectónicos
necesarios, todos ellos de carácter
contemporáneo y reversible,
evitando el usual recurso del «falso
histórico».
El planteamiento también consideró,
como factor prioritario, facilitar y
simplificar las tareas de conservación
y mantenimiento de la obra
restaurada.
En 1991 comenzaron los trabajos en
el Salón General, y continuaron en
otros ambientes, patios y sectores de
la Casona conforme la programación
y las prioridades establecidas por la
UNMSM. Como resultado de este
trabajo se han concluido y
entregado al Centro Cultural, para
su nuevo uso, el Salón General, el
Salón de Grados, el Patio de Chicos,
la antigua Huerta, el Patio de los
Jazmines, el Patio de Letras, el Patio
de Ciencias y la Biblioteca «España
de las Artes».
Estas intervenciones han permitido
introducir y divulgar criterios y
conceptos contemporáneos sobre
restauración y nuevo uso del
patrimonio, así como la formación y
práctica dentro de este campo de una
nueva generación de jóvenes
profesionales.
35
36
Evolución espacial del Conjunto
Arquitectónico de la Casona de San Marcos
(1605-2005)
37
Primera mitad del siglo XVII.Entre 1605 y 1613 se construye sobre terrenos de la huerta o chacarilla1, adquiridos
por la Orden jesuita al sur de la ciudad, el primitivo conjunto de la Casa de
Probación y Noviciado de San Antonio Abad. La capilla y el acceso principal
del edificio se ubican sobre el antiguo camino hacia la Ermita de Nuestra Señora
de Guadalupe, que desde entonces se conoció como calle del Noviciado (hoy
Jirón Azángaro).
* Esta zona, por entonces alejada del centro de Lima, fue de uso agrícola desde tiempos prehispánicos; de
ahí su denominación quechua “chajra”, hispanizada como “chacra” o “chacarilla”.
38
39
Segunda mitad del siglo XVII.El Noviciado de San Antonio Abad extiende su propiedad hasta el Cementerio
de Guadalupe (en las inmediaciones del actual Palacio de Justicia), donde
construye su Casa de Ejercicios Espirituales. El creciente número de internos
del Noviciado obliga a ampliar el área del edificio y aparecen nuevos salones,
dormitorios y áreas de servicio. Al crecer el internado, la Casa de Probación fue
separada del Noviciado, y trasladada al extremo norte de la Chacarilla con la
nueva denominación de Casa de Probación de San Bernardo. La Huerta del
Noviciado, de trazo muy ordenado, contenía siete pequeñas capillas o ermitas.
40
41
Primera mitad del siglo XVIII.La planta del Noviciado alcanza su máxima extensión. Hacia el sur, se amplían
las casas de retiro y a lo largo de la calle del Noviciado se construyen nuevas
residencias para los padres jesuitas. Esta etapa es la de mayor esplendor del
conjunto, que esboza su planta actual e incluye varios patios, salones y ambientes
hoy desaparecidos. El terremoto del 28 de octubre de 1746 destruye totalmente
el Noviciado de San Antonio Abad.
42
43
Segunda mitad del siglo XVIII y primera del XIX.El Noviciado fue reconstruido tras el sismo de 1746. Luego de la expulsión de
los jesuitas en 1767, el Real Convictorio de San Carlos ocupa el antiguo
Noviciado. Se subastan una parte de la chacarilla y los terrenos donde se
levantaban las casas de retiro y las viviendas de los religiosos. Aparece el largo
callejón de servicio que comunicaba la huerta con la Plazuela de San Carlos, y
se crean nuevos patios y salones. Tras la Independencia, el Convictorio se
convirtió en el Colegio de San Carlos, y pasó a ser dependencia de la Universidad
de San Marcos en 1861.
44
45
Segunda mitad del siglo XIX.En 1860 se realiza un proyecto de urbanización que incluye los sectores de la
chacarilla, propiedad del Colegio de San Carlos. La apertura de nuevas calles
confina al antiguo edificio de San Carlos dentro de la manzana que actualmente
ocupa. A partir del antiguo callejón de servicio del colegio se traza la calle
Inambari y, sobre ella, la actual fachada principal del edificio. El local fue asignado
a la Universidad Mayor de San Marcos en 1867, sin sufrir transformaciones
espaciales importantes durante el resto del siglo XIX.
46
47
Siglo XX (1900–1920).El edificio de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos queda integrado
dentro de la ciudad. Desaparecen los últimos árboles de la antigua Chacarilla de
San Bernardo. El sector oriental de la Casona, paralelo a la calle Cotabambas,
conservó sus áreas verdes tras la lotización de 1860, y fue progresivamente
ocupado por instalaciones deportivas y dormitorios durante las primeras décadas
del siglo XX.
48
49
Siglo XX (1920–1950).La prolongación de la Avenida de La Colmena divide la manzana situada frente
a la fachada principal de la Casona de San Marcos, donde se crea en 1921 el
Parque Universitario. El edificio empieza a ser insuficiente para los requerimientos
de la Universidad. Se inician nuevas construcciones dentro de sus patios y áreas
libres, y se incorporan de forma improvisada segundos niveles de material precario.
50
51
Siglo XX (1950–1990).Se inicia un proceso acelerado de tugurización y deterioro de la Casona de San
Marcos y de su entorno urbano. La mayor parte de los patios y salones son
trasformados para dar cabida a la creciente población universitaria, y se altera la
concepción arquitectónica del edificio. Tras el sismo de 1966, la Casona es
declarada en estado de emergencia y deja de ser la sede principal de la
Universidad, que se traslada a la nueva Ciudad Universitaria. Gran parte de sus
ambientes quedaron clausurados o en ruina. Los menos deteriorados fueron
ocupados por dependencias culturales, administrativas y los depósitos de los
museos. El estado de deterioro del antiguo edificio es considerado prácticamente
irreversible y surgen propuestas para su demolición.
52
53
Fin del siglo XX e inicios del XXI.La recuperación del antiguo edificio se inicia en 1990, a través del Convenio de
Cooperación suscrito entre la Agencia Española de Cooperación Internacional,
la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y el Instituto Nacional de Cultura.
El Centro Cultural de la Universidad entró paulatinamente en funcionamiento
desde 1994, al reabrirse el Salón General; primer espacio arquitectónico de este
monumento histórico puesto en valor.
En 1995 la Municipalidad Provincial de Lima remodela el Parque Universitario
y reubica a los comerciantes informales de la Avenida Nicolás de Piérola, que
prácticamente había sido cerrada al tránsito vehicular.
En el año 2003 la Municipalidad de Lima realiza una intervención para el rescate
y mejora de este espacio. Se recuperan los niveles originales de piso del frontis
de la Casona y se cierra el perímetro del parque con un enrejado.
54
55
Reseña histórica de los principales
ambientes de la Casona de San Marcos
Salón General.Este ambiente, conocido también como
el «General», es uno de los más
representativos del conjunto. Su fecha de
construcción no ha podido ser precisada,
aunque se presume que su fábrica data
de la segunda mitad del siglo XVIII, y que
éste salón reemplazó a un salón general
de la Orden jesuita destruido a raíz del
terremoto de 1746, cuya existencia no
esta plenamente establecida.
Este ambiente fue, durante la etapa del
Convictorio de San Carlos, el principal
foro de discusión y el escenario de los
más importantes debates académicos.
A ello contribuyó su concepción
arquitectónica, que dispone a los
ocupantes frente a frente, propiciando
el debate entre posiciones
antagónicas.
Clausura del Año Académico en el Salón General, 1909.
56
Durante la ocupación de Lima entre
1881 y 1883, el Salón General fue
utilizado como establo por las tropas
de caballería chilenas. El 3 de
noviembre de 1883, el Arq. Trefogli
emitió un informe sobre los daños
ocasionados en el edificio por las
tropas invasoras:
«General.- Es la parte del local que
mas ha sufrido (...) la baranda que
separaba del salón, los asientos de
los catedráticos y de todos los
asientos y zócalos de esta parte del
local no se encuentran(...) Las
puertas de las galerías y pasadizos
no existen(...) los pisos están
destruidos en parte.» (8)
Detalle de luneto y galería superior, 1990.
El salón fue reparado tras la guerra y
continuó siendo utilizado para las
Estado de deterioro de la Sala General, 1990.
ceremonias y actos académicos de la
Universidad. El sismo de 1966 dañó
gravemente sus estructuras y provocó
el derrumbe parcial de su cubierta,
por lo que fue declarado en ‘estado de
emergencia’ y clausurado. Las nuevas
construcciones levantadas en años
posteriores sobre el patio de los
Jazmines, en el frente principal del
Salón, impidieron el acceso directo
desde el patio.
En 1991, al iniciarse los trabajos de
restauración, el Salón General se
encontraba en un completo estado
de ruina. En su interior se acumulaba
desmonte y material de desecho de
la casona. Los elementos de la
carpintería y mobiliario interior que
habían logrado conservarse tras el
57
sismo, quedaron gravemente
deteriorados tras veinticinco años de
exposición a la intemperie.
La intervención recuperó, de forma
integral, la arquitectura del Salón
correspondiente a la segunda mitad del
siglo XIX. Para la elaboración de la
propuesta y ejecución de los acabados
interiores se utilizó como material de
apoyo la documentación fotográfica de
archivo. La intervención contempló la
mejora del comportamiento
antisísmico de su estructura.
Con la restauración integral del Salón
General, concluida en 1994, la
Universidad recuperó el tradicional
marco solemne para sus actos académicos
y ceremonias institucionales.
Luneto y galería restaurados, 1994.
Salón General completamente restaurado, 1994.
8
58
Informe del Arq. Trefogli; Patio de Jazmines.-General. Lima, 1883.
59
Patio de los Jazmines.Este patio se ubica dentro de un
sector que durante la primera etapa
del Virreinato estuvo ocupado por
chacras y huertos, como lo confirman
los restos de una acequia de regadío
que lo atravesaba, hallada durante los
trabajos de exploración arqueológica.
Su planta y construcción
corresponde a los años posteriores al
sismo de 1746. Una de las primeras
referencias documentales data del 7
de octubre de 1767, cuando D.
Cristóbal Mesía y Munive, Oidor de
la Real Audiencia y Juez ejecutor de
la orden de extrañamiento de la
Orden jesuita, realizó el inventario
del expropiado Noviciado, donde
describe el llamado «claustro
segundo»:
«(...) se reconoció hallarse en él
veinte y ocho arcos sostenidos de
otras tantas columnas de madera
de bálsamo (...) en el medio del
patio de este claustro se halla una
pila de jazpe blanco con su alberca
de la misma piedra rodeada de otra
ordinaria y de quatro jazmines que
la acompañan (...)» (9)
El Patio conservó sus principales
características originales durante las
etapas del Real Convictorio y del
Patio de los Jazmines, 1927. Al fondo aparece el desaparecido mirador.
60
El Patio de los Jazmines en 1990. Se aprecia la notable disminución del área libre del patio.
Colegio de San Carlos, según se
desprende del informe de
‘reconocimiento del colegio’, realizado
por D. Manuel Pardo Rivadeneyra el 8
de noviembre de 1815:
«(...) un claustro sin altos, de
bastante extensión (...) con su pila
en medio (...) lleno de habitaciones
pequeñas (...)» (10)
A partir de 1867, al trasladarse la
Universidad de San Marcos al
antiguo local del Colegio de San
Carlos, se ubicaron en este patio las
aulas y dormitorios para los alumnos
internos y los servicios generales.
Durante la ocupación chilena el
Patio sufrió importantes daños, tal
como lo detalla en su informe el
Arquitecto Trefogli:
Proceso de desmontaje de construcciones
añadidas para la recuperación de la planta
original.
61
depósitos, ante la necesidad de
nuevos espacios.
Antigua portada de ingreso a la huerta.
Área original del patio recuperada, 1993.
«Patio.- Los pisos están muy
maltratados, la acequia atorada y
descubierta en parte (...) las paredes
maltratadas
y
sin
los
correspondientes herrajes las puertas
y ventanas (...) el departamento
de excusados esta destruido en sus
pisos, techos y asientos (...)» (11)
Hacia mediados del siglo XX, el Patio
fue transformado por las nuevas
construcciones que ocuparon gran
parte del área libre del jardín
reubicándose su pileta central. Los
niveles altos de las galerías también
fueron ocupadas de forma precaria y
desordenada por nuevas aulas y
En 1966, tras el traslado de la
Universidad de San Marcos a la
nueva Ciudad Universitaria, parte de
estos ambientes fueron utilizados
como depósitos, clausurándose los
más deteriorados.
La restauración del Patio de los
Jazmines, iniciada en 1992, recuperó
el trazado original del patio. En él se
ubican actualmente las nuevas áreas de
depósitos y administración del Museo
de Arqueología y Antropología, y un
pequeño auditorio de usos múltiples
para el nuevo Centro Cultural de la
Casona de San Marcos.
Columna restituida a su posición original,
1993.
Inventario de los bienes muebles e inmuebles del Colegio del Noviciado.
Junta para la adjudicación temporal de las propiedades de los Jesuitas en el Perú. Inventario. P 189-90Claustro Segundo. 1196. Lima, 1767.
10
“Reconocimiento del Colegio”. Pardo Rivadaneyra, M. Lima, 1815.
11
Informe del Arq. Trefogli; Patio de Jazmines - Patio. Lima, 1883.
9
62
63
Patio de Chicos.Este patio, conocido también como
de ‘la Mula’ o de ‘Júniores
Seminaristas’, formó parte de las
nuevas construcciones y las
ampliaciones realizadas al edificio,
después del terremoto de 1746.
Las exploraciones arqueológicas
efectuadas en el sector revelaron
evidencias de antiguos cimientos que
pudieron pertenecer a una de las siete
capillas de los jesuitas, repartidas en
la Huerta del Noviciado.
Durante las visitas de la Junta de
Temporalidades en 1767, se le
reconoce como el Patio de los
Júniores Seminaristas:
«(...) claustro quarto de los
júniores seminaristas y se
reconoció había en él diez y seis
columnas de madera de bálsamo
que forman un corredor de tres
ángulos cubierto de madera en
medio del patio un corto jardín con
los árboles de naranjo y uno de
durazno y un pilón de agua con
su caño corriente (...)» (12)
Posteriormente, durante la etapas del
Convictorio y del Colegio de San
Carlos, fue denominado ‘Patio de
Chicos’, por haber estado destinado
a la instrucción de los recién iniciados
en los estudios.
El Patio de Chicos en estado ruinoso, 1990.
64
Incorporación del segundo nivel con técnicas y materiales contemporáneos.
En 1876 el Patio de Chicos fue
cedido a la Escuela de Ingenieros,
donde desarrolló sus actividades
hasta fines del siglo XIX.
En el primer plano del sector,
realizado por el Ingeniero Santiago
Basurco en diciembre de 1906, se
aprecia este patio ocupado por el
Colegio Lima, con varias aulas
espaciosas y un amplio dormitorio
para alumnos internos.
En el plano de 1927 realizado por el
Ingeniero Enrique Rivera, se aprecia
que el patio pertenecía ya a la
Facultad de Ciencias, y contaba con
cuatro amplios salones de clases.
Durante los siguientes años las
modificaciones y añadidos, resultados
de la necesidad de contar con mayor
espacio, alteraron la configuración del
patio.
La superficie libre quedó reducida a
la mitad de su área, al ser ocupada
por nuevas construcciones.
En 1966, una vez trasladada la
Universidad a su nueva sede, el Patio
de Chicos fue ocupado parcialmente
por instituciones sanmarquinas de
carácter cultural.
Para 1990, el estado del Patio era
ruinoso: parte de sus techumbres
habían colapsado, acelerando el
proceso de deterioro en el interior de
los ambientes, donde quedó
acumulado gran cantidad de
65
desmonte. A ello se sumaron las
transformaciones urbanas que
alteraron el entorno de la Casona. La
construcción de nuevos edificios de
vivienda, de cuatro y hasta cinco
plantas en las propiedades
colindantes al antiguo edificio,
cambió radicalmente la escala urbana
del monumento y el concepto
interior del espacio.
Galerías restauradas del Patio de Chicos,
antiguo patio ‘de la Mula’ o ‘de Júniores’.
La restauración del Patio de Chicos,
iniciada en 1994, recuperó la planta
original e incorporó un segundo
nivel
contemporáneo
de
edificación, de carácter reversible,
que permitió ampliar la superficie útil
y ocultar visualmente los edificios
Nuevas salas de baile de las Escuelas Universitarias.
66
Intervención concluida en el Patio de Chicos, 1999.
colindantes. Con ello se logró
recuperar la privacidad original del
claustro.
En mayo de 1999 fue concluida la
intervención en este patio, dotando
al Centro Cultural de nuevas salas
de bailes y ensayos para la Escuela
de Ballet, el Coro Universitario y el
Centro Universitario de Folklore,
además de áreas de administración,
dirección, camerinos, y baños.
Inventario de los bienes muebles e inmuebles
del Colegio del Noviciado.
Junta para la adjudicación temporal de las
propiedades de los Jesuitas en el Perú,
Claustro de los Juniores Seminaristas- 1253. Lima,
1767.
12
Detalle del restaurado patio, 1998.
67
Salón de Grados.El actual Salón de Grados, situado
entre los Patios de los Jazmines y de
Letras, tiene sus orígenes en la
Capilla de Nuestra Señora de Loreto,
levantada en la segunda mitad del
siglo XVII como capilla interior del
Noviciado jesuita, lamentablemente
destruida como consecuencia del
sismo de 1746. Según los resultados
de las exploraciones arqueológicas,
esta primitiva capilla estaba ubicada
en la parte posterior del actual Salón
de Grados, y su planta era de
dimensiones más reducidas.
La actual capilla, que corresponde a
la reconstrucción del Noviciado
jesuita, es de planta rectangular y está
cubierta por una bóveda mixtilínea
en madera, decorada con pinturas
que representan a santos y doctores
de la Iglesia.
La bóveda conserva solo seis de sus
nueve tramos originales, y una
pequeña sección de otro. Tras la
expulsión de los jesuitas del
Virreinato del Perú en el año 1767,
la antigua capilla fue transformada,
Conferencia en el Salón de Grados de la Facultad de Letras, 1927.
68
Durante el siguiente siglo el Salón de
Grados seria además del marco de
discursos y ponencias de los alumnos,
el escenario de las más celebres
cátedras de personajes como Raúl
Porras Barrenechea, José Gálvez,
Julio C. Tello, Jorge Basadre y Luis
Alberto Sánchez, entre otros tantos
ilustres sanmarquinos, mandatarios y
personalidades
del
mundo
intelectual.
Esquema de la primitiva capilla jesuita de
Nuestra Sra. de Loreto.
recortándose el tramo de bóveda
donde estaban representados San
Ignacio de Loyola y San Antonio
Abad, en el extremo Sur. Además se
retiraron también dos tramos de la
bóveda en el lado Norte de la capilla,
que fueron reemplazados por una
bóveda vaída que configuró el nuevo
espacio del presbiterio.
En 1956, durante el rectorado de D.
Aurelio Miró Quesada, se llevó a
cabo otra intervención importante
que sustituyó las ventanas originales
por pequeños óculos y clausuró la
puerta Este, que quedó oculta tras un
Esta intervención, fue realizada a
fines del siglo XVIII, en tiempos del
Real Convictorio, cuando se conocía
este espacio como la capilla de San
Carlos.
Al tomar posesión del edificio la
Universidad de San Marcos, la capilla
paso a ser un espacio secular, al
convertirse en el Salón de Grados y
Actos de la Facultad de Letras en
1886.
Cala estratigráfica en un dintel
del Salón de Grados, 1996.
69
antiguo púlpito perteneciente al
Aula Magna del anterior local
universitario. Se realizó un cambio
escenográfico de la decoración, que
transformó niveles de pisos,
carpintería y ocultó gran parte de la
policromía original del conjunto. La
estructura de madera de la bóveda
no fue intervenida, por lo que al poco
tiempo aparecieron las primeras
evidencias de su deterioro, que con
el paso del tiempo se fueron
acentuando y agravando, llegando a
estar muy cerca del colapso.
La restauración integral de este
conjunto se inició en 1994, con la
intervención de la bóveda mixtilínea
o trilobulada. En ella se efectuaron
trabajos
de
restauración,
reforzamiento estructural y de
conservación de las tablas de madera
que constituyen el soporte de las
pinturas, mereciendo especial
mención la eliminación manual de
Pinta en la bóveda vaída del interno
Isaac Arrospide.
Proceso de restauración de la pintura
decorativa de la bóveda, 1994.
70
Reintegración cromática de la bóveda.
repintes y la reintegración y
consolidación de las pinturas
decorativas de la bóveda mixtilínea,
que recuperó su policromía original.
El intradós de la bóveda vaída
ocultaba bajo varias capas de pintura
una decoración con representaciones
de ángeles y querubines, que
estilísticamente corresponde a fines
del siglo XVIII. Estas pinturas, aún
cuando no tienen un gran valor
artístico, fueron recuperadas
tomando en cuenta su valor histórico
principalmente, al igual que las
‘pintas’ realizadas por los alumnos del
Real Convictorio encargados de
ocultar las imágenes, entre las que
destaca la del alumno Isaac
Arróspide:
Trabajos de restauración y consolidación estructural en el Salón de Grados, 1996.
71
«Isaac Arrospide entró en este
Convictorio el Jueves 4 de Febrero
de 1848».
Igualmente se recuperaron las
pinturas en los dinteles de las puertas
y ventanas, estos ocultaban alegorías
de la Virgen y otras representaciones
de plantas y frutos autóctonos del
Perú, de similar factura a las pinturas
de la bóveda.
La restauración integral del Salón de
Grados fue concluida en mayo de
1998, recuperándose como escenario
de los actos académicos y
protocolares más relevantes de la
Universidad.
Boveda vaída y pilastras restauradas de la
antigua capilla del Noviciado Jesuita.
Salón de Grados restaurado, notese la prolongación virtual de la bóveda a través del espejo alto
al fondo del salón, 1998.
72
73
Antigua huerta.El sector donde hoy se levanta la
nueva cafetería es una mínima parte
de lo que fue la gran huerta del
Noviciado jesuita:
«(…) una muy grande huerta
trazada con lucido orden en calles
y cuarteles, con una hermosa
capilla en medio, estanque y
fuente, con dos acequias muy
copiosas de agua clara y limpia
que pasan por ella y la riegan, está
poblado de cuantos géneros de
árboles frutales y flores nacen en
esta tierra.» (13)
A lo largo de los siguientes cuatro
siglos disminuyó su extensión
progresivamente, consecuencia de
las subdivisiones y cambios de
propiedad.
El 6 de abril de 1770, tras la
expulsión de los jesuitas, la huerta fue
puesta en subasta pública:
«(…) compete que la huerta,
negros, herramientas, solar y
demás concerniente a dicha finca
(...) es y toca al Dr. Miguel de
Valdivieso, por haberla comprado
de su orden y con sus dineros.» (14)
Poco tiempo después, Valdivieso
volvió a vender al Real Convictorio
Antigua huerta del Noviciado, fragmento del plano urbanizador de 1860.
74
de San Carlos una parte de la huerta,
que regresó a formar parte del
conjunto.
El proyecto urbanizador de 1860,
iniciativa de D. Mariano Álvarez,
seccionó con el trazado de nuevas
calles lo que quedaba de la antigua
huerta. El edificio del Colegio Mayor
de San Carlos y la pequeña sección
de la huerta que pudo conservar,
quedaron confinados en la manzana
que actualmente ocupan. La huerta
se transformó en un jardín interior
que ocupó el sector oriental de la
Casona, paralelo a la calle
Cotabambas.
Hacia 1900, en el frente de la huerta
hacia la calle Inambari se había
Consolidación de los arcos de ladrillo.
Estado inicial ruinoso del sector construido en la antigua huerta. 1991
75
levantado una sección de nuevas
construcciones. En 1927 todo este
sector estaba ocupado por el
departamento de deportes, donde
funcionaba una pista de uso múltiple,
un gimnasio, vestuarios, baños y una
piscina. En el extremo sur de la
huerta se levantó una edificación
para depósito y oficina del director
deportivo, seguida de una pequeña
huerta a la que se accedía a través
del tránsito existente dentro de la
propia edificación. Posteriormente
esta pequeña huerta se cubrió con un
Detalle desde el interior del Patio de la
Cafetería.
techo a dos aguas y fue utilizada como
gimnasio cerrado.
Tras el traslado de la Universidad a
la nueva Ciudad Universitaria en
1966, el área quedó en desuso,
iniciándose su deterioro. La reducida
huerta fue abandonada y fue utilizada
como depósito de basura y escombros.
Proceso de construcción de los nuevos
ambientes de la cafetería, 1998.
La restauración de la Casona de San
Marcos planteó, con buen criterio,
la recuperación integral de este
sector. La construcción abandonada
y ruinosa fue destinada, tras su
rehabilitación, como área para la
Eguiguren, Luis A.: Las Huellas de los Padres de la Compañía de Jesús en el Perú, Cap. II, Los Albores
del Noviciado, pp.24. Librería e imprenta Gil S.A. Lima,1956.
14
Declaración.- Don Luis José de Santiago; Domingo Gutiérrez 1768-77 fs. Lima, 1770.
13
76
Cafetería del Centro Cultural. Para
ello fue necesario reconstruir la mayor
parte
de
su
estructura,
correspondiente a la segunda mitad
del siglo XX. La intervención
conservó la volumetría y los arcos de
ladrillo de las portadas originales del
tránsito a la huerta. Se incorporó a
la edificación una galería abierta, de
dos alturas, que integró el volumen
de la Cafetería al patio interior
ajardinado.
Las obras en el conjunto de la antigua
huerta y Cafetería fueron concluidas
y entregadas al Centro Cultural en
mayo del año 1999, convirtiéndose
rápidamente en uno de lo espacios
mas activos de la Casona.
Patio de acceso a la cafetería, 1998.
Arco y puente interior.
Vista interior del nuevo Patio de la Cafetería, concluido en1998.
77
Patio de Letras.El Patio de Letras, o de los Naranjos,
es uno de los más representativos de
la Casona. Sus orígenes se remontan
a 1613, cuando le fue adjudicada a
D. Andrés Hernández, Rector del
Noviciado, una vivienda y solar
ubicados en la parte posterior de la
Iglesia de San Antonio Abad:
«(…) por cuanto por parte de la
dicha casa diego castrillejo, menor,
diciendo que el dicho noviciado
tenia necesidad de una casa
pequeña que abía dejado el dicho
diego de castrillejo junto y pegada
con la iglesia del para hacer en ella
la portería de la dicha casa sin la
cual no se podían acabar la dicha
iglesia y pidió que se adjudicase
la dicha casa del dicho noviciado
dando y pagando por ella lo que
tasasen alarifes para ello
nombrados.» (15)
En ella estuvo ubicada la antigua
portería de la Iglesia y del Noviciado,
que contaba con talleres, depósitos y
establos. Las exploraciones
arqueológicas realizadas en la crujía
El Patio de la Facultad de Letras, antiguo Claustro de Novicios, hacia 1929.
78
sur del patio, identificaron bajo el nivel
de piso actual los cimientos de dos de
estas construcciones anteriores al
Noviciado y evidencias de otra
ocupación más antigua: un
empedrado de cantos rodados y el
arranque de un muro de piedra y barro.
El 7 de octubre de 1767, la Junta de
Temporalidades realizó el inventario
de este claustro, que entonces se
denominaba de Novicios:
«Claustro tercero, que este tiene
treinta y dos arcos y otros tantas
columnas de madera de bálsamo
gruesas dadas de verde – en los
cuatro ángulos del patio quatro
árboles de naranxo y en el medio
de él una pila de piedra guamanga,
con su alberca de piedra ordinaria
(…)» (16)
Ángulo del patio y campanario de la Iglesia
de San Carlos, 1996.
Ruinoso estado inicial de las galerías superiores del Patio de Letras, 1996.
79
Tras los daños ocasionados por el
terremoto de 1746 el sector fue
reconstruido conservando su planta
original; en el plano del Colegio de
San Carlos de 1858 aparece este
patio con la misma estructura y
configuración que tenía casi dos
siglos antes.
Al producirse el traslado de la
Universidad Mayor de San Marcos
desde el local del Congreso a la
antigua Casona, en 1867, el Patio de
los Naranjos fue adjudicado a la
Facultad de Letras.
A partir de 1883, una vez terminada
la Guerra del Pacífico, los daños
ocasionados al Patio durante la
ocupación de la Casona fueron
Restauración de la fachada del patio
hacia el Jirón Azángaro, 2004.
Proceso de restauración de arcos y galerías del Patio de Letras, 2002.
80
reparados con prontitud, se
acondicionaron nuevas aulas
universitarias y hacia 1910 fue
ampliado con el actual segundo nivel
de edificación.
A mediados de los años 20 las galerías
abiertas del segundo nivel fueron
cerradas con ventanales de madera,
que permitieron su utilización como
aulas y salas de exposición del Museo
de Historia Natural.
Las áreas del segundo nivel y de las
galerías, con estructura de vigas de
madera, fueron utilizadas sin
considerar sus limitaciones
estructurales en cuanto a uso y
capacidad de carga, por lo que hacia
1960 habían sufrido asentamientos
diferenciales y se encontraban en
avanzado estado de deterioro. El sismo
de 1966 dejó el sector prácticamente
inutilizable; tras apuntalamientos y
algunos arreglos menores, parte del
Nuevas salas de exposiciones del Patio de Letras, 2005.
81
Patio de Letras, al fondo, la cúpula y el campanario de la antigua Iglesia de San Carlos,
actual Panteón de los Próceres.
patio fue ocupado de forma precaria
por los depósitos del Museo de
Arqueología y Antropología de la
Universidad, donde permanecieron
hasta el año 2001.
Los estudios previos a su restauración
evidenciaron el grave deterioro de las
construcciones del patio, resultado de
las excesivas sobrecargas en la
estructura del primer nivel. En 1997
fue necesario efectuar una primera
intervención de emergencia para
reemplazar las deterioradas columnas
de las galerías del primer piso,
incapaces de soportar la estructura
del segundo nivel.
En la nueva propuesta de uso de la
Casona se planteó utilizar este patio
como área de las principales salas de
exposiciones del Centro Cultural de
San Marcos. Los trabajos se
orientaron a la conservación y a la
consolidación estructural, que
permitieron habilitar amplias salas de
exposiciones temporales en el primer
y segundo nivel. La restauración del
Patio de Letras concluyó en octubre
del año 2003.
Declaración de P. Andrés Hernández (Rector del Noviciado) y Manuel Fernández (apoderado del menor
Diego Castrillejo), ante el escribano Pedro de Urbanejo. Lima, 1613.
16
Inventario de los bienes muebles e inmuebles del Colegio del Noviciado.
Junta para la adjudicación temporal de las propiedades de los Jesuitas en el Perú,
Claustro Segundo Tercero- 1196. Lima, 1767.
15
82
83
Patio Principal.El Patio Principal o de Maestros es el
más antiguo de la Casona. Su planta
se ha mantenido inalterada desde la
fundación del Noviciado jesuita. Este
patio, colindante con la Iglesia,
albergó a lo largo de toda su historia
las dependencias y dormitorios de las
máximas autoridades de las
instituciones que ocuparon la Casona,
por lo que ha sido siempre considerado
como su sector principal. La primera
descripción corresponde a la Junta de
Temporalidades, en 1767:
«Este colegio tiene dos puertas a
la calle que son la principal y la
falsa inmediata la una a la otra
(...) La puerta principal tiene una
pieza techada de madera nueva y
en ella una puerta interna con su
postigo, sus cerraduras y llaves
corrientes por donde se dentra al
primer claustro (...) y en dicho
claustro principal veinte y ocho
columnas de madera de amarillo
gruesa dadas de verde que forman
otros tantos arcos con vasas de
piedra (...) « (16)
Patio de Derecho a inicios del siglo XX
84
Debido a su importancia, este claustro
fue el único que contó con dos
plantas durante los periodos del
Noviciado jesuita y del Convictorio
Carolino. En 1815 el regente de la
Audiencia del Cuzco, don Manuel
Pardo Rivadeneyra, tras su visita
oficial al Colegio, lo describe así:
« (...) a cuya entrada se presenta
un claustro de regular extensión,
con altos, a la derecha del cual se
halla una pieza de bastante
capacidad que abraza casi todo el
ángulo, destinado a la biblioteca,
completándolo una entrada a la
iglesia, y otra a la sacristía que
llaman del noviciado; en el ángulo
siguiente se hallan dos piezas de
bastante capacidad, ocupada la
segunda por el Vice-Rector del
Colegio (...) y el del frente una
de bastante capacidad destinada
para el Rector (...)» (17)
En 1859, al abrirse la calle Inambari,
se creó el nuevo acceso principal
desde el Parque Universitario, que
durante los tiempos del Noviciado se
realizaba a través del atrio de la
Iglesia.
Tras el retiro de las tropas chilenas
que invadieron Lima, este patio
quedó en muy mal estado. En el
informe del Arquitecto Trefogli se
señala que habían desaparecido las
estanterías, las subdivisiones
interiores, los zócalos de madera, los
lavatorios, algunas de las puertas y
Patio Principal e Iglesia de San Carlos
(Actual Panteón de los Próceres).
todos los herrajes y vidrios
correspondientes a puertas y
ventanas; además, tanto las paredes
y los pisos se encontraban muy
maltratados.
El Patio Principal fue destinado a la
Facultad de Derecho que funcionó en
este sector hasta 1966. Su pileta sirvió
también para dar un chapuzón a
aquellos alumnos y catedráticos con
85
posturas retrógradas o antinacionalistas,
que eran previamente sacados en vilo
de sus aulas. Alrededor de ella se
fueron delineando los movimientos
políticos y sociales sanmarquinos, de
gran trascendencia para la historia
moderna del Perú.
La expropiación de la Iglesia de San
Carlos en 1924, que pasó a ser
Panteón de los Próceres, puso fin a
la relación existente entre el templo
y la Casona. Para lograr la
recuperación
integral
del
monumento, es fundamental volver
a integrar la Iglesia dentro del
conjunto arquitectónico del cual
formaba parte y al cual pertenece.
Las exploraciones arqueológicas en
pisos, muros y demás elementos del
patio han sido concluidas, y se han
iniciado las primeras intervenciones
orientadas a la conservación y puesta
en valor de este importante espacio
de la Casona de San Marcos.
Los trabajos de restauración en el
antiguo Patio de Derecho estarán
terminados en mayo del año 2006.
Estado actual del antiguo Patio de Maestros de la Casona de San Marcos, 2005.
Junta para la adjudicación temporal de las propiedades de los Jesuitas en el Perú, Inventario de los bienes
muebles e inmuebles del Colegio del Noviciado. Colegio, 1214. Lima, 1767.
18
“Reconocimiento del Colegio”. Pardo Rivadaneyra, M. Lima, 1815.
17
86
87
Patio de Ciencias.El Patio de Ciencias o de Machos,
colindante con el Patio Principal,
surgió durante la reconstrucción del
conjunto tras el sismo de 1746.
El inventario realizado por la Junta
de Temporalidades en el Noviciado
de San Antonio Abad, en 1767,
describe con detalle este patio:
«En el patio que llaman de los
machos se hallan dos corredores en
los dos lados de él sobre pies
derechos el uno de ocho lumas; y
el otro de siete quartones de roble
con techos de caña y estera
maltratados y en el medio del patio
una peaña de adobe con una cruz
grande de madera dada de verde;
en este patio hay once puertas una
de las piezas de la ropería (...) otra
de la zapatería (...) otra puerta
falsa de la despensa del refectorio
(...) otra del quarto donde
guardavan el hierro (...) otra
puerta de una pieza grande que
sirve de enfermería para los
esclavos (...)» (18)
Estado inicial de deterioro de la galería superior y cubierta del patio de ciencias, 1990.
88
Patio de Ciencias, antiguo ‘Patio de los Machos’, 1996.
La construcción del actual segundo
nivel corresponde a la etapa del
Colegio de San Carlos. Tras el
traslado de la Universidad de San
Marcos, este patio fue asignado a las
Facultades de Matemáticas y Ciencias
Naturales.
La guerra con Chile trajo también la
ruina al Patio de Ciencias, cuyo
penoso estado fue documentado por
el Arquitecto Trefogli en 1883, tras
la partida del ejército invasor:
«Facultad de Ciencias.- Gabinete
de Mineralogía.- Cuartos de
sirvientes y excusados, lavaderos,
etc.- Están maltratados en sus
paredes y piso. Se ha abierto la
Cala estratigráfica en columna de madera
revela hasta 7 períodos diferenciados en el
patio.
89
pared en el respaldo, quitando la
ventana, falta una división de
telar y cinco puertas; de los
comunes y lavaderos nada queda.Laboratorio de Química y Física.Nada queda de aparato fijos: sus
paredes y pisos destrozados. Las
puertas y ventanas sin chapas y
destruidas (...)»
La Facultad de Ciencias reacondicionó
sus laboratorios y reparó los daños
ocasionados a sus instalaciones, que
siguió utilizando durante gran parte del
siglo XX. Las galerías altas y bajas fueron
subdivididas para la creación de nuevas
aulas, apareciendo también
circulaciones verticales dentro de su
perímetro. Hacia 1935 se construyó
una escalera imperial sobre el área libre
del patio, que fue reemplazada hacia
Mascarón de la antigua pileta del patio.
Restauración de columnas y galerías del Patio de ciencias, 2004.
90
Restauración y sustitución de carpintería dañada en las galerías, 2005.
1955 por otra ubicada en el interior de
la galería, que rompió la circulación
perimetral en torno al patio.
Al trasladarse la Facultad de Ciencias,
en 1966, algunos de los ambientes de
la planta baja fueron clausurados y
otros utilizados como oficinas y
depósitos; las salas del segundo nivel
fueron destinadas como salas de
exposiciones del Museo de Arte.
En al año 1988 la mayor parte de los
ambientes del patio de Ciencias se
encontraban clausurados. Las salas de
exposiciones se utilizaban de forma
esporádica, debido al grave deterioro
físico y al riesgo de colapso de su
estructura.
En enero de 2003 se inició la
restauración del conjunto del Patio
de Ciencias. Los ambientes del
primer y segundo nivel se
encontraban con apuntalamientos
de emergencia, resultado de los
graves daños estructurales.
La intervención, concluida en mayo
de 2005, estuvo orientada a la
Inventario de los bienes muebles e inmuebles del Colegio del Noviciado. Junta para la adjudicación
temporal de las propiedades de los Jesuitas en el Perú, Inventario Patio de Machos, 1260-1261. Lima, 1767.
20
Informe del Arq. Trefogli; Facultad de Ciencias. Lima, 1883.
19
91
Vista superior del restaurado Patio de Ciencias, 2005.
consolidación y adaptación de las
antiguas estructuras a los nuevos
requerimientos del Centro Cultural
de la Casona de San Marcos,
habilitándose las áreas destinadas a
la Biblioteca España de las Artes, y a
los talleres y depósitos del Museo de
Arte.
Esta intervención obtuvo en el 2004,
el 1er Premio en el IV Concurso
Nacional Calidad Arquitectónica del
Colegio de Arquitectos del Perú,
dentro de la categoría «Restauración
y Conservación del Patrimonio y
Renovación Urbana».
Nuevas salas de lectura de la biblioteca
‘España de las Artes’ 2005.
92
93
Patio de los Capistas.El antiguo Patio de Capistas responde
a esta denominación debido a que
durante la etapa del Real
Convictorio Carolino este sector
estuvo destinado a los alumnos
externos, a los cuales les estaba
permitido el privilegio de usar una
capa.
La aparición de este patio fue
consecuencia del gran terremoto de
1746 y del proceso posterior de
reconstrucción de la mayor parte del
antiguo noviciado, entre los años
1750 y 1760.
plano de la Casona levantado por el
Ingeniero Santiago Basurco, en el
año 1906.
A lo largo del siglo XX este sector
fue trasformado por la subdivisión de
sus antiguos ambientes y por la
incorporación de construcciones
Durante la etapa del Convictorio
Carolino, este patio albergó las áreas
de servicio del edificio, como la
cocina, la lavandería, la enfermería
de los internos y un corral menor
vinculado a la Chacarilla de San
Bernardo.
Con el traslado de la Universidad a
la Casona, el Patio de Capistas fue
utilizado como área libre para las
prácticas de deporte de los alumnos
sanmarquinos, y formó parte de otras
instalaciones deportivas, entre las que
se encontraban además el gimnasio,
una piscina y una cancha de
baloncesto y usos múltiples.
Estas instalaciones, y la distribución
general de la Casona a inicios del
siglo pasado aparecen reflejadas en el
94
Nuevas construcciones ocultaron el trazado
original del patio, 2002.
modernas, para atender la creciente
demanda de espacio por parte de la
universidad.
El área del antiguo patio desapareció
en 1915, al quedar oculta bajo las
nuevas aulas y laboratorios
construidos por la Facultad de
Ciencias, a los que se añadieron
nuevos segundos niveles de
construcción hacia 1935.
Al trasladarse la Universidad a la
nueva Ciudad Universitaria estas
instalaciones fueron cedidas al Museo
de Arte de San Marcos, que las
utilizó como salas de exposición y
depósitos.
Frente de algunas de las construcciones que
ocuparon el antiguo patio.
Plano de la Universidad, levantado en 1906 por el Ing. Santiago Basurco,
en el cual se aprecia el antiguo trazado del Patio de los Capistas.
95
Las exploraciones arqueológicas
realizadas durante el año 2004 no
han permitido hallar evidencias que
hagan viable la recuperación de su
trazado histórico, por lo que no se
intentará recuperar el área libre del
antiguo patio.
El área de la antigua piscina se
encuentra parcialmente intervenida,
funcionando actualmente en ella
salas de exposiciones y de ensayo de
la banda universitaria.
Entre las propuestas de uso para el
resto de esta área de la Casona, se
encuentran la creación de un gran
auditorio para el Centro Cultural, y
la implementación de salones de usos
múltiples y de ambientes climatizados
para la conservación adecuada de
piezas museográficas importantes.
Fachada del volumen que contenía parte
del gimnasio y la antigua piscina, 2002.
Estrecho callejón de servicio del área ocupada.
96
97
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99
© José Moron Borrego
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103
SE
TERMINÓ D E IMPRIMIR E N LOS TALLERES GRÁFICOS D E
T A R E A AS O C I A C I Ó N GR Á F I C A ED U C A T I V A
PA SA JE M ARÍA A UXILIADORA 156 - B R E Ñ A
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SETIEMBRE D E 2005. LIMA -PE R Ú
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