Res. 71-2009, juicio No. 139-07

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JUEZ NACIONAL PONENTE: DR. GALO MARTÍNEZ PINTO
CORTE NACIONAL DE JUSTICIA.- SALA DE. LO CIVIL, MERCANTIL Y FAMILIA Quito, 19
de marzo del 2009; las 08H30.VISTOS.- (Juicio ordinario No. 139-2007 ex 3. Sala CRR) Conocemos la presente
causa como Jueces de la Sala de lo Civil, Mercantil y Familia de la _ CorteNacional ,de Justicia, en virtud de lo dispuesto en la Segunda Disposición
Transitoria del Código Orgánico de la Función Judicial, publicado en el
Suplemento del Registro Oficial No: 544, de 9 de marzo de 2009; en el
numeral 4, literales a) y b), del apartado IV, DECISIÓN, de la Sentencia
Interpretativa 001-08-SI-CC, dictada por la Corte Constitucional, el 28 de
noviembre de 2008, publicada en el Suplemento del Registro Oficial No. 479,
de 2 de diciembre del mismo año, debidamente posesionados, el día 17 de
diciembre del año que precede, ante el Consejo Nacional de la Judicatura; y,
en concordancia con el Art. 5 de la Resolución Sustitutiva aprobada por el
Pleno de la Corte Nacional de Justicia, en sesión de 22 de diciembre del
2008, publicada en el Registro Oficial No. 511 de 21 de enero de 2009; y, los
Atrs. 184, numeral 1 de la Constitución de de la República del Ecuador y 1 de
la Ley de Casación. En lo principal, los demandados Luís y Galo Ochoa
Carrión; Julio Enrique, Germán Rolando, Judith Evangelina y Julieta Orfelina
Ochoa Chica, cuyos escritos constan a fojas 183 a 186 vuelta del cuadernillo
de segundo nivel, interponen recurso de casación de la sentencia
pronunciada el 11 de abril del 2007, a las 17h40 por la Primera Sala de lo
Civil, Mercantil, Inquilinato y Materias Residuales de la Corte Superior de
Cuenca y que revocando el fallo de primer nivel declara que "Fredy Giovanni
Ullauri Coronel es hijo del fallecido Arcesio Rigoberto Ochoa Chica,… "
Encontrándose el proceso en estado de resolución, para hacerlo se considera:
PRIMERO.- El demandante, representado por su Procurador Judicial Dr. Marco
Rodas Zúñiga demandó el reconocimiento a su condición de hijo de quien fue
Arcesio Rigoberto Ochoa Chica, ya fallecido, amparado en los artículos 266,
271, 267 n. 4, 363 inc. 2° y 364 del Código Civil y 732 del Código de
Procedimiento Civil, (actuales 252, 257, 253 n. 4, 345 in. 2° y 346 Y 721, en su
orden), pidiendo se cite por la prensa a los herederos conocidos, presuntos y
desconocidos de quien fue su padre; muchos de los cuales, casi todos,
concurrieron para hacer valer sus derechos, oponiéndose a la pretensión,
antes de la respectiva Junta de Conciliación, dándose por citados en legal
forma (fojas 14, 16, 17, 18, 20 y 21 de los autos de primera instancia); por lo
que se cumplió el efecto básico de la citación: obligar al demandado a
comparecer a juicio para que no haya indefensión; de modo que no
advertimos omisión de formalidad legal alguna ni, por tanto, afectación de
normas -como se arguye por los casacionistas- que pudiesen haber influido
en la decisión de la causa. SEGUNDO.- El demandante, a través de su
procurador judicial, peticionó como prueba capital, la exhumación del
cadáver de quien fue Arcesio Ochoa Chica; y, practicadas las pruebas
periciales genéticas de histocompatibilidad o "ADN" se estableció que en un
porcentaje de 99,99% el accionante fue efectivamente hijo de Arcesio Ochoa
Chica; prueba que, por su carácter eminentemente científico, fue acogida por
el Tribunal de alzada, procedimiento seguido conforme a la ley por manera
que una nueva valoración probatoria no puede ser apreciada, por no
corresponderle al órgano de casación. TERCERO.- La norma anteriormente
consignada como articulo 274 del Código Civil y que correspondería al 260
actual, -relativo a la extinción de la acción de paternidad o maternidad en
que se sustentó la defensa y el recurso deducido-, carece de total asidero,
pues, el Tribunal Constitucional en el caso No. 0002-06-DI resolvió,
unánimemente y de manera puntual, el 16 de mayo de 2006 "declarar
inconstitucional y suspender la aplicación con carácter general y obligatorio
del articulo 260 del Código Civil Codificado, pues dicha norma es
incompatible con el numeral 24 del artículo 23 de la Constitución Política
del Ecuador", entonces vigente; y el fallo del Tribunal de alzada que
reconoció la filiación del actor, es de 11 de abril del 2007, pronunciado a las
17H40, esto es, posterior a la fecha en que entró a regir la declaratoria de
inconstitucionalidad en mención. Dicha declaratoria se publicó en el
Suplemento del Registro Oficial No. 274 de 19 del mismo mes y año,
aunque tal inconstitucionalidad de la norma civil, expresamente declarada,
en cierta manera, en técnica jurídica, habría estado tácitamente derogada
desde que entró a regir la Carta Política de 1998 al no haberse conciliado
con la norma suprema y por aquello del principio de la supremacía
constitucional.
CUARTO.-
La
resolución
del
Tribunal
Constitucional
armonizándosela con el inciso segundo del artículo 274 de la Constitución
Política de 1998, vigente entonces, señalan, la obligatoriedad del mandato
del órgano de la constitucionalidad, pues, su "fuerza obligatoria" estará
referida a "...las causas en que se pronuncie..." así como que la misma
tendrá "...carácter general y obligatorio"; por manera que, el sustento
jurídico de los demandados expuesto fundamentalmente en la contestación
a la demanda y en su recurso de casación quedan enteramente sin
fundamento,
convirtiéndose la controversia en una cuestión de puro
derecho donde nada habría que argüir, al no haberse trasgredido normas
sustantivas ni adjetivas. QUINTO.- Tampoco se advierte irretroactividad de la
norma constante en el artículo 260 del Código Civil (actual numeración),
declarado inconstitucional desde el 19 de mayo de 2006 en que se promulgó
la resolución en el Registro Oficial por el Tribunal competente; toda vez que
el fallo de último nivel, que recién reconoce el derecho o la pretensión del
demandante, fue pronunciado con posterioridad, esto es, el 11 de abril de
2007. SEXTO.- Reiteramos, conforme a múltiples resoluciones del Tribunal de
Casación, que no corresponde a éste valorar nuevamente la prueba
producida tanto más que no se aprecia vulneración de normas o garantías
atinentes a la defensa o al debido proceso por el Tribunal ad-quem que es,
lo que en estricto derecho nos toca analizar. SÉPTIMO.- Las disposiciones
constitucionales vigentes a la época de la pretensión del actor así como las
que actualmente rigen, configuran, fundamentalmente, el derecho del actor
a que se respete básicamente su condición del ser humano y que constituye
"el más alto deber del Estado" (Art. 16 ), debiendo estarse, dice la norma del
artículo 18, en materia de derechos y garantías constitucionales, "...a la
interpretación que más favorezca su efectiva vigencia"; así corno no se
"podrá exigir condiciones o requisitos no establecidos en la Constitución o la
ley,..." y que constituye la filosofía dogmática de la ley suprema y a cuya
identidad plena, esto es individualidad verdadera aspiró el demandante en
su pretensión y que tiene apoyo en el numeral 24 del artículo 23, todos de la
Carta Magna de la época. OCTAVO.- Los casacionistas sustentan su accionar
en el n. 1 del artículo 3 de la Ley de Casación por aplicación indebida, dicen,
de una serie de normas constitucionales (el artículo 23 n. 24 que más bien
trata de la identidad a la que toda persona tiene derecho; artículo 24 n. 5
que tiene que ver con la garantía de "no ser interrogado, ni aún con fines de
investigación... sin la asistencia de un abogado defensor...", indebidamente
referido; artículo 24 n. 14 que trata acerca de las pruebas obtenidas con
violación a la Constitución y la ley, y, precisamente la prueba científica de
ADN fue obtenida conforme a ella; artículo 24 n. 17 referente al "derecho a
acceder a los órganos judiciales ya obtener de ellos la tutela efectiva...” que
es lo que el actor obtuvo del Tribunal Constitucional; artículo 119 acerca de
la. autonomía de las instituciones del Estado, que no es aplicable; artículo
192 que más bien garantiza la justicia aún por sobre formalidades; artículo
274 que faculta a cualquier juez o tribunal declarar inaplicable un precepto
jurídico adverso a la Constitución que es justo lo que ha hecho el Tribunal
Constitucional; 'y artículo 278 que consigna que la declaratoria de
inconstitucionalidad regirá "desde la fecha de su promulgación" y que es
anterior al fallo del Tribunal de alzada); y del Código Civil (n.24 del artículo 24
y 274; y 260, en su orden y que, precisa y paradójicamente, constituyen, el
fundamento del derecho del actor por las consideraciones que anteceden.
También expresan, sustentar su recurso, en el n. 2 del artículo 3 de la Ley
especial de la materia, esto es, falta de -aplicación de las normas procesales
dispuestas en el artículo 82 del Código de Procedimiento Civil (que tiene que
ver con la citación por la prensa cuando no es posible "determinar la
individualidad o residencia" de quienes deban ser citados) y que igualmente
está analizado en líneas precedentes y que desvirtúa las pretensiones de los
recurrentes. Igualmente citan disposiciones de los Nos. 349, 352 y 1014 del
Código Adjetivo Civil y otros, pese a que está demostrado que no hay
omisión de solemnidad alguna, que se ha seguido el debido proceso y que los
citados han tenido oportunidad de no quedar en indefensión, por un lado; y,
de otro, que su pretensión al recurrir quedó desvirtuada por la resolución
expedida por el órgano constitucional; así como tampoco hay relación causal
procesal con el artículo 9 del Código Civil, que citan. Y, con respecto al
artículo 19 de la Ley de Casación que trata de la publicación de fallos,
impertinente a más que ni siquiera precisan, el vicio que se afecta. Otras
normas mencionadas de la Constitución (artículos 23 numeral 24; 24
numerales 5, 14 Y 17; 119, 192, 274 y 278) nada tienen que ver con el
asunto que analizamos y no amerita siquiera otra vez comentárselas.
NOVENO.- Por lo anterior, el Tribunal consigna la improcedencia e
impertinencia en citas legales; y en otras, sin determinar, demostrándolo, de
qué manera esas normas de derecho sustantivas o adjetivas se pudieran
inobservar o cómo la falta de aplicación de los preceptos jurídicos referentes
a la valoración de la prueba hubiesen conducido, inequívocamente, a la
aplicación o no de las normas en cuestión en la sentencia que impugnan o a
que el proceso no se hubiese desarrollado de manera debida. La entonces
Corte Suprema de Justicia ha sostenido que las disposiciones referentes a
pruebas "...tampoco por si solas pueden dar base para casar una sentencia
sino que es preciso que de la infracción de una de esas disposiciones resulte
infringida otra norma sustantiva, que, o no tuvo eficacia, o se aplicó o
interpretó mal, precisamente, por no haberse aplicado o haberse aplicado
erróneamente una disposición del Código Judicial,..." (Recursos de Casación
Civil, de H. Murcia B., 4ta. Edición, Editorial G. Ibáñez, Bogotá, 1996, págs.
273 y 274). DÉCIMO.- El sistema procesal ecuatoriano es un medio para la
realización de la justicia. De allí que las normas procesales, dice la
Constitución en vigencia, consagrarán los principios de simplificación,
uniformidad, eficacia, inmediación, celeridad y economía procesal y harán
efectivas las garantías del debido proceso, no debiéndose "sacrificar la justicia
por la sola omisión de formalidades" (Articulo 169). Por las consideraciones que
anteceden, esta Sala de lo Civil, Mercantil y Familia de la Corte Nacional de
Justicia, ADMINISTRANDO JUSTICIA, EN NOMBRE DEL PUEBLO SOBERANO DEL
ECUADOR, Y POR AUTORIDAD DE LA CONSTITUCIÓN Y LAS LEYES DE LA REPÚBLICA,
no casa la sentencia recurrida. Con costas que se regularán conforme a la ley.
Intervenga el Dr. Carlos Rodríguez García en su calidad de Secretario Relator de
la Sala. Notifíquese. f) Dr. Carlos Ramírez Romero, Dr. Manuel Sánchez Zuraty, Dr. Galo
Martínez Pinto, JUECES NACIONALES y Dr. Carlos Rodríguez García, SECRETARIO RELATOR,
que certifica.
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