Reinhard Augustin Burneo Orígenes y Evolución del Conjunto Arquitectónico de la Casona de San Marcos Programa de Patrimonio Cultural de la Cooperación Española en Perú Universidad Nacional Mayor de San Marcos Agencia Española de Cooperación Internacional Instituto Nacional de Cultura 3 © Reinhard Augustin Burneo Programa de Patrimonio Cultural de la Cooperación Española en Perú. [email protected] UNMSM-INC-AECI. Lima 2005. Responsable de edición: Juan de la Serna Torroba. Concepto y Diseño gráfico: Reinhard Augustin, Juan de la Serna y Tarea Asociación Gráfica Educativa Fotografía: Reinhard Augustin, Gemma Ballesteros, Ana Elisa Berenguel, Juan de la Serna, Ernesto Carmen y Archivo proyecto UNMSM-INC-AECI ISBN: Depósito Legal: Impreso por: Tarea Asociación Gráfica Educativa Psje. María Auxiliadora 156. Breña, Lima-Perú 4 Contenido Créditos 4 Introducción 7 La Universidad de San Marcos – Fundación – Sedes de la Universidad 11 13 Orígenes e historia del conjunto arquitectónico de la Casona de San Marcos – El Noviciado de San Antonio Abad – El Real Convictorio de San Carlos – El Colegio de San Carlos – La Universidad Mayor de San Marcos 17 23 25 27 Evolución espacial del conjunto arquitectónico de la Casona de San Marcos 37 Reseña de los principales ambientes del Conjunto Arquitectónico de la Casona de San Marcos – Salón General – Patio de los Jazmines – Patio de Chicos – Salón de Grados – Antigua Huerta – Patio de Letras – Patio de Ciencias – Patio Principal – Patio de los Capistas 56 60 64 68 74 78 84 88 94 Bibliografía 101 5 6 Introducción L a Casona de San Marcos constituye uno de los más importantes conjuntos monumentales de Lima, tanto desde el punto de vista histórico como arquitectónico. Su historia está ligada al proceso de adaptación y evolución de su arquitectura en función a los cambios de uso impuestos al monumento. A lo largo de cuatro siglos fue consecutivamente noviciado jesuita, colegio real, convictorio, cuartel, universidad y actualmente centro cultural. En cada una de estas etapas, la arquitectura del conjunto fue evolucionando e incorporando las nuevas técnicas y estilos arquitectónicos, constructivos y decorativos que se desarrollaron en la ciudad, condicionados en muchos casos por la huella profunda de los terremotos que afectaron en mayor o menor grado sus estructuras y que obligaron en más de una ocasión a reconstruir o restaurar sus claustros. El conjunto de la Casona es una magnífica síntesis de la historia de la arquitectura de Lima, desde el estilo barroco y rococó, en la antigua Capilla de la Virgen de Loreto, hasta la influencia republicana en las intervenciones realizadas a finales del siglo XIX en los patios de Letras y de Derecho. En el marco del proyecto integral para la restauración y adecuación del conjunto como Centro Cultural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos que ejecutan de forma conjunta la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), el Instituto Nacional de Cultura (INC) y la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), un capítulo fundamental ha sido el dedicado a la investigación y estudio de la historia del monumento, que ha permitido conocer aspectos inéditos sobre la evolución histórica del edificio y su papel dentro de la historia social, cultural, política y económica de la ciudad. 7 En septiembre de 2002, gracias al interés y apoyo de la UNMSM y de la AECI, fue publicado el libro «Orígenes y Evolución del Conjunto Arquitectónico de la Casona de San Marcos», con el objetivo de rescatar la memoria histórica de este monumento y difundir la importancia de su conservación. Esta reedición amplía, revisa y actualiza el texto anterior con los últimos resultados y aportes en la investigación y restauración del monumento. Lima, septiembre de 2005 8 «El Viejo San Carlos» Acuarela de Teófilo Castillo, 1912. 9 10 La Universidad de San Marcos Fundación.Lima, la Ciudad de los Reyes, fue fundada como capital de los nuevos territorios de la Corona Española en el Perú, el 18 de enero de 1535, y se constituyó de inmediato en el punto fundamental desde donde partieron las más importantes misiones de exploración, evangelización y conquista de territorios en el nuevo continente. Esta empresa requería de teólogos, canónigos, y hombres de leyes, lo cual planteó la necesidad de crear un Estudio Mayor o Universidad que formara a estos profesionales dentro del propio Virreinato del Perú. Sin embargo, la inestabilidad política durante los primeros años del Virreinato, resultado de las disputas territoriales entre Francisco Pizarro y Diego de Almagro, postergó la implementación de algunas instituciones básicas y necesarias para la ciudad, entre ellas la universidad. Fue en 1549, cuando el Cabildo de Lima nombró procuradores de la ciudad ante la Corona al dominico Fray Tomás de San Martín y al capitán don Jerónimo de Aliaga. Ellos fueron los encargados de trasladar al rey Carlos V una serie de peticiones y demandas, entre las que Plano original de la Ciudad de los Reyes o Lima (1535), según una reconstrucción publicada en 1984 en Lima de Antaño. se encontraba la creación de la Universidad: «(...) yten que por que en estas partes están tan Remotas despaña y los hijos de los vezinos y naturales embiandolos á los estudios despaña seria hacer grandes gastos y por falta de posibilidad algunos se quedaran ynorantes, pedir y suplicar á su majestad tenga por bien é haga merced que el monasterio de los domynicos desta ciudad aya estudio general con los privilegios y esenciones y capitulaciones que tiene el estudio general de salamanca (...)» (1) 11 Los procuradores partieron del puerto del Callao a fines de enero de 1550. Ese mismo año pudieron entrevistarse con Carlos V en dos ocasiones, en Flandes e Innsbruck, y lograron el beneplácito para la fundación de una universidad en la capital del Virreinato del Perú. El doce de mayo de 1551, en Valladolid, con la firma de la Real Provisión, refrendada por la madre del rey, Doña Juana, se creó el Estudio General o Real Universidad de la Ciudad de los Reyes. Retrato de Fray Tomas de San Martín, colección del Museo de Arte de la UNMSM. Documento original del Acta de fundación del Estudio General o Real Universidad de la Ciudad de los Reyes. Archivo General de Indias – Sevilla, 1551. 1 12 Libros del Cabildo de Lima. Tomo III pp. 244 Y ss. Sedes de la Universidad.La inauguración de la nueva Universidad se realizó el 2 de enero de 1553 en la Sala Capitular del Convento de Santo Domingo, también conocido como Convento Grande del Rosario, donde desarrollaría sus actividades durante los primeros años. La importancia y prestigio de la universidad creció de forma paralela al número de alumnos, por lo que en 1574 se decidió su traslado a un local más idóneo: el primitivo convento de la Orden de San Agustín. Ello permitió mejorar su funcionamiento y dar a la casa de estudios mayor Iglesia de San Marcelo, antiguo convento de los agustinos. independencia de la Orden dominica, cuya doctrina había ejercido una fuerte influencia durante los primeros años. Este edificio, levantado por los agustinos en 1552, en la parte occidental de la ciudad, cerca del denominado camino de la mar, fue cedido a la universidad tras su mudanza al nuevo convento en el centro de la ciudad. Solo durante dos años permaneció la universidad en este local, y fue durante este período cuando adoptó el nombre de San Marcos, por sorteo entre los nombres de los cuatro evangelistas. Esta sede resultó también inadecuada e insuficiente para su funcionamiento, por lo que se planteó un nuevo traslado en 1576, esta vez al antiguo Hospicio de San Juan de la Penitencia, en la primitiva plaza del Estanque (llamada después de la Inquisición, y hoy plaza Bolívar). Convento de Santo Domingo. En el local del antiguo Convento de la Orden de San Agustín se levantó, 13 pocos años después del traslado de la universidad, la Iglesia de San Marcelo. En sus inicios, el local del antiguo Hospicio de San Juan de la Penitencia sirvió «para dar asilo a las muchachas mestizas «cuya honestidad peligraba» y que luego se transformó en deposito donde se recibían a las Mujeres casadas, alejadas de sus Maridos por disgustos domésticos.» (2) Ello marcó el inicio de una nueva etapa en la que la universidad alcanzó su máximo esplendor y desarrollo. Este edificio, gracias a sus magníficas condiciones, constituyó la sede definitiva de la universidad durante el periodo del Virreinato, permaneciendo en él por más de tres siglos. Fachada del antiguo local de San Juan de la Penitencia. Congreso Nacional. Poco más de un año después de declarada la independencia del Perú, el 20 de septiembre de 1822, se instaló el primer Congreso Constituyente del Perú en la capilla de la Universidad de San Marcos, donde siguió celebrando sus sesiones. De esta forma la Universidad compartió su local con el Congreso de la República. Esta difícil convivencia institucional con los años se fue haciendo insostenible, hasta que en 1867 el Poder Legislativo ordenó el traslado de la Universidad al Convictorio de San Carlos. El Congreso hizo suyo el local de la Universidad, que poco tiempo después sería demolido para construir en su lugar la nueva sede del Congreso de la República, que funcionaba precariamente en el local del senado, en el antiguo edificio del Tribunal del Santo Oficio, en la misma Plaza de la Inquisición. 2 Valcárcel, Daniel: «El Actual Edificio de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos»; Noticia histórica del actual edificio de la Universidad de San Marcos, pp. 6 Lima, 1951. 14 Antigua plazuela e iglesia de San Carlos. La Universidad trasladó todas sus actividades al local del Convictorio de San Carlos. Este edificio, conocido desde entonces como la Casona de San Marcos, albergó a la Universidad hasta 1966, cuando se produjo el traslado a su actual sede de la Ciudad Universitaria. La construcción de la nueva Ciudad Universitaria se inició en 1951, en un amplio terreno situado entre las avenidas Colonial y República de Venezuela, que había formado parte de la antigua hacienda Aramburú. Este terreno, a mitad de camino entre Lima y el Callao, incluía dentro de sus límites varias huacas, testimonio de la cultura Maranga. Como consecuencia de los graves daños ocasionados en la Casona de San Marcos por el fuerte sismo que remeció Lima en 1966, la Universidad decidió su traslado definitivo a la Ciudad Universitaria, cuya ocupación había empezado a principio de los años sesenta. Esta constituye hoy la sede principal de la Universidad, que además cuenta con otros locales como la Escuela de Medicina de San Fernando, la Escuela de Teatro, el Colegio Real, etc. Ciudad Universitaria de San Marcos. 15 16 Orígenes e Historia del Conjunto Arquitectónico de la Casona de San Marcos El Noviciado Jesuita de San Antonio Abad.Tras la fundación de Lima como capital del Virreinato del Perú, se efectuó el reparto de chacras y solares entre conquistadores, primeros vecinos e instituciones de la ciudad. Una de estas chacras, ubicada al suroeste de la ciudad, fue adquirida hacia finales del siglo XVI por la Orden jesuita, para levantar su Casa de Probación y Noviciado. El primer Noviciado jesuita funcionó de 1592 hasta 1593 en el Colegio Máximo de San Pablo, actual conjunto de San Pedro. En ese año se trasladó a la Casa de Santiago del Cercado, dentro del cercado de indios. Las reducidas dimensiones del local obligaron en 1599 al traslado del Noviciado a la huerta de San José, en las proximidades del río Rímac. La Plano de Lima en 1613, reconstrucción de Juan Bromley. (1943) 1. Colegio Máximo de San Pablo 2. Convento de Santo Domingo 3. Universidad 4. Chacarilla de San Bernardo y Noviciado Jesuita de San Antonio Abad 5. Casa de Santiago del Cercado. 6. San Marcelo. 17 extrema humedad y la insalubridad de la zona hicieron mella en la salud de los internos, por lo que a los pocos años, los jesuitas decidieron construir la sede definitiva de su noviciado en la chacra o huerta de la Compañía conocida popularmente como la Chacarilla de San Bernardo. En tanto se procedía a la construcción del nuevo edificio, los jesuitas regresaron provisionalmente a su antigua casa del Cercado. El 5 de noviembre de 1605, el receptor general del Santo Oficio, D. Antonio Correa Ureña, mediante escritura pública celebrada en Lima, se comprometió ante el provincial de los jesuitas, Padre Esteban Páez, a donar un total de cuarenta y dos mil ducados de Castilla, para la fábrica y fundación de la Casa de Probación y Noviciado de San Antonio Abad. Los jesuitas recibirían esta donación Antigua Plaza e Iglesia del Cercado. en tres partes, la última de las cuales, conforme a lo establecido, se haría efectiva tras la muerte de Correa. Sin embargo, el benefactor de la Orden honró la totalidad de su compromiso en vida, según declaró Pedro de Oñate, rector del Noviciado, el 31 de diciembre de 1608: «(...) que recibió realmente y con efecto de Antonio Correa, fundador de dicho Noviciado, catorce mil ducados de Castilla en reales de trescientos y setenta y cinco maravedis cada uno, que son el tercio ultimo cuya paga había reservado para después de sus días, de los cuarenta y dos mil ducados que se obligó a dar para la dicha fundación, los cuales le ha dado y pagado(...)» (2) Iglesia de San Pedro, antiguo local del Colegio Máximo de San Pablo. 18 La nueva Casa de Probación y Noviciado de San Antonio Abad funcionó provisionalmente en este local desde 1605, hasta que fueron concluidos los primeros trabajos en 1608. «Fue al alborear el siglo XVII cuando los Jesuitas trasladaron su Casa de Novicios del Cercado a estos sitios (…) Formaba parte la gran huerta de la Chacarilla de San Bernardo de la Casa de Probanza o Noviciado de los Padres Jesuitas, porque era lugar de recreo de sus maestros y estudiantes y, a la vez, de refugio para quienes ansiaban horas de retiro y meditación.» (3) La arquitectura del edificio, su organización interna y el propio funcionamiento del Noviciado fueron fiel reflejo de la vanguardia intelectual y poder económico que alcanzó la Orden jesuita durante los dos primeros tercios del Virreinato Las referencias documentales mas tempranas sobre el primitivo conjunto corresponden a la segunda década del siglo XVII. En ellas se señala que el Noviciado estaba compuesto por la Capilla de San Antonio Abad y dos patios: uno, colindante con la iglesia, donde se encuentra hoy el Patio Principal o de Maestros, y el otro, ya desaparecido y ubicado en un sector del actual Parque Universitario; además de siete pequeñas capillas o ermitas, distribuidas dentro de la amplia huerta y chacarilla. El Noviciado Jesuita de San Antonio Abad, fragmento del plano perspectivado dibujado por el Padre Mercedario Nolasco Mere en 1685. 19 En 1613 el Noviciado jesuita aumentó considerablemente el área de su propiedad, mediante la adquisición de la casa y huerta de Alonso Ramos de Cervantes, colindantes con el cementerio de la Iglesia de Guadalupe y con la Chacarilla de la Compañía, en las inmediaciones del actual Palacio de Justicia. Ese mismo año, mediante un juicio de propiedad, la Orden jesuita se adjudicó una casa inmediata a la inconclusa Capilla de San Antonio Abad, propiedad hasta entonces de Diego Castrillejo, consignado como «menor» en el documento de adjudicación. Sobre este sector se construyó la antigua portería del noviciado, dentro del área que hoy ocupa el Patio de Letras. La primitiva capilla del Noviciado, construida a semejanza de la iglesia que mandó levantar el mismo Antonio Correa en su ciudad natal de Valdemoro (España), quedó terminada hacia 1614. Las primeras modificaciones importantes del conjunto fueron consecuencia de los daños causados por el terremoto de 1687, en los años siguientes al sismo se realizaron arreglos en la capilla y la reconstrucción de algunos otros sectores afectados. La Iglesia de San Antonio Abad tenía, conforme a las descripciones del siglo XVII, una singular volumetría con formas orgánicas, una bella portada-retablo y una bóveda muy elevada sobre el crucero, coronada por una linterna labrada. Esta capilla fue considerada una de las más bellas de Lima hasta su destrucción, a consecuencia del gran terremoto de 1746. «(…) cuya Capilla mayor esta cubierta de una media naranja labrada de artesones de cedro, con tan gran primor y hermosura que no Iglesia de San Carlos, vista desde la calle del Noviciado (Jr. Azángaro) Dibujo de Léonce Angrand, 1838 20 hay en todo el Reino de este genero otra que se le iguale (…)» (4) La Chacarilla de San Bernardo era parte fundamental del Noviciado, ya que además de proveer de alimentos y servir como lugar de esparcimiento de religiosos y novicios, era, por su tranquilidad, el espacio principal utilizado para el retiro y meditación. Con tal fin se levantaron en el extremo sur de la huerta las casas de retiro o de «ejercicios espirituales», que eran utilizadas también durante las celebraciones religiosas. «(…) Suardo y Mugaburu, tan registradores, día a día muchas veces, de los sucesos de Lima en el siglo XVII, con frecuencia relatan lo hecho por los Virreyes en las Carnestolendas. Iban ya a la Chacarilla de San Bernardo; ya a la Casa del Noviciado, ya a cualesquiera ceremonias o festejos religiosos (...)» (5) Fragmento de pintura mural correspondiente a la época jesuita en el Patio de los Jazmines de la Casona de San Marcos. Abad y la mayoría de claustros, salones, bibliotecas, capillas y aulas se vinieron abajo. A comienzos del siglo XVIII, la planta del edificio fue ampliada con la construcción de nuevos ambientes destinados a atender las crecientes necesidades de dormitorios, talleres, cocinas y establos del Noviciado. El proceso de reconstrucción de la ciudad se inició casi de inmediato con gran ímpetu. Se levantaron edificaciones con mayor orden y prudencia, conforme las nuevas ordenanzas municipales que prohibían alturas de más de dos plantas e imponían para la segunda el uso de la quincha. El gran terremoto de 1746, que destruyó completamente el Callao y casi la totalidad de las edificaciones de la capital del virreinato, cambió para siempre la fisonomía del Noviciado: la Capilla de San Antonio Las facilidades de este sistema constructivo para moldear y recrear elementos decorativos en paramentos y fachadas, contribuyó al desarrollo de un nuevo concepto de arquitectura que enraizó fuertemente 21 en la ciudad de Lima, una de cuyas principales características fue su carácter escenográfico. Las tareas de reconstrucción del Noviciado de San Antonio Abad se prolongaron por varios años. La planta del nuevo edificio siguió, en líneas generales, el mismo trazado del anterior conjunto, tanto en la ubicación de patios como en la disposición de sus ambientes. Como resultado de este proceso se incorporaron nuevos patios y salones, como el patio de Júniores o de Chicos, el patio de Machos y el Salón General. En 1766 fue inaugurada la nueva Iglesia del Noviciado, que reemplazó a la Iglesia de San Antonio Abad, destruida por un sismo dos décadas antes. Muchas de las construcciones que ocupaban los terrenos del actual Parque Universitario no pudieron ser reparadas tras el terremoto de 1746, por lo que parte de estas fueron utilizadas como depósitos, establos o terminaron clausuradas. Se abrió, sin embargo, un estrecho callejón perpendicular a la calle del Noviciado, desde el atrio de la reconstruida Iglesia hasta la huerta, que fue utilizado como tránsito de servicio. Lima en 1752. Plano del geógrafo francés Jacobo Nicolás Bellín. 1.Noviciado Jesuita de San Antonio Abad 2.Universidad Mayor de San Marcos 3.Colegio Real de San Martín 4.Colegio Real de San Felipe y San Marcos. Pedro de Oñate, Rector del Noviciado (declaración ante el escribano Cristóbal de Vargas). Lima, 31de diciembre de 1608. 4 Gálvez, J.: Calles de Lima y Meses del Año; La Chacarilla, p20. International Petroleum Company. Imprenta Sanmartí. Lima, 1943. 5 Várgas Ugarte, R.: Los Jesuitas del Perú, S.J. pp. 181-82. 6 Gálvez, José.: Calles de Lima y Meses del Año; El Mascarón, p 30. International Petroleum Company. Imprenta Sanmartí, Lima 1943. 3 22 El Real Convictorio Carolino.En 1767, el virrey Amat, en virtud de la orden promulgada por Carlos III, dispuso la expulsión de los jesuitas del Virreinato del Perú. Este hecho fue trascendental para el futuro uso del hasta entonces Noviciado jesuita. La Junta de Temporalidades nombrada tras la expulsión de los jesuitas con el fin de realizar el inventario y reconocimiento del conjunto de sus bienes y propiedades, realizó con este objetivo varias visitas al Noviciado a lo largo del mes de septiembre del año 1767. La documentación efectuada describe con gran detalle el edificio en su conjunto, sus patios y ambientes, permitiendo comprobar que la planta del edificio era muy semejante a la actual. El 9 de julio de 1769, mediante Real Cédula, se determinó el nuevo uso del antiguo Noviciado como sede del Real Convictorio de San Carlos, donde quedaron unificados los Colegios Reales de San Martín, perteneciente también a la Orden jesuita, y el de San Felipe y San Marcos. Por esta época, los Colegios Reales y la Universidad atravesaban una difícil etapa de reformas en sus estudios, con el fin de adecuarse a las nuevas demandas sociales. En el caso del Real Convictorio de San Carlos esta reforma fue resuelta por Toribio Sala General, construida durante los primeros años del Convictorio Carolino. 23 Rodríguez de Mendoza con su «Plan de Estudios» , tomado posteriormente como modelo por otras instituciones. A fines del siglo XVIII el virrey Gil de Taboada y Lemus expropió al Convictorio la mayor parte de su antigua chacarilla, reduciendo considerablemente la extensión del conjunto. Esta pérdida se sumó a las constantes dificultades económicas, por lo que en 1815 Rodríguez de Mendoza estuvo a punto de presentar su renuncia al virrey Abascal, en protesta por la disminución de las rentas asignadas al Convictorio. A raíz de esto, durante el mismo año, se produjo la visita de reconocimiento del Oidor D. Manuel Pardo Rivadeneyra, cuya finalidad era determinar la verdadera situación económica del colegio, y sus Patio Principal, transformado a su apariencia actual por el Convictorio Carolino. necesidades. Ello sirvió también para informar acerca de focos rebeldes o independentistas al interior del Convictorio, motivo de gran preocupación para el virrey. El acta levantada a raíz de aquella visita revela que la arquitectura del conjunto conservaba prácticamente la misma disposición que cuatro décadas antes. En 1817 se decretó el receso del Convictorio. Iglesia de San Carlos, actual Panteón de los Proceres, 1927. 24 El Colegio de San Carlos.En 1821, una vez proclamada la Independencia del Perú, los colegios reales fueron sustituidos por colegios de educación superior, y el antiguo Convicto Carolino reabrió sus puertas como Colegio Superior de San Carlos. Durante sus primeros años de funcionamiento el Colegio de San Carlos, a pesar de serios problemas económicos, hizo un importante esfuerzo para el acondicionamiento del edificio. Sin embargo, el sector de la huerta no fue incorporado plenamente al área de sus actividades y permaneció sin uso. Hacia mediados del siglo XIX, las huertas aledañas al Colegio de San Carlos eran las últimas a «intramuros» de la ciudad. En la medida que se dejaron de cultivar estos terrenos, muchos de sus arrabales, callejones y escondrijos fueron ocupados por familias sin capacidad económica para hacerse con una vivienda dentro de la ciudad. Estos lugares fueron el escenario predilecto de las antiguas «vacas», o escapadas furtivas de los colegiales durante clases. «La Chacarilla fue para mi una gran maestra de vida verdadera. En ella tuve los primeros contactos tremendos de la existencia. Dulzura, tristeza, ensueño, como en una romántica sonatina. Allí sentí pasar a la Muerte y vi la gris y deprimida figura de la Miseria, pero aprendí a soñar, a sufrir, a perdonar, y a estar cerca del cielo y del pueblo (…)» (7) Plano del Colegio de San Carlos, levantado en 1858 por Felipe Paz-Soldán. 25 En 1858, Pedro Sayán, Mario Felipe Paz-Soldán y Mariano Álvarez se asociaron para urbanizar lo que consideraron como los «terrenos baldíos» de las huertas del Colegio de San Carlos. Planificaron la apertura de nuevas calles interiores y la urbanización de los terrenos, que según el proyecto, beneficiaría al Colegio de San Carlos, al vecino Colegio de Guadalupe y además, al propio Mariano Álvarez, propietario de los terrenos colindantes. En 1859 el proyecto fue declarado de utilidad pública y se abrieron las nuevas calles dentro de los terrenos del Colegio de San Carlos. El antiguo callejón de servicio del Colegio sirvió como traza inicial para la calle Inambári, lo que obligó a crear la fachada principal del actual edificio. El límite sur del conjunto quedó delimitado por la nueva calle de Bambas, perpendicular a la calle del Noviciado, que seccionó la huerta del Convictorio y confinó al edificio dentro de la manzana que actualmente ocupa. En 1861, los catedráticos del Colegio de San Carlos fueron incorporados a la Universidad Mayor de San Marcos, que de esta forma pasó a ser oficialmente parte de la Universidad. Plano del proyecto urbanizador de Mariano Alvarez, 1860. Gálvez, J.: Calles de Lima y Meses del Año; La Chacarilla, p 27. International Petroleum Company. Imprenta Sanmartí. Lima, 1943. 7 26 La Casona de San Marcos.En 1867, el Congreso de la República tomó para su uso exclusivo el local de San Marcos, el cual compartía con la Universidad desde los días de la Independencia. Se decidió entonces trasladar la casa de estudios al local del Colegio de San Carlos, que desde entonces pasó a denominarse Casona de San Marcos. Cuando la Universidad terminaba de instalarse en su nueva sede, se inició la guerra con Chile. El Ejército peruano designó en 1880 la Casona de la Universidad para el acuartelamiento de sus batallones de reserva en Lima. Posteriormente, durante la invasión de Lima por las tropas chilenas entre los años 1881 y 1883, la Casona fue tomada por los sureños para el acantonamiento de sus tropas de caballería. Al acabar la guerra, el edificio había quedado prácticamente en ruinas. Todos sus ambientes sufrieron un duro maltrato. Así, por ejemplo, el Salón General fue empleado como caballeriza, las maderas de muebles y salones fueron retiradas y utilizadas como combustible. Además, la mayor parte del patrimonio artístico, los antiguos archivos, las bibliotecas y el equipamiento de los laboratorios fueron llevados a Chile como botín de guerra. Fachada principal de la Casona de San Marcos a fines del siglo XIX. 27 Acabada la guerra, la Universidad reinició la recuperación de su antiguo edificio. Se repararon los daños y se hicieron mejoras en todo el conjunto. El Patio Principal o de Maestros fue asignado a la Facultad de Ciencias Políticas y Administrativas, en el Patio de los Naranjos se instaló la Facultas de Letras, y en el Patio de los Jazmines se acondicionaron aulas y servicios generales. Además, se reconstruyó el Salón General y se reparó la antigua Capilla interior. En el Patio de los Machos y en el sector central de la Casona se instalaron las Facultades de Matemáticas y Ciencias Naturales, el Patio de Chicos o de Júniores Seminaristas siguió siendo ocupado por la Escuela de Ingenieros, que funcionó allí hasta fines del siglo XIX, cuando esta institución se mudó a su Balas chilenas halladas durante las exploraciones arqueológicas. antiguo local de la Calle Espíritu Santo en la Av. Tacna, para crear luego la Universidad Nacional de Ingeniería. En este mismo Patio de Chicos quedó funcionando entonces el antiguo ‘Colegio de Lima’, desde finales del siglo XIX hasta fines de la década de 1920. Estudiantes de la Facultad de Derecho reunidos en el Patio Principal, 1890. 28 Este sector oriental de la Casona paralelo a la calle Cotabambas, fue también compartido por el Gran Gimnasio Peruano, que se instaló en el sector que quedaba de la antigua huerta del noviciado. En ella se inicio la Federación Deportiva Universitaria, antecedente del club Universitario de Deportes. Una de las últimas transformaciónes importante del conjunto fue resultado de uno de los grandes proyectos urbanísticos ejecutados en 1921, con ocasión del primer centenario de la independencia: la Plaza San Martín, creada sobre la antigua estación de San Juan de Dios. Parte del proyecto incluía la prolongación de la Avenida de la Colmena, a través del eje de la nueva plaza, hasta el Jirón Zepita (hoy Avenida Abancay). La prolongación de la Colmena (hoy Avenida Nicolás de Piérola) dividió en dos la manzana ubicada frente a la fachada principal de la Casona de San Marcos. La parte contigua a la Universidad quedó convertida en el Parque Universitario, y en la otra fue construida la Escuela Normal de Varones, además de otros edificios de viviendas y oficinas. En 1924, la Iglesia de San Carlos fue transformada por iniciativa del Estado peruano en Panteón de los Próceres, destinado a albergar en su interior los restos de los gestores o próceres de la Independencia. La fachada principal de la Casona de San Marcos fue prolongada entonces hasta la calle Cotabambas, aprovechando el amplio frente que ofrecía el nuevo Parque Universitario, concluido en 1924 con la entrega de la Torre del Reloj, donada por la colonia alemana. El nuevo parque se El Parque Universitario en la década de 1920. 29 Pintas políticas en una de las galerías del Patio de la Facultad de Letras, 1950. convirtió durante las siguientes décadas en una extensión de los claustros universitarios y tribuna libre para el debate de las nuevas corrientes políticas y sociales que surgieron del interior de la propia universidad. Para fines de la segunda década del siglo XX, la Facultad de Ciencias tomó los ambientes del antiguo Patio de los Chicos, desplazando al ‘Colegio de Lima’ y construyendo nuevas aulas y laboratorios sobre el área del gimnasio. Con la década de los 30 se intensificó el flujo migratorio de población rural hacia Lima. La ciudad se vio inmersa en un proceso de crecimiento acelerado que cambió en pocas décadas su antigua fisonomía*. La apertura de nuevas vías y la ampliación de otras significó la pérdida irreversible de importantes edificios y monumentos, que fueron sacrificados en nombre del «progreso». Todo ello tuvo también su reflejo en los claustros universitarios. La población estudiantil creció a un ritmo cada vez mayor y la Universidad tuvo que implementar nuevos espacios e infraestructuras para atender esta gran demanda. El conjunto de la Casona, ante la imposibilidad física de una ampliación, tuvo que crecer interiormente. Se improvisaron nuevas construcciones destinadas a * Solamente entre 1931 y 1940, la población creció casi en un 100 %, pasando de contar con 273,000 habitantes a alcanzar 520,000 en el lapso de esos 9 años (Driant, 1991. pp.40) 30 aulas, que en algunos casos ocuparon las áreas verdes de los antiguos patios, y en otros nuevos niveles de edificación sobre las estructuras preexistentes. Estas intervenciones no consideraron aspectos fundamentales como las características arquitectónicas del monumento, el comportamiento estructural en caso de sismo o la necesidad de una conservación y mantenimiento periódicos, lo que condujo en pocos años a un deterioro irreversible. Las autoridades de la Universidad, preocupadas por la impostergable necesidad de dotar a sus facultades de una infraestructura adecuada, iniciaron hacia 1940 la búsqueda de un terreno para su nueva Ciudad Universitaria. Este proceso culminó con la adquisición de parte de la hacienda Aramburu, en Chacra Ríos, y la colocación de la primera piedra en 1951, con ocasión del cuarto centenario de su fundación. El traslado definitivo a estas nuevas instalaciones llegó en 1966, a raíz de un sismo que destruyó gran parte de la Casona. Los daños causados fueron tan graves que fue declarada en «estado de emergencia», lo que aceleró la mudanza de San Marcos a la nueva Ciudad Universitaria, desde entonces sede principal de la Universidad. El Parque Universitario, sin estudiantes, fue perdiendo su carácter de foro político y estudiantil, de modo paralelo al deterioro de su Daños causados al edificio por el sismo de 1966. 31 entorno urbano. La tugurización del Centro Histórico, la proliferación del comercio ambulatorio y la degradación de la salud ambiental, contribuyeron a la pérdida irreversible de este espacio cívico. Tras los graves daños ocasionados por el sismo de 1966, la UNESCO encomendó al arquitecto A. Frischlander un primer proyecto para la intervención del edificio. Este proyecto, realizado en 1967, no fue más allá de un informe que planteaba de forma genérica su recuperación parcial para uso cultural y la demolición de 12,000 m³ de su volumen original. Esta propuesta, que planteaba la conservación parcial del monumento, no alcanzó la acogida necesaria y pasó rápidamente al olvido. El antiguo edificio de la Casona, con gran parte de sus ambientes en estados ruinosos o clausurados, pasó a manos de veintisiete instituciones sanmarquinas que no tuvieron cabida dentro de la Ciudad Universitaria. Algunos de los ambientes mejor conservados se utilizaron como depósitos precarios de las colecciones pertenecientes a los museos de Arte, Arqueología y Antropología, y Reproducciones Artísticas. En otros, se improvisaron aulas de uso múltiple y espacios de ensayo para los grupos artísticos. 32 Los sismos de 1970 y 1974 obligaron la clausura definitiva de muchos de los sectores que de forma precaria habían continuado en uso tras el sismo de 1966. El 30 de julio de 1971, el secretario de asuntos exteriores Gregorio López Bravo de Castro, entrego en nombre de la embajada de España, la restauración concluida de la fachada principal de la casona. Durante los siguientes años, la falta de voluntad política para revertir la grave situación del monumento no permitió efectuar ninguna acción orientada a su conservación y recuperación. Por el contrario, existieron propuestas para su demolición y construir en su lugar edificios de oficinas, que permitirían generar ingresos a la Universidad. En 1984, el Alcalde Alfonso Barrantes encargó al Arquitecto Adolfo Córdova un estudio para la restauración del Salón General y patios inmediatos, que fue archivado por INVERMET ante la falta del financiamiento necesario. Durante los años siguientes, la crisis económica, la agitación política y social, y la subversión alejaron definitivamente cualquier posibilidad para recuperar la Casona. Para entonces buena parte de sus estructuras estaban al borde del colapso. 33 El destino del viejo edificio de la Casona de San Marcos no parecía ser otro que sucumbir para dar paso al crecimiento desordenado de la ciudad. Ante la posibilidad de la pérdida irreversible del monumento, surgieron las voces de ilustres sanmarquinos y personalidades del mundo de la cultura, en su defensa. En 1989 se logró el compromiso del Gobierno español para apoyar la restauración integral de este importante conjunto histórico y su adaptación como Centro Cultural de la Universidad. En octubre de 1990 se iniciaron los estudios previos y los trabajos de emergencia, con participación del Programa de Preservación del Patrimonio Cultural de Iberoamérica de la Agencia Española de Cooperación Internacional, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y el Instituto Nacional de Cultura Paralelamente, se inició la elaboración del Anteproyecto General de intervención y de adecuación del conjunto como Centro Cultural, y los proyectos y expedientes técnicos de cada uno de los sectores. El planteamiento de esta intervención buscó conservar la arquitectura del monumento, respetando su concepción y 34 características originales, y la integración de los nuevos usos propuestos. Se incorporaron los mínimos elementos arquitectónicos necesarios, todos ellos de carácter contemporáneo y reversible, evitando el usual recurso del «falso histórico». El planteamiento también consideró, como factor prioritario, facilitar y simplificar las tareas de conservación y mantenimiento de la obra restaurada. En 1991 comenzaron los trabajos en el Salón General, y continuaron en otros ambientes, patios y sectores de la Casona conforme la programación y las prioridades establecidas por la UNMSM. Como resultado de este trabajo se han concluido y entregado al Centro Cultural, para su nuevo uso, el Salón General, el Salón de Grados, el Patio de Chicos, la antigua Huerta, el Patio de los Jazmines, el Patio de Letras, el Patio de Ciencias y la Biblioteca «España de las Artes». Estas intervenciones han permitido introducir y divulgar criterios y conceptos contemporáneos sobre restauración y nuevo uso del patrimonio, así como la formación y práctica dentro de este campo de una nueva generación de jóvenes profesionales. 35 36 Evolución espacial del Conjunto Arquitectónico de la Casona de San Marcos (1605-2005) 37 Primera mitad del siglo XVII.Entre 1605 y 1613 se construye sobre terrenos de la huerta o chacarilla1, adquiridos por la Orden jesuita al sur de la ciudad, el primitivo conjunto de la Casa de Probación y Noviciado de San Antonio Abad. La capilla y el acceso principal del edificio se ubican sobre el antiguo camino hacia la Ermita de Nuestra Señora de Guadalupe, que desde entonces se conoció como calle del Noviciado (hoy Jirón Azángaro). * Esta zona, por entonces alejada del centro de Lima, fue de uso agrícola desde tiempos prehispánicos; de ahí su denominación quechua “chajra”, hispanizada como “chacra” o “chacarilla”. 38 39 Segunda mitad del siglo XVII.El Noviciado de San Antonio Abad extiende su propiedad hasta el Cementerio de Guadalupe (en las inmediaciones del actual Palacio de Justicia), donde construye su Casa de Ejercicios Espirituales. El creciente número de internos del Noviciado obliga a ampliar el área del edificio y aparecen nuevos salones, dormitorios y áreas de servicio. Al crecer el internado, la Casa de Probación fue separada del Noviciado, y trasladada al extremo norte de la Chacarilla con la nueva denominación de Casa de Probación de San Bernardo. La Huerta del Noviciado, de trazo muy ordenado, contenía siete pequeñas capillas o ermitas. 40 41 Primera mitad del siglo XVIII.La planta del Noviciado alcanza su máxima extensión. Hacia el sur, se amplían las casas de retiro y a lo largo de la calle del Noviciado se construyen nuevas residencias para los padres jesuitas. Esta etapa es la de mayor esplendor del conjunto, que esboza su planta actual e incluye varios patios, salones y ambientes hoy desaparecidos. El terremoto del 28 de octubre de 1746 destruye totalmente el Noviciado de San Antonio Abad. 42 43 Segunda mitad del siglo XVIII y primera del XIX.El Noviciado fue reconstruido tras el sismo de 1746. Luego de la expulsión de los jesuitas en 1767, el Real Convictorio de San Carlos ocupa el antiguo Noviciado. Se subastan una parte de la chacarilla y los terrenos donde se levantaban las casas de retiro y las viviendas de los religiosos. Aparece el largo callejón de servicio que comunicaba la huerta con la Plazuela de San Carlos, y se crean nuevos patios y salones. Tras la Independencia, el Convictorio se convirtió en el Colegio de San Carlos, y pasó a ser dependencia de la Universidad de San Marcos en 1861. 44 45 Segunda mitad del siglo XIX.En 1860 se realiza un proyecto de urbanización que incluye los sectores de la chacarilla, propiedad del Colegio de San Carlos. La apertura de nuevas calles confina al antiguo edificio de San Carlos dentro de la manzana que actualmente ocupa. A partir del antiguo callejón de servicio del colegio se traza la calle Inambari y, sobre ella, la actual fachada principal del edificio. El local fue asignado a la Universidad Mayor de San Marcos en 1867, sin sufrir transformaciones espaciales importantes durante el resto del siglo XIX. 46 47 Siglo XX (1900–1920).El edificio de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos queda integrado dentro de la ciudad. Desaparecen los últimos árboles de la antigua Chacarilla de San Bernardo. El sector oriental de la Casona, paralelo a la calle Cotabambas, conservó sus áreas verdes tras la lotización de 1860, y fue progresivamente ocupado por instalaciones deportivas y dormitorios durante las primeras décadas del siglo XX. 48 49 Siglo XX (1920–1950).La prolongación de la Avenida de La Colmena divide la manzana situada frente a la fachada principal de la Casona de San Marcos, donde se crea en 1921 el Parque Universitario. El edificio empieza a ser insuficiente para los requerimientos de la Universidad. Se inician nuevas construcciones dentro de sus patios y áreas libres, y se incorporan de forma improvisada segundos niveles de material precario. 50 51 Siglo XX (1950–1990).Se inicia un proceso acelerado de tugurización y deterioro de la Casona de San Marcos y de su entorno urbano. La mayor parte de los patios y salones son trasformados para dar cabida a la creciente población universitaria, y se altera la concepción arquitectónica del edificio. Tras el sismo de 1966, la Casona es declarada en estado de emergencia y deja de ser la sede principal de la Universidad, que se traslada a la nueva Ciudad Universitaria. Gran parte de sus ambientes quedaron clausurados o en ruina. Los menos deteriorados fueron ocupados por dependencias culturales, administrativas y los depósitos de los museos. El estado de deterioro del antiguo edificio es considerado prácticamente irreversible y surgen propuestas para su demolición. 52 53 Fin del siglo XX e inicios del XXI.La recuperación del antiguo edificio se inicia en 1990, a través del Convenio de Cooperación suscrito entre la Agencia Española de Cooperación Internacional, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y el Instituto Nacional de Cultura. El Centro Cultural de la Universidad entró paulatinamente en funcionamiento desde 1994, al reabrirse el Salón General; primer espacio arquitectónico de este monumento histórico puesto en valor. En 1995 la Municipalidad Provincial de Lima remodela el Parque Universitario y reubica a los comerciantes informales de la Avenida Nicolás de Piérola, que prácticamente había sido cerrada al tránsito vehicular. En el año 2003 la Municipalidad de Lima realiza una intervención para el rescate y mejora de este espacio. Se recuperan los niveles originales de piso del frontis de la Casona y se cierra el perímetro del parque con un enrejado. 54 55 Reseña histórica de los principales ambientes de la Casona de San Marcos Salón General.Este ambiente, conocido también como el «General», es uno de los más representativos del conjunto. Su fecha de construcción no ha podido ser precisada, aunque se presume que su fábrica data de la segunda mitad del siglo XVIII, y que éste salón reemplazó a un salón general de la Orden jesuita destruido a raíz del terremoto de 1746, cuya existencia no esta plenamente establecida. Este ambiente fue, durante la etapa del Convictorio de San Carlos, el principal foro de discusión y el escenario de los más importantes debates académicos. A ello contribuyó su concepción arquitectónica, que dispone a los ocupantes frente a frente, propiciando el debate entre posiciones antagónicas. Clausura del Año Académico en el Salón General, 1909. 56 Durante la ocupación de Lima entre 1881 y 1883, el Salón General fue utilizado como establo por las tropas de caballería chilenas. El 3 de noviembre de 1883, el Arq. Trefogli emitió un informe sobre los daños ocasionados en el edificio por las tropas invasoras: «General.- Es la parte del local que mas ha sufrido (...) la baranda que separaba del salón, los asientos de los catedráticos y de todos los asientos y zócalos de esta parte del local no se encuentran(...) Las puertas de las galerías y pasadizos no existen(...) los pisos están destruidos en parte.» (8) Detalle de luneto y galería superior, 1990. El salón fue reparado tras la guerra y continuó siendo utilizado para las Estado de deterioro de la Sala General, 1990. ceremonias y actos académicos de la Universidad. El sismo de 1966 dañó gravemente sus estructuras y provocó el derrumbe parcial de su cubierta, por lo que fue declarado en ‘estado de emergencia’ y clausurado. Las nuevas construcciones levantadas en años posteriores sobre el patio de los Jazmines, en el frente principal del Salón, impidieron el acceso directo desde el patio. En 1991, al iniciarse los trabajos de restauración, el Salón General se encontraba en un completo estado de ruina. En su interior se acumulaba desmonte y material de desecho de la casona. Los elementos de la carpintería y mobiliario interior que habían logrado conservarse tras el 57 sismo, quedaron gravemente deteriorados tras veinticinco años de exposición a la intemperie. La intervención recuperó, de forma integral, la arquitectura del Salón correspondiente a la segunda mitad del siglo XIX. Para la elaboración de la propuesta y ejecución de los acabados interiores se utilizó como material de apoyo la documentación fotográfica de archivo. La intervención contempló la mejora del comportamiento antisísmico de su estructura. Con la restauración integral del Salón General, concluida en 1994, la Universidad recuperó el tradicional marco solemne para sus actos académicos y ceremonias institucionales. Luneto y galería restaurados, 1994. Salón General completamente restaurado, 1994. 8 58 Informe del Arq. Trefogli; Patio de Jazmines.-General. Lima, 1883. 59 Patio de los Jazmines.Este patio se ubica dentro de un sector que durante la primera etapa del Virreinato estuvo ocupado por chacras y huertos, como lo confirman los restos de una acequia de regadío que lo atravesaba, hallada durante los trabajos de exploración arqueológica. Su planta y construcción corresponde a los años posteriores al sismo de 1746. Una de las primeras referencias documentales data del 7 de octubre de 1767, cuando D. Cristóbal Mesía y Munive, Oidor de la Real Audiencia y Juez ejecutor de la orden de extrañamiento de la Orden jesuita, realizó el inventario del expropiado Noviciado, donde describe el llamado «claustro segundo»: «(...) se reconoció hallarse en él veinte y ocho arcos sostenidos de otras tantas columnas de madera de bálsamo (...) en el medio del patio de este claustro se halla una pila de jazpe blanco con su alberca de la misma piedra rodeada de otra ordinaria y de quatro jazmines que la acompañan (...)» (9) El Patio conservó sus principales características originales durante las etapas del Real Convictorio y del Patio de los Jazmines, 1927. Al fondo aparece el desaparecido mirador. 60 El Patio de los Jazmines en 1990. Se aprecia la notable disminución del área libre del patio. Colegio de San Carlos, según se desprende del informe de ‘reconocimiento del colegio’, realizado por D. Manuel Pardo Rivadeneyra el 8 de noviembre de 1815: «(...) un claustro sin altos, de bastante extensión (...) con su pila en medio (...) lleno de habitaciones pequeñas (...)» (10) A partir de 1867, al trasladarse la Universidad de San Marcos al antiguo local del Colegio de San Carlos, se ubicaron en este patio las aulas y dormitorios para los alumnos internos y los servicios generales. Durante la ocupación chilena el Patio sufrió importantes daños, tal como lo detalla en su informe el Arquitecto Trefogli: Proceso de desmontaje de construcciones añadidas para la recuperación de la planta original. 61 depósitos, ante la necesidad de nuevos espacios. Antigua portada de ingreso a la huerta. Área original del patio recuperada, 1993. «Patio.- Los pisos están muy maltratados, la acequia atorada y descubierta en parte (...) las paredes maltratadas y sin los correspondientes herrajes las puertas y ventanas (...) el departamento de excusados esta destruido en sus pisos, techos y asientos (...)» (11) Hacia mediados del siglo XX, el Patio fue transformado por las nuevas construcciones que ocuparon gran parte del área libre del jardín reubicándose su pileta central. Los niveles altos de las galerías también fueron ocupadas de forma precaria y desordenada por nuevas aulas y En 1966, tras el traslado de la Universidad de San Marcos a la nueva Ciudad Universitaria, parte de estos ambientes fueron utilizados como depósitos, clausurándose los más deteriorados. La restauración del Patio de los Jazmines, iniciada en 1992, recuperó el trazado original del patio. En él se ubican actualmente las nuevas áreas de depósitos y administración del Museo de Arqueología y Antropología, y un pequeño auditorio de usos múltiples para el nuevo Centro Cultural de la Casona de San Marcos. Columna restituida a su posición original, 1993. Inventario de los bienes muebles e inmuebles del Colegio del Noviciado. Junta para la adjudicación temporal de las propiedades de los Jesuitas en el Perú. Inventario. P 189-90Claustro Segundo. 1196. Lima, 1767. 10 “Reconocimiento del Colegio”. Pardo Rivadaneyra, M. Lima, 1815. 11 Informe del Arq. Trefogli; Patio de Jazmines - Patio. Lima, 1883. 9 62 63 Patio de Chicos.Este patio, conocido también como de ‘la Mula’ o de ‘Júniores Seminaristas’, formó parte de las nuevas construcciones y las ampliaciones realizadas al edificio, después del terremoto de 1746. Las exploraciones arqueológicas efectuadas en el sector revelaron evidencias de antiguos cimientos que pudieron pertenecer a una de las siete capillas de los jesuitas, repartidas en la Huerta del Noviciado. Durante las visitas de la Junta de Temporalidades en 1767, se le reconoce como el Patio de los Júniores Seminaristas: «(...) claustro quarto de los júniores seminaristas y se reconoció había en él diez y seis columnas de madera de bálsamo que forman un corredor de tres ángulos cubierto de madera en medio del patio un corto jardín con los árboles de naranjo y uno de durazno y un pilón de agua con su caño corriente (...)» (12) Posteriormente, durante la etapas del Convictorio y del Colegio de San Carlos, fue denominado ‘Patio de Chicos’, por haber estado destinado a la instrucción de los recién iniciados en los estudios. El Patio de Chicos en estado ruinoso, 1990. 64 Incorporación del segundo nivel con técnicas y materiales contemporáneos. En 1876 el Patio de Chicos fue cedido a la Escuela de Ingenieros, donde desarrolló sus actividades hasta fines del siglo XIX. En el primer plano del sector, realizado por el Ingeniero Santiago Basurco en diciembre de 1906, se aprecia este patio ocupado por el Colegio Lima, con varias aulas espaciosas y un amplio dormitorio para alumnos internos. En el plano de 1927 realizado por el Ingeniero Enrique Rivera, se aprecia que el patio pertenecía ya a la Facultad de Ciencias, y contaba con cuatro amplios salones de clases. Durante los siguientes años las modificaciones y añadidos, resultados de la necesidad de contar con mayor espacio, alteraron la configuración del patio. La superficie libre quedó reducida a la mitad de su área, al ser ocupada por nuevas construcciones. En 1966, una vez trasladada la Universidad a su nueva sede, el Patio de Chicos fue ocupado parcialmente por instituciones sanmarquinas de carácter cultural. Para 1990, el estado del Patio era ruinoso: parte de sus techumbres habían colapsado, acelerando el proceso de deterioro en el interior de los ambientes, donde quedó acumulado gran cantidad de 65 desmonte. A ello se sumaron las transformaciones urbanas que alteraron el entorno de la Casona. La construcción de nuevos edificios de vivienda, de cuatro y hasta cinco plantas en las propiedades colindantes al antiguo edificio, cambió radicalmente la escala urbana del monumento y el concepto interior del espacio. Galerías restauradas del Patio de Chicos, antiguo patio ‘de la Mula’ o ‘de Júniores’. La restauración del Patio de Chicos, iniciada en 1994, recuperó la planta original e incorporó un segundo nivel contemporáneo de edificación, de carácter reversible, que permitió ampliar la superficie útil y ocultar visualmente los edificios Nuevas salas de baile de las Escuelas Universitarias. 66 Intervención concluida en el Patio de Chicos, 1999. colindantes. Con ello se logró recuperar la privacidad original del claustro. En mayo de 1999 fue concluida la intervención en este patio, dotando al Centro Cultural de nuevas salas de bailes y ensayos para la Escuela de Ballet, el Coro Universitario y el Centro Universitario de Folklore, además de áreas de administración, dirección, camerinos, y baños. Inventario de los bienes muebles e inmuebles del Colegio del Noviciado. Junta para la adjudicación temporal de las propiedades de los Jesuitas en el Perú, Claustro de los Juniores Seminaristas- 1253. Lima, 1767. 12 Detalle del restaurado patio, 1998. 67 Salón de Grados.El actual Salón de Grados, situado entre los Patios de los Jazmines y de Letras, tiene sus orígenes en la Capilla de Nuestra Señora de Loreto, levantada en la segunda mitad del siglo XVII como capilla interior del Noviciado jesuita, lamentablemente destruida como consecuencia del sismo de 1746. Según los resultados de las exploraciones arqueológicas, esta primitiva capilla estaba ubicada en la parte posterior del actual Salón de Grados, y su planta era de dimensiones más reducidas. La actual capilla, que corresponde a la reconstrucción del Noviciado jesuita, es de planta rectangular y está cubierta por una bóveda mixtilínea en madera, decorada con pinturas que representan a santos y doctores de la Iglesia. La bóveda conserva solo seis de sus nueve tramos originales, y una pequeña sección de otro. Tras la expulsión de los jesuitas del Virreinato del Perú en el año 1767, la antigua capilla fue transformada, Conferencia en el Salón de Grados de la Facultad de Letras, 1927. 68 Durante el siguiente siglo el Salón de Grados seria además del marco de discursos y ponencias de los alumnos, el escenario de las más celebres cátedras de personajes como Raúl Porras Barrenechea, José Gálvez, Julio C. Tello, Jorge Basadre y Luis Alberto Sánchez, entre otros tantos ilustres sanmarquinos, mandatarios y personalidades del mundo intelectual. Esquema de la primitiva capilla jesuita de Nuestra Sra. de Loreto. recortándose el tramo de bóveda donde estaban representados San Ignacio de Loyola y San Antonio Abad, en el extremo Sur. Además se retiraron también dos tramos de la bóveda en el lado Norte de la capilla, que fueron reemplazados por una bóveda vaída que configuró el nuevo espacio del presbiterio. En 1956, durante el rectorado de D. Aurelio Miró Quesada, se llevó a cabo otra intervención importante que sustituyó las ventanas originales por pequeños óculos y clausuró la puerta Este, que quedó oculta tras un Esta intervención, fue realizada a fines del siglo XVIII, en tiempos del Real Convictorio, cuando se conocía este espacio como la capilla de San Carlos. Al tomar posesión del edificio la Universidad de San Marcos, la capilla paso a ser un espacio secular, al convertirse en el Salón de Grados y Actos de la Facultad de Letras en 1886. Cala estratigráfica en un dintel del Salón de Grados, 1996. 69 antiguo púlpito perteneciente al Aula Magna del anterior local universitario. Se realizó un cambio escenográfico de la decoración, que transformó niveles de pisos, carpintería y ocultó gran parte de la policromía original del conjunto. La estructura de madera de la bóveda no fue intervenida, por lo que al poco tiempo aparecieron las primeras evidencias de su deterioro, que con el paso del tiempo se fueron acentuando y agravando, llegando a estar muy cerca del colapso. La restauración integral de este conjunto se inició en 1994, con la intervención de la bóveda mixtilínea o trilobulada. En ella se efectuaron trabajos de restauración, reforzamiento estructural y de conservación de las tablas de madera que constituyen el soporte de las pinturas, mereciendo especial mención la eliminación manual de Pinta en la bóveda vaída del interno Isaac Arrospide. Proceso de restauración de la pintura decorativa de la bóveda, 1994. 70 Reintegración cromática de la bóveda. repintes y la reintegración y consolidación de las pinturas decorativas de la bóveda mixtilínea, que recuperó su policromía original. El intradós de la bóveda vaída ocultaba bajo varias capas de pintura una decoración con representaciones de ángeles y querubines, que estilísticamente corresponde a fines del siglo XVIII. Estas pinturas, aún cuando no tienen un gran valor artístico, fueron recuperadas tomando en cuenta su valor histórico principalmente, al igual que las ‘pintas’ realizadas por los alumnos del Real Convictorio encargados de ocultar las imágenes, entre las que destaca la del alumno Isaac Arróspide: Trabajos de restauración y consolidación estructural en el Salón de Grados, 1996. 71 «Isaac Arrospide entró en este Convictorio el Jueves 4 de Febrero de 1848». Igualmente se recuperaron las pinturas en los dinteles de las puertas y ventanas, estos ocultaban alegorías de la Virgen y otras representaciones de plantas y frutos autóctonos del Perú, de similar factura a las pinturas de la bóveda. La restauración integral del Salón de Grados fue concluida en mayo de 1998, recuperándose como escenario de los actos académicos y protocolares más relevantes de la Universidad. Boveda vaída y pilastras restauradas de la antigua capilla del Noviciado Jesuita. Salón de Grados restaurado, notese la prolongación virtual de la bóveda a través del espejo alto al fondo del salón, 1998. 72 73 Antigua huerta.El sector donde hoy se levanta la nueva cafetería es una mínima parte de lo que fue la gran huerta del Noviciado jesuita: «(…) una muy grande huerta trazada con lucido orden en calles y cuarteles, con una hermosa capilla en medio, estanque y fuente, con dos acequias muy copiosas de agua clara y limpia que pasan por ella y la riegan, está poblado de cuantos géneros de árboles frutales y flores nacen en esta tierra.» (13) A lo largo de los siguientes cuatro siglos disminuyó su extensión progresivamente, consecuencia de las subdivisiones y cambios de propiedad. El 6 de abril de 1770, tras la expulsión de los jesuitas, la huerta fue puesta en subasta pública: «(…) compete que la huerta, negros, herramientas, solar y demás concerniente a dicha finca (...) es y toca al Dr. Miguel de Valdivieso, por haberla comprado de su orden y con sus dineros.» (14) Poco tiempo después, Valdivieso volvió a vender al Real Convictorio Antigua huerta del Noviciado, fragmento del plano urbanizador de 1860. 74 de San Carlos una parte de la huerta, que regresó a formar parte del conjunto. El proyecto urbanizador de 1860, iniciativa de D. Mariano Álvarez, seccionó con el trazado de nuevas calles lo que quedaba de la antigua huerta. El edificio del Colegio Mayor de San Carlos y la pequeña sección de la huerta que pudo conservar, quedaron confinados en la manzana que actualmente ocupan. La huerta se transformó en un jardín interior que ocupó el sector oriental de la Casona, paralelo a la calle Cotabambas. Hacia 1900, en el frente de la huerta hacia la calle Inambari se había Consolidación de los arcos de ladrillo. Estado inicial ruinoso del sector construido en la antigua huerta. 1991 75 levantado una sección de nuevas construcciones. En 1927 todo este sector estaba ocupado por el departamento de deportes, donde funcionaba una pista de uso múltiple, un gimnasio, vestuarios, baños y una piscina. En el extremo sur de la huerta se levantó una edificación para depósito y oficina del director deportivo, seguida de una pequeña huerta a la que se accedía a través del tránsito existente dentro de la propia edificación. Posteriormente esta pequeña huerta se cubrió con un Detalle desde el interior del Patio de la Cafetería. techo a dos aguas y fue utilizada como gimnasio cerrado. Tras el traslado de la Universidad a la nueva Ciudad Universitaria en 1966, el área quedó en desuso, iniciándose su deterioro. La reducida huerta fue abandonada y fue utilizada como depósito de basura y escombros. Proceso de construcción de los nuevos ambientes de la cafetería, 1998. La restauración de la Casona de San Marcos planteó, con buen criterio, la recuperación integral de este sector. La construcción abandonada y ruinosa fue destinada, tras su rehabilitación, como área para la Eguiguren, Luis A.: Las Huellas de los Padres de la Compañía de Jesús en el Perú, Cap. II, Los Albores del Noviciado, pp.24. Librería e imprenta Gil S.A. Lima,1956. 14 Declaración.- Don Luis José de Santiago; Domingo Gutiérrez 1768-77 fs. Lima, 1770. 13 76 Cafetería del Centro Cultural. Para ello fue necesario reconstruir la mayor parte de su estructura, correspondiente a la segunda mitad del siglo XX. La intervención conservó la volumetría y los arcos de ladrillo de las portadas originales del tránsito a la huerta. Se incorporó a la edificación una galería abierta, de dos alturas, que integró el volumen de la Cafetería al patio interior ajardinado. Las obras en el conjunto de la antigua huerta y Cafetería fueron concluidas y entregadas al Centro Cultural en mayo del año 1999, convirtiéndose rápidamente en uno de lo espacios mas activos de la Casona. Patio de acceso a la cafetería, 1998. Arco y puente interior. Vista interior del nuevo Patio de la Cafetería, concluido en1998. 77 Patio de Letras.El Patio de Letras, o de los Naranjos, es uno de los más representativos de la Casona. Sus orígenes se remontan a 1613, cuando le fue adjudicada a D. Andrés Hernández, Rector del Noviciado, una vivienda y solar ubicados en la parte posterior de la Iglesia de San Antonio Abad: «(…) por cuanto por parte de la dicha casa diego castrillejo, menor, diciendo que el dicho noviciado tenia necesidad de una casa pequeña que abía dejado el dicho diego de castrillejo junto y pegada con la iglesia del para hacer en ella la portería de la dicha casa sin la cual no se podían acabar la dicha iglesia y pidió que se adjudicase la dicha casa del dicho noviciado dando y pagando por ella lo que tasasen alarifes para ello nombrados.» (15) En ella estuvo ubicada la antigua portería de la Iglesia y del Noviciado, que contaba con talleres, depósitos y establos. Las exploraciones arqueológicas realizadas en la crujía El Patio de la Facultad de Letras, antiguo Claustro de Novicios, hacia 1929. 78 sur del patio, identificaron bajo el nivel de piso actual los cimientos de dos de estas construcciones anteriores al Noviciado y evidencias de otra ocupación más antigua: un empedrado de cantos rodados y el arranque de un muro de piedra y barro. El 7 de octubre de 1767, la Junta de Temporalidades realizó el inventario de este claustro, que entonces se denominaba de Novicios: «Claustro tercero, que este tiene treinta y dos arcos y otros tantas columnas de madera de bálsamo gruesas dadas de verde – en los cuatro ángulos del patio quatro árboles de naranxo y en el medio de él una pila de piedra guamanga, con su alberca de piedra ordinaria (…)» (16) Ángulo del patio y campanario de la Iglesia de San Carlos, 1996. Ruinoso estado inicial de las galerías superiores del Patio de Letras, 1996. 79 Tras los daños ocasionados por el terremoto de 1746 el sector fue reconstruido conservando su planta original; en el plano del Colegio de San Carlos de 1858 aparece este patio con la misma estructura y configuración que tenía casi dos siglos antes. Al producirse el traslado de la Universidad Mayor de San Marcos desde el local del Congreso a la antigua Casona, en 1867, el Patio de los Naranjos fue adjudicado a la Facultad de Letras. A partir de 1883, una vez terminada la Guerra del Pacífico, los daños ocasionados al Patio durante la ocupación de la Casona fueron Restauración de la fachada del patio hacia el Jirón Azángaro, 2004. Proceso de restauración de arcos y galerías del Patio de Letras, 2002. 80 reparados con prontitud, se acondicionaron nuevas aulas universitarias y hacia 1910 fue ampliado con el actual segundo nivel de edificación. A mediados de los años 20 las galerías abiertas del segundo nivel fueron cerradas con ventanales de madera, que permitieron su utilización como aulas y salas de exposición del Museo de Historia Natural. Las áreas del segundo nivel y de las galerías, con estructura de vigas de madera, fueron utilizadas sin considerar sus limitaciones estructurales en cuanto a uso y capacidad de carga, por lo que hacia 1960 habían sufrido asentamientos diferenciales y se encontraban en avanzado estado de deterioro. El sismo de 1966 dejó el sector prácticamente inutilizable; tras apuntalamientos y algunos arreglos menores, parte del Nuevas salas de exposiciones del Patio de Letras, 2005. 81 Patio de Letras, al fondo, la cúpula y el campanario de la antigua Iglesia de San Carlos, actual Panteón de los Próceres. patio fue ocupado de forma precaria por los depósitos del Museo de Arqueología y Antropología de la Universidad, donde permanecieron hasta el año 2001. Los estudios previos a su restauración evidenciaron el grave deterioro de las construcciones del patio, resultado de las excesivas sobrecargas en la estructura del primer nivel. En 1997 fue necesario efectuar una primera intervención de emergencia para reemplazar las deterioradas columnas de las galerías del primer piso, incapaces de soportar la estructura del segundo nivel. En la nueva propuesta de uso de la Casona se planteó utilizar este patio como área de las principales salas de exposiciones del Centro Cultural de San Marcos. Los trabajos se orientaron a la conservación y a la consolidación estructural, que permitieron habilitar amplias salas de exposiciones temporales en el primer y segundo nivel. La restauración del Patio de Letras concluyó en octubre del año 2003. Declaración de P. Andrés Hernández (Rector del Noviciado) y Manuel Fernández (apoderado del menor Diego Castrillejo), ante el escribano Pedro de Urbanejo. Lima, 1613. 16 Inventario de los bienes muebles e inmuebles del Colegio del Noviciado. Junta para la adjudicación temporal de las propiedades de los Jesuitas en el Perú, Claustro Segundo Tercero- 1196. Lima, 1767. 15 82 83 Patio Principal.El Patio Principal o de Maestros es el más antiguo de la Casona. Su planta se ha mantenido inalterada desde la fundación del Noviciado jesuita. Este patio, colindante con la Iglesia, albergó a lo largo de toda su historia las dependencias y dormitorios de las máximas autoridades de las instituciones que ocuparon la Casona, por lo que ha sido siempre considerado como su sector principal. La primera descripción corresponde a la Junta de Temporalidades, en 1767: «Este colegio tiene dos puertas a la calle que son la principal y la falsa inmediata la una a la otra (...) La puerta principal tiene una pieza techada de madera nueva y en ella una puerta interna con su postigo, sus cerraduras y llaves corrientes por donde se dentra al primer claustro (...) y en dicho claustro principal veinte y ocho columnas de madera de amarillo gruesa dadas de verde que forman otros tantos arcos con vasas de piedra (...) « (16) Patio de Derecho a inicios del siglo XX 84 Debido a su importancia, este claustro fue el único que contó con dos plantas durante los periodos del Noviciado jesuita y del Convictorio Carolino. En 1815 el regente de la Audiencia del Cuzco, don Manuel Pardo Rivadeneyra, tras su visita oficial al Colegio, lo describe así: « (...) a cuya entrada se presenta un claustro de regular extensión, con altos, a la derecha del cual se halla una pieza de bastante capacidad que abraza casi todo el ángulo, destinado a la biblioteca, completándolo una entrada a la iglesia, y otra a la sacristía que llaman del noviciado; en el ángulo siguiente se hallan dos piezas de bastante capacidad, ocupada la segunda por el Vice-Rector del Colegio (...) y el del frente una de bastante capacidad destinada para el Rector (...)» (17) En 1859, al abrirse la calle Inambari, se creó el nuevo acceso principal desde el Parque Universitario, que durante los tiempos del Noviciado se realizaba a través del atrio de la Iglesia. Tras el retiro de las tropas chilenas que invadieron Lima, este patio quedó en muy mal estado. En el informe del Arquitecto Trefogli se señala que habían desaparecido las estanterías, las subdivisiones interiores, los zócalos de madera, los lavatorios, algunas de las puertas y Patio Principal e Iglesia de San Carlos (Actual Panteón de los Próceres). todos los herrajes y vidrios correspondientes a puertas y ventanas; además, tanto las paredes y los pisos se encontraban muy maltratados. El Patio Principal fue destinado a la Facultad de Derecho que funcionó en este sector hasta 1966. Su pileta sirvió también para dar un chapuzón a aquellos alumnos y catedráticos con 85 posturas retrógradas o antinacionalistas, que eran previamente sacados en vilo de sus aulas. Alrededor de ella se fueron delineando los movimientos políticos y sociales sanmarquinos, de gran trascendencia para la historia moderna del Perú. La expropiación de la Iglesia de San Carlos en 1924, que pasó a ser Panteón de los Próceres, puso fin a la relación existente entre el templo y la Casona. Para lograr la recuperación integral del monumento, es fundamental volver a integrar la Iglesia dentro del conjunto arquitectónico del cual formaba parte y al cual pertenece. Las exploraciones arqueológicas en pisos, muros y demás elementos del patio han sido concluidas, y se han iniciado las primeras intervenciones orientadas a la conservación y puesta en valor de este importante espacio de la Casona de San Marcos. Los trabajos de restauración en el antiguo Patio de Derecho estarán terminados en mayo del año 2006. Estado actual del antiguo Patio de Maestros de la Casona de San Marcos, 2005. Junta para la adjudicación temporal de las propiedades de los Jesuitas en el Perú, Inventario de los bienes muebles e inmuebles del Colegio del Noviciado. Colegio, 1214. Lima, 1767. 18 “Reconocimiento del Colegio”. Pardo Rivadaneyra, M. Lima, 1815. 17 86 87 Patio de Ciencias.El Patio de Ciencias o de Machos, colindante con el Patio Principal, surgió durante la reconstrucción del conjunto tras el sismo de 1746. El inventario realizado por la Junta de Temporalidades en el Noviciado de San Antonio Abad, en 1767, describe con detalle este patio: «En el patio que llaman de los machos se hallan dos corredores en los dos lados de él sobre pies derechos el uno de ocho lumas; y el otro de siete quartones de roble con techos de caña y estera maltratados y en el medio del patio una peaña de adobe con una cruz grande de madera dada de verde; en este patio hay once puertas una de las piezas de la ropería (...) otra de la zapatería (...) otra puerta falsa de la despensa del refectorio (...) otra del quarto donde guardavan el hierro (...) otra puerta de una pieza grande que sirve de enfermería para los esclavos (...)» (18) Estado inicial de deterioro de la galería superior y cubierta del patio de ciencias, 1990. 88 Patio de Ciencias, antiguo ‘Patio de los Machos’, 1996. La construcción del actual segundo nivel corresponde a la etapa del Colegio de San Carlos. Tras el traslado de la Universidad de San Marcos, este patio fue asignado a las Facultades de Matemáticas y Ciencias Naturales. La guerra con Chile trajo también la ruina al Patio de Ciencias, cuyo penoso estado fue documentado por el Arquitecto Trefogli en 1883, tras la partida del ejército invasor: «Facultad de Ciencias.- Gabinete de Mineralogía.- Cuartos de sirvientes y excusados, lavaderos, etc.- Están maltratados en sus paredes y piso. Se ha abierto la Cala estratigráfica en columna de madera revela hasta 7 períodos diferenciados en el patio. 89 pared en el respaldo, quitando la ventana, falta una división de telar y cinco puertas; de los comunes y lavaderos nada queda.Laboratorio de Química y Física.Nada queda de aparato fijos: sus paredes y pisos destrozados. Las puertas y ventanas sin chapas y destruidas (...)» La Facultad de Ciencias reacondicionó sus laboratorios y reparó los daños ocasionados a sus instalaciones, que siguió utilizando durante gran parte del siglo XX. Las galerías altas y bajas fueron subdivididas para la creación de nuevas aulas, apareciendo también circulaciones verticales dentro de su perímetro. Hacia 1935 se construyó una escalera imperial sobre el área libre del patio, que fue reemplazada hacia Mascarón de la antigua pileta del patio. Restauración de columnas y galerías del Patio de ciencias, 2004. 90 Restauración y sustitución de carpintería dañada en las galerías, 2005. 1955 por otra ubicada en el interior de la galería, que rompió la circulación perimetral en torno al patio. Al trasladarse la Facultad de Ciencias, en 1966, algunos de los ambientes de la planta baja fueron clausurados y otros utilizados como oficinas y depósitos; las salas del segundo nivel fueron destinadas como salas de exposiciones del Museo de Arte. En al año 1988 la mayor parte de los ambientes del patio de Ciencias se encontraban clausurados. Las salas de exposiciones se utilizaban de forma esporádica, debido al grave deterioro físico y al riesgo de colapso de su estructura. En enero de 2003 se inició la restauración del conjunto del Patio de Ciencias. Los ambientes del primer y segundo nivel se encontraban con apuntalamientos de emergencia, resultado de los graves daños estructurales. La intervención, concluida en mayo de 2005, estuvo orientada a la Inventario de los bienes muebles e inmuebles del Colegio del Noviciado. Junta para la adjudicación temporal de las propiedades de los Jesuitas en el Perú, Inventario Patio de Machos, 1260-1261. Lima, 1767. 20 Informe del Arq. Trefogli; Facultad de Ciencias. Lima, 1883. 19 91 Vista superior del restaurado Patio de Ciencias, 2005. consolidación y adaptación de las antiguas estructuras a los nuevos requerimientos del Centro Cultural de la Casona de San Marcos, habilitándose las áreas destinadas a la Biblioteca España de las Artes, y a los talleres y depósitos del Museo de Arte. Esta intervención obtuvo en el 2004, el 1er Premio en el IV Concurso Nacional Calidad Arquitectónica del Colegio de Arquitectos del Perú, dentro de la categoría «Restauración y Conservación del Patrimonio y Renovación Urbana». Nuevas salas de lectura de la biblioteca ‘España de las Artes’ 2005. 92 93 Patio de los Capistas.El antiguo Patio de Capistas responde a esta denominación debido a que durante la etapa del Real Convictorio Carolino este sector estuvo destinado a los alumnos externos, a los cuales les estaba permitido el privilegio de usar una capa. La aparición de este patio fue consecuencia del gran terremoto de 1746 y del proceso posterior de reconstrucción de la mayor parte del antiguo noviciado, entre los años 1750 y 1760. plano de la Casona levantado por el Ingeniero Santiago Basurco, en el año 1906. A lo largo del siglo XX este sector fue trasformado por la subdivisión de sus antiguos ambientes y por la incorporación de construcciones Durante la etapa del Convictorio Carolino, este patio albergó las áreas de servicio del edificio, como la cocina, la lavandería, la enfermería de los internos y un corral menor vinculado a la Chacarilla de San Bernardo. Con el traslado de la Universidad a la Casona, el Patio de Capistas fue utilizado como área libre para las prácticas de deporte de los alumnos sanmarquinos, y formó parte de otras instalaciones deportivas, entre las que se encontraban además el gimnasio, una piscina y una cancha de baloncesto y usos múltiples. Estas instalaciones, y la distribución general de la Casona a inicios del siglo pasado aparecen reflejadas en el 94 Nuevas construcciones ocultaron el trazado original del patio, 2002. modernas, para atender la creciente demanda de espacio por parte de la universidad. El área del antiguo patio desapareció en 1915, al quedar oculta bajo las nuevas aulas y laboratorios construidos por la Facultad de Ciencias, a los que se añadieron nuevos segundos niveles de construcción hacia 1935. Al trasladarse la Universidad a la nueva Ciudad Universitaria estas instalaciones fueron cedidas al Museo de Arte de San Marcos, que las utilizó como salas de exposición y depósitos. Frente de algunas de las construcciones que ocuparon el antiguo patio. Plano de la Universidad, levantado en 1906 por el Ing. Santiago Basurco, en el cual se aprecia el antiguo trazado del Patio de los Capistas. 95 Las exploraciones arqueológicas realizadas durante el año 2004 no han permitido hallar evidencias que hagan viable la recuperación de su trazado histórico, por lo que no se intentará recuperar el área libre del antiguo patio. El área de la antigua piscina se encuentra parcialmente intervenida, funcionando actualmente en ella salas de exposiciones y de ensayo de la banda universitaria. Entre las propuestas de uso para el resto de esta área de la Casona, se encuentran la creación de un gran auditorio para el Centro Cultural, y la implementación de salones de usos múltiples y de ambientes climatizados para la conservación adecuada de piezas museográficas importantes. Fachada del volumen que contenía parte del gimnasio y la antigua piscina, 2002. Estrecho callejón de servicio del área ocupada. 96 97 98 99 © José Moron Borrego 100 Bibliografía Camacho, F.: Aspectos de Lima 1929, III Edición, Editorial Incazteca. Lima,1929. Cobo, Bernabé P.: Historia de la Fundación de Lima, M. González de la Rosa, Lima 1882. Eguiguren, Luis Antonio: Diccionario Histórico y Cronológico de la Universidad Real y Pontificia de San Marcos, Tomo II, Talleres Gráficos Torres Aguirre, Lima 1949. 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