CRITERIO MÉDICO. MADRID, 10 DE SETIEMBRE DE 1875. La doclrina celular que hoy parece invadir el campo de la medicina alopática, ¿puede y debe ^ener úKiles aplicaciones y noi-oria comprobación en la medicina homeopáMca, dados sus inquebranhbles fundamenl-os, experimenfacion pura, ley de similil'ud y dinamismo vihal? MEMORIA ESCUTA PARA E t CONCDRSO DE PREMIOS DE 1 8 7 1 , por el Dr. H . GouUon, joven, de W e i m a r {Sajonia), optando al premio propuesto y costeado por la Sociedad Haknemamiana Malrileme, y premh da con el accésit por la Sociedad, en el concurso de 1875. TRADUCIDA DEL ALEIIAN POR EL DR. PAZ ALVAREZ. {Continuación.) XVI. DESCBIPCION DETALLADA DE LA METAMORFOSIS GRASIENTA. Aunque es pequeña la utilidad terapéutica que resulta de la más clara y diferencial explicación con que Virchow ha querido demostrar los procesos de la metamorfosis grasienta, no queremos privarnos, sin embargo, del conocimiento de estos actos, sobre todo de los datos diagnósticos y pronósticos que andan de mano en mano. Asi, por ejemplo, hay una diferencia capital en que la grasa se desarrolle en el plano muscular del corazón, en el tejido intersticial ó en los hacecillos musculares primitivos del mismo (metamorfosis especial grasienta de la sustancia muscular pi'opia del corazón). La última puede ser llamada también degeneración parenquimatosa. 18 386 EL CRITERIO MáoiOO. La acumulación de una grasa finamente granulosa, puede tomar un aspecto amarillo; asi es que lo que se ha designado como reblandecimiento cerebral amarillento, se debe también considerar como una forma de degeneración grasicnta. En los ojos tiene el proceso una gran importancia práctica, puesto que en ellos puede ser alterada la visión de un modo que podemos llamar pasivo, porque una parte transparente se vuelve opaca si degenera grasicntamente; y la alteración grasicnta en el arcus senilis puede ser tan grande que dé lugar á una zona opaca que debilita notablemente la visión. El detritus grasiento pone de manifiesto en lugar de los elementos histológicos una verdadera masa emulsiva, lo cual sucede también cuando una célula de pus, una granulación del tejido celular, una fibra nerviosa ó muscular ó un vaso experimentan esa metamorfosis. Al estadio de la generación grasicnta precede el de la infiltración oscura, en la que las partes aumentan en diámetro y densidad , porque se atraen una gran cantidad de material. Así sucede en la nefritis parenquimatosa (enfermedad de Bri¡/ht), en la que cada célula epitelial recibe 'de la hiperemia é infiltración, á la vez existentes, una gran cantidad de masa opaca, sin que se pueda notar al principio un vestigio siquiera de una gotecilla grasienta. Apliquemos esta fase de, la evolución de la metamorfosis grasicnta á la confección de una materia médica pura, y daremos del modo más fácil con el medicamento que corresponda especialmente al primer estado (la infiltración oscura), y con otros que quizás sean mejores para el segundo (la inflamación parenquimatosa), etc. Y ¿no poseemos ya verdaderamente tales diferencias medicamentosas? ¿No damos, por ejemplo, Ilepar antea de estar decidido si hay ó no pus; Mercurius en las supuraciones de todas clases? Pero hay que conocer entre tantos importantes medicamentos los que sofocan precisamente en su germen el proceso de la formación grasicnta, porque si no resulta siempre una atrofia permanente. En ningún caso parece, sin embargo, que se puede Í¡L OBITBEIO MÍDIOO. 387 conseguir el restablecimiento de una nueva y activa parte funcional (1). Los estados ateromatosos de las arterias esclarecen muy bien del mismo modo las consecuencias del acumulo grasicnto. Virchow explica la inflamación ateromatosa por un acto análogo en la pared de los vasos, como en la endocarditis, pero sólo con carácter crónico. A este estado inflamatorio ayuda una especie de infiltración oscura (anteriormente estado de irritación). La masa pulposa, ateromatosa, está por esta razón aparentemente en una cavidad, porque lo íntimo permanece intacto. La primera está compuesta, por lo demás, de colesterina, células granulosas y granulaciones grasientas, y grandes grumos de sustancia semireblandecida. Ademas de la degeneración grasicnta, existe la posibilidad de un segundo fenómeno; la osi/icadon; proceso activo que procrea un nuevo tejido, pero que por su evolución especial marcha rápidamente á la disolución. Finalmente, la úlcera ateromatosa se forma al principio como una excavación delgada en lo íntimo del tejido, y por cuyo conducto penetra el espeso y viscoso contenido del foco ateromatoso. Completamente en armonía con lo dicho al principio, excita Virchow á estudiar los orígenes de las metamorfosis, porque sólo así se conseguirán para la práctica seguras y útiles apreciaciones sobre los procesos patológicos. XVIL DEGBNKEACION AMILOIDEA.—INFLAMACIÓN. Degeneración amiloidea es el término de Virchow para la anteriormente llamada degeneración ceruminosa ó lardácea, Virchow descubrió con el iodo la reacción de los cuerpos amiláceos del aparato nervioso; encontró después los folículos del bazo convertidos en su totalidad en una masa semejante á la cera {leche de tago). En los ríñones, hígado é intestinos, se ha visto (1) Mfts, ¿cótuo se compagina esto con lai magníficas ctiraciones de la eníer* medad de Bright confirmada? 388 EL OBITEEIO MEDICO. también esta sustancia; igualmente en las glándulas linfáticas, en la membrana mucosa de los órganos urinarios, en la sustancia del aparato muscular, en el corazón y en el útero. Interesante es su aspecto en la próstata, en donde da lugar á concreciones, por lo que Virchow ha deducido que se formaban esos corpora amilácea por una especie de precipitado {sedimento). Por lo que respecta á la infiltración de los tejidos por la sustancia amiloidea, opina Virchow que tal metamorfosis amiloidea se puede comparar muy bien á la calcinación ó incrustación calcárea. Cuando los tejidos están degenerados de este modo, el iodo no da la reacción azul. Y aun cuando permanece incolora con el ácido sulfúrico, se vuelve azul bajo la acción de dicho ácido y del iodo, carácter que sirve para no identificarla con la grasa. Por el contrario, partiendo de aquí se puede comparar el acto á aquel que vemos empezar en el crecimiento de la planta cuando la célula elemental se rodea de capas capsulares. El asiento primitivo, por decirlo así, de estas metamorfosis, está en las arterias más pequeñas, pues de ellas parte primeramente la infiltración en el tejido de su dominio (parenquima). Esto se aprecia muy bien en el hígado, en el que después de verificada la reacción producida por el iodo, se ven pequeñas manchas y puntos violáceos y rojizos, correspondientes á las ramas penetrantes de la arteria hepática. El contenido granuloso primitivo de la célula hepática es gradualmente homogéneo. La sustancia total del acino puede también finalmente convertirse en masa amiloidea. Virchow acepta un origen discrásico para esta degeneración, porque no se limita ordinariamente á un órgano. La caquexia y la hidropesía se asocian fácilmente á estas metamorfosis , y por esta razón tienen alta importancia clínica. Hay casos en que toda la extensión del tubo digestivo, desde la cavidad bucal hasta el ano, no existe una sola arteria, por pequeña que sea, que no se encuentre en ese estado morboso; cada parte del esófago, del estómago, del intestino delgado y grueso, muestran alteradas de semejante manera las pequeñas arterias de la membraba mucosa. EL CRITERIO MÍDIOO. 389 Falta de reabsorción y disposición á la diarrea acompañan á la discrasia en los últimos casos. La reacción del iodo explica perfectamente el por qué se necesita deprimir sólo algunos sitios, para que se presente el color rojo-violáceo, ó una serie de puntos compactos, amarillo-rojizos, ó rojizo-oscuros, mientras que la membrana mucosa existente en medio de ellos permanece amarilla. Virchow no habla, es verdad, de un reactivo terapéutico. Sin embargo, la suposición no debia de ningún modo ser rechazable, porque precisamente el iodo y sus preparados, á causa de sus r e laciones químico-específicas, ofrecen puntos de apoyo clínicos. Ademas, el agua mineral de Kreuznacher, que contiene iodo y bromo, viene elogiada desde hace mucho tiempo, y se utiliza contra semejantes desórdenes. Hay que observar también la degeneración amiloidea en los ríñones especialmente; en los que da lugar al estado crónico de ellos, l'amado de Bright (en Viena se llaman ríñones lardáceos), que por esta causa se distingue de la nefritis parenquimatosa, esto es, de los ríñones simplemente inflamados, según Bright; pues en esta forma se fija el estado morboso en el epitelio, mientras qwe la degeneración amiloidea ataca á las pequeñas arterias (glomérulos). Finalmente, cuanto más invadido está el tejido intersticial de los ríñones, tanto mejor se efectúa una tercera forma de inflamación, que produciendo la inspiración de las cápsulas y canales uriníferos, la estrangulación y contracción, da asimismo lugar al obstáculo de la circulación sanguínea, y por esta causa á la alteración de la secreción. Pasemos ahora á la doctrina de Virchow sobre la inflamación, que se muestra por sí misma, en su exposición por aparatos, en la independencia de la célula y en la teoría sostenida por él con toda la autoridad de su nombre, de los centros igualmente valiosos del organismo. Mientras que hasta ahora se ha aceptado que ninguna inflamación era posible sin hiperemia (como aparición inicial de la inflamación), Virchow deduce de eso que la inflamación es también 390 EL CEITEEIO MEDICO. presumible allí donde es notorio no existen vasos; y, por lo tanto, sin hiperernia. Pero de aquí no se sigue aún que la haya sin exhudacion. Sin embargo, es completamente indiferente para la noción inflamación , que la exhudacion sea ó no de naturaleza fibrinosa. Esta ú'.tima circunstancia depende, sin duda alguna, de la participación de los vasos. Pero la exhudacion se compone, en general, esencialmente del material que por el cambio de situación hay reservado en la parte inflamada y de líquidos extravasados de los vasos afectados. Expresándonos de otro modo, diremos: que hay dos especies de inflamación; la parenquimatosa, en donde los vasos no toman parte, ó desempeñan un papel secundario, y en la que el exhudado no puede confundirse nunca con el líquido trasudado de los vasos; y la secretoria ó exhudativa, en la que se verifica un derrame por parte de los vasos. Se comprende fácilmente que la inflamación de los órganos superficialmente situados (piel, membranas mucosas, etc.), pertenece á la segunda categoría. Esta división moderna es muy importante para la práctica homeopática, pues ella quizás explica el por qué una serie de procesos inflamatorios no ceden en realidad á los, en otro tiempo tan renombrados, medicamentos antiflogísticos. Sin embargo, la ciencia tiene aún que formular de nuevo fijamente las conclusiones resultantes de lo arriba consignado, ó poderlo apreciar clínicamente de un modo amplio. Está reservado indudablemente á una inteligencia superior satisfacer nuestro deseo de investigar y reducir á un todo sistemático este asunto de concepción difícil, presentándolo en un campo fructífero y ordenado. lío faltan, en verdad, para ello, muy valiosos materiales, muy buena semilla y promesa de abundante cosecha. COMENTARIO. Virchow cita como ejemplo de inflamación parenquimatosa la heratítis. Aunque todo niédico práctico sabe que cuando la córnea es arrastrada al proceso inflamatorio ofrece numerosas fonaacio- BIL ORMEEIO MáoiCO. 391 nes de vasos, el Dr. Boyer habla también de una clase especial de keratitis que llama keratítis primitiva no vascular caracterizada por esa falta de formación de vasos y por su curso lento (1). Esta inflamación de la córnea la ha tenido Virchow también evidentemente á la vista. Boyer hace mención de un ligero oscurecimiento de la córnea, que pronto se extiende por toda ella y la da el aspecto de un vidrio raspado; este os el fenómeno, ciertamente, que Virchow designa, aunque de otro modo, con las palabras infiltración oscura. A veces también se presentan, efectivamente, en la Aefaí^fi» descrita por Boyer exhudaciones sanguíneas; así es que, á pesar de lo dicho por Virchow, poquísimos patólogos se han acostumbrado ¿ admitir fácilmente la inflamación ñn hiperemia, XVIII. DK LAS NUEVAS FOBMACIONES NORMALES t PATOLÓGICAS. Según dice Virchow, á cada nueva formación precede una irritación formatriz. Para la ilustración de esta teoría necesita recurrir al capítulo en que trata de cómo la célula se forma, de la célula. A decir verdad, sus investigaciones sobre los tubérculos fueron las que le condujeron á dudar que las nuevas formaciones procedieran del blastema y de una exhudacion. Más tarde dio un paso más hacia adelante y atrevido , estableciendo en lugar de la linfa plástica (blastema de los antiguos, exhudacion de los modernos) el tejido celular con sus equivalentes, como el centro reproductor común del cuerpo, tomando de este modo origen el especial desarrollo de las partes nuevamente formadas. Esta suposición se funda principalmente en la analogía de la evolución embrionaria con la patológica. Dejemos á un lado todas las particularidades de la cuestión, y notemos solamente que no existe fundamento alguno para dudar (1) Véase la Memoria del Dr. Boyer, premiada por la Sociedad Hahnemanma. na Matritense: De lat oftalmiat Ncrofuloia, hcrpética y rewnática y ru tratamiento homt»p ático, 392 KL OBITEBIO MEDICO. de la competencia y de los razonamientos de Virchow, j mucho menos desconfiar de la proposición de que el tejido existente se trasforma de un modo directo en el que le reemplaza. Así sucederá, por ejemplo, que el tejido óseo existente es la matriz del tejido canceroso consecutivo; las células del cáncer descienden directamente de las células del hueso, lo cual, á la verdad, no parece estar en armonía completamente con el principio de la evolución continuada, sino más bien con el fenómeno de la nueva formación heterogénea correspondiente á la heteropatía. Tampoco existe en el blastema ó exhudacion antes de la primera evolución de la médula una sustancia amorfa de cartílago; siempre debemos derivar una célula de otra; cada una es una formación directa de otra anterior, y en tanto que la progresión de la rápida reproducción avanza, se forma una descendencia directa de células. El proceso de la granulación (ósea), de hi formación del pus y maduración, lo ha comprendido Virchow con una exactitud de importancia reconocida; y aquí se podia plantear la cuestión de si no sería posible fijar qué relaciones características tienen nuestros llamados medicamentos de los huesos, como Silícea, Phosphorus, Mercurius, etc., con las individualidades de estos procesos. Esto nos interesaría más que el experimento agradable en sí que nos hace ver de qué modo se reproduce el hueso de dentro á fuera. Formado el círculo del hueso que se está desarrollando, se queda aquél después de algún tiempo en el interior del hueso rodeado de las nuevas capas que se han formado excéntricamente en su derredor, y por medio de pequeñísimas columnas están en relación con el hueso antiguo, por lo que se efectúa una formación pomiciforme. Asimismo vemos á Virchow utilizar el tema de la formación y crecimiento del tejido óseo, para hacer la propaganda de su idea favorita. Cuando él dice que se necesita para una nueva formación que se verifique siempre una especie de proliferación, con la que se obtienen los gérmenes de los elementos ulteriores, vindica para la célula una fuerza independiente generatriz del mismo njodo que tiL ORITEKIO M Í D I C O . 393 adjudica otras veces á ciertas células facultades respiratorias, ó acentúa su sustancia eléctrica ó contráctil. Nosotros veremos más adelante que la homeopatía no tiene por qué quejarse de tales ovaciones ofrecidas á la majestad de la célula, amplificación de sus poderosas facultades, significada en cierto sentido; y confirmación, hasta cierto grado de los mismos principios homeopáticos. XIX. KÜEVAS FORMACIONES PATOLÓGICAS, Y , SOBRE TODO, HETERÓLOGAS. Este capítulo tiene para nosotros un interés especial, porque en él concilla Virchow la patología celular con la patología humoral y la neuropatología. El acto de la formación ósea encontró anteriormente una explicación muy satisfactoria. Del modo más claro se ofrece el curso de esta metamorfosis, si nos fijamos en las palabras textuales explicativas de la preparación que presenta una osificación en forma de isla en el cartílago-diáfisis raquítico. Primeramente resalta á la vista el cartílago ordinariamente desarrollado, en donde se termina la inspisacion creciente de las cápsulas características, con la formación de una cavidad angulosa (células cartilaginosas osteoides); después vemos la incrustación calcárea de tales células cartilaginosas aun separadas; luego la fusión de las cápsulas de las células cartilaginosas incrustadas; y , finalmente, la acabada sustancia ósea. Viene luego la cuestión de la nueva formación patológica del hueso, que resulta ya con el aspecto de la conocida formación fisiológica del callo, ó en medio del hueso en forma de tejido medular. Mas para que esa nueva formación se verifique á expensas de la antigua, tiene que ser destructiva; en lo que tiene completamente razón Virchow, porque también la división de la célula en ventaja de una multiplicación (de un aumento numérico) da lugar á la desaparición de la célula primitiva, 394 SL OBITEBIO HÍPICO. Ya hemos hablado anteriormente del pus. Virchow lo considera « como un tejido » (nn tejido reciente, que merced á la rápida formación de células funde toda la sustancia compacta intercelular) y se atreve á consignar el mérito de haber corregido las interpretaciones hasta ahora falsas. A causa de esto se halla todavía en litigio si el corpúsculo purulento ó mucoso tiene por sí mayor extensión, porque el desarrollo en la membrana mucosa no es siempre de carácter purstmente purulento, mucoso ó epitelial. Como ya se ha dicho, el pus procede, ya del tejido epitelial ó ya del tejido intersticial. Este juega un papel importante, casi exclusivo, cuando se trata de la supuración de los músculos, de los nervios , etc. Hasta Virchow se admitió que el pus fundía los tejidos adyacentes y partes orgánicas, pero se verifica todo lo contrario; esto es, el pus es ya el producto del proceso de fusión, el mismo tejido tras/armado. Las nuevas trasformaoiones se dividen en homologas y heterólogas. Mientras éstas se distinguen siempre por su segura malignidad, las homologas pueden ser también malignas cuando hay impedimento en la función; así sucede en la osteomalacia, en la que la sustancia ósea compacta se convierte en tejido medular, ocasionando la fragilidad del hueso hasta un grado perjudicial. Las supuraciones de la piel (sin formación ulcerativa) parten siempre del tejido reticular de Malpígio. La úlcera se forma porque la rápida producción del pus es muy abundante, la sustancia base se funde, el epitelio se desprende, y el profundo é invasor proceso lanza continuamente á la superficie más y más elementos de los mismos. E s , por lo tanto, absolutamente falso que el pus proTOnga de una exhudacion á nuestro gusto, como lo es también el atribuirle una cierta facultad química fundente. Teniendo Virchow siempre por mediador su simplex veritatis sigillum, vio después que hay un estado en el que no se puede distinguir con seguridad si en una parte dada se trata de simples actos de crecimiento ó del desarrollo de una forma destructora heteroplástica. Pero en el laborioso trabajo de Virchow, en el amplio eximen EL OBiTKBio iréoico. 395 sobre las nuevas formaciones heteróplásticas, se consigna cómo se ha de descubrir y fijar la manera de reproducirse respectivamente la reincidencia de las llamadas nuevas formaciones contagiosas j malignas. Rechaza completamente la influencia mediadora del aparato vascular y del nervioso, y proclama con la franqueza de un reformador intrépido y profundamente convencido, que la propagación fagedénica y la reincidencia son exclusivamente dependientes de la naturaleza y facultad conductora de los tejidos próximos. «La infección del foco local es trasportada directamente por las sustancias morbosas á los elementos próximos anastomosados, sin intervención de los vasos ni de los nervios.» Los nervios son, entre tanto, los mejores conductores para la reproducción de las nuevas formaciones contagiosas, porque están dotados de un tejido interior blando. Tan grandiosas se ofrecen estas opiniones de Virchow por su originalidad y radicalismo, que por este concepto tienen un interés quirúrgico de importancia. El llamado operador de sierra y cuchillo ha de recordar siempre que la zona de la enfermedad es más considerable y traspasa los límites de la reconocida á simple vista ó de la zona visible de la alteración morbosa; y , por lo tanto, el tratamiento interno es el que debe dirigirse sobre las mismas vías por las que se propaga en derredor el proceso morboso, para abordarlo. Y al influjo interventor de la sangre, en todos los cuerpos, circulante; y de los nervios, en todos los cuerpos , conductores , no se puede escapar ninguna parte existente de tejidos, por distantes que se hallen. XX. FORMA y CABICTER DE LAS NUEVAS FOBMACIONBS PATOLÓGICAS. ¿ En qué punto empieza la diferenciación de las nuevas formaciones ? El punto común de partida es casi siempre el tejido celular ó sus equivalentes, y el primer paso consiste en el aumento de las células por el aumento y división de los núcleos celulares. Se han 396 EL OKITERIO MEDICÓ. querido clasificar las nuevas formaciones según su consistencia (tumores blandos y duros, melioeris, ateromas, esteatomas, etc.), ó según su semejanza con partes normales y tejidos del cuerpo (fungusmedular, etc.); á las nuevas formaciones como el sarcoma, se las llama tumores fibroplásticos. Se deja comprender perfectamente que Virchow encontró justo este principio de división histológica. Pero quiere que se designe siempre, en la denominación empleada, \& forma Y el carácter que distinguen á cada nueva formación. De otro modo podria suceder que, bajo el nombre de papilo' ma (tumor papilar) se entendiese unas veces una vegetación benigna, otras una cancerosa (1). Virchow recomienda mucho á los médicos que en todo ven la operación como único recurso, separar concienzudamente el criterio para conocer la nueva formación buena y la maligna; para lo cual él mismo proporciona la enseñanza práctica, cuando habla del cáncer en las formaciones superficiales (por ejemplo, en el pene) y manda se averigüe si existen células afectadas en el parénguima, en la profundidad del tejido del órgano. Ahora se aprecia el tubérculo ya tal cual es, en su verdadera fisonomía. El tubérculo no puede formarse simplemente como una exhudacion cualquiera que pierde sus elementos acuosos, y se espesa, se oscurece ó trasparenta, ó adquiere la consistencia caseosa, quedando así estacionada. Virchow mantiene, por el contrario, que el tubérculo es de origen celular también, con asiento en el tejido celular, distinguiéndose por una ó más pequeñas células resistentes. Al primer golpe de vista parece que no existen núcleos. El cáncer, el cancroide y el sarcoma tienen células grandes, fuertes, con frecuencia enormes, con núcleos muy desarrollados y nucleillüs, Virchow sostiene ademas como característico que el tu- (1) La hematiiria íánn con las consecuencias del peligroso temblor) es ocasionada por excrecencia» mucosas papilares (Tollosas) de buen carácter, puesto que éstas están formadas de epitelio desprendido y vasos muy desarrollados. Quizas nos enseñe la doctrina celular la relación especifica que puede haber aqui con JVitri aeiiurn EL CRITERIO M:éDICO. 397 bérculo no es tal tubérculo nunca. Los grandes tubérculos son siempre un conglomerado de nuevos tubérculos empezados á formar. El tubérculo se queda siempre de dimensión mínima ó miliar. Por consiguiente, en el nombre de esta nueva formación se comprende el carácter y la forma. El movimiento del tubérculo para la trasformacion caseosa (apta para la reabsorción), no es característico del mismo; en general, el carácter de una nueva formación no debe estudiarse durante la retroformación, sino durante su desarrollo. Hé aquí cómo se demuestra que los tejidos heterólogos tienen también tipos fisiológicos, {Se continuara). CLÍNICA. La Sra. de E . , que vive calle de Lope de Vega, 13 y 15 , de cincuenta años de edad, complexión débil, morena y de costumbres morigeradas, padeció una pulmonía del lado derecho hacía cinco años. La duró cuatro semanas y fué tratada por el método alopático, quedándola de sus resultas cansancio al subir las escaleras y toda pendiente, y cierto malestar con dolor en el costado derecho siempre que se acostaba sobre él. El dia 26 del pasado Mayo fué dia en su casa de desestero, y hubo de exponerse á las corrientes de aire consiguientes á esta operación, y ya por la noche no se sintió bien. Al dia siguiente, sábado, continuó sintiéndose mal y experimentando constantes escalofríos que, por último, se convirtieron en frió intenso con temblor, que la obligó á irse á la cama. Inquieta fué la noche de este dia, sintiendo mucho calor, opresión de pecho, sed y muchas náuseas, con algún vómito de mucosidades y bilis. Al siguiente dia fui llamado, porque la enferma no podia reposar en ninguna postura. Tenía fiebre moderada con pulso pequeño y concentrado, bastante ansiedad, continuas arcadas de vómito, realizado rara ve?, opresión y angustia sin dolor fijo, poca sed, 398 EL OBITEBIO M Í D I O O . lengua pardusca, calor acre y piel secn , orina escasa, encendida y vientre estreñido. Manifesté á su esposo que la señora tenía muchos síntomas de los que preceden á las erupciones; pero que, atendida su predisposición á la pulmonía, por no haber quedado bien curada de la anterior, y teniendo en cuenta la causa que había determinado aquel estado, el intenso frío experimentado el dia pasado y los vómitos tan continuos que tenía, podía temerse muy bien que la enfermedad fuese otra pulmonía. La dispuse, ademas de dieta tenue, Ipecac. 200 potencia, para tomar cada tres horas. El segundo dia de este tratamiento no fué mejor que el primero : continuaban próximamente en el mismo estado todos los síntomas, habiendo observado ademas una mucosidad rojiza entre las que salían á consecuencia de las violentas arcadas para vomitar que sufría la enferma. Esto hizo fijar más mi atención en la cavidad del pecho, sí bien, á pesar de mis prolijas investigaciones, nada pude confirmar. Así llegamos al tercer dia de tratamiento, y como la inquietud, la ansiedad y el conato á vómito se hacían insoportables, la puse sobre la lengua una dosis de Nux. vom. 200, la cual, antes de una hora, la produjo notable bienestar, perfecta calma del vómito y , como consecuencia de esta reacción, rostro más animado, pulso desenvuelto, piel madorosa y ya dolor presivo en la región antero-posterior y baja del costado derecho, tos 'ácil con esputos mucoso-sanguinolentos. Ya no era posible dudar de que se trataba de una pulmonía, aunque algún tanto anómala, y de que la crisis había de verificarse por sudores más ó menos profusos y la obligada erupción miliar, indispensable cuando la pulmonía viene acompañada de estos ó parecidos síntomas y es tratada convenientemente por el método homeopático. Los días cuarto y quinto se pasaron con bastante tranquilidad, aunque con el mismo dolor presivo, que también se aumentaba á a inspiración, tos con esputos, unas veces de moco amasado con sangre, como el verdadero y característico de la pulmonía, y otras estriados como en los catarros; pulso de 120 á 130, sonido mate y carencia de ruido respiratorio en toda la región afecta; twisian KL OKITBEIO MEDICO» 399 dolorosa en el epigastrio é hipocondrio del mismo lado derecho, orinas escasas, pero piel suave, traspiración general y bastante sed. La lengua seguia cubierta de una capa gruesa amarillenta, y sentía la enferma repugnancia á todo alimento. Por las noches, con el crecimiento de la fiebre, habia ligero snbdelirio; pero el cerebro recobraba su integridad conforme remitía aquélla. Las condiciones del temperamento de la paciente, los síntomas que se referían á la región del hígado y la naturaleza de los esputos me indujeron á creer que el medicamento que la convenia era mere. sol. H. En efecto, comenzó á usarlo (12.* potencia) una dosis cada cuatro horas y la misma dieta. En los dias 6, 7 y 8 continuó sin interrupción el sudor suave, aunque escaso, acompañado de sueño y bienestar : los esputos eran más claros 'y menos en número, con pulso blando y menos frecuente, coincidiendo todo con la aparición de la miliar en el cuello , espalda, antebrazos, y , sobre todo, intensa y de color de escarlata en las palmas de las manos, con picor y ardor muy molestos, habiendo desaparecido en consecuencia para el dia 9 el dolor, la tos, y cesado casi completamente la fiebre y el sudor; pero continuaba la lengua cubierta de su capa biliosa y persistía también la tensión dolorosa del epigastrio é hipocondrio, con repugnancia á todo alimenta. Algunas dosis de hepar. sulf. que como sucedáneo de mere, le suministré, bastaron para ir disipando aquellos síntomas, coincidiendo su resolución con orinas no turbias, pero repetidas y muy abundantes, y la completa desaparición de la fiebre, todo ello el dia doce de la enfermedad. La convalecencia fué rápida y la señora no ha vuelto á sentir las molestias que acusaba anteriormente, mostrándose sólo algún tanto sorprendida de ver caerse la epidermis de casi todo su cuerpo. Y aunque de esta pequeña historia se desprenda lo que voy á decir, quiero, no obstante, hacer constar: que la afección que nos ocupa presentó en sus tres primeros dias un carácter verdaderamente espasmódico, partiendo, por reflexión de la piel, los centros nerviosos de la vida orgánica: que para este estado no bastó la casi siempre eficacísima Ipeeaeuana; que sin duda por 400 ÍEL CRITERIO lí^DÍCÓ. condiciones de temperamento, no todas las veces bien estudiadas y tenidas en cuenta por nosotros, llenó perfectamente esta indicación la nux. vom. ; que al desaparecer este estado y verificarse el desembarazo que necesitaba la fuerza vital, se marcó bien la enfermedad , tomando asiento en los sitios que quedaron lastimados en su anterior pulmonía, y respondiendo ademas á la predisposición gastro-hepática de la paciente; que al resolverse la enfermedad principal por una crisis de antemano prevista, coincidieron la desaparición de los síntomas del pecho con la aparición de la miliar, y los síntomas gastro-hepáticos con orinas naturales abundantes. Lo primero, bajo la acción de mere., y lo segundo, de hepar, sulf. Madrid, 12 de Julio de 1875. T. PÜLSATILLA m PELLICKR. EL TÉTANOS UTERINO. Tenemos el mayor placer en publicar la siguiente carta y caso clínico que la acompaña, dirigidos á nuestro querido amigo don Anastasio Grarcía López por el Dr. D. Benito García Fernandez, residente en Santiago de Chile, y de quien no teníamos noticias hacía años, con gran pesar de todos sus buenos amigos. La carta que á continuación verán nuestros lectores nos ha producido honda pena, pues ella nos hace saber la grave enfermedad que ha sufrido el Dr. García Fernandez, y de la cual no se halla aún, por desgracia, restablecido. Nuestros más fervientes votos son que recupere su salud completamente para gloria de nuestra escuela y satisfacción de sus antiguos amigos, que esperan seguirá ilustrando, como antes lo hacía, las páginas de E L CRITERIO MEDICO. LA REDACCIÓN. EL CRITERIO MEDICÓ. 401 (1 Santiago de Chile, Julio 6 de 1875. A mi antiguo amigo el Dr. D. Anastasio García López. Amigo mió, ó hermano, como antes nos llamábamos: Mi cerebro está inválido. Desde mi ataque hemiplético de hace años no sirvo para nada. Muchas veces he tomado la pluma para escribirte y escribirle á Nuñez y á otros amigos, y nunca he podido concluir una carta. Pero hoy me propongo hacer un grande esfuerzo para escribir este boceto , porque quiero recomendarte por ésta á una parte de mi familia que anda por Europa, para que la atiendas si van á verte. Mi silencio de tantos años no es olvido sino impotencia cerebral. Las pocas fuerzas que me quedan las empleo en trabajar dia y noche. Tres ó cuatro veces al dia me rinde el número de enfermos que veo; pero con alimento y sueño recobro lo perdido y sigo mi tarea de ver enfermos, así los dias do fiesta como los dias de trabajo, un mes y otro mes, un año y otro año ; y , según cálculo aproximativo he visto en Chile cerca de dos millones de enfermos: soy un peón de la homeopatía y nada más ; porque la mayor parte de los enfermos los he visto al vuelo, á causa de la falta de tiempo, originada por su número diariamente considerable. Acepta el siguiente trabajo que te dirijo, para que lo mandes insertaren E L CRITERIO MÉDICO. PULSATILLA E N E L TÉTANOS UTERINO. ' Hace unos treinta años que nuestro antiguo maestro y amigo el Dr. D. Tomás Corral y Oña , que desearía abrazarle, y que merece una estatua por su ciencia y por la dignidad con que ejerció la profesión, escribió una Memoria sobre el tétanos uterino. Creo que fué el primero que habló sobre esta enfermedad. No tengo á la vista este trabajo científico, ni recuerdo de él casi otra cosa que el nombre; pero aunque recuerdo poco, de ahí viene el nombre que doy á las observaciones siguientes. Tuve una enferma, b^ce muchos años, que abortó en el sexto /\.V v'-.-- v« 402 EL OKITEBIO UÉVIOO. mes una criatura muerta hacía muchos días. Todo el quinto mes tuvo el vientre duro como una piedra. Era flaca y se podia tocar la dureza del útero á través de las paredes del vientre. Palpando el tumor con cuidado y aislándolo todo lo posible, tenía una forma más bien esferoidal que piriforme; parecía que estaba en una contracción constante como en los dolores de parto. Los movimientos del feto eran pocos, y , por fin, se extinguieron lentamente hasta que se perdieron del todo. El pulso estuvo frecuente los dos últimos meses; pero lo particular del pulso no sólo era su frecuencia, sino su dureza, como en las inflamaciones de las membranas serosas; también era grande como en la inflamación de los parénquimas, pulmón é hígado. Tan marcadas se me quedaron estas cualidades del pulso, que en observaciones posteriores, dado por supuesto un embarazo' por ellas, principalmente por la dureza, sospechaba la existencia incipiente del tétanos uterino. Parecía que la membrana muscular de las arterias estaba tetánica como las paredes del útero. Verificado el aborto, se restableció pronto la enferma. Unos cuantos meses después, nuevo embarazo, idénticos síntomas y aborto en el sétimo mes de una criatura muerta hacía varios dias. No tardó un año en hacerse nuevamente embarazada, presentando progresivamente los mismos fenómenos hasta extinguirse los movimientos fetales, pero ya en el octavo mes. El tumor uterino era más duro que nunca y el pulso duro, frecuente y grande, y el calor general aumentado. Parecía que el feto estaba muerto y el aborto se verificaría dentro de breves dias. En tal estado di Pulsatilla 30." ¡ Cuál no fué mi sorpresa al día siguiente al percibir una mejoría notable ! La madre empezó á sentir los movimientos del feto, que fueron gradualmente en aumento hasta el término del embarazo , dando luego á luz un niño, que murió á la edad de cuatro años á causa de un hidrocéfalo agudo. Dos embarazos más en la misma paciente presentaron desde el quinto mes los mismos fenómenos, y con Pulsatilla repetida, cuando disminuían los movimientos del feto y se ponia duro el útero, conseguí lo que deseaba. Viven aún loe niños producto de estos EL CRITERIO MEDICO. 403 embarazos. La madre, que era débil y linfática, y á la cual habia medicinado cuando soltera, por padecer escrófulas en el cuello, murió de una metrorragia post-partum, en un lugar distante de esta capital, donde no habia recursos científicos. Muchos casos ho tenido después de tétanos incipiente del útero, caracterizado por la extinción ó casi extinción de los movimientos del feto, alguna dureza persistente del útero, y la dureza característica del pulso; y siempre, con Pulsatilla á pequeñísimas dósis^ ha cesado todo. Últimamente (el niao tiene hoy cuatro meses), en el sexto mes del embarazo, en una primípara, se presentaron estos síntomas ; extinción completa de los movimientos del feto, dureza persistente del útero y pulso duro, y con Pulsatilla, un solo glóbulo en mucha cantidad de agua, cerca do un vaso, para tomar dos cucharadas al dia, mañana y noche, no hubo necesidad de que tomara más que la primera dosis, pues & las pocas horas se presentaron los movimientos del feto, y todo siguió bien hasta el octavo mes, en el cual se volvieron á presentar síntomas de lo mismo, cesación de los movimientos del feto, endurecimiento del útero, pulso duro y frecuente; pero con otra nueva dosis de Pulsatilla hubo una pronta mejoría, llegando á buen término el embarazo, y verificóse un magnífico parto en primera posición, á los nueve meses y dos dias de haberse casado. No tengo tiempo para hablarte de la rigidez cadavérica intrauterina , en un caso que observé hace iinos catorce ó diez y seis años. Hice la operación cesárea post-mortem, apenas rígido el cadáver de la madre y el cuerpo aun con calor; el feto, de nueve meses, estaba completamente rígido, como si la muerte suya hubiese tenido lugar un poco antes de la de la madre, ó como si el calor de ésta hubiera influido para que se presentara este signo característico de muerte en el feto antes que en la madre. PuUatüla, usada eu el segundo mes del embarazo, ha producido una sola vez el aborto. El mismo medicamento, usado con frecuencia en los últimos meses del embarazo, en muchísimos casc^ retarda el parto por diez, quince ó más dias, pero con la ventaja de que el feto se presenta m primera posición. 4:04 EL CRITERIO MEDICO. Usada Pídsatilla inmediatamente después del parto produjo en un solo caso una metrorragia casi mortal. Concluyo aquí estos pequeños apuntes prácticos, y te saluda hasta otro dia t u antiguo y querido amigo B E N I T O GARCÍA FERNANDEZ.» PATOGEISIA DE COBALTUM por el Doctor C Hertng', de Filadelfía. (Allgemeine Homoopathische Zeitung.) {Continuación.') Boca. Gusto mucoso, insípido. Gusto insípido, nauseabundo, por la mañana. Gusto malo con eructos. Gusto dulzaino con la expectoración de mucosidades espesas y blancas. 90. Gusto ácido después de la diarrea de la mañana, que persiste hasta la entrada del sueño. Lengua cubierta de una capa blanca, con grietas en el centro; por la mañana, con gusto insípido. Moco blanco muy espeso en la lengua, con gusto mucoso é insípido. Punzadas en la bóveda del paladar como por una aguja. Dolor lancinante en la bóveda del paladar, que se extiende hasta el oido izquierdo. 95. Dolor de ulceración en el lado izquierdo de la boca. Acumulo de agua en la boca, con deglución frecuente. Secreción continua de agua y deglución. Garganta. Sensación molesta en la garganta con dolor al deglutir, sin motivo, y bostezos. Sensación de raspadura en la garganta. 100. Al despertar por la mañana sequedad y sensación de ulceración en garganta, con la sensación ademas como si alguna cosa seca se estuviera allí formando. Sensación como si estuviese implantado algo en la garganta, provocando la tos, con la que se origina una sensación de herida, Garganta seca y excoriada con sensación de aspereza. ÜL OllITERIO MEDICO. 405 Dolor de ulceración en la garganta al toser por cansa de la aspereza. Tos y expectoración de mucosidades por la mañana, primero en es- , putos gruesos y luego delgados. 105. Tos y expectoración de mucha mocosidad blanca y espesa. La garganta está por la mañana llena de moco. Tendencia frecuente á deglutir, con acumulo de agua en la boca. Deglución sin motivo, que causa dolor en la garganta. Sube un calor ardiente á la garganta por la noche, como si fuera del estómago. 110. Sensación de plenitud en la garganta, que sube del estómago. Hipo ¡I eruptos. Inmediatamente después de la comida del mediodía empieza un hipo, que dura tres horas y media; después de la cena se repite por espacio de algunas horas. A las once de la noche un nuevo ataque de hipo, con dolores tensivos en la frente hasta media noche. Abundante saudade gases del estómago. Eructos de gases por la mañana y durante la defecación. 115. Eructos ácidos. Eructos de aguas agrias poco después del acumulo de un agua acida, amarga. Gusto pastoso y eructos de agua agria, la cual produce una sensación de acritud por la mañana. Una hora después de la cuarta dosis, eructos de agua amarga , con dolor en el estómago, y más tarde sequedad en la garganta. Eructos de agua amarga una hora después de la comida del mediodía, ardientes y amargos por la noche. 120. • Plenitud en el estómago que sube hasta la garganta. Náuseas con cefalalgia; con fiebre. Apetito. Apetito alguu tanto disminuido. * Anorexia. Al cenar, falta de apetito; comió dos dias, después de uno que no tomó nada. ESTÓMAGO. 125. Dolor alivia después que sea poco. Después de Después de cenar. de estómago antes de la comida del mediodía, que se de comer; dolor inmediatamente después de comer, aun cenar, cefalalgia, con agrios en el estómago. comer al mediodía, hipo, que se renueva después de 406 BIi OBITERrO MlápiCÓ. Una hoía después de comer al mediodía, eructos de agua agria qué sube á la boca Una hora después de tomar alimento, dolor en el vientre. 130. Dolor en la espalda después de la comida del mediodía. Después de la comida del mediodía, bostezos y sensación de abatimiento. Dolor en el estómago, después de comer, especialmente al mediodía, con dolor de vientre, agravado con la presión, y con una sensación de grande inquietud; le es necesario estaren movimiento continuo, como si no pudiera estarse quieto. Dolor violento de estómago, como motivado por el hambre, antes de la comida del mediodía, aliviado en parte con comer. El dolor de estómago se presentó una hora después de la tercera dosis, con ardor en los ojos, especialmente en los párpados superiores ; una hora después de levantarse de la cama por la mañana; con cefalalgia; con acumulo de agua amarga; con cólicos intestinales y una sensación como si fuese á declararse una diarrea. 135. Dolor de estómago inmediatamente después de la comida del mediodía, después de una comida ligera. Después de la cena agrios en el estómago, cefalalgia como si la cabeza se fuera á abrir; se tiene que echar cuando aumenta en íntenBÍdad. (Se continuará.^ VARIEDADES. HoKAS EN QtJE 8K DEBEN TOMAE EL TÉ Y EL CAFÉ.—En uua obra sobre la alimeritacion publicada por el Dr. Dobell, consigna este profesor unos preceptos higiénicos sobre las épocas del día más adecuadas para tomar el té y el café, muy dignos de tenerse en cuenta. En primer lugar censura enérgicamente la costumbre que se ha introducido en las clases elevadas de la sociedad de comer tan tarde y tomar también por la noche té ó café; estos desórdenes en la alimentación conducen á la dispepsia. Aconseja que se tome el té ó el café tres horas antes de la comida, y tres horas después del almuerzo sí éste ha sido abundante; y si se quiere tomar té ó café después de comer, debe ser inmediatamente después, como sí fuera el último postre, para que así constituyan parte de la misma comida y participen del mismo proceso digestivo. Asegura también que el tomar té ó café una ó dos horas después de cualquiera comida es lo más perjudicial que se conoce. Recomienda, finalmente, en esta parte de su obra, qtie cuatro horas después de comer, ó bien al ir é acostarse, es muy conveniente beber SL CBITERIO MEDICO. 407 un vaso de agua, que limpia el estómago de los restos de los últimos alimentos digeridos, produce un sueño reparador y hace que la boca tenga buen gusto y esté la lengua limpia al despertar por la mañana. Buenos consejos higiénicos, que serán perdidos para la mayoría de los que los lean, dado el poco cuidado que hoy se toma la generalidad de los habitantes de las grandes poblaciones por la conservación de su salud, sobre todo en el régimen alimenticio. DISTOCIA CAUSADA POR UNA VAGINA DOBLK. — El Dr. Valenta, de Leibach, refiere en Die Memorahüien, de Betz, volumen 9.", el caso de una primípara, de veinte y seis años de edad, que entró en su clínica de obstetricia ya principiado el trabajo del parto; reconocida inmediatamente , se vio que el cuello del útero estaba dilatado en la extensión de una moneda de cinco duros, rotas las membranas y la vagina aun resistente. Repetido más tarde el reconocimiento, se encontró la vagina más pequeña, y tan reducido el cuello del útero, que apenas dejaba penetrar la yema del dedo. Una investigación más detenida, á causa de tan extraño fenómeno, descubrió una vagina doble. La pared divisoria era muy vascular, de cuatro lineas de espesor , y de una estructura semejante á la de las paredes de la vagina; pasaba precisamente á lo largo de la superficie posterior de la uretra, dividiendo la vagina en dos partes casi iguales, siendo más pequeña la derecha. El dedo podia coger perfectamente su borde superior, que estaba muy próximo al cuello del útero, é introducido otro dedo en la vagina opuesta, se tocaba fácilmente con el anterior en dicho borde superior. Por medio de unas espátulas se podia ver muy bien la presión que la cabeza del feto ejercía sobre la pared divisoria cada vez que se declaraban los dolores. Se dividió la pared con la ayuda de unas tijeras de botón , teniendo cuidado de verificar el corte más bien cerca de la pared posterior de la vagina; se declaró una gran hemorragia, que se cohibió ligando la porción anterior resultante del corte. Quitado el obstáculo, la cabeza del feto descendió á la vagina, verificándose fácilmente el parto, sin que después de él se declarase la más pequeña hemorragia. Se quitó la ligadura al tercero dia, por temor de que se produjera una escara, lavantándose á los pocos días la parturienta totalmente curada. Examinada la vagina algún tiempo después, vio el Dr. Valenta, con admiración, que habia desaparecido toda la porción anterior de la pared divisoria desprendida, no dejando señal alguna de su existencia; únicamente la porción posterior formó un borde firme y prominente. Este es uno de los casos más raros y notables que registran los anales de obstetricia, y en el que tanto la madre como el feto debieron su salvación á la habilidad y talento práctico del célebre Dr. Valenta, 408 ÉL CfilTERlO MEDICO. CRÓNICA QUINCENAL. Han Bido nombrados profesores auxiliares de la Facultad de Medicina de Valladolid, D. Teodoro Kodriguez Monroy y D. Félix Guzman; y de la de Barcelona, D. Kamon Coll y D. Nicolás Homs y Pames. — Por Eeal decreto de 27 de Agosto último, precedido de la exposición correspondiente, y refrendado por el Ministro de Fomento, se dispone que el Ministro de dicho departamento, conforme al convenio celebrado con la Diputación provincial de Madrid, adopte lo conducente al establecimiento en el ala del Hospital general, paralela al edificio que ocupa la Facultad de Medicina, de un Hospital clínico independiente del primero, dirigido y administrado en la forma que el Gobierno determine, y cuyos enfermos, hasta el número de 150, por término medio, proporcionará el Hospital general. Serán de cuenta de dicho Ministerio, con cargo al presupuesto de Instrucción pública, el sostenimiento y administración de dicho hospital, abonando la Diputación por su parte, según convenio y por semestres vencidos, siete reales por estancia de cada uno de los enfermos de dicha procedencia. Para la instalación y sostenimiento del Hospital Clínico durante el presente ejercicio, se pedirá el crédito extraordinario que requiera. El Hospital Clínico tendrá un Director, nombrado por el Gobierno de entre los Catedráticos de clínica de la Facultad de Medicina, con 1.000 pesetas de gratificación, que será jefe inmediato de todos los empleados en las clínicas, y presidirá las Juntas de profesores de las mismas; estará á las órdenes del Decano de la Facultad, en lo que á la enseñanza concierne, y dispondrá de las cantidades que se destinen para gastos ordinarios y extraordinarios del departamento, de acuerdo con la Junta de Profesores. — Ha sido rehabilitado como médico honorario de cámara de Su Majestad el distinguido profesor homeópata Excmo. Sr. D. Andrés Merino, que gozaba de dicha distinción antes del año de 1868. — La convocatoria para proveer las plazas vacantes del Cuerpo de Sanidad militar, se hará en el momento que el Gobierno apruebe la reforma que la Dirección general ha introducido en el referido programa , á cuyo efecto se ha remitido al ministerio de la Guerra. P r o bablemente las oposiciones empezarán en los últimos dias del mes próximo de Octubre ó primeros de Noviembre. El número de plazas vacantes será bastante considerable, pues en la actualidad existen unas cincuenta, teniéndose que aumentar las que resulten hasta aquella fecha y las que se hayan de crear por los nuevos batallones que se formen con motivo de la próxima quinta. MADRID, 1875.—IMPRENTA T ESTEREOTIPU SE ARIBÁC T C , SVCESORIS DE RIVADINETRI, IMPRESORES DE CÁMARA DE S. M. , «alie del Duque de Oiuoa, niimero 3.