Foro Nacional de Educación Jurídica en Colombia Lugar: Universidad Libre de Bogotá – Sede Centro Auditorio Benjamín Herrera Fecha: Jueves 13 de agosto de 2015 Contenido PRIMERA PARTE: INSTALACIÓN DEL EVENTO ................................................................................. 2 Intervención del Dr. Nicolás Zuleta Hincapié, Rector de la Universidad Libre............................................ 2 Palabras de la Dra. Ana María Ramos, Viceministra de Promoción de la Justicia......................................... 4 Palabras de la Dra. Natalia Ariza Ramírez, Viceministra de Educación Superior ......................................... 7 SEGUNDA PARTE: EXPLICACIÓN DEL DIAGNÓSTICO, DE LOS RESULTADOS DE LOS FOROS REGIONALES Y DEL DOCUMENTO BASE DE DISCUSIÓN .............................................................. 9 Intervención del Dr. Felipe Montes Jiménez, Director de Calidad para la Educación Superior ................ 9 Intervención del Dr. Diego López Medina, asesor del Ministerio de Justicia y del Derecho ..................... 12 TERCERA PARTE: MESAS DE TRABAJO .............................................................................................. 15 CUARTA PARTE: EL DOCUMENTO DE DISCUSIÓN VISTO POR CONOCEDORES INTERNACIONALES ............................................................................................................................... 15 Intervención del Profesor Rafael Escudero Alday, profesor de la Universidad Carlos III de Madrid (España) ................................................................................................................................................................. 15 Intervención del Profesor Marcos Vinícius Torres, profesor de la Universidad Federal de Río de Janeiro . 19 Intervención del Profesor Federico César Lefranc Weegan, profesor del Centro Público de Investigación – INFOTEC y de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla ............................................................. 22 Sesión de preguntas .................................................................................................................................. 25 PRIMERA PARTE: INSTALACIÓN DEL EVENTO Desde la Universidad Libre se saluda a todos los asistentes a este Foro Nacional. Se destaca la presencia de la Viceministra de Promoción de la Justicia, Dra. Ana María Ramos Serrano; de la Viceministra de Educación Superior, Dra. Natalia Ariza Ramírez; del Director de Justicia Formal, Dr. Ramiro Vargas Díaz; del Director de la Calidad para la Educación Superior, Dr. Felipe Montes Jiménez; del Rector de la Universidad Libre, Dr. Nicolás Zuleta Hincapié; y del consultor del Ministerio de Justicia, Dr. Diego López Medina. A continuación se explica el orden del día: en un primer momento se hará una instalación con intervenciones del Señor Rector de la Universidad Libre, de la Viceministra de Promoción de la Justicia y de la Viceministra de Educación Superior. A continuación se presentarán los diagnósticos de la educación jurídica en Colombia y los resultados de los foros regionales que han antecedido este Foro Nacional, con intervenciones de los Doctores Felipe Montes y Diego López, respectivamente. En tercer lugar, se llevarán a cabo cinco mesas de trabajo en las cuales se desarrollarán discusiones alrededor de temas estratégicos dentro de la educación jurídica. Por último, se efectuará un debate con expertos internacionales, quienes aportarán las visiones desde sus países en relación con la regulación de los contenidos de los programas de Derecho. Intervención del Dr. Nicolás Zuleta Hincapié, Rector de la Universidad Libre El Dr. Zuleta inicia su intervención presentando un saludo especial a la Dra. Natalia Ariza, a la Dra. Ana María Ramos, al Dr. Raúl Enrique Caro Porras, al Dr. Eurípides de Jesús Cuevas, al Dr. Jesús Hernando Álvarez Mora, al Dr. Felipe Montes Jiménez, Dr. Jairo Parra Quijano, al Dr. Diego López Medina y a todos los asistentes al evento. Señala que desde la Universidad Libre existe consciencia sobre los graves problemas que afectan a la justicia colombiana. En tal sentido, se considera adecuado el esfuerzo del Gobierno al integrarse con la Academia para hacer el análisis de cómo opera la administración de justicia en Colombia. Son muchos los problemas, algunos vinculados con las dificultades presupuestales, otros relacionados con ajustes a las normas procesales, otros asociados con el comportamiento ético de los operadores judiciales; y, finalmente, aquellos que guardan relación con la forma como viene funcionando el programa de Derecho y la formación de los abogados, tema que ocupa este espacio de discusión y que ha dado lugar a diferentes foros regionales impulsados por el Gobierno. Para la Universidad Libre es muy grato reflexionar sobre la necesidad de ajustar el modelo de enseñanza del Derecho a las dinámicas de la profesión y al funcionamiento del Estado. Adicionalmente, se considera importante mostrar qué está haciendo esta Universidad para preparar profesionales con espíritu crítico y con sólida formación humanística al país. Es fundamental para la Universidad Libre entregar abogados comprometidos con la diversidad étnica, social y cultural del país, al servicio de la convivencia pacífica de los colombianos. También, se trata de un trabajo de fortalecimiento en relación con los requisitos de alta calidad existentes. Hay conciencia sobre la necesidad de fortalecer temas como la formación práctica, el enfoque internacional y la calidad pedagógica de los docentes, que adecue la enseñanza a los ajustes en el sistema jurídico de Colombia. Se apunta a abogados que, en suma, respondan a las dinámicas del Estado social de derecho. Señala que antes de este evento tuvo un encuentro con un docente de la Universidad Libre, el profesor Kenneth Burbano, quien le solicitó compartir en esta intervención los esfuerzos hechos por la institución para la mejora de la formación de abogados. Considera que fundamentalmente para la Universidad Libre la educación jurídica es la educación de los Derechos Humanos y la educación para la democracia. Si hay democracia, hay profesores que honran la misión de la Universidad; y hay estudiantes que se preocupan para hacer realidad el Estado social. La sociedad colombiana reclama una democracia amplia, que abarque las dimensiones económica y política, donde quepan todos los sectores de la sociedad y pueda existir un orgullo futuro por la equidad y el estrechamiento de las distancias de riqueza. Como decía Jorge Eliecer Gaitán, el Estado debe orientarse a procurarle la oportunidad a muchos para tener lo suficiente para vivir en condiciones dignas. Este ideal se asimila a una democracia donde el modelo de organización social esté en manos de todos, con posibilidades de participar. Refiere que el profesor Burbano destacó que hace dos semanas, con un grupo de estudiantes pudieron participar en la audiencia pública de la Corte Constitucional sobre matrimonio igualitario, donde tuvieron la oportunidad de defender la apertura de esta institución para personas de diversas preferencias sexuales. En tal sentido, para la Universidad Libre no debe ser admisible ninguna forma de discriminación. El profesor también refirió que miembros de la Universidad participaron en los debates sobre la reforma constitucional sobre ‘equilibrio de poderes’, donde pudieron manifestar la posición de la institución educativa frente a la reforma. Así mismo, señaló que el profesor y su grupo de estudiantes prepararon una demanda de inconstitucionalidad contra esta reforma. También participó la Universidad en las audiencias sobre el marco jurídico para la paz, donde se expuso una posición de respaldo, avalando la viabilidad jurídica de un sistema punitivo alternativo, siempre y cuando se garanticen los derechos a la verdad, justicia y reparación. Por último, destaca la participación en las discusiones sobre fuero penal militar donde han llamado la atención sobre los riesgos que implica su ampliación. En suma, la Universidad trabaja por el respeto al Estado social y los Derechos Humanos. Pero también se inserta en las comunidades, llegando a todos los sectores de la sociedad. La Universidad presta sus servicios de atención en más de 20 puntos insertos en sectores marginales de la capital y así mismo cuenta con cobertura de consultorios jurídicos en las diferentes regiones del país. La Universidad trabaja en un modelo de formación donde los colombianos puedan hacer un culto a la tolerancia, al respeto a la diferencia, donde se arraigue una cultura acorde al postconflicto. Concluye reiterando que para la Universidad Libre es grato acoger este escenario y manifiesta la disposición de la institución para apoyar el proceso de regulación de la educación jurídica. Cierra su intervención agradeciendo a todos los participantes en este Foro Nacional por su asistencia. Palabras de la Dra. Ana María Ramos, Viceministra de Promoción de la Justicia La Dra. Ana María Ramos inicia su intervención saludando a los Directivos de la Universidad Libre, a la Viceministra de Educación, a los Decanos de Facultades de Derecho, docentes y estudiantes. Manifiesta que el Dr. Zuleta Hincapié se anticipó a algunas cosas que quería contar al auditorio, pero que vale la pena resaltar. Lo primero es explicar la razón de este encuentro: el Ministerio de Justicia y del Derecho está comprometido con una gran reforma a la justicia, que comprende todo un complejo proceso de ajustes articulados que atiendan a las diferentes causas de las dificultades diagnosticadas en el sistema de justicia colombiano, encontrándose entre ellas las mencionadas por el Dr. Zuleta Hincapié. Destaca que tras asumir su cargo y bajo el entendimiento de que el concepto de “reforma a la justicia” no se circunscribe a una reforma de índole constitucional sino a todo un entramado de ajustes puntuales en aspectos críticos del funcionamiento del sistema de justicia, el Señor Ministro de Justicia presentó un portafolio de 26 iniciativas, comprendidas en tres bloques: a. Acceso a la Justicia: En este bloque destaca: i) la introducción de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) para promover el acceso a la justicia, en función de la educación legal y el empoderamiento de derechos, facilitando la interacción del ciudadano con el sistema. Sobre este punto, enfatiza en que se ha lanzado el portal www.legalapp.gov.co, donde los ciudadanos pueden consultar la información tendiente a la solución de conflictos de trascendencia judicial, recibiendo orientación sobre los trámites que se deben adelantar, las autoridades competentes y su ubicación. Esta página ya recibe más de 2.000 visitas diarias. ii) El fortalecimiento del proyecto de Casas de Justicia, donde sobresalen los esfuerzos en materia de articulación interinstitucional para la atención efectiva del conflicto, en consideración a que en la práctica ha habido fragmentación entre las autoridades que se encuentran en dichos escenarios y no siempre se logra la satisfacción del usuario. Pero también es importante mencionar que se están adelantando esfuerzos, en el marco de la introducción de jueces de pequeñas causas, para que éstos también pasen a conformar parte de la oferta de servicios que se encuentran en las Casas de Justicia. iii) El fortalecimiento del modelo de las Unidades de Reacción Inmediata (URI) en materia penal, donde se ha trabajado arduamente en procura del mejoramiento de la atención y oportunidad de la atención brindada al ciudadano. b. Prestación de servicios de justicia: Destaca en este bloque los esfuerzos emprendidos en procura del fortalecimiento presupuestal y el acercamiento físico de la justicia a la ciudadanía. Entre los proyectos más importantes se encuentra la introducción de comunicaciones de actos procesales a través de las TIC. También se debe mencionar que al cierre de 2014 se sancionó la ley 1743, mediante la cual se establecieron fuentes alternativas de recursos Para la Rama Judicial. Mediante esta norma se espera recaudo de 600.000 millones de pesos anuales, siendo recursos de gran utilidad para la financiación e implementación de las diferentes reformas procesales aprobadas durante los últimos años. c. Justicia para la convivencia: en relación con este bloque, resalta los importantes esfuerzos adelantados en relación con el sistema penitenciario y carcelario. Se ha hecho un trabajo desde un enfoque sistémico, en procura de que no exista un reiterado y continuo retorno del penado al sistema penitenciario. Así, se ha trabajado en medidas tendientes a la racionalización de la detención preventiva. Pero también se han realizado proyectos para la resocialización, articulados con el Ministerio del Trabajo (abarcando políticas para facilitar el acceso al mercado laboral del postpenado) y el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, donde incluso se han planteado iniciativas de teletrabajo. Señala que el 22 de julio de este año se lanzó la "Casa del Postpenado", como espacio para la creación de proyectos propios de emprendimiento, oportunidades de crecimiento personal y espacios para la generación de oportunidades productivas Pese a todo lo anterior, hay un componente que no va a funcionar sin participación de los actores del sistema de justicia. En efecto, si la gran mayoría de los actores que intervienen en el sistema de justicia no cuenta con las destrezas, calidades y conocimientos propios de las dinámicas procesales contemporáneas sucede que, las audiencias se demoran y los procesos se tornan engorrosos e inútiles. Todo ello como consecuencia de deficiencias desde el factor humano. Esto es, precisamente, parte de lo que convoca este evento. Partiendo de esta hipótesis general, se enfocó la atención en el papel de las Universidades en las modificaciones necesarias a los programas de Derecho y su articulación en la formación de los abogados. En este sentido, el Ministerio de Justicia, a través de la Asociación Colombiana de Facultades de Derecho – ACOFADE, realizó en los años precedentes dos estudios: el primero sobre la formación de abogados y el segundo sobre el ejercicio de la profesión jurídica. Finalmente se revisó la Resolución 2768 de 2003 del Ministerio de Educación (por la cual se definen las características específicas de calidad para los programas de pregrado en Derecho), la cual ha sido objeto del fenómeno del decaimiento del acto administrativo, dado que la norma con base en la cual se expidió (el Decreto 2566 de 2003) fue declarada nula por el Consejo de Estado. A partir de estos trabajos precedentes, se ha constatado la importancia de contar con una norma para asegurar la adecuación de los contenidos de los programas de derecho, en procura de la garantía de calidad y la adecuación de la formación jurídica para atender las necesidades propias que surgen producto de los procesos de reforma a la administración de justicia que se han adelantado durante los últimos años. Para dicho propósito, se realizaron cuatro Foros Regionales y este Foro Nacional de Educación Jurídica en Colombia. En los ejercicios regionales se evidenciaron consensos, como el interés de actualizar la formación de abogados, siendo temas recurrentes: a) la práctica jurídica, b) la regionalización del Derecho y el acercamiento de las facultades a las comunidades, c) la enseñanza de la ética, d) el aprovechamiento de las TIC, y e) el respeto de la autonomía universitaria y la diversidad entre programas de Derecho. También se abordaron temas de infraestructura, de personal, de recursos bibliográficos y acceso a bases de datos. En síntesis, se encontró que hay elementos para llegar a acuerdos sobre los enfoques y condiciones mínimas que deben tener los programas de Derecho. Es importante, entonces, poner en conocimiento los resultados de los Foros Regionales, tener interacción con expertos internacionales y realizar mesas de trabajo temáticas con moderadores y con el acompañamiento de expertos. Para concluir, este es un escenario fundamental para el Ministerio de Justicia, ya que si no examinamos la formación de los abogados y trabajamos conjuntamente con los actores clave en la formación, los grandes esfuerzos que se hagan en otros ámbitos se van a perder. Es importante trabajar sobre los puntos en los que existe acuerdo y avanzar hacia otros temas en los que se pueden construir consensos. Esto, como soporte de una normatividad para cuya expedición es competente el Ministerio de Educación. Concluye su intervención agradeciendo especialmente a la Universidad Libre por su colaboración dentro de todo el proceso que se ha adelantado desde el Ministerio de Justicia y por facilitar este espacio de discusión. Palabras de la Dra. Natalia Ariza Ramírez, Viceministra de Educación Superior La Dra. Natalia Ariza saluda a los asistentes, presentando un especial saludo a los intervinientes en esta primera parte, Dres. Ana María Ramos y Nicolás Enrique Zuleta. Comienza su intervención relatando los asistentes la perspectiva y trayectoria de este proyecto de regulación de los programas de Derecho, el cual es bandera del Ministerio de Justicia y del Derecho y al cual el Ministerio de Educación ha estado atento a otorgar toda su colaboración. El Ministerio parte de la meta de hacer de Colombia el país más educado de la región para 2025. Esta aspiración implica muchas cosas, incluso en la formación jurídica. Se trata de concebir la educación de una forma integral, reflexionando sobre cómo se imparte el conocimiento, como se autogestiona un proceso de evolución en un campo absolutamente dinámico y cómo se posiciona a las Universidades a nivel internacional. Hoy en día nos encontramos ante retos importantes que deberán ser discutidos tanto en las instituciones educativas como en las oficinas del Ministerio de Educación. Se debe mirar de forma coherente todo el proceso educativo, enfatizando en la viabilidad de los programas, la evolución de los mismos, la fijación de retos en calidad y la necesidad de posicionar al país a nivel internacional. Esta es la magnitud de los retos existentes. No se trata de una "cacería de brujas", sino de un gran esfuerzo conjunto con el Ministerio de Justicia por garantizar la calidad en la educación. Por esto agradece el interés existente alrededor de escenarios como este, en procura de fortalecer los programas de Derecho. Reconoce que hay unas metas establecidas en el Plan Nacional de Desarrollo, como el aumento de programas e instituciones acreditados en alta calidad. El ideal es lograr un cien por ciento, pero bajo el estado actual el sistema es de acreditación voluntaria, sin desconocer su importancia. La realidad actual comporta la existencia de alrededor de 10.000 programas, de los cuales tan solo 866 tienen acreditación en alta calidad. En el caso de Derecho, apenas 16 por ciento tiene acreditación de alta calidad, de tal forma que se precisan grandes esfuerzos para mejorar estos indicadores. El Ministerio de Educación, como líder del sector, ha puesto unos estándares muy altos, encontrándose en una tarea donde se busca que en máximo 3 años todos los programas de licenciaturas tengan acreditaciones de alta calidad. Se parte de reconocer la importancia de la educación preescolar, básica y media como presupuesto para contar con profesionales con bases sólidas. En efecto, se requieren docentes con alta formación y profesionalización en el ejercicio de su oficio: al respecto destaca que actualmente los profesionales en licenciatura son los que tienen los resultados más bajos en las pruebas Saber PRO, a partir de lo cual concluye que el reto es inmenso. En el caso de los abogados, resulta importante el acompañamiento concurrente del Ministerio de Educación con el Ministerio de Justicia para el mejoramiento de la formación. Destaca que en los Foros Regionales precedentes, sin perjuicio de lo señalado previamente por la Dra. Ana María Ramos, también ha habido consenso en señalar que: a) hay una normatividad desactualizada; b) falta establecer unas condiciones mínimas específicas para los programas de Derecho, existiendo conciencia sobre las necesidades específicas de dicha carrera; c) se deben cuantificar y cualificar las calidades necesarias para el abogado, por ejemplo: qué tiempo de práctica necesita, qué nivel de estudios y tipo de experiencia previa deben tener quienes aspiren a ser profesores, cuál es el papel que debe tener la educación virtual. Sobre este último punto, de momento la conclusión del Ministerio de Educación es que se hace necesaria la educación presencial, de donde no se puede implementar un programa completamente virtual. d) Definir el perfil del profesional en Derecho. Sobre este punto, es importante examinar la correspondencia entre lo que "promete" la Universidad y lo que efectivamente ocurre con el profesional que se gradúa. También se requiere una reflexión nacional sobre cuál es el tipo o tipos de abogados que se necesita tener, a la vez que se debe proyectar cómo estas necesidades se perfilan hacia el mediano y largo plazo, para efectuar un auténtico ejercicio de planeación en la formación de abogados. Por ejemplo, en un escenario de postconflicto, la formación en derecho será uno de los ámbitos más importantes que se deberán perfilar conforme a las dinámicas de las necesidades del país. En suma, se plantean tres retos: 1) establecer las condiciones específicas para la formación en Derecho que se requiere; 2) determinar los perfiles de los profesionales de Derecho que demanda el país (de hecho, ya hay países que miden la calidad con fundamento en cómo se cumplen los perfiles esperados); y 3) lograr una concepción integral de qué se pretende hacer con la formación en Derecho en función del país. Cierra su intervención agradeciendo a todos los asistentes por su atención. SEGUNDA PARTE: EXPLICACIÓN DEL DIAGNÓSTICO, DE LOS RESULTADOS DE LOS FOROS REGIONALES Y DEL DOCUMENTO BASE DE DISCUSIÓN Se da inicio a la segunda parte, donde tanto el Ministerio de Educación como el Ministerio de Justicia socializarán con el auditorio la experiencia precedente desarrollada en el marco de los Foros Regionales y los resultados generales que se han recogido a partir de estos ejercicios. Intervención del Dr. Felipe Montes Jiménez, Director de Calidad para la Educación Superior El Dr. Felipe Montes presenta un cordial saludo al auditorio. Como lo dijo previamente la Viceministra de Educación, existe un propósito en el sentido de que Colombia sea la más educada de la región en un término de diez años. Esto implica tener acceso a la educación con calidad. Se busca así generar desarrollo, equidad y construir paz. De aquí que los tres pilares del Presidente de la República sean paz, equidad y educación. Explica que su presentación se centrará en el sistema de acreditación de calidad y el estado actual de los programas de Derecho. Las cuatro metas del plan de desarrollo en materia de educación superior para el efecto, se centran en el aumento de cobertura de educación en programas de alta calidad; concomitantemente con el aumento general de la cobertura. Esto implica: a) excelencia académica; b) cobertura en las regiones; c) una acreditación en calidad eficiente; d) un sistema de educación terciaria, en el que exista generación de oportunidades para la educación técnica y tecnológica; y e) sostenibilidad y financiamiento del sistema. En atención a este contexto, surge la pregunta: ¿Qué es calidad y cómo se mide? En Colombia, la ley 30 de 1993 da una definición, el Plan Decenal de Educación da otra y el Consejo Nacional de Acreditación hace lo propio. Sin embargo, hay un consenso en asociar el concepto al desarrollo de las personas y el desarrollo de los países. En tal sentido, las pruebas PISA han evidenciado una correlación entre resultados y PIB per cápita de los países. Explica el Dr. Montes que la calidad se define como la distancia entre el óptimo de la misión de la institución de educación superior y lo que realmente sucede en la realidad. A menor brecha entre estas dos variables, mayor la calidad. Es la definición más abarcante en atención a la diversidad entre los programas del país. Respecto a la pregunta sobre qué tiene en particular el sistema de aseguramiento en calidad, explica que se viene trabajando desde la Ley 30 de 1993 en este tema, pero se ha introducido regulación que amplía el margen de actuación del Ministerio en relación con la calidad de la educación superior, situación en la cual se destacan: los requisitos para el otorgamiento de personería jurídica a las instituciones; los registros calificados, necesarios para la operación de los programas; y, recientemente, la ley sobre inspección y vigilancia de educación superior que dotó al Ministerio no solo de funciones sancionatorias, sino también preventivas, ya que antes este último aspecto era muy débil. Actualmente el sistema de calidad está conformado por un esquema en el que existe un sistema que genera información, uno que hace evaluación y otro de fomento. En efecto, hoy en día hay un sistema de registro calificado obligatorio para que los programas puedan operar; a lo que se suma un sistema de acreditación voluntaria de calidad; aunado a un sistema de información que sirve de sustento para el estudio del sector y la toma de decisiones. Agrega el Dr. Montes que en uno de los artículos del Plan Nacional de Desarrollo se crea el sistema de aseguramiento en calidad, regido bajo 5 reglas básicas: 1) reglas claras; 2) buena interacción entre sus componentes; 3) capacidad de adaptación al entorno; 4) autorregulación y aprendizaje; y 5) sistema abierto (al sector productivo, a las necesidades del país, al mundo). En suma, se piensa en un sistema de aseguramiento de calidad con evaluación continua, de alto perfil y rigurosa; basada en resultados de aprendizaje; con monitoreo constante. Destaca el caso de Brasil, con un sistema robusto que permite hacer seguimiento continuo a las instituciones y programas. Se busca también que el sistema sea reconocido en otros países, lo cual se materializaría cuando al colombiano profesional se le reconozca en el exterior como una persona formada con calidad. En suma, los propósitos son trabajar en: 1) una sólida conceptualización; 2) una arquitectura propia del sistema; y 3) un orden interno del sistema y un adecuado modelo de gestión. Ahora bien, ¿qué elementos debe tener el sistema? En primer lugar, un concepto claro de calidad, bajo una política que rija la materia. En segundo lugar, articulación entre las partes, con garantías de participación efectiva. Tercero, un fuerte fortalecimiento técnico, donde todos los actores conozcan claramente qué es “calidad”. En cuarto lugar, un sistema de información robusto. Quinto, interacción con el mundo y apertura a experiencias internacionales y convenios. Por último, la posibilidad efectiva de mejoramiento continuo del sistema. Se busca un sistema que tenga una escalera secuencial hacia la excelencia. Este proceso abarca desde la obtención de la personería jurídica, pasando al registro calificado con renovación cada siete años, ascendiendo hacia la acreditación voluntaria en alta calidad de programas y también de instituciones, llegando incluso a la acreditación internacional. Destaca la importancia del registro calificado por tratarse del paso fundamental e indispensable para el funcionamiento de un programa. Es un proceso interesante, porque involucra tanto al Ministerio de Educación como al mismo sector de formación para cada programa. En este aspecto, destaca que existen 15 condiciones mínimas de calidad. En primer lugar, seis institucionales: 1) estructura académica y administrativa, 2) recursos financieros, 3) procesos de autoevaluación, 4) mecanismos para selección evaluación de estudiantes y profesores, 5) programas de seguimiento de egresados, y 6) programa de bienestar universitario. En segundo lugar, existen nueve condiciones propias de cada programa: 1) denominación, 2) justificación, 3) contenidos curriculares, 4) infraestructura, 5) medios educativos, 6) equipo docente, 7) organizaciones de las actividades académicas, 8) investigación y 9) relación con el sector externo. Estas 15 condiciones son sometidas al Ministerio de Educación, para luego efectuar una visita de pares académicos del sector profesional a la institución educativa cuyo programa es sometido a consideración, a partir de la cual se emite un concepto de los pares y se adopta una decisión final en relación con el otorgamiento o no del registro calificado por parte del Ministerio de Educación. A continuación presenta un breve panorama sobre los programas de Derecho en Colombia, mostrando un diagnóstico de aquellos que cuentan con registro calificado (siendo este el universo de programas), aquellos que tienen acreditación de calidad y, por último, los resultados de los estudiantes de Derecho en las pruebas Saber PRO. En este último aspecto distingue las claras diferencias entre programas acreditados y no acreditados. Se evidencia que el aspecto más débil de los programas de Derecho es el razonamiento cuantitativo, que puede obedecer a que éste no se enfatiza en la carrera, pero no por ello deja de ser importante. En cuanto al resultado de habilidades de lectura, solo 13 instituciones tienen más de 11,5 como puntaje en el resultado global de programas (específicamente en derecho 11). En inglés, en general, todos los programas tienen baja calidad. En cuanto a los resultados de acreditación, hay 34 programas acreditados de 180 que existen en total en el país. De estos, 21 se encuentran en instituciones con acreditación institucional. Esta situación equivale a unos 40.000 estudiantes que actualmente se encuentran matriculados en programas acreditados y unos 100.000 que están en programas sin acreditación. Por último, señala que hace dos años el Ministerio de Educación hizo un estudio con la Universidad Nacional, dentro del cual se hizo la revisión de todas las Resoluciones mediante las cuales se decidía sobre el otorgamiento o no de acreditación en calidad. A partir de esto, se tomaron como factores clave para las decisiones emitidas (bien fuera para el otorgamiento de la acreditación o para la formulación de recomendaciones a programas frente a los cuales no se accedió a la solicitud): 1) estudiantes; 2) profesores e investigación; y 3) impacto social de los programas. Dentro de este marco, entre los aspectos de mayor incidencia decidir sobre el otorgamiento de la acreditación: 1) el tipo de contratación de docentes; 2) la proporción de estudiantes por profesor; 3) el mejoramiento del nivel de formación de los docentes; 4) la reducción de niveles de deserción; 5) el mejoramiento de la productividad académica del programa; 6) los resultados en las pruebas Saber PRO en relación con la media nacional (al respecto, menciona que se hizo un estudio que mostró una correlación entre los niveles de formación de los docentes y los resultados en dichas pruebas); y 7) la internacionalización de los programas, programas de bienestar e infraestructura. Sobre este último punto, destaca la importancia de reforzar la enseñanza de una segunda lengua a los estudiantes. Concluye la presentación agradeciendo al público por su atención e invita al Dr. Diego López a compartir la experiencia de los Foros Regionales. Intervención del Dr. Diego López Medina, asesor del Ministerio de Justicia y del Derecho El Dr. Diego López saluda a los asistentes, agradeciendo especialmente a la Universidad Libre, a los Decanos, profesores y estudiantes. Relaciona el marco general presentado por los intervinientes antecedentes con la experiencia de los Foros Regionales. Como profesor es plenamente consciente sobre la relación entre la calidad de la enseñanza, la estructura curricular, la calidad sistémica de las instituciones y las dinámicas del ejercicio de la profesión. Reconoce que el ejercicio de los Foros Regionales le ha permitido tener un panorama más amplio sobre la actividad docente en el campo del Derecho en el país. El panorama es preocupante al encontrar que 100.000 estudiantes de Derecho se encuentran matriculados en programas sin acreditación, de donde se cuestiona: ¿cuál es el opuesto de alta calidad? ¿Baja calidad? ¿Incumplimiento de condiciones mínimas? Acá se debe estudiar cuál es el punto básico que se quiere asegurar, si unos ‘mínimos’ o unos ‘esenciales’. Como ejemplo evoca las discusiones en materia de salud con el Plan Obligatorio de Salud, donde la evolución y las discusiones han llevado a un estado en el que la preocupación se inclinaba por lo primero, al auténtico reconocimiento del carácter de fundamental del derecho a la salud, reconociendo que existen unas condiciones esenciales para reconocer su satisfacción. Manifiesta que persiste el discurso elitista en la educación jurídica, donde existen prejuicios por las instituciones en las que se forman los abogados. Considera que dicha situación se podría superar, precisamente, si se adopta un enfoque de “condiciones esenciales” para la existencia de los programas de Derecho. Agrega que la realidad es que buena parte de los programas sin certificación de calidad son nocturnos, pero a su vez sería insensato dejar de reconocer la importancia de dichos programas, los desafíos propios de este tipo de esquema educativo y los retos para sus egresados una vez salen a la vida profesional. Desde el punto de vista normativo, menciona que el Decreto 1295 de 2010 brinda los lineamientos sobre calidad para efectos del otorgamiento del registro calificado de los programas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que desde el año 2011 la Resolución 2768 de 2003, específica del Ministerio de Educación para los programas de Derecho, es un acto decaído, comoquiera que en dicho año el Consejo de Estado declaró la nulidad del Decreto 2566 de 2003, norma bajo la cual se expidió. Ya van a transcurrir 5 años en esta situación, por lo que se hace imperativo restablecer una regulación específica para los programas de Derecho. Así, el ejercicio actual partió de consultar con las diferentes regiones sobre cuáles son las concepciones y expectativas en materia de calidad de los programas de pregrado. Al estudiar la regulación de 2003, se encuentra que tenía varios problemas significativos: el principal es que era "muy ideológica", al no establecer factores cuantificables ni estándares de evaluación. Tenía unas áreas que componían el programa, pero a su vez eran muy ideológicas, bastando con que las Universidades ajustaran sus currículos a estas tipologías, simplemente para acomodarse a la exigencia formal. El Dr. López manifiesta haber evidenciado ésta situación en su propia experiencia en procesos de autoevaluación. En suma Se quiere, , evitar que se replique el texto de la Resolución 2768 de 2003. Naturalmente, esto tiene que contemplar aspectos como inversión de recursos, lo cual llama intereses y resistencias. En cualquier caso, se busca una regulación más fuerte que la precedente para que todos los estudiantes tengan una educación jurídica óptima. Pasando a los Foros Regionales, señala que en estos escenarios se evidenció que es más fácil hablar de lo ideológico que de aspectos de infraestructura e inversión, temas que no deben ser desconocidos dentro de los varios temas que obedecen al Decreto 1295 de 2010. Se invitó a 150 programas para que participaran en los Foros, de los cuales asistieron 60, con una intervención aproximada al 40 por ciento. En cualquier caso, reconoce que lo ideal es una concertación lo más alta posible, con participación cercana al 100 por ciento. En términos generales, un 25 por ciento de los participantes expresaron apoyo a que se regule la materia. Quienes se oponen invocaron la autonomía universitaria, destacando que desde la Universidad pública se consideró que la introducción de parámetros mínimos desde el Estado bajaría los estándares que dichas instituciones han consolidado. Sobre las preocupaciones temáticas, se discutió alrededor de los aspectos derivados del Decreto 1295 de 2010, entre los cuales las principales preocupaciones se encontraron en: a) la proyección social de las Facultades de Derecho, de donde es importante la cuantificación y evaluación sobre la materia. De acá se abre una buena oportunidad para la cualificación de la docencia y la pedagogía, porque en este punto se abren debates metodológicos, epistemológicos y oportunidades para “salir de la pizarra” en la clase Esto resulta ser importante porque implica la interacción de las facultades con sus territorios y llama a la intervención del Derecho con las comunidades. Deja a los asistentes la inquietud sobre si este aspecto debe pasar a ser una ‘bandera’ del registro calificado. b) La pedagogía, existiendo un importante consenso de que la calidad pasa por los modelos pedagógicos y los docentes, siendo conceptos asociados a la calidad en los programas. El problema natural es que implica inversión, pero no por ello deja de ser una prioridad, máxime cuando ya existe una oferta profesional en el campo del Derecho para que todos los pregrados puedan contar con docentes de buen nivel, en atención al crecimiento del acceso a programas de maestría y doctorado. Detrás de esto está el problema de que concomitantemente con los procesos de profesionalización docente, aún quedan avances pendientes en materia de registro calificado. Luego, la inclusión de criterios de profesionalización de enseñanza también es un aspecto a debatir en lo relacionado con su papel dentro del registro calificado. c) la investigación en Derecho y la incorporación de investigación formativa, donde debe haber un mayor criterio de cientificidad bajo el cual se pase “de informes de papel a variables cuantificables”, donde se refleje la inversión realizada, en los resultados de los trabajos; y d) la ética profesional, donde destaca que existe el afán de las facultades de Derecho por brindar una formación con un núcleo ético significativo. Estos son, entonces, los cuatro aspectos de los que se debe partir para construcción de consensos adicionales, siendo importante el reconocimiento de la importancia de poder cuantificar y evaluar los ejes que se propongan. Esto, para no seguir incurriendo en la ideologización excesiva que rigió bajo la regulación de 2003, a tal punto que se podría pensar que se trató de una especie de “soft law” (acuñando el concepto que es propio del derecho internacional), con un escaso carácter vinculante y poca generación de potestades de control a cargo del Estado, en defensa de la calidad de la educación en Derecho. En cualquier caso reconoce que la regulación debe respetar la autonomía universitaria y la diversidad de programas en el país, propia del pluralismo existente en Colombia. Insiste en que el criterio rector debe estar dado por condiciones esenciales de calidad y no simplemente unos "mínimos". Por lo demás, agrega que al no existir el examen de ingreso a la profesión, es importante reforzar la calidad en la formación desde los mismos programas en función del sistema nacional de formación jurídica, en beneficio de la profesión en su conjunto. Por último, introduce la dinámica de las mesas de discusión que se llevarán a cabo a continuación, donde se discutirán los siguientes temas: 1. Componente de competencias. Pasar del papel a las variables medibles que se deben tener en cuenta 2. Medios educativos, créditos y duración de los programas 3. Práctica jurídica y relación con el sector externo 4. Docentes: capital humano de las facultades 5. Investigación en Derecho Estas mesas reflejan las prioridades y preferencias evidenciadas en los foros regionales. TERCERA PARTE: MESAS DE TRABAJO La fase de las mesas de trabajo se desarrolla en documentos aparte, de acuerdo a cada Mesa. CUARTA PARTE: EL DOCUMENTO DE DISCUSIÓN VISTO POR CONOCEDORES INTERNACIONALES En esta última parte del Foro Nacional de Educación Jurídica se cuenta con la participación de expertos internacionales, quienes analizarán el proceso que se adelanta en Colombia y aportarán algunos comentarios basados en las experiencias propias de sus países, con el propósito de fortalecer el trabajo que se adelanta desde el Ministerio de Justicia y del Derecho en coordinación con el Ministerio de Educación Nacional. El Dr. Diego López Medina, quien funge como moderador, otorga el uso de la palabra a los participantes. Intervención del Profesor Rafael Escudero Alday, profesor de la Universidad Carlos III de Madrid (España) El Profesor Escudero agradece a todos los asistentes y manifiesta su gratitud por encontrarse en este escenario. Expresa que en lo personal le abruma la condición de experto, aclarando que su experiencia se ha llevado a cabo en 20 años como profesor e investigador de tiempo completo. Busca resaltar algunos problemas y deficiencias que se han puesto de manifiesto en el caso español. Actualmente su país se encuentra en un proceso de cambio en los programas de Derecho, el cual ha arrojado diversos resultados. Considera importante compartir esta experiencia para evitar que en Colombia incurran en los mismos errores. Esto, especialmente, teniendo en cuenta que a partir de lo que ha visto en las anteriores partes de este Foro Nacional, hay varias similitudes entre los procesos en ambos países. Comienza su explicación señalando que en el caso español hay dos aspectos muy importantes. Por un lado, en los últimos años se ha producido un acomodo en la enseñanza del Derecho, dentro del denominado "proceso Bolonia". Esto ha impulsado una serie de cambios que abordará más adelante. Por otro lado, desde 2011 entró en vigor una Ley que regula el acceso a la profesión de abogado. Explica que tradicionalmente no se necesitaba nada diferente a concluir los estudios en Derecho y pagar la colegiación (puesto que en España la colegiatura es obligatoria). Esto implicó problemas de calidad en el ejercicio de la profesión, de donde surgió el afán de introducir requisitos adicionales. Así las cosas, bajo la nueva ley se definió: a) crear un programa de postgrado (maestría) para el acceso al ejercicio de la Abogacía, estructurado conjuntamente con los Colegios y Facultades de Derecho; y b) realizar una prueba de estado, administrada por el Ministerio de Justicia, una vez se culmine el postgrado. Solamente cumplidos estos dos procesos, se puede ejercer la profesión. Entre 2010 y 2011 a partir de la expedición de una ley orgánica, comenzó la implementación obligatoria de los nuevos pregrados y postgrados para todos los programas en España. Así, hubo que replantear los programas o traspolar los ya existentes, bajo el marco del “proceso Bolonia”. Esto, dentro de un marco de respeto a la autonomía universitaria (constitucionalmente reconocido en Colombia y España), derecho que puede entrar en ponderación con otros, como el interés legítimo del Estado de garantizar bienes o valores de interés general. El sistema a través del cual las Facultades diseñan sus programas es libre. No hay un catálogo de contenidos establecido por el Gobierno. En este caso las Facultades presentan toda la memoria de sus programas, los cuales deben ser verificados y acreditados por una autoridad estatal en España (denominada Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación – ANECA)- Una vez obtenida la acreditación, ésta debe renovarse: cada cuatro años para los programas de pregrado y cada seis años para maestría. Otro principio que muestra la nueva enseñanza es la flexibilidad y la promoción de la diversidad en la oferta educativa. Se busca que las facultades de Derecho atiendan a realidades y a necesidades derivados de factores como el territorial. En todo caso, sí se fijan unas líneas generales que toda malla curricular debe respetar: un mínimo de 240 créditos, repartidos en semestres, con cuatro cursos académicos (cuatro años). Incluso, tras una reforma introducida en 2015 se permite que Universidades reduzcan periodos de estudio a 3 años. Adicionalmente, todo programa debe respetar un esquema con materias de formación básica, asignaturas obligatorias y asignaturas optativas. Esto permite que cada Universidad presente una oferta ajustada a sus fortalezas, necesidades y prioridades. Esto ha dado lugar a que existan tantos planes de estudio como Facultades de Derecho. Precisa que en España hay 23 facultades privadas y 50 públicas, para 73 Facultades en total. Sin embargo, al final esta pluralidad no es tan real, porque los planes no resultan tan distantes. En lo que difieren principalmente es en las asignaturas optativas. Señala que a diferencia de Colombia, en España el principal problema se ha producido, no en la relación de Facultades con el Estado, sino al interior de las mismas Facultades. Ello se debe a que el lugar que ocupa una asignatura dentro del programa depende de luchas de poder en las mismas Facultades. Sobre dicho aspecto resulta importante la tradición jurídica y académica del país, de donde se deben destacar las interacciones entre los grupos académicos y docentes en cada Universidad para la conformación de la malla curricular. Opina que en Colombia sería importante la construcción de una malla que tenga en cuenta, tanto las realidades internacionales, nacionales y locales, en atención a la diversidad del país. En relación con el currículum, resalta que en España la reforma introdujo la obligatoriedad, como requisito de grado, de hacer un trabajo final, asimilable a la tesis en Italia. Por ello, resulta fundamental la formación en investigación jurídica, de donde es importante incorporar herramientas básicas como expresión jurídica, manejo de fuentes, argumentación, etc. La experiencia española dicta que donde este tipo de asignaturas no existe, hay grandes dificultades para hacer trabajos de grado. Agrega que otro principio que introduce el “proceso Bolonia” es la necesidad de replantear las metodologías de enseñanza, donde debe primar el aprendizaje por encima de la memoria y se debe promover el auténtico análisis. En España, este ha sido un cambio mayúsculo. En primer lugar, ha supuesto una reducción de las clases presenciales por asignatura: se ha pasado de cuatro o cinco semanales a tres semanales por asignatura. En el cuatrimestre (14 semanas lectivas), esto equivale a 42 horas presenciales. Señala que se ha evidenciado que los estudiantes necesitan más horas de clase presencial, especialmente en los primeros años; de donde propone incrementar progresivamente el estudio individual con la consecuente disminución de horas presenciales, conforme avanza el programa. En segundo lugar, la preferencia por el trabajo continuo del alumno y la consecuente evaluación permanente del estudiante, requiere el aumento de recursos docentes. El trabajo continuo no funciona si no se forman grupos reducidos de alumnos por clase. De otra forma, no se puede efectuar un seguimiento personalizado del proceso del estudiante. Con frecuencia los profesores se encuentran con grupos amplios, que exceden la capacidad de implementar este nuevo proceso. Un principio que también se introdujo con el “proceso Bolonia”, es la rendición de cuentas y la transparencia en los programas de Derecho. En el caso español se implementó un sistema de control mediante un órgano público de acreditación de calidad: la ya mencionada ANECA. El sistema obliga a todos los programas a pasar por este proceso de acreditación. Corresponde a las Facultades diseñar sus programas de estudios y someterlos a verificación por parte del mencionado organismo. Se tendrán en cuenta factores como la justificación de la enseñanza, competencias, sistema de enseñanza, recursos, personal académico, tasa abandono prevista y sistema interno de control calidad. En caso de ser evaluado negativamente, el titulo se clausura y deja de impartirse. Precisa que, justo en la actualidad se adelanta un proceso de renovación de acreditación. Señala que el sistema tiene ventajas: la revisión de calidad no solo afecta la malla curricular, sino a todos los recursos y mecanismos disponibles para cada uno de los programas. Se trata de un estímulo integral para el mejoramiento. En cuanto a las desventajas y dificultades, destaca que la ANECA es un órgano de carácter político, cuyos responsables son designados por el gobierno de turno. Si bien hay evaluaciones de pares, no deja de existir el posible peso de intereses políticos en los procesos de evaluación. A nivel de postgrado no es un aspecto tan problemático, pero sí lo es en pregrado, donde puede haber un mayor peso de la injerencia política. Otro problema está dado por los indicadores, que pueden ser muy vagos. En los criterios se dice, por ejemplo, que debe haber una biblioteca, pero no se especifica el tipo de títulos que se deben tener, el tipo de las bases de datos a las que debe estar suscrita la Facultad, etc. También se suma a este problema que hay factores y conceptos que son difíciles de medir, como la “proyección social”. Esto implica un grado alto de discrecionalidad, de donde se desprenden informes de las comisiones de expertos evaluadores de los programas que pueden resultar muy difusos en su conceptualización. Agrega como dificultad, la excesiva burocratización de los procesos. En los procedimientos de acreditación hay algunas actuaciones demasiado complejas y costosas, que incluso comprometen el tiempo de los profesores investigadores. Esto termina afectando la calidad de los programas y la disponibilidad con que deben contar los docentes. Bajo este panorama, señala que la actuación de la ANECA es más cuestionada en áreas como Humanidades y en Derecho, donde los conceptos de evaluación son más difusos y proclives a la discreción. Resalta que es importante tener una regulación de la formación jurídica, que no sea "soft" (en los términos planteados previamente por el Dr. Diego López) y que se plantee con un carácter integral. La regulación basada en parámetros de calidad no puede quedarse reducida a un consenso sobre competencias y materias, sino que dependerá además de otras cuestiones como la calidad del profesorado. Es importante tener buenos salarios, estructurar una carrera académica, así como contar con profesores que puedan realizar diversas labores dentro de la actividad docente. También se requieren fondos para bibliotecas, bases de datos, movilidad del estudiantado y del profesorado. En España, considera que se necesita la intervención de los Poderes Públicos dotando de recursos a las Universidades. Bajo estas consideraciones, destaca que en países como Francia hay una alta inversión en educación y un buen funcionamiento del sistema. Propone que no se regule exclusivamente a partir del tradicional modelo de prescripciónsanción, sino acercarse al modelo propuesto por el Profesor Norberto Bobbio, en el que se premian las "buenas conductas". Por ejemplo, dar incentivos a las Facultades que evidencien prácticas destacables y replicables. En suma, considera que ningún campo docente funcionará adecuadamente si no existe una auténtica "comunidad de juristas", donde haya acuerdo sobre lo que se quiere perseguir mediante la enseñanza del Derecho y se compartan metodologías y prácticas de enseñanza. Así, se facilita la toma de decisiones en función de una "comunidad". En cualquier caso, reconoce que esta propuesta constituye una idea virtuosa y "republicana" en el clásico sentido de la palabra, pero no por ello se debe dejar de valorar como un enfoque óptimo para el mejoramiento de la educación jurídica. Cierra su intervención agradeciendo a los asistentes por la atención prestada. Intervención del Profesor Marcos Vinícius Torres, profesor de la Universidad Federal de Río de Janeiro Saluda a los asistentes y a los organizadores del evento. Reconoce la importancia de este proyecto y su utilidad para Colombia. Destaca tres puntos en su intervención, señalando que es importante traer reflexiones desde la experiencia de su país para enriquecer la discusión en Colombia. Enfatiza en: 1) la reglamentación de contenidos y competencias; 2) la integración del estudiante con las cuestiones sociales; y 3) la labor de monitoreo de resultados y control de calidad. En primer lugar, se refiere la reglamentación. Menciona que se empezó a discutir sobre este tema en Brasil a partir de la Constitución de 1988, que tiene algunas reglas relacionadas con la profesión jurídica y el Colegio de Abogados. Destaca que este estamento tiene gran importancia para la profesión en Brasil. Cuenta con una arraigada tradición en el país, habiendo tenido un papel destacado en la fase de transición hacia la democracia entre los 60 y los 70. Así, el sistema legislativo dio cierta legitimidad al Colegio de Abogados al adoptar una serie de medidas como la Ley de la Abogacía de 1994 (reformada recientemente), así como las reglas del Ministerio de Educación, el Ministerio de Justicia y el propio colegio, sobre las reformas a la educación jurídica. La reforma introdujo criterios y contenidos mínimos para todos los programas de Derecho del país. En las últimas reformas se introdujo la idea de trabajar no solo en contenidos sino también competencias. Esto, por la capacidad de desarrollar un concepto sobre el profesional que se quiere formar. Hay varios temas para destacar: por una parte, en la reforma hecha por el régimen militar en los 70 se retiraron algunas asignaturas como la de derecho internacional. Esto claramente llevaba implícita una idea del gobierno militar de aislar el país de la interacción internacional. Pese a ello, hubo algunas Facultades que mantuvieron estas asignaturas. Quizá por este antecedente surgió en la década de los 90 el afán de establecer contenidos mínimos para los programas de Derecho. Así, resulta importante tener en cuenta que cuando se desea abordar las instituciones internacionales dentro de la formación, se introduce al estudiante en un marco de institucionalidad que va más allá del plano nacional. Otro ejemplo que destaca es el del derecho constitucional. Acá cobran importancia mecanismos excepcionales de protección de como el habeas corpus, impartiendo a los estudiantes conocimientos acerca de los mecanismos de respeto a los derechos con los que cuenta el ciudadano. Si bien habrá quienes podrían ver la regulación como una ofensa contra la autonomía universitaria, no comparte esa tesis, la cual en general se rechazó en Brasil por varias razones. Entre ellas, destaca que la reforma se acompañó por un proceso participativo, con organizaciones de la sociedad civil y con el Instituto de Abogados de Brasil, a la vez que se trabajó con instituciones estudiantiles. La lista de contenidos mínimos que finalmente se expidió, fue el resultado de múltiples reuniones, donde hubo diversas discusiones y se llegó a acuerdos que decantaron en la reglamentación expedida. Destaca que, de la mano con dicho proceso, en la propia Constitución se consagró la autonomía universitaria. Actualmente, de hecho, hay algunas universidades en paro, por reclamos de sus profesores y trabajadores. En cuanto al ejercicio de la función de control, el Ministerio de Educación visita a las Universidades cada dos o tres años, anunciando previamente el cronograma respectivo y divulgando las condiciones de monitoreo. De estas visitas se elevan actas en las que se califica cada aspecto examinado. A su vez, las Universidades participan en diversos procesos de toma de decisiones, asignación de recursos y formación de políticas públicas. Observa que en el caso colombiano se trabaja en la reglamentación, con recurrentes afanes por la interdisciplinariedad en la formación de los abogados. En el caso brasilero el programa es único y dura cinco años. Sin embargo, no se desconocen las "disciplinas de base", donde se adopta la idea de "campos paralegales", entendidos como las áreas que contribuyen al Derecho. Se trata de aspectos específicos de áreas como la psicología, sociología, economía, filosofía, etc. En cuanto a la economía, reconoce que hubo influencia del modelo anglosajón para que los estudiantes tuvieran bases a partir de esta área. El Profesor Torres pasa a abordar el segundo punto anunciado: la integración del estudiante con los temas sociales. Hay contenidos, competencias y horas mínimas en los cursos, donde destaca la obligatoriedad del trabajo de grado (monografía), similar al requisito existente bajo el modelo italiano. También se puede tratar de la entrega de un trabajo con la estructura de un artículo académico, que en todo caso es sometido a un comité evaluador de tres profesores, ante quienes se debe sustentar. Pero, adicionalmente, dentro de los contenidos mínimos hay algunas asignaturas sobre investigación jurídica que permiten preparar al estudiante para este proceso. Volviendo al diálogo con la sociedad, se trata de adaptar al profesor con la realidad. Acá se busca que el docente cumpla con una carga de actividades (complementarias, de formación, de extensión), las cuales se hacen en beneficio de la comunidad. Para el ejercicio de dichas actividades, existen unas reglas abiertas que permiten que cada Universidad se encargue de adaptarlas. Se trata de actividades que tienen un sello de calificación del Colegio de Abogados, o del Tribunal del territorio en el que se ubica la Universidad. En ocasiones tienen una vocación cultural, existiendo también otras que conectan el Derecho con las artes. En todo caso, es común que se trabaje con actividades de integración social y derechos humanos. Por ejemplo, hay facultades que implementan proyectos de asistencia y educación jurídica, así como clínicas legales. También hay practicantes que se preparan para obtener la licenciatura para ejercer la profesión, trabajando como asistentes de abogados, pero también hay quienes trabajan en comunidades marginales con el acompañamiento de docentes, trabajando en labores de educación legal como derechos de la mujer, derechos del consumidor y derecho notarial (sobre este último tema, destaca que hay personas que no han tramitado siquiera su registro de nacimiento). Todas estas actividades están direccionadas hacia criterios de vulnerabilidad, incluso con la funcionalidad de que no haya colisiones de competencia entre las oficinas de abogados y los consultorios jurídicos. Pero hay otras Universidades con un enfoque empresarial, como algunas que asesoran a comunidades marginales en proyectos microempresariales. En suma, esto ha llevado a materializar la función social de las facultades de Derecho en Brasil y a preparar al abogado para prestar su servicio en beneficio del colectivo. A continuación, aborda el tercer tema anunciado: la labor de monitoreo de resultados y control de calidad. Para que un programa nuevo funcione se debe pasar por un proceso de evaluación preliminar. Una vez existente, es examinado de manera continua y periódica. Destaca el rigor de la evaluación de postgrados, así como el hecho de que a partir de la década de los 90 se ha hecho una rigurosa valoración de los docentes, lo que ha llevado a que progresivamente se incremente el porcentaje de profesores con doctorado. Reconoce que esto implica que deba aumentar la inversión en educación. En cuanto al perfil de los profesores, hay quienes se desempeñan en tiempo parcial y quienes ejercen a tiempo completo, correspondiendo a estos últimos dedicar parte de su tempo a la investigación. Los profesores de tiempo completo, adicionalmente, son evaluados en su producción académica, a partir de lo cual depende su ascenso en el escalafón docente. Para cerrar, señala que el estudiante que concluye su pregrado no está automáticamente habilitado para ejercer la profesión. Para ello se debe aprobar un examen nacional del Colegio de Abogados. Una vez se obtiene la licencia (denominada también "tarjeta roja de abogado"), en varios estados se exige también acreditar determinado tiempo de experiencia para poder ejercer la magistratura, así como para ser fiscal, agente del ministerio público, etc. Destaca nuevamente el papel del Colegio de Abogados por su incidencia sobre los currículos y su adaptación para la prueba de examen de abogado. Intervención del Profesor Federico César Lefranc Weegan, profesor del Centro Público de Investigación – INFOTEC y de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla El Profesor Federico Lefranc agradece a los anfitriones por la invitación. Señala que la educación jurídica es un tema fundamental no solo para Colombia, sino también para América Latina. Plantea el cuestionamiento sobre si se debe tratar de agotar la formación de abogados en la definición de sus competencias, a lo que responde que en su opinión no es así, posición que desarrollará durante su intervención. En la mesa de trabajo en la que participó, correspondiente al componente de competencias, le sorprendió no haber escuchado críticas a dicho modelo, de donde percibe que el país ya interiorizó el tema y lo asumió. Bajo este contexto, formula una crítica en dos sentidos: a) cree que se omite el análisis análogo al que se hizo en Europa como consecuencia del “proceso de Bolonia”; y b) el modelo de educación por competencias viene del ámbito médico y parte de la idea de formar primero al profesional de la salud y luego dotarlo de competencias para especializarse. Pero aclara que bajo el planteamiento original del modelo, se trata de competencias que no se estimulan desde el inicio de la formación, sino tan solo en su etapa final. Agrega que percibe que el esquema de competencias se está convirtiendo en un factor absoluto. A su juicio, esto constituye un grave riesgo, ya que puede llevar a ‘diseñar’ un solo tipo de abogado. Tal situación desatiende a la pluralidad de Colombia y, en general, de América Latina, donde se demanda la formación de muchas clases de abogados. Así, el riesgo que quiere poner a la vista es que el país renuncie a su propia historia y a su tradición jurídica. Cree que para la formación de juristas hay muchos caminos. Cuando se dice que desaparecen las cátedras magistrales, en realidad la situación es que están desapareciendo los grandes maestros. Se debe entonces preguntar a quién queremos formar, cómo debemos hacerlo y en qué contenidos. En el caso mexicano, evoca la transición en materia penal hacia los procesos acusatorios orales; así como la reforma en materia de Derechos Humanos de 2011. La observación que quiere poner sobre la mesa, en cuanto al modelo acusatorio oral, es que en las audiencias el fiscal se dedica a recitar fórmulas, lo cual ocurre también con la defensa, mientras que el juez a su vez resuelve el caso bajo un esquema propio del régimen escritural. En suma, no se ha ido más allá del formulismo jurídico, acudiendo a invocar preceptos legales. Si se parte del presupuesto de que los abogados conocemos la ley, este es el último aspecto que se debe mencionar en la actuación; quedando su papel reservado únicamente cuando se actué de manera ilegal por las partes. Así, manifiesta su preocupación sobre el riesgo de que una transición sin madurez empeore la situación. En materia de Derechos Humanos, señala que hay una difícil situación en México, destacando que el sistema tiene elementos inspirados principalmente en los modelos europeos. Sin embargo, los operadores judiciales no parecen haber asimilado el modelo de derechos humanos del siglo XXI, en la medida en que privilegian al Estado por encima de los derechos individuales. No es muy diferente la situación de las instituciones educativas, donde ha habido reticencia a reformular los programas de estudios. Considera que se debe transitar a una cultura donde los estudiantes se apropien de los nuevos postulados de derechos humanos. Es aun grande el desconocimiento de los grandes instrumentos en esta materia, y esto no es una cuestión, en estricto sentido, de la estructura de competencias, siendo uno de los aspectos pendientes por revisar. Pasa al tema de los contenidos del Derecho. En el caso mexicano, cualquiera que sea el modelo, no concibe a un estudiante que no conozca o no estudie los derechos fundamentales. Igual pasa con los temas de diversidad cultural, argumentación jurídica, garantismo penal y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, por mencionar algunos de los más relevantes de la actualidad. Así, la invitación que plantea es a no confundir contenidos con competencias, de manera que a su juicio, lo importante es diseñar los esquemas de enseñanza a partir de pensar en los contenidos de los programas. En cuanto a los ejes, insiste en que hay conceptos y filosofías que exceden las competencias. Por ejemplo, cuestiona cómo se refleja la enseñanza sobre la “dignidad humana”, bajo el marco de unas competencias específicas. Considera que, a su vez, no se cuenta con una visión completa sobre la caracterización de las personas que ingresan a las Facultades. Hay factores que han cambiado, como el actual predominio de la lectura en una pantalla sobre la lectura en libros, etc. Opina que incluso estos factores pueden ser más importantes que la definición de un esquema de competencias. Otros puntos que no se pueden perder de vista son: a) la distinción entre razón práctica y razón teorética. Se trata de la dualidad entre el operador jurídico y el investigador que hace aportes a su campo de conocimiento. Son dos expresiones distintas de la razón, y a su vez implican bagajes distintos. Así, le ha llamado la atención que a lo largo de la jornada se hayan hecho llamados a formar abogados que sean, a la vez, prácticos e investigadores. Es razonable la formación crítica del practicante de la profesión, pero otra cosa es formar al abogado como investigador. En suma, su invitación es a no concebir e esquema de competencias como una política absoluta, sino como un concepto susceptible de críticas. A continuación se refiere al tema de la ética, donde resalta que es cuestionable si se enseña o no. Asimismo, los Códigos de ética son en realidad “códigos de conducta”. En clase se suele abordar esta asignatura desde los postulados filosóficos históricos, de donde se deriva que su impartición parte de abordar casos concretos en los que se evidencien tensiones éticas. Opina que la argumentación y las habilidades comunicativas se pueden impartir, pero la ética no. Por último, la formación amplia es muy importante en el proceso educativo de un abogado. A su vez, considera que hay grados de interdisciplinariedad necesarios para la adecuada formación en Derecho, que incluso permiten la mejor comprensión de teorías y conceptos jurídicos. Para cerrar, considera que de momento sirve más una soft law, actualizando el precepto precedente, antes que efectuar normatividad rígida precipitada que comporte el riesgo de destruir los avances alcanzados hasta el momento en materia de formación de abogados. Sesión de preguntas El Dr. Diego López, moderador, abre la sesión de preguntas para que los asistentes puedan compartir sus inquietudes con los participantes internacionales. Se efectúa una primera intervención, mediante la cual se destaca la importancia de los Derechos Humanos bajo un criterio de universalidad, en virtud del cual sean garantizados y protegidos en favor de todas las personas Se concede el uso de la palabra al Dr. Giovanni Monguí, docente de la Universidad Autónoma de Bucaramanga en convenio con la Unisangil. Manifiesta que en varias Universidades se han introducido asignaturas instrumentales que se constituyen en requisitos formales para el pregrado. Pregunta a los expertos internacionales: ¿cómo es la experiencia en sus países en relación con este aspecto? ¿cómo se ha trabajado en la formación en una segunda lengua, en TIC y en las lúdicas necesarias para formar una persona integral? Interviene el representante de la Universidad del Magdalena. Pregunta a los expertos internacionales qué grado de intervención estatal existe en relación con los programas de Derecho en sus países. Hace uso de la palabra un cuarto interviniente. Pregunta sobre el funcionamiento y la eficacia de los exámenes del Estado para acceder a la profesión en sus países, así como sobre la opinión que este tipo de requisitos habilitantes le merece a los expertos internacionales. Pregunta un quinto interviniente: ¿cómo hacen los Ministerios de Educación de sus países para evaluar que el producto de las Facultades de Derecho corresponde realmente a las aspiraciones consignadas en los currículos? Un último participante le pregunta puntualmente al profesor Federico Lefranc. ¿Por qué en estos foros se dejan de lado las realidades nacionales? En el caso particular de México, desde hace un mes está ‘candente’ el tema del Chapo Guzmán, a la vez que en Colombia ha tenido amplio eco mediático el problema del microtráfico. Surge así la pregunta de cuál es el papel del Derecho frente a estos problemas de índole nacional. Así: ¿cómo se haría para que realmente el país sea más educado? Cierra con el refrán de que “hace 40 años se litigaba en papel sellado y ahora se litiga en papel moneda”. Concluidas las preguntas, intervino Profesor Rafael Escudero Alday, profesor de la Universidad Carlos III de Madrid (España) Sobre la intervención estatal, desde la democracia es un tema amplio, con puntos positivos y negativos. El grueso de la enseñanza en España es pública. Los indicadores muestran que por regla general las universidades públicas en España son mejores, básicamente porque los profesores son docentes e investigadores. El modelo de Europa apunta a que los docentes sean profesores de tiempo completo. Esto no quiere decir que se renuncie al aporte de los profesores de tiempo parcial. Pero a su juicio la calidad sube con la docencia de tiempo completo. Ahora bien, los gobiernos no intervienen en procesos internos de toma de decisiones de las Universidades. Sin embargo, recientemente se ha iniciado una tendencia en contrario, donde se busca desligarse del Estado. Por ejemplo, introduciendo nuevas modalidades de contratación docente. En cuanto a los exámenes de Estado, el modelo es nuevo en España. Ha habido una experiencia experimental en 2014 y otra reciente en 2015, donde aún no hay un listado público de resultados. La sensación que se tiene es que el porcentaje de aprobados ha sido muy alto. Esto, obedeciendo a que bajo la reforma quienes presentan el examen, ya tienen un Master. Luego, lo que ha pasado es que después de que los estudiantes hacen estos estudios, el examen es tipo "texto", de donde resulta paradójico que solo se evalúe una competencia propia de habilidades escriturales. Como todos los estudiantes deben hacer la maestría, prácticamente esta maestría ha robado los estudiantes de las otras maestrías, pues se reducen los estudiantes de público, urbano, privado, etc. A continuación interviene el Profesor Marcos Vinícius Torres, profesor de la Universidad Federal de Río de Janeiro En cuanto a intervención estatal, reconoce que tiende a ser vista como negativa. El Ministerio de Educación establece una serie de reglas. El Colegio de Abogados no es estatal, pero tiene una gran importancia, incluso a nivel constitucional. Cabe anotar que está facultado, incluso, para iniciar acciones constitucionales en defensa de la sociedad. Sobre las disciplinas instrumentales en los cursos, señala que existe gran libertad de contenido curricular y de definición del perfil del profesional que se busca formar. Así, hay Universidades que enfatizan en la solución de controversias, arbitraje, contratos, etc. En cuanto a segunda lengua, hay recomendaciones pero no es obligatorio. En todo caso en los exámenes de admisión de las universidades hay un componente de segunda lengua. Sobre los exámenes de Estado, no deja de haber polémicas por casos de presunto fraude. En un caso de trascendencia en el país hubo un fraude en un concurso para médicos, donde hubo una venta de respuestas y surgió un escándalo. En el caso de los abogados no recuerda incidentes en los últimos años. Menciona algo que cambió hace unos 10 años: antes los exámenes eran organizados por los colegios de abogados, pero cada colegio regional organizaba su propia prueba. De acá surgía un estímulo para presentarse en aquellos estados en los que el examen fuera más "fácil". Puntualiza que el examen se hace a nivel nacional, tres veces al año. La prueba empieza un domingo a las 8 am (hora de Brasilia), en todas las jurisdicciones donde se hace el examen. Por último, sobre los Derechos Humanos, opina que hoy se entienden garantizados a todos, pero es importante seguir luchando por su respeto. A manera de ejemplo señala que trabajó en el área de familia en la comisión nacional de derechos humanos de Brasil, donde trabajó en un proyecto sobre matrimonio igualitario. También resalta que actualmente existe un proyecto sobre la criminalización de feminicidio que fue discutido y aprobado en Brasil. Se concede el uso de la palabra al Profesor Federico César Lefranc Weegan, profesor del Centro Público de Investigación – INFOTEC y de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla: El Profesor Lefranc enfatiza en la cuestión de Derechos Humanos. Son los mismos derechos para todos, cuando menos en su declaración. El problema está en garantizar su respeto. Sobre la acreditación del pregrado, se emplea tanto un examen de conocimientos, o bien la homologación del título de pregrado durante la maestría. Sobre los idiomas, explica que no se trata de un requisito obligatorio. Es discrecional para cada programa. Por último, señala que en México no existe un examen para poder ejercer la profesión. Solo se requiere el título y con su registro se obtiene la cédula profesional. Sobre la intervención del Estado, explica que este factor depende de si la Universidad es autónoma, caso en el cual no hay intervención del Estado. Las universidades públicas y privadas que no son autónomas, se someten al registro ante la Secretaría de Educación y la respectiva inspección, aunque no es tan fuerte la intervención. Sobre la validación de estudios en el extranjero, señala que el título se presenta a dictamen ante una comisión en la Secretaría de Educación, de donde se decide si se convalidan los estudios. Sobre la cuestión de otras asignaturas que se deben impartir en los programas de Derecho, opina que es un tema propio de los postgrados, pero que no se abordan generalmente en el pregrado. Se refiere a asignaturas como derecho ambiental, derecho de las telecomunicaciones, etc. Por último, en relación con la problemática del narcotráfico, puntualiza que se trata de problemas de política criminal. Pero opina que generalmente se depositan muchas expectativas al Derecho, cuando lo cierto es que no tiene la vocación de transformar la realidad. La realidad es más bien materia de la política. Concluidas estas intervenciones, el Dr. Diego López hace el cierre del evento. Señala que en el Ministerio de Justicia existe rigor con estos eventos, todo está quedando consignado y se ha tomado atenta nota de todas las intervenciones. Hace el cierre del evento el Dr. Ramiro Vargas, director de Justicia Formal: Saluda a todos los participantes, en nombre del Señor Ministro de justicia quien se encuentra en el acto de rendición de cuentas con el Señor Presidente de la República. Excusa a la Viceministra Ana María Ramos, porque debía participar en este mismo acto. Agradece a la Universidad Libre, a sus Directivas, a su Rector, a su Decano de Derecho, al Coordinador de su programa de Derecho. Reconoce la acogida del evento y agradece al equipo que apoyó la realización del evento. El Ministerio de Justicia agradece también al Ministerio de Educación por su acompañamiento a lo largo de estos Foros. Reconoce el trabajo del equipo del Ministerio de Justicia. Agradece al Dr. Diego López como moderador de los Foros, a los panelistas internacionales por su esfuerzo y su dedicación para participar en este evento. Finalmente señala que con el concurso de todos los participantes, continuará el trabajo en el fortalecimiento del tema de educación jurídica en el país. Se cierra el evento. Elaboró: Néstor Julián Ramírez Sierra Abogado Contratista Ministerio de Justicia y del Derecho